El Futuro de Morena

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

Ciudad de México,

a 12 de noviembre de 2023.
Oficio: CNHJ-068-2023
ASUNTO: Se emite comunicado

El Futuro de MORENA

La queja presentada por el compañero Marcelo Ebrard Casaubón acerca de las


irregularidades ocurridas durante el proceso de selección de la Coordinadora
Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación ha sido
analizada por la Comisión de Honestidad y Justicia.

Al respecto señalamos lo siguiente:

1.-Las pruebas presentadas deben ser tomadas en consideración. Si bien no hay


elementos para repetir el proceso de selección para la Coordinación Nacional
de los Comités de Defensa de la 4T, en el que resultó triunfadora la compañera
Claudia Sheinbaum Pardo, la queja no puede ni debe soslayarse.

2.- Se presenta evidencia de algunas prácticas indebidas cometidas por


militantes contrarias a nuestros principios y a las normas estatutarias por lo que,
esta Comisión, en el marco de su normatividad, iniciará los procesos de sanción
correspondientes.

3.- Nuestro partido debe de hacer lo conducente para generar procedimientos de


supervisión que eviten prácticas contrarias a nuestros estatutos, a los acuerdos
establecidos por el Consejo Nacional y que establezcan mecanismos de
vigilancia y control más efectivos.

4.- Nuestro partido está unido para afrontar exitosamente la elección de 2024.
Al concluir dicho proceso y con base en la experiencia acumulada, incluidos los
argumentos presentados por el compañero Marcelo Ebrard, iniciará una
discusión y una reflexión amplia, para fortalecer la consolidación y el futuro
de MORENA.

MORENA es una de las fuerzas políticas de izquierda más jóvenes del mundo.
Si se le midiera en la escala de la vida humana, apenas estaría por entrar en la
adolescencia. Fundado en 2011 como asociación civil, obtuvo su registro
partidario treinta meses más tarde, participó por primera vez en un proceso
electoral en 2015 y tres años después llevó a Andrés Manuel López Obrador a
la Presidencia y ganó las mayorías legislativas federales y sus primeros
gobiernos estatales. Hoy es gobierno en el país, en dos tercios de las entidades
federativas y en innumerables municipios y es el instrumento principal para
defender, continuar, extender y profundizar la Cuarta Transformación de la vida
pública nacional.

Esa trayectoria vertiginosa como partido establecido, no se explica sólo por su


juventud sino también por la antigüedad y el arraigo de las luchas, gestas y
reivindicaciones que confluyen en la organización, por la cimentación de su
programa en los anhelos de las mayorías del pueblo y, desde luego, por la
excepcional capacidad de Andrés Manuel López Obrador como luchador social,
como político, como dirigente y como gobernante.

En el momento actual, MORENA tiene ante sí el desafío de trascender su


pasado inmediato como vehículo para detonar la Cuarta Transformación y su
presente como partido mayoritario, y consolidarse como una fuerza generadora
de conciencia política y social, como herramienta de defensa de los intereses
nacionales y populares, como parte de un proyecto nacional incluyente y como
el conducto de acceso al poder público para las mayorías en un marco
democrático y por la vía electoral y pacífica, como orientador del análisis y el
debate de los asuntos del país y como mecanismo de construcción de las
alianzas y los nuevos consensos que requiere la sociedad mexicana.

En el siglo XX el régimen surgido de la Revolución Mexicana generó grandes


acuerdos nacionales –el nacionalismo revolucionario, el desarrollo
estabilizador– para la convivencia de todos los sectores de la sociedad. Con todo
y sus imperfecciones y a pesar de la incapacidad de muchos gobernantes para
aplicarlos en forma honesta, consecuente y justa, tales acuerdos permitieron
iniciar la construcción de un Estado de bienestar, dieron al país estabilidad
política durante décadas y propiciaron un crecimiento económico sostenido; sin
embargo, esos procesos se realizaron en el marco de un régimen
antidemocrático; la democratización del país es la principal deuda de esos
gobiernos.

