Cómo Ayudar A Tu Hijo A Tener Una Relacion Con Dios

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CRISTO PARA

TODAS
LAS NACIONES

660 Mason Ridge Center Dr.


St. Louis, Missouri 63141-8557
1-800-972-5442 • www.lhm.org

Cómo ayudar
a tu hijo
a tener una relación con Dios
Mary Oldfield

Los padres tenemos esperanzas y sueños con respecto a la vida espiritual de


nuestros hijos. Queremos que comprendan la realidad del pecado en sus vidas
y la necesidad del perdón de Dios. Queremos que reconozcan la voz de Dios
y la obedezcan. Queremos que tengan una fe que los mantenga firmes en los
problemas de la vida y los proteja de conductas dañinas. En resumen, queremos
que nuestros hijos tengan una relación saludable y profunda con Dios.

Pero no siempre sabemos qué hacer para ayudarlos a que la tengan, lo que
fácilmente puede hacernos caer en el desánimo. Como madre, abuela y ex
directora de un ministerio para niños, conozco en carne propia las muchas luchas
involucradas en la crianza de los hijos, especialmente en lo que respecta a su vida
espiritual.

Las demandas de la crianza de los hijos pueden ser abrumadoras. He hablado con
muchos padres, agotados por el ritmo acelerado de la vida, que han rezado con
muchos otros que no encuentran el tiempo para hacerlo. Algunos nos sentimos
culpables por no ayudar a nuestros hijos a crecer en la fe, pero no creemos estar
preparados para hacerlo.

Si te identificas con alguno de ellos, permíteme compartir una buena noticia.


Un estudio del Grupo Barna y Lutheran Hour Ministries (LHM) ha revelado que
existen tres hábitos diarios que pueden ayudar a nutrir espiritualmente un hogar.
¿Cuáles son? El estudio nos dice que la formación en la fe es más sólida en los
hogares que:

1. PRACTICAN DISCIPLINAS ESPIRITUALES


2. EJERCEN LA HOSPITALIDAD
3. TIENEN CONVERSACIONES ESPIRITUALES

La tarea de nutrir espiritualmente a tu hijo se vuelve menos difícil y abrumadora


cuando se divide en estos tres hábitos cotidianos. Y la buena noticia es que el
estudio también muestra que estos hábitos se pueden cultivar en cualquier hogar.

Por lo tanto, sea que estés criando a tus hijos o nietos, te invito a que sigas
leyendo. Todos podemos nutrir la salud espiritual de nuestros hijos ayudándoles
a tener una relación con Dios, teniendo conversaciones espirituales o ejerciendo
la hospitalidad.

1
Para ayudarte a cultivar estos hábitos en tus hijos, he confeccionado una guía con
pasajes de la Biblia e ideas prácticas de mis años de trabajo con padres e hijos. La
misma está diseñada para guiarte, alentarte y equiparte para nutrir la fe de los
niños en tu hogar.

En este folleto veremos cómo nutrir el primero de estos hábitos: practicar


disciplinas espirituales. Con la ayuda de Dios, es posible lograr que tu hijo
comience a relacionarse con Dios a través de la oración y la lectura de la Biblia.

CÓMO RELACIONARTE
CON DIOS COMO PADRE
Si quieres que tu hijo tenga una relación con Dios, un buen lugar para comenzar
es teniendo tú una relación con Dios. ¿A qué me refiero con esto? A depender
de Dios. Como padres y abuelos cristianos, a menudo estamos tentados a ser
más autosuficientes que quienes dependen de Dios, pensando que tenemos el
control. Asumimos que estamos solos en la crianza de nuestros niños, incluyendo
el desarrollo de su salud espiritual.

Sin embargo, el ejercer nuestra paternidad junto con Dios significa hacer un alto
para apoyarnos en Él. En otras palabras: recordar que no tenemos que hacerlo
solos. Podemos hacer una pausa en cualquier momento del día o la noche para
pedirle ayuda o claridad, para tener una mejor perspectiva o para preguntarle
cuál es su plan. Muchas cosas buenas suceden cuando hacemos una pausa en
medio de nuestra agitada paternidad.

Hacemos una pausa para llamar a Dios


Todos los padres pasamos por momentos de agotamiento físico y espiritual.
Atendemos a nuestros hijos, trabajamos, mantenemos la casa, lidiamos con
peleas y discusiones, tomamos decisiones en una fracción de segundo. ¡Es
realmente agotador! Es por ello que es esencial que hagamos una pausa para
estar con Dios. Hablar con Dios, escuchar su Espíritu, recordar sus palabras de la
Biblia… todos estos momentos de comunicación nos refrescan.

Se supone que el pueblo de Dios debe llamarlo en las pruebas y momentos


difíciles de la vida:

“Mi socorro viene del Señor, creador del cielo y de la tierra.” Salmo 121:2

Dios está dispuesto a escucharnos, ayudarnos, consolarnos y guiarnos. Las 24


horas del día los 7 días de la semana, tenemos acceso ilimitado a la guía de Dios a
través del poder del Espíritu Santo, nuestro ayudante y consejero. Este versículo
del Salmo 121 me ha sido tan reconfortante que lo he memorizado. Me recuerda
que siempre puedo hacer una pausa para pedirle ayuda a Dios. El Salmo 32:8
dice que Dios no nos quita los ojos de encima. Eso me encanta. Él ve tus luchas
y tu inseguridad. Él quiere tener una relación viva contigo todo el tiempo. Es
refrescante hacer una pausa para hablar con Dios.

Hacemos una pausa para recordar que Él está obrando


Hay cosas que nosotros como padres debemos hacer y responsabilidades que
debemos cumplir para ayudar al crecimiento espiritual de nuestros hijos. Pero
la obra de transformación le pertenece a Dios. Esto hace que la tarea de nutrir
espiritualmente a nuestros hijos se sienta menos pesada y abrumadora: algunas
cargas no son nuestras para llevar.

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A veces tenemos que hacer una pausa para recordar que Dios es quien obra
en nuestros hijos. Dios comienza su obra, la hace crecer y la completa. Como
escribió Pablo:

“Estoy persuadido de que el que comenzó en ustedes la buena obra, la


perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” Filipenses 1:6
Es profundo no solo considerar las implicaciones de esa verdad para nuestra vida
(¿Qué está obrando Dios en mí?), sino también considerar sus implicaciones en la
vida de nuestros hijos (¿Qué está obrando Dios en mis hijos?). Si bien es cierto que
los padres y abuelos tienen responsabilidades y roles importantes, sin la ayuda
de Dios todos nuestros esfuerzos son en vano.

“Si el Señor no edifica la casa, de nada sirve que los edificadores se


esfuercen.” Salmo 127:1a
Mientras realizamos las tareas maravillosas, inspiradoras y a veces agotadoras
involucradas en la crianza de nuestros hijos, es importante que hagamos una
pausa de vez en cuando para recordar que Dios está obrando en nosotros.

Hacemos una pausa para reflexionar sobre el carácter de Dios


También es importante a veces hacer una pausa y reflexionar sobre una
característica o atributo de Dios. Estos momentos nos sirven para recordar el
poder de Dios y alabarle por quién Él es.

La Biblia nos dice que Dios tiene el control, que es accesible, que está presente
en todas partes, que todo lo sabe, que todo lo puede, que es sabio, bueno,
amable, fiel y amoroso. Y la lista sigue y sigue. Lo importante es que tomemos un
tiempo para hacer una pausa durante nuestro día para simplemente reflexionar
sobre uno de estos maravillosos atributos de Dios.

Tal vez hemos tenido un par de percances como padres y sentimos que hemos
fallado. En medio de esa lucha, podemos hacer una pausa y recordar la gracia
de Dios. El hacer un alto para recordar la gracia de Dios nos ayuda a levantar la
mirada de nuestras luchas para enfocarla en Dios y adorarlo por lo que es.

Lo mismo se aplica cuando estamos confundidos y luchando por discernir el


camino correcto a seguir con nuestros hijos: podemos pausar y reflexionar sobre
la sabiduría de Dios. El alejarnos de nuestras preocupaciones para recordar que
Dios es sabio y que podemos acudir a él para que nos dé claridad, nos refresca y
nos da esperanza.

El resultado de estas pequeñas pausas es una creciente dependencia de Dios.

Esto nos ayuda a participar con Dios en lo que Él está obrando en nuestros
hijos. Una de las cosas que Dios hace en nuestros hijos es ayudarles a tener una
relación personal con Él. Y este es uno de los tres hábitos que el estudio de Barna
confirma que conduce a tener una vida espiritual vibrante en el hogar.

Entonces, ¿cómo nos unimos a Dios para ayudar a nuestros hijos a tener una
relación real y viva con Él? Hay dos ritmos prácticos en los cuales podemos
ir creciendo para ayudar a nuestros hijos a aprender cómo orar a Dios y
comprender su Palabra. Ellos son:

1. PLANIFICANDO MOMENTOS ESPECIALES


2. APROVECHANDO LOS MOMENTOS COTIDIANOS

3
CÓMO PLANIFICAR
MOMENTOS ESPECIALES
Ser padre implica planificar. Planificar mucho. Planificamos el nacimiento
de un bebé leyendo libros, comprando una cuna y mucha ropa pequeña y
linda. Planificamos su seguridad cubriendo los enchufes y las cerraduras
de los gabinetes. Y a medida que nuestro hijo crece, también crece nuestra
planificación.

En medio de tanta planificación, es importante recordar la nutrición espiritual de


nuestros hijos. Sin importar la edad que tengan, podemos planificar momentos
especiales que los ayudarán a relacionarse con Dios. La planificación de
momentos especiales es el primer ritmo práctico en el que podemos ir creciendo
para ayudar a nuestros hijos a desarrollar una relación real y viva con Dios.

El estudio de Barna reveló que en los hogares espiritualmente vibrantes, las


personas se relacionan con Dios en al menos dos formas principales: a través de
la oración y a través de la lectura de la Biblia. Entonces, cuando les enseñamos
a nuestros hijos a hablar con Dios en oración y a escuchar lo que dice en su
Palabra, los estamos ayudando a tener una relación con Él. Para ello, es posible
planificar momentos especiales en los que nuestros hijos aprendan a hacer
ambas cosas.

Si crees que esa tarea le pertenece a los pastores, sacerdotes o líderes de la


iglesia, te invito a que recuerdes que fue a los padres a quienes Dios dio el
encargo de nutrir espiritualmente, cuando dijo:

“Estas palabras que hoy te mando cumplir estarán en tu corazón, y se las


repetirás a tus hijos.” Deuteronomio 6:6-7a

Dios nos ha dado influencia sobre nuestros hijos por el simple hecho de ser
padres. Si a ti te gusta un cierto pasatiempo, deporte o equipo deportivo, lo más
probable es que a tu hijo también le guste. De la misma manera, si muestras un
deseo genuino de relacionarte con Dios a través de la oración y de la lectura de la
Biblia, independientemente de tu nivel de conocimiento, es probable que tu hijo
también lo haga. He conocido a muchos padres que aprendieron junto con sus
hijos al orar y leer una Biblia para niños. ¡Tú también puedes hacerlo!

Cuando planifiques momentos especiales, trata de que sean divertidos. ¡Después


de todo, estás ayudando a tu hijo a tener una relación con el Dios del universo!
Ya sea que planifiques cinco minutos o media hora, todos los días o una vez a la
semana, por la mañana o antes de acostarse, entre semana o fin de semana, haz
que sea un momento especial.

Por ejemplo, prepara una comida favorita, sirve una merienda o una golosina
especial. Trata de hacerlo en un lugar cómodo y acogedor de tu hogar. Pídele al
Señor que te guíe en los detalles de cuándo, dónde, por cuánto tiempo y con qué
frecuencia. Pídele que te ayude a crear momentos especiales que tu hijo esperará
con ansias.

Con esta introducción general a la planificación de momentos especiales, veamos


cómo podemos planificar momentos especiales específicamente con respecto a
la oración.

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MOMENTOS ESPECIALES
PARA CRECER EN LA ORACIÓN
Orar es hablar con Dios. Es la forma en que nos mantenemos cerca de Dios
durante todo el día. Es decirle a Dios lo que hay en nuestros corazones y es
esperar que Él responda. Es la forma en que Dios alinea nuestros deseos con
sus caminos. Podemos estar seguros de que Dios escucha y contesta nuestras
oraciones. Y aunque no siempre contesta nuestras oraciones de la manera que
esperamos, siempre las responde de manera consistente con su carácter.

Mi madre fue quien modeló la oración para mí. De niña ella me animaba a decir
mis oraciones antes de acostarme. Pero la forma en que más me animó fue con su
ejemplo: ella oraba así como Jesús nos enseña a hacerlo:

“Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y con la puerta cerrada ora
a tu Padre que está en secreto.” Mateo 6:6a

Durante años vi a mi madre entrar a su habitación todas las noches y cerrar la


puerta. Y durante años noté que cuando salía había una marca roja en su frente.
Una vez dejó la puerta entreabierta y vi a mi madre arrodillada humildemente
junto a su cama, con la cabeza inclinada, las manos cruzadas y presionadas contra
la frente, rezando a su Padre.

Ahora, si bien las oraciones personales fueron modeladas para mí, el rezar con
otros no lo fue. La primera vez que estuve expuesta a orar con otros fue cuando
mis hijas estaban en la escuela primaria. Una amiga me invitó a rezar con otras
madres por nuestros hijos y la escuela a la que asistían. Acepté ir de mala gana.
Pero a medida que fueron pasando las semanas fui ganando confianza para orar
en voz alta y experimenté las bendiciones de orar con otras personas.

Casi al mismo tiempo leí un libro titulado La práctica de la presencia de Dios, del
Hermano Lawrence. Me cautivaron los escritos de este monje del siglo XVII, cuyo
trabajo consistía en cocinar y lavar platos en un monasterio francés. El Hermano
Lawrence vivió buscando continuamente la presencia del Señor y adquirió el
hábito de hablar con Dios todo el día. Él escribió:

“Todo lo que tenemos que hacer es reconocer que Dios está íntimamente
presente dentro de nosotros. Entonces podemos hablarle directamente
a Él cada vez que necesitemos ayuda para conocer Su voluntad en
momentos de incertidumbre, y hacer lo que Él quiere que hagamos de
una manera que le agrade.” (The Practice of the Presence of God, Whitaker
House: 1982, página 23).

Nosotros también podemos ayudar a crear en nuestros hijos el hábito de hablar


con Dios en todo momento. Pero al hacerlo, quizás le surjan preguntas como las
siguientes:

¿Es importante usar palabras especiales al orar?


Dios no espera ni quiere que al orar trates de impresionarlo usando palabras
elegantes que suenen religiosas. Él quiere que le hables usando el lenguaje
cotidiano, con palabras que salgan de tu corazón.

¿Necesitamos arrodillarnos y juntar las manos cuando oramos?


Dios escucha nuestras oraciones, más allá de que estemos arrodillados, sentados
o de pie. Las escucha si nuestras manos están juntas o nuestras palmas están

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levantadas con los brazos en alto. Las escucha si nuestros ojos están cerrados
y también si están abiertos. (Si no, ¿cómo podríamos orar con nuestros hijos
mientras conducimos el automóvil?)

¿Por qué las oraciones a menudo terminan en “Amén”?


La palabra “amén” se usa comúnmente como una forma de terminar una oración.
Significa “que así sea”. Se puede usar como una forma de expresar un acuerdo
después de una oración. Dios escucha nuestras oraciones con o sin un amén
concluyente.

CINCO MOMENTOS
ESPECIALES PARA ORAR
Si bien es importante permitir que los niños oren con sus propias palabras,
a menudo es útil comenzar enseñándoles oraciones simples que pueden
memorizar y patrones simples de oración que pueden seguir. Estas oraciones
ayudan a los niños a aprender cómo otros se comunican con Dios y se convierten
en la base para orar espontáneamente en otros momentos. A continuación hay
cinco ejemplos de cómo podrías planificar un momento especial de oración con
tu hijo.

# 1 Oraciones a la hora de comer


La hora de comer es un momento natural para invitar a tu hijo a rezar. No solo
es un tiempo de oración culturalmente aceptado, sino que también es un buen
momento para agradecerle a Dios por sus regalos, incluido el regalo de la comida
y bebida en la mesa frente a nosotros. Aquí hay algunas oraciones simples que he
usado alrededor de la mesa con mis propios hijos y nietos:

Por la comida que nos das te damos gracias, Dios. Amén.

Cristo, nuestro Pan de Vida, ven, bendice esta comida y a nuestra


familia. Amén.

Los ojos de todos esperan en ti, Señor, y tú les das la comida a su tiempo.
Abres tu mano y llenas de bendición a todo ser viviente. Amén.

# 2 Oraciones nocturnas
La noche es un momento natural para reflexionar sobre el día y contarle a Dios
cualquier preocupación que tú o tu hijo puedan tener para el día siguiente. Estas
oraciones nocturnas pueden iniciarse con una simple oración memorizada,
seguida de hablar con Dios en tus propias palabras. Aquí está la oración nocturna
que hemos usado en las camas de nuestros hijos durante años:

Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, con la gracia de Dios y del
Espíritu Santo.

Te doy gracias, Padre celestial, por medio de Jesucristo, tu amado Hijo,


porque me has protegido en este día, y te ruego que me perdones todos
los pecados que he cometido y me cuides en esta noche. En tus manos
encomiendo mi cuerpo, mi alma y todo lo que es mío. Que tu santo ángel
me acompañe, para que el maligno no tenga ningún poder sobre mí.
Amén.

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# 3 Oraciones bíblicas
Orar con palabras de la Biblia es una forma poderosa de hacerlo, porque sabes
que estás orando la voluntad de Dios. Aquí hay algunos ejemplos de oración
bíblica:

Señor, dame a conocer tus caminos; ¡Enséñame a seguir tus sendas! Todo
el día espero en ti; ¡enséñame a caminar en tu verdad, pues tú eres mi
Dios y salvador! Salmo 25:4-5

Yo me acuesto y duermo y despierto porque tú, Señor, me sostienes.


Salmo 3:5

# 4 Oración Acróstica–ACTOS
Uno de los primeros modelos de oración que aprendí fue el acróstico simple:
ACTOS. Cada letra representa un tema en un orden que nos ayuda a orar.

• Adoración. Adoramos a Dios alabándolo por quién Él es, tanto por su carácter
como por sus atributos. Esto establece el tono para el resto de la oración y
nos ayuda a enfocarnos en el poder de Dios en lugar de nuestra debilidad o
problemas. “¡Alabado sea el nombre del Señor!” Salmo 135:1

• Confesión. Durante este tiempo, confesamos nuestros pecados a Dios. “Si


confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y
limpiarnos de toda maldad.” 1 Juan 1:9

• GraTitud. Agradecemos a Dios por todo lo que ha provisto y todo lo que ha


hecho. “Den gracias a Dios en todo, porque ésta es su voluntad para ustedes en
Cristo Jesús.” 1 Tesalonicenses 5:18

• Otros. Intercedemos ante Dios por otros a través de peticiones específicas.


“Oren en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y manténganse
atentos, siempre orando por todos los santos.” Efesios 6:18

• Súplica. Pedimos a Dios con fervor que nos conceda su favor. “Señor, escucha
mi oración y atiende a la voz de mis súplicas.” Salmo 86:6

# 5 Oraciones para finalizar la oración


Otra forma de ayudar a los niños a encontrar palabras para orar a Dios,s
es comenzando una oración e invitándolos a terminarla con sus propios
pensamientos, sentimientos y palabras. Al principio quizás necesiten ayuda,
pero con el tiempo se les irá haciendo cada vez más fácil. Las posibilidades son
infinitas, pero a continuación hay algunas ideas:

• Querido Dios, te amo porque ...

• Querido Dios, te necesito porque ...

• Querido Dios, te doy gracias por ...

• Me siento más cerca de ti, Dios, cuando ...

• Dios, ayúdame a entender por qué ...

Consideremos ahora la planificación de momentos especiales en la Biblia.

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MOMENTOS ESPECIALES EN LA BIBLIA
Es importante que los niños sepan que la Biblia es la verdadera Palabra de Dios
y que las historias que en ella se narran realmente sucedieron. Dios nos habla a
través de ella, guiándonos y enseñándonos su verdad.

“Tu palabra es una lámpara a mis pies; ¡es la luz que ilumina mi camino!”
Salmo 119:105

Mi bisabuela paterna y mi abuela materna me modelaron la importancia de


leer la Biblia. Mi abuela había leído toda la Biblia muchas veces. Los 27 nietos lo
sabíamos. Cuando nací (¡fui la nieta número 24!), todavía no se había cansado
de leernos la Biblia. Y aunque solo veía a mi abuela y bisabuela una o dos veces
al año, y a pesar de que ambas se fueron al cielo antes que yo cumpliera 12
años, Dios ha preservado esos recuerdos en mi corazón. Lo que recuerdo no
son pasajes o lecciones específicas, sino momentos especiales que compartimos
alrededor de la Palabra.

Tú también puedes preparar un espacio para que Dios obre en tu hijo,


planificando momentos alrededor de la Biblia. Al hacerlo, quizás te surjan algunas
preguntas como las siguientes:

¿Qué Biblia debo usar?


La Biblia que uses dependerá de la edad de tu hijo. Podrás elegir entre:

• Biblia de cuentos para niños. Estas Biblias contienen historias bíblicas


ilustradas contadas de manera apropiada para preescolares y niños que
recién comienzan a leer. Las ilustraciones ayudan a los niños pequeños a
participar en la historia.
• Biblia de estudio para niños. Son para niños de escuela primaria y mayores
e incluyen el texto completo de las Escrituras. Por lo general tienen
ilustraciones, mapas, diccionario bíblico, preguntas de aplicación, planes de
lectura, introducciones de libros, etc.
• Biblia de texto completo. Son las Biblias que contienen el texto completo de
las Escrituras, como por ejemplo la Reina Valera Contemporánea (RVC), la
Reina-Valera 1995 (RVR1995) la Nueva Versión Internacional (NIV), la Nueva
Traducción Viviente (NTV) o la Dios Habla Hoy (DHH).

¿Cuánto tiempo deberíamos leer juntos la Biblia?


Esto depende de la edad y nivel de atención de tu hijo. Es posible que para
comenzar sean suficientes 5 minutos, y que de a poco vayan aumentando. Lo
importante es establecer una rutina. Por lo tanto, ya sea que decidan leer por
la mañana, después de una comida o antes de acostarse, lo que vale es ser
coherente.

¿Cómo leo la Biblia con mi hijo para que la comprenda?


Primero, ora por comprensión antes de comenzar a leer. Lee con entusiasmo y
permite que tu hijo también lea. Es mejor leer un capítulo, párrafo o incluso unos
pocos versículos, y entenderlos, antes que leer apresuradamente para terminar.
Los pasajes difíciles son oportunidades para admitir que no tienes todas las
respuestas. Para una mejor comprensión, puedes leer los pasajes con referencias
cruzadas que se indican en los márgenes o en la parte inferior de cada página.

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CINCO MOMENTOS ESPECIALES
ALREDEDOR DE LA PALABRA
# 1 Leer la Biblia
La Biblia es la historia de Dios y su pueblo. Si bien está destinada a leerse de
principio a fin, esto no siempre es práctico o apropiado para la edad de los
niños. Las Biblias de cuentos se pueden leer una historia a la vez hasta que se
completen. Al leer una Biblia de texto, puedes seleccionar lecturas específicas.

Podrías comenzar leyendo sobre Jesús en uno de los Evangelios (Mateo, Marcos,
Lucas o Juan). Allí es donde tu hijo puede encontrarse con Jesús, quien es el
centro de la Palabra de Dios. Es por ello que es bueno volver a los Evangelios
una y otra vez. También puedes ir al Antiguo Testamento y leer acerca de las
maravillas de la creación y la historia de la búsqueda de la humanidad por Dios:
desde Adán y Eva hasta Noé, Abraham, Moisés, Josué, David y otros héroes de
la fe. Después de los Evangelios, el resto del Nuevo Testamento es donde tu hijo
puede aprender sobre lo que los primeros cristianos nos enseñan sobre la vida y
enseñanzas de Jesús.

# 2 Memorizar las Escrituras


Al memorizar las Escrituras guardamos la Palabra de Dios en nuestro corazón.
Es una de las formas en que el Espíritu Santo le recuerda a tu hijo las palabras
de Dios para guiarlo o consolarlo a lo largo de su vida. Para que el aprendizaje
de las Escrituras sea ameno, intenta adaptar las palabras de las Escrituras a
las melodías de canciones populares conocidas. La repetición musical de las
Escrituras es una forma comprobada de ayudar a tu hijo a memorizarlas.

Aquí hay algunos pasajes para comenzar a memorizar:

Jesús dijo: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.”
Mateo 28:20b

“El Señor es quien me ayuda; no temeré lo que pueda hacerme el


hombre.” Hebreos 13:6b
El Señor dice: “Yo te amo con amor eterno.” Jeremías 31:3b

# 3 Estudiar la Biblia
Un buen método para estudiar la Biblia es siguiendo un patrón simple de tres
partes: observación, interpretación y aplicación.
• Observación: ¿Cuáles son los hechos, el contenido, el quién, el qué, el cuándo
y el dónde del pasaje?
• Interpretación: ¿Cuáles son las lecciones, advertencias, mandatos y
promesas? ¿Qué aprendes acerca de Dios? ¿Qué está haciendo Dios?
• Aplicación: ¿Cómo puedo aplicar esto a mi vida? ¿De qué manera esto me
cambia?

Al estudiar la Biblia, es mejor seleccionar una pequeña sección en lugar de un


capítulo completo. También puede ser útil referirse a otras traducciones de la
Biblia del mismo pasaje. (En www.biblegateway.org puedes obtener una vista
rápida de varias traducciones.) Si tienes hijos mayores o deseas aprender más
tú mismo, puedes considerar usar una devoción en línea, como los devocionales
diarios de Cristo Para Todas Las Naciones (http://www.paraelcamino.com/
alimentodiario.asp).

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# 4 Versículos familiares
Elegir un versículo familiar puede ayudar a tu familia a enfocarse en Dios y sus
propósitos. Cuando selecciones un versículo para tu familia, piensa en cómo
deberían vivir para que el reino de Dios crezca en el área de influencia de tu
familia. Elijan una manera de tener ese versículo en un lugar visible del hogar.
Involucra a tu hijo en la decoración o en la selección de un marco especial.
Conozco familias que compran decoraciones de madera o de vinilo para hacerlo.
Algunos ejemplos de versos familiares pueden ser:

“Mi casa y yo serviremos al Señor.” Josué 24:15b

“… que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean
sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que está en los cielos.” Mateo 5:16

# 5 Versículo de la semana
Elegir un “versículo de la semana” es una buena manera de aprender nuevas
verdades bíblicas. Los textos se pueden seleccionar en función de las situaciones,
edades o etapas por las que están pasando, o de un devocional. Se pueden poner
por toda la casa con notas adhesivas o en tarjetas en la puerta del refrigerador
y en los espejos de las habitaciones y baños. También pueden enviarse como
mensajes de texto, en correos electrónicos o susurrados al oído de tu hijo cuando
sale para la escuela o el trabajo. Aquí hay unos ejemplos:

“Por lo tanto, anímense y edifíquense unos a otros.” 1 Tesalonicenses 5:11a

“No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por
dondequiera que vayas.” Josué 1:9b
Acabamos de ver formas en que se pueden planificar momentos especiales para
orar o leer la Biblia en la casa. Pero recordemos que hay dos maneras en que
podemos ayudar a nuestros hijos a aprender a relacionarse con Dios: planificando
momentos especiales y también respondiendo ante los momentos de la vida diaria.
Consideremos ahora cómo podemos responder en esos momentos cotidianos, de
manera de ayudar a nuestros hijos a relacionarse con Dios.

CÓMO RESPONDER
A LOS MOMENTOS COTIDIANOS
Ser padre implica responder, y responder muchas veces. Respondemos al llanto
de nuestro recién nacido en medio de la noche, a su primera sonrisa, sus primeras
palabras, sus primeros pasos y su primera fiebre. Respondemos a sus juegos,
lágrimas, berrinches, miedos, peleas, heridas y enfermedades. Respondemos a
solicitudes y exigencias. Y respondemos a preguntas, muchas preguntas.

Es posible responder a los momentos cotidianos de una manera que ayude a


nuestros hijos a aprender cómo orar y cómo manejar la Biblia. Responder a los
momentos cotidianos es el segundo ritmo práctico en el que podemos crecer con
el tiempo para ayudar a nuestros hijos a desarrollar una relación con Dios.

Una tarde, mi nieta de cinco años me dijo, como al pasar, que algunas noches
se asusta cuando está en la cama. Bien podría haber seguido adelante con la
conversación, pero sentí que era un momento importante para aprovechar. Así es
que le recordé que, cuando tiene miedo, puede rezarle a Dios. Usé ese momento
cotidiano como una oportunidad para nutrir su vida de oración. Si no hubiera
estado buscando oportunidades para responder intencionalmente, podría

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haber perdido ese momento para ayudarla a relacionarse con Dios y saber que
Dios es real y está presente en su vida. A medida que empieces a pensar en esos
momentos cotidianos, quizás te surjan algunas preguntas:

¿Qué pasa si mi hijo no es receptivo?


Muchos niños tomarán como natural el ser dirigidos hacia la oración o la Palabra.
Pero otros pueden resistirse. Si este es el caso con tu hijo, no te preocupes.
Recurrir a Dios en los momentos cotidianos es un hábito que, como todo hábito,
lleva tiempo establecer. Una regla útil es comenzar despacio e ir construyendo de
a poco.

¿Qué pasa si no estoy preparado?


Cuando planificamos momentos especiales, tenemos la ventaja de prepararnos
con anticipación para lo que queremos decir, preguntar o hacer. Pero el
responder a las oportunidades de la vida cotidiana, por definición, no nos permite
prepararnos. Si esto te resulta estresante, recuerda que el objetivo no es decir la
oración perfecta ni tener la respuesta perfecta, sino alentar más a nuestros hijos a
tener una relación con Dios.

La investigación realizada sobre los hogares espiritualmente vibrantes sugiere


que uno de los aspectos más importantes del entrenamiento espiritual es
simplemente dar el paso inicial. Está bien si no tienes una oración perfecta para
orar; lo importante es en tomar la iniciativa y decir: “¿Qué te parece si oramos por
esto?” Está bien si no conoces la respuesta bíblica a una pregunta; lo importante
es tomar la iniciativa y preguntar: “¿Crees que la Palabra de Dios tiene algo que
decir que pueda ayudarnos en esta situación?”

Si te parece que aprovechar los momentos cotidianos es algo que solo un pastor o
líder de la iglesia puede hacer, recuerda que Dios está dispuesto a darte la ayuda
que necesites; solo necesitas pedírsela.

CINCO RESPUESTAS
A LOS MOMENTOS COTIDIANOS
A continuación hay algunas formas de responder a los momentos cotidianos:

# 1 Oraciones espontáneas
Las oraciones espontáneas son oraciones sobre la marcha, dirigidas a Dios cuando
surge una situación o necesidad. Con estas oraciones podemos responder al miedo,
las preocupaciones, los pensamientos ansiosos o las situaciones que ocurren en
los momentos cotidianos (o no tan cotidianos). Se pueden rezar en casa, en el
automóvil, en la parada del autobús, en una caminata, en el supermercado o en el
centro comercial. Siempre que haya una situación en la que se necesite la ayuda de
Dios, puedes hacer una oración espontánea en voz alta con tu hijo.

Quizás tu hijo está comenzando una nueva escuela y está nervioso por conocer
nuevos amigos. Mientras lo llevas, podrías orar: “Padre, ayuda a Santiago a no
preocuparse hoy. Ayúdale a conocer nuevos amigos en la escuela.” Recientemente
hice una oración espontánea en una situación aterradora con mi nieto, cuando
estábamos atrapados en nuestro automóvil durante una inundación repentina.
Al final, estuvimos a salvo. Pero en el momento nos ayudó enormemente orar
en voz alta: “Jesús, protégenos y mantennos a salvo. Envía ayuda rápidamente”.
La oración no solo fue tranquilizadora, sino que modeló acudir a Jesús en una
situación aterradora para mi nieto.

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# 2 Oraciones de bendición
A veces, cuando envías a tu hijo a la escuela o cuando lo acuestas por la noche, te
inunda un amor indescriptible y un deseo por lo mejor de Dios para él. Una oración
de bendición puede expresar ese amor y deseo. Por ejemplo, podrías rezar:

• “Ana, que sientas el amor de Dios hoy.”


• “Tony, que puedas vivir el llamado que Dios tiene para tu vida.”
• “Cristian, recuerda que eres un hijo de Dios, asombrosa y maravillosamente hecho”.
Bendecir es orar con palabras que expresan tu amor y deseo por esa persona.
Sea que utilices tus propias palabras o palabras de las Escrituras, las bendiciones
son poderosas. Los padres me han dicho que una vez que comienzan a rezar
bendiciones sobre su hijo, si alguna vez lo olvidan, ¡su hijo se los recuerda!
Puedes rezar tu bendición por tu hijo antes de que vaya a la escuela, a la hora de
acostarse o en ocasiones especiales como su cumpleaños u otras.

# 3 Oraciones para escuchar


Dios se comunica con nosotros en nuestros momentos cotidianos. Muy a menudo
escuchamos la voz de Dios por algo que Él imprime en nuestros corazones como
respuesta a la oración, o para guiarnos, consolarnos, alentarnos o condenarnos.
Siempre es consistente con sus palabras en la Biblia y con su carácter. En Juan
10: 3-5, Jesús dice que sus ovejas oyen su voz y conocen su voz. Como seguidores
de Jesús, sabemos que Jesús nos habla. Esto no significa una voz audible desde
las nubes; más bien, Dios nos habla en la vida cotidiana:

• Cuando cotilleas con amigos y de pronto te das cuenta de que debes parar,
has escuchado a Dios.
• Cuando tus pensamientos son egocéntricos y Dios te recuerda que debes
pensar en los demás, Él te está formando para que te parezcas más a Cristo.
• Si tu hijo primero miente, diciendo que no fue él quien rompió tu taza favorita,
pero luego confiesa, es probable que Dios le esté inculcando honestidad y la
necesidad de confesarse.

Dedicando tiempo a la oración y a la Biblia, Dios desarrollará en tu hijo la


capacidad de escuchar Su voz.

# 4 Versículo bíblico y recordatorios de historias bíblicas


Cuando respondemos con las Escrituras en los momentos cotidianos, estamos
respondiendo con las palabras de Dios. Esto trae el poder y la verdad de la
Palabra de Dios a la vida diaria. En Juan 14:26, Jesús dijo: “Pero el Ayudante, el
Espíritu Santo ... te recordará todo lo que te he dicho”. Aquí hay algunas maneras
de responder a los momentos cotidianos con las Escrituras:

• La regla de oro se puede aplicar a muchas situaciones en las que tu hijo


necesita ser más atento y amable. Ver Mateo 7:12.
• Quizás quieras que tu hijo sea más agradecido. Podrías contarle la historia
cuando Jesús curó a diez leprosos y solo uno regresó para dar gracias. Ver
Lucas 17:11-9.
• Ante una queja o una discusión, puedes responder con Filipenses 2:14.
• Si tu hijo tiene dificultades para perdonar a alguien, lee Efesios 4:32.
• Si tu hijo se preocupa, Filipenses 4:6-7 le recuerda que debe entregarle las
cosas a Dios.

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Si no estás seguro de dónde buscar en la Biblia, comienza buscando en una
concordancia de la Biblia. La búsqueda de una palabra como “miedo”, “preocupación”,
“tentación”, “alegría”, “paz”, “amabilidad”, “satisfacción”, etc., te dirigirá a los versos
apropiados.

# 5 Respondiendo a la creación
Dios se nos revela a través de su creación. Una de las formas más tangibles
de ayudar a tu hijo a relacionarse con Dios es respondiendo al poder, obra,
magnificencia y gloria de su creación. Se nos recuerda su obra con el chillido de
un halcón mientras se eleva en el cielo, el sabor de una manzana recién arrancada
de un árbol, una suave brisa en un caluroso día de verano, el dulce olor de un
arbusto de lilas, o los colores de las hojas en un fresco día de otoño. Como dice en
los Salmos,

“Los cielos proclaman la gloria de Dios; el firmamento revela la obra de


sus manos.” Salmo 19:1
Puedes usar momentos al aire libre con tu hijo para darle gloria a Dios por su
hermosa creación. Al encontrar flores hermosas, pájaros coloridos, formaciones
interesantes de nubes, amaneceres impresionantes, puestas de sol y arcoíris,
aprovecha esas oportunidades para responder en adoración a la impresionante
creatividad de Dios. Cuando estés en el zoológico, alaba a Dios por su creatividad
al hacer tantos animales diferentes y únicos. Responder con alabanzas a la
creación le da gloria a Dios.

CÓMO CRECER MÁS


ESPIRITUALMENTE
Si las páginas anteriores te han dado ideas para probar con tu hijo, te animo a
perseverar. Comienza con oración y con un plan. Empieza pequeño. ¡Dios hará el
resto! Me encanta la imagen pintada en la profecía de Isaías:

“Yo, el Señor, enseñaré a todos tus hijos, y su paz se verá multiplicada.”


Isaías 54:13

Si nutrir la fe de tu hijo te hace sentir inadecuado para la tarea, recuerda este


versículo. Nuestros hijos serán “enseñados por el Señor”. Él está trabajando en
ellos. No los estás criando solo sino con Dios, quien invita a tu hijo a tener una
relación viva con Él.

Es la paternidad compartida con Dios lo que nos permite alimentar las grandes
esperanzas que tenemos para nuestros hijos. Es bueno que tengamos grandes
esperanzas y sueños para la fe de nuestros hijos. Es correcto que quisiéramos
que tuvieran una comprensión saludable de su propio pecado y la necesidad
del perdón de Dios. Es bueno que queramos que reconozcan la voz de Dios
y lo obedezcan. Es natural que deseamos que tengan una fe duradera que
los mantenga fuertes a través de los problemas de la vida y los proteja de
comportamientos dañinos.

Sí, tengamos grandes esperanzas en la fe de nuestros hijos. Y seamos padres


junto con Dios, ayudando a nuestros hijos a crecer en una relación de por vida
con Él a través de la oración y tiempo en la Biblia. Mi oración por ti es de Hebreos
13:20a, 21, donde dice:

Que el Dios de paz … los capacite para toda buena obra, para que hagan su
voluntad, y haga en ustedes lo que a él le agrada, por medio de Jesucristo.
Amén.
13
Mary Oldfield vive en St. Louis con su esposo de 38 años, con quien tiene dos hijas casadas y cinco nietos.
Ella se deleita en confiar en Dios para que la ayude a preparar un espacio para que Dios trabaje en la vida
de sus nietos. Mary ha sido directora de ministerio de niños y durante 20 años ha equipado y apoyado a
los padres que respondían al llamado de ser los principales cuidadores espirituales de sus hijos.

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Lutheran Hour Ministries, un ministerio cristiano mundial cuya
misión es Llevar a Cristo aCRISTO PARA
las naciones, TODASa la iglesia.
y las naciones
LAS NACIONES
A menos que se indique de otra manera, las citas bíblicas han
sido tomadas de la Biblia Reina Valera Contemporánea,
Copyright © 2009, 2011 Sociedades Bíblicas Unidas. 6BS54

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