Punto 14

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PUNTO 14

HECHOS Y ACTOS JURIDICOS


HECHO JURIDICO (ART. 257°)
“El hecho jurídico es el acontecimiento que, conforme al ordenamiento jurídico, produce el nacimiento, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas”.
El hecho jurídico es un supuesto descripto por la norma, que puede ser humano o natural, y al que se le asignan efectos.
Estas consecuencias son el nacimiento, la modificación o la extinción de relaciones o de situaciones jurídicas.
Definición

Acontecimiento al que el ordenamiento legal adjudica determinados efectos. Abarca una serie de supuestos que no provienen
solamente del hombre, sino que también pueden derivar de los hechos externos o de la naturaleza. Todos ellos, cuando tienen
relevancia o son trascendentes para el Derecho, producen efectos jurídicos. Es el propio ordenamiento el que les atribuye aptitud
para cambiar o modificar situaciones preexistentes y para configurar situaciones nuevas.

En su estructura no tienen diferencias con los simples hechos. Los hechos jurídicos son significativos para el Derecho, resultan
relevantes para establecer una relación de causalidad que liga a ese hecho (denominado “acontecimiento”) con los efectos que se
producen en su órbita.
Los hechos jurídicos pueden provenir de la naturaleza (el granizo, el nacimiento, muerte, etc.) o pueden consistir en hechos
humanos. Los estados psíquicos pueden constituirse en hechos jurídicos, en tanto se exterioricen i puedan ser exteriorizados o
inferidos a partir de otros hechos. Ejemplo, la intención de causar un daño que es captada por el Derecho para agravar la
responsabilidad del agente.
Los hechos futuros, o la probabilidad de que existan también, pueden ser considerados hechos jurídicos.
Hechos constitutivos, modificativos y extintivos
A. Constitutivos: hechos jurídicos que tienen como consecuencia el nacimiento o adquisición de una situación o relación
jurídica.
 La adquisición puede ser originaria (cuando la atribución del derecho no se funda en otro derecho antecedente,
como la usurpación) o derivada (cuando la adquisición se relaciona con otra que aparece como antecedente y
condiciona o limita los alcances de aquélla, como la compraventa y la cesión de créditos.
 La adquisición puede ser traslativa, cuando el derecho se transfiere integralmente a un nuevo sujeto y queda
excluido el anterior titular. Es constitutiva, cuando el autor conserva el derecho constituyente. Es el caso de los
derechos reales sobre cosa ajena (usufructo, servidumbre) o los derechos reales de garantía (hi poteca, prenda).
B. Hechos extintivos: son aquellos que ponen fin a los derechos. Las causas de la extinción son múltiples. Pueden producirse
por voluntad del titular (venta, renuncia) o por razones extrañas a la voluntad: muerte, desaparición del objeto.
C. Las modificaciones son las contingencias o vicisitudes que se producen entre el nacimiento y la extinción de una relación
jurídica, que no modifican los elementos de la relación o situación jurídica.
La relación puede producirse por cambios en los sujetos (por cesión efectuada por el acreedor, por muerte del acreedor o
del deudor, situación en que los herederos ocupan su lugar) o por modificaciones en el contenido, que puede producir
mayor eficacia en el derecho (por constitución de seguridades o garantías para el cumplimiento de la obligación: como
fianzas o hipotecas).
Prueba de los hechos constitutivos, modificativos y extintivos
La prueba de los hechos constitutivos recae sobre la persona que invoca la existencia del derecho que nace o se adquiere como
consecuencia del acontecimiento. Ejemplo, la existencia de un contrato, o de una relación profesional o de un vínculo de pare ntesco.
En cambio, la prueba de los hechos extintivos recae sobre el demando que invoca que la relación o situación jurídica ha fe necido o
se encuentra aniquilada. Así, el deudor deberá demostrar que ha pagado la obligación o que el vínculo jurídico ha sido resuel to o
rescindido.

Con relación a los hechos que modifican la relación o situación jurídica, la carga de probar su existenci a corre por cuenta de quien
la invoca.
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Relaciones o situaciones jurídicas
El acto simple y el acto jurídico producen sus efectos sobre relaciones o situaciones jurídicas.
La relación jurídica es un vínculo entre dos partes.
La situación jurídica es un término que tiene dos tipos de acepciones:

A. La primera (más antigua), hace referencia al supuesto factico más amplio que el simple hecho, y que puede involucrar una
multiplicidad de ellos. Se trata siempre de una referencia fenomenológica. Ejemplo, en materia de fuentes se alude a una
práctica social que excede un simple hecho.
B. La segunda, alude a la situación jurídica abusiva, que ocurre cuando se produce un desequilibrio derivado de la
predisposición de una pluralidad de actos jurídicos conexos. Por esta razón el juez puede remediar los efectos de la
situación jurídica abusiva. Esta conexidad se produce “cuando dos o más contratos autónomos se hallan vinculados entre
sí por una finalidad económica común previamente establecida, de modo que uno de ellos ha sido determinante del otro
para el logro del resultado perseguido”.
SIMPLE ACTO LICITO (ART. 258°)

“El simple acto licito es la acción voluntaria no prohibida por la ley, de la que resulta alguna adquisición, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas”.

Los simples actos lícitos son aquellos hechos humanos, voluntarios, no prohibidos por el ordenamiento normativo que producen
efectos con independencia de la voluntad de las partes. Es la ley la que establece cuando el acto produce efectos con prescindencia
de si las partes quieren o no producirlos. Así, por ejemplo, quien escribe una canción por placer no piensa que el ordenamien to legal
protege su creación intelectual y le asigna la paternidad de la obra.
ACTO JURIDICO (ART. 259°)

“El acto jurídico es el acto voluntario licito que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de
relación o situaciones jurídicas”.

El acto jurídico es el acto voluntario lícito por el cual las personas regulan por si mismas sus propios intere ses en las relaciones con
otros, en tanto el Derecho enlaza efectos conforme a la función que caracteriza a su tipo.

