Es El Campo Estupido
Es El Campo Estupido
Es El Campo Estupido
¡ESTUPIDO!
Editado Noviembre 2007 por Orientación Gráfica Editora
Dedicado:
* A quienes alguna vez escucharon hablar del “Granero del Mundo” y siguen
creyendo que es una falacia.
* A aquellos que aún sienten que su misión está allí y hacen todo lo posible
para sobrevivir a las embestidas de los necios.
INDICE
Introducción
Escala de explotaciones
ENTREVISTAS
Cada vez que las crisis económicas han golpeado a nuestro país (y no han sido
pocas por cierto), el sector primario ha contribuido a través de sus labores a
generar, tanto sea alimentos como divisas provenientes de exportaciones.
Esto ha quedado fijado mucho más aún en las últimas décadas, en las que
merced a la globalización, se acentuaron las dicotomías políticas de una
dirigencia que no estuvo a la altura de las circunstancias, que sólo bregó por el
poder por el poder mismo, cayendo en un espiral de decadencia que cualquiera
puede constatar, en el caso de que aún guarde en sus entrañas un poco de
veracidad a la hora de analizar la sociedad del ayer cercano y ésta en la que
nos toca vivir.
No hace falta que este análisis sea sectorial para evaluar rápidamente las
calamidades que se desprendieron, por ejemplo, del éxodo rural o de la
desaparición de productores agropecuarios. Se trata simplemente de darse un
baño de realidad para cotejar las diferencias culturales y de valores que
manejaban nuestros abuelos y padres, con las que manejamos hoy cada uno
de nosotros.
Enarbolar ligeramente mitos y leyendas sobre los “llorones del campo” como
muchos han caratulado a los agricultores y ganaderos argentinos, es de una
liviandad y discriminación patética. Igualmente, a esta altura de los
acontecimientos, las protestas y reclamos del sector parecen un tanto
perimidas, dado que todo el mundo tiene de qué quejarse y por lo general,
cada reclamo particular se acaba donde empieza el del otro.
Pero para conocer la fuente de riqueza, hace falta conocer cuáles son las
verdaderas necesidades del campo y de quiénes trabajan en él día a día.
Podrán juntarse mil, dos mil, diez mil o cien mil productores frente a la Casa
Rosada, pero esta actitud sólo ha terminado por demostrar la impotencia de los
unos y los otros.
Este tipo de actitudes no son nuevas en nuestro país, por más que veamos los
resultados que obtienen los agricultores franceses o ingleses, cuando cruzan
sus tractores en los Campos Elíseos o frente al Palacio de Buckingham.
Es demasiado simple creer que una protesta alcanzará para desmoronar las
políticas arancelarias y los subsidios que otorgan los grandes países; o para
dotar de servicios mínimos a las desprotegidas zonas rurales, o brindar
capacitación a quienes ni siquiera pueden cambiar el tractor que compraron
hace10 años (usado y que ya tenía 20).
Tan simple como pensar que los gritos construirán hospitales o mejorarán las
escuelas a las que hoy asisten los hijos de la gente que "vive" en el campo.
Siempre se habla del potencial del sector agroalimentario, sin embargo el gasto
público gubernamental parece no apuntar a la productividad.
Por eso el gasto de los gobiernos tampoco está dirigido en forma proporcional
hacia los sectores que poseen un mayor potencial de desarrollo, o sea, el
agropecuario.
Las cuentas por lo general no cierran tal como se previeron y para que los
números se redondeen se dejan obras de mejoramiento en el camino.
Resulta entonces paradójico que, una de las áreas que posee el más rico
potencial para su desarrollo, caiga en el olvido.
Esta situación por cierto no es nueva y se ha ido dando como una constante a
través de las últimas décadas.
Ante este panorama, los productores aducen que no pagan por que no se les
presta el servicio y los municipios dicen que no lo hacen porque no les pagan.
De este modo la "zona rural" parece gobernada por citadinos, a quienes poco
importa cómo se vive en el campo.
La energía eléctrica sigue siendo más cara que para las grandes urbes y
acceder a una línea estando medianamente alejado de los suburbios puede
llegar a ser viable sólo para los magnates.
Desde aquella famosa frase de “Argentina: Granero del Mundo” hasta nuestros
días, el campo siempre ha tenido un fuerte “potencial”, sin embargo se le ha
prestado poca atención a quienes debieran ser los generadores de esa
potencia. Sin embargo, las cosechas cada año constituyen un récord, las
tecnologías de punta las consume el sector y en cuanto a producción, se
buscan cada vez mejores resultados en base a reinversión. Mientras tanto el
Estado, abre la “bolsa” para que cada quien deposite la porción
correspondiente… y ni siquiera es agradecido.
Podría afirmarse que el productor o agroempresario ha tenido poca presencia
en el tratamiento de los temas comunales, que fueron manejados casi siempre
por la gente de la ciudad (en general comerciantes, pequeños y medianos
industriales, profesionales o dirigentes políticos y/o gremiales).
De ese modo y a partir de esa filosofía, es que los gastos públicos siempre
marcharon hacia un rumbo distinto al de la productividad específica de cada
zona, y los chacareros fueron dejando su ámbito laboral que, en comparación
con el de los habitantes urbanos, era cada vez más incómodo.
Quizás resida allí la explicación a uno de los tantos: “¿porqué los números no
cierran?”, que se plantean los gobernantes.
La poca atención prestada por los gobiernos hacia la calidad de vida del sector,
las sucesivas divisiones por sucesiones, la inestabilidad por la falta de políticas
y las debacles financieras, fueron confluyendo hacia este panorama poco
alentador en cuanto a las posibilidades futuras de los agricultores.
Pero también en este caso los gobiernos han quedado en deuda por su falta de
promoción y apoyo a los institutos de capacitación e investigación.
LA CADENA AGROINDUSTRIAL
LA ECONOMIA FISIOCRATICA
Lo cierto es que por aquel entonces, Francia era el país con mejores recursos
naturales para la agricultura y sin embargo ésta fue la actividad que más se
estancó durante el mercantilismo.
Lo que proponía este economista era que el orden natural debía favorecer a la
agricultura porque ésta era la madre de todas las actividades.
La base filosófica era el derecho natural (orden natural de las cosas impuesto
por Dios) que el Hombre podía descubrir e interpretar a través del Derecho
Positivo (leyes y regulaciones existentes).
a) La clase productiva: formada por los que trabajan la tierra. Ya que los
fisiócratas consideraban que la única actividad capaz de generar un resultado
neto positivo era la agropecuaria.
BELGRANO, EL ECONOMISTA
Manuel Belgrano, fue el primer economista argentino y el que introdujo la idea
fisiocrática en el Río de la Plata.
Es así como en aquellos lejanos años de los siglos XVII y XVIII, con toda su
carga de monopolios estatales o para-estatales, esta teoría se desarrolló tanto
en Francia, como en Inglaterra y en España, donde creándose todo un férreo
control estatista sólo se consiguió, como sucedió en el Río de la Plata,
incrementar el contrabando exageradamente.
Por ello, ya en la segunda mitad del siglo XVIII y luego con la Independencia de
los EE. UU., en ese famoso año 1776, surgen ideas económicas realmente
innovadoras.
Para Manuel Belgrano, el "valor de cada Estado no depende del valor del
Tesoro Público, sino de la cantidad de fanegas de tierra bien cultivadas que
tenga …"
Como todo genio, se adelantó a su tiempo y fue por ello que pudo llegar a tener
tan firme amistad con hombres tan avanzados como lo eran Mariano Moreno
en la política y San Martín, el gran estratega militar, que no sólo lo respetaban y
admiraban sino que se nutrían de sus sabios consejos.
Qué necesario sería que los legisladores, hombres públicos y políticos de hoy
leyeran este ideario belgraniano para poder llevar a cabo la tan trascendente
transformación que nos lleve a tener un balance comercial favorable y, como lo
fue en otras épocas, un balance de pagos también favorable.
ECONOMIA ECOLOGICA
Muy ligada a la economía fisiocrática y tal vez emanada de ella, aparece hoy la
economía ecológica, a la cual sin lugar a dudas deberemos tener en cuenta en
nuestro país en un futuro, a menos que sigamos dándole la espalda a nuestros
recursos naturales, lo cual se constituye por cierto en una actitud suicida.
Los economistas verdes suelen tomar con frecuencia posturas más radicales
que las que se encuentran entre la más convencional economía ambiental con
respecto al crecimiento económico y la optimización.
Queda claro que los países de Oceanía, con similares aptitudes agrícolas y
ganaderas, tienen una visión distinta de la economía y su aprovechamiento a
favor de su país. Pero no hace falta ir mucho más lejos para ver los avances
logrados por Chile en numerosos productos y las oportunidades aprovechadas
por Brasil y Uruguay en materia ganadera y su posicionamiento en el exterior.
CAPITULO 3
LA FALTA DE UN MINISTERIO
Las actividades agropecuaria y pesquera han constituido uno de los pilares
fundamentales de la economía de nuestro país, prácticamente desde su
nacimiento.
Seguramente ante esta afirmación serán muchos los que la critiquen pensando
primero en la eficiencia antes que en el nombre que se le dé al organismo.
Actualmente, se cuenta dentro del ámbito del Ministerio de Economía con una
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, incluso luego de
que se diera marcha atrás en marzo del 2001 con la propuesta del fugaz
ministro de Economía, Ricardo López Murphy que devaluó el organismo en una
subsecretaría de Agricultura, dependiente de una secretaría de Producción que
al mismo tiempo dependía del propio Ministerio de Economía.
DESDE ADENTRO
"El campo aporta el 25% del PBI, provee un millón de puestos de trabajo y es el
responsable del 60% de nuestras exportaciones".
Estas palabras no las pronunció un dirigente agropecuario en el intento de
llevar agua para su molino, las dijo el ex Secretario de Agricultura Antonio
Berhongaray mientras estaba en funciones a fines del siglo pasado.
Berhongaray alguna vez dijo: "La Argentina posee ventajas comparativas que
es menester aprovechar correctamente. Los dirigentes deben transformarlas en
ventajas competitivas. Para ello es necesario redefinir el papel del campo como
estratégico del desarrollo nacional" y reconoció que de ser Ministro "tendría
posibilidades de tomar decisiones más autónomas. Además vienen los
ministros de Agricultura de otros países y nos dicen: ¿cómo la Argentina no
tiene Ministerio de Agricultura?".
Mientras que el Estado argentino tiene por lo general entre sus males
enquistados, el sobredimensionamiento del gasto público, proponer que la
Secretaría de Agricultura sea convertida en un Ministerio, seguramente
parecería un dislate, sin embargo sería mucho más lo que se podría obtener de
ganancias, aprovechando que el sector es el mejor provisto de herramientas
para salir al mundo a capturar divisas.
Añadía el legislador que "el sector primario ocupa 950.000 personas en forma
directa pagando remuneraciones por 3.500 millones de pesos" y destaca que
"la mayoría de estas personas y sus familias habitan fuera de la Capital Federal
y de los 19 distritos que conforman el Gran Buenos Aires, contribuyendo así a
fortalecer una ocupación territorial más descentralizada", en base a ello
considera Alchouron que se "(...) necesita de una política de alta complejidad
que no puede lograrse sino en función de un examen muy profundo que
resultará más factible y ejecutable con un área de gobierno de rango
ministerial".
*la elaboración del plan de inversión pública según las prioridades y directivas
que determine el Poder Ejecutivo;
EN OTROS PAISES
En gran número de países, en muchos de los cuales las actividades que nos
ocupan tienen una importancia relativa inferior a la que poseen en el nuestro,
se cuenta con un Ministerio destinado a la formulación y aplicación de las
políticas correspondientes.
EN BRASIL
EN URUGUAY
EN CHILE
EN ESTADOS UNIDOS
INGLATERRA
El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, por su parte, cuenta con el
Ministerio de Agricultura, Pesca y Administración. Cabe señalar, por otra parte,
que dentro de dicho Reino, Escocia y Gales cuentan con sus respectivos
Departamentos (Ministerios) de Agricultura. Algo análogo sucede con Irlanda
del Norte.
AUSTRALIA
NUEVA ZELANDA
IRLANDA
Pero baste este relativamente breve muestreo para advertir que no sólo
aquellos países en los cuales la agricultura y la ganadería constituyen una de
las actividades económicas más importantes, cuentan con un Ministerio para la
elaboración de las políticas en estas materias.
En el caso argentino, los sectores que más han contribuido a soportar el peso
de la protección industrial, y por lo tanto han postergado el aprovechamiento de
su potencial productivo, son el sector agropecuario y el agroindustrial.
Hay un viejo proverbio económico, que señala que “la protección no genera
riqueza sino que la transfiere."
Sin embargo, hay informes que señalan que los sectores agropecuarios y gran
parte de su industria, a pesar de que son forzados a soportar el costo de
protección, dan ocupación a un millón y medio de personas, mientras que el
conjunto de los sectores sustitutivos de importaciones, recibiendo el 60% de la
protección, apenas si dan trabajo a 350.000 personas.
Sin embargo, este tipo de informes han pasado por lo general inadvertidos para
la opinión pública y no es casual que ello ocurra.
Es casi común en nuestro país hacer trabajos brillantes para luego no saber
como aplicarlos.
Tenemos algo así como una autodestrucción permanente con la que hasta
Sigmund Freud se sorprendería, más allá de sus conocidas opiniones en favor
de esa teoría.
Palabras más o menos, y más allá del incendio que consumió a buena parte
de la ciudadanía en 2001, la situación hasta el presente continuó de la misma
manera, quiere decir, presionando impositivamente al sector agropecuario y
agroindustrial, con el objetivo de sostener otras estructuras obsoletas, pero
íntimas del poder.
Este ahondar en algo que se sabe pero que no se dice, por lo general trae
como contrapartida una vuelta a la dicotomía: producción vs. industria.
Por eso cada informe a favor del sector agropecuario, ya sea por su potencial,
como generador de recursos, como futuro económico o por su capacidad para
generar empleos, lo único que produce casi instantáneamente es un nuevo
foco de conflicto producido por los lobbystas que a través de operaciones de
prensa no tardan en actuar generando confusión.
CAPITULO 5
¿QUÉ CAMPO?
Hace algunos años, durante la gestión del Presidente Fernando de la Rúa,
mientras el agro reclamaba, el gobierno lanzó un globo de ensayo proponiendo
un Ministerio de Turismo que finalmente -y felizmente- no se concretó. Pero
estuvo muy cerca.
Algunos creen aún que el campo es un sitio inhóspito con el cardo ruso
rodando en medio de pueblos fantasmas o; un lugar paradisíaco para comer un
asado y dormir la siesta, levantarse, tomar unos mates y escapar rápidamente
de vuelta hacia la Capital Federal.
Hoy los productores no creen todo lo que escuchan ya que de haber sido así,
los tamberos se habrían lanzado a instalar piscinas de hidromasaje en las
fosas, los agricultores cambiarían las semillas de soja por bulbos de tulipán y
los ganaderos pintarían de violeta sus rodeos Angus para fomentar el turismo,
sector que muchos creen es el único que puede salvarnos de la agonía.
HABLEMOS DE NECESIDADES
Desde hace décadas, "el campo argentino" es un iceberg dejado a la deriva por
la clase política cuya punta fue más o menos notoria en función de las
circunstancias (léase campañas electorales).
La posibilidad de razonar, es un don que debe estar por encima de las ideas
preconcebidas que, ante una determinada situación, deberían ser permeables
a una reformulación.
Lo mejor que podría hacerse por el agro y por su gente es, al menos, no
quitarles la luz del sol.
POLITICAS AGROPECUARIAS
No hay políticas concretas ni un timonel que indique hacia donde ir. En medio
de ello, el sector agropecuario deambula en función de las circunstancias que
van generándose, sin tener un horizonte claro que lo haga sentir valedero e
importante en la economía del país.
Otros estudios indican que cada empleo agropecuario directo genera otros
cinco indirectos, ya que en las localidades del interior en que el agro sostiene la
economía, los servicios crecen o decrecen siguiendo su ritmo.
Un trabajo que buscó indagar sobre las condiciones reales y no sólo macro-
estadísticas, en las cuales vive o sobrevive el sector de la sociedad argentina
excluido o que está en pobreza extrema o con necesidades básicas
insatisfechas.
CRISIS O DECADENCIA
Si hoy los argentinos al ver las cifras antes expuestas no se preguntan porqué
en un país que produce alimentos para el mundo su gente tiene hambre, el
problema no es la crisis, sino la decadencia.
Cada uno de los dirigentes políticos de los últimos años han llegado para
“romper los paradigmas” de sus sucesores, pero no terminan de imponer los
propios y por eso no hay un norte y el horizonte se desdibuja.
Sería interesante evaluar cuántos de los que hoy reciben asistencia social a
través de un “plan jefes” sufrió el desarraigo tras haberse quedado sin empleo
en su interior natal tras alguna de las tantas crisis que afectaron al agro.
URGENTES E IMPORTANTES
La refinanciación para los deudores del Banco Nación volvió a abrir un gran
interrogante luego de las promesas, el crédito sigue faltando y la presión
impositiva no cede.
PURA COYUNTURA
De ese modo nos alejamos cada vez más de nuestros competidores del
Mercosur, que agradecen la poca importancia que le damos a mercados de
singular peso en todo el mundo.
CAPITULO 6
EL EJECUTIVO SIN COHERENCIA
Un gobernante no debe saber de todo, sino que debe tener la virtud de elegir a
los mejores en cada área.
La falta de conexión entre los distintos estamentos del gobierno como los casos
de la SAGPyA con el INTA y el SENASA, dieron como resultado diversos
hechos que hablan de una peligrosa involución, cuya responsabilidad no cae
precisamente sobre las cabezas de quienes allí se desenvolvieron, sino en el
gobernante.
La falta de políticas precisas por parte de los partidos que llegaron a poner un
hombre de sus filas en la Presidencia de la Nación, hizo que los caminos a
desandar fueran transitados de modo impreciso.
Bajo el conocido lema: "los éxitos son míos, los errores son de todos", muchos
funcionarios han usado la función pública como trampolín para convertirse
luego en "destacados asesores".
Tal vez por ello resulte "imposible" creer lo que pasó en el sector cárnico de un
país potencialmente rico en cuanto a ganadería, luego del manoseo que
generara la lucha antiaftosa y subsanada esta, las restricciones exportadoras.
Esas pérdidas también fueron suculentas para el bolsillo del Estado que
lamentablemente no es el de los funcionarios que actuaron en forma
equivocada, sino que termina siendo "el bolsillo de todos".
Hay muchos funcionarios que acompañan a otros de mayor rango durante toda
su carrera, por eso terminan regresando al lugar de donde se fueron.
En las últimas gestiones de los gobiernos, se ha dado una hibridación tal, que
regresaron quienes habían estado en gestiones de otros partidos, hechos que
de alguna manera y de ser un tanto más ordenados habrían sido saludables y
hasta gratamente apreciados.
Pero en nuestro país generalmente esto no ocurre y es uno de los motivos por
los que "así están las cosas".
Algo similar ocurrió con el INTA, ya que cada uno de los presidentes o
directores que llegaron al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria,
intentó imponer un proyecto propio, dejando de lado el de su antecesor.
En medio de este devenir, los organismos pierden jerarquía, les llegan los
recortes presupuestarios, los retiros de profesionales aptos, los proyectos no
tienen apoyo oficial y carecen de una profunda falta de política a largo plazo
que sirva eficazmente al bien común del sector agropecuario.
Si a todo esto le sumamos un Congreso indiferente hacia los temas del campo,
los magros resultados quedan a la vista.
CAPITULO 7
TODO DEPENDE DE OTROS
Desde hace muchos años vienen escuchando los pedidos más diversos por
parte de los más variados subsectores.
Pero por lo que son los resultados... aún nada, mientras el campo sigue
sumergido en la incertidumbre.
La cadena productiva después de estar atada con alambre, terminó con sus
eslabones rozándose y finalmente cortándose para muchos productores, que
tuvieron que dar un pasito más frente al precipicio.
Casi como una verdad inevitable, la frase: "los tontos siempre pagan", resuena
casi sarcásticamente en los oídos de muchos (precisamente de los que
siempre pagan).
Casi siempre los nuevos equipos económicos resuelven apelar a viejas recetas
y obtener plata dulce de bolsillos no tanto, agobiados ya por una perenne
presión impositiva.
Pero tal vez sí, si presuponemos que todo funcionario que llega para gobernar
debió haber tenido un proceso previo de capacitación para saber con qué
elementos se encontraría.
Un clásico vergonzante.
Hoy, a los pedidos manifestados por los distintos subsectores, la palabra que
más se escucha es... "depende". Y ya se sabe que los "depende" son casi
similares a que nos canten un "negro el once" o un patético "cero" en la ruleta
del casino.
Por lo general, para los agricultores, su suerte "dependerá" del clima y también
de los precios internacionales y lo que siembre Estados Unidos de soja y lo que
se le ocurra hacer de maní en India sur oriental... (o de blueberrys en una
ignota isla del Pacífico...todo sirve para tratar de explicar los males), pero al
mismo tiempo si suben los granos se caen los emprendedores del feed-lot,
pero pueden aumentar el pan y la polenta.
Pero si viene una Niña se seca todo y si viene un Niño se inunda todo, y si hay
emergencia agropecuaria no cobra nadie y si se rompe la cadena de pagos,
aparecen los usureros y esto... seguiría hasta el infinito.
Ocurre que el Ministerio de Economía está como a diez cuadras de allí y en tan
largo trayecto, indudablemente las voces no llegan a oídos del que debiera
aplicar las políticas.
Los responsables de cada área juran que seguirán adelante los programas de
crecimiento y desarrollo, pero después no saben cómo y tampoco saben cómo
dar respuestas a los reclamos (convengamos que de saberlo, ya lo hubieran
hecho, se supone).
Están los pedidos, están los diagnósticos; pero todo "depende" y seguimos sin
saber que hacer durante el "mientras tanto".
CAPITULO 8
Hay montones de proyectos. No por nada los argentinos nos hemos hecho
fama de "proyectistas", no por ello el Gral. Perón decía "mejor que decir es
hacer y mejor que prometer es realizar", no por ello estamos como estamos en
muchos sectores y entre ellos (¡oh! casualidad): el campo.
Cada proyecto elevado puede ser unipersonal o estar acompañado por la firma
de otros de sus pares o haber sido realizado en conjunto entre 2 o más.
Por ejemplo, el que promocionaba las carnes argentinas: si era aprobado por
Agricultura, debía pasar luego a Comercio e Industria y posteriormente al de
Relaciones Internacionales, por que por sus características no solo involucraba
a la producción cárnica sino su comercialización y exportación.
Pero más allá de las comparaciones y más acá de lo engorroso que puede
resultar el trámite, como si todo fuera poco los procesos intermedios además...
son lentos.
CLASES DE PROYECTOS
Si se nos permite establecer arbitrariamente categorías, podríamos determinar
las de los proyectos "demorados" y la de los "cajoneados".
Todo ello gratuitamente y no siempre ese esfuerzo es retribuido –al menos- con
respeto.
Capitulo 9
UNA PRUEBA DE LO QUE NO FUE
En el año 2005 junto con la periodista Vilma Tonda, con quien conducíamos el
programa Panorama Agropecuario que se emitía por Radio del Plata (AM
1030), pusimos a consideración de legisladores nacionales y provinciales un
Anteproyecto de Declaración, por el cual se solicitaba la instauración de la
materia educativa: “AGRO e INDUSTRIA” en las escuelas primarias y medias
de todo el país y que la misma fuera brindada a través de una instrucción en
tres niveles: mediando el ciclo primario, inicio del secundario y finales de éste,
con capacitación teórico-práctica, talleres y visitas guiadas.
De este modo, propusimos que cada región elaborara sus propios programas
de estudio basados en sus capacidades productivas y la incidencia de sus
labores agropecuarias, industriales o agroindustriales en la economía del lugar.
ANTEPROYECTO DE DECLARACION
1.- Dirigirse al Poder Ejecutivo para que, por las vías correspondientes solicite
a las autoridades del Ministerio de Educación de la Nación, la instauración de la
materia “Agro e Industria” en las escuelas primarias y medias de todo el país.
2.- Esta asignatura deberá constar de tres niveles (Agro e Industria I; II y III):
una en escuelas primarias y dos en establecimientos de educación media,
contemplando teoría, taller práctico y visitas guiadas.
3.- Los programas de estudios deberán ser elaborados en forma conjunta con
los Ejecutivos provinciales a fin de establecerse los mismos en función de las
regiones productivas de nuestro país.
FUNDAMENTOS
Los fundamentos de la iniciativa apuntan a que desde temprana edad, los niños
y jóvenes de nuestro país tomen conciencia y sepan valorar la importancia de
los sectores agropecuario e industrial, para de este modo recrear una cultura
del trabajo, desarrollo y equidad.
