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Clase 11: “Hegemonías y contrahegemonías en el
capitalismo informático; a modo de síntesis y recapitulación (provisoria) del curso”, por Oscar Grillo.
A modo de ejemplo de donde estamos parados:
Zoom ahora vale más que las 7 aerolíneas más grandes
En medio de la pandemia de COVID-19, muchas personas han pasado a trabajar —y socializar— desde casa. Si estas tendencias se convierten en la nueva normalidad, ciertas compañías pueden obtener una gran recompensa. 2
La popular empresa de videoconferencia, Zoom Communications, es un
excelente ejemplo de una organización que se beneficia de esta transición. El gráfico de hoy, inspirado en Lennart Dobravsky en Lufthansa Innovation Hub, es una mirada dramática a cuánto se ha disparado la valoración de Zoom durante este período inusual en la historia.
The Zoom Boom, en perspectiva
A partir del 15 de mayo de 2020, la capitalización de mercado de Zoom se ha disparado a $ 48.8 mil millones, a pesar de registrar ingresos de solo $ 623 millones durante el año pasado. https://www.visualcapitalist.com/zoom-boom-biggest-airlines/
Al comenzar el desarrollo de estas clases, expresamos que a
nosotres, les docentes de este curso, nos convoca la oportunidad de compartir, examinar, revisar nuestras propias etnografías, y desde esa toma de posición, ofrecer a otros y otras un panorama de la cortísima historia de las posibilidades de la antropología en este campo.
Hoy –provisoriamente- lo denominamos digital. Provisoriamente,
porque la vitalidad de la lengua antropológica puebla constantemente la disciplina de neologismos tan necesarios como contingentes. Necesarios porque dan cuenta de esfuerzos por fijar territorio en el lenguaje de la disciplina. Contingentes porque la fluidez que constituimos con sujetos, objetos, relaciones y discursos en movimiento nos impulsa a considerar esa producción de palabras clave bajo borradura. Es decir, sabemos que el juego del lenguaje que usamos hoy para dar cuenta de un acontecimiento mañana podrá ser reemplazado por otro, pensado de otra manera. Especialmente porque estamos en un campo de disputa de poderes, y nos interesa comprender y aportar más al lado no hegemónico de esa disputa.
Propusimos un recorrido por autores y autoras que nos resultaron
clave en nuestras investigaciones; no pretendimos hacer un “estado del arte”. La antropología digital no tiene por qué buscar una definición taxativa de su campo, nos parece más saludable que busque hacer un camino y que comparta en detalle y con profesionalidad etnográfica ese camino. El campo de la antropología en el mundo digital contiene diferentes perspectivas teóricas, orientaciones críticas, cartografías, y una frontera en expansión que se nutre de la experimentación y creatividad de quienes se animan en estos territorios. Nosotros estamos aquí y esperamos haber oficiado de buenos guías, iniciadores…
Por ejemplo: tomamos de Miller y Horst (2015) el “primer principio”
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que sugieren para la antropología digital: “el término digital se define
como todo lo que puede ser en última instancia reducido a código binario”. Esta definición es interesante porque estimula una mirada panorámica, abierta, abarcadora de todo lo que se pueden hacer con el código binario. A la vez, todo eso que se puede hacer conlleva tensiones entre lo universal y lo particular; recorrer esos mundos digitales nos resulta bueno para pensar. Al recorrerlos, nos encontramos con un conjunto de prácticas de los sujetos, construidas alrededor de aparatos digitales múltiples, heterogéneos y cambiantes, inscriptos en campos poblados por actores que son parte de redes de poder y en por ende, portadores de discursos expertos y vernáculos, instalaciones, instituciones; en suma: dispositivos en clave de Giorgio Agamben, dispositivos que ensamblan actividad humana y no humana en clave de Bruno Latour.
Miller y Horst (2015) sugieren que la antropología digital ofrece un
punto de apoyo para comprender la vida y la cultura pre-digital, especialmente en lo que se refiere a confrontar con consideraciones que presuponen una mayor “autenticidad”, “realidad” o “solidez” a la vida analógica o pre-digital.
Hace más de 20 años, cuando antropólogos y antropólogas
comenzaron sus exploraciones acerca de lo que entonces se nombró etnografías de internet, etnografía virtual, virtualizada o cyber teníamos que atravesar el rito de pasaje de argumentar, por ejemplo que eso que estábamos haciendo era “verdadera” etnografía. Hoy el campo acepta nuestros itinerarios y agendas y prueba de ello es que una institución tan prestigiosa como el IDES en antropología social haya aceptado nuestra propuesta, este curso.
Nosotres estamos entre aquellos que posicionamos la antropología
para captar las nuevas prácticas organizadas alrededor de internet, diversos modelos productivos y de gestión, y toda la vida social de las cosas que emerge de un mundo que naturaliza el uso de aparatos capaces de articular muchos modos de acceso a la información, comunicación, y el arte en sus más variadas expresiones.
Acordamos llamar ciberespacio a esos emplazamientos, que nacieron
como un lugar democrático, creativo, libertario, pero que fueron apropiados paulatinamente por actores que se instalan globalmente y lo constituyen cada vez más como un lugar de lucha hegemónica, atravesada por discursos de poder y resistencia.
García Canclini (1919) en una obra reciente que recomendamos
calurosamente, se explaya sobre “las visiones utópicas de Internet” que confiaron en un control democrático, compartido y deliberado 4
racionalmente y aún “son búsquedas de formas renovadas de
comunidad, donde quizás podamos desempeñarnos como sujetos, no ser únicamente perfiles” (1919:56). A contrapelo de aquella visión utópica, estimulada y sobrealimentada por la idea de la “sociedad de la información” como punto de llegada, de “la nube” y otros fragmentos del guion neoliberal, nos enfrentamos hoy a la realidad de “Los dueños de Internet”, “Las guerras de Internet” (Zuazo 2015) etc.
Desde ya, no somos los primeros en incursionar por este territorio,
por eso, tratamos de desplegar en estos cuatro meses diferentes perspectivas teóricas, orientaciones críticas, genealogías y cartografías que nos significan y que en algún momento nos han servido como punto de apoyo o referencia para orientar nuestros propios trabajos. Nuestros “ensambles metodológicos” los pensamos para provocarlos y provocarlas a hacer los propios.
En la clase 1 recomendamos la lectura de la introducción al muy
interesante dossier de la revista Desacatos (56/2018), centrada en “La hegemonía del capitalismo electrónico-informático”. Allí el antropólogo Gustavo Lins Ribeiro hace un racconto de las temáticas y los juegos del lenguaje que propuso y usó en los últimos 20 años para dar nombre e identidad a los asuntos que lo preocupan y ocupan en relación al campo…. Ideas tales como “internet…base simbólica” de una “política cibercultural”, “activismo político a distancia”, “comunidades transnacionales imaginadas”, diferenciaciones entre un “espacio público virtual” y “espacio público real” son sólo algunos de los hitos que llevan Lins Ribeiro a proponer ahora la idea de capitalismo electrónico-informático.
Nadie más habilitado, entonces, para presentar un punto de llegada a
su reflexión: “el capital financiero ha usado internet para incrementar su capacidad económica; cómo han crecido las industrias de software y de aparatos digitales y electrónicos…”. Y el autor también registra los parecidos de familia entre la deriva de sus preocupaciones y las de otros autores que han acuñado ideas tales como “sociedad de la información”, “sociedad del conocimiento”, “capitalismo cognitivo”, “capitalismo digital”, “economía informacional” y otros tantos….
Llegados a este punto, recomendamos volver a ese dossier para
revisar ahora el artículo de Luis Reygadas “Dones, falsos dones, bienes comunes y explotación en las redes digitales. Diversidad de la economía virtual”. En una suerte de actualización de “La vida social de las cosas. Perspectiva cultural de las mercancías” (Appadurai 1991) Reygadas busca, en este texto “comprender la diversidad de la 5
producción, circulación, intercambio y consumo de bienes y servicios
en formatos digitales”. Desde una perspectiva antropológica analiza los nombres y las prácticas económicas configuradas en el mundo digital. Particularmente ofrece un notable esfuerzo de sistematización de la enorme heterogeneidad existente en diez tipos de interacción en las redes digitales. No vamos a nombrarlos aquí para estimular la lectura completa del artículo. El caso es que, sin dudas, la identificación de estos tipos de interacción en las redes digitales ofrece una sistematización ineludible “para explorar la dimensión virtual de la economía”. ¿Tendrán que ver alguno de esos tipos de interacción en las redes digitales, con los objetos de investigación que vienen construyendo ustedes?
Asimismo, Reygadas despliega la actividad hegemónica de las
“corporaciones que hacen ganancias exorbitantes” mediante sus operaciones extractivas del mundo digital, y entre otras características, la sorprendente velocidad con que reconfiguran sus modelos de negocios y el impacto negativo en la configuración de todos los impactos negativos del capitalismo neoliberal.
En las redes digitales ocurre una inmensa variedad de intercambios y
la perspectiva antropológica despliega su capacidad de captar las distintas voces de los actores y la diversidad de registros narrativos que se agitan en la mediatización de las redes digitales. Pero atención: el intercambio crea valor. El valor está contenido en aquello que se intercambia y a la vez, nunca es una propiedad inherente de los objetos, sino un juicio acerca de ellos emitido por los sujetos. Por eso Appadurai (2005) señalaba que para las poblaciones migrantes el archivo electrónico es un “sitio de memoria” “herramienta para el refinamiento del deseo”, un portador de “trabajo de la imaginación”, de algún tipo de proyecto social, que no es el neoliberal. Sitios conscientes para el debate y el deseo, memorias diseñadas interactivamente y producidas socialmente.
