Adr 6215 2016 170831

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En atención a lo dispuesto en el artículo 73, segundo párrafo, de

la Ley de Amparo, así como en la jurisprudencia de rubro:


“PROYECTOS DE RESOLUCIÓN DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN Y DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS
DE CIRCUITO, SÓLO DEBEN PUBLICARSE AQUELLOS EN LOS
QUE SE ANALICE LA CONSTITUCIONALIDAD O LA
CONVENCIONALIDAD DE UNA NORMA GENERAL, O BIEN, SE
REALICE LA INTERPRETACIÓN DIRECTA DE UN PRECEPTO
CONSTITUCIONAL O DE UN TRATADO INTERNACIONAL EN
MATERIA DE DERECHOS HUMANOS.”, a continuación se hace
público el fragmento del proyecto de sentencia del Amparo Directo en
Revisión 3348/2017 en el cual se realiza el estudio de
constitucionalidad respectivo:

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN


6215/2016.
QUEJOSO Y RECURRENTE: URIEL
PANCHI COLÓN Y OTROS.

PONENTE: MINISTRA NORMA LUCÍA PIÑA HERNÁNDEZ.


SECRETARIO: EDUARDO ARANDA MARTÍNEZ.

Vo.bo.
Sra. Ministra.

Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al de
_____________________dos mil dieciséis.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

V I S T O S los autos para resolver el recurso de revisión en


amparo directo promovido en contra de la sentencia dictada el
uno de septiembre de dos mil dieciséis, por el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito, en el juicio de
amparo directo *************; y,

R E S U L T A N D O:

(…)

36. SÉPTIMO. Estudio. Delimitada la litis del presente recurso se


procede a la contestación de los agravios en distinto orden al
propuesto por el recurrente.

A) Violación al derecho a la defensa adecuada. Momento a


partir del cual el inculpado debe contar con un defensor.

37. Como quedó precisado en el apartado anterior, el Tribunal


Colegiado fue omiso en dar contestación al argumento de los
quejosos en el sentido de que tenían derecho a un defensor
desde el momento de su detención, puesto que se limitó a señalar
que en el caso se habían cumplido las formalidades esenciales
del procedimiento. Esta circunstancia es controvertida por los
recurrentes en su cuarto agravio en el que solicitan a este Alto
Tribunal realice la interpretación de los artículos 1° y 20
constitucionales, con relación al derecho humano a la defensa

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

adecuada, a efecto de determinar si este derecho les asiste


desde el momento de su detención.

38. Los artículos constitucionales en comento, en la parte conducente


establecen lo siguiente:

“Art. 1o.- En los Estados Unidos Mexicanos todas las


personas gozarán de los derechos humanos
reconocidos en esta Constitución y en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte, así como de las garantías para su protección,
cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse,
salvo en los casos y bajo las condiciones que esta
Constitución establece.

Las normas relativas a los derechos humanos se


interpretarán de conformidad con esta Constitución y
con los tratados internacionales de la materia
favoreciendo en todo tiempo a las personas la
protección más amplia.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus


competencias, tienen la obligación de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos
de conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En
consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar,
sancionar y reparar las violaciones a los derechos
humanos, en los términos que establezca la ley.

Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos


Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al
territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su
libertad y la protección de las leyes.

Queda prohibida toda discriminación motivada por


origen étnico o nacional, el género, la edad, las
discapacidades, la condición social, las condiciones de

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

salud, la religión, las opiniones, las preferencias


sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente
contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o
menoscabar los derechos y libertades de las
personas.”

“Art. 20.- El proceso penal será acusatorio y oral. Se


regirá por los principios de publicidad, contradicción,
concentración, continuidad e inmediación.
(…)
B. De los derechos de toda persona imputada:

I. A que se presuma su inocencia mientras no se


declare su responsabilidad mediante sentencia emitida
por el juez de la causa;

II. A declarar o a guardar silencio. Desde el


momento de su detención se le harán saber los
motivos de la misma y su derecho a guardar
silencio, el cual no podrá ser utilizado en su
perjuicio. Queda prohibida y será sancionada por
la ley penal, toda incomunicación, intimidación o
tortura. La confesión rendida sin la asistencia del
defensor carecerá de todo valor probatorio;

III. A que se le informe, tanto en el momento de su


detención como en su comparecencia ante el
Ministerio Público o el juez, los hechos que se le
imputan y los derechos que le asisten. Tratándose
de delincuencia organizada, la autoridad judicial podrá
autorizar que se mantenga en reserva el nombre y
datos del acusador.

La ley establecerá beneficios a favor del inculpado,


procesado o sentenciado que preste ayuda eficaz para
la investigación y persecución de delitos en materia de
delincuencia organizada;

IV. Se le recibirán los testigos y demás pruebas


pertinentes que ofrezca, concediéndosele el tiempo

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

que la ley estime necesario al efecto y auxiliándosele


para obtener la comparecencia de las personas cuyo
testimonio solicite, en los términos que señale la ley;

V. Será juzgado en audiencia pública por un juez o


tribunal. La publicidad sólo podrá restringirse en los
casos de excepción que determine la ley, por razones
de seguridad nacional, seguridad pública, protección
de las víctimas, testigos y menores, cuando se ponga
en riesgo la revelación de datos legalmente protegidos,
o cuando el tribunal estime que existen razones
fundadas para justificarlo.

En delincuencia organizada, las actuaciones


realizadas en la fase de investigación podrán tener
valor probatorio, cuando no puedan ser reproducidas
en juicio o exista riesgo para testigos o víctimas. Lo
anterior sin perjuicio del derecho del inculpado de
objetarlas o impugnarlas y aportar pruebas en contra;

VI. Le serán facilitados todos los datos que solicite


para su defensa y que consten en el proceso.

El imputado y su defensor tendrán acceso a los


registros de la investigación cuando el primero se
encuentre detenido y cuando pretenda recibírsele
declaración o entrevistarlo. Asimismo, antes de su
primera comparecencia ante juez podrán consultar
dichos registros, con la oportunidad debida para
preparar la defensa. A partir de este momento no
podrán mantenerse en reserva las actuaciones de la
investigación, salvo los casos excepcionales
expresamente señalados en la ley cuando ello sea
imprescindible para salvaguardar el éxito de la
investigación y siempre que sean oportunamente
revelados para no afectar el derecho de defensa;

VII. Será juzgado antes de cuatro meses si se tratare


de delitos cuya pena máxima no exceda de dos años
de prisión, y antes de un año si la pena excediere de

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

ese tiempo, salvo que solicite mayor plazo para su


defensa;

VIII. Tendrá derecho a una defensa adecuada por


abogado, al cual elegirá libremente incluso desde
el momento de su detención. Si no quiere o no
puede nombrar un abogado, después de haber
sido requerido para hacerlo, el juez le designará un
defensor público. También tendrá derecho a que su
defensor comparezca en todos los actos del
proceso y éste tendrá obligación de hacerlo
cuantas veces se le requiera, y

IX. En ningún caso podrá prolongarse la prisión o


detención, por falta de pago de honorarios de
defensores o por cualquiera otra prestación de dinero,
por causa de responsabilidad civil o algún otro motivo
análogo.

La prisión preventiva no podrá exceder del tiempo que


como máximo de pena fije la ley al delito que motivare
el proceso y en ningún caso será superior a dos años,
salvo que su prolongación se deba al ejercicio del
derecho de defensa del imputado. Si cumplido este
término no se ha pronunciado sentencia, el imputado
será puesto en libertad de inmediato mientras se sigue
el proceso, sin que ello obste para imponer otras
medidas cautelares.

