Cuatro Obras Plásticas
Cuatro Obras Plásticas
Cuatro Obras Plásticas
Las meninas
La icónica pintura titulada Las meninas, de Diego de Velázquez, fue pintada en el año 1656 y
retrata a la niña Margarita, hija del rey Felipe IV, en el taller del pintor situado en el Palacio Real
Alcázar de Madrid. Actualmente, esta magnífica obra de arte se encuentra en el Museo del Prado
en Madrid, España. La pieza forma parte del estilo barroco que contrasta la formalidad de la
familia real y su entorno con la vida cotidiana común en todos (una dualidad muy significativa
en su contexto histórico). Originalmente este cuadro se titulaba Retrato de la señora emperatriz
con sus damas y una enana. Luego de un muy lamentable incendio en el siglo XVIII, pasó a
llamarse La familia del Señor rey Phelipe Quarto. Y más tarde se titularía simplemente La
familia.
En un apartado técnico, la característica más barroca que puedo identificar en esta pintura
es sin duda alguna el manejo de la luz. Los pintores barrocos usan pinceladas gruesas para
reproducir mejor las luces y sombras con el fin de resaltar partes de la escena y, de esta forma, le
añaden naturalidad y dramatismo. Ésto es justo lo que hace el autor Diego de Velázquez: ejecuta
a la perfección la técnica, hace ese particular uso de la perspectiva jugando con los contrastes de
la luz y las sombras, ejecuta muy bien la distribución de los planos y los personajes que aparecen
en ellos con lo cual logra recrear ese ambiente familiar que tanto se le aclama a esta pieza.
Claramente aquí en esta obra de arte puedo apreciar uno de los elementos más
característicos del movimiento barroco: la emotividad y la falta de búsqueda de una belleza
idealizada (como sí se hacía en el renacimiento). Otro elemento fundamental para identificar que
claramente esta pintura es barroca es observar cómo el juego de luces y sombras mantiene una
cierta tensión que conlleva a un misterio. Me explico: toda la luz que entra del lado derecho de la
pieza solo alcanza hasta María Agustina Sarmiento, la menina que está al lado izquierdo (desde
mi perspectiva) de la infanta Margarita. Todo lo demás que no está junto a Margarita se
encuentra con apenas una mínima visibilidad, pues la luz ya no llega hasta los demás personajes
ahora poco iluminados como consecuencia. Pero hay uno en particular que causa esta tensión:
Diego de Velázquez. El pintor se pintó a sí mismo escondido detrás de lo que parece ser un
lienzo. El misterio que surge del cuadro que este personaje está pintando en Las meninas
aumenta la complejidad de la obra, pues hace que me pregunte ¿Qué estaba pintando dentro de
otra pintura? Además, detrás de él, en el fondo, pareciera que hay o un cuadro pintado con dos
personajes en él o un espejo que refleja y desvela lo que Diego de Velázquez estaba creando
sobre aquel gran lienzo. Dichos personajes son el rey Felipe IV y su segunda esposa Mariana de
Austria.
El último elemento barroco que encontré y que me gustaría resaltar es el cómo la pintura
demuestra que hay un movimiento por los detalles tan presentes en todos los personajes. Cada
uno está en una postura que para nada es alguna de reposo y esto da un efecto de estar viendo un
instante congelado en el tiempo.