La Naturaleza de La Metafísica-1
La Naturaleza de La Metafísica-1
La Naturaleza de La Metafísica-1
La Metafísica es la ciencia del ser. Así lo entendieron Parménides, Platón, Aristóteles, Santo
Tomás de Aquino, entre otros.
Asombrados por la admiración ante el universo, cuyo fundamento no se conoce de modo
inmediato, los hombres se han esforzado por alcanzar un saber último y universal sobre la
realidad. Así han surgido a lo largo de la historia muchas doctrinas que intentaban dar una
explicación profunda del universo y ponían su constitutivo más radical en un elemento u
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Real Academia Española. (2024). Diccionario de la lengua española (23.ª ed.). Recuperado de
https://dle.rae.es/
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otro: algunos han reducido toda la realidad a un elemento intrínseco al mundo, como la
materia, el espíritu, el movimiento, el pensamiento, etc. Otros han conocido que existe un
Principio trascendente distinto del universo. Algunas explicaciones proponen una sola causa
origen de todas las cosas mientras que otras proponen múltiples causas como fuentes
originarias.
Estas preguntas no son meramente teóricas, sino que afectan profundamente la vida
cotidiana de los hombres. No es lo mismo pensar que después de la muerte todo se
disuelve en la materia, o haber llegado al conocimiento de que somos creados por Dios de
la nada. Estimar que los hombres están sometidos a una fatalidad ciega, o que ellos son
artífices absolutos de su propia existencia, o que por la gracia y la libertad pueden llegar a
conocer y amar a un Dios personal, son doctrinas que marcan rumbos totalmente diferentes
para la vida de los seres humanos.
1. Noción de Metafísica:
Ejemplos de problemas científicos son la composición del átomo, el estudio del aparato
respiratorio de los animales, las enfermedades de las plantas, etc. Profundizando en estos
problemas podemos preguntarnos cuestiones más previas y radicales, que están supuestas
en los temas precedentes: “¿en qué consiste ser?”, “¿qué es causar?”, “¿qué es la
verdad?”. Son todos estos últimos planteamientos metafísicos.
2. La Metafísica, ciencia del ente en cuanto ente:
Todas las ciencias tienen un objeto de estudio. Esto es, algún sector de la realidad que
tratan de conocer. La matemática estudia los aspectos cuantitativos de las cosas, la
geografía física se ocupa de la configuración de la superficie terrestre.
El objeto material es el conjunto de las cosas estudiadas por un saber científico. El objeto
formal es el aspecto que cada ciencia considera en el ámbito de su objeto material.
Esta ciencia estudia toda la realidad, fijándose en aquello que todas las cosas tienen en
común, esto es en cuanto “son”, “son cosas”, son algo real, son entes.
El ente es lo que ordinariamente se llama cosa, realidad o ser. Ente significa “lo que es”,
algo dotado de la propiedad de ser. Son entes todas las cosas: un árbol, un pájaro, una
idea, etc. Pero así como “árbol” indica una naturaleza determinada, o un modo de ser, “ente”
señala la realidad de que el árbol es. La palabra ente procede del verbo ser. En latín, ens
(genitivo, entis) es el participio presente del verbo esse (ser). Del mismo modo que a un
hombre en cuanto oye se lo llama oyente, así en cuanto es o tiene ser, se lo llama ente.
El objeto material de la Metafísica es toda la realidad, pues todas las cosas son entes,
aunque de modo diverso. Pero su objeto formal es el ente en cuanto tal, considerado en su
carácter de ente. La metafísica, aunque trata de todas las cosas, no es la suma de las
diversas ciencias o su síntesis, como mantiene el positivismo, pues estudia el ser de las
cosas.
La metafísica trata de las propiedades que resultan de las cosas en cuanto entes. Le
corresponde descubrir si hay aspectos que se desprenden del ser de las cosas o no. Por
ejemplo, la verdad procede del ser de las cosas, pero la materia no es una condición exigida
necesariamente por el ser.
Corresponde a cualquier ciencia considerar un género de cosas y sus causas propias, pues
no se termina de conocer algo profundamente más que cuando llegamos a descubrir sus
causas. La metafísica debe estudiar la causa de los entes en cuanto entes, la causa del ser
de las cosas, que es Dios creador.
Desde la inicios de la filosofía, los primeros pensadores entendieron esta ciencia como un
saber universal que perseguía descubrir el elemento primario de la realidad. Sin embargo,
individuaban ese elemento en alguna sustancia material (fuego, aire, agua, etc.).
Parménides advierte por primera vez que el aspecto fundamental de la realidad es el ser: “el
ser es y el no-ser no es, es el camino de la persuasión (pues sigue a la Verdad)”.
Los filósofos posteriores, sin olvidar totalmente el ser parmenídeo, dirigieron su
especulación hacia otros temas. Fue Aristóteles quien devolvió al ser la primacía,
considerando la metafísica como la ciencia del ente en cuanto ente.
Nombres de la metafísica:
Esta ciencia recibe varios nombres, lo que pone de relieve algunas de sus características.
