TEMA 3 PRIVADO I
TEMA 3 PRIVADO I
TEMA 3 PRIVADO I
El principio general lex fori regit processum se basa en que los actos procesales se llevarán
a cabo conforme a la lex fori de dicho territorio, es decir, del Estado y siguiendo la propia
nacionalidad del juez que lleva el asunto. Se basa en el principio de territorialidad y en el
carácter cuasi-público de las normas procesales. Su origen se remonta al s.XIII cuando se
hizo la distinción entre normas ad ordinandam litem (reglas en todo caso del propio Estado)
y las normas ad decidendam litem (reglas que pueden ser tanto del Estado del foro como de
otro Estado.
Por tanto, el principio demuestra que los tribunales de cada Estado deben aplicar su propio
Derecho procesal a todos los procedimientos tramitados en su territorio. Esto incluye:
- Actos procesales propiamente dichos (demanda, reconvención, medidas cautelares…)
- Clases y estructura del proceso (fases alegación, prueba…)
- Consecuencias (sentencia final, costas…)
Fuera de estos ámbitos es posible la aplicación de la ley personal de las partes, pudiendo
ser, eventualmente, una ley extranjera. No obstante, existen excepciones recogidas en los
principales instrumentos supraestatales reguladores de la práctica de la prueba o
notificaciones.
El principio aparece anunciado en el art. 3 LEC: “con las solas excepciones que puedan prever
los Tratados y Convenios internacionales, los procesos civiles que se sigan en el territorio
nacional se regirán únicamente por las normas procesales españolas”. De esto vislumbramos:
- Formulación rígida, genérica y exclusiva.
- Amplitud en el ámbito de aplicación personal, lo cual permite predicar la tutela judicial
efectiva a los extranjeros en igualdad de condiciones que a los españoles, sin que se
produzca discriminación por razón de nacionalidad.
Nuestro sistema se encuentra conformado por las normas derivadas de la UE, convenios
internacionales y de nuestras normas internas. Por tanto, el sistema institucional está
integrado en nuestro ordenamiento fundamentalmente por reglamentos y directivas de la UE
y se refieren a la asistencia jurídica gratuita, notificación y traslado de actos judiciales al
extranjero y la obtención de pruebas en el extranjero. Por otro lado, en el sistema convencional
encontramos convenios internacionales multilaterales aplicables en los referidos ámbitos, que
han sido elaborados en el seno de la Conferencia de la Haya de Derecho Internacional privado
entre otros. Nuestro reino tiene firmados un importante número de convenios bilaterales que
afectan a las distintas materias del tema. Por último, en el sistema interno español, en
defecto de instrumento supraestatal, se recurrirá a la Ley 29/2015 de cooperación judicial
internacional en materia civil (LCJIMC).
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Atendiendo a los arts. 5 a 19, presenta las siguientes características:
- Ministerio de Justicia como autoridad central española (art. 7), concretándose en el
art. 8 sus competencias ad extra y ad intra.
- Mecanismos de transmisión de solicitudes (art. 9) que se prevén en los ordenamientos
de los dos Estados concernidos en:
• Vía consular o diplomática.
• A través de las respectivas autoridades centrales.
• Entre órganos jurisdiccionales.
• Conducto notarial.
En todo caso, independientemente de los mecanismos usados, es importante
señalar que el contenido y requisitos mínimos de las solicitudes se encuentran en
el art. 10.
- La ejecución en España de la cooperación jurídica internacional se someterá a las
normas procesales españolas en tanto la lex fori (art. 13). Excepcionalmente, siguiendo
el modelo reglamentario (2020/1783 y 2020/1784), y a solicitud extranjera podrá
aceptarse formalidades o procedimientos especiales previstos en el ordenamiento de
tal Estado, siempre que fuese compatible con nuestro ordenamiento, es decir, no
contrario a nuestro orden público procesal y resultase materialmente practicable.
- Se establecen causas por las que cabe que las autoridades españolas denieguen las
solicitudes de cooperación recibidas de autoridades extranjeras (art. 14), que se
sintetizan del siguiente modo:
• Teleológico: el objeto o finalidad de la cooperación solicitada resultase contrario
al orden público.
• Procesal: cuando la autoridad extranjera conozca de un proceso que fuese de
la exclusiva competencia de la jurisdicción española o cuando el contenido del
acto cuya realidad se solicite no correspondiese a las atribuciones propias de
la autoridad judicial española requerida.
• Técnico: cuando la solicitud no reuniese los requisitos exigidos por la LCJIMC
para su tramitación (art. 10).
• Política: si las autoridades extranjeras deniegan reiteradamente la cooperación
solicitada por las autoridades españolas o si su ordenamiento dispusiese una
prohibición de hacerlo, con previa aprobación de un real decreto por el Gobierno
español en el que se ordenase la denegación de cooperación en cuestión (art.
3.2).
No obstante, sea cual sea el motivo, la autoridad española que la dispusiere tiene
una doble obligación:
• Emitir una resolución motivada sobre el particular.
• Comunicará a la autoridad requirente (idéntica vía de la que hubiera recibido).
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La lex fori también regulará el ius postulandi, por lo que los extranjeros que litiguen ante
nuestros tribunales deberán confiar su defensa a un procurador, igual que si fuera español
(art. 23 LEC). Nuestro ordenamiento permite que el poder para pleitos se otorgue bien ante
notario o bien apud acta ante el LAJ que conozca el asunto (art. 24 LEC). Frecuentemente el
extranjero demandante o demandado que reside fuera de nuestro territorio se encontrará
dificultades en este ámbito. Destacamos 3 aspectos:
- Forma del poder: puede ser tanto la admitida por ley local extranjera si se otorgó ante
autoridad extranjera, como la prevista en la ley española si el poder fue otorgado
autoridades consulares españolas en el extranjero, dada su función notarial.
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- Capacidad para otorgar el poder: según la ley personal del otorgante que nuestro
ordenamiento se determinará por la ley de su nacionalidad.
- Contenido del poder: se regulará necesariamente por la lex fori, y dicho ordenamiento
determinará:
Si es bastante o se precisa un poder especial.
Si es subsanable.
si es sustituible la persona del apoderado.
Sin virtud de la doctrina de los actos propios no se puede excepcionar la falta
de personalidad de quien fuera del juicio o no hubiera reconocido anteriormente
la condición con que pleitea la otra parte (art. 25 LEC).
Si el extranjero tuviera que comparecer personalmente porque se exija en la lex fori, y éste
no conociera el idioma ,tendrá derecho a un intérprete.
Encontramos:
- Asistencia judicial ad extra: cuando es solicitada por las autoridades judiciales
españolas a extrajeras.
- Asistencia judicial ad intra: las solicitudes tienen su origen en autoridades extranjeras
y se dirigen a autoridades judiciales españolas.
El fundamento es la cortesía internacional (comitas gentium), salvo las asumidas
convencionalmente. Dicha cortesía es un principio por el que ningún Estado puede ejercer la
jurisdicción sobre el territorio de otro Estado sin el consentimiento de éste y, además, no
existe una norma consuetudinaria internacional en virtud de la cual los Estados estén
obligados, bajo la reciprocidad, a prestarse mutua ayuda oficial. Un importante sector
doctrinal considera que el fundamento se encuentra en el desarrollo de la tutela judicial
efectiva internacional, con un deber por parte del Estado a prestar esa especial garantía en
el marco de los litigios internacionales. Hoy en día contamos con un gran número de
instrumentos que la garantizan.
La notificación es un acto procesal formal del órgano judicial por el que se comunica a una
persona una resolución determinada (admisión de demanda, citación para comparecer como
testigo y sentencia). Se derivará normalmente del hecho de tener la persona a notificar su
domicilio en un país diferente al del Estado del foro. El hecho de que el demandado tenga su
domicilio en el extranjero no significa que se relaje la forma de llevar a cabo la notificación,
es decir, no puede darse a través de edictos, siendo la notificación edictal un último remedio,
ya que en otro caso podría ser nulo.
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Fecha de notificación o traslado: aquella en que el documento haya sido efectivamente
notificado o trasladado de conformidad con el Derecho interno del Estado requerido o del
lugar de la notificación y traslado.
Rebeldía: se proyecta sobre toda citación a un proceso judicial, la cual parte de un principio
de precaución en caso de un demandado citado en extranjero y no comparece ante un proceso
seguido ante autoridad española, ya que se dispone la suspensión del procedimiento siempre
que no se acredite que la demanda o documento hayan sido regularmente notificados. Esto
se hace para no prolongarlo en exceso, por lo que se dispone que seguidamente, tras
transcurrir 6 meses desde la fecha de envío de la demanda o documento en cuestión y a
instancia de parte interesada, la competente autoridad española proveerá; y ello aún cuando
no se haya podido certificar que la notificación ha tenido lugar.
Idioma: hay dos supuestos:
- Destino extranjero: deberá acompañarse de una traducción a la lengua oficial del
mismo o a una lengua que el destinatario entienda.
- España: se exige que venga acompañada de una traducción ya sea al español u otra
lengua que el destinatario comprenda (“acompañar”: art. 144 LEC).
Certificación de diligencia de notificación o traslado: se acredita el cumplimiento de los
trámites y forma en que se lleva a cabo la diligencia, lo que facilita el posterior
reconocimiento y/o ejecución de resoluciones. Aunque no se indique en la ley, por lógica se
entiende que la concreción de esta posibilidad se hace depender de que así lo admita la
legislación del Estado que se trate.
Emplazamientos y comunicaciones judiciales dirigidos a Estados extranjeros (art. 27).
Traslado o notificación de documentos extrajudiciales: la LCJIMC lo entiende como el
autorizado o expedido por una autoridad no judicial, es decir, por notario, autoridad o
funcionario competente. La regulación se realizará en un principio conforme con las
previsiones ya analizadas en relación a los documentos judiciales, sometiéndola sin embargo
a determinadas peculiaridades atendiendo a la naturaleza especial de estos documentos (art.
28).
Mediante una comisión rogatoria, en un proceso con elemento extranjero, el órgano judicial
que está conociendo el asunto solicita de un órgano judicial extranjero que realice en el
territorio del Estado al que éste pertenece la ejecución de una diligencia probatoria como
tomar declaración a un testigo, interrogar a una parte o practicar una prueba pericial.
Multilaterales: Convenio sobre procedimiento civil, la Haya, 1 de marzo de 1954 (arts. 8 a 16),
contempla la transmisión de comisiones rogatorias a través de la autoridad consular o
diplomática. Sin embargo, se sustituyó, en dicha materia y para los Estados que lo hayan
ratificado, por el Convenio sobre obtención de pruebas en el extranjero, la Haya, 18 de marzo
de 1970. Éste último introdujo importantes novedades en cuanto a la práctica de comisiones
rogatorias respecto al Convenio de 1954. Se aplicará el Reglamento 2020/1783 (art. 29.1)
respecto a las relaciones entre los Estados miembros de la UE. El Convenio de 1970 contempla
tres formas de practicar solicitudes:
- Autoridades centrales designadas por cada Estado (art. 2).
- Funcionarios diplomáticos o consulares del Estado requerente (art. 15).
- Funcionarios nombrados específicamente para ejecutar la comisión rogatoria (art. 17).
España ha designado como autoridad central a la Subdirección General de Cooperación
Jurídica Internacional del Ministerio de Justicia. El tribunal que conozca del litigio y precise la
práctica de una prueba en el extranjero dirigirá la solicitud a la autoridad central del Estado
donde se practique y ésta la remitirá al órgano jurisdiccional para que la ejecute,
encargándose de devolver el resultado al órgano jurisdiccional requirente. Dicha solicitud irá
redactada en francés o inglés, aunque el Estado podrá exigir que se redacte en la lengua
oficial de su territorio, debiendo declararse claramente en una exposición sumaria de hechos
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y pruebas. Por otro lado, la Organización de Estados americanos destaca la Convención
Interamericana sobre exhortos o cartas rogatorias, Panamá, 30 de enero de 1975, que
establece los requisitos comunes al cumplimiento y a la tramitación de notificaciones y cartas
rogatorias.
Bilateral: Reino Unido (1929), Italia (1973), Chequia y Eslovaquia (1987), Uruguay (1987),
Brasil (1989), Federación Rusa (1990), China (1992), Bulgaria(1993), Marruecos Rumanía y
Portugal (1997), Tailandia (1998), Túnez (2001), República Dominicana (2003), Argelia
(2005) y Mauritania (2006). Respecto a convenios bilaterales entre EEMM de la UE, siguiendo
el art. 29.1 Reglamento 2020/1784, éste prevalecerá sobre aquellos, siempre que la materia
sea de su ámbito de aplicación. Sin embargo, el Reglamento no prohíbe que entre los Estados
se celebren acuerdo en vía de acelerar los procesos.
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procederá a la práctica de prueba en España y, una vez cumplimentada la comisión
rogatoria, se remitirán al requirente los documentos que lo acreditasen.
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