Retiro Mensual - Jun.2023
Retiro Mensual - Jun.2023
Retiro Mensual - Jun.2023
Junio 2023
1. Primero, Jesús sube la barca de Pedro para apartarse un poco de la orilla y enseñar a la
multitud.
2. Segundo, Jesús invita Simón Pedro a navegar mar adentro y echar las redes.
3. Y por último, Pedro se llena de temor por ver cantidad de peces, y le suplica a Jesús que
se aleja de él, porque es pecador.
Jesús sube la barca de Simón Pedro, y le pidió que se apartara un poco de la orilla para
enseñar la gente desde su barca. Hubo mucha gente.
Podemos notar primero, que Jesús no pidió permiso para entrar en la vida de Pedro.
Entra y pide. Tampoco Jesús está buscando el mejor momento por Pedro, que había
trabajado toda la noche, y que actualmente está limpiando las redes para volver a su casa.
¿Qué sería la primera reacción de Pedro? ¿Si fue nosotros, cómo reaccionamos? Ya,
seguramente Pedro está cansado. Está limpiando las redes. Quiere descansar. Quizás tiene
hambre. Había trabajado toda la noche sin éxito. Entonces, probablemente se sintió un
poco de frustración también.
Lo más probable es que Pedro no quiso decir sí. Pero, a veces no somos capaces de decir
no. Y así, se queda un sí. Bueno. OK. Adelante señor.
Una de las consecuencias es que Pedro quedó en primera fila para escuchar toda la
enseñanza de Jesús. Creo que no fue por accidente que Jesús subió su barca, y que tiene
planes por Pedro.
Bueno, Pedro ponga una sonrisa en su cara, y acepta Jesús en su barca. Y trataba poner
mucha atención en las enseñanzas de Jesús. Seguramente, esperando que sea algo breve,
que no va a ocupar toda la mañana, o un buen parte del día.
¿Qué es nuestra reacción cuando alguien nos pide hacer algo, cambiando nuestros
planes? ¿Cuándo somos cansados? ¿Cómo sentimos? ¿Qué es nuestra reacción? ¿Podría
ser Jesús queriendo entrar en mi barca? Podemos pensar en los pequeños gestos de
caridad y servicio. Nos cuesta algo, pero no tanto. ¿Cómo sabe cuándo es Jesús
pidiéndonos algo? ¿Jesús puede pedirme hacer cosas pequeñas por Él y sus almas?
¿Estoy dispuesto servirle solamente cuando me conviene a mí, y mis horarios, y mis
planes, y mis gustos?
1
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Navega mar adentro, y echen las redes».
Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado
nada, pero si tú lo dices, echaré las redes». Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de
peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los
compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron
tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Ahora, Jesús pide Pedro algo más, y no es poca cosa. Jesús le invita navegar mar adentro
y echar las redes. Es volver a pescar, y el descanso y el almuerzo de Pedro más
retrasados. Es pescar durante el día, cuando el mejor tiempo para pescar es en la noche.
Es ensuciar las redes que hace poco, Pedro estaba limpiando.
De nuevo, podemos reflexionar sobre la reacción de Pedro. Seguramente tenía más
flojera y más frustración. No es buen momento para pescar. Se pesca en la noche, y no
durante el día. Todos lo saben, menos este carpintero de Nazaret. Quizás comienza a
enojarse un poco, frustrarse frente la petición.
Humanamente no tiene sentido. Supera la lógica humana. No es tiempo para pescar. ¿Se
puede obedecer cuando no espere frutos?
Admiro mucho la respuesta de Pedro: en tu nombre … si tú lo dices, echaré las redes.
Por una parte, Pedro no quiere tomar responsabilidad para la acción, porque está
esperando otro fracaso. Si no lograba nada durante la noche, menos durante el día. Él no
piensa que sea buen idea, pero lo hace, si Jesús realmente lo quiere. Lanza las redes en
nombre de Jesús, bajo su autoridad.
Dios da frutos cuando Él lo quiere y como lo quiere. Es Dios, y Dios no siempre sigue la
lógica humana.
Podemos pensar en la multiplicación de los panes. Los apóstoles, solamente tenía 5 panes
y 2 peces para dar a comer 5000 hombres. Sea mejor enviarlos a su casa para que se
encuentra algo en el camino. Y eso fue la sugerencia de los apóstoles, pero Jesús les dijo
que se sientan la gente, preparándolos para comer. De nuevo, tenemos una situación que
supera la lógica humana.
Cuando Pedro echó las redes en contra toda la lógica humana, Jesús podría realizar un
milagro. Cuando los apóstoles entregaron los 5 panes y los 2 peces, y hicieron sentar la
gente, Jesús podría realizar un milagro.
En la barca, Pedro comenzó de ver un verdadero milagro. No fueron simplemente
algunas peces. No fue solamente una muy buena pesca. Fue tal cantidad de peces, que 2
barcas no eran suficientes. Las barcas casi hundieron. Seguramente Pedro nunca había
visto tantas peces. Pero, las redes no se rompieron.