El llamado “modelo mexicano” entró en una crisis política a partir de la


represión a movimientos sociales y sindicales y mostró su mayor autoritarismo
con la represión del movimiento estudiantil de 1968. Además, el modelo
económico también tuvo sus limitaciones a partir de las sucesivas crisis
económicas desde 1976. Seis años más tarde inició el viraje tecnocrático al
neoliberalismo, el cual se convirtió en proyecto de gobierno desde el fraude
electoral de 1988. A partir de entonces, el país vivió sin un marco de
convivencia, toda vez que el proyecto neoliberal no fue capaz de generar uno
propio; formó, a lo sumo, un modelo de negocio para beneficio exclusivo de
una pequeña oligarquía político-empresarial y en detrimento del resto de la
sociedad y en este marco, la violencia, los fraudes electorales y el magnicidio
marcaron la época neoliberal. Eso explica la terrible decadencia nacional que se
vivió en las siguientes tres décadas. La alianza del PRI y del PAN y la suma
posterior del PRD, organizaciones tripuladas por algunos empresarios
corruptos, beneficiarios del antiguo régimen y que no reconocen la realidad del
cambio, representan ese pasado que está marcado por la pérdida de ideología,
valores y democracia interna.

El éxito de MORENA se explica en buena medida porque en un contexto de


catástrofe propuso a la nación un camino para reconstruirse en el que todos los
sectores económicos, sociales, políticos y culturales tuvieran un lugar, con
respeto a los derechos de todos, guiado por el principio de que por el bien de
todos, primero los pobres; la materialización de este programa ha conllevado
una reorientación de los recursos públicos para combatir la pavorosa
desigualdad heredada; un crecimiento económico de abajo hacia arriba que no
excluya a nadie; el saneamiento y la moralización del poder para erradicar la
corrupción, el influyentismo, el dispendio y la frivolidad; la recuperación de la
soberanía en todas sus dimensiones; la superación de las estrategias de guerra y
la adopción de un nuevo modelo de seguridad pública basado en la construcción
de la paz y la erradicación de las causas profundas del auge delictivo, y el avance
hacia una democracia participativa para dar vigencia al artículo 39
constitucional: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el
pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de
éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar
la forma de su gobierno.”

Ciertamente, la tarea de la Cuarta Transformación no puede concluirse en un


sexenio y la regeneración nacional debe extenderse, profundizarse y ampliarse.
Para ello se necesita un partido que consolide lo que se empezó a construir en
este sexenio y que asegure la convergencia de la mayor parte de la población en
torno a un proyecto común en el que tengan un sitio asalariados y empresarios,
campesinos y profesionistas, personal médico, educativo y militar, personas de
todos los orígenes, de todas las regiones, de todas las creencias, de todas las
culturas; que construya igualdad y garantice dignidad y derechos plenos para
las mujeres, las comunidades indígenas y afromexicanas, las personas de la
tercera edad, las juventudes, las infancias, las diversidades y las personas con
discapacidad; que armonice el desarrollo con la protección del medio ambiente
y la transición energética; que retome y proyecte los principios tradicionales de
la política exterior mexicana; que sintonice a la mayoría de las y los mexicanos
en la tarea de convertir al país en una potencia mundial del bienestar, la salud,
la educación, la paz, la colaboración internacional en el exterior y la vida buena
en el país. En suma, Morena debe ser capaz de proyectar su propuesta de nación
no para un sexenio, sino para el rumbo nacional de las próximas décadas.

En esta perspectiva, nuestro partido debe trazarse una ruta de consolidación


institucional, lo que significa no sólo perfeccionar de manera constante sus
documentos y sus normas internas sino también su estructura territorial, sus
instancias de solución de conflictos y los órganos de sus dirigencias nacional,
estatales y municipales; anclarse en el tejido social, dar un cauce legal y pacífico
a las demandas y reivindicaciones de la población y convertirlas en propuestas
de política pública; erigirse, en fin, en garante de la palabra empeñada por las y
los representantes populares surgidos de sus filas.

