Contestacion Daniela
Contestacion Daniela
Contestacion Daniela
Que ocurro con el presente escrito y por mis Propios Derechos, y con la
personalidad que tengo acreditada dentro del presente juicio a efecto de dar CONTESTACION a
la ilegal e infundada Demanda interpuesta en nuestra contra relativa al JUICIO EJECUTIVO
MERCANTIL que fuera interpuesto en mi contra por el C. ADRIAN OLIVARES SALINAS
basándome en lo anterior en hacer valer mis excepciones y derechos así como narrar los siguientes
Hechos y Consideraciones de derecho que a continuación le exponemos:
I. Respecto al hecho narrado en el apartado “1”; es señalado por la parte actora que el 11-once de
diciembre de 2019-dos mil diecinueve se suscribió a favor de Empresas Gapada de Nuevo León S.A
de C.V. un título de crédito denominado “pagaré”. Sin embargo, el hecho señalado por la parte
actora es completamente falso. Dentro del contrato firmado por la suscrita se dispone lo siguiente:
“El presente pagaré consta de 2-dos páginas y se suscribe en la ciudad de Monterrey, Nuevo León,
el día 11-once de diciembre del 2020-dos mil veinte. Ahora bien es de manifestar que la suscita
reconozco en parte lo narrado en el punto numero uno de hechos, ya que en efecto la empresa que
se hace mención me otorgo tal crédito, pero también es de manifestar que la suscita realice 4 pagos
correspondientes a los meses de ENERO, FEBRERO , MARZO Y ABRIL del presente año mismo
que compruebo con las capturas de las trasferencias y estados de cuenta, y no es como lo manifiesta
la actora que no realizamos pagos algunos, cabe mencionar que los primeros tres pagos se
realizaron por la cantidad de $13, 892.00 (trece mil ochocientos noventa y dos pesos 22/100 M.N),
realizando un cuarto pago en el mes de abril por la cantidad de $15,267.00 (quince mil doscientos
sesenta y siete pesos 00/100 M.N.) mismos que en dicha cantidad se pagan los intereses de tres días
posteriores al pago. Es de manifestar que los intereses moratorios sobrepasan lo estipulado y
señalado por nuestra legislación mercantil.
II. Referente al hecho narrado en el apartaro “2”; Adrian Olivares Salinas hace constar dentro de la
demanda los interéses ordinarios establecidos en el documento a base de acción. El interés legal es
el nueve porciento anual –cuya hipótesis se encuentra prevista en el artículo 2395 del Código Civil
Federal.
Ahora bien, es de mencionar que nunca me dijeron la cantidad a pagar de intereses y nunca, por lo
que se esta cobrando en exceso los intereses mismo que esta prohibido, aunque seas moroso, ahora
bien la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) DETERMINO QUE
ESTA PROHIBIDO EL COBRO DE INTERESES EXCESIVOS O DESPROPORCIONADOS
PACTADOS EN UN PAGARE, SIN IMPORTAR SI SE TRATA DE INTERESES
ORDINADRIOS O MORATORIOS, ya que en ambos casos se configura la usura.
El alto tribunal explico que de acuerdo con la CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUAMNOS, la usura es entendida como una explotación del hombre por el hombre y se presenta
cuando una persona obtiene en provecho propio y de modo abusivo, sobre la propiedad de otro, un
interés excesivo derivado de un préstamo. Por lo que se me esta violentando mis derechos humanos
estipulados en el articulo 1 de la constitución de los estados unidos mexicanos.
PRIMERA SALA
Contradicción de tesis 294/2015. Entre las sustentadas por el Noveno Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Décimo
Sexto Circuito. 24 de agosto de 2016. La votación se dividió en dos partes: mayoría de cuatro votos
por la competencia. Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Unanimidad de cinco votos de los
Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo Rebolledo,
Norma Lucía Piña Hernández y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, en cuanto al fondo. Ponente Jorge
Mario Pardo Rebolledo. Secretarios Cecilia Armengol Alonso, Mario Gerardo Avante Juárez,
Mireya Meléndez Almaraz, Luis Mauricio Rangel Argüelles y Mercedes Verónica Sánchez Miguez.
El Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Décimo Sexto Circuito, al resolver los juicios de
amparo directo 775/2014, 863/2014, 989/2014, 1075/2014 y 149/2015, los que dieron origen a la
tesis jurisprudencial XVI.3o.C. J/1 (10a.), de título y subtítulo: "USURA. LOS INTERESES
MORATORIOS NO LA ACTUALIZAN.", publicada en el Semanario Judicial de la Federación del
viernes 4 de septiembre de 2015 a las 10:15 horas y en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Décima Época, Libro 22, Tomo III, septiembre de 2015, página 1897, con número de
registro digital: 2009879.
El Noveno Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al resolver el juicio de amparo
directo 402/2015, sostuvo que la usura se actualiza tanto en los intereses ordinarios como en los
moratorios, porque está prescrita en cualquiera de sus formas y en cualquier clase de juicio, pues lo
que la ley prohíbe es la usura entendida como cualquier forma de explotación del hombre por el
hombre, para obtener un provecho propio y de modo abusivo sobre la propiedad de otro, por lo que
su examen debe comprender a cualquier tipo de juicio en donde sea susceptible de actualizarse.
Tesis de jurisprudencia 54/2016 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en
sesión de fecha veintiuno de septiembre de dos mil dieciséis.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Materia Constitucional Civil, tesis
1a./J. 54/2016 (10a.), Jurisprudencia, Registro 2013076, noviembre de 201
b) la calidad de los sujetos que intervienen en la suscripción del pagaré y si la actividad del
acreedor se encuentra regulada;
operaciones similares a las que se analizan, cuya apreciación únicamente constituye un parámetro
de referencia;
h) la variación del índice inflacionario nacional durante la vida real del adeudo;
Lo anterior, sobre la base de que tales circunstancias puede apreciarlas el juzgador (solamente si de
las constancias de actuaciones obra válidamente prueba de ellos) para aumentar o disminuir lo
estricto de la calificación de una tasa como notoriamente excesiva; análisis que, además, debe
complementarse con la evaluación del elemento subjetivo a partir de la apreciación sobre la
existencia o no, de alguna situación de vulnerabilidad o desventaja del deudor en relación con el
acreedor.”
Una nueva reflexión sobre el tema del interés usurario en la suscripción de un pagaré, conduce a
esta Sala a apartarse de los criterios sostenidos en las tesis 1ª./J 132/2012 (10ª), así como 1ª.
CCLXIV/2012 (10ª.), en virtud de que en su elaboración se equiparó el interés usurario con el
interés lesivo, lo que provocó que se estimara que los requisitos procesales y sustantivos que rigen
para hacer valer la lesión como vicio del consentimiento, se aplicaran también para que pudiera
operar la norma constitucional consistente en que la ley debe prohibir la usura como forma de
explotación del hombre por el hombre; cuando esta última se encuentra inmersa en la gama de
derechos humanos respecto de los cuales el artículo 1º constitucional ordena que todas las
autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger
y garantizar. Así, resulta que el artículo 21, apartado 3, de La 8 Convención Americana sobre
Derechos Humanos, prevé la usura como una forma de explotación del hombre por el hombre,
como fenómeno contrario al derecho humano de propiedad, lo que se considera que ocurre cuando
una persona obtiene en provecho propio y de modo abusivo sobre la propiedad de otra, un interés
excesivo derivado de un préstamo; pero además, dispone que la ley debe prohibir la usura. Por lo
anterior, esta Primera Sala estima que el artículo 174, párrafo segundo, de la Ley General de Títulos
y Operaciones de Crédito, que prevé que en el pagaré el rédito y los intereses que deban cubrirse se
pactaran por las partes, y sólo ante la falta de tal pacto, operará el tipo legal, permite una
interpretación conforme con la Constitución General y, por ende, ese contenido normativo debe
interpretarse en el sentido de que la permisión de acordar intereses tiene como límite que una parte
no obtenga en provecho propio y de modo abusivo sobre la propiedad de la otra, un interés excesivo
derivado de un préstamo; destacando que la adecuación constitucional del precepto legal indicado,
no sólo permite que los gobernados conserven la facultad de fijar los réditos e intereses que no sean
usurarios al suscribir pagarés, sino que además, confiere al juzgador la facultad para que, al
ocuparse de analizar la litis sobre el reclamo de intereses pactados en un pagaré y al determinar la
condena conducente (en su caso), aplique de oficio el artículo 174 indicado acorde con el contenido
constitucionalmente válido de ese precepto y a la luz de las condiciones particulares y elementos de
convicción con que se cuente en cada caso, a fin de que el citado artículo no pueda servir de
fundamento para dictar una condena al pago de intereses mediante la cual una parte obtenga en
provecho propio y de modo abusivo sobre la propiedad de su contrario un interés excesivo derivado
de un préstamo. Así, para el caso de que el interés pactado en el pagaré, genere convicción en el
juzgador de que es notoriamente excesivo y usurario acorde con las circunstancias particulares del
caso y las constancias de actuaciones, aquél debe proceder de oficio a inhibir esa condición usuraria
apartándose del contenido del interés pactado, para fijar la condena respectiva sobre una tasa de
interés reducida prudencialmente que no resulte excesiva, mediante la apreciación de oficio y de
forma razonada y motivada de las mismas circunstancias particulares del caso y de las constancias
de actuaciones que válidamente tenga a la vista el juzgador al momento de resolver.”En efecto,
existe un exceso en las prestaciones reclamadas puesto que el interés pactado al momento de
suscribir el pagaré base de la acción, resulta ilegal, porque se trata de intereses desproporcionados y
que de acuerdo con los artículos 77, 362 y 78 del Código de Comercio y 174 de la Ley General de
Títulos y Operaciones de Crédito, el juzgador oficiosamente debe regular los intereses que resulten
usurarios.
Lo anterior es así, toda vez que si bien la codificación mercantil contempla la posibilidad de cobrar
intereses por los préstamos, basados en el principio de libre contratación, no obstante, conforme a
los artículos 21, numeral 3º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 1º de la
Constitución Federal, debe procurarse la protección al deudor frente a los abusos y la eventualidad
en el cobro de intereses excesivos por constituir usura y que de permitir que la voluntad de las
partes esté sobre dicha disposición convencional, sería tanto como solapar actos de comercio que
conculquen derechos humanos. En esa tesitura, la aplicación del artículo 174 de la Ley General de
Títulos y Operaciones de Crédito, en el sentido de permitir el pacto irrestricto de intereses en caso
de mora, es inconvencional, pues tolera que los particulares se excedan en su cobro, con la
eventualidad de que éstos sean usurarios. En el caso concreto, en el documento base de la acción se
estipuló un interés mensual del 5% cinco por ciento y basta con multiplicar la tasa referida por doce
meses que tiene el año, para obtener como resultado una tasa anual del 60% sesenta por ciento, la
cual resulta usuraria y excesiva. En efecto, en atención al principio de convencionalidad, la parte
enjuiciada debe ser objeto de protección, al existir una porción normativa convencional que
proscribe la práctica de la usura, como un derecho fundamental más a incluir en el catálogo de
derechos humanos y, en la especie, dicha violación se perpetra en su esfera jurídica, pues el interés
consignado en el título de crédito es evidentemente desproporcional y excesivo, comparados con los
que establece el Banco de México, por ende, debe ser regulado al prudente arbitrio del juzgador y
en su caso reducirlos al interés legal establecido en la legislación mercantil.
En ese orden de ideas, se advierte de modo indubitable, que se está ante la presunta violación a un
derecho humano contenido en un tratado internacional, así como la inconvencionalidad de una
norma interna – el artículo 174 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito- por lo tanto,
en atención a dichas circunstancias, este Juzgado, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 1o.
de la Constitución General de la República y en ejercicio de control de convencionalidad, está
obligado a emprender el estudio correspondiente. Dicha norma fundamental es del tenor siguiente:
"Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá
restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución
establece.".
Del numeral transcrito se obtiene que la Constitución Federal impone que las personas que se
encuentren en el territorio nacional gozarán de los derechos humanos reconocidos en la
Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte; de ello, se
sigue que el Constituyente dotó de jerarquía constitucional a las normas convencionales en materia
de derechos humanos.
A este respecto, conviene destacar que el Más Alto Tribunal del País, al resolver el expediente
varios 912/2010 relacionado con la ejecución de la sentencia dictada por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en el “Caso Radilla Pacheco contra los Estados Unidos Mexicanos” sostuvo
que, derivado de la reforma al artículo 1o. de la Carta Magna, mediante Decreto publicado en el
Diario Oficial de la Federación de diez de junio de dos mil once, todas las autoridades del país,
dentro del ámbito de sus respectivas competencias, se encontraban obligadas a velar no sólo por los
derechos humanos contenidos en los instrumentos internacionales firmados por el Estado
Mexicano, sino también por los derechos humanos contenidos en la Constitución Federal,
adoptando la interpretación más favorable al derecho humano de que se trate, lo que se entiende en
la doctrina como principio pro persona.
Que dichos mandatos deben examinarse junto con lo establecido por el diverso artículo 133 de la
Constitución Federal para determinar el marco dentro del que debe realizarse este control de
convencionalidad, lo cual claramente será distinto al control concentrado que tradicionalmente
operaba en nuestro sistema jurídico.
Que en el ejercicio de la función jurisdiccional como está indicado en la última parte del artículo
133 en relación con el artículo 1º., los jueces están obligados a preferir los derechos humanos
contenidos en la Constitución y en los tratados internacionales, aun a pesar de las disposiciones en
contrario establecidas en cualquier norma inferior. Que si bien los jueces no pueden hacer una
declaración general sobre la invalidez o expulsar del orden jurídico las normas que consideren
contrarias a los derechos humanos contenidos en la Constitución y tratados como acontece en las
vías de control directas establecidas en los numerales 103, 107 y 105 de la Constitución sí están
obligados a dejar de aplicar estas normas inferiores dando preferencia a los contenidos de la
Constitución y de los Tratados en esta materia. Lo anterior conforme a la
II. Todos los derechos humanos contenidos en tratados internacionales en los que el Estado
Mexicano sea parte.
“Artículo 21. Derecho a la Propiedad Privada……3. Tanto la usura como cualquier otra forma de
explotación del hombre por el hombre, deben ser prohibidas por la ley…”. Conforme a la anterior
disposición -que proscribe la usura entendida ésta en su sentido gramatical como el interés excesivo
en un préstamo.- se establece un derecho fundamental de observancia general, teniendo en
consideración que el citado artículo 1o. de la Carta Magna amplía el catálogo de éstos no sólo a los
contenidos en el ordenamiento supremo del orden jurídico nacional, sino también en los tratados
internacionales aprobados por el Estado Mexicano. En ese tenor, cabe puntualizar que el artículo
174, segundo párrafo, de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, dispone lo siguiente:
Para los efectos del artículo 152, el importe del pagaré comprenderá los réditos caídos; el descuento
del pagaré no vencido se calculará al tipo de interés pactado en éste, o en su defecto al tipo legal, y
los intereses moratorios se computarán al tipo estipulado para ellos; a falta de esa estipulación, al
tipo de rédito fijado en el documento, y en defecto de ambos al tipo legal…”
De lo transcrito, se destaca que el artículo 174, segundo párrafo, de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito, no fija límite para el pacto de intereses en caso de mora en un título de
crédito, como es el caso, pues la voluntad de las partes rige -en principio- para dicho acuerdo, ello
en correlación con el diverso numeral 78 de la codificación mercantil, que dispone:
“Artículo 78. En las convenciones mercantiles cada uno se obliga en la manera y términos que
aparezca que quiso obligarse, sin que la validez del acto comercial dependa de la observancia de
formalidades o requisitos determinados.”
referidos del Código de Comercio, se obtiene que en tratándose del pagaré las partes pueden fijar un
interés para el caso de mora, también lo es que existe la limitación de que dicho rendimiento no sea
desproporcional, pues así lo dispone el artículo 77 de dicha codificación al establecer:
“Artículo 77. Las convenciones ilícitas no producen obligación ni acción, aunque recaiga sobre
operaciones de comercio.”.
Aunado a ello, conforme a los artículos 21, numeral 3, de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y 1º de la Constitución Federal, se reconoce la protección al deudor frente a los abusos y a
la eventualidad en el cobro de intereses excesivos, por constituir usura; en ese orden de ideas, es
menester definir, para el caso que nos ocupa, qué se entiende por usura.
En su sentido gramatical, el Diccionario de la Real Academia Española refiere: Usura. (Del lat.
usura). 1. f. “Interés que se lleva por el dinero o el género en el contrato de mutuo o préstamo. 2. f.
“Este mismo contrato”. 3. f. “Interés excesivo en un préstamo. 4. f. Ganancia, fruto, utilidad o
aumento que se saca de algo, especialmente cuando es excesivo.”. Por su parte la obra Etimología
Jurídica, editada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sobre la palabra en consulta
establece: “Usura, de la palabra culta usura-ae; de usus-us, de utor y sufijo-ura, cualidad o estado.
Facultad de usar, uso de un capital prestado, posteriormente significó interés, rédito (que se paga
mensualmente por usar un capital prestado); interés excesivo en un préstamo, ganancia, fruto o
utilidad que se saca de una cosa, especialmente cuando es excesivo, que es la nota carácterística de
la usura.”
De ahí que, en esas condiciones, pueda válidamente definirse a la usura como el cobro de un interés
excesivo en un préstamo, entendiéndose por tal, cuando transgrede los límites de lo ordinario o
lícito. Precisado lo anterior, cabe mencionar que el referido artículo 174 de la Ley General de
Títulos y Operaciones de Crédito, al permitir el pacto irrestricto de intereses en caso de mora,
resulta inconvencional, pues tolera que los particulares se excedan en su cobro con la eventualidad
de que éstos sean usurarios, contraviniendo con ello lo dispuesto en los artículos 1º de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que dispone que todas las personas gozaran
de los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados Internacionales en los que
este País sea parte; y 21 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que estipula que la
usura como cualquier otra forma de explotación del hombre por el hombre, deben prohibirse por la
ley.
Tiene aplicación la Tesis XXX.1º.2 C (10ª.), sustentada por el Primer TribunalColegiado del
Trigésimo Circuito, consultable en la página 1735 del Libro XI,Tomo 2 del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Agosto de 2012,Décima Época, del rubro y texto:
sobre convenciones lícitas. En vista de ello, la Convención Americana sobre Derechos Humanos -
suscrita el veintidós de noviembre de mil novecientos sesenta y nueve en San José de Costa Rica,
que entró en vigor el dieciocho de julio de mil novecientos setenta y ocho, de exigibilidad en
México a partir del veinticuatro de marzo de mil novecientos ochenta y uno- establece en su artículo
21, numeral 3, que la usura y cualquier otra forma de explotación humana por el hombre, deben ser
motivo de prohibición legal; luego, dicha disposición se trata de un derecho fundamental, pues el
artículo 1º. de la Carta Magna amplía el catálogo de éstos no sólo a los contenidos en el
ordenamiento supremo del orden jurídico nacional, sino también en los tratados internacionales
aprobados por el Estado Mexicano. En ese orden de ideas, se destaca que el artículo 174, segundo
párrafo, de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito no fija límite para el pacto de
intereses en caso de mora en un título de crédito, pues la voluntad de las partes rige -en
principiopara dicho acuerdo, en correlación con el mencionado numeral 78 de la codificación
mercantil, y con la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que proscribe la usura. De
ello se colige que si bien la legislación 16 mercantil contempla la posibilidad de cobrar intereses por
los préstamos, basada en el principio de libre contratación, en atención al contenido de los artículos
21, numeral 3, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 1º. de la Constitución
Federal, debe reconocerse la protección al deudor frente a los abusos y a la eventualidad en el cobro
de intereses excesivos, por constituir usura. De este modo, permitir que la voluntad de las partes
esté sobre dicha disposición convencional sería solapar actos de comercio que conculquen derechos
humanos. Así, el artículo 77 del Código de Comercio, es acorde con el texto de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y con el de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, al regular que los pactos ilícitos no producen obligación ni acción; pero la aplicación del
artículo 174 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito en el sentido de permitir el
pacto irrestricto de intereses en caso de mora, es inconvencional, pues tolera que los particulares se
excedan en su cobro con la eventualidad de que éstos sean usurarios.”.
Bajo esa línea de pensamiento, este órgano jurisdiccional considera que en el caso a estudio, el
interés moratorio pactado en el documento base de la acción, del 6% cinco por ciento mensual,
resulta excesivo y desproporcionado, transgrediendo los límites de lo ordinario o lícito, si se toma
en consideración que basta multiplicar el 60 % cinco por ciento, por los doce meses que tiene el
año, lo que da como resultado una tasa del 120% sesenta por ciento anual, que reflejado en
numerario tomando en cuenta el importe del documento base de la acción, que es la cantidad de
$115,000.00 (Ciento quince mil pesos00/100 M.N.) genera como resultado la suma de $90,000.00
(NOVENTA MIL PESOS 00/100 M.N) ANUALES, (como total de intereses anuales) lo que
contraviene lo dispuesto por el artículo 21, numeral 3, de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, que proscribe la usura, por lo que atento al control de convencionalidad que se ejerce,
debe ser objeto de regulación, al existir una norma convencional que proscribe la práctica de la
usura, como un derecho fundamental. No obstante lo anterior, se tiene en consideración que el
pronunciamiento de la declaratoria de inconvencionalidad del artículo 174 de
la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito determina un límite para el cobro de intereses
moratorios, cuyo efecto es que, en caso de que los réditos se excedan, el Juez deberá reducirlos a
ese porcentaje, sin que esto implique la absolución de su pago o su reducción hasta el interés legal;
ello es así, porque si bien del artículo 77 del Código de Comercio, se advierte que las convenciones
ilícitas no producen obligación ni acción, no debe pasar inadvertido que la materia mercantil
supone, per se, la existencia de una ganancia; en efecto, los préstamos en dinero llevan aparejado el
pago de un dinero extra por concepto de intereses, lo que es lógico, pues de lo contrario, ningún
prestamista se desprendería de un dinero que con riesgos recuperará en el futuro, sin poder disponer
de él durante la vigencia del préstamo. Ahora, cabe mencionar que ni la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito, ni el Código de Comercio, supletorio de ésta en términos del artículo 2o.,
fracción II, prevén un límite para el pacto de intereses en caso de mora, lo que se justifica porque en
los actos mercantiles rige la voluntad contractual, prevista en el invocado artículo 78 del
mencionado código, por lo que a fin de resolver cuál norma positiva resulta aplicable para
establecer una limitación al cobro de intereses excesivos, resulta necesario remitirnos a la
regulación que el Código Civil Federal de aplicación supletoria al de Comercio conforme al citado
artículo 2o., contiene en lo tocante al rédito por mora. Así el artículo 2395 de dicho ordenamiento
dispone lo siguiente:
"Artículo 2395. El interés legal es el nueve por ciento anual. El interés convencional es el que fijen
los contratantes, y puede ser mayor o menor que el interés legal; pero cuando el interés sea tan
desproporcionado que haga fundadamente creer que se ha abusado del apuro pecuniario, de la
inexperiencia o de la ignorancia del deudor, a petición de éste el Juez, teniendo en cuenta las
especiales circunstancias del caso, podrá reducir equitativamente el interés hasta el tipo legal.".
Dicho numeral establece que el interés legal anual es del nueve por ciento y el convencional aquél
que fijen los contratantes; asimismo, prevé la posibilidad de que el convencional pueda reducirse
hasta el equivalente alegal, si aquél es tan desproporcional que haga fundadamente creer que el
acreedor abusó del apuro pecuniario, inexperiencia o ignorancia del deudor; de ahí que el numeral
en comento prevé la reducción de los réditos, bajo la justificación en el juicio de la figura jurídica
de la lesión, sin embargo, no fija un porcentaje en tal sentido.
III. A lo dispuesto en el apartado “3”; en el supuesto de no haberse pagado la cantidad a su
vencimiento, es exigible el saldo pendiente de pago. Ahora bien, el artículo 362 del Código de
Comercio precisa que los deudores que demoren el pago de sus deudas deberán satisfacer, desde el
día siguiente al del vencimiento, el interés pactado. He de mencionar que la suscrita entregó los
pagos de los meses: enero, febrero, marzo, abril: por razones extraordinarias la ya mencionada
quedó sin empleo y enfermedad de covid, pero es de entender que no se me están tomando en
cuenta los pagos realizados por la suscita en los meses que hago mención, por lo cual la suerte
principal no es de $115, 000.00 ( ciento quince mil pesos 00/100 m.n.) si no es menos la cantidad
siendo lo pendiente a cobrar toda vez que se realizaron 4 pagos por la cantidad de de $13, 892.00
(trece mil ochocientos noventa y dos pesos 22/100 M.N) tres de ellos y un cuarto pago se realizó en
el mes de abril por la cantidad de $15,267.00 (quince mil doscientos sesenta y siete pesos 00/100
M.N.) , por lo que el actor no hace mención de esto en su demanda de inicio queriendo cobrar la
suerte principal mas los intereses devengados en dicha deuda, cabe hacer mención también que los
intereses deberían de ser menor tal y como se explica en el punto anterior de hechos, también es
falso que acudieran a mi domicilio o que realizaran actos de cobranza, toda vez que estos
presentaran su demanda en el mes de septiembre ante este tribunal. Con lo que con esto se da
oscuridad en la demanda al relatar hechos falsos e inciertos
Al efecto y atendiendo las consideraciones que obran en el acuerdo admisorio decretado por su
señoría de analizarse con posterioridad las probanzas ofrecidas por las partes, es de manifestar que
la suscrita DANIELA CRUZ RAMOS, me encuentro en total desacuerdo con todas y cada una de
ellas, impugnando en su totalidad las pruebas ya mencionadas por ser inciertas. Desde este
momento, refuto en su totalidad las probanzas ofrecidas por el actor, ya que no cuenta con los
elementos suficientes para ser aceptadas. Ahora bien, con las probanzas que anexa el actor son
insuficientes para comprobar lo narrado por el actor y con ello denota y se comprueba la falseada de
tales hechos. Así mismo se deben de desvirtuar las probanzas ofrecida por el actor ya que no son
ofrecidas como se hace mención en nuestra legislación ya que en ellas no se manifiesta con que
puntos de hechos de relacionan así mismo que es lo que se pretende comprobar con dicha probanza
así, por lo que no son ofrecidas en forma por lo que solicito se desechen en el acto calificativo por
no contar con lo solicitado por nuestra legislación comercial.
Así mismo el documento base de esta acción como lo es el pagaré no cuenta con los elementos
suficientes que hace mención nuestra legislación, ya que no fue llenado acorde a los mismos
comprobando así la alteración de este documento y por ende la falta de acción para demandar cosas
inciertas y falsas.
EN CUANTO AL DERECHO
Se objetan en su totalidad, ya que la presente Demanda es improcedente por los falsos hechos que
se narran y se comprueban, así como la forma en que trata de hacerlo. Impugnado en su totalidad lo
mencionado en el apartado de hechos, así como en general toda la demanda.
EXCEPCIONES Y DEFENSAS
PRUEBAS. –