En clave de la hegemonía neoliberal, el valor creado tiene un precio –
el precio de la palabra dice García Canclini (2018)- y esto hace que la conexión entre intercambio y valor sea cada vez más política. Esa es la disputa política más importante en este campo: la establecida entre millones de usuarios de internet y una coalición de corporaciones transnacionales que obtienen ganancias siderales en ella. Es la historia de Google, Amazon, Facebook y Apple ( GAFA en la denominación de Piscitelli 2018), entendidos como dispositivos “alimentados a partir de algoritmos y analíticas detalladas que… absorben minuto a minuto (la información) gracias a la candidez y la adicción de los usuarios que habitan en sus arquitecturas. 6
Simultáneamente emergen las resistencias, los que desafían el orden
existente –y se apropian- en la red en diversas formas de coordinación y conformación desde donde inventar y articular identidades contrahegemónicas.
La brillante etnografía que compartió Jimena Ponce el León en la clase
anterior habla de eso. Varios de los trabajos incipientes que encararon mis alumnes de grado en la UN Moreno narran ese panorama de resistencias en tiempos de ASPO: instagramers feministas empoderando mediante enfoques creativos de la ESI, economistas feministas en Instagram, movimiento indígena, cuerpos resistiendo a través de la danza urbana y conurbana reconfigurada en las plataformas, bandas de rock, y tantos otres… Todos estos son fenómenos de resistencia a la fábrica neoliberal de subjetividad. Próximamente daremos a conocer una serie de ensayos preliminares que en 2023 denominamos “La vida en las plataformas. Tendencias actuales de prácticas mediáticas digitales” una serie de ensayos que mapean deseos, oportunidades creativas, sociales y políticas de muy diversos actores que hallamos inscriptos en diversas plataformas.
Pero, estas resistencias “parten de puntos cada vez más
heterogéneos del tejido social, no se unifican a través de actores sociales pre- constituidos respecto a la acción política -las clases-, y tampoco están subordinadas a modos organizativos que obedezcan a la forma 'partido'.” (Laclau 2013) Es decir que también en las redes digitales los sujetos pueden articular diferencias e inscribirse en discursos que instituyan prácticas emancipatorias.
“…Quizá su novedad es que múltiples ciudadanías desprograman lo
que la soberbia imperial y ahora los algoritmos parecían ordenar. Las preguntas desestabilizadoras provienen de muchos lugares. Millones de indígenas americanos, asiáticos, afros o afroamericanos, los movimientos feministas y LGTB, contribuyen a reescribir la pregunta sobre lo humano. ¿Qué son los ciudadan@s, les ciudadanes? (García Canclini, 2019:160)
Appadurai, Arjun (1991) La vida social de las cosas. Perspectiva
cultural de las mercancías. Buenos Aires, Editorial Grijalbo
Appadurai, Arjun (2005). Memoria, Archivo y Aspiraciones. In M.
Gutman (Ed.), Argentina Construir Bicentenarios. Buenos Aires: Fundación Octubre - Caras y Caretas - The New School Observatorio Argentina.
García Canclini, N. (2018). “Cómo Investigar La Era
Comunicacional Del Capitalismo.”: 90–105. http://desacatos.ciesas.edu.mx/index.php/Desacatos/article/view/18 79. 7
García Canclini, N. (2019) Ciudadanos reemplazados por algoritmos.
CALAS-Editorial Universidad de Guadalajara. http://www.calas.lat/sites/default/files/garcia_canclini.ciudadanos_re emplazados_por_algoritmos.pdf
Laclau, Ernesto (2013). “Prefacio”. En Di Marco, G. y Goren, N.
(Comp.) “Movimientos Sociales y Construcción de Identidades” UNSAM Edita (En prensa)
Lins Ribeiro, G. (2018) Impactos y dinámicas del capitalismo
electrónico-informático: un dosier. Desacatos 56, enero-abril 2018, pp. 8-15.
Lins Ribeiro, G. (2018) El precio de la palabra: la hegemonía del
capitalismo electrónico- informático y el googleísmo. Desacatos 56 enero-abril 2018, pp. 16-33.
Piscitelli, Alejandro 2018. Innovación y Barbarie (cápsula 1.5)
La Complejidad Antropológica de La Comunicación Digital y La Inteligencia Artificial y Cómo Afrontarla: Un Diálogo Entre Yuval Noah Harari, Byung-Chul Han y Paolo Benanti