Eje 1 (desarrollo 1)

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 20

Eje 1.

INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO INFANTIL

● Psicología del Desarrollo Infantil. La infancia ayer y hoy. Normativo e idiosincrásico.


● Los procesos de: maduración, crecimiento y desarrollo.
● Aportes de la Neuropsicología a la comprensión del Desarrollo infantil

Bibliografía.

1. ALONSO, G (2021): Aportes de la Neuropsicología al desarrollo infantil


2. CASAS, F. (1998): Infancia: perspectivas psicosociales. Cap. 1.
3. HURLOCK, E. B. (1982): Desarrollo del niño. Cap 1 y 2
4. OSTERRIETH, P. (1993): Psicología infantil. Cap. 1.
5. PIZZO, M E (2010) El niño como objeto de estudio de distintos modelos teóricos. Ficha de
cátedra.UBA
APORTES A LA NEUROPSICOLOGÍA DEL DESARROLLO INFANTIL (Alonso, G.).

El desarrollo del niño, requiere de un abordaje interdisciplinario complejo en el que intervienen las leyes de
maduración del sistema nervioso en su interrelación con la conducta, la cognición y las emociones:

Áreas del desarrollo

Motricidad: cumplimientos de hitos motores, la medición se obtiene por observación y entrevistas por
ejemplo el gatear, caminar.

Comunicación: también nos comunicamos a través de recursos NO lingüísticos. Los niños aprenden el
poder de la comunicación antes de aprender a hablar.

Socialización: contacto visual, miradas con gestos y vocalización, sonrisa social, respuesta al nombre.

Áreas del desarrollo cognitivo

Juego: juego de manipulación de los 5 meses en adelante, juego simbólico, juego de roles, juego funcional.

Conducta

● Nivel de conducta
● Berrinches, agresiones, conductas agresivas, patrón de respuesta, temperamento, ritmo de
actividades cotidianas.

Clásicamente se lo define como un proceso dinámico y continuo de organización progresiva de funciones


biológicas, psicológicas y socio-culturales en compleja interacción. Este proceso se da desde la concepción
hasta la madurez y está íntimamente relacionado con el desarrollo del sistema nervioso. El desarrollo infantil
muestra una estrecha correlación entre la aparición de eventos neurobiológicos, madurativos y conductuales.

La fragilidad con la cual venimos al mundo requiere de adultos que puedan cubrir las necesidades del niño
en alimentación y cuidado a fin de que pueda sobrevivir y alcanzar el desarrollo normal. El desarrollo cerebral
posnatal en humanos es cuatro veces más prolongado y más específico que en primates no humanos.

La maduración del sistema nervioso está determinada genéticamente y es influenciada por el ambiente.
Las estructuras neuroanatómicas y los procesos particulares del cerebro median el comportamiento,
abarcando aspectos como los deseos y las emociones y los componentes cognitivos de la actividad mental.

Siguiendo los postulados de Luria comprendemos la maduración del sistema nervioso acuerdo a sus leyes
de complejidad, especificidad y lateralización:

1. Ley de complejidad creciente en la organización funcional del sistema nervioso: el


procesamiento y la integración de la información del sistema nervioso se complejiza a medida que el
mismo madura. Partiendo desde procesamiento a nivel de reflejos en los primeros meses de vida, al
procesamiento integral de la información en el cerebro adulto.
2. Ley de la especificidad decreciente y especialización creciente de las funciones nerviosas. A
medida que las redes neuronales se van desarrollando el procesamiento de la información deja de ser
especializada solamente en un área cerebral, sino que la misma es procesada en conjunto con otras.
3. Ley de lateralización progresiva de las funciones nerviosas dando lugar a la especialización
funcional de cada hemisferio cerebral

Después del nacimiento, y de manera general, se pueden identificar diversas etapas dentro de este
proceso: arborización dendrítica, sinaptogénesis, desarrollo axonal y mielinización, desarrollo de sistemas de
neurotransmisión y parcelación. Las secuencias, etapas y características de neurodesarrollo se encuentran
genéticamente predeterminadas, pero en algunos aspectos la expresión genética depende en gran parte del
medio ambiente. Los procesos madurativos como la mielinización no actúan de manera simultánea en todas
las regiones cerebrales se establece que la mielinización de las áreas corticales sigue una secuencia
cronológica y tiene importantes implicaciones en el desarrollo de las funciones cognitivas. Durante el primer
año de vida, la plasticidad cerebral es mayor, el cerebro se moldea y modifica fácilmente, lo cual es
importante para el desarrollo normal. Con factores como la edad y la estimulación ambiental, los sistemas
nerviosos se van estabilizando y alcanzan su funcionamiento programado, y la plasticidad cerebral va
disminuyendo sin desaparecer totalmente. Durante toda la vida se mantiene algún nivel de moldeamiento
funcional cerebral. El cerebro de niños y adultos tiene la capacidad de cambiar y adaptarse. El área que
presenta el periodo de desarrollo más prolongado de cualquier región cerebral es la corteza prefrontal (CPF);
se cree que es parte importante del desarrollo cognitivo humano.

El desarrollo es altamente influenciado por el ambiente en el cual se inserta el niño, el cual en caso de ser
el adecuado brindara la protección adecuada para que el mismo logre adquirir su potencial genéticamente
predeterminado. Las conexiones fuertes con una familia comprensiva y solidaria con oportunidades para
interactuar con otros niños y de crecer independientemente en un ambiente con estructura adecuada, son
activos importantes en la vida de un niño. A esto se le llama FACTORES PROTECTORES.

Y los FACTORES DE RIESGO los entendemos como cualquier característica o cualidad de una persona,
comunidad o del entorno que se sabe va unida a una elevada probabilidad de dañar la salud.

Debemos comprender al desarrollo no como un proceso lineal sino como distintas estructuras en constante
reorganización mediada mediante la creciente mielinización del sistema nervioso, la poda sináptica y las
crecientes conexiones jerárquicas de los circuitos neuronales. Por lo tanto, es normal dentro del desarrollo
encontrarnos con patrones como retraso regresión: implica pérdida de habilidades adquiridas en todas o
unas de las áreas del desarrollo, aparece en el desarrollo normal por periodos de desorganización a nivel
central, originada por una reestructuración del SNC con el fin de la posibilidad de que emerja un nuevo nivel
de redes neuronales. Y disociación: patologías cuando se saltan los hitos importantes.

Patrones del desarrollo normal

RETRASO: área del desarrollo más lenta.

DESVIACIÓN: áreas que avanzan más rápido que otros.

REGRESIÓN: el niño se desorganiza para organizarse.

DISOCIACIÓN: patologías cuando se saltan hitos importantes.

Según Spitz desarrollo progresa como una onda sinusoidal que aparece en el desarrollo normal por
períodos de desorganización a nivel central, originada por una reestructuración del Sistema Nervioso, con el
fin de la posibilidad de que emerja un nuevo nivel de redes neuronales, Esta manera de adquirir las
habilidades le da al desarrollo la característica de ser un fenómeno saltatorio y no regular. Es común por
ejemplo ver en niños ver períodos de retroceso producto de la reestructuración de las sinapsis por ejemplo
aparición de pequeñas dislalias para luego lograr un habla más fluida.

Comprender y atender a los procesos de maduración cerebral que suceden en el niño durante su etapa de
crecimiento no significa dejar de lado el abordaje integral que la mirada de su crecimiento requiere. Si bien los
hitos evolutivos se encuentran determinados genéticamente, también dependen de las características de la
crianza y del ambiente en el cual vive el infante. Por ello su abordaje de estudio debe ser desde un modelo
ecológico que comprenda a los niños como seres individuales influenciados por las características
socioculturales que los rodean.
REPRESENTACIONES SOBRE LA INFANCIA (Casas, F).