La voluntad de los sujetos es válida en tanto cumpla con la estructura y forma de ser del negocio jurídico, tal como se encuentra
previsto en el ordenamiento.
Los actos jurídicos suelen estar integrados por una triple fuente de efectos jurídicos:

A. La voluntad de las partes


B. El ordenamiento jurídico
C. (y según el caso) la interpretación judicial
Caracteres del acto jurídico

A. Acto: es para diferenciarlo del hecho jurídico humano o de los hechos de la naturaleza, cuyos efectos se producen con
independencia de la voluntad creadora del hombre.
B. Acto voluntario: significa que para configurarse depende de que sea ejecutado por la persona con discernimiento, intención
y libertad, es decir, con todos los elementos internos de la voluntad sanos o sin vicios.
C. Acto lícito: de la definición legal se desprende que el acto o negocio debe ser necesariamente lícito. Para ellos no debe
estar en contradicción con ninguna disposición, considerando a tal efecto el ordenamiento jurídico en su totalidad. Las
nulidades solo se derivan de los actos jurídicos y no de los simples hechos voluntarios.
D. Fin inmediato de producir efectos jurídicos secundado por el ordenamiento legal: es el fin específico, la nota típica del acto
jurídico, que lo diferencia de todos los otros actos que, no obstante ser voluntarios, no tienen el propósito de crear relaciones
y situaciones jurídicas.

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Sujetos del acto jurídico
Las partes

Son los sujetos interesados en el acto, quienes ejercen una prerrogativa jurídica propia y a quienes se imputan las situacion es y las
relaciones jurídicas que el acto tiene por finalidad establecer. También son parte los sucesores universales.

Los sucesores se clasifican en sucesores universales (requieren de la muerte del autor de la sucesión para adquirir tal carácter. Son
aquellos a quienes se les transmite en todo o en parte los derechos y las obligaciones del causante, de tal manera que en ade lante
puedan ejercerlos en su propio nombre) y singulares (son los que reciben uno o más bienes en particular. Reemplazan a una
persona en una relación jurídica determinada y ocupan su lugar. Para que se produzca la transmisión, la sucesión entre vivos exige
además título y modo suficiente).
Los otorgantes

Son los que disponen, estipulan o prometen por medio del acto; pero pueden ser o no partes, ya que éstas puedan hacerse
representar en el acto. De modo que los otorgantes constituyen el género y las partes, la especia.
Representantes

Concurren al acto como otorgantes, pero sustituyendo a las partes en cuyo interés actúan y a quienes involucran y comprometen
en el negocio. Se dividen en legales (aquellos que designa la ley a los niños, adolescentes y a las pers onas incapaces o con
capacidad restringida) y voluntarios (los designados por el propio representado como por ejemplo los mandatarios).
Terceros
Son todos los que no son parte del acto jurídico:

A. Acreedores: pueden ser quirógrafos (pueden ser comunes o simples. Su crédito se cobra del patrimonio del deudor sin
preferencia, distribuyéndose el remanente a prorrata una vez pagados los acreedores con preferencia para el cobro) o
privilegiados (tienen derecho a ser pagados con antelación a los otros).
B. Sucesores a titulo singular: no se ven alcanzados por los efectos de los actos jurídicos realizados por los autores del acto
o más precisamente, por las partes. Sin embargo, este principio admite algunas excepciones. En primer lugar, pueden
verse beneficiados o perjudicados por los actos jurídicos cumplidos por su autor.
C. “Penitus extranei”: son los verdaderos terceros porque no tienen ninguna relación con el acto ni con sus consecuencias.
D. Intervinientes no partes: aquellos que concurrieron, pero no comprometieron un interés propio en la celebración del
negocio, aunque de alguna manera contribuyeron a que éste se llevara a cabo. Es el caso del escribano o de los testigos
en una escritura pública.
Requisito de capacidad y determinación del sujeto del acto
Para que el acto sea válido es preciso que la persona que lo otorga sea persona capaz de cambiar el estado de su derecho.
Efectos del acto jurídico respecto de las partes y de los terceros
Los actos jurídicos producen efectos entre las partes por aplicación del principio del efecto relativo de los actos. También es de
aplicación a los sucesores universales, a menos que las obligaciones que nazcan de esos actos sean inherentes a las personas,
que la transmisión sea incompatible con la naturaleza de la obligación o esté prohibida por una cláusula del contrato o por la ley. El
contrato no es transmisible cuando sus efectos se agotan en la persona del titular y no son susceptibles de ser transmitidos por la
naturaleza de las cosas o por disposición legal.

Sus ventajas y desventajas no afectan a terceros, aun cuando sean otorgantes o hubieran estado presentes o contribuido a la
celebración del negocio. Los terceros no pueden invocar ni verse perjudicados por los efectos de los actos en que no han inte rvenido.
Existen excepciones:

A. Cuando el objeto principal del acto contiene una estipulación a favor de un tercero, como es el caso del seguro de vida.
B. Cuando media una conexidad, es decir cuando dos o más contratos (o actos jurídicos) autónomos se hallan vinculados
entre sí por una finalidad económica común previamente establecida, de modo que uno de ellos ha sido determinante del
otro para el logro del resultado perseguido.

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C. En el caso del sucesor singular, cuando éste recibe un derecho determinado o una cosa, los toma con la s ventajas y
desventajas que tenía el antecesor. El adquiriente de una cosa embargado o prendada deberá responder con la cosa
gravada en cado de que el obligado no pague la deuda y aquella deba ser ejecutada. El adquiriente de un inmueble
alquilado debe respetar la relación locativa hasta el vencimiento del contrato.
D. Los acreedores también pueden ver modificado el patrimonio del deudor y el ordenamiento jurídico los autoriza a solicitar
el dictado de medidas cautelares o medidas conservatorias sustanciales, con sustento en que el patrimonio del deudor
constituye la garantía común de todos los acreedores.
Interpretación de los actos entre vivos bilaterales

Los actos jurídicos deben ser interpretados según la literalidad de los términos empleados al exteriori zar la voluntad. Se procura de
este modo que las palabras, los signos y expresiones no verbales tengan un significado razonable.

