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Ku'ahles

El pueblo ku’ahl vive en la comunidad pa-ipai de Santa Catarina, en donde fueron


los primeros pobladores, como lo expresa la misma tradición oral pa-ipai y la
denominación en ku’ahl de las montañas alrededor de este lugar. En la actualidad,
la relación entre ambos grupos no revela ningún tipo de tensión, de hecho, la
familia ku’ahl se ha mimetizado como una familia pa-ipai más, practicando la
cerámica tradicional de este grupo. Los grupos yumanos han experimentado una
fuerte serie de transformaciones como resultado de tres ciclos de contacto y
colonización. Estos cambios tuvieron lugar en el ámbito de su territorialidad,
transformaron su esquema tradicional de subsistencia y sus características
culturales en general. Tales transformaciones dificultaron, a los no especialistas y
muchas veces a los especialistas, la identificación de los elementos de
diferenciación étnica de los yumanos con respecto a los campesinos no indígenas.
En el caso de los yumanos de California, si bien la multiplicación de ranchos y
zonas urbanas impactó dramáticamente el hábitat de estos indígenas y en
consecuencia sus actividades de caza y recolección, su reconocimiento como
naciones autónomas permitió el florecimiento de un movimiento de revitalización
cultural indígena con una elevada orientación religiosa. En tanto que, para los
yumanos de Baja California, si bien la falta de dicha autonomía propició el rápido
abandono de sus prácticas religiosas, la multiplicación menos acelerada de
ranchos y zonas urbanas hizo posible que perduraran por más tiempo las
condiciónes ecológicas de fauna y flora que eran la base de la actividad cazadora y
recolectora de los yumanos mexicanos. Con la multiplicación de los centros
mineros, agrícolas y ganaderos se redujo de manera importante el hábitat de las
especies de caza y recolección indígena, lo cual orilló a los grupos yumanos a
abandonar sus territorios tradicionales y a migrar hacia los nacientes centros de
actividad económica, en donde encontraban trabajo como asalariados. De esta
forma, los indios bajacalifornianos se convirtieron en la fuerza de trabajo para, los
ranchos ganaderos locales, los sitios mineros de Real del Castillo y El Álamo, las
tierras agrícolas del Valle de Mexicali y las fábricas de licor localizadas en la sierra
de Juárez. De esa forma, la ratificación del modelo agrícola y ganadero en la región
y la consecuente proletarización de los indígenas contribuyeron a consolidar la
actual cultura del vaquero entre estos grupos. Los hablantes ku’ahl habitan en
Santa Catarina y también en Ensenada Baja California donde conviven todos los
días con los Paipai.

Ku’ahles. (s/f). Secretaría de Cultura/Sistema de Información Cultural.

Recuperado el 18 de septiembre de 2024, de

https://sic.gob.mx/ficha.php?table=grupo_etnico&table_id=81

Cochimíes
Al establecerse los jesuitas con sus misiones en Baja California, hacia el siglo XVII,
los contactos entre los cochimíes y los españoles, que en principio habían sido
esporádicos, se volvieron constantes. Ante la expulsión de los jesuitas por la
corona española en 1768, fueron los monjes franciscanos los que continuaron su
tarea, encabezados por fray Junípero Sierra. Sus continuadores fundaron la misión
en el camino norte hacia Alta California.
El periodo misional produjo tal impacto sobre las poblaciones cochimí, que redujo
enormemente sus posibilidades de sobrevivir, y con ello, de ver llegar los otros
ciclos de contacto y colonización. Por una parte, los trabajos forzosos, el cambio de
dieta y la imposición de una vida sedentaria y cautiva, mermaron la resistencia de
este grupo. Así también, las epidemias desatadas por el colonizador hicieron
desaparecer a la mayoría de la población nativa. Estas enfermedades fueron la
tuberculosis, el tifo, el sarampión, la viruela y la sífilis, las cuales empezaron a
presentarse entre los indígenas desde los primeros contactos con los españoles. La
agresividad de estas enfermedades fue tal, que en los primeros veinte años de
evangelización jesuita desaparecieron tres cuartas partes de la población indígena
del sur y centro de Baja California.Luego llegaron los dominicanos quienes
fundaron la misión en El Rosario en 1774. La actividad evangelizadora finalmente
exterminó casi en su totalidad a los cochimí, de tal forma que cuando los
misioneros dominicos arribaron a Baja California, los antiguos habitantes del
Desierto Central estaban prácticamente extintos.
En la actualidad no existe un solo hablante de la lengua cochimí. No obstante,
como se menciona anteriormente, a los habitantes tipai de la Huerta y San Antonio
Nécua se les identifica –y ellos mismos se identifican– como indígenas
pertenecientes a este grupo. A principios de la década de los noventa del siglo
pasado, mucho tiempo después de que los misioneros y los científicos
comprobaran la inexistencia técnica de los cochimí, un grupo de habitantes de la
ex misión de Santa Gertrudis se presentó ante la oficina del antiguo Instituto
Nacional Indigenista en Ensenada, para solicitar que se llevaran a cabo los trámites
correspondientes para ser reconocidos como indígenas pertenecientes a este
grupo. No obstante, ninguno de estos habitantes conocía el idioma nativo, pero se
reconocía a sí mismos como cochimíes.
Este grupo étnico practica como forma de gobierno el matriarcado. La última jefa
del grupo fue Teodora Cuero Robles, que ostentaba el título de general, ella murió
en agosto del año 2014 a los 94 años.

ARTESANIAS

Actualmente sólo algunas personas en La Huerta elaboran esporádicamente


muñecas de trapo, el palo para cazar conejos semejante a un boomerang, figuras
talladas en madera y de cerámica con técnicas modernas, así como pirograbados
en cuero.

FESTIVIDADES

Sus ceremonias se realizan en dos centros principales de ceremonial, La Huerta y


San Antonio Neuca. Estas ceremonias y fiestas son animadas con cantos y bailes,
acompañados por sonajas que ellos mismos fabrican con calabazas o bules y a las
que llaman jalma. Durante las fiestas patronales participa toda la localidad,
acompañada de un grupo musical que ejecuta la antigua música de acordeón,
contrabajo, bajo sexto, violines y guitarra.

Cochimíes. (s/f). Secretaría de Cultura/Sistema de Información Cultural.

Recuperado el 18 de septiembre de 2024, de

https://sic.cultura.gob.mx/ficha.php?

table=grupo_etnico&table_id=54

PA IPAIS

Se asientan principalmente en las sierras de Juárez y San Pedro Mártir, en el


municipio de Ensenada, en las localidades Ejido 18 de Marzo, Misión Santo
Domingo, El Sauzal, Héroes de la Independencia, El Rodeo, Santa Catarina, Valle
de la Trinidad, El Pinacate, Rincón de Santa Catarina y Yokakiul; otros pequeños
grupos de población pai-pai se localizaban en dos localidades del municipio de
Tecate y en una de Tijuana. El territorio tradicional pa-ipai se encuentra a una
altura de poco más de 1000 metros En esa región el promedio de precipitación
pluvial es de 38.1 centímetros al año, aunque en invierno se pueden experimentar
tormentas acompañadas de bajas temperaturas y heladas que empiezan a
amenazar desde septiembre. La vegetación más común en estas latitudes son los
matorrales de creosota, el enebro, la manzanita, la opuntia, los agaves y una gran
variedad de plantas características de las tierras altas del desierto, que los
indígenas identifican de la siguiente manera: álamo, sauz, tápiro, encino, pino
piñonero, pino negro, mangle, guata, encinillo, islaya, chamizo prieto, morgoño,
watamote, jojoba, valeriana, yerba de pasmo, yerba santa, chamizo, estafiate,
yerba del manso, golondrina y verdologo. Las cactáceas reconocidas por los
habitantes del territorio pa-ipai son la yuca o dátil, la biznaga, el nopal, el ocotillo,
la pitahaya, el maguey o mezcal, entre otras. Los animales más comunes del área
son la zorra, el coyote, el gato montés, los conejos, liebres y ratas, las ardillas, los
venados y, aunque últimamente muy escaso, el león o puma, entre otros.

FESTIVIDADES

Otro aspecto que en la actualidad caracteriza a este grupo son sus cantos
tradicionales, lo cuales son ejecutados por razones festivas, o en los funerales. El
instrumento con el que suelen acompañarse es el bule, hecho de calabaza. Todas
las canciones siguen patrones monorítmicos de duración muy prolongada y cuya
temática generalmente se refiere a algún aspecto de la naturaleza: la metida o la
salida del sol, el canto de un pájaro o el brillo de una estrella. Sólo en ciertos casos
el canto posee un tema que trasciende a estos fenómenos; por ejemplo, en el texto
de la canción Más Antes, se habla del conflicto armado que hubo durante los
sucesos del magonismo en Baja California, en el año de 1911. Cada pueblo pai-pai
celebra una fiesta anual en la que se canta y baila, principalmente el 4 de octubre,
día de San Francisco; otras de sus ceremonias están encaminadas a favorecer a las
fuerzas de la naturaleza y honrar a las deidades.

