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TEMA 3.

LA LENGUA DE LA REPÚBLICA Y DEL IMPERIO ROMANO: EL


LATÍN

1. La historia del latín y de su presencia en la Península Ibérica


El latín es una lengua indoeuropea que se habló en el Lacio, la cual nació emparentada
con otros dialectos (por ej., el falisco: dialecto itálico, también de la familia indoeuropea).

Las propuestas de periodización del latín han sido muy numerosas: latín arcaico (700 a.C.
– 325 a.C.), latín antiguo (325 a.C. – 120 a.C.), latín clásico (120 a.C. – 250 d.C.), latín
vulgar (250 d.C. – 600 d.C.), latín de transición (600 d.C. – 850 d.C.). Sin embargo, esta
teoría retrasaría la muerte del latín hasta mediados del siglo IX. Además, para muchos
autores la etiqueta de “latín vulgar” se usa para marcar un momento cronológico concreto,
sin embargo, sería más bien la lengua hablada durante todos esos siglos, propia de la
inmediatez comunicativa (u oralidad). A esto se suma el problema de la continuidad
latín-romance, uno de los problemas clásicos de la periodización del latín. Es un
problema muy grande, no solo por los indicios que tenemos de la aparición de las lenguas
romances en la Edad Media, sino también porque tenemos datos certeros de la
perdurabilidad del latín, lo que significa que no podemos hablar de la desaparición del
latín, ni siquiera en etapas en las que ya tenemos escritura romance. Tampoco debemos
pasar por alto la influencia del latín en las lenguas romances, y viceversa. El latín, como
lengua de cultura (lengua propia del ámbito de la distancia comunicativa), siguió
influyendo en la evolución del romance (cambios de arriba abajo). El latín siguió
influyendo, incluso cuando ya se hablaba y escribía en lenguas romances. Sin embargo,
la influencia también vino desde las lenguas romances hacia el latín.

1.1. La latinización como consecuencia de la romanización


La llegada de los romanos se produjo en el siglo III a.C. La latinización es consecuencia
de la romanización (proceso por el cual la civilización romana se instala en Hispania:
adopción del sistema administrativo, cultura, religión, etc.), lo que quiere decir que la
latinización es el proceso por el cual el latín es asumido como lengua propia en Hispania.
Una vez que los romanos han conquistado parte del territorio peninsular, estos trasladan
el mismo sistema de gobierno, el mismo sistema administrativo, el mismo sistema de
producción, etc., en todos esos territorios que van romanizando. La organización política
y social de los territorios conquistados manifiesta diferencias sociales, diferentes modos
de vivir, diferentes costumbres, diferencias en la religión, diferencias lingüísticas, etc.
Así, dependiendo de la lengua indígena del territorio conquistado habría diferencias en el
ritmo de romanización. Las zonas más rápidamente conquistadas, como la Bética y la
Tarraconense, fueron las provincias que más rápido asimilaron las costumbres romanas.
En todo ese proceso de romanización los pueblos que sobrevivieron a los romanos no
fueron derrocados de forma abrupta, sino que hubo varios siglos de contacto de culturas
y lenguas. En el siglo I ya no quedaban lenguas indígenas en la Península Ibérica.

Los romanos no tenían ninguna política lingüística determinada, en ningún caso se


imponía el uso del latín en las provincias romanizadas. Sin embargo, aunque no fuese una
imposición, el latín se convirtió en un instrumento de ascenso social. Quien quería
conseguir un puesto importante en la política o en la administración de las provincias
debía saber latín. Cuando llegaron los romanos con su lengua, el latín entró en contacto
con otras lenguas, lo que explica la conformación de zonas bilingües en las que el latín se
convierte en una lengua aprendida (lo que sería una L2).

2. El latín como diasistema


Cuando hablamos de una lengua como diasistema nos referimos a una lengua que se
compone de diferentes variedades, las que reúne Coseriu como variedades diatópicas,
diastráticas y diafásicas. La idea preconcebida de que el latín es una lengua monolítica se
puede aplicar a las lenguas clásicas (hebreo, griego y latín). Nosotros vamos a partir de
que el latín es una lengua histórica, sujeta a variación (numerosos autores apuntan que lo
que presenta realmente un comportamiento histórico no es el latín clásico, sino el latín
vulgar).

El modelo concepcional de Koch y Oesterreicher (1990) se presta a la perfección a la


discusión de problemas que atañen al latín como diasistema, dentro del que cabe estudiar
el latín de Hispana. En ese sentido, Van Uytfanghe insiste en la necesidad de considerar
para el latín vulgar un espacio variacional complejo entre la inmediatez y la distancia
comunicativa. Como cualquier otra lengua, el latín consta de un espacio variacional en el
que podemos distinguir, utilizando el esquema de la cadena de variedades, variedades
marcadas en el ámbito de la inmediatez comunicativa a la que pertenecerían los
regionalismos geográficos no generalizados en el latín del Imperio, variantes no marcadas
o pertenecientes a una variedad estándar, y variantes marcas en el ámbito de la distancia
comunicativa.

Así, si partimos de este modelo para la disposición de ejemplos concretos, una variante
léxica como cras “mañana” opuesta a demane o maneana, no representaría una oposición
entre el latín vulgar y el clásico, puesto que cras, como variante no marcada, podría
también ser usada en discursos propios de la inmediatez comunicativa. La forma verbal
HABEO podría asociarse a diversas variantes fonéticas, unas marcas a un lado y otro lado
del continuum (en el ámbito de la distancia comunicativa [‘habeo] y en la inmediatez
comunicativa [‘aBjo], mientras que la estándar [‘abeo] podría ser usada en cualquier
punto del continuum.

La etiqueta de latín vulgar impide entender que el latín hablado en sentido concepcional
no solo corresponde al que denominamos “ámbito de la inmediatez comunicativa”, sino
también a la variedad estándar del latín en cada uno de los períodos variacionales que
quepa establecer; de ahí la enorme confusión provocada por un término que nos hace
olvidar, además, que los diferentes tipos de variaciones paradigmáticas, también en latín,
están estrechamente vinculadas e interaccionan entre sí.
2.1. La diferenciación geográfica del latín
La mayoría de los latinistas y romanistas concuerda en que el latín, a lo largo y ancho del
Imperio Romano, debió de estar sometido a diferencias de índole diatópica. La propia
epigrafía de época republicana da cuenta ya de particularismos geográficos, si bien en
muchos casos se ha exagerado su representatividad. Adams sostiene que esta variedad
dialectal republicana ha de explicarse teniendo en cuenta que, tanto las formas esperables
en las inscripciones como las no esperables, son más frecuentes fuera de Roma porque,
en conjunto, existe más material epigráfico de fuera del as urbs que de la metrópoli.

La diversidad de lenguas romances proporciona un testimonio indiscutible de la


diferenciación diatópica del latín si, por un lado, hay evidencias de cambios lingüísticos
panrrománicos que han servido para postular un supuesto protorromance, no debe negarse
la evolución particular del latín en las diferentes áreas, influidas más o menos por las
diferentes lenguas prerromanas. La variación diatópica del latín, sin embargo, también
plantea una serie de dificultades de interpretación puestas de manifiesto por latinistas y
romanistas. La primera se refiere al poder centralizador el latín de Roma, lengua imperial,
no confundida geográficamente, que habría impuesto una relativa unidad de uso en todo
el imperio. Marazzini destaca que la progresiva expansión geográfica del latín conllevó
el nacimiento de un “latín de las provincias”, cuya homogeneidad fue garantizada por las
fuerzas militares durante el largo período en el que el Imperio podía ejercitar su fuerza
militar y cultural en sus territorios ocupados.

Otro problema reside en la confusión de tipos de variación. Puesto que sol es posible
trabajar sobre testimonios escritos, no siempre resulta fácil distinguir variedades
diatópicas de otras clases de variación. Por ejemplo, la oposición entre CABALLUS
“caballo de carga y tiro” y EQUA “femenino de EQUUS, palabra más general para
designar al caballo”, se cita como ejemplo de variación en la península ibérica, pero,
según Adams, era una distinción perteneciente al registro informal de todo el Imperio. La
idea de las áreas periféricas o laterales planteada por Bartoli (1925), que ha venido
repitiéndose en manuales, incluso en los más recientes, plantea que las zonas dialectales
de la Romania situadas en la periferia compartirían características comunes debido a su
supuesta naturaleza lingüística arcaizante y conservadora, frente a las áreas centrales, de
carácter más innovador. Las áreas centrales son las más cercanas a la metrópoli, núcleo
social, político y administrativo del imperio, donde existía una comunidad lingüística más
numerosa y heterogénea y donde las innovaciones, basadas en la expresividad (metáfora,
metonimia, contaminación semántica, etc.) o en las particularidades discursivas de ciertos
grupos sociales, religiosos e intelectuales, se transmitirían con mayor facilidad y rapidez.
Por el contrario, las áreas marginales se caracterizarían por una menor capacidad de
innovación, seguramente motivada por la presión normativa de la escuela en zonas que
no participaban cotidianamente del modelo idiomático representado por Roma, pero
también por la supuesta dificultad de transmisión de las innovaciones entre grupos
poblaciones alejados y no tan bien conectados geográficamente como los núcleos urbanos
de las áreas centrales, aspecto discutible dada la nutrida infraestructura viaria de la antigua
Roma.
Ejemplos fundamentalmente léxicos han servido para argumentar la teoría de las áreas
periféricas, por ejemplo, los herederos de CAPUT/CAPITIA se dan e las lenguas
iberorromances y en el rumano, mientras que la mayoría de los dialectos galorromances
e italorromances presentan derivados del latín TESTA. La inconsistencia de la teoría de
las áreas periféricas se manifiesta en muchos ejemplos de Tagliviani. De hecho, Iliescu
(1987) ha realizado un análisis estadístico exhaustivo del léxico románico y ha
demostrado que el rumano es la lengua más innovadora, mientras que Italia, Galia e
Hispania presentan un porcentaje de innovaciones muy similar, siendo de hecho más
elevado en la iberorromania, para desmentir por completo la teoría de las áreas laterales,
constata además que Hispania y Dacia no presentan ningún ejemplo de conservación
exclusiva común.

