2022 06 12 Libertad para Morirse de Hambre
2022 06 12 Libertad para Morirse de Hambre
2022 06 12 Libertad para Morirse de Hambre
Grabois: “Si vos tenés que elegir entre no comer y ser explotado por 18 horas, 14 o 10, yo
elegiría ser explotado, pero esa no es mi voluntad”.
Milei: “¿Cómo qué no? También podés elegir si querés morirte de hambre. ¡Y claro, obvio!”
Luego: “Cada uno puede hacer de su vida lo que se le dé la gana. ¿Por qué me querés
imponer una preferencia? ¿No te parece autoritario?”. Cruce en el debate Milei-Grabois
(aquí).
Mucha gente ha rechazado, indignada, la afirmación de Milei sobre que el obrero ejerce su
libertad al optar entre ser explotado y morirse de hambre. Pero lo que ha dicho el
diputado anarco-capitalista constituye la relación de producción base de la sociedad
actual. Recordemos también que este argumento de Milei fue adelantado, hace ya años,
por el ideólogo de la derecha, ex profesor en Harvard, Columbia, Oxford y Princeton,
Robert Nozick (1938-2002). A igual que el austriaco de las pampas, Nozick sostuvo que
cuando el obrero establece un contrato con el capitalista, a cambio de un salario, lo hace
libremente ya que puede elegir trabajar para otro capitalista y, en última instancia, puede
elegir morirse de hambre (véase p. 255). Anotamos asimismo su sugerencia de que los
obreros compren las empresas “con las reservas de dinero de propiedad personal” y
establezcan fábricas bajo su control (p. 248). Para una crítica de este programa de
“paquetes accionarios populares”, véase aquí.
En cualquier caso, estamos en el punto nodal de la explicación de Marx de la forma en
que es explotado el trabajo en el modo de producción capitalista. En lo que sigue
presentamos algunas reflexiones sobre el tema.
Explotación y libertad
Empecemos recordando que el argumento central de Marx es que el proletario está
privado de los medios de producción y por lo tanto debe vender su fuerza de trabajo para
obtener sus medios de vida. Pero el capitalista solo le da trabajo si el obrero acepta
entregar plustrabajo gratis. (Esto es meramente la apariencia de la relación de
explotación. En realidad, el capital paga el valor íntegro de la reproducción social de la
fuerza de trabajo. El capitalismo no ha de ser acabado por ser “injusto”: el punto es que
se está agotando, y en el proceso es más insostenible y violenta su reproducción, lo que
lleva necesariamente a la necesidad de la revolución). Para el obrero, la alternativa
disponible es morir de hambre (o caer, junto a su familia, en la indigencia). En
consecuencia, es “libre” en dos sentidos. Por un lado, porque lo han “liberado” de la
propiedad de medios de producción (para una discusión de ese aspecto, véase aquí). Por
otro, porque es libre de ir al mercado y vender su fuerza de trabajo.
Así, la explotación se establece a través de una transacción en la que capitalista y obrero
aparecen como propietarios, uno de los medios de producción y consumo, el otro de su
fuerza de trabajo. Por eso, es una forma de explotación distinta de la que ocurre en el
esclavismo o el feudalismo. En estos regímenes sociales la explotación ocurre a través de
la coerción extraeconómica (o sea, manu militari). En el capitalismo, en cambio, la
transacción es libre formalmente (encaja en la concepción negativa de la libertad). Pero
sigue siendo, de contenido, una relación no libre, en lo que hace al poder real del obrero
de elegir entre alternativas y realizar sus potencialidades humanas y sus aspiraciones
(concepción que entronca con la noción positiva de la libertad). En la actual sociedad está
obligado a optar entre ser explotado y morir de hambre, disyuntiva que no se le presenta
al propietario de los medios de producción. Con su habitual superficialidad, Milei pasa por
alto esta diferencia sustancial.
Naturalmente, los apologistas del capitalismo también pasan por alto la pregunta de por
qué en el mercado aparecen por un lado los propietarios de los medios de producción y
subsistencia, y por el otro los cientos de millones que no poseen más que su fuerza de
trabajo. No es una relación natural, ni común a todos los períodos históricos. Es, por el
contrario, “el resultado de un desarrollo histórico precedente” (Marx, 1999, p. 206, t. 1).
Pero de eso tampoco se habla en las elevadas cumbres de la ciencia burguesa.
Textos citados:
Quinteros Corrales, H. B. y A. Murillo Moreno (2021): “El racismo como ideología y su
negación en nuestras sociedades”, Perspectivas Revista de Ciencias Sociales, año 6, N° 11,
pp. 97-117.
Marx, K. (1999): El capital, México, Siglo XXI.
Nozick, R. (1988): Anarquía, Estado y utopía, México, FCE.