Capítulo 1

La palabra infancia hace referencia a más de un concepto. Estos tienen como común “los niños y las
niñas” pero corresponden a diferentes perspectivas de observación y análisis de unas personas, sus
contextos de vida y de la relación interpersonal para con ellos y ellas.

La infancia puede entenderse como un periodo determinado de la vida de un niño o niña, medible
mediante un intervalo de edad. Este intervalo que indica la infancia indica pautas, normas o hábitos
socioculturales con los que se relacionan un concepto y dicho intervalo.

Desde la Perspectiva Demográfica la infancia es el conjunto de personas con un territorio dado que tiene la
edad de 0 a 18 años.

En la Perspectiva Psico Sociobiológica comprende a la infancia como el conjunto de características


psicobiológicas de unos sujetos en estado de desarrollo, siendo la edad cronológica un referente pero no
indicador preciso de desarrollo por etapas. Perspectiva que impulsa investigaciones sobre el desarrollo
infantil.

Etimológicamente viene del latín “in-fale” que quiere decir el que no habla, el que no tiene palabra, el bebé,
el que no tiene nada valioso que decir.

Por último, “aquello que la gente dice o considera que es la infancia”, una imagen colectiva que va
evolucionando históricamente.

Las culturas desarrollan automáticamente una serie de asociaciones de ideas que configuran un
conjunto de conocimientos lógicos compartidos por la mayoría de los miembros de dicha cultura o
comunidad. La psicología social denomina esto como “representación social”, las cuales constituyen un
conjunto de saberes cotidianos implícitos que se presentan resistentes al cambio psicosocial, ya que no
existen en la mentes, sino que generan procesos (interrelaciones e interacciones). La definición de infancia
depende de la percepción social que existe en los distintos momentos.

Aries (1960) expone cómo la noción de infancia es una creación reciente, que emerge definitivamente
después de la revolución industrial. Inclusive, la idea del niño como sujeto de derechos igual que todos los
seres humanos, no se plasmó hasta el año 1990 con la Convención de las N.A sobre los derechos del niño.

Los niños viven y crecen dentro de un contexto sociocultural específico. Este contexto está configurado
no sólo por los elementos materiales, sino también por los elementos psicosociales: actitudes,
representaciones, atribuciones, estereotipos, percepciones sociales, ideologías, valores, etc. Que los adultos
de una sociedad mantienen hacia la población infantil (mirada adulto centrica). Dichos elementos son
complejos y de difícil estudio y la comunidad científica tiene poca trayectoria en lo que respecta a la
investigación de datos sobre las dinámicas que afectan a la población infantil.

Este conocimiento en crecimiento no solo tiene una utilidad teórica, sino también aplicable a la solución de
problemas. Ya que las ideas implícitas predisponen comportamientos del conjunto de la población adulta
hacia los niños de cada grupo de edad como aspiraciones colectivas de lo que se espera de estos en el
presente o futuro.

En las sociedades contemporáneas existen como mínimo tres grandes espacios donde se construye la
imagen de la infancia, que corresponde a tres amplios campos de investigación:

- Las relaciones y dinámicas intrafamiliares: comunicación padre-hijos, estilos de crianza,


expectativas, aspiraciones, valores educativos, etc.
- Las interrelaciones generales de la población hacia la infancia: percepciones, actitudes,
representaciones sociales hacia la niñez, los problemas de los niños.
- Las imágenes que se privilegian y las pautas de relación que se moldean a partir de los medios de
comunicación social.

Atribuciones y categorizaciones de las relaciones interpersonales e intergrupales

Como ya vimos, las imágenes mentales compartidas por unos colectivos están generalmente relacionadas
con creencias, actitudes, estereotipos sobre el objeto social referido, aflorando así el conocimiento cotidiano
compartido, el cual facilita la comunicación entre los miembros.

Las representaciones sociales son dinámicas y van cambiando (la mayoría de las veces) lentamente.
Cuando estas representaciones se refieren a personas o un grupo de personas, condicionan desde el primer
momento la relación con estas (para bien o para mal).

Las representaciones de la infancia repercuten en todos los ámbitos de contacto con estos. Por ejemplo,
las políticas sociales de la infancia configuran en sí mismas las formas de interrelación entre estos y los
adultos. Hablar de políticas sociales hace referencia a la posibilidad de desarrollar cambios sociales
intencionales con el fin de mejorar una realidad conocida.

El desarrollo del interés por el cambio se puede esquematizar por tres fases:

1. Afrontar el problema: el interés se centra en discernir cómo funciona el problema


2. Cómo funciona el fenómeno: el interés está en conocer cómo nace y el problema y como se puede
evitar (aparecen ideas de intervención social)
3. Reflexionar sobre los antónimos y sobre los aspectos positivos de las dinámicas, aparece la
promoción social.

Un ejemplo de esto es la medicina, que en un principio se enfocaba en el estudio de la enfermedad, para


con el tiempo virar hacia la promoción de la salud.

Al plantearse la búsqueda de un “cambio a mejor” en un determinado ámbito, hace falta que se desarrolle
un reconocimiento colectivo de responsabilidad. Ante esta búsqueda de y a la hora de querer estudiarlo, se
deben considerar tres conjuntos de percepciones e imágenes mentales diferenciales:

a) Representaciones sobre el problema que se debe solucionar: existe un objeto social que el colectivo
busca cambiar de un estado a otro, lo cual representa un objetivo que se debe alcanzar.
b) Representaciones sobre las características de las personas afectadas
c) Representaciones sobre las formas de actuación: las acciones consideradas adecuadas para afrontar
el problema (técnicas y procedimientos para alcanzar los logros).

Estas representaciones no son siempre explícitas, por ende son difíciles de identificar. Moscovici (1981)
dice “las representaciones sociales se basan en informaciones, las cuales alimentan actitudes, que a su vez
protegen un campo representacional con un núcleo figurativo muy resistente a los cambios”. La dinámica de
la estructuración de las representaciones sociales lleva a construir un sentido común (lógica compartida sobre
cómo hay que proceder) que, a su vez, origina resistencia a plantearse cosas de distinta manera.

Otro aspecto teórico que se debe observar es el de las dinámicas intergrupales que establecen procesos
de diferenciación categorial. O sea un grupo construye su identidad, o parte, en contraste y comparación con
otro grupo. Una de las principales consecuencias de esto es que enfatiza las diferencias intergrupales y las
similitudes intergrupales.

Representaciones sociales sobre la infancia

Las sociedades occidentales, hemos compartido una antigua necesidad de diferenciar entre dos grandes
grupos de miembros de nuestra colectividad: los adultos y los menores. Percibidos y clasificados como
categorías de personas diferenciadas.
La infancia en nuestra cultura parece centrar en la idea de los “aún no”, que en el fondo resulta una idea
excluyente en relación al grupo que corresponde a los “ya si”. Esta percepción genera una imagen
descalificadora de esta suerte de grupo social. Esta visión conlleva que no se represente a la infancia como
algo valioso. A lo sumo valoramos socialmente por lo que puede llegar a ser, pero no por lo que es.

Los acuerdos teóricos sobre la importancia de la infancia no parecen estar lógicamente conectados con la
responsabilidad colectiva de ser proactivos en la mejora de la calidad de vida de los niños. En la práctica,
actuar a favor de la población infantil o corresponde a otros o no es prioritario, puede esperar porque se trata
de los “aún no”.
DESARROLLO DEL NIÑO (Elizabeth Hurlock Cap 1 y 2).