En toda pena de prisión que imponga una sentencia,


se computará el tiempo de la detención.

39. De la literalidad de la fracción VIII, del Apartado B, del artículo 20


constitucional, se desprende que el indiciado como parte del
derecho a la defensa adecuada tiene derecho a un abogado el
cual podrá elegir libremente desde el momento de su detención.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

40. Cabe señalar que sobre el tema en particular, esta Primera Sala
ya ha emitido diversos criterios, los cuales si bien fueron
formulados a la luz del texto constitucional anterior a la reforma
constitucional en materia penal de dos mil ocho, lo cierto es que
resultan útiles para la resolución del presente caso en tanto
caminan en la misma lógica del texto vigente del artículo 20
constitucional.

41. En efecto, esta Primera Sala emitió la jurisprudencia 1ª./J.


31/2003, en la que al interpretar las entonces fracciones IX y X,
párrafo cuarto, Apartado A, del artículo 20 constitucional, 1 sostuvo
que las garantías de defensa adecuada previstas en dichas
fracciones resultaban distintas toda vez que su campo de
aplicación pertenecía a fases procedimentales diversas.

1 Art. 20.- En todo proceso de orden penal, el inculpado, la víctima o el ofendido, tendrán las
siguientes garantías:
A. Del inculpado:
(…)
IX.- Desde el inicio de su proceso será informado de los derechos que en su favor consigna esta
Constitución y tendrá derecho a una defensa adecuada, por sí, por abogado, o por persona de su
confianza. Si no quiere o no puede nombrar defensor, después de haber sido requerido para
hacerlo, el juez le designará un defensor de oficio. También tendrá derecho a que su defensor
comparezca en todos los actos del proceso y éste tendrá obligación de hacerlo cuantas veces se le
requiera; y,

X.- En ningún caso podrá prolongarse la prisión o detención, por falta de pago de honorarios de
defensores o por cualquiera otra prestación de dinero, por causa de responsabilidad civil o algún
otro motivo análogo.

Tampoco podrá prolongarse la prisión preventiva por más tiempo del que como máximo fije la ley al
delito que motivare el proceso.

En toda pena de prisión que imponga una sentencia, se computará el tiempo de la detención.

Las garantías previstas en las fracciones I, V, VII y IX también serán observadas durante la
averiguación previa, en los términos y con los requisitos y límites que las leyes establezcan; lo
previsto en la fracción II no estará sujeto a condición alguna.
(…)

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

42. En ese sentido, señaló que en la fase indagatoria de un proceso


penal no era factible, ni jurídica ni materialmente, la exigibilidad
de esta prerrogativa constitucional en tanto resultaba difícil que
existieran las condiciones reales para que su otorgamiento
pudiera hacerse antes del desahogo de la diligencia de
declaración inicial a cargo de los inculpados y, por tanto, el
mandato constitucional que obligaba a la designación de abogado
o persona de confianza que los asistiera durante el desahogo de
todas las diligencias ministeriales que al respecto fueran
practicadas en esta fase previa, debía ser interpretado en forma
sistemática y lógica, no literal.

43. Lo anterior a fin de que dicho mandato tuviera la debida


consistencia jurídica, pues era inconcuso que existía imposibilidad
real y objetiva para que esta garantía fuera observada en aquellas
diligencias probatorias que ya hubieran sido desahogadas con
antelación, en razón de que únicamente cuando se llegara a la
toma de declaraciones ministeriales, la autoridad persecutora se
encontraría real y jurídicamente en condiciones de saber si los
hechos investigados son constitutivos de delito y si el o los
detenidos se encuentran en calidad de inculpados o de testigos,
de ahí que hasta ese momento resultaba factible
cronológicamente cumplir y hacer cumplir la garantía
constitucional aludida.2

2Época: Novena Época, Registro: 184164, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Jurisprudencia,
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XVII, Junio de 2003, Materia(s):
Constitucional, Penal, Tesis: 1a./J. 31/2003, Página: 49
DEFENSA ADECUADA. DIFERENCIAS ENTRE LOS ALCANCES Y EFECTOS DE LAS
GARANTÍAS CONSAGRADAS EN LAS FRACCIONES IX Y X, PÁRRAFO CUARTO, APARTADO
A, DEL ARTÍCULO 20 CONSTITUCIONAL. Una recta interpretación de lo dispuesto en las

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

44. Posteriormente, en dos mil cinco, esta Sala se pronunció en el


sentido de que si bien la garantía de defensa adecuada en la
averiguación previa a que se referían las fracciones IX y X del
entonces artículo 20, apartado A de la Constitución Federal, se
actualizaban desde el momento en que el detenido era puesto a
disposición del Ministerio Público, lo cierto era que el detenido en
flagrancia, en caso de que así lo decidiera, podría entrevistarse
con quien fuera a fungir como su defensor inmediatamente que lo
solicitara y antes de rendir su declaración ministerial, por lo que la
primera declaración rendida ante el Ministerio Público sería ilegal
en aquellos casos en los que no se le hubiere permitido la

fracciones IX y X, párrafo cuarto, apartado A, del artículo 20 constitucional, permite deducir la


existencia de significativas diferencias entre los alcances y efectos de las garantías de defensa
adecuada consagradas en dichas fracciones; esto es así, porque jurídica y fácticamente existe
imposibilidad para que ambas sean observadas en igualdad de circunstancias, en virtud de que el
campo de su aplicación pertenece a fases procedimentales distintas, además de que se rigen por
reglamentaciones específicas contenidas en los artículos 128 y 160 del Código Federal de
Procedimientos Penales. En efecto, para el ejercicio de esta prerrogativa constitucional en la fase
indagatoria de un proceso penal federal, no es factible jurídica ni materialmente que esa garantía
pueda ser exigible y existan condicionantes reales para que su otorgamiento pueda hacerse antes
del desahogo de la diligencia de declaración inicial a cargo de los inculpados y, por tanto, el
mandato constitucional que obliga a la designación de abogado o persona de su confianza que los
asista durante el desahogo de todas las diligencias ministeriales que al respecto sean practicadas
en esta fase previa, debe ser interpretado en forma sistemática y lógica, no literal, a fin de que
tenga la debida consistencia jurídica, pues es inconcuso que existe imposibilidad real y objetiva
para que esta garantía sea observada en aquellas diligencias probatorias que ya hubiesen sido
desahogadas con antelación, en razón de que únicamente cuando se llega a ese estado
procedimental (toma de declaraciones ministeriales), la autoridad persecutora de delitos se
encuentra real y jurídicamente en condiciones de saber si los hechos investigados son constitutivos
de delito federal y si el o los detenidos se encuentran en calidad de inculpados o de testigos de
esos hechos, pues sólo hasta ese momento ministerial, el representante social federal, con base
en los resultados que arrojen las diligencias probatorias aludidas, es factible que cronológicamente
se encuentre en posibilidad de cumplir y hacer cumplir la garantía constitucional aludida, lo que no
sucede respecto del derecho de defensa ejercido en las diversas etapas que en términos de lo
previsto en el artículo 4o. del Código Federal de Procedimientos Penales, conforman el proceso
penal federal (preinstrucción, instrucción, primera instancia y segunda instancia) pues en tales
casos, el juzgador federal desde el auto de radicación tiene conocimiento de los hechos
consignados y de la calidad de las personas puestas a su disposición, por lo que no existe
impedimento alguno para que desde ese momento procesal y hasta la total conclusión del juicio
pueda ser ejercida y cumplida la garantía constitucional en cita; luego entonces, los indiciados,
procesados y sentenciados tienen la atribución legal debida de exigir y ejercer con eficiencia y
eficacia esa garantía desde el momento mismo de su puesta a disposición ante el órgano
jurisdiccional federal, o bien, durante el transcurso de los diversos periodos que comprende el
proceso penal federal.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

entrevista previa y en privado con su defensor.3 Cabe señalar que


este criterio integró con posterioridad la jurisprudencia 1a./J.
23/2006.

45. Finalmente, al resolver el Amparo Directo en Revisión 3048/2014,


esta Primera Sala reconoció al tenor del nuevo texto
constitucional y en función de los criterios emitidos con
anterioridad de los cuales ya se dio cuenta, que la asistencia
técnica es un derecho del cual goza la persona inculpada en
todas las etapas que intervenga, incluso, de ser posible, desde el
momento en que acontezca su detención.4

3 Época: Novena Época, Registro: 179617, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Aislada, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXI, Enero de 2005, Materia(s): Tesis: 1a.
CLXXI/2004, Página: 412
DEFENSA ADECUADA, ALCANCE EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA (INTERPRETACIÓN DE LA
FRACCIÓN II, EN RELACIÓN CON LAS DIVERSAS IX Y X DEL ARTÍCULO 20 APARTADO A, DE
LA CONSTITUCIÓN FEDERAL). Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
ha interpretado, en relación a los alcances de la garantía de defensa adecuada en la averiguación
previa a que se refieren las fracciones IX y X del artículo 20 apartado A de la Constitución Federal,
que aquélla se actualiza desde el momento en que el detenido es puesto a disposición del
Ministerio Público. Lo anterior implica que ninguna de las garantías del detenido durante el proceso
penal pueden ser concebidas como un mero requisito formal, sino que deben hacerse efectivas y
permitir su implementación real para una participación efectiva en el proceso por parte del
imputado desde que es puesto a disposición del representante social. Por tanto, en lo que se
refiere a la fracción II del dispositivo citado, que establece que la confesión rendida ante el
Ministerio Público o Juez sin la asistencia de su defensor carecerá de todo valor probatorio, esta
Primera Sala considera que la "asistencia" no sólo debe estar relacionada con la presencia física
del defensor ante o en la actuación de la autoridad ministerial, sino que la misma debe
interpretarse en el sentido de que la persona que es puesta a disposición de la autoridad ministerial
cuente con la ayuda efectiva del asesor legal. En este sentido, el detenido en flagrancia, en caso
de que así lo decida, podrá entrevistarse con quien vaya a fungir como su defensor
inmediatamente que lo solicite y antes de rendir su declaración ministerial. En consecuencia, la
primera declaración rendida ante el Ministerio Público, estará viciada y será ilegal cuando no se
haya permitido la entrevista previa y en privado con el defensor.
4 Época: Décima Época, Registro: 2014340, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Aislada,

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 42, Mayo de 2017, Tomo I,
Materia(s): Constitucional, Tesis: 1a. L/2017 (10a.), Página: 466

DERECHO A LA DEFENSA ADECUADA. CUANDO SE REQUIERE LA ASISTENCIA TÉCNICA


DEL DEFENSOR EN DILIGENCIAS DE AVERIGUACIÓN PREVIA, ES INADMISIBLE INFERIR
QUE ÉSTE HA ESTADO PRESENTE BAJO EL ARGUMENTO DE QUE LAS CONSTANCIAS
RESPECTIVAS NO INDICAN SU AUSENCIA. Al interpretar el artículo 20, apartado A, fracción IX,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (en su texto anterior a la reforma de
18 de junio de 2008), esta Sala ha señalado que la asistencia técnica es un derecho del cual goza
la persona inculpada en todas las etapas que intervenga, incluso, de ser posible, desde el
momento en que acontezca su detención. La importancia del respeto a este derecho no puede

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46. A partir de los referidos precedentes esta Primera Sala procede a


realizar la interpretación de la fracción VIII, del Apartado B, del
artículo 20 constitucional vigente.

47. Como primer aspecto, se estima fundamental precisar que la


interpretación de este precepto no puede realizarse de manera
aislada y literal, pues tal y como ya se reconoció en los
precedentes, es necesario que dicha porción normativa sea
analizada de manera sistemática y coherente, con la finalidad de
no debilitar la eficacia de las facultades de persecución e
investigación de la autoridad, pero garantizando la efectiva
protección del derecho humano a la defensa adecuada.

minimizarse. Sin defensa adecuada, no hay posibilidad alguna de reputar una declaración como
válida. Es una regla clara y absoluta. Por ello, para determinar si se ha cumplido con este derecho,
el juez de control constitucional debe cerciorarse de que, efectivamente, en el acta de la
declaración ministerial conste que la persona estuvo asesorada por una defensa técnica. Así, de
ninguna manera es posible asumir que la violación a este derecho sólo puede constatarse cuando
las constancias literalmente indican que el defensor no estuvo presente. Es decir, el cumplimiento
de este derecho no puede presumirse. Más bien, la constatación de su cumplimiento debe darse a
la inversa. Ante el argumento del inculpado en el sentido de que no contó con asesoría técnica y
ante la falta de una anotación que demuestre la presencia del defensor, debe considerarse que
existen elementos suficientes para dar verosimilitud al alegato planteado y determinar lo
consecuente (es decir, ordenar la reposición del procedimiento o bien la exclusión de la prueba,
según proceda en cada caso). Así, el cumplimiento del derecho a la defensa adecuada debe
quedar total y plenamente acreditado y no sujetarse a presunciones. Esta conclusión se basa en
una premisa básica sobre la manera de verificar el cumplimiento de los derechos humanos: es el
Estado quien siempre tiene el deber de demostrar que éstos han sido respetados, porque es el
Estado quien tiene el deber de garantizarlos. Es decir, resultaría inadmisible considerar que la
persona inculpada tiene la carga de exhibir constancias que demuestren la violación a los derechos
humanos, sobre todo en el marco de un proceso penal.

Amparo directo en revisión 3048/2014. 24 de agosto de 2016. Mayoría de tres votos de los
Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, quien reservó su derecho para
formular voto concurrente, y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Disidentes: Jorge Mario Pardo
Rebolledo y Norma Lucía Piña Hernández, quien formuló voto particular relacionado con la
procedencia del recurso. Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Secretaria: Patricia del Arenal
Urueta.
Esta tesis se publicó el viernes 26 de mayo de 2017 a las 10:31 horas en el Semanario Judicial de
la Federación.

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48. Lo anterior se estima importante porque pareciera que si se


interpretara y aplicara de manera literal dicha porción normativa
de la Ley Fundamental, ello podría llevar a sostener que el
detenido en flagrancia tiene derecho desde ese mismo instante a
estar asistido por un defensor, pues de lo contrario se le estaría
vulnerando su derecho a la defensa adecuada, generando con
ello la ilegalidad de dicha detención y de todas aquellas
actuaciones posteriores que se lleven a cabo sin la debida
asistencia, extremo que en opinión de esta Sala, no es al que se
refiere el precepto analizado.

49. En opinión de esta Sala, en la interpretación de la fracción VIII del


Apartado B, del artículo 20 constitucional vigente, existe un
elemento que reviste de la mayor importancia para dotar de
contenido dicho mandato: la inmediatez de las actuaciones que
tienen verificativo antes de la puesta a disposición del detenido
ante el Ministerio Público. Se hace especial hincapié en este
elemento pues de no tomarse en cuenta se correría el riesgo de
hacer nugatorias las facultades de la autoridad investigadora al
exigirle que en todo momento debe garantizar la presencia de un
defensor para el inculpado.

50. Sin embargo, así como se precisa la importancia de tener en


cuenta este elemento de inmediatez, también se puntualiza que la
protección de este principio y de la eficacia de las facultades
investigadoras de la autoridad no pueden llevarse al extremo de
justificar la desprotección del derecho a la defensa adecuada del

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

inculpado, pues entonces se correría el riesgo opuesto con


demérito del sistema de protección a los derechos fundamentales.

51. Por el contrario, lo que se pretende en la presente ejecutoria es


encontrar el correcto equilibrio entre ambos principios, o dicho de
otra manera, delimitar de manera correcta la interacción de este
derecho con las atribuciones de la autoridad, lo cual es posible a
partir del análisis sistemático de las demás fracciones del
Apartado B, del artículo 20 constitucional que establecen los
derechos del detenido previo a ser puesto a disposición.

52. En ese sentido, la fracción II del precepto constitucional de mérito,


establece que el imputado tiene derecho a que desde el momento
de su detención se le haga saber los motivos de la misma y a
guardar silencio; establece expresa y claramente la prohibición de
incomunicar, intimidar o torturar a la persona y finalmente, señala
que la confesión rendida sin la asistencia del defensor carece de
todo valor probatorio.5

53. Dicha porción viene a ser complementada por la fracción III, la


cual establece que desde el momento de su detención se le debe
informar al imputado además de los hechos que se le imputan, los

5 “Art. 20.- El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de publicidad,
contradicción, concentración, continuidad e inmediación.
(…)
B. De los derechos de toda persona imputada:
(…)
II. A declarar o a guardar silencio. Desde el momento de su detención se le harán saber los
motivos de la misma y su derecho a guardar silencio, el cual no podrá ser utilizado en su perjuicio.
Queda prohibida y será sancionada por la ley penal, toda incomunicación, intimidación o tortura.
La confesión rendida sin la asistencia del defensor carecerá de todo valor probatorio;
(…)”

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

derechos que le asisten, dentro de ellos desde luego a contar con


un defensor.6

54. Estas fracciones dejan ver que la Ley Fundamental fue cuidadosa
en garantizar desde el primer momento la protección de los
derechos del detenido, los cuales se traducen en la necesidad de
hacerle saber al gobernado de manera inmediata las causas de
su detención y sus derechos dentro de los cuales se incluye, su
derecho a designar un abogado que lo defienda.

55. Ahora bien, no debe pasar inadvertido que la fracción VI nos dice
que el imputado y su defensor tendrán acceso a los registros de
la investigación cuando el primero se encuentre detenido y
cuando pretenda recibírsele declaración o entrevistarlo. Esto es,
la Constitución General reconoce el derecho del imputado de
contar con la asistencia de su defensor inclusive antes de su
declaración ministerial a efecto de estar en posibilidad de
preparar su defensa. En este contexto se inserta el mandato
establecido en la fracción VIII, en cuanto prevé que el detenido
tiene desde ese momento el derecho a designar a su defensor.

6 “Art. 20.- El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de publicidad,
contradicción, concentración, continuidad e inmediación.
(…)
III. A que se le informe, tanto en el momento de su detención como en su comparecencia ante el
Ministerio Público o el juez, los hechos que se le imputan y los derechos que le asisten.
Tratándose de delincuencia organizada, la autoridad judicial podrá autorizar que se mantenga en
reserva el nombre y datos del acusador.

La ley establecerá beneficios a favor del inculpado, procesado o sentenciado que preste ayuda
eficaz para la investigación y persecución de delitos en materia de delincuencia organizada;
(…)”

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

56. A partir de lo anterior, debe advertirse que la interpretación


racional de la mencionada fracción VIII, permite sostener que la
Constitución General reconoce la importancia del derecho a una
defensa adecuada como una de las garantías fundamentales del
imputado a efecto de evitar la vulneración a su derecho a la
libertad, de ahí que en principio dicha Ley Fundamental
reconozca que la cristalización de este derecho, es decir contar
con la asesoría de un abogado defensor, debe acompañar al
gobernado desde el primer momento, por lo que se reconoce su
facultad de designarlo desde el momento mismo de la detención.

57. Sin embargo, es importante precisar que el alcance y la tutela


efectiva de este derecho no puede llevar al extremo de sostener
que si el imputado no contó con la asesoría de un abogado desde
el instante mismo de su detención entonces existió una
vulneración a sus derechos humanos y por tanto las diligencias y
actuaciones realizadas a partir de este momento resultan nulas.

58. Esto porque en el cumplimiento de dicha prerrogativa


constitucional es necesario ponderar además el elemento de
inmediatez que revisten este tipo de actuaciones, las cuales no
permiten en todos los casos que el detenido cuente con la
presencia de un abogado desde el justo instante de su detención.
Tan el constituyente reconoce esta circunstancia que la redacción
de la porción normativa lo que establece es el derecho del
imputado de designar a su abogado desde el momento mismo
de la detención.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

59. Lo anterior guarda perfecta congruencia con el restante sistema


de garantías establecidas en las demás fracciones, las cuales se
relacionan con este momento, pues la Constitución busca
proteger al gobernado al señalar que las autoridades estarán
obligadas a hacerle saber de manera inmediata los motivos de su
detención, así como los derechos que le asisten desde ese
momento, como son el derecho a guardar silencio y desde luego,
el derecho a designar desde ese momento a su abogado
defensor.

60. Por lo tanto, en opinión de esta Sala el núcleo de protección del


derecho que reconoce esta fracción VIII al imputado, no se refiere
a la exigencia inflexible de que el detenido cuenten siempre con la
presencia de un defensor desde el instante mismo de la
detención, sino a la posibilidad que debe otorgarse al gobernado,
desde el primer momento en que la inmediatez de las actuaciones
lo permita, de designar a su defensor a efecto de que éste se
encuentre presente y lo asista desde el primer momento en que
ello sea razonablemente posible.

61. Ahora bien, tal y como lo ha reconocido esta Sala, la protección


efectiva de esta prerrogativa no puede limitarse a una evaluación
formal de su cumplimiento, sino que dicha evaluación tiene que
ser tendiente a determinar que el imputado estuvo de manera real
y efectiva en posibilidades de designar al abogado encargado de
su defensa y además, que dicha designación fue con la debida
anticipación a la declaración ministerial a efecto de estar en

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

aptitud de preparar su defensa, elementos que tendrán que ser


evaluados en cada caso concreto en virtud de los hechos,
circunstancias y actuaciones que hayan tenido verificativo.

62. Es por ello que resulta fundado el agravio de los recurrentes pues
si bien el hecho de que los recurrentes no hubieran contado con
un defensor desde el momento mismo de su detención, no implica
por esa sola circunstancia que se hayan vulnerado sus derechos
humanos, lo cierto es que el Tribunal Colegiado omitió analizar a
la luz de los conceptos de violación si dichos quejosos estuvieron
en aptitud real y efectiva desde el primer momento en que fuera
posible, de nombrar al abogado que se haría cargo de su
defensa, limitándose simplemente a señalar que en el caso se
habían respetado las formalidades esenciales del procedimeinto,
lo cual desde luego constituye una violación al artículo 20,
apartado B, de la Constitución Federal, razón por la cual se
declara fundado el presente agravio para los efectos que mas
adelante se precisarán.

B) Violación al derecho a la libertad personal. Flagrancia


como limitación a este derecho.

B.1) Interpretación del artículo 16 constitucional. Alcances


del derecho a la libertad personal y de la flagrancia como uno
de sus límites.

