Derecho Procesal Administrativo Sesión Iii
Derecho Procesal Administrativo Sesión Iii
Derecho Procesal Administrativo Sesión Iii
“La posibilidad de acudir ante las autoridades en forma verbal o por escrito, sea en el
potestad de las personas de dirigir o formular requerimientos a los poderes públicos y los
“El derecho de peticionar a las autoridades es un derecho fundamental […], que permite a
los habitantes de este país dirigirse a los poderes públicos, ya sea por un interés general
o particular y, como consecuencia, del ejercicio del mismo , da origen a un deber que es
de obligatorio cumplimiento para la administración púbica, que es el resolver lo pretendido
[…] si la autoridad impugnada no emite resolución teniendo la obligación de resolver la
petición que le fue dirigida , viola el derecho de petición del postulante, por lo que el
mismo puede acudir al amparo para que se fije un término razonable con el objeto de que
cese la demora en resolver y notificar lo decidido.”
DERECHO DE PETICIÓN.
1. OBLIGACIÓN DE RESOLVER
2. PRINCIPIO DE CONGRUENCIA
“Es evidente que en tanto la autoridad reclamada no cumpla con la obligación de resolver
está violando el derecho de petición garantizado por el precepto constitucional citado, lo
que hace procedente otorgar la protección que el amparo conlleva, para el efecto de que
la autoridad denunciada resuelva las gestiones a que se refiere el postulante […]”
“[…] esta Corte considera que la Registradora Civil de las Personas de Guatemala, al
haber expuesto verbalmente a la postulante los motivos por los que no le entregaría el
Documento Personal de Identificación solicitado, vulneró su derecho de petición pues
debe emitir y notificar pronunciamiento en el que determine aquellas circunstancias e
indique a la interesada los requisitos o actuaciones que debe realizar o cumplir, para
superar el o los obstáculos señalados (según el informe circunstanciado, el que no se
encuentra inscrito su matrimonio), todo en consonancia con lo que al efecto regula el
artículo 1º de la Ley de lo Contencioso Administrativo.”
“[…] para que la Administración Pública dé respuesta las peticiones de los administrados se
computará a partir de que las actuaciones se encuentren en estado de resolver, es decir, cuando
agotado el trámite establecido en la ley o completadas las diligencias fijadas legalmente por la
autoridad administrativa, no existan más actuaciones que únicamente la emisión en definitiva de la
cuestión planteada. Ello implica que para llegar a esa fase -estado de resolver- es imprescindible
que el órgano administrativo haya iniciado y realizado las diligencias pertinentes, pues en ausencia
del normal desarrollo de las etapas administrativas de rigor es imposible, tanto al interesado como
a la administración, establecer el momento a partir del cual se comienza a computar el plazo legal
para que se emita la respuesta de lo solicitado, lo que configura violación al derecho de petición.”
“[...] rechazar de plano las demandas, escritos y demás peticiones por parte de las oficinas
públicas y tribunales de justicia, por no cumplir con un requisito de índole tributaria que,
normalmente, no pesa sobre los justiciables sino sobre el profesional que los patrocina,
constituye una abierta contravención a los artículos 28 y 29 de la Constitución por cuanto
condiciona irresponsablemente los derechos de petición y/o de libre acceso a las oficinas y
entidades del Estado. Adicionalmente, ese condicionamiento se traduce en una restricción a
la libertad que conforme a la Ley Fundamental todo guatemalteco tiene para poder hacer sus
peticiones y constituye un ablandamiento inaceptable de la obligación que tiene la autoridad
de resolverlas como corresponde.”
“De esta cuenta, una intelección pro persona de este derecho propugna porque la regla
general deba ser la de aplicar el principio de máxima publicidad cuando se requiere
información pública, lo que solo encuentra como límite las excepciones puntualmente
determinadas en el artículo 30 del Texto Supremo. […] Lo anterior pone de manifiesto que
el derecho de acceso a la información pública constituye un imperativo elemental de todo
Estado democrático de Derecho, debiendo privilegiarse la máxima publicidad en los actos
de gobierno, a efecto de propiciar la transparencia en la gestión pública, como uno de los
elementos de todo Estado social y democrático, pues permite que las personas puedan
conocer, y en su caso, objetar el manejo de los asuntos de interés público”.
“[...] el referido precepto constitucional encierra el reconocimiento expreso de que todos los actos de la
administración son públicos –pese al equívoco que puede propiciar su epígrafe, que en todo caso carece de
contenido normativo–; así como del derecho de la población de acceder a esa información, como titular de la
soberanía nacional, de la que sus poseedores son sólo mandatarios. Ello explica que para ejercerlo el
ciudadano no tenga más que manifestar su legítima voluntad de conocer la organización, el funcionamiento y
los procesos de adopción de decisiones del aparato gubernamental destinado a procurar su bienestar y el de
sus pares; es en esto que se entiende configurado su interés sobre el asunto de que se trate, y no en la
acepción netamente procesal del vocablo, que queda descontextualizada al ser desechada la tesis de que la
publicidad de los actos administrativos es el único objeto de la disposición de mérito.”
“[...] la información personal o familiar brindada en los censos que realice el Instituto
Nacional de Estadística, con el objeto de apoyar la ejecución de programas sociales del
Estado, es confidencial, salvo autorización expresa de los informantes en cuanto a
permitir el acceso a la información que proporcionen o la que determinen las
disposiciones legales que posibiliten dicho acceso, tal el caso de las entidades estatales a
las que la Constitución y la ley encomiendan funciones de fiscalización de la actividad
estatal, que podrán determinar a los beneficiarios de cualquier programa impulsado con
fondos del Estado.”