Cristo Coronado Rey

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Colegio Apologético Conciencia de Dios

INVITACIÓN
PARA
CONQUISTAR EL
REINO DE DIOS

Cristo Jesus coronado Rey del Universo

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Colegio Apologético Conciencia de Dios


Concienciaddios@gmail.com
Colegio Apologético Conciencia de Dios

El SABIO TIENE SUS OJOS PUESTOS EN LA CABEZA

San Gregorio de Nisa, Obispo

Si el alma eleva sus ojos a su cabeza, que su prudencia y sabiduría no consistía en


es Cristo, según la interpretación de las cosas que retienen nuestra atención
Pablo, habrá que considerarla dichosa por aquí abajo. Por esto dice: Nosotros, unos
la penetrante mirada de sus ojos, ya que necios por Cristo, que es lo mismo que
los tiene puestos allí donde no existen las decir: «Nosotros somos ciegos con
tinieblas del mal. El gran Pablo y todos los relación a la vida de este mundo, porque
que tuvieron una grandeza semejante a la miramos hacia arriba y tenemos los ojos
suya tenían los ojos fijos en su cabeza, así puestos en la cabeza». Por esto vivía
como todos los que viven, se mueven y privado de hogar y de mesa, pobre,
existen en Cristo. errante, desnudo, padeciendo hambre y
sed.
Pues, así como es imposible que el que
está en la luz vea tinieblas, así también lo ¿Quién no lo hubiera juzgado digno de
es que el que tiene los ojos puestos en lástima, viéndolo encarcelado, sufriendo
Cristo los fije en cualquier cosa vana. Por la ignominia de los azotes, viéndolo entre
tanto, el que tiene los ojos puestos en la las olas del mar al ser la nave
cabeza, y por cabeza entendemos aquí al desmantelada, viendo cómo era llevado
que es principio de todo, los tiene puestos de aquí para allá entre cadenas? Pero,
en toda virtud (ya que Cristo es la virtud aunque tal fue su vida entre los hombres,
perfecta y totalmente absoluta), en la él nunca dejó de tener los ojos puestos en
verdad, en la justicia, en la la cabeza, según aquellas palabras
incorruptibilidad, en todo bien. Porque el suyas: ¿Quién podrá apartarnos del amor
sabio tiene sus ojos puestos en la cabeza, de Cristo: ¿la aflicción?, ¿la angustia?,
más el necio camina en tinieblas. El que ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la
no pone su lámpara sobre el candelero, desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?
sino que la pone bajo el lecho, hace que Que es como si dijese: «¿Quién apartará
la luz sea para él tinieblas. mis ojos de la cabeza y hará que los
ponga en las cosas que son
Por el contrario, cuántos hay que viven
despreciables?»
entregados a la lucha por las cosas de
arriba y a la contemplación de las cosas A nosotros nos manda hacer lo mismo,
verdaderas, y son tenidos por ciegos e cuando nos exhorta a aspirar a los bienes
inútiles, como es el caso de Pablo, que se de arriba, lo que equivale a decir «tener
gloriaba de ser necio por Cristo. Porque los ojos puestos en la cabeza».

Oremos
Dios todopoderoso y eterno, concede a tu pueblo que la meditación asidua de tu doctrina
le enseñe a cumplir, de palabra y de obra, lo que a ti te complace. Por nuestro Señor
Jesucristo.
Revelación Divina de Nuestro Señor Jesucristo
San Juan 3 : 13 – 15
Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el
cielo. De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también
es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en
él tengan Vida eterna.

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CRISTO JESUS NUESTRO SEÑOR CORONADO REY DEL UNIVERSO

Las siete palabras de exhortación de Nuestro Señor Jesucristo desde su


Trono que es la Cruz, su Corona, que son las Espinas, Su Cetro, que es la
Verdad; y su Justicia, que es el Perdón en el Amor que nos da la Vida.

Primera palabra de Nuestro Señor Jesucristo

San Lucas 23 : 34
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
1 de Corintios 2 : 7 – 8
“Enseñamos el misterio de la sabiduría divina, el plan secreto que estableció Dios desde el
principio para llevarnos a la gloria. Esta sabiduría no fue conocida por ninguna de las
cabezas de este mundo, pues de haberla conocido, no habrían crucificado al Señor de la
Gloria.”
Primera exhortación de Nuestro Señor Jesucristo
Nuestro Señor Jesucristo nos exhorta a perdonarnos uno a otros, para encontrarnos en el
amor que nos da la vida. Y ya que has aprendido con estas palabras a sanar tus heridas,
decídete a usar de estas medicinas, y así, recuperada ya tu salud, podrás acercarte
confiado a la mesa santa y salir con gran gloria al encuentro del Señor, Rey de la Gloria, y
alcanzar los bienes eternos por la gracia, la misericordia y la benignidad de nuestro Señor
Jesucristo.
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu sacrifico has redimido al
mundo.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu
Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de
cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
En nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo el Amor de Dios Nuestro Padre Celestial
y la Comunión del Espíritu Santo. Descienda sobre vosotros
Te alabamos y te bendecimos Padre, porque asi tú los has querido.

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AUDIENCIA GENERAL JUAN PABLO II


Miércoles 16 de noviembre de 1988
Las últimas palabras de Cristo en la cruz: "Padre, perdónales..."

1. Todo lo que Jesús enseñó e hizo para todos nosotros. Él es signo de la


durante su vida mortal, en la cruz llega al sinceridad total del perdón de Cristo y del
culmen de la verdad y la santidad. Las amor que deriva. Es un hecho nuevo en la
palabras que Jesús pronunció entonces historia, incluso en la de la Alianza. En el
constituyen su mensaje supremo y Antiguo Testamento leemos muchos
definitivo y, al mismo tiempo, la textos de los Salmistas que pedían la
confirmación de una vida santa, concluida venganza o el castigo del Señor para sus
con el don total de Sí mismo, en enemigos: textos que, en la oración
obediencia al Padre, por la salvación del cristiana, también la litúrgica, se repiten
mundo. Aquellas palabras, recogidas por no sin sentir la necesidad de interpretarlos
su Madre y los discípulos presentes en el adecuándolos a la enseñanza y ejemplo
Calvario, fueron trasmitidas a las primeras de Jesús, que amó también a los
comunidades cristianas y a todas las enemigos. Lo mismo puede decirse de
generaciones futuras para que iluminaran ciertas expresiones del Profeta Jeremías
el significado de la obra redentora de (11, 20; 20, 12; 15, 15) y de los mártires
Jesús e inspiraran a sus seguidores judíos en el Libro de los Macabeos (cf. 2
durante su vida y en el momento de la Mac 7, 9. 14, 17. 19). Jesús cambia esa
muerte. Meditemos también nosotros posición ante Dios y pronuncia otras
esas palabras, como lo han hecho tantos palabras muy distintas. Había recordado a
cristianos, en todas las épocas. quien le reprochaba su trato frecuente con
"pecadores", que ya en el Antiguo
2. El primer descubrimiento que hacemos Testamento, según la palabra inspirada,
al releerlas es que se encuentra en ellas Dios "quiere misericordia" (cf. Mt 9, 13).
un mensaje de perdón. "Padre
perdónales, porque no saben lo que 4. Nótese además que Jesús perdona
hacen" (Lc 23, 34): según la narración de inmediatamente, aunque la hostilidad de
Lucas, ésta es la primera palabra los adversarios continúa manifestándose.
pronunciada por Jesús en la cruz. El perdón es su única respuesta a la
Preguntémonos inmediatamente: ¿No es, hostilidad de aquellos. Su perdón se dirige
quizá la palabra que necesitábamos oír a todos los que, humanamente hablando,
pronunciar sobre nosotros? son responsables de su muerte, no sólo a
los ejecutores, los soldados, sino a todos
Pero en aquel ambiente, tras aquellos aquellos, cercanos y lejanos, conocidos y
acontecimientos, ante aquellos hombres desconocidos, que están en el origen del
reos por haber pedido su condena y comportamiento que ha llevado a su
haberse ensañado tanto contra Él, ¿quién condena y crucifixión. Por todos ellos pide
habría imaginado que saldría de los labios perdón y así los defiende ante el Padre,
de Jesús aquella palabra? Con todo, el de manera que el Apóstol Juan, tras haber
Evangelio nos da esta certeza: ¡Desde lo recomendado a los cristianos que no
alto de la cruz resonó la palabra, "perdón"! pequen, puede añadir: "Pero si alguno
peca, tenemos a uno que abogue ante el
3. Veamos los aspectos fundamentales Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima
de aquel mensaje de perdón. de propiciación por nuestros pecados, no
sólo por los nuestros, sino también por los
Jesús no sólo perdona, sino que pide el del mundo entero" (1 Jn 2, 1-2). En esta
perdón del Padre para los que lo han línea se sitúa también el Apóstol Pedro
entregado a la muerte, y por tanto también que, en su discurso al pueblo de