17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

63. El artículo 16 de la Constitución Federal establecen, en la parte


conducente, lo siguiente:

“Art. 16.- Nadie puede ser molestado en su persona,


familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud
de mandamiento escrito de la autoridad competente,
que funde y motive la causa legal del procedimiento.

Toda persona tiene derecho a la protección de sus


datos personales, al acceso, rectificación y
cancelación de los mismos, así como a manifestar su
oposición, en los términos que fije la ley, la cual
establecerá los supuestos de excepción a los
principios que rijan el tratamiento de datos, por
razones de seguridad nacional, disposiciones de orden
público, seguridad y salud públicas o para proteger los
derechos de terceros.

No podrá librarse orden de aprehensión sino por la


autoridad judicial y sin que preceda denuncia o
querella de un hecho que la ley señale como delito,
sancionado con pena privativa de libertad y obren
datos que establezcan que se ha cometido ese hecho
y que exista la probabilidad de que el indiciado lo
cometió o participó en su comisión.

La autoridad que ejecute una orden judicial de


aprehensión, deberá poner al inculpado a disposición
del juez, sin dilación alguna y bajo su más estricta
responsabilidad. La contravención a lo anterior será
sancionada por la ley penal.

Cualquier persona puede detener al indiciado en el


momento en que esté cometiendo un delito o
inmediatamente después de haberlo cometido,
poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad
más cercana y ésta con la misma prontitud, a la del
Ministerio Público. Existirá un registro inmediato de la
detención.

18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

Sólo en casos urgentes, cuando se trate de delito


grave así calificado por la ley y ante el riesgo fundado
de que el indiciado pueda sustraerse a la acción de la
justicia, siempre y cuando no se pueda ocurrir ante la
autoridad judicial por razón de la hora, lugar o
circunstancia, el Ministerio Público podrá, bajo su
responsabilidad, ordenar su detención, fundando y
expresando los indicios que motiven su proceder.

En casos de urgencia o flagrancia, el juez que reciba la


consignación del detenido deberá inmediatamente
ratificar la detención o decretar la libertad con las
reservas de ley…”

64. A partir de dicho texto, esta Primera Sala ha señalado que el


artículo 16 reconoce el derecho a la libertad personal, el cual
además se encuentra tutelado en los instrumentos
internacionales, específicamente en el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (artículo 9) y en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (artículo 7), de donde se ha
entendido que la tutela de este derecho debe ser lo más amplia
posible, conforme a la fuente jurídica que mejor la garantice, de
tal suerte que sólo puede ser limitada bajo determinados
supuesto de excepcionalidad a partir del estricto cumplimiento
de requisitos y garantías mínimas a favor de la persona, pues
de lo contrario se estaría ante una detención arbitraria y por lo
tanto prohibida.7

7 Época: Décima Época, Registro: 2006478, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Aislada,
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 6, Mayo de 2014, Tomo I,
Materia(s): Constitucional, Tesis: 1a. CXCIX/2014 (10a.), Página: 547
LIBERTAD PERSONAL. LA AFECTACIÓN A ESE DERECHO HUMANO ÚNICAMENTE PUEDE
EFECTUARSE BAJO LAS DELIMITACIONES EXCEPCIONALES DEL MARCO
CONSTITUCIONAL Y CONVENCIONAL. La libertad personal se reconoce y protege como derecho
humano de primer rango tanto en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
(artículos 1o., 14 y 16), como en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 9) y

19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

65. Bajo esa línea de razonamiento, esta Sala ha sido consistente en


señalar que toda persona no solo tiene la legítima expectativa,
sino el derecho a no ser molestado por la autoridad salvo por
causas justificadas, lo anterior con la finalidad de evitar abusos
por parte de ésta, razón por la cual se ha entendido que sus
limitaciones son de carácter excepcionalísimo y del más estricto
rigor, de ahí que corresponde a la autoridad probar que tenía
elementos objetivos y razonables para justificar válidamente la
afectación a la libertad y seguridad personal.

66. Cabe señalar que dicha interpretación sigue la lógica que impone
el artículo 1° constitucional, cuando establece que todas las
personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en la
propia Constitución y en los tratados internacionales de los que el
Estado Mexicano sea parte, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni
suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que la
misma establece.

67. Esto porque dicho mandato constitucional impone una regla


interpretativa fundamental, pues entre las normas que reconocen
derechos humanos y las que los restringen existe una relación de
regla a excepción, donde la regla general debe ser la máxima

en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 7); de ahí que su tutela debe ser
la más amplia posible, conforme a la fuente jurídica que mejor la garantice y sólo puede limitarse
bajo determinados supuestos de excepcionalidad, en concordancia con los sistemas constitucional
y convencional, es decir, a partir del estricto cumplimiento de requisitos y garantías de forma
mínima a favor de la persona; de lo contrario, se estará ante una detención o privación de la
libertad personal prohibida tanto a nivel nacional como internacional.

20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

amplitud en el ejercicio de los derechos humanos y la excepción


debe ser su restricción.

68. Es en este contexto constitucional en el que se inserta la figura de


la flagrancia como una limitación al derecho humano a la libertad
personal, en tanto que la Constitución Federal autoriza que
cualquier persona pueda detener al indiciado en el momento en
que esté cometiendo un delito o inmediatamente después de
haberlo cometido, poniéndolo sin demora a disposición de la
autoridad más cercana y ésta con la misma prontitud al Ministerio
Público.

69. Sin embargo, sobre dicha figura se ha precisado que como


excepción al derecho humano a la libertad personal, constituye un
ejemplo del parámetro restringido de la intervención de la policía,
el cual aporta un fuerte contenido de seguridad jurídica para los
gobernados ya que los cuerpos de las instituciones policiales no
tienen autorizado actuar de manera arbitraria, sino que deben
ajustarse estrictamente a la literalidad de los parámetros
constitucionales establecidos para la actualización de la
flagrancia, sin que pueda interpretarse que ésta figura
conlleve atribuciones indagatorias ni confiscatorias tanto
para la autoridad, como para los particulares que realicen la
detención.8

8 Época: Décima Época, Registro: 2011527, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Aislada,
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 29, Abril de 2016, Tomo II,
Materia(s): Constitucional, Penal, Tesis: 1a. CXXXVII/2016 (10a.), Página: 1113
DETENCIÓN EN FLAGRANCIA. LOS ELEMENTOS POLICIALES QUE PARTICIPEN EN ÉSTA
CARECEN DE FACULTADES PARA REALIZAR ACTUACIONES SOBRE LA INVESTIGACIÓN
DEL DELITO, SIN AUTORIZACIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO. La detención en flagrancia, como

21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

70. En el caso, los quejosos recurrentes sostienen que su detención


fue arbitraria toda vez que no fueron detenidos en flagrancia, sino
que primeramente fueron detenidos sin alguna causa objetiva o
justificable que diera motivo a dicha invasión a su esfera personal,
para después llevar a cabo actos de investigación que condujeron
al supuesto hallazgo de dos armas y de un paquete de droga que
constituye la base de la imputación de su responsabilidad penal.
Sin embargo, sostienen que dicho hallazgo no convierte su
detención en legal, puesto que la flagrancia debe ser anterior para
que la detención sea justificada y no al revés, es decir no puede

excepción a la afectación del derecho humano a la libertad personal, constituye un ejemplo del
parámetro restringido de la intervención de la policía, el cual aporta un fuerte contenido de
seguridad jurídica para los gobernados, ya que los cuerpos de las instituciones policiales que
participen en dicha detención no tienen autorización, en términos constitucionales, para actuar
arbitrariamente; es decir, una vez lograda la detención del indiciado, la policía tiene la obligación de
presentarlo inmediatamente ante el Ministerio Público, sin que esté facultada para realizar acciones
relacionadas con la investigación del delito, sin autorización de aquél. El anterior imperativo
persigue un objetivo constitucional: hacer que la detención en flagrancia opere materialmente como
una verdadera excepción a la afectación del derecho humano a la libertad personal. Además, dicho
mandato busca que al indiciado se le presente sin demora injustificada ante la autoridad a quien le
competa verificar si es correcta la causa que dio lugar a su detención y determinar la situación que
guarda frente al sistema jurídico positivo y vigente.

Época: Décima Época, Registro: 2012053, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Aislada, Fuente:
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 32, Julio de 2016, Tomo I, Materia(s):
Constitucional, Tesis: 1a. CXC/2016 (10a.), Página: 319
DETENCIÓN CIUDADANA. LA ATRIBUCIÓN PARA QUE CUALQUIER PERSONA PUEDA
REALIZAR UNA DETENCIÓN POR FLAGRANCIA DE DELITO NO COMPRENDE LA
AUTORIZACIÓN PARA REGISTRAR, INDAGAR O INVESTIGAR AL DETENIDO. La atribución de
carácter provisional y circunstancial prevista en el artículo 16, párrafo quinto, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, otorgada a cualquier persona para detener a quien
sorprenda cometiendo un delito o inmediatamente después de haberlo cometido, poniéndolo sin
demora a disposición de la autoridad más cercana y, ésta, con la misma prontitud, a la del
Ministerio Público, constituye una injerencia en la esfera individual del ciudadano que, si bien es
legítima, debe ceñirse estrictamente a su literalidad. Esto es, como cualquier limitación a un
derecho fundamental -en la especie, la libertad personal- dicha atribución debe interpretarse de
forma restrictiva; de ahí que la detención ciudadana debe limitarse a tomar medidas para evitar la
fuga del inculpado y, en consecuencia, no comprende la autorización para registrar, indagar o
investigarlo, si se realiza con otro fin que no sea cerciorarse de que porta un arma que pudiera
representar un riesgo para sí o para los demás, lo cual es la única salvedad congruente con la
necesidad de seguridad durante la medida coercitiva, pues no parece razonable exigir al
aprehensor una conducta heroica o temeraria cuando está realizando un aseguramiento en aras
del interés público. Fuera de este supuesto, la posibilidad de los particulares de detener en
flagrancia no conlleva atribuciones indagatorias ni confiscatorias.

22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

verificarse primero la detención, para a partir de ella investigar y


como consecuencia de la indagatoria configurar la flagrancia.

71. Sobre el presente tema como se adelantó, esta Primera Sala ha


ido caminando en la construcción de una doctrina sólida que
busca sentar las bases de una protección efectiva al derecho a la
libertad personal de los gobernados a partir de la identificación y
delimitación de los grados de inferencia que el Estado a través de
sus agentes puede tener sobre el gobernado como limitaciones a
este derecho.

72. En efecto, al resolver el Amparo Directo en Revisión 3463/2012,


esta Sala estableció los parámetros que deben seguir los
elementos de la policía para que pueda considerarse válido el
control provisional preventivo que se realice sobre alguna persona
y en consecuencia, para poder calificar de legal la detención
efectuada con motivo de dichas medidas de control.9

9 Época: Décima Época, Registro: 2010961, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Aislada,
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 27, Febrero de 2016, Tomo I,
Materia(s): Constitucional, Tesis: 1a. XXVI/2016 (10a.), Página: 669
CONTROL PROVISIONAL PREVENTIVO. PARÁMETROS A SEGUIR POR LOS ELEMENTOS DE
LA POLICÍA PARA QUE AQUÉL TENGA VALIDEZ CON POSTERIORIDAD A LA DETENCIÓN EN
FLAGRANCIA. La finalidad de los controles preventivos provisionales es evitar la comisión de
algún delito, salvaguardar la integridad y la vida de los agentes policiacos, o corroborar la identidad
de alguna persona, con base en información de delitos previamente denunciados ante la policía o
alguna autoridad. En este sentido, la realización de esos controles excluye la posibilidad de que la
autoridad pueda detener a una persona sin causa mínima que lo justifique, de lo contrario, bajo una
circunstancia abstracta -como la apariencia física de las personas, su forma de vestir, hablar o
comportarse-, podrían justificar su detención y revisión física cuando es evidente que no existen
circunstancias que permitan explicar la sospecha de que se está cometiendo un delito. Por tanto,
para que se justifique la constitucionalidad de un control preventivo provisional es necesario que se
actualice la sospecha razonada objetiva de que se está cometiendo un delito y no sólo una
sospecha simple que derive de un criterio subjetivo del agente de la autoridad. Así, las
circunstancias para acreditar empíricamente la sospecha razonable objetiva son relativas a los
objetos materiales del ilícito, los sujetos, lugares y horarios descritos por las víctimas y los testigos
de algún delito con las denuncias que haya recibido la policía. En este contexto, las condiciones en
las cuales la policía estará en posibilidad de llevar a cabo un control de detención, se actualizan
cuando la persona tenga un comportamiento inusual, así como conductas evasivas y/o desafiantes
frente a los agentes de la policía. Sin embargo, en la actualización del supuesto de sospecha

23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

73. En el referido precedente se dijo que la justificación de estos


controles preventivos es precisamente que con ellos se busca
evitar la comisión de algún delito, salvaguardar la integridad y la
vida de los agentes policiacos o corroborar la identidad de alguna
persona con base en información de delitos previamente
denunciados ante la policía o alguna autoridad, sentando el
principio de que ninguna autoridad puede detener a una
persona sin causa mínima que lo justifique, pues estimar lo
contrario daría lugar a que cualquier circunstancia como la
apariencia física de las personas, su forma de vestir, hablar o
comportarse, podría justificar su detención y revisión física
cuando es evidente que no existen circunstancias que permitan
explicar la sospecha de que se está cometiendo un delito.

74. En ese sentido es claro que esta directriz interpretativa se inserta


en la protección más amplia del derecho a la libertad personal,
razonada, no existe la condición fáctica descrita, la comisión del delito evidente y apreciable de
forma directa, pero sí las condiciones circunstanciales que justifican la realización de un control
preventivo provisional por parte de los agentes de la autoridad, ya sea porque haya una denuncia
informal o anónima, o porque el sujeto exteriorice acciones que objetivamente den lugar a
considerar que se pretende ocultar la realización de un delito. Aunado a lo anterior, las condiciones
fácticas son las que van a determinar el grado de intensidad del control preventivo por parte de la
autoridad. En este sentido, existen dos tipos de controles que pueden realizarse: 1. Preventivo en
grado menor, en el cual, los agentes de la policía pueden limitar provisionalmente el tránsito de
personas y/o vehículos con la finalidad de solicitar información a la persona controlada, por
ejemplo, su identidad, ruta, motivos de su presencia, etcétera. En este control preventivo de grado
menor, también los agentes de la policía pueden efectuar una revisión ocular superficial exterior de
la persona o del interior de algún vehículo. 2. Preventivo en grado superior, el cual está motivado
objetivamente por conductas proporcionales y razonablemente sospechosas, lo que implica que los
agentes policiales estén en posibilidad de realizar sobre la persona y/o vehículos un registro más
profundo, con la finalidad de prevenir algún delito, así como para salvaguardar la integridad y la
vida de los propios agentes. En este supuesto, éstos podrían, además, registrar las ropas de las
personas, sus pertenencias así como el interior de los vehículos. Este supuesto se actualiza si las
circunstancias objetivas y particulares del delito y el sujeto corresponden ampliamente con las
descritas en una denuncia previa, o bien si los sujetos controlados muestran un alto nivel de
desafío o de evasión frente a los agentes de la autoridad. En consecuencia, si después de realizar
el control provisional legítimo los agentes de la policía advierten la comisión flagrante de algún
delito, la detención del sujeto controlado será lícita, y también lo serán las pruebas descubiertas en
la revisión que, a su vez, tendrán pleno valor jurídico para ser ofrecidas en juicio.