Se propone entonces que sean tres niveles: Agro e Industria I, Agro e Industria
II y Agro e Industria III, materias que se brinden en mediados del ciclo primario,
inicio de la escuela media y finales de ésta, respectivamente; con enseñanza
teórico-práctica, esta última a modo de talleres y visitas guiadas.
Es por cierto necesario, que se conozcan las cadenas de valor de cada uno de
los sectores que hacen al desarrollo económico del país y será menester
entonces que los conceptos de “Granero del Mundo”, “ventajas comparativas
de producción”, “recursos naturales sustentables”, “Compre Argentino”,
“defensa de la industria” y otros, se cristalicen de manera estructurada en la
enseñanza primaria y media para dar a los alumnos una base sólida y una
opción clara respecto a qué país tenemos y qué país queremos, al mismo
tiempo que les abrirá un abanico de posibilidades respecto a su futuro laboral y
profesional en su camino hacia los siguientes ciclos de capacitación.
Sin embargo, sólo el Diputado provincial Luis Bruni (UCR), quien además fuera
intendente del partido bonaerense de General Pinto en el noroeste provincial,
hizo una presentación al respecto en el Congreso de la provincia de Buenos
Aires.
“La declaración presentada por el diputado Luis Bruni tiene por objeto proponer
al Poder Ejecutivo que analice la posibilidad de incorporar como una asignatura
más, en los contenidos curriculares de la modalidad Producción de Bienes y
Servicios, que en nuestra provincia ofrece el Nivel Polimodal del sistema
educativo, conocimientos y técnicas relacionadas con las actividades agrícolas
e industrial, intentando erradicar el perjuicio que habla de una supuesta
incompatibilidad entre el desarrollo de ambos sectores productivos.
PROYECTO DE DECLARACION
DECLARA
FUNDAMENTOS
La iniciativa que nos ocupa surge a partir de una propuesta que nos hicieran
llegar dos periodistas especializados en temas agropecuarios, cuyos
lineamientos son compartidos por quien suscribe en la convicción de que es
necesario trabajar desde el ámbito educativo en el esfuerzo de concebir un
nuevo proyecto de Nación acorde a la cambiante realidad de nuestros tiempos,
en el que se visualice con claridad y se revalorice el complejo agroindustrial y
las inmensas posibilidades de desarrollo para nuestra sociedad toda que del
mismo se originan.
Por las razones expuestas, solicito a los señores legisladores tengan a bien
acompañar con su voto favorable la presente Declaración.
CAPITULO 10
DESUNION EN LA DIRIGENCIA
La falta de una estrategia clara de la dirigencia agropecuaria a la hora de
hacerse valer con propuestas en el ámbito parlamentario, siempre ha sido una
de las carencias más marcadas, no sólo a nivel provincial sino también
nacional.
Incluso muchos de los líderes del gremialismo rural, hoy reconocen en voz baja
que cuatro entidades (Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Federación
Agraria Argentina (FAA), Sociedad Rural Argentina (SRA) y la Confederación
Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) son demasiadas y que con dos –
como mucho- estarían mejor posicionados para poder hacer llegar sus
reclamos con más fuerza. Por el contrario, en los últimos años la Federación
Agropecuaria Nacional (FAN) fue invitada a las reuniones en la Casa de
Gobierno por la gestión del Presidente Néstor Kirchner. Ahora son cinco.
Pero no sólo deberá la dirigencia establecer cuál será el camino para llegar al
bien común, sino además el Estado tendrá la responsabilidad de decidir si
quiere rejerarquizar al agro y darle un papel preponderante para el crecimiento
de la economía.
De todos modos habría que aspirar -en vez dicotomías o divisiones- a algo
mucho más práctico y eficaz: empezar a pensar en términos de fusión o en la
eliminación del proceso de atomización o fragmentación existente entre ambos
sectores.
“Es necesario hacer también una alianza entre todos los sectores productivos.
(...) La convertibilidad fracasó por el excesivo gasto público sin control de
nuestros gobernantes. Lo que no se puede permitir es retroceder a la década
de 1980”.
“En este nuevo escenario del país y del sector en que nos encontramos, nos
tiene que servir como conclusión que es una necesidad trabajar en forma
conjunta e institucionalizado. El trabajo individual ha perdido sentido en el país
y en el mundo. Asumamos que no tenemos capacidad de lobby por la forma
independiente de trabajar cada entidad. El sector agropecuario se tiene que
unir con la base de las entidades agropecuarias de productores y la integración
de todas las otras entidades para crear la Confederación Nacional de
Entidades Agropecuaria. Si hoy estuviera formada una entidad supranacional,
estaríamos sentados en el gabinete nacional discutiendo directamente la
Política Agroindustrial del País para no quedar marginados de las grandes
decisiones del Gobierno y no equivoque el camino del genuino crecimiento
para todos los Argentinos” concluía el ex presidente de CRA.
CAPITULO 11
TERRATENIENTES O MINIFUNDISTAS
Igualmente, en Gran Bretaña, desde mediados del siglo XIX estaba difundida la
idea de que sólo el gran propietario tenía capacidad para incorporar las
innovaciones, y las primeras estaciones experimentales abundaban en tal idea.
Marx fue el que finalmente hizo un planteo más global -y teórico- del problema,
al abordar la cuestión de la renta de la tierra y la transmisión de la plusvalía en
el conjunto del modo de producción capitalista.
Entre sus propuestas más concretas cabe destacar la obra de Engels, "El
problema campesino en Francia y Alemania", publicada en 1894 y La cuestión
agraria de Kautsky, aparecida en 1899.
El primero establece radicalmente la dicotomía entre los dos tipos de
explotación. Dice textualmente:
Así, la situación del pequeño propietario no es tan clara como la del artesano,
por lo que es preciso evitar pugnas estériles. Además, critica a aquellos que
defienden la subsistencia de éste esgrimiendo su capacidad para la
autoexplotación, ya que si así fuese sería una fuerza objetivamente
revolucionaria que la socialdemocracia debería reclutar.
EL OTRO EXTREMO
Girolamo Gatti, uno de los partidarios de tal posición, explicaba que no siempre
cabía el empleo de maquinaria, por ejemplo por las peculiaridades topográficas
del terreno, circunstancia en la que los pequeños podrían convertirse en una
formación estable.
Por tanto, la circulación de capital es más lenta, así como los tiempos de
acumulación y reproducción ampliada.
Esto trajo aparejada además una incipiente disputa para con los técnicos del
sector, a los que muchos acusaron de haber promovido esas prácticas sin
pensar en las posibilidades futuras de cambios de mercado y por ende,
cambios profundos en el negocio.
Por cierto los técnicos son muy afines a las nuevas tecnologías debido a que
solucionan sus propios problemas, pero no se evalúa ciertamente que es lo que
queda.
Lo que dejó la excesiva tecnología en el ámbito agropecuario fue –entre otras
cosas- el agravamiento del éxodo rural.
¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades y qué se necesita para ser más
aplicados?
Tener la mente abierta y considerar que siempre puede haber “otra cosa” es
una buena gimnasia para poder estar permanentemente creativos.
Desde un punto de vista económico no está mal que sea así porque, salvo que
la fertilización se torne demasiado cara, mayor producción es igual a mayor
rentabilidad.
Pero cuando los escenarios cambian hay que buscar que el ingenio se ocupe
de ayudarnos. Y ha quedado demostrado largamente que una de las
características demostradas por técnicos y productores argentinos ha sido,
salvo raras excepciones, la creatividad, particularmente para poder hacerle
frente a las sucesivas y a veces intempestivas crisis, como a la hora de
“arreglarse solos”, frente a gobiernos ausentes (o presentes sólo para
recaudar).
La relación costo beneficio a favor del productor por ejemplo es altísima con
una soja RR, por eso tuvo una aceptación rapidísima en Argentina. Nuestro
país, por manejar la soja transgénica tiene un beneficio indudable. Todo el
sector sojero agarró para allá.
Hay productores a los que les fue bien y hay otros que no tanto.
Pero volviendo a los casos exitosos, el perfil que tienen esas explotaciones es
bastante particular.
Dentro de esos ejemplos se asientan aquellas que casi no tienen
endeudamiento o tienen una administración sólida con una formación
profesional muy buena.