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Jerusalén, extiende a todos la acusación conversión (cf. Rom 2, 4). Con la dureza
de "ignorancia" (Act 3, 17; cf. Lc 23, 34) y de su corazón impenitente acumularía
la oferta del perdón (Act 3, 19). Para todos cólera sobre sí para el día de la ira y de la
nosotros es consolador saber que, según revelación del justo juicio de Dios (cf. Rom
la Carta a los Hebreos, Cristo crucificado, 2, 5). No obstante, también Cristo al morir
Sacerdote eterno, permanece siempre pidió por él perdón al Padre, aunque fuera
como el que intercede en favor de los necesario un milagro para su conversión.
pecadores que se acercan a Dios a través ¡Tampoco él, en efecto, sabe lo que hace!
de Él (cf. Heb 7, 25).
6. Es interesante constatar que ya en el
Él es el Intercesor, y también el Abogado, ámbito de las primeras comunidades
el "Paráclito" (cf. 1 Jn 2, 1), que, en la cruz, cristianas, el mensaje del perdón fue
en lugar de denunciar la culpabilidad de acogido y seguido por los primeros
los que lo crucifican, la atenúa diciendo mártires de la fe que repitieron la oración
que no se dan cuenta de lo que hacen. Es de Jesús al Padre casi con sus mismas
benevolencia de juicio; pero también la palabras. Así lo hizo San Esteban
conformidad con la verdad real, la que protomártir, quién, según los Hechos de
sólo Él puede ver en aquellos adversarios los Apóstoles, en el momento de su
suyos y en todos los pecadores: muchos muerte pidió: "Señor, no les tengas en
pueden ser menos culpables de lo que cuenta este pecado" (Act 7, 60). También
parezca o se piense, y precisamente por Santiago durante su martirio, según dice
esto Jesús enseñó a "no juzgar" (cf. Mt 7, Eusebio de Cesarea, tomó los términos
1): ahora, en el Calvario se hace de Jesús en demanda de perdón
intercesor y defensor de los pecadores (Eusebio, Historia Ecles. II, 23, 16). Por lo
ante el Padre. demás, ello constituía la aplicación de la
enseñanza del Maestro que les había
5. Este perdón desde la cruz es la imagen recomendado: "Rezad por los que os
y el principio de aquel perdón que Cristo persigan" (Mt 5, 44). A la enseñanza,
quiso traer a toda la humanidad mediante Jesús añadió el ejemplo en el momento
su sacrificio. Para merecer este perdón y supremo de su vida, y sus primeros
positivamente, la gracia que purifica y da seguidores siguieron este ejemplo
la vida divina, Jesús hizo la ofrenda perdonando y pidiendo el perdón divino
heroica de Sí mismo por toda la para sus perseguidores.
humanidad. Todos los hombres, cada uno
en la concreción de su propio yo, de su 7. Pero tenían presente también otro
bien y mal, están, pues, comprendidos hecho concreto sucedido en el Calvario y
potencialmente e incluso se diría que que se integra en el mensaje de la cruz
intencionalmente en la oración de Jesús como mensaje de perdón. Dice Jesús a un
al Padre: "perdónalos". También vale para malhechor crucificado con Él: "En verdad
nosotros aquella petición de clemencia y te digo, hoy estarás conmigo en el
como de comprensión celestial: "Porque paraíso" (Lc 23, 43). Es un hecho
no saben lo que hacen". Quizá ningún impresionante, en el que vemos en acción
pecador escapa a esa ausencia de todas las dimensiones de la obra salvífica,
conocimiento y, por tanto, al alcance de que se concreta en el perdón. Aquel
aquella impetración de perdón que brota malhechor había reconocido su
del corazón tiernísimo de Cristo que culpabilidad, amonestando a su cómplice
muere en la cruz. Sin embargo, esto no y compañero de suplicio, que se mofaba
debe empujar a nadie a no tomar en serio de Jesús: "Nosotros con razón, porque
la riqueza de la bondad, de la tolerancia y nos lo hemos merecido con nuestros
de la paciencia de Dios hasta no hechos"; y había pedido a Jesús poder
reconocer que tal bondad le invita a la participar en el reino que Él había

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anunciado: "Jesús, acuérdate de mí la historia, realizada por Jesús en favor de


cuando llegues a tu reino" (Lc 23, 42). un malhechor que se dirige a Él en aquel
Consideraba injusta la condena de Jesús: momento dramático. Esto muestra que los
"No ha hecho nada malo". No compartía hombres pueden obtener, gracias a la
pues las imprecaciones de su compañero cruz de Cristo, el perdón de todas las
de condena ("Sálvate a ti y a nosotros", Lc culpas y también de toda una vida
23, 39) y de los demás que, como los jefes malvada; que pueden obtenerlo también
del pueblo, decían: "A otros salvó, que se en el último instante, si se rinden a la
salve a sí mismo si es el Cristo de Dios, el gracia del Redentor que los convierte y
Elegido" (Lc 23, 35), ni los insultos de los salva.
soldados: "Si tú eres el Rey de los judíos,
sálvate" (Lc 23, 37). Las palabras de Jesús al ladrón
arrepentido contienen también la promesa
El malhechor, por tanto, pidiendo a Jesús de la felicidad perfecta: "Hoy estarás
que se acordara de él, profesa su fe en el conmigo en el paraíso". El sacrificio
Redentor; en el momento de morir, no redentor obtiene, en efecto, para los
sólo acepta su muerte como justa pena al hombres la bienaventuranza eterna. Es
mal realizado, sino que se dirige a Jesús un don de salvación proporcionado
para decirle que pone en Él toda su ciertamente al valor del sacrificio, a pesar
esperanza. de la desproporción que parece existir
entre la sencilla petición del malhechor y
Esta es la explicación más obvia de aquel la grandeza de la recompensa. La
episodio narrado por Lucas, en el que el superación de esta desproporción la
elemento psicológico ―es decir, la realiza el sacrificio de Cristo, que ha
transformación de los sentimientos del merecido la bienaventuranza celestial con
malhechor―, teniendo como causa el valor infinito de su vida y de su muerte.
inmediata la impresión recibida del
ejemplo de Jesús inocente que sufre y El episodio que narra Lucas nos recuerda
muere perdonando, tiene, sin embargo, que "el paraíso" se ofrece a toda la
su verdadera raíz misteriosa en la gracia humanidad, a todo hombre que, como el
del Redentor, que "convierte" a este malhechor arrepentido, se abre a la gracia
hombre y le otorga el perdón divino. La y pone su esperanza en Cristo. Un
respuesta de Jesús, en efecto, es momento de conversión auténtica, un
inmediata. Promete el paraíso, en su "momento de gracia", que podemos decir
compañía, para ese mismo día al bandido con Santo Tomás, "vale más que todo el
arrepentido y "convertido". Se trata pues universo" (I-II, q. 113, a. 9, ad-2), puede
de un perdón integral: el que había pues saldar las deudas de toda una vida,
cometido crímenes y robos ―y por tanto puede realizar en el hombre ―en
pecados― se convierte en santo en el cualquier hombre― lo que Jesús asegura
último momento de su vida. a su compañero de suplicio: "Hoy estarás
conmigo en el paraíso".
Se diría que en ese texto de Lucas está
documentada la primera canonización de

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Segunda palabra de Nuestro Señor Jesucristo

San Lucas 23 : 43
«Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso».
Apocalipsis 19 : 9
«Escribe esto: Felices los que han sido invitados al banquete de bodas del Cordero». Y
agregó: «Estas son verdaderas palabras de Dios».
Segunda exhortación de Nuestro Señor Jesucristo
Nuestro Señor Jesucristo, nos exhorta a compartir el mensaje Divino de Dios, Nuestro
Padre Celestial: que todos estamos invitados a las Bodas del Cordero.
San Mateo 22 : 8 – 10
Luego dijo el Rey a sus servidores: “El banquete nupcial está preparado, pero los invitados
no eran dignos de él. Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que
encuentren”. Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron,
buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu sacrifico has redimido al mundo.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu
Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de
cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
En nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo el Amor de Dios Nuestro Padre Celestial
y la Comunión del Espíritu Santo. Descienda sobre vosotros
Te alabamos y te bendecimos Padre porque asi tú los has querido

Tercera palabra de Nuestro Señor Jesucristo

San Juan 19 : 26
«Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre».
San Lucas 9 : 57 – 58
Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: «¡Te seguiré adonde vayas!». Jesús le
respondió: «Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del
hombre no tiene dónde reclinar la cabeza».
Tercera exhortación de Nuestro Señor Jesucristo
Nuestro Señor Jesucristo nos hereda el único tesoro terrenal, que es su Santa Madre y
como discípulos amados del Señor, nos invita a recibirla en nuestros hogares y en nuestros
corazones, para que seamos guiados por ella ante su presencia.

