90 Caso Las Palmeras vs. Colombia. Sentencia
90 Caso Las Palmeras vs. Colombia. Sentencia
90 Caso Las Palmeras vs. Colombia. Sentencia
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante “la Corte” o “la Corte
Interamericana”), integrada de la siguiente manera *:
presente, además**,
5 I
INTRODUCCIÓN DE LA CAUSA
*
El Juez Carlos Vicente de Roux Rengifo, de nacionalidad colombiana, se excusó de conocer en el
presente caso. El Juez Oliver Jackman informó a la Corte que, por motivos de fuerza mayor, no podía estar
presente en el LIII Período Ordinario de Sesiones del Tribunal, por lo que no participó en la deliberación y
firma de la presente Sentencia.
**
El Secretario adjunto Pablo Saavedra Alessandri se excusó de participar por haber actuado como
asistente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en este caso, antes de desempeñar su
cargo actual.
2
Las fuerzas del Ejército abrieron fuego desde un helicóptero e hirieron al niño Enio
Quinayas Molina, en ese entonces de seis años, quien se dirigía a la escuela.
II
COMPETENCIA
III
PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN
IV
6 PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE
Cuarán Muchavisoy, Artemio Pantoja Ordóñez, Julio Milciades Cerón Gómez, Wilian
Hamilton Cerón Rojas y Edebraes Norverto Cerón Rojas. Además, señaló que no
aceptaba su responsabilidad por la muerte de las otras dos personas, NN/Moisés y
Hernán Lizcano Jacanamejoy. Se refirió a los diversos procesos iniciados con
motivo de los hechos expuestos: disciplinario, administrativo, penal militar y penal
ordinario. Respecto al proceso penal militar, afirmó que, en la fase inicial de la
investigación, se encontraron dificultades para la recolección de las pruebas; y que
el procedimiento ante esta jurisdicción en sí mismo no es violatorio de los derechos
humanos. Para estimar el período de duración del proceso desde la ocurrencia de
los hechos, debía tenerse en cuenta la complejidad del asunto, la actividad procesal
del interesado y la conducta de las autoridades judiciales. Admitió que se
presentaron irregularidades en la investigación, pero expresó que no puede
descalificarse la totalidad de las actuaciones judiciales a partir de entonces por esa
razón y que los familiares de las víctimas no se vieron impedidos de acceder a un
“recurso efectivo”. Agregó que el proceso penal ordinario está en curso y se están
investigando las circunstancias en que murieron las siete personas, así como los
presuntos responsables de los hechos. Finalmente, señaló que las reparaciones
dadas en los procesos administrativos se ajustan a los parámetros de la Convención
y que las costas ya fueron definidas en dichos procesos.
20. El 12 de enero de 1999 el Estado nombró como Juez ad hoc al señor Julio A.
Barberis.
a) Que lleve a cabo una investigación judicial rápida, imparcial y efectiva, de los
hechos denunciados, y sancione a todos los responsables.
V
7 CONSIDERACIÓN PREVIA
VI
8 VIOLACIÓN DEL ARTÍCULO 4
DERECHO A LA VIDA
32. La Comisión solicita que la Corte concluya y declare que Colombia ha violado
el derecho a la vida consagrado en el artículo 4 de la Convención en perjuicio, en
primer lugar, de cinco personas que identifica con precisión: Artemio Pantoja
Ordóñez, Hernán Javier Cuarán Muchavisoy, Julio Milciades Cerón Gómez, Edebraes
Norverto Cerón Rojas y Wilian Hamilton Cerón Rojas.
Dado que estas decisiones judiciales eran conocidas por la Comisión cuando
presentó su demanda el 6 de julio de 1998, cabe preguntarse qué fin persigue ésta
cuando solicita a la Corte que declare nuevamente que Colombia es responsable de
la muerte de las personas indicadas. La Comisión parece entender que un tribunal
3
Caso Aloeboetoe y Otros. Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre Derechos
Humanos). Sentencia de 10 de septiembre de 1993. Serie C No. 15, párr. 81.
