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BLOQUE 3.

- LA FORMACIÓN DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA Y SU EXPANSIÓN


MUNDIAL (1474-1700).
0.- INTRODUCCIÓN.-
Este período cronológico abarca más de dos siglos desde la subida al trono de los Reyes Católicos
hasta el final de la Dinastía de los Austrias. El reinado de los Reyes Católicos se caracterizó por una
monarquía autoritaria, la unificación territorial, la llegada, conquista y colonización de América y la
uniformización religiosa; mientras que los Austria los dividiremos entre los Austria mayores y los menores.

1.- LA CREACIÓN DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA: LOS REYES CATÓLICOS.-


El reinado de los Reyes Católicos ha sido considerado como el punto de partida de la Edad
Moderna en España. El matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón en 1469, herederos de
las dos Coronas más importantes de la Península, dio origen más tarde, cuando accedieron al trono en
1474, a una nueva entidad política: la monarquía hispánica, una monarquía autoritaria unida a la
centralización del poder.
Esta unión fue dinástica y no política, por cuanto ambos reinos van a tener desde ahora los mismos
monarcas, pero conservando sus peculiaridades medievales y sus propias instituciones.
Este acuerdo quedó sellado en 1475 mediante la Concordia de Segovia, acuerdo por el que cada reino
mantenía sus leyes, instituciones y fronteras. Desde ese momento, todos los reinos tendrán idénticos
soberanos, pero los distintos reinos no formarán un solo Estado. A pesar de este aparente equilibrio entre
las coronas de Castilla y Aragón se dio una creciente castellanización a lo largo de los siglos XVI y XVII
debido al mayor tamaño, población y poder económico de la Corona de Castilla.

En política interior los Reyes Católicos tienen como objetivo político prioritario el establecimiento de una
monarquía autoritaria fuerte que someta al resto de poderes del reino, (nobleza, Iglesia y ciudades), sobre todo en
Castilla, donde existe una mayor tradición de centralismo político. El resultado es la instauración de un nuevo
Estado en el que la autoridad es ejercida a través de instituciones que están al servicio directo de los reyes.

Especialmente importante son los Consejos: asambleas de juristas y funcionarios que asesoraban al
rey en distintas materias, así nos encontramos el Consejo Real de Castilla, principal órgano de gobierno,
también actuará como tribunal supremo, conformados por funcionarios en detrimento de la aristocracia; el
Consejo de Aragón, Navarra o India, así como consejos asesores temáticos. Se crearon nuevos cargos
como los Secretarios Reales (enlace entre los Consejos y el rey). A la vez se redujo el papel de las Cortes
de Castilla (donde estaban representados la nobleza, el clero y el tercer estamento).
También destacan las Chancillerías o Audiencias (tribunales de justicia) y el cuerpo policial
denominado la Santa Hermandad que se dedicaba a perseguir a los delincuentes comunes en pueblos y
villas.

Crearon además un ejército permanente, en el que la nobleza, apartada de la política, conservó cargos y
prerrogativas. Para reforzar su política exterior, también crearon un cuerpo permanente que atendía los asuntos
diplomáticos.

Se creó la figura del Corregidor, que eran los delegados del poder real en las villas y ciudades, presidían los
ayuntamientos y tenían funciones judiciales y de orden público.
.
De igual modo, en Aragón se instituye la figura del “virrey” como representante del monarca en cada uno de los
reinos de la Corona (Navarra, Aragón o Valencia).
Se fortalece también la autoridad sobre la Iglesia, se crea el Tribunal de la Santa Inquisición que
dependerá de la monarquía, y revitalizaron las regalías apoyados por el Cardenal Cisneros. Impusieron un
uniformismo religioso, obligando a que sus súbditos practicasen la misma religión, y para ello crearon el
Consejo de la Suprema Inquisición, máximo órgano de esta institución, que realizó la expulsión de los judíos
en 1.492, mediante un Decreto real por el cual todos los judíos debían convertirse al cristianismo o abandonar
España. Decenas de miles de judíos salen del país. Los que adoptan el cristianismo, llamados “conversos”,
sufrirán una dura persecución inquisitorial. Diez años más tarde, en 1502, un Decreto similar establece la
conversión o la expulsión de los musulmanes españoles. A los musulmanes que se convierten son llamados
“moriscos”.

Para perseguir la herejía y a los falsos conversos se creó el ya citado Tribunal de la Santa Inquisición, que
pervivirá en España hasta 1.813, tras la aprobación de la primera Constitución española en 1.812. Destacar la
persecución por “brujería” que afectará sobre todo a las mujeres, aunque no sólo. Se calcula que de entre 3.000
a 5.000 mujeres fueron torturadas y condenadas a la hoguera acusada de “brujería”, detrás de esto, una
institución patriarcal que montaba acusaciones falsas por disputas vecinales, recelo a mujeres poderosas o más
libres, conocedoras de plantas medicinales o prácticas curativas.

