Textos Recreativos

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Proyecto final de Taller de Lectura y Redaccion

Nombre: Emilio Contreras Sosa

Tema: Textos recreativos

Materia: Taller De Lectura y Redaccion

Maestra: Ana Elizabeth Lozada aguilar

Grupo: 201
Características de los personajes de genero
narrativo.

Protagonista: El protagonista o personaje principal es el actor


fundamental en una narración, se destaca porque sus acciones hacen avanzar
el relato. El protagonista al ser un personaje, es un ser inventado y puede ser
una persona, animal o algún ser sobrenatural como monstruos, dioses, brujas o
hadas.

Coprotagonista: llamamos coprotagonista a aquel personaje que comparte con


otro u otros el protagonismo de una historia. En una historia en la que haya un
coprotagonista, el protagonismo no recaerá en un único personaje, sino que habrá,
como mínimo, otro personaje que también estará en la primera línea de la acción
durante la mayor parte del tiempo.

Antagonista: El antagonista es la fuerza contraria que hay en la trama, el opositor


al deseo del protagonista, el personaje principal. En este sentido, el antagonista es el
personaje que se encargará de ponerle los baches al protagonista y de impedir que
consiga satisfacer sus deseos o sus metas.

Secundarios e incidentales: Personaje que aparece brevemente en una


historia con algún propósito en la historia.
El almohadón de plumas
Horacio Quiroga

Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y


tímida, el carácter duro
de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Lo
quería mucho, sin embargo, a
veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de
noche juntos por la calle,
echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán,
mudo desde hacía una hora.
Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a
conocer.
Durante tres meses —se habían casado en abril—
vivieron una dicha especial. Sin
duda hubiera ella deseada menos severidad en ese rígido
cielo de amor, más
expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante
de su marido la contenía
siempre.
La casa en que vivían influía un poco en sus
estremecimientos. La blancura del
patio silencioso —frisos, columnas y estatuas de
mármol— producía una otoñal
impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial
del estuco, sin el más leve
rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación
de desapacible frío. Al
cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda
la casa, como si un largo
abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño.
No obstante, había concluido
por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía
dormida en la casa hostil,
sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de
influenza que se arrastró
insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al
fin una tarde pudo salir al
jardín apoyado en el brazo de él. Miraba indiferente a
uno y otro lado. De pronto
Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la cabeza,
y Alicia rompió en seguida
en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró
largamente todo su espanto
callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de
caricia. Luego los sollozos fueron
retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su
cuello, sin moverse ni decir
una palabra.
Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada. Al día
siguiente amaneció
desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma
atención, ordenándole
calma y descansos absolutos

—No sé —le dijo a Jordán en la puerta de calle, con la voz


todavía baja—. Tiene
una gran debilidad que no me explico, y sin vómitos,
nada. . Si mañana se despierta
como hoy, llámeme enseguida.
Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatase
una anemia de marcha
agudísima, completamente inexplicable. Alicia no tuvo
más desmayos, pero se iba
visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba
con las luces prendidas y
en pleno silencio. Pasábanse horas sin oír el menor ruido.
Alicia dormitaba. Jordán
vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida.
Pasease sin cesar de un
extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra
ahogaba sus pesos. A ratos
entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo
largo de la cama, mirando a
su mujer cada vez que caminaba en su dirección.
Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y
flotantes al principio, y que
descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos
desmesuradamente
abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado
del respaldo de la cama.
Una noche se quedó de repente mirando fijamente. Al
rato abrió la boca para gritar, y
sus narices y labios se perlaron de sudor.
—¡Jordán! ¡Jordán! —clamó, rígida de espanto, sin dejar
de mirar la alfombra.
Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia dio
un alarido de horror.
—¡Soy yo, Alicia, soy yo!
Alicia lo miró con extravió, miró la alfombra, volvió a
mirarlo, y después de largo rato
de estupefacta confrontación, se serenó. Sonrió y tomó
entre las suyas la mano de su
marido, acariciándola temblando.
Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un
antropoide, apoyado en la alfombra
sobre los dedos, que tenía fijos en ella los ojos.
Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de
ellos una vida que se
acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber
absolutamente cómo. En la
última consulta Alicia yacía en estupor mientras ellos la
pulsaban, pasándose de
uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en
silencio y siguieron al
comedor.
—Pst... —se encogió de hombros desalentado su
médico—. Es un caso serio...
poco hay que hacer...
—¡Sólo eso me faltaba! —resopló Jordán. Y tamborileó
bruscamente sobre la mesa.
Alicia fue extinguiéndose en su delirio de anemia,
agravado de tarde, pero que
remitía siempre en las primeras horas. Durante el día no
avanzaba su enfermedad,
pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi.
Parecía que únicamente de
noche se le fuera la vida en nuevas alas de sangre. Tenía
siempre al despertar la
sensación de estar desplomada en la cama con un millón
de kilos encima. Desde el
tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas
podía mover la cabeza. No
quiso que le tocaran la cama, ni aún que le arreglaran el
almohadón. Sus terrores

crepusculares avanzaron en forma de monstruos que se


arrastraban hasta la cama y
trepaban dificultosamente por la colcha.
Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró
sin cesar a media voz. Las
luces continuaban fúnebremente encendidas en el
dormitorio y la sala. En el silencio
agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono
que salía de la cama, y el
rumor ahogado de los eternos pasos de Jordán.
Murió, por fin. La sirvienta, que entró después a deshacer
la cama, sola ya, miró un
rato extrañado el almohadón.
—¡Señor! —llamó a Jordán en voz baja—. En el
almohadón hay manchas que
parecen de sangre.
Jordán se acercó rápidamente Y se dobló a su vez.
Efectivamente, sobre la funda, a
ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de
Alicia, se veían manchitas
oscuras.
—Parecen picaduras —murmuró la sirvienta después de
un rato de inmóvil
observación.
—Levántelo a la luz —le dijo Jordán.
La sirvienta lo levantó, pero enseguida lo dejó caer, y se
quedó mirando a aquél,
lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que
los cabellos se le erizaban.
—¿Qué hay? —murmuró con la voz ronca.
—Pesa mucho —articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron
con él, y sobre la mesa del
comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las
plumas superiores volaron, y
la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca
abierta, llevándose las manos
crispadas a los bandos: —sobre el fondo, entre las
plumas, moviendo lentamente
las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola
viviente y viscosa. Estaba
tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.
Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama,
había aplicado sigilosamente
su boca —su trompa, mejor dicho— a las sienes de
aquélla, chupándole la sangre.
La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del
almohadón había impedido
sin dada su desarrollo, pero desde que la joven no pudo
moverse, la succión fue
vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había vaciado
a Alicia.
Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio
habitual, llegan a adquirir en
ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre
humana parece serles
particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los
almohadones de pluma.

