El Secreto de Gernika
El Secreto de Gernika
El Secreto de Gernika
No te atrevas a decir nada falso, pero tampoco a ocultar la verdad (Marco Tulio Cicern, De Oratore, 11)
La destruccin de Gernika es uno de los episodios ms conocidos de la Guerra Civil Espaola, y constituye un sinnimo de tragedia, rememorando el bombardeo realizado el 26 de abril de 1937. Ningn otro incidente del sangriento conflicto se ha recordado tanto, habindose convertido en una alegora de los horrores de la contienda y violencia contra la poblacin. Despus de tres cuartos de siglo, contina siendo evocado como despiadado ejemplo de atrocidad, smbolo de un crimen de guerra imperdonable. Tan masiva ha sido la conformidad con la versin oficial sobre las circunstancias del evento que resulta difcil imaginar que la versin de los hechos tal vez pudiere haber sido desfigurada por el fragor del enfrentamiento, aunque desde hace varios aos algunos investigadores han denunciado un persistente propsito propagandstico que ha mistificado la tragedia. Disponemos de bastante informacin sobre muchas de las circunstancias que sucedieron, pero buena parte de la misma no es ecunime, ya que proviene de fracciones interesadas de ambos bandos enfrentados en la contienda que han deformado la realidad a su conveniencia. Es necesario analizar atentamente las versiones y cotejarlas con objetividad, tratando de desentraar incongruencias, discordancias y falsedades, intentar reconstruir cuidadosamente los hechos, acudiendo a las fuentes para contrastarlos investigando circunstancias, descubriendo pistas, analizando y evaluando las situaciones para llegar a la verdad. Han pasado los aos y las confusiones se acumulan, los mitos se van asentando y los intereses partidistas subsisten, persistiendo un excesivo simplismo entremezclado con un perdurable propsito de ocultar informacin, encubierto entre contradicciones y errores inducidos. Ciertamente no es nada fcil, porque Gernika oculta un secreto que muchos se han propuesto evitar que sea revelado. Algunos por prejuicios sectarios continan aferrados a un tenaz panfletarismo, otros por oportunismo o conveniencia se resisten a cuestionar la versin tradicional, y an quienes reconocen la existencia de numerosos errores en la informacin, temen enfrentar el conformismo de un consenso establecido. Sin embargo con el transcurso de los aos se han venido conociendo datos que confieren una nueva perspectiva a los hechos y ahora es ms factible tener una visin objetiva de los acontecimientos debido a la mayor informacin disponible, ya que desde las ltimas dcadas del siglo pasado fueron accesibles archivos alemanes e italianos y asoman otros datos registrados, surgiendo informacin importante que permite profundizar la investigacin y acercarnos a conocer el secreto de Gernika. El camino de la verdad es muy dinmico y -segn veremos- nos conduce a su esclarecimiento. Las Versiones Periodsticas En su momento el ataque areo provoc la inmediata reaccin mundial debido a la cobertura periodstica realizada por varios corresponsales extranjeros -particularmente britnicos- alertados desde Bilbao, quienes informaron dramticamente sobre las ruinas humeantes y la enorme devastacin sufrida por la villa. A pesar de los desmentidos y las versiones difundidas luego de la ocupacin por los sublevados, acusando a dinamiteros y anarquistas de haber provocado un incendio al retirarse, la conmocin causada por los relatos, las fotos de los escombros y el peso de la prensa internacional acusatoria volcaron las conclusiones de la opinin pblica, creando una perdurable ola de indignacin que llega incluso hasta nuestros das, estimulada con finalidad propagandstica, a pesar de la curiosa circunstancia que tres importantes protagonistas de la Guerra Civil: Manuel Azaa, Joan Garca Oliver y George Orwell no han citado en absoluto el bombardeo de Guernica en sus memorias. El cronista ms clebre fue el sudafricano George Lowther Steer -doble corresponsal del Times de Londres y el New York Times- quien realiz un apasionado relato del bombardeo, siendo los otros corresponsales en Bilbao Noel Monks -Daily Express-, Christopher Holme -Reuters- y el belga Mathieu Corman -Ce Soir -algo ms escuetos al enviar sus informes iniciales. Ninguno de ellos estuvo en Gernika durante el bombardeo en la tarde del lunes 26 de abril, pero fueron testigos de un ataque realizado por la Legin Cndor sobre Gerrikaiz en horas del medioda. Segn un despacho de Corman enviado desde Bilbao el 26 de abril debi esconderse en el hoyo de una bomba junto con los corresponsales del Times y de la agencia Reuters cuando fueron atacados por siete cazas en Guerricaiz, agregando que poco despus el pequeo pueblo fue destruido por unas sesenta bombas incendiarias y explosivas etc. Los corresponsales eran Corman, Holme, Monks y Steer El Manchester Guardian public el 27 un despacho seguramente de Holme, y Noel Monks relat un versin similar aunque publicada 24 horas despus que
su cablegrama sobre Gernika, y un texto de Steer fue publicado el 27 en el New York Times pero no en el Times. Luego del mencionado episodio, los cuatro periodistas se encontraban de regreso en Bilbao donde se enteraron del ataque a las diez de la noche mientras cenaban en el hotel Torrontegui, siendo avisados del ataque areo y que las ambulancias haban llevado all unos 50 heridos, aunque un peridico local contabiliz luego 30. Segn describe Herbert Southworth, partieron hacia Gernika -distante unos 30 kilmetros- a la una de la maana y se horrorizaron al contemplar la villa en llamas una hora ms tarde, donde recogieron informacin de las autoridades vizcanas all presentes redactando cada uno su versin. Debido a la diferencia horaria, el Chicago Daily Tribune public la noticia en la ltima edicin de la maana el da 27 de abril -titulada como de carcter urgente- informando sobre el bombardeo en base a un despacho de Associated Press sin muchos detalles, seguido en la tarde por el Daily News y otros diarios norteamericanos que publicaron una versin ampliada de dicha agencia, informando que aviones insurgentes mataron ms de 800 civiles. Monks, Holme y Corman enviaron sus telegramas desde Bilbao en esa maana para que pudieran publicarse en los diarios britnicos de la tarde del 27, logrando la prioridad Holme cuyo informe a la agencia Reuters fue recogido por los diarios News Chronicle, Evening News y Evening Standard en la tarde del da 27. Watson, corresponsal de The Star transmiti su versin por Radio Bilbao y el diario public la noticia esa tarde sin ajustarse al texto de Reuters, asegurando que su corresponsal estaba en Guernica y presenci el bombardeo. Tambin el martes 27 por la tarde se public la noticia en Ce Soir en base al despacho de Corman , informando tambin de 800 muertos en el bombardeo, y segn el Paris Soir se arrojaron 1.000 bombas incendiarias siendo las vctimas 800 muertos, mientras que otros tres diarios franceses publicaron la versin de la agencia gubernista Espagne, y otros dos citaron textos de publicaciones inglesas. Los diarios norteamericanos de publicacin vespertina por su parte redactaron resmenes elaborados en base a despachos remitidos por las agencias Associated Press, United Press y Universal News Service. El mircoles 28 de maana The Times public la versin de Steer y el Daily Express la de Noel Monks, siendo reproducido el telegrama de Reuters por The Glasgow Herald, Manchester Guardian y Daily Herald, Daily Post, Daily Mail y Daily Telegraph, y el Daily Worker. Tambin ese da publicaron la noticia el New York Times recogiendo la versin de Steer , mientras el New York Herald Tribune, Washington Post, la Prensa de Buenos Aires y Correio da Manha de Ro publicaron un despacho de United Press. Por su parte LHumanit, Leuvre y otros diarios franceses as como La Nacin de Buenos Aires se basaron en un despacho de la Agencia Havas desde Bilbao, informando que el bombardeo se extendi por 8 horas y se desarroll mientras el mercado estaba funcionando, agregando que el enemigo lanz 1.000 bombas incendiarias, que se destruy el convento de Santa Clara convertido en hospital de emergencia, y las iglesias de San Juan y Santa Mara, denunciando que los aviones volaban a 40 metros de altura para ametrallar a la poblacin. El New York American inform -segn fuentes de Vitoria y Universal News Service- que los ataques areos sobre seis pueblos cerca de Bilbao causaron 900 muertos, con Gernika en ruinas y cientos de sus habitantes quemados vivos o destrozados por la metralla. La noticia se difundi rpidamente por todo el mundo y muchos peridicos europeos publicaron versiones tomadas de Havas y Reuters, sucedindose titulares dramticos agregando detalles sobre la destruccin y las vctimas con distinto nfasis segn la orientacin editorial de cada peridico. Por su parte segn la crnica publicada por LEcho de Paris -simpatizante de los sublevados- numerosos objetivos militares haban sido bombardeados por pilotos nacionalistas, particularmente el pueblo de Guernica cuna del separatismo vasco, agregando que en Guernica los rojos haban establecido importantes depsitos de suministros militares que han sido destruidos. Curiosamente la prensa de Bilbao fue inicialmente algo escueta en la informacin, recogiendo el comunicado oficial y mencionando la existencia de bastantes vctimas sin cuantificarlas, y al medioda del martes 27 el Presidente del gobierno vizcano Jos Antonio Aguirre Lecube realiz una declaracin condenando el bombardeo. Esa noche la Radio Requet desminti la versin gubernista acusando a los milicianos fanticos de la destruccin, y Radio Salamanca asegur que ese da los aviones nacionales no haban volado debido al mal tiempo, lo que nada aclaraba ya que el ataque haba sido el lunes 26. A ello siguieron sucesivas denuncias, desmentidos, declaraciones de fuentes oficiales y ampliaciones de los relatos iniciales, y entre otros Monks remiti un nuevo despacho publicado el jueves 29, Holme confirm la informacin mediante cable, y Steer envi nuevos textos publicados el 29, y 30 de abril y 6 de mayo. Asimismo el Ministerio de Asuntos Exteriores y Propaganda del Gobierno Euskadi public un folleto sobre Gernika de 68 pginas en ingls y vasco cuya redaccin ha sido atribuida al sacerdote Alberto de Onainda Zuloaga, quien haba estado en la villa durante la tarde de la incursin. Poco despus el Presidente Jos Aguirre Lecube envi a Pars a Onainda -su amigo- quien denunci enrgicamente el
bombardeo, apoyado en la circunstancia de haber sido testigo presencial del ataque y encabez posteriormente una fuerte movilizacin de ciertos grupos de intelectuales catlicos con participacin de Maritain, Mauriac, Marcel, Mounier, Bidault , etc. que con fecha 8 de mayo emitieron un manifiesto que desat gran polmica. Debido al fuerte intercambio de denuncias, el da 2 de mayo la censura de Salamanca aprob un comunicado a la agencia Reuters -publicado por el Morning Post en esa fecha y The Times el 4 de mayo- donde efectivamente admita "que algunas bombas hayan alcanzado Guernica en los das en que nuestros aviones operaban contra objetivos militares importantes". La informacin contenida en los primeros despachos de los corresponsales, daba cuenta de la tremenda destruccin sufrida, los incontrolados incendios, las ruinas humeantes y la existencia de cientos o de miles de muertos, siendo acusados de todo ello exclusivamente los aviones alemanes de la Legin Cndor. La indignacin mundial estimulada por la prensa sigui creciendo Dramtica Descripcin Segn la denuncia difundida durante muchas dcadas, el ataque fue un perverso acto criminal de la Legin Cndor al servicio de Franco, cometido contra una pacfica localidad carente de valor militar, ejecutado como experimento para probar la eficiencia de los pilotos nazis, sus aviones y sus bombas, preparndose para una futura Guerra Mundial. Se ha dicho que esta pequea villa fue arrasada en casi un 90%, siendo bombardeada durante ms de tres horas con el doble propsito de asesinar a sus habitantes aterrorizando a los sobrevivientes, y destruir el mayor smbolo de las tradiciones libertarias vizcanas, para lo cual el objetivo fue cuidadosamente seleccionando. Se afirma adems que la incursin se habra efectuado un lunes -da de mercado agrcola- para incrementar el nmero de vctimas por la concurrencia de pobladores de caseros cercanos para vender sus productos, luego de lo cual lugareos y visitantes participaban en un juego de pelota, resultando todos ellos masivamente asesinados por las bombas y ametrallados por los aviones, incinerados por los incendios y sepultados bajo los escombros. Los muertos fueron cuantificados desde varios centenares segn algunos, ms de un millar y medio segn el gobierno vasco de la poca, y llegando otras versiones a cuantificar tres mil, cinco mil, e incluso hasta diez mil. Y los heridos y mutilados por miles ms. Por tal razn, el ataque areo -catalogado como el primer bombardeo de alfombra de la historia contra la poblacin civil- ha merecido unnime condena, y as Gernika es considerada una localidad mrtir parangonada con la clebre Hiroshima, habindose perpetuado la memoria de la masacre en el clebre cuadro pintado al efecto por Pablo Ruiz Picasso. Sin duda fue George Lowther Steer quien realiz la descripcin ms dramtica de la situacin que presenci al llegar, aunque la revisti de un marcado perfil promocional. En su primer despacho afirm que el pueblo ms antiguo de los vascos y centro de su tradicin cultural fue completamente destruido por incursores areos insurgentes, agregando que el bombardeo de este poblado abierto alejado del frente ocup exactamente tres horas y cuarto, durante las cuales una poderosa flota de aeroplanos alemanes de tres tipos, bombarderos Junkers y Heinkels y cazas Heinkels no cesaron de descargar bombas de hasta 1.000 libras y se calcula ms de 3.000 proyectiles incendiarios de aluminio de dos libras, mientras los cazas descendan a baja altura desde el centro del poblado para ametrallar a la poblacin civil, que haba buscado refugio en los campos. Explic que cuando visit el pueblo a las dos de la maana la totalidad del mismo era una visin horrible, llameante de extremo a extremo, pudiendo verse el reflejo de las llamas en las nubes de humo sobre las montaas desde diez millas de distancia. A travs de la noche las casas se desmoronaban mientras las calles se convertan en largos cmulos de impenetrables escombros rojos. Muchos de los sobrevivientes civiles tomaron el largo trecho de Guernica a Bilbao en antiguos carros de granja vascos de ruedas slidas tirados por bueyes. Los carros donde se apilaban en alto las posesiones hogareas que podan salvarse de la conflagracin, obstruyeron las calles toda la noche. Sostuvo que por su forma de ejecucin y la escala de destruccin que produjo, as como la seleccin de su objetivo, el raid sobre Guernica no tena paralelo en la historia militar. Aleg que Guernica no era un objetivo militar, y que una fbrica que produca material de guerra estaba en las afueras del poblado y no fue tocada, as como tampoco dos barracas a cierta distancia del pueblo. Segn su relato el poblado se encuentra lejos detrs de las lneas, y el objeto del bombardeo fue aparentemente la desmoralizacin de la poblacin civil y la destruccin de la cuna de la raza vasca. Destac que los lunes eran los acostumbrados das de mercado en Guernica para los campos cercanos y a las 4.30 de la tarde cuando el mercado estaba lleno y los campesinos todava estaban llegando, una campana de la iglesia son la alarma de aviones aproximndose y la poblacin busc refugio en los stanos y las excavaciones preparadas luego del bombardeo de Durango el 31 de marzo. Agreg que la totalidad del poblado de 7.000 habitantes ms
3.000 refugiados, fue lenta y sistemticamente destrozada a pedazos, siendo un detalle de la tcnica de los incursores bombardear caseros o granjas, que en la noche ardan como velas en las colinas. Todas las localidades de los alrededores fueron bombardeadas con la misma intensidad, y en Mugica (Muxika) un pequeo grupo de casas al comienzo de la entrada de Guernica, la poblacin fue ametrallada durante 15 minutos. Con referencia a los muertos seal que era imposible an indicar el nmero de vctimas, y aunque en la prensa de Bilbao se inform como afortunadamente pequeo sostuvo que segn se cree fue una subestimacin a fin de no alarmar a la gran poblacin de refugiados de Bilbao. Agreg que en el hospital de Josefinas, que fue uno de los primeros lugares bombardeados, todos los 43 milicianos heridos que cobijaba fueron muertos al momento, y que en una calle pendiente abajo de la Casa de Juntas vio un lugar donde 50 personas -casi todos mujeres y nios- se dice han sido atrapados en un refugio antiareo bajo una masa de escombros ardientes. Sostuvo que muchos fueron muertos en los campos y en su conjunto las muertes pueden alcanzar los cientos. Entre ellos cit el caso de un sacerdote anciano llamado Arronategui quien fue muerto por una bomba mientras rescataba nios de una casa en llamas Explic que la tctica de los bombarderos consisti en pequeas partidas de aviones que arrojaron bombas pesadas y granadas de mano, luego llegaron mquinas de caza que se precipitaron desde baja altura para ametrallar a quienes escapaban en pnico de sus escondites, algunos de los cuales ya haban sido penetrados por bombas de 1.000 libras que hacen un agujero de 25 pies de profundidad. El objeto de esta maniobra era aparentemente llevar a la poblacin nuevamente bajo la tierra, porque luego tanto como 12 bombarderos aparecieron a la vez arrojando bombas pesadas e incendiarias sobre las ruinas. El ritmo de este bombardeo de un pueblo abierto fue por lo tanto lgico: primero granadas de mano y bombas pesadas para provocar una estampida de la poblacin, luego ametrallamiento para llevarlos debajo y a continuacin bombas pesadas e incendiarias para destrozar las casas y quemarlas sobre las vctimas. Afirm que cuando entr a Guernica despus de la medianoche las casas se estaban despedazando por todos lados y era totalmente imposible an para los bomberos entrar al centro del poblado. El hospital de Josefinas y el Convento de Santa Clara eran ardientes montones de chispas y todas las iglesias excepto la de Santa Mara fueron destruidas, y las pocas casas que an permanecan estaban condenadas. Cuando volvi a visitar Guernica en la tarde, la mayor parte del poblado estaba todava ardiendo y nuevos incendios haban estallado. Alrededor de 30 muertos yacan en un hospital en ruinas. Concluy transcribiendo la declaracin del gobierno de Aguirre acusando a los aviadores alemanes al servicio de los rebeldes de haber quemado el histrico poblado con el propsito de herirlos en lo ms sensible de sus sentimientos patriticos, destruyendo hasta el mismo santuario que recoge los siglos de nuestra libertad y nuestra democracia, segn expresara en su texto. Segn describe Southworth, otros corresponsales extranjeros estuvieron posteriormente en la villa, pero todos llegaron despus de su ocupacin por los sublevados. Georges Berniard de Le Petit Gironde de Burdeos, Renzo Zegala del Corriere della Sera de Milano, Sandro Sandri de La Stampa de Torino, Mario Franzetti de La Tribuna de Roma, Piero Saporiti de la agencia Stefani, Pembroke Stephens del Daily Telegraph de Londres, un reporter de Agence Radio y otro del Servicio DNB alemn que fueron los primeros en llegar el jueves 29. El mismo da posteriormente Georges Botto de la agencia Havas, Max Massot del Journal de Paris y Jean Dourec de LAction Francaise. El 1 de Mayo Richard Massock de Associated Press, un reportero de United Press y Pierre Hricourt de LAction Francaise. Luego el da 3 llegaron Holburn de The Times y William Carney del New York Times. Y posteriormente otros an. La Visin Opuesta Tras el impacto internacional provocado por la crnica de George L. Steer y sus colegas, y la conmocin causada por las imgenes que documentaban las ruinas, los sublevados negaron su responsabilidad en la destruccin de la villa, y el martes 27 por la noche las radios Requet y Nacional de Salamanca siguiendo directivas de Luis Boln -jefe de la Oficina de Prensa de los sublevados- imputaron la destruccin a sus adversarios en retirada -como haba ocurrido anteriormente en Irn y tambin en Eibar en la maana del da del bombardeo de Gernika- y el general Queipo de Llano acus en Radio Sevilla al canalla Aguirre de falso, lo cual dio comienzo a una febril polmica donde acusaciones recprocas se inculparon de la enorme destruccin sufrida. La prensa de los sublevados neg que la villa hubiera sido bombardeada porque la aviacin no haba operado el da 27 debido al mal tiempo y acus a los rojos y separatistas de haber causado la devastacin, y reconociendo la existencia de una enorme destruccin se denunci que la misma fue producida por la accin incendiaria. Sostenan que la mayora de la poblacin haba sido evacuada, pero algunos testigos que haban permanecido aseguraban que los rojos haban esparcido
combustible en las construcciones que encendieron con bombas de mano y el viento expandi causando la destruccin. El 30 de abril -luego de ocupada la villa- se public un artculo en los peridicos de los rebeldes acusando nuevamente a las hordas rojas y los separatistas de Aguirre de la destruccin mientras se preparaban para escapar, como en Irn y Lequeito, reiterando la errnea fecha del martes 27. Sin embargo -como fuera sealado- el 2 de mayo los sublevados modificaron su versin anterior, sosteniendo que era posible que algunas bombas hubieran cado sobre Gernika durante los das en que los aviones operaban sobre objetivos de importancia militar, aunque luego de sealar que la villa era un objetivo militar por ser un importante cruce de carreteras lleno de tropas en retirada existiendo en ella fbricas de armas y municiones, insista que la misma no haba sido bombardeada y que la destruccin haba sido obra de dinamiteros incendiarios. La situacin planteada en el mbito internacional motiv una propuesta britnica de crear una Comisin Investigadora internacional a la cual en principio el gobierno de Berln estaba dispuesto a aceptar, pero fue finalmente descartada por la firme oposicin de los sublevados espaoles, segn consta en un telegrama fechado en Salamanca el 7 de mayo de 1937 dirigido al general Sander (nombre en cdigo del general Speerle Jefe de la Legin Condor) por el cual se responda a un pedido cursado desde Alemania. El mismo expresaba Ruego Sander comunique Berln y contena informacin sobre la situacin de Guernica: su poblacin, proximidad a zona de combate, cruce de comunicaciones, fbricas militares, estacionamiento de reservas, y daos causados por el bombardeo. Pero lo ms importante es que agregaba que no es posible acceder investigacin explicando que rojos aprovecharon bombardeo para incendiar poblacin y que investigacin constituye propaganda y desprestigio a Espaa Nacional y Naciones Amigas. Concluye: En ninguna forma conviene acceder asunto Guernica que carece de importancia. Personas civiles asesinadas por rojos con beneplcito de su Gobierno pasan de 300.000 todo conocido por representantes diplomticos Inglaterra, Francia y Rusia. As fracas la investigacin internacional. Los informes periodsticos posteriores a la ocupacin respaldaron en general la versin de los sublevados, tales como el de Georges Botto de la Agencia Havas, quien sostuvo que entre las ruinas sin forma se alzan algunas paredes destrozadas, agregando que las aberturas de lo que fueron puertas y ventanas estaban rodeadas de un marco negro pintado por el fuego que devor la madera. Max Massot afirm que antes de retirarse las fuerzas del gobierno prendieron fuego a todos los edificios del poblado, muchos de los cuales haban sido dinamitados por los voluntarios del batalln Asturiano que formaba parte de la guarnicin. Agreg que si es exacto que algunas bombas fueron lanzadas por la aviacin nacionalista, tambin es exacto sin ninguna duda que la quema de Guernica fue realizada por los defensores del poblado que han destrozado sistemticamente todo el conglomerado urbano. Sandro Sandri sostuvo por su parte que las bombas areas cayendo desde la altura destruyen un edificio desde el techo a los cimientos, sin embargo en Guernica las casas han sido destruidas por explosiones provenientes desde abajo que han hecho literalmente que las casas saltaran por el aire. Agreg que los relatos de los pocos habitantes que permanecen coinciden en acusar a los dinamiteros Asturianos por el crimen -datando los hechos el martes 27- y explic que los centros de explosin se prepararon cuando las noticias de la cada de Marquina apenas haban llegado aqu y las cargas de dinamita se colocaron en cada casa salvo en las iglesias y cerca del porche donde se alza el rbol a cuya sombra los antiguos seores del pas vasco impartan justicia al pueblo -gracias a la intercesin de los nacionalistas vascos- agregando luego que se arroj gasolina sobre las ruinas y el temible fuego que sigui complet el desastre. En trminos similares los restantes corresponsales extranjeros se refirieron a las caractersticas de la destruccin, con acotaciones sobre las llamas extinguindose lentamente en las ruinas de cientos de casas y los obstculos para la circulacin por las calles, causados por las paredes que al colapsar formaban barricadas naturales de quince metros de altura, indicando que los oficiales explicaron como los edificios cuyas paredes permanecan, mostraban signos que sus ruinas haban sido causadas por explosivos colocados en la base de los muros o sus proximidades. En un posterior despacho de Georges Botto se menciona una recorrida de los corresponsales efectuada el 1 de mayo, sealando que en ninguna parte se encuentran signos de esquirlas de bombas y por otra parte todas las ventanas estn circundadas con rastros de llamas, y que poda seguirse el estrago producido por el fuego que debe haber comenzado en el sur del poblado y que propulsado por la brisa se extendi al norte. Seal que se llam la atencin sobre el hecho que en los lugares donde el fuego no se arraig, especialmente las casas de concreto reforzado, fueron rociadas con gasolina y pudieron ver en los interiores signos de llamas que deben haber sido causadas por kerosene porque el humo ha cubierto las paredes con holln muy grueso. Sostuvo que las vigas de las casas apenas acaban de terminar de quemarse tres das despus de la ocupacin. Agreg que los periodistas no encontraron huecos de bombas y slo
algunos han sido localizados en los alrededores, particularmente en las rutas que conectan al pueblo, y adems se les mostr en el poblado mismo cuatro crteres causados por minas que no han sido llenados y constituyen una gran molestia para el trfico. James Holburn visito la villa el 3 de mayo y se public una crnica suya en el Times el da 5 donde seal que una visita a Guernica muestra que de la parte principal del poblado que consiste de grandes edificios de cuatro o cinco pisos poco permanece sino algunas secciones de muros rasgadas. Unos pocos edificios pblicos han escapado, incluyendo el que aloja los archivos Vascos y algunas residencias que no se encuentran en el centro apiado donde el fuego ha realizado un barrido limpio. Afirm seguidamente que nada se compara con el estrago moldeado sobre Gernika excepto en Eibar cuyo 80% fue destruido por bombas y fuego. Luego compara el nivel de destruccin de Gernika con Durango y seala que se ha dicho que Gernika fue sujeta a un bombardeo de excepcional intensidad pero las marcas distintivas de un bombardeo areo no son numerosas. En Durango las explosiones volaron grandes pedazos de las paredes de los edificios hacia el exterior en las calles dejando expuestos los interiores de las casas, y las paredes exteriores fueron aserradas por fragmentos voladores de obuses y bombas, mientras en la plaza principal hay hoyos de bombas con agua embarrada. En Gernika por el contrario pocos fragmentos de bombas han sido recuperados, las fachadas de los edificios an de pie no tienen marcas, y los pocos crteres que he inspeccionado fueron ms grandes que cualquier cosa hecha hasta ahora por una bomba en Espaa. Por sus posiciones es justo inferir que esos crteres fueron causados por minas que explotaron, que fueron colocadas con impericia para cortar las calles. Agreg que haba un agujero de bomba en el techo de una iglesia grande pero esta iglesia fue uno de los edificios no quemados. Un capataz de fbrica en Gernika que presenci el ataque areo dijo que las primeras pocas bombas cayeron sobre el Instituto Educativo y sobre dos conventos en los afueras del poblado. Estos edificios no se quemaron. Alineadas sobre una de las carreteras que conducen al poblado hay una hilera de palacetes, de los que tres o cuatro han sido destruidos por el fuego pero no muestran signos de haber sido tocados por bombas. A su costado hay una casa demolida por una bomba pero no alcanzada por el fuego. Un dentista local que observ el bombardeo desde una colina fuera de Gernika dijo que cuando regres al poblado haban slo uno o dos pequeos fuegos La maana siguiente el poblado haba sido barrido por el fuego. Sostuvo que los residentes que sobrevivieron al bombardeo e incendio relataron que ellos estaban en sus refugios o afuera en el campo cuando comenz el fuego y posteriormente les dijeron que los aviones haban sido responsables. Concluy sealando que en opinin de los investigadores ser difcil establecer exactamente como comenz el fuego. William Carney del New York Times tambin envi su despecho publicado el 5 de mayo aunque en la pg, 18 del diario que prefiri a Holburn en la portada, y afirm que la mayor parte de la destruccin pudo haber sido el resultado de incendios y la accin de dinamita porque las estructuras sin techo de muchos edificios estn an de pie y los enormes proyectiles arrojados desde los aviones no ahuecan a los edificios dejando sus cuatro paredes de pie. En las calles donde se caus la mayor parte del dao particularmente en las cercanas de las dos fabricas de armas Talleres de Guernica y la Fbrica Esperanza no hay agujeros de bombas en las calles. No es probable que las bombas arrojadas por la incursin area cayeran todas sobre los techos de las casas y ninguna cayera en las calles En muchos aspectos Gernika presenta el mismo cuadro de desolacin que puede ser visto en Irun y Eibar y en parte de Mlaga donde la destruccin por turbas incendiarias antes que esa ciudades fueran abandonadas nunca ha sido cuestionado. En trminos similares se pronunci el parlamentario Sir Henry Page Croft quien sostuvo que ante las circunstancias de un bombardeo sera inevitable que una gran proporcin de las bombas incendiarias, probablemente por lo menos en proporcin de dos o tres a una, habran cado a cualquier costado de las casas en los jardines o en lugares abiertos. La realidad demostraba que no era evidente ningn rastro de incineracin aparte de los edificios; que ningn follaje, vegetacin, o rboles fueron quemados aunque algunos de stos mostraron hendiduras de alguna forma de explosin. Pero lo ms remarcable de todo, el edificio de Juntas con archivos y el famoso rbol quedaron absolutamente sin marca de cualquier seal de fuego a pesar de la granizada de bombas que se alega cayeron en el poblado del cual eran el centro. Prolongada Controversia Ante informes tan dismiles se acentu una dura polmica con participacin de diversos escritores enfrentndose mediante panfletos, artculos periodsticos e incluso libros que se fue extendiendo en el tiempo. La crnica de Steer y sus complementos posteriores fueron duramente cuestionados debido particularmente a sus errores y exageraciones. El tamao de los crteres causados por las bombas es
desproporcionado -25 pies de profundidad (7,5 metros) el primer despacho y 20 (6 mts) despus- no se lanzaron bombas de 1.000 libras (500 kilos) siendo una combinacin de 50 y 250 kilos .El convento de las Josefinas no fue atacado y los 43 milicianos muertos instantneamente, producto de una delirante imaginacin. El anciano sacerdote Arronategui no muri por una bomba en un edificio en llamas, sino que en realidad quien falleci era un hermano del sacerdote, pero Steer quiso darle ms dramatismo. Segn Gordon Thomas, Eusebio Arronategui -prroco del templo de San Juan- rezaba en la plaza durante el bombardeo, En un programa emitido por Radio Bilbao el 4 de mayo participaron George Steer, el Ministro de Justicia Leizaola, el Alcalde Jos Labaura Porturas y el Padre Eusebio Arronategui. Segn la informacin publicada en el Times del 5 de mayo el Alcalde de Guernica y un sacerdote llamado Arronategui cuyo hermano muri en el bombardeo, participaron en una transmisin desde Radio Bilbao. Cabe agregar que sus declaraciones fueron publicadas en el New York Herald Tribune el 6 mayo 1937, informando tambin el Times sobre la emisin radial en su edicin del 6 de mayo.. Entre los ms enconados polemistas se destacaron el editor Douglas Jerrold, el mayor Yeats-Brown y el general J.F.C. Fuller en diverso tipo de publicaciones as como correspondencia en diarios y revistas. En diversos escritos publicados en The Spectator en junio 37 Jerold sostuvo que los corresponsales del Times (Holburn) y la Agencia Havas (Botto) afirmaban que la mayor parte de los daos que observaron no se produjeron por efecto del bombardeo sino por el fuego, que haba slo unos pocos hoyos causados por bombas y que las paredes de las casas en el sector ms completamente destruido no existan marcas de esquirlas de bombas. Seal tambin inconsistencias como la ausencia de rastros de bombas en las calles y jardines y en la proximidad de las casa quemadas, as como la supervivencia de faroles de la calle a pocos metros de las casas supuestamente destruidas por las bombas. Steer replic duramente en julio sealando que haba tenido y usado la oportunidad para el examen meticuloso de los nuevos hoyos de bombas all, afirmando que no es cierto que no haba ninguno en lugares abiertos en Guernica. Asegur haber observado enormes huecos de bombas en el espacio abierto inmediatamente al este de la Casa de Juntas de 40 pies de ancho y 20 de profundidad (12 y 6 metros), que eran precisamente del mismo tipo en los que l mismo y otros corresponsales se refugiaron esa tarde en Arbacegui-Gerrikaiz. Los fragmentos de metal eran del mismo tipo. Los hoyos de bombas eran hoyos de bombas, no agujeros de obuses de artillera. En cuanto a la necia historia sobre minas, qu ejrcito en retirada en el mundo mina y destruye caminos 15 millas detrs del ms lejano punto de su retirada en la nica lnea de comunicacin con su base y coloca las minas de tan mala forma que explotan en el medio de una plaza pblica? Asegur Steer que toda la suposicin del argumento de Mr. Jerrold es falsa. No haba tropas en retirada pasando a travs de Guernica el 26 de Abril: el ejrcito Vasco no se repleg sobre Guernica hasta dos das despus. En cuanto a los jardines en los que Douglas Jerrold encontrar hoyos de bombas, le sugiri que visitara el Hospital a la izquierda del camino principal de salida de Guernica a Bermeo frente al principal garaje del pueblo. Y los ahora derribados edificios de Guernica estaban revestidos con hoyos de bombas incluyendo los edificios escolares y las dos iglesias de Andra Mari y San Juan cuando el visit el pueblo, agregando que no crea que ni Mr. Jerrold ni l pudieran negar que Guernica fue quemada hasta el suelo en una forma muy minuciosa Si por lo tanto el pasto y las flores estn como el alega en estupenda condicin, no parece afectar el argumento en ningn sentido. Podra agregar sin embargo que la bomba de termita de dos libras dejada caer en enormes cantidades sobre Guernica normalmente no quema la vegetacin; si cae en terreno abierto penetra hasta la altura de la aleta y no hay signos de la quemadura sobre el pasto por ejemplo, sino un angosto anillo de ceniza gris alrededor del proyectil. Por su parte segn afirm Yeats-Brown la totalidad de un costado de una calle debajo de la Casa de Juntas est destripado mientras el otro lado se yergue intacto salvo por una casa que ha sido bombardeada pero no quemada. Se pregunta como pudieron los aeroplanos destruir los edificios a lo largo de una lnea recta de ms de doscientas yardas? Otro parlamentario, el Wing Commander James habl en el Parlamento el 21 de octubre 1937 asegurando que el hecho es que en aquella parte del poblado que examin en gran detalle, casi la totalidad de la destruccin fue realizada por la accin incendiaria simultnea desde el interior. En una carta a un peridico sostuvo concomitantemente que el efecto de la hoguera es distinto del bombardeo y esto es verdaderamente inconfundible. Agreg que es increble que si las bombas incendiarias hubieran sido tan extensamente usadas que no hubieran seales de que alguna no hubiera cado sobre las calles entre las manzanas quemadas. Las calles principales estaban alquitranadas y no se podra haber evitado que conservaran una cicatriz, como ocurri en tres lugares de bombas de altos explosivos, y asegur que no pudo ver signos que esas calles hubieran sido renovadas. Su conclusin fue que la destruccin tanto por los explosivos de los atacantes que avanzaban como por el incendio de los defensores que se retiraban, se ajusta a las probabilidades de las operaciones militares en
el da en cuestin. Finalmente mencion que recogi la opinin de un sacerdote de mediana edad que estuvo all el da de la destruccin, y le dijo que muchos aviones vinieron y muchas bombas fueron arrojadas, que los caminos fueron ametrallados, era da de mercado y haba muchos civiles circulando, as como tropas y transportes, que las vctimas totales fueron alrededor de 100 y que aunque el poblado fue daado por el ataque areo la destruccin final fue causada por la milicia en retirada. Asegur que su entrevistado contest francamente y en forma inconmovible bajo su contra-interrogatorio. Por su parte el sacerdote Alberto de Onainda Zuloaga -que fue testigo presencial del bombardeo y luego abandon la villa- fue enviado por el Lehendakari Jos Aguirre Lecube a Francia y parti inmediatamente a Biarritz el 28 de Abril. All concedi varias entrevistas, siendo la ms publicada la enviada por la United Press el da 30 siendo incluida en la prensa de Londres, Nueva York, Chicago, Montreal y Buenos Aires; y en Paris concedi una entrevista a la agencia Havas publicada en Francia y Blgica, as como otra entrevista que fuera publicada en Roterdam y Burdeos, etc. Posteriormente se vio involucrado en diferencias de opinin con algunos miembros de la jerarqua catlica, frustrndose una gestin que personalmente quiso realizar ante el Vaticano. La controversia en Francia deriv a planteos de crculos religiosos e intelectuales versando sobre aspectos institucionales del catolicismo y su relacin con la persecucin religiosa que se haba producido durante el gobierno republicano, pero no se caracteriz por anlisis tcnicos que puedan contribuir al esclarecimiento de los hechos histricos. Cabe acotar que varios sacerdotes estuvieron presentes en Gernika el dia del bombardeo aunque prcticamente el nico que se suele mencionar como tal es Alberto de Onainda cuya presencia circunstancial -en paso por la villa en direccin a Marquina- le permiti conocer directamente la dramtica situacin. Sin embargo tambin fueron testigos directos, el padre Eusebio Arronategui -segn Steer muerto en el bombardeo, y segn Thomas rezando en la plaza- Victoriano Gondra Muruaga y Luis Villasante Kortabitarte. Victoriano Gondra -luego conocido como Aita Patxi (Padre Paco)- era Capelln del Ejrcito de Euskadi y haba llegado a la villa esa tarde con un batalln de gudaris, siendo testigo del bombardeo y la destruccin de la columna de los vehculos militares estacionados en la plaza. Luis Villasante estuvo all debido a que encontrndose estudiando en el noviciado de Zarautz debi regresar a Gernika debido a que su hermano Jos Gonzalo que trabajaba en una fbrica de galletas fue movilizado en un batalln sindical de la UGT y tuvo que reemplazarlo en su trabajo. Presenci el ataque areo en una zanja con su padre, resultando ilesos pero su casa fue destruida. Aos ms tarde se convirti en un erudito escritor, gramtico y telogo, ingresando en 1952 a la Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia) de la cual fue designado Presidente ejerciendo tal cargo de 1970 a 1988, existiendo una calle con su nombre en el barrio de Rentera -municipio de Ajangiz- donde haba nacido en 1920. El desarrollo de la guerra civil con la victoria de los sublevados no acall las denuncias sobre la destruccin de Gernika , y la inculpacin que los franquistas realizaron a milicias gubernistas de haber sido los autores de gran parte de la destruccin y manipular la tragedia con fines propagandsticos, no alcanz mayor credibilidad y con el transcurso de los aos se fue desvaneciendo cayendo en el olvido. Pasaron los aos y lentamente fue prevaleciendo la versin de origen republicano, estimulada por la antipata hacia el franquismo y posteriormente exacerbada por la propaganda anti-alemana de la Guerra Mundial. Alcanzaron gran difusin las denuncias de Geoge Steer y sus colegas, as como del cannigo Alberto de Onainda Zuloaga, que se corporizaron luego en forma de libros, debiendo destacarse particularmente El Arbol de Guernica de Steer en 1938 y Hombre de paz en la guerra del cannigo de Onainda, as como otros en la misma lnea que parece tedioso citar. Dicha tendencia fue particularmente marcada por escritores britnicos como el caso de la Historia de la Guerra Civil Espaola de Hugh Thomas de 1961 y la crnica anovelada de Gordon Thomas y Max Morgan Witts El da en que muri Guernica de 1976. Al editarse recopilaciones y memorias sobre la Guerra Civil se publicaron interesantes anlisis histricos como el de Martnez Bande Monografias de la Guerra de Espaa y aunque prevaleci el dogmatismo, fueron surgiendo investigaciones ms equilibradas, como las de Vicente Taln Arde Guernica en 1970 y Salas Larrazbal Guernica 1987 , aunque persistieron viejos clichs en la investigacin bibliogrfica Guernica, Guernica de Herbert R. Southworth, 1979; y "La Destruccin de Guernica" de Csar Vidal, 1997. Recrudeci luego la polmica con reproches a libros revisionistas comoLos Mitos de la Guerra Civil de Luis Po Moa 2003; Las cosas de la Vida de Vittorio Messori; El bombardeo de Guernica .La verdad entre dos Leyendas de Stefano Mensurati 2004, Los Mitos del Nacionalismo Vasco de Jos Daz Herrera, 2005; etc. Han transcurrido tres cuartos de siglo, y un objetivo estudio de la informacin con atento examen de las circunstancias permite ir aclarando los hechos, que son bastante distintos a la versin conocida.