11
En el punto II. A de ese escrito, la Comisión reitera la misma frase y luego agrega:
Por último, la Comisión solicitó a la Corte que dé por concluida la controversia sobre
la responsabilidad del Estado por la violación del artículo 4 de la Convención.
* *
35. En el escrito de demanda, la Comisión se refiere a una sexta víctima que fue
asesinada en las mismas condiciones que las otras personas y cuya identidad se
desconoce. En las pruebas que obran en el expediente figura como N.N./Moisés o
N.N./Moisés Ojeda. La agente de Colombia reconoció en la audiencia pública del 28
de mayo de 2001 “que en este caso se comprometió la responsabilidad estatal
internacional derivada de la violación del artículo 4 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, en razón de la muerte de NN/Moisés Ojeda”. La
Comisión tomó nota del reconocimiento y, de este modo, quedó concluida la
controversia sobre la responsabilidad respecto de la violación del derecho a la vida
de esta persona.
12
* *
36. La demanda expresa que en los hechos ocurridos en Las Palmeras fueron
muertas siete personas, siendo la séptima víctima Hernán Lizcano Jacanamejoy. La
Comisión expresó que una de ellas murió presuntamente en combate, pero dudaba
si se trata de N.N./Moisés Ojeda o de Hernán Lizcano Jacanamejoy. Por esa razón,
en la demanda solicita a la Corte que
La Comisión expresó en su réplica que, con base en las pruebas aportadas por
Colombia a esta causa, ha llegado a la conclusión de que N.N./Moisés Ojeda fue
ejecutado por miembros de la Policía Nacional cuando se encontraba bajo su
custodia. Además, manifestó que:
La pericia ordenada por la Corte para analizar los residuos de proyectil de arma de
fuego encontrados en los restos de Hernán Lizcano Jacanamejoy efectuada,
mediante la técnica de espectrometría de masas acoplada inductivamente a plasma,
no brindó mayores precisiones sobre la forma cómo murió Lizcano Jacanamejoy.
Sin embargo, la Comisión se ha valido de una “pericia” elaborada por el señor
Héctor Daniel Fernández, observador designado en dicha pericia a propuesta de la
Comisión, quien afirma de modo categórico que “la víctima al momento de recibir
los disparos se encontraba en posición arrodillado”.
* *
Las omisiones del Estado en esta área constituyen violaciones del derecho a
la vida de la víctima sobre la base de la falta de una investigación seria.
contra la vida4, pero no puede erigirse este razonamiento en una norma válida para
todos los casos. Independientemente de la cuestión de la validez de la pretendida
norma, es de señalar que ella sería aplicable en ausencia de una investigación seria.
En el presente caso, no es posible afirmar que no hubo una investigación seria de lo
ocurrido. Hay dos sentencias de la Sala de lo Contencioso Administrativo del
Consejo de Estado de Colombia de 1993 y 1996, o sea, anteriores a la demanda,
que declaran al Estado responsable por los hechos sucedidos con respecto a cinco
de las víctimas (supra, párrs. 32 y 34). Si bien los acontecimientos ocurrieron el 23
de enero de 1991, mientras la investigación se desarrolló en la justicia penal militar
hasta principios de 1998, el Estado no se empeñó en esclarecer los hechos. A partir
de ese momento hubo una modificación importante de la situación al asumir la
investigación penal la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la
Nación, lo cual fue reconocido por la Comisión en la audiencia pública.
4
Caso Bámaca Velásquez. Sentencia de 25 de noviembre de 2000. Serie C No. 70, párrs. 191, 194
y 200; Caso Durand y Ugarte. Sentencia de 16 de agosto de 2000. Serie C No. 68, párrs. 122 y 130 y
Caso Villagrán Morales y otros (Caso de los “Niños de la Calle”). Sentencia de 19 de noviembre de 1999.
Serie C No. 63, párrs. 228-230, 233 y 237.
17
[…]
[…]
Esto supone posiblemente una posición de altura superior del tirador sobre la
víctima, ya sea que se encontrara a una altura superior en el terreno o en el
aire o que la víctima se encontrara en una posición física de flexión en
relación al tirador.
Como puede observarse, la frase da tres ejemplos posibles, pero los peritos no
optan por ninguno de ellos Tampoco dicen que esas tres alternativas son las
únicas, porque están dadas a título de ejemplo.
[…]
6.-La fractura del antebrazo izquierdo y heridas en la mano del mismo lado,
“corresponden de observación al mismo disparo enunciado como N° 1” según
mi criterio de observación, lo cual explicaría claramente que la víctima al
momento de recibir los disparos se encontraba en posición “ARRODILLADO”.
Obviamente, el proyectil que produjo esta trayectoria es el de punta “ojival”,
explicable en la potencia y aerodinamia que le son propias.
Por último, debo destacar que para realizar estas afirmaciones, las cuales son
de carácter categórico, me he basado en un exhaustivo análisis del informe
médico-legal, como así también del minucioso detalle aportado por el citado
informe del estudio de Espectrometría de Masas acoplada inductivamente a
Plasma (QA-04590/2001), cuyos cuadros descriptivos resultan por demás
evidentes.
46. Un análisis de lo afirmado por el señor Fernández muestra que sus dichos no
se basan en ningún criterio lógico y que, por lo tanto, carecen de valor como
prueba.
* *
VII
VIOLACIÓN DE LOS ARTÍCULOS 8 Y 25
GARANTÍAS JUDICIALES Y PROTECCIÓN JUDICIAL
* *
* *
52. A su vez, esta Corte estima pertinente recordar, que la jurisdicción militar
6
Caso Cantoral Benavides, supra nota 5, párr. 112 y Caso Castillo Petruzzi y Otros. Sentencia de
30 de mayo de 1999. Serie C No. 52, párr. 128.
7
Caso Ivcher Bronstein. Sentencia de 6 de febrero de 2001. Serie C No. 74, párr. 112 y Caso
Castillo Petruzzi y Otros, supra nota 6, párr. 130.
20
* *
55. Por otra parte, en cuanto al proceso penal ordinario, la Unidad Nacional de
Derechos Humanos de la Fiscalía de la Nación se avocó al conocimiento de la causa
el 14 de mayo de 1998, luego de que la Procuradora 233 Judicial Primero Penal así
lo solicitara al Inspector General de la Policía que actuaba como Juez de Primera
Instancia, con el fin de que se juzgara a los presuntos responsables de la muerte de
las víctimas del presente caso en la jurisdicción penal ordinaria. En lo que respecta
a este proceso, es de suma importancia señalar que, a la fecha de la presente
Sentencia, éste no se ha concluido, de manera que haya una resolución definitiva
que identifique y sancione a los responsables. La investigación penal de dichos
hechos lleva más de diez años, lo que demuestra que la administración de justicia
no ha sido rápida ni efectiva.
56. Más aún, a pesar del tiempo transcurrido, cabe resaltar que, si bien se han
llevado a cabo los procesos anteriormente señalados, lo cierto es que los mismos no
han llevado a la determinación y sanción de los responsables, lo que propicia una
situación de impunidad. Esta Corte ha definido la impunidad como
57. La Corte observa que en el presente caso las partes admitieron que los
miembros de la policía implicados en los hechos obstaculizaron o no colaboraron de
una manera adecuada con las investigaciones iniciadas con el fin de esclarecer el
caso, ya que alteraron, ocultaron y destruyeron prueba 9.
8
Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros vs. Guatemala). Reparaciones (Art. 63.1
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 26 mayo de 2001. Serie C No. 77,
párr. 100. Cfr. también Caso Bámaca Velásquez, supra nota 4, párr. 211 y Caso Paniagua Morales y otros.
Sentencia de 8 de marzo de 1998. Serie C No. 37, párr. 173.
