Fuentes Guerra Fría
Fuentes Guerra Fría
Fuentes Guerra Fría
Documento Nº 2 “La Guerra Fría constituye un rumbo político agresivo que tomaron los
círculos reaccionarios de las potencias imperialistas, bajo la dirección de Estados Unidos
e Inglaterra, a raíz de la Segunda Guerra Mundial 1939-1945 (…) La Guerra Fría esta
orientada a no permitir la coexistencia pacífica entre Estados de diferentes sistemas
sociales, a agudizar la tensión internacional y a crear las condiciones para el
desencadenamiento de una nueva guerra mundial (…) En la práctica la política de Guerra
Fría se ha hecho patente en la creación de bloques político-militares agresivos, en la
carrera de armamentos, en el establecimiento de bases militares en el territorio de otros
Estados, en la histeria de la guerra, en la intimidación de los pueblos amantes de la paz
(…), en la desorganización de las relaciones económicas pacíficas, en los intentos de
sustituir por la violencia y la dictadura las normas generalmente reconocidas de las
relaciones diplomáticas entre los Estados”.
Fuente: Gran Enciclopedia Soviética, Moscú 1970. (En: Pereira Castañeda, Juan, Ob.
Cit., Página 16)
“(...) Churchill está tomando ahora el camino de los belicistas, y en este Churchill no está
solo. El tiene amigos no sólo en Gran Bretaña, sino también en Estados Unidos.
Una puntualización debe ser hecha con respecto a Churchill y sus amigos, pues tiene un
impresionante parecido a Hitler y sus amigos (...). Churchill parece haber desencadenado
una guerra con su teoría sobre la raza, afirmando que sólo las naciones de habla inglesa
son naciones superiores, y que ellas están llamadas a decidir los destinos del mundo
entero (...).
Las siguientes circunstancias no pueden ser olvidadas. (…) Como resultado de la invasión
alemana, en la lucha y a través de la importación de ciudadanos soviéticos como
servidumbre alemana, la Unión Soviética perdió un total de siete millones de personas.
En otras palabras, la Unión Soviética perdió vidas que juntas representan más que las de
Gran Bretaña y Estados Unidos. Posiblemente en algunos lugares existe una inclinación
en el sentido de olvidar estos colosales sacrificios del pueblo soviético, con el fin de
asegurar la liberación de Europa del yugo hitleriano. Pero la Unión Soviética no puede
olvidarlo. Y así es sorprendente que se critique el hecho de que la Unión Soviética,
ansiosa por un futuro seguro, esté intentando que existan en estos países gobiernos
leales a las actitudes de la Unión Soviética. ¿Cómo puede cualquiera, que no ha tenido en
cuenta estos sentimientos, describir estas aspiraciones pacíficas de la Unión Soviética
como tendencias expansionistas en esta parte de nuestro Estado?
No sé de calumnia, descortesía y falta de tacto, si él y sus amigos van a lograr organizar
una nueva campaña armada contra la Europa oriental tras la Segunda Guerra Mundial;
pero si lo logran —cosa poco agradable, porque millones de personas velan por la paz—
podemos afirmar con entera confianza que serán aplastados como lo fueron hace
veintisiete años.”
Art. 5. Las Partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas,
acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido
contra todas ellas y en consecuencia acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de
ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva, reconocido por el
artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, asistirá a la Parte o Partes así atacadas
(…)
Art 6. A efectos del art. 5 se considera ataque armado contra una o varias de las Partes,
un ataque armado contra el territorio de cualquiera de las Partes en Europa o en América
del Norte, contra los departamentos franceses de Argelia, contra las fuer zas de
ocupación de cualquiera de las Partes en Europa, contra las islas bajo jurisdicción de
cualquiera de las Partes en la región del Atlántico Norte al Norte del Trópico de Cáncer o
contra los buques o aeronaves de cualquiera de las Partes en la citada región.
Art. 4. En caso de ataque armado en Europa contra uno o varios de los Estados Partes en
el Tratado, por cualquier Estado o grupo de Estados, cada Estado Parte en el Tratado en
el ejercicio de su derecho de legítima defensa individua l o colectiva conforme al artículo
51 de la Carta de las Naciones Unidas, prestará al Estado o Estados víctimas de tal
ataque una inmediata asistencia individualmente o por acuerdo con los otros Estados
partes en el Tratado, por todos los medios que considere necesarios incluso el uso de la
fuerza armada (…)
Art. 5. Las Partes Contratantes han convenido en crear un Mando Unificado de las fuerzas
armadas que se colocarán por acuerdo entre aquellas bajo sus órdenes, actuando sobre
la base de principios establecidos de común acuerdo (…)
Mao y Stalin en 1949. Stalin no mostraba ninguna simpatía por la Revolución China. Su objetivo solo era “la
revolución en un solo país” (la URSS). Por el contrario, Mao quería demostrar que el camino chino al
Comunismo era más eficiente. Solo al morir Stalin, Mao tomó protagonismo como figura central de la izquierda
mundial
China era un país muy pobre, dedicado básicamente a la agricultura y con un desarrollo
industrial prácticamente inexistente (solo el 3% de la población trabajaba en la industria).
El último emperador gobernó hasta 1911. Luego, se proclamó la República. Antes de la
Segunda Guerra Mundial, en China existían dos fuerzas políticas enfrentadas: los
nacionalistas y los comunistas. Éstos últimos eran liderados por Mao Tse-Tung. Cuando
los japoneses ocuparon el territorio chino, entre 1937 y 1945, ambas fuerzas se unieron
para derrotar el avance conquistador del Japón. Pero al finalizar la invasión se
profundizaron los enfrentamientos y se desencadenó una guerra civil entre nacionalistas y
comunistas. El 1º de octubre de 1949, el Partido Comunista Chino derrotó a los
nacionalistas, tomó el poder y proclamó la República Popular China. Mao fue designado
su presidente. Los nacionalistas huyeron a una isla, Formosa, protegida por las fuerzas
norteamericanas.
Allí fundaron un nuevo país que aun hoy existe, denominado China Nacionalista o Taiwán.
La diferencia fundamental entre la URSS y la Revolución China fue que, mientras la
Revolución Rusa fue llevada a cabo por obreros industriales e intelectuales, la China fue
hecha en su mayoría por campesinos.
La nueva República Popular China fue organizada en forma similar al modelo soviético:
partido único y planificación centralizada de la economía. Se expropiaron las empresas
privadas chinas y extranjeras y se desarrolló la industria pesada. Se llevó adelante,
además, una profunda reforma agraria: se colectivizó la agricultura aunque sin utilizar los
métodos violentos de Stalin.
Otros beneficios del nuevo sistema fueron la difusión de la educación y los servicios
sociales, así como el mejoramiento de la posición de la mujer en la sociedad.
En un principio los comunistas chinos tuvieron buenas relaciones con la Unión
Soviética lo que les permitió contar con su ayuda. Sin embargo, en 1958, Mao comenzó a
implementar una política económica diferente que, a largo plazo, le dio muy buenos
resultados.
Las decisiones independientes que tomaba Mao y el aumento del poderío militar y político
de China, terminaron por enfrentarla con la Unión Soviética. En 1962, China se separó del
bloque soviético y comenzó a desarrollar una política exterior agresiva e independiente.
Su objetivo era fomentar revoluciones campesinas en las “zonas rurales del mundo”
(África, América Latina y Asia).
La última campaña de Mao: Un anciano Mao Tsé Tung inició una última campana en
1966 con el objetivo de aniquilar a sus enemigos del Partido Comunista chino, el aparato
político que había construido durante toda su vida. En abril, tras una purga contra los altos
oficiales hostiles, Mao estableció el Grupo Central de la Revolución Cultural con sus
partidarios.
Su tarea consistía en desmantelar una burocracia recalcitrante y reanimar el fervor
revolucionario de China, que Mao sentía apagado. Como ayuda adicional, acudió a la
fuerza más radical de China, sus estudiantes universitarios. Les encargó que destruyeran
el «revisionismo» y que suprimieran a los viajeros del «camino capitalista». Así se inició la
revolución cultural proletaria, que provocó unas innumerables muertes.
Los niños podían acusar a sus padres de seguir viejas costumbres o de adoptar actitudes
críticas respecto al presidente Mao. Los intelectuales debían colaborar en las labores
agrarias. Se suspendieron muchas actividades universitarias e industriales. Durante la
primera fase del movimiento, los llamados Cincuenta Días, entre junio y agosto de 1966,
los estudiantes tomaron los centros universitarios, atacaron a sus autoridades y
denunciaron a funcionarios contrarios al partido de Mao. La violencia iba aumentando y
apareció un grupo sumamente destructivo: los Guardias Rojos, grupos de asalto
adolescentes.
Estos, que seguían la enseñanza de Mao de «aprender la revolución haciéndola»,
atacaron a los «monstruos y fantasmas» burgueses y hundieron a China en el caos. A
fines de año, unos diez millones de guardias habían desfilado ante el presidente para
recibir su bendición.
Mientras los Guardias Rojos se desbandaban, Mao fortaleció su posición dentro del
partido. Hizo una purga entre los principales defensores de la reforma económica: el
presidente Liu Shaoqi y el secretario general del partido, Deng Xiaoping, y entre sus
partidarios.
Respaldado por el general Lin Biao, comandante del ejército, y por la Banda de los
Cuatro, el grupo extremista dirigido por su tercera mujer, Jiang Qing, Mao transformó el
partido en una organización casi militar, dedicada al pensamiento maoísta y a continuar la
revolución. Objeto del culto a la personalidad, disolvió a los guardias rojos en 1968 (más
tarde recriminó sus excesos) y gobernó como una especie de emperador hasta su muerte
en 1976. La revolución cultural produjo una crisis intensa en la organización política y tuvo
como resultado una reacción de restauración de un orden más democrático.
“La Gran Revolución Cultural Proletaria tiene por objeto, precisamente, eliminar la
ideología burguesa, establecer la ideología proletaria, transformar al hombre desde lo más
profundo, realizar su conversión ideológica a la revolución (…)
Debemos destruir con energía todas las viejas ideas, cultura, hábitos y costumbres de las
clases explotadoras, y transformar los demás dominios de la superestructura que no
corresponden a la base económica socialista. ¡Debemos barrer todo tipo de polilla y
arrasar todos los obstáculos!
Debemos hacer vigorosos esfuerzos para establecer la autoridad proletaria así como las
nuevas ideas, cultura, hábitos y costumbres del proletariado. En una palabra, establecer el
completo predominio del pensamiento Mao Tsetung. ¡Debemos hacer que cientos de
millones de personas hagan suyo el pensamiento Mao Tsetung, debemos asegurar que
este pensamiento domine todas las posiciones ideológicas, debemos aplicarlo para
transformar el aspecto espiritual de toda la sociedad, y hacer que esta gran fuerza
espiritual, el pensamiento Mao Tsetung, se convierta en una fuerza material gigantesca!”