2.2. El latín de Hispania: análisis crítico de sus supuestas particularidades


Beltrán Lloris opina que las más de 20.000 inscripciones hispanas en latín no confirman
la existencia de un latín diferenciado en la Península Ibérica, lo que sin duda tiene que
ver con los condicionamientos discursivo-tradicionales que afectan a la escritura
epigráfica.

Con todo, algunos testimonios sí dan cuenta de ciertos rasgos caracterizadores del latín
hablado en Hispania, o al menos se prestan a una interpretación en clave diatópica. En las
inscripciones, sobre todo en las tardías, se representan algunos fenómenos que suponemos
que son producto de las tendencias evolutivas del latín vulgar general y del hispano en
particular. Las apreciaciones metalingüísticas de autores clásicos como Plinio, Columela,
Tácito, Marcial, Séneca, etc., son también de enorme importancia para conocer las
particularidades, fundamentalmente léxicas, del latín hispano.

Dichas particularidades han sido relacionadas con factores de condicionamiento del latín
de Hispania que motivarían una diferenciación más o menos clara respecto al latín de la
metrópoli:

- La temprana ocupación de Hispania explicaría la conservación de características


del latín denominado arcaico.
- La idea de que Hispania representa una zona geográficamente marginal del
Imperio, aunque realmente estaba bien comunicada con la península itálica y otras
regiones del Imperio por tierra y mar.
- Las personas que llegan a la Península son mercaderes y soldados, que después se
convierten en colonos, manteniendo su propia cultura y lengua, e interactuando
con los habitantes oriundos de las regiones que van habitando.

Como consecuencia de lo anterior veremos 5 rasgos que se han atribuido al latín de


Hispania: su arcaísmo, ya que retiene formas documentadas en autores latinos
preclásicos, que después serían desechadas por el latín hablado en Roma en época clásica;
su conservadurismo, que explica el rechazo a la incorporación de innovaciones típicas
de las zonas centrales del Imperio; su dialectalismo originario, que se relaciona con la
fisonomía lingüística del latín de Hispania con el origen pretendidamente osco-umbro de
sus primeros colonizadores; su occidentalidad, pues revela patrones de evolución
comunes a las lenguas romances situadas a la izquierda de la línea imaginaria Spezia-
Rimini, establecida por la romanística tradicional y que separa la Romania occidental de
la oriental; su variedad, que explica el origen de los diferentes dialectos primarios en la
Península Ibérica.

2.3. Arcaísmo, conservadurismo e innovación


El arcaísmo del latín de Hispania viene mencionándose desde obras clásicas.
Recientemente, Bonfante (1999) ha llegado a afirmar que, dado que Hispania se coloniza
hacia finales del s. III a.C., su lengua representaría el latín de Ennio, idea que critica
duramente Adams. El arcaísmo supuestamente congénito a determinadas variedades
geográficas del latín ha servido como pauta de diferenciación diatópica en la romanística.
También ha sido señalado el conservadurismo en la Bética, desde donde la lengua se
expandiría a Asturica y Gallaecia, frente al latín de la Terraconense, más permeable a
innovaciones. El arcaísmo suele ponerse en relación con el inmovilismo de la lengua en
una determina región, pero es implausible que el latín estuviera fosilizado en Hispania,
los soldados y demás colonizadores iban y venían, por lo que los arcaísmos podrían
sobrevivir o igualmente ser remplazados.

Adams insiste en que, por definición, un arcaísmo es un elemento que fue corriente en la
lengua en un determinado momento perro que cae en desuso, a veces sobreviviendo en
determinados registros especializados tales como el lenguaje legal o el religioso. Adams
intenta delimitar claramente las características de ciertos arcaísmos regionales como los
hispanos, para evitar caer en la tentación de catalogar como regionalismos determinados
por la fecha de ocupación romana términos que, habiendo llegado a Hispania o Cerdeña
en boca de los primeros habladores del latín, continuaron usándose en todas partes incluso
varios siglos después de la venida de esos primeros colonizadores. En este sentido, el
arcaísmo hispano debería cumplir tres requisitos: atestiguarse en época temprana (es
decir, republicana), no estar documentado en ningún otro lugar y sobrevivir únicamente
en lenguas iberorromances. Adams se cuestiona el arcaísmo de ciertas voces hispanas
como MAGNUS ‘grande’ y COMEDERE ‘comer’, que, según él, son solo regionalismos
o arcaísmos hispanos desde una perspectiva teleológica, puesto que eran palabras
generales en el latín clásico.

Importa, asimismo, no confundir el arcaísmo con la no recepción de innovaciones. CRAS


no es un arcaísmo en sardo, pues fue una voz general durante el Imperio. El supuesto
aislamiento de una región explica la no acogida de innovaciones, pero no su arcaísmo. El
tópico del arcaísmo y los conservadurismos hispanos han dificultado una visión realista
de la naturaleza innovadora de la Iberorromania. Palabras como MATTIANA frente a
MELA, THIUS frente a AVUNCULUS, MANEANA frente a CRAS, QUAERERE frente
a AMARE, confirman este carácter, en oposición a la conservación de ciertas voces en un
área innovadora como suele decirse de la Galorromania. Según Adams, la diversidad
léxica del romance refleja los resultados impredecibles entre lo nuevo y lo viejo en la
Romania.

De esta manera, no podemos confundir el conservadurismo gráfico con el


conservadurismo lingüístico. El hecho de encontrar un elemento arcaico en una
inscripción no debe hacernos pensar que necesariamente el habla de esa zona donde se
encuentre la inscripción es arcaizante. En el lenguaje epigráfico hay una serie de
convenciones que podemos considerar arcaizantes, las cuales podemos achacar a una
tradición de escritura en particular. La escritura responde a un tipo de variación diferente,
determinada por parámetros concepciones y discursivo-tradicionales.

2.4. Dialectalismo originario: la hipótesis osco-umbra


La idea preconcebida se afianza en España a partir de Menéndez Pidal. Tovar y otros
autores más recientes dan la teoría por sentada, mientras que hay otros que la han
desechado como Wright o Ariza. La discusión gira en torno a la influencia del osco en el
latín de la Península Ibérica, explicable por el alto porcentaje de soldados de este origen
participantes en la colonización.

El osco se parece más al latín que a otras lenguas indoeuropeas, pero también difiere más
de él que el griego respecto a sus dialectos. Es una lengua no muy documentada, solo
conservamos unas 200 inscripciones de las cuales la mitad son nombres propias o
fragmentos de palabras. En lo que atañe a la supuesta influencia del osco en Hispania, la
mayoría de los fenómenos aducidos son de evolución medieval, lo que exigiría recurrir a
la idea del estado latente de Menéndez Pidal para explicar su efecto en la conformación
de los romances peninsulares.

Sobre el topónimo Huesca, M. Pidal habla de una posible etimología Osca, que haría
alusión al origen dialectal ítalo-meridional de sus fundadores, si bien hoy día la hipótesis
más probable es que se trate de una voz originariamente ibérica.

Por lo que respecta al plano fonético, la crítica principal reside en que se mencionan
rasgos que se aplican al osco, pero nos e sabe si realmente pertenecen a esta lengua. Por
ejemplo, la reducción del grupo /mb/ no solo se da en la Iberorromania, sino también
donde no hubo oscos, pero, por otra parte, la reducción del grupo /nd/ se produce por
asimilación, que se da en lenguas romances y no romances (en zonas donde no se supone
sustrato osco-umbro).

Sobre la influencia del osco en el sistema vocálico del latín vulgar, Adams opina que no
tiene fundamento. Tampoco ha convencido la supuesta influencia en la morfología, sobre
todo en la arcaica: nominativos singulares en -i, que pueden ser no más que una
abreviatura, o nominativos plurales en -eis, que pueden explicarse como evolución directa
del indoeuropeo.
Por último, hay que aludir a los datos escritos para concluir que es posible que haya
osquismos epigráficos puntuales, que no tienen por qué reflejar un estadio de lengua viva:
como la i por e ante r (tirram en lugar de terram; siruando en lugar seruando); aparentes
síncopas de vocales finales, si es que se no se trata de abreviaturas (secundins en lugar de
secundinus; marins en lugar de marinus).