La cuenta es muy fácil. Con montones de carteras que son inviables, puede
haber soluciones políticas como el subsidio de tasas, pero desde el punto de
vista económico muchos casos no tienen retorno.
Por lo general los híbridos que se venden andan bien, y el uso de fertilizantes
ha sido explosivo.
Todavía puede quedar algo para hilar más fino, como es por ejemplo la
distribución de plantas por hectárea o las técnicas que incluyen el riego
artificial, que por lo costosas no fueron implementadas masivamente, pero de
lograrse le otorgarían al sector agrícola nacional un salto espectacular.
Si uno hoy viaja a Estados Unidos y mira como se hace un maíz o una soja
allá, hay muy poca diferencia respecto a cómo lo hacemos nosotros.
Somos muy competitivos. Pero esa competitividad llega sólo hasta la tranquera
del campo, porque de allí hacia fuera empiezan a desnudarse las falencias de
infraestructura de las que hemos hablado en capítulos anteriores.
Pero la diferencia con países como Estados Unidos, radica cuando salimos del
predio en donde se cosechó, ya que en la Argentina el transporte en general se
hace por camión, y por este motivo cuesta más o menos lo mismo llevar una
soja a 300 kilómetros por camión en nuestro país, que lo que cuesta bajarla
casi 2000 kilómetros de la zona sojera estadounidense al Golfo Pérsico.
La mayoría del transporte es por vía fluvial mientras que aquí aún con la
Hidrovía por la cual se baja la soja del norte, de Paraguay y de Brasil, en
realidad queda muchísimo por hacer.
CAPITULO 13
LOS CAUTIVOS
Quizás en un futuro no tan lejano, tengamos que “agradecerles” a los
funcionarios de los gobiernos pasados, el haber sido -por omisión- los
generadores del éxodo masivo desde el país interior hacia los grandes,
obsoletos y hacinados centros urbanos.
Esta hipótesis, que puede sonar como esperanzadora profecía, no hace más
que hilvanar un cúmulo de factores que podrían producir que tal desidia
terminara generando un efecto contrario a lo establecido.
Sin lugar a dudas, muchas de las ideas y proyectos que hoy tienen que ver con
la investigación y el desarrollo, toman forma en universidades y centros
provinciales.
Un industrial, de los tantos que hablan por lo bajo, porque no quieren que el
Gobierno conozca su nombre, decía que, si su empresa tendría que haber
soportado lo que soportan los productores agropecuarios, hubiese cargado
todo en un flete y se iba a Brasil o de lo contrario, vendía su compañía al mejor
postor.
Por eso mismo, también algunos industriales han recibido un trato preferencial
del Gobierno, porque si bien han sabido hacer mejor lobby en los pasillos de la
Casa Rosada y el Congreso, muchos de ellos han demostrado que las
inversiones no necesariamente deben hacerlas acá.
No es casual por caso que hoy no exista una entidad u organización donde no
se miren de soslayo en un ambiente de marcada desconfianza.
Mientras los agricultores critican las medidas, los productores de pollo las
aplauden; los industriales del plástico festejan y los de la carne chillan; unos
exportadores gozan el dólar alto y a otros les prohíben exportar.
Lamentablemente, esta simple teoría que por propia naturaleza muchos avalan,
logró ser reemplazada por falacias que apuntan a beneficiar a sectores en la
búsqueda del bien común (de algún grupo) en detrimento del bien público (de
todos), sumando a ello la ignorancia supina y una buena dosis de egoísmo por
parte de los sectores políticos a la hora de establecer parámetros que llevan a
la felicidad del pueblo.
Sin embargo, cada vez son más quienes han comenzado a adherir a nuevas
corrientes que ponen énfasis en la cultura del sentimiento y bucean en la vida
desde la calidad de ésta, lo cual implica sumergirse en una profunda mirada
interior.
Esa mirada interior por lo general invita a trasladarse a sitios tales, donde la
carencia de maquillajes deja al descubierto normas naturales propias de la
creación, fomentadas por culturas ancestrales que simplemente han
agradecido a la vida.
No sería casual entonces que el campo, como forma de vida, logre en el futuro
tener cada vez más adeptos que aún sin animarse a una íntima relación,
tibiamente podrían empezar a eclosionar, generando finalmente un movimiento
inverso al éxodo desatado durante tantas décadas.
CAPITULO 14
Sin embargo, aún queda la red viaria y las posibilidades de observar el ejemplo
de otras naciones más desarrolladas, donde este medio de transporte está
resurgiendo.
La actitud del gobierno por aquellos tiempos era explicable en virtud del caos
económico reinante y las culpas que se achacaban al servicio ferroviario, de
aumentar día a día las deudas del Estado, todo ello adornado con una
operación de prensa profunda y la falta de argumentos contundentes que no
supo o no quiso hallar la dirigencia sindical de aquel entonces.
VOLVER AL FUTURO
Tras más de una década de abandono en lo que hace a políticas relacionadas
al sector, que mantiene una estructura viaria con características que podrían
ser aprovechadas, son muchos los que se preguntan si no fue un error
despreocuparse totalmente del “paquete ferroviario”.
Entre las consideraciones realizadas por el organismo (que cuenta con status
semioficial de la comunidad internacional); se señalaba que “después de
décadas de congestión de tráfico, elevadísimas facturas de petróleo y smog,
muchos gobiernos van cayendo en la cuenta de que fue un error abandonar el
ferrocarril en beneficio de la carretera”.
A esas cifras, habrá que añadirle en términos monetarios los costos generados
por contaminación atmosférica, congestión del tráfico y los accidentes de
tránsito.
Por ejemplo en San Pablo (Brasil), las inversiones privadas ayudan a que la red
estatal de ferrocarriles construya terminales de carga y manipulación de
mercaderías, mejorando así las posibilidades de competencia del transporte
ferroviario con el del sector automotriz.
Asimismo, los costos por muerte en las rutas, tienen un valor nominal
importante en las economías de las naciones y pueden variar ampliamente,
por lo que deben incluirse los salarios que se pierden, los daños a bienes
materiales, los gastos legales, administrativos y de hospitalización y los
servicios de urgencia. En el mismo sentido, la accidentalidad de los trenes de
carga es menor que la que deben soportar, por ejemplo, los vehículos pesados.
Por ende, de buscar un paliativo eficaz a esta situación, debería ser a largo
plazo y con un nuevo enfoque geográfico de las poblaciones.
Sin embargo la rejerarquización del sistema ferroviario (en todo el país), deberá
hacerse en un plano de análisis criterioso e ingenioso, por parte de los
gobiernos que vendrán, tratando de aprovechar al máximo lo que ya “está
plantado”, utilizar los ejemplos de países desarrollados y no caer en
concesiones “pasajeras” que usufructúan durante el tiempo en que están y
cuando se van dejan un servicio obsoleto que debe volver a ser privatizado.
CAPITULO 15
PEAJE: LOS CAMINOS SUBSIDIADOS
Hoy la realidad se plantea en otros términos, sin los apuros del inicio cuando en
1991 hubo que renegociar los contratos, debido en parte a la creación de un
"comité de defensa de los usuarios", producto de un clima adverso al sistema.
Lo que se hizo entonces, fue mantener los ingresos de los concesionarios, pero
reduciendo los costos para los usuarios al llevar la tarifa básica a u$s 1 por
cada 100 Km.
El pasaje de una situación a otra, significó una pérdida para el sector público de
casi 1.900 millones de dólares.
Si bien hace algo más de una década se vivían otros tiempos en nuestro país,
y el gobierno aducía la posibilidad de un "colapso" de la Red Vial si no se
concesionaba su mantenimiento y mejoramiento, es dable aceptar que en las
negociaciones para este sistema el Estado, fue demasiado "benevolente" para
con las empresas privadas, cuya actuación a posteriori, no se correspondió con
las ventajas obtenidas del negocio.
El otro plan involucraba tareas mínimas previas al cobro del peaje, situación
que en muchos casos no ocurrió; es más, en algunos casos algunos
concesionarios lo primero que hicieron fue construir las cabinas de cobro y,
antes de realizar cualquier otra mejora empezaron a facturar.
Más allá del nivel tarifario actual que alcanzó nuevamente un valor aproximado
a $ 1,5 cada 100 kilómetros recorridos, la comunidad continúa financiando
parcialmente la operación de las rutas (aunque no las use) por vía de la
eliminación del pago del canon de las empresas al gobierno, la reducción de
impuestos a las concesionarias y el subsidio estatal directo.
Más allá del análisis económico habría que puntualizar, asimismo, los
incumplimientos en materia de inversión por parte de los responsables de cada
corredor.
Existiría además, otro subsidio implícito hacia las empresas, ya que las rutas
no concesionadas (en las que se invierte dinero del sector público), actúan
como caminos complementarios de las concesionadas, garantizando una masa
de vehículos hacia las rutas con peaje, incrementando de ese modo, los
ingresos de las empresas que las manejan.
* Las rutas entregadas en concesión tenían casi tres veces más tránsito que las
no concesionadas.
Habrá botes, botas, barro, cultivos bajo el agua, animales muertos, galpones y
casas a las que sólo se les ve el techo, vestigios de alambrados, caudales con
olas y sin olas.
El director de Hidráulica quizás esté un tiempo más, hasta dejar a cargo a sus
colaboradores quienes, despaciosamente, también habrán de volver a sus
oficinas porque "no pueden ocuparse sólo de eso".
Decir que son un millón y medio, dos millones o cuatrocientas hectáreas no nos
ofrece una dimensión clara respecto a las inundaciones, tampoco sería muy
gráfico decir que se perdieron 350, 1.000 o 14 billones de dólares.
De todos modos, a pesar del tiempo transcurrido, cuando el agua llega, nadie
sabe qué hacer.
Suelen tomarse medidas apresuradas y es bien sabido qué pasa cuando, ésas,
son las "iniciativas".
En torno a este tema se han oído decenas de "probables" soluciones que van
desde no hacer nada y dejar que "la naturaleza siga su curso", hasta faraónicos
canales de navegación que hipotéticamente permitirían que los barcos
navegaran por la pampa húmeda.
Hace algunos años tras las inundaciones en Córdoba y Santa Fe, la dirección
de hidráulica de esta última, propuso enviar el agua a la Cuenca del Salado sin
saber en qué condiciones se encontraba ese curso de agua y sin evaluar el
impacto ecológico y menos aún el perjuicio económico que podría causar a los
productores ribereños.
CASOS RECIENTES
Los meteorólogos habían advertido dos situaciones claves para tratar de evitar
pérdidas en los complejos agroalimentarios, una de esa informaciones tenía
que ver con la crecida del río Paraná que venía avecinándose debido a copiosa
lluvias en el sur de Brasil, la otra hablaba del “efecto Niño” y la certeza de que
el otoño sería muy lluvioso para la Pampa Húmeda.
Los entrerrianos se apuraron a último momento a sacar las vacas de las islas
pero las pérdidas igualmente resultaron graves.
En este sentido, Welschen mencionó que otra de las actividades que sufrió en
mayor medida las consecuencias de las lluvias fue la lechería. “Se cayó un
30% la producción, pero lentamente se va recuperando y normalizando la
actividad”, aclaró.
Acerca del ganado ubicado en la zona de islas, recordó que había casi 800.000
cabezas con una pérdida de 25.000 a 30.000 cabezas. “Si uno lo dimensiona
respecto de los cinco millones de cabezas no es mucho, pero para los
productores afectados el impacto fue muy grande”, puntualizó.
El funcionario puntualizó que este es el costo final por ese concepto que
calculó el gobierno provincial.
Si se calcula que sólo por la cosecha de soja se estarían perdiendo unos 640
millones de pesos y oficialmente ya se reconoce que los desembolsos en
infraestructura demandarán otros 500 millones de pesos, el efecto del agua
sobre la estructura provincial supera ampliamente los 1.100 millones de pesos.
Los cuantiosos daños por los excesos hídricos cada vez más repetidos afectan
a poblaciones rurales y urbanas, aislando a sus habitantes, y elevando los
riesgos sanitarios de la población.
En los años 1999 y 2000 las inclemencias climáticas llevaron a los gobiernos
de Córdoba, La Pampa, Santa Fe, y Buenos Aires, y al gobierno nacional a
gestar un programa sobre la base de estudios científicos y académicos (UNRC)
que ya se está implementando, pero aún no concluyó.
Aún así las lluvias del otoño 2007 en Córdoba, dejaron más de 180 mil
hectáreas bajo el agua y se estima que provocaron pérdidas por unos 100
millones de dólares a la producción agropecuaria de la provincia.
En lo que respecta al sector ganadero, la producción lechera fue la más
afectada de todas. Muchos tamberos debieron derramar la materia prima que
no podían ir a buscar los camiones de las procesadoras, debido al pésimo
estado de los caminos.
En rigor, seis de cada diez familias que viven de sus huertas están asentadas
en ciudades.
Córdoba concentra el 12% de las huertas familiares del país, Santa Fe reúne la
mayor cantidad de huertas escolares (13% del total nacional) y Buenos Aires
cuenta con el 15% de las huertas comunitarias.
Según Ovalles, las huertas son una respuesta a la emergencia social generada
por el desempleo y la pobreza. "No es preciso ir muy lejos en el tiempo para
darse cuenta de la gravedad de la crisis. Sólo durante la gestión presidencial
de Eduardo Duhalde la canasta básica familiar aumentó un 74 por ciento",
señaló.
Pero a pesar de que abundan programas cuya finalidad es que las familias de
menores recursos se autoabastezcan, muchos de ellos fracasan en el intento.
Según explicaban fuentes del Ministerio de Desarrollo Social, algunas de estas
iniciativas se reducen al diagnóstico de las necesidades sociales, no dan
continuidad al trabajo comunitario, o bien resultan ineficientes en la utilización
de los recursos, y nunca son auditadas.
Tapia, fue uno de los 42 representantes del Programa Social Agropecuario, que
visitaron cuanta dependencia oficial existía, con el objetivo de que el Ministerio
de Hacienda diera marcha atrás con la decisión -tomada durante la gestión de
Domingo Cavallo en el 2001- de dejarlos sin financiación.
Uno de los rubros que venía cubriendo el PSA era la actividad caprina
(producción de leche y carne).
Se conformaban grupos de seis familias como mínimo, que contaban con una
asistencia crediticia de 1.200 por productor a una tasa del 6% anual a cuatro
años de plazo.
Cada familia contaba con unas 150 cabras, de ese total el 70% estaba en plena
producción, y el resto eran cabrillas que aún no entraban en servicio.
Con un rendimiento de un litro de leche por animal y por ordeñe (en verano se
hacen dos), producían el queso. Con siete litros de leche obtiene un kilo de
queso que, según la zona, se vendería convenientemente.
Lo más grave de todo fue que varios grupos quedaron con el proyecto
inconcluso porque ya había una asistencia técnica pactada que no se pudo
brindar.
Este productor caprino, sabe que también será difícil para él mismo seguir
adelante.
Salta es una provincia que tiene una rica historia caprina entre los productores
minifundistas.
"Mis abuelos fueron productores caprinos pero sólo con una idea de
autoconsumo y de vender algo del excedente. Este plan lo que hacía era
mejorar nuestra calidad de vida".
En la zona hay dos grupos cabriteros que "producen muy fuerte", según Tapia.
Otro grupo salteño trabaja con el proyecto Proinder -un programa de subsidios
del Banco Mundial que también fue recortado por el ministerio- y juntaron los
fondos (aproximadamente $1.500) para la compra de una ordeñadora eléctrica.
"Perdón, dijo Yuan Hien, ser pobre es carecer de bienes; pero ser miserable es
no poder poner en práctica el propio saber. Yo soy pobre, pero no miserable".
(Chuang-Seu)
Las crisis que afectan al sector agropecuario son cíclicas, pero cada vez más
profundas, ya que ante cada aparición aceleran en forma geométrica el éxodo
rural, que será muy difícil de revertir.
Este concepto de modernidad no dice más que "el hombre vale por sus
bienes", en pesos o en la moneda que sea.
En la Argentina de hoy cada uno sabe que vale muy poco, pero se conforma
con pensar que hay otros que valen mucho menos.
El "nivel de vida" entonces, pone una pantalla ante la vida misma, escondiendo
dónde está la verdadera riqueza.
Tal vez sea necesario liberarse a la obsesión teórica y práctica por ese índice
de bienestar para encontrar o recrear, otros valores menos simplificadores y
redescubrir las diferentes facetas de lo vivido.
¿A quién podríamos hacerle creer hoy que el hombre feliz no tiene auto? A
nadie. Y es natural, puesto que el que no tiene auto no puede tener otro status
que es el de un fracasado.
