TEORÍA DEL PATRIMONIO

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Tema N°2

TEORIA DEL PATRIMONIO

1. Definición de Josserand: El patrimonio como el conjunto de valores


pecuniarios, lo que significa que el patrimonio está compuesto por bienes
o derechos susceptibles de apreciación económica (es decir, valorables en
dinero), y subraya que incluye tanto los activos (bienes y derechos que
tienen valor positivo) como los pasivos (obligaciones o deudas) que una
persona tiene. En otras palabras, para Josserand, el patrimonio es una
unidad económica que incluye tanto los bienes que enriquecen a la
persona como aquellas cargas que pueden disminuir su valor.

2. Definición de Messineo: da un concepto más centrado en las relaciones


jurídicas, al afirmar que el patrimonio no es un conjunto de objetos o
cosas, sino de acciones, derechos y obligaciones que pertenecen a una
persona, y que pueden ser de naturaleza variable, es decir, que pueden
cambiar a lo largo del tiempo. Messineo establece que el patrimonio está
compuesto por elementos activos y pasivos. Los activos son los derechos
que generan algún valor para el titular, mientras que los pasivos son las
obligaciones que le corresponden. Esta definición amplia el concepto de
patrimonio, no solo a los bienes materiales, sino también a los derechos y
obligaciones que puedan existir en el futuro, los cuales tienen un impacto
directo sobre la situación patrimonial de una persona.

El Patrimonio como una ”Universitas Iuris”


El patrimonio no es considerado un objeto unitario del derecho, sino más
bien un conjunto de relaciones jurídicas que tienen una dimensión
económica. Esta concepción está basada en la idea de que el patrimonio
es una universalidad jurídica (universitas iuris), lo que significa que el
patrimonio es una totalidad que abarca tanto los derechos (activos) como
las obligaciones (pasivos) de una persona, y todos esos elementos se
entienden como una unidad en términos legales. A diferencia de un simple
conjunto de bienes o activos aislados, el patrimonio, al ser una
universalidad jurídica, implica que los derechos y las obligaciones están
interrelacionados y forman un todo integral.

El Patrimonio como una Reunión de Derechos y Obligaciones

Lo que caracteriza al patrimonio es la reunión de derechos y obligaciones


que tienen un valor pecuniario, es decir, que pueden ser medidos en
términos monetarios. Estos derechos y obligaciones, aunque pueden ser
diversos, se consideran como una unidad jurídica. El patrimonio incluye
tanto los derechos reales (por ejemplo, la propiedad sobre un bien) como
los derechos personales (como los contratos de crédito o las
reclamaciones), así como las obligaciones derivadas de deudas y otros
compromisos legales.
El patrimonio es, por tanto, una universalidad jurídica porque integra tanto
los activos (derechos con valor económico) como los pasivos (obligaciones
evaluables en dinero), y estos elementos se vinculan entre sí a través de
relaciones jurídicas que afectan a la persona que es titular del patrimonio.
El Patrimonio como "Bienes" Evaluables en Dinero
En términos más sencillos, el patrimonio se entiende como el conjunto de
bienes, entendidos estos como derechos y obligaciones que son
susceptibles de valoración económica. Estos bienes (que no siempre son
objetos materiales, sino también derechos de todo tipo, como el derecho a
reclamar un pago o una propiedad) son considerados parte del patrimonio
mientras puedan ser apreciados en términos monetarios.
Explican que el patrimonio no es solo un conjunto de bienes materiales,
sino que incluye tanto los derechos como las obligaciones evaluables en
dinero que posee una persona. A través de las definiciones de Josserand y
Messineo, se destaca la idea de que el patrimonio es una totalidad jurídica
que abarca tanto lo positivo como lo negativo, integrando activos y pasivos,
y que su valor está determinado por la capacidad económica de la persona
titular del mismo. Este concepto sienta las bases para la comprensión del
patrimonio como una unidad jurídica compleja que está interrelacionada
con los derechos y las obligaciones de la persona.

II.- Las características del patrimonio según la teoría clásica

Estas características se derivan del concepto de patrimonio como una


universalidad jurídica y reflejan los principios fundamentales sobre los cuales se
construye esta teoría:

Inseparabilidad de la persona y el patrimonio

El patrimonio está intrínsecamente ligado a la persona y no puede existir sin un


titular. Esto significa que:

Cada persona tiene un patrimonio único y exclusivo: Según la teoría clásica, no es


posible que una persona tenga más de un patrimonio a la vez. Este principio se
fundamenta en la idea de que el patrimonio es una extensión de la personalidad
jurídica de su titular.
El patrimonio existe mientras exista la persona: Cuando una persona fallece, su
patrimonio persiste únicamente a través de la figura jurídica de la sucesión, es
decir, pasa a sus herederos.

