TEMA 6B.- SEXENIO DEMOCRÁTICO (2)
TEMA 6B.- SEXENIO DEMOCRÁTICO (2)
TEMA 6B.- SEXENIO DEMOCRÁTICO (2)
0.- INTRODUCCIÓN.-
El Sexenio Revolucionario se inicia con la Revolución de 1868, un pronunciamiento militar que se
convirtió en una auténtica revolución popular, provocando la caída de la monarquía de Isabel II y dando
lugar a un proceso de democratización de la vida política, que se manifiestan en la Constitución de 1869
o el primer ensayo republicano. Durante este período se suceden diferentes regímenes y gobiernos: un
Gobierno provisional, una regencia (la del general Serrano), una monarquía (Amadeo de Saboya) y una
República con dos etapas (federal y centralista), y un epílogo autoritario. La experiencia democrática
acabó con el golpe de estado del general Pavía que preparó el camino a la Restauración de los Borbones
con Alfonso XII (hijo de Isabel II).
La Gloriosa fue un pronunciamiento militar encabezado por los generales Serrano, Prim y Topete
que triunfó rápidamente. El apoyo popular vino después, cuando los partidos organizaron juntas locales
y provinciales y entregaron armas a la población. El 29 de septiembre la Reina partía a Francia al exilio.
El 19 de septiembre de 1868, la escuadra concentrada en la bahía de Cádiz al mando de Topete, se
pronunciaba al grito de ¡Viva España con honra, abajo el gobierno de Isabel II!. Esta insurrección
estaba apoyada por generales como Prim, Serrano y Dulce.
Los sublevados lanzaron una proclama al país con la esperanza de contar con el apoyo de la
sociedad española. Pronto se comprobó que el pronunciamiento no era solo un levantamiento militar y
que se convirtió en una revolución popular. Se formaron Juntas revolucionarias con un programa
radical: sufragio universal, supresión de las quintas, abolición de los consumos por una contribución
directa, y elecciones a Cortes constituyentes. Estas Juntas estaban controladas por demócratas y
republicanos. El gobierno y la Corona se encontraron aislados. Cuando las escasas tropas fieles al
gobierno fueron derrotadas por las del general Serrano en la batalla de Alcolea Córdoba), el gobierno
no vio más salida que dimitir e Isabel II (que estaba veraneando en San Sebastián) partió al exilio hacia
Francia el 29 de septiembre de 1868.
Las primeras medidas del Gobierno se orientaron a desactivar las Juntas Revolucionarias, y para
ello emprenden unas reformas para dar respuesta a algunas peticiones populares: libertad de imprenta,
asociación, reunión, religiosa y de enseñanza y sufragio universal para varones mayores de 25 años. No
se llevan a cabo medidas sociales y económicas que pudieran satisfacer las aspiraciones materiales de
las clases populares; ello da lugar a revueltas en el campo y en las ciudades, al desarrollo del
movimiento obrero, la extensión de las ideologías marxista y anarquista y sublevaciones republicanas.
El objetivo de Prim era elaborar una constitución con el mayor respaldo, encontrar un rey y
establecer un sistema de partidos alternantes sobre una base pacífica y legal. En enero de 1869, se
convocan elecciones para formar unas Cortes Constituyentes elegidas por sufragio universal masculino.
Aunque también estaban presentes los carlistas, las elecciones se plantearon como un pulso entre los
republicanos y la coalición monárquica (unionistas, progresistas y demócratas). Las Cortes elaboraron
la Constitución de 1869, la primera democrática (aunque las mujeres aún no pueden participar en la
vida política) de nuestra historia. Las principales características:
Soberanía nacional;
Monarquía democrática y parlamentaria y el Rey tiene limitadas sus competencias;
División de poderes con un legislativo con dos Cámaras (Congreso y Senado);
Declaración de derechos: libertad, inviolabilidad de domicilio, derecho al voto, de residencia, libertad
de enseñanza, expresión (prohibida la censura a la prensa), reunión y asociación;
Sufragio universal masculino para mayores de 25 años;
Libertad de cultos (pero el Estado debe mantener culto y clero católicos);
Regular la situación en Cuba, que llegó tarde: desde 1868 la guerra independentista estalló en Cuba.
Otro gran problema fue el estallido de una insurrección en Cuba, ya que parte de la burguesía cubana
reclama la independencia de España, sumado a una mayor dependencia de la economía cubana respecto
a Estados Unidos, lugar de venta de su producto estrella: el azúcar. En octubre de 1868 una junta
revolucionaria cubana se sublevó contra el gobierno español (grito de Yara), y trajo una guerra civil de
diez años. La guerra no pudo detenerse pese a las promesas incluidas en la Constitución de 1869. El
conflicto cubano hipotecó la Hacienda española y la acción de gobierno en España, y multiplicó las
impopulares levas de soldados obligados a luchar en Cuba y a aumentar los impuestos en la metrópoli.
En semejante situación de inestabilidad emprendió Prim la difícil tarea de buscar un Rey, tratando de
encontrar una persona de prestigio, de sangre real, que no fuera un Borbón y que tuviera el respaldo
internacional. Descartaron al duque de Montpensier; a los Braganza portugueses; la Casa de Saboya,
desistió al principio; y la dinastía Hohenzollern alemana. Finalmente, el príncipe italiano Amadeo de
Saboya, hijo del rey Víctor Manuel, cedió a las presiones y aceptó la Corona, contando con el general
Prim como valedor. Amadeo desembarcó en Cartagena a fines de 1870, coincidiendo casi con el
asesinato del general Prim, muerto en atentado tres días antes.
La mayoría de los partidos pasaron a la oposición: los carlistas, recrudeciendo la guerra del Norte;
los borbónicos, organizándose con el Ejército; los progresistas, apoyando a los Borbones; y los propios
republicanos estaban divididos, y la República no tuvo tiempo a arraigar.
Tras proclamar la República federal, las Cortes redactan y debaten el proyecto de Constitución de
1873, que establecía una República confederal con 17 Estados y territorios de ultramar y cada uno podía
tener su Constitución. Dentro de cada Estado, los municipios tenían su propia Constitución local y su
división de poderes: Alcaldía (ejecutivo), Ayuntamiento (legislativo) y Tribunales locales (Judicial).
La estructura del Estado era de un ejecutivo (Gobierno, cuyo jefe nombraba el Presidente); legis-
lativo (dos Cámaras de elección directa) y judicial (independiente y presidido por el Tribunal Supremo).
Incluía una extensa declaración de derechos, derecho de asociación y un Estado laico, aunque ésta
apenas llegó a entrar en vigor.
El país entró en un proceso revolucionario con una huelga general en Alcoy (Alicante), que se
extiende por Valencia y Andalucía. A esto debe sumarse el levantamiento cantonal, una sublevación
federalista en Cartagena que proclamó el Cantón y se hizo con la flota y el arsenal, y se extendió la
proclamación de cantones y se forman Juntas revolucionarias en Levante y Andalucía. El cantonalismo
defendía la práctica de un Estado federal pero sobre la conformación del Estado “de abajo hacia
arriba”.
Por otro lado los carlistas controlaban buena parte del País Vasco, Navarra, interior de Cataluña y
Aragón.
Finalmente Pi y Margall dimite el 18 de julio: la República está herida de muerte. Es sustituido por
Salmerón que terminará dimitiendo por negarse a reprimir con violencia los movimientos populares, le
sucede Emilio Castelar que si lo hará, virando hacia posturas más conservadoras (“orden, autoridad y
gobierno”). En enero de 1874 el general Pavía da un golpe de Estado, nombrando como presidente de
un gobierno de emergencia (especie de Dictadura) al General Serrano, en un intento de régimen
republicano conservador, pero en diciembre de ese mismo año un pronunciamiento militar volvía a
imponer la monarquía y a los Borbones, proclamando a Alfonso XII rey de España.
El fracaso de la República se había dado por no tener aún apoyos reales y porque cada sector
republicano entendía de manera distinta la República. De hecho, no había una auténtica tradición
republicana en el país, y la mayoría de los grupos burgueses, únicos que hubieran podido consolidar el
régimen, temían a los radicales, revolucionarios, anarquistas y federales, por poner en cuestionamiento
el régimen burgués.
6.- CONCLUSIÓN.-
El Sexenio Revolucionario fue la última etapa de la Revolución liberal en España y representó un
intento de ampliar el liberalismo y hacerlo más democrático. Pero aquellos años estuvieron llenos de
conflictos políticos, sociales y económicos. Así, los defensores del Sexenio, en un claro ambiente de
inestabilidad, no consiguieron sus objetivos y pronto la burguesía, ante la amenaza de las clases
populares, prefirió estabilidad y orden (Restauración) a democracia.
PREGUNTAS CERRADAS.-
1. ¿Qué revolución acabó con el reinado de Isabel II?.- La Gloriosa.
2. ¿En qué fecha se llevó a cabo la revolución que acabó con Isabel II?.- 1868. Siglo XIX.
6. ¿Qué tipo de gobierno se instala tras el exilio de Isabel II?.- Un gobierno provisional.
10. ¿En qué año dimite Amadeo de Saboya como el de España?.- 1873.
14. Acuerdo firmado entre fuerzas políticas contrarias a Isabel II y los moderados.- Pacto de
Ostende.
15. ¿Qué nombre reciben los impuestos sobre los productos básicos?.- Consumos.
16. Nombre del sistema de reclutamiento de militares durante el siglo XIX.- Quintas.
18. Militar que lleva a cabo un golpe de Estado en 1873 y disuelve las cortes.- Pavía.
19. Militar que lleva a cabo un pronunciamiento a favor de Alfonso XII en Sagunto.- Martínez
Campos.
20. ¿Mediante qué manifiesto se instaura a los Borbones de nuevo en el trono español en 1874?.-
Sandhurst.
PREGUNTAS SEMIABIERTAS.-
1. ¿A qué se conoce como sexenio democrático?.- Es el periodo de la Historia de España que abarca
desde el final del reinado de Isabel II a la restauración de la dinastía borbónica en la persona de Alfonso
XII. Durante este periodo se producirá la monarquía de Amadeo I y la primera experiencia republicana.
La constitución de 1869, que implanta el sufragio universal masculino, aporta el sobrenombre
democrático a estos seis años de historia.