Por último destacaremos la persecución sufrida por el pueblo gitano, tras la aprobación en 1.499 de la
Pragmática de los Reyes Católicos: ley que pretende acabar con los derechos que se habían concedido a los
Gitanos como peregrinos y con sus comportamientos culturales diferenciados (lengua, vestimenta,
costumbres...).
"Mandamos a los egipcianos que andan vagando por nuestros reinos y señoríos... que vivan por
oficios conocidos... o tomen vivienda de señores a quien sirvan... Si fueren hallados o tomados, sin
oficio, sin señores, juntos... que den a cada uno cien azotes por la primera vez y los destierren
perpetuamente de estos reinos, y por la segunda vez que les corten las orejas y los tomen a
desterrar como dicho es...".

La política exterior Los Reyes Católicos orientan su política internacional en dos direcciones:

►Por un lado, los intereses de Aragón, que se dirigen sobre todo hacia el Mediterráneo. En este
sentido destaca la conquista del reino de Nápoles (que abarca todo el sur de Italia) frenando así las
ambiciones expansionistas francesas allí.

-También se ocupan diferentes plazas del norte de África (Melilla- por parte de Castilla-, Orán, Bugía
o Trípoli), con el objetivo de frenar a los berberiscos.

►Respecto a los intereses castellanos, estos se orientan, al finalizar la mal llamada “Reconquista”, o
unificación peninsular, conquistando el reino nazarí de Granada en 1.492, tras una guerra de diez años,
y la anexión de Navarra en 1.512 (aunque ésta conservará instituciones propias como los fueros),
acercamiento a Portugal mediante enlaces matrimoniales, y a expandirse por el Atlántico. En este
sentido, culmina la ocupación de las Islas Canarias (tras casi cien años de resistencia de los pueblos
canarios, como el guanche), archipiélago que se convertirá posteriormente en una base primordial para
el salto a América.

En política exterior, destacar también el desarrollo de una diplomacia, como por ejemplo para frenar el
intento francés de obtener Navarra, Rosellón y Cerdeña, buscando alianzas con Inglaterra, el Papa y el
Sacro Imperio.
2.- LOS AUSTRIAS. –
La dinastía de los Habsburgo, conocida como Casa de los Austrias, reinarán durante casi dos siglos, con
un amplio Imperio como potencia mundial, aunque también fue un período de largas guerras que
arruinaron la Hacienda y trajeron la decadencia. Distinguimos entre los Austrias Mayores (Carlos I y
Felipe II en el siglo XVI) y los Austrias Menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II en el siglo XVII).
La organización institucional bajo los Austrias mantuvo la estructura de los Reyes Católicos, donde la
cúspide era la monarquía, pero donde cada territorio mantuvo su identidad. El gobierno lo ejercía el rey
apoyado en los Consejos, llamado sistema polisinodial, y eran unos órganos de gobierno y asesoramiento.
El sistema de Consejos fue creciendo y aumentó su número, existiendo los territoriales (Italia, Aragón o
Castilla) y los temáticos (Hacienda o Guerra) y apareció el Consejo de Estado con competencias en
política exterior; cada vez tienen más protagonismo los Secretarios personales o validos, de los reyes; el
Virrey que representaba al rey en su ausencia o en las colonias; las Audiencias de Sevilla, Valencia, La
Coruña o Zaragoza y las Chancillerías de Granada y Valladolid con competencia civil y criminal.

2.1.- Los AUSTRIAS MAYORES -


a.) La Monarquía Universal de Carlos I (1516-1556).-
En 1517 llegaba Carlos I, nieto de los Reyes Católicos e hijo de Juana I de Castilla y de Felipe de
Habsburgo, un Carlos I que desconocía el castellano y acompañado de consejeros flamencos. Con él se
iniciaba la dinastía de los Austrias, asumiendo la importante herencia territorial de los Reyes Católicos: las
Coronas de Castilla y Aragón, Navarra, los territorios italianos, las del norte de África y las tierras
conquistadas en América, además recibió de su padre el Franco Condado y los Países Bajos, y al morir su
abuelo Maximiliano heredó las posesiones alemanas y austríacas, y los derechos al título de Emperador del
Sacro Imperio (Carlos V de Alemania).
En política interna, destacamos dos levantamientos: la de las Comunidades o los Comuneros y la
de las Germanías.
- La rebelión de las Comunidades o los Comuneros: estalló en 1520, los comuneros/as estaban formados
por un sector de hidalgos y clase media urbana (artesanos, comerciantes…), que exigían mayor
participación política y defender los intereses de Castilla frente a las injerencias imperiales de un rey que
consideran extranjero, con numerosos consejeros flamencos. Sus principales líderes fueron Juan Padilla,
Bravo, Maldonado y María Pacheco. Fueron derrotados en 1521 en Villalar (Valladolid), y sus principales
líderes decapitados. El movimiento comunero fue y sigue siendo un referente de lucha para el pueblo
castellano, referido en multitud de obras de arte.
- La rebelión de las Germanías (1.519-23), de manera casi paralela a la de los Comuneros, se produce esta
rebelión en la Corona de Aragón, en los reinos de Valencia y Mallorca. Es una revuelta de artesanos,
pequeña burguesía y campesinos contra la oligarquía urbana, la nobleza y el alto clero. Reclamaban
democratización de los cargos municipales y mejoras en los arrendamientos campesinos. Piden ayuda a
Carlos I ante los abusos de la nobleza, pero éste se alía con ella y los derrota.

En política exterior la concentración de territorios tan diversos le obliga a afrontar numerosos


problemas, como:

▪ El enfrentamiento con Francia, su gran rival por la hegemonía en Europa, con la que está en guerra durante todo
el reinado. Se desarrolló en tierras italianas, y vence en Pavía en 1525, alcanzando la Paz de Cambrai, y
hacia 1540 obtendrá el Ducado de Milán.
▪ El otro rival son los turcos otomanos que, comandados por el sultán Suleimán I, llegan a sitiar Viena, aunque
Carlos V frena su avance. Venció en Túnez (1.535) y fracasó en Argelia.

▪ Pero el problema más grave es la expansión del protestantismo, a partir del apoyo que los príncipes alemanes dan
a las doctrinas de Martín Lutero, y su enfrentamiento a la autoridad del emperador. Carlos intenta frenarlo, pero aquí
fracasa. Por el Edicto de Wörms en 1.530 fueron excomulgados y los seguidores de Lutero constituyen la Liga
Smalcalda. Se convoca en 1545 el Concilio de Trento donde se afianzan las doctrinas católicas, finalmente el
acuerdo no llegó hasta 1555 en la Paz de Augsburgo, que pone fin a la situación de enfrentamientos en el Imperio,
conllevando la abdicación de Carlos V y la renuncia a la unidad católica en el Imperio. El tratado suponía “Cuius
regio, eius religio”, es decir, la aceptación de la corriente luterana en aquellos estados cuyos príncipes la profesasen.
Esta paz llevó a la división religiosa de los territorios alemanes (norte protestante, sur católico).

Carlos I abdica en 1.556, cediendo y dividiendo el poder, entrega el Sacro Imperio a su hermano Fernando y el resto
de sus posesiones a su hijo Felipe. Muere en el monasterio de Yuste en 1.558.

b.) La Monarquía Hispánica de Felipe II (1556-1598). -

Aunque nunca ostenta el título de emperador, Felipe II hereda de su padre un verdadero imperio. A
diferencia de éste, se encarga personalmente del gobierno desde Madrid, que convierte en capital a mediados del
siglo XVI. (En los alrededores de Madrid hace construir El Escorial, residencia real y sede del gobierno).

Felipe II acentúa el carácter autoritario de la monarquía creada por los Reyes Católicos: las Cortes raramente se
convocan y todas las decisiones emanan del rey, que es ayudado en su tarea por una legión de funcionarios
(burocracia).

Su imperio pasa a ser el más grande conocido hasta entonces por la humanidad sobre todo cuando, en 1580,
hereda la corona de Portugal (por parte materna) y, con ella, sus posesiones en África, Asia y Brasil, de ahí la
afirmación de que “en sus reinos no se ponía el sol”.

En política interna hizo frente a varias rebeliones internas como la sublevación de los moriscos de las
Alpujarras, pues sospechaban que su conversión era falsa y la mayoría conservaba sus costumbres. Los
moriscos se levantaron en 1568 contra el trato discriminatorio que recibían, y se convirtió en una guerra
atroz, que fue aplastada por D. Juan de Austria en 1570, deportando a 80.000 moriscos; en 1591 se
produjeron las alteraciones de Aragón tras una disputa entre el rey y la Justicia de Aragón y que acabó
suspendiendo las funciones del Justicia de Aragón, así como la bancarrota económica de la Hacienda por
los innumerables gastos de guerra.
En política externa destacamos la rebelión en Flandes, ya que Felipe II intentó gobernar con los
mismos principios que en Castilla, y encontró una nobleza en contra, enfrentándose al Calvinismo, que
había llegado a la zona. Tras intentar someter estos territorios militarmente (Duque de Alba) Felipe II no
pudo impedir que Holanda y Zelanda se independizaran y pasaran a llamarse Provincias Unidas.
Otro de los conflictos fue con Inglaterra y su expansión marítima hacia América, e Isabel I, protestante,
apoyó a los rebeldes flamencos contra España, por lo que Felipe II organizó la Armada Invencible para
invadir Inglaterra, aunque fracasó en 1588.
Por último, el enfrentamiento ante los turcos, Felipe II creó una alianza con el Papado frente a ellos, la
Liga Santa, y los derrotó en Lepanto en 1571.
Todos estos enfrentamientos bélicos conllevan a enormes gastos a la Corona que será una de las causas
del colapso de la economía en el siglo XVII.
2.2.- Los AUSTRIAS MENORES. –

Durante el siglo XVII siguen reinando los Austrias, son los llamados Austrias menores. Frente a la
hegemonía española en Europa en el siglo XVI, en el XVII se va a producir la pérdida progresiva de la
misma, viéndose reemplazada por la preponderancia francesa en Europa.
El siglo XVII es una centuria de crisis se manifestó en tres sentidos: el demográfico, el económico y el
social.
La demografía se vio afectada por las continuas guerras, por la expulsión de los moriscos,
especialmente grave en tierras valencianas, y especialmente por las invasiones epidémicas.
La crisis económica, visible ya en los últimos años del reinado de Felipe II, se agravó en los de sus
sucesores. Entre los factores que explican la ruina de la economía española están: las malas cosechas; los
elevados costes con que se producía en la industria; la caída de las cantidades de oro y plata que llegan de
América y, por último, el aumento de los impuestos necesarios para mantener la costosa política
internacional.
La crisis económica tuvo repercusiones sociales. Las clases privilegiadas (nobleza y clero) se
consolidaban todavía más, tanto por motivos de prestigio como por sus privilegios, en cambio no
terminaba de constituirse una burguesía dinámica y de negocios para el crecimiento económico del país.
En el polo opuesto, las clases populares veían empeorar su situación, lo que, en muchos casos, les
empujaba a la delicuencia, al bandolerismo o a la mendicidad. Este panorama tan desastroso está
especialmente reflejado en la pintura costumbrista del siglo XVII y en la literatura de la época,
especialmente en la novela picaresca.

a.) La Pax Hispánica de Felipe III (1598-1621).-

En general fue un reinado pacífico, en cuanto a la política exterior, se pretende mantener la


hegemonía por la vía diplomática más que por la fuerza de las armas. Felipe III firmó la paz con Inglaterra y con los
rebeldes de los Países Bajos (Holanda) acordó la Tregua de los Doce Años (1609). Tal vez para actuar de esa forma
se viera influido por la crisis económica. Sin embargo, esto se rompió en 1618 con el estallido de la Guerra de los
Treinta Años, en la que España participó apoyando a los Austrias alemanes, parientes de los reyes de España. En la
primera etapa de dicha Guerra los Austrias se imponen (victoria en la batalla de la Montaña Blanca, 1620). Ahora
bien, esta guerra comenzó como un conflicto muy localizado en el Imperio alemán, entre protestantes y católicos,
pero Francia lo convirtió en una lucha por la hegemonía en Europa frente a los Austrias.

En el plano interior se inicia con este rey el gobierno de los validos, el monarca hace dejación de
sus tareas de gobierno en un favorito, en una persona de su confianza, en este caso el duque de Lerma, su
primer valido, que inició su privanza en 1599. En 1609 se decretó la expulsión de los moriscos llevándose
a cabo entre este año y 1614, marchando al norte de África. Saldrían unos 300.000 , afectando en el plano
económico especialmente a la agricultura en Valencia y Aragón, donde eran numerosos y se dedicaban al
trabajo en el campo en tierras generalmente de nobles.

b.) El reinado de Felipe IV (1621-1665).-


Subió al trono con 16 años, y contó como valido con el Conde-duque de Olivares. Fue una etapa
convulsa, agitada y la crisis y decadencia tocaron fondo.
Política interior: se produce una crisis desintegradora a mediados del reinado, una crisis gravísima, debido a
los problemas económicos y a la política centralista del conde-duque de Olivares que pretendía que los reinos
periféricos participaran en los esfuerzos bélicos como Castilla y que terminó provocando la sublevación de Cataluña
y Portugal.

El conde-duque lleva intenta llevar a cabo una serie de reformas como las de Hacienda y políticas de
centralización que obliga a los reinos distintos a Castilla a participar en el esfuerzo bélico exterior, lo que
fracasaría, dando lugar a la sublevación, principalmente, de Cataluña y Portugal, al mismo tiempo que se
llevaba a cabo la Guerra de los Treinta Años y la posterior contra Francia, todo lo cual acabó por hundir a
España en la decadencia.
Al agravarse la Guerra de los Treinta Años, el conde-duque quiso llevar la guerra contra Francia a
Cataluña para así involucrar a los catalanes. Los choques entre la población civil y el ejército se fueron
endureciendo. El descontento popular alcanzó su momento culminante el día del Corpus (7 de junio de
1640) cuando una multitud, calificada de segadores se adueñó de Barcelona y dio muerte al virrey, conde
de Santa Coloma. Las autoridades catalanas decidieron separarse de la monarquía española y buscar el
apoyo francés y Luis XIII, en efecto, fue proclamado conde de Barcelona.
Al final, los franceses provocaron el descontento de los catalanes y esto favoreció la recuperación de
Cataluña por las tropas reales y la entrada de éstas finalmente en Barcelona en 1652.

En cuanto a la sublevación de Portugal, ante la grave situación en Cataluña, Olivares pide tropas a
Portugal, los portugueses se niegan y se rebelan (diciembre de 1640) proclamando rey al duque de
Braganza con el nombre de Juan IV. El levantamiento contó con el apoyo de Francia, Holanda e Inglaterra.
España reconoció la independencia de Portugal en 1668 por el tratado de Lisboa, ya bajo el reinado de
Carlos II.
Por el mismo tiempo que las sublevaciones anteriores, estallaron otras en Andalucía, Aragón y
Sicilia o Nápoles.
Para concluir, en esta crisis se manifiesta de forma gráfica el enfrentamiento entre las dos formas
de concebir la unidad de España (centralismo y foralismo). En todo caso, Felipe IV mantuvo la misma
estructura de gobierno de la monarquía española (un conjunto de reinos con sus leyes e instituciones
propias con un rey común).

En política exterior hubo varios frentes: intervino en la Guerra de los Treinta Años (1618-48) como
aliada de los Austria alemanes contra los protestantes germanos, y también estalló la guerra contra las
Provincias Unidas, que hasta 1634 fue favorable a España, lo que hizo temer a Francia que aumentase la
hegemonía española en Europa, por lo que intervino a favor de los protestantes, provocando el descalabro
español en Dunas en 1639 y en Rocroi en 1643. La Paz de Westfalia en 1648 puso fin al conflicto,
perdiendo España definitivamente las Provincias Unidas; también hubo una guerra contra Francia que
concluyó con la Paz de los Pirineos en 1659, donde España perdió Rosellón, Cerdeña y plazas en Flandes y
Luxemburgo.

c.) El reinado de Carlos II (1665-1700).-


Accedió al trono siendo un niño, siendo su madre Mariana de Austria su regente, y al ser declarado
mayor de edad la situación no mejoró, ya que tenía una personalidad enfermiza y débil, con problemas
psicológicos, conocido como “El Hechizado”. Durante su gobierno mejoró la economía, pero se
produjeron varias revueltas sociales como la Segunda Germanía o el Motín de los Gatos, y en política
exterior tuvo problemas con Francia, con quien perdió el Franco Condado.
El problema más importante fue el sucesorio, ya que se sabía que su muerte estaba próxima, y al no tener
descendencia había que buscar un heredero extranjero, apareciendo dos candidatos: Felipe de Anjou, francés, y
Carlos de Austria, alemán. Tras fuertes presiones, Carlos II dejó como heredero a Felipe de Anjou o de Borbón. Sin
embargo, su testamento no pudo evitar el estallido de la Guerra de Sucesión a la Corona Española en la que se
vieron implicadas todas las potencias europeas.

3.- EL IMPERIO ULTRAMARINO ESPAÑOL.-

Lo que comúnmente hemos venido conociendo como el descubrimiento de América a finales del siglo
XV supone la culminación de un proceso de expansión llevado a cabo por Castilla y Portugal (Islas
Canarias y litoral atlántico africano) a lo largo del siglo. A partir de este acontecimiento el continente
americano se vincula definitivamente a la Historia de Occidente, pudiendo hablar de Historia Universal,
esto no significaría plantear, desde una perspectiva eurocentrista, que América hasta entonces no había
tenido historia, negándole al indígena americano su condición de sujeto histórico. El propio término de
“descubrimiento” debe ser puesto en cuestionamiento en este sentido.
Los elementos que hacen favorable para que Europa rompa sus estrechos límites continentales serán
varios: hay factores económicos de fondo y razones coyunturales concretas (la necesidad de buscar una
ruta de llegada hasta Oriente a través del Atlántico, ya que la del Mediterráneo estaba controlada por los
turcos y encarecía los productos orientales); condiciones geográficas favorables y conocimientos naúticos
y científicos acumulados desde la Antigüedad; instrumentos de navegación y barcos idóneos que permiten
la aventura; impulsos mercantiles y afanes misionales; intereses políticos y un momento internacional
favorable. A finales del siglo XV y principios del XVI confluyen todos estos factores.