En forma paralela e irrenunciable, MORENA tiene la obligación de concientizar


a la población, es decir, generalizar la convicción de que la participación política
de las mayorías, conformadas por mujeres y hombres libres y ajenos a toda
práctica clientelar, caudillista o corporativa, es condición indispensable para
avanzar en la regeneración nacional y en la construcción de un país de
principios, derechos, libertades y bienestar. Este objetivo no sólo se conseguirá
incorporando a las actividades partidistas a la mayor cantidad posible de
ciudadanos, sino también mediante un trabajo constante de formación política
que inculque los principios de una nueva ética social y personal y de una cultura
humanista de ejercicio del poder público: los encargos de representación y los
puestos gubernamentales han de ser considerados como espacios para cumplir
con el deber de servir a los demás, no como posiciones para el lucimiento
personal, y mucho menos como palancas para el enriquecimiento.

La dignificación de la política pasa obligadamente por desmantelar ese sector


económico de servicios que se ha ido conformando en torno a los procesos
electorales y a las actividades partidistas y que permite, o dice permitir, la
conversión de recursos económicos en votos. Los enormes presupuestos que se
destinan a los comicios y a la manutención de los partidos son una distorsión de
la democracia auténtica, la cual debe basarse sobre todo en el trabajo voluntario.
Es necesario modelar una vida pública modulada por las ideas y no por la
publicidad comercial y el exceso de recursos, por los proyectos más que por las
personas y por el ejercicio de un deber ciudadano, no por las oportunidades de
escalar en lo social y en lo económico. Debe fijarse como objetivo la gradual
eliminación de la actual diferenciación entre la clase política y el resto de la
ciudadanía o, si se prefiere, la inclusión en la primera de toda la sociedad; la
política no es solo asunto de los políticos sino un asunto de todos y todas. La
nefasta distinción entre “los políticos” y “los ciudadanos” debe ser borrada de
la vida republicana. En el actual escenario nacional, sólo Morena tiene la visión
y los recursos éticos, históricos y humanos para lograrlo, y para ello debe
empezar por impulsar una vida partidista y erradicar en su interior la concepción
de un partido dividido entre “las bases” y “la dirigencia”. Sólo de esa forma
podrá desempeñar su papel histórico como instrumento para la construcción de
una nación libre, democrática, soberana y más igualitaria.

Nuestro objetivo ha de ser la construcción de un partido de militancia


individual, que mantenga su visión de partido-movimiento y que fortaleza la
corriente de pensamiento que anima a la Cuarta Transformación: el humanismo
mexicano. MORENA está obligado a mantener la unidad interna y establecer
una línea coherente de acción entre movimiento, partido y gobierno. Para lograr
esto, debe resolver las contradicciones que implican el ser un partido-
movimiento en el poder y plantear, por otra parte, líneas de acción y un
programa de trabajo que mantenga la movilización, profundice la revolución de
las conciencias y ahonde la Cuarta Transformación.

Nos encontramos frente al proceso electoral del 2024 donde todos los esfuerzos
deben ser orientados a ganar abrumadoramente las elecciones presidenciales,
legislativas, estatales y municipales para dar continuidad y ampliar los logros
de la Cuarta Transformación y el legado del presidente Andrés Manuel López
Obrador. A partir de ese triunfo debe haber un llamado al fortalecimiento de
Morena. Nuestro partido no debe caer en los usos del viejo partido de Estado,
ni en la lógica de corrientes partidarias que tanto daño le hicieron a la izquierda,
ni en prácticas que siempre hemos combatido, como la compra de voluntades,
la alianza con grupos criminales, el chantaje, el uso de recursos públicos, la
coerción o los acuerdos cupulares. Debe ser, por el contrario, un partido
democrático, transparente en sus decisiones, en el que las bases tengan una
intensa participación en los debates y en las decisiones y, lo más importante,
debe seguir siendo el partido del pueblo de México para la reivindicación y
defensa de sus derechos, la paz y la justicia.
Así lo acordaron por unanimidad las y los integrantes de la Comisión Nacional
de Honestidad y Justicia de Morena.

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy