La Virgen Maria, La Kejaritomene.

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LA VIRGEN MARIA, LA KEJARITOMENE

INTRODUCCION:
Mis queridos hermanos y amigos en el Señor, en esta oportunidad les compartiré
un mensaje hermoso, para mí el más controversial en toda la historia de la Iglesia,
inclusive en toda la historia de la Salvación; lo he titulado LA VIRGEN MARIA, LA
KEJARITOMENE, ¿Qué significa esta palabra que el Ángel dijo a María? Es una
palabra única en la Biblia, en el momento de la anunciación del Señor, cuando el
Ángel se dispone a darle el saludo a María y anunciarle que sería la Madre del hijo
de Dios se refiere a ella como “La llena de gracia” “KEJARITOMENE” ¿Qué
significa esta palabra elegida por el Ángel Gabriel?, dice la palabra de Dios que
María se turbo ante tal saludo. El saludo del KEJARITOMENE para María sería
algo incomprensible. KEJARITOMENE es una palabra en griego, exclusiva y no
tiene traducción en ningún otro idioma, significa LA SIEMPRE LLENA DE
GRACIA. Más tarde el Ángel le dice que su hijo se va a sentar en el trono de su
padre David; si nosotros en el hoy, en pleno siglo XXI fuésemos empáticos con
nuestra Madre la Virgen María, entendiésemos que con este saludo del
KEJARITOMENE la Virgen María percibe antes, durante y después del parto, la
plenitud de la gracia de Dios en su vida, es decir, María fue elegida mucho antes
de la creación, María ya estaba en la mente y el corazón del Padre, antes de todo
lo creado, porque todo lo creado fue única y exclusivamente por Jesucristo y para
Jesucristo, dice la palabra de Dios en la carta a los Gálatas 4,4:
“Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su hijo, nacido de
Mujer, nacido bajo la ley”
Dice el CEC en el numeral 488: Dios envió a su hijo, pero para formarle un
cuerpo quiso la libre cooperación de una criatura. Para eso desde toda la
eternidad, Dios escogió para ser la Madre de su Hijo, a una hija de Israel, una
joven judía de Nazaret en Galilea, a una virgen desposada con un hombre
José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. (Palabra de la
Iglesia).
No sé a ustedes, pero esto a mí me enamora más de la Iglesia Católica, no sé
cómo en el hoy, hallan personas que no le dan el puesto que se merece nuestra
Madre María, empezando por muchos católicos y culminando por todos los
hermanos que están fuera de la Iglesia católica, que no han entendido este saludo
del Ángel a María, y se han atrevido a traducir en sus Biblias mutiladas, la
expresión del KEJARITOMENE, como la muy favorecida, esta es una pésima
traducción, debido a que en el griego su significado profundo es “LA SIEMPRE
LLENA DE GRACIA” y desafío en el amor del Señor, a cualquier hermano que
me compruebe lo contrario. KEJARITOMENE es una palabra única en la Biblia, se
utiliza una sola vez y lo hace en referencia a nuestra Madre María. Esta palabra
tiene su origen en JARITO, una palabra griega que significa GRACIA, indicando
un estado sobrenatural que posee María, es decir, estar llena de gracia, repleta de
gracia, completamente llena de la gracia de Dios, esta expresión del
KEJARITOMENE en la Biblia significa una sola cosa mi querido hermano, presta
atención, significa “LIBRE DE PECADO”, esta gracia sobre abunda desde
siempre, por siempre y para siempre, en nuestra madre la Virgen María.
Quiero aclara lo siguiente, Hay un caso similar en la Biblia al de KEJARITOMENE,
pero tiene un significado distinto, es cuando el evangelista San Lucas en Hch 6, 8;
hace referencia al protomártir San Esteban, dice la palabra de Dios “Está lleno de
gracia y de poder” en el significado del griego a este escrito, se hace referencia
es, que está lleno de gracia, pero no para siempre, dado que el término utilizado
por San Lucas es “PLERES JARIS” que significa pleno de gracia, por algún
motivo en específico, en este caso de Esteban era por la misión encomendada por
los apóstoles, en este mismo capítulo 6, 1-3, está la institución de los 7 discípulos
por los apóstoles para que fueran a evangelizar las periferias, y entre estos 7 esta
Esteban, dice la palabra de Dios en el verso 3 “lleno de Espíritu Santo y saber”,
eso significa en griego “PLERES JARIS”, es decir, pleno de gracia, pero una
gracia momentánea por la misión encomendada, a través de los apóstoles, y los
inescrupulosos hermanos fuera de la Iglesia católica toman este capítulo para
comparar a la Virgen María, con Esteban, y atacarla diciendo que¿ cómo Dios da
a Esteban la misma gracia que a María?; que por eso es que nosotros los
Católicos estamos equivocados y adoramos a una creatura igual que nosotros
pecadores. Si los hermanos fuera de la Iglesia Católica estudiaran la Biblia, su
historia; y solamente estudiaran el significado de esta expresión griega
KEJARITOMENE en Lucas 1, 28; para no complicarles la vida; ESCUCHEN BIEN,
no existiera ninguna sexta protestante, ni ninguna denominación interreligiosa,
seriamos como dice la palabra de Dios: “La multitud de los creyentes tenía un
solo corazón, una sola alma” Hch 4, 32ª. Mis santos hermanos la consecuencia
de esta palabra KEJARITOMENE está bien explicita en toda la historia de la
salvación, donde la Iglesia Católica, que es sabia y maestra, hace referencia a los
dogmas Marianos, a todos los escritos Marianos, es decir, todo lo referente a la
Virgen María es consecuencia del significado profundo del KEJARITOMENE “LA
SIEMPRE LLENA DE GRACIA”

La Virgen María, Templo del Espíritu Santo.


Una de las consecuencias de la Virgen María ser la KEJARITOMENE, es decir, la
siempre llena de Gracia, es ser Templo del Espíritu Santo, hare un recorrido de
algunos momentos vividos por nuestra Madre la Virgen María con Dios Espíritu
Santo, donde la Iglesia sabia y maestra nos ha revelado y enseñado en toda la
historia de la salvación. De hecho, toda la vida de María fue un eterno
PENTECOSTES. Entendiendo por pentecostés, la presencia del Espíritu Santo en
la vida del creyente. Estos momentos los he titulado: Los pentecostés de la
Virgen María. De hecho, son muchos, Resaltare algunos de ellos:
1.- La Predestinación de María.
2.- La Inmaculada concepción de María.
3.- La Perpetua Virginidad de María.
4.- La Maternidad divina de María.
5.- La Vida oculta de María con Jesús.
6.- El dia de Pentecostés.
7.- La Asunción de María.
Primer pentecostés de la Virgen María, la Predestinación.
Dios planeo desde toda la eternidad toda la obra admirable de la encarnación de
su hijo amado Jesucristo, como culminación de la creación del universo, ya en la
mente de Dios Padre estaba la previsión del mal del hombre y de su restauración
por medio de su hijo Jesucristo revestido de carne mortal, es acá donde en la
mente y el corazón del Padre Dios estaba ya la Virgen María, con la misión de ser
la Madre del verbo hecho carne; ya acá la Virgen María estaba llena del Espíritu
Santo, estaba llena de Gracia, este sería su primer pentecostés, un pentecostés
suscitado en el corazón del Padre. Por esta razón María estaba en los designios
del Padre Dios, aun antes del tiempo, en su carácter de Madre de su hijo amado.
Nosotros pensamos y proyectamos, pero muchas veces nuestros proyectos por
hermosos que parezcan permanecen en la ineficacia, por nuestra imperfección
humana: esto no ocurre con Dios, en su perfección, y en su poder que no tienen
limite, Dios ya tenía en su corazón desde toda la eternidad a María, como Madre
de su hijo unigénito hecho carne. La elección de María por el Padre Dios, no es
escoger a una persona determinada para una misión específica, no mi querido
hermano, es la predestinación desde toda la eternidad de una madre para su hijo
Jesucristo, y su nombre es MARIA, la KEJARITOMENE. Para reforzar esta idea
are mención al CEC en su numeral 488: “Dios envió a su hijo” (Gal 4,4), pero para
“formarle un cuerpo” quiso la libre cooperación de una criatura, para eso desde
toda la eternidad, Dios escogió para ser la Madre de su hijo, a una hija de Israel,
una joven judía de Nazaret en Galilea, a “una virgen desposada con un hombre
llamado José”, de la casa de David; el nombre de la virgen es María” (Lc 1, 26-27).
Palabra de la Iglesia, Amamos a la Iglesia.
Esta predestinación de nuestra Madre María, desde la eternidad, empieza a
realizarse con el tiempo, hago mención al concilio vaticano II, que lo expresa muy
hermosamente, en su constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen Gentium en
el numeral 52: Queriendo Dios, infinitamente sabio y misericordioso, llevar a
término la redención del mundo, “cuando llego el fin de los tiempos, envió a su hijo
hecho de mujer… para que recibiésemos la adopción de hijos” (Gal 4,4-5), “El cual
por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación descendió de los cielos, y se
encarnó por obra del Espíritu Santo de María Virgen”. Este misterio divino de
salvación se nos revela y continua en la Iglesia, a la que el Señor constituyo como
cuerpo y en ella los fieles, unidos a Cristo, su cabeza, en comunión con todos sus
santos, deben también venerar la memoria “en primer lugar, de la gloriosa siempre
virgen María, Madre de Jesucristo nuestro Dios y Señor”. Palabra de la Iglesia,
Amamos a la Iglesia.