Biografía de Horacio Quiroga

Horacio Quiroga (1878-1937) fue uno de los más grandes


exponentes de la literatura
latinoamericana. Su trabajo representó una de las
principales referencias de un sinfín
de escritores y su estilo marcó el nacimiento de un
género literario surrealista que
cautivó a millones. Así como sus relatos, su vida narra la
historia de un hombre que
enfrentó distintas dificultades físicas y psicológicas para
superar inmensas tragedias.
Horacio Silvestre Quiroga Forteza nació el 31 de
diciembre de 1878 en Salto, Uruguay.
Fue el sexto hijo producto de la unión entre Prudencio
Quiroga y Pastora Forteza. Su
padre, quien trabajaba en el viceconsulado de Argentina,
murió producto de un
accidente con un arma de fuego cuando el pequeño tenía
apenas 2 meses de nacido.
Después del trágico evento, Pastora se vio en la
necesidad de buscar trabajo por
distintas ciudades de Uruguay.
Su madre se casó con un trabajador de Córdoba llamado
Ascencio Barcos cuando
Horacio tenía 12 años. Barcos se encargó de proveer una
muy necesaria ayuda
económica para la familia, hasta que sufrió un derrame
cerebral en 1896. Debido a que
su deteriorada condición le impedía hablar, el padrastro
del joven cayó en depresión y
terminó suicidándose unos meses más tarde con un arma
que guardaba en la
despensa.
Después de cumplir 20 años, el interés de Horacio
Quiroga por los libros se intensificó.
Aunque ya había leído un par de obras, comenzó a
explorar distintos géneros y a
buscar nuevas experiencias a través de la lectura.
Descubrió la poesía alrededor del
año de 1900 y luchó para encontrar la mayor cantidad de
libros posibles de Leopoldo
Lugones y Edgar Allan Poe. Debido a las dificultades para
conseguir material literario
que existían en la época, recopilar libros del último le
resultó particularmente
complicado.
Horacio Quiroga incursionó en distintos subgéneros de la
poesía durante los próximos
años y absorbió parcialmente referencias de las obras de
las que disfrutaba. Empezó a
publicar algunos de sus poemas en la comunidad de Salto
y no tardó en conseguir
trabajo como escritor en una publicación llamada La
revista, para luego ser colaborador
en un diario de nombre La reforma, el cual
se distribuía a nivel nacional.

Personajes Protagonistas:
Alicia y Jordán

Personajes secundarios:
El doctor que atendió a Alicia
La sirvienta de Jordán

Seleccionar una fábula e identificar sus características.

Los dos halcones.


Un rey recibió como obsequio de pichones de halcón y los entrego al
maestro de cetrería para que los entrenara.
Pasados unos meses, el instructor le comunico que uno de los halcones
estaba perfectamente educado, pero que no sabía que le sucedía al otro,
no se había movido de la rama desde el día de su llegada a palacio, e
incluso había que llevarle el alimento hasta allí. El rey mando a llamar a
curanderos y senadores de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar al ave.
Encargo entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió,
por la ventana de sus habitaciones, el monarca veía que el pájaro
continuaba inmóvil.
Publico por fin un bando entre sus súbditos solicitando ayuda y a la
mañana siguiente vio el halcón volar ágilmente por los jardines. Traedme
el autor de ese milagro dijo, enseguida le presentaron a un campesino.
¿tu hiciste volar el halcón?¿cómo lo lograste? ¿eres mago, acaso?
No fue difícil, su Alteza, solo corte la rama. El pájaro se dio cuenta que
tenía alas y se lanzó a volar.
Moraleja: A veces necesitamos que alguien nos apoye para saber nuestras
capacidades

Características:

- Siempre tienen una moraleja y una enseñanza


- Son textos leves
- Normalmente son animales u objetos
-Narrador, es quien cuenta siempre el relato y moraleja final.

Seleccionar una leyenda e identificar sus características.

El perro de Rojano.

Hace muchos años vivía una viejita en el callejón de Rojano, todas las
mañanas acostumbraba ir a misa de Catedral a las siete, acompañada de
su perro. Mientras ella estaba en la iglesia, el animal, fiel a su ama,
esperaba en la puerta a que ésta saliera para regresar juntos.
Un día, los vecinos hallaron a la anciana sin vida en una esquina, y a su
lado el noble guardián. Aseguran que la mataron para robarle un valioso
collar de perlas. Los ladrones – dice la gente – eran unos ensarapados, que
huyeron heridos por las mordeduras del perro.
Después del sepelio, el animal acudió a su tumba durante mucho tiempo,
y allí se quedaba echado sin comer ni beber, incluso cuando alguien le
arrojaba algún mendrugo. Regresaba al callejón de Rojano por las noches
y comenzaba a aullar sin cesar. Los vecinos perturbados en su sueño por
los lastimeros aullidos, le tiraban piedras y palos para que se callara, sin
lograrlo. Además, se volvió muy peligroso al atacar a las personas que
transitaban por ahí vestidas con jorongo o cubiertas con sarapes.
Por lo mismo, dos indignados hombres lo mataron a cadenazos pensando
que así el callejón se libraría del molesto perro. Sin embargo, la gente
nunca pudo deshacerse de la presencia del animal, que aparecía en la calle
arrastrando las cadenas con que lo mataron.