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San Juan 19 : 27
Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la
recibió en su casa.
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu sacrifico has redimido al mundo.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu
Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de
cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
En nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo el Amor de Dios Nuestro Padre Celestial
y la Comunión del Espíritu Santo. Descienda sobre vosotros
Te alabamos y te bendecimos Padre porque asi tú los has querido

Cuarta palabra de Nuestro Señor Jesucristo

San Mateo 47 : 46
«Elí, Elí, lemá sabactani», que significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
abandonado?».
Filipenses 2 : 6 – 8
Él, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía
guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo tomando la condición de servidor
y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano, se humilló
hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz.
Cuarta exhortación de Nuestro Señor Jesucristo
Nuestro Señor Jesucristo, en su condición humana, despojado de toda divinidad, nos
exhorta a mantener nuestra comunicación con Nuestro Padre Celestial, a través de la
Oración y nunca desfallecer.
Efesios 6 : 18 – 20
Eleven constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animadas por el Espíritu.
Dedíquense con perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos, y también
por mí, a fin de que encuentre palabras adecuadas para anunciar resueltamente el misterio
del Evangelio, del cual yo soy embajador en medio de mis cadenas. ¡Así podré hablar
libremente de él, como debo hacerlo!
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu sacrifico has redimido al mundo.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu
Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de
cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

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En nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo el Amor de Dios Nuestro Padre Celestial
y la Comunión del Espíritu Santo. Descienda sobre vosotros
Te alabamos y te bendecimos Padre porque asi tú los has querido

Quinta palabra de Nuestro Señor Jesucristo

San Juan 19 : 28
« Tengo Sed. »
Salmo 42 : 2 – 3
Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente: ¿Cuándo iré a contemplar el rostro de mi Dios?

Quinta exhortación de nuestro señor Jesucristo


Nuestro señor Jesucristo, nos exhorta estar siempre con el deseo y el anhelo de beber del
agua de la vida, para encontrar en ella nuestra dignidad de hijos de Dios y contemplar su
gloria. Y así con dignidad invocar, Señor dame de beber de esa agua, tú tienes palabras de
vida eterna.
San Juan 4 : 10 – 14
Jesús Nuestro Señor le respondió: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice:
«Dame de beber», tú misma se lo hubieras pedido, y él te habría dado agua viva». «Señor,
le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa
agua viva? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo,
donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?». Jesús le respondió: «El que beba
de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más
volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en un manantial que brotará
hasta la Vida eterna».

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu sacrifico has redimido al mundo.


Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu
Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de
cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
En nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo el Amor de Dios Nuestro Padre Celestial
y la Comunión del Espíritu Santo. Descienda sobre vosotros
Te alabamos y te bendecimos Padre porque asi tú los has querido

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Sexta palabra de Nuestro Señor Jesucristo

San Juan 19 : 30
« Todo se ha cumplido. »
San Juan 6 : 37 – 40
“Todo lo que el Padre me ha dado vendrá a mí, y yo no rechazaré al que venga a mí, porque
yo he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.
Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado,
sino que lo resucite en el último día. Sí, ésta es la decisión de mi Padre: toda persona que
al contemplar al Hijo crea en él, tendrá vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.»”
Sexta exhortación de Nuestro señor Jesucristo
Nuestro Señor Jesucristo, nos exhorta a mantenernos despiertos en la Obra Divina, y así
podemos concluir con las palabras del apóstol Pablo: Imítenme a mí como yo imito a Cristo
Jesus Nuestro Señor.
2 de Timoteo 4 : 6 – 8
Yo ya estoy a punto de ser derramado como una libación, y el momento de mi partida se
aproxima: he mantenido hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe. Y
ya está preparada para mí la corona de justicia, que el Señor, como justo Juez, me dará en
ese Día, y no solamente a mí, sino a todos los que han aguardado con amor su
Manifestación.
«Señor todo se ha cumplido según tu Palabra».
En nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo el Amor de Dios Nuestro Padre Celestial
y la Comunión del Espíritu Santo. Descienda sobre vosotros
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu sacrifico has redimido al mundo.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu
Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de
cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Te alabamos y te bendecimos Padre porque asi tú los has querido.

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Séptima palabra de Nuestro Señor Jesucristo

San Lucas 23 : 46
«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu».
Romanos 8 : 28 – 30
Sabemos, además, que Dios dispone, todas las cosas para el bien de los que lo aman, de
aquellos que él llamó según su designio. En efecto, a los que Dios conoció de antemano,
los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el Primogénito entre
muchos hermanos; y a los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los
justificó; y a los que justificó, también los glorificó.
Séptima exhortación de Nuestro Señor Jesucristo
Nuestro señor Jesucristo, nos exhorta que, en el momento de nuestro tránsito a la Ciudad
Celestial, nuestro hombre Exterior entregue nuestro hombre Interior a Nuestro Padre
Celestial, por el bien recibido de nuestro noble huésped.
Padre Celestial, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, encomendamos nuestro
espíritu, Para que sea recibido en su santa gloria.
En nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo el Amor de Dios Nuestro Padre Celestial
y la Comunión del Espíritu Santo. Descienda sobre vosotros
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu sacrifico has redimido al mundo.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu
Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de
cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Te alabamos y te bendecimos Padre, porque asi tú los has querido.

