EV4_LNatV_EQ3
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PREPARATORIA No. 2
La Naturaleza de la Vida
Evidencia Etapa 4
Matricula Nombre
2207291 Carrizales Ledezma Alexander Francisco
2184645 Coronado Zepeda Gael Isaias
2184993 Luna de la Cerda Leonardo Javier
2184302 Medellín Ruiz Edson Joshua
2184791 Pancardo Cabrera Liv Gabrielle
2183548 Treviño Lara Fernanda Isabela
Existen diversas formas de contaminación, cada una con características y efectos particulares. La
contaminación del aire, por ejemplo, incluye gases tóxicos como el dióxido de carbono, el monóxido de
carbono y el óxido de nitrógeno, que no solo afectan la calidad del aire que respiramos, sino que también
contribuyen al cambio climático. La contaminación del agua, por su parte, implica la presencia de desechos
químicos, plásticos y otros residuos en ríos, mares y fuentes de agua potable, poniendo en riesgo la salud de
los ecosistemas acuáticos y la disponibilidad de este recurso vital. Por otro lado, la contaminación del suelo
ocurre por el uso de pesticidas, vertederos y residuos industriales que degradan la fertilidad de la tierra.
Además de las formas más conocidas, también existen la contaminación acústica, generada por el exceso de
ruido en las ciudades; la contaminación lumínica, que afecta la vida nocturna de animales y altera los ciclos
biológicos; y la contaminación térmica, que modifica la temperatura natural de los ecosistemas, afectando a
los seres vivos.
Los efectos de la contaminación no solo se limitan al medio ambiente. También tienen un impacto directo en
la salud humana, aumentando la incidencia de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y otros trastornos
graves. A nivel global, la contaminación contribuye al calentamiento global y al deterioro de la capa de ozono,
generando problemas que trascienden fronteras y afectan a toda la humanidad.
Por ello, es fundamental entender la gravedad de este fenómeno y actuar para reducir su impacto.
Implementar políticas sostenibles, fomentar la educación ambiental, promover el reciclaje y desarrollar
tecnologías limpias son algunas de las acciones necesarias para mitigar la contaminación. Solo a través de un
esfuerzo conjunto entre gobiernos, empresas y ciudadanos podremos proteger el medio ambiente y garantizar
un futuro más saludable para las próximas generaciones.
En este reporte se hablará sobre la contaminación del suelo, en base a una investigación elaborada por el
método científico
Marco Teórico
¿Qué es la Contaminación del suelo?
La contaminación del suelo se refiere a la acumulación de sustancias químicas, desechos sólidos o materiales
tóxicos que alteran las propiedades físicas, químicas y biológicas del terreno, afectando su productividad, la
biodiversidad y la salud humana. Este problema ambiental es resultado principalmente de actividades
humanas como la agricultura intensiva, la minería, la industria, la urbanización y la mala gestión de los
residuos sólidos.
Por otro lado, la contaminación del suelo tiene consecuencias en la salud humana. Cuando metales pesados
como el plomo, el cadmio y el mercurio se filtran en los cultivos o las fuentes de agua subterránea, pueden
causar enfermedades graves, incluyendo problemas renales, daño neurológico y trastornos reproductivos
(OMS, 2020).
Propuestas para mitigar el problema
Existen diversas estrategias para reducir la contaminación del suelo, incluyendo la promoción de prácticas
agrícolas sostenibles, el fortalecimiento de normativas ambientales y el desarrollo de tecnologías para la
remediación de suelos contaminados. La implementación de técnicas como la fitorremediación, que utiliza
plantas para extraer contaminantes, ha mostrado ser efectiva en ciertos casos (Kumar et al., 2020).
Además, la correcta gestión de los residuos sólidos es esencial para prevenir la contaminación. Esto incluye
fomentar el reciclaje, reducir la generación de basura y regular el tratamiento de desechos peligrosos
provenientes de la industria y la minería.
Comprobación de Hipótesis 1
El uso excesivo de pesticidas y fertilizantes químicos en la agricultura es un factor determinante en la
degradación del suelo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), el empleo descontrolado de agroquímicos altera la estructura del suelo y reduce la actividad biológica
esencial para su regeneración. Esto afecta su capacidad para retener agua y nutrientes, comprometiendo la
productividad agrícola (FAO, 2021).
Además, un estudio realizado por Chen et al. (2020) encontró que la acumulación de nitratos provenientes de
fertilizantes químicos en suelos agrícolas genera un proceso conocido como salinización secundaria, que
degrada aún más la tierra y reduce su aptitud para el cultivo. Este efecto es particularmente visible en
regiones con prácticas intensivas de monocultivo, donde la fertilidad del suelo disminuye progresivamente,
obligando a los agricultores a depender de mayores dosis de fertilizantes para mantener los rendimientos.