3. Fuentes del latín vulgar


El latín vulgar es esa lengua hablada que se usó durante todo el periodo de existencia de
esta lengua. Nos interesa porque sabemos que las lenguas romances que hablamos hoy en
día provienen de este latín hablado / vulgar, ya que la mayor parte del cambio lingüístico
de una lengua proviene de ese movimiento lingüístico de abajo arriba. Hay quien piensa
que el latín clásico que se escribía no tenía nada que ver que el latín vulgar que se hablaba,
señalándolas incluso como dos lenguas tipológicamente diferentes.

Cuando hablamos del peligro de las fuentes debemos tener en cuenta que la escritura
siempre impone un filtro, por mucho que se intente recrear el sistema oral, siempre se
debe tener en cuenta el filtro impuesto. Hay que tener en cuenta que no existen textos de
latín vulgar, no hay ningún testimonio que nos de toda la información sobre el latín vulgar,
solo tenemos textos en los que muy esporádicamente podemos encontrar elementos
vulgares. Otro elemento para tener en cuenta es el problema de la datación, ya que muchos
testimonios que vamos a ver parece que se escribieron en una época determinada
(considerados testimonios de latín vulgar), pero el testimonio que hemos conservado
normalmente es bastante posterior. Por tanto, estos testimonios no reflejan con claridad y
exactitud el estadio lingüístico del latín vulgar. Otro problema es el del estereotipo, es
decir, incluso en testimonios que pueden parecernos pensar que son orales existe una
tradición de escritura que puede no representar la realidad oral de esa época.

Las fuentes literarias imprescindibles para conocer el latín vulgar


(comediógrafos/autores):
• Plauto y Terencio: se les atribuye una forma muy realista de la representación del
habla oral.

• Scriptores rei rusticae: escritores dedicados a escribir tratados relacionados con


labores en el campo, como Columela y Catón. Al tratar temas del medio rural
siempre van a aparecer elementos léxicos o expresiones pertenecientes al habla
típica de los que se dedican a este ámbito. Lo marcado diatópicamente y
diastráticamente se asociaba con la lengua de la inmediatez comunicativa.

• Petronio: Satiricón. Una escena dentro de esta obra, la Cena de Trymalchionis, es


famosa porque se recrea una conversación entre los habitantes de una domus y los
esclavos. Petronio caracteriza lingüísticamente a los esclavos, mediante el uso de
vulgarismos y formas de construir el discurso que no parecen típicas del latín
clásico.
• Aulo Gelio: en la obra de Aulo Gelio aparecen algunas formas léxicas que se han
descrito como vulgares. Obra más famosa: Noctes Atticae.

• Vetus latina / Vulgata: primer cristianismo escrito, las primeras traducciones de la


Biblia. Fuente importante porque el latín de los cristianos se ha caracterizado
como un latín más popular y asequible para la comprensión de la lengua, lo que
hace que muchos autores hayan destacado la importancia de estos testimonios
para el estudio del latín más cercano a la oralidad.

• Mulomedicina Chironis: tratado de veterinaria del siglo IV, que también incorpora
algún vocabulario o expresión que se ha caracterizado como propio del latín
vulgar.

• Peregrinatio Egeriae: diario donde una monja va contando las diferentes etapas
de un viaje. La parte que más nos interesa es cuando llega a Palestina y empieza
a ver todas las referencias que había estudiado en la Biblia. Proporciona datos
interesantes sobre diferentes tendencias evolutivas del latín. El texto es del siglo
IV, pero como ocurre con el Appendix Probi, el manuscrito que nos ha llegado es
más reciente, de dos siglos después. Testimonio tardío.

• Isidoro de Sevilla: testimonio tardío. En la obra de San Isidoro encontramos


muchas referencias metalingüísticas, que nos dan pistas de las variedades que
pertenecen a la inmediatez comunicativa (vulgo dicitur).

También podemos mencionar las fuentes no literarias:


• Gramáticos y lexicógrafos latinos: son importantes estas fuentes porque estos
sancionan pronunciaciones o reglas morfológicas incorrectas de los usos vulgares
más comunes. Aquí podemos mencionar el Appendix Probi (siglo IV), obra
emblemática dentro de esas fuentes no literarias. También De verborum
significatu (siglo II), que también sanciona usos incorrectos. El Appendix Probi
es una lista de formas correctas opuestas a formas incorrectas que atestigua.

• Inscripciones: sobre todo las inscripciones particulares, las que no han sido
promovidas por el poder del imperio. Como testimonio tardío, en el caso de
España, también se mencionan como fuentes de latín vulgar las pizarras visigodas.

• Manuscritos: en algunos manuscritos medievales también encontramos algunos


fenómenos que evidencian rasgos vulgares, normalmente son equivocaciones de
los copistas e hipercorrecciones. Dentro de los manuscritos son frecuentes lo que
se conoce como “notas tironianas”, las cuales constituyen el primer sistema
estenográfico romano (básicamente un sistema de abreviatura). Este tipo de
abreviaturas a veces nos da ideas del carácter popular de ciertas formas y se ha
destacado su interés para el estudio del latín vulgar.
• Diplomas: también “privilegios”, que son documentos de tipo credencial (que
atestiguan cosas) pertenecientes a una época tardía (por ej., cuando se concede un
terreno a una persona).

• Palabras latinas que nos han llegado a lenguas no romances: por ejemplo, el
latinismo “Kaiser” de una lengua germánica, nos da prueba de un fenómeno que
todavía se estaría produciendo en una lengua hablada, y es que todavía no se
habría producido la palatalización de la velar cuando se incorpora el préstamo.

• Lenguas romances: son una especie de fuente reconstructiva del latín vulgar,
podemos reconstruir el latín vulgar a partir de formas de las lenguas romances.

3.1.Principales características del latín vulgar


3.1.1. Aspectos fonético-fonológicos
- Prosodia y sistema cuantitativo
Es probable que durante un momento puede ser que la competencia pasiva del sistema
cuantitativo (cantidad) siguiese existiendo mientras que la competencia activa del sistema
cuantitativo estuviese en declive, es decir, que el oyente supiese reconocer la diferencia
de cantidad, pero no supiese reproducirla. El colapso del sistema cuantitativo se sitúa en
torno a los siglos IV y V. Este hecho tiene especialmente consecuencias en la morfología
del latín, sobre todo, en la morfología nominal (la de los nombres), ya que muchas
diferencias de caso se rigen por la cantidad. Ya desde el siglo III documentamos
testimonios en verso (basado principalmente en la cantidad silábica) con fallos en la
utilización de los pies métricos, causados por la pérdida del sistema cuantitativo. Los
poetas tardíos intentaban imitar la construcción de los poetas clásicos, pero estos poetas
tardíos ya no saben diferenciar entre vocales breves y largas.

Por otro lado, la caída del sistema cuantitativo provoca que el acento se fonologice, es
decir, adquirió un valor distintivo. Parece existir un acento asociado a la cantidad
vocálica. Esta fonologización del acento tiene consecuencias fonéticas importantes:
síncopa, que es la caída de una vocal en sílaba átona, ya que, al haber sílabas pronunciadas
con más intensidad, las que se pronuncian con menos intensidad pueden sufrir el
fenómeno de la síncopa. Una consecuencia de la fonologización del acento es la tendencia
antihiática, es decir, que los hiatos (muy frecuentes en latín porque solo existían 3
diptongos en latín AE, OE, AU) se convertían en diptongos; los desplazamientos
acentuales; también en latín vulgar es frecuente la reposición del acento griego en
préstamos.
- Vocalismo
En el latín vulgar teníamos el llamado sistema vocálico del latín vulgar, compuesto de 7
vocales tónicas y 5 átonas, excepto en las átonas finales (a final de palabra) que teníamos
3. Este es el sistema que según los expertos estaría ya vigente a partir del siglo VI.

• Evolución de los diptongos latinos: los diptongos latinos monoptongan, así


encontramos OE que pasa a /e/ (POENA > pena), AE que pasa a /e/ (más tardía,
aunque hay grafías que dan evidencias de su evolución antes del siglo V,
hipercorrecciones [uso de la grafía más compleja o la que menos esperamos para
representar un sonido] que evidencian una igualdad fonética: NAERVAE por
NERVAE o SANCTAE por SANCTE; AEIUS por EIUS; CELUM por CAELUM)
y AU que pasa a O (hay casos como AUGUSTU > agosto, en el que se ha
producido una disimilación al existir dos sonidos velares en contacto; podemos
encontrar la desaparición de la semivocal en contextos donde no debería ocurrir:
FASTI por FAUSTI).

• Yod / wau: tendencia a la consonantización de las semiconsonantes y semivocales


(jam > ya; wénit > benit). La consonantización de la wau es el caso del betacismo
(evolución de /w/ y /b/ intervocálica a /beta/).

• Cambios de timbre: También son muy frecuentes en LV como en castellano


primitivo los cambios de timbre. En el Appendix Probi es común ver ejemplos
de cambios de timbre por contacto con vibrante, abriéndose la vocal /e/ > /a/
(PASSER > pájaro; Anser no ansar).

También en el latín vulgar se producían diferentes cambios vocálicos, prótesis (adición


de una vocal a principio de palabra) y síncopa. El fenómeno de la síncopa es conocido en
el LC (HERCULE > hercle en Plauto y Terencio, VALIDE > valde, DOMINU > domnus).
Debilidad de sílabas pretónicas y postónicas por el cambio de acento de intensidad.
Cronología relativa: la síncopa en SOL(I)TARIU > soltero se produce antes que en
LIM(I)TE > linde, ya que en el primer caso no hay sonorización, y en el segundo la vocal
ha durado suficiente tiempo para que sonorice la consonante intervocálica.

- Consonantismo
• Grafía /h/: empezando por la aspiración, suponemos que hubo aspiración de h-
inicial en épocas tempranas del latín (República), pronunciación propia de las
clases altas de la sociedad. Sin embargo, esta aspiración desapareció bastante
rápido. Hace que vayan desapareciendo de la lengua hablada pares mínimos que
habían existido en latín, dando lugar a homofonía (coincidencia en la
pronunciación de dos palabras que se escriben de forma diferente y tienen distinto
significado): ABEO/HABEO, ORA/HORA. En la Edad Media en el ámbito escolar
se habría recuperado la aspiración, lo que explicaría evoluciones como
ANNIHILARE > aniquilar (cambio de arriba abajo).
• QU- / GU-: los fonemas labiovelares pierden el apéndice labial /w/, la wau.
Ejemplos: QUINTU > quinto, QUEM > quien, QUINQUE > cinco.

• Palatalización de la semiconsonante palatal (la yod): /d/ + yod: di, gi, i o z


(RADIU> rayo: RAGIU, RAIU, RAZU; DIABOLUS> ZABOLUS). La
palatalización de las velares afectarían más tarde que a las dentales. La
palatalización de las nasales y laterales es más tardía (s. V).

• Lenición consonántica: debilitamiento articulatorio que motiva la sonorización, la


fricatización y la degeminación. Es un fenómeno justificado por el sustrato celta,
se dio en territorios donde hubo celtas antes de la llegada de los romanos. Hay
quien piensa que es el betacismo el impulso de la fricatización, sonorización y
degeminación (reducción de geminadas). La fricatización produce en muchos
casos la pérdida de consonantes. Por ejemplo: REGALE(M)> [reɣále]> [reál] real/
LIMPIDU> [limpiðo]> [limpjo] limpio. No hay muchos ejemplos latino- vulgares
donde se refleje la pérdida de estos sonidos, seguramente se consideraría una
pronunciación vulgar, como hoy en día se consideraría la pérdida de la dental en
posición intervocálica, y por eso no se reflejaría en los textos. Sí hay mayor
representación de sonorización de sordas intervocálicas.

• Reducción de los grupos consonánticos: algunos palatalizan (PL-, FL-, KL-) y


otro se simplifican. Tendencia a la simplificación / degeminación con una
asimilación previa en los grupos /ts/, /ps/ (CAPSA > [kassa] > caja), /rs/, /pt/
(SEPTE > siete), /bd/, /nkt/ (SANCTU > santo).

La /k-/: el grupo /kt/ evoluciona mediante la palatalización de esa velar /k/ en


posición implosiva y la posterior palatalización de la consonante siguiente. Esta
evolución hacia una vocalización también puede considerarse un fenómeno que
se puede achacar a sustrato celta porque es general de las zonas donde se había
dado una lengua celtica antes de la llegada de los romanos.

/s-/ sibilante en posición inicial, apicoalveolar. No está claro cual sería el punto de
articulación concreto de la sibilante latina. La mayor parte de los latinistas piensan
que era una sibilante más bien de tipo dental, pero lo que sí sabemos es que en
latín es frecuente que tengamos palabras que empiezan por una /s-/ a la que
denominamos “líquida”. En estos casos esta /s-/ no formaba parte de una sílaba
aparte de la consonante siguiente, sino que la sílaba a la que pertenecía esa
fricativa era la misma que la de la consonante siguiente. Por ejemplo: S/CHŎ /LA
está mal y SCHŎ /LA está bien. Esto supone una anomalía fonética porque
normalmente una sílaba empieza por el elemento más cerrado y luego se abre. esta
combinación era un tanto problemática en algunas áreas de lo que fue el Imperio
Romano y se produjo una solución fonética para esta combinación consonántica
extraña: el desarrollo de una vocal protética que ya sí iba a provocar que esa
sibilante formara parte como consonante implosiva de una sílaba más en la
palabra. Por ejemplo: SCHŎLA> [es/kwéla] > escuela. Por tanto, es de suponer
que el desarrollo de estas vocales protéticas en la mayoría de las palabras que
empiezan por una /s-/ en latín se debió́ haber cumplido ya hasta el siglo V. a. C.,
es decir, fue un cambio relativamente temprano.

• Consonantes finales: la desaparición de la /-m/ bilabial nasal en posición final


debió́ ser un proceso bastante temprano. Esa nasal se pierde prácticamente en
todos los contextos en posición final, salvo en los monosílabos. Por ejemplo:
TAM>tan; CUM>con. La caída de esa bilabial es panrománica, es decir, afecta a
todas las lenguas romances (por esto también suponemos que es un fenómeno
antiguo). Esta pérdida va a tener repercusiones considerables en la morfología del
latín vulgar por las desinencias verbales, y a partir de este, de las lenguas
romances.

También debemos tener en cuenta lo que ocurre con la sibilante en posición final
(tratamiento de /-s/), la cual no se pierde en todas las lenguas romances. Esta es
una de las diferencias para distinguir entre la Romania occidental y la oriental.
Esa sibilante final se pierde como marca de número en la segunda zona.

La dental final /t-/ tiende a desaparecer ya desde antiguo y la prueba está en las
formas de tercera persona del plural. Por ejemplo: frente a una forma AMAT del
latín, tenemos en castellano “ama”. En algunas lenguas romances peninsulares se
ha supuesto su conservación más duradera (tema de las glosas). También en
algunas formas propiamente latinas tenemos casos de grafías vacilantes cuando la
/- t/ está en esa posición final. Por ejemplo: en latín tenemos la preposición AD
(dirección), pero también tenemos la conjunción AT (“pero”), que significan cosas
distintas. En textos latinos tardíos vemos que pueden aparecer ambas formas para
la misma función, es decir, se percibe cierta confusión en la escritura de estas
formas. Este tipo de confusiones con las grafías nos indica una neutralización en
posición implosiva, es decir, no tienen por qué significar que se da un
ensordecimiento o una sonorización. Son grafías que el escriba que no conoce
bien la tradición escritural latina tiene a su disposición para escribir un sonido que
en esa posición se neutraliza. *Neutralización: consiste en la eliminación de la
oposición (diferencia) entre dos fonemas en un determinado contexto. El resultado
es el archifonema.

La metátesis de /-r/: la vibrante sufre con mucha frecuencia este fenómeno, ya que
es un sonido bastante inestable en su evolución. En muchos casos hay que recurrir
a esta explicación para aclar por qué en latín la vibrante está en un lugar que no
es el mismo que en romance. Ejemplos: QUATTUOR > cuatro; SUPER > sobre.
3.1.2. Aspectos morfosintácticos
- Morfología nominal
• Desaparición del neutro latino: es un fenómeno que tendrá una repercusión
notable en las lenguas romances, pues en ninguna de ellas existe el género neutro
como tal (sí tenemos restos de este género y contextos donde ciertas formas
lingüísticas pueden ser asociadas a este género). El fenómeno de desaparición va
a tener lugar a partir de la asimilación del género neutro al género masculino, ya
que los neutros de la 2ª declinación tenían un nominativo y un acusativo acabado
en -um y los masculinos de la 2ª declinación tenían un nominativo en -us y un
acusativo en -um. Por tanto, no debe extrañar que los casos de neutro, que eran
menos abundantes que los casos de masculinos, se acaben asimilando con las
formas de género masculino. Así, tenemos ejemplos tempranos en textos latinos:
horreus en lugar de HORREUM; munimentus en lugar de MONUMENTUM;
gimnasius en lugar de GYMNASIUM.

Por otro lado, los neutros plurales acabados en -a se asimilan a las formas
nominales donde esta vocal es más frecuente en las desinencias, es decir, con las
formas de la primera declinación que en su mayoría eran femeninas. Por ello, en
castellano tendremos formas femeninas que en su origen eran neutros plurales.
Ejemplo: de FOLIUM pasamos a FOLIA > hoja.

Por tanto, vemos que la tendencia es asimilar los neutros singulares al masculino
acabado en -us, mientras que para los neutros plurales la tendencia es asimilarlos
al femenino acabado en -a.