Del otro lado, entre los rasgos que caracterizan la trayectoria histórica americana debe destacarse uno:
su aislamiento continental. En su suelo se sucederán y fraguarán una serie de culturas autóctonas y
originales en relación con el resto del planeta. El contacto, que se manifestó en forma de violento choque
cultural, supuso una ruptura de la continuidad del proceso histórico autóctono y una aceleración en el flujo
de intercambios.

a) La CONQUISTA de América

El problema jurídico sobre la posesión de estas nuevas tierras, la justificación legal, se solventó por un
lado con las Bulas alejandrinas, emitidas por el Pontífice Alejandro VI a petición de los Reyes Católicos
en 1.493, por las que se le reconocía a Castilla el derecho sobre las tierras descubiertas, y por descubrir, a
conquistarlas y la obligación de evangelizarlas. Para la Corona de Castilla era necesario convertir la
conquista y la colonización de América en una empresa misional y así legitimar su poder en el Nuevo
Mundo a partir de la concesión de estas bulas alejandrinas. Ello lleva a la fusión de los intereses del rey y
del papa, del trono y el altar, de la espada y la cruz.
Lo anterior debía ser comunicado a los indígenas, surge un documento para ello: el Requerimiento,
notificación expresa que daba a conocer a los naturales el derecho que impulsaba y amparaba a Castilla
para tomar esos nuevos territorios, el único documento exhibido por los españoles ante el indígena para
justificar la ocupación de sus tierras.
Por otro lado, con el Tratado de Tordesillas (1.494) con el Reino de Portugal, que también reclamaba
estas tierras, se reparten las posesiones de ultramar entre Castilla y Portugal, tomando como referencia el
meridiano 46º, al este para Portugal y al oeste para Castilla.
La empresa conquistadora podemos distribuirla en etapas correspondientes a otros tantos
escenarios geográficos:
1. El ámbito antillano (1492-1517), provoca la práctica extinción indígena en apenas tres
décadas. La primera isla en conquistar fue la actual República Dominicana, a la que llamarán
La Española.
2. Conquista de México: el gobernador de Cuba, encomendó a Hernán Cortés una expedición
que desembarcaría en un punto del Golfo de México, donde fundó Veracruz (1519). Tras ello
desarrollan la marcha a través del territorio mexicano, estableciendo alianzas con pueblos
contrarios a la primacía azteca, entrando en la capital Tenochtitlán y tomando a Moctezuma
como rehén. Al caer la capital cayó fácilmente el Imperio Azteca, controlándose en 1522 gran
parte de los territorios que después formarán el Virreinato de Nueva España.
3. Conquista de Perú: igual que había sido Santo Domingo trampolín para la conquista
americana, ahora lo será Panamá, desde donde se tienen noticias de la existencia de un
imperio de extraordinaria dimensión y riqueza más al sur, eran los incas, que controlaban el
actual Perú, Ecuador y gran parte de Bolivia. Será determinante la figura de Francisco de
Pizarro, que tomará la capital Cuzco y al rey inca Atahualpa en 1533, aprovechando el
contexto de violento conflicto sucesorio entre Atahualpa y Huáscar.
Destaca también la progresión de Valdivia hacia Chile, donde se encontrarán con la resistencia
de los araucanos. La frontera araucana será famosa por su resistencia hasta el siglo XVIII,
manteniendo la frontera en el río Bío-Bío.
4. La fachada oriental del continente se colonizó con lentitud y poco éxito. El punto inicial fue
Buenos Aires (1536), pero hasta avanzado el siglo XVI no se desarrolla un establecimiento
permanente.

La América precolombina
A pesar de esta aparente facilidad con la que se produce la invasión militar, existió un largo y
mantenido proceso de resistencia indígena, pasiva y activa, que en ocasiones alcanza cronológicamente
el siglo XIX, sobre todo en suelo peruano, como los movimientos Tupac Amaru del XVI al XVIII, incluso
en la actualidad).

b) La COLONIZACIÓN de América

►Gobierno y administración

Desde un principio, los aspectos relacionados con el Nuevo Mundo fueron tratados en el Consejo de
Castilla, pero el aumento de la geografía indiana y de los problemas hace necesario crear instituciones y
organismos propios, las más destacadas son: la Casa de la Contratación (1503) tendría sede en Sevilla, en
el siglo XVIII se trasladará a Cádiz; el Consejo de Indias y los Virreinatos, una figura superior que
gobernase aquellos territorios extensos y de límites imprecisos en nombre del rey. Se crearon dos
Virreinatos el Virreinato de Nueva España (abarcaba los territorios conquistados por Cortés, además de
incluir las Antillas y la América Central) y el Virreinato del Perú tendría su capital en Lima y abarcaba
todo el continente sudamericano. En el siglo XVIII el Virreinato del Perú se divide en tres: Nueva
Granada (1717), Río de la Plata (1776) y el ya existente de Perú.
Los Austrias lograron imponer un modelo político administrativo en Indias claramente centralizado y
regido por el principio de verticalidad institucional, siendo la figura suprema el rey y estando presente la
jerarquía o grados en los cargos e instituciones.

