UDC TEMA 12 y 13 FAMILIA

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UDC.GRADO EN DERECHO. DERECHO DE FAMILIA. 2022.

TEMAS 12 y13

1. RÉGIMEN DE SEPARACIÓN DE BIENES: DISTINTOS SUPUESTOS.


2. EFECTOS DE ESTE RÉGIMEN
3. EXTINCIÓN DE LA SEPARACIÓN DE BIENES
4. RÉGIMEN DE PARTICIPACI

1. RÉGIMEN DE SEPARACIÓN DE BIENES: DISTINTOS SUPUESTOS.

1.1. Concepto

El llamado régimen de separación de bienes se produce cuando cada uno de los


cónyuges tiene sus propios bienes y su propio patrimonio de manera que no existe
ningún tipo de unión ni de confusión y tampoco, por el mero hecho del matrimonio,
ningún tipo de comunidad. A cada cónyuge le pertenece la propiedad, el disfrute, la
administración y la disposición de sus bienes. Siguiendo a LACRUZ cabe afirmar que
el régimen de separación se caracteriza, pues, por un nota negativa: la ausencia de
comunidad de bienes.

El sistema de separación presenta variantes según la forma en que se administran los


bienes:

1) Régimen de separación absoluta: cada cónyuge, además de la propiedad de sus bienes


tiene su administración, disfrute y disposición. El Código Civil lo establece como
régimen legal de segundo grado y como posible objeto de capitulaciones.

2) Régimen dotal: es aquél en que cada uno de los cónyuges conserva la propiedad de su
patrimonio, pero se transfiere al marido la administración y el usufructo de todos o parte
de los bienes de la mujer para que aplique sus frutos a las cargas del matrimonio. El
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régimen dotal fue suprimido en la reforma del código civil de 13 de mayo de 1981.

3) Régimen de separación con comunidad de administración: se respeta la propiedad de


cada uno de los cónyuges sobre su respectivo patrimonio, pero se atribuye a uno de los
cónyuges la administración y goce de los bienes del otro.

1.2. Precedentes del régimen de separación en nuestro Derecho

Este régimen no tiene tradición en el Derecho Castellano, donde, por influencia


germánica, el régimen de comunidad de gananciales se impuso con generalidad, con
alguna excepción, como una costumbre que regía en Córdoba y que fue abolida por una
Real Resolución de Carlos IV en 1801.

-No obstante, sí que es objeto de regulación detallada en los derechos de Cataluña y


Baleares en los que rige como régimen legal supletorio, así como en Valencia, tras la
Ley 10/2007, de 20 de marzo, de régimen económico matrimonial valenciano.

El Código Civil dio entrada al régimen de separación, si bien mirándolo con disfavor
pues consentía que se adoptase por las partes en las capitulaciones matrimoniales y lo
regulaba como inevitable en ciertas situaciones anormales del matrimonio y lo imponía
como castigo en el caso del artículo 50. Aun cuando los cónyuges podían pactarlo,
dada la necesidad de la mujer casada de la licencia de su marido para administrar y
disponer los bienes propios, la práctica de este régimen era limitada.

- Sólo tras la reforma de 2 de mayo de 1975, que suprimió la licencia marital tuvo
verdadera aplicación.

- La Ley de 13 de mayo de 1981 ha dado una regulación completa a este régimen, al que
se dedican los artículos 1435 y ss CC.

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1.3. Supuestos de separación.

En el sistema anterior a la reforma de 1981, se distinguía entre:

1) La separación convencional, pactada entre los cónyuges.


2) La separación legal, ordenada directamente por la Ley, en el supuesto del antiguo
artículo 50 y,
3) La separación judicial, decidida por los Tribunales en determinados supuestos
contemplados en el antiguo artículo 1433.

- En la actualidad, el artículo 1435 declara que “Existirá entre los cónyuges separación
de bienes:

1º.Cuando así lo hubiesen convenido.


2º. Cuando los cónyuges hubieren pactado en capitulaciones matrimoniales que NO
regirá entre ellos la sociedad de gananciales, sin expresar las reglas por las que
hayan de regirse sus bienes.

3º. Cuando se extinga, constante el matrimonio, la sociedad de gananciales o el régimen


de participación, salvo que por voluntad de los interesados fuesen sustituidos por otro
régimen distinto".

A la vista de este precepto cabe distinguir entre:

a) Separación convencional: es el supuesto del artículo 1435.1. Cabe que los cónyuges
pacten que resulten de aplicación las normas sobre el régimen de separación
contenidas en los artículos 1435 y ss CC, o bien, que sean ellos los que establezcan su
propia regulación, pero siempre respetando los límites del artículo 1328 que dispone
que “Será nula cualquier estipulación contraria a las leyes o a las buenas costumbres o
limitativa de la igualdad de derechos que corresponda a cada cónyuge”.

b) Separación legal: son casos de separación legal los tres siguientes:

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1) En el caso del artículo 1435.2: cuando los cónyuges hubieren pactado en
capitulaciones patrimoniales que no regirá entre ellos la sociedad de gananciales,
sin expresar las reglas por las que hayan de regirse sus bienes. Se trata en este caso
de un sistema legal supletorio de segundo grado.

2) En el caso del artículo 1435.3: cuando se extinga, constante el matrimonio, la


sociedad de gananciales o el régimen de participación, salvo que por voluntad de
los interesados fuesen sustituidos por otro régimen distinto.

3) Cuando se disuelva la sociedad de gananciales a consecuencia del embargo de


bienes comunes por deudas propias de uno sólo de los cónyuges. Es el caso del
artículo 1373, señalando el artículo 1374 que "Tras la disolución a que se refiere el
artículo anterior se aplicará el régimen de separación de bienes, salvo que, en el plazo
de tres meses, el cónyuge del deudor opte en documento público por el comienzo de una
nueva sociedad de gananciales.”

c) Separación Judicial: existirá separación judicial cuando el Juez lo decrete debiendo


traer a colación el artículo 1.393 CC.

1.4. Publicidad.

- Dispone el artículo 1436 que “La demanda de separación de bienes y la sentencia


firme en que se declare se deberán anotar e inscribir, respectivamente, en el Registro
de la Propiedad que corresponda, si recayere sobre bienes inmuebles. La sentencia
firme se anotará también en el Registro Civil”.

- Este precepto ha de ponerse en relación con el artículo 1333. Basta recordar que
según el citado precepto: “En toda inscripción de matrimonio en el Registro Civil se
hará mención, en su caso, de las capitulaciones matrimoniales que se hubieren
otorgado, así como de los pactos, resoluciones judiciales y demás hechos que
modifiquen el régimen económico del matrimonio. Si aquéllas o éstos afectaren a
inmuebles, se tomará razón en el Registro de la Propiedad, en la forma y a los efectos
previstos en la Ley Hipotecaria”.

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2. EFECTOS DE ESTE RÉGIMEN

2.1. EFECTOS COMUNES.

-Señala el artículo 1437 que “En el régimen de separación pertenecerán a cada


cónyuge
- los bienes que tuviese en el momento inicial del mismo
- y los que después adquiera por cualquier título.
Asimismo corresponderá a cada uno la administración, goce y libre disposición de tales
bienes”.

Como antes hemos indicado, todos los bienes son, por tanto, propiedad de uno u otro
cónyuge sin que se forme entre ellos ningún tipo de comunidad de carácter conyugal.

La circunstancia de que el patrimonio de los esposos esté separado no excluye la


adquisición de cosas en común, si bien estaríamos ante una COMUNIDAD SOBRE UN
BIEN CONCRETO, ORDINARIA, romana o por cuotas, la cual se regiría por las
disposiciones contenidas en los artículos 392 y ss CC.

2.2. La presunción de indivisión.

Lo cierto es que una larga convivencia entre los cónyuges puede hacer dudosa la
pertenencia de aquellos bienes cuya adquisición exclusiva por uno de ellos no
pueda demostrarse:

a) Tratándose de bienes inmuebles, dado que generalmente se adquieren por escritura


pública y se inscriben en el Registro de la Propiedad, no se plantearán mayores
problemas.

b) Mayores dificultades plantean los bienes muebles y de ahí que el artículo 1441
señala que, "Cuando no sea posible acreditar a cuál de los cónyuges pertenece algún
bien o derecho, corresponderá a ambos por mitad".

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Como señala MATILDE CUENA, frente a la presunción de ganancialidad del
artículo 1.361 CC, el artículo 1441 recoge la denominada “presunción de indivisión”,
que supone:
a) Frente a los cónyuges: la igualdad de cuotas supone que cada cónyuge tiene igual
derecho a la gestión de estos bienes y que, en caso de disolución, cada cónyuge recibe la
mitad. Se trata, en definitiva, de unos bienes que están en copropiedad ordinaria y en
cualquier momento, cualquiera de los cónyuges puede pedir la partición.
b) Frente a terceros: esta presunción supone que los acreedores “personales” de un
cónyuge sólo pueden embargar la mitad indivisa que corresponde a cada cónyuge.

2.3. CARGAS Y OBLIGACIONES.

Se ha de distinguir entre las cargas y obligaciones del matrimonio y las cargas y


obligaciones de cada cónyuge.

I. CARGAS Y OBLIGACIONES DEL MATRIMONIO.

- Según el artículo 1438, “Los cónyuges contribuirán al sostenimiento de las cargas


del matrimonio. A falta de convenio lo harán proporcionalmente a sus respectivos
recursos económicos. El trabajo para la casa será computado como contribución a las
cargas y dará derecho a obtener una compensación que el Juez señalará, a falta de
acuerdo, a la extinción del régimen de separación”.

Comentando este precepto se ha de señalar que:

1) La primera regla es la libertad de convenio respecto del modo de contribuir al


sostenimiento de las cargas. Es un convenio que no tiene porqué establecerse en
capitulaciones y es factible que sólo uno de los cónyuges haga frente a las cargas o que
lo hagan los dos en la proporción que ellos determinen pues ello entra en el ámbito de
libertad de los cónyuges.
2) La segunda regla del precepto es la contribución en proporción a los recursos
económicos. En opinión de la doctrina, bajo la expresión “recursos económicos”
debemos incluir los capitales, las rentas del capital y las rentas del trabajo.
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II. CARGAS Y OBLIGACIONES DE CADA CÓNYUGE.

- Señala el artículo 1440 que “Las obligaciones contraídas por cada cónyuge serán de
su exclusiva responsabilidad. En cuanto a las obligaciones contraídas en el ejercicio
de la potestad doméstica ordinaria responderán ambos cónyuges en la forma
determinada por los artículos 1.319 y 1.438 de este Código”.

- Dispone el artículo 1319 que “Cualquiera de los cónyuges podrá realizar los actos
encaminados a atender las necesidades ordinarias de la familia, encomendadas a su
cuidado, conforme al uso del lugar y a las circunstancias de la misma. De las deudas
contraídas en el ejercicio de esta potestad responderán solidariamente los bienes
comunes y los del cónyuge que contraiga la deuda y, subsidiariamente, los del otro
cónyuge. El que hubiere aportado caudales propios para satisfacción de tales
necesidades tendrá derecho a ser reintegrado de conformidad con su régimen
matrimonial”.

2.4. ADMINISTRACIÓN Y DISPOSICIÓN DE LOS BIENES.

I. BIENES PROPIOS.
De conformidad con el artículo 1437, a cada cónyuge le corresponde el goce,
administración y la libre disposición de sus bienes. Como consecuencia de ello, cada
cónyuge responde con sus propios bienes de sus deudas.

II. DE LOS BIENES DEL OTRO CÓNYUGE.

En la práctica, puede ser frecuente que un cónyuge administre o gestione intereses del
otro, sea porque se le haya atribuido expresamente su representación, sea en virtud
de un mandato tácito (artículo 1710), e incluso en el caso de una gestión de negocios
ajenos (artículos 1888 y ss.).
- Con carácter previo se ha de señalar que el artículo 71 dispone que, “Ninguno de los
cónyuges puede atribuirse la representación del otro sin que le hubiere sido conferida”.
- En estos casos señala el artículo 1439 que, “Si uno de los cónyuges hubiese
administrado o gestionado bienes o intereses del otro, tendrá las mismas obligaciones y
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responsabilidades que un mandatario, pero NO tendrá obligación de rendir
cuentas de los frutos percibidos y consumidos, salvo cuando se demuestre que los
invirtió en atenciones distintas del levantamiento de las cargas del matrimonio”.

III. LIMITACIONES.
- Señala el artículo 1320 que “Para disponer de los derechos sobre la vivienda habitual
y los muebles de uso ordinario de la familia, aunque tales derechos pertenezcan a uno
sólo de los cónyuges, se requerirá el consentimiento de ambos o, en su caso,
autorización judicial. La manifestación errónea o falsa del disponente sobre el
carácter de la vivienda no perjudicará al adquirente de buena fe”.
- Conforme al artículo 1321, “Fallecido uno de los cónyuges, las ropas, el mobiliario y
enseres que constituyan el ajuar de la vivienda habitual común de los esposos se
entregarán al que sobreviva, sin computárselo en su haber. NO se entenderán
comprendidos en el ajuar las alhajas, objetos artísticos, históricos y otros de
extraordinario valor”.

2.5. DERECHOS DE LOS ACREEDORES.

En el Derecho Romano, el fraude del marido a sus acreedores con la connivencia de


su esposa podía reprimirse aplicando la llamada presunción muciana, de pertenencia de
los bienes al marido.
Un reflejo de esta presunción podía encontrarse en el artículo 1442, en su redacción
originaria, si bien hoy, ya no contiene rastro alguno de ella, en su redacción actual
que dice:
Artículo 1442.
Declarado un cónyuge en concurso, serán de aplicación las disposiciones de la
legislación concursal.
[Se modifica por la disposición final 1.98 de la Ley 15/2015, de 2 de julio.]

2.6. EFECTOS DE LA RECONCILIACIÓN.


- Según el artículo 1443, “La separación de bienes decretada NO se alterará por la
reconciliación de los cónyuges en caso de separación personal o por la desaparición
de cualquiera de las demás causas que la hubiesen motivado”.
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- Dispone el artículo 1444 que “No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, los
cónyuges pueden acordar en capitulaciones que vuelvan a regir las mismas reglas
que antes de la separación de bienes. Harán constar en las capitulaciones los bienes
que cada uno aporte de nuevo y se considerarán éstos privativos, aunque, en todo o en
parte, hubieren tenido carácter ganancial antes de la liquidación practicada por causa
de la separación”.

3. EXTINCIÓN DE LA SEPARACIÓN DE BIENES.

La extinción del régimen de separación de bienes tiene lugar:


1) Cuando las partes establezcan en capitulaciones matrimoniales otro régimen
económico matrimonial (artículos 1315 y 1325).
2) En los casos de nulidad, separación y divorcio. Así, según el artículo 95.1 CC, “La
sentencia firme producirá, respecto de los bienes del matrimonio, la disolución del
régimen económico matrimonial".

4. EL RÉGIMEN DE PARTICIPACIÓN.

4.1. CONCEPTO.

- Dispone el artículo 1411 que “En el régimen de participación cada uno de los
cónyuges adquiere derecho a participar en las ganancias obtenidas por su consorte
durante el tiempo en que dicho régimen haya estado vigente”.

Señala CASTÁN, este régimen tiene su origen en el Derecho consuetudinario húngaro,


habiendo alcanzado actualmente cierta difusión.

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4.2. CARACTERES.

1) Capitulaciones matrimoniales.

El régimen de participación sólo puede nacer de pacto en capitulaciones matrimoniales


salvo el supuesto del artículo 1395 que dispone que “Cuando la sociedad de gananciales
se disuelva por nulidad del matrimonio y uno de los cónyuges hubiera sido declarado
de mala fe, podrá el otro optar por la liquidación del régimen matrimonial según las
normas de esta Sección o por las disposiciones relativas al régimen de participación, y
el contrayente de mala fe no tendrá derecho a participar en las ganancias obtenidas
por su consorte.

2) Naturaleza.

Por su naturaleza el régimen de participación es un régimen mixto, pues, durante su


vigencia funciona como un régimen de separación de bienes y cada uno de los esposos
tiene la libre administración y disposición de sus bienes pero en el momento de la
disolución, los esposos ostentan un derecho recíproco de participación en las ganancias
obtenidas por el otro cónyuge.

La introducción de este régimen en las legislaciones actuales ha dado lugar a que se


discutan sus ventajas e inconvenientes.

Reúne -se dice- las ventajas de la separación y de la comunidad de gananciales:

1) Durante el matrimonio cada cónyuge puede gestionar libremente sus bienes, lo que
potencia su respectiva igualdad e independencia.
2) Especialmente permite que el cónyuge dedicado a las tareas familiares participe en las
ganancias obtenidas de los ingresos profesionales del otro cónyuge.

Tiene el inconveniente de que la complejidad del sistema hace muy difícil su


funcionamiento y liquidación, dice MAZEAUD:

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1) Su economía no es lo bastante sencilla para ser comprendida en grandes líneas por los
esposos.
2) Al llegar la liquidación puede plantear problemas de difícil y complicada solución.
3) Finalmente, perjudica al cónyuge que lleve una buena administración de sus bienes
frente al mal administrador y, más aun, frente al que malgasta su patrimonio, por lo que la
Ley se ve obligada a adoptar precauciones a este respecto.

4.3. RÉGIMEN DE LOS BIENES DURANTE SU VIGENCIA.

- Según el artículo 1412, “A cada cónyuge le corresponde la administración, el


disfrute y la libre disposición tanto de los bienes que le pertenecían en el momento de
contraer matrimonio como de los que pueda adquirir después por cualquier título”.

- Dispone el artículo 1413 que, “En todo lo no previsto en este capítulo se aplicarán,
durante la vigencia del régimen de participación, las normas relativas al de
separación de bienes”.

- Conforme al artículo 1414, “Si los casados en régimen de participación adquirieran


conjuntamente algún bien o derecho, les pertenece en pro indiviso ordinario”.

4.4. EXTINCIÓN.

Son causas de extinción del régimen de participación las siguientes:

1) Las mismas de la sociedad de gananciales.

- Dispone el artículo 1415 que “El régimen de participación se extingue en los casos
prevenidos para la sociedad de gananciales, aplicándose lo dispuesto en los artículos
1.394 y 1.395”.
2) Señala el artículo 1416 que “Podrá pedir un cónyuge la terminación del régimen de
participación cuando la irregular administración del otro comprometa gravemente
sus intereses”.

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4.5. FIJACIÓN DE LOS PATRIMONIOS.

- Señala el artículo 1417 que “Producida la extinción se determinarán las ganancias


por las diferencias entre los patrimonios inicial y final de cada cónyuge”.

I. PATRIMONIO INICIAL.

- Según el artículo 1418, “Se estimará constituido el patrimonio inicial de cada


cónyuge:

1º. Por los bienes y derechos que le pertenecieran al empezar el régimen.

2º. Por los adquiridos después a título de herencia, donación o legado”.

- Según el artículo 1419, “Se deducirán:

1º. Las obligaciones del cónyuge al empezar el régimen y,

2º. En su caso, las sucesorias o las cargas inherentes a la donación o legado, en cuanto
no excedan de los bienes heredados o donados.”

- Y el artículo 1420 establece que: “Si el pasivo fuese superior al activo no habrá
patrimonio inicial.”

- Según el artículo 1421, “Los bienes constitutivos del patrimonio inicial se


estimarán según el estado y valor que tuvieran al empezar el régimen o, en su caso, al
tiempo en que fueron adquiridos. El importe de la estimación deberá actualizarse el
día en que el régimen haya cesado.”