Pa ipais. (s/f). Secretaría de Cultura/Sistema de Información Cultural.

Recuperado el 18 de septiembre de 2024, de

https://sic.gob.mx/ficha.php?table=grupo_etnico&table_id=52

KILIWUAS

os kiliwa son un pueblo indígena de Baja California. Habitan principalmente en la


zona serrana ubicada en las colinas del norte de la sierra de San Pedro Mártir, en el
territorio conocido como Arroyo de León. Ellos se autonombran ko’lew, que quiere
decir hombre cazador, gente como nosotros y los que se van. Su lengua pertenece
a la familia yumana, tronco hokano.
Antiguamente eran nómadas y estaban organizados en pequeñas bandas
familiares que viajaban en ciclos estacionales, viviendo de la recolección, la caza y
la pesca, aprovechando diversos ecosistemas en territorios específicos que
compartían con otras bandas del mismo clan. Este modelo de subsistencia y
organización social fue modificado en la medida en que los colonizadores, con la
formación de misiones, pueblos y zonas agrícolas, se fueron apropiando de la
mayor parte de su territorio, dejándoles sólo pequeñas áreas.
Históricamente el territorio ocupado por los kiliwas abarcaba la región costera que
va desde la Bahía de San Felipe hasta un punto al sur de la Bahía de Ometepec,
fracciones de las sierras Las Pintas, Juárez, San Miguel, Salvatierra y San Pedro
Mártir, y los actuales valles de San Felipe y San Matías y parte del Valle de la
Trinidad.
Fueron los únicos pobladores originarios de Baja California que nunca aceptaron
someterse a las actividades de los misioneros. De tal forma que, ante las presiones
de establecerlos en las diferentes misiones en sitios como San Pedro Mártir, Santa
Catarina, y el Valle de Guadalupe, los indígenas kiliwa, pa ipai, kumiai y cucapá
llevaron a cabo varios levantamientos de inconformidad. Estos problemas entre los
misioneros y los naturales, continuaron hasta 1840, cuando un número
considerable de indígenas, se unieron para destruir la estratégica Misión de Santa
Catarina. Terminando así terminó una etapa conflictiva que duró 50 años.
En ese periodo, debido a problemas agrarios, migraron masivamente de Arroyo
Grande a Arroyo de León ocasionando trastornos internos que propiciaron la
dispersión de algunos de los integrantes del linaje Ochurte, por lo que algunos se
integraron con los pa ipai de Santa Catarina y de la Sierra de San Miguel. No
obstante, Arroyo de León se convirtió en el principal núcleo de población kiliwa.
Después de varios años de lucha, el último capitán kiliwa, Cruz Ochurte Espinoza
logra la dotación ejidal en 1970, pero el problema no terminó ahí debido a que los
terrenos cedidos son muy irregulares con lomeríos rocosos y agostadero de mala
calidad, además de que, en la actualidad, hay un proceso de pérdida paulatina de
sus tierras debido a que la mayoría de los kiliwa han cedido sus derechos agrarios
a personas no indígenas, poniendo en riesgo sus tradiciones culturales ligadas a su
comunidad.
La supervivencia de los kiliwa es un tema serio para la biodiversidad de la región,
puesto que su población y su conocimiento tradicional en el uso de los abundantes
recursos naturales son el resultado de miles de años de adaptación a los
ambientes locales. La desintegración del grupo como resultado de la falta de
oportunidades económicas dentro de la comunidad vuelve todavía más urgente las
alternativas para su desarrollo económico sostenible.

ARTESANIAS

Los artesanos dominan el arte del trabajo de la piel de res, con la que elaboraran
alforjas que sirven tanto para guardar semillas, frutos secos y transportar
provisiones a caballo, como para decoración. También elaboran objetos de corteza
de sauce y álamo y fibra de agave, así como collares de semillas silvestres (como
bellota), vértebras y otros materiales.

FESTIVIDADES

Los cantos tradicionales eran aprendidos por los chamanes durante los sueños.
Estos cantos eran entonados para fines como hacer llover. Los temas de los cantos
ceremoniales eran descripciones de la naturaleza como la salida del sol, el
atardecer o el canto de aves. Anteriormente, como acompañamiento se ejecutaban
pequeños tambores, flautas y sonajas. En la actualidad, el único instrumento
musical que persiste es el bule, especie de sonaja hecha con una calabaza en la
que se introducen semillas y con el que se sigue el ritmo de los cantos y baile.
Su cultura se encuentra en un proceso de transformación. Muchas de las
ceremonias propias han sido abandonadas o modificadas, algunas de estas son el
jamsip, ritual funerario desarrollado durante tres noches, en el que se lamentaba la
muerte de una persona; el ñiwey, celebrado para establecer contacto con los
difuntos para obtener información; y una fiesta, considerada la más grande,
celebrada en el periodo en el que se recolectaba el piñón.
Una de las fiestas que se celebran actualmente es la del 6 de septiembre, fecha en
que se conmemora la entrega de tierras del ejido.
Kiliwas. (s/f). Secretaría de Cultura/Sistema de Información Cultural.

Recuperado el 18 de septiembre de 2024, de

https://sic.cultura.gob.mx/ficha.php?

table=grupo_etnico&table_id=50

CUCAPAS

Los cucapá se autonombran es-pei, que significa el que viene, el que llega; viven
en las localidades Cucapá Mestizo, Colonia La Puerta, Colonia Rentería, Campo
Flores, Cucapá El Mayor, Campo del Prado, Rancho San Pedro y Campo Camerina,
del municipio de Mexicali; en La Alberca, de Ensenada, Baja California, y en Pozas
de Arvizu, de San Luis Río Colorado, Sonora; mientras que sus parientes cocopah
viven sobre todo en Somerton, Arizona.
Durante siglos el Pueblo cucapá estuvo dedicado a la caza, la recolección, la
agricultura y la pesca ribereña. El primer contacto que tuvieron con los europeos
se dio en 1541 cuando el capitán español Hernando de Alarcón navegó por la
desembocadura del río Colorado y observó a varias tribus, entre las que estaban
los cucapás. En 1605 Francisco de Escobar y Juan de Oñate visitan algunas
rancherías de este mismo Pueblo. En el siglo XVIII se intentó, sin éxito, su
evangelización. A partir del siglo XIX, varios acontecimientos influirán en su forma
de vida, debido al establecimiento de los límites fronterizos entre México y Estados
Unidos. A principios del siglo XX, con la llegada de la empresa Colorado River Land
Company, parte de su territorio se transformó en campos algodoneros; en 1935, la
construcción de la presa Edgard Hoover, en el río Colorado, trajo como
consecuencia que abandonaran la agricultura, que dependía de las inundaciones
del río; en 1937, la ejecución de la Reforma Agraria los integró a una vida
sedentaria y disminuyó su territorio ancestral; y finalmente, en 1993, la
declaración de la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo de California y Delta del
Colorado ha significado que su aprovechamiento de recursos pesqueros sea
limitado.
Anteriormente, su organización social comprendía la división en clanes o linajes,
que eran patrilineales y exógamos, cada uno de los cuales estaba asociado a un
tótem. Cada clan contaba con un líder que mantenía el control del grupo, con fines
guerreros, pero también podían ejercer actividades chamánicas y de cantadores
rituales. En la actualidad sólo se conservan vestigios de las designaciones de estos
clanes en los apellidos adoptados por los cucapá, como son Wilson, Tambo, Laguna
y Davis, entre los cuales, algunos comprenden la adopción de apellidos de origen
estadounidense.
ARTESANIAS

La artesanía cucapa, que a la fecha se conserva, es la realizada en chaquira.


Antiguamente las pequeñas cuentas , hoy de plástico, eran fabricadas con conchas
del mar o bien pequeños huesos de animales y constituían el principal adorno
tanto de hombres como de mujeres.

FESTIVIDADES

Las fiestas se celebraban en torno al ciclo de vida de los individuos, como en el de


la pubertad de las mujeres, en el cual la madre enseñaba a su hija a cuidar de su
cuerpo; además realizaban diferentes rituales entre los que se encontraba la
prohibición de algunos alimentos. Otra ceremonia se llevaba a cabo cuando
alguien moría, en la que durante varios días velaban al difunto con danzas y cantos
en los que expresaban su dolor. En este ritual se quemaba la casa del difunto con
todas sus pertenecías, actualmente sólo se abandona la vivienda o, los materiales
lo permiten, se desmantela con el propósito de construir una nueva.
os cantos del kuri kuri son parte de su tradición musical. Cuando los interpretan
evocan a los animales del desierto y de la sierra. En la actualidad, junto con otros
pueblos yumanos participan anualmente en celebraciones en las que entonan los
cantos que expresan pasajes de la creación, la luna y sus ciclos. El kuri kuri es
interpretado por un cantor, frente a él se colocan los participantes que danzan al
ritmo de los cantos y el jalma, instrumento con el que se acompaña el cantador. El
jalma se elabora de un calabazo al que se le introducen piedras y semillas, y se
sostiene con un mango de madera de encinillo. Los danzantes ejecutan
movimientos hacia adelante y hacia atrás, entrelazados hombro con hombro. Se
identifican varios ritmos: kuñmi o “pájaro chiquito”, que se baila para atrás y para
adelante siguiendo el ritmo con el cuerpo; jmsir, que consiste en paso doble,
descansando alternadamente en uno u otro pie; xacualmech, que se baila de
brinquito; y numuth, que consiste en el balanceo del cuerpo hacia un lado y otro o
dando vueltas. Las pocas fiestas dedicadas al santoral católico se celebran de
acuerdo con el calendario ritual, como la dedicada a San Francisco el cuatro de
octubre, esta fiesta está asociada a ritos de fertilidad de la tierra. Desde 2003, los
cucapá convinieron realizar anualmente un festejo identificado como Encuentro de
las Nacionas Cucapáh, que congrega a los habitantes de El Mayor, Baja California y
Somerton, Arizona, y se presentan danzas, cantos tradicionales, venta de artesanía
y ofrecimiento de comida.
Cucapás. (s/f). Secretaría de Cultura/Sistema de Información Cultural.

