notacion medieval
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Nietzsche dice de sí mismo que es dinamita, o que hace filosofía con el martillo,
pues ataca los cimientos mismos la cultura occidental en todas sus dimensiones.
2.1. LA CRÍTICA A LA METAFÍSICA Y AL CONOCIMIENTO.
¿Qué hacer ante la muerte de Dios? ¿Cómo superar el nihilismo que de forma
inevitable se impone ante el hombre? La crítica a golpe de martillo llevada a cabo por
Nietzsche a los valores que fundamentan la tradición occidental le llevan a una fase que
puede ser tildada de constructiva, pues es en la que desarrolla sus teorías más
importantes.
La muerte de Dios es un
acontecimiento dramático en un
doble sentido:
De esta manera, el vacío que dejará Dios no debe ser ocupado por otro Dios, ni
siquiera por el superhombre, sino por una voluntad creadora. Lejos de adoptar un
nihilismo negativo o pasivo, Nietzsche aboga por un nihilismo positivo o activo
consistente en dos momentos. Un primer momento es de lucha contra el platonismo y
el cristianismo. Esto se hará disolviendo todo sistema de valores vigentes hasta el
momento que es enemigo de la vida. Un segundo momento implica crear nuevos valores
que pongan a la vida, al hombre singular, como centro. Implica liberar la voluntad de
poder y abrazar al amor fati, que significa decir sí a la vida y aceptar que ésta es un
devenir constante carente de sentido o finalidad. Aceptar todo lo irracional que
constituye la vida. En definitiva, aceptar su carácter trágico. Esta creación de nuevos
valores consiste, así, en la subversión, en la transmutación de los valores anteriores.
Lo bueno ya no es lo que el cristianismo sentenció en su intento de vengarse ante los
poderosos (la compasión, la humildad…). Lo bueno será todo aquello que fomente y
eleve la vida, todo lo que el hombre es capaz de construir alejándose de los valores
caducos enemigos de la vida. “Lo bueno” será también aquello que afirme la voluntad
de poder. Nietzsche, dado su estilo
poco sistemático y ambiguo, no define explícitamente qué entiende por voluntad de
poder. Sin embargo, puede entenderse como el deseo, el anhelo de ser más, de
superarse a sí mismo, de enseñorearse, de crear nuevos valores propios que acepten la
vida tal y como es: devenir. El hombre desde esta perspectiva, en calidad de
superhombre, se encuentra más allá del bien y del mal.
La idea del eterno retorno tiene una connotación ética. Lo plantea en su obra
La gaya ciencia: