Paper Almagro
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Abstract
The investigation, ti was developed about Spanish foundation of Tacna; Peru. By means of studies review,
we have stablished at historical – plot review at many chronists; on judicial and notarial documents, the
judicial process to acknowledgment and validation of rights of property by the Spanish Kings to the
conquerors at 1535-1609. The review to propose foundational act to Tacna hypothesis, whit the Diego de
Almagro arrival at December 1535 – January 1536. And the historiographical review at overlap Spain
foundation at San Marcos de Arica against San Pedro de Tacna.
Keywords: Spain Foundation; Conquest; Tacna, Perú; Colony; Arica; History Review; Diego de
Almagro.
Resumen
La investigación realizada sobre la fundación española de Tacna; Perú. Por medio del estudio, se ha
establecido, mediante el eje argumental – histórico de diversos cronistas; y la documentación notarial y
judiciales de los procesos de reconocimiento y validación de derechos sobre los asientos y encomiendas
que se dieron por parte de los Reyes de España a los conquistadores entre 1535 – 1609. La investigación,
plantea la hipótesis del acto fundacional de la ciudad con la llegada del explorador Diego de Almagro
hacia el mes de diciembre 1535 y enero de 1536. Además, de hacer el análisis historiográfico de la
superposición de la fundación española de San Marcos de Arica sobre San Pedro de Tacna.
Palabras clave: Fundación española; Conquista; Tacna-Perú; Colonia; Revisión Histórica; Diego de
Almagro.
1. Introducción
Durante muchos años, la literatura folclórica e histórica de la región Tacna, ha negado la
fundación española de la Villa de San Pedro de Tacna. Las motivaciones, han sido muchas; y vienen desde
la propia expansión de la conquista española por el imperio Inca (Tawantinsuyo) – actuales territorios de
las repúblicas de Perú, Argentina, Bolivia y Chile -y los conflictos internos que tuvieron los conquistadores
que generaron la división de las gobernaciones político – administrativas, las cuales eran Nueva Toledo a
cargo de Diego de Almagro y Nueva Castilla a cargo de Francisco Pizarro; creadas por el Rey Carlos V,
mediante la Capitulación de Toledo el 26 de julio de 1529.
En este proceso de expansión, descubrimiento, implementación de encomiendas, reducciones
y juntas administrativas marcadas por escenarios de conflicto interno y externo, se dio la expansión de la
conquista Ibérica por los territorios del imperio Inca. Cabe indicar, que la situación de desmembramiento
del imperio a causa de los conflictos políticos internos y las alianzas indígenas con los conquistadores,
potenciaron la crisis político – social que tenía el imperio Inca.
La resistencia ante la expansión de la conquista, se hizo manifiesta con la rebelión de
Sacsayhuman, entre tropas leales al emperador Inca Manco Cápac II y los conquistadores el 03 de mayo de
Almagro, el gran olvidado: “Crónicas de la Fundación española en el sur del Perú - Tacna y Arica”. * by Gary Martín Osorio Soto is licensed under
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1536 como señala (PRESCOTT, 1851, págs. 137-140). Esta situación de conflicto y renegociación entre
los conquistadores sobre las bases de una limitación entre las facciones conquistadoras, llevó a que Diego
de Almagro junto a sus oficiales e indígenas colaboracionistas emprendieran marcha hacia el sur, en busca
de nuevos reinos y riquezas. Durante el trayecto Diego de Almagro, realizó la fundación de villas, villorrios
y poblados que le permitiesen sentar las bases geográficas y logísticas para futuras campañas. En este
contexto, es que entre 1536-1537, Almagro, genera estancos a cargo de oficiales, sacerdotes extirpadores
de idolatrías y ciudadanos ibéricos y caciques insurrectos al incanato el control y manejo de los poblados,
generando fundaciones notariadas, en la cual, se consignan las reparticiones y encomiendas como refiere
(ORELLANA, 1639).
La historiografía moderna (siglo XIX y XX), no ha considerado las referencias indirectas sobre
la fundación española de Tacna, quedando relegado a mero asiento ibero al Corregimiento de Arica, dentro
de la investigación, hemos determinado, que los diversos factores que abonaron a este olvido (Fundación
Ibérica de Tacna) se motiva en la superposición discursiva por parte de los pizarristas sobre los seguidores
de Almagro; además, de la poca información documental que sobrevivió a la destrucción del archivo del
Corregimiento de Arica, por el terremoto y maremoto de 1600. Las pocas referencias notariales que aun
quedan; y los testimonios de cronistas infieren fecha acto fundacional de la Villa de San Pedro de Tacana.
2. Objetivos
El objetivo principal de la investigación es establecer mediante las referencias bibliográficas, documentales
y etnográficas la presencia y fundación española de San Pedro de Tacna por parte de Diego de Almagro. Y
comprender las causas que motivaron el ocultamiento de este acto desde la perspectiva historiográfica y
documental, relegando la fundación de Tacna por la fundación de San Marcos de Arica.
3. Desarrollo de la Innovación
Como señala (Inarejos Muñoz, 2017): [Sic]: “La clasificación de fuentes históricas constituye
un ejercicio fundamental {…} en el trabajo del historiador. Las visitas guiadas a los archivos y las
actividades planteadas por los gabinetes didácticos en torno a la conservación, tipología y clasificación
de fuentes entrañan un potencial difícil de superar. No obstante, las enormes posibilidades que ofrecen las
bases documentales en línea permiten desarrollar en el aula unidades didácticas y actividades muy
sugerentes y enriquecedoras {…} En último término, se pretende fomentar el trabajo autónomo, la reflexión
y el espíritu crítico en los alumnos a través del planteamiento de problemas de investigación relacionados
con las fuentes que no sean excesivamente simples pero que tampoco entrañen una gran complejidad. {…}
sobre las bases documentales donde pueden acceder a las fuentes, enseñar las herramientas necesarias
para poder sistematizar la información recibida y azuzar el interés investigador {…} para que sean capaces
de lanzar hipótesis e intentar contrastarlas {…}” (pág. 160).
En la misma línea argumental (Folgueira Lombardo & Menéndez Méndez, 2015), indican que:
“{…} De este modo, a pesar de que en un primer momento estas herramientas2 no fueron concebidas como
fuentes históricas, el historiador puede decidir hacer uso de ellas. A su vez, a través de su utilización, puede
demostrar que son fuentes útiles, funcionales y que pueden aportar información, pasando así a ser unas
fuentes que, desde nuestro punto de vista, deberían dejar de ser consideradas secundarias y empezar a ser
consideradas fuentes históricas por “méritos propios” {…}”. (pág. 165). Por tanto, referenciar las fuentes
secundarias como base histórica valida, son indiscutiblemente elementos de soporte a la hipótesis y a la
discusión de tópicos con rigurosidad científica. En tal sentido, el uso de las fuentes secundarias como fuente
de abordaje a la compresión temporal y discursiva, nos sirve para entender que pasó con la presencia de
Almagro en la Villa de San Pedro de Tacna; y la fundación española de este poblado; y comprender, porque
se redujo la importancia de este hecho histórico por parte de las huestes pizarristas por medio del discurso
establecido por cronistas adeptos a la dicha facción; y la poca comprensión del contexto histórico, político
y social de los historiadores contemporáneos; quienes no integran fuentes de otras ciencias sociales como
la lingüística, la arqueología, la etnografía, la antropología; y hasta los estudios ambientales retrospectivos;
quedándose, en el mero hecho de citar investigaciones no desarrollando el ejercicio de la aproximación
multidimensional a los hechos.
Sobre la multi dimensionalidad de la investigación histórica (Eschenhagen, 2011), que indica:
“{…} Esta forma científica de conocer se reduce además a subdividir, cuantificar y recombinar, y hace
énfasis en el "cómo" y desplaza la pregunta sobre el "por qué". En este contexto ya no cabe preguntar
"¿esto es bueno?", sino que solamente es considerado importante interrogarse "¿esto funciona?". Esta
aproximación no es válida exclusivamente para las llamadas ciencias duras, sino también para las ciencias
2
Ref: Fuentes secundarias.
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sociales. {…}”. Por su parte (Rojas León , 2010), indica: “{…} Una de las últimas novedades dentro del
campo investigativo de las ciencias sociales y de las ciencias naturales ha sido la multiplicidad de
investigaciones que surgen del ambiente como objeto de estudio. Este nuevo universo temático, resultante
de la relación “sociedad-naturaleza” producto de múltiples reciprocidades entre el ser humano y el medio,
centra su atención tanto en las valoraciones (ideológicas-culturales) que se hacen de la naturaleza como
en los procesos de cambio del entorno (materiales-productivos) {…}”. (pág. 178).
Conforme a lo manifestado por (Eschenhagen, 2011) y (Rojas León , 2010), el entendimiento
de circunstancias “más allá” de lo documental, nos permite aproximaciones viables y fiables para la
comprensión de fenómenos histórico-sociales.
En tal sentido; la base metodológica – argumental, nos permitirá evidenciar el entorno que
influyó y circunscribió las acciones de Diego de Almagro para la fundación de ciudades en su exploración
al sur del Tawantinsuyo y las condicionantes que promovieron la fundación de San Pedro de Tacna y por
qué la fundación de Tacna fue relegada por la fundación de San Marcos de Arica.
4. Resultados
3
Nombre real del Emperador Atahualpa. (ORELLANA, 1639, pág. 154)
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parte estaba; y que, si buena y rica tierra hallase, que pedirían la gobernación para él, y si no,
que partirían la de Pizarro, como la demás hacienda, entre sí; harto buen concierto era, si
engañoso no fuera. juraron, empero, entrambos de nunca ser el uno contra el otro, por bien ni
mal que les fuese, y aun afirman muchos que dijo Almagro, cuando juraba, que Dios le confundiese
cuerpo y alma si lo quebrantaba ni entraba con treinta leguas en el Cuzco, aunque el emperador
se lo diese. Otros, que dijo: «Dios le confunda el cuerpo y alma al que lo quebrantare» {…}”.
(pág. 191).
El Inca Garcilaso de la Vega, hace notar el conflicto existente; indicando que:
[Sic] “{…} Uno de aquellos brazos pasa por Chuquiinca, donde fue la batalla de Francisco
Hernández Girón con el mariscal don Alonso de Alvarado, y en este mismo río, años antes, fue la
de don Diego de Almagro y el dicho mariscal, y en ambas fue vencido don Alonso de Alvarado,
como se dirá más largo en su lugar, si Dios nos deja llegar allá. Los Incas anduvieron reduciendo
las provincias que hay de una parte y otra del río Amáncay, que son muchas y se contienen debajo
de este apellido quechua. {…}”. (DE LA VEGA, 1598, pág. 145).
La crónica de Huamán Poma de Ayala, brinda referencias del contexto del conflicto entre
facciones; la crónica de Huamán Poma, la describe de forma sin ahondar en las luchas intestinas entre los
conquistadores, por lo que indica:
[Sic]:” {…} Vascones [Vasco Núñez] de Balbo tuvo noticias de la Mar del Sur, con estas nueva
más se alborotaron la tierra, que si la reina les dejara venir me parece que todo Castilla se viniera
con tan rica nueva deseada de oro {…} (pág. 269) aquel deseo de oro y plata y se matan los
españoles y se desuellan [degüellan] {…} los capitanes a aliñarse sus viajes y matojales. {…} Don
Francisco Pizarro le mató y a don Diego de Almagro – el mestizo, Capitán General y conquistador
de este reino, en el año mil quinientos cuarenta y uno {…} Don Francisco Pizarro y Don Diego
de Almagro tuvieron contradicción (pág. 300) {…} defenderse de sus enemigos [Ref. Enemistad
entre Gonzalo Pizarro y Almagro] desde primero le tenían odio y de amistad procurando la muerte
de sus enemigos {…}” (págs. 302-304).
Sin lugar a dudas – y pese que no hay una exactitud en los relatos de los cronistas – se evidencia
una persistencia en el conflicto entre los conquistadores (Almagro y Pizarro) a pesar, que, por necesidad y
conveniencia, más que por afiliación tuvieron que unir esfuerzos para continuar con el proceso de conquista
y minimizar la amenaza de la resistencia indígena. Sin embargo, este periodo (1536-1541) fue un periodo
de tensa calma y endeble cohesión entre las facciones, como hace constar el proceso contra Juan Rodríguez
de Barragán (inédito) el 16 de septiembre de 1542 (Ludeña Restaure, 1991). en donde se evidencia la
animosidad existente. En tal sentido, Diego de Almagro, para expansión de su reino (Nueva Toledo) buscó
expandir su reino al Sur; existiendo las noticias de la Mare Meridionallis (Mar del Sur) por parte de Vasco
Núñez de Balboa. Por lo expuesto y como define [Sic]: “{…} En Los Santos detectamos dos grandes
agrupamientos que sólo se puede explicar por su organización de expediciones conquistadoras y
colonizadoras {…} En 1534 se apresta la expedición de Hernando Pizarro, hermano del adelantado
Francisco Pizarro que tras renegociar con la Corona las condiciones de la Capitulación conquistadora de
su hermano [en alusión a la Capitulación de Toledo] Francisco Pizarro volvió al Perú con más extremeños.
{…}”. (SOTO VÁSQUEZ, 2015, pág. 22).
“{…} En los Charcas halló a Gabriel de Rojas, que días antes había enviado el Marqués con
sesenta soldados, para que como capitán asistiese por él en aquella provincia. Quiso Saavedra
prenderle sin que hubiese causa, porque la discordia, no pudiendo con los indios hacer lo que ella
quisiera, por la blanda y pacífica natural condición que ellos tienen, se metía entre los españoles
a encender los fuegos que pretendía {…}”. (DE LA VEGA, "Historia General del Perú", 1617,
pág. 159).
Diversos autores como (DE LA VEGA, "Historia General del Perú", 1617, págs. 159-170);
(CIEZA DE LEÓN, 1553, pág. 17/64); (DE HERRERA, 1730, págs. 01-03); et al; señalan las
complicaciones políticas logísticas y de relaciones que tuvo Diego de Almagro en su viaje al sur del imperio
– posterior a la salida del Cuzco- por el camino que rige la columna vertebral del continente: La cordillera
de los Andes. En el periplo de casi mil doscientos días, en que atravesó climas adversos marcados por el
frio paramo de la puna, los cálidos y amigables valles interandinos del norte argentino; la dureza del clima
en el valle del Aconcagua y la candente arena del desierto de Atacama (desde Copiapó hasta Tacna);
abarcando una distancia de 200 leguas en su periplo; enfrentándose a diversos peligros y pesares propios
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de aventurarse a nuevas tierras, donde la amabilidad u hostilidad de los habitantes dependen de la postura
que tuvieran después del conflicto entre Manco Inca o Atabalipa (Atahualpa). Ante las constantes
controversias, Diego de Almagro escribe a al Rey Carlos V solicitando la gobernación de los territorios que
descubra y conquiste (Biblioteca Digital Hispánica, 1535, págs. 02-04), en concordancia con lo mencionado
La voluntad de conquistar nuevos reinos parte de Almagro estuvo marcada por la disponibilidad de anexar
diversas etnias que poblaban el subcontinente y los reinos de Nueva Toledo, reduciendo el conflicto que se
veía venir con los seguidores de Manco Inca II. Tales hechos fueron decidores en la suerte de Almagro en
la consolidación del nuevo reino posterior a la Capitulación de Toledo y en concordancia al mandato
descrito por el Rey Carlos V, mediante Real Cedula del 19 de Julio de 1531 (Archivo de Indias, 1531, pág.
1007).
Sobre el viaje de Almagro al medionallis regnum dan a conceptualizar que las motivaciones
del conquistador se generaban por ambición como indica (GUAMÁN POMA DE AYALA, 1615, pág. 302)
y en antítesis a ello autores como (DE LA VEGA, "Historia General del Perú", 1617); (CIEZA DE LEÓN,
1553) et al, la búsqueda de honor y su independencia de Francisco Pizarro por los conflictos preexistentes
entre ellos, como infiere (DE HERRERA, 1730, págs. 1528-1530). Sin embargo; una referencia que
describe de forma imparcial la motivación de Almagro para iniciar la exploración al sur es la que brinda
López de Gómara, quien indica [Sic]:
“{…} Aderezóse Almagro para ir al descubrimiento de Chili, como estaba concertado. Dio y
emprestó muchos dineros a los que iban con él, porque llevasen buenas armas y caballos, y así
juntó quinientos y treinta españoles muy lucidos y que de buena gana querían ir tan lejos por su
liberalidad y por la gran fama de oro y plata de aquellas tierras. Muchos también hubo que
dejaron su casa y repartimientos por ir con él, pensando mejorarlos. Almagro, pues, dejó allí en
el Cuzco a Juan de Rada, criado suyo, haciendo más gente. Envió delante a Juan de Saavedra, de
Sevilla, con ciento, y él partióse luego con los otros cuatrocientos y treinta, y con Paulo y
Villaoma, gran sacerdote, Filipillo y otros muchos indios honrados y de servicio y carga. Topó
Saavedra en los Charcas ciertos chileses, que traían al Cuzco, no sabiendo lo que pasaba, su
tributo en tejuelas de oro fino, que pesaron ciento y cincuenta mil pesos. Fue principio de jornada,
si tal fin tuviera. Quiso prender allí al capitán Gabriel de Rojas, que por Pizarro estaba. Mas él
se guardó y se volvió al Cuzco por otro camino con su gente. De los Charcas al Chile pasó
Almagro mucho trabajo, hambre y frío, ca peleó con grandes hombres de cuerpo, y diestros
flecheros. Heláronsele muchos hombres y caballos, pasando unas grandes sierras nevados, donde
también perdió su fardaje. Halló ríos que corren de día y no de noche, a causa que las nieves se
derriten con el sol y se hielan con la luna. {…}”. (LÓPEZ DE GOMARA, 1552, pág. 196).
Autores como (RAMÓN FOLCH, 1953), señalan la ruta de Almagro desde el Cuzco, hasta las
estribaciones del lago Titicaca, pasando a Tupiza siguiendo rumbo sur, en el camino fundó asentamientos
como el de Potosí, Jujui; Chicoana, Salta, el Valle del Aconcagua y Copiapó, Conchalí, Coquimbo y Los
Vilos, en esta etapa Almagro tuvo combates, siendo el más importante, al respecto indica (Vega, 2011) que:
“{…} En el relato de la travesía cordillerana de Almagro se introduce una modulación significativa
respecto de las narraciones de la experiencia de la hueste de Alvarado que hemos presentado hasta ahora,
al identificarse el paso de las sierras como oleadas o cruces sucesivos. Como consecuencia de lo anterior,
quienes se internan después en la cordillera se ven enfrentados a los despojos de quienes los precedieron.
{…}”. Por su parte (DE LA VEGA, "Historia General del Perú", 1617, pág. 191) hace referencia a las
penurias sufridas por Almagro, oficiales y acompañantes. Otro punto de inflexión en la expedición fue la
generada por la participación del interprete “Felipillo”, quien, al entrevistarse con los señores incas – y
caciques- del Valle de Santiago, se alzaron contra Almagro; por lo que este (Almagro) mandó a descuartizar
a “Felipillo”, tratando de explicar y arreglar la situación con los señores incas del reino de Chili
(AMUNATEGUI, 1861, págs. 129-135).