• Cambios de género o de desinencia casual: por presiones analógicas. En la 2ª


declinación la mayoría de los nombres eran masculinos, pero algunos son
femeninos, existiendo en la 4ª declinación un nominativo y un genitivo acabado
en -us (SOCRUS, NORUS); la desinencia se va a cambiar por la referencia a la
realidad extralingüística (>SOCRA, NURA), ya que en latín vulgar -a se asocia a
género femenino.

• Colapso del sistema 5 declinaciones: a causa de los cambios en el género y de los


cambios fonéticos el colapso de las 5 declinaciones latinas va a ser una realidad a
final del siglo V. Más allá de este siglo no perdura. La 4ª declinación se integra a
la 2ª y la 5ª se integra en la 1ª.

• Colapso del sistema casual latino: a causa del colapso de las declinaciones,
tenemos un colapso en el sistema de casos latinos. Una vez que se pierde el
sistema cuantitativo, el nominativo y el vocativo se confunden. Este proceso va a
ser largo, pero suponemos que en la lengua hablada ya se habría cumplido para
finales de este siglo.
• Eliminación progresiva del comparativo y del superlativo sintético: las formas
comparativas y superlativas del latín son sintéticas, es decir, se construyen
mediante un sufijo. Por ejemplo: el sufijo superlativo del adjetivo ALTUS es
ALTISSIMUS. La tendencia tendencia del LV consistirá en sustituir las formas
sintéticas por formas analíticas. Por ejemplo: ALTISSIMUS > MAGIS ALTUS
(síntesis > análisis).

- Morfología pronominal
• Tendencias analógicas: un fenómeno muy documentado ya en testimonios tardíos
es el de la analogía. Por ejemplo, en muchísimos textos se encuentra la variante
IPSUD, en lugar del clásico IPSUM, por analogía con otros pronombres que
tienen una dental en posición final: ILLUD, ID, ALIUD, etc. Más analogía es
MIBI, en lugar de MIHI (dativo de EGO), por analogía con TIBI.

• Uso anómalo de pronombres relativos: vamos a encontrar el pronombre QUIS,


que en latín era un interrogativo o exclamativo (“quién”), pero empezaremos a
verlo como un pronombre relativo, que anteriormente era QUI, QUAE, QUOD.
Por tanto, como vemos había una mezcla de paradigma.

• Pronombres indefinidos: teníamos la pareja ALTER y ALIUS. Nuestro pronombre


indefinido otro” viene del latín ALTERU(M). Sin embargo, el significado de
nuestro “otro” en latín no lo tenía en su origen el indefinido ALTER (‘el otro entre
dos cosas’), sino ALIUS (‘otro’). Sin embargo, el significado de ALTER se vio
ampliado y acabó incorporando toda la noción indefinida que expresa ALIUS,
mientras que este último desaparecía.

Algo parecido ocurre con otros dos pronombres latinos que designan la totalidad
OMNIS y TOTUS. Pasa más o menos lo mismo, ya que OMNIS es la palabra
general para designar la totalidad, mientras que TOTUS tenía un significado más
específico. Sin embargo, la palabra más frecuente en latín acaba perdiendo su
significado en TOTUS y termina desapareciendo.

• Pronombres de tipo distributivo: la pareja QUISQUIS y QUISQUE también


llegarán a confundirse. El primer significa “cualquiera que” y adquirirá el
significado del segundo “cada uno”, que acaba desapareciendo.

• Pronombres numerales: documentamos cambios en la expresión de los numerales:


UNDEQUADRAGINTA > triginta et novem. El primero significa literalmente
“cuarenta menos uno”, mientras que el segundo significa “treinta y nueve”. Por
tanto, pasamos de una forma sintética hacia una analítica (tendencia del LV).
- Morfología verbal
En cuanto a la voz verbal del latín, las tendencias latino-vulgares más importantes son:

• Inestabilidad de los verbos deponentes: verbos que tienen morfología pasiva pero
significado activo. Hay quien dice que en esa desaparición se potencia el uso de
formas reflexivas o el uso de formas activas sinónimas. Por ejemplo: el verbo
HORTOR (con terminación de forma de pasiva), sin embargo, tiene un significado
de forma activa “arengar”. En LV van a ser desaparecer por formas activas:
COMMONEO, que significa “arengar” también.

• Cambios en la conjugación: también hubo cambios importantes en el sistema de


conjugaciones. En latín había 4 conjugaciones (la 1ª AMO, AMARE; la 2ª
HABEO, HABERE; la 3ª AUDIU, AUDIRE; conjugación mixta CAPIO,
CAPERE y MITTO, MITTERE). Los verbos de la conjugación mixta se van a
incorporar a la segunda y a la tercera conjugación.

• Formas de futuro: formas futuras como AMABO (“amaré) o MITTAM


(“enviaré”) parece que son formas que van a producir confusiones y van a tender
a desaparecer. En el LV se da una proliferación de perífrasis en lugar de estas
formas para la expresión del futuro. En el caso de la mayoría de las lenguas
romances, la perífrasis que va a ganar extensión en la expresión del futuro es la
de HABEO + inf. Sin embargo, no es la perífrasis mejor documentada en los
testimonios del LV, pero sin duda en la lengua hablada sí fue la más habitual.

Por lo que respecta al futuro perfecto (AMAVERO > habré amado) tiende a
desaparecer. Pero en el caso de Hispania sabemos que se conserva con más fuerza
porque tenemos formas verbales derivadas de este paradigma del futuro perfecto.

Las formas de perfecto en los verbos de la 1ª conjugación tienen el sufijo -vi- y la


síncopa de este dígrafo se documenta desde época muy temprana. En textos del
LC podemos encontrar formas como AMASTIS, en lugar de AMA(VI)STIS >
amaste(s); o formas de la tercera del plural como AMA(VE)RUNT > amaron;
AMA(VI)T > amó.

• Preposiciones, adverbios y locuciones: en LV vemos muchas innovaciones con


respecto a la creación de preposiciones, adverbios y locuciones de distinto tipo.
Estas creaciones se formarán por la fusión de partículas. Por ejemplo, en LC
tenemos el adverbio FORIS y la preposición DE, pero en LV se da la aglutinación
de este tipo de partículas DEFORIS > de fuera. Igualmente, en LC tenemos el
adverbio ANTE y la preposición IN y DE, dando como resultado la forma
DEINANTE > delante; también la preposición DE y el adverbio INTRO dan la
forma DEINTRO > dentro. Muchas preposiciones adquieren una extensión
semántica, por ejemplo, la preposición DE (que se usaba en LC para designar el
movimiento de arriba abajo, sin embargo, en LV adquiere una gran cantidad de
significados diferentes).

- Sintaxis
SINTAXIS NOMINAL
• Concordancia: hay que tener en cuenta que la desaparición de la /-s/ del
nominativo singular es bastante recurrente, sobre todo porque la /-s/ se regulariza
para designar el plural. Sin embargo, en los textos del latín de Hispania la -s del
nominativo singular se conserva de manera bastante regular. Lo que sí vemos son
confusiones que evidencian la sintaxis, por ejemplo, en algunas inscripciones
vemos cosas como esta: POLLENTIUS, DONATUM ET MAXIMUM (vemos
que no hay concordancia en cuanto al caso, ya que encontramos una forma de
nominativo singular junto con formas de acusativo, evidenciando ese colapso de
casos del que ya habíamos hablado).

• Selección de desinencias: se toma el plural en /-os/ en la Romania occidental para


el masculino, frente al plural en /-i/ típico de la Romania oriental; y el plural en /-
as/ para el femenino, frente al plural en /-e/ típico de la Romania oriental. Se puede
hablar hasta el siglo VII de un sistema bicasual según algunos autores, con formas
de expresión diferente para el nominativo – acusativo y formas de expresión
diferente para el genitivo – dativo.

• Confusiones casuales: el colapso del sistema casual hace que sean visible muchas
confusiones de caso en los textos. Vemos una convivencia entre el sistema casual
y el sistema de preposiciones documentado incluso en la toponimia. Ejemplos
como VILLA DE GOTHOS > Villagodos // VILLA GOTHORUM > Toro.

• Fijación de usos preposicionales: las preposiciones en latín eran una especie de


morfemas discontinuos y regían un caso concreto, por ejemplo, EX en latín se
expresaba siempre junto al ablativo; AD con acusativo; IN con acusativo y
ablativo; DE con ablativo. Realmente, en latín el uso de preposiciones era
redundante porque por un lado teníamos la preposición y por otro el caso con el
que iba siempre esa preposición. Esa redundancia se va a eliminar y empezaremos
a encontrar las preposiciones utilizadas con casos que no se utilizan en LC.

SINTAXIS PRONOMINAL
• Aumento de uso: los pronombres personales y posesivos aumentan en frecuencia
en LV. En latín priman los enunciados elípticos (es una lengua pro-drop, es decir,
que no necesita del pronombre personal para conocer el referente) porque en la
mayoría de los casos se sobreentiende el referente. Sin embargo, en LV
asistiremos a un aumento de uso de estos pronombres en los textos (EIUS, SUUS).
En francés hay una obligatoriedad de usar el pronombre, proveniente del uso de
ille, is, iste en LV.
• Creación de verbos reflexivos: en latín había pronombres y construcciones
reflexivas con verbos transitivos (ME AMO), lo que no tenemos es construcciones
de este tipo con verbos intransitivos: necesitamos indicar el proceso antes de llegar
al estado que indican algunos verbos (SEDEO – ME SEDEO). Es novedad del
LV:

• Cambios en el sistema de pronombres fóricos (pronombres que señalan algo):


estos tipos de pronombres (ILLE, IPSE) aumentan el uso en LV, frente al uso que
se daban en LC. Empiezan a usarse en contextos demostrativos.