►La explotación de los recursos continentales


El continente americano fue fundamental para la economía española, que experimentó en el siglo
XVI un importante impulso, además de favorecer el desarrollo de un modelo comercial de carácter
supracontinental, al servir como nexo de unión del comercio asiático, africano y europeo. Los dos
elementos fundamentales van a ser las minas y la Carrera de Indias.
En cuanto a las explotaciones mineras destacamos las de plata en Perú y Bolivia, destacando Potosí y
en México en Zacatecas, proporcionaron innumerables recursos. Para la explotación de las minas los
españoles tomaron una institución andina de reciprocidad en las relaciones sociales, la mita, que verá
desvirtuada su propia naturaleza. Por ella, los españoles van a obligar a los indios adultos al trabajo de la
mina en los poblados próximos a esta. A cambio se le concede al mitayo un pequeño estipendio.
La Carrera de Indias era el elemento a través del cual se drenaba la riqueza continental. Desde un
principio quedó bien claro que el Estado español quería desarrollar un rígido régimen de monopolio a
través de sus instituciones y funcionarios.

La explotación agropecuaria se realizó por medio de plantaciones para cultivos tropicales y la hacienda
para la agricultura y la ganadería. Estas explotaciones necesitaban mucha mano de obra, y para ello
recurrieron a la Encomienda, creada en 1521 por las Leyes de Burgos, entregando la Corona un grupo de
indios a un colonizador para que le trabajasen a cambio de tutela, lo que se convirtió de hecho en una
forma de servidumbre y trabajo forzoso.

►Surgimiento de una población diversa y mestiza

¿Cuál era la realidad de la población que nos encontramos en América tras la conquista, en los
siglos SVI y SVII?

- Un aspecto fundamental y objeto de estudio prioritario de la historiografía en las últimas décadas es el


derrumbe demográfico de la población originaria, la tendencia continuada a la baja de la población.
Entre los factores que llevaron a esto podemos destacar: la política genocida de las huestes españolas
en el desarrollo de la conquista; la continuada política de malos tratos y brutales exigencias fiscales y
laborales a los aborígenes (mitayos); la fractura cultural y existencial, es decir, el retraimiento a la
existencia, el desgano vital al ver derrumbado el mundo indígena y sus elementos más importantes,
como el apego a la tierra. Se va a derrumbar su concepción del mundo, lo que se traduce en la huida, el
suicidio o el aborto; el factor epidemiológico, que conllevó la universalización de la morbilidad
humana, pues llevó al contagio de enfermedades hasta entonces desconocidas por los sistemas
inmunológicos de los indígenas (viruela o el sarampión).
- En cuanto a la inmigración ibérica, desde un principio, trató que los emigrantes a Indias tuvieran
cierta uniformidad étnica, religiosa y cultural. Hasta 1503 los responsables de dicho control eran los
agentes reales, pero luego lo serán los funcionarios de la Casa de la Contratación, que desde 1509
establece un registro personal de los viajeros, siendo necesaria la licencia de embarque, que fue
denegada al principio a “moros, judíos, gitanos, herejes o extranjeros”.
- - La inmigración africana fue un flujo migratorio forzado en el marco de la esclavitud. Esta
abominable institución va a sufrir un nuevo impulso en el siglo XVI, y permanecerá vigente hasta
finales del siglo XIX en algunos territorios como Cuba. El comercio fue intenso a partir del derrumbe
demográfico tras la conquista, existiendo zonas donde los esclavos superaban a los castellanos, caso
del ámbito antillano donde Fernández de Oviedo diría que “parece esta tierra una imagen de la misma
Ethiopía”.
- El mestizaje será un rasgo distintivo de de la sociedad americana, y los motivos que lo hicieron
posible fueron sobre todo la escasez de mujeres blancas y la violencia de los conquistadores. El
mestizo llegará a constituir una categoría social situada entre la mayoría india y la minoría blanca,
aunque tenderá a identificarse con el grupo de los blancos, apareciendo el “complejo de mestizo”. La
paleta de colores del mestizaje social puede llegar a ser más compleja, apreciándose en los cuadros de
Joaquín Magón
- Los indios eran el grupo más numeroso y objeto de discusión acerca del trato que debían recibir. Fray
Bartolomé de las Casas defendía los ideales de justicia y humanitarismo respecto al indio. La acción de
defensores de los indios va a influir en las Leyes Nuevas promulgadas por Carlos V (1542).
A modo de conclusión, las consecuencias del impacto de la conquista y posterior colonización de estas
tierras en la población y las civilizaciones precolombinas llegarán hasta nuestros días, desde las
consecuencias directas de la propia extinción de pueblos y civilizaciones, al posterior y continuado saqueo
y explotación de los recursos naturales, a la dependencia económica y sometimiento político, o la
imposición religiosa y cultural. Muchas de las políticas aplicadas en territorio americano, ya se habían
ensayado en las Islas Canarias con anterioridad.
Citando al escritor uruguayo Eduardo Galeano: “Al cabo de cinco siglos de negocio, ha sido aniquilada
una tercera parte de las selvas americanas, está yerma mucha tierra que fue fértil y más de la mitad de la
población come salteado. Los indios, víctimas del más gigantesco despojo de la historia universal, siguen
sufriendo la usurpación de los últimos restos de sus tierras, y siguen condenados a la negación de su
identidad diferente. Se les sigue negando el derecho de ser” y es que “la historia cambia según la voz que
la cuenta. En América, en Europa o en cualquier otra parte. No es la voz de los indios la que ha contado,
hasta ahora, la historia de América”.