Patrón de desarrollo:

Todos los niños siguen un patrón similar de desarrollo, en el que una etapa conduce a la siguiente. Por
ejemplo, los niños se ponen de pie antes que caminar y trazan círculos antes que cuadrados. En ningún caso
se invierte normalmente ese orden. Es decir, el patrón de desarrollo nos permite entender a los niños, cuáles
serán sus características comunes, predecibles y pronosticables en un determinado periodo de su vida.

Cuando hablamos decimos que el patrón de desarrollo tiene características predecibles nos referimos a
que existe una similitud entre ellos que nos permite pronosticar ciertas características o conductas comunes
en un periodo determinado. Tanto las respuestas mentales como motoras, son en un principio generales y
similares, y con el tiempo se vuelven específicas. Por ejemplo, en la conducta emocional, los bebes
responden primeramente a los objetos raros y desconocidos con temor general, luego sus temores se hacen
más específicos y se caracterizan por diferentes tipos de conductas, tales como el llanto, darse la vuelta,
ocultarse, o pretender que no tienen miedo.

Cuando decimos que el desarrollo es continuo nos referimos a que va desde la concepción hasta la
muerte, pero se produce en ritmos muy diferentes, existen periodos de gran intensidad y desequilibrio
mientras que otros se caracterizan por su equilibrio. A su vez, estos cambios no siempre avanzan en línea
recta, sin embargo, lo que sucede en una etapa influye en la siguiente.

El patrón del desarrollo sirve para:

● Ayuda a los psicólogos del desarrollo a saber aproximadamente a que edades esperar determinados
patrones de conducta y cuando se reemplazaran normalmente por otros patrones más maduros.
Es importante ya que si se espera demasiado a una edad dada, los niños posiblemente se sientan
inadecuados al no poder responder a las normas establecidas por padres o maestros.
Por otro lado, si se espera demasiado poco de ellos, se les priva de incentivos para poder desarrollar
sus potencialidades, acumulando resentimiento por quienes subestiman de sus capacidades.
● Permite a los psicólogos del desarrollo establecer lineamientos en formas de escalas. El patrón de
desarrollo para todos los niños es aproximadamente el mismo, si el desarrollo es típico significa que el
niño está realizando adaptaciones normales a las expectativas sociales.
Por otro lado, en el caso que hubiera desviaciones en el patrón, se consideran como una señal de
desajuste personal, emocional o social. A partir de ello es posible encontrar la causa de la desviación y
buscar una solución. Por ejemplo, en el caso de que la desviación sea producto de una falta de
oportunidades en el aprendizaje, el niño podría recibir esas oportunidades otorgándole aliento e
incentivo.
● El conocer el patrón del desarrollo permite a los padres y maestros guiar en los momentos oportunos
del aprendizaje del niño. Por ejemplo, un bebe que está listo para aprender a caminar debe tener
oportunidades para practicar y debe animársele para que lo siga intentando.
La falta de oportunidad y estímulo puede retrasar el desarrollo normal.
● Conocer este patrón hace posible que los padres y maestros puedan preparar al niño con anticipación
para los cambios que tendrán en sus cuerpos, sus intereses o su conducta. Por ejemplo, se puede
preparar a los niños para lo que se espera de ellos cuando entren a la escuela, minimizando las
tensiones que implica una nueva adaptación.

Crecimiento:

El crecimiento es específicamente orgánico, vinculado con el cuerpo. Incluye únicamente cambios


cuantitativos. Éste se hace visible en el aspecto físico, ya que aumenta el tamaño y estructura de los órganos
internos y el cerebro, teniendo como resultado el crecimiento del cerebro, y por ende, el niño adquiere mayor
capacidad de aprendizaje, memoria y razonamiento. Crece tanto mental como físicamente.

Desarrollo:
Serie progresiva de cambios tanto cuantitativos como cualitativos, ordenados y coherentes. "Progresivo"
significa que los cambios son direccionales y que avanzan, en lugar de retroceder. "Ordenados" y
"coherentes" sugieren una relación definida entre los cambios que tienen lugar y los que los precedieron o los
seguirán, como los cambios físicos de estatura, peso, circunferencia y órganos internos, y cambios mentales
de la memoria, el razonamiento, la percepción y la imaginación creativa.

La meta de los cambios del desarrollo:

Es la autorrealización de los potenciales genéticos. A esto, Maslow le dio el nombre de “autoactualización”


y es entendida como “el esfuerzo por ser la mejor persona posible, tanto física como mentalmente. Es la
urgencia de hacer aquello para lo que se está capacitado”.

Si la persona alcanza o no esta meta dependerá de los obstáculos que encuentre y las formas en que los
resuelve. Dichos obstáculos pueden ser ambientales (como crecer en un medio en el que el niño se vea
privado de oportunidades educativas o culturales), o pueden proceder del interior de la persona misma (temor
de realizar lo que son capaces debido a las críticas sociales).

Es por ello que los primeros años de vida son críticos (El niño se ve influenciado por relaciones
interpersonales, estados emocionales, métodos de crianza, representación precoz de papeles, la estructura
familiar y la estimulación ambiental).

Los factores que aportan a la autorrealización:

Son la buena salud, libertad de los defectos físicos, autoaceptación, autoconcepto favorable y confianza en
sí mismo, un ambiente que fomente el desarrollo de su individualidad, lo anime y ayude a enfrentar
problemas, el establecimiento de metas realistas para evitar fracasos, la autocomprensión de sus debilidades
y puntos fuertes, y aprender a relacionarse con otros, el estar orientado “hacia los demás”.

Tipos de cambio:

● Cambios de Tamaño y Proporciones: cambios físicos, estatura, peso, circunferencia y órganos


internos. También incluye cambios mentales de la memoria, el razonamiento, percepción e
imaginación creativa
● Desaparición de características antiguas: Cuando ciertas características físicas pierden su utilidad se
atrofian gradualmente.
● Adquisición de nuevos rasgos: Algunas características físicas y mentales se desarrollan mediante la
maduración, aprendizaje y experiencia. Como los dientes definitivos, características sexuales
primarias y secundarias, interés por el sexo, normas morales y creencias religiosas.

Desarrollo crítico:

Los primeros años son críticos para el desarrollo infantil. Freud en su estudio sobre la desadaptación de la
personalidad, plantea que esta podía deberse a experiencias desfavorables en la infancia.

Erikson plantea que “la infancia es la escena del comienzo del hombre como tal, el lugar donde nuestras
virtudes y nuestros vicios se desarrollan lenta, pero claramente, y se hacen sentir”. Explicó, además, que en la
edad de los bebés se desarrollan dos tipos de épocas, la de la “confianza básica” (el individuo aprende a
considerar al mundo como un lugar seguro, agradable y confiable) o la época de “desconfianza básica” (el
individuo aprende a considerar el mundo lleno de amenazas, impredecible y traicionero)

Los patrones tempranos persisten relativamente sin cambios a medida que transcurre el tiempo, en ellos
se establece el patrón de ajuste personal y social.

Condiciones que afectan las bases primarias:


El ambiente en el que viven los niños durante los primeros años de formación de sus vidas tiene efectos
importantes sobre sus potenciales hereditarios. Algunas de estas son:

● Relaciones interpersonales saludables: Las relaciones favorables con las personas, sobre todo con su
familia, orientan al niño a desarrollar tendencias hacia el exterior y a orientarse hacia los demás,
conduciendo a buenas adaptaciones personales y sociales.
● Estados emocionales: Las privaciones emocionales, como resultado del rechazo de los miembros de
la familia, conduce a menudo a trastornos de personalidad. Por el contrario, la satisfacción emocional
fomenta el desarrollo sano de la personalidad.
● Métodos de crianza: Los niños criados por padres muy permisivos tienden a carecer de sentido de
responsabilidad. Mientras que los criados por padres democráticos tienden a mejores adaptaciones
personales y sociales.
● Representación precoz de papeles: Mayormente se espera que el hijo primogénito asuma la
responsabilidad del hogar y cuide a sus hermanos menores, por lo que puede tener mayor confianza
en sí mismo que el resto de los hermanos, a la vez que puede desarrollar hábitos autoritarios.
● Estimulación ambiental: Es el que fomenta el desarrollo de los potenciales hereditarios, como ser
hablarle al bebe o mostrarle imágenes de libros a un pequeño en edad preescolar. Este ambiente
fomenta el desarrollo tanto físico como mental, mientras que uno no estimulante hace que el desarrollo
del niño caiga por debajo de su potencial.