• Sintaxis del pronombre relativo: el pronombre relativo más habitual en LC era


QUI, QUAE, QUOD, que concordaban en género y número con su antecedente.
En textos del LV podemos encontrar ejemplos como MATER QUI (fem. + masc.),
MEMORIA QUEM… Los pronombres relativos dejan de mantener la
concordancia de género.

SINTAXIS VERBAL
• Régimen verbal: en latín existen verbos cuyo complemento se construye con casos
concretos (UTOR + abl., STUDEO + abl. > ac.: ejemplo del colapso del sistema
de casos en latín).

• Formas no personales: las formas no personales sufren una evolución hacia lo


minoritario, es decir, aparecen con menos frecuencia y sus usos son cada vez más
minoritarios. Infinito y participio disminuyen usos y casos. Gerundivo y supino
desaparecen directamente. Aunque se produce una reducción de usos en la
conjugación, hay veces que vemos un aumento de usos en el contexto sintáctico.
El participio de perfecto pasivo se conserva (amatus, -a, -um) y el participio de
presente (amans, -ntis) desaparece. El gerundio en el romance aumenta en uso, a
diferencia de las otras formas no personales, fundamentalmente porque será la
forma que adquiera los valores del participio de presente latino. Por último, las
formas de gerundivo y supino (ya muy limitadas en LC) desaparecen. El
gerundivo tiene un significado de obligación, mucho más común que el supino,
tampoco se conservará en las lenguas romances.

SINTAXIS ORACIONAL
Los textos vulgares, en muchos casos, se caracterizan por un tipo de sintaxis poco
compleja, es decir, en general, en los textos latino-vulgares predomina la parataxis
(coordinación). Vamos a ver cambios relacionados con estos dos tipos de nexos: nexos
completivos y nexos adverbiales.

- Nexos completivos: la conjunción más habitual y conocida entre los estudiantes del
latín es UT, que significa ‘que’, pero puede aparecer en latín clásico en muchos
contextos: oraciones completivas, adverbiales, temporales, concesivas... es una
conjunción que tenía una gran polivalencia en latín. Lo que vamos a documentar en
latín vulgar es un descenso de uso de esta conjunción UT con respecto al latín clásico.
La conjunción que va a sustituir a UT en contextos de uso va a ser QUOD, se va a
usar mucho más habitualmente en latín vulgar de lo que se había usado en latín
clásico. Se va a utilizar con un valor completivo y causal y sus usos funcionales van
a aumentar → contextos temporales, comparativos, concesivos.

El uso de subordinadas de infinitivo se va a reducir en el latín vulgar. Uno de los


mecanismos de subordinación más habituales en el latín clásico es el que se basa en
construcciones de accusativus cum infinitivo. Ejemplo: Dicit [caesarem in castrum]
‘Cesar está llegando al campamento’. En latín clásico son muy habituales las
construcciones donde tengo un verbo de comunicación (decir) + C que puede estar
constituido con una construcción de infinitivo. Ese infinitivo en latín clásico puede
tener incorporado un sujeto en caso acusativo. Es una construcción un tanto anómala
que va a tender a la desaparición porque supone una serie de anomalías que no son
favorables a esa regularidad que busca siempre el hablante. Por tanto, esa estructura
de acusativo con infinitivo se sustituye por oraciones completivas con la conjunción
quod.

También vamos a empezar a encontrar esta conjunción si para encabezar oraciones


completivas. Se relacionan con verbos como preguntar, cuestionar, dudar, que la
conjunción si nos dará́ pistas sobre el tipo de oraciones que van a introducir: las
oraciones interrogativas indirectas.

- Nexos adverbiales: para delimitar el significado adverbial de quod esta conjunción


se puede combinar con otras preposiciones. Por ejemplo, vamos a encontrar la unión
de la preposición pro+quod → proquod.

Hay una serie de nexos adverbiales muy frecuentes en el latín clásico que van a
terminar desapareciendo: QUAMUIS, QUONIAM. Hay otras que se van a mantener,
como QUANDO, QUOMODO, QUIA > ca (porque) conjunción que será́ la más
habitual en el castellano medieval.

3.1.3. Aspectos léxico-semánticos


- Orden de palabras
El más habitual en el latín era SUJETO + OBJETO + VERBO. Lo cierto es que en el latín
vulgar había una gran libertad en el orden de palabras. En el LV se favorece el orden SVO
y también el orden denominado regido-regente, lo cual quiere decir mater eius / sua mater.
En un sintagma la forma regente es el núcleo, que es el que impone la concordancia de
los otros elementos por ej. En LV la forma regente va después de la forma regida: sua
mater. Tendencia al orden regido-regente en LV y al orden sujeto + verbo + objeto.

- Léxico
La mayor parte del léxico de las lenguas romances es de origen latino. Algunos estudios
dicen que más de los 2/3 del vocabulario de las lenguas romances es de origen latino. Se
dan cambios en formas habituales en LC y que dejan de serlo en latín tardío, cambios de
significados, etc. En el léxico hay mucho cambio también por expresividad (cambios de
abajo arriba y arriba abajo).
Ejercicios

1. Contesta brevemente a las siguientes preguntas:

(1) ¿Qué factores determinaron los distintos ritmos de romanización en la PI?


Uno de los factores es el contacto con lenguas indoeuropeas, el cual permitió una
pervivencia más duradera de las lenguas prerromanas. Además, las lenguas ibéricas,
habladas en el este y sur, desaparecieron con mayor rapidez (romanización más
rápida e intensa). Mientras que las zonas donde se hablaban lenguas prerromanas la
romanización fue más lenta. Factores étnicos y peninsulares, es decir, como estaba
distribuida la península fue un factor que determinó el ritmo de romanización.

(2) ¿En qué consiste el rasgo de occidentalidad que se ha atribuido al latín de Hispania?
Línea imaginaria: Spezia-Rimini. Todo lo que está al norte de esa línea es lo que se
considera la romania occidental, mientras lo que está al sur y al este es la romania
oriental. La PI pertenecería a la Romania oriental, ya que está al oeste de esa línea.
Las lenguas romances que evolucionan desde la iberomania comparten
características con lenguas de esas zonas: lenición céltica por ej.

(3) ¿Se refieren a lo mismo el carácter arcaizante y el conservador que se ha atribuido al


latín de Hispania? (está en el artículo)
No es lo mismo un rasgo arcaico que un rasco conservador. Addams dice que un
arcaísmo es una palabra o una forma lingüística que se usó en un determinado
momento en el latín, pero que en otro momento deja de usarse y pasa a usarse en el
latín de Hispania. Sin embargo, un conservadurismo es una palabra o una forma
lingüística que pasa a usarse en el latín de Hispania, pero que en el latín de Roma
sigue utilizándose, aunque con un uso menos frecuente porque ya existe una forma
más novedosa de designar lo mismo (COMEDERE – MANDUCARE). No hay que
confundir arcaísmo con la no recepción de innovaciones en el latín de Hispania.

(4) ¿Por qué es fundamental la distinción entre conservadurismo gráfico y


conservadurismo lingüístico?
Tenemos ejemplo de ello en el artículo de la primera inscripción latina que se
encuentra en la PI: M. Vibio Menrua. Tenemos un nominativo en -o, mientras
deberíamos de encontrar un nominativo en -us. También tenemos un dativo con una
-a, que debería de acabar en -ae. Este tipo de inscripciones abusaban del lenguaje y
las formas arcaizantes por lo que analizar estos escritos puede llevar a la confusión
de que en el siglo II a.C. se utilizaban elementos arcaizantes en el habla. Es decir,
que no podemos afirmar al 100% que ese conservadurismo gráfico tuviese una
correspondencia real en el habla.

Es fundamental distinguir entre conservadurismo gráfico y conservadurismo


lingüístico, pues el hecho de encontrar una forma conservadora en una inscripción
no es prueba inequívoca de que lo fuera también en el habla de la región en la que se
encuentra. Las inscripciones abusaban de un estilo arcaizante, incluso en la
actualidad se utiliza. Solo tenemos la prueba escrita, pero no podemos saber si tenía
correspondencia en el habla.

(5) ¿En qué sentido el modelo del espacio variacional histórico-idiomático propuesto por
Koch y Oesterreicher nos ayuda a comprender el concepto de ‘latín vulgar’?
El término ‘latín vulgar’ ha sido muy escurridizo y discutido. De forma que ese
modelo del espacio variacional de Koch y Oesterreicher divide un espacio para la
inmediatez comunicativa y otro para la distancia comunicativa, lo cual nos ayuda a
comprender que el concepto de ‘latín vulgar’ estaría más bien dentro de la inmediatez
comunicativa y las formas estándares. El latín es una lengua con un espectro
variacional amplio que va desde la inmediatez a la distancia, como cualquier otra
lengua.