Aristóteles la llamó Filosofía primera, porque considera las primeras causas y principios de
la realidad, y es como el corazón de la filosofía. A las otras ramas las consideraba “filosofías
segundas”. Es primera no por una anterioridad cronológica, sino porque tiene una primacía
de naturaleza dentro del saber filosófico y también respecto a las demás ciencias.
El término más común es el de Metafísica, que utilizó Andrónico de Rodas, undécimo
sucesor de Aristóteles en el Liceo peripatético, para nombrar a los escritos del Filósofo
sobre “filosofía primera” colocados a continuación de los ocho libros de la Física. Si bien
este nombre fue circunstancial, expresa de manera correcta la esencia de esta ciencia, que
va más allá del ámbito de la naturaleza material estudiada en la física.
En el siglo XVII se le denominó ontología, esto es, del griego “estudio del ente”, nombre que
señala su objeto propio, y que por eso fue adoptado por varios pensadores. Fue utilizado
preferentemente por autores racionalistas, sobre todo por Wolff y algunos de sus
continuadores.
“Todos los hombres desean por naturaleza saber” 5(Aristóteles, 2003). Con esta frase
comienza Aristóteles su Metafísica. Desde muy temprana edad se hace manifiesto este
deseo de conocer en los niños. Los hombres, por medio de su inteligencia, tienen un cierto
conocimiento general y de conjunto sobre la realidad. Utilizan las palabras “ser”, “verdad” o
“bien”, poseen alguna idea sobre la naturaleza humana, etc. Este conocimiento espontáneo
versa en parte sobre los mismos temas que aborda la ciencia metafísica. Este conocimiento
vulgar ha sido llamado metafísica espontánea o metafísica natural de la inteligencia
humana. Este hecho no exime de la necesidad de una metafísica científica, porque el saber
vulgar es con frecuencia imperfecto, impreciso, poco firme o confuso y también porque
puede estar contaminado por las ideologías de moda. Por otro lado es verdad que no podría
existir la metafísica como ciencia sin la existencia del saber espontáneo.
En estos conocimientos intervienen de modo decisivo las actitudes morales de cada
persona. “Aquel que no vive como piensa, termina pensando como vive”, reza el refrán. No
es una experiencia desacostumbrada que los hombres, en la medida que se alejan del bien
moral, lleguen a una confusión en el plano de las convicciones intelectuales de fondo,
adoptando una actitud escéptica ante la verdad, eludiendo el tema de Dios, siendo
relativistas o antropocentristas. Esto explica, en parte, la existencia de algunas ideologías
que tienen apariencia de ser sistemas filosóficos, que se apartan de la verdad, que son
como construcciones teóricas acorde con unas posiciones iniciales equivocadas ante la vida
(liberalismo, marxismo, agnosticismo, idealismo, etc.). La metafísica como ciencia está, en
cierta medida condicionada por la vida moral de los filósofos.
5
Aristóteles. (2003). Metafísica (E. Lledó Iñigo, trad.). Gredos. (Libro I, 980a1).
Al tratar la metafísica de las cuestiones más fundamentales del saber humano, al abarcar
toda la realidad en su conjunto y al buscar los primeros principios, se deduce que las
ciencias particulares dependan de algún modo de aquella. La Filosofía primera da los
cimientos para la investigación de las otras ciencias.
Los principios metafísicos, las propiedades del ser y de otras nociones básicas de la
realidad se reflejan también en ese sector determinado de la investigación científica. De tal
modo estos principios están presupuestos en la ciencia, que, aunque no se interrogue sobre
ellos explícitamente, los utiliza en la medida en que le hacen falta. Los físicos, por ejemplo,
al profundizar en la dinámica de los cuerpos, están empleando la noción de causa.
Algunas veces, los mismos científicos al buscar profundizar en la inteligibilidad de su objeto
de investigación, pasan de su ciencia particular a consideraciones de carácter filosófico.
Ejemplos de físicos contemporáneos que escribieron ensayos filosóficos son Heisenberg,
Einstein, Planck, De Broglie, Bohr, Schrödinger, entre otros. El falso ideal de independencia
absoluta de las ciencias experimentales respecto de la filosofía, propuesto por el
positivismo, no ha podido nunca realizarse del todo.
A la Metafísica le corresponde ejercer una función rectora y orientadora en el cuerpo de las
ciencias, en cuanto es la cumbre del saber humano de orden natural. Esta es una función
sapiencial, ya que es propio de la sabiduría ordenar y dirigir los conocimientos y actividades
humanos a la luz de los primeros principios y del fin último del hombre. Además la filosofía
primera brinda coherencia y una visión de unidad con respecto al resto de los saberes de
otras ciencias.
Además del saber espontáneo o vulgar y Del saber por ciencia, existe un conocimiento de
orden sobrenatural, que procede de la Revelación divina, y que incide en el saber humano,
no sustituyéndolo ni negándolo, sino que suponiéndolo, perfeccionándolo y elevándolo al fin
último sobrenatural del hombre, que es la visión beatífica de Dios en el cielo 6 (Tomás de
Aquino, 1955).