Plasticidad neuronal: la habilidad cerebral para modificar la estructura en respuesta a las experiencias
ambientales hasta los 3 años. Esto quiere decir que hasta los 3 años se pueden modificar las estructuras del
cerebro en base a sus vivencias. Una zona del cerebro puede estar atrofiada, y otra desarrollar las
capacidades para cubrir esas funciones. Es por esto que lo que se aprende hasta los 3 años nunca se olvida,
esto se debe a las redes neuronales establecidas, las cuales comenzamos a usar; se genera así la llamada
“poda cerebral” en la que nos volvemos más efectivos siguiendo las rutas neuronales ya establecidas.

Maduración:

Es el desenvolvimiento de características potencialmente presentes en el individuo, que proceden de su


dotación genética. La maduración establece límites para lo que una persona puede llegar a ser o hacer. Esta
limitación se puede producir cuando las influencias ambientales durante la vida intrauterina o postnatal
reducen los potenciales genéticos de desarrollo, o se puede derivar de la calidad de la herencia genética. Es
decir que, un organismo en maduración sufre cambios continuos y progresivos en respuesta a las condiciones
de la experiencia y dan como resultado una red compleja de interacciones.

Se distinguen: funciones filogenéticas: comunes de la raza como gatear, arrastrarse, sentarse, caminar. En
donde el adiestramiento por sí mismo, ofrece pocas ventajas. Y funciones ontogenéticas: como nadar, lanzar
una pelota, montar una bici, escribir. En donde el adiestramiento es esencial.

A su vez existe una relación recíproca entre la maduración y el aprendizaje. El aprendizaje procede del
ejercicio y el esfuerzo, en el que los niños adquieren competencias para utilizar y desarrollar sus recursos
hereditarios. Sin embargo, las edades madurativas son solamente un promedio y están sujetas a diferencias
individuales. Algunos niños se desarrollan de una manera suave, etapa por etapa, mientras que otros lo
hacen de forma brusca, algunos tienen oscilaciones ligeras y otras amplias. Solo cuando la desviación es
extrema se considera que el desarrollo está avanzado o demorado.

Importancia de la disposición para aprender:

Si los niños no están listos para aprender, el enseñarles puede ser un desperdicio de tiempo y esfuerzos.
Puede conducir a una conducta de resistencia que se opondrá al aprendizaje apropiado, como por ejemplo el
aprendizaje de malos hábitos o el rechazo a la educación. Por otro lado, si los niños están listos para
aprender, desde el punto de vista de su maduración, pero no se les permite hacerlo o no se les anima a ello,
pueden llegar a perder el interés.
Los criterios para determinar la disposición a aprender son:

● Interés por el aprendizaje: El niño demuestra su deseo por recibir enseñanzas o auto educarse ellos
mismos.
● Interés sostenido: Cuando los niños están listos para aprender su interés persiste, incluso cuando se
enfrentan a obstáculos e inconvenientes.
● Mejoramiento: Con la práctica los niños que estén dispuestos a aprender mostraran un mejoramiento,
aunque sea ligero y gradual.

El patrón de desarrollo es predecible: El desarrollo físico tanto de la vida prenatal como la posnatal es
predecible, al igual que el patrón de desarrollo mental. Ya que la parte primordial del crecimiento mental se
produce durante los primeros años, cuando el cuerpo se desarrolla con mayor rapidez.

También se ha demostrado un patrón predecible para el desarrollo de funciones intelectuales como la


memoria, el razonamiento y la inteligencia general.

Los estudios genéticos han demostrado que todos los niños pequeños siguen un patrón conductual
general: desarrollo motor, conducta emocional, habla, conducta social, metas, intereses.

Condiciones que afectan al patrón de desarrollo: Las condiciones ambientales pueden afectar temporal
o permanentemente el patrón de desarrollo, demorando o acelerando el mismo.

Esto sucede tanto con el patrón de desarrollo físico, en el caso de deficiencias de alguna vitamina como el
calcio, que puede afectar el crecimiento de los huesos; como con el mental, en el caso de privaciones
emocionales por rechazo o pérdidas.

El desarrollo es continuo: Desde el momento de la concepción hasta la muerte el desarrollo se produce a


ritmos diferentes.

Hay periodos de gran intensidad y desequilibrio y otros de equilibrio.

Al ser continuo, lo que sucede en una etapa influye siempre a la otra. Con la característica de que cada
campo de desarrollo se desenvuelve a ritmos diferentes, nunca es uniforme para todo el organismo y llegan a
la madurez a distintas edades. Ej: la imaginación creativa se desarrolla con rapidez en la infancia y llega a su
punto máximo a comienzos de la adolescencia.

Concepto de canalización: nuestro desarrollo está canalizado. Al comienzo tenemos más opciones en el
proceso relacionado a los procesos de cambio, pero cada vez se van achicando las opciones a medida que
avanzamos Ejemplo de la pelota tirada desde la cima de la montaña, en la que la pelota va siguiendo siempre
el mismo surco, aunque al principio no sepa por dónde ir.

Hay diferencias individuales en el desarrollo: Todos siguen el patrón de desarrollo predecible a su modo
y ritmo, no todos los niños llegan al mismo punto de desarrollo a la misma edad.

Estas diferencias individuales se deben tanto a condiciones externas como internas. El desarrollo físico
como intelectual, depende de los potenciales hereditarios y de los ambientales.

El desarrollo de la personalidad se ve afectado por factores genéticos, así como también por las actitudes y
relaciones sociales tanto en el hogar como fuera del mismo.

Reconocer y conocer las diferencias individuales, tiene un valor práctico que supera al valor teórico.

Los padres y los maestros tienden a considerar a los niños de una misma edad como similares, y en
consecuencia, a esperar conductas parecidas entre los mismos. Al reconocer las diferencias individuales,
estas visiones pueden desaparecer y generar un ambiente más beneficioso para el o los niños.
El patrón de desarrollo tiene periodos: Los períodos pueden ser de equilibrio o desequilibrio, mostrando
también patrones de conducta a las edades en donde se generan dichos periodos. Los niños buenos, se
vuelven repentinamente malos, tienen dificultades para comer, dormir y adaptarse, esto durante los periodos
de desequilibrio. Y durante el de equilibrio, los niños están enfocados, y dan señales de una buena
adaptación.

Periodos del desarrollo del niño:

1. Periodo prenatal: Antes del nacimiento, el desarrollo es extremadamente rápido. Su índole es


primordialmente fisiológico y consiste en el crecimiento de todas las estructuras corporales.
2. Recién nacido: Este es el periodo del neonato. Durante esta época, el niño se debe ajustar a un
ambiente totalmente nuevo, fuera del cuerpo de la madre. El crecimiento se detiene temporalmente.
3. Bebe: Al principio, los bebés son completamente impotentes, gradualmente aprenden a controlar sus
músculos, y pueden depender cada vez más de ellos mismos. Este cambio se ve acompañado por un
resentimiento creciente contra los cuidados y el deseo, cada vez mayor, de ser independientes.
4. Infancia: Por lo común, este periodo se divide en dos subdivisiones, la primera infancia (de los 2 a 6
años. Es la edad preescolar, el niño trata de controlar su ambiente y comienza a aprender a realizar
adaptaciones sociales) y la segunda infancia (de los 6 años a aproximadamente 14 años. Es el
periodo en que se produce la madurez sexual y comienza la adolescencia. El principal desarrollo es la
socialización. Es la edad de escuela primaria o de "formación de pandillas")
5. Pubertad: Se trata de un periodo yuxtapuesto, aproximadamente dos años coinciden con el final de la
infancia y otros dos con el comienzo de la adolescencia. La pubertad se extiende de los 11 a los 16
años. El cuerpo infantil se transforma en adulto.

Existen expectativas para todos los periodos del desarrollo:

El grupo espera que cada individuo tenga un desempeño que se conforme a un calendario de desarrollo
que responde a ciertas "expectativas sociales". Incluso los niños pequeños saben, a partir de lo que les dicen
las personas y lo que les piden que hagan, que se espera de ellos ciertas cosas. Mediante la aprobación o la
desaprobación a la que se enfrentan sus conductas, comprenden muy pronto que esas expectativas sociales
determinan en gran parte el patrón de su aprendizaje.

Las expectativas sociales se conocen como "tareas de desarrollo" y surgen primordialmente como
resultado de la maduración física (como aprender a caminar), otras se desarrollan, sobre todo, debido a las
presiones culturales de la sociedad (el aprender a leer o los papeles sexuales apropiados), otras se derivan
de valores y aspiraciones personales del individuo (elección y preparación para una vocación).

Las tareas de desarrollo sirven para tres fines útiles:

● Actúan como lineamientos para ayudar a los padres y los maestros a saber qué deben aprender los
niños a una edad dada.
● Sirven como fuerzas de motivación para los niños, con el fin de que aprendan lo que el grupo social
espera de ellos a esa edad. Cuanto mayor sea su deseo de aceptación social, tanto mayor será su
motivación para aprender a hacer lo mismo que los otros niños de su edad.
● Indican a los padres y los maestros qué se puede esperar de los niños en el futuro Inmediato y remoto.

Por ejemplo: Las tareas del desarrollo desde el nacimiento a los seis años son aprender a caminar, comer
alimentos sólidos, hablar, controlar la eliminación de los desechos corporales, aprender el modo de
relacionarse emocionalmente con los padres, los hermanos y otras personas, distinguir lo bueno de lo malo y
desarrollar una conciencia.

Las tareas del desarrollo de los 6 a los 12 años son aprender habilidades físicas necesarias para los
juegos ordinarios, entenderse con el crecimiento, desarrollar actitudes íntegras hacia uno mismo, aprender un
papel sexual masculino o femenino apropiado, habilidades fundamentales de lectura, escritura y cálculo,
conceptos necesarios para la vida cotidiana, alcanza una conciencia, moralidad y una escala de valores,
ciertas actitudes hacia instituciones y grupos sociales y una la independencia personal.

El fracaso en el dominio de las tareas del desarrollo puede traer en el niño infelicidad e inferioridad debido
a la desaprobación social. Haciendo así que el dominio de tareas nuevas sea difícil, generando un retraso en
el desarrollo del niño.

Ayudas para el dominio: Desarrollo físico acelerado; Fuerza y energía por encima del promedio para su
edad; Inteligencia superior a la promedio; Un ambiente que ofrezca oportunidades de aprendizaje; Dirección
de los padres y los maestros en el aprendizaje; Una motivación poderosa para aprender; Creatividad
acompañada por la disposición para ser diferente.

Obstáculos para el dominio: Retraso en el nivel de desarrollo, ya sea físico o mental; Mala salud, como
resultado de niveles bajos de energía y fuerza; Defectos físicos incapacitante; Falta de oportunidades para
aprender toque espera el grupo social; Falta de dirección en el aprendizaje; Falta de motivación para
aprender; Temor a ser diferente.

La felicidad varía en los diferentes periodos de desarrollo: A pesar de la dificultad para estudiar, medir
y estandarizar la felicidad de los diferentes periodos de desarrollo, se comprende como algunas edades son
más felices que otras, o puede serlo.

En condiciones normales, la edad de los bebés es la más feliz porque la gente cuida y se preocupa por el
niño; luego en el segundo año, esta felicidad puede decaer porque les salen sus dientes o se suma a la
familia un nuevo hermano.

La felicidad de los primeros años está ligada al ambiente familiar, mientras que los niños mayores tienen la
posibilidad de extender los ambientes de felicidad a otros ámbitos como ser la escuela o el vecindario.

Luego la pubertad, la cual muchas personas la clasifican como una etapa infeliz, debido a los cambios que
suscita.

Las tres A de la felicidad:

1. Aceptación: tanto de los otros como propia


2. Afecto: se asegura con la aceptación. Este se debe presentar de manera recíproca.
3. Alcance de realizaciones: que puedan alcanzar sus metas les asegura felicidad. Siempre y cuando
estas sean realistas y tengan la posibilidad de alcanzarlas.

La importancia de la felicidad reside en que contribuye a una buena adaptación personal y social, siendo la
infelicidad productora de desadaptaciones. Ayudando así en el desarrollo de los niños.
EL NIÑO Y LA INFANCIA (Osterrieth).

El niño se parecerá a los que le han precedido, pero también será “el mismo”, es decir diferente.

La noción de herencia

El aspecto de semejanza, de reproducción del parecido físico, es el que más nos impresiona. La
semejanza también tiene que ver con lo psicológico. La frase tradicional «es todo a su padre» constituye una
observación con un contenido afectivo, de la semejanza física se infiere la psicológica.

“Somos como un puzle de quienes nos han precedido” Junto a la genética, la iniciación, el estímulo, la
imitación pueden haber contribuido a esa “cosecha de talentos”. Conocemos más las transmisiones
hereditarias de caracteres como color de ojos o daltonismo, pero sabemos poco de las transmisiones de
aptitudes psicológicas.

Se han hecho investigaciones sobre las semejanzas existentes, entre padres e hijos, en el plano que se ha
convenido denominar de inteligencia general. «La capacidad mental general es uno de los rasgos humanos
más heredables», donde hay semejanzas en la calidad de los rendimientos.

Desde hace tiempo se ha evidenciado que existe una relación entre la inteligencia de los niños y el nivel
social y económico de los padres; cuanto más se sube en la escala profesional y social, tanto más se eleva el
resultado medio de los niños en los tests de inteligencia; se encuentra mayor número de niños bien dotados
en los ambientes económico-sociales elevados que en los bajos, los niños provenientes de medios
socio­económicos favorecidos se revelan como más inteligentes que los otros, es porque sus padres han
tenido mayores facilidades que los de ambientes desfavorables para proveerles de un marco educativo
generalmente rico en estímulos y aportaciones para un buen desarrollo. No sería entonces el factor herencia
el que prevaleciese, sino más bien las carac­terísticas del entorno en el cual ha crecido el niño. El niño tiende,
naturalmente, a alcanzar el nivel intelectual característico del ambiente en el que se ha desarrollado.