Serge Latouche en "El Planeta de los Náufragos", señala que "al introducir en
el circuito de la riqueza las producciones materiales necesarias para la vida, la
sociedad moderna de la abundancia crea la auténtica penuria. Los pobres
están en peligro de morir de hambre en ella y se transforman en miserables".
Entonces, la "bendición del campesino", reside en que todo está allí a su vista,
a su placer. Mediante el trabajo y el esfuerzo podrá tener las necesidades
básicas satisfechas y recién a partir de allí podrá generar trabajo para otros,
crecer y desarrollarse al igual que los hacen los seres vivos con los que
convive.
(Diciembre 1999)
No está instalado como razón de Estado y eso es lo que hay que revertir.
Son diferentes, tal como lo es el hombre "de campo" y el hombre "con campo".
El hombre "de campo" vive de su producción, tiene una forma de ser y de ver
las cosas. Toda mi vida la pelea ha sido para que la producción -algo más
amplio que la espiga o la vaca- sea una cuestión de Estado.
Una de esas etapas son los escenarios favorables, otros son los espacios de
poder y luego vienen los cargos; las veces en que esto fue al revés, o sea
alguien que llegó al cargo sin espacio de poder y sin escenario favorable lo
único que pudo hace fue cobrar a fin de mes.
- Si, porque la ciudadanía se dio cuenta que hay que poner la economía en
crecimiento y que Argentina es de los pocos países que en medio de la crisis
mundial, haciendo las cosas bien, puede transformar esa crisis en oportunidad.
-No es casual. Santa Fe tiene los mismos problemas que Argentina, pero
también las mismas ventajas. Entonces para nosotros es una oportunidad y un
desafío.
-Pero eso pasó con la mayoría de los dirigentes agrarios que ocuparon cargos
legislativos.
De todos modos, yo no creo que esta sea mi última oportunidad, creo que es
una oportunidad más. Estar al lado de un hombre de la proyección y calidad
política de Reutemann es algo muy rescatable.
- Mucho sentido común, una cuota de sentido del humor y ocuparme de las
cosas obvias que son las que le preocupan a la gente. En términos
instrumentales, el hecho del Estado ocupándose de las cuatro clásicas:
educación, salud, seguridad y justicia, no alcanza.
Hay sectores que no necesitan del Estado pero otros sí, entonces hay que
generar escenarios y "poner el hombro" no sólo en términos financieros, sino
además tributarios, comerciales y arancelarios para que estos sectores crezcan
y se multipliquen.
- Un momento. Hay que leer mis discursos como presidente de CRA en los
últimos dos años y allí está escrito.
Nosotros tenemos una gran ventaja que son los suplementos agropecuarios:
los adoro. Pero tienen un gran inconveniente, los leen solamente los
productores.
Yo quiero ser claro con los productores de que hay que producir en términos de
competitividad para poder perdurar en el negocio, y eso significa un montón de
cosas y algunas dependen del empresario y otras del escenario que les de el
Estado.
-¿Podrán volver...?
- No se. Enrique Crotto dijo "me sentí muy contento por el crecimiento de
Marcelo y muy triste por su alejamiento". Pero seguramente su pregunta no
está dirigida a las demás entidades sino al vientre de CRA que es el más
revoltoso.
-Exactamente...
- Bueno, los que querían que me quedara, estaban avalando la gestión y si
había alguno que quería que me fuese tendría que haberse puesto contento.
Así que juntando a los que querían que me quedara que son mis amigos y son
mi recuerdo, y si sumo a los que querían que me fuese que deben estar felices,
mi síntesis es algo que nunca oculté y es que: "para poder generar cambios
hay que acumular poder".
Pero por otra parte nunca estuve ¡un segundo!, ocupando una doble función.
- Me enseñaron...
-¿Qué cosas...?
- Que no todo es lindo en lo que uno eligió. Me ratificaron que no hay que
subirse nunca al caballo y que la mejor manera de no bajarse es no subirse.
Los tomé con mucha seriedad, no los rechacé ni me sentí agredido. Pero
tampoco fue una silbatina, no fue todo el campo argentino. Había mucha gente
disconforme y había "algunos" que silbaron.
- Yo tengo la autoridad moral para decir que el gobierno de Carlos Menem puso
el hombro en un montón de cosas; pero cuando hizo macanas le "encajé" -por
lo menos en mi gestión- los dos paros agrarios más grandes de la historia
argentina; con la ventaja de que el primero fue con las cuatro entidades, y no
quiero autorías especiales, pero fui protagonista principal.
CAPITULO 20
(Diciembre de 1999)
Tiene demasiados pergaminos, como para pensar que quiere buscar uno en un
lugar tan intrincado políticamente, como lo es el Congreso Nacional.
"En la Fundación Okita hace muchos años que venimos predicando acerca de
la necesidad de diversificar los mercados" explica el dirigente.
- Ese es un caso más. Por eso creo que hay que hacer un replanteo tremendo
en el programa de promoción del sector exportador, especialmente en el
agroindustrial.
Tenemos por delante temas que requieren una concertación histórica entre lo
que son las entidades que representan a la producción y a la industria y por
otro lado los exportadores y, al mismo tiempo tenemos necesidad que el
Estado se involucre como una especie de soporte que nos permita entrar a
mercados difíciles en donde hace falta negociar de país a país, como lo
requieren los países compradores que están en el Asia pacífico.
Tenemos que bajar los precios de producción. Hay que ver como arreglamos la
cosa internamente, porque el mercado externo está en función de todo lo que
es renovación.
Nosotros tenemos una Fundación Export-Ar que tal vez, no tanto por defecto
sino por el grado de importancia que le dimos todos, ha tenido una perfomance
muy por debajo de lo que necesitaba el país.
- ¿Qué se hizo durante la gestión del presidente Carlos Menem a favor del
agro?
- ¿La bonanza terminó matando a los productores que creyeron que era para
siempre?
Además entre 1995 y 1996 hubo situaciones a nivel mundial que nos afectaron.
- Pero de los ‘90 hacia atrás estuvimos totalmente cerrados. Luego vinieron
1991 hasta 1995, abiertos al mundo y con un buen momento para el campo.
¿Porque no se aprovechó más, quien no supo orientar al sector?
- Más que por regular pasa por buscar consenso. Hace falta un manejo
"oriental" de la situación y a eso, no estamos acostumbrados.
Acá hace falta una revitalización de los aparatos gremiales, para que jueguen
un papel fundamental en lo que hace al destino final de lo que producen sus
respectivos sectores.
Yo no quiero caer en una actitud regulatoria, creo sin embargo que hacen faltan
estructuras de esas que permiten las negociaciones de país a país y dejan todo
preparado para que la actividad privada haga el negocio.
EL DIPUTADO
-Sin embargo, los dirigentes agropecuarios no han tenido un paso feliz por el
Congreso
-¿Quiénes...? ¿Cuántos...?
Realmente esa dirigencia no estaba "in tempore". Eran figuras que finalmente
fueron tragadas por el sistema.
Puede haber alguno que me tenga un poco de idea porque se acordará del
conflicto importante que tuve en la tribuna de Palermo (N del E: Raúl Alfonsín
recibió una silbatina durante su discurso) y ese hombre si está empecinado y
siente que mi actitud fue desgraciada, es difícil que se le pase la bronca.
EL NUEVO GOBIERNO
El gobierno que vino necesita tener éxitos y los éxitos no se palpan con un clip
de televisión, sino cuando la gente los siente de alguna manera.
Y es más fácil que en 1989. Ahora tenemos un país con una fuerte estabilidad
económica. Creo que la Argentina está para jugarse por la competitividad,
porque debemos demasiado poco en comparación con la potencialidad de
riquezas que tenemos.
-¿Cuáles son los riesgos y oportunidades que puede tener el campo argentino,
de aquí en adelante?
-El campo tiene un panorama inmediato difícil, hace falta una actitud paciente
ante circunstancias externas que no podemos controlar. Sólo podemos pensar
en decisiones efectivas y concretas, como intentar una inmediata rebaja del
costo de la producción en todo el margen posible a través de la derogación de
impuestos, una firmeza en la recaudación fiscal, una razonable reasignación
del gasto y un enorme esfuerzo para, realmente, tener un papel más o menos
interesante en esta Rueda del Milenio que se ha iniciado con tan malas
expectativas, como lo vimos en Seattle.