• Universalidad jurídica: El patrimonio no es simplemente una suma de bienes y


deudas, sino una “universalidad jurídica” que incluye todos los derechos y
obligaciones de valor económico del titular. Esto implica:

• Activos y pasivos están vinculados: El patrimonio comprende tanto los bienes


y derechos (activos) como las obligaciones y deudas (pasivos) de una persona.
Además, los activos son garantía para los acreedores en caso de incumplimiento.

• Principio de subrogación real: Los bienes dentro del patrimonio pueden


cambiar (venderse, adquirirse, sustituirse), pero la estructura del patrimonio como
una universalidad jurídica permanece inalterada.

1. Indivisibilidad.- El patrimonio se considera indivisible en el sentido de que


no puede fragmentarse en varios patrimonios independientes mientras el
titular esté vivo. Esto se traduce en:

Un único patrimonio por persona: Aunque una persona posea bienes con
diferentes propósitos, la teoría clásica no admite que dichos bienes se organicen
como patrimonios separados.

No admite patrimonios autónomos en vida:

Por ejemplo, el concepto de fideicomisos o patrimonios afectos a fines


específicos no era compatible con la visión original de la teoría clásica, aunque
hoy día han sido aceptados por teorías modernas.

2. Inalienabilidad del patrimonio como un todo.- Según la teoría clásica, el


patrimonio como una entidad total no puede ser transferido de un titular a
otro, excepto en situaciones específicas como la herencia. Esto implica
que:
Actos inter vivos: Solo se pueden transferir bienes específicos, no el
patrimonio completo.
Actos mortis causa: Cuando una persona fallece, su patrimonio se
transfiere en su totalidad a los herederos, quienes lo reciben como una
universalidad jurídica que incluye tanto activos como pasivos.

3. Patrimonio como garantía de los acreedores.- Uno de los principios


fundamentales de la teoría clásica es que el patrimonio del deudor es la
garantía común de sus acreedores. Esto significa:

Responsabilidad patrimonial universal:


Todo lo que forma parte del patrimonio del deudor puede ser embargado y
ejecutado para satisfacer las deudas.

Igualdad entre los acreedores: En principio, los bienes del patrimonio están a
disposición de todos los acreedores, salvo que existan derechos preferentes
establecidos por la ley (como hipotecas o prendas).

Críticas y limitaciones modernas

Aunque estas características fueron pilares del derecho civil clásico, las teorías
modernas han señalado varias limitaciones:

1. Fragmentación del patrimonio: Hoy se aceptan figuras como los


fideicomisos, patrimonios autónomos y sociedades unipersonales, que
permiten dividir el patrimonio de una persona para fines específicos.
2. Flexibilidad de la inalienabilidad: En ciertos sistemas jurídicos, se han
desarrollado mecanismos para la transmisión del patrimonio como
universalidad jurídica, incluso en vida, mediante herramientas como los
fideicomisos o las donaciones globales.
3. Exclusión de deudas sin garantía real: La responsabilidad patrimonial
universal ha sido matizada en algunos casos, limitando la ejecución sobre
bienes esenciales o afectos a actividades específicas.

Las características del patrimonio en la teoría clásica establecen un marco rígido


y sistemático que organiza los bienes y deudas de una persona en una unidad
jurídica indivisible e inseparable. Aunque este enfoque fue innovador en su
momento, las necesidades modernas del derecho han llevado a una mayor
flexibilidad y evolución en la concepción del patrimonio.

III.- Las críticas a la teoría clásica del patrimonio

Han surgido como respuesta a las limitaciones de su enfoque, particularmente


frente a las complejidades y necesidades del derecho contemporáneo. Se analiza
en profundidad las principales críticas a esta teoría desarrollada por Aubry y Rau

1. Rigidez de la Unidad Patrimonial

La teoría clásica sostiene que cada persona solo puede tener un patrimonio, lo
cual limita la posibilidad de separar activos o pasivos específicos para ciertos
fines. Sin embargo, en la práctica jurídica moderna, hay múltiples situaciones que
requieren una separación de patrimonios:

Patrimonios separados:

Ejemplo: En el matrimonio, el régimen de bienes puede establecer una separación


patrimonial entre los cónyuges.
Otro caso son los fideicomisos o fondos de inversión, donde se crean patrimonios
autónomos que no forman parte del patrimonio personal del fiduciario o del
fideicomitente.