Debido a los inconvenientes y al agravamiento del alzamiento de los indígenas en Cuzco; y la
lucha interna por el control del poder con los hermanos Pizarro (Gonzalo y Hernando) iniciando el retorno
los últimos meses de 1536; llegando al Cuzco en marzo de 1537. Ruta, la cual, se hizo por el desierto de
Atacama, pasando por La Serena, Coquimbo, Copiapó, Tarapacá, Arica; Tacna; Moquegua y Arequipa, en
donde tomaría viaje al norte; a reunirse con Francisco Pizarro. Almagro, en su paso por villas y villorrios
de asentamientos indígenas brindaba encargaturas, encomiendas y reducciones a sus oficiales y capitanes;
implementando juntas de gobierno; que le permitiesen evitar complots contra el reino de Nueva Toledo,
como indican los cronistas. Por tanto, los procesos de entronización del santo patrono a la comarca y el acto
de fundación las villas y ciudades a la usanza y protocolo establecido en la campaña desde Panamá a
Cajamarca. Los asientos minoritarios de ibéricos en las villas, permitía generar ejes de avituallamiento y
resguardo para futuras expediciones por parte de Almagro y los ibéricos. Sin embargo, el tono de conflicto
político entre los conquistadores; dio paso a un eje temático – discursivo de olvido a la acción de Almagro
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y el desarrollo de asentamientos entre Moquegua y Santiago. En tal sentido (Oneto Pavez, 2017), indica
que:
[Sic] “{…} Desde este supuesto descalabro habría nacido una suerte de burla hacia
aquellos que fueron a dicha expedición. Nos referimos a la burla que recibieron los
exploradores que regresaron con Almagro al Perú tras el fallido posicionamiento. A
todos ellos se les apuntaló peyorativamente como “los de Chile”, lo que creemos se
traspasó a dicho territorio. Respecto a esto último, se podría decir que estos relatos se
convirtieron en un registro corográfico inicial para definir al propio territorio, escritura
que estaba a la “moda” por esos años en Europa (Kagan, 1995, p. 49). Ahora bien, cabe
precisar que este conjunto de sucesos y especulaciones en torno a la primera expedición
a tierras chilenas, también ha sido tomado como un punto de referencia, para entender
lo que se conoce como “las guerras civiles” en el Perú –entre los hermanos Pizarro y
los Almagristas- (Gruzinski, 1991, p. 456-ss). De hecho, fueron los conflictos entre los
líderes españoles los que monopolizaron las representaciones de esta época {…}”. (pág.
07).
Este fenómeno de la antagonizar el discurso sobre los hechos a fin de que la parte perdedora
quede olvidado su aporte a los hechos históricos; sin lugar a dudas, esto ocurrió con Almagro y su
importancia en el desarrollo de la colonización de los territorios de Nueva Toledo, que incluyen territorios
actuales de Perú y Chile. (Van Dijk, 2006) indica que: “{…} Para comprender y analizar el discurso
manipulativo es fundamental examinar primero su contexto social. Hemos supuesto anteriormente que una
de las características de la manipulación, por ejemplo, en cuanto diferente de la persuasión, es que incluye
poder y dominación. Un análisis de la dimensión poder involucra la exposición del tipo de control que
algunos agentes o grupos sociales ejercen sobre otros (Clegg, 1975; Luke, l989; van Dijk, 1989). También
hemos supuesto que este control es, antes que nada, un control de la mente, es decir, de las creencias de
los receptores e, indirectamente, un control de las acciones de los receptores basadas en estas creencias
manipuladas. A fin de poder ejercer este control sobre los otros, sin embargo, los actores sociales
necesitan, en primer lugar, satisfacer ciertos criterios personales y sociales que les permitan influir sobre
los otros {…}”. En tal sentido, podemos indicar que autores como Cieza de León, Herrera, Fernández de
Oviedo, Garcilaso de la Vega, et al, tuvieron una postura discursiva de congratulación al bando victorioso,
es decir, al discurso en favor de Francisco Pizarro, en mayor o menor medida. Al respecto de Guamán Poma
de Ayala, su discurso victimista, enajena la veracidad de los hechos; pues, en muchos casos los indígenas
contribuyeron con la expansión ibérica, como es el caso de las etnias chancas, chachapoyas y aymaras, que
fueron activos colaboradores de los conquistadores españoles, en contra de los caciques Colli y Puquinas
que habitaban el sur del imperio. Sin embargo, el proceso de mestizaje y comprensión entre estas etnias
(Colli y Puquina) y los españoles, se dio en buenos términos y con el reconocimiento de estatus noble. En
tal sentido; los hechos históricos objetivos han de ser visto desde un prisma de comprensión mas amplio a
la narrativa oficial impuesta por el bando “ganador”.
La presencia de los ibéricos en Tacna; hasta antes de 1600, se ha manejado de forma muy
nebulosa por parte de los tratadistas, cronistas e historiadores. Sin embargo, existen múltiples referencias
de la presencia de la expedición almagrista en Tacna y Arica, tanto, de ida como de retorno al Cuzco,
autores como Cieza de León (1553) refieren: “{…} En el camino de los llanos entre Arica y Palca [Ref.
Tacna, Tarata] la expedición que retornaba del [Sic] reino de Chili [Ref. expedición de Almagro al reino
de Chile] con los de Almagro; eran una conexión a los poblados del Collao] {…}”. (pág. 24) . Lo mismo
sucede con el cronista Juan de Murúa (1616), quien indica sobre el viaje de Almagro a sur de Nueva Toledo,
lo siguiente: “En esta sazón, Vilaoma, que era un indio principal y había ido con Paulo Topa y don Diego
de Almagro a Chile {…}”. (pág. 126). Por su parte Juan Recio de León (1625), nos indica sobre la presencia
ibérica en Tacna y Arica, lo siguiente: “Pues el interés que se sigue de escusar de llevar la plata de Potosí
noventa leguas de tierra hasta Arica, tan fragosas como se sabe, y desde Arica a Lima doscientas por la
mar; y de la ciudad del Cuzco y sus comarcas ciento cincuenta de tierra hasta Lima, de los caminos más
ásperos de aquellos reinos (págs. 09-12); tratadistas modernos – en base a la aparición de nuevos
documentos y extractos a lo que sobrevivió al Terremoto y destrucción del Archivo del Correjimiento de
Arica, como, Bernar Lavallé (2004), indican que: “{…} Para el retorno la expedición escogió otra vía, la
de la costa, que tenía el mérito de evitar el interminable calvario de la travesía de los Andes que habían
vivido algunos meses antes. El cálculo se reveló arriesgado. Esta vez hubo que hacer frente, y sobre más
de 2 000 kilómetros, al desierto de la costa durante el verano austral, es decir, otra vez, en el peor momento.
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De todas maneras, la expedición tuvo después que ascender por los Andes para llegar a Cusco, pasando
por las regiones de Arica, Tacna y Arequipa, periplo durante el cual Almagro y sus hombres volvieron a
encontrar, durante largos días, las alturas extremas, el frío glacial, y la nieve que provocó espectaculares
casos de ceguera entre los soldados. (…)”. (LAVALLÉ, 2004). Las diversas y bastas referencias que
precedente a los antecedentes que refieren la conexión y relación de los conquistadores de Nueva Toledo y
su expedición en los territorios del sur se dieron antes, durante y después de la expedición al reino de Chile;
una muestra de ello, nos los dan los documentos de González Barcia, Dagnino, et al. Sobre la referencia de
González Barcia (1749); referimos lo siguiente: [Sic]: “Almagró respondió (en provisión) [Declaración
del Juicio a Almagro] que estándole quedó en el Cuzco, i en los otros pueblos [ref. actos de encomienda y
fundaciones del reino de Nueva Toledo], que el presente poseía, según i como el emperador [Carlos V], i
declaraba por aquella la Real Cédula {…}” (pág. 125).
En tal sentido – y como constancia del poblamiento que había dejado Almagro en los pueblos
recorridos- el autor indica: [Sic]: “Valdivia fue al socorro, dejando en la ciudad la mitad de gente con
Francisco de Villagran, i Adolfo de Monroy: Entre tanto, vinieron ocho mil chileses [término que se
denominaba a los ciudadanos de Nueva Toledo, en especial a los de Coquimbo y Copiapó] sobre la ciudad
{…}” (pág. 127). Por su parte, Vicente Danigno (1909) hace referencia a la adquisición de víveres y
provisiones en la ranchería del Cacique Quea, con el inicio de la exploración al sur el 03 de julio de 1535
(DAGNINO, 1909, pág. 16). En tal sentido; y ante la necesidad de avituallamiento y alimento para los
exploradores de Almagro, que iban en viaje al sur. Por lo que establecer factores de análisis como
disponibilidad de recursos hídricos para la caballada y la tropa, las distancias, la escasez de alimentos y la
conectividad al Collao, hacían fundamental establecer un punto de conexión con el valle del Caplina y el
Valle de Azapa, por tanto, es necesaria considerar la participación de los caciques Puquina – Quechuas de
Tarata, Candarave, Caplina, Tacna y Arica, como son las casas de los Ara, Capanique, Copaja, Lupistaca
y Quea; que en virtud a la referencia descrita por Dagnino ("El Correjimiento de Arica 1535-1784", 1909,
págs. 16-20). La necesidad de Almagro de generar alianzas y buenas relaciones para funciones de logística
y avituallamiento eran necesarias; lo cual, se verá reflejado en su retorno del Reino de Chile y que es
mencionado por (LAVALLÉ, 2004).