Siendo mis antepasados oriundos de Euskadi -de apellido Mintiaga- tan dolorosa tragedia, que impone un perdurable recuerdo evocatorio de los sufrimientos blicos, las tradiciones culturales y la conciencia colectiva, me motiva a rememorar el amargo episodio de la Guerra Civil Espaola del siglo pasado. Al hacerlo siento el imperativo de mi carcter -ciertamente heredado- enrgico para proclamar la verdad cuando resulta empaada, particularmente ante la significacin moral de eventos trascendentes. Aunque algunos familiares de distinto origen suelan ironizarla, tal conducta es compartida por mi cnyuge cuya progenie -de apellido Aguerrebere- es de la misma estirpe. Y en honor a la verdad es necesario exponerla. La Guerra Civil Haca ya ms de nueve meses que toda Espaa se enfrentaba en una sangrienta Guerra Civil -librada tras frustrarse el alzamiento del 18 de julio de 1936- que alcanz un terrible grado de crueldad por ambos bandos, no slo con violentas acciones militares sino tambin feroces represalias, donde los fusilamientos y las venganzas se sucedan entre un delirio de propaganda que clamaba por el exterminio de los adversarios, en un contexto de fantico enfrentamiento ideolgico e intervenciones extranjeras. En el transcurso de los combates se fueron delineando sectores donde inicialmente triunfaron los sublevados y otros donde fueron derrotados, y a partir de los mismos los diversos frentes de batalla adquirieron caracteres particulares. Los bastiones insurrectos del noroeste se fueron extendiendo gradualmente hacia el suroeste sevillano siguiendo la frontera occidental portuguesa, fracasando el avance a la capital, y luego consolidando progresivamente en el norte el sector gallego-asturiano y el extremo noreste en Guipzcoa. Luego de dura disputa sobre el centro (Toledo-Oviedo-Brunete) el rechazo en Madrid y los fracasos en la evolucin al sureste (Jarama en febrero y Guadalajara en marzo), los sublevados intentaron consolidar el norte cantbrico, iniciando a fines de marzo del 37 una fuerte ofensiva hacia el oeste dentro del territorio vasco. En esta zona luego de vacilaciones iniciales ante el levantamiento, el gobierno del Frente Popular haba obtenido el apoyo de los Nacionalistas Euskadis mediante el otorgamiento de un Estatuto Autonmico -aprobado el 1 octubre de 1936- siendo nombrado Jos Antonio Aguirre Lecube Presidente Euskadi tras su juramento formal el 7 de octubre ante el rbol de Gernika, siguiendo una tradicin que se remontaba a muchos siglos atrs. Histricamente desde el ao 1200 aproximadamente las tres provincias vascas estaban ligadas al Reino de Castilla participando luego en ms de 300 guerras junto a dicha corona contra Francia. La referencia ms antigua de tal costumbre corresponde al juramento del Rey Alfonso XI en 1334, y posteriormente Enrique III de Castilla cumpli el mismo en 1394, incluyndose en dicha tradicin entre otros a los Reyes Catlicos Fernando e Isabel de Castilla en 1476. Dicha formalidad estaba regulada en el Ttulo Primero del Fuero de Vizcaya en su redaccin de 1526, estableciendo la realizacin de subsiguientes juramentos en los robles de Guerediaga y Avellaneda. Se advierte sin embargo que adems de los mencionados, existan rboles similares en Arechavalagana, Barajuen, Larrazabal y Lujaondo; y asimismo se juraba en las Iglesias de Bermeo, Larrabueza y Gernika (Santa Mara). A partir del tercer tercio del Siglo XIX Sabino Arana impulsa la creacin del nacionalismo vasco, y sus seguidores propugnando por su soberana retomaron antiguas tradiciones como la del Gernikako Arbola , En la subsiguiente organizacin militar del gobierno Vasco participaron en los combates junto a efectivos militares de la regin -enrolados en el denominado Ejrcito Euskadi- numerosas unidades formadas por milicianos de orientacin poltica anarquista -CNT- as como socialistas y comunistas. Luego del desastroso fracaso de las fuerzas armadas vizcanas al pretender reconquistar la provincia vasca de Alava -donde a pesar de su enorme superioridad en armas y efectivos fueron rechazadas por los atrincherados en Villarreal- sus derrotas fueron sucesivas, siendo infructuosos los refuerzos recibidos de Santander y Asturias que slo pudieron retrasar el repliegue. As el 31 de marzo se inici el avance de los sublevados hacia Bilbao siguiendo la lnea Villarreal-Urquiola-Durango, envolviendo por el sur la fuerte lnea de resistencia de la zona Eibar-Elgueta defendida por cinco batallones y apoyada por las alturas de los Inchortas y Udala , pero luego de alcanzar algunos picos de montaa en las alturas al sur de Durango los gubernistas ofrecieron dura resistencia y contraatacaron. La encarnizada resistencia de los gudaris en las alturas del Macizo Inchorta -llamado el Gibraltar rojo del Norte- detuvo a la 4 Brigada Navarra causndole centenares de bajas, por lo cual la 1 Brigada realizo una maniobra y rode el Monte Udala logrando envolver los Inchorta por el sur y haciendo ceder la resistencia de sus defensores. Pero como Durango mantena una fuerte defensa, los sublevados optaron por dirigirse hacia Bolvar-Gernika desbordando Amorebieta por el norte, progresando con fluidez hacia Elgueta y Elorrio. Para superar la resistencia de los batallones de gudaris emplazados en la zona, la 4 Brigada carente de artillera y medios de transporte en una regin particularmente escarpada, solicit apoyo areo para el ataque sobre los
puntos de paso obligados que convergan sobre Gernika, especialmente Arbacegui-Gerricaiz-Urrucha que a partir de las vertientes del Monte Oiz y de Navarniz-Campona los caminos confluyen en Gernika. En medio de las operaciones militares precisamente en esos das se haban producido dos hechos significativos de carcter poltico. Por una parte el lunes 19 de abril se haba dictado un decreto disponiendo la unificacin de la Falange y las Jons con los Requets Carlistas monrquicos para constituir el denominado Movimiento Nacional la cual haba producido un enfrentamiento armado entre falangistas el da 16 con varias vctimas. En el otro bando el domingo 25 en Molins de Llobregat (Rei) (Generalitat Catalana) un grupo de anarquistas asesin al funcionario socialista Roldn Cortada luego de acusaciones por maniobras con combustible, en medio de un duro enfrentamiento que ya haba motivado combates armados entre Anarquistas y Socialistas siendo motivo central de la prensa barcelonesa del da 27, y generando poco tiempo despus -en mayo- violentas luchas internas entre facciones gubernistas. Entre los combates en desarrollo, la incursin realizada el lunes 26 de abril de 1937 no constituy la planificada ejecucin de un genocidio, sino uno de los tantos incidentes en las operaciones militares del frente de Bilbao, debiendo acotarse que la Legin Cndor no actuaba bajo rdenes de Berln, sino que operaba subordinada al mando militar espaol del que reciba directamente sus rdenes acorde a la situacin tctica que requiriera su intervencin. Cabe agregar asimismo que el ataque areo no fue una operacin exclusiva de la aviacin alemana, ya que participaron en el mismo varios aviones italianos, que el 31 de marzo haban bombardeado duramente la ciudad de Durango -al Sur-Sureste de Gernika- hacia donde el general Mola diriga la ofensiva de las fuerzas sublevadas. Situacin de Gernika Gernika se encuentra a unos 30 kilmetros de Bilbao, contaba entonces con una poblacin que incluyendo sus aledaos alcanzaba unos 5.500 habitantes, y no era un tranquilo rincn campestre, sino que formaba parte del sistema defensivo de aquella capital, fortificada por las instalaciones del llamado Cinturn de Hierro montado para la defensa de uno de los bastiones del gobierno vasco que apoyaba a las fuerzas legitimistas durante la Guerra Civil espaola. Segn ha sealado Jos Martnez Bande, el lugar constituye un verdadero nudo de comunicaciones, tanto por el ferrocarril de va estrecha hacia el Norte de Amorebieta a Pedernales -siendo Gernika la estacin principal- como por varias carreteras radiales. Cabe citarlas para una mejor comprensin: Hacia el Norte la que se comunica con la zona costera por la margen derecha del ro Oca pasando por Arteaga y se desva al Noreste hasta Lequeitio ; por la margen izquierda del ro hacia el Norte, la de Bermeo pasando por Busturia, Pedernales y Mundaca ; hacia el Sureste la que va hasta Marquina por Arraza, Arbacegui-Guerricaiz y Bolvar ; hacia el Sur por Ajanguiz, Marmz y Mendata la carretera a Durango ; hacia el Suroeste la que lleva a Amorebieta por Mgica y Zugastieta ; hacia el Noroeste la que comunica con Mungua por Rigoitia ; y finalmente hacia el Este la de Navarniz de poca importancia; todas ellas enlazadas entre s por ramales secundarios. A ello debe agregarse la anchura y profundidad del recorrido final del ro Oca hacia la ra de Mundaca siendo en aquella poca el de Rentera el ltimo puente que lo cruzaba - por lo cual toda la zona nordeste de la provincia vizcana se comunicaba entre s casi slo a travs de dicho punto, que revesta notorio valor estratgico, el cual se fue acrecentando a medida que la lnea del frente se aproximaba al mismo. Es importante tener presente asimismo que en Gernika existan varias fbricas militares: Unceta y Compaa, Talleres de Guernica, una sucursal de Beistegui Hermanos, y parcialmente Joyera y Platera de Guernica; las dos primeras ubicadas en la periferia meridional de la villa a lo largo de la lnea ferroviaria. La conocida fbrica de pistolas Astra de la empresa Esperanza y Unceta funcionaba desde el ao 1913, y luego de haberse separado el primero en 1926 pas a llamarse Unceta y Compaa, donde se producan pistolas automticas y armas cortas, habiendo sido ocupada por sus empleados simpatizantes del Partido Nacionalista Vasco al comienzo del conflicto, por lo cual su dueo abandon la misma y se adhiri a los sublevados. Dicha fbrica suministr a las Fuerzas Armadas Republicanas desde julio de 1936 hasta fines de abril de 1937 en total casi 21.000 armas, de las cuales 2.200 pistolas ametralladoras y 18.700 automticas Astra. Debido a la situacin militar, poco tiempo antes parte de su maquinaria fue desmontada y trasladada al Oeste instalndose en el manicomio de Zamudio, detrs del llamado Cinturn de Hierro Prximo a dicha fbrica se encontraban las instalaciones de los llamados Talleres de Guernica -que constaban de varios edificios- donde se fabricaban numerosos productos de uso militar. Vicente Taln ha revelado diversos documentos que prueban sin duda alguna la importancia de dichas instalaciones para la economa de guerra del gobierno vasco. En el Archivo Histrico de Euskadi se encuentra una carta remitida por la Sociedad Annima Talleres de Guernica al Ministerio de la Guerra
en 1936 ofrecindose para la fabricacin de bombas de 50 y 100 kilogramos de sabulita para la Aviacin ; y en el Ministerio de Defensa en Madrid se conserva un documento -fechado el 9 de agosto de ese ao- donde se planteaba la conveniencia de estudiar el envo de unidades de aviacin a las rdenes directas de las autoridades militares de aquella zona cantbrica dado que Guernica produce diariamente 300 bombas de aviacin etc. Sus instalaciones fueron requisadas por el Gobierno al comienzo de la guerra y su produccin se realizaba durante tres turnos diarios, siendo las bombas Hispania -en sus diversos modelos entre 1 y 200 kilos- extensamente utilizadas durante el conflicto por las fuerzas republicanas utilizando aviones Polikarpov RZ, Vultee V-1 o Grumman Delfin. Dicha fbrica produca adems de las bombas para la aviacin, morteros de varios tipos, granadas, bombas de mano, espoletas y ojivas para proyectiles de artillera y minas de profundidad antisubmarinas. Segn testimonio recogido en agosto del 37 en el Informe Herran las espoletas eran destinadas a la fabricacin de bombas incendiarias desde noviembre del 36 por rdenes oficiales del gobierno vasco y se realizaron pruebas al respecto, siendo el cuerpo de dichas bombas fabricada por Talleres Jemein Errasti&Cerritagoitia de la calle Castaos en Bilbao. Tambin debe mencionarse la sucursal de la Empresa Beistegui -cuya central estaba emplazada en Eibar- donde fabricaba pistolas ametralladoras de la marca Royal que al evacuarse por los militares vascos traslad sus instalaciones a Gernika ; y la Joyera y Platera de Guernica que recibi el encargo del gobierno vasco para fabricar casquillos para cartuchos de fusiles , aunque parece dudoso que en abril del ao 37 hubiera comenzado efectivamente la produccin de los mismos. Preparativos Militares Cabe sealar que luego del bombardeo areo de los sublevados sobre Otxandiano el 22 de julio de 1936, la Junta Municipal de Defensa de Gernika decidi la construccin de refugios antiareos cuya instalacin fue encargada al ingeniero madrileo Manuel Cabaes, quien junto al Arquitecto Municipal Castor Uriarte Aguirreamalloa, disearon el sistema de bnkeres, contando con cuatro galeras de tneles que se extienden incluso por debajo del museo Euskal Herria, cuyas infraestructuras fueron construidas en hormign con el fin de soportar el impacto directo de las bombas. A fines de abril de 1937 ya existan siete refugios antiareos en la villa -tres de ellos pblicos- ubicados uno en el stano del Ayuntamiento, otro que todava perdura en el Pasealeku, y un cobertizo a ras de suelo -en precaria construccin con troncos y bolsas de arena- entre inmuebles de la calle Santa Mara, prximo a la actual Oficina de Turismo. A ellos deben agregarse los existentes en Iparraguirre, en la Casa Loizaga, en el Paseo de la Unin y en residencias privadas. En la zona industrial los trabajadores de la fbrica de bombas Talleres de Guernica, de la firma cubiertera JyP SA, y la de armas Astra-Unceta y Ca contaron con sus propios habitculos contra la aviacin, conservndose intacta durante muchos aos la existente en la fbrica Astra hasta que fuera demolida en el 2006 , tratndose de una infraestructura de treinta metros de longitud con una forma de bveda de can reforzada con hormign. Para su operativa se organiz un sistema de seales de alerta mediante un viga apostado en el monte Kosnoaga (Aixerrota) situado al Oeste de la villa, que agitaba banderas en caso de peligro y se hacan sonar las campanas de la iglesia de Santa Mara, y luego las fbricas hacan zumbar sus sirenas para que todos buscaran resguardo. Complementando tales medidas, posteriormente fue instalado un emplazamiento de ametralladora antiarea en el convento de los Agustinos -donde se apost el Batalln de Artillera N 53 Saseta- ubicado al Norte de la villa. Como se ha dicho, la situacin de Gernika result particularmente importante a mediados de abril de 1937 debido a la configuracin de la lnea del frente luego de la ofensiva de los sublevados sobre Durango, y la situacin de los sectores de Lequeitio Marquina y Eibar. Las condiciones se fueron agravando progresivamente debiendo tenerse presente que pocos das antes del bombardeo -el viernes 23 de abrilse haba producido una amplia brecha en el frente del Este, y los sublevados de las Brigadas Navarras 1 y 4 iniciaron un rpido avance, habiendo informado en esa fecha el Presidente del gobierno vasco Jos Antonio Aguirre al Ministro de Marina y Aire, ex-diputado por Bilbao Indalecio Prieto, que la situacin era prcticamente insostenible, estando prevista la prxima evacuacin de Elgueta, Eibar y Durango, situadas al Sureste de Gernika. Aunque la referida 1 Brigada incursion directamente sobre Durango, la llegada de refuerzos gubernamentales de Asturias y Santander retras su ocupacin, mientras la 4 Brigada Navarra avanz hacia el norte en direccin a Gernika, ocupando el domingo 25 una de las laderas del Monte Oiz -de 1.075 metros de altura, situado al Sureste de Gernika, entre sta y Durangoamenazando llegar a ella y envolver todos los batallones que defendan los sectores de Eibar, Marquina y Lequeitio. Ese mismo da domingo se reuni urgentemente en Bilbao el gobierno Vasco decidiendo una retirada hasta una lnea intermedia entre el frente principal y el cinturn de hierro - segn la orden del