Críticas prácticas: La unidad patrimonial puede generar incertidumbre jurídica,


especialmente en situaciones donde se necesita proteger ciertos activos del resto
del patrimonio (como en fideicomisos destinados a menores o fines específicos).

2. Incapacidad para explicar figuras como el fideicomiso

El fideicomiso es un instrumento jurídico en el cual una persona transfiere bienes


o derechos a un fiduciario para un propósito determinado, creando un patrimonio
autónomo. Este concepto desafía directamente la teoría clásica:

Doble titularidad patrimonial:

En el fideicomiso, el fiduciario administra bienes que no forman parte de su


patrimonio personal ni del fideicomitente.

Esto contradice la noción de que cada persona tiene un único patrimonio


indivisible.

Implicación jurídica: Los patrimonios autónomos son independientes, tanto del


fiduciario como de los beneficiarios, lo cual se aparta de la idea de que el
patrimonio está necesariamente vinculado a la persona.

3. El patrimonio negativo y los pasivos

La teoría clásica establece que toda persona tiene un patrimonio desde que
adquiere personalidad jurídica, incluso si no tiene bienes. Sin embargo, en la
práctica, este principio no siempre es funcional:

Patrimonios netos negativos: Si una persona tiene más deudas que bienes, su
patrimonio es negativo, lo cual plantea interrogantes sobre su función como
“garantía” para los acreedores.

En estos casos, la noción de que el patrimonio siempre tiene un valor intrínseco


entra en crisis.

Críticas económicas: La teoría no aborda adecuadamente cómo tratar situaciones


en las que los pasivos superan los activos, una realidad común en insolvencias y
quiebras.

4. Separación entre personas físicas y jurídicas

La teoría clásica no diferencia suficientemente entre las características del


patrimonio de las personas físicas y las jurídicas, lo que ha llevado a críticas
específicas:
Independencia patrimonial en personas jurídicas:

Las personas jurídicas (como las empresas) pueden tener patrimonios que no
dependen directamente de sus miembros o accionistas.

Confusión en casos de empresas unipersonales:

Las empresas unipersonales (donde el propietario es una sola persona)


cuestionan la idea de un único patrimonio, ya que en muchos sistemas legales se
busca separar los bienes personales del empresario y los bienes de su empresa.

5. Inflexibilidad frente a regímenes patrimoniales complejos

En la práctica jurídica moderna, se han desarrollado figuras que no se ajustan a la


rigidez de la teoría clásica:

Patrimonios de afectación:

Estos son patrimonios creados para fines específicos, como la administración de


un negocio o el pago de deudas concretas.

Derecho de familia y sucesorio:

Las figuras como las capitulaciones matrimoniales, los testamentos y los


patrimonios hereditarios con beneficio de inventario introducen separaciones
patrimoniales que contradicen la noción de un único patrimonio indivisible.

6. Evolución de la noción de garantía patrimonial

La teoría clásica parte del principio de que el patrimonio de una persona


constituye una garantía para sus acreedores. Sin embargo, este principio ha sido
cuestionado:

Protección de bienes específicos: En muchos sistemas jurídicos, ciertos bienes


están protegidos frente a los acreedores (como la vivienda familiar en algunos
países). Esto limita la noción de que todo el patrimonio está disponible como
garantía.

Figuras modernas de insolvencia: Las leyes de quiebra e insolvencia permiten


establecer límites al uso del patrimonio como garantía, introduciendo
excepciones al principio clásico.

7. Aparición de teorías alternativas

La evolución del derecho ha llevado al surgimiento de teorías más flexibles que


han desplazado parcialmente la teoría clásica:
Teoría del patrimonio de afectación: Propuesta por Planiol, esta teoría establece
que el patrimonio no está necesariamente ligado a la personalidad jurídica, sino
que puede crearse en función de una finalidad específica.

Teoría del patrimonio funcional:Esta teoría considera que los patrimonios se


organizan en función de su utilidad o destino. Por ejemplo, una empresa puede
dividir sus activos en varios patrimonios funcionales (como un fondo de garantía
para deudas laborales y otro para operaciones comerciales).

Las críticas a la teoría clásica del patrimonio no la deslegitiman como una base
histórica y conceptual del derecho civil, pero revelan que su rigidez y simplicidad
no siempre son aplicables a la realidad jurídica contemporánea. Las necesidades
modernas han llevado a la creación de figuras y teorías que amplían o matizan la
noción de patrimonio, enfatizando la flexibilidad, la funcionalidad y la
independencia de ciertos elementos patrimoniales en contextos específicos.

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