Segundo Pentecostés de la Virgen María, La Inmaculada concepción de


María.
La Iglesia Católica habla de los grandes privilegios de María, no es como acumular
premios, galardones y medallas sobre ella, nooo, el gran propósito de recordar,
estas obras maravillosas de Dios en la Virgen María, es en primer lugar, celebrar a
Dios, es rendirle culto a Dios, que es el dador de dones, y en segundo lugar es
descubrir que esos dones que recibió la Virgen María era la preparación para una
misión absolutamente única, e irrepetible, misión que alcanzaría su plenitud en el
acontecimiento de la Cruz y en Pentecostés; ser la Madre de Dios, y Madre de la
Iglesia.
María en Fe, acogió el anuncio y la promesa que le traía el Ángel Gabriel y pudo
decir con convicción, con claridad “He aquí la esclava del Señor; hágase en mi
según tu palabra” (Lc 1,38), María le dijo a Dios por Fe “A QUI ESTOY” que
significa esto para cada uno de nosotros, y poderlo llevar a nuestra vida.
1.- Estar disponible para Dios.
2.- Apartarnos del pecado.
3.- Es creer que Dios cuesta más, que mi YO.
4.- Poder decir A QUI ESTOY SEÑOR Es la palabra clave de la vida.
Por esta Fe, por la Fe de María, nosotros hoy trataremos de redescubrir este gran
misterio de la Inmaculada concepción de María.
Este dogma se suscita en el atributo natural de Dios su Omnisciencia, ósea, en el
conocimiento absoluto, ya Dios antes de la creación ya había elegido a la Virgen
María como Madre del Salvador, es decir, estaba predestinada, estaba elegida por
Dios para ser la madre de JESUCRISTO.
Para hablar sobre la Inmaculada concepción de María, que es la consecuencia de
la predestinación, hay que llevar un orden y definir qué significa Inmaculada y que
significa concepción; y abordar sobre el tema del Pecado, ya que este dogma
consiste en que María fue libre del pecado original desde el primer momento de su
concepción.
¿Qué es Inmaculada? Que está completamente limpia o no tiene ninguna mancha.
¿Qué es concepción? Es el primer instante de la existencia, es el momento
cuando los dos entes vivos se unen, el semen y el ovulo; allí se genera la vida,
desde ese mismo momento nace el ser humano.
Esta claridad hoy día la tenemos gracias a la ciencia, en la época de Jesús no se
gozaba de este privilegio. A hora si, podemos hacernos esta pregunta:
¿Por qué la concepción de la virgen María es distinta a la nuestra? Porque es
inmaculada, es una concepción sin mancha, en lo único que es igual, es que fue a
través del acto sexual; a diferencia de la concepción de Jesucristo, que fue por
obra y gracia del Espíritu Santo.
La Iglesia cuando habla sobre la Inmaculada Concepción hace referencia a que
fue concebida sin mancha, sin el pecado original; es necesario abordar el tema del
pecado, para poder entender el misterio de este Dogma.
En el pecado hay dos realidades distintas, una se llama culpa, y la otra se llama
pena.
¿Qué es la Culpa? Es el torcimiento de la voluntad del hombre, que se revela a la
voluntad de Dios, que desobedece a Dios.
¿Qué es Pena? Es la consecuencia que deja la culpa, el pecado en el alma, en el
cuerpo de la persona, y en las personas que rodean al pecador.
Ejemplo: Una persona alcohólica, cada vez que esta persona se embriaga, se
emborracha, y desperdicia el dinero de la casa, allí se suscita la culpa, allí, esta
persona le da la espalda a Dios, allí esta persona se revela contra Dios.
Esta culpa de emborracharse y gastar su dinero, le trae consecuencias;
supongamos que este alcohólico esta acá con nosotros viviendo esta experiencia
de amor de Dios, y uno de ustedes le impone las manos y ora por este hombre y
el siente que algo está saliendo de su alma, de su cuerpo; este hombre es liberado
por la infinita misericordia de Dios y deja de ser alcohólico, allí, este hombre deja
la culpa, se libera de la culpa, y comienza a enderezar su vida, y a cumplir la
voluntad de Dios; pero quedan las consecuencias, queda un hígado maltratado,
posiblemente con cirrosis hepática, una familia destruida por abandono o maltratos
físicos y psicológicos, queda una familia endeudada por tantos prestamos debido
al desperdicio por ingerir licor; todas estas consecuencias se llaman pena. Esta
pena puede ser purificada en este peregrinar o en el purgatorio; en el sacramento
de la confesión el sacerdote solo hace la absolución de la culpa.
Aclarada estas definiciones sobre inmaculada, sobre concepción, y sobre el
pecado, abordemos el tema de la Inmaculada concepción de María.
1.- Reconocido por la Iglesia desde sus comienzos, y definido como dogma de Fe
el 8 de diciembre de 1854 por el Papa Pio IX (NONO) en la bula INEFFABILIS
DEUS. "...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que
sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda
mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por
singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos
de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe
ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles... " CEC 491
2.- Es claro que el dogma se refiere no a la concepción de Cristo realizada en
maría por obra del Espíritu Santo, sino a la concepción por la cual María fue
engendrada en el seno de su madre Santa Ana.
3.- María nunca peco. CEC 493
4.- María no necesito que Jesucristo muriera por ella en la cruz. CEC 492
María fue la primera salvada por Jesucristo.
5.- María es tan pura y tan santa que no puede concebirse pureza mayor después
de la de Dios.
6.- La Inmaculada concepción de María tiene un llamado para nosotros:
- Nos llama a la purificación del cuerpo y alma, ser puros para Jesús.
- Nos llama a la consagración al corazón inmaculado de María, lugar seguro
para alcanzar conocimientos perfectos de Cristo y camino seguro para ser llenos
del Espíritu Santo.

Tercer pentecostés de María, La Perpetua Virginidad de María.


La Perpetua Virginidad de María es el dogma mariano más antiguo de la Iglesia,
según el cual María fue virgen antes, durante y después del parto y no tuvo otros
hijos. Perpetua virginidad incluso en el acto de dar a luz el Hijo de Dios hecho
hombre".
El en concilio de Constantinopla (año 553) le otorgó a María el título de "virgen
perpetua" (Aeiparthenos).
Santo Tomás de Aquino también enseñó esta doctrina (Summa theologiae III.28.2)
que María dio el nacimiento milagroso sin abertura del útero, y sin perjuicio para el
himen. Esta doctrina ya era un dogma desde el cristianismo primitivo, habiendo
sido declarada por notables escritores como San Justino Mártir y Orígenes. El
Papa Pablo IV lo reconfirmó en el Cum Quorundam el 7 de agosto de 1555, en el
Concilio de Trento.
Are un recorrido en las Sagradas Escrituras para entender este dogma mariano.
Estaba escrito en el libro del profeta Isaías 7, 14 “Pues bien, el Señor mismo va
a darles una señal: He aquí que una virgen esta encinta y va a dar a luz un
hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.” Palabra de Dios. Esto significa el
hecho prodigioso de traer la salvación al pueblo de Dios. El evangelista Mateo
interpreta esta profecía de Isaías, en Mateo 1, 18-25, viene a decir: el Emmanuel
es Jesucristo, la Virgen que da a luz es María. La profecía de Isaías tiene su
cumplimiento en la concepción y parto virginal de María. El mismo evangelista
Mateo afirma que el Ángel del Señor revelo a José que lo concebido en María es
del Espíritu Santo. También lo afirma el evangelio de Mateo al presentar la
geonologia de Jesús en este mismo capítulo uno desde su primer versículo, que
arranca de Abraham y culmina hasta llegar a José, de quien dice: Jacob engendro
a José, el esposo de María, de la cual nació Cristo. El evangelista acá hace un
quiebre espectacular y en lugar de decir que José engendro a Jesús, dice: José
esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. La intención en el
contexto es clara: excluir la intervención de José en la concepción de Jesús; pero
le menciona, para dejar claro el cumplimiento de una profecía: el Mesías seria de
la casa de David (Lc 1, 27) y José es quien sirve a la verdad de la profecía, siendo
padre legal de Jesús, aunque no lo es según la sangre. La primera noticia que
Lucas nos da de María es que se trata de una Virgen desposada con un hombre
llamado José. El evangelista nos habla de una virgen desposada. La costumbre
judía establecía dos etapas en la ley del desposorio. En primer lugar, se contraía
el matrimonio propiamente dicho, pero los conyugues no pasaban a cohabitar
inmediatamente, seguían viviendo durante un cierto tiempo en el seno de sus
familias, y solo al cabo de algunas semanas o de algunos meses de acuerdo a lo
establecido entre las dos familias, se celebraba la segunda fase. Entonces iba el
joven a buscar solemnemente a su esposa a la casa de sus padres con el fin de
introducirla en su propio hogar. Únicamente a partir de este momento podían los
esposos mantener relaciones sexuales. Acá podemos entender Cuando Lucas nos