La fe ayuda a la filosofía:
Algunas verdades metafísicas, aunque el hombre las puede alcanzar por las solas fuerzas
de su razón natural, han sido también reveladas por Dios a lo largo de la Historia Sagrada
hasta la muerte del Apóstol San Juan, acontecimiento con el que se cierra la revelación
pública de Dios a la humanidad. La Revelación divina manifestó a los hombres las
principales verdades últimas sobre el mundo, sobre el hombre y sobre Dios mismo. Por
causa del pecado original, era difícil para los hombres alcanzar con firmeza y sin mezcla de
errores todas esas verdades tan necesarias para la vida teorética y moral. Por eso Dios
quiso enseñarnos verdades como la creación de las cosas ex nihilo,
la Providencia divina, la espiritualidad del alma humana y su inmortalidad, la existencia y
naturaleza de Dios Uno, la ley moral y
6
Tomás de Aquino. (1265-1274). Summa Theologiae. Edición bilingüe latín-español, (I, q.1, a.8).
el fin último del hombre, e incluso hasta el nombre de Dios como Ser subsistente: «Yo soy el
que soy».
De esta manera, la Metafísica recibió un impulso extraordinario, como nunca antes se había
visto. Los primeros cristianos se asombraban de que hasta los niños pudiesen dar
respuestas más profundas y definitivas que los antiguos filósofos.
Los Santos Padres y Doctores de la Iglesia, al mismo tiempo que elaboraban la teología, se
esforzaron por desentrañar racionalmente las verdades naturales que habían sido
reveladas, desarrollando así la filosofía. Filosofía que algunos autores denominan filosofía
cristiana, no por su contenido intrínseco y su argumentación racional, que siguen siendo
naturales, sino porque ha sido hecha bajo el estímulo y la poderosa luz de la fe. Otros en
cambio se oponen a esta denominación.
El hecho de la Revelación de estos conocimientos no hace innecesaria la ciencia
metafísica, sino que constituye un acicate para penetrar con más vigor en ella.
La fe ayuda a la Metafísica a conocer a fondo la verdad, la estimula en su búsqueda, le
señala nuevos temas y rumbos para orientar su investigación, a partir de los términos y
cuestiones que incorpora el mensaje revelado, y la protege contra el error y el desaliento al
que fácilmente se expone en sus investigaciones más arduas, donde interviene a menudo la
perturbación provocada por el desorden de la voluntad o de los sentimientos.
La metafísica es instrumento científico para la teología. Una vez que la metafísica ha sido
perfeccionada por la orientación que le da la fe, ella misma constituye un instrumento
valioso para entender mejor los misterios sobrenaturales, de los que se ocupa la ciencia
Teológica.
La fe católica nunca es ciega o instintiva, sino que se asienta en los motivos de credibilidad
(milagros, profecías, santidad de doctrina y ejemplos, etc.) que la razón pone a su
disposición para que la adhesión al misterio sea más libre y madura por parte del hombre.
La Filosofía defiende a la fe contra falsas interpretaciones o las objeciones infundadas, pues
si bien no es posible demostrar la fe en la medida en que su objeto está sobre la razón, sí
es posible probar que la fe no está contra la razón.
También la Filosofía, aplicada al desarrollo de la Teología, auxilia a la fe para alcanzar una
mayor explicitación de los misterios revelados, para que aquello que las Sagradas
Escrituras y la Santa Tradición de la Iglesia ofrecen de un modo implícito pueda apreciarse
con mayor claridad y nitidez.
Además en relación a la teología, la filosofía sirve como instrumento de conceptualización
de las verdades naturalmente cognoscibles, dándole a las distintas partes de esta ciencia la
forma lógica y el orden recíproco más conveniente para su desenvolvimiento.
Por último, la filosofía suele ser el camino más promisorio para emprender el diálogo desde
la fe con aquellos que no creen o los que ven oscurecida su convicción religiosa, y con
personas que adhieren a falsas sectas o religiones.
Conclusión:
La metafísica se presenta como una disciplina filosófica fundamental que busca comprender
la realidad en sus aspectos más profundos y universales, enfocándose en el ente en cuanto
ente, y por lo tanto en el ser de las cosas. A diferencia de las ciencias particulares, que
estudian aspectos específicos de la realidad, la metafísica abarca la totalidad del ser,
investigando sus causas últimas y principios primeros. Esta ciencia, que se remonta a los
antiguos filósofos griegos como Parménides y Aristóteles, establece la base de todo
conocimiento humano, al ofrecer una visión integradora y rectora para las demás ciencias.
Además, se destaca su relación intrínseca con la moralidad y la teología, dado que una vida
en alineación con la verdad y el bien facilita la búsqueda de respuestas más profundas
sobre el ser y el conocimiento. La metafísica, al apoyarse también en la fe revelada, eleva el
entendimiento humano, aportando claridad y orientación en el camino hacia el conocimiento
de las verdades fundamentales sobre Dios, el universo y el hombre.