Jesús puede pedirme cosas que supera la lógica humana? ¿Tengo que pasar todo por mi
razón? ¿No es falta de fe? ¿Cómo voy a hacer grandes cosas por Jesús cuando estoy
dominado por la lógica humana? ¿Hay espacio en mi vida por la fe?
2
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: «Aléjate de mí, Señor,
porque soy un pecador». El temor se había apoderado de él y de los que lo
acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a
Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón:
«No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres». Ellos atracaron las
barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.
El temor se había apoderado de él. Han visto un milagro, un verdadero milagro. Fue
tocado por la divinidad. Claro, la reacción espontanea es miedo. De alguna forma,
entendía que estar en la presencia de Jesús, significa estar en la presencia de Dios, ser
tocado por Dios. Y claro miedo.
También, Pedro no sentía digno estar en la presencia de Jesús. Entonces, le dijo: Aléjate
de mí, que soy pecador. Un verdadero encuentro con Dios es a la vez un encuentro
consigo mismo. Así, son los retiros y los triduos. No hay velo entre nosotros y Dios. No
hay lugar esconderse. En paraíso, después de la caída, Adán y Eva trataron esconderse de
Dios. Algo de ese temor primordial queda en el hombre.
Lo bueno es que Pedro tiene la humildad para reconocerse como es. La humildad para
reconocer que es pecador. No es digno estar en la presencia de Jesús, pero Jesús lo
quiere.
El sentido bíblico del temor de Dios. Se funda en una relación filial con Dios. Saber que
Dios es un buen padre, y no queremos ofenderle en nada y queremos más bien hacer todo
lo que le agrada.
No es un temor espantoso. No es un temor que se congela. Sabemos que Dios es bueno, y
que no va a dañarnos. Pero, no tenemos la misma seguridad con otras personas que
encontramos en otras situaciones. Hay gente mala, dispuesta hacer cosas malas. Pero,
Dios no es así. Jesús no es así.
También hay complejos de inferioridad. No es la humildad de reconocernos como
pecadores. Es un complejo que pensamos que no somos buenos para hacer nada. No
sentimos útiles. Quizás tuvimos unos fracasos en el pasado, y nunca hemos logrado
superarlos.
No se puede pedir esas personas nada. Sus miedos comen toda iniciativa. Si ocurre algo,
está rechazado. No puedo hacer. No es para mi. No soy bueno para ayer.
Gracias a Dios, Pedro no tenia esos complejos. Tiene una tercera petición. Ven y
sígueme. Mira la progresión, poco poquito. Permítame subir su barca. Apartase un poco
de la orilla. Permítame enseñar la gente un poco desde su barca. Después navega mar
adentro y echan las redes. Y al final, ven y sígueme porque a partir de ese momento será
pescador de hombres. Y Pedro dijo SÍ. Todos. Pedro, Andres, Santiago y Juan.
Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.
Contemplar su respuesta a Jesús. Considerar su generosidad.
3
¿Jesús igualmente puede exigirme cosas? ¿Cosas grandes? ¿Cosas que superan la lógica
humana? ¿Me gana mis miedos y mis complejos?
Tomar esas frases uno por uno. ¿Qué quiere decir Jesús a mi? ¿Ponerme en la barca con Jesús?
Estoy allí, viendo el milagro. Usar mi imaginación. El sol. El agua. Todo huele de pescado.
Jesús. El brillo en sus ojos y la sonrisa en su boda.
¿Qué quiere Jesús de mí? ¿Qué pienso, qué viene a mi mente? ¿Qué es por mi navega mar
adentro? ¿Qué es echar las redes? ¿No temas? ¿Qué temo? ¿Qué son los miedos que obstaculizan
mi vida apostólica?
Escuchar el texto que sigue, atento primero simplemente a las exigencias de las palabras. Y
después vamos uno por uno. Habla del estilo de nuestra entrega en Regnum Christi.
Estatutos de la Federación Regnum Christi
Un estilo de entrega
10. La experiencia personal del amor de Cristo genera en nuestro corazón la urgencia interior
de entregarnos apasionadamente a hacer presente su Reino: «caritas Christi urget nos» (2 Co
5, 14). Esta pasión nos mueve a asumir un estilo de vida que se caracteriza por:
1.º asumir como parte del seguimiento de Cristo el combate espiritual, la lucha
perseverante y confiada en el Señor ante la realidad del mal y del pecado en la propia
vida y en la sociedad, movidos por la fuerza del amor hasta el extremo;
2.º emprender con corazón magnánimo, entusiasmo y creatividad aquellas acciones que
hagan presente el Reino con mayor profundidad y extensión;
3.º salir al encuentro de las necesidades más apremiantes del mundo y de la Iglesia;
4.º afrontar con fortaleza y arrojo los desafíos en la vida personal y en el apostolado;
5.º aprovechar con audacia cristiana las oportunidades que se presentan en la propia
vida para anunciar el amor de Cristo;
6.º cumplir las responsabilidades asumidas, buscando dar lo mejor de sí mismos tanto
en la formación como en el trabajo.