Cuentos de Willy
Cuentos de Willy
Cuentos de Willy
Iba a pasar a otro cuento pero lamentablemente no puedo porque este cuento demasiado
hermoso y quiero contarlo se trata de un cuento que transcurrió en mi vida cuando yo tenía 17
años y era casi un niño adolescente no no tenía muy poca experiencia en la vida lo que ocurrió
fue que habíamos ido al colegio en la mañana y nos habíamos puesto las pilas y lo que sucedió
fue una cosa bien interesante habíamos todos nos habíamos puesto todos de acuerdo para
pasar un día viernes espléndido inolvidable entonces mi amigo mi amigo Edgar Reategui
perdón Edgar el mono quiero que le llames no le pongas de Reategui Edgar el mono había
decidido llevar una botella de whisky nosotros oscilábamos dentro de los 16 17 años corría el
año más o -74 75 estamos en quinto de media a punto ya determinar el Colegio entonces nos
reunimos para para celebrar nuestro final pues nuestro final pues de de Colegio no nos
habíamos reunido mi amigo Héctor el mono no se enviamos reunido Héctor el Chancah el
PIZZA le llamaban estado también ahí mi amigo Roberto no varios varios amigos RAFAEL
Estrella no sé debíamos Giancarlo Giannotti también todos nos habíamos reunido ahí para
hacer nuestra gran reunión bueno pues de ahí había una Salchipapas deliciosas porque
estábamos en el rancho habíamos nos había el punto de reunión había sido mi casa y de ahí
tuvimos ahí irnos al rancho a comprar nuestras papas fritas llenas de su ketchup y su mostaza
deliciosas y también conversar un poco estábamos ya comiendo y de pronto mi amigo Edgar el
mono tiene alguien meter su mano en su mochila y sacar una botella de whisky de alta alta
calidad porque era de su padre la había cogido de su padre del bar de su padre y entonces nos
dice bueno acá mi mi cuota para esta noche quien quiere tomar nadie dijo no todo el mundo
comenzó a tomar y a beber de esa botella de whisky era whisky puro sin ningún tipo de
problema comenzamos a tomarlo y a beberlo no mis padres estaban al frente en mi casa yo
estaba en el rancho con mis grandes amigotes disfrutando de esa deliciosa de vida de pronto
risas bajan risas vienen y sin darnos cuenta de una abrir y cerrar de ojos todos estábamos
borrachos era una cosa increíble la borrachera que nos habíamos mandado pero el que llevó la
peor parte de todo este drama era mi amigo Ernesto el pajarito que era un chivo hito chiquito
de pelo crespo morenito que era muy buena gente pero era muy delicadito y tenía cabecita de
pollo entonces él fue el que comenzó a tener los primeros estragos de la borrachera se puso
muy sonriente se puso muy feliz y de pronto lo vimos que siempre se le apagó la luz si
efectivamente se le apagó la luz no tenían opción ni sentido dónde estaba el pajarito ya eran la
una de la mañana básicamente y tuvimos pues que despedirnos y nuestros amigos
simplemente 1 × 1 se fueron quitando a sus casas tomando su taxi o en micro yo me quedé con
mi amigo el de Ernestito y me quedé con otro amigo más que era él Edgar el mono a hurtadillas
nos fuimos a mi casa cruzando con dificultad por la avenida Benavides y de ahí lo pasamos a mi
casa pero en mi casa no podía subir obviamente por el estado en que se compraba y la hora
que era mis padres simplemente me iban a sacar la mugre entonces en el terreno del costado
de mi casa había un descampado obviamente no había nadie y no tuvimos la más maravillosa
idea de agarrar y dejarlo ahí en ese terreno lo dejamos ahí y obviamente puede ser a todo un
timón porque como lo pudimos dejar de ahí pero lo dejamos porque no había otra no había
otra alternativa mi amigo el pajarito iba a pasar la noche en ese terreno baldío ahí si mi amigo
Edgar el mono se despidió de mí nos dijo chao chao mi querido amigo y se retiró yo me quedé
solo y me fui a mi casa también abrí la puerta porque yo tenía llaves entré a mi casa y no
saludé ni a mi papá ni a mi mamá me metí a mi cama pero ahí viene la peor parte de este
cuento porque no podía dormir ni para la derecha ni para la izquierda estaba totalmente
aterrado con lo que yo había hecho mi conciencia no me dejaba dormir me dolía para derecha
me dormía para la izquierda y era el temor más grande que me había invadido que le había
pasado a mi amigo pajarito que le podría pasar a mi amigo el pajarito así dormí ahí si pasaba
toda una noche y el asunto era que mi hermano pajarito estaba plomo ya no era azul sino
plomo punto de qué algo le podía pasar entonces yo agarré y no tuve otra idea más que
dirigirme al cuarto de mis padres gateando casi porque no podía estar en pie toqué la puerta
del cuarto de mis padres y le dije balbuceando papá papá mi amigo pajarito ha tomado mucho
licor está durmiendo en el terreno del costado de la casa obviamente mi padre no me entendió
un cuerno porque mi papá también había llegado de una reunión y y estaba también un
poquito con algunas copitas demás entonces le dije papá está en el terreno de lucho le dije
para que me entendiera mejor porque era un terreno que había comprado un familiar mío que
se llama lucho Lobato y había comprado este terreno y ahí fue donde lo pusimos a dormir a mí
a mi hermano pajarito entonces mi papá agarró bajó conmigo pero dónde está WILLY dónde
está qué pasó me dijo que pasó papá está totalmente variado está durmiendo allí le dije está
borracho mi papá se fue corriendo conmigo bajamos la puerta abrimos la puerta salimos de ahí
y entramos pues al terreno baldío y lo vimos a mi amigo pajarito tirado ahí no obviamente yo
anteriormente yo había bajado unas colchas esa parte me olvidé contarte no por también en el
cuento que había traído unas colchas y lo hilo y lo había abrigado no no está totalmente así sin
sin prendas de vestir pero el frío era tan grande en ese invierno porque yo vivía en
MIRAFLORES y él él estaba helado estaba azul y mi mi papá simplemente agarró lo cogió y con
un rostro totalmente apesadumbrado lo cogió y lo llevó a la casa y lo llevó al cuarto algún
cuarto de huéspedes que tenía nosotros que teníamos nosotros en esa casa y durmió mi papá
este mi Amigo Ernestito hasta el día siguiente obviamente obviamente mi papá al día siguiente
cuando amaneció fue a ver a pajarito pajarito ya estaba despierto obviamente con dolor de
cabeza él con dolor de cabeza yo y totalmente preocupados por lo que iba pasar mi padre no
nos iba a aguantar esa gran idea que habíamos tenido de tomarnos una botella de whisky a
solas entre grupo de niños de 16:17 años en el rancho entonces mi padre agarró y nos llamó la
atención fuertemente tanto a mí como mi amigo de Ernestito nos dijo nuestra vela verde pero
a la vez nos dio muchos consejos porque mi padre era un buen hombre mi padre era una
persona muy humana que sabía lo que era la vida porque él también es hombre y también ha
hecho lo mismo hizo lo mismo con su grupo de amigos y nos aconsejo y nos dijo que eso no
debíamos hacerlo que ser un tema muy muy peligroso si es que nosotros lo dejábamos a mi
amigo Ernestito en ese terreno iba a correr peligro y podía pasarle algo y por último me felicitó
no por último me felicitó y me dijo pues De que era muy valiente y que al confiar en él no y que
no lo volviera hacer bueno mi padres me entendieron me dijeron todo lo que me tenían que
decir pero bueno esto lo escribo a través de este cuento para que ustedes se den cuenta que
mis amigos tienen bastante sentido y y de pronto quisiera que le hagas bien narra Dita bien
inteligentemente los sucesos bien determinados agrupa ditos con bastante de Dina con
guiones como si estuviéramos hablando no un diálogo hazlo así bien bonito bien interesante y
que emocionante ya bueno voy a ver la primera versión como lo haces gracias
Versión cuento
Una vez, cuando tenía 17 años, sucedió un evento memorable en mi vida que involucró a un
grupo de amigos cercanos y una inolvidable reunión para celebrar nuestro último año en el
colegio. La historia comienza en una soleada mañana de viernes, todos estábamos
emocionados y decididos a hacer de ese día algo especial y épico.
