Fisiopa
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Exámenes de Laboratorio:
Dímero-D: Elevado
Troponina: Elevada
Gasometría arterial: Hipoxemia e hipocapnia
Hemograma: Plaquetas disminuidas
Coagulograma: Tiempo de protrombina prolongado, tiempo de tromboplastina
parcial prolongado, fibrinógeno disminuido
Imágenes:
Tratamiento Inmediato:
La tromboembolia pulmonar (TEP) es una afección seria que ocurre cuando un coágulo de
sangre (trombo) se desprende de su lugar de origen, típicamente una vena profunda en las
piernas, y viaja a los pulmones, donde obstruye una arteria pulmonar. Este proceso se
desarrolla a través de varios mecanismos fisiopatológicos.
Primero, la formación del trombo en las venas profundas de las piernas, conocida como
trombosis venosa profunda (TVP), puede ser provocada por tres factores principales. Estos
incluyen la estasis venosa, que es la ralentización o detención del flujo sanguíneo en las
venas profundas, comúnmente debido a la inmovilización prolongada, cirugías o ciertas
condiciones médicas. El segundo factor es la lesión endotelial, que es el daño a la pared del
vaso sanguíneo, causado por trauma, cirugía o inflamación. El tercer factor es la
hipercoagulabilidad, que es un aumento en la tendencia de la sangre a coagularse, ya sea por
razones genéticas, cáncer, embarazo o el uso de ciertos medicamentos como los
anticonceptivos hormonales.
Una vez formado, el trombo puede desprenderse y convertirse en un émbolo. Este émbolo se
desplaza a través del sistema venoso, pasando por las venas grandes y la vena cava, hasta
llegar al corazón derecho. Desde el corazón, el émbolo es bombeado hacia las arterias
pulmonares, donde puede alojarse y obstruir el flujo sanguíneo hacia una parte del pulmón.
La obstrucción de la circulación pulmonar resulta en varias alteraciones hemodinámicas. La
principal consecuencia es el aumento de la resistencia vascular pulmonar, que puede llevar a
un incremento en la presión de la arteria pulmonar y a la sobrecarga del ventrículo derecho
del corazón. Además, la obstrucción impide el intercambio de gases en la zona afectada del
pulmón, causando hipoxia, que es una baja concentración de oxígeno en la sangre.
El cuerpo responde a esta obstrucción con una respuesta inflamatoria, liberando
mediadores inflamatorios que pueden agravar el daño pulmonar. Esta respuesta
inflamatoria, junto con la hipoxia, puede afectar la función pulmonar general, causando
síntomas como disnea (dificultad para respirar).
En casos severos, la obstrucción puede llevar a un infarto pulmonar, que es la muerte del
tejido pulmonar debido a la falta de suministro de sangre. La sobrecarga del ventrículo
derecho también puede resultar en fallo cardíaco derecho y shock cardiogénico, una
emergencia médica que requiere atención inmediata.
Primero, la estasis venosa reduce la velocidad del flujo sanguíneo, lo que favorece la
acumulación de factores de coagulación y células sanguíneas en un área específica. Esta
acumulación incrementa la probabilidad de que se forme un coágulo. En condiciones de
flujo lento o estancado, los factores de coagulación permanecen en contacto más tiempo
con la pared del vaso sanguíneo, aumentando la activación de la cascada de coagulación.
La estasis también puede causar daño a las células endoteliales que recubren las venas,
liberando factores que promueven la coagulación y la adhesión plaquetaria. Además, la
reducción de la dilución de factores coagulantes debido al flujo sanguíneo lento permite que
estos factores se acumulen, incrementando aún más la probabilidad de coagulación.
Riñones:
Pulmones:
Hígado:
Cerebro:
Infartos Cerebrales: Los microtrombos pueden bloquear los capilares cerebrales, resultando
en infartos cerebrales y daño neurológico.
Disfunción Neurológica: La isquemia cerebral puede manifestarse como confusión,
convulsiones y coma.
Corazón:
Consecuencias de la TVP
Es crucial tratar la causa subyacente de la CID, como la sepsis, el trauma o el cáncer, ya que
la anticoagulación por sí sola no es suficiente para controlar esta condición. La CID se
caracteriza por la activación simultánea de la coagulación y la fibrinólisis, lo que lleva a un
riesgo elevado tanto de trombosis como de hemorragia. Por ello, la anticoagulación debe ser
manejada con gran precaución para evitar exacerbar la hemorragia.
La heparina puede ser utilizada en casos de CID crónica o subaguda, especialmente en
pacientes con predominancia de fenómenos trombóticos. En la CID aguda, su uso se reserva
para situaciones específicas y con precaución. Además, puede ser necesario el uso de
transfusiones de plaquetas, plasma fresco congelado y crioprecipitados para corregir las
deficiencias de factores de coagulación y manejar la hemorragia.
Consideraciones Comunes
Basado en la historia clínica, los exámenes físicos y los resultados de laboratorio e imágenes,
los diagnósticos finales del paciente son los siguientes:
Justificación: Son antecedentes médicos previos del paciente que contribuyen a su estado
general de salud y aumentan el riesgo de complicaciones trombóticas y cardiovasculares.
Diagnósticos Combinados:
BIBLIOGRAFIA:
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