2. Comenta los siguientes mapas a la luz de la teoría de las áreas periféricas:

La teoría de las áreas periféricas dice que las lenguas centrales se parecen más entre sí,
mientras que las zonas que están más alejadas se parecerán más entre ellas también, ya
que recibirían menos la influencia del imperio (que estaba en el centro). Es una corriente
teórica planteada por Bartoli (1925), que defiende que las zonas dialectales de la Romania
situadas en la periferia (Hispania y Dacia) compartirían características comunes, debido
a su supuesta naturaleza lingüística arcaizante y conservadora, frente a las áreas centrales
de carácter más innovador. Las áreas centrales están más cercanas a la metrópoli, núcleo
social, político y administrativo del Imperio, por ello habría una comunidad lingüística
más numerosa y heterogénea, donde las innovaciones se transmitirían con mayor facilidad
y rapidez. Las áreas marginales se caracterizarían por una menor capacidad de
innovación, seguramente motivada por la presión normativa de la escuela y por la
dificultad de transmisión de innovaciones entre grupos poblacionales alejados de la
metrópoli.

*Primer mapa*
Vemos que en la zona del centro tenemos derivados de “testa”, pero en las zonas
marginales encontramos las zonas más conservadoras porque han mantenido la variable
más parecida del latín (CAPUT).

*Segundo mapa*
Sin embargo, en este mapa las zonas periféricas no tienen una solución común. En la
iberomania tenemos un derivado del helenismo “thius”, mientras que en la dacia tenemos
“unchiu”, derivada de lo más antiguo en el latín AVUNCULUS. Además, la Romania
central coincide con la periferia iberomania.

*Tercer mapa*
Aquí tenemos la forma más conservadora en iberomania, mientras que en la dacia
encontramos una forma más innovadora.
Estos mapas demuestran que la teoría de las áreas periféricas no se sostiene.

3. Explica brevemente a qué se refieren lo autores de las siguientes citas:

(1) Si nos pusiera este texto en el examen tendríamos que hablar de la influencia del
sustrato, de la estratificación social de los hablantes (variedad diatópica), de cómo
hay que considerar el concepto de ‘latín vulgar’ como un latín con un espacio
variacional propio con distintas variedades diafásicas, diastráticas y diatópicas. El
autor nos habla de que ninguna lengua es homogénea y esto se debe a que cada
lengua desarrolla su espacio variacional propio, dando lugar a diferentes lenguas
en función de las lenguas de sustrato habladas en cada zona.

(2) Este texto nos habla de lo mismo. Defiende que el latín hablado no es ningún
dialecto, se critica la visión de latín vulgar / hablado como perteneciente a una
determinada zona, sino que es un conjunto de dialectos locales. Sin embargo, no
es apropiado de esta cita que se diga que el latín clásico es un dialecto. El latín
clásico deberíamos considerarlo como una variedad escrita del latín, propia del
ámbito de la distancia comunicativa. Todo cabe dentro de ese espacio variacional,
podríamos llamarlo todo como “latín”, sin diferenciar entre el clásico y el vulgar.

(3) Muchas veces se habla de arcaísmo y regionalismo dentro del ámbito de la


naturaleza y de actividades como la minoría. Los romanos trabajaban en la
minoría, por lo que muchos términos de la minería serían arcaísmos del latín
porque surgen en una época relativamente temprana. Son arcaísmos de la
iberomania. Sin embargo, Adams defiende que esto no son arcaísmos ibero-
romanos, sino que son palabras que pertenecen a un registro técnico.

(4) Hablar de las diferencias entre arcaísmo y conservadurismo. No es lo mismo un


fenómeno arcaico que uno conservador. El arcaísmo en una palabra que habiendo
llegado en una fecha temprana (siglo III) se mantiene, a pesar de que en el latín
de Roma se desecharía. Ahora bien, una palabra que llega en el siglo III a la
Península, pero se sigue hablando en el latín de Roma, aunque se opte por
innovaciones, no puede considerarse como un arcaísmo, sino como un
conservadurismo.

(5) Se ha propuesto una terminología muy diversa para lo que suponemos que es lo
mismo. Hablar de la propuesta del espacio variacional, donde no es necesario
aludir a todos estos términos, nos basta con hablar de latín como lengua histórica
y su convergencia entre inmediatez y distancia.

(6) No podemos considerar al latín vulgar como una etapa, no se trata de una cuestión
cronológica, sino como una cuestión de variación general. Se trata de dos niveles
diferentes, con el latín vulgar tenemos las variedades diatópicamente bajas y con
el latín clásico tenemos variedades no marcadas.

4. Identifica al menos cuatro fenómenos típicos del latín vulgar en el siguiente


fragmento extraído del Satiricón de Petronio, explicando sus particularidades:

Texto escrito en latín, que se sitúa en torno a una cena entre amigos. En este texto los
elementos vulgares aparecen conscientemente para caracterizar a los personajes, mientras
que los elementos vulgares que aparecen en la Peregrinatio aparecen de una forma mucho
más arbitraria. Características:

• Orden de las oraciones: en ocasiones el verbo no está al final “qui potes loquere”,
“scimus te”, “habebis ad latus servulum”, por ej.

• Fenómeno morfológico muy evidente del LV: uso del verbo deponente loquor,
que tiene una forma pasiva y un significado activo. Aquí se están usando formas
morfológicas activas con un verbo deponente.

• Algunos fenómenos léxico: el verbo MANDUCARE, frente a EDO (este último


era el verbo más general para expresar la acción de comer, pero acabó siendo
sustituido por la forma MANDUCARE en LV).

• Apego del LV hacia las formas diminutivas. Parece que en los testimonios
vulgares y tardíos aparecen con mucha más frecuencia formas diminutivas que en
LC. Se empleaban para ampliar el cuerpo fonético de la palabra, por ejemplo,
frente a una palabra como OVIS (palabra con dos sílabas, con muy escaso cuerpo
fonético), el LV se va a formar la forma OVICULA > “oveja”. Lo mismo ocurre
con APIS (forma con escaso cuerpo fonético), que acabó siendo sustituida en LV
por APICULA(M) > “abeja”. Otras veces los diminutivos se utilizaban para
introducir alguna diferencia semántica respecto de la forma no derivada, por
ejemplo, de ROTA (“rueda”) se crea la metáfora anatómica de ROTELLA >
“rodilla”. Sufijos con mucha extensión en LV: -(C)ULUM, -ELLUM. Ejemplos
del texto: SERVULUM (“siervo pequeño”), CASULAS (“casa pequeña”).

• Elemento gráfico-fonético que puede relacionarse con tendencias del LV: del
consonantismo no hay mucho de lo que hablar, pero sí del vocalismo. En la línea
6 encontramos CICARO, en lugar de CICERO. Alteración vocálica por contacto
con una vibrante.

• “et dixi quia mustela comedit” tenemos el nexo QUIA para expresar una
completiva. Las oraciones completivas en LV ya no se emplean tanto con UT o
infinitivos (“dixi mustela comedere” > dije que el hurón se lo había comido), sino
con QUIA, QUOD.
• “caput de tabula non tollit” > no levanta la cabeza de la mesa. Extensión de uso
de la preposición DE, en LC indicaba un movimiento de arriba hacia abajo, ahora
también de abajo hacia arriba. Adquiere un gran número de significados que no
tenía en LC.

• “nostrae fasciae”: orden de tipo regido-regente que parece ser la tendencia en LV.

5. Comenta los siguientes ejemplos extraídos del Appendix Probi (testimonio de LV


no literario. La primera forma es la correcta): ENTRA EN EXAMEN

nouerca non nouarca: apertura de vocal media ante vibrante.

articulus non articlus: pérdida de vocal postónica por la fonologización del sistema
de acentuación en LV y pérdida del sistema cuantitativo. Las vocales que están en las
sílabas que se pronuncian con menos fuerza tienden a desaparecer.

brattea non brattia: tendencia antihiática. Cierre de vocal media palatal (-e) para
producir el diptongo IA.

sedes non sedis: confluencia del vocalismo átono final. Las vocales palatales finales
confluían en una vocal media palatal (-e). Sin embargo, aquí se da un caso de
hipercorrección. También se puede explicar por analogía con los nominativos de la
tercera declinación (CIVIS, APIS, por ejemplo).

numquam non numqua: pérdida de la consonante final, uno de los fenómenos más
habituales y tempranos del LV.

auctoritas non autoritas: reducción del grupo consonántico. Primero se daría una
asimilación y luego una simplificación.

tristis non tristus: cambio de paradigma que se utiliza para hacer más explícito el
género, por ello se condena. Lo mismo ocurre con el diminutivo de anus.

calcostegis non calcosteis: la vela sonora (-g-) entre consonantes fricatiza y, en


algunos casos, puede llegar a desaparecer. Proceso de lenición.