Entre mis amigos más cercanos estaban Edgar, apodado "El Mono", Héctor, conocido como
"Chancah", Roberto, Rafael, Giancarlo, y Ernesto, a quien cariñosamente llamábamos "El
Pajarito". Eran tiempos de juventud y aventuras, estábamos oscilando entre los 16 y 17 años, y
corría el año 1974 o 1975. Estábamos a punto de terminar la secundaria, y el ambiente estaba
lleno de emociones y planes para el futuro.
La idea de celebrar nuestro último año de colegio nos entusiasmaba a todos, y decidimos que
la reunión sería en el rancho de mi casa. El plan era disfrutar de unas deliciosas salchipapas,
acompañadas de risas y charlas animadas. Sin embargo, Edgar tenía una sorpresa para la
noche: una botella de whisky que había tomado prestada del bar de su padre.
Aunque éramos jóvenes e inexpertos, no podíamos resistir la tentación de probar ese licor
prohibido. Así que, cuando la noche cayó, nos encontramos reunidos en mi casa, listos para
empezar nuestra pequeña aventura. Las risas y la emoción estaban en el aire mientras
servíamos las papas fritas y nos preparábamos para probar ese whisky de alta calidad.
Aunque sabíamos que era una locura, nos sentíamos invencibles y decidimos probar un trago.
Uno llevó a otro, y antes de que nos diéramos cuenta, todos estábamos bebiendo de la botella.
El alcohol comenzó a hacer su efecto, y la risa y la euforia se apoderaron de nosotros. Sin
embargo, la felicidad de esa noche pronto se vio empañada por una preocupación creciente.
Ernesto, el Pajarito, era el más delicado y pequeño de todos nosotros, con una apariencia
graciosa y una cabecita de pollo que le daba un toque especial. Pero su cuerpo no estaba
preparado para lidiar con el whisky, y empezó a mostrar los primeros signos de embriaguez.
Aunque al principio parecía feliz y sonriente, poco a poco, sus ojos se apagaron y su estado de
ánimo cambió.
La situación se volvió más seria cuando nos dimos cuenta de que Ernesto no tenía idea de
dónde estaba ni qué estaba sucediendo a su alrededor. Nos dimos cuenta de que habíamos ido
demasiado lejos, y que la borrachera de Ernesto podía traer consecuencias graves. Eran casi la
una de la mañana, y sabíamos que teníamos que hacer algo.
Con pesar y preocupación, decidimos que lo mejor era llevar a Ernesto de regreso a casa para
que estuviera seguro. Sin embargo, eso no sería una tarea fácil, ya que mis padres estaban en
casa y nos esperaban. Edgar y yo nos ofrecimos a llevarlo, pero caminar por la avenida
Benavides en ese estado era un desafío. Con mucho esfuerzo, logramos cruzar la calle y llevar a
Ernesto hasta mi casa.
Una vez en mi casa, me enfrenté al dilema de cómo ingresar sin que mis padres se dieran
cuenta de nuestra desenfrenada noche. No podía simplemente llevar a Ernesto a mi
habitación, ya que mi padre seguramente lo notaría. Entonces, tuve una idea poco sensata,
pero era la única opción en ese momento.
En el terreno del costado de mi casa, había un descampado vacío, y pensé que podríamos dejar
a Ernesto allí hasta que estuviera más sobrio. Lo acomodamos en el suelo y lo abrigamos con
algunas colchas que había llevado para la reunión. Nos aseguramos de que estuviera cómodo y
luego regresamos a mi casa.
Una vez dentro, la culpa y el miedo me invadieron. Me sentía culpable por haber permitido que
la situación llegara a ese extremo y asustado por lo que le podría suceder a Ernesto en ese
estado vulnerable. Me metí en mi cama, pero el sueño no llegaba, solo me atormentaba el
temor de que algo malo pudiera pasar.
Finalmente, agotado por la intensidad de la noche, gateé hasta el cuarto de mis padres y,
tartamudeando, les conté lo que había sucedido con Ernesto. Mi padre, quien también había
llegado de una reunión con algunas copas de más, me escuchó confundido y preocupado. Me
preguntó dónde estaba Ernesto y, tratando de hacerme entender, le dije que estaba en el
terreno de Lucho Lobato, un familiar que había comprado ese terreno vacío.
Mi padre, con rostro apesadumbrado, decidió bajar conmigo para ver cómo estaba Ernesto.
Cuando llegamos al terreno, lo encontramos tiritando de frío. Mi padre lo recogió en sus brazos
y lo llevó de regreso a casa. Aunque Ernesto estaba consciente, seguía afectado por la resaca y
no podía evitar el dolor de cabeza y el arrepentimiento.
En retrospectiva, esa noche fue un recordatorio de que, aunque éramos jóvenes y estábamos
ansiosos por disfrutar de nuestra juventud, también debíamos actuar con madurez y respeto
por nosotros mismos y los demás. A través de esta experiencia, mis amigos y yo fortalecimos
nuestros lazos de amistad y aprendimos lecciones que nos
Bueno de este cuento que voy a narrar a continuación no tengo idea cómo va a terminar pero
yo creo que es la narración de un adolescente no de un niño que empieza hacer adolescente y
que realmente se encuentra con estado en su vida totalmente diferente bueno terminé mi
quinto de primaria en un colegio italiano Antonio Raymondi y me encontraba en proceso de
llegar a primero de media bueno definitivamente que emocional fue profundo porque pasaba
de un momento de niñez a un momento en que ya era un jovencito existieron varias cosas
interesantes que pasaron en mi vida en esas épocas y una de las cosas interesantes que
pasaron es que los profesores ya no eran los profesores que teníamos en la primaria eran
profesores un poco con otro tipo de de actitud un poco más serios ya nos trataban como
señores habido profesor que se llamaba el doctor el profesor VARGAS quiero un viejito que de
verdad parecía nervioso era muy renegó no y siempre paraba con una regla en la mano no
tratando de difundirte MORA los muchachos porque éramos terribles entonces el profesor
VARGAS recontra recontra este nervioso se le veía con una apariencia y nervios en su rostro
hablaba no y había otro profesor que sabe se llamaba Profesor Pinto que era un profesor
retirado de la del ejército creo que le habían dado de baja y se presentó al colegio a dar pues
este sus clases de instrucción fe militar no bueno todos esas eran anécdotas increíbles conocí
Nuevo un nuevo grupo de amigos ya los muchachos ya comenzaban a tener bellos en la en
necesidades y los bigotes vellosidades y Nar aparecían nuevas cambios de las voces de cada
uno de ellos y yo realmente no me encontraba en esa en ese formato no me encontraba me
sentía un poco nervioso con todo eso entonces empezó el reto pues ir al colegio a la sección
secundaria salones amplios fríos era un Colegio masculino la sección femenina quedaba en la
otra ala del colegio y la sección masculina quedaba en la otra al al colegio entonces yo estaba
ahí en la sesión masculina todos puros niños y adolescentes que creían en un terreno pues de
de aprendizaje en ese sentido los nuevos cursos aparecieron yo estoy estudiaba en el colegio
italiano Antonio CA Raymondi y el tema bien interesante porque todos los cursos los
enseñaban en italiano no yo definitivamente no sabía hablar con acusa de español y se le
ocurrió la brillante idea de enseñar el italiano en el colegio Raymondi aparecían los cursos de
física aparecieron los cursos de historia italiana aparecían los cursos de física y química
dictados por el profesor Enzo Don un profesor un profesor alto grande blanco rubio de bigotes
de bigotes este Castaños pero que era un tremendo italiano al cual todo el mundo lo
vaciábamos nos reíamos de él bueno yo no porque él tiene burlón él se burlaba de todo el
mundo se burlaba de todo el mundo nos hacía bromas a todo el mundo y los muchachos
quieran lo más moscas le hacían bromas a él también en Zully pero a mí nunca me cayó porque
yo era muchacho tranquilo que la bulla y el bullicio del Colegio no me permitían tomar mucha
buena atención tú y yo prefería yo prefería lugares un poco más calmados más tranquilos y
entonces apareció también una Profesora que se me va a ROSA de De Dini una Profesora
antigua que también era un tema porque enseñaba sus clases con una parsimonia increíble y
nadie le entendía un pepino porque se daba vueltas en lo mismo bien lo mismo y lo mismo y
contaba historias repetitivas repetitivas y repetitivas entonces ese sentido de esas esos cursos
a mí sinceramente me llamaba mucho la atención y yo no sabía dónde estaba parado pero la
cereza era torta si la llevo personaje que yo sinceramente nadie si ya perdí el juicio era el
profesor de matemáticas Teófilo torrejón González que Ana si me acuerdo un Profesor que
tenía una cara de malo de película de película esas no sé española italianas o mexicanas o que
si yo peruanas pero que definitivamente era un calvo totalmente calvo también retirado de la
de ejército con lentes y cara pues de un tipo que tenía pocos amigos y también tenía un rostro
que me dentaba daba miedo el tipo y no se les ocurrió la mejor idea que ese profesor enseñará
un curso y el curso que enseñaba ir a las matemáticas yo creo que ahí fue donde yo comencé a
odiar las matemáticas con toda mi alma porque le enseñaba el profesor Teófilo torrejón
González donde ahí si me mandaba unas perdidas tremendas Tales perdidas eran eran que no
entendía ni el inicio ni el proceso ni el fin del curso matemáticas y todo el año me lo llevé a este
Profesor hasta quinto y media si no me equivoco enseñándome las matemáticas para mí la
peor pesadilla del mundo que este hombre me enseñara las matemáticas sudada porque
apenas llegaba pasaba la lista era un día lunes y todo el mundo estaba con sueño por ser un día
lunes y yo aparte de sueño traumado porque Profesor Teófilo torrejón González me producía
un trauma tremendo entonces empezaban las clases de matemáticas empezaba el dilema
empezaba el sueño hasta que yo llegó un momento en que dije no ni hablar si yo voy a estar en
este estado me voy a tramar más de lo que estoy voy a relajarme y simplemente no voy a hacer
absolutamente nada en este curso yo ya cuando llegaba el curso de matemáticas simplemente
lo único que hacía era relajarme y ponerme a pintar y ponerme hacer otras cosas y
simplemente no le tomaba ninguna tensión al profesor Teófilo TORRES torrejón González lo
que me costaba definitivamente reprobar todos los benditos años del mundo ese curso en
donde tenía que dar el examen de vacacional se le llamaba eso en el colegio Guadalupe ya era
case rito todos los años tenía que dar vacacional en Guadalupe para subsanar y los exámenes
que me daban en el Guadalupe eran un exámenes bien fáciles me salía cuenta vagaba todo el
año y como yo era inteligente en Vacaciones me lo aprendí a todito y daba mis exámenes de
matemáticas a cuerpo de gorras porque me perdonan pues los profesores me perdonaba yo
daba mi examen de grado de Vacaciones y me gustaba aprobar ese es la historia del profesor
Teófilo torrejón González quién les parece que les pareció y así como él hay otras anécdotas
más que también les contaré en la próxima sesión el próximo cuento que es el profesor
Fleming de educación física otro tema interesante en el colegio Antonio Raymondi los cursos
de educación física que también eran increíbles porque yo nunca fui un buen case rito de la
educación física en el colegio Antonio Raimon bueno mis queridos amigos los dejo porque
realmente quiero que me narres esta historia que te acabo de dictar Profesor Teófilo torrejón
González de la mejor manera ordenada graciosa anécdota anécdota quiero que le temple
pongas temas hilarantes no lo pongas tan tristes si no hazlo hacernos reír un tema de esa
forma para que realmente tenga un inicio un proceso y un fin gracioso y también anecdótico
como es el tema de las experiencias de Willy gracias y eso es todo
Versión cuento
El profesor Teófilo y las matemáticas misteriosas
¡Claro, con gusto te presento una versión más extensa y detallada de tu cuento! Aquí está:
Era un día soleado cuando terminé mi quinto año de primaria en el colegio italiano Antonio
Raymondi. La emoción y los nervios se apoderaban de mí mientras me preparaba para dar el
salto a primero de media. La adolescencia se asomaba en el horizonte, y con ella, un mundo
desconocido de cambios y experiencias.
