Cómo Ayudar A Tu Hijo A Tener Una Relacion Con Dios
Cómo Ayudar A Tu Hijo A Tener Una Relacion Con Dios
Cómo Ayudar A Tu Hijo A Tener Una Relacion Con Dios
TODAS
LAS NACIONES
Cómo ayudar
a tu hijo
a tener una relación con Dios
Mary Oldfield
Pero no siempre sabemos qué hacer para ayudarlos a que la tengan, lo que
fácilmente puede hacernos caer en el desánimo. Como madre, abuela y ex
directora de un ministerio para niños, conozco en carne propia las muchas luchas
involucradas en la crianza de los hijos, especialmente en lo que respecta a su vida
espiritual.
Las demandas de la crianza de los hijos pueden ser abrumadoras. He hablado con
muchos padres, agotados por el ritmo acelerado de la vida, que han rezado con
muchos otros que no encuentran el tiempo para hacerlo. Algunos nos sentimos
culpables por no ayudar a nuestros hijos a crecer en la fe, pero no creemos estar
preparados para hacerlo.
Por lo tanto, sea que estés criando a tus hijos o nietos, te invito a que sigas
leyendo. Todos podemos nutrir la salud espiritual de nuestros hijos ayudándoles
a tener una relación con Dios, teniendo conversaciones espirituales o ejerciendo
la hospitalidad.
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Para ayudarte a cultivar estos hábitos en tus hijos, he confeccionado una guía con
pasajes de la Biblia e ideas prácticas de mis años de trabajo con padres e hijos. La
misma está diseñada para guiarte, alentarte y equiparte para nutrir la fe de los
niños en tu hogar.
CÓMO RELACIONARTE
CON DIOS COMO PADRE
Si quieres que tu hijo tenga una relación con Dios, un buen lugar para comenzar
es teniendo tú una relación con Dios. ¿A qué me refiero con esto? A depender
de Dios. Como padres y abuelos cristianos, a menudo estamos tentados a ser
más autosuficientes que quienes dependen de Dios, pensando que tenemos el
control. Asumimos que estamos solos en la crianza de nuestros niños, incluyendo
el desarrollo de su salud espiritual.
Sin embargo, el ejercer nuestra paternidad junto con Dios significa hacer un alto
para apoyarnos en Él. En otras palabras: recordar que no tenemos que hacerlo
solos. Podemos hacer una pausa en cualquier momento del día o la noche para
pedirle ayuda o claridad, para tener una mejor perspectiva o para preguntarle
cuál es su plan. Muchas cosas buenas suceden cuando hacemos una pausa en
medio de nuestra agitada paternidad.
“Mi socorro viene del Señor, creador del cielo y de la tierra.” Salmo 121:2
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A veces tenemos que hacer una pausa para recordar que Dios es quien obra
en nuestros hijos. Dios comienza su obra, la hace crecer y la completa. Como
escribió Pablo:
La Biblia nos dice que Dios tiene el control, que es accesible, que está presente
en todas partes, que todo lo sabe, que todo lo puede, que es sabio, bueno,
amable, fiel y amoroso. Y la lista sigue y sigue. Lo importante es que tomemos un
tiempo para hacer una pausa durante nuestro día para simplemente reflexionar
sobre uno de estos maravillosos atributos de Dios.
Tal vez hemos tenido un par de percances como padres y sentimos que hemos
fallado. En medio de esa lucha, podemos hacer una pausa y recordar la gracia
de Dios. El hacer un alto para recordar la gracia de Dios nos ayuda a levantar la
mirada de nuestras luchas para enfocarla en Dios y adorarlo por lo que es.
Esto nos ayuda a participar con Dios en lo que Él está obrando en nuestros
hijos. Una de las cosas que Dios hace en nuestros hijos es ayudarles a tener una
relación personal con Él. Y este es uno de los tres hábitos que el estudio de Barna
confirma que conduce a tener una vida espiritual vibrante en el hogar.
Entonces, ¿cómo nos unimos a Dios para ayudar a nuestros hijos a tener una
relación real y viva con Él? Hay dos ritmos prácticos en los cuales podemos
ir creciendo para ayudar a nuestros hijos a aprender cómo orar a Dios y
comprender su Palabra. Ellos son:
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CÓMO PLANIFICAR
MOMENTOS ESPECIALES
Ser padre implica planificar. Planificar mucho. Planificamos el nacimiento
de un bebé leyendo libros, comprando una cuna y mucha ropa pequeña y
linda. Planificamos su seguridad cubriendo los enchufes y las cerraduras
de los gabinetes. Y a medida que nuestro hijo crece, también crece nuestra
planificación.
Dios nos ha dado influencia sobre nuestros hijos por el simple hecho de ser
padres. Si a ti te gusta un cierto pasatiempo, deporte o equipo deportivo, lo más
probable es que a tu hijo también le guste. De la misma manera, si muestras un
deseo genuino de relacionarte con Dios a través de la oración y de la lectura de la
Biblia, independientemente de tu nivel de conocimiento, es probable que tu hijo
también lo haga. He conocido a muchos padres que aprendieron junto con sus
hijos al orar y leer una Biblia para niños. ¡Tú también puedes hacerlo!
Por ejemplo, prepara una comida favorita, sirve una merienda o una golosina
especial. Trata de hacerlo en un lugar cómodo y acogedor de tu hogar. Pídele al
Señor que te guíe en los detalles de cuándo, dónde, por cuánto tiempo y con qué
frecuencia. Pídele que te ayude a crear momentos especiales que tu hijo esperará
con ansias.
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MOMENTOS ESPECIALES
PARA CRECER EN LA ORACIÓN
Orar es hablar con Dios. Es la forma en que nos mantenemos cerca de Dios
durante todo el día. Es decirle a Dios lo que hay en nuestros corazones y es
esperar que Él responda. Es la forma en que Dios alinea nuestros deseos con
sus caminos. Podemos estar seguros de que Dios escucha y contesta nuestras
oraciones. Y aunque no siempre contesta nuestras oraciones de la manera que
esperamos, siempre las responde de manera consistente con su carácter.
Mi madre fue quien modeló la oración para mí. De niña ella me animaba a decir
mis oraciones antes de acostarme. Pero la forma en que más me animó fue con su
ejemplo: ella oraba así como Jesús nos enseña a hacerlo:
“Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y con la puerta cerrada ora
a tu Padre que está en secreto.” Mateo 6:6a
Ahora, si bien las oraciones personales fueron modeladas para mí, el rezar con
otros no lo fue. La primera vez que estuve expuesta a orar con otros fue cuando
mis hijas estaban en la escuela primaria. Una amiga me invitó a rezar con otras
madres por nuestros hijos y la escuela a la que asistían. Acepté ir de mala gana.
Pero a medida que fueron pasando las semanas fui ganando confianza para orar
en voz alta y experimenté las bendiciones de orar con otras personas.
Casi al mismo tiempo leí un libro titulado La práctica de la presencia de Dios, del
Hermano Lawrence. Me cautivaron los escritos de este monje del siglo XVII, cuyo
trabajo consistía en cocinar y lavar platos en un monasterio francés. El Hermano
Lawrence vivió buscando continuamente la presencia del Señor y adquirió el
hábito de hablar con Dios todo el día. Él escribió:
“Todo lo que tenemos que hacer es reconocer que Dios está íntimamente
presente dentro de nosotros. Entonces podemos hablarle directamente
a Él cada vez que necesitemos ayuda para conocer Su voluntad en
momentos de incertidumbre, y hacer lo que Él quiere que hagamos de
una manera que le agrade.” (The Practice of the Presence of God, Whitaker
House: 1982, página 23).
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levantadas con los brazos en alto. Las escucha si nuestros ojos están cerrados
y también si están abiertos. (Si no, ¿cómo podríamos orar con nuestros hijos
mientras conducimos el automóvil?)
CINCO MOMENTOS
ESPECIALES PARA ORAR
Si bien es importante permitir que los niños oren con sus propias palabras,
a menudo es útil comenzar enseñándoles oraciones simples que pueden
memorizar y patrones simples de oración que pueden seguir. Estas oraciones
ayudan a los niños a aprender cómo otros se comunican con Dios y se convierten
en la base para orar espontáneamente en otros momentos. A continuación hay
cinco ejemplos de cómo podrías planificar un momento especial de oración con
tu hijo.
Los ojos de todos esperan en ti, Señor, y tú les das la comida a su tiempo.
Abres tu mano y llenas de bendición a todo ser viviente. Amén.
# 2 Oraciones nocturnas
La noche es un momento natural para reflexionar sobre el día y contarle a Dios
cualquier preocupación que tú o tu hijo puedan tener para el día siguiente. Estas
oraciones nocturnas pueden iniciarse con una simple oración memorizada,
seguida de hablar con Dios en tus propias palabras. Aquí está la oración nocturna
que hemos usado en las camas de nuestros hijos durante años:
Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, con la gracia de Dios y del
Espíritu Santo.
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# 3 Oraciones bíblicas
Orar con palabras de la Biblia es una forma poderosa de hacerlo, porque sabes
que estás orando la voluntad de Dios. Aquí hay algunos ejemplos de oración
bíblica:
Señor, dame a conocer tus caminos; ¡Enséñame a seguir tus sendas! Todo
el día espero en ti; ¡enséñame a caminar en tu verdad, pues tú eres mi
Dios y salvador! Salmo 25:4-5
# 4 Oración Acróstica–ACTOS
Uno de los primeros modelos de oración que aprendí fue el acróstico simple:
ACTOS. Cada letra representa un tema en un orden que nos ayuda a orar.
• Adoración. Adoramos a Dios alabándolo por quién Él es, tanto por su carácter
como por sus atributos. Esto establece el tono para el resto de la oración y
nos ayuda a enfocarnos en el poder de Dios en lugar de nuestra debilidad o
problemas. “¡Alabado sea el nombre del Señor!” Salmo 135:1
• Súplica. Pedimos a Dios con fervor que nos conceda su favor. “Señor, escucha
mi oración y atiende a la voz de mis súplicas.” Salmo 86:6
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MOMENTOS ESPECIALES EN LA BIBLIA
Es importante que los niños sepan que la Biblia es la verdadera Palabra de Dios
y que las historias que en ella se narran realmente sucedieron. Dios nos habla a
través de ella, guiándonos y enseñándonos su verdad.
“Tu palabra es una lámpara a mis pies; ¡es la luz que ilumina mi camino!”
Salmo 119:105
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CINCO MOMENTOS ESPECIALES
ALREDEDOR DE LA PALABRA
# 1 Leer la Biblia
La Biblia es la historia de Dios y su pueblo. Si bien está destinada a leerse de
principio a fin, esto no siempre es práctico o apropiado para la edad de los
niños. Las Biblias de cuentos se pueden leer una historia a la vez hasta que se
completen. Al leer una Biblia de texto, puedes seleccionar lecturas específicas.
Podrías comenzar leyendo sobre Jesús en uno de los Evangelios (Mateo, Marcos,
Lucas o Juan). Allí es donde tu hijo puede encontrarse con Jesús, quien es el
centro de la Palabra de Dios. Es por ello que es bueno volver a los Evangelios
una y otra vez. También puedes ir al Antiguo Testamento y leer acerca de las
maravillas de la creación y la historia de la búsqueda de la humanidad por Dios:
desde Adán y Eva hasta Noé, Abraham, Moisés, Josué, David y otros héroes de
la fe. Después de los Evangelios, el resto del Nuevo Testamento es donde tu hijo
puede aprender sobre lo que los primeros cristianos nos enseñan sobre la vida y
enseñanzas de Jesús.
Jesús dijo: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.”
Mateo 28:20b
# 3 Estudiar la Biblia
Un buen método para estudiar la Biblia es siguiendo un patrón simple de tres
partes: observación, interpretación y aplicación.
• Observación: ¿Cuáles son los hechos, el contenido, el quién, el qué, el cuándo
y el dónde del pasaje?
• Interpretación: ¿Cuáles son las lecciones, advertencias, mandatos y
promesas? ¿Qué aprendes acerca de Dios? ¿Qué está haciendo Dios?
• Aplicación: ¿Cómo puedo aplicar esto a mi vida? ¿De qué manera esto me
cambia?
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# 4 Versículos familiares
Elegir un versículo familiar puede ayudar a tu familia a enfocarse en Dios y sus
propósitos. Cuando selecciones un versículo para tu familia, piensa en cómo
deberían vivir para que el reino de Dios crezca en el área de influencia de tu
familia. Elijan una manera de tener ese versículo en un lugar visible del hogar.
Involucra a tu hijo en la decoración o en la selección de un marco especial.
Conozco familias que compran decoraciones de madera o de vinilo para hacerlo.
Algunos ejemplos de versos familiares pueden ser:
“… que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean
sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que está en los cielos.” Mateo 5:16
# 5 Versículo de la semana
Elegir un “versículo de la semana” es una buena manera de aprender nuevas
verdades bíblicas. Los textos se pueden seleccionar en función de las situaciones,
edades o etapas por las que están pasando, o de un devocional. Se pueden poner
por toda la casa con notas adhesivas o en tarjetas en la puerta del refrigerador
y en los espejos de las habitaciones y baños. También pueden enviarse como
mensajes de texto, en correos electrónicos o susurrados al oído de tu hijo cuando
sale para la escuela o el trabajo. Aquí hay unos ejemplos:
“No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por
dondequiera que vayas.” Josué 1:9b
Acabamos de ver formas en que se pueden planificar momentos especiales para
orar o leer la Biblia en la casa. Pero recordemos que hay dos maneras en que
podemos ayudar a nuestros hijos a aprender a relacionarse con Dios: planificando
momentos especiales y también respondiendo ante los momentos de la vida diaria.
Consideremos ahora cómo podemos responder en esos momentos cotidianos, de
manera de ayudar a nuestros hijos a relacionarse con Dios.
CÓMO RESPONDER
A LOS MOMENTOS COTIDIANOS
Ser padre implica responder, y responder muchas veces. Respondemos al llanto
de nuestro recién nacido en medio de la noche, a su primera sonrisa, sus primeras
palabras, sus primeros pasos y su primera fiebre. Respondemos a sus juegos,
lágrimas, berrinches, miedos, peleas, heridas y enfermedades. Respondemos a
solicitudes y exigencias. Y respondemos a preguntas, muchas preguntas.
Una tarde, mi nieta de cinco años me dijo, como al pasar, que algunas noches
se asusta cuando está en la cama. Bien podría haber seguido adelante con la
conversación, pero sentí que era un momento importante para aprovechar. Así es
que le recordé que, cuando tiene miedo, puede rezarle a Dios. Usé ese momento
cotidiano como una oportunidad para nutrir su vida de oración. Si no hubiera
estado buscando oportunidades para responder intencionalmente, podría
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haber perdido ese momento para ayudarla a relacionarse con Dios y saber que
Dios es real y está presente en su vida. A medida que empieces a pensar en esos
momentos cotidianos, quizás te surjan algunas preguntas:
Si te parece que aprovechar los momentos cotidianos es algo que solo un pastor o
líder de la iglesia puede hacer, recuerda que Dios está dispuesto a darte la ayuda
que necesites; solo necesitas pedírsela.
CINCO RESPUESTAS
A LOS MOMENTOS COTIDIANOS
A continuación hay algunas formas de responder a los momentos cotidianos:
# 1 Oraciones espontáneas
Las oraciones espontáneas son oraciones sobre la marcha, dirigidas a Dios cuando
surge una situación o necesidad. Con estas oraciones podemos responder al miedo,
las preocupaciones, los pensamientos ansiosos o las situaciones que ocurren en
los momentos cotidianos (o no tan cotidianos). Se pueden rezar en casa, en el
automóvil, en la parada del autobús, en una caminata, en el supermercado o en el
centro comercial. Siempre que haya una situación en la que se necesite la ayuda de
Dios, puedes hacer una oración espontánea en voz alta con tu hijo.
Quizás tu hijo está comenzando una nueva escuela y está nervioso por conocer
nuevos amigos. Mientras lo llevas, podrías orar: “Padre, ayuda a Santiago a no
preocuparse hoy. Ayúdale a conocer nuevos amigos en la escuela.” Recientemente
hice una oración espontánea en una situación aterradora con mi nieto, cuando
estábamos atrapados en nuestro automóvil durante una inundación repentina.
Al final, estuvimos a salvo. Pero en el momento nos ayudó enormemente orar
en voz alta: “Jesús, protégenos y mantennos a salvo. Envía ayuda rápidamente”.
La oración no solo fue tranquilizadora, sino que modeló acudir a Jesús en una
situación aterradora para mi nieto.
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# 2 Oraciones de bendición
A veces, cuando envías a tu hijo a la escuela o cuando lo acuestas por la noche, te
inunda un amor indescriptible y un deseo por lo mejor de Dios para él. Una oración
de bendición puede expresar ese amor y deseo. Por ejemplo, podrías rezar:
• Cuando cotilleas con amigos y de pronto te das cuenta de que debes parar,
has escuchado a Dios.
• Cuando tus pensamientos son egocéntricos y Dios te recuerda que debes
pensar en los demás, Él te está formando para que te parezcas más a Cristo.
• Si tu hijo primero miente, diciendo que no fue él quien rompió tu taza favorita,
pero luego confiesa, es probable que Dios le esté inculcando honestidad y la
necesidad de confesarse.
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Si no estás seguro de dónde buscar en la Biblia, comienza buscando en una
concordancia de la Biblia. La búsqueda de una palabra como “miedo”, “preocupación”,
“tentación”, “alegría”, “paz”, “amabilidad”, “satisfacción”, etc., te dirigirá a los versos
apropiados.
# 5 Respondiendo a la creación
Dios se nos revela a través de su creación. Una de las formas más tangibles
de ayudar a tu hijo a relacionarse con Dios es respondiendo al poder, obra,
magnificencia y gloria de su creación. Se nos recuerda su obra con el chillido de
un halcón mientras se eleva en el cielo, el sabor de una manzana recién arrancada
de un árbol, una suave brisa en un caluroso día de verano, el dulce olor de un
arbusto de lilas, o los colores de las hojas en un fresco día de otoño. Como dice en
los Salmos,
Es la paternidad compartida con Dios lo que nos permite alimentar las grandes
esperanzas que tenemos para nuestros hijos. Es bueno que tengamos grandes
esperanzas y sueños para la fe de nuestros hijos. Es correcto que quisiéramos
que tuvieran una comprensión saludable de su propio pecado y la necesidad
del perdón de Dios. Es bueno que queramos que reconozcan la voz de Dios
y lo obedezcan. Es natural que deseamos que tengan una fe duradera que
los mantenga fuertes a través de los problemas de la vida y los proteja de
comportamientos dañinos.
Que el Dios de paz … los capacite para toda buena obra, para que hagan su
voluntad, y haga en ustedes lo que a él le agrada, por medio de Jesucristo.
Amén.
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Mary Oldfield vive en St. Louis con su esposo de 38 años, con quien tiene dos hijas casadas y cinco nietos.
Ella se deleita en confiar en Dios para que la ayude a preparar un espacio para que Dios trabaje en la vida
de sus nietos. Mary ha sido directora de ministerio de niños y durante 20 años ha equipado y apoyado a
los padres que respondían al llamado de ser los principales cuidadores espirituales de sus hijos.
CRISTO PARA
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