Las cláusulas de un acto jurídico han de interpretarse todas ellas coligadas e integradas, es preciso tomar en cuenta, las
circunstancias en que se celebró y para ello habrá que tener en consideración las etapas previas o preliminares, la conducta posterior
de las partes y la naturaleza y finalidad del contrato.

Cuando una clausula tiende a la nulidad y otra a la validez, o un texto íntegramente interpretado llega a soluciones contrapuestas,
cabe inclinarse por la validez del acto por aplicación del principio de conservación.
Interpretación de los actos unilaterales

Deberá indagarse cuan es la intención real del declarante. Se aplica un acto entre vivos no recepticio o un acto de última voluntad
(testamento).

Para determinar cuál es la voluntad real del testador deben examinarse las cláusulas del testamente como instrumente autónomo
tratando de indagar en la inteligencia de todo el acto. En forma excepcional podrá acudirse a prueba externa.
ACTO VOLUNTARIO (ART. 260°)
“El acto voluntario es el ejecutado con descernimiento, intención y libertad, que se manifiesta por un hecho exterior”.

Para ser reputado como voluntario es preciso que el acto sea ejecutado con discernimiento, intención y liberta y, al propio tiempo,
que se exteriorice. Los tres primeros requisitos constituyen los elementos internos de la voluntad y el cuarto, el elemento e xterno.
Si falta alguno de ellos, el acto será nulo.
Discernimiento

Es una aptitud de la inteligencia que permite distinguir lo verdadero de lo falso, lo justo de lo injusto, lo conveniente de lo
inconveniente de las acciones humanas. Son estados de conciencia que permiten al sujeto apreciar las con secuencias de sus
acciones.
El discernimiento se presume y quien invoca lo contrario debe acreditarlo.

Son causas obstativas del discernimiento la inmadurez de la persona en razón de su edad o por la alteración de las facultades
mentales. El código reputa involuntario el acto lícito realizado por personas menores de trece años; los actos ilícitos ejecutados por
quienes no alcanzaron la edad de diez años y los actos llevados a cabo por quienes, al momento de realizarlos, se encontraban
privados de razón.
Intención
Supone aptitud para entender el acto concreto que se realiza. Los actos humanos se presumen realizados con intención. Quien
alegue que se ejecutaron por error o dolo, deberá probarlo.
Libertad

Facultad de elegir entre distintas alternativas, espontáneamente, sin coacciones ni intimidación. Los actos humanos se presumen
libres.
Forma
Es el elemento externo.

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ACTO INVOLUNTARIO (ART. 261°)
“Es involuntario por falta de discernimiento:

A. El acto de quien, al momento de realizarlo, está privado de la razón


B. El acto ilícito de la persona menor de edad que no ha cumplido diez años
C. El acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece años, sin perjuicio de lo establecido en
disposiciones especiales”.
Privación accidental de la razón

El apartado A hace referencia a los estados transitorios o accidentales de inconsciencia o perturbación mental que priva a las
personas. Tal es el caso de aquellos que se encuentran bajo influencia de algunas sustancias que alteró su psiquis o bajo los efectos
del alcohol (tiene que ser físico o psicológico) o cualquier situación que provocara la perdida transitoria de la aptitud para
comprender. Si se trata de un acto ilícito este es inimputable y si es licito se declara nulo.
Las personas menores y el discernimiento para actos lícitos

Cuando se trata de tratamientos que comprometen su salid, su integridad física o la vida, se prevé que el adolescente debe pr estar
su consentimiento junto con la asistencia de sus progenitores. En caso de conflicto entre ambos, la cuestión se resuelve sobre la
base de la opinión media respecto de las consecuencias del acto.

A partir de allí -16 años- son considerados adultos para tomar cualquier tipo de decisiones vinculadas al cuidado de su propio
cuerpo.

Actualmente el discernimiento para los actos lícitos se alcanza a los 13 años, aunque antes las personas menores de edad pueden
celebrar los actos jurídicos que le son permitidos por el ordenamiento legal, en función de su edad y madurez.
Discernimiento para los actos ilícitos

Se consideran efectuados sin discernimiento los hechos ilícitos cometidos por personas que no han cumplido la edad de diez años,
las personas están en condiciones de distinguir a más temprana edad lo bueno de lo malo.
MANIFESTACION DE LA VOLUNTAD (ART. 262°)

“Los actos pueden exteriorizarse oralmente, por escrito, por signos inequívocos o por la ejecución de un hecho
material”.

La voluntad se integra con tres elementos internos (discernimiento, intención y libertad). Es preciso que esa voluntad se exteriorice
mediante un hecho perceptible.

Cuando existe discordancia entre la voluntad declarada y la real o interna, el sistema argentino se inclina por la segunda, e xcepto
que el emisor hubiere incurrido en culpa generando confianza en la otra parte, o bien incurra en alguna distorsión deliberada
destinada a engañar a terceros.
La voluntad puede exteriorizarse de distintas formas: en forma expresa o tácita o por signos inequívocos o por la ejecución m aterial.

Hay declaración de voluntad cuando la manifestación consiste en un hecho del lenguaje mediante el cual la persona que la formula
tiende a hacer conocer a otro u otros sujetos, su voluntad respecto de ciertas cuestiones. Puede realizarse en forma oral o p or
escrito o por signos inequívocos, que pueden surgir de la práctica de los usos y costumbres del lugar.
No existe equivalencia entre manifestación y declaración de voluntad por cuanto hay manifestaciones que no son declaraciones.
Voluntad de la manifestación y voluntad de contenido
La doctrina distingue entre voluntad de la manifestación en sí misma y la voluntad del contenido de esa manifestación. La voluntad
de manifestación está enderezada a comunicar a otros algo; en tanto que la voluntad de contenido o de resultado se encamina a la
obtención del fin perseguido.

