TEORÍA DEL PATRIMONIO
TEORÍA DEL PATRIMONIO
TEORÍA DEL PATRIMONIO
Un único patrimonio por persona: Aunque una persona posea bienes con
diferentes propósitos, la teoría clásica no admite que dichos bienes se organicen
como patrimonios separados.
Igualdad entre los acreedores: En principio, los bienes del patrimonio están a
disposición de todos los acreedores, salvo que existan derechos preferentes
establecidos por la ley (como hipotecas o prendas).
Aunque estas características fueron pilares del derecho civil clásico, las teorías
modernas han señalado varias limitaciones:
La teoría clásica sostiene que cada persona solo puede tener un patrimonio, lo
cual limita la posibilidad de separar activos o pasivos específicos para ciertos
fines. Sin embargo, en la práctica jurídica moderna, hay múltiples situaciones que
requieren una separación de patrimonios:
Patrimonios separados:
La teoría clásica establece que toda persona tiene un patrimonio desde que
adquiere personalidad jurídica, incluso si no tiene bienes. Sin embargo, en la
práctica, este principio no siempre es funcional:
Patrimonios netos negativos: Si una persona tiene más deudas que bienes, su
patrimonio es negativo, lo cual plantea interrogantes sobre su función como
“garantía” para los acreedores.
Las personas jurídicas (como las empresas) pueden tener patrimonios que no
dependen directamente de sus miembros o accionistas.
Patrimonios de afectación:
Las críticas a la teoría clásica del patrimonio no la deslegitiman como una base
histórica y conceptual del derecho civil, pero revelan que su rigidez y simplicidad
no siempre son aplicables a la realidad jurídica contemporánea. Las necesidades
modernas han llevado a la creación de figuras y teorías que amplían o matizan la
noción de patrimonio, enfatizando la flexibilidad, la funcionalidad y la
independencia de ciertos elementos patrimoniales en contextos específicos.