socrus non socra: palabra femenina de la cuarta declinación, que pasa a declinarse de
acuerdo con el modelo de la primera declinación para ganar mayor perceptibilidad
del género femenino.

pauor non paor: condena la desaparición de la bilabial fricativa.

tensa non tesa: tendencia a la simplificación del grupo nasal + sibilante.


acre non acrum: adjetivo que se declina de acuerdo con el modelo de la tercera
declinación, pasa a declinarse según el modelo de la segunda.

riuus non rius: igual pauor. Betacismo y fricación de la bilabial sonora.

alium non aleum: tendencia antihiática. Toda combinación de vocales que no sea AE,
OE o AU en latín constituye un hiato, por lo tanto, su pronunciación se haría en
sílabas diferentes. Sin embargo, en LV existe una fuerte tendencia antihiática
mediante el cierre de la vocal, pronunciándose, así como una semiconsonante.

cloaca non cluaca: tendencia antihiática. La vocal media velar (-o) se cierra y se
pronunciaría como una semiconsonante velar.

equus non ecus: pérdida de labiovelar del LC.

occasio non occansio: caso de hipercorrección. El grupo NS latino: la nasal se


asimilaba a la sibilante y posteriormente se reducía MENSA > mesa.

proles non prolis: igual que sedes non sedis.

anus non anuela: condena el uso de un diminutivo.

vetulus non veclus: síncopa de la vocal postónica.

formica non furmica: confusión de las grafías O y U.

facies non facis: palabra de la quinta declinación, que parece asumir el modelo de la
tercera. Ya que la quinta declinación tiende a desaparecer.

dolium non doleus: tendencia antihiática, igual que en alium (es una hipercorrección
también). También desaparición del neutro latino, porque parece que lo usa como una
palabra masculina de la segunda declinación, pero en LC sería una palabra neutra.

neptis non neptiela: parecido a anus anuela. Tendencia a añadir sufijo diminutivo,
que hace mas perceptible el rasgo de género.

miles non milex: el grupo KS tiende también a simplificarse. Caso de


hipercorrección.

nubes non nubs: forma construida a la manera del modelo minoritario. Caso de
hipercorrección.
6. Mencione al menos cinco fenómenos típicos del latín vulgar en el siguiente texto
extraído de la Peregrinatio Egeriae, explicando sus particularidades:

- Orden de palabras SVO.


- Orden regido-regente: “ipse locus”.
- El adjetivo “gratiam grandem” aparece después del nombre: N + Adj., frente al orden
Adj. + N propio del LC.
- Se prefiere el adjetivo “grandis”, frente a “magnum”, que había sido el más habitual
en LC para designar algo grande.
- “eo, ipse, ipsa, illius, ipso, ipsius, etc.” Se utilizan mucho estas formas demostrativas
o anafóricas, ya que aquí están funcionando más bien como un artículo determinante.
Empiezan a funcionar con función determinativa. “montis illius; montem illum” >
“el monte”, en lugar de “aquel monte”.
- La preposición “de se gratiam…” no pertenece al significado del LC de arriba hacia
abajo, sino más bien un significado relacional, de hacer referencia a la iglesia. La
preposición “de” va a aumentar en uso y significado.
- “in ipsa summitate” indica movimiento “cuando subimos a la cumbre”. IN + acustivo
indica ‘dirección’ en latín, mientras que IN + ablativo expresa lugar ‘en donde’.
Confusión de casos.
- El verbo PERSUBEO, que es un derivado de SUB – EO (“subir”), parece que
encontrarlo en este texto no es casual. Es probable que en LC tuviera mucha más
frecuencia el verbo ASCENDO (“ascender”). La primera usada en el ámbito de la
inmediatez, mientras que el segundo sería más bien usado en un ámbito formal. Por
lo que parece que es no es casual que aparezca la forma vulgar.
- “ad hostium” significa “a la puerta de la iglesia”. Sin embargo, debería aparecer “ad
ostium”.
- “de monasterio suo”: aumenta el número de pronombres en el LV con respecto al LC.
- De manera general, en casi todo el texto podemos comentar el caso de los pronombres
que funcionan como determinantes y el orden de las palabras con movimiento del
verbo, viendo en ocasiones las formas vulgares y en otras las formas formales.
- “aecclesia”: iglesia en latín se dice ECCLESIA. Sin embargo, aquí tenemos una a-
delante. estaríamos ante un fenómeno de hipercorrección, ya que desde el momento
que el diptongo AE y la vocal media palatal E se pronuncian igual (“e”) se produce
una confusión. Más abajo tenemos lo que sería más común “etate”, en lugar del
AETAS latino, grafía que evidencia la reducción de este diptongo. Lo más normal es
encontrar E.

- “inbeccilitate” en lugar de INBECILLITATE: está mostrando lo que está ocurriendo


con las geminadas en el paso de LC a LV, empiezan a entrar en crisis las geminadas.
El dígrafo -CC- y la grafía -C- confluyen en lo mismo (“k”), lo que provoca la
confusión. Lo mismo ocurre con las laterales. Sabe que esa palabra se representa con
doble grafía, pero no sabe cuál, por tanto, se confunde. Incipiente crisis en el sistema
de consonantes geminadas.
- “fuerunt impediti”: forma de pasiva analítica que no existía en LC. En LC se
construían con el tema de presente del verbo SUM: “impediti sunt”. Aquí aparece el
verbo SUM con el tema de perfecto. Aunque hay quien defiende que no es una pasiva,
sino la unión del verbo ser + participio.
- “nichil” se representa mediante el dígrafo CH, lo que en latín se representaría solo
con la grafía H, énfasis por representar la aspiración de la grafía H.
- Aparece muchas veces el adverbio IBI, que significa “allí”. Es un adverbio de lugar
que se empleaba en LC, pero es raro encontrarlo tantas veces en un texto tan breve,
herencia que heredarán las lenguas romances. IBI > evoluciona a una fricativa
bilabial [iβi] > la fricativa desaparece [I] y acaba dando unas formas muy particulares
en las lenguas romances.
- “lecto ergo ipso loco omnia de libro Moysi”: ablativo absoluto, cuyo sujeto es
OMNIA, que está en acusativo neutro plural y LECTO es un ablativo masculino
singular. No hay concordancia, evidencia el colapso del sistema de casos en esta etapa
del latín.
- “deorsum”: forma adverbial latina mucho más frecuente en LV que en LC.
- “qui per giro sunt”: la preposición PER va en latín con acusativo, sin embargo aquí
la vemos con ablativo. Colapso de casos.
- “terrola, arbusculas” pomariola”: uso de diminutivos favorecido por la tendencia
hacia una lengua más cercano típico del LV.
- Conviven los elementos vulgares con los clásicos, así vemos al final una oración de
acusativo con infinitivo.

7. Comente algunos de los aspectos más significativos del latín vulgar de acuerdo
con los datos proporcionados por la siguiente pizarra:

- El verbo no está al final a diferencia del LC.


- Síncopa de la I en DOM(I)NUM: ocurre por la fonologización del acento.
- “Comodo” en lugar de QUOMODO: tanto el dígrafo QU como la grafía C han
confluido en [k] velar, por tanto, encontraremos una forma de escritura u otra.
- “Ipsut” debería ser IPSUM: en el paradigma de los demostrativos se dan muchos
casos de analogía. Tenemos una dental en esa forma porque a partir de formas como
ILLUD se crean formas analógicas como IPSUD y una vez que tenemos esta última
se alterna con IPSUT. En posición final la dental sorda y la sonora se neutraliza, por
tanto, encontraremos tanto una grafía D como una T para representar el resultado de
esa neutralización. Además, hay un uso neutro que evidencia el colapso del sistema
de caso, debería ser: “te ipsum”.
- “Quollige” en lugar de “collige”: hipercorrección porque se da el caso menos
frecuente. Es lo mismo que “cómodo”, pero al final.

- “de”: uso de nuevo claramente que no es clásico, además va junto a nominativo


cuando iría un ablativo. Confusión dentro del paradigma casual de nuevo.
- “sigilla de tuo anulo”: uso de “de” otra vez no clásico. Se evidencia el aumento de
uso semántico de la preposición “de”.
- “car” que viene de QUARE, que en latín tiene un significado causal, es un nexo
causal. Aquí, sin embargo, tiene un valor completivo: mira esas cejas que están rotas.
- “astritas” en lugar de ADSTRITAS: se asimila la dental a la sibilante y luego se
produce la reducción. [SS] > [S]
- Uso de “fibola” en lugar de FIBULA: la U breve átona se abre en O, vocal media
velar.
- Pronombre “ego” con la forma “demisi”, que no habría sido necesario en LC. Por
tanto, aumento de pronombres en LV. Aumento de las formas pronominales en LV.
- “de” con significado de origen.
- “ut aiute tibi”: esperamos una forma “aiutet”, que es la propia para la tercera persona.
Evidencia a la desaparición de la dental a final de palabra. “manda venir a Tilitata
para que te ayude”.
- Muchas formas demostrativas: ipsa, illa. Ya no parecen tantas formas demostrativas,
sino más bien determinantes artículos.

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