Ambas pueden ser coincidentes. Pero si suscitan inconvenientes cuando existen desajustes entre el elemento interno y el exter no,
o bien cuando alguna de ellas es inválida o nula. El primer caso se presenta cuando la persona no ha exteriorizado en rea lidad lo
que quería en su fuero intimo (su verdadero propósito) o bien cuando deliberadamente las partes han intentado manifestar algo que

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no coincide con lo efectivamente querido, como la simulación. El segundo supuesto tiene lugar cuando la voluntad se h a manifestado
porque se ejerció dolo o violencia sobre el sujeto.
La doctrina ha formulado distintas maneras de solucionar el problema.

A. Teoría de la voluntad.
Otorga prioridad a la voluntad interna sobre la manifestada. Cuando existe discordancia entre am bas, debe darse prioridad
al contenido de la voluntad intima.
B. Teoría de la declaración.
Surge como reacción a la teoría de la voluntad. Consideran que ésta es peligrosa para la seguridad jurídica. Se entiende
que la voluntad sólo puede ser aprehendida por su manifestación externa y, en consecuencia, hay que atenerse a ella a la
hora de apreciar la existencia, significado y alcance del proceso voluntario en el fuero interno de los sujetos.
C. Teoría de la responsabilidad y de la confianza.
Esta teoría perfila como intermedia. La declaración de la voluntad prevalece sobre la efectiva voluntad cuando el sujeto
emisor generó confianza o una expectativa legitima en la otra. Por aplicación de la buena fe, habrá de prevalecer la voluntad
declarada por sobre la real o interior.
D. Solución del Código.
El código lo hace con los ajustes de la teoría de la confianza y de la autorresponsabilidad del declarante.
Clases de manifestación de la voluntad
1) Declaración positiva o expresa.
Es la que se mantiene por medio de un signo o señal emitidos por el declarante que es perceptible por terceros, con la
finalidad de dar a conocer su voluntad.
 Oral o verbal: manera más precisa de dar a conocer el pensamiento y la voluntad. Tiene la desventaja de que la
prueba de su existencia es muy frágil y poco confiable porque el emisor puede negar lo que dijo o bien aquello a
lo que se comprometió y la prueba para acreditarlo puede resultar extremadamente dificultosa. Si el autor la
reconoce, es plenamente eficaz.
 Escrita o instrumental: la voluntad se manifiesta en un instrumento público o privado. Si se estampa la firma, la
prueba es más eficaz.
 Signos inequívocos o hechos materiales: realizar gestos que tienen significados muy precisos e inconfundibles.
 Ejecución de un hecho material: la conducta posterior de las partes constituye una valiosa interpretación de la
voluntad, que sirve para explicar el acto y sus alcances.
 Tácita: finalidad de proporcionar elementos para interpretar de qué forma se entiende la voluntad del emisor.
 Presumida por la ley: la manifestación de la voluntad en este caso es ficticia porque la ley extrae una consecuencia
de determinados presupuestos de hecho.
2) Manifestación tácita.
SILENCIO COMO MANIFESTACION DE LA VOLUNTAD (ART. 263°)

“El silencio opuesto a actos o a una interrogación no es considerado como una manifestación de voluntad conforme al
acto o la interrogación, excepto en los casos en que haya un deber de expedirse que puede resultar de la ley, de la
voluntad de las partes, de los usos y prácticas, o de una rel ación entre el silencio actual y las declaraciones
precedentes”.
No puede inferirse ninguna manifestación de voluntad a menos que autoricen a tenerla por expresada.

En derecho el silencio so significa ni sí ni no. Es un hecho neutro, no unívoco. El presente artículo enuncia distintas excepciones,
en las cuales la ley atribuye valor al silencio en determinados supuestos.

 Cuando existe un deber de expedirse que resulte de la ley, de la voluntad de las partes, de los usos y prácticas.
 Cuando del silencio actual comparado con declaraciones precedentes, resulta una inequívoca expresión de voluntad.
Esta circunstancia se presenta cuando el empleador guarda silencio frente a la intimación efectuada por el trabajador para
considerarse despedido.
MANIFESTACION TACITA DE VOLUNTAD (ART. 264°)

“La manifestación tácita de la voluntad resulta de los actos por los cuales se la puede conocer con certidumbre. Carece
de eficacia cuando la ley o la convención exigen una manifestación expresa”.
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Para que la voluntad así manifestada sea relevante en Derecho es preciso que se reúnan dos condiciones:

I. Que la voluntad pueda ser conocida con certidumbre a través de la conducta (requisito positivo).
II. Que la ley no exija una expresión expresa o positiva (requisito negativo).
III. Finalmente, tampoco las partes tuvieron que haber supeditado la obligatoriedad del acto al cumplimiento de algunas
formalidades. Provoca que el negocio jurídico carezca de validez cuando las partes, apartándose del principio genérico de
libertad, han establecido que sea expresado bajo determinada formalidad.

ERROR COMO VICIO DE LA VOLUNTAD


ERROR DE HECHO (ART. 265°)
“El error de hecho esencial vicia la voluntad y causa la nulidad del acto, si el acto es bilateral o unilateral
recepticio, el error debe, además, ser reconocible por el destinatario para causar la nulidad”.
Concepto del error como vicio de la voluntad

El error es el falso conocimiento o la falsa representación que se tiene de la realidad de las cosas. Puede recaer sobre algún
elemento de hecho, contenido o presupuesto del acto (error de hecho). El error de Derecho es el que recae sobre el alcance, la
existencia o la vigencia de las normas jurídicas.
Clasificación del error de hecho

Se clasifica en esencial (es el que refiere al elemento del acto que se ha tenido en mira al tiempo de su celebración) y accidental
(cuando recae en circunstancias accesorios o intrascendentes es inhábil para producir la invalidez del negocio).