Cuerpo de Ejrcito de Euzkadi- cuya posicin principal est marcada por Guernica-AmorebietaBermeo, procedindose en dicha reunin a una reorganizacin general de las fuerzas militares, documentada en un posterior Decreto - fechado el da 26 de abril- por el cual fue creado el Ejrcito Regular de Euzkadi que fue estructurado en 4 Divisiones que integraban a 16 Brigadas en forma similar a la organizacin del gobierno central en el resto del Norte. Para ello las fuerzas de los sectores de Lequeitio y Marquina -situadas al Noreste y Sureste de Gernika- fueron agrupadas en las Brigadas 1, 2, y 4 para constituir la 1 Divisin del Ejrcito con sede en Mungua, al Oeste de Gernika. En ese contexto, siendo un paso estratgico entre las montaas en la ruta de retirada del ejrcito gubernista hacia el Oeste, el da domingo 25 de abril -la vspera del bombardeo- la villa fue ocupada militarmente, habiendo sido transformados en cuarteles numerosos conventos para alojamiento de diversas unidades militares y Hospitales de sangre. El batalln de Artillera N 53 Saseta se encontraba emplazado en el convento de los Agustinos a la salida de Gernika hacia Bermeo en el extremo Norte de la villa al final del Paseo de los Tilos; el batalln N 18 Loiola en el convento de Santa Clara al Oeste junto a la Casa de Juntas y el Arbol de los Fueros, y en el convento de Madres Mercedarias al Noreste en el barrio de Rentera del otro lado del puente; y el Gernikako Arbola en el Instituto de Segunda Enseanza hacia el Este, entre el puente de Rentera y la Estacin de Ferrocarril, y en el convento de San Fidel. Adems se haban instalado tres Hospitales Militares de Sangre: uno en el convento de las Carmelitas ubicado al Norte junto al Paseo de los Tilos a la izquierda de la carretera hacia Bermeo; el otro en el convento de las Josefinas ubicado en la salida Oeste de la villa por la carretera de Regitia ; y otro an en el Asilo Calzada en la acera Oeste de la carretera de Amorebieta, en el extremo Sur. Los combatientes all apostados sumaban una fuerza de unos 2.000 hombres, habindose convertido de tal modo Gernika en un centro de acantonamiento de unidades de reserva y base de planas mayores de las fuerzas de la zona, constituyendo una Divisin a las rdenes del coronel Arturo Llarch Castresana, cuyo comando se instal como de ha dicho en la cercana Mungua. Se trataba notoriamente de una zona de guerra, y por las caractersticas de las fuerzas emplazadas un claro objetivo militar. Debido a la proximidad del frente de combate en la zona del Monte Oiz -unos 15 kilmetros hacia el Sureste- y los movimientos de tropas en direccin hacia Gernika, en la mencionada reunin de las ms altas autoridades de Bilbao el domingo 25 de abril, adems de la citada reorganizacin de las fuerzas combatientes se dispuso un plan de evacuacin de la villa, previsto precisamente para el da lunes 26 pero que luego fue suspendido. El presidente Jos Aguirre design al efecto delegado gubernativo en la misma a Don Francisco (Patxi) Lazcano quien ocup su cargo esa maana, y al llegar suspendi la realizacin del Mercado de los lunes y el Juego de Pelota vasca vespertino, alarmado por la actividad area que haba presenciado mientras viajaba hacia Gernika segn refiere Vicente Taln quien lo entrevist en la preparacin de su libro. Cabe acotar al respecto sin embargo, que de todos modos el mercado habra finalizado al medioda, habindose realizado las incursiones areas ya avanzada la tarde. En la dinmica de la situacin militar, el lunes 26 parte de las fuerzas acantonadas precedentemente expuestas estaban desplazndose a la zona de combate, por lo cual parte del Batalln 18 Loiola junto a otras tropas, fueron a reforzar a los batallones de la 4 Brigada que defendan tenazmente el Monte Oiz para evitar que fueran copadas las Brigadas 1 y 2, que comenzaron a replegarse ese mismo da hacia el Oeste alcanzando la lnea del ro Oca en horas de la noche, habiendo llegado a Gernika varios Batallones pertenecientes a las mismas a media tarde, antes de producirse el bombardeo. Las memorias del Capelln de uno de los Batallones, Victoriano Gondra Muruaga son muy elocuentes al respecto, describiendo en su relato publicado en Euzko Apaiz Talde (Tomo VIII de la Guerra Civil en Euzkadi) que los camiones militares acababan de trasladar hasta Gernika a un batalln del Ejrcito de Euskadi, cuando fueron atacados por la aviacin producindose la destruccin de todos los vehculos estacionados en la plaza, ardieron todos menos uno el camin que llevaba las Sagradas Formas que se salv providencialmente y reconociendo que a pesar del terrible bombardeo casi no tuvieron vctimas. Dicho sacerdote result posteriormente muy clebre cuando siendo prisionero de los sublevados se ofreci voluntariamente a ser fusilado en lugar de otros dos presos, siendo posteriormente muy querido por sus feligreses quienes cariosamente lo llamaban Aita Patxi(Padre Paco). El benedictino Hilari Raguer ha publicado una extensa biografa suya. Lo cierto es que el grueso de las mencionadas Brigadas 1, 2 y 4 cruzaron el Ro Oca ingresando a la villa en la noche del lunes 26 al martes 27, y horas despus las fuerzas Navarras sublevadas ocuparon Marquina sin combate, pudiendo haber continuado avanzando al Oeste en direccin hacia Gernika, pero no lo hicieron debido a que el General Mola orden por razones tcticas que se dirigieran hacia Durango -donde persista una firme resistencia gubernista- siendo finalmente ocupada el mircoles 28 de abril.
Ataque Areo y Destruccin De cuanto se ha detallado resultan perfectamente claras las razones por las cuales el comando de las Brigadas de Navarra solicit a las Fuerzas Areas del Norte el bombardeo sobre la zona, para interceptar el paso de las columnas militares especficamente sobre los objetivos: Abarcegui-Guerricaiz-Urrucha y Gernika. Se procuraba evitar que Gernika se convirtiera en el centro de una zona defensiva con una fuerte lnea de resistencia a vanguardia apoyada en las alturas de Navarniz-Montroyo-Oiz y Garoo, comunicadas con la villa por las carreteras que confluyen desde dichas alturas, siendo utilizado el puente de Renteria para el envo de refuerzos al frente Lequeitio-Marquina, y en su caso canalizar las retiradas de dichos sectores. Para ello se requiri el apoyo areo tctico a la Legin Cndor y a la Aviacin Legionaria italiana para bloquear el desplazamiento por las carreteras, destruir el puente por su valor estratgico, y obstaculizar la reparacin de los daos creando escombros en los alrededores del mismo. Esta localidad custodiaba la nica va de retirada del Ejrcito Vasco al Este de Bilbao, y en esos momentos haba unos 25 Batallones que se dirigan hacia Gernika o estaban ya ubicados en posiciones cerca de all. La 4 Brigada de Navarra deba avanzar por un sector de 15 kilmetros de fondo por 10 de ancho en terreno montaoso con carreteras en el fondo de los valles con la dura experiencia de la resistencia gubernista en el Macizo Inchorta, por lo que el apoyo areo se consideraba necesario para su avance. Cabe acotar sin embargo que la oportunidad de la accin sobre la villa en las referidas circunstancias, fue decidida por el Oberstleutnant von Richthofen en coordinacin con el coronel Juan Vign, para forzar un cambio en la estrategia desplegada por el general Mola, con el fin de que atacara directamente Gernika en vez de Durango, cortando as el repliegue de los gubernistas. Aunque durante muchos aos se ha denunciado que la pequea localidad fue casi totalmente demolida por las bombas y los incendios, resulta curioso comprobar que la incursin area no afect ninguna de sus reliquias histricas -que se encuentran situadas en la zona Oeste- permaneciendo todas ellas intactas, incluyendo la Casa de Juntas y tanto la clebre encina que haba sido arrasada por los invasores napolenicos -que finalmente se sec en 1893- como el rbol que la sustituy que fuera plantado en 1860 y se sec en el ao 2004, y sufriendo escasos daos la histrica Iglesia de Santa Mara cuya silueta domina la localidad. Por su parte muchas residencias, chalets y edificios religiosos (conventos, capillas, etc. excepto la iglesia de San Juan) y diversas construcciones ubicadas en otros sectores resultaron intactas, y en la zona industrial situada al Este de la va frrea no se produjeron mayores daados, salvo en las fachadas de las Fabricas Astra y Talleres de Guernica, alcanzadas por detonaciones. Las destrucciones edilicias directas causadas por el bombardeo se produjeron principalmente en la zona Noreste de la villa -donde se encontraban la Estacin ferroviaria- y una parte de Rentera en la orilla derecha del ro Oca, ya que la Legin Cndor bombarde la zona de carreteras y ferrova cercana al puente sobre dicho ro, y la parte este de la villa situada entre la carretera y el ferrocarril GuernicaAmorebieta siguiendo una lnea recta Noreste-Suroeste desde el mencionado puente hacia el Sur. Los daos producidos por las bombas afectaron inicialmente entre 40 y 50 edificios y causaron numerosas vctimas especialmente debido la destruccin del Refugio antiareo de Santa Mara donde fallecieron muchas personas, entre las cuales varios trabajadores de la fbrica de armas Astra, as como por un impacto sobre un ala del Asilo Calzada -probablemente por la cada tarda de una bomba enganchada- donde murieron ancianos internados y quizs milicianos del Hospital de Sangre , a las que deben agregarse abundantes vctimas adicionales como consecuencia de los ataques contra vehculos y personas diversas en proceso de desplazamiento por las carreteras, particularmente en la zona del puente sobre el ro Oca que comunica con Rentera y en la Curva de Udechea que comunica con Lumo. Numerosos edificios resultaron destruidos o gravemente daados, debiendo citarse entre los de mayor importancia el Ayuntamiento, el Frontn de Pelota, el Instituto de Segunda Enseanza, un sector del Asilo Calzada, parte de la Iglesia de San Juan, parte de la Estacin del tren y las instalaciones ferroviarias, etc. Gordon Thomas describe muy grficamente la destruccin de diversas construcciones en Gernika y la existencia de numerosas vctimas, citando particularmente la Estacin ferroviaria, el Templo de San Juan , el refugio de Santa Mara, el Hotel Julin, la Taberna Vasca, as como el incendio debido a bombas de termita de una fbrica de dulces causando una gran humareda que por el viento fue derivando hacia el suroeste -aunque otras versiones la atribuyen al fuego en una fbrica de aceite de oliva de Rentera - y dificult posteriormente la visin de los bombarderos Ju-52, motivando que sobre el final de la incursin, parte de las bombas fueran lanzadas casi a ciegas sin acertar sobre sus objetivos. Inmediatamente despus de haber ocupado la villa, ante la enorme devastacin observada, el Estado
Mayor del Ejrcito del Norte envi el 29 de abril a Gernika al Ingeniero de Minas J. Milans del Bosch y al de Caminos Vicente Machimbarrena para que estudiaran la situacin existente, siendo entregado su informe al coronel Juan Vign estando fechado en Vitoria el 1 de mayo de 1937. En el mismo expresan haber constatado la existencia de embudos -en nmero de seis u ocho- de distinta profundidad y extensin causados por bombas de aviacin y agregan que fueron informados por personas que haban permanecido en la villa y todas coinciden en afirmar que el lunes 26 por la tarde la aviacin vol sobre la misma arrojando varios proyectiles agregando los mismos que Guernica no constitua un objetivo militar de tal importancia para que se hubiere hecho de ella este alarde de destruccin Sin embargo la devastacin se extendi a zonas que no fueron atacadas por la aviacin, resultando arrasado el antiguo casco histrico de la villa -con una superficie algo superior a las tres hectreas- que qued totalmente destruido, alcanzando tambin a un sector contiguo al mismo hacia el Este de una superficie un poco mayor -con una extensin de unas cuatro hectreas- donde se produjeron daos ms espaciados que devastaron algunos sectores y otros no, causando un 70% de destruccin. Ms hacia el Sur en una zona bastante ms extensa, los daos fueron mucho ms irregulares, siendo la superficie construida de unas cinco hectreas adicionales, mientras hacia el Norte -del otro lado de la calle San Juanlas construcciones estaban muy separadas con una pequea superficie edificada casi sin daos. Finalmente en el sector de Rentera del otro lado del ro Oca -perteneciente al municipio de Ajangiz- el rea construida se concentraba a los costados de las carreteras, desarrollndose en extensin. La superficie edificada en la villa era en su conjunto de menos de doce hectreas construidas sobre un rea territorial de unas veinte hectreas, a lo que debe sumarse el mencionado sector de Rentera situado al extremo Noreste cruzando el ro, con una superficie de menos de dos hectreas edificadas sobre un rea territorial de unas cinco hectreas. De ese total urbanizado resultaron totalmente arrasados algo ms de 30.000 mts2 en el casco antiguo de la villa constituido principalmente por edificios histricos como el Ayuntamiento y residencias particulares; a ello deben agregarse cerca de 30.000 mts2 adicionales de edificios que fueron destruidos en forma ms dispersa en un sector contiguo hacia el Este cercano al rio y junto a la va frrea, incluyendo el Instituto de Segunda Enseanza, la Estacin ferroviaria, el Frontn etc. comprendidos en un rea algo mayor. Adems en una amplia zona ubicada ms hacia el Sur resultaron destruidos otros 25.000 mts2 en forma bastante dispersa -en una superficie edificada de ms del doble- comprendiendo varios Edificios Oficiales, las Escuelas Pblicas, parte del Asilo Calzada etc.; y finalmente en Rentera resultaron destrozados menos de 5.000 mts2 edificados. La superficie destruida alcanz en total a menos de 90.000 mts2 de extensin discontinua, tenindose presente que en los sectores situados al Este cercanos al ro, paralelos a la va ferroviaria y la carretera que conduce a Amorebieta, y especialmente hacia el Norte y el Surde la villa y en Rentera haba muchos espacios abiertos. La superficie ocupada por cada edificio era promedialmente de unos 330 mts2., aunque el rea construida era muy superior, ya que gran parte de los edificios eran de tres, cuatro o cinco pisos. Segn consta en el relevamiento realizado en 1930 con motivo del Censo de Vizcaya, la totalidad del Municipio de Gernika contaba con 412 edificios, de los cuales 314 se encontraban en Gernika-Lumo y de stos (261 eran viviendas y 53 de otro tipo) 34 tenan 1 piso de altura, tambin 34 eran de 2 pisos, 70 de 3 pisos, 101 de 4 pisos y 75 de 5 pisos. En 1937 ese total llegaba a 424 edificios, de los que correspondan 326 a Gernika-Lumo y el resto a otras localidades. Se ha dicho que con posterioridad al bombardeo, los incendios propagados por efecto del viento fueron arrasando los techos de gran cantidad de casas con tirantera de madera y tejas situadas en esa zona, que ardieron durante ms de quince horas seguidas extinguindose el fuego finalmente por s slo . Las bombas y hogueras causaron finalmente una enorme destruccin segn un detallado informe realizado por Gonzalo Crdenas Rodrguez -Arquitecto general de Regiones Devastadas- donde consta que los daos materiales alcanzaron a 271 edificios daados de los cuales el 71% resultaron totalmente destruidos (192), un 7% sufrieron graves daos (19) y un 22% daos leves (60). Por lo tanto de los citados 271 edificios, 211 resultaron destruidos o con daos graves (192+19) sumando el 78% ; y 60 sufrieron daos leves totalizando el 22%. Contabilizados los daos sobre el total de 364 edificios urbanos contenidos en el informe (326 en Gernika-Lumo y 38 en Rentera) los 211 destruidos o con daos graves equivaldran al 58% de Gernika-Lumo ms Rentera, y casi el 65% de Gernika-Lumo ; y los 60 con daos leves seran el 16,5% de Gernika-Lumo ms Rentera, y el 18,5% de Gernika-Lumo. Los referidos 271 edificios afectados equivalen a un 74,4% de los 364 existentes en Gernika-Lumo y Rentera. Salas Larrazabal ha realizado otro clculo porcentual partiendo de la totalidad de los 424 edificios existentes en Gernika citados por Gonzalo Crdenas en lugar de los 364 relevados, que totalizan 492 sumando los correspondientes a Rentera que perteneca al municipio de Ajangiz y seala que sobre dicha cifra la
proporcin de edificios destruidos fue del 63,9% de los 424, y del 55% de los 492 respectivamente. Sin embargo limitndose nicamente a los edificios urbanos de Gernika-Lumo y Rentera el total es de 364, sobre los cuales 271 equivalen a un porcentaje de edificios afectados por el bombardeo e incendio del 74,4% cifra similar a la que fuera presentada por el Ingeniero Salustiano Olazbal Menrquez a la Comisin Redactora del Informe Herrn, dentro de los cuales - como se ha sealado- el 71% de los edificios fueron destruidos totalmente y el 7% resultaron gravemente daados. Una comisin tcnica designada para relevar los daos -presidida por el Ingeniero Estanislao Herrn del Ministerio de Obras Pblicas- luego de recabar testimonios e investigar las ruinas elabor un detallado informe en el mes de setiembre de ese ao conteniendo datos tcnicos sobre los efectos del bombardeo, localizando exactamente los impactos de las bombas -39 en total, de las cuales 16 en Gernika y 23 en Rentera- as como el proceso de desarrollo de los focos del incendio, pero por razones propagandsticas fue finalmente archivado. Los sublevados denunciaron asimismo que muchas fotos difundidas por el gobierno eran imgenes de la ciudad de Madrid -tambin duramente atacada por bombarderos- que fueron utilizadas con fines de propaganda, pero debe reconocerse que la destruccin fue impresionante y as lo documentan las imgenes registradas. Durante muchos aos se ha dicho que tan expandida devastacin fue provocada por un masivo bombardeo extendido durante tres largas horas, y el lanzamiento de un enorme volumen de bombas demoledoras e incendiarias arrojadas indiscriminadamente con propsito criminal sobre la poblacin indefensa. Veremos detenidamente ms adelante que el bombardeo no fue masivo, ni los explosivos alcanzaron los volmenes denunciados, siendo el objetivo del ataque fue muy distinto al denunciado. Las Vctimas El nmero de vctimas fue enormemente magnificado ya desde las versiones periodsticas iniciales, que revelaron la existencia de 800 muertos civiles (Associated Press) mientras Noel Monks (Daily Express ) declar haber contado personalmente 600 cadveres. Estas cifras fueron posteriormente fijadas ms exactamente por el gobierno vizcano que denunci la existencia de 1.654 muertos y 889 heridos, nmeros que han sido aceptados por largos aos como balance final de la tragedia por la mayor parte de los escritores. Jesus Mara de Leizaola Consejero de Justicia y Cultura del Gobierno Vasco afirm una semana despus del bombardeo que 592 personas de Gernika haban fallecido en hospitales de Bilbao. Sin embargo, no resulta posible comprobar la existencia de una cantidad tan masiva de fallecidos ya que no existen fosas comunes y paralelamente se conoce la identidad de las vctimas sepultadas. Resulta curioso comprobar adems que la cifra de muertos civiles denunciada concuerde con los efectivos del Ejrcito de Euzkadi muertos en combate desde el comienzo de la campaa hasta la fecha del bombardeo, y sorprende asimismo que fueran denunciados muchos ms muertos que heridos En medio del torbellino de pasiones polticas, en un film documental de la poca se denunciaron 3.000 muertos, en un posterior film de Alain Resnais 2.000 muertos, y segn otras fuentes an ms vctimas, para una villa que con sus alrededores rondaba los 5.500 habitantes, aunque quizs pudo haber miles de refugiados llegados de zonas vecinas huyendo de los combates. La prensa de Bilbao fue inicialmente escueta mencionando slo heridos, presumindose que se hizo para evitar el pnico, aunque luego se exager por notorios motivos propagandsticos destinados al exterior. El sacerdote Alberto de Onainda Zuloaga -cannigo de la Catedral de Valladolid- fue casualmente testigo presencial del bombardeo en viaje a Marquina para ver a su madre, y rememor en Francia -en conversacin con Rafael Casas de la Vega- que al regresar a Bilbao se reuni con su amigo el Lehendakari Jos Aguirre Lecube, quien comprendiendo la importancia poltica de la publicidad internacional para su causa le pidi que promoviera en Pars la tragedia del bombardeo, habiendo publicado posteriormente su clebre libro Hombre de Paz en la Guerra. El cannigo de Onainda era por esa poca notorio enemigo de los sublevados, porque su hermano Celestino -tambin sacerdotehaba sido detenido en Elgibar donde era cura auxiliar, siendo fusilado por los sublevados en Hernani el 29 de octubre de 1936, acusado de reclutar combatientes para el Ejrcito, operar como propagandista y organizador de separatistas, haber actuado como espa (txibato), as como de interponer informes falsos a favor de diversos militantes detenidos. En su encendido partidismo Alberto de Onainda denunci patticamente la existencia de lagos de sangre, y describi boquetes de las bombas de 16 metros de dimetro y 8 metros de profundidad (un volumen superior a 600 metros cbicos, comparativamente la carga de 150 camiones) superando a Steer que haba mencionado enormes hoyos de 12 metros de dimetro y 6 de profundidad por bombas de 1.000
libras. Entre otros episodios ha descrito los ataques areos sobre las carreteras -donde quedaron tendidos los cuerpos de civiles y militares- y relatado como habindose refugiado junto a los soldados bajo un puente, pudo observar luego junto al mismo los cadveres de una mujer ametrallada junto a un gudari muerto por una bomba , producto de la confusin de muchos en la huda, cometiendo la imprudencia de entremezclarse con militares atacados por los aviones. Este dato es concordante con la descripcin realizada por Gordon Thomas -citando al sobreviviente Arzanegi- sobre un grupo de hombres y mujeres caminando junto a soldados por la carretera que fueron acribillados por la metralla. Ambos escritores citan otros episodios de vctimas alcanzadas por las bombas, los escombros y el fuego entre los edificios, as como el derrumbe del Refugio de Santa Mara causante de 45 vctimas mortales, que segn el Arquitecto Municipal Castor Uriarte fue mal construdo y no debi ser utilizado. Cesar Vidal ha destacado la existencia de 33 vctimas en una de las alas del Asilo Calzada ubicado en el extremo sur de la villa indica que 31 fueron ancianos y 2 monjas, pero all tambin funcionaba un Hospital de Sangre para los gudaris heridos- destruida por la tarda cada de una bomba, un grupo refugiado bajo la alcantarilla de la Curva de Udetxea abatidos por los proyectiles, y la muerte de una pareja que hua por la va frrea -entre otros- citando al libro de Castor Uriarte. Comenta al respecto Vidal que hasta el bombardeo de la ciudad de Colonia por la R.A.F. el 30 y 31 de mayo de 1942 los aliados no alcanzaron resultados tan brutales como los obtenidos por la aviacin nazi, y an en dicha accin efectuada por la impresionante cifra de 1.046 aeroplanos el porcentaje de edificios destruidos y los muertos que alcanzaron la cifra de 472 fue -segn dice- inferior al de Guernica. Cabe acotar a ese comentario, que los 1.046 bombarderos lanzaron 1.455 Toneladas de bombas (dos tercios fueron incendiarias) con una superficie de 250 Hectreas de viviendas destruidas; mientras que en Gernika 24 bombarderos arrojaron unas 15 Toneladas de bombas con un rea destruida de 9 Hectreas; siendo los muertos de Gernika unos 120, totalizando la cuarta parte de los 472 que sufri Colonia. El nmero de vctimas ha sido tan manipulado que las fuentes no concuerdan, ya que ante la cantidad denunciada por el gobierno de Bilbao, la investigacin de la Comisin designada por los sublevados (Informe Herrn) concluy estimando los muertos en aproximadamente un centenar. Aunque la cifra de fallecidos se ha ido reduciendo progresivamente a medida que las investigaciones son ms objetivas -se estima actualmente un mnimo de 100 y hasta un mximo de 250- computando en la misma los combatientes cados ante los ataques de los bombarderos y cazas a las posiciones defensivas de la ciudad, as como en las carreteras prximas, donde fueron ametrallados vehculos y personas. A pesar de la enorme destruccin sufrida, se ha dicho que las medidas precautorias adoptadas con la construccin de los refugios y el sistema de alarma establecido, adems de la suspensin del mercado y los juegos, as como lo espaciado de las incursiones que permitieron alertar a la poblacin, y gracias al el reducido casco urbano de la villa y la cercana con los espacios abiertos, la mayora pudo escapar y refugiarse en las colinas cercanas desde donde observaron el bombardeo. Todo ello contribuy significativamente a limitar el nmero de muertos -relativamente escaso considerando la magnitud de la devastacin- con excepcin de las vctimas de la bomba cada sobre el Asilo Calzada y del derrumbe del Refugio de Santa Mara probablemente defectuoso, donde se concentraron la mayor parte de los mismos. Debe recordarse tambin que la situacin del momento era confusa ya que luego de la ocupacin militar del da anterior, se haba previsto precisamente para ese lunes 26 la evacuacin de la villa, siendo posteriormente suspendida. Todo contribuy al desconcierto general, y de all las cifras equvocas. Vicente Taln realiz en 1969 un detenido estudio de los registros de los cementerios de Gernika-Lumo y los pueblos cercanos para la redaccin de su libro Arde Guernica estimando que los muertos pudieron haber superado los doscientos aunque el total debe haber sido inferior a trescientos. Por su parte poco tiempo despus Castor Uriarte -que en aquella poca era el Arquitecto municipal de la villa- calcul en su libro Bombas y Mentiras en Guernica de 1975 que los muertos fueron unos 250. En carta oficial fechada el 11 de junio de 1937 -un mes y medio despus de los hechos- el Presidente Vasco Jos Antonio Aguirre inform al Ministro de Defensa de la Repblica Indalecio Prieto de la existencia de 1.645 muertos y 889 heridos, pero segn refiere Martnez Bande en su libro Vizcaya en los Archivos del Estado se encuentra un despacho de Aguirre a Prieto comunicando una cifra estimativa de 200 vctimas del bombardeo de Gernika. Dicha cifra ha sido citada tambin por Vizcano Casas. Cabe acotar que en Durango la cifra oficial establecida fue de 258 muertos, pero los realmente fallecidos fueron 128 en un recuento inicial que finalmente llegaron a un total de 172. Salas Larrazabal en su libro Guernica public en 1987 un cuidadoso inventario nominal de las vctimas, conforme al cual entre los das 26 y 29 de abril se realizaron 75 sepulturas, considerando a las vctimas que fallecieron en el Hospital Basurto de Bilbao. Posteriormente cuando los Navarros ingresaron
a la villa fueron retirados 25 cadveres del refugio de Santa Mara y fueron identificadas dos vctimas adicionales, totalizando 102 personas. Sin embargo posteriormente se realizaron 18 inscripciones tardas de defunciones, elevando de tal modo la cifra a 120 muertos, aunque existen dudas sobre la circunstancia que estas ltimas inscripciones pudieran haber sido incluidas en el listado inicial de los no identificados ya que existe constancia de 17 inscripciones de cadveres sin identificar en la Biblioteca de la Audiencia Territorial de Bilbao sobre el Bombardeo de Gernika. La existencia de numerosas personas sin identificar pudo deberse a que no eran habitantes de la villa sino de poblaciones de los alrededores llegados en busca de refugio, o que haban llegado para el suspendido Mercado de los lunes, o an pudo tratarse de combatientes muertos, pudiendo citarse que Martnez Esparza en su descripcin militar de la ocupacin de la villa menciona la existencia de bajas gubernistas en los combates del 29 de abril, que segn sus fuentes ascendieron a 19 muertos. Se trata por cierto en todos los casos de cifras similares. Otras investigaciones arrojan cifras diferentes, siempre muy inferiores a las inicialmente denunciadas. Vittorio Messori en Las Cosas de la Vida refutando las cifras de la historiografa tradicional, sostiene que en realidad que segn un ajustado control de los registros, los fallecidos civiles fueron 93 suma a la que deben agregarse algunos adicionales entre soldados aislados. La mencionada cifra resulta de computar las vctimas iniciales del Asilo Calzada que fueron 33, ms 15 muertos en la alcantarilla de la Curva de Udetxea, y otros 45 sepultados bajo los escombros del derrumbado refugio de la calle Santa Mara. Posteriormente se encontraron otros cuerpos en el Paseo de los Tilos donde se encontraba el estacionamiento de vehculos oficiales atacado por los aviones. Dicho autor destaca que Hugh Tomas en una revisin de su libro sobre la Guerra Civil publicada en 1965 en versin popular de revista disminuy su anterior cifra de 1654 muertos a 200 sin dar explicaciones, y en una edicin posterior volvi a elevar la cifra a mil muertos. Por su parte David Irving en De Guernica a Vietnam, explica que estudi el diario personal de von Richthofen proporcionado por su viuda y en una investigacin realizada en la villa en 1967 convers con sobrevivientes, el alcalde Augusto Unceta y cotej publicaciones de la poca -en el peridico comunista Euzkadi Roja del 28 de abril consta la lista de 30 heridos- y los registros de los cementerios, concluyendo en la existencia de 98 muertos, destacando tambin la disminucin de vctimas en la citada edicin del libro de Hugh Thomas. Stefano Mensurati en El bombardeo de Guernica comparte la cifra de Salas en su ltima actualizacin -donde llega a un mximo de 126 incluyendo militares- acotando que la misma comprende registros de las aldeas cercanas, pudiendo el total ser tal vez algo inferior. En el programa de la cadena de televisin pblica alemana A.R.D. Kulturweltspiegel (Espejo cultural mundial) emitido a fines de abril de 1998 se transcribieron las investigaciones de Salas sobre vctimas y aunque la transmisin fue duramente criticada los datos poco pudieron controvertirse. Cabe acotar que en los aos noventa, Humberto Unzueta elabor una lista de 120 vctimas mortales, de las que identific a 115, y en 2004 la asociacin Gernikazarra realiz un estudio estadstico analizando detalladamente la calle Artekalea, cuyas 33 viviendas resultaron destruidas pero slo tres de sus 458 habitantes murieron sin que se registraran heridos, concluyendo en una estimacin de 120 muertos. Cuatro aos despus en un estudio realizado por dos historiadores de dicha Organizacin Vicente del Palacio y Jos ngel Etxaniz llegaron a cifras similares con un clculo mximo de 126 muertos. Tambin aplicando criterios estadsticos, James S. Corum en un estudio sobre vctimas civiles de bombardeos publicado por la US Air Force, realiza un clculo estimativo considerando que con una alta efectividad de bombardeo -entre 7 y 12 muertos por tonelada de bombas- Gernika habra sufrido quizs entre 300 y 400 fallecidos, reconociendo que aunque se trata de un balance sangriento, una pequea ciudad con unos pocos cientos de muertos no tendra el mismo efecto que informar que una ciudad fue bombardeada con casi 1.700 muertos. Se advierte que tales nmeros parten del supuesto del lanzamiento de 45 toneladas de bombas sobre la villa con una tasa de mortalidad entre 6,66 y 8,88 fallecidos por tonelada. Sabiendo sin embargo que fueron lanzadas unas 15 toneladas de bombas en la totalidad de la zona -como veremos detalladamente luego- esas mismas tasas de mortalidad significan que la cifra probable de muertos oscilara entre 100 y 133, siendo similar a las previamente mencionadas. Debe sealarse que la poblacin de la villa de Gernika-Lumo ascenda en esa poca a cerca de unos 5.500 habitantes -aunque sin contabilizar Lumo ni Rentera seran un millar menos- habiendo examinado Salas Larrazabal datos del censo de 1930 de los cuales resulta para la totalidad del Municipio la existencia de 5.229 habitantes, siendo los de la villa de Gernika ms Lumo en total 4.164. Por su parte, segn resulta de las Actas de Acuerdo de Pleno del Ayuntamiento de Guernica y Lumo en sesin del 20 de julio de 1936, en esa fecha la poblacin era de 5.630 habitantes de hecho (2.504 hombres y 3.126 mujeres) habindose recuperado copias de dicha documentacin en 1992 al haber desaparecido luego del bombardeo e incendio todos los archivos municipales. Cabe acotar que segn Salas a las referidas cifras
deberan sustraerse unos 400 jvenes movilizados desde octubre de 1936 a fines de abril de 1937, siendo incorporados como gudaris al Ejrcito de Euzkadi, aunque probablemente se adicionaron muchos pobladores refugiados provenientes de localidades cercanas. Quizs 5.000 seran lo ms probable. Como se ha dicho, segn Steer esa tarde la villa albergaba alrededor de 10.000 personas, comprendiendo 7.000 habitantes y 3.000 refugiados, lo cual si bien resulta exagerado debe considerarse no slo la presencia de fugitivos de caseros cercanos que se auto evacuaban huyendo de los combates, as como quienes haban concurrido al Mercado agrcola de los lunes que fuera finalmente suspendido. Tal vez el nmero total no superara los 7.500 civiles. Tampoco debemos olvidar la ocupacin de la villa por unos 2.000 efectivos militares de los tres batallones apostados en los Conventos y el Instituto de Segunda Enseanza, as como muchos heridos alojados en los Hospitales de Campaa, que segn Gordon Thomas eran numerosos en el instalado en las Carmelitas. En los referidos trminos, comparando las cifras de vctimas que han sido citadas, ciertamente entre 200 y 800 existe una importante diferencia (cuatro veces ms), y es an mayor entre 98 y 1.650 ( casi diecisiete veces), y entre 126 y 3.000 (casi veinticuatro veces), ni hablemos de los 10.000 muertos. Considerando los habitantes de la villa en ese momento -que podran redondearse en 5.000- si los fallecidos fueron 98, esa cifra equivale a menos del 2% de su poblacin, y si los muertos llegaron a 126 ascendera a un 2 y %. Si aceptamos la cifra de unos 7.500 considerando los refugiados, los 126 seran algo ms del 1 y %. Comparando estas vctimas con los cientos de miles de civiles que murieron en los bombardeos sobre Japn o Alemania, hablar de ciudad arrasada parece por lo menos exagerado. Para comprender como se manipulan los nmeros, basta hacer unos simples clculos. Los cados de ambos bandos en la Guerra Civil Espaola han sido tradicionalmente estimados en un milln de muertos aunque los estudios estadsticos ms recientes reducen la cifra a la mitad, lo cual equivaldra aproximadamente a un 2% de la poblacin total de la poca (unos 26 millones). Si antes de la guerra Gernika tena unos 5.500 habitantes, aplicando a su poblacin una cantidad de muertos en el conflicto proporcional al padecido globalmente en Espaa, la cifra de cados que habra sufrido la misma sera de unas 110 personas. Considerando adems a pobladores de pequeas aldeas vecinas que se encontraran all con motivo del Mercado, los refugiados de otras localidades y las evacuaciones militares tendramos una cifra notoriamente muy similar a las estimaciones realizadas sobre las vctimas del bombardeo. En realidad la polmica no consiste en establecer cul fue el nmero de bajas en una batalla entre efectivos militares -haba 2.000 combatientes acuartelados en Gernika como se ha dicho- sino que las cifras impactan al denunciarse que no se trat de cados durante el desarrollo de la Guerra Civil, sino de vctimas civiles inocentes. Debe tenerse debidamente presente que como se ha dicho el objetivo del ataque areo era estratgico y militar, debiendo presumirse lgicamente la existencia de muertos entre soldados y milicianos teniendo en cuenta los combatientes que defendan la ciudad. Cabe agregar que buena parte de la responsabilidad por las vctimas civiles muertas en las carreteras y va frrea- algunos refugiados bajo puentes y alcantarillas- recae sobre los Comandantes Militares que ordenaron a sus efectivos abandonar sus acuartelamientos y dispersarse entre la poblacin que escapaba por las carreteras, por lo cual los ametrallamientos en esos sectores sobre vehculos y fugitivos causaron muchas vctimas civiles junto a los militares, segn resulta de numerosos testimonios. El Resultado Militar Se ha sealado la situacin militar con el establecimiento del eje defensivo sobre la lnea GuernicaAmorebieta-Bermeo , la instalacin en Mungua del comando de la 1 Divisin y la ocupacin de la villa el domingo 25 por tres batallones con una fuerza de maniobra superior a 2.000 combatientes, y la existencia de unos 25 batallones con una fuerza 15.000 hombres movilizndose hacia el oeste. En ese marco se produca el repliegue de las Brigadas 1 y 2 sobre la villa, mientras la 4 evacuaba el monte Oiz, y se efectuaba la retirada hacia Marquina, mientras entre los sublevados se planteaban estrategias discrepantes entre Vign -que pretenda cortar el paso al repliegue- y el general Mola que por razones tcticas orden dirigirse sobre Durango al Sur. El objetivo del bombardeo resultaba claro para interceptar el paso por Rentera y paralelamente evitar el envo de refuerzos sobre Lequeito-Marquina. La orden impartida por von Richthofen fue hostigar las carreteras cercanas a Marquina-GuernicaGuerriciaz, y luego atacar junto a los italianos la ruta, el puente y el suburbio al este de Guernica. Su objetivo era cerrar el trfico contra el personal y el material del enemigo permitiendo as al coronel. Vign que al desplazar sus tropas para bloquear las carreteras al sur de Guernica, lograra atrapar al adversario en retirada alrededor de Marquina. Sin embargo se ha dicho que haber utilizado bombardeos