9
Algunas de las obstaculizaciones fueron: el cambio de las prendas que vestían las víctimas y su
posterior destrucción, la ausencia de un acta de levantamiento de los cadáveres en el lugar del deceso, la
falta de recolección de pruebas, la intimidación y amenazas a los familiares y testigos y la difusión de
información tergiversada respecto de las actividades de las víctimas. En este mismo sentido cfr., Caso
Bámaca Velásquez, supra nota 4, párr. 200 y Caso Villagrán Morales y otros (Caso de los “Niños de la
Calle”), supra nota 4, párrs. 229-233. La Corte Europea ha señalado que es función del tribunal
internacional determinar si la integridad de los procedimientos, así como la forma en que fue producida la
21
prueba, fueron justos, cfr., inter alia, Eur. Court H. R., Edwards v. the United Kingdom judgment of 16
December 1992, Series A no. 247-B, p. 34 y Eur. Court H. R., Vidal v. Belgium judgment of 22 April 1992,
Series A no. 235-B, p. 33.
10
cfr., Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni. Sentencia de 31 de agosto de 2001.
Serie C No. 79, párrs. 111-113; Caso del Tribunal Constitucional. Sentencia de 31 de enero de 2001. Serie
C No.71, párr. 90; Caso Bámaca Velásquez, supra nota 4, párr. 191; Caso Cesti Hurtado. Sentencia de 29
de septiembre de 1999. Serie C No. 56, párr. 125; Caso Paniagua y otros, supra nota 8, párr. 164; Caso
Suárez Rosero, Sentencia de 12 de noviembre de 1997. Serie C No. 35, párr. 63; Caso Godínez Cruz.
Sentencia de 20 de enero de 1989. Serie C No. 5, párr. 66; Caso Velásquez Rodríguez. Sentencia de 29 de
julio de 1988. Serie C No. 4, párr. 63 y Garantías Judiciales en Estados de Emergencia (arts. 27.2, 25 y 8
Convención Americana sobre Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-9/87 del 6 de octubre de 1987.
Serie A No. 9, párr. 24.
11
cfr., inter alia, Caso del Tribunal Constitucional, supra nota 10, párr. 89 y Caso Bámaca
Velásquez, supra nota 4, párr. 191.
12
cfr. Caso Ivcher Bronstein, supra nota 7, párr. 136; Caso del Tribunal Constitucional, supra nota
10, párr. 89 y Caso Bámaca Velásquez, supra nota 4, párr. 191.
13
cfr. Caso Ivcher Bronstein, supra nota 7, párr. 115.
14
cfr. Caso del Tribunal Constitucional, supra nota 10, párr. 93.
15
cfr. Caso Bámaca Velásquez, supra nota 4, párr. 196; Caso Durand y Ugarte, supra nota 4,
párrs. 128-130 y Caso Blake, Sentencia de 24 de enero de 1998. Serie C No. 36, párr. 98.
16
cfr. Caso Durand y Ugarte, supra nota 4, párr. 128 y Caso Blake, supra nota 15, párr. 96.
17
cfr. Caso Durand y Ugarte, supra nota 4, párr. 129 y Caso Villagrán Morales y otros, supra nota
4, párr. 227.
22
61. De acuerdo con los hechos admitidos en el presente caso, los familiares de
las víctimas no contaron con un recurso efectivo que les garantizara el ejercicio de
sus derechos, lo que dio lugar, entre otros resultados, a la falta de identificación de
los responsables en el trámite seguido en el fuero militar y ahora en el proceso
penal ordinario.
62. En lo que atañe al plazo del proceso penal, es importante indicar que el
artículo 8.1 de la Convención también se refiere al plazo razonable. En el presente
caso, las partes presentaron los alegatos correspondientes y, al respecto, esta Corte
se remite a lo establecido en su Sentencia sobre excepciones preliminares dictada el
4 de febrero de 2000, en la cual indicó que:
19
Caso Las Palmeras. Excepciones Preliminares, supra nota 2, párr. 38.
20
cfr. Caso Genie Lacayo. Sentencia de 29 de enero de 1997. Serie C No. 30, párr. 81.
23
66. Por las consideraciones aducidas este Tribunal declara que el Estado violó
los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención, en perjuicio de los familiares de Artemio
Pantoja Ordóñez, Hernán Javier Cuarán Muchavisoy, Julio Milciades Cerón Gómez,
Wilian Hamilton Cerón Rojas, Edebraes Norverto Cerón Rojas, NN/ Moisés o
NN/Moisés Ojeda y Hernán Lizcano Jacanamejoy.
VIII
9 APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 63.1
67. La Comisión solicitó que se ordene al Estado que otorgue una reparación a
los familiares de las víctimas de acuerdo con lo estipulado en el artículo 63.1 de la
Convención, mediante el pago de una indemnización justa y ordene medidas de no
repetición o de satisfacción. Además, solicitó que Colombia reforme los
reglamentos y programas de las fuerzas armadas para adecuarlos con las normas
internacionales aplicables a conflictos armados de carácter interno. Asimismo, pidió
que se ordene al Estado el pago de costas y gastos incurridos por los familiares de
las víctimas para litigar en el ámbito interno así como ante la Comisión y la Corte y
los honorarios razonables de sus abogados, aspectos que según la Comisión deben
ser tratados en la etapa de reparaciones.
68. Por su parte, el Estado afirmó que no está clara la formulación de la solicitud
por parte de la Comisión, particularmente la referencia que hace a la deducción de
lo ya pagado por concepto de indemnización monetaria en los casos contencioso
administrativos, al tomar en cuenta que los familiares de Hernán Javier Cuarán
Muchavisoy, Artemio Pantoja Ordóñez, Julio Milciades Cerón Gómez, Edebraes
Noverto Cerón Rojas y Wilian Hamilton Cerón Rojas, promovieron procesos
contencioso administrativos y se condenó al Estado a indemnizarles los perjuicios
materiales y morales que sufrieron como consecuencia de la muerte de las personas
citadas. En cuanto a N.N./Moisés manifestó que cumpliría lo que disponga la Corte
de acuerdo con la prueba allegada al proceso. Agregó, que las costas derivadas de
los procesos contencioso-administrativos ya fueron definidas en las dos sentencias
proferidas. En materia penal explicó que no hay costas que reembolsar, ya que
impera el principio de gratuidad y los familiares de las víctimas no han promovido
actuaciones específicas dentro de la investigación en curso. En cuanto a las costas
que genere el trámite internacional, el Estado estará atento a lo que la Corte defina
en su oportunidad. Finalmente, expresó que la solicitud de la Comisión de reforma
de los reglamentos y programas de las fuerzas armadas no se ajusta a los términos
de la Convención.
21
cfr. Caso Paniagua Morales y otros, supra nota 8, párr. 152; y Caso Suárez Rosero, supra nota
10, párr. 73
24
* *
IX
PUNTOS RESOLUTIVOS
LA CORTE
por unanimidad
DECLARA:
DECIDE:
3. Que no existen pruebas suficientes que permitan afirmar que Hernán Lizcano
Jacanamejoy fue ejecutado en combate o extrajudicialmente por agentes del
Estado en violación del artículo 4 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.
Los Jueces Cançado Trindade y Pacheco Gómez hicieron conocer a la Corte su Voto
Razonado Conjunto, los Jueces García Ramírez, Salgado Pesantes y Abreu Burelli
hicieron conocer a la Corte su Voto Razonado Conjunto y el Juez Barberis hizo
conocer a la Corte su declaración, los cuales acompañan a esta Sentencia.
Julio A. Barberis
Juez ad hoc
"La Corte declara que el Estado es reponsable por la violación del artículo 4
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el
artículo 1(1) de la misma, en perjuicio de los Señores Artemio Pantoja
Ordóñez, Hernán Javier Cuarán Muchavisoy, Julio Milciades Cerón Gómez,
Wilian Hamilton Cerón Rojas y Edebraíz Norverto Cerón Rojas, tal como lo ha
reconocido expresamente el Estado en el procedimiento ante esta Corte".
22
. Por la muerte de los Señores Artemio Pantoja Ordóñez, Hernán Javier Cuarán Muchavisoy, Julio
Milciades Cerón Gómez, Wilian Hamilton Cerón Rojas y Edebraíz Norverto Cerón Rojas (doc. cit., p. 23).