Para que cause la nulidad, el error debe ser esencial. No se exige que sea excusable, pero, cuando el vicio afecta a un acto bilateral
o unilateral recepticio, debe ser reconocible por el destinatario, pues de lo contrario, no será posible declarar su invalide z.
Requisitos del error de hecho esencial

Para dar lugar a la nulidad del acto jurídico es preciso que el falso conocimiento recaiga sobre algún elemento de hecho. Para
provocar la invalidez, el error debe afectar el proceso de formación interna de la voluntad, es decir haber sido la causa determinante
del acto. Sí no recae sobre alguno de los elementos básicos del negocio y no fue el motivo que determinó la voluntad, no podrá
producir la nulidad del acto.

El error se transforma en relevante cuando es reconocible para la contraparte porque ésta pudo advertir que faltaba en la con ciencia
de ambas correspondencias en la declaración y, por tanto, no sólo está ausente el elemento subjetivo sino también el objetivo del
acto bilateral.
Error de Derecho

No puede ser invocado para anular los actos sino en los casos que menciona el art 8°. Nadie podría aducir que no conocía las
consecuencias de no haber abandonado sus impuestos porque ignoraba encontrarse comprendido dentro de los sujetos alcanzados.
Si una persona comete un ilícito no puede eximirse de las consecuencias de los daños. Sin embargo, la ley dice que este error sirve
de excusa en aquellas circunstancias excepcionales de la ley.
Error de hecho y actos ilícitos

Si el acto se cometió por negligencia, descuido o cualquier forma de culpabilidad, el sujeto no podría invocarlo para eludir su
responsabilidad porque importaría invocar la propia torpeza. Cuando el error cae en la propia materialidad del acto realizado al que
el causante fue ajeno, es procedente la alegación. Ejemplo, lo que ocurre con el dinero falso que una persona recibe en un comercio
o en un banco y lo hace circular creyendo que es verdadero, en tal caso no podría imputarse ningún delito porque él mismo fue
engañado (el error debe recaer en un elemento esencial y no accesorio).
ERROR RECONOCIBLE (ART. 266°)
“El error es reconocible cuando el destinatario de la declaración lo pudo conocer según la naturaleza del acto, las
circunstancias de persona, tiempo y lugar”.
Los actos jurídicos pueden ser declarados nulos cuando hay error de hacho, para ser invocado, además de ser ese ncial debe ser
reconocible. El criterio para establecer cuándo es reconocible es objetivo, es decir, no depende de la situación concreta del

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destinatario sino de lo que ocurre habitualmente con criterio de generalidad. Se aplica a los actos bilaterales o u nilaterales recepticio,
excepto por el testamento, y su prueba es a cargo de quien invoca la nulidad por error.
Determinación de lo reconocible

El error es reconocible cuando el destinatario de la declaración lo pudo conocer según la naturaleza del acto, l as circunstancias de
persona, tiempo y lugar. No es necesario que el destinatario de la declaración haya o no reconocido el error: basta que el er ror fuese
objetivamente reconocible según las características profesionales del destinatario de la declaración considerando la naturaleza del
acto en cuestión y, particularmente, las circunstancias de tiempo y lugar como expresa el texto de la norma.
SUPUESTOS DE ERROR ESENCIAL (ART. 267°)
“El error de hecho es esencial cuando recae sobre:

A. La naturaleza del acto


B. Un bien o un hecho diverso o de distinta especia que el que se pretendió designar, o una calidad, extensión o
suma diversa a la querida.
C. La cualidad sustancial del bien que haya sido determinante de la voluntad jurídica según la apreciación común o
las circunstancias del caso.
D. Los motivos personales relevantes que hayan sido incorporados expresa o tácitamente.
E. La persona con la cual se celebró o a la cual se refiere el acto si ella fue determinante para su celebración.
El error esencial es el que da lugar a la nulidad del acto jurídico si se presenta cualquiera de los supuestos que menciona el artículo.
El que recae sobre la naturaleza del acto

Es el que recae sobre la especia del acto o contrato que se celebra o ejecuta. Ello sucede si una de las partes entiende que vende
algo y la otra piensa que se trata de una donación, o a la inversa. Incide sobre la propia identidad del negocio o sobre la i dentidad
de la cosa en virtud de la cual aquél sea concluido.
El que recae sobre la cualidad sustancial del objeto

Es el que recae sobre la identidad o descripción de la cosa en función de la cual el negocio ha concluido (compro una cosa cr eyendo
que es otra), de manera que conduzca a identificar una cosa distinta de la que concebía el declarante.
El que recae sobre la cualidad sustancial del bien
El error recae sobre la característica de un bien, que determinó la voluntad común.
Pautas para definir el concepto:

A. La cualidad debe integrar la cosa haciendo que ella sea lo que es y no una cualidad externa
B. Constituye un factor importante para apreciar la cualidad sustancial, su correspondencia con la función económico- social
que cumple la cosa, conjugado con el principio de la buena fe creencia. Es el caso de quien compra una cosa que no tenía
las condiciones indispensables para cumplir la función para la que fue adquirida, como un cambio que no es apto para la
siembra.

El error en las cualidades sustanciales del bien o hecho del acto implica que la persona que lo invoca debe probar cuál es esa
cualidad sin la cual el acto no se hubiera celebrado.
Los motivos personales relevantes que hayan sido incorporados expresa o tácitamente

Son aquellos motivos que las personas se proponen conseguir con el acto, haciéndolo conocer a la otra parte. Se trata del con junto
de razones que deciden a cada persona a celebrar el negocio jurídico que, si bien inicialmente son particulares, se pusieron de
manifiesto a la otra parte del tiempo de la celebración del acto, ya sea por declaración expresa o tácita.
El que recae sobre la persona del otro contratante

El error recae sobre la identidad de la persona si tiene un destinatario determinado, y la declaración de voluntad es dirigid a a persona
distinta de aquella con quien se cree celebrar el acto, como en el supuesto de sustitución dolosa de una persona por otra. Se designa
heredero en un testamento a una persona diferente de aquella que el testador ha querido beneficiar.

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ERROR DE CALCULO (ART. 268°)

“El error de cálculo no da lugar a la nulidad del acto, sino solamente a su rectificación, excepto que sea determinante del
consentimiento”.
Error material en la suma

Se trata de rectificar para volver el acto a su quicio y no declarar su nulidad. El error de cantidad puede manifestarse como error en
la declaración, normalmente el error en la cantidad no es error en la declaración, sino error-motivo.

Cuando el error recae sobre el valor o el precio, de ordinario, puede tratarse de error esencial. Se cree comprar una obra de arte
que se considera de mucho valor y es solo una buena imitación. Se trataría de error en la cualidad esencial de la cosa. Siempre que
el error no sea accidental se asimila al error en la individualización del objeto.
SUBSISTENCIA DEL ACTO (ART. 269°)

“La parte que incurre en error no puede solicitar la nulidad del acto, si la otra ofrece ejecutarlo con las modalidades y en
contenido que aquélla entendió celebrar”.

Por aplicación del principio de conservación de los actos y en una aplicación concreta de la regla de la buena fe, se impide a quien
incurre en error solicitar la nulidad del acto sui la otra parte ofrece ejecutarlo con las modalidades, contenido y demás cláusulas que
el perjudicado entendió al momento de la celebración.
Principio de subsistencia del acto

Se funda en dos postulados básicos del acto jurídico: el principio de la buena fe y el de la conservación de los actos jurídicos. La
combinación de ambas reglas ha llevado al legislador a autorizar la subsistencia del acto si la contraparte de aquel que expe rimentó
el error consiste en ejecutar el negocio tal cual éste lo entendió. Le da relevancia a la voluntad real por sobre la declarada, afectada
por el vicio de error.

Según esos postulados, la parte que padeció error al tiempo de la celebración del acto no puede reclamar su nulidad si obtiene
satisfacción de su interés.
ERROR EN LA DECLARACION (ART. 270°)
“Las disposiciones de los artículos de este capítulo son aplicables al error en la declaración de la voluntad”.

El error sobre la declaración es una falsa representación por la cual la parte atribuye a la declaración o comportamiento propios un
significado distinto al que tiene objetivamente.

La comprobación de este error es un corolario de la recta interpretación del negocio. El negocio sigue siendo válido siempre que
posible determinar y mantener su verdadero contenido; es decir, lo que ha sido objeto real del propósito o del consentimiento.
Error en la declaración y en la transmisión
Tradicionalmente al error en la declaración también se lo denominó “error de pluma” o “error impropio” porque no afecta los
elementos internos de la voluntad. La solución es, un corolario (Significado: razonamiento, juicio o hecho que es consecuencia
lógica de lo demostrado o sucedido anteriormente) de la recta interpretación del acto.
Distintas manifestaciones del error en la declaración
El error en la declaración puede tener origen en distintas causas. Puede manifestarse de tres modos:

A. Cuando la persona realiza una declaración en forma involuntaria o inconsciente.


B. Cuando se emite una declaración que no refleja su efectiva voluntad. El sujeto confunde un documento con otro y firmó el
que no quería.
C. El sujeto emplea deliberadamente expresiones, pero no conoce que tiene distintos significados, acepciones o que puede
hacer referencia a diferentes especies. Cuando se celebra una operación en dólares en el entendimiento de que se trata
de dólares canadienses, pero se desconoce que el signo representa dólares norteamericanos.

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Error en la declaración, impropio o error de pluma. Efectos

Se produce cuando una de las partes al pronunciar o escribir una palabra o una cantidad, declara o exterioriza una distinta de la
que había pensado, debido a un error de expresión. Si la parte que recibe la oferta es de buena fe en consideración a los tér minos
utilizados en el acto, el negocio jurídico es válido tal como resulta de las cantidades o calidades declaradas. La contraparte, no
podría aprovecharse de una declaración errónea de la otra ni podría invocar error, cuando surge manifiesto del propio acto el
carácter irrazonable o extravagante de la oferta. En estos casos, el error no da lugar a la anulación del contrato sino a la rectificación
de los términos de la declaración.
Supuestos en que recae el error impropio o en la declaración

Puede referirse a cualquiera de los aspectos configurativos del error propiamente dicho. Puede haber error en la declaración
respecto de la identidad de la persona; sobre las cualidades esenciales de la cosa; en lo atinente al objeto o respecto de sus
cualidades esenciales.
DOLO COMO VICIO DE LA VOLUNTAD
ACCION Y OMISION DOLOSA (ART. 271°)

“Acción dolosa es toda aserción de lo falso o disimulado de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que
se emplee para la celebración del acto. La omisión dolosa causa los mismos efectos que la acción dolosa, cua ndo el acto
no se habría realizado sin la reticencia u ocultación”.

Dolo como vicio de voluntad (lo que vamos a darle énfasis). Consiste fundamentalmente en realiza una maniobra engañosa o incurrir
en una omisión o reticencia que produzca el mismo efecto. El engaño debe ser idóneo para provocar que otro celebre un acto
jurídico y ha de ser la causa determinante de la voluntad. (*concepto)
Distintos significados de la palabra dolo

A. Como elemento del acto lícito, la intención de cometer un daño.


B. Dolo obligacional: entendido como el incumplimiento deliberado de la obligación. Cuando el deudor pudiendo incumplir no
lo hace.
C. Dolo como vicio de la voluntad.
Dolo como vicio de la voluntad
El dolo puede consistir en un acto positivo de engaño o en una omisión reticente o dolosa. En este último supuesto implica guardar
silencio cuando se advierte que la otra parte se encuentra equivocada o incurre en error respecto de algún elemento esencial del
contrato que es determinante de su consentimiento. No solamente los actos bilaterales pueden ser susceptibles de dolo, sino que
también puede afectar a los negocios unilaterales.
Fundamento
El acto celebrado a raíz del dolo cometido por una de las partes o por un tercero acarrea la nulidad del acto.
Dolo y error (comparación)

Si bien el dolo procura hacer incurrir en error a la otra parte, la diferencia entre ambos radica en un elemento que es característico
del dolo y esencial para su configuración y es el engaño percibido por una de las partes sobre la otra o por un tercero. El dolo no
requiere ser “reconocible” para causar la nulidad.
Dolo y fraude

Tienen elementos en común. Dan por supuestas maniobras desleales que causan perjuicio a la víctima. En el fraude, el deudor l leva
a cabo un acto real, con posterioridad a la existencia del crédito con la finalidad de provocar o agravar su insolvencia a efectos de
no cumplir con sus obligaciones. En el dolo, en cambio, el acto se comete antes o al tiempo de celebrarlo. A su vez, en el do lo, una
de las partes o un tercero urde una maniobra para engañar a un tercero, pero en el fraude el fin último es provocar que se realice
un acto en perjuicio de la víctima.