horizontales en vez de Stukas -capaces de gran precisin- demostrara que el propsito del ataque no fue de carcter tctico sino para demoler la villa, lo cual en realidad es incierto. Emplear tales aviones era la nica opcin posible, y al hacerlo pudo advertir sin duda las dificultades para destruir un pequeo puente acertando sobre el mismo con los aparatos disponibles ya que no contaba con bombarderos en picado. Recin varios meses despus -en diciembre de 1937- llegaron a Espaa tres Ju-87-A1(Stuka) y posteriormente seis Ju-87-B participando estos nueve aparatos a partir de marzo de 1938 en la guerra civil, siendo capaces de obtener impactos a cinco metros del blanco. A esta limitacin se agregaba el riesgo de resultar frustrado el propsito deseado debido a una rpida reparacin de los daos, ante la disponibilidad de elementos materiales y humanos en la zona. Por tal motivo el plan de accin no se concentraba en el puente sino que consista primordialmente en atacar las carreteras, vehculos y edificios cercanos, para impedir con su destruccin el desplazamiento de armamento pesado y combatientes. Para ello se utilizaron los bombarderos horizontales de las K/88 y VB/88 con una combinacin de bombas explosivas e incendiarias -lo que resultaba normal para incursiones sobre objetivos de infraestructura- a fin de obstruir la circulacin con las ruinas y los vehculos destruidos por el fuego. La cantidad de aparatos y las operaciones realizadas en grupos pequeos, as como el tonelaje de las bombas, concuerdan con otras incursiones sobre puentes y carreteras, no permitiendo la saturacin destructiva, por lo cual resultaba importante la efectividad. Sin embargo el puente sobre el ro Oca no pudo ser destruido en parte debido a la ineficiencia de los Junkers Ju-52 -aviones de transporte adaptados como bombarderos improvisados- cuyos visores de bombardeo Grtz GV219D resultaron inadecuados para la necesaria precisin sobre el objetivo desde la altura, a lo que se agreg el humo producido en las primeras incursiones motivando que algunas bombas detonaran en el casco urbano causando su parcial destruccin. Muchos analistas han sostenido que desde el punto de vista militar el ataque areo result finalmente poco eficaz, ya que no habiendo sido ocupada la villa inmediatamente luego del mismo, las fuerzas gubernistas pudieron evadir el cerco replegndose hacia el oeste en direccin a Bilbao. Sin embargo militarmente la incursin result relativamente exitosa en su propsito de obstaculizar el desplazamiento de los batallones en retirada, e impidiendo -por el caos producido- que el lugar se convirtiera en punto de resistencia de las fuerzas gubernamentales. Von Richthofen critic duramente la lentitud de los batallones sublevados en llegar all en persecucin de los gudaris en retirada, pero reconoci la importancia del ataque areo al provocar la evacuacin masiva de la poblacin y la desidia de los defensores en combatir el fuego y despejar las vas de trnsito, lo cual atribuy al propsito de los gobernantes vascos de utilizar las ruinas con fines propagandsticos. Un informe del Oberst Erwin Jaenecke de fecha 18 de mayo de 1937 seala textualmente que: Gernika ha sido destruda por las bombas arrojadas por Italianos y en el ltimo da por Alemanes, apuntando al puente y la conexin de trfico, y debido a que las casas en la villa estaban construidas de madera a diferencia del resto de casas en Espaa, se consumi en llamas. Los habitantes huyeron y no intentaron apagar el fuego. El Arbol santo santuario nacional de los Vascos no fue alcanzado. En realidad Gernika fue un pleno xito para la Luftwaffe. La nica ruta de retirada de la costa comunista fue totalmente bloqueada por el fuego y los escombros con una altura de 2 metros. Por su parte el objetivo de aniquilar a los batallones vascos que se replegaban de los frentes de Eibar y Elgueta, y se dirigan a refugiarse en Guernica result finalmente frustrado, ya que el Jefe de Estado Mayor del Ejrcito Vasco, Alberto Montaud y su segundo Sabino Apraid, ordenaron la dispersin de las unidades antes del bombardeo impidiendo su destruccin y permitiendo su posterior reorganizacin que luego condujo a una fuerte contraofensiva los das 30 de abril y 1 de mayo. El Frente de Batalla Segn refiere Francisco Ciutat de Miguel, a fines de 1936 los batallones del Euzko Gudarostea ya estaban constituidos por unos 28.000 combatientes encuadrados en 44 batallones de unos 700 hombres cada uno, ms 7 batallones desarmados correspondientes al XIV Cuerpo de Ejrcito, con un armamento de 25.000 fusiles, 380 ametralladoras, 40 caones, 125 morteros y 15 auto-ametralladoras can. Otras fuentes sealan que a comienzos del ao siguiente llegaron a 46 batallones (29.000 hombres) de los cuales en abril 28 pertenecan al Nacionalismo Vasco ( 22 al PNV y 5 al ANV y 1 al STV) con unos 16.000 gudaris, mientras varios cientos permanecan hospitalizados, y otros miles correspondan a Unidades regulares -Artillera, Transmisiones, Sanidad, Intendencia, Transporte- controladas por el PNV. Pero Vargas Alonso sostiene que el Ejrcito Vasco estaba formado en total por 37 batallones nacionalistas (28 del PNV, 4 del ANV, 3 del STV y 2 del EMB) mientras los Frente populistas contaban con 38 batallones (14 del PSOE-UGT, 9 de las JSU, 8 del PCE, 6 de IR y 1 de UR) adems de 7 batallones
anarquistas (CNT) y 8 batallones Oficiales. Hacia fines de abril de 1937 el total de las fuerzas movilizadas en el Norte sumaban unos 70.000 hombres -con 45.000 en los frentes- dentro de los cuales los batallones de Euskadi llegaran a 75 a comienzos de mayo, constituyendo dentro del Ejrcito del Norte el I Cuerpo Cuerpo de Ejrcito Vasco que los Nacionalistas denominaron Ejrcito de Euzkadi. Como se ha sealado, luego del repliegue del 23 de abril y las maniobras de los sublevados el domingo 25 ocupando una ladera del Monte Oiz, fueron amenazados los batallones emplazados en el sector de Eibar,Marquina y Lequeito, planendose su evacuacin as como de Elgueta y Durango replegndose a la lnea defensiva de Guernica-Amorebieta-Bermeo. La cada de Eibar el lunes 26 y el posterior ataque areo sobre Gernika aceleraron la retirada que se estaba realizando sobre la villa, por lo cual estando la misma en pie de guerra en una situacin militarmente estratgica, luego del ataque areo y posteriores incendios que destruyeron gran parte de la villa, la poblacin sobreviviente que no haba huido ante el ataque areo o sido evacuada el martes 27 por orden militar no se dedic melanclicamente a sepultar a sus vctimas en un tranquilo poblado, sino que bulla de actividad castrense. La estrategia gubernista prevea concentrarse en la villa hacia donde convergan refuerzos ordenados desde Bilbao, lo cual demuestra la particular importancia de Gernika en el plano militar como nudo estratgico de la zona. Aunque la lnea de avance ordenada por el General Mola se dirigi hacia Durango al sureste de la villa, las lneas defensivas gubernistas no operaron coordinadamente permitiendo un sorpresivo avance de los sublevados hacia el Oeste. Segn ha descrito Jos Martnez Esparza, se encontraba al mando de tres batallones integrando la Cuarta Brigada de Navarra, dirigindose hacia el Oeste, en cuyo avance fueron ocupadas Elgueta y posteriormente Marquina el martes 27. Esta ltima se realiz a pedido de su Alcalde luego de la retirada de una Compaa gubernista cuyas fuerzas haban sido capturadas, y acorde a la lnea del frente se previ incursionar sobre Gernika por su importante valor estratgico. Dadas las caractersticas de terreno, el avance deba realizarse desde Bolivar, flanqueando las alturas y explorando las carreteras transversales, habiendo llegado el mircoles 28 hasta Guerricaiz y Arbacegui donde detuvieron en la ruta a un motociclista gubernista en camino hacia Marquina con rdenes para que sus fuerzas se replegaran sobre Gernika unindose a fuerzas provenientes de Bilbao. El jueves 29 sus fuerzas advirtieron que los gubernistas se aprestaban a fortificarse en las alturas al oeste de Gernika -el monte Aiserrota- por lo cual se decidi ocupar la cresta de Urgogana al Este de la villa, desde donde observaron la situacin de Gernika, y distinguieron la presencia de un tren militar que haba llegado desde Bilbao con gudaris para reforzar la guarnicin. Habiendo capturado algunos defensores del Urgonaga los sublevados avanzaron hasta Ajanguiz, desde donde atacaron al tren militar que se retir precipitadamente, y posteriormente llegaron a la villa ingresando a la misma apoyados de tanques livianos que lograron ocuparla sin resistencia, posicionndose en las carreteras que conducen a Bermeo al Norte y Amorebieta al Sur. En Rentera y las carreteras encontraron numerosos coches y autobuses abandonados, algunos pertenecientes al Ejrcito y otros de lnea, ingresando luego a Gernika donde poco tiempo despus lleg una seccin de Requets enviados por el Gral Mola para la proteccin de la Casa de Juntas y el rbol Tradicional. En su recorrido por la villa parcialmente destruida, encontraron a un diputado vasco acompaado de un periodista francs que preparaban un informe sobre el bombardeo, recabando su declaracin sobre las caractersticas en que se haba realizado la ocupacin. Seguidamente comprobaron que el Batalln de Moros que incursion sobre Gernika haba interceptado la huda del Estado Mayor de la Divisin que se encontraba en la villa capturando a sus integrantes. En su relato se indica que en la madrugada del viernes 30 se produjo un ataque gubernista con unos 2.000 hombres blindados y artillera sobre la guarnicin que ocupaba Urruchua desarrollndose fuertes combates en esa posicin y el monte Garoo. Posteriormente el sbado 1 de mayo los gubernistas lanzaron un fuerte ataque sobre Gernika desde el Monte Mazagas con apoyo de artillera que castig nuevamente a la derruida villa cayendo herido Martnez Esparza en la accin, y resultando finalmente frustrada la contraofensiva estabilizndose las posiciones, para proseguir posteriormente el lento avance de los sublevados hacia Bermeo. La Informacin Histrica A pesar de las versiones que han denunciado la existencia de oleadas de aviones arrojando una enorme cantidad de bombas sobre la villa, se encuentra disponible numerosa informacin que demuestra que los aviones participantes no fueron tantos como se haba denunciado, que las incursiones fueron bastante breves y espaciadas entre s y que el volumen de bombas arrojadas fue muy inferior al pretendido. Y resulta particularmente esclarecedor examinar las rdenes militares dictadas estableciendo el objetivo de la misin para constatar que la realidad fue bastante distinta de la que se ha supuesto.
Segn describe Guillermo Calleja, en la maana del lunes 26 de abril el Coronel Vign inform a von Richthofen que el general Mola haba ordenado a la 1 Brigada de Navarra que haba ocupado la zona Este del Monte Oiz, que se dirigieran hacia Durango desde el Noroeste. En base a dicha informacin el aviador orden a sus trimotores bombardear el nudo de comunicaciones entre Arbcegui y Guerricaiz considerado punto obligado de paso de las tropas gubernistas que se retiradan de Marquina hacia Gernika o Amorebieta, y a sus cazas que hostigaran la carretera Marquina-Gernika -acciones que se realizaron poco despus del medioda- y posteriormente operar directamente en la zona de Gernika. La orden anotada por Wolfram Freiherr von Richthofen para el da 26 de Abril fue la siguiente: Comenzando de inmediato las unidades A/88 y J/88 para realizar una misin de caza y bombardeo libre sobre las carreteras cercanas a Marquina-Guernica- Guerriciaz. Las unidades K/88 (despus de regresar de Guerriciaz) VB/88 e Italianos para las carreteras y el puente (includo el suburbio) al este de Guernica. All debemos cerrar el trfico, si finalmente queremos una decisin contra el personal y el material del enemigo. Vigon est de acuerdo en desplazar sus tropas para bloquear todas las carreteras al sur de Guernica. Si esto tiene xito habremos atrapado al enemigo alrededor de Marquina. La unidad A/88 estaba integrada por aparatos He-70 y He-45, y la J/88 por He-51. Formaban la K/88 los Ju-52 y la VB/88 los He-111 y Do-17 experimentales. Cabe sealar que los registros de von Richthofen -Oberstleutnant y Jefe de Unidad en 1937- sus diarios y los informes de la Legin Cndor actualmente se encuentran disponibles, lo cual no ocurra cuando se escribieron libros como el de Hugh Thomas, y permite ahora a los historiadores conocer perfectamente las circunstancias de este hecho y otros de la Guerra Civil. Este documento demuestra que el propsito del ataque fue especficamente militar, y se ratifica con la orden cursada a los bombarderos italianos que fuera localizada en 1976 por Massimo Olmi en archivos castrenses (orden de Operacin N 48 del Comando del Grupo del aeropuerto Soria). El parte de misin de la patrulla italiana de bombardeos SM-79 indica que varias carreteras se renen en el pequeo puente sealado como objetivo, y dispone concretamente: Bombardear la carretera y el puente al Este de Guernica de manera que se obstaculice la retirada del enemigo. Tipo de accin que debe efectuar: accin de sorpresa proveniente del marAltura de ataque 3.800 metros. Luego de establecer el objetivo, se agrega que el pueblo, por evidentes razones polticas, no debe ser bombardeado ("Il paese, per evidenti ragioni politiche, non deve essere bombardato"). Debe tenerse presente que las rdenes de la Aviazione Legionaria italiana provenan de un Comando Areo comn con la Legin Cndor alemana, debiendo presumirse que la misma recibi instrucciones similares. La coordinacin entre ambos est documentada incluso en la marcha de la Legin Cndor, que menciona la accin comn con los italianos. Por su parte una orden de Salamanca del 6 de enero de 1937 firmada por el Comandante de la Fuerza Area haba establecido que Cuando se bombardeen objetivos militares en las poblaciones o prximos a ellas, se cuidar la precisin del tiro con objeto de evitar vctimas en la poblacin no combatiente. Es muy dudoso suponer que la Legin Cndor hubiera decidido por su propia iniciativa contradecir esta orden para satisfacer ansias genocidas. Segn refiere Po Moa, la prohibicin de atacar poblaciones civiles fue expresamente reiterada despus del bombardeo de Guernica, debido a la repercusin internacional del ataque. Corresponde acotar asimismo que en el Manual de Bombardeo editado por la Luftwaffe en 1936, se estableca claramente que los ataques contra ciudades con el propsito de aterrorizar a la poblacin civil estn absolutamente prohibidos Cabe citar por ltimo un telegrama del 7 de mayo de 1937 enviado por el Cuartel General de Franco a la Legin Cndor para informar a Berln reproducido por Vicente Taln, que reconoce lo sucedido en los siguientes trminos: Unidades primera lnea pidieron directamente a Aviacin bombardeo cruce carreteras, ejecutndolo Aviacin alemana e italiana, alcanzando por falta de visibilidad por humos y nubes polvo bombas aviones a la villa. Finalmente parece irse revelando la verdad. Cesar Vidal ha comentado que debi haberse realizado un relevamiento previo de la zona para ajustar la precisin con el fin de evitar la cada de bombas en la zona habitada, misin que tal vez fue realizada por el Do-17 en su incursin inicial a media tarde. Tambin se ha dicho que la doctrina militar alemana consideraba la aviacin como arma tctica de apoyo a la infantera, por lo cual de acuerdo con los documentos mencionados las operaciones suponan un inmediato avance terrestre que no se produjo. Los Aviones Participantes Segn las versiones iniciales de los corresponsales de guerra extranjeros recogidos por la prensa en todo el mundo -y posteriormente incorporadas a numerosos libros escritos sobre el episodio- el ataque areo habra sido realizado por medio centenar de aviones, siendo estimada por otros an en mayor nmero. Lo
cierto es sin embargo que actualmente conocemos exactamente los aparatos que participaron en las operaciones de bombardeo y cual era su nmero: un Dornier Do-17, tres Savoia Marchetti SM-79, dos Heinkel He-111-B1, diecisiete Junkers Ju-52/3mg3e, con sus respectivas escoltas de cazas, habindose previsto tambin para el da siguiente el vuelo de patrullas para actuar sobre las fuerzas en repliegue. Las acciones areas del lunes 26 de abril sobre Gernika se desarrollaron en varias etapas sucesivas: Inicialmente a las 16 y 15 horas un bombardero bimotor Dornier Do-17 de la Legin Cndor proveniente del Sur gir hacia el Oeste, atac en vuelo bajo la zona del puente sobre el ro Oca que comunica Gernika con el barrio de Rentera y continu operando en direccin Este-Oeste a lo largo de la calle San Juan hasta el Paseo de los Tilos. Realiz dos pasadas sucesivas lanzando bombas livianas que causaron daos a la Iglesia S.Juan ubicada a unos 200 metros del puente y un estacionamiento de vehculos oficiales all centralizados acorde al plan militar. Posteriormente a las 16 y 45 incursionaron tres bombarderos trimotores Savoia Marchetti SM-79 italianos de la Aviazione Legionaria que haban partido desde Soria a las 15 y 30 con rdenes -segn consta en el parte militar oficial- de bombardear la carretera y el puente al este de Guernica para bloquear la retirada del enemigo. Durante una nica pasada de sesenta segundos sobre la villa en direccin Norte-Sur en columna de a uno sobre el mismo objetivo, los aparatos italianos tambin arrojaron bombas livianas sobre la zona del puente desde una altura de 3.800 metros sin lograr destruirlo, quizs debido al viento de cola que afect su precisin, cayendo una de las bombas en la villa sobre la sede del Partido de Izquierda Republicana. Cabe acotar que los bombarderos pesados italianos SM-81 no intervinieron en esa oportunidad debido a la distancia entre Soria y Gernika, por haber actuado el mismo da en acciones sobre Alcal de Henares. Poco despus de las 17 horas incursion un bombardero bimotor Heinkel He-111-B1 de la Legin Cndor operando sobre la zona , aunque no existe registro de su direccin. Y una hora ms tarde -cerca de las 18- reapareci un Heinkel escoltado por 5 cazas italianos Fiat CR-32 al mando del teniente Corrado Ricci volando en direccin Norte-Sur, que tambin atac la carretera y el puente causando diversos daos . Los efectos iniciales de la ofensiva area fueron de poca importancia debido al escaso poder destructivo de las bombas lanzadas por el Do-17 y los SM-79, aunque el dao de los He-111 fue algo superior. Posteriormente, dos horas despus de la primera incursin se produjo un ataque masivo por antiguos trimotores de transporte Junkers Ju-52/3mg3e -de fuselaje corrugado- adaptados como bombarderos, que debido al volumen de explosivos causaron la mayor parte de los daos. A las 18 y 30 se produjo el ataque principal participando en total 17 aparatos Ju-52 que haban operado alrededor del medioda de esa misma fecha en una misin sobre Guerriciaz (Guerrikaraiz) -situada al sureste de Gernika- habindose reabastecido de combustible y explosivos en Burgos para actuar sobre la villa. Aunque el jefe de la 2 escuadrilla capitn Hans Henning Von Beust mencion la participacin de tres formaciones de seis aviones, Salas Larrazbal supone que pudieron haber sido 19 aparatos, basndose en lo expresado por el jefe de la tercera escuadrilla el capitn Erhart Von Krafft que la misma estaba integrada por siete aparatos, concordando con la versin de un piloto de un Fiat CR-32 que declar haber visto 4 aparatos en la ltima formacin, aunque reconoce que alguna de las anteriores pudo haber tenido un aparato menos. Sin embargo el teniente Ricci segundo Jefe de la escuadrilla de cazas italianos que llegaba de regreso a Vittoria vio la formacin de frente mientras se diriga hacia su objetivo y cont 17 aparatos, y el sacerdote Onainda tambin mencion la presencia de 17 aviones segn su versin a LHumanit, aunque el arquitecto Castor Uriarte ha establecido en su libro la cifra de 16 aparatos; y se menciona en los diarios de varios gudaris la referencia de Jos Luis Lasa desde Kalamendi que 16 imponentes trimotores facciosos vuelan sobre nuestras cabezas. Los16 aparatos podran explicarse con el ltimo escuadrn compuesto por 7 unidades, pero tal vez una de las anteriores con 3 integrantes en vez de los 6. Por su parte Cecil Gerahty en El Camino a Madrid (p.234) encontrndose en esa fecha en Vitoria donde debi permanecer por la situacin, no pudo enteramente olvidar la guerra ya que una flota de quince aviones de bombardeo en camino para atacar al enemigopas sobre la ciudad. Fueron 15,16,17,18 o 19? Los escuadrones 1 y 2 despegaron a las 17 y 30 y el 3 escuadrn unos minutos despus y llegaron a su objetivo desde el golfo de Vizcaya siguiendo el rumbo del estuario de Urdaibai volando tambin en direccin Norte-Sur en forma paralela a la va ferrea y la estacin, siendo escoltados desde VitoriaGasteiz por 5 cazas biplanos italianos Fiat CR-32 y segn algunas versiones tambin por 5 antiguos biplanos Heinkel He-51. Salas Larrazabal descarta la participacin de estos ltimos sobre Gernika aunque reconoce que habran intervenido en ametrallamientos sobre las carreteras dela zona. Segn un posterior despacho de Steer, el 13 de mayo fue derribado un He-51 cuyo piloto -Hans Wandel- tena anotado Guernica en su Diario el 26 de abril, negando haber participado en el bombardeo y actuado slo como
escolta. Se ha dicho que tambin actuaron como escolta algunos cazas Messerschmit Bf-109 B-1, lo cual es dudoso pues las primeras aparatos de ese tipo llegaron a Espaa a fines de marzo operando en forma individual con carcter experimental habindose tomado precauciones para no exponer a los nuevos aparatos en misiones arriesgadas. Estos veloces cazas no operaron en forma directa sobre el frente de Bilbao interviniendo tcticamente recin ante la ofensiva republicana de Brunete en julio de ese ao, y especialmente en ltimos meses del conflicto en el frente de Catalua. Sin embargo en abril efectuaron algunas misiones de escolta a los Junkers Ju-52 y en una de ellas -el da 6 cerca de Ochandiano- el grupo se vio sorprendido por la caza republicana y el capitn Ltzow destruy en combate a un avin Polikarpov I-15 Chato, por lo cual Salas Larrazabal supone que cuatro aparatos tambin pudieron haber participado como escolta de los Ju-52 en Guernica, aunque no hay constancia de ello. Se apoya en un testigo que declar haber visto que cuatro monoplanos negros cerraban la formacin atacante atribuyndolos a Bf-109 aunque pudieron haber sido los 4 ltimos Ju-52 de la tercera escuadrilla. Segn una fuente gubernista, el 27 de abril accionando contra el trfico cerca de Gernika dos cazas republicanos habran sido derribados por aparatos Bf-109, dato tambin dudoso debido a que en esa fecha la lluvia no permiti realizar operaciones areas segn fuera expresamente establecido. Los Junkers Ju-52 operaron desde las 18 y 30 hasta las 18 y 45 volando cada uno de los escuadrones en una formacin de tres aparatos en un frente de 150 metros de ancho realizando varias breves pasadas sobre la zona -a unos 2.300 metros de altura- y lanzando luego de las bombas destructoras pequeas bombas incendiarias, que fueron esparcidas por el viento ms all de su objetivo, provocando incendios en las calles aledaas a la lnea ferroviaria. Fue este bombardeo el que caus el mayor dao a la villa, no tanto por la destruccin inicial, sino por los graves incendios posteriores. Paralelamente y tambin con posterioridad durante otros quince minutos, los cazas atacaron las rutas de salida de la villa y los vehculos que circulaban por la zona, siendo repelidos desde tierra por un puesto de ametralladoras al mando del capitn Joseba Elosegui Odriozola del batalln Saseta, un gudari luego famoso por lanzarse en llamas en presencia de Francisco Franco durante un partido de pelota en San Sebastin en 1970. Cabe agregar que segn informacin reciente, junto a los aparatos alemanes de la Legin Condor e italianos de la Aviazzione Leggionaria, tambin participaron en la incursin algunos aparatos de la Aviacin Nacional espaola, segn resulta del Parte N 211 de la Jefatura del Aire Estado Mayor, 3 Seccin Resumen de las Operaciones del da 26 de abril de 1937, documento existente en el archivo del Ejrcito del Aire y proporcionado por Ignacio Luque Arana al Centro de Documentacin del Bombardeo de Gernika. Dichos aparatos podran haber sido Heinkel He-51 que operaron sobre las columnas de los batallones que se dirigan hacia Gernika y otros movimentos en las carreteras. Con respecto al nmero de aviones participantes y sus cargas de bombas, los datos disponibles son concluyentes. No fueron enjambres de bombarderos lanzados masivamente sobre la villa, sino concretamente un Do-17, dos He-111, tres SM-79, y diecisiete Ju-52; ms cinco cazas biplanos Fiat CR32 escoltando a uno de los He-111, y otros cinco a los Ju-52, junto a cinco obsoletos biplanos Heinkel He-51, y tal vez cuatro Bf-109 B-1 de escolta, sobre lo cual no hay constancia. Las Bombas Imputadas Tambin se han manejado cifras muy dispares sobre la cantidad de bombas que fueron arrojadas sobre Gernika. Las versiones ms difundidas aseguran que los aparatos arrojaron un total de 45 a 50 toneladas de bombas sobre la villa -cifra resultante de la conversin de las 100.000 libras estimadas inicialmente por escritores britnicos- mientras que clculos moderados han estimado unas 28 toneladas como mximo, aunque en una publicacin del Centenario de la Aviacin lleg a denunciarse la cifra de 91 millones de kilos -equivalente al poder de siete bombas atmicas como la de Hiroshima- (confundiendo seguramente yardas con libras) lo que demuestra la gran ligereza con que se utilizan los nmeros. No resulta fcil determinar con exactitud el tonelaje de la totalidad de las bombas lanzadas, pero es posible estimarlo a partir de informacin conocida y paralelamente descartar las conjeturas realizadas. Se conoce exactamente -por la documentacin existente- la cantidad de bombas contenida en algunos aparatos: el Do-17 lanz 12 bombas de 50 Kg. (600 kilos), y los tres SM-79 un total de 36 bombas de 50Kg. (1.800 kilos) operando con 600 kilos cada uno. Y el volumen de explosivos utilizados por los restantes aviones puede calcularse con razonable certeza de acuerdo con sus caractersticas tcnicas, documentacin y otros factores, aunque no pueda asegurarse su absoluta exactitud. La cifra de 45 a 50 toneladas es simplemente disparatada, y quienes la sustentan carecen de todo fundamento para respaldarla - resultando la misma de errneas apreciaciones sobre el nmero de los
aviones participantes - y ni siquiera han intentado justificarla ms que en conjeturas iniciales producto de la fantasa del momento. La estimacin de 28 toneladas efectuada por Salas Larrazbal es tambin errnea por cuanto se basa en suposiciones que contradicen otros datos pertinentes, y se sustenta bsicamente en el relevamiento de 39 boquetes realizado por la Comisin Investigadora -el Informe Herrn- habiendo sido ubicados 16 en Gernika y 23 en Rentera. A partir de ello procura ajustar de nmero de las bombas a dicha cifra suponiendo cantidades mximas, forzando capacidades tcnicas y contradiciendo informacin. As, presume que los Ju-52 arrojaron 28 bombas de 250 Kg., atribuyendo a los He-111 haber lanzado 11 bombas de 250 Kgs. para completar la referida suma de 39 impactos. Segn sus clculos, del total de 28,22 toneladas 22,07 habran sido lanzadas por los Ju-52, 1,8 toneladas por los SM-79 , y 4,35 toneladas por el Do-17 y los dos He-111. Acepta pacficamente la carga de los SM-79 (36 bombas de 50 Kg. totalizando 1.800 kilos), pero al contabilizar en conjunto la carga del Do17 y los dos He-111, sostiene que todos ellos lanzaron 11 bombas de 250 Kg. (2.750 Kg) ms 32 de 50 Kg.(1.600 Kg.) totalizando 4.350 Kg. lo cual es imposible. Debe tenerse presente que el Do-17 era capaz de llevar 1.000 Kg. de bombas pero lanz 600 Kg.; y los SM-79 tenan una capacidad similar y arrojaron tambin 600 Kgs. cada uno. Sabemos que el Do-17 lanz 600 Kg.de bombas, por lo cual obviamente los dos He-111-B-1 cuya capacidad mxima era de 1.000 Kg. cada uno, no pudieron llevar 20 bombas de 50 Kg. ms 11 de 250 Kg. (sumando 3.750 Kg.). Si el Do-17 lanz 12 bombas de 50 Kg. las 20 bombas restantes atribuidas al referido grupo de aviones deberan haber sido arrojadas por los He-111, adems de 11 de 250 Kg. (20x50: 1.000) + (11x250: 2.750) totalizando 3.750 Kg. o sea 1.875 Kg. cada uno. Los Heinkel He-111-B-1 -versin utilizada en Gernika- tenan una capacidad mxima de una tonelada de bombas: usaban cuatro lanzadores que llevaban cada uno una bomba de 250Kg. o cuatro de 50Kg. (Salas ha expresado errneamente que llevaban ocho, pero dicha configuracin se incorpor en versiones posteriores de dicho avin), por lo cual su carga fuera probablemente como mximo de unos 800Kg. cada uno (16 bombas de 50 Kg). La cifra total correspondiente a esos tres aparatos fue factiblemente de 2.200 Kg. -nunca 4.350- por lo cual el tonelaje de las bombas lanzadas por los aviones que participaron en las incursiones iniciales suma en total probablemente unos 4.000 kilos. Con respecto a las arrojadas por los Junkers Ju-52 que realizaron el bombardeo principal a ltima hora de la tarde tambin se han expresado cifras errneas. Se trataba de un avin carguero adaptado por necesidad a misiones de bombardeo, siendo la versin militar utilizada sobre Gernika el Ju-52/3mg3e, propulsado por tres motores BMW 132- A-3 radiales de 9 cilindros de 725 HP. Acorde a la informacin tcnica estaba equipado con 3 lanzabombas dobles (tipo DSAC) con una capacidad total de 6 bombas entre 10 y 250 Kg. cuya puntera era regulada por un visor Gurtz GV219D instalado detrs del parabrisas de la gndola inferior, siendo su capacidad original llevar 6 bombas tipo SC-100 con un peso total de 600 Kg. y armado con una ametralladora MG 15 de 7.92mm dorsal y otra en la gndola ventral retrable. Debe agregarse que el mecanismo de lanzamiento de bombas debi instalarse en tres lanzadores independientes porque la seccin central bajo las alas y la estructura principal no permitan una abertura nica, y asimismo debieron desarrollarse lanzadores de bombas verticales debido a que el espacio entre los tirantes de la estructura no permita un alojamiento horizontal Salas Larrazabal indica la capacidad de los lanzabombas utilizados por la Legin Cndor en Espaa que admitan diversas combinaciones: una bomba de 250 Kg. 4 bombas de 50 Kg. 16 bombas de 10 Kg. o 144 de 1 Kg. expresando que los Ju 52 usaban 4 en los lanzabombas posteriores pudiendo agregar 2 en los delanteros, y menciona la existencia de graves accidentes que provocaron varias explosiones en vuelo de los Ju-52 en 1937, pero omite mencionar las bombas SC-100 de 100 Kg. que constitua la configuracin original del fabricante. Atribuye a los Ju-52 haber lanzado como mximo 22 toneladas de bombas en total, suponiendo la participacin de 19 aparatos con una carga mxima de bombas explosivas en los cuatro lanzadores, adicionando el mximo de incendiarias (288 Kg), probablemente con el propsito de demostrar lo disparatado de las cifras de 45 a 50 toneladas denunciadas sobre carga de bombas. Apoya sus clculos en un informe sobre La Guerra en el Norte realizado por la Seccin Ciencia Militar de la Luftwaffe conteniendo un esquema con una carga promedio de una bomba de 250 Kg. y 12 bombas de 50 Kg. por avin (850 Kgs. en total) sin referencia a la carga de los pozos delanteros. Expresa tambin que la carga mxima de 1.500 Kg, supondra 6 bombas de 250 Kgs. que nunca se us en Espaa (sin embargo fue experimentada en el ataque al acorazado Jaime I ) sealando que sobre Madrid la carga normal en noviembre de 1936 fue de 16 bombas de 50 Kg. y 288 de 1 Kg.(en total 1.088 Kg.), aunque para bombardear los Ministerios de Guerra Marina y Gobernacin se usaron 2 bombas de 250 Kg. 8 de 50 Kg y 32 de 10 Kg. (1.220 Kgs. en total). Salas supone la presencia de 19 Junkers como mximo y 22 toneladas de bombas (estrictamente 22,07) o sea casi 1.162 kilos por avin, casi el doble de su carga
normal de 600 kilos de bombas cuando se realiz la conversin de carguero a bombardero. En realidad la configuracin de la carga de bombas se modificaba en cada caso acorde a las necesidades de la misin a realizar y el combustible requerido para la misma, siendo utilizada la capacidad mxima slo en circunstancias excepcionales segn se encuentra acreditado. Cabe acotar que la capacidad de carga de bombas de 1.500 Kg. se incorpor en una versin posterior del aparato: el Ju-52/3mg5 propulsado por tres motores BMW 132-T-3 radiales con una potencia de 830 HP cada uno. Las cifras indicadas precedentemente se basan en suposiciones, pudiendo estimarse sin embargo con suficiente certeza la realidad en base a datos concretos. En su accin sobre Gernika los Ju-52 llevaban bombas medianas de 250 Kg., bombas livianas de 50 Kg. e incendiarias de 1 Kg. habiendo operado tres escuadrillas de 6 aparatos cada una segn el capitn Von Beust , siendo la 1 comandada por Karl Von Knauer, la 2 por Hans Henning Von Beust y la 3 por Erhart Von Kraft. Las aeronaves haban atacado Guerriciaz pasado el medioda y luego de reabastecerse y almorzar, las tripulaciones partieron a la misin vespertina, ajustando la configuracin de las bombas al objetivo que pretenda von Richthofen ya citado, de atacar las carreteras y el puente al Este de Gernika, para bloquear las vas de comunicacin y cerrar el trfico de las fuerzas en retirada sobre la villa. Segn correspondencia de Salas con el Jefe de la 3 escuadrilla Von Kraft, los Junkers haban cargado los cuatro lanzadores posteriores con bombas de 10 Kgs. -sin indicar cuantas- y bombas incendiarias en los dos lanzadores delanteros como sola hacerse desde que empezaron a actuar en el Norte. Pero -segn su relato- sustituyeron las bombas de 10 Kgs. por bombas de 250 y de 50 Kgs. pero no descargaron las incendiarias de los lanzadores delanteros porque no lo autoriz el comandante Fuchs para no retrasar la hora del bombardeo. Posteriormente el mismo cuestion el uso de bombas incendiarias debido a los informes de fuerte viento lateral del Este informado en la incursin previa por el Dornier Do-17 que realiz el primer ataque a las 4 y media de la tarde. Por su parte en 1974 el Jefe de la 1 Escuadrilla de Junkers Ju-52 capitn Von Knauer le asegur a Klaus Maier para su libro, que las Escuadrillas 1 y 2 llevaban nicamente bombas de 50 Kgs. sin incluir las de 250 Kgs. aunque no especific la carga total ni la cantidad de incendiarias lanzadas. Salas Larrazbal supone la presencia de 19 Ju-52 a quienes atribuye haber lanzado 28 bombas de 250 Kg. con un peso de 7 toneladas, ms 192 bombas de 50 Kg. pesando 9.600 kilos adicionales, ms 5.470 kilos de bombas incendiarias. Para ello supone que la escuadrilla del capitn Von Kraft -ltima de la formacin y nica en llevar bombas de 250 Kg.- habra estado integrada por 7 aparatos con 4 bombas cada uno, a lo cual deban serle agregadas las incendiarias segn sus estimaciones, sumando 1.288 kilos cada uno. Las 192 bombas de 50 Kg. deban distribuirse entre las dos primeras escuadrillas, o sea 16 bombas de 50 Kg. cada uno ms 288 de incendiarias, en total 1.088. Tanto en un caso como en el otro se superan ampliamente las cifras previamente citadas de una bomba de 250 Kg. por avin y 850 kilos en total en el frente Norte, y la carga original de 600 kilos prevista en la configuracin normal de los aparatos. El propsito de hacer concordar exactamente la carga de bombas medianas de 250 Kg. con los 39 boquetes relevados no slo resulta intil por su discordancia con la capacidad de pertrechos de los aparatos, sino incluso porque hace unos aos se encontr una bomba de 250 Kgs. sin detonar, lo que para hacer concordar la cifra debera llevar a suponer 40 unidades transportadas y no 39, frustrando el clculo. Pero adems parte del supuesto que todos los boquetes relevados correspondieran a este tipo de bombas y no una combinacin de varios tipos, o incluso al impacto conjunto de varias unidades menores. La Carga Probable El total de las bombas lanzadas por el Do-17 y los SM-79 -debidamente acreditado- ha sido plenamente aceptado por todos los historiadores, pero curiosamente no ha ocurrido lo mismo con respecto a las que fueron arrojadas por los Ju-52, que asimismo se encuentra documentado. Cabe acotar que segn un expediente encontrado en archivos alemanes relativo a La Guerra en el Norte consta como carga de bombas explosivas lanzadas por los Ju-52 en la denominada Operacin Rugen sobre Gernika la cifra de 7.950 Kgs. Csar Vidal afirma que la suma indicada es una falsificacin elaborada con posterioridad al bombardeo, razonando que si se hubiera arrojado sobre Gernika una carga de tal magnitud como la que se ha denunciado, el objetivo final no podra haber consistido sino en unos pocos objetivos perifricos. La cifra mencionada en el referido documento se desglosa en 9 bombas medianas de 250 Kgs. y 114 livianas de 50 Kgs. la cual resulta relativamente compatible con la referencia de Von Knauer sobre la carga de bombas de 250 Kgs. nicamente en la 3 Escuadrilla. Si la misma estuvo efectivamente integrada por 7 aviones, puede presumirse que se haba incorporado a ella un aparato rezagado perteneciente a las anteriores, habindose alineado al final como es norma en las formaciones castrenses, siendo su carga de