24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

pues al ser la detención del sujeto una fuerte injerencia en su


esfera jurídica personal resulta preciso que dicha intervención
este perfectamente justificada, evitando así la actuación arbitraria
de la autoridad con la correspondiente violación a los derechos
humanos del sujeto.

75. Es por ello que para justificar la constitucionalidad de un control


preventivo provisional es necesario que se actualice la
sospecha razonada objetiva de que se está cometiendo un
delito y no sólo una sospecha simple que derive de un
criterio subjetivo del agente de la autoridad. Se ha precisado
que estos elementos objetivos se refieren a los objetos materiales
del ilícito, los sujetos, lugares y horarios descritos por las víctimas
y los testigos a través de las denuncias que se hayan formulado o
bien que haya recibido la policía.

76. Bajo esa tesitura se reconoce que la actualización del supuesto


de sospecha razonada presupone la falta de una comisión
evidente y apreciable de forma directa del delito, pero también la
existencia de condiciones circunstanciales que justifican la
realización de un control preventivo provisional por parte de los
agentes de la autoridad, ya sea porque haya una denuncia
anónima o informal, o porque el sujeto exteriorice acciones que
objetivamente den lugar a considerar que se pretende ocultar la
realización de un delito, de ahí que en todo caso serán las
condiciones fácticas las que determinarán el grado de intensidad
del control preventivo por parte de la autoridad.

25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

77. Es por ello que se ha dicho que existen dos tipos de controles que
pueden realizarse:

1) Preventivo en grado menor, en el cual los agentes de la


policía pueden limitar provisionalmente el tránsito de personas
y/o vehículos con la finalidad de solicitar información a la
persona controlada, por ejemplo, su identidad, ruta, motivos
de su presencia, etcétera, precisándose que en este tipo de
control los agentes pueden efectuar una revisión ocular
superficial exterior de la persona o del interior del vehículo.

2) Preventivo en grado superior, el cual está motivado


objetivamente por conductas proporcionales y
razonablemente sospechosas, lo que implica que los agentes
policiales estén en posibilidad de realizar sobre la persona y/o
vehículos un registro más profundo con la finalidad de
prevenir algún delito, así como para salvaguardar la integridad
y la vida de los propios agentes, supuesto en el cual se
permite el registro de la ropa de las personas, sus
pertenencias, así como el interior de los vehículos.

78. Sin embargo, sobre este último tipo de control se ha señalado que
para que este grado de injerencia en la esfera de derechos del
gobernado se encuentre justificado, es indispensable que las
circunstancias objetivas y particulares del delito y el sujeto
correspondan ampliamente con las descritas en una denuncia

26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

previa, o bien si los sujetos controlados muestran un alto nivel de


desafío o de evasión frente a los agentes de la autoridad.

79. Es por ello que sólo si se cumplen con estas condiciones


podremos estar frente a un control preventivo legítimo por parte
de los agentes de la policía, por lo que sí bajo dicha actuación los
agentes advierten la comisión flagrante de algún delito, entonces
deberá tenerse por lícita la detención y también las pruebas
descubiertas en la revisión.

80. En esa misma línea, al resolver el Amparo Directo en Revisión


6695/2015, esta Sala precisó sobre el tema que si bien un
comportamiento “inusual” o “evasivo” podría en ciertos casos
llegar a justificar la existencia de una “sospecha razonable” y, en
consecuencia, autorizar un registro o control provisional, lo cierto
es que para que dicha justificación pueda ser tomada en
consideración es necesario que la misma se encuentre
debidamente respaldada a partir de elementos objetivos que
permitan a la autoridad judicial verificar que el agente de policía
actuó razonablemente, pues de estimarse lo contrario, es decir,
que basta con que la autoridad aduzca simplemente que el
inculpado “adoptó una actitud evasiva ante su presencia” sin
aportar mayores elementos que permitan justificar un control
preventivo provisional, se llegaría al extremo de convalidar
cualquier intervención en la libertad personal o en la intimidad de
la persona, sin mayores requisitos que la apreciación vaga y
subjetiva de la autoridad policial.

27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

81. Es por ello que en dicho precedente quedó sentada la exigencia


en el sentido de que la autoridad de policía debe explicar
detalladamente en cada caso concreto cuáles fueron las
circunstancias de modo, tiempo y lugar que razonablemente le
llevaron a estimar que la persona actuó “sospechosa” o
“evasivamente”; las razones que la llevaron a suponer que
probablemente el sujeto estaba cometiendo un delito o estaba por
cometerlo; cómo es que intentó darse a la fuga; o en caso de
infracciones administrativas, los datos que permitan identificar en
qué consistió tal infracción, así como aquellos que con
posterioridad hubieran justificado una intromisión mayor en la
persona o en sus propiedades, por ejemplo prevenir la comisión
de un delito.

82. Así, se dijo que al revisar la constitucionalidad de la restricción


sufrida en la esfera del gobernado derivado de su “actuación
sospechosa o evasiva”, el juzgador en todo caso debe analizar si
la apreciación subjetiva de la autoridad se encontró
razonablemente justificada a partir de elementos objetivos como
son el contexto, el lugar y la hora en que ocurrieron los hechos,
así como la descripción de la conducta observada por la
autoridad, entre otros elementos, haciéndose hincapié en que el
juzgador debe prestar especial atención en los motivos que
condujeron a la autoridad a restringir temporalmente los derechos
de una persona, debiendo descartar aquellos que pudieran

28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

haberse basado únicamente en la apariencia del sujeto o en


razones meramente discriminatorias.10

B.2) Aplicación de dicho estándar al caso concreto.

83. Como se relató anteriormente, en el caso concreto los quejosos


alegaron que no se actualizó la figura de la flagrancia en tanto
que su detención se realizó con base en meras “sospechas” sin
que existiera una causa objetiva que la justificara, de tal suerte