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Dolo y simulación ilícita

El acto simulado es ficticio y realizado siempre en perjuicio de alguien ajeno a la simulación. El a cto doloso, en cambio, es real en
tanto que la víctima no es un tercero, sino que es la parte del acto que resultó perjudicada a raíz de la maniobra que la inc linó a
realizarlo.
Clasificación del dolo

 Dolo principal, llamado esencial o incidental: clasificación más importante. La diferencia es que el primero es el engaño
que constituye la causa determinante del acto, en tanto que el dolo incidental es el engaño que si bien ha logrado que la
víctima lleve a cabo el acto jurídico en condiciones desventajosas, no ha sido la causa determinante o fundamental para
realizar el negocio jurídico.
 Dolo bueno y dolo malo: el bueno, es el engaño moralmente no censurable: afirmaciones inexactas, astucia comercial,
exagerar el valor o las cualidades de una mercancía. La diferencia se basa en que la acción dolosa se la emplea con el fin
de engañar a otro, y en el dolo bueno se la emplea para competir. (dolo malo: Una de las partes busca obtener de la otra
la voluntad para consentir a través de engaños. El dolo malo es el practicado con objeto o intención de perjudicar).
 Dolo directo o indirecto: el dolo directo es el cometido por alguna de las partes del acto, o por un representante suyo. El
indirecto proviene de un tercero.
 Dolo positivo y negativo: el primero se presenta cuando el sujeto emplea una acción como maniobra engañosa y el segundo
cuando la maniobra consiste en una omisión. Habrá dolo positivo cuando el agente asevera que algo es falso o disimula lo
verdadero, emplea cualquier astucia para lograr la celebración del acto. La omisión dolosa, en cambio, importa reticencia
y ocultación de alguna característica esencial del acto sin la cual ése no se hubiera llevado a cabo.
DOLO ESENCIAL (ART. 272°)

“El dolo es esencial y causa la nulidad del acto si es grave, es determinante de la voluntad, causa un daño importante y
no ha habido dolo por ambas partes”.
Dolo esencial
Es el que vicia el consentimiento porque fue la causa determinante del acto al inducir a la víctima a que lo consienta en con diciones
desventajosas para ella.
Requisitos que debe reunir el dolo para dar lugar a la nulidad

A. Debe ser grave: la gravedad del dolo es la idoneidad del engaño, debe ser apreciada según las características y
condiciones de la víctima. Las mismas consideraciones son de aplicación a la omisión dolosa para apreciar la gravedad.
B. Debe ser la causa determinante del acto: el engaño debe ser encaminado a lograr que otro realice un determinado acto
jurídico. Se procura que la víctima tenga una falsa representación de la realidad. El dolo es causa determinante cuando
afecta el proceso deliberativo interno de la persona y vicia la intención, porque de no haber sido por la maniobra que le
presentó un estado de las cosas falso o irreal, no lo hubiera llevado a cabo. Si no obstante el engaño la víctima hubiere
igualmente celebrado el negocio jurídico, no podrá reclamarse la nulidad porque el dolo habría sido incidental o irrelevante.
C. Que haya provocado un daño importante: la víctima tiene que haber experimentado un perjuicio de cierta magnitud. En
caso de que el dolo no hubiere provocado un daño significativo, la víctima siempre podrá reclamar la reparación de los
daños y perjuicios sin necesidad de invalidar el acto jurídico. El daño que provoca la nulidad puede ser patrimonial o moral,
la importancia del perjuicio debe ser ponderada tomando en consideración la trascendencia o entidad del negocio afectado,
con precedencia del monto económico comprometido.
D. Que no haya dolo reciproco: es una exigencia del principio de la buena fe, de la moral y de las buenas costumbres que
han de predominar en la celebración y ejecución de los actos.
Demanda de nulidad

La demanda de nulidad debe dirigirse siempre contra la otra parte del acto aun cuando el autor del dolo hubiera sido un terce ro. Si
ha muerto, deberá dirigirse contra sus sucesores universales. Cuando el bien que se pretende recuperar no se encuentra en po der
de la contraparte, sino que fue transmitido a un tercero, también habrá que citar a éste para que la sentencia le resulte opo nible, de
otro modo no podría alcanzarlo. Se presenta cuando un tercer adquiriente que puede ser obligado a restituir la cosa si se prueban
los requisitos que tornan procedente la nulidad del acto.

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Prueba
Acción dolosa que vicia la voluntad puede rendirse por cualquier medio de prueba.
Sentencia
Declara la nulidad relativa del acto jurídico celebrado con ese vicio.
Prescripción de la acción de nulidad
Rige en el caso el plazo de prescripción bienal.
DOLO INCIDENTAL (ART. 273°)
“El dolo incidental no es determinante de la voluntad; en consecuencia, no afecta la validez del acto”.

Se refiere a la maniobra engañosa que proviene de la otra parte o de un tercero pero que no ha sido la causa determinante del acto.
Este recaudo revela la diferencia principal de esta figura con la del dolo esencial.
SUJETOS (ART. 274°)
“El autor del dolo esencial y del dolo incidental puede ser una de las partes del acto o un tercero”.

