Ecuador: Lecciones de Un Proceso Político: Rodrigo Borja
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Ecuador: Lecciones de Un Proceso Político: Rodrigo Borja
13-16
La larga campaña electoral que culminó con las elecciones del 6 de mayo de 1984,
no fue simplemente el enfrentamiento de dos hombres, por dura y áspera que haya
sido su confrontación, sino que fue la lucha entre dos filosofías políticas, dos anta
gónicas concepciones del mundo, dos cosmovisiones: el socialismo democrático, de
un lado, y el neoliberalismo, en su versión más conservadora, de otro. Eso produjo
el enfrentamiento de dos modelos económicos: el de simple crecimiento, propues
to por el "Frente de Reconstrucción Nacional" (que así se llamó la santa alianza de
rechista que respaldó la candidatura del Ing. León Febres Cordero), y el modelo de
la equidad, que postuló el Partido Izquierda Democrática (ID).
Se enfrentaron, además, dos tácticas distintas para arrostrar el problema del endeu
damiento exterior - 7.600 millones de dólares - y de la independencia: la del "bilate
ralismo" entreguista y suicida y la de la unidad latinoamericana para que los países
deudores puedan afrontar, a través de una acción concertada y coherente, la rene
gociación de sus deudas con los acreedores extranjeros y puedan resistir la depen
dencia externa agudizada por el alto endeudamiento latinoamericano.
La millonaria propaganda electoral del Ing. León Febres Cordero aturdió a nuestro
pueblo, digo mal, aturdió a parte de nuestro pueblo, a la mitad de nuestro pueblo.
Le hizo creer, por ejemplo, que el candidato de la derecha, por sus largos antece
dentes empresariales en el "grupo Noboa", que es la constelación económica y fi
nanciera más grande del Ecuador - exportación de banano, cacao, café, productos
del mar; importación de vehículos, licores y otros artículos; fabricación de harina,
papel, cartón, sal, avena y otros mil productos; propietaria de bancos y financieras
- tenía la preparación, la experiencia, la decisión y los equipos humanos para "re
construir" el país. La frase colombiana, traída de contrabando y sin pagar derechos
de autor a Belisario Betancourt, martillaba día y noche que "con León sí se puede".
El propio membrete de la santa alianza reaccionaria - "Frente de Reconstrucción
Nacional" - fue escogido para inducir a engaño a los electores acerca de la compe
tencia de esos señores para restaurar la economía. Todo estuvo prolijamente mon
tado para consumar la estafa política del 6 de mayo. Pero eso no es todo. Hay algo
que debe decirse. La crisis económica y social en que se debatía el país tornó "creí
ble" el discurso de Febres Cordero, las circunstancias le dieron la credibilidad que
de ordinario no tenía. Un pueblo golpeado por la crisis, temeroso del futuro, ase
diado por la pobreza, pensó que un oligarca que supuestamente había tenido "éxi
to" en sus negocios privados - al menos así decía la propaganda y el pueblo no
siempre estuvo al tanto de que las empresas monopólicas y sobreprotegidas que
manejó Febres Cordero jamás podrían estar mal - podía sacar adelante al país. La
crisis incluso derechizó a ciertas capas medias, que antes votaron con nosotros.
Todo ello formó una atmósfera de credibilidad para Febres Cordero, que no la tuve
yo porque pertenezco a la misma generación de políticos - Jaime Roldós y Osvaldo
Hurtado - que tuvieron la mala fortuna de gobernar el período anterior, en medio
de la crisis, y a quienes se imputaba falta de experiencia puesto que antes "no habí
an administrado ni la pulpería de la esquina", según la socorrida afirmación de los
"experimentados" empresarios derechistas que hoy no dan pie con bola en el go
bierno del Estado y se debaten penosamente entre la incompetencia, el desconcier
to y la presión de los telefonazos de la oligarquía que les financió la campaña.
la normalidad, era un país enfermo, padecía no sólo crisis económica sino también
crisis nerviosa. Por eso cayó víctima de la demagogia delirante de los jefes de la oli
garquía que acertaron a jugar, en el baile de disfraces electoral, el papel de "reden
tores" de los humildes.
EL CONTINUISMO
Diez meses de gobierno del "Frente de Reconstrucción Nacional" han bastado para
poner en evidencia que ser gerente de empresas monopólicas y protegidas no es
suficiente título para gobernar un país. La distancia que va del estadista al admi
nistrador privado es muy grande. Como lo admitió el propio Nixon, hombre de la
derecha norteamericana, en su libro Líderes, administrar es una cosa y dirigir un
país es otra. "El administrador piensa en hoy y mañana, el estadista ha de pensar
NUEVA SOCIEDAD NRO. 78 JULIO- AGOSTO 1985, PP. 13-16
Esto implica el fracaso de la gestión del empresario León Febres Cordero al frente
de la conducción del Estado.
EL IMPERIO DE LA VIOLENCIA
El país vive, pues, un virtual régimen de facto, a cuyo amparo se han consumado
graves violaciones de los derechos humanos. Despidos masivos e injustificados de
empleados del Estado, clausura temporal de radiodifusoras y toda clase de repre
salias contra periodistas de oposición o independientes, presiones sobre los anun
ciantes de medios de comunicación no sometidos al gobierno - todo lo cual incluso
motivó la preocupación de la Sociedad Interamericana de Prensa -, arbitraria can
celación de la frecuencia de un canal de televisión independiente; auspicio, encu
brimiento e impunidad de bandas paramilitares; agresión física contra el jefe de ID,
licenciado Xavier Ledesma; allanamiento del local de Izquierda Democrática en
Guayaquil y robo de nuestros archivos - aparentemente la finalidad era, al más
puro estilo fascista, conocer la lista computarizada de nuestros 350.000 afiliados
con fines persecutorios -, utilización de la "fiscalización" tributaria como arma polí
NUEVA SOCIEDAD NRO. 78 JULIO- AGOSTO 1985, PP. 13-16
tica contra los opositores al régimen, escandaloso espionaje telefónico con los más
sofisticados equipos, en fin, mil y mil atropellos contra los derechos humanos.
Una ola de violencia, patrocinada por el propio gobierno, sacude al país. El Ecua
dor ha dejado de ser la isla de tranquilidad y armonía sociales que siempre fue, en
el corazón de una América Latina atormentada por la violencia. Hemos perdido la
paz, que es el recurso económico más importante de un país.
Estos son los "prodigios" de la política económica neoclásica de negación del Esta
do como agente del desarrollo, del sometimiento de la economía a las "infalibles"
leyes del mercado, del entreguismo a la banca privada internacional y de la defen
sa de una división internacional del trabajo que tanto perjudica a los países pobres.
América Latina no debe dejar de hablar y de luchar por un nuevo orden económico
internacional, que establezca relaciones de racionalidad y de justicia entre los Esta
dos, que distribuya equitativamente los beneficios del progreso y que alcance para
los países pobres una justa participación en el ingreso mundial.
El Financial Times dijo también que "no hay duda de que el corazón del gobierno
Febres Cordero late por el presidente Reagan en la cuestión de América Central" y
que "el Ecuador da la clara impresión de ser neutral contra los sandinistas en Nica
ragua".
Esta es la verdad: tenemos un gobierno más afín con Pinochet que con los pueblos
latinoamericanos.
Y esto lo dijo la revista gobiernista chilena Qué Pasa (agosto 1984), al saludar la
posesión del mando del presidente ecuatoriano, que "León Febres Cordero - hom
bre de centroderecha o, más bien, de derechas - nunca ha ocultado su afecto hacia
Chile. Tiene aquí amigos personales, lazos comerciales, empresariales. Sin ir más
lejos, su hermano Agustín, ex-ministro de Defensa y uno de sus más cercanos cola
boradores, es amigo personal del presidente Pinochet... " . Y agregó: "Pero no sólo
se da una afinidad personal, sino también ideológica" entre Pinochet y Febres Cor
dero.
Lo dicho es suficiente para dar una idea del gobierno de Febres Cordero en el
Ecuador. Allí puede verse con claridad su inclinación ideológica y los intereses
concretos que él representa y defiende.
Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nueva Sociedad Nº 78, Julio-
Agosto de 1985, ISSN: 0251-3552, <www.nuso.org>