Las cualidades psicológicas dependen de la base somática heredada, según los estudios, aunque no
puede despreciarse la influencia del ambiente y de la educación, el individuo es, pues un producto de la
interacción de la herencia y del medio ambiente. Las leyes de la herencia fueron estudiadas por:

● DARWIN: Ley de la transmisión directa; los hijos se parecen a sus padres. Ley de la preponderancia;
predominio del parecido al padre o a la madre. Ley del atavismo; parecido al abuelo. Ley de la
homocromía; el hijo se parecerá al padre.
● GALTON: Ley de la regresión filial, los descendientes tienden a un tipo medio. Y ley de la herencia
ancestral, relacionada con el atavismo (que perviva algo de un antepasado).
● MENDEL: Ley de lo híbridos, por la que se mezclan los caracteres (rojo + blanco= rosa), o ley de la
uniformidad de los mestizos de la 1ra generación. Ley de la disyunción de caracteres en la 2da
generación, el cruzamiento de 2 hibridos rosados seria 25 de rojo, 25 de blando y 50 de híbrido rosa. Y
ley de la herencia independiente de los caracteres, por la que se transmiten otras características
(relación 3:9:3:3:1).
● MORGAN: estudio las combinaciones de los genes, que se mezclan y pueden dar hijos distanciados
en parecido con sus progenitores. Y la mutación (aparece cambio súbito). El cuerpo del nuevo ser, lo
que aparece, es el fenotipo; la parte germinal del mismo, genotipo, que perpetuará en la especie.

No se hereda la inteligencia, la memoria, el humor, la honestidad o el sentido de los negocios. La


transmisión hereditaria concierne más bien con elementos de sensibilidad y de reactividad, que se combinan
e interactúan para dar lugar a características de comportamiento determinadas. Todavía es necesario que las
circunstancias de la vida ofrezcan a estas configuraciones disposiciones las formas conductuales en las que
ellas puedan colorearse, y que les permitan manifestarse. Organismo y ambiente se encuentran en
interacción continua: según las características del medio, ciertas disposiciones hereditarias son, no solamente
autorizadas, sino solicitadas y favorecidas: podrán entonces expresarse fácilmente, tal factor del medio tendrá
una influencia decisiva y. determinante sobre la organización psicológica del individuo.
El hombre no depende solamente de ellos, sino también de las condiciones en que vive y en las que se
efectúa su desarrollo.

El individuo depende también de las experiencias que viva en su medio, y de su adaptación al mismo.
Indudablemente, hay diferencias vinculadas a la herencia, a la constitución, al temperamento; y dos recién
nacidos, con las mismas condiciones vitales, no reaccionan de igual modo a los cuidados de quienes les
rodean, presentando ya rasgos individuales; pero el ambiente que les rodea actúa también sobre estos
diferentes temperamentos, aceptando, estimu­lando y valorizando determinados modos de conducta,
ignorando, inhibiendo o tratando de suprimir otros. El niño, a su vez, se adapta a esas «respuestas
ambientales».

El factor herencia no es el único responsable de las semejanzas comprobables entre miembros de una
misma familia. Se puede decir “el que se parece se junta” y pensar en que toda experiencia común de cierta
duración puede suscitar semejanzas, por ejemplo: padres e hijos, hermanos y hermanas viven juntos largos
años, aquí se instauran usos, rituales, aspiraciones y reacciones en común, por ende se crean fenómenos de
imitación e identificación que se sostienen por lazos afectivos.

CALENDARIO MADURATIVO

PERIODO CRÍTICO: la organización psíquica parece particularmente sensible a ciertas clases de


estimulación, a ciertas experiencias. Si se presentan estas estimulaciones, si estas experiencias tienen lugar,
resultarán de ello transformaciones de la organización psíquica, de las nuevas adquisiciones; por ejemplo,
estimular al niño para que pueda caminar.

PLASTICIDAD: habilidad cerebral para modificar su propia estructura en respuesta a las experiencias
ambientales, hasta los 3 años se adquiere mayor plasticidad. La juventud permitiría el aumento de la gama de
conductas posibles y la elabora­ción de un repertorio de comportamientos mucho más variados y plásticos; la
experiencia vendría, así, a sustituir al instinto, para emplear una fórmula indudablemente demasiado simplista.
Ej: para agarrar un chupetín el cerebro manda una señal para agarrarlo

PLATAFORMA DEL LANZAMIENTO: genotipo como base mapa genético propio y de ahí depende del
ambiente para sus habilidades.

CANALIZACIÓN: paisaje epigenético, limita la varianza de la expresión de características heredadas.


Restricción genética del fenotipo, el ambiente tiene efecto, ej.: balbuceo, inteligencia, si el árbol es hueco y
tiramos una pelota entra en el tronco y después sale por una rama que no eligió. Nuestro proceso de cambio
cada vez tiene mayor canalización.

RANGO DE MARGEN DE REACCIÓN: genotipo (genes de los padres), fenotipo (como se expresa el gen)
hay una potencial de variabilidad establecida por el gen que depende de condiciones del ambiente en la
expresión de un rasgo hereditario, ejemplo: la inteligencia de mi mama, color de ojos de mi mama son
marrones y de mi papa verdes, yo naceré con ojos de esa variante.

Significación de la infancia:

La infancia es el período de la «humanización» del individuo, del aprendizaje de la naturaleza humana.


Este aprendizaje es largo, y lo es tanto más cuanto mayor complejidad y evolución posee el nivel adulto que
hay que alcanzar. Esta humanización sólo puede hacerse en el marco de un medio humano adulto que, sin
cesar, revela y propone al niño los comportamientos característicos de su especie y del grupo del que forma
parte, sin educación no llega a ser uno de su especie. La infancia es, en realidad, la vía abierta a las
realizaciones más inesperadas y maravillosas de un psiquismo humano del que quizá no sospechamos la
riqueza y posibilidades. Pero si el ser deviene humano «según» la cultura en la cual crece, y «según» el grupo
familiar al que pertenece, eso significa que su entorno le define en una amplia parte.

La educación, pues, abre vías, pero limita inevitablemente su número; «humaniza», pero en una dirección
determinada. Es al adolescente y al adulto al que co­rresponde ampliar y completar la gama de posibilidades,
pero no podrá hacer esto sino partiendo de lo que su infancia ha hecho de él. Se subraya, por otra parte, la
importancia de la familia para el devenir del individuo.

¿Es posible una descripción del crecimiento psicológico?

Hay importantes factores de diferencias entre los individuos, también los hay de homogeneidad y de
uniformación; las varia­ciones individuales sobre las que se ha insistido deliberadamente, tejen sus motivos
diversos sobre la trama de una «secuencia de desarrollo» relativamente constante, determinada tanto por el
carácter biológico del hombre como por el sociocultural. Si podemos aventurarnos a delinear la marcha del
desarrollo psíquico en general, es, en primer término, porque ello resulta elevadamente tributario en gran
medida del desarrollo físico y nervioso. La marcha, la aprehensión, la palabra, la habilidad para manejar un
triciclo aparece en momentos precisos.

Hay unidad en la que todo ejercicio es vano y estéril; una edad en que es costoso, laborioso, Y una edad,
en fin, en la que es rápido, económico y productivo. De manera general, el aprendizaje es tanto menos útil
cuanto más pequeño es el niño. Todo el desarrollo primario, particularmente en el primer año, está
denominado por el fenómeno de maduración. La experiencia implícita del crecimiento ha determinado
costumbres y tradiciones educativas que, sean o no razonables, contribuyen a uniformar la marcha del
desarrollo. Esperamos del niño, en función de su edad, determinada conducta; y procedemos en
consecuencia con respecto a él; llega un momento en que el niño debe poder comer limpiamente sin nuestra
ayuda, y le proporcionamos ocasión para ello; encontramos normal que, a partir de cierta edad, pueda hacer
algunos recados en las proximidades de su domicilio y que su madre no necesite acompañarlo. La tradición
cultural y la práctica educativa señalan así, en cierto modo, etapas en el desarrollo del crecimiento; las
propias leyes y la organización social, en amplio sentido, vienen a subrayar esa acción.

El desarrollo psí­quico está determinado, a la vez, por la secuencia que cons­tituye el crecimiento físico y
más particularmente el nervioso y por la sucesión de las exigencias que la sociedad impone al individuo y las
oportunidades que le brinda. A esas dos series, la organización psíquica individual responde según ciertas
leyes generales, mejor o peor conocidas, Y de acuerdo con las características propias del individuo.