4.- ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN LOS SIGLOS XVI Y XVII.-


En Castilla encontramos una economía comedida y fluctuante que no aprovechó los metales
indianos por la excesiva inversión en gastos militares, impidiendo el aumento de la producción interna.
Destacó la ganadería, que dio grandes beneficios, y la agricultura disfrutó de una gran expansión, mientras
que la industria tuvo bastantes altibajos, destacando la pañera y la seda de Granada, los curtidos y la
cerámica. El comercio del siglo XVI fue intenso, destacando la ruta americana, y el siglo XVII trajo una
gran crisis en Castilla, reduciéndose la importación de recursos indianos.
En lo que respecta a la sociedad apreciamos una nobleza con ciertos privilegios, la cualidad de
noble se transmitía por la sangre o por voluntad real, y en total eran el 10% de la población; los
eclesiásticos conservaron su jerarquía, privilegios y propiedades, aunque dentro del clero había una gran
desigualdad por el reparto de las rentas, y representaban el 3% de la población; el Estado llano o de los
“hombres pecheros” incluía a terratenientes y peones agrícolas, ricos mercaderes y buhoneros, ellos no
pertenecían a las clases privilegiadas y había distinciones de clases.
El descenso demográfico fue un hecho significativo y afectó a la economía. Las causas fueron las
epidemias, las campañas militares, la emigración a ultramar o la expulsión de los moriscos, etc.

5.- LA CULTURA ESPAÑOLA DE LOS SIGLOS DE ORO.-


Esta fue una época de victorias y derrotas, de esplendor y decadencia, y que coincide con el “Siglo
de Oro” de la cultura española. Observamos en este periodo dos estilos culturales, artísticos y literarios: el
Renacimiento y el Barroco, en una época de Mísitca religiosa, con personajes como Fray Luís de León y
Santa Teresa y San Juan de la Cruz.
En arte destaca El Greco con la proyección hacia arriba de sus figuras, la simetría del orden celeste
y del terrestre, en una síntesis de las últimas audacias de la escuela veneciana. Técnicos, médicos,
botánicos, filólogos como Nebrija o Arias Montano, historiadores como Zurita, se suceden.
Las letras tuvieron también un gran florecimiento con el desarrollo del castellano y de la imprenta,
destacó la Mística, y en la novela destacó la de caballería y la picaresca con el Lazarillo de Tormes.
Sobresalieron Góngora y Quevedo, Lope de Vega o Calderón de la Barca. En el teatro destacó Lope de
Vega. No podemos olvidar a D. Miguel de Cervantes, cuya vida es una síntesis de España, soldado en
Lepanto, cautivo de los moros, liberado por una Cofradía, funcionario, católico y autor prolífico que nos ha
dejado una de las obras cumbre de la literatura universal, El Quijote. Un poco más tarde, destacará el
genial pintor Velázquez, con obras como “Las Lanzas” o “Vieja friendo huevos”, aunque tampoco
podemos olvidar a pintores como Zurbarán, Murillo, Valdés Leal o Alonso Cano.

6.- CONCLUSIÓN.-
El reinado de los Reyes Católicos cierra la Edad Media y es el pórtico de la época moderna. Con la
monarquía autoritaria practicada por estos monarcas nace en la península ibérica uno de los estados
modernos de Europa, al reforzarse la actividad real y tomar medidas para la unificación territorial, religiosa
y administrativa. También se impulsó la proyección exterior y vio la formación de un gran Imperio dirigido
por los Habsburgo hasta la muerte sin descendencia del último de ellos, Carlos II.

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