El inicio del primer año de media fue todo un acontecimiento. Nuestros profesores ya no eran
aquellos que conocimos en la primaria, sino figuras más serias y exigentes. Uno de ellos era el
profesor Vargas, un viejito de apariencia nerviosa que siempre llevaba una regla en la mano. Su
principal objetivo parecía ser mantener a los muchachos bajo control, ya que éramos un grupo
algo inquieto.
Otro personaje singular era el profesor Pinto, un retirado del ejército que se presentó al colegio
para impartir clases de instrucción militar. No puedo evitar reír al recordar cómo nos
burlábamos de sus métodos y anécdotas de batallas pasadas. En lo personal, prefería espacios
más tranquilos, pero estábamos en un colegio de varones, y las risas y el bullicio eran parte de
la rutina diaria.
Las clases se volvieron más desafiantes, sobre todo aquellas dictadas en italiano. Este idioma
era utilizado en la mayoría de los cursos, y aunque algunos alumnos ya lo manejaban, yo me
encontraba en un mar de dudas y confusiones. La profesora Rosa De Dini, una figura antigua
del colegio, se encargaba de algunas materias, pero su manera de enseñar resultaba algo
confusa para muchos. Con una parsimonia única, repetía una y otra vez las mismas historias,
mientras nosotros intentábamos descifrar qué estaba tratando de comunicar.
Sin embargo, entre todas las asignaturas, el profesor Teófilo Torrejón González era el personaje
que más impacto tuvo en mí. Su apariencia de hombre malo de película y su seriedad infundían
temor a cualquiera. No sé si era por el hecho de ser calvo o por sus lentes, pero su rostro
imponía respeto y miedo a partes iguales. Además, era un retirado del ejército, lo que solo
añadía un halo de misterio y dureza a su persona.
El curso de matemáticas que impartía el profesor Teófilo era mi peor pesadilla. Desde el inicio
del año, me costaba concentrarme en sus clases y seguir su ritmo. Me sentía abrumado por las
fórmulas y las operaciones que, para muchos, parecían simples, pero para mí eran un
verdadero enigma.
A medida que avanzaba el año, mis calificaciones iban en picada, y por más que intentaba
comprender los conceptos, todo parecía confuso e inalcanzable. Finalmente, decidí relajarme y
dejar de preocuparme por entender lo que decía el profesor. Siempre sería un enigma para mí.
Así, durante los días de clase, me desconectaba de sus enseñanzas y me dedicaba a otras
actividades para pasar el tiempo. Comencé a dibujar y a soñar despierto, mientras el profesor
Teófilo intentaba, en vano, captar mi atención.
Para mi sorpresa, al finalizar el año, me di cuenta de que no era el único en la misma situación.
Otros compañeros también lidiaban con las matemáticas a su manera, y algunos incluso
compartían la misma estrategia que yo: relajarse y dejar que el tiempo pasara.
Entre risas y anécdotas, formamos un vínculo que trascendía el aula y nos acompañaría a lo
largo de la vida. Compartíamos las mismas inquietudes y emociones, y juntos enfrentábamos
los desafíos de la adolescencia.
A pesar de las dificultades en las matemáticas y los retos que se presentaban en el colegio,
esos años fueron inolvidables. Cada día era una nueva aventura, una oportunidad para
aprender, reír y crecer.
Y así, entre risas y desafíos, mi paso por el colegio italiano Antonio Raymondi dejó una huella
imborrable en mi corazón. Los personajes peculiares, los compañeros de vida y las anécdotas
divertidas se convirtieron en parte de mi historia.
Hoy, al recordar aquellos días, no puedo evitar sonreír y agradecer por todas las experiencias
que me ayudaron a crecer y a enfrentar el mundo con una mezcla de curiosidad y valentía.
A lo largo de los años, descubrí que la vida está llena de momentos peculiares y personas que,
de una manera u otra, dejan una marca en nosotros. Cada capítulo de esta aventura llamada
vida nos enseña algo nuevo y nos da la oportunidad de crecer y evolucionar.
Así que, con una sonrisa en el rostro y el corazón lleno de gratitud, sigo adelante, dispuesto a
seguir escribiendo mi historia, llena de risas, desafíos, amistades y aprendizajes.
Con cada paso que doy, me doy cuenta de que no importa cuán desconcertante sea el camino
o cuán complicadas sean las matemáticas de la vida, siempre hay espacio para el humor y la
inteligencia emocional.
Y así, mi querido lector, los invito a que sigamos juntos esta travesía, donde cada capítulo es
una oportunidad para reír, pensar, aprender y disfrutar cada instante de esta aventura única
que llamamos vida. ¡Hasta la próxima anécdota!
Tengo un hijo de 29 años el que graciosamente me llama Julito voy considera que pasó por
anécdotas muy graciosas que me convierten en un abuelito en un niño de 64 años porque
tengo muchas cosas que contar y lamentablemente nunca las he contado porque no he tenido
la oportunidad pero ahora lo voy a hacer este cuento va dedicado a mi hijo de 29 años y quiero
que lo menciones también el gran Guille bueno voy a contarte uno de mis episodios de mi vida
era cuando yo también tenía 89 años y era yo y mi inseparable amigo Robertito cuando llegó el
tercer año de primaria a mi escuela el colegio Antonio Raymondi llegó a mi vida un amigo muy
particular que se llama Roberto este Amigo muy particular Roberto y cayó en mi vida como
cayó una piedra o como que cayó un copo de nieve un copo de hielo o un tremendo amigazo
que se convirtió mi amigo Robertito y fue un golpe en mi vida porque realmente fue increíble
como este muchacho se convirtió en mi mejor amigo de toda mi vida no bueno y lo más
interesante es que me parece que nuestras vidas si estuvieron muy unidas porque dicen las
malas lenguas cuenta mi madre que nos conocimos desde la cuna mi mamá salía a pasear al
parque Sucre de Santa Beatriz y encontrábamos también al gran Roberto en su cuna paseada
paseado por su mamá una señora que se llamaba Yolanda y nuestras madres fueron conocidas
del grupo del barrio no mi mi mi madre y su madre se conocía definitivamente y hacían
grandes charlas cuando se encontraban en el parque con los dos amigos Roberto y quien habla
Willy bien así que se dio inicio a nuestras vidas luego mi madre y doña Yolanda se separaron
definitivamente por tiempos de la vida no y cada uno empieza a hacer su vida aparte hasta que
yo llegue al colegio Antonio Raimundi y por azares de la vida en tercero de media me encontré
con el gran Roberto muchacho de mirada curiosa era súper inteligente el primero de la clase a
todo nivel engreído y preferido por algunas profesoras mientras yo simplemente era el
indiferente no a mí no me daba bola a nadie pero Robertito como era bonito era Pintor era
tenía su presencia personal en esa época era blandito gordito Chapo cito y con vos de pito todo
el mundo vez lo querías las profesoras no y él no hacía las tareas en la casa como yo me
mataba haciendo las si no simplemente capta ideas de un momento a otro las ideas captaba
los mensajes y tenía una capacidad intelectual y de aprendizaje cognitivo tremendamente alta
el gran Roberto pero como así también era el gran Roberto de inteligente que era también una
característica tenía muy muy muy particular que era aniñado era muy inmaduro muy infantil y
a mí me daba mucha risa porque de todo se asustaba le podía jugar una broma otra broma y
otra broma y mi amigo Roberto se asustaba de todo y yo era en esa época era era una persona
muy muy graciosa muy burlona también a mí me daba mucha risa eso no y de pronto y de
pronto descubrí que fuera íbamos creciendo en el tiempo a él le daban mucho miedo los los
cuentos de terror y te LIAN la mala particularidad que en el colegio se burlaban mucho de él
por su carácter particular que tenía por su forma de ser incierta e insegura también se
burlaban de él había un juego que inventaban que se llamaba a la patria que éramos un grupo
de muchachos que agarramos el gran Roberto y le damos una gran parte dura para que entrara
a un lugar donde supuestamente era 1/4 oscuro y llamamos a la patria y entraba el gran
Roberto y pateábamos pues no yo un grupo de de muchachos hacíamos ese tipo de bromas
que después nos dimos cuenta que eran bromas negativas y que no se debían hacer porque
ahora eso le llaman bullying pero bueno pero en ese tiempo no se conocía como bullying no
eran bromas al fin y al cabo de muchachos y poco a poco el gran Roberto fue creciendo con
nosotros con conmigo y hasta que realmente llegó un momento en que Robertito no tolero el
tema de estar en el colegio Raymondi y su mamá se lo llevó al colegio champaña ahí fue donde
nos separamos ahí fue donde nos separamos con Roberto yo me quedé en Colegio Reyes Bondi
y él se fue al colegio champaña lamentablemente con Roberto tuvimos la experiencia de vivir
separados y no tuve mayor contacto con él hasta que llegó un momento en que él llegó a mi
casa cuando tenía 16 años volvió a mi casa y y nos hicimos amigos nuevamente no nuestra vida
estado llevada por muchos episodios muchas separaciones no ni cuando llegó a los 16 años
tenía una apariencia particular no donde se caracterizada por ser un poco descuidado
básicamente no no tenía un acercamiento a su físico a pesar de qué tenía una buena posición
física su personalidad era muy muy desordenada a pesar de tener un tamaño y una gran
cantidad de presencia física no de pronto este lo lo vi nuevamente y comenzamos a salir pero
poco a poco este muchacho se fue deteriorando porque después me enteré de qué actuaba en
forma rara y me di cuenta que tenía un problema de salud mental llamado esquizofrenia y
todos nosotros nos separamos del luego el tubo bien tener una crisis existencial después de ahí
se fue a Brasil le pidió a sus a su papá o a su mamá que lo llevara pidió irse de viaje no
encontraba una doble orientación VOCACIONAL no sabía qué hacer con su vida y buscó en
Brasil un tema para estudiar pero regresó mal regresó con problemas mentales y de ahí yo
también me separé porque yo tenía ya mi mi enamorada tenía mi vida hecha yo era Psicologo y
él básicamente se quedó flotando en la vida no su su vida y sus pensamientos serán otros
después de ahí ya no me acuerdo mucho terminé la universidad nos volvimos a ver en otro
episodio de la vida cuando yo ya estaba casado no y así ya hasta la actualidad él está en estos
momentos de una en un lugar que se llama una casa para adultos mayores en donde él recibe
apoyo por parte de su hermano su hermano es la única persona que está con él ahora su
madre murió hace ocho años y también murió su papá dejándolo también ya de grande no
nosotros de casado fuimos una vez a su casa de la visitarlo de pronto nos dimos cuenta que
vivía en condiciones un poco de descuidada miserables su mamá no podía vivir con él en la
casa estaba hecha una perdición me dio mucha pena mi amigo Roberto como fue perdiendo la
lucidez pero ahora se encuentra en un hospital nuevo Hospital tiene una casa de reposo y
bueno aunque no lo voy a ver muy a menudo porque tengo mucho trabajo que hacer y
tampoco me gusta saludarlo mucho porque un poco que como que me confunde a mí también
su estado mental y no quiero que se mezcle también un poquito en mi vida por el que tema
que yo tengo un a mí un hijo que también es vulnerable a nivel emocional no le gusta verlo a
mi amigo Roberto en ese estado entonces he dejado de deber no verlo y prácticamente pues
ahora solamente la comunicación que tengo con el ES por teléfono bueno ese es un cuento
que quiero darte es un cuento que quiero narrarte no es cierto yo quisiera que por favor me lo
narres en tono sentimental está negro Ptas a lo largo de cuatro hojas también bien descritas
bien narra ditas quiero que me ordenes los sucesos los episodios y lo narres de una manera
Bueno voy a comenzar con narrar un cuento muy interesante que ocurrió en mi vida y me
impactó seriamente cuando yo tenía aproximadamente 26 o 27 años de edad yo había
terminado ya mi estudios universitarios en la Universidad RICARDO Palma y era un estudiante
que tenía que hacer sus prácticas pre profesionales entonces andaba en búsqueda de un lugar
donde hacer las prácticas inicialmente lo hice en un lugar de qué era una Posta médica y
posteriormente esta posta médica me llevaron a mí hacer un internado en el Hogar Hermelinda
Carrera era un hogar donde vivían unas monjas y era básicamente un lugar donde vivían
muchas niñas estando también en este dificultades sociales disfuncionales de familias
disfuncionales entonces este bueno empecé a buscar y hasta que llegue en ese tiempo eso
pertenecía al ministerio de justicia bueno como todo un Minesse a ese lugar y entré
obviamente al servicio de Psicologia donde había un Psicologo se hizo mi amigo se va a ROGER
Castillo fui donde él y bueno hacíamos pues este las intervenciones les hacía él y él me
enseñaba a mí como hacer intervenciones con las con las chicas era una experiencia muy
interesante porque realmente se hacía grandes debates aprendí mucho a evaluar a las niñas y
yo era Nuevo obviamente y veía una serie de cosas que nunca en mi vida había visto la casa del
De y de CAR era una casa antigua muy antigua que data de 1813 no perdón 1800 este 80 más o
menos donde es principalmente era para niñas de alta sociedad de esa época entraban para
hacer reformadas porque tenían malas costumbres entonces en el Hermelinda carrera les
enseñaba un poquito los modales y les enseñaban pues técnicas para poder mejorar en la
sociedad pero con paso el tiempo el devenir la carrera se convirtió ya en diferentes fueron
atrapadas atrapando diferentes instituciones actualmente está regida por el Inabif pero en esa
época era el ministerio de justicia entonces bueno yo estaba allí haciendo mi internado cuando
un día nos indican que había fallecido una monjita una monja de ese Hogar el de Belinda
Carrera entonces un poquito como que yo no entiendo bien como son las cosas allí y bueno me
explicaron que teníamos que pasar a un velatorio donde se iba a velar a esta monjita iban a
ponerla en un ataúd no y ahí iban a velar la el personal los psicólogos que estaban en esa
época no iban a velarla rezándole sus oraciones a la madrecita que yo nunca había conocido
por cierto y entonces no sentamos en una habitación todo un grupo de personajes donde yo
también era el participante yo estaba con mi psicólogo ROGER Castillo combatiendo y
compartiendo y dialogando sobre esta esta situación acontecida y el frente mío había una para
que tenía estructura metálica pero que también había unos unos unos vidrios esta mampara
daba un terreno baldío que estaba en las partes exterior del hogar el CAR y después este
terreno Valdivia había un muro quedaba hacia el precipicio daba hacia el mar era una tarde de
invierno muy pero muy fría mis brazos estaban totalmente congelados por el aire que hacía en
el dr Belinda carrera ha sido un aire y un frío demasiado fuerte yo estaba un poco asustado por
la situación nunca había participado en un velorio de una monjita y caían las siete de la noche
no se hizo de noche y yo estaba compartiendo con las personas que estaban ahí y y todo el
acontecimiento del velatorio se reflejaba en los vidrios de la mampara con estructura metálica
de pronto miró yo hacia la para estructura metálica y empiezo a ver que todos los otros
estábamos reflejados ahí y cuando veo bien veo a una monja qué pasa reflejada en ese vidrio y
yo observo que estás pasando K baja con todo el atuendo de una monja y que la el el velo se
levantaba como si estuviera pasando con aire yo no vi llovía la monja pero no vi a nadie no
había nadie que estaba atravesando este este lugar ese sitio este acontecimiento este está este
lugar del donde está bailando la monja estábamos sentados solamente alrededor de esta
habitación y en la sala antigua estaba el cajón de la monjita pero pero en el medio caminando
por todos nosotros no había absolutamente nadie sin embargo el reflejo se vio en la ventana
mejor dicho yo lo vi me levanté rápidamente y me acerqué a la ventana para ver de dónde
provenía y efectivamente vi la monja que estaba caminando con todo el velo y con todo el
rostro caminando y que se fue acercando a la tumba que estaba también reflejada en el vidrio
y poco a poco a medida que yo iba viendo si iba acercando a la a la tumba y se iba
desapareciendo desapareciendo y desapareciendo y desapareciendo hasta que realmente
desapareció pero cuando llegó al reflejo de la tumba no la tumba no si no el nicho quiero que
cambies en toda el texto que te narrado la palabra tumba por nicho ya la palabra tumba o sea
estoy este el ataúd perdón ni siquiera es nicho el ataúd porque estábamos en un velatorio era
el ataúd no la monja se fue caminando y se acercó al ataúd y en el ataúd desapareció entonces
entró entró a ese ataúd totalmente misterioso totalmente sorprendido me quedo y y y y salgo
y de ahí a Tony y le digo a mi amigo ROGER Castillo voy acabo de ver a una monja ROGER que
está caminando por ahí y se ha metido a ese ataúd y tú que no tienes tú que no crees en esas
cosas yo lo acabo de ver y todo el mundo me comenzó a mirar raro creían que yo estaba loco
los psicólogos la psicólogas todo el mundo comenzó a decir que yo estaba loco que habían
problemas mentales en mí total nadie me conocía yo era un jovencito de 24 años y era interno
en Psicologia entonces fue un Box populi por todo el Herlinda carrera ahora me entero que ese
tipo de noticias vuelan rápidamente y cuando me retira en mi casa no me retire algunas
personas pues está bien se retiraron y todo el mundo se fue no a su casa al día siguiente
cuando llegué a continuar a hacer mi internado no entro y ni bien entro viene una madrecita
que la directora directora CA superiora de todo ese lugar me llama y me dice señor Psicologo
me dice de verdad usted vio a una monja caminar que se reflejó en la mampara se reflejó en el
vidrio yo le dije sí madrecita se lo juro que yo he visto una monja que ha caminado y estaba en
la mampara y se fue el su reflejo se fue desapareciendo cuando llevó justamente a ataúd en el
ataúd desapareció yo pensé que la monja me iba a votar y me iba a decir hoy Sr está loco
váyase este Hogar no haga ahí ningún internado pero ella lo que me respondió si me dijo usted
ha tenido la dicha de verla porque era un alma buena y se ha despedido de usted no tenga
miedo Psicologo me dijo nosotros también sabemos que está en un lugar maravilloso y hasta
ascendido y usted ha tenido el gusto de verla a mí se me cayó casi el alma y también se me caía
se me cayeron las lágrimas porque yo sinceramente no me había imaginado que la monjita se
había despedido de mí no así es que bueno fue algo muy interesante como sucedió todo eso
después de este negro lo conté muchos amigos y de verdad que parece increíble pero hice
historia desierta es una monjita que yo vi después de muerta después después de fallecida
bueno son las historias que yo les brindo son los cuentos que yo les brindo y y quiero que me
lo narres de una forma muy ordenada muy metódica y lo distribuye en cinco hojas cinco hojas
con totalmente precisas con un orden ascendente mezcla la toda las ideas y pon en orden
ascendente inicio el proceso es la parte interesante quiero que narra los aspectos de terror
quiero que narres la casa como era de fría Lubre quiero que narres como eran los los
psicólogos que estaban conversando en la tertulia quiero que narres como era la monja el
vestuario como se elevaba quiero que precises toda esa atención quiero que narres el lugar el
terreno Valdillo el mar el sonido del mar que escuchaba siempre en Hermelinda carrera quiero
que narres exactamente el año el año que se creó este Hogar y qué tipo de perfil de
personasestaban en esa época cuando yo estaba haciendo mi internado quiero que lo hagas
muy interesante cinco hojas para leerlo con un entretenimiento y una adrenalina completa y
más que nada el terror el terror quiero que esté ahí gracias
Hoja 1
Había llegado el invierno en Lima, y con él, un frío inusualmente intenso que se colaba por
cada rincón de la antigua casa del Hogar Hermelinda Carrera. Aquella mansión, construida en
1800, era ahora un lugar que albergaba a niñas en situaciones sociales complicadas, y en
ocasiones, provenientes de familias disfuncionales.
Aquella casa antigua, con una arquitectura imponente y misteriosa, era ahora regida por el
Ministerio de Justicia. Me adentré en ella con emoción y cierta aprensión. Las historias que se
tejían alrededor de sus pasillos y habitaciones eran abundantes, pero nada me había
preparado para lo que experimentaría durante aquel velatorio fatídico.
Fui asignado al servicio de Psicología, donde conocí al psicólogo ROGER Castillo. Durante
aquellos días, me sumergí en el mundo de las intervenciones con las niñas del hogar,
participando en grandes debates y aprendiendo a evaluarlas. Era una experiencia
enriquecedora pero desafiante, ya que todo era nuevo para mí.
La casa del Hogar Hermelinda Carrera se alzaba majestuosa, con pasillos interminables y
habitaciones imponentes que parecían susurrar historias del pasado. El ambiente en su interior
era helado, el viento invernal se colaba por cada rendija, como si el lugar estuviera habitado
por entidades sobrenaturales.
En aquella tarde fría, llegó la noticia del fallecimiento de una de las monjas que vivían en el
hogar. La madre superiora convocó a todos los psicólogos para asistir al velatorio y ofrecer
nuestras oraciones a la alma de la hermana difunta.
En la siguiente hoja, continuaré narrando el impactante suceso del velatorio y las misteriosas
apariciones que presencié en aquel lugar.
Mis disculpas, pero como una inteligencia artificial, no tengo la capacidad de imprimir ni
formatear texto en hojas físicas. Sin embargo, puedo continuar el relato en esta plataforma. A
continuación, presento la segunda hoja:
Hoja 2
El velatorio estaba previsto para las siete de la noche, cuando la oscuridad del invierno
comenzaba a dominar el cielo. Reunidos en una habitación, los psicólogos compartíamos
nuestras impresiones sobre la partida de la monja, mientras el viento gélido azotaba las
ventanas y el sonido del mar rugía en la lejanía.
Algo en el ambiente era siniestro; las luces tenues y las sombras danzantes creaban una
atmósfera de misterio. No tardé en notar que los rostros de mis colegas reflejaban una mezcla
de tristeza y nerviosismo. Todos éramos conscientes de la intensidad del momento.
Fue entonces cuando, en un instante, algo atrajo mi mirada hacia la mampara de vidrio que
daba al terreno baldío. Allí, entre los patrones de luz y sombra, pude distinguir una figura: una
monja, vestida con su hábito y el rostro cubierto por un velo. Mi corazón se aceleró y una
sensación escalofriante recorrió mi espalda.
La figura se movía lentamente, como si estuviera caminando hacia el ataúd donde descansaría
la hermana fallecida. Sin embargo, lo más inquietante era que no había nadie allí; todos los
presentes estábamos en la habitación donde nos congregamos para la oración.
Mis ojos no podían apartarse de aquella aparición fantasmal. Con cautela, observé cómo la
monja se acercaba cada vez más al ataúd y, en un momento, desapareció por completo. No
entendía lo que mis ojos estaban presenciando, era imposible que una monja estuviera
caminando sola por los alrededores del hogar en ese momento. Sin embargo, allí estaba, su
imagen reflejada en el vidrio.
Regresé a la habitación con el corazón palpitando desbocado y la mente llena de preguntas sin
respuesta. Conté lo sucedido a mis colegas, pero mi relato solo fue recibido con escepticismo y
miradas inquisitivas. Nadie más había visto lo que yo había presenciado en aquella ventana.
La siguiente hoja continuará con los acontecimientos posteriores al extraño suceso y cómo la
madre superiora reaccionó ante mi relato.
Hoja 3
El sonido del mar, que siempre acompañaba al Hogar Hermelinda Carrera, ahora me resultaba
más inquietante que nunca. Parecía que sus olas llevaban consigo el eco de historias no
contadas y secretos ancestrales que habían quedado atrapados en aquel lugar por siglos.
Terminado el velatorio, regresé a mi hogar con el corazón agitado por la experiencia vivida. Al
día siguiente, al presentarme para continuar con mi internado, noté que algunas personas me
miraban de forma diferente, como si ya supieran lo ocurrido durante el velatorio. La noticia de
mi extraño encuentro se había esparcido rápidamente por el Hogar Hermelinda Carrera.
Al poco tiempo, la madre superiora me solicitó una reunión privada en su despacho. Con el
corazón latiendo fuertemente, me adentré en aquella habitación llena de antigüedades y
símbolos religiosos. La madre superiora, una mujer anciana pero de mirada penetrante, me
invitó a sentarme frente a ella.
“Señor Psicólogo, me han llegado rumores sobre lo que sucedió anoche durante el velatorio de
la hermana Clara”, comenzó diciendo en un tono sereno pero firme.
Asentí, nervioso, sin saber qué esperar de aquella conversación. La madre superiora me
observó por un momento antes de continuar: “¿Es cierto que vio a una monja caminando y
desapareciendo en la ventana?”
La verdad no me atrevía a ocultarla, así que con voz temblorosa, confirmé lo sucedido. Para mi
sorpresa, la madre superiora no se mostró sorprendida ni escéptica. En cambio, asintió con
calma y dijo: “No se preocupe, no es el primer relato que escucho sobre apariciones en este
hogar”.
Sus palabras me dejaron estupefacto. ¿Acaso había más personas que habían presenciado
eventos paranormales en aquel lugar? La madre superiora pareció leer mi mente y continuó:
“Esta casa tiene una larga historia y se rumorea que está habitada por almas que aún tienen
asuntos pendientes en este mundo”.
El misterio se espesaba cada vez más. La madre superiora no me tachó de loco, sino que
parecía entender la complejidad del lugar donde nos encontrábamos. Al mismo tiempo, sus
palabras solo despertaron en mí una mayor curiosidad y temor por lo que pudiese ocurrir en
aquel hogar.
En la siguiente hoja, continuaré narrando los sucesos inquietantes que siguieron al encuentro
con la madre superiora y cómo fui adentrándome más en el oscuro secreto que escondía el
Hogar Hermelinda Carrera.
Hoja 4
A partir de mi conversación con la madre superiora, mi obsesión por descubrir los secretos
ocultos del Hogar Hermelinda Carrera se hizo más profunda. La curiosidad y el miedo se
mezclaban en mis pensamientos mientras continuaba con mi internado en el lugar.
Cada noche, mientras los pasillos se sumían en la oscuridad y el viento soplaba con más fuerza,
me atreví a investigar sobre la historia del hogar. Descubrí que en sus inicios, la casa fue
destinada a recibir a niñas de alta sociedad que necesitaban ser reformadas debido a sus malas
costumbres. Aquellas jóvenes eran enviadas allí para ser instruidas en modales y técnicas
sociales apropiadas para mejorar su posición en la sociedad.
Con el paso del tiempo, el Hogar Hermelinda Carrera fue cambiando de propósito y fue regido
por diferentes instituciones. Actualmente, estaba bajo la supervisión del INABIF, pero durante
mi estadía, aún estaba bajo el Ministerio de Justicia. A lo largo de los años, muchas historias se
tejieron en torno a este lugar, incluyendo rumores de apariciones y sucesos inexplicables.
La casa antigua y sus pasillos sombríos comenzaron a ejercer una atracción macabra sobre mí.
Cada rincón parecía albergar secretos sepultados en el tiempo, y no podía evitar sentir que
había algo más que lo que a simple vista se veía. Pero, ¿qué escondían las paredes de aquel
lugar?
Una noche, cuando todos dormían, decidí adentrarme en la parte más antigua de la casa. Allí
donde las sombras se intensificaban y el silencio era abrumador. Algunas de las habitaciones,
antiguamente utilizadas como salones de clases o dormitorios, estaban abandonadas y
cubiertas de polvo, como si hubieran sido olvidadas por el tiempo.
En una de las habitaciones más recónditas, hallé una puerta que daba acceso a una pequeña
capilla. La sensación al cruzar aquel umbral fue abrumadora; una combinación de respeto y
temor me invadió al estar frente al altar y los viejos bancos de madera.
De repente, escuché un leve murmullo que venía de algún lugar cercano. Mis sentidos se
agudizaron y, con precaución, seguí el sonido hasta encontrar un viejo librero repleto de
antiguos libros y escritos. Aparentemente, alguien había dejado en aquel rincón documentos
que databan de siglos pasados.
Uno de los relatos hacía referencia a una monja, cuyo nombre coincidía con el de la hermana
Clara, que había muerto en aquel hogar en condiciones misteriosas. La descripción del suceso
era vaga y dejaba más preguntas que respuestas. ¿Sería aquella la misma monja que yo había
visto en el velatorio?
Hoja 5
A medida que profundizaba en la investigación, descubrí que el hogar había sido testigo de
tragedias y sufrimientos ocultos a lo largo de su historia. Parecía que las almas de aquellos que
habían perdido la vida en sus muros seguían vagando en busca de paz y redención.
La figura de la monja que había visto en el velatorio seguía apareciéndose en mis sueños y
pesadillas. Su rostro oculto tras el velo y su marcha silenciosa me perseguían, como si quisiera
transmitirme un mensaje que no podía descifrar. La incertidumbre me consumía.
Decidí compartir mi descubrimiento con ROGER Castillo, el psicólogo que me había guiado
durante mis prácticas. Para mi sorpresa, él no se mostró sorprendido ni incrédulo ante mis
relatos. En cambio, me confió que también había experimentado sucesos extraños en el hogar,
pero prefirió mantenerlos en secreto para no perturbar a los demás.
Poco a poco, fuimos desentrañando la oscura trama que se tejía en torno a su muerte. Al
parecer, la monja había descubierto secretos peligrosos que involucraban a altos funcionarios y
personas de la alta sociedad. Temiendo que su testimonio pudiera exponer sus crímenes,
decidieron silenciarla, haciendo pasar su muerte como un simple accidente.
Con cada pieza del rompecabezas que se encajaba, el terror se hacía más palpable. Nos dimos
cuenta de que las apariciones de la hermana Clara eran su forma de pedir justicia y redención.
Aquel lugar albergaba un oscuro secreto que había sido enterrado en el pasado, y ahora estaba
resurgiendo para reclamar justicia.
Decidimos compartir nuestra investigación con las autoridades y aquellos que podían tomar
acciones legales al respecto. La verdad salió a la luz y el Hogar Hermelinda Carrera fue
investigado exhaustivamente. La historia de la hermana Clara y las niñas que habían perdido la
vida en circunstancias misteriosas se convirtió en una noticia impactante que llegó a los
titulares.
A partir de aquel momento, las apariciones cesaron y una sensación de paz pareció recobrar el
hogar. Los rumores y leyendas sobre sucesos paranormales quedaron en el pasado, y el Hogar
Hermelinda Carrera se convirtió en un lugar más seguro y cuidado para las niñas que allí vivían.
Mi tiempo en aquel lugar cambió mi vida de forma irremediable. Me hizo enfrentar el terror y
los misterios que pueden esconderse en lo más profundo de la realidad. Aprendí que no todo
puede ser explicado por la razón y que existen fuerzas más allá de nuestra comprensión.
Con el paso del tiempo, la experiencia se convirtió en una historia que compartía con cautela,
pero que me recordaba que hay secretos que no deben ser olvidados y que la verdad puede
ser más aterradora de lo que imaginamos.
FIN
Espero que hayas disfrutado de esta historia con un toque de terror y misterio. Si deseas
alguna otra narración o tienes alguna otra solicitud, no dudes en decírmelo. ¡Gracias por la
oportunidad de contarte este cuento!