Para que el dolo de un tercero pueda dar nulidad, es preciso que se verifiquen los quesitos del dolo esencial. Si el dolo fue ra
incidental, el perjudicado solamente podrá reclamar la reaparición de los daños.
RESPONSABILIDAD POR LOS DAÑOS CAUSADOS (ART. 275°)

“El autor del dolo esencial o incidental debe reparar el daño causado. Responde solidariamente la parte que al tiempo de
la celebración del acto tuvo conocimiento del dolo del tercero”.

Cuando el dolo fue cometido por un tercereo, la parte que al tiempo de celebración del negocio tuvo conocimiento del dolo cometido
por aquél, responde solidariamente por los perjuicios ocasionados a la otra. Si en cambio, no tenía conocimiento o lo adquiri ó con
posterioridad a la celebración del acto, el único responsable es el tercero artífice del engaño por acción u omisión.
VIOLENCIA COMO VICIO DE LA VOLUNTAD
FUERZA E INTIMIDACION (ART. 276°)

“La fuerza irresistible y las amenazas que generan el temor de sufrir un mal grave e inminente que no se puedan
contrarrestar o evitar en la persona o bienes de la parte o de un tercero, causan la nulidad del acto. La relevancia de las
amenazas debe ser juzgada teniendo en cuenta la situación del amenazado y las demás circunstancias del ca so”.
Fuerza física. Condiciones
Para constituir un vicio de la voluntad, la fuerza física debe ser irresistible.

El requisito que alude a que la fuerza sea irresistible implica que la voluntad de la víctima debe haberse encontrado coaccionada,
compelida a realizar el acto del cual, por su gravedad o superioridad, resulta imposible sustraerse. El sometimiento debe haber
impedido al damnificado acudir al auxilio de la autoridad pública.

Para que la fuerza física constituya causal de invalidez del acto es preciso que sea su causa determinante, que el negocio no se
hubiera realizado de no haber existido dicha acción. La victima realiza un acto marcadamente involuntario por falta de libertad.
Intimidación o violencia moral

El sujeto es objeto de coacción. Su voluntad no se suprime totalmente, pero está viciada. El sujeto, aunque constreñido, quiso
realizar el acto.
Requisitos de configuración de la violencia
 Injustas amenazas: se trata de una acción psicológica sobre una de las partes del acto jurídico, inspirándole temor de
infligirle o de sufrir un mal inminente y grave si realiza o no realiza un acto determinado. Las amenazas deben haberse
exteriorizado en forma expresa o tácita, siempre que del comportamiento del sujeto activo puedan inferirse con

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certidumbre. Deben ser concretas y de posible cumplimiento. Esta característica debe verificarse según las
circunstancias personales de la víctima.
Que las amenazas sean injustas significa que para provocar la nulidad del acto han de ser antijurídicas. Se considera
que la amenaza es antijurídica cuando el medio empleado para intimidar es en sí mismo ilícito.
 La amenaza debe importar el temor de sufrir un mal inminente y grave: que sean inminente significa que la ocurrencia del
daño tendrá lugar en un lapso breve, sin necesidad de que sea inmediato, sino que basta con que sea más o menos
próximo de manera que no pueda evitarse ni se pueda lograr en ese tiempo el auxilio de la autoridad pública. La
gravedad se relaciona con la idoneidad de la amenaza para infundir racionalmente temor fundado de sufrir un mal.
 Amenazas efectuadas por personas que carecen de discernimiento: la falta de discernimiento permanente o transitorio
del autor de la amenaza es irrelevante. Basta con que pueda apreciarse en forma objetiva su injusti cia e idoneidad para
torcer la libertad de la víctima a fin de determinarla a celebrar un acto jurídico.
 Bienes sobre los que recaen las amenazas: las amenazas pueden recaer sobre la persona de la parte contratante o
sobre sus bienes. También causan la nulidad del acto aquellas que recaen sobre la persona o bienes de terceros.
 Que el temor a las amenazas haya sido la causa determinante del acto: la influencia de las amenazas para influir temor a
la víctima y para determinarla a realizar el acto es una condición fundamental para que proceda la nulidad.
SUJETOS (ART. 277°)
“El autor de la fuerza irresistible y de las amenazas puede ser una de las partes del acto o un tercero”.
Que se entiende por tercero

Presentan carácter de terceros con relación al acto (además de los terceros propiamente dichos) el testigo, el escribano o cualquier
otra persona para quienes el acto no produce ningún efecto sustancial, aunque hubiesen concurrido a su celebración.
Consecuencias de la violencia ejercida por una de las partes
En el caso en que la violencia hubiere sido ejercida por una de las partes, la perjudicada cuenta con dos acciones: a) la nul idad
(para volver al estado anterior) y b) la acción resarcitoria.
Complicidad entre el tercero y una de las partes

Si la violencia ejercida por un tercero fue de conocimiento de la otra parte al tiempo de celebrar el acto, ambos (tercero y parte)
serán responsables solidariamente hacia la víctima por los daños y perjuicios que pudieron haberle causado.
RESPONSABILIDAD POR LOS DAÑOS CAUSADOS (ART. 278°)

“El autor debe reparar los daños. Responde solidariamente la parte que al tiempo de la celebración del acto tuvo
conocimiento de la fuerza irresistible o de las amenazas del tercero”.
Acción por daños y perjuicios

La víctima tiene acción para reclamar, además de la nulidad, el daño patrimonial o moral que ocasionaron las amenazas o la fuerza
física irresistible. El sujeto pasivo del reclama es el autor de la acción antijurídica. Puede ser la contraparte, un tercero o ambos.

Si el agente que profirió las amenazas fue una de las partes, deberá hacerse cargo de los daños que su acción antijurídica provocó.
Si fue un tercero ajeno al acto y la parte beneficiada no conocía la existencia de aquellas, el tercero será el exclusivo res ponsable
de los daños.

Si las amenazas partieron de un tercero que estaba en connivencia (significado: Acuerdo o complicidad entre dos o más personas)
con una de las partes o bien ésta tomó conocimiento y aprovechó las circunstancias, ambos serán responsables solidarios frente a
la víctima.

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