Recuperado el 18 de septiembre de 2024, de

https://sic.gob.mx/ficha.php?table=grupo_etnico&table_id=51

KUMIAS

Los kumiai o kimiai se llaman a sí mismos ti’pai. Sus comunidades se ubican en las
mesetas costeras de los municipios de Ensenada y Rosarito, y en el municipio de
Tecate.
Los kumiai desarrollaron la agricultura desde tiempos prehispánicos lo que les dio
la posibilidad de mantener estancias en una amplia ruta de desplazamiento de
acuerdo a la disponibilidad de aguajes, y por consiguiente desarrollar formas de
organización complejas. Pero al finalizar el período misional, habían sido ya
reducidos a un proceso de sedentarización y de abandono progresivo de sus
conocimientos prácticas y tradicionales, mismo que se profundizó con la llegada de
las compañías colonizadoras y deslindadoras, dedicadas a las actividades de
minería, agricultura y ganadería, que redujeron su territorio y transformaron el
entorno natural, afectando la reproducción de su cultura basada en la caza y la
recolección. A finales del siglo XIX y principios del XX empezaron a incorporarse
como mano de obra en los centros mineros, agrícolas o ganaderos, en actividades
como la pizca y el pastoreo de ganado.
Anteriormente estaban organizados en linajes patriarcales que comprendían
unidades dispersas de nómadas dedicadas a la caza y la recolección. Estas
unidades, a pesar de sus vínculos parentales, se encontraban fragmentadas debido
a una competencia debido a la escasez de recursos en el desierto. Los linajes se
integraban a partir de un ancestro común por la línea paterna, los cuales además
compartían un mismo lugar de origen y un ancestro mítico. Actualmente, la mayor
parte de la población desconoce la denominación de su linaje ancestral, por lo que
sus relaciones de parentesco se guían en sus apellidos y los sitios de residencia.

ARTESANIAS

Algunos objetos que eran de uso cotidiano como los cestos para almacenar
semillas como el frijol o el maíz, ahora son elaborados para la venta. Algunos de
estos son los cestos elaborados con ramas de sauce llamados shikwines, o de
junco, conocidos como sawiles. Su elaboración implica conocimientos tradicionales
como la temporada de corte a fin de evitar que el material se quiebre. El sawil se
decora con pequeños puntos de color negro o café oscuro, con un pigmento
obtenido de la raíz del junco o mezclando hierba con ceniza y lodo. En algunos
casos, en la artesanía se plasma una rica narrativa a partir de los elementos
simbólicos de su geografía
FESTIVIDADES

Anteriormente, la recolección del piñón permitía la reunión con integrantes de


otros pueblos como los cucapá y esto daba lugar a la llamada fiesta del piñón, en
la que hacían fogatas, cantaban, bailaban, limpiaban, comían piñones y
transmitían conocimientos a los niños sobre el cuidado de la naturaleza. Entre las
fiestas que se celebran actualmente se encuentran las patronales en las
comunidades de San José de la Zorra, el 19 de marzo, en San Antonio Necua, el 13
de junio; y en La Huerta, el 4 de octubre. Mientras que durante el día de muertos
limpian las tumbas, arreglan con flores y encienden velas durante la noche.
También organizan fiestas tradicionales llamadas kuri kuri, las cuales se realizan
sin ningún fin ritual o religioso y que se caracterizan por el continuo canto y baile
tradicional.

Kumiais. (s/f). Secretaría de Cultura/Sistema de Información Cultural.

Recuperado el 18 de septiembre de 2024, de

https://sic.gob.mx/ficha.php?table=grupo_etnico&table_id=53

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