- Tiene que acumular recursos a través de uniones con otros productores, para
lo cual se necesita también un cambio cultural porque tenemos un concepto
relativo de lo que es la solidaridad.
Día a día hablo con mucha gente que se acerca, porque está viendo que hay
alguien que los escucha en serio.
(Diciembre 1999)
La crisis actual del agro le hace "rememorar esas largas sequías en las que la
hacienda se pone muy flaca y uno espera que cuando termine... no venga un
temporal de frío".
Humberto Volando hoy no levanta la voz en medio del campo, sino que está
sentado en su despacho del Congreso, una pequeña sala adonde el sol no
entra.
Añora los viejos tiempos en que "el campo tenía aún estructuras: una Junta de
Granos, una de Carnes, el Consejo Agrario Nacional... que no eran demasiado,
pero servían".
Afirma que "ahora no quedó nada, el campo está a la intemperie. No hay quien
defienda ninguna producción. Están de por medio las empresas
comercializadoras que hacen su negocio. Defienden sus intereses como es
lógico, no tienen porqué defender los nuestros".
-Siempre se habló del "rico potencial del campo" pero los productores están
cada vez más pobres. ¿Quién fue el responsable de no haber podido ubicar a
esos productores en medio de "tan rico potencial"?
- Claro. Cuando advertíamos que la gente se estaba yendo del campo a nadie
le importaba nada. Decían que no éramos eficientes y por eso no ganábamos
suficiente y no invertíamos. Por otra parte estaban los otros que decían que
nos comprábamos el auto nuevo o que el productor se iba a Punta del Este y
que había un gran despilfarro y por eso estábamos pobres.
-Por supuesto, son falsedades que ahora, con esta situación quedan aclaradas.
- No
Hay que crear todo y se generan una gran cantidad de gastos que debe aportar
el resto del país.
No podemos dejar de ayudar al hombre que está muy mal, pero es una carga
pública.
- Usted, junto a Federación Agraria, fue uno de los abanderados del pequeño
productor. ¿No siente que fracasó?
-Lo que ocurre es una derivación de algo lógico. Cuando uno busca el grado de
alfabetización en el campo ve que es muy bajo, ese productor tiene una gran
falta de conocimientos en información y es proclive a dejarse llevar por los
medios masivos de comunicación, y en general, por cosas que muchas veces
van en contra de sus propios intereses.
- ¿Y el productor mediano?
-Ha bajado mucho su calidad de vida, quizás hasta hace algunos años había
muchos que eran productores grandes y sólidos que se fueron debilitando en
cuanto a su patrimonio y no realizaron modernizaciones en su explotaciones y
cada vez tienen más dificultades para producir con rentabilidad. No tiene
posibilidades de competir y también termina siendo una víctima.
Gran parte de ese grupo son lo que hoy los sociólogos llaman los "nuevos
pobres".
Y esa es una situación difícil porque el que siempre fue pobre está
acostumbrado a la vida dura, pero este "nuevo pobre" que alguna vez vivió
bien, sufre las peores consecuencias y de allí sale la juventud que se desvía de
los cánones tradicionales.
-¿Cómo se puede poner de pie al sector? ¿Quién debería tomar la posta? ¿La
dirigencia, el Congreso, el Estado?
-Todos en conjunto.
- ¿Se podrá?
- Hay que poder. Es muy difícil. Hay cuatro entidades nacionales y varias
provinciales y regionales que son técnicamente capaces con tipos auténticos
pero... para llegar a gravitar en la opinión pública, no solamente hay que
manejarse con la gente que uno puede reunir en una plaza, sino por las
manifestaciones en común que se puedan hacer.
- Por supuesto, pero para eso deben aunar criterios los partidos políticos, pero
no es fácil porque la cantidad de votantes de nuestro sector cada vez es más
chica. Hasta el año 1931 más del 50 % de la población estaba en el campo y a
partir de ahí perdió posiciones y si bien no tengo datos exactos, hoy la
población rural es de menos del 10%, el resto se concentra en las ciudades y
están organizados en asociaciones que tienen mucho más peso que el campo.
-¿Está cansado de tanto lidiar en favor del campo y que lo hayan escuchado
tan poco?
- Si sigo en la pelea es porque no me doy por vencido, pero hay que ser
realista. El hecho de haber recorrido el país, me permite saber que es lo que se
puede y lo que no se puede hacer. Eso es un peligro.
Hace poco me preguntaron si las acciones de los "Sin Tierra" en Brasil, podían
acontecer en nuestro país y les dije que en el norte también tenemos nuestros
"sin tierra" pero no están exacerbados, pero si no se les presta atención este
tema se puede agravar.
-Es una buena persona y le deseo que tenga suerte; eso dependerá de las
políticas que ponga en marcha.
- La situación está muy difícil. El propio Berhongaray ha dicho que "el campo
está quebrado", lo cual es cierto y hay un gran endeudamiento de más de
10.000 millones de dólares, entonces si no hay un refinanciamiento con
recálculo de la deuda y a tasas de interés razonable, no se puede salir. Si hoy
tenemos un agro casi sin rentabilidad, el hecho de que le den 10 o 20 años
para pagar no sirve de nada. Solo puede pagar intereses con las ganancias de
la explotación.
El dinero en nuestro país hace rato que se ha estado malversando y ¿de donde
salía esa plata?, del sector agropecuario.
-¿Y en infraestructura?
- En otros países se ha hecho mucho, como por ejemplo caminos, canales, etc.
Acá llueve y nos inundamos todos y la infraestructura para canalizar el agua no
se hace porque no requiere grandes obras de ingeniería, tanto en el trazado de
planos como en maquinaria, sólo hay que excavar y entonces...no hay muchas
posibilidades de coimear.
- ¿Porque?
La zona centro y este del país es inundable y hay trabajos hechos por las
universidades para paliar la situación y además hay créditos del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) para financiar las obras, sin embargo no se
hace por el motivo que dije y todos los años esa zona está inundada en algún
lado.
- Como dirigente. Porque estoy con la gente que es como uno. Lógicamente
desde este lugar y si hubiera varios diputados, no muchos; se podría hacer
bastante. Lo que ocurre es que hay una deficiencia cultural que hizo que la
gente de campo no milite en forma activa en los partidos. Entonces la gente
vota tradicionalmente, siempre vota lo mismo y quizás está disconforme en
algún momento pero vienen las elecciones y los vuelve a votar.
- Ya voy a estar muy viejo. Me iré al campo. Allí tengo una motoguadaña y una
motosierra para entretenerme.
Pero estoy seguro que volveré al campo y durante algunos días estaré bien y
tranquilo, pero después me va a bajar mucha bronca, pero...lo años no pasan
solos.
Ha habido muchos cambios, por lo general no fueron buenos, pero los hubo.
Así que el que diga que esto no tiene arreglo es su opinión hoy, habrá cambios
sin duda. Además, si la Argentina quiere ser un país desarrollado y sólido,
tendrá que desarrollar al sector agropecuario. Acá no hay posibilidades de
industrialización, si no hay desarrollo agropecuario.
SIN RUMBO
A menudo este desorden hizo que las instituciones fueran superadas y que las
innumerables justificaciones de algunos productores agrarios con más carisma,
busquen soluciones coyunturales para dar respuesta a males enquistados
desde que el primer arado se puso sobre nuestras tierras.
FALTA CONSENSO
Cuando cualquier mente más o menos lúcida, consideraría que frente a una
situación difícil hay que ponerse a producir, el país no avanza todo lo que
potencialmente puede, no se halla el tan ansiado consenso, y no se piensa en
el agro como elemento constructivo.
PERDER LA OPORTUNIDAD
Siempre ha habido justificación para pagar menos y para pagar más. Para
ganar y perder nuevos y viejos mercados internos y externos, para representar
a las bases y para no hacerlo, para producir leche y para cosechar granos,
para dar suplemento o para pastorear. Y todos han tenido su cuota de razón,
porque –sencillamente- no han buscado el bien común, sino que han estado
motivados por intereses particulares.
Hoy mientras el mundo crece Argentina se achica. Reconozcamos, más allá del
“crecimiento” posdevaluación, que la decadencia social es imparable.
Pero lo hemos intentado, al igual que lo que deberían hacer, quienes ciegos de
poder no ven al campo como motor de crecimiento de una sociedad que
merece –al menos- tener un presente.
FUENTES DE CONSULTA
Diario La Nación.
Diario Clarín.
Congreso de la Nación.
EL AUTOR