En virtud a lo señalado por parte de González Barcia (1749) (TOMO II. Capiítulo CXL: De
otros nuevos conciertos y la prisión de Almagro, pág. 125), existe la hipótesis tangible de actos
fundacionales y alianzas reconocidas – por medio de encomenderos y cancilleres almagristas - con los
caciques puquina-quechuas de las zonas de los llanos del Pacifico y los andes (Moquegua, Tacna, Arica y
Tarapacá).
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los quipus e benido en conosimiento de ellos y todos quantos refieren cosas deste reino lo an alcansado y
sabido por este medio unico y solo de entender los secretos y antiguedades deste reino {…}”. (CANTOS
DE ANDRADA, 1586, pág. 307). El mismo autor hace notar la ambigüedad de interpretación de la
aymarización del puquina queda reflejado en la crónica de Cantos de Andraba (1586), el cual refiere [Sic]:
“{…} En este reino hay mucha diferencia entre los naturales de lenguas; pero en todo él los caciques y
principales de los repartimientos tenían obligación de saber la lengua general que llaman quíchua, para
saber y entender lo que se les mandaba por parte del inga, y para que, tendo a su corte entendiesen sin
interprete; y ente el mismo inga y su linaje y orejones hablaban otra, y ésta ningún cacique ni demás
persona de su reino tenían licencia para apredendella ni vocablo de ella {…}”. (CANTOS DE
ANDRADA, 1586, pág. 320).
Al respecto (Cerrón Palomino , 2012), indica que: “ {…} El cantar de Inca Yupanqui En
este reino hay mucha diferencia en los naturales de lenguas; pero en todo él los caciques y principales de
los repartimientos tenían obligación de saber la lengua gene- ral que llaman quíchua, para saber y
entender lo que se les mandaba de parte del inga, y para que, yendo a su corte, la entendiesen sin intérprete;
y entre el mismo inga y su linaje y orejones hablaban otra, y ésta ningún caci- que ni demás personas de
su reino tenían licencia para aprendella ni vocablo de ella. Cantos de Andrada ([1586] 1965: 307) 1.
Noticias Que los incas y los miembros de su corte, además del quechua (y del aimara), poseían un idioma
particular de carácter secreto, es una información que nos proporciona el Inca Garcilaso de la Vega.
{…}”. (Cerrón Palomino , 2012, pág. 20).
Por su parte Garcilaso de la Vega refiere a este dilema lingüístico, lo siguiente: [Sic]
“{…} que los incas tuvieron otra lengua particular que hablavan entre ellos, que no la entendían los demás
indios ni les era licito aprenderla como lenguaje divino, agregando que según información de sus
corresponsales ella “ha{bía} perdido totalmente porque pareció la republica particular de los incas,
pereció también el lenguaje de ellos {…}”. (DE LA VEGA, "Historia General del Perú", 1617, pág. 88).
Ante las referencias dadas; se evidencia; que las etnias puquina-quechuas dominaban el
escenario donde exploró Almagro. Las posturas; y hechos se anteponen a lo planteado por Guamán Poma
de Ayala; quien tiene una visión mas indigenista y de confusión idiomática; probablemente, por la dificultad
idiomática con el castellano y porque en las etnias de la época manejaban términos comunes al producirse
la aymarización del quechua y del puquina. Cabe indicar – a modo de paréntesis- que diversos estudios
genómicos – arqueológicos – sitúan a la etnia aymara al nororiente del imperio Tawantinsuyano. Por lo
que, no es difícil inferior que los llamados “indios de guerra” y mitimaes, fueren, los que sirvieron como
fuerza en la conquista del Perú.
“{…} Entre los grandes repartimientos y famosas mercedes que el presidente Gasca hizo en el
valle de Apurímac, fué una gobernación del Reino de Chile que la dió a Pedro de Valdivia, con
título de Gobernador y Capitán General de todo aquel gran Reino, que tiene más de quinientas
leguas de largo. Dióle comisión para que pudiese repartir la tierra en los ganadores y beneméritos
de ella, de la cual comisión usó Pedro de Valdivia larga y prósperamente, tanto que la misma
prosperidad y abundancia de las riquezas {…}”. Inca Garcilaso de la Vega ("Historia General del
Perú", 1617, pág. 548).
La designación de Pedro de Valdivia; fue promovida por Francisco Pizarro, en respuesta a la
acción de Diego de Almagro, contra los hermanos Pizarro (Gonzálo y Hernando) en la ciudad del Cuzco.
Existen antecedentes; por parte de (CIEZA DE LEÓN, 1553, págs. 101-104), en donde refiere que Pedro
de Valdivia fue enviado por Pizarro, para hacer adelanto al sur, a fin de sorprender a Diego de Almagro y
la expedición al reino de Chile. (GONZÁLEZ BARCIA, 1749) refiere que, en el retorno de Almagro al
Reino del Perú, mandó agentes castellanos liderados por Alonso de Quintero y la expedición holandesa de
Joris van Spielbergen a desembarcar en las costas de Arica y Tarapacá para sorprender a Almagro. El
intento, se develó, para fortuna de Almagro y sus hombres (TRIBALDOS DE TOLEDO, 1625, pág. 102).
Las versiones de los cronistas – como antes mencionamos – dependerá en gran medida de la
posición que tuviesen durante el conflicto entre los conquistadores; pero, de la lectura de estas crónicas,
podemos definir la animosidad existente entre ambos; la cual, se vio acrecentada con el conflicto por el
dominio del Cuzco; y el posterior encarcelamiento y juzgamiento de Almagro.
La expedición de Almagro y su consecuente poblamiento y establecimiento de reducciones en
el reino de Chile, como parte de su dominio como gobernador del reino de Nueva Toledo, quedó,
sustancialmente minimizada. La historiografía oficial, promueve las acciones del lado vencedor, es decir,
la de Valdivia, auspiciado por Pizarro. En este proceso, se desconocieron los actos fundacionales y de
encomiendas a los de Nueva Toledo; quedando como precedente, los términos despectivos a los almagristas
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con que se les trataba y se les definía como “Los Chilienses” ó “los de Chili”, dependiendo del cronista y
fecha de publicación. Muchos de los títulos de “los de Chili”, en referencia a los encomenderos almagristas,
fueron desconocidos; presentándose actos notariales ante la Corte de España, sobre los derechos y
compromisos dados por Almagro, como resultado de la Cedula Real de 19 de Julio de 1531 (Real Cédula
de nombramiento de don Diego de Almagro gobernador de las tierras que descrubiese y conquistase", 1531,
pág. 1007) emitida por Carlos V. Como señala e infiere la crónica de José Marmolejo de Góngora (II. De
cómo el adelantado don Diego de Almagro vino al descubrimiento de Chile y por dónde se descubrió,
1566), quien indica:
[Sic]: “{…} Estando en esta prosperidad que tengo dicho, llegó don Diego de Almagro a este
valle: Pedro Calvo lo salió a recibir, que como fué conocido quedó él y todos admirados de caso tan
extraño. Habiéndole honrado y fecho mucha merced lo llevó consigo; de él se informó de todo lo adelante
y de la gente que había en el reino, y qué metales y riquezas tenía la tierra en sí. Habiendo tomado relación
verdadera llegó con su campo, que era muy vistoso y de muchos caballeros y hombres nobles muy
principales, al llano y asiento donde agora está poblada la ciudad de Santiago. En su comarca y en todos
los valles por donde pasaba hablaba amorosamente a los señores y principales, informándose de la tierra,
hasta que entendió que la noticia y relación que en el Perú le habían dado no era así. Sus amigos le
importunaban sobre volverse, diciéndole que la buena tierra quedaba atrás y que no había otro Perú en el
mundo; con todo esto, como hombre constante, quiso primero saber los secretos que en la tierra había y
ver todo lo que pudiese. {…}”.
Por su parte, Retamal Avila; indica:” {…} A Almagro y le pidieron regresase al Perú. Almagro, que al
parecer deseaba quedarse aquí, debió ceder a las presiones y ordenó preparar la vuelta. Esta vez el regreso
sería por el camino del desierto. {…} (pág. 09) {…} En enero de 1540, Pedro de Valdivia salía del Cuzco
con sólo 11 soldados. Pasó por Arequipa, Moquehua y Tacna, y logró llegar a Tarapacá. En el camino
había reclutado algunos hombres, por lo que la hueste sumaba ahora 20 soldados. La expedición aparecía
como totalmente fracasada; era sin duda cosa de locos iniciar la empresa con tan escaso número de
españoles. Valdivia no se desanimó y prefirió esperar pacientemente la llegada de refuerzos. Su
perseverancia fue pronto premiada pues grupos de personas comenzaron a unírsele. Así Rodrigo de Araya
llegó desde Tarija con 16 hombres. Setenta individuos, restos de la recién abortada expedición de Diego
de Rojas a los Chunc'nos, al mando de Francisco de Villagra se le reunieron enseguida. Venían allí
capitanes de gran valer como el propio Villagra, Jerónimo de Alderete, Juan Jufre, Juan de Cuevas y el
clérigo Rodrigo González Marmolejo. Con ese contingente, el visionario Valdivia reunía 110 hombres, por
lo que ahora la conquista de Chile comenzaba a ser realidad. De Tarapacá la columna puso marcha al
Sur y llegó hasta la región de Átacama, en donde le esperaba Francisco de Aguirre con un contingente de
25 soldados, lo que hacía subir el número de españoles a 136 {…}”. (pág. 12). Las cartas de Pedro de
Valdivia al Rey Carlos V, demuestran la animosidad existente de los Pizarro contra Almagro, en tal sentido,
Pedro de Valdivia fue encomendado para acceder a los reinos, que le fueron entregados por la Capitulación
de Toledo a Almagro y Refrendada por la (Real Cédula de nombramiento de don Diego de Almagro
gobernador de las tierras que descrubiese y conquistase", 1531). En la carta emitida por Pedro de Valdivia
al rey; indica: [Sic] “{…} Sepa V. M. que cuando el Marqués don Francisco Pizarro me dio esta empresa,
no había hombre que quisiese venir a esta tierra, y los que más huían della eran los que trajo el adelantado
don Diego de Almagro, que como la desamparó, quedó tan mal infamada, que como de la pestilencia huían
della; y aún muchas personas que me querían bien y eran tenidos por cuerdos, no me tovieron por tal
cuando me vieron gastar la hacienda que tenía en empresa tan apartada del Perú, y donde el Adelantado
no había perseverado, habiendo gastado él y los que en su compañía vinieron más de quinientos mill pesos
de oro; y el fructo que hizo fue poner doblado ánimo a estos indios; y como vi el servicio que a V. M. se
hacía en acreditársela, poblándola y sustentándola, para descobrir por ella hasta el Estrecho de
Magallanes y Mar del Norte, procuré de me dar buena maña, y busqué prestado entre mercaderes y con
lo que yo tenía y con amigos que me favorecieron, hice hasta ciento y cincuenta hombres de pie y caballo,
con que vine a esta tierra; pasando en el camino todo grandes trabajos de hambres, guerras con indios, y
otras malas venturas que en estas partes ha habido hasta el día de hoy en abundancia.{…}” ("Carta de
Pedro de Valdivia al Rey Carlos V de España. La Serena, 04 de septiembre de 1545", 1545).
Ante la enjundiosa situación ; y a pesar, de que Almagro, salió del reino de Chile, por los malos
entendidos generados por Felipillo – “El indio” y el complot de los Pizarro – como uno de los factores,
dentro de la compleja situación que motivaron el abandono del reino de Chile por parte de Diego de
Almagro- Se establece, que el conquistador de la gobernación de Nueva Toledo (Almagro) había
comenzado con el asentamiento de poblados y la promoción de alianzas comerciales con los indios de las
tierras del sur, por medio lazos comerciales- sociales, con los señores puquino-quechuas de esas tierras;
además de las alianzas por convivio entre los encomenderos designados y las clases gobernantes. En tal
sentido, - y haciendo una revisión historiográfica del contexto- que los procesos de asentamiento – dentro
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de lo traumático de un proceso de conquista – fue sincrético y de alianzas fijadas por relaciones humanas e
intereses comunes.
Conforme al relato de (PRESCOTT, 1851), las relaciones tensas entre los ibéricos y los
seguidores de Manco Inca, habían dificultado mucho la transición de los procesos sociales entre
conquistadores y conquistados; Mucha de historiografía fue fomentada por la visión de Guamán Poma de
Ayala ("Nueva crónica y buen gobierno", 1615); Sin embargo, hay crónicas como las de (DE MURÚA,
1616) y la de (CANTOS DE ANDRADA, 1586) que detallan que estas posturas no eran generalizadas; y
que por tanto; si hubo interrelación entre los actores; llegando a establecer lazos y alianzas en el proceso de
la conquista. Este proceso de alianzas, se ve reflejada en la crónica de (CIEZA DE LEÓN, 1553); (DE
HERRERA, 1730); (DE LA VEGA, "Historia General del Perú", 1617); et al. Que detallan, las
convergencias de intereses que hubo con los exploradores castellanos y las etnias Chancas, Chachapoyas;
Huancas, aymaras y demás que estuvieron sometidos por el imperio; además, de las facciones en disputa
por Huáscar y Atabalipa.
Esta dicotomía con las vertientes históricas indigenistas, como las de Guamán Poma de Ayala,
no consignan acontecimientos de interrelación más amplia y compleja – sobre todo en los reinos del sur-
como los que detalla Fray Martín de Murúa ("Historia General del Perú", 1616, pág. 103), (DE BIBAR,
1558), (Ludeña Restaure, 1991); et al. Quienes relatan de forma descriptiva, las relaciones de filiación y
respaldo a Almagro; que torno los ánimos a atacar a la expedición de Pedro de Valdivia; Si, bien es cierto,
que Diego de Almagro, tuvo conflictos causados por el mal entendimiento generado por “Felipillo”, pudo
resolver el impase y mejorar relaciones con los caciques locales desde Coquimbo hasta Moquegua, como
da a entender (DAGNINO, 1909, pág. 16) y (LAVALLÉ, 2004). Al respecto, el cronista (Marmolejo de
Góngora, 1575) indica: [Sic] “Valdivia juntó en breves días ciento y setenta hombres bien aderezados,
pertrechados de armas y otras cosas convenientes para la impresa que traía. Se puso en camino y
proveyéndose de ganados y yeguas para la ampliación de la tierra, y prosiguiendo su jornada llegó al valle
de Atacama {…}”. Declaración, la cual, evidencia las relaciones existentes entre iberos y los señores
caciques locales.
La crónica de Juan Martinez de Vegazo, indica sobre las relaciones y discusiones entre
facciones étnicas y conflictos entre ibéricos. Al respecto (TRELLES ARESTEGUI, 1982), indica: “{…}
Esta fracción de la encomienda de Lucas Martínez incluía poblaciones asentadas en las partes altas y bajas
del valle de Azapa, en el valle de Lluta y en los valles de los ríos Sama y Locumba aunque lamentablemente
reducidas a la región sureña de la encomienda, nos han sido de extrema utilidad y nos apoyamos en él como
referencia general para los pueblos de Arica y Tarapacá. {…} Los pueblos de Camarasa4 [Ref. Entre Sama
y Tacna], Guator, Ariaca [Arica] e Ullabaya corresponderían, según Larraín a los actualmente Llamados
Camarones, Guanta, Arica e Hilabaya [Ilabaya] , respectivamente. {…} Hacia 1540, los núcleos principales
eran Azapa y Lluta, mientras que los valles de Sama y Locumba albergaban a los mitmas. El documento
mencionó solamente al curaca principal del valle de Lluta, de nombre Cayoa {…} “. (págs. 152-154). En
referencia a la toma de las posiciones y encomiendas dadas a Lucas Martínez de Vegázo, se fija la primera
toma de posesión tuvo lugar el 17 de febrero de 1540, ante Garci Manuel de Carbajal y con Alonso de
Luque por notario. Los curacas que acompañaron a Lucas fueron: Pauca, Matax (no figuró ninguno con ese
nombre en la cédula), Cayta (¿Ayca?) y Cullimaqui (¿Collimaqui? ¿Cacique o cargo?) (Barriga, 1955, pág.
19).
Como refieren Barriga, Trelles, Horta; et al. Las interrelaciones de los cacicazgos locales
mantenían estrechas y continuas relaciones, en términos generales, buenas y productivas; debida a alianzas
maritales y comerciales. Al respecto (Barriga, 1955), indica: “{…} en algunos de sus Partidos lo
conveniente al servicio de Dios, del Rey y civilización de estos lugares, la extirpación de la lengua índica
en sus naturales: he conseguido que en algunos mediante el establecimiento de Escuelas anteriormente
citadas vayan aprendiendo la castellana, no siendo fácil la total abolición en muchos pueblos de los
Partidos de Condesuyos, Caylloma, Tarapacá y Arequipa que hablan la Quichua, en el de Moquegua la
Coli y Aymara [Puquina], en el de Arica la Aymara [Puquina] sola, en el de Camaná que es corto el
4
Cit. Ref. CAMARANCA [KAMAN/ Puqina: Niebla – KA-PAKAS/ PUQUINA:Alto] kaman-kapas: Potencialidad fonética de
Çâmanrança como Camaranca: Que se describe como: La niebla del Alto/arriba. Circunstancia predominante en el Valle del Caplina
entre los meses de mayo – septiembre y fechas estivales de lluvia en las alturas del Caplina. La toponimia y la designación de los
apellidos se derivan de los señores asentados en un lugar geográfico o cargo dentro de la corte. Ejm: Condori: Qunturi: “Condor de
los andes- oidor del Inga”.
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número de indios que tiene aunque hablan la Quechua, cortan el castellano por estar sus poblaciones
inmediatas a la costa, sucediendo lo mismo en los pueblos de los anteriores Partidos que están situados al
margen de la mar {…} .” (pág. 79/ TOMO V).
Por su parte, la investigación de Helena Horta; establece que una de las razones para la
comprensión de la multidimensionalidad entre las relaciones indígenas-ibéricas, se fundaba – en algunos
casos – en los conflictos étnico – partidarios entre los indígenas. Por tanto, la promoción de alianzas con
los conquistadores, era una posibilidad de restitución de derechos; y en otros casos la generación de nuevos
derechos y posesiones para reinos colaboracionistas a la conquista española. Así, también refiere, el uso
constante en el transvase poblacional de los mitimaes, por parte del Inca; y de mitimaes como “indios de
guerra” (CIEZA DE LEÓN, 1553) a territorios con resistencia a la conquista española, una referencia a ello
la plantea Trelles, quien indica que:[Sic] “En este punto, Martínez Vegazo volvió a mostrar sus conocidas
dotes de negociador Por entonces -febrero de 1557- los señores de Chucuito interpusieron una demanda
contra el recientemente rehabilitado encomendero (con presunto apoyo de la Corona, pues los Lupaqa
constituían una encomienda real) . Ellos pedían a Lucas que renunciase a buen número de tributarios que
eran mitmas de los Lupaqa. Aplicando el riguroso toma y daca que acompasaba las variaciones de las
encomiendas, Lucas Martínez se mostró dispuesto a acceder a la petición de los señores del Callao, pero a
cambio pidió el reconocimiento definitivo de su derecho a los tributarios de Cochuna. ¿Los señores de
Chucuito reclamaban para sí los 144 tributarios residentes en los pueblos de Auca [Ticaco?] e Inchachura
[San Benedicto de Tarata. PEACE] {…}”. (TRELLES ARESTEGUI, 1982, pág. 152).
En el mismo sentido planteado por Helena Horta, la crónica de Barriga, indica:“{…} en
algunos de sus Partidos lo conveniente al servicio de Dios, del Rey y civilización de estos lugares, la
extirpación de la lengua índica en sus naturales: he conseguido que en algunos mediante el establecimiento
de Escuelas anteriormente citadas vayan aprendiendo la castellana, no siendo fácil la total abolición en
muchos pueblos de los Partidos de Condesuyos, Caylloma, Tarapacá y Arequipa que hablan la Quichua,
en el de Moquegua la Coli y Aymara [Puquina], en el de Arica la Aymara [Puquina] sola, en el de Camaná
que es corto el número de indios que tiene aunque hablan la Quechua, cortan el castellano por estar sus
poblaciones inmediatas a la costa, sucediendo lo mismo en los pueblos de los anteriores Partidos que están
situados al margen de la mar {…} .” (Barriga, 1955, pág. 79/ TOMO V).
Al respecto, (HORTA TRICOLLOTIS, 2010), indica que: “¿Cuántos de los sujetos a Cayoa
y por ende a Chuqui Chambi eran en realidad de origen local, costeros y cúantos eran mitimaes aymaras
trasplantados por su señor Caranga a la costa? Por una parte, la expresión “pueblo de yungas” del título
de Mendieta sugiere una población local, aún cuando Cayoa pudiera ser un jefe aymara caranga, pues
este nombre se encuentra entre otros jefes carangas del siglo XVI” (Hidalgo y Focacci 1986: 138) {…}”.
(págs. 31,32).
Como se evidencia en la descripción de estudios y crónicas, la interrelación que hubo en el sur
del Perú y norte de Chile en relación a la conquista - colonia, que en líneas generales fue buena, salvo
incidentes menores; y de los cuales, la crónica de Guamán Poma de Ayala; y el discurso indigenista ha
tomado para indicar que la imposición de una cultura sobre las otra fue a base de violencia y traumáticos
eventos. Como definimos; el proceso fue variado; sin embargo, lleno de adaptaciones y sobre todo de la
preponderancia de buenas relaciones, con alianzas matrimoniales y comerciales que permitieron desarrollar
una identidad propia en los reinos conquistados entre caciques locales; mitimaes y colonizadores.
[Sic] “ {…} Otra y muchas veces suplico a V. M., pues tengo comenzada tal obra, porque no se
me haga mala, hasta que yo envíe la relación y discretión de la tierra, y escriba cumplidamente
con mensajeros propios y duplicados despachos, y los Cabildos, ni más ni menos, con relación de
todo lo por mí y ellos hecho en su Real servicio, y le envíe a pedir las mercedes, exenciones y
libertades que V. M. acostumbra dar y merecen los que bien le sirven, sea servido de mandar que
no se provea cosa nueva para acá; y estando proveída, se sobresea, porque así conviene al
servicio de V. M., y para mí será tan grand merced cual no sabría encarecer ni significar, porque
no querría que al tiempo que han de ser por V. M. acebtos mis servicios, viniese algúnd traspié,
sin querer yo dar causa a ello, por donde se tornase ante su cesáreo acatamiento al
contrario{…}”. ("Carta de Pedro de Valdivia al Rey Carlos V de España. La Serena, 04 de
septiembre de 1545").
Entre 1532 – 1535 Por más de tres años Almagro, estuvo a disposición de los reinos e indios
que conquistó [Ref. Reinos conquistados por Almagro en el viaje a los reinos del sur de Nueva Toledo]
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(ORELLANA, 1639, pág. 125), el autor de la crónica, también indica que, en el viaje de Almagro, existieron
sacerdotes que acompañaron a los conquistadores y que describieron la idolatría de los indios en sur. A
modo de hipótesis, hay que indicar, que el primer santoral fundacional que tuvieron los pueblos entre
Copiapó y Moquegua, fueron dados por estos sacerdotes. Al respecto, Cieza de León, refiere: [Sic] “{…}
Dos frailes de San Francisco, dicen que como no viesen tan presta las tierras de Chile, pidieron licencia
para volverse a Nicaragua; de que tienen bien que dar a Dios cuenta, pues si quisieran predicar y convertir
había la necesidad que el lector ve haber. Otros cuatro españoles pidieron licencia a Pizarro, {…}”
(CIEZA DE LEÓN P. , 1553). por su parte, Fray Pedro de Murua; indica: “{..} Yo, Martin Dominguez Jara,
Comisario del Santo Offiçio y de la Santa Cruzada de esta prouincia del laricay cura y veneficiado deste
pueblo de Ylabaya, digo que yo e visto por orden y mandato del ilustrisimo señor don Fray Domingo de
Senteno y Valderrama, Arçobispo (pág. 14) en romería. Titicaca, que fue otro frecuentadísimo edificio, en
la Laguna de Chucuito, donde hay ahora una imagen, dicha de Nuestra Señora de Copacabana, en un
pueblo que está allí fundado a cargo de religiosos del orden de San Agustín; la cual resplandece con
infinito número de milagros {…} (pág. 254) ”. ("Parte primera de la crónica del Peru : que tracta la
demarcacion de sus prouincias, la descripcion dellas, las fundaciones de las nueuas ciudades, los ritos y
costumbres de los indios. Y otras cosas estrañas dignas de ser sabidas", 1553). El Inca Garcilaso de la Vega
("Comentarios reales de los Incas", 1598), refiere la evangelización de los reinos por parte de Almagro, a
lo cual indica: [Sic] “{…} echó entre estos Gobernadores, por cuyos amores tuviesen guerras civiles con
que se estorbase la predicación del Santo Evangelio, y muriesen muchos fieles e innumerables infieles sin
el sacramento del bautismo; porque el enemigo del género humano y sus ministros estorbaban la
administración de él y de los demás sacramentos, que son remedios de nuestras ánimas. Con esta afición o
pasión que Almagro y los suyos tenían a la imperial ciudad del Cozco se resolvieron en dejar a Chili {…}
(pág. 164) habían de ser predicadores de su Evangelio y Fe Católica y la habían de enseñar a aquellos
gentiles. El Inca Paullu, habiendo consultado con sus indios los caminos, dió cuenta a Don Diego de
Almagro del camino que había por la costa, y dijo que después de las guerras que sus hermanos los Incas
Huáscar y Atahuallpa tuvieron, se había cerrado; y que los pozos o fuentes que por él había, de donde
bebían los caminantes, por no haberse usado en tanto tiempo {…} El Inca Paullu, muy ufano de que el
Gobernador y sus españoles fiasen de él la salud y vida de todos ellos, envió a toda diligencia indios que
fuesen limpiando las fuentes; mandóles que avisasen de lo que fuesen haciendo {…} (pág. 166) Dicen
Mamánchic, que es Señora y madre nuestra; Coya, Reina; Ñusta, princesa de sangre real. Zápay, única;
Yúrac Amáncay, azucena blanca; Chasca, lucero del alba; Citoccoyllor, estrella resplandeciente;
Huarcarpaña, sin mancilla. Huc hánac, sin pecado; Mana chancasca, no tocada, que es lo mismo que
inviolada; Tazque, Virgen pura; Diospa Maman, madre de Dios. También dicen Pachacamacpa Maman,
que es madre del Hacedor y sustentador del Universo. Dicen Huacchacúyac, que es amadora y bienhechora
de pobres, por decir madre de misericordia, abogada nuestra, que, no teniendo estos vocablos en su lengua
con las significaciones al propio, se valen de los asonantes y semejantes. Demás de la afición a la Virgen,
pasan con la devoción y amor a la bienaventurada Señora Santa Ana, y la llaman Mamanchicpa Manac,
madre de nuestra madre. Coyanchicpa Maman, madre de nuestra Reina; y por el semejante los demás
nombres que arriba hemos dicho. Dicen también Diospa Payan, que es abuela de Dios. Este nombre Paya,
propiamente quiere decir vieja; y porque las abuelas de fuerza han de ser viejas, y más donde se casaban
tan tarde como en aquel Imperio, les daban el nombre no por afrenta, sino por mucha honra, porque significa
lo mismo que abuela. (pág. 177) {…}”.
Las versiones documentales, difieren sobre la toponimia de los lugares y la advocación que se
les ponía, sobre la materia; se puede inferir tres principales motivaciones o circunstancias; que son: i) la
mala traducción por contextos idiomáticos y fonéticos; ii) la etnia y lengua que usaban los traductores y iii)
la superposición de nombres y lugares debido al conflicto que se gestaba entre Almagro y Pizarro. Evidencia
de esto último, se vislumbra en lo detallado por Trelles y en la Crónica de Manrique, debido –
principalmente – a los litigios notariales entre conquistadores y la postura de derechos entre la primera
expedición (Almagro) y la segunda expedición (Valdivia – Pizarro), este conflicto de intereses, ha sido
evidenciado en los actos notariales; además, no se debe dejar de considerar el conflicto ibérico – étnico,
que es otra rama de superposición, que también, evidencia en los procesos judiciales la generación de
nuevos límites y toponimias en las crónicas y documentos adscritos. El factor de los indios reasentados o
mitimaes, también ha generado un conflicto en la ubicación de la advocación y lugar de asentamiento; pues,
los padres dominicos, realizaban la advocación del santoral regente de la orden; mientras, que los jesuitas,
establecían otros.
Los indios conversos – mitimaes – realizaban el proceso de reasentamiento con la advocación
de la doctrina por cual se convirtieron; al llegar, al nuevo asentamiento estos (los reasentados) imponían la
nueva doctrina; pues en muchos casos contenían mayor numero que los indios y caciques locales, debido,
a que su función como mano de obraje, era importante para la articulación y productividad de los
encomenderos españoles locales. Sin embargo; es necesario indicar también, que dentro de este proceso los
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caciques locales - en gran medida - fueron respetados con su condición de nobles por parte de los
conquistadores.
5
Fray Martin de Murua Pág. 83. [Sic]: ”{…} junto á Arica [Sic] (Anca) [¿Tacna?] en un despoblado llamado Sapa los cuales dicen
son causa de los temblores”.
6
La cédula se encuentra en AG I Justicia 401 y ha sido publicada, con algunas inexactitudes, en Barriga 1940: 84. En el sétimo
capítulo de nuestro trabajo encontrará el lector un análisis exhaustivo de ella. Esto es de la composición de la encomienda y su
ubicación geográfica. La suposición sobre un eventual desconocimiento de lo que se estaba encomendando no es desatendible. Juan
Alvarcz cita en "La enco,nienda de Arequipa. Siglo XVI (en adelante Juan Alvarez 1974) en la p. 37 cómo, según Polo de Ondegardo,
Pizarra hizo los repartin1icntos "por noticias, que ni él sabía lo que daba ni nadie lo que recibía ... " Alvarez, que citu textualmente a
Polo, da como reí ercncia la Revista histórica. Lima 1940, Tomo 3, p. 15
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Vegazo (TRELLES ARESTEGUI, 1982), nos refieren actividades de comercio y de presencia ibérica entre
Tacna y Arica en el año 1541. Las primeras noticias que tenemos del inminente vecino de Arequipa son
dos poderes suscritos ante el escribano Alonso de Luque. En el primero de ellos, del 30 de diciembre de
1539. Lucas Martínez, regidor de la Villa Hermosa de Camaná otorgó un poder en favor de Gómez de
Tapia, ausente, para pleitos y negocios, etc. (Barriga, 1955, pág. 54).
En la obra de Amunategui, se detalla el establecimiento secular y eclesiástico de la gobernación
de Nueva Toledo, en donde se detalla la presencia de oidores y administrativos ibéricos en los poblados
generados por Almagro (1537) en la proyección del desierto de Atacama entre Moquegua y Copiapó, a lo
que refiere: [Sic] “ {…} En estas circunstancias, llegó del Perú Juan de Roda, íntimo amigo de Almagro,
acompañado de Juan de Guzmán, Henríquez, Matos, Picon i Lorenzo de Albania con 88 españoles,
conduciendo los reales despacho; En que él reí le concedía la gobernación de doscientas lechonas en aquel
reino, i debían contarse desde donde terminaba la que se le concedió a don Francisco de Pizarro.
Conferenció el negocio con sus capitanes, i se dividieron todos en pareceres. Unos le aconsejaban la
prosecucion de la conquista de un país tan rico como era el que pisaban i le hacían presente la posesión
de él sin los riesgos de los envidiosos i de la ambicion de sus competidores. Los demas con Juan de Roda
le estimulaban al regreso poniéndole delante el orgullo de los Pizarro, esforzando su modo de pensar con
la continjencia de perderlo todo, si no tomaba posesión de la merced que desde luego no alcanzaba hasta
Chile Este dictamen adoptó olvidando los buenos sucesos que hasta entonces Habia tenido. Dejó la
empresa, i en 1537 regresó al Perú por el despoblado de Atacama situado sobre las costas del mar del sur,
donde no se encuentra agua, leña, ni cosa alguna de las indispensables para vivir. I si este ejército padeció
grandes trabajos en la, entrada de Chile por la, sierra nevada, no los sufrió ménos en su salida. Perdió
Almagro en la expedicion ciento cincuenta españoles mil indios de los 15 mil auxiliares i 40 caballos, i
dejó a Chile como lo halló. La ambicion e inconsideracion de sus amigos le condujo al Perú, donde tomó
mas cuerpo la competencia con los Pizarro, cuyos sucesos seria ocioso referir hallándose mui extenso por
varios autores, principalmente en Gracilazo i Antonio de Ferreira, i solo direnolios que aquellas
desavenencias fueron tan escandalosas que le condujeron a un cadalso por sentencia judicial pronunciada
por los mismos actores en el proceso”. (AMUNATEGUI, 1861).
Según Vicente Dagnino, el 22 de enero de 1540, se hace entrega de Tacna y Arica a Pedro
Pizarro y Hernando de Torres (DAGNINO, 1909, pág. 23). En junio de aquel año de 1540, Pizarro instaba
-desde Lima- a los vecinos de Camaná y encomenderos a realizar la fundación de sus encomiendas; y la
Fundación definitiva de Arequipa. Uno de los encomenderos era Lucas Martinez de Vegazo y Garci Manuel
de Carvajal, a quienes se les dio los territorios de los valles bajos de Camaná [Ref Cedula Real emitida por
Pizarro en enero de 1540] donde también se consignaba las regiones muy fértiles de Sama, Locumba- y las
alturas -Collaguas, Condesuyos [Territorios de Tarata – Caplina y Candarave]- que eran bastante ricas. La
ciudad sirvió también como apoyo a la conquista y penetración española en Chile. La punta de lanza de
esta ofensiva fue Arica, un puerto que cobró cada vez más fuerza. El punto meridional extremo controlado
por los españoles, se ubicaba en el valle de Tarapacá. Como refiere (TRELLES ARESTEGUI, 1982). La
minería se convirtió rápidamente en el principal recurso financiero y la más importante actividad económica
de Lucas Martínez Vegazo. Las minas de Tarapacá generaron una suerte de fiebre de plata y convirtieron a
Lucas en una de las personas más ricas del Perú. El cronista Pedro Pizarro -que tenía la encomienda vecina
de Tacna y también incursionó en minería- nos ha dejado una excelente descripción de las minas de
Tarapacá (COBOS, 1892, págs. 181-185), al respecto (HORTA TRICOLLOTIS, 2010) señala: “{…}
Cuarenta indios, catorce de Ilabaya y veintiseis de Tarata y Putina, jurisdicción de esta ciudad, están como
es costumbre viniendo a este puerto los seis meses de invierno para hacer las izangas [“aparejo para
cargar botijas”] para los arrieros que acarrean el azogue de S. M. a la villa de Potosí y Oruro, por ser el
verano aquí muy enfermo para ellos, no asisten más. {…}” (pág. 25).
Danigno, también refiere que Pedro de Valdivia se asentó el 15 de enero de 1549 en Arica, por
tanto, la estadía en el Valle del Caplina aconteció entre la natividad del mismo año 23-27 de enero de 1549.
Esta información se deduce de los documentos del viaje y la referencia directa de (DAGNINO, 1909, págs.
32-35).
El 15 de octubre de 1550, Pedro de Valdivia, en sus epístolas a Carlos V, indica que: [Sic]”
En el mes de diciembre 1547, se alcanzó el puerto de Valparaíso {…} Informar asimismo, cómo, vencida
la batalla, se vino el Presidente al Cuzco e vine en su compañía y estuve allí hasta quince días. Pedíle
licencia para hacer gente y sacarla por mar e tierra para esta gobernación: diómela; despaché un capitán
luego a que me tomase las comidas en Atacama para cuando yo fuese con la demás gente, e otros dos a los
Charcas e Arequipa, e yo me partí a los Reyes a procurar de comprar navíos; e viendo el Presidente la
necesidad en que estaba, mandó a los Oficiales de S. M. me vendiesen un galeón e una galera que había
de V. M. en aquel puerto, e me lo fiasen. Llegué a los Reyes; diéronme los navíos; hice escritura por ellos,
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e por cierta comida que me dieron e navíos para conducir la gente e armada a estas partes, de cantidad
de treinta mill castellanos. Estove un mes, aderecé estos navíos e compré otro e salí con ellos mi viaje. Es
la costa en aquel tiempo trabajosa de navegar. E porque suelen tardar las naos en subir mucho hasta
Atacama, salté en la Nasca en tierra, dejando el armada al capitán Jerónimo de Alderete, mi teniente
general della, para que la subiese. Yo me vine por tierra a la cibdad de Arequipa, donde hallé la gente que
tenían hecha mis capitanes; y sin detenerme más de diez días, por no dar molestia a los vecinos, salí della;
víneme para el valle de Tacana e Arica, donde había mandado sobir el armada. Informar asimismo que,
llegado a Tacana, me alcanzó ocho leguas atrás el general Pedro de Hinojosa, y le rescibí como servidor
de S. M. e amigo mío; e demándele que a qué era su venida. Respondió que se iba a su casa, e le había
escrito el Presidente viniese donde yo estaba, porque le habían dicho que venía robando la tierra a los
naturales e aun hecho muy mal tratamiento a los vecinos de Arequipa. Demandado qué era lo que había
sabido, que todo era falsedad; diciéndome muy tibiamente que me fuese a ver con el Presidente. Yo le
respondí que, si sabía que holgaría dello, o me lo enviaba a mandar, iría de muy buena gana, pero que por
lo que lo dejaba era por no saber si lo ternía a bien, atento que por mi vuelta se recrecerían muchos daños,
y el principal era dejar la gente, que podría destruir aquella tierra por allí, y estar ya con ella al último de
lo poblado del Perú, y dilatárseme un año de poblar estas partes y después el largo y trabajoso camino
que hay hasta los Reyes, de arenales e otros mill inconvenientes que le puse por delante, que ternía por mí
le pesaría al Presidente de verme allá, pudiéndose excusar, con no ir, todos estos daños, pero que, no
obstante, si había mandado, yo iría. Tornóme a responder tibiamente que no {…}” ("Carta de Pedro de
Valdivia al Rey Carlos V de España. La Serena, 04 de septiembre de 1545"). Como refiere el registro
epistolario de Pedro de Valdivia, se evidencia que, en el año 1545, la presencia ibera en el valle de Tacana
[Tacna] era constante, lo que es concordante con lo afirmado por (TRELLES ARESTEGUI, 1982) sobre
Martínez Vegazo y Pedro Pizarro y Orellana.
El 22 de agosto de 1620, don Juan de Mendoza y Luna; hace referencia a las fundaciones y
reparticiones de Tacna y Arica, con los documentos sobrevivientes del terremoto y maremoto de 1606, que
devastó el archivo del Corregimiento de Arica. Sin embargo, la referencia dada – a la fecha – por Juan de
Mendoza y Luna, da visos de la fundación española de Tacna y Arica, lo cual, vendría a complementarse
con los documentos inéditos que fueron apareciendo con posterioridad y mejor análisis de las crónicas del
siglo XVI y XVII. En 1570, el Rey Felipe II, concedió a Arica, el titulo de ciudad con cabildo. Al respecto,
(DAGNINO, 1909, pág. 37) brinda una hipótesis plausible – a la luz de los hechos -; y es que, en 1570, se
realizó, la refundación de los pueblos de Tacna y Arica, considerándose Arica, una ciudad mas importante,
por su salida al mar a través del puerto, por cuanto, era mas factible la generación de un eje de conectividad
entre el Collao y el Océano Pacifico. Sin embargo, esto, no quitó la relevancia de Tacna, como ruta de paso
y pivote entre los territorios costeros y los territorios mediterráneos de la sierra. Un aspecto a considerar,
es que a la fecha (1537-1580) el valle del Caplina, Sama, Ilabaya, Locumba; y demás, concentraban la
mayor cantidad de pobladores; si, bien es ciertos, los núcleos urbanos eran dispersos, pero con densidad
demográfica alta, inclusive mayor a la del cacicazgo de Pariaca o Ariaca [Arica]. Por tanto; Tacna, no fue
un lugar sin importancia estratégica y comercial durante el proceso de conquista.
En el año 1578, el Rey Felipe II, nombra corregidor en la ciudad de Arica bajo la advocación
de San Marcos el 24 de agosto de [¿1528?]7. En el caso de Tacna, se referencia en el 11 de mayo de 1609,
la creación de la Real Caja. Cabe indicar; que entre 1605– 1609, muchas de las entidades de gobierno
colonial de Arica, pasaron a Tacna, por los efectos destructivos del terremoto del 24 de diciembre de 1604.
El Papa Paulo V a pedido del Rey Felipe III, el 20 de julio de 1609, dio la advocación de San Pedro al
pueblo de Tacna; sin embargo, el párroco Melchor Méndez, en el año 1679, solicitó la construcción de un
nuevo templo en la ciudad; por tanto; se puede inferir la preexistencia de un primer templo, el cual, también
se vio afectado en el terremoto de 1604. Los jesuitas extirpadores de idolatrías, mandaron a construir
templos sobre las huacas principales de la ciudad; al respecto, la crónica de Cieza de León y Guaman Poma
de Ayala relatos hechos al respecto. En Tacna, la huaca principal, ubicada, en la actual catedral, fue derruida
por la primera compañía de jesuitas entre 1567 a 1573, donde la orden de la Compañía de Jesús, estuvo en
los pueblos de Charcas [bajo la doctrina de Juli], la cual, estuvo desde Arequipa y la región del Collao y
Collasuyo, como refiere (GUAMÁN POMA DE AYALA, 1615, págs. 568-592). En tal sentido; podemos
establecer que el pedido de Melchor Méndez (1679) seria referencia de la construcción del tercer templo
en la ciudad de San Pedro de Tacana.
7
. (DAGNINO, 1909, pág. 50) Litigio de Chilcaya: Entre Alonso de Moxo y Aguexa y Francisco Viso Rey de Toledo. Posible error
de redacción del autor.
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Como hemos mencionado anterior [Op. Cit.], el proceso de fundación de la ciudad de Tacna, debe
considerarse en primer termino con la expedición de Diego de Almagro [retorno de Chile al Cuzco], la cual
se dio entre el 15 de diciembre y 12 de enero de 1536. En concordancia a la Real Cédula de nombramiento
de gobernador de las tierras que descubriese don Diego de Almagro (Archivo de Indias, pág. Folio 1007).
Debido a los conflictos internos entre Pizarro y Almagro; se desconocen muchas actos fundacionales hechos
por Almagro; en tal sentido, la segunda fundación de Tacna, la realizó Lucas Martínez Vegazo y Pedro
Pizarro y Orellana [Op. Cit] el 22 de enero de 1540. Y una tercera fecha, con Pedro de Valdivia, entre el
23-27 de enero de 1549 [Op.Cit.]. Por tanto, la comprensión de los acontecimientos sociales de luchas
intestinas entre los conquistadores, los eventos naturales y procesos notariales y judiciales dan conformidad
de que Tacna; si tuvo fundación ibérica.
La impronta entre la fundación de Tacna y Arica; se basa, en meros acontecimientos históricos y judiciales,
donde la lucha de poderes superpuso la importancia de una sobre la otra. Cabe indicar; que Arica, fue
conquistada en el mismo espacio histórico – temporal que Tacna, pues, por razones geográficas y de
importancia estratégicas de conexión y aprovisionamiento, su dominio y control era fundamental para el
éxito de la conquista por parte de las expediciones de Almagro y de las consecuentes expediciones del
bando pizarrista.
Como mencionamos [Op.Cit] el caso de Tacna del 11 de mayo de 1609, fecha en la que se
consigna la creación de la Real Caja. No se consideran los hechos previamente acontecidos a 1609 (1537-
1580); además, que los historiadores locales, no han analizado los hechos posteriores al terremoto del 24
de diciembre de 1604, donde entre 1605– 1609, muchas de las entidades de gobierno colonial de Arica,
pasaron a Tacna. La Bula Papal del Papa Paulo V a pedido del Rey Felipe III, el 20 de julio de 1609, dio la
advocación de San Pedro al pueblo de Tacna. Como mencionamos, la misma no considera los antecedentes
históricos en la petición del párroco Melchor Méndez, en el año 1679, la cual, seria referencia de la
construcción del tercer templo en la ciudad de San Pedro de Tacana.
El olvido de la fundación española de Tacna, ha sido generada primordialmente por el discurso
del bando vencedor, sobre el hecho histórico.
5. CONCLUSIONES
Tacna, tuvo fundación española, la fecha, a consignar es la establecida por Diego de Almagro (15 de
diciembre y 12 de enero de 1536). Sobre el proceso fundacional, (Navarro Segura, 2006) indica: “{…}
Tradicionalmente se había supuesto que las fórmulas regularizadoras y la existencia de una idea previa a
las actividades urbanísticas corresponderían al período renacentista, y obviamente se difundirían desde
Italia. Sin embargo, durante la Plena y Baja Edad Media, la aportación española al proceso de
colonización del territorio a través del mecanismo de la repoblación fue fundamental, si tenemos en cuenta
la dilatada cronología y el número de núcleos resultantes de esa actividad, a la que hay que sumar las
iniciativas desarrolladas en torno al Camino de Santiago.{…}”. Sin embargo, ésto solo explica una
tradición práctica de trazar y distribuir, pero no la concepción de la ciudad globalmente, como idea del
orden social {…}”. En tal sentido, el acto fundacional, se forjaba en la necesidad de estructurar un esquema
de orden y dirección, en la cual, las relaciones humanas, puedan desarrollarse dentro de un esquema de
orden y distribución. Por tanto, el eje teológico – en esencia – no era fundamental. Sin embargo, bajo el
esquema de pensamiento del mundo ibérico del siglo XVI, se produce un efecto entre ambas posturas, es
decir, Funcionalidad y sincretismo religioso. Como refieren los autores como Dagnino, Cobos, Cieza de
León, Garcilaso, et al, ambos de estos procesos se dieron en Tacna. Sin embargo, documentación directa
del hecho, se ha perdido. Como mencionamos, la documentación, que se hallaba en el Archivo del
Corregimiento de Arica, quedó perdida por el Terremoto y Tsunami de 1604, pero, no debemos dejar de
considerar las fuentes anexas como testimonios, crónicas y actos judiciales y notariales, que refieren dicho
acontecimiento. Por tanto, es menester de las nuevas generaciones investigar aun mas la documentación
que sobrevive, dentro de una interpretación holística de los hechos históricos; y derrumbar los mitos de la
historiografía tradicional.
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Almagro, el gran olvidado: “Crónicas de la Fundación española en el sur del Perú - Tacna y Arica”. * by Gary Martín Osorio Soto is licensed under
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Asociación De Estudios 08 de marzo 2021.
Históricos De Tacna – Aeht DOI:10.13140 / RG.2.2.11219.91688
Almagro, el gran olvidado: “Crónicas de la Fundación española en el sur del Perú - Tacna y Arica”. * by Gary Martín Osorio Soto is licensed under
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