10 Dicho criterio se encuentra contenido en la siguiente tesis: Época: Décima Época, Registro:
2014689, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Aislada, Fuente: Semanario Judicial de la
Federación, Publicación: viernes 07 de julio de 2017 10:14 h, Materia(s): (Constitucional), Tesis:
1a. LXXXIII/2017 (10a.)
CONTROL PROVISIONAL PREVENTIVO. LA SOSPECHA RAZONABLE QUE JUSTIFIQUE SU
PRÁCTICA DEBE ESTAR SUSTENTADA EN ELEMENTOS OBJETIVOS Y NO EN LA MERA
APRECIACIÓN SUBJETIVA DEL AGENTE DE POLICÍA. La Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación ha señalado que para acreditar la existencia de una sospecha razonable que
justifique la práctica de un control preventivo provisional, la autoridad debe precisar cuál era la
información (hechos y circunstancias) con la que contaba para suponer que una persona estaba
cometiendo una conducta ilícita. Asimismo, ha sostenido que dicha información tendrá que cumplir
con criterios de razonabilidad y objetividad; es decir, deberá ser suficiente bajo la perspectiva de
que cualquier persona desde un punto de vista objetivo hubiere llegado a la misma determinación
que la autoridad, si hubiere contado con tal información. En este sentido, si bien es cierto que un
comportamiento "inusual" o "evasivo" podría en ciertos casos llegar a justificar la existencia de una
"sospecha razonable" y, en consecuencia, autorizar un registro o control provisional, para que tal
justificación pueda ser tomada en consideración es necesario que la misma se encuentre
debidamente respaldada a partir de elementos objetivos que permitan a la autoridad judicial
verificar que el agente de policía actuó razonablemente. De este modo, la autoridad de policía
debe explicar detalladamente en cada caso concreto cuáles fueron las circunstancias de modo,
tiempo y lugar que razonablemente le llevaron a estimar que la persona actuó "sospechosa" o
"evasivamente" (esto es, que el sujeto probablemente estaba cometiendo un delito o estaba por
cometerlo; o bien, cómo es que intentó darse a la fuga). Asimismo, en aquellos casos en los que el
control preventivo derive de la comisión de una infracción administrativa, la autoridad debe exponer
los datos que permitan identificar en qué consistió tal infracción, así como aquellos que, con
posterioridad, hubieran justificado una intromisión mayor en la persona o en sus propiedades (por
ejemplo, prevenir la probable comisión de un delito). Por otra parte, al revisar la constitucionalidad
de la restricción, cuando la autoridad aduzca que el inculpado actuó "sospechosa" o
"evasivamente", el juzgador deberá analizar si la apreciación subjetiva de la autoridad se encontró
razonablemente justificada a partir de elementos objetivos, como son el contexto, el lugar y la hora
en los que ocurrieron los hechos, así como la descripción de la conducta observada por la
autoridad, entre otros elementos que pudieran resultar relevantes. En todo caso, el juzgador debe
prestar especial atención en los motivos que condujeron a la autoridad a restringir temporalmente
los derechos de una persona, debiendo descartar aquellos que pudieran haberse basado
únicamente en la apariencia del sujeto o en razones meramente discriminatorias. De estimarse lo
contrario, es decir, que baste con que la autoridad aduzca simplemente que el inculpado "adoptó
una actitud evasiva ante su presencia" sin aportar mayores elementos que permitan justificar un
control preventivo provisional, se llegaría al extremo de convalidar cualquier intervención en la
libertad personal o en la intimidad de una persona, sin mayores requisitos que la apreciación vaga
y subjetiva de la autoridad policial.

29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

que una vez efectuada ésta se procedió a la investigación del


delito mediante la revisión de su persona y del vehículo donde se
hallaron las armas y los narcóticos que sirvieron de base a la
imputación, lo que significó que primero se llevó a cabo la
detención y después la investigación que condujo a la flagrancia.

84. Por su parte, el Tribunal Colegiado al dar contestación a dicho


planteamiento señaló que contrario a lo alegado por los quejosos,
en el caso sí se había actualizado la figura de la flagrancia puesto
que la indagatoria realizada por los agentes aprehensores fue
iniciada a partir del informe que un taxista les proporcionó sobre
la presencia de “gente sospechosa” en el lugar de la detención,
por lo que al llegar al mismo resultó que efectivamente los
detenidos tuvieron dentro de su radio de acción y ámbito de
disponibilidad inmediata las armas de fuego relacionadas con la
causa penal, así como la posesión de la droga afecta.

85. Sin embargo dicho pronunciamiento resulta contrario a la doctrina


establecida por esta Sala con relación al derecho humano a la
libertad personal.

86. Lo anterior porque si bien como ha quedado expuesto, este


derecho humano se encuentra sujeto a ciertas limitaciones
constitucionalmente justificadas, lo cierto es que al ser éstas
excepciones a la regla general, deben ser interpretadas de
manera restrictiva como supuestos excepcionalísimos que
justifican la intromisión en la esfera de derechos del gobernado.

30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

87. Así, retomando lo expuesto en el apartado anterior, ha quedado


claro que esta Primera Sala ha reconocido la posibilidad de que
los agentes de policía realicen cierto tipo de controles
provisionales a efecto de prevenir la comisión de un delito,
asegurar la integridad de los propios agentes o bien la
identificación de un sujeto con base en delitos previamente
denunciados, sin embargo, también ha quedado claro que la
legalidad de ese tipo de controles se encuentra sujeta al
cumplimiento estricto de ciertas condiciones ya definidas.

88. En ese sentido, de las circunstancias del caso se advierte que los
agentes de policía llevaron a cabo un control preventivo en
grado superior ya que se realizó un registro profundo sobre la
persona de los recurrentes, así como de los vehículos que se
localizaban en el lugar de la detención, ello con la finalidad de
identificar a los sujetos que posiblemente estarían
cometiendo un delito derivado de la denuncia previa e informal
realizada por un taxista.

89. Así, en razón de la aplicación de este tipo de control preventivo


cabe reiterar que esta Primera Sala ha hecho especial hincapié
en que este tipo de controles excluyen la posibilidad de que la
autoridad pueda detener a una persona sin causa mínima que
lo justifique, esto es, por la simple sospecha alentada por la
apariencia física de la persona, su forma de vestir, hablar o
comportarse, de que pudiera estarse cometiendo un delito.

31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

90. Es por ello que tratándose del control preventivo de grado


superior se ha dicho que este supuesto se actualiza solo si las
circunstancias objetivas y particulares en que se efectuó
hacen objetiva y razonable la sospecha de que se está o se
estaba cometiendo un delito; que los sujeto corresponden
ampliamente con los descritos en una denuncia previa, o
bien que éstos hayan mostrado un alto nivel de desafío o de
evasión frente a los agentes de autoridad, en cuyo supuesto la
autoridad policial deberá explicar detalladamente los datos y las
circunstancias que objetivamente justificaron su actuar y la
intromisión en la persona o en sus propiedades, debiendo el
juzgador analizar si la apreciación subjetiva de los agentes se
encontró razonablemente justificada, descartando el que dicha
intromisión pudiera haberse basado únicamente en la apariencia
del sujeto o en razones discriminatorias.

91. Es por estas razones que no bastaba con indicar, como lo hizo el
Tribunal Colegiado, que la detención del quejoso fue legal en
tanto que derivado de ella se encontraron armas y droga en el
radio de actuación de los recurrentes, pues independientemente
del resultado de la investigación, dicho órgano colegiado debió
analizar si en el caso existieron elementos objetivos y razonables
que justificaran la intervención de los agentes en la esfera
personal y patrimonial de los quejosos, es decir, que existieran
datos o elementos suficientes para objetivizar la simple sospecha

32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6215/2016

o apreciación subjetiva de los policías y que diera lugar a la


revisión.

92. Esta omisión de estudio por parte del Tribunal Colegiado es la


que contraría la doctrina de esta Primera Sala, máxime cuando de
los elementos probatorios existentes a partir de los cuales se
acredita cómo se llevó a cabo la detención de los sujetos, esto es,
modo, tiempo y lugar, no se advierte condición objetiva alguna
que justificara una sospecha razonable de que los quejosos
estaban cometiendo un delito y en consecuencia que justificara la
revisión de su persona y sus propiedades, más allá de la mera
apreciación subjetiva de dichos agentes motivada por la sola
presencia de los impetrantes en el lugar y su apariencia, razones
que llevan a esta Sala a declarar fundado el agravio de los
recurrentes.

(…)

Por todo lo anteriormente expuesto, esta Primera Sala resuelve:

(…)

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos


al Tribunal de su origen y, en su oportunidad, archívese el toca
como asunto concluido.

33

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