El desarrollo psicológico: sus características

Toda experiencia, todo conocimiento nuevo asimilado por el menor, no solamente son agregados a los
anteriores, sino que también los modifica y son modificados, a su vez, por ellos: resulta de esto no sólo una
acumulación, sino, sobre todo, una reorganización una reestructuración de las relaciones y las perspectivas.
Toda adquisición es reorganización de la precedente para integrar lo nuevo. Igual que las proporciones entre
las partes del cuerpo se modifican du­rante el crecimiento o que el equilibrio y la economía del funcionamiento
de los diversos órganos sufren cambios, el psiquismo experimenta modificaciones y desplazamientos di­versos
en el curso de su desarrollo. No hay sino que pensar, por ejemplo, en la manera de comportarse dos niños de
edades diferentes ante un objeto apetecible y que esté fuera de su alcance: esa conducta no será la misma a
los 10 que a los 4 años. El adolescente o el niño mayor ama, siente, actúa y capta el mundo exterior de un
modo distinto al del niño pequeño y al del adulto.

En consecuencia, ha sido posible concebir el desarrollo. mental como una reorganización incesante con
una restructuración continuada de la configuración mental y de la conducta, como un «paso perpetuo de un
estado de menor equilibrio a otro de equilibrio superior» (PIAGET) *.

En el crecimiento psíquico se distinguen fases de equilibrio, momentos de estabilidad temporal, que


alternan con períodos de «crisis», caracterizados por modificaciones profundas, transformaciones muy
perceptibles; bajo diferentes aspectos pueden distinguirse planos, etapas, niveles. Además, según el punto de
vista que se adopte, el ritmo del desarrollo no es el mismo: no coinciden siempre las fases de estabilidad o de
transformación: podría decirse que el «frente del desarrollo» no es regular, en modo alguno. En esa
organización de conjunto que constituye el psiquismo, se puede describir separadamente el desarrollo de
cada sector, deteniéndose en la evolución: sensomotora, psicosexual, afectiva, social, intelectual.
LOS ESTADIOS

Es difícil observar la personalidad, las calmas y las crisis no se sitúan en los mismos momentos en los
diferentes sectores; de una fun­ción a otra se producen superposiciones de fases, creadoras de una trabazón
tal, que sería inútil tratar de introducir en ello subdivisiones rigurosas.

Si pueden definirse los estadios como «momentos del desarrollo caracterizados por un conjunto de rasgos
coherentes y estructurados, que constituyen una men­talidad global típica y consistente, aunque pasajera»

Una presentación del desarrollo por sector, por aspecto, y por función, seguramente sería más rigurosa y
más científica. Pero entrañaría muchas repeticiones, y nos expondría a per­der de vista la unidad de la
personalidad infantil, así como ciertas convergencias que nos parecen verdaderamente capitales para la
comprensión de cada edad, y, sobre todo, que la imagen así obtenida estaría muy lejos de la realidad infantil,
con la cual tenemos un contacto diario y que nos proponemos, precisamente, poner en evidencia.

(Ver preguntas y respuestas del resumen Gregoret eje 1 de pág 10 a 14)


EL NIÑO COMO OBJETO DE ESTUDIO DE DISTINTOS MODELOS TEÓRICOS (María Elisa Pizzo).

Proponer al niño como objeto de estudio de distintos modelos teóricos requiere algunas consideraciones
acerca de los términos en juego en esta formulación. Por esta razón, se plantean en primer término dos
consideraciones de tipo histórico y una tercera, epistemológica. En segundo lugar, se presentan las
denominadas teorías evolutivas y se caracteriza el lugar que tuvo el estudio del niño en ellas. Por último, se
plantea el nexo entre teorías y estudio del desarrollo infantil.

Las concepciones acerca de la niñez y los niños:

“Niño” tal como lo usamos en el contexto de una clase de Psicología Evolutiva, es producto de una historia
de construcción de esta noción. El concepto de niño ha existido en todas las sociedades desde los inicios de
la humanidad, lo que se ha transformado es cómo se concibe al niño en distintos momentos de la historia y
contextos culturales.

Edad Media: la noción de infancia tal como la concebimos hoy no existía. Distintos cambios sociales y en
las mentalidades hacen que la niñez llegue a ser considerada como una etapa diferenciada de la vida, pero se
transitó un largo camino hasta considerar y valorar al niño tal como lo hacemos hoy en nuestra sociedad.

Modernidad: a partir de la Modernidad, se considera a la niñez con características diferentes de otras


etapas de la vida.

“Ultimos Años” 1999: La niñez, en tanto institución, es resultado de una progresiva construcción cultural,
activa y aún en curso. En investigaciones acerca de la representación Infancia, se sostiene que ésta
vehiculiza significaciones socialmente compartidas que atraviesan la singularidad del sujeto infantil durante el
proceso de subjetivación. El niño, en tanto sujeto singular de dicho proceso es sostén real de las
representaciones acerca de la infancia.

El interés por el estudio del niño y el nacimiento de la Psicología Evolutiva:

La Psicología Evolutiva como disciplina, propone al niño como “objeto de estudio” e implica una actividad
científica que lo constituye en tanto tal.

En la antigüedad la idea de niño estaba presente, en las observaciones dispersas, vinculadas más a cómo
atender la educación del niño que a la naturaleza del sujeto infantil en sí misma.

Es recién con la publicación del Emilio de Rousseau en 1762 que aparece la figura del niño con intereses
diferenciados del adulto, y por primera vez se distinguen etapas en el desarrollo de los hombres. Es también
durante la segunda mitad del siglo XVIII, que el interés por el niño genera una práctica común entre los
intelectuales de la época.

Como contribución a la constitución del campo de la disciplina, cabe destacar la aparición en 1877 de El
esbozo autobiográfico de un bebé, donde Charles Darwin publica observaciones de uno de sus hijos,
realizadas cuarenta años antes. El hecho de que un científico de la talla de Darwin usase el procedimiento de
observar a su hijo a través del tiempo, hizo que este método se viera como herramienta válida para el estudio
del desarrollo infantil.

El interés por el estudio sistemático del niño se plasmó en la aplicación de cuestionarios para captar ideas
infantiles, experimentaciones e intentos de establecer normas evolutivas para la aparición de las habilidades
de los niños. Estos trabajos pioneros privilegiaban las cuestiones biológicas y universales relacionadas con la
especie, la raza y la mente. Se observaba a los niños enfatizando la “objetividad” en la producción de los
registros.

El desarrollo sistemático de la disciplina se produce en los años que median entre las dos guerras
mundiales y puede caracterizarse, por la coexistencia de dos tendencias contrapuestas: la acumulación de
datos y la producción de teorías. Por una parte, se realizan estudios descriptivos de distintos aspectos del
desarrollo infantil; son trabajos de tipo acumulativo, sin preocupación por explicitar posiciones teóricas. Por
otra, un grupo de estudiosos se empeña en elaborar una teoría del desarrollo psicológico mediante la
combinación de datos y formulaciones teóricas. Los representantes más destacados de este grupo son Henri
Wallon, Heinz Werner, Lev Vigotsky y Jean Piaget. Esta línea de trabajo teórico, fundamentalmente europea,
legó planteamientos de una fecundidad aún vigente.

El contexto histórico, social y cultural distintos hechos generan una demanda de conocimientos sobre la
población infantil, entre los que cabe destacar la introducción de la escolarización obligatoria en distintos
países. El niño comienza a ocupar un nuevo lugar en la sociedad: la escuela.