23
. Por la muerte de NN/Moisés; Corte Interamericana de Derechos Humanos (CtIDH), Transcripción de
la Audiencia Pública sobre el Fondo en el Caso Las Palmeras Realizada en la Sede de la Corte el 28 de Mayo de
2001, p. 3 (circulación limitada).
motu propio la responsabilidad del Estado Parte por violación de la Convención
Americana, un tratado internacional. La Corte no puede abdicar de proceder a esta
determinación, ni siquiera en la hipótesis en que la decisión de un tribunal nacional
sea enteramente coincidente con la suya en cuanto al fondo. De otro modo, esto
conduciría a un total relativismo jurídico, ilustrado por la "convalidación" de una
decisión de un tribunal nacional cuando es considerada conforme a la Convención, o la
determinación de que no genera, o no debe generar, efectos jurídicos (como lo
decidido por esta Corte en los casos recientes de Barrios Altos, Fondo, Sentencia del
14.03.2001, y de Cantoral Benavides, Reparaciones, Sentencia del 03.12.2001)
cuando es considerada incompatible con la Convención Americana.
24
. CtIDH, Serie C, n. 49, p. 20, párr. 47.
9. En nada sorprende que el deber general y fundamental del artículo 1(1) de la
Convención Americana encuentre paralelo en otros tratados de derechos humanos 25 y
de Derecho Internacional Humanitario26. Dicha obligación de garantizar es reforzada,
en el artículo 1(1) de la Convención Americana, por la calificación adicional del
principio de la no-discriminación. En el presente caso, para considerar como definitivas
las condenas de la jurisdicción contencioso-administrativa nacional (hipótesis que no
aceptamos), habría que determinar si dichas condenas han efectivamente contribuido
para poner fin a la impunidad, para asegurar la no-repetición de los actos lesivos, y
para garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos protegidos por la Convención.
En el presente caso, esto requiere demostración.
12. Al asegurar el deber de control que debe el Estado ejercer sobre todos sus
órganos y agentes para evitar violaciones sucesivas de los derechos
25
. E.g., Pacto de Derechos Civiles y Políticos, artículo 2(1), Convención sobre Derechos del Niño,
artículos 2(1) y 38(1).
26
. E.g., las cuatro Convenciones de Ginebra de 1949 sobre Derecho Internacional Humanitario (artículo
1) y el Protocolo Adicional I de 1977 a estas últimas (artículo 1(1)).
27
. European Court of Human Rights (Chamber), Yasa versus Turkey case, Judgment of 02.09.1998,
Reports of Judgments and Decisions, n. 88, p. 2431, paragraph 74.
28
. Párrafo 105 de la referida Sentencia.
29
. European Court of Human Rights (Chamber), Ergi versus Turkey case, Judgment of 28.07.1998,
Reports of Judgments and Decisions, n. 81, p. 1779, paragraphs 85-86.
convencionalmente protegidos, la tesis de la responsabilidad objetiva del Estado
(configurada a partir de la violación de sus obligaciones internacionales) es, en
nuestro entender, la que más contribuye para asegurar la efectividad (effet utile) de
un tratado de derechos humanos y la realización de su objeto y propósito. Con base
en esta tesis se realzan, con particular vigor, las obligaciones positivas de protección
por parte del Estado30, incluyendo la garantía de no-repetición de los actos lesivos.
13. Como se señaló en un Voto Disidente en un caso ante esta Corte hace casi
media-década, "una cosa es actuar como tribunal de apelaciones o casación de las
decisiones de los tribunales en el marco del derecho interno, lo que la Corte
Interamericana no puede hacer. Otra cosa, enteramente distinta, es proceder, en el
contexto de un caso contencioso concreto (en el cual se estableció la existencia de
víctimas de violaciones de los derechos humanos), a la determinación de la
compatibilidad o no con las disposiciones de la Convención Americana de actos y
prácticas administrativas, leyes nacionales y decisiones de tribunales nacionales, lo
que la Corte Interamericana sí puede, y debe hacer"31.
30
. Cf., al respecto, v.g., Jules Basdevant, "Règles générales du droit de la paix", 58 Recueil des Cours
de l'Académie de Droit International de La Haye (1936) pp. 670-674; Eduardo Jiménez de Aréchaga, El
Derecho Internacional Contemporáneo, Madrid, Ed. Tecnos, 1980, pp. 319-325, y cf. pp. 328-329; Ian
Brownlie, System of the Law of Nations - State Responsibility - Part I, Oxford, Clarendon Press, 1983, p. 43;
Ian Brownlie, Principles of Public International Law, 4a. ed., Oxford, Clarendon Press, 1995 (reprint), p. 439;
Paul Guggenheim, Traité de Droit International Public, tomo II, Genève, Georg, 1954, pp. 52 y 54; L.G.
Loucaides, Essays on the Developing Law of Human Rights, Dordrecht, Nijhoff, 1995, pp. 146 y 149-152; Paul
Reuter, "Principes de Droit international public", 103 Recueil des Cours de l'Académie de Droit International de
La Haye (1961) pp. 592-594 y 598-603; C.W. Jenks, "Liability for Ultra Hazardous Activities in International
Law", 117 Recueil des Cours de l'Académie de Droit International de La Haye (1966) pp. 105-110 y 176-196;
Karl Zemanek, "La responsabilité des États pour faits internationalement illicites, ainsi que pour faits
internationalement licites", in Responsabilité internationale (org. Prosper Weil), Paris, Pédone, 1987, pp. 36-38
y 44-46; Benedetto Conforti, Diritto Internazionale, 5a. ed., Napoli, Ed. Scientifica, 1997, pp. 360-363; J.A.
Pastor Ridruejo, Curso de Derecho Internacional Público y Organizaciones Internacionales, 6a. ed., Madrid,
Tecnos, 1996, pp. 571-573.
31
. CtIDH, caso Genie Lacayo versus Nicaragua, Resolución sobre Revisión de Sentencia, del 13.09.1997,
Voto Disidente del Juez A.A. Cançado Trindade, Serie C, n. 45, p. 24, párr. 25 n. 21.
32
. CtIDH, Opinión Consultiva n. 16 (del 01.10.1999), Serie A, n. 16, pp. 110-112, párrs. 117-122, y cf.
pp. 108-109. párrs. 113-114.
16. Esta Corte ha, además, en casos recientes, sostenido que, si bien el artículo 8
de la Convención Americana se titula "Garantías Judiciales", lo cierto es que éste
supone que cualquier autoridad pública, - sea administrativa, legislativa o judicial, -
debe respetar las garantías establecidas en la Convención, mediante sus resoluciones
que determinen derechos y obligaciones de las personas 33. En relación con la materia
objeto del caso sub judice, la Corte ha asimismo ponderado que la discrecionalidad del
poder público, en cualquier materia, "tiene límites infranqueables, siendo uno de ellos
el respeto de los derechos humanos" y la "garantía del debido proceso"34.
17. La relación de los artículos 8(1) y 25(1) con el artículo 1(1) de la Convención
en el presente caso es ineludible. Recuérdese que, en el reciente caso de los "Niños de
la Calle" (Sentencia sobre el Fondo, del 19.11.1999), relativo a Guatemala, esta Corte
ha establecido que
33
. CtIDH, caso Baena Ricardo y Otros versus Panamá (Fondo, Sentencia del 02.02.2001), Serie C, n.
72, párr. 124; CtIDH, caso Ivcher Bronstein versus Perú (Fondo, Sentencia del 06.02.2001), Serie C, n. 74,
párr. 102; caso del Tribunal Constitucional relativo al Perú (Fondo, Sentencia del 31.01.2001), Serie C, n. 71,
párrs. 69-71.
34
. CtIDH, caso Baena Ricardo y Otros versus Panamá (Fondo, Sentencia del 02.02.2001, Serie C, n. 72,
párr. 126.
35
. CtIDH, Serie C, n. 63, p. 95, párr. 237.
36
. CtIDH, Serie C, n. 63, p. 90, párrs. 223-224 (énfasis acrecentada).
Antônio Augusto Cançado Trindade Máximo Pacheco Gómez
Juez Juez
Julio A. Barberis
Juez ad hoc
Manuel E. Ventura
Robles
Secretario