II. PATRIMONIO FINAL.

- Según el artículo 1422, “El patrimonio final de cada cónyuge estará formado por los
bienes y derechos de que sea titular en el momento de la terminación del régimen, con
deducción de las obligaciones todavía no satisfechas.”
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- Según el artículo 1423, “Se incluirá en el patrimonio final el valor de los bienes de
que uno de los cónyuges hubiese dispuesto a título gratuito sin el consentimiento de su
consorte, salvo si se tratase de liberalidades de uso”.

- Conforme al artículo 1424, “La misma regla se aplicará respecto de los actos
realizados por uno de los cónyuges en fraude de los derechos del otro.”

- Según el artículo 1425:, “Los bienes constitutivos del patrimonio final se estimarán
según el estado y valor que tuvieren en el momento de la terminación del régimen.
Y los enajenados gratuita o fraudulentamente, conforme al estado que tenían el día
de la enajenación y por el valor que hubieran tenido si se hubiesen considerado hasta el
día de la terminación.”

- En fin, señala el artículo 1426 que, “Los créditos que uno de los cónyuges tenga
frente al otro, por cualquier título, incluso por haber atendido o cumplido obligaciones
de aquél, se computarán también en el patrimonio final del cónyuge acreedor y se
deducirán del patrimonio del cónyuge deudor”.

4.6. FIJACIÓN DE LAS GANANCIAS.

Se ha de distinguir entre el sistema legal y el sistema convencional:

a) Sistema legal.

- Según el artículo 1427,“Cuando la diferencia entre los patrimonios final e inicial de


uno y otro cónyuge arroje resultado positivo, el cónyuge cuyo patrimonio haya
experimentado menor incremento percibirá la mitad de la diferencia entre su propio
incremento y el del otro cónyuge”

- Según el artículo 1428, “Cuando únicamente uno de los patrimonios arroje resultado
positivo, el derecho de participación consistirá, para el cónyuge no titular de dicho
patrimonio, en la mitad de aquel incremento.”
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b) Sistema convencional.

Al constituirse el régimen puede pactarse una participación distinta pero con las
limitaciones contenidas en los artículos 1429 y 1430.

- Dispone el artículo 1429 que “Al constituirse el régimen podrá pactarse una
participación distinta de la que establecen los dos artículos anteriores, pero deberá
regir por igual y en la misma proporción respecto de ambos patrimonios y en favor de
ambos cónyuges”.

- En fin, según el artículo 1430, “No podrá convenirse una participación que no sea
por mitad si existen descendientes no comunes.”

4.7. PAGO DE LA PARTICIPACIÓN.

a) En dinero.

- Según el artículo 1431: “El crédito de la participación deberá ser satisfecho en


dinero. Si mediaren dificultades graves para el pago inmediato, el Juez podrá
conceder aplazamiento, siempre que no exceda de 3 años y que la deuda y sus intereses
legales queden suficientemente garantizados”.

b) Adjudicación de bienes concretos.

- Dispone el artículo 1432 que, “El crédito de participación podrá pagarse mediante la
adjudicación de bienes concretos, por acuerdo de los interesados, o si lo concediese el
Juez a petición fundada del deudor”.

- Conforme al artículo 1433,“Si no hubiese bienes en el patrimonio del deudor para


hacer efectivo el derecho de participación en ganancias, el cónyuge acreedor podrá
impugnar:

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1º. Las enajenaciones que hubieren sido hechas a título gratuito sin su consentimiento,
y
2º. Aquellas que hubieren sido realizadas en fraude de sus derechos.”

- En fin, conforme al artículo 1434, “Las acciones de impugnación a que se refiere el


artículo anterior caducarán a los dos años de extinguido el régimen de participación y
no se darán contra los adquirentes a título oneroso y de buena fe”.

La doctrina, comentando este precepto ha puesto de relieve que el plazo de


caducidad de dos años supone reducir a la mitad el plazo general previsto para las
acciones de anulabilidad o rescisión, que es de cuatro años conforme a los artículos
1299 y 1301.

Finalmente señalar que a la liquidación del régimen de participación se refiere


el artículo 811 LEC 1/2000, cuyo párrafo 1º dispone que “1. No podrá solicitarse la
liquidación de régimen de participación hasta que no sea firme la resolución que
declare disuelto el régimen económico matrimonial”.

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