Características:

-Se basa en hechos naturales o sobrenaturales.


-Se transmite de generación en generación.
- Parte de un hecho o suceso histórico concreto.
-Los hechos siempre suceden en algún lugar.

Seleccionar un mito e identificar sus características.

El origen del mundo.

Antes solo existían dos dioses: Olorun, el dios de los cielos, y Olokun, dios
del agua. Ellos crearon a otros dioses: Obatalá y Orunmila. Obatalá le pidió
permiso a Olorun para crear la tierra y el dios de los cielos le contestó que
tenía que preguntarle a Orunmila cómo podía crearla. Orunmila le dijo a
Obatalá que necesitaría una cadena de oro, una gallina, un caparazón de
caracol lleno de arena, una semilla y un gato.
Obatalá usó la cadena de oro para descender del cielo y cuando llegó al
agua vació el caparazón del caracol. Después soltó a la gallina para que
esparciera la arena y así se formó la tierra. Después plantó la semilla para
que creciera el primer árbol.
Obatalá jugaba con su gato, pero se sentía solo, así que con la arcilla hizo
pequeños seres semejantes a él y le pidió a su padre que les diera el don
de la vida. Olorun sopló a esos seres y así fue como surgieron las primeras
personas.

Características:
-Narran historias ficticias
-Están protagonizados por dioses
-Son tradicionales
-Son relatos de carácter tradicional

Seleccionar un poema e identificar su estructura.


Estrofas, versos, métrica, rima y ritmo.

“Destierro”, de Luis Cernuda

Ante las puertas bien cerradas,


Sobre un río de olvido, va la canción antigua.
Una luz lejos piensa
Como a través de un cielo.
Todos acaso duermen
Mientras él lleva su destino a solas.
Fatiga de estar vivo, de estar muerto,
Con frío en vez de sangre,
Con frío que sonríe insinuando
Por las aceras apagadas.
Le abandona la noche y la aurora lo encuentra,
Tras sus huellas la sombra tenazmente.

Estrofa
Verso

Ante las puertas bien cerradas, 11


Sobre un río de olvido, va la canción antigua.18
Una luz lejos piensa 8
Como a través de un cielo. 10
Todos acaso duermen 8
Mientras él lleva su destino a solas.13
Fatiga de estar vivo, de estar muerto, 15
Con frío en vez de sangre,8
Con frío que sonríe insinuando 12
Por las aceras apagadas. 10
Le abandona la noche y la aurora lo encuentra,19
Tras sus huellas la sombra tenazmente.11

Rima
Métrica

Seleccionar un refrán e identificar sus características.

-A mal tiempo, buena cara.

Características:

-Es breve
-tradicional oral
-composiciones de una o dos oraciones
-Son de gran enseñanza

Seleccionar un dicho popular e identificar sus


características.
“Bicho malo nunca muere”.

Características:

-Transmitir una enseñanza o mensaje instructivo


-contiene rima de palabras
-Expresan una idea de manera ingeniosa y jocosa
-son cortos

Seleccionar un chiste e identificar sus caracteristicas.

— ¡Mamá, mamá, he sacado un 10!


— ¡Ah, sí! ¿En qué asignatura?
— En varias. Un 3 en Matemáticas, un 2 en Lengua, un 3 en
inglés y un 2 en Historia.

Características:
- Hacen reír y puedo llegar a identificarme con ellos
-Presentan lenguaje sencillo
-textos generalmente populares
-oraciones cortas o incluso palabras.
Seleccionar una adivinanza e identificar sus
características.

¿Qué cosa silba sin labios, corre sin pies, te pega en la espalda y
aún no lo ves? R: El viento

Caracteristicas:

-Son un juego de palabras que llegan a divertirte mucho


-Normalmente son dirigidos a niños
-Presentan una rima.

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