Por otro lado, un análisis de Zhang et al. (2020) en el sudeste asiático demostró que los suelos tratados de
manera intensiva con pesticidas químicos mostraban una disminución significativa en su contenido de materia
orgánica. Esto no solo afecta la salud del suelo, sino también la biodiversidad subterránea, incluyendo
microorganismos esenciales para la descomposición de materia orgánica y el reciclaje de nutrientes.
El impacto de estos químicos no se limita al suelo; también afecta a los cultivos y a los consumidores. Según el
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la pérdida de fertilidad del suelo y su
contaminación por agroquímicos son responsables de una disminución de hasta el 20% en la productividad de
las cosechas en áreas vulnerables (PNUMA, 2019).
Estas evidencias respaldan la hipótesis planteada: el uso intensivo de pesticidas y fertilizantes químicos
degrada el suelo, afectando su calidad y reduciendo la seguridad alimentaria, especialmente en comunidades
dependientes de la agricultura intensiva.
Carrizales Ledezma: Un estilo de vida saludable es esencial para mantener y mejorar la salud física,
mental y emocional. Al adoptar hábitos saludables, como una alimentación equilibrada, ejercicio regular,
sueño adecuado y manejo del estrés, se puede prevenir enfermedades crónicas, mejorar la calidad de vida,
aumentar la productividad y eficiencia y disfrutar de una vida más plena y satisfactoria.
Coronado Zepeda: Un estilo de vida sustentable es fundamental para reducir el impacto humano en el
planeta. Al adoptar prácticas como el uso eficiente de recursos, la reducción de desechos y la promoción de
energías renovables, contribuimos directamente a la conservación de los ecosistemas y a la mitigación del
cambio climático.
Luna de la Cerda: Vivir de manera sustentable no solo protege el medio ambiente, sino que también
mejora la calidad de vida. Por ejemplo, optar por una dieta basada en alimentos locales y orgánicos, caminar o
usar la bicicleta en lugar de vehículos motorizados, y mantener un consumo consciente promueve tanto el
bienestar individual como la equidad social al reducir las desigualdades en el acceso a recursos.
Medellín Ruiz: Mantener un estilo de vida saludable es esencial para garantizar el bienestar físico, mental
y emocional de las personas. Una dieta equilibrada, actividad física regular y la gestión adecuada del estrés
contribuyen a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad y las enfermedades
cardiovasculares, mientras fortalecen el sistema inmunológico. Además, hábitos como dormir lo suficiente,
evitar sustancias nocivas y cuidar la salud mental potencian la calidad de vida y la longevidad. Adoptar un
enfoque integral hacia la salud no solo beneficia al individuo, sino que también impacta positivamente en las
comunidades y en el sistema de salud global.
Pancardo Cabrera: Llevar acabo un estilo de vida saludable tiene un beneficio en varias áreas de nuestra
vida. Mejora nuestro físico y nuestra salud mental. Llevar una dieta es clave para tener nuestro organismo en
funcionamiento útil y así evitar problemas de diabetes, sobrepeso, etc. En base a algo físico, mejora el
rendimiento físico, el alcance y la fuerza, evitando problemas cardiovasculares y demás que se activan por el
mal hábito de una buena salud física.
Treviño Lara: En conclusión, mantener un estilo de vida saludable es fundamental para garantizar el buen
funcionamiento del cuerpo y prevenir enfermedades. Desde una perspectiva biológica, hábitos como llevar
una dieta equilibrada, realizar actividad física regularmente, dormir lo suficiente y manejar el estrés
contribuyen al fortalecimiento del sistema inmunológico, el equilibrio hormonal y el óptimo funcionamiento
de órganos vitales. Además, estos hábitos promueven una mejor calidad de vida y aumentan la esperanza de
vida. Comprender cómo nuestras elecciones afectan nuestro cuerpo nos permite tomar decisiones conscientes
que favorecen nuestra salud y bienestar a largo plazo.
Referencias
FAO (2021). El estado de los recursos de tierras y aguas del mundo para la alimentación y la agricultura:
sistemas al límite (SOLAW 2021). https://www.fao.org/land-water/solaw2021/es/
PNUMA (2019). Perspectivas del Medio Ambiente Mundial 6.
https://www.unep.org/es/resources/perspectivas-del-medio-ambiente-mundial-6
Organización Mundial de la Salud (OMS) (2020). Impacto de los contaminantes en la salud humana.
https://www.who.int/es/health-topics/environmental-health#tab=tab_1
Kumar, N., et al. (2020). Advances in Phytoremediation for Soil Contamination.
https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-030-40333-1_10
FAO (2021). Estado del suelo en el mundo.
PNUMA (2019). Informe sobre la degradación del suelo a nivel global.
Organización Mundial de la Salud (OMS) (2020). Impacto de los contaminantes en la salud humana.
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