Enfoque Ecológico de Gibson
Enfoque Ecológico de Gibson
Enfoque Ecológico de Gibson
Resumen:
Gibson en su teoría de la percepción rechazó los postulados tradicionales que asumían que la
percepción estaba basada en sensaciones. En cambio, propuso que la percepción estaba basada en la
información ambiental. En esta revisión se incluyeron algunos de los trabajos de Gibson con el
propósito de brindar un panorama general respecto a cómo en su teoría la información está afuera en
el ambiente y no dentro del observador. Para ello Gibson propuso el concepto de arreglo óptico
ambiental que se refiere a la luz que es estructurada por el ambiente, i.e., la luz ambiental. El arreglo
lleva información que puede ser recogida por el observador a través de muestras obtenidas desde
diferentes puntos de observación. Con su desplazamiento el observador genera transformaciones
continuas de la perspectiva del campo visual, lo que permite hacer evidente las invariantes del
ambiente. Finalmente, para Gibson, las diferentes transformaciones de todo el arreglo óptico
especifican el movimiento del observador y el cambio de una parte de todo el arreglo especifica el
movimiento de un objeto. La revisión aquí presentada permite reconocer las características del
ambiente que llevan información para la percepción y la forma en que el observador recoge esta
información.
Palabras clave:
arreglo óptico, puntos de observación, información, movimiento, enfoque ecológico.
Abstract:
In his theory of perception, Gibson rejected the traditional postulates which assumed that perception
is based on sensations. Instead, he proposed that perception is based on environmental information.
The present review examines some of Gibson’s works for the purpose of presenting a general
perspective regarding how, in his theory, information resides outside —in the environment— and not
inside the observer. It was to this end that Gibson proposed the concept of ambient optic array, which
refers to light that is structured by the environment, i.e., ambient light. This array carries information
that an observer can pick up through samples obtained from different points of observation. The
observer’s displacement generates continuous transformations of the visual field that allow the
invariants in the environment to become evident. Finally, for Gibson, the various transformations of
the entire optic array specify the observer’s movement, while a change in any part of that array
specifies the motion of an object. The analysis presented herein makes it possible to identify the
specific characteristics of the environment that carry information for perception and the way in which
the observer picks up this information.
Keywords:
optic array, points of observation, information, movement, ecological approach.
Introducción
Gibson cuestionó los postulados de las teorías de la percepción que asumían que la
percepción estaba basada en sensaciones y en cambio propuso una explicación de la
percepción no basada en sensaciones sino en información ambiental. Estas teorías de la
percepción reconocen que la percepción implica una elaboración interna enriquecida del
ambiente y consecuentemente una disminución en la correspondencia con la estimulación de
éste (Gibson & Gibson, 1955). Bajo esta noción se reconoce que la estimulación del ambiente
es insuficiente para la percepción y de esta manera es el cerebro el que la enriquece como
principal receptor y filtro de la estimulación. Esta noción está apoyada en la metáfora de que
el cerebro es como una computadora que decodifica y almacena toda una red de
información. En cambio, la noción de información ambiental es consistente con el supuesto
de que la percepción tiene una correspondencia directa con la estimulación, que al estar
estructurada lleva información y reconoce al observador como un agente activo quien
detecta, explora o recoge la información relevante para la percepción (Gibson, 1972; Gibson &
Gibson, 1955).
Para Gibson, el ambiente es todo aquello que rodea al observador, y por lo tanto es posible
entender que ahí afuera hay información ilimitada, estable y permanente. Esta información
está disponible y es necesario que el observador explore de múltiples maneras a través de
sus capacidades musculares, retinianas y neurológicas para detectarla, por ejemplo a través
de movimientos oculares, movimientos de la cabeza y a través de la locomoción (Gibson,
1972). De acuerdo con Gibson, una noción acerca de la información está basada en una
definición que asume procesos mediadores en la percepción. La otra está basada en una
definición de la información contenida en el arreglo óptico. Gibson distingue ambas nociones
de la siguiente manera:
Gibson (1979/2015) describió que el arreglo óptico ambiental está estructurado de una
manera equilibrada, es decir, todo el ambiente es percibido como estable y contiene
estímulos naturales que se caracterizan por tener una estructura espacial, una estructura
temporal y tener elementos constantes y otros cambiantes. En palabras de Gibson:
El concepto central de la óptica ecológica es el arreglo óptico ambiental en un punto de
observación. Ser un arreglo significa tener un acomodo y ser ambiente en un punto significa
rodear una posición en el ambiente que podría ser ocupada por un observador. […]
Un arreglo no puede ser homogéneo, debe ser heterogéneo. Es decir, no puede ser
indiferenciado, debe ser diferenciado; no puede estar vacío, debe estar lleno; no puede ser
carente de forma, debe tener forma (Gibson, 1979/2015, p. 58).
La luz es importante para disponer información más clara del arreglo óptico ambiental.
Gibson distinguió dos tipos de luz: la luz radiante y la luz ambiental. La luz radiante ‘sale de’ o
‘se esparce de’ un punto específico hacia diferentes direcciones, además es carente de
estructura, pero es necesaria para la iluminación. La luz radiante no permite recoger
información ya que estimula tanto a la retina y crea una estructura homogénea que
imposibilita la detección de información. Por el contrario, la luz ambiental viene de la
reverberación, es decir, viaja desde diferentes puntos a diferentes direcciones y depende del
entorno y de las superficies; ésta permite ver los ángulos y bordes sólidos que componen una
estructura en el ambiente y a diferencia de la luz radiante, la luz ambiental tiene estructura,
es decir, lleva información (Gibson, 1979/2015). En otras palabras, la luz radiante da paso a la
luz ambiental que al ser estructurada permite recoger la información sobre objetos y eventos
en el entorno.
El observador siempre tendrá una cara de todo el arreglo óptico ambiental, ya que éste no
puede percibir todo lo que se encuentra a su alrededor, es decir, no tiene una vista
panorámica. Debido a esto es que son necesarios los muestreos para identificar diferentes
perspectivas del ambiente. Cada observador tendría un punto de observación distinto entre
sí porque esto dependerá de la posición que cada uno tiene respecto del ambiente y, por lo
tanto, el arreglo será distinto en cada punto de observación. Un punto puede ser ocupado
por distintos observadores, pero en momentos diferentes, no al mismo tiempo. También un
mismo punto de observación puede ser ocupado en distintas ocasiones por el mismo
observador debido a que los puntos de observación pueden ser reversibles, es decir, que el
observador puede regresar a un punto de observación previamente ocupado (Gibson,
1979/2015).
Para concebir mejor el arreglo óptico, Gibson propuso que éste estaba compuesto de una
jerarquía de ángulos sólidos. De esta forma, para él (1979/2015) “la perspectiva natural […] es
el estudio de un arreglo ambiental de ángulos sólidos que corresponden a ciertas partes
geométricas distintas de un ambiente terrestre, aquellas que están separadas por bordes y
esquinas” (p. 63). Más aún, el borde que obstruye la textura de una superficie (‘occluding
edge’) “es un borde tomado con referencia a un punto de observación” (Gibson, 1979/2015, p.
295). Este borde se percibe con los movimientos del organismo relativos a las características
ambientales; por lo tanto, en ausencia de movimiento, el borde no está presente. La
percepción de un borde que obstruye una superficie incluye a la superficie obstruida y la
superficie a revelar, de una manera reversible (Gibson, 1979/2015).
Por otro lado, un campo de visión es un ángulo visual grande y sus límites vagos e
indefinidos son de alguna manera los bordes que obstruyen superficies. Los bordes del
campo de visión ocultan el entorno detrás de ellos, como lo hacen los de una ventana pero
son diferentes, ya que para la ventana un primer plano oculta el fondo, mientras que para el
campo de visión la cabeza del observador oculta el fondo. Por ejemplo, la nariz representa “el
ángulo sólido visual más grande posible en el arreglo óptico” (Gibson, 1979/2015, p. 110). Sin
embargo, “cada ángulo sólido […], grande o pequeño, se agranda o se reduce o se comprime
o, en algunos casos, se borra” (Gibson, 1979/2015, p. 65), pero la nariz no puede perderse de
vista, por eso mismo abarca considerablemente el arreglo óptico sin importar el punto de
observación.
Invariantes
En el arreglo óptico “existe una estructura invariante subyacente para especificar los bordes
y esquinas del acomodo y los colores de las superficies y al mismo tiempo hay una estructura
cambiante para especificar la dirección temporal de la iluminación sobresaliente” (Gibson,
1979/2015, p. 81). Con base en lo anterior, el componente que no cambia en el curso de una
transformación lleva cierta información acerca de un objeto y el componente cambiante lleva
otra clase de información totalmente distinta, por ejemplo, acerca de la relación entre el
observador y el objeto (Gibson, 1965/1970).
Las invariantes son elementos esenciales que se ponen de manifiesto cuando existen
cambios (variantes) en el flujo óptico (‘optic flow’). Para Gibson las principales invariantes en
un ambiente terrestre corresponden al acomodo de las superficies y a la manera en que
éstas reflejan la luz. Esto es porque “el acomodo tiende a persistir porque la mayoría de las
sustancias son lo suficientemente sólidas como para que sus superficies sean rígidas y
resistan la deformación” (Gibson, 1979/2015, p. 79).
Al disponer de alguna escena, esta no será completamente diferente como resultado del
desplazamiento de un punto de observación, sólo habrá una variación de la estructura que es
necesaria para revelar la no variación de la estructura. De esta forma, son muchas las
invariantes que se pueden detectar, incluso algunas de ellas persisten en desplazamientos
largos de locomoción y otras solo en desplazamientos cortos (Gibson, 1979/2015). De
acuerdo con Gibson:
Las invariantes de la estructura son comunes a todos los puntos de observación, —algunas
para todos los puntos en todo el entorno terrestre, algunas solo para puntos dentro de los
límites de ciertos lugares y algunas solo para puntos de observación dentro de (digamos) una
habitación (Gibson, 1979/2015, p. 66).
Gibson (1979/2015) postuló cuatro tipos de invariantes: las que subyacen al cambio de
iluminación (p. ej., la luz del sol, de la luna o de una lámpara); las que subyacen al cambio del
punto de observación (p. ej., la locomoción o el movimiento de la cabeza); las que subyacen al
muestreo del arreglo óptico ambiental (p. ej., el barrido reversible del campo de visión en
todo el arreglo); y las que subyacen a una perturbación local de la estructura (p. ej.,
desplazamientos y rotaciones de objetos rígidos o deformaciones de superficies elásticas). Sin
embargo, en la estructura cambiante hay fuentes regulares y recurrentes en la luz ambiental,
donde en el primer caso son causados por un punto de observación móvil y en el segundo
por una fuente de iluminación en movimiento (usualmente el sol) (Gibson, 1979/2015). Una
descripción del último caso es la siguiente:
Dicho de otra manera, el ambiente puede variar de iluminación pero persistirán las
invariantes. Los contornos en el arreglo son invariantes a pesar de los cambios de
iluminación, incluso las texturas del arreglo también son invariantes, aunque cambie el punto
de observación (Gibson, 1972).
De acuerdo con él, “lo que necesitamos para la formulación de la óptica ecológica no son
las nociones tradicionales de espacio y tiempo, sino los conceptos de varianza e invariabilidad
considerados mutuamente recíprocos” (Gibson, 1979/2015, p. 67).
De acuerdo con Gibson (1968) hay dos tipos principales de eventos cinéticos
correspondientes a eventos ópticos que podrían inducir la percepción del movimiento: el
movimiento del observador y el movimiento de un objeto en el ambiente. El movimiento del
observador se subdivide en cuatro categorías: locomoción del observador; movimiento de la
cabeza; movimientos oculares relativos a la cabeza; y movimiento de una extremidad del
cuerpo (Gibson, 1968).
De acuerdo con Gibson, cuando un observador gira alrededor de un objeto estático, no sólo
percibe las caras o escenas del objeto inmóvil de manera consecutiva, si no que también se
percibe a sí mismo girando alrededor del objeto. Por una parte, el observador se da cuenta
del acomodo del objeto y de su forma sólida por medio de las invariantes que lo especifican y
por otra, se percibe a sí mismo girando debido a las transformaciones de la perspectiva de las
caras o escenas del objeto (Gibson, 1974).
Para Gibson, “en los vertebrados, el giro de la cabeza está exactamente vinculado con el
giro compensatorio de los ojos para mantener los ojos en una postura fija con respecto al
arreglo ambiental durante el mayor tiempo posible” (Gibson, 1968, p. 341). Al girar la cabeza,
una nueva muestra está disponible para el sistema binocular y esta rotación es especificada
por un cambio de los bordes del campo de visión, es decir, los bordes correspondientes a la
nariz y las cejas. Lo que se mueve es una especie de abertura de ventana del arreglo óptico
(Gibson, 1968).
Los tipos de rotación ocular se refieren a: los movimientos de temblor durante la fijación
(i.e., movimientos sacádicos pequeños); los movimientos sacádicos amplios; los movimientos
de persecución; y los movimientos compensatorios durante el giro de cabeza. Todos estos
movimientos implican un barrido detrás de la imagen retiniana en potencia (Gibson, 1968).
La locomoción, activa o pasiva, es registraba por la visión, pero el sistema háptico recoge la
información suplementaria sobre el movimiento de una extremidad relacionada con el
cuerpo (Gibson, 1979/2015). De esta forma, la retroalimentación visual covaría con la
retroalimentación articular, es decir, “la información para las posiciones y los conjuntos
conectados de posiciones (movimientos) es la misma en ambos sistemas perceptuales”
(Gibson, 1968, p. 343). El movimiento visual de una extremidad se encuentra en un punto
intermedio entre el movimiento de un objeto y el movimiento del sujeto. Es decir, una mano
se mueve con referencia al mundo y con referencia al cuerpo y por lo tanto puede
considerarse un cuasi-objeto ya que tiene las transformaciones de un objeto verdadero
(Gibson, 1968).
Conclusiones
Los postulados incluidos en la presente revisión dan cuenta de una explicación sobre la
percepción que es alternativa a las teorías que asumen que la percepción está basada en
sensaciones, que al ser transmitidas de los receptores al cerebro generan una representación
interna enriquecida del ambiente. En cambio, el enfoque ecológico de Gibson permite
explicar la percepción sin aludir a procesos internos dado que reconoce que la percepción
guarda una correspondencia directa con la estimulación del ambiente que al estar
estructurada lleva información disponible al observador para ser detectada a través de sus
capacidades retino-neuro-musculares. De acuerdo con Mace (1977), al sustentar Gibson que
la percepción es una función de la estimulación y consecuentemente del ambiente, esto
permite reconocer al estudio de la percepción enmarcado en la comprensión de las leyes
naturales, así como reconocer que el problema de la definición precisa sobre qué es la
estimulación es un problema científico y debe ser abordado previo a la descripción del
procesamiento.
Agradecimientos
El presente trabajo fue parte de los requisitos para la obtención del grado de licenciatura de
las dos primeras autoras. Correspondencia dirigirse a: Departamento de Comunicación y
Psicología, Centro Universitario de la Ciénega, Universidad de Guadalajara, Universidad 1115,
47820 Ocotlán, Jalisco, México
Referencias
Gibson, J. J. (1954). The visual perception of objective motion and subjective movement.
Psychological Review, 61, 304-314.
Gibson, J. J. (1957). Optical motion and transformations as stimuli for visual perception.
Psychological Review, 64, 288-295.
Gibson, J. J. (1960). The concept of stimulus in psychology. American Psychologist, 15, 694-
703.
Gibson, J. J. (1972). A theory of direct visual perception. En Nöe, A. & Thompson, E. (2002).
Vision and mind: selected readings in the philosophy of perception. Cambridge, MA: MIT
Press.
Gibson, J. J. (1979/2015). The ecological approach to visual perception: classic edition. New
York, NY: Psychology Press.
Mace, W. M. (1977). James J. Gibson’s strategy for perceiving: ask not what’s inside your
head, but what your head’s inside of. En R. Shaw & J. Bransford (Eds.), Perceiving, acting
and knowing: toward an ecological psychology (pp. 43-65). Hillsdale, NJ: Erlbaum.
Notas
1. Gibson (1972) consideraba que todas las teorías de la percepción existentes hasta ese
momento estaban basadas en sensaciones.
2. Para Gibson (1979/2015), la ‘textura’ puede entenderse como la estructura de la
superficie, la cual con base en una escala de tamaño puede ser relativamente fina (e.g.,
centímetros y milímetros).
3. Gibson (1968) criticó lo que él llamó la “hipótesis del desplazamiento de la imagen
retiniana” (p. 336), bajo la cual se asume que la retina registra la estimulación sucesiva que
luego es integrada por el cerebro. En cambio, él argumentó que la imagen era estacionaria
y la retina se movía en relación a ésta imagen.
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