Contemplación de la pasión del Señor

San León Magno, Papa

El verdadero venerador de la pasión del de realizarse en los cuerpos efectúese ya


Señor tiene que contemplar de tal ahora en los corazones.
manera, con la mirada del corazón, a
A ninguno de los pecadores se le niega su
Jesús crucificado, que reconozca en Él su
parte en la cruz, ni existe nadie a quien no
propia carne. Toda tierra ha de
auxilie la oración de Cristo. Si ayudó
estremecerse ante el suplicio del
incluso a sus verdugos, ¿cómo no va a
Redentor: Las mentes infieles, duras
beneficiar a los que se convierten a Él?
como la piedra, han de romperse, y los
que están en los sepulcros, quebradas las Se eliminó la ignorancia, se suavizaron
losas que los encierra, han de salir de sus las dificultades, y la sangre de Cristo
moradas mortuorias. Que se aparezcan suprimió aquella espada de fuego que
también ahora en la ciudad santa, esto es, impedía la entrada en el paraíso de la
en la Iglesia de Dios, como un anuncio de vida. La oscuridad de la vieja noche cedió
la resurrección futura, y lo que un día ha ante la luz verdadera.

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Se invita a todo el pueblo cristiano a debilidades? ¿Quién dejará de advertir


disfrutar de las riquezas del paraíso, y a que el hecho de tomar alimento, buscar el
todos los bautizados se les abre la descanso y el sueño, experimentar la
posibilidad de regresar a la patria perdida, solicitud de la tristeza y las lágrimas de la
a no ser que alguien se cierre a sí mismo compasión es el fruto de la condición
aquel camino que quedó abierto, incluso, humana del Señor?
ante la fe del ladrón arrepentido.
Y como, desde antiguo, la condición
No dejemos, por tanto, que las humana esperaba ser sanada de sus
preocupaciones y la soberbia de la vida heridas y purificada de sus pecados, el
presente se apoderen de nosotros, de que era unigénito Hijo de Dios quiso
modo que renunciemos al empeño de hacerse también hijo de hombre, para que
conformarnos a nuestro Redentor, a no le faltara ni la realidad de la naturaleza
través de sus ejemplos, con todo el humana ni la plenitud de la naturaleza
impulso de nuestro corazón. Porque no divina.
dejó de hacer ni sufrir nada que fuera útil
Nuestro es lo que, por tres días, yació
para nuestra salvación, para que la virtud
exánime en el sepulcro y, al tercer día,
que residía en la cabeza residiera también
resucitó; lo que ascendió sobre todas las
en el cuerpo.
alturas de los cielos hasta la diestra de la
Y, en primer lugar, el hecho de que Dios majestad paterna: para que también
acogiera nuestra condición humana, nosotros, si caminamos tras sus
cuando la Palabra se hizo carne y acampó mandatos y no nos avergonzamos de
entre nosotros, ¿a quién excluyó de su reconocer lo que, en la humildad del
misericordia, sino al infiel? ¿Y quién no cuerpo, tiene que ver con nuestra
tiene una naturaleza común con Cristo, salvación, seamos llevados hasta la
con tal de que acoja al que a su vez lo ha compañía de su gloria; puesto que habrá
asumido a él, puesto que fue regenerado de cumplirse lo que manifiestamente
por el mismo Espíritu por el que Él fue proclamó: Si uno se pone de mi parte
concebido? Y, además, ¿quién no ante los hombres, yo también me pondré
reconocerá en Él sus propias de su parte ante mi Padre del cielo

HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO


Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo
Plaza de San Pedro Domingo 20 de noviembre de 2016

La solemnidad de Jesucristo, Rey del manos están traspasadas por los clavos;
Universo corona el año litúrgico y este no posee un tesoro, pero es vendido por
Año santo de la misericordia. El Evangelio treinta monedas.
presenta la realeza de Jesús al culmen de
Verdaderamente el reino de Jesús no es
su obra de salvación, y lo hace de una
de este mundo (cf. Jn 18,36); pero
manera sorprendente. «El Mesías de
justamente es aquí —nos dice el Apóstol
Dios, el Elegido, el Rey» (Lc 23,35.37) se
Pablo en la segunda lectura—, donde
muestra sin poder y sin gloria: está en la
encontramos la redención y el perdón (cf.
cruz, donde parece más un vencido que
Col 1,13-14). Porque la grandeza de su
un vencedor. Su realeza es paradójica: su
reino no es el poder según el mundo, sino
trono es la cruz; su corona es de espinas;
el amor de Dios, un amor capaz de
no tiene cetro, pero le ponen una caña en
alcanzar y restaurar todas las cosas. Por
la mano; no viste suntuosamente, pero es
este amor, Cristo se abajó hasta nosotros,
privado de la túnica; no tiene anillos
vivió nuestra miseria humana, probó
deslumbrantes en los dedos, pero sus
nuestra condición más ínfima: la injusticia,

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la traición, el abandono; experimentó la inquieta nuestro «yo», que incomoda. Se


muerte, el sepulcro, los infiernos. De esta prefiere permanecer en la ventana, estar
forma nuestro Rey fue incluso hasta los a distancia, más bien que acercarse y
confines del Universo para abrazar y hacerse próximo. Pero el pueblo santo,
salvar a todo viviente. No nos ha que tiene a Jesús como Rey, está llamado
condenado, ni siquiera conquistado, a seguir su camino de amor concreto; a
nunca ha violado nuestra libertad, sino preguntarse cada uno todos los días:
que se ha abierto paso por medio del «¿Qué me pide el amor? ¿A dónde me
amor humilde que todo excusa, todo conduce? ¿Qué respuesta doy a Jesús
espera, todo soporta (cf. 1 Co 13,7). Sólo con mi vida?».
este amor ha vencido y sigue venciendo a
Hay un segundo grupo, que incluye
nuestros grandes adversarios: el pecado,
diversos personajes: los jefes del pueblo,
la muerte y el miedo.
los soldados y un malhechor. Todos ellos
Hoy queridos hermanos y hermanas, se burlaban de Jesús. Le dirigen la misma
proclamamos está singular victoria, con la provocación: «Sálvate a ti mismo» (cf. Lc
que Jesús se ha hecho el Rey de los 23,35.37.39). Es una tentación peor que
siglos, el Señor de la historia: con la sola la del pueblo. Aquí tientan a Jesús, como
omnipotencia del amor, que es la lo hizo el diablo al comienzo del Evangelio
naturaleza de Dios, su misma vida, y que (cf. Lc 4,1-13), para que renuncie a reinar
no pasará nunca (cf. 1 Co 13,8). a la manera de Dios, pero que lo haga
Compartimos con alegría la belleza de según la lógica del mundo: baje de la cruz
tener a Jesús como nuestro rey; su y derrote a los enemigos. Si es Dios, que
señorío de amor transforma el pecado en demuestre poder y superioridad. Esta
gracia, la muerte en resurrección, el tentación es un ataque directo al amor:
miedo en confianza. «Sálvate a ti mismo» (vv. 37. 39); no a los
otros, sino a ti mismo. Prevalga el yo con
Pero sería poco creer que Jesús es Rey
su fuerza, con su gloria, con su éxito. Es
del universo y centro de la historia, sin que
la tentación más terrible, la primera y la
se convierta en el Señor de nuestra vida:
última del Evangelio. Pero ante este
todo es vano si no lo acogemos
ataque al propio modo de ser, Jesús no
personalmente y si no lo acogemos
habla, no reacciona. No se defiende, no
incluso en su modo de reinar. En esto nos
trata de convencer, no hace una apología
ayudan los personajes que el Evangelio
de su realeza. Más bien sigue amando,
de hoy presenta. Además de Jesús,
perdona, vive el momento de la prueba
aparecen tres figuras: el pueblo que mira,
según la voluntad del Padre, consciente
el grupo que se encuentra cerca de la cruz
de que el amor dará su fruto.
y un malhechor crucificado junto a Jesús.
Para acoger la realeza de Jesús, estamos
En primer lugar, el pueblo: el Evangelio
llamados a luchar contra esta tentación, a
dice que «estaba mirando» (Lc 23,35):
fijar la mirada en el Crucificado, para ser
ninguno dice una palabra, ninguno se
cada vez más fieles. Cuántas veces en
acerca. El pueblo está lejos, observando
cambio, incluso entre nosotros, se buscan
qué sucede. Es el mismo pueblo que por
las seguridades gratificantes que ofrece el
sus propias necesidades se agolpaba
mundo. Cuántas veces hemos sido
entorno a Jesús, y ahora mantiene su
tentados a bajar de la cruz. La fuerza de
distancia. Frente a las circunstancias de la
atracción del poder y del éxito se presenta
vida o ante nuestras expectativas no
como un camino fácil y rápido para
cumplidas, también podemos tener la
difundir el Evangelio, olvidando
tentación de tomar distancia de la realeza
rápidamente el reino de Dios como obra.
de Jesús, de no aceptar totalmente el
Este Año de la misericordia nos ha
escándalo de su amor humilde, que
invitado a redescubrir el centro, a volver a

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lo esencial. Este tiempo de misericordia de no cerrar nunca la puerta de la


nos llama a mirar al verdadero rostro de reconciliación y del perdón, sino de saber
nuestro Rey, el que resplandece en la ir más allá del mal y de las divergencias,
Pascua, y a redescubrir el rostro joven y abriendo cualquier posible vía de
hermoso de la Iglesia, que resplandece esperanza. Como Dios cree en nosotros,
cuando es acogedora, libre, fiel, pobre en infinitamente más allá de nuestros
los medios y rica en el amor, misionera. méritos, también nosotros estamos
La misericordia, al llevarnos al corazón llamados a infundir esperanza y a dar
del Evangelio, nos exhorta también a que oportunidad a los demás. Porque, aunque
renunciemos a los hábitos y costumbres se cierra la Puerta santa, permanece
que pueden obstaculizar el servicio al siempre abierta de par en par para
reino de Dios; a que nos dirijamos sólo a nosotros la verdadera puerta de la
la perenne y humilde realeza de Jesús, no misericordia, que es el Corazón de Cristo.
adecuándonos a las realezas precarias y Del costado traspasado del Resucitado
poderes cambiantes de cada época. brota hasta el fin de los tiempos la
misericordia, la consolación y la
En el Evangelio aparece otro personaje,
esperanza.
más cercano a Jesús, el malhechor que le
ruega diciendo: «Jesús, acuérdate de mí Muchos peregrinos han cruzado la Puerta
cuando llegues a tu reino» (v. 42). Esta santa y lejos del ruido de las noticias has
persona, mirando simplemente a Jesús, gustado la gran bondad del Señor. Damos
creyó en su reino. Y no se encerró en sí gracias por esto y recordamos que hemos
mismo, sino que, con sus errores, sus sido investidos de misericordia para
pecados y sus dificultades se dirigió a revestirnos de sentimientos de
Jesús. Pidió ser recordado y experimentó misericordia, para ser también
la misericordia de Dios: «hoy estarás instrumentos de misericordia.
conmigo en el paraíso» (v. 43). Dios, Continuemos nuestro camino juntos. Nos
apenas le damos la oportunidad, se acompaña la Virgen María, también ella
acuerda de nosotros. Él está dispuesto a estaba junto a la cruz, allí ella nos ha dado
borrar por completo y para siempre el a luz como tierna Madre de la Iglesia que
pecado, porque su memoria, no como la desea acoger a todos bajo su manto. Ella,
nuestra, olvida el mal realizado y no lleva junto a la cruz, vio al buen ladrón recibir el
cuenta de las ofensas sufridas. Dios no perdón y acogió al discípulo de Jesús
tiene memoria del pecado, sino de como hijo suyo. Es la Madre de
nosotros, de cada uno de nosotros, sus misericordia, a la que encomendamos:
hijos amados. Y cree que es siempre todas nuestras situaciones, todas
posible volver a comenzar, levantarse de nuestras súplicas, dirigidas a sus ojos
nuevo. misericordiosos, que no quedarán sin
respuesta.
Pidamos también nosotros el don de esta
memoria abierta y viva. Pidamos la gracia

Puerta Santa de San Pedro para iniciar el Jubileo de la Misericordia

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MISIÓN DE NUESTRO APOSTOLADO

Compartir y transmitir las maravillas de Dios; despertar el hombre interior que hay en
nosotros, y continuar con nuestro ministerio Real al servicio de Nuestro Señor Jesucristo;
para la Gloria de Dios Padre Celestial; conquistando el Reino de Dios, en fidelidad y
comunión con el Cuerpo de Cristo, que es la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

AMÉN

COLEGIO APOLOGÉTICO CONCIENCIA DE DIOS

Al servicio del cuerpo de Cristo que es la Santa Iglesia Católica


Apostólica y Romana.

Página Web: www.concienciadedios.com

Facebook: @Concienciaddios

WhatsApp: (311) 281-7087

Calle 9 # 19 – 52, San José del Guaviare, Guaviare, Tercer Piso

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