Es a James M. Baldwin a quien se considera el primer teórico en el campo de la Psicología Evolutiva ya


que su interés excede el estudio del niño para centrarse en los procesos de desarrollo y la constitución del
psiquismo adulto; por ello, es considerado uno de los precursores de la perspectiva genética en la Psicología.
Fórmula nociones tales como “reacción circular”, “esquema” y destaca el papel de la imitación en el desarrollo
del niño, ideas retomadas por Piaget en sus trabajos. También su idea acerca del individuo como un producto
de sus relaciones con los demás es considerada precursora de las concepciones del interaccionismo
simbólico de George Mead y también se la vincula con el papel que Vigotsky otorga a los procesos
interpersonales en la explicación del desarrollo del niño.

En síntesis, el interés por el estudio del niño inicialmente se expresó en estudios descriptivos que
consolidaron a la Psicología del niño como disciplina. Progresivamente, los intereses y planteos de distintos
investigadores llevaron a la elaboración de teorías que buscaban explicar distintas dimensiones del desarrollo
infantil.

Los modelos teóricos:

El término modelo remite a un “esquema teórico…de un sistema o de una realidad compleja... que se
elabora para facilitar su comprensión y el estudio de su comportamiento”. Las definiciones de este término,
pero todas aluden a la representación y a la analogía, por lo que puede decirse que “los modelos son
representaciones analógicas de la realidad”.

Deben entenderse como metáforas de la realidad y no como un reflejo de la misma. Por lo tanto, los
modelos de carácter teórico no son en sí mismos ni verdaderos ni falsos, sino que resultan más o menos
útiles como herramientas heurísticas para generar investigaciones.

Específicamente en relación al propósito de la Psicología Evolutiva, la explicación de los cambios del


comportamiento en la dimensión temporal, Overton y Reese, diferencian dos modelos o paradigmas
subyacentes a cada teoría psicológica evolutiva; éstos remiten a posiciones antitéticas las que,
esquemáticamente, se caracterizan por:

Modelo mecanicista. Modelo organicista y organísmico.

Concepción reactiva del organismo. El individuo se concibe como ser activo u


organizador.

El desarrollo es la manifestación del aumento de la La noción de desarrollo tiene carácter explicativo.


experiencia (concepción descriptiva).

Las manifestaciones complejas se explican por los Se busca comprender o descubrir principios que
componentes más sencillos. regulan la organización entre las partes y el todo
(estructura y función).

El cambio se explica en base a hechos causales El cambio es visto como una propiedad de los
anteriores y separados de él. organismos y es un proceso permanente.

Es posible predecir el cambio. La predicción exacta del cambio es imposible.


La metáfora es la máquina. La metáfora es el organismo vivo.

Los modelos son sistemas conceptuales de una extensión mayor que las teorías, por esta razón, teorías
que proponen diferentes constructos para explicar los fenómenos estudiados coexisten al interior de un
mismo paradigma o modelo. Particularmente en el trabajo en Psicología Evolutiva, es pertinente considerar el
planteo de Fernández Lópiz acerca de la compatibilidad entre distintas propuestas teóricas. Según este autor,
el principal interés de la oposición entre estos modelos - mecanicista y organísmico - reside en que muestran
“el carácter irreconciliable entre ambos y la imposibilidad de combinar o integrar aspectos de teorías
pertenecientes a paradigmas diferentes”. En otros términos, se plantea que las teorías que remiten a un
mismo modelo pueden diferir en cuanto a la dimensión del desarrollo estudiado pero no por ello ser
incompatibles.

Las teorías evolutivas y estudio del niño.

La denominación teorías evolutivas es propuesta por Sala para referirse a las formulaciones de Freud,
Vigotsky, y Piaget, ya que las considera los proyectos más ambiciosos para el estudio del desarrollo humano.

- Freud: es una teoría genética, propone que la historia del individuo, particularmente los 1ros años, es
esencial para comprender el funcionamiento adulto. De los 1ros teóricos en adoptar el método
genético en psicología y en sostener que las experiencias anteriores juegan un papel esencial en la
conducta ulterior del sujeto. En cuanto al estudio del niño, se puede decir que repercute su vivencia en
la adultez. La mayoría de los datos analizados provienen de recuerdos de pacientes adultos en
tratamiento y de las deducciones y construcciones elaboradas por el psicoanalista a partir del material
clínico.
- Piaget: se propone estudiar el proceso de construcción de conocimientos, es decir, se centra en el
sujeto epistémico y no en el sujeto psicológico. Desde su enfoque, el estudio del psiquismo humano no
puede ser más que genético: el conocimiento es un proceso y como tal tiene que ser descrito de
manera histórica. Él no se propuso el estudio del niño. Su proyecto es indagar el desarrollo para
explicar las funciones mentales por su modo de formación.
- Lev Vigotsky; el mecanismo del cambio evolutivo del individuo se enraíza en la sociedad y en la
cultura. La perspectiva evolutiva de Vigotsky no ha de confundirse con el estudio del desarrollo del
niño. Un comportamiento sólo puede ser entendido si se estudian sus cambios, es decir, su historia.

A la vez, señala características comunes a las teorías de, según la expresión de Bruner, los tres titanes
modernos de la teoría del desarrollo:

- Constituyen sistemas teóricos coherentes y unificados.


- La dimensión genética es una parte necesaria de los postulados de base, ya que sin dimensión
genética ninguna de estas tres teorías habría existido.
- El interés por estudiar el desarrollo es producto o consecuencia de sus proyectos, más que un objetivo
en sí mismo.

Por otra parte, también plantea que, al focalizarse en dimensiones diferentes del desarrollo (afectiva,
sociocultural y cognitiva), las propuestas de Freud, Vigotsky, y Piaget pueden considerarse, en algún sentido,
complementarias.

Las teorías de Piaget, Freud y Vigotsky, aún a partir de proyectos epistemológicos diferentes, reconstruyen
algunos de los postulados primordiales del modelo organísmico, ya que sus formulaciones proponen: - un
sujeto activo. - interdependencia y organización en diferentes dimensiones. - desarrollo concebido como una
sucesión de cambios cualitativos. - énfasis en los procesos más que en los resultados.

Paradojalmente, los creadores de las teorías denominadas evolutivas no se propusieron conocer al niño en
sí mismo, pero llegaron a producir cuerpos teóricos que constituyen un aporte relevante para comprender el
desarrollo infantil y contribuyeron a afianzar el campo de la Psicología Evolutiva.
La Psicología Evolutiva y el estudio del niño: teorías, técnicas e intervenciones en el trabajo
profesional.

Trabajar en Psicología Evolutiva puede entenderse de varios modos:

- Intentar describir exhaustivamente las pautas de conducta en las diferentes edades, en ese sentido es
que se habla de la Psicología del niño, del adolescente, etc.
- Se plantea como objetivo principal el descubrimiento de las leyes generales que subyacen a los
cambios comportamentales producidos en las sucesivas edades, es en este sentido que se habla
también de “Psicología del desarrollo”. Señala que se ha asimilado la concepción mecanicista del
desarrollo con la denominada psicología del niño y la adopción de postulados organicistas en
psicología evolutiva, con la psicología genética.

Esta distinción permite establecer un criterio ordenador en la diversidad de enfoques teóricos que abordan
el desarrollo infantil y a la vez, orientador en la selección de técnicas y de intervenciones en este campo de
estudio. Frente a las diferentes formulaciones teóricas, interesa destacar especialmente cómo, según el
marco conceptual al que se apele, se plantean interpretaciones distintas para fenómenos semejantes. Esto es
así porque las teorizaciones se transforman en el campo de la Psicología Evolutiva en herramientas
conceptuales para explicar el desarrollo. Es en ese sentido que en el programa de la asignatura se propone la
teoría como instrumento para estudiar el proceso de desarrollo psicológico en la niñez y construir los datos en
el trabajo de campo.

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy