Otredad y Diferencia
Otredad y Diferencia
Otredad y Diferencia
Durante las últimas décadas, específicamente después de la caída del régimen Nazi y el fin
de la Segunda Guerra Mundial en 1945, los conceptos como igualdad tomaron enorme fuerza, y
como resultado de esto hemos ido conduciendo este valor antropológico de igualdad como si fuera
un deber o una obligación, hasta el punto en el que en los tiempos actuales la igualdad parece ser
Aunque, para primero establecer un cambio, hay que fijarse en lo que causo este punto de
inflexión histórica, para eso se hará un recorrido filosófico y antropológico, destacando autores
desde la antigüedad griega hasta la modernidad en los que, al revisar sus ideas, se evidencia el
cambio que hubo a nivel individual y cultural, así como su radical dispersión a mediados del siglo XX.
Uno de los conceptos más destacables de individualidad en relación con la sociedad fue el
de Aristóteles, pues él usaba el concepto de Areté en su Ética nicomáquea, estableciendo que toda
persona tiene una Virtud que se construye a modo de experiencias pero, a su vez, haciendo la
salvedad que hay quien nace con la Virtud, similar a lo que se llamaría en la actualidad un talento.
Estas Virtudes son individuales, en el sentido que nadie es igual de Virtuoso a otro. Aristóteles habla
de la Virtud en relación con el ámbito social, específicamente con la amistad, pues dice que “la
amistad es una virtud (…) además, es lo más necesario para la vida” (1985, p. 160). Con esta frase
se interpreta que para el estagirita no existe virtud sin amistad; por ende, las virtudes deben servir no
solo al individuo en cuanto tal sino, también, a los amigos ─o en este caso de manera especial─, a
la polis. Lo dicho hasta el momento reafirma la posición de Aristóteles: una virtud que reside y es
aplicada por el individuo solo tiene sentido en caso de que se aplique a la múltiple relación que tiene
Siguiendo una visión similar, Santo Tomas de Aquino, en la Suma Teológica, explica las
Virtudes haciendo una correlación con los hábitos. Lo anterior, se puede inferir cuando el aquinate
sostiene que los hábitos se diferencian especialmente tanto por su objeto como por su orden natural.
De esta forma se proponen dos ideas para hondar esta visión, siendo la primordial, la que hace la
distinción entre el habito bueno y el hábito malo; siendo los buenos los que obedecen al ejercicio de
virtud y los malos al vicio. Desde esta perspectiva, las virtudes son los actos que convienen a la
naturaleza humana, pues provienen del acto de razón y, a su vez, son el fundamento del bien obrar
Si bien la virtud surge del hábito individual su mayor propósito siempre será favorecer a la
sociedad pues, en la naturaleza del hombre como ser social, se nos presenta la relación frente al
principio de individuación desde el ejercicio de Virtud ─pues yo mismo me relaciono con el otro, lo
otro y el mundo desde mi aplicación de la virtud como individual─ para converger en pro del bien
común.
Sobre la virtud, Nietzsche (2022) toma una posición particular pues cada persona deberá
balbucear sobre su virtud al ser única en cada individuo, puesto que cada individuo es responsable
de conciliar su razón con su deseo. Ahora bien, la virtud le posibilita al hombre ejercer su voluntad,
voluntad de realizar cosas a favor de su propia naturaleza mientras le permite el desarrollo de sus
pasiones en la autonomía de las acciones soportadas por la razón. En una palabra, se podría decir
que las acciones en la vida del hombre, acorde a su propia naturaleza, son la manifestación de la
voluntad de poder; voluntad de poder configurada por el discernimiento de lo bueno y lo malo por
De este modo la relación entre los individuos en una sociedad se ve comprendida por la
afinidad de las voluntades que cada uno de ellos tenga para establecer una relación de cooperación,
donde la razón, a través del conocimiento del otro, permite discernir los aspectos tanto positivos
como negativos entre los mismos individuos, posibilitando la unificación de criterios que permitan el
Punto de Quiebre
La caída del régimen Nazi, y el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, son el punto de
inflexión que marcó el inicio de nuevas antropologías. No en vano M.Boivin, A.Rosato y Varribas en
su libro Constructores de igualdad (1998) sostienen que “luego de la Segunda Guerra Mundial (…)
aparecen las “otras” Antropologías, las “no occidentales” que plantean teorías alternativas sobre la
cultural producto de la presión de Occidente” (1998, p.9), provocando la desaparición sistemática del
pensamiento étnico y, con esto, la ausencia de espacios para el reconocimiento de la diversidad
La Crisis de la Tolerancia
intercambio de ideas con ese flujo de virtudes, ahora nos encontramos presionados para seguir un
grupo. Hemos llegado a formar parte de una sociedad agotadora sin llegar a preguntarnos donde
reemplazándola por un simple instinto grupal, magnificado por la presión de los medios y las redes
“tolerancia” frente a los integrantes de un mismo grupo y el fenómeno de una intolerancia radical
frente a cualquier individuo que se digne a pensar diferente. Teniendo en cuenta a Nietzsche (2022),
este mal de las redes sociales ─cuando son mal utilizadas─ y los medios de comunicación con su
«chusma», la cual “va a beber con los demás, allí todos los pozos quedan envenenados” (pp.171).
Estas ideas donde expresa a la «chusma» como algo que se disfraza entre la virtud como si
fuera algo beneficioso, pero que al final envenena al individuo y lo vuelve vicioso, impiden la
aspiración a una vida virtuosa. Un claro ejemplo de ello en la actualidad es TikTok, siendo así que en
un principio se presentó como una fuente de entretenimiento y, a su vez, como una posible red de
aprendizaje e interacción cultural. Sin embargo, ésta resultó ser un medio extremadamente eficiente
solo en lo primero, llevando a una necesidad de recompensa constante e instantánea. Sin mencionar
que la corta duración de contenido ha llevado a que la gente tenga una capacidad atencional cada
vez menor, lo que al final del día ha construido el campo de cultivo perfecto para que la gente tome
como única referencia lo que ven en la red, esto, combinado con un contenido que utiliza opiniones
extremadamente subjetivas y las extrapola como una verdad absoluta, ha llevado a que se convierta
gesta una degradación cultural, además de generar un rechazo frente a las ideas del otro que,
mediante un algoritmo que solo comparte lo “popular” y “conveniente”, produce una comunidad
cerrada, incluso hermética, respecto a las ideas de los demás, donde todos los individuos son
iguales.
Por ende, ninguno ejerce virtud debido a que un individuo vicioso no brinda un aporte
puesto que obstruye a la sociedad en su propósito de crecimiento. Con esto se demuestra que con
ese exceso de “tolerancia” frente a las ideas que se presentan hoy en día han llevado, sin importar si
son cuestionables o no, a que se termine dividiendo la sociedad en varios grupos incapaces de la
escucha entre sí pues, al ser extremadamente tolerantes dentro del mismo grupo, se vuelven
intolerantes con aquel que piensa diferente llegando, incluso, a una situación de heterofobia.
Por consecuente nos es imperante y urgente como sociedad, reevaluar nuestros estándares
sociales, así como las dinámicas de tolerancia y cancelación que se presentan, con el fin de crecer
como sociedad tenemos que aceptar al otro no negarlo por pensar o ser diferente, por eso
deberíamos revisar nuestra historia y tomar los valores que más convengan a la realidad,
contemporánea y eliminar o al menos mediar el impacto de las redes para revertir el daño ya hecho.
Listado de Referencias
https://www.dominicos.org/media/uploads/recursos/libros/suma/2.pdf
http://www.kaleidoscopio.com.ar/fs_files/user_img/textos_antropologia_cultural/BOIVIN%20ROSATO
%20ARRIBAS_Constructores%20de%20la%20otredad_completo.pdf
Aristóteles, (IV A.C), Ética nicomáquea, Libro VIII,edición digital Gredos con el
link:https://posgrado.unam.mx/filosofia/pdfs/Aristoteles__Etica-a-Nicomaco-Etica-Eudemia-
Gredos.pdf