presenta a María, lo hace diciendo: a la Virgen desposada con José, allí quiso
decir que María no tuvo relación sexual con José. La misma María lo ratifica con
sus palabras afirmando su virginidad física, diciendo: ¿Cómo será esto, puesto
que no conozco varón? Esto equivale a decir exactamente: pues yo soy virgen. Si
prestamos atención al texto de Lucas, el mismo Ángel Gabriel confirma la
virginidad de María, al decir: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del
altísimo te cubrirá con su sombra” y es acá donde se suscita este hermoso
pentecostés de la Virginidad perpetua de María. Para concluir quiero mencionar al
evangelista San Juan que entre líneas puede leerse la concepción virginal de
María, cuando en el prólogo, que arranca de la consideración del verbo de Dios,
explica que los que creen en su nombre, “Los cuales no nacieron de sangre, ni
deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino que nacieron de Dios. Y la
palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros, y hemos
contemplado su gloria”. (Jn 1,12-14). Con este relato el evangelista proclama la
concepción virginal de María.
Cuarto pentecostés de la Virgen María, La Maternidad divina de María.
La Maternidad Divina es el fundamento del culto Mariano. Jesús es hombre y Dios
al mismo tiempo, no es dos personas en una, sino que una persona que integra
estas dos naturalezas. María entonces, es madre de Jesús en su integridad,
siendo así Madre de Dios. Cerca de 200 obispos se reunieron en el año 473 a
discutir el tema y llegaron a la conclusión de que “La Virgen María sí es Madre de
Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios”. El Papa Clementino, en el concilio de Éfeso
lo expresó así: "Si alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es
verdaderamente Dios, y que, por tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios,
porque parió según la carne al Verbo de Dios hecho carne, sea anatema".
La Fiesta de “María, Madre de Dios” (Theotokos) es la más antigua que se conoce
en Occidente. En las Catacumbas o antiquísimos subterráneos de Roma, donde
se reunían los primeros cristianos para celebrar la Santa Misa, se encuentran
pinturas con esta inscripción. Esta fiesta tiene la máxima categoría litúrgica, pues
es una Solemnidad, por lo tanto, no solo es importante participar de la Eucaristía
ese día, sino que para los católicos es una obligación.
Que María sea Madre de Dios implica otro misterio, quizás el de más difícil
comprensión para los hombres: el de la encarnación del Verbo, por la cual, la
segunda persona de la Santísima Trinidad, el Verbo de Dios, Jesucristo; asumió
una naturaleza humana formada en el seno de María Virgen, de manera que el
hombre así concebido es hombre verdadero, pues verdaderamente humana es la
naturaleza creada que asumió y posee, sin dejar por ello de ser Dios. Este misterio
es el que no comprenden y no aceptan muchas sextas, ejemplo: los testigos de
Jehová.
A lo largo de la historia de la Iglesia, el Magisterio, sin cesar, ha ido saliendo al
paso de los distintos errores acerca del misterio de la Maternidad divina de María,
afirmando, entre otras cosas, que Jesucristo:

-Es el hijo de Dios, trabajo con manos de hombre, pensó con inteligencia de
hombre, obro con voluntad de hombre, amo con corazón de hombre. Nacido de la
virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, en todo semejante a
nosotros, menos en el pecado.
El ultimo Concilio Ecuménico Vaticano II, haciéndose eco de la constante
enseñanza de la Iglesia, afirma en la introducción del capítulo VIII de la
Constitución dogmática Lumen Gentium numeral 53 que: efectivamente, la Virgen
María, que al anuncio del Ángel recibió al Verbo de Dios en su alma y en su
cuerpo y dio vida al mundo, es reconocida y venerada como verdadera Madre de
Dios y del redentor.

Quinto pentecostés de la Virgen María, la vida oculta de Jesús.


la Iglesia nos ha enseñado sobre la vida oculta de Jesús, que esta vida oculta
fueron sus primeros treinta años, de treinta y tres de vida terrena, donde los
Evangelios nos narra, muy poco sobre estos acontecimientos, y pueden ser
contados con los dedos de las manos: la Encarnación, la visita de María a su
prima Isabel, el nacimiento de Jesús, la visita de los pastores, la adoración de los
Magos, la presentación de Jesús en el templo, la huida a Egipto para protegerlo de
Herodes, el regreso a Galilea en la ciudad de Nazaret, y por último la perdida y
hallazgo de Jesús en medio de los doctores de la ley; solo se narra en rangos muy
cortos sobre la niñez de Jesús. Sabemos por el evangelio de Lucas que, durante
este tiempo, Jesús vivía sometido a sus padres y que: “El niño crecía y se
fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él.” (Lucas 2,
40). Jesús compartió, durante su vida oculta, la vida de la mayoría de los hombres,
una vida cotidiana sin grandes acontecimientos, una vida de trabajo, una vida
religiosa, participando en la vida de su comunidad por ser judío. Esta vida fue
oculta para la Iglesia, pero no para María, ella vivió a profundidad estos 30 años,
donde lo alimento, lo enseño, lo educo, lo acompaño, donde cumplió el rol de
Madre con un corazón inmaculado y repleto del Espíritu Santo, para María fue un
pentecostés cotidiano durante 30 años.

Sexto pentecostés de la Virgen María, fue en el dia de Pentecostés.

La madre silenciosa. Cuarenta días en el anonimato. Nadie sabe lo que hizo ni


cómo vivió María después de la sepultura de Jesús. San Lucas, que tuvo tantos
detalles sobre María al inicio en el evangelio haciendo referencia a la infancia de
Jesús, deja en la penumbra la persona de María durante los cuarenta días en los
cuales Jesús, en diversas formas y en diferentes lugares, se aparece y conversa
con sus discípulos.
Ni siquiera se menciona su presencia en el momento solemne, majestuoso y a la
vez triste del último adiós de Jesús a sus discípulos y a sus seres queridos. Es
interesante constatar el hecho de que Jesús, habiendo tenido necesidad de una
madre para hacer su entrada silenciosa y humilde en la tierra y en la historia y
donde María fue protagonista, en el momento en que abandona nuestros días y
nuestras noches para inaugurar la nueva y definitiva historia, parece que no tiene
necesidad de la presencia de su madre.
Sin embargo, san Lucas destaca, en medio del anonimato del grupo presente en
Pentecostés, la figura de María, la madre de Jesús.
Varios pueden ser los motivos por los que el evangelista resalta la presencia de
María en Pentecostés. Uno de ellos es, sin duda, el vínculo existente entre María y
la Iglesia, porque María es, a la vez, un miembro de ella por ser la madre de
Jesús.
María, pues, reaparece cuando la Iglesia inicia su camino evangelizador
impulsada por la presencia del Espíritu Santo. Así como María abrió las puertas a
la nueva historia de la salvación al adherirse con su libre y total sí al plan del
Padre, debía estar presente cuando esta historia se hace cuerpo con el nacimiento
«oficial» de la Iglesia. En el relato de Hechos 1,14 dice: “Todos ellos
perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de algunas
mujeres, y de María la madre de Jesús, y de sus hermanos” el contexto de
este relato es la ascensión del Señor, donde todos los apóstoles después de
presenciar la partida de su Maestro, se devolvieron a Jerusalén, al llegar subieron
al segundo piso y se encontraron con sus mujeres y con María la Madre de Jesús.
Esto afirma dos cosas que María no estuvo presente en la ascensión, y que no se
puede considerar a la Iglesia como tal si no está presente María, Madre del Señor,
en este relato se vinculaba a María con la Iglesia, y todo es consecuencia de
María ser la esposa del Espíritu Santo. La KEJARITOMENE.
No podía faltar en este preciso momento la presencia de María porque, en la
historia de la salvación, realizada bajo la acción del Espíritu Santo, se da la
particular correspondencia entre el momento de la encarnación del hijo de Dios y
el del nacimiento de la Iglesia. La persona que une estos dos momentos es María:
María en Nazaret y María en el cenáculo de Jerusalén. En ambos casos su
presencia discreta, pero esencial, indica el camino del nacimiento, tanto de Jesús,
como el de la Iglesia. El Espíritu que colmó a María es el mismo Espíritu que
invadió a la Iglesia naciente. En ambos nacimientos, María sigue teniendo un valor
maternal.
Cuando llega el dia de Pentecostés dice la palabra de Dios: “Estaban todos
reunidos con un mismo objetivo” (Hch 2, 1); será que en ese todos, nos
podemos formular esta pregunta ¿No estaba María la Madre de Jesús? Claro que
sí. Fue allí donde se suscita este sexto pentecostés de María. La Iglesia era aún
tierna, infante, y para esos momentos la presencia de la madre era indispensable.
La Iglesia naciente en Pentecostés se plasma en la comunión por el Espíritu de
todos los primeros miembros, entre los cuales se encuentra María. Pero no como
un miembro más, porque sería superfluo que san Lucas enfatizara la
comparecencia de la madre de Jesús, si no hubiera otra intención que la de
verificar un simple hecho histórico. Si Jesús antes de su muerte había entregado a
María como madre a Juan, -en el cual se encontraban representados todos los
discípulos actuales y futuros- la presencia de la madre en la primera comunidad
cristiana era algo tan sencillamente natural como naturalmente necesario.
Podría afirmarse que, en un primer momento, por la fuerza del Espíritu Santo que
ya habitaba en María, toda la futura Iglesia está en manos de María. La presencia
de María en Pentecostés garantiza la nueva efusión del Espíritu Santo que «crea»
la Iglesia del futuro.
Otra de las razones de la presencia de María en Pentecostés es su valor. María,
que conservaba en su corazón todos los acontecimientos desde que entró a
formar parte en el plan de Dios, proclamaría ante los Apóstoles su fe y les
ayudaría a comprender los misterios de su Hijo. De esta forma prepararía a los
discípulos a recibir al Espíritu Santo. María referiría a los discípulos todas sus
experiencias, las palabras de Jesús, las enseñanzas aprendidas en los treinta
años de convivencia con su Hijo y todo aquello que era desconocido para los
Apóstoles. Ella, que estaba iluminada por el Espíritu Santo, ella que es la
KEJARITOMENE, podía preparar las mentes todavía oscuras de los discípulos.
Quizá María, que para ese momento ya tenía más clarificado el misterio de su
Hijo, no estuvo presente en la ascensión de Jesús porque no podía reflejarse en
las dudas de los Apóstoles y por ello mismo las palabras de cierto reproche de
Jesús a sus discípulos en su despedida no podían referirse a su madre. María
tenía clara conciencia de que un día su Hijo tendría que regresar a su verdadero
Padre, y que ella también un dia lo aria.
María está entre los discípulos como maestra de oración que los prepara a recibir
al Espíritu Santo: su venida se realiza en un contexto de oración. ¿Quién mejor
que María podía dar ejemplo de recogimiento, de aceptación del Espíritu?
Otro motivo que justifica la presencia de María en el cenáculo es el hecho de que
María colabora en la obra de Jesús y no solamente por los vínculos familiares,
sino por el nuevo y más perfecto: el vínculo de la fe. Ella conforta, fortalece, anima
e impulsa a continuar la obra de su Hijo. El mismo Espíritu que había preparado y
transformado a María, ahora prepara, transforma y renueva a la Iglesia de la
primera comunidad, naciente el dia de pentecostés, y a la Iglesia en el dia de hoy.
María en Pentecostés es, a su vez, en medio de los Apóstoles, un apóstol. Esto no
quiere decir que la venida del Espíritu Santo en Pentecostés haya otorgado a
María una nueva misión. María ya había recibido, por la misma fuerza del Espíritu
Santo, su misión esencial: la maternidad divina. Por otra parte, María era el
«sagrario del Espíritu Santo» dice la:(Lumen Gentium, 53). En definitiva, la
presencia de la madre de Jesús el dia de pentecostés, recordaba a los discípulos
la presencia viva de su Maestro Jesucristo.
De estas reflexiones se desprende una enseñanza obvia y sencilla: en toda
comunidad cristiana, animada por el Espíritu Santo, debe estar presente María.
Séptimo pentecostés de la Virgen María, es su Asunción.
La compenetración de María con su hijo Jesucristo, no podía acabar en la tierra,
debía tener su plenitud en el cielo, desde donde la Madre junto al Hijo ejercen sin
cesar el plan salvífico sobre la humanidad. Si nos detenemos en el significado de
la palabra Asunción, que quiere decir que fue elevada en cuerpo y alma al cielo,
terminado el curso de su vida en la tierra, no por sus propios medios, sino con la
ayuda de Dios, acá se suscita este pentecostés de María, a diferencia que Jesús,
ascendió a los cielos por sus propia medios, pues es Dios.
Este dogma fue proclamado por el papa Pio XII el primero de noviembre de 1950
por medio de la constitución Munificentissimus Deus decretando como solemnidad
el día 15 de agosto para su celebración en el calendario litúrgico. Las palabras
definitivas de esta proclamación son estas: “Pronunciamos, declaramos, y
definimos ser dogma divinamente revelado: que la Inmaculada Madre de Dios,
siempre virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y
alma a la gloria celeste”.
El dogma de la Asunción significa la glorificación corporal anticipada de la
Santísima Virgen María, es decir, que María, después de su vida terrena, se
encuentra en aquel estado en el que se hallaran los justos después de la
resurrección final.
Este misterio no es de extrañarnos, ya sabemos que María es la
KEJARITOMENE, la siempre llena de gracia, que su cuerpo es incorrupto, que
nunca peco, que fue salva antes de la Cruz. Por esta razón Jesucristo lo quiso así,
llevarse a su Madre en cuerpo y alma al cielo.
CONCLUSION.
La Virgen María es la obra maestra del todopoderoso, cuyo conocimiento y
posesión de ella se ha reservado para sí. María es la Madre admirable del hijo,
que se ha complacido en humillarla y ocultarla durante su vida para fomentar su
humildad, llamándola mujer, como a una extraña, pero no es así, en su corazón la
apreciaba y amaba más que a todos los ángeles y hombre juntos. María es la
fuente sellada, en la que solo puede entrar el Espíritu Santo porque es su esposa
fiel; María es el santuario y tabernáculo de la Santísima Trinidad. María, lo digo
con toda convicción, es el paraíso terrestre donde todos nosotros debemos morar.
María mis queridos hermanos es la KEJARITOMENE, la siempre llena de gracia.
Dios los bendiga.
PREGUNTAS PARA LA REFLEXION DE LA AUDIENCIA.
1.- ¿Qué entendisteis con la expresión del KEJARITOMENE?
2.- ¿En qué pentecostés de la Virgen María, extraerías algunas Virtudes para
adoptar, el cual te ayudarían a ser un mejor discípulo? Mencionarlas.
3.- ¿Qué llamado percibes de Dios, al conocer los pentecostés de la Virgen
María?

Elaborado por: Eric Flores.


Predicador-Conferencista Católico.
Edfv161268@gmail.com
0424-7452628.

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