Cumbre Tierra
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Cumbre Tierra
RESUMEN:
En junio de 1992 tuvo lugar en la ciudad brasileña de Río de Janeiro la que fue titulada como
III Cumbre de la Tierra sobre Medio ambiente y Desarrollo. Organizada por las Naciones Unidas preten-
día poner las bases para una política ambiental global para un desarrollo sostenible. Desde ese año han
tenido lugar otras reuniones de ámbito mundial sobre problemas ambientales relacionados con el desa-
rrollo y la población. La última de ellas ha sido la Convención del Cambio climático de Kioto, que finalizó
de forma decepcionante y se ha considerado como otra ocasión perdida. La información sobre estas Cum-
bres forma parte de los contenidos de las Ciencias de la Tierra y del Medio ambiente, la nueva disciplina
del Bachillerato en España. Se presenta en este trabajo una panorámica general de las mismas.
ABSTRACT:
The labeled as Summit of the Earth on Environment and Development, was developped in brasilian
city of Rio de Janeiro (July, 1992). The UUNN were the Organizing Group, and pretended stablish the
bases for a Global Environmental Policy for a Suntenable Development. From this time others world Me-
etins have been pointed out about Environmental problems related with development and population. The
last of its, other deceptioning event, has been the Kyoto Convention about the Climatic Change. The in-
formation about the Global Summits must be considered a inexcusable part for development of the Earth
and Environmental Sciences, the new discipline for High School in Spain. A general view of this matter is
showed in the present paper.
Palabras clave: Ciencias de la Tierra, Medio ambiente, Cumbre de Río, Convención de Kyoto, Desarro-
llo sostenible.
Key Words: Earth Sciences, Environment, Rio de Janeiro Summit, Kyoto Convention, Sustenable Deve-
lopment.
(*) Pintor El Greco 8, 5º 14004 Córdoba fax 957–421864. Miembro del “Equipo Terra”. Dirección de contacto: CINEP Universi-
dad de Córdoba. Apartado 5003. 14080 Córdoba. FAX 957.421864
Tabla I
Modelos de orientaciones didácticas de las Ciencias de la Tierra y del Medio ambiente.
1. Orientación tecnocrática: Supone que el objetivo de esta disciplina es dar a conocer la existencia de
Riesgos y desajustes ambientales, consecuencia inevitable del desarrollo técnico e industrial, y que exis-
ten tecnologías correctoras de estos desajustes. No cuestiona el modelo de desarrollo global del planeta.
Para los partidarios de esta orientación, el bloque más importante a desarrollar en la asignatura es el de
“La humanidad y el Medio ambiente”.
2. Orientación “cientifista”: Los partidarios de esta postura consideran que esta asignatura es una yuxta-
posición de Geología y de Ecología y por ello basta con impartir una ampliación de la disciplina de “Bio-
logía y Geología” con insistencia en los recursos del planeta y los riesgos geológicos. Para los partidarios
de esta orientación, el bloque más importante a desarrollar es el de “El Sistema Terrestre: biosfera, litos-
fera, hidrosfera y atmósfera”.
3. Orientación catastrofista: La idea de que todo desarrollo científico y tecnológico es malo y que hay
que practicar un ecologismo radical preside esta orientación. Es propia de algunas posturas bien intencio-
nadas, pero no bien fundamentadas científicamente, de que el mundo va hacia el caos irremediable y que
la postura más inteligente es “sálvese el que pueda”. Consideran al planeta como un sistema rígido, casi
sagrado, sin capacidad de comportamiento ecológico adaptativo y que por ello no debe modificarse nada.
Para los partidarios de esta orientación, el bloque más importante es el de “Los recursos y los riesgos geo-
lógicos”.
4. Orientación política: Reduce todo el contenido de las Ciencias de la Tierra y del Medio ambiente a
una cuestión de la política de las altas esferas, dejando en mano de los poderes públicos, a los técnicos
ambientales, y en definitiva a las multinacionales la solución a los problemas del planeta. Así, la ideolo-
gía subyacente al grupo “The Science & Environmental Policy Project” (http://www.sepp.org/), tras la
que existen grandes intereses de multinacionales contaminantes, y que pretende demostrar que no hay pe-
ligro de efecto invernadero, es típico de esta postura. Para los partidarios de esta orientación el bloque
más importante es “El impacto humano sobre el Medio ambiente”.
5. Orientación ecosolidaria: Esta orientación del programa de Ciencias de la Tierra y del Medio ambien-
te considera que la creación de una conciencia ética para un cambio de actitudes, valores y comporta-
mientos con respecto al planeta Tierra, es el elemento vertebrador del mismo. Se trata de conocer y com-
prender los desajustes provocados por el impacto humano sobre la biosfera, desarrollar actitudes de
comprensión global del ecosistema y construir actitudes que lleven a colaborar en programas de ética am-
biental, en los que se armonicen los aspectos ambientales, con los del desarrollo humano y la salvaguarda
de los derechos humanos en un mundo progresivamente más escindido en dos bloques: el más pequeño
en población pero más poderoso en economía y poder (el primer mundo) y el más numeroso en población
pero empobrecido por el modelo de desarrollo (el Tercer Mundo)1 Desde esta orientación, en la que nos
insertamos nosotros, el bloque más importante es el de “Medio Ambiente y Desarrollo sostenible”
(1) George Soros (1997) Hacia una sociedad abierta global. El País, 23 de diciembre de 1997, páginas 15–16.
(2) El documento final de la Cumbre de Estocolmo (1972) puede encontrarse en Sequeiros (1990).
(3) Un buen resumen se encuentra en A. Estevan (1993) Veinte años perdidos. De la crisis económica a la crisis global. Gaia, Ma-
drid, nº 1, pp.19–24.
(4) Para una visión general del Club de Roma, se puede consultar: R. Díez Hochleitner (1998) El Club de Roma, en su 30º aniver-
sario. El País, 7 abril 1998, pág. 22.
(5) La prensa le dedicó amplio espacio informativo. Como botón de muestra, un informe muy completo fue publicado en ABC (“Los
análisis”), el domingo 4 de septiembre de 1994.
(6) En esos años, se pensaba que la población para el año 2200 sería de 11.700 millones de seres humanos. Estudios posteriores
(El País, 9 febrero de 1998, pág.32) han rebajado ese número a 11.000 millones (700 millones menos de lo previsto, pero que no
aminora el problema).
(7) Por ejemplo, El Pais, 16 de noviembre de 1997, página 31; Córdoba, 9 de diciembre de 1997, página 53; El País, 10 de diciem-
bre de 1997, páginas 23–24; El País, 11 de diciembre de1997, página 32