bombas correspondiente a la de su pertenencia a pesar de su ubicacin. En tal caso las 2 primeras escuadrillas habran estado formadas por 10 aparatos con bombas de 50 Kg. llevando cada uno 9 bombas con 450 Kg. en total ms 150 incendiarias, a las cuales debe agregarse el aparato rezagado con igual carga. Los integrantes de la escuadrilla final -con excepcin del rezagado- habran llevado en 3 de los aviones 2 bombas de 250 Kg. ms las incendiarias, y en los 3 restantes 1 bomba de 250 Kg. y 3 de 50 Kg. ms las incendiarias. En resumen: 11 aparatos (10 en las primeras formaciones ms el rezagado) con 9 bombas de 50 Kg. cada uno sumando 99 bombas: 4.950 Kg.; 3 aparatos con 2 bombas de 250 Kg. cada uno y 3 aparatos con una bomba de 250 Kg. sumando 9 bombas: 2.250 Kg., y adems los ltimos 3 aparatos 5 bombas de 50 Kg. cada uno sumando 15 bombas: 750 Kg. Incluso suponiendo que la el sptimo avin de la ltima escuadrilla tambin hubiera llevado una bomba de 250 Kg. ello sera irrelevante para el clculo de Salas, ya que como se ha dicho hace unos aos fue encontrada una bomba de ese tipo sin estallar. Corresponde agregar que cada avin habra llevado adicionalmente unas 150 bombas incendiarias de un kilo cada una. Las cifras contenidas en este informe han sido cuestionadas por diversos historiadores por considerarlas inferiores a las reales, aunque no han podido justificar sus estimaciones sobre el enorme volumen de bombas pretendidamente arrojadas sobre la villa. La apreciacin de Salas Larrazbal tampoco se funda en circunstancias probadas, basndose en suposiciones elaboradas con el propsito de hacer concordar totales, atribuyendo cargas que no se ajustan a la capacidad tcnica de algunos aviones, y apoyndose en el referido informe sobre la Guerra en el Norte (una bomba de 250 Kg. y 12 bombas de 50 Kg. con 850 Kg. en total por avin) donde se establecen cargas promediales de bombas sin mencin de objetivos. Ante tales discrepancias debemos intentar establecer las cifras ms probables por varios medios: Ante todo ajustndonos a los datos y los informes no controvertidos y la informacin tcnica sobre los aviones. Adems basndonos en informacin pacficamente aceptada, efectuando clculos relacionando la misma con cifras globales, y realizando asimismo comparaciones entre capacidad terica y carga efectiva en base a datos ciertos. Y finalmente evaluando la verosimilitud del cuestionado informe relacionando los datos. Como se ha dicho tanto el Do-17 como los SM-79 arrojaron 12 bombas de 50 Kg. cada uno con 600 Kg. por aparato, con una capacidad de carga mxima de 1.000 Kg. en cada caso. Puede presumirse razonablemente que los He-111 utilizando los mismos lanzadores que el Do-17 y con la misma capacidad de carga lanzaron una cantidad igual de bombas o an estimarse razonablemente una cantidad superior sin forzar su capacidad tcnica. Por su parte con respecto a los Ju-52 las cifras referidas a la Operacin Rugen concuerdan significativamente con la configuracin de carga normal de los aparatos y las caractersticas de la incursin: ese da se realizaron dos misiones consecutivas, una pasado el medioda finalizada a las 3 de la tarde, partiendo dos horas ms tarde a la siguiente que comenz a las 6 y media. Se advierten asimismo circunstancias tales como los cambios en la composicin de la carga de bombas, la premura en la recarga para no dilatar la partida y disponer de luz solar durante la incursin por la cercana del atardecer, y la desordenada integracin de las escuadrillas. Pero adems resulta coherente con datos concordantes relativos a la carga de las bombas incendiarias de 1 kilo que von Richthofen estim en aproximadamente un tercio de las explosivas, equivalentes a la cuarta parte del total. Acorde a las cifras denunciadas por los britnicos -y aceptadas pacficamente- comprobamos como en trminos generales los nmeros armonizan con la restante informacin disponible. Para una concordancia exacta de las cifras deberamos suponer que las bombas incendiarias habran sumado en total 2.650 Kgs.: siendo las incendiarias un tercio de las explosivas segn expresara von Richthofen: 2.650 x 3 = 7.950, resultando dicha cifra muy prxima al promedio de las estimaciones de Gordon Thomas y Steer (respectivamente de 2.500 y 3.000 Kgs. cuya media sera 2.750 Kgs.). Sumando 7.950 ms 2.650 el total sera de 10.600 Kgs. cifra que es muy similar a la capacidad de carga total de pertrechos de los 17 aparatos en base a su configuracin original normal de 600 Kgs. cada uno. Suponiendo su carga operativa normal -10.200 Kgs.- las bombas incendiarias de los 17 aparatos seran 2.550 Kgs (10.200 dividido 4) y las explosivas el triple (2.550 x 3 seran 7.650 Kgs.); muy similares al cuestionado informe. Cabe acotar como referencia que un slo bombardero cuadrimotor britnico Avro Lancaster poda arrojar en 1944 un tonelaje de bombas casi tan grande como el de los 17 trimotores Junkers Ju-52 en 1937. En cuanto a los dos He-111, aun suponiendo que ambos pudieran haber transportado 8 bombas de 250 kilos -su carga mxima- pesando en conjunto 2.000 Kgs., sumadas a las 9 bombas de los Ju-52 con 2.250Kg. alcanzaran a 4.250 Kgs. totalizando 17 bombas -cifra concordante con los 16 boquetes detallados en el informe Herrn en Gernika ms la bomba hallada sin detonar- sin alterar el tonelaje. Resultan curioso advertir como algunos historiadores divagan con abultadas cifras sin percatarse de algunas simples referencias, como la similar carga de los SM-79 italianos y el Do-17, compartiendo stos
pertrechos con los He-111, y la relacin ente el total de bombas incendiarias y explosivas. Asimismo su concordancia de la capacidad de carga normal de los Junkers Ju-52, que utilizaban los mismos cargadores que el Do-17, sin que exista ningn motivo justificado para suponer un volumen mucho mayor. Cotejando armnicamente los datos, la consistencia de la investigacin permite concluir que probablemente la carga de bombas que pudieron haber sido arrojadas por la totalidad de los aviones que operaron sobre la villa debe haber alcanzado como mximo unas 15 toneladas, lo cual concuerda con las caractersticas operativas de los aparatos, y es coherente con el citado documento de la Legin Condor. Resumiendo: el Do-17: 600 Kg y los tres SM-79: 1.800 Kg. segn consta los registros. Los dos He-111B-1: un mximo de 2.000Kg. ambos, y los 17 Ju-52 unos 10.600 Kg. Suma total: 15.000 Alternativamente si atribuimos a los dos He-111 Kgs. su carga probable de 1.600 Kg. ambos, y elevamos la carga de los Ju-52 incluso hasta 11.000 Kgs. los totales se mantienen. Es lo ms probable. Evidentemente estos nmeros son contingentes y las sumas reales probablemente nunca se sabrn con exactitud, pero ante las cifras alternativas alegadas, stos se basan en documentacin, datos tcnicos e informacin concordante, constituyendo la aproximacin ms certera posible a la realidad. Las estimaciones ms conocidas se han enunciado sin base sustentable y se aventuran careciendo de seriedad, y los clculos ensayados por Salas son conjeturas que contradicen informacin tcnica e histrica, forzando incluso las suposiciones para alcanzar determinados totales. Como vemos los clculos moderados han aumentado casi al doble la cantidad total de bombas, incluidas las incendiarias, y la mayora de las versiones a ms del triple. El motivo parece comprensible Estando debidamente aclarado lo relativo a las caractersticas de la incursin, las aeronaves y el volumen de explosivos, demostrando cual era el objetivo militar especfico y la exclusin de propsitos criminales, la gran interrogante radica en comprender como fue posible tanta destruccin con los medios militares que hemos reseado. Tal vez esa sea la razn por la cual se ha magnificado el volumen de las bombas, pretendiendo justificar as la enormidad de las ruinas y los miles de vctimas atribuidos. Pero no se trata solamente de errores de cifras con respecto a los aviones y explosivos, sino tambin sobre el desarrollo de las acciones habindose denunciado que el bombardeo tuvo caractersticas masivas extendindose durante ms de tres horas. Esto tambin es incierto, ya que segn se ha detallado las incursiones se realizaron en forma espaciada, y la Legin Cndor careca de capacidad logstica y aviones capaces de mantenerse sobre el cielo de la zona durante tantas horas. Salas Larrazabal investig el tiempo insumido por el vuelo de un Ju-52 desde Burgos a unos 140 Kmts. de distancia estimndolo en media hora (realmente unos 40 minutos) el paso sobre la villa en 20 segundos, y media hora adicional para el regreso. La velocidad constante de crucero de estos aparatos era de 210 K.P.H, pudiendo alcanzar una mxima de 275 K.P.H a baja altura. La carga de bombas con carretillas y poleas y el aprovisionamiento de combustible con bidones llevaban otra media hora. Y segn seala dicho autor, haba slo una veintena de trimotores acantonados en Gamonal. Los Do-17 eran ms rpidos: llegaban a 400 K.P.H. y los He-111-B-1 alcanzaban 350 K.P.H., y los SM79 tambin lograban 350 K.P.H. Pero adems eran discordantes las velocidades de los cazas de escolta dificultando su coordinacin: con los Ju-52 cuya velocidad era de 210 KPH en altitud, los Fiat CR-32 que los escoltaban llegaban a 350 K.P.H. mientras los He-51 apenas alcanzaban los 150 K.P.H. y los Bf109 B-1 -con motor de Jumo de 680 HP- superaban los 450 KPH. Todo obligaba a incursiones independientes, nunca masivas. Otros Bombardeos Pero adems de aportar la informacin exacta sobre los aparatos que intervinieron en la incursin y los explosivos utilizados en el bombardeo, debe sealarse que no slo son inciertas las referencias a los aviones y las bombas utilizadas, sino que tambin son falsas las denuncias sobre propsitos genocidas del supuesto primer bombardeo realizado a una ciudad. Para ello es importante examinar el episodio blico en el contexto de la Guerra Civil en desarrollo, siendo tambin falso alegar la inexistencia de anteriores atrocidades de bombardeos, ya que ciertamente existen profusos antecedentes de acciones areas sobre centros poblados. Segn Sven Lindqvist, el primer bombardeo areo registrado se efectu en noviembre de 1911 por el teniente Giulio Caviotti desde un monoplano Taube durante la guerra Italo-Turca, quien lanz manualmente cuatro bombas Cipelli de 2 kilos contra posiciones turcas de Aiz Zara y el oasis de Tajiura cercano a Trpoli. Santiago Matta citando a Lindqvist cita el episodio de seis aviones franceses que realizaron en 1912 acciones de bombardeo en Marruecos, y en 1913 aviones espaoles arrojaron bombas
de cartucho alemanas con metralla de bolas de acero, generalizndose su aplicacin blica poco tiempo despus durante Primera Guerra Mundial. En dicho conflicto las primeras acciones se limitaron al frente de Francia y Blgica sin ataques a Inglaterra porque el canciller Bethmann Hollweg confiaba en llegar a un acuerdo con los britnicos, quienes en setiembre de 1914 atacaron fallidamente un hangar de zepelines en Dusseldorf con una bomba que no explot y en diciembre destruyeron otro hangar en el lago de Constanza. Luego de varios ataques a la fbrica de BASF, otras industrias qumicas y altos hornos del Sarre, fue bombardeada la ciudad de Colonia y en represalia en enero de 1915 fueron atacados objetivos ingleses con exclusin de Londres. Pero al recrudecer las acciones en marzo los zepelines atacaron Paris y en mayo Londres, intensificndose las acciones recprocas a partir de 1916. Los Britnicos utilizaron bombarderos al comienzo de la guerra en Egipto, el Noreste de la India y Sudan, y en 1917 Constantinopla, seguido de una campaa de bombardeo estratgico desde fines de 1917 a fines de 1918 sobre Alemania bajo la direccin del General Hugh Trenchard, el padre de la RAF. Debido a las caractersticas que tomaban las acciones en febrero de 1918 el Kaiser Guillermo propuso prohibir el bombardeo de ciudades abiertas y en el verano prohibi unilateralmente el uso de bombas incendiarias. La mayor bomba area de la primera guerra mundial (748 kg) fue arrojada por la IAP el 14 de setiembre de 1918, seis das despus de tomarse la lnea Hindenburg y menos de un mes antes del armisticio. A la experiencia de Hugh Trenchard siguieron las teoras del italiano Giulio Douhet en sus libros El dominio del aire y Aspectos probables de la guerra del futuro, y del comandante norteamericano Billy Mitchell que desarrollaron la teora de la guerra area contra objetivos industriales y civiles para destruir la moral del enemigo. Douhet opinaba que lanzando 250 toneladas de bombas se podan destruir ms de 2,5 Kilmetros cuadrados de una ciudad, sosteniendo que las lneas de comunicaciones, fbricas, arsenales, puertos etc. eran blancos secundarios siendo lo importante que el enemigo, derrotado en el aire, sintiera que estaba totalmente a merced de su adversario. Al finalizar el conflicto mundial la marina de USA se interes por el bombardeo en picado experimentado en 1919 por los Marines sobre Hait, bombardeando en ngulo de 45. Los ataques areos alcanzaron gran importancia en las guerras coloniales y en 1919 las operaciones areas fueron aplicadas por los britnicos en la Tercera Guerra Afgana bajo la direccin de Winston Churchill como Secretario de Guerra, bombardeando Dacca, Yalalabad y Kabul, siendo repetidas en 1920 en Irn, Transjordania y Bagdad. Tambin ese ao aplastaron una sublevacin en Somala dirigida por el Mullah Mohamed Hassan a quien atacaron de sorpresa con 12 aviones mientras simulaban una visita de emisarios, bombardeando su carpa en Taleex donde mataron a sus consejeros y casi toda su familia persiguiendo a sus oficiales durante dos das por el desierto, insumiendo la operacin una semana en vez de un ao. En 1922 los sudafricanos bombardearon a los hotentontes hasta casi extinguirlos. En 1924 el luego famoso Mariscal del Aire Arthur Harris desarroll en Irak su plan de control sin ocupacin mediante la destruccin por el fuego de las poblaciones rebeldes de techos de paja, exponiendo en un informe que en el lapso de cuarenta y cinco minutos una villa de buen tamao puede ser prcticamente arrasada y un tercio de sus habitantes muertos o heridos por cuatro o cinco mquinas En setiembre de 1924 Winston Churchill public un artculo en la Pall Mall Magazine donde escribi: Se debera inventar una bomba no mayor que una naranja que pudiera hacer estallar una ciudad entera, iglesias, apartamentos y todo Estoy a favor de propagar ciertos tipos de bacterias entre hombres y animales difundiendo peste para destruir cosechas, ntrax para infectar caballos y ganado, y que la plaga no slo mate ejrcitos enteros, sino a los habitantes de regiones enteras. Llamo a todo esto ciencia militar avanzada.(One should invent a bomb no larger than an orange that could blow up an entire city, churches, apartments and allI am in favor of spreading certain types of bacteria among men and animals, spreading blight to destroy crops, anthrax to infect horses and livestock, and the plague to kill not only whole armies, but the inhabitants of whole regions. I call this all advanced military science.) Tambin aconsej el uso de armas qumicas contra nativos recalcitrantes y asegur que Estoy firmemente a favor de usar gas venenoso contra tribus incivilizadas para propagar un vvido terror ( "I am strongly in favour of using poisoned gas against uncivilised tribes [to] spread a lively terror" ). Para ello -segn Lindqvist- el Secretario de Guerra ofreci a la RAF seis millones de libras esterlinas para que asumiera el control de la operacin contra Iraq sustituyendo al ejrcito regular que, por entonces, ya haba costado dieciocho millones de libras. En 1925, aviones estadounidenses pilotados por voluntarios a las rdenes de la fuerza area francesa y al servicio de Espaa, doblegaron un levantamiento de Bereberes en Marruecos bombardeando la ciudad de Chechaouen. En el mismo ao los franceses sofocaron una rebelin de Drusos bombardeando Damasco con aviones artillera y tanques, matando a ms de mil personas. Entre 1926 y 1928 los Marines norteamericanos bombardearon a los sandinistas en Nicaragua
para forzar un cambio de gobierno, y entre 1928 y 1931, se dice que los italianos redujeron en un 35 por ciento la poblacin rabe de Libia por medio de ataques areos. El 9 de noviembre de 1932 el Vice Primer Ministro Britnico Baldwin dijo en un discurso en el Guild Hall: La nica defensa es el ataque -o en otras palabras- si queremos salvarnos debemos matar mujeres y nios ms rpido que el enemigo. ( The only defense is attack -or in other words- if we want to save ourselves, we must kill women and children faster than the enemy.) En 1932 el Almirante Japons Kiochi Shiozawa bombarde Shangai causando miles de vctimas civiles, lo cual se reiter en agosto de 1937; y en 1936 los pilotos italianos bombardearon Etiopa con gas mostaza para derrocar a Haile Selassie atacando a soldados y civiles, afectando ros, lagos, pasturas y ganado. Los posteriores episodios de la Segunda Guerra Mundial son ms conocidos, partiendo de la decisin del Gabinete de Guerra Britnico del 11 de mayo de 1940 da en que Churchill constituy su gobiernoaprobando el bombardeo indiscriminado de objetivos civiles, aplicado masivamente desde agosto de ese ao y provocando represalias alemanas: a Munich sigui Coventry, a Mannheim sigui Londres, y el 8 de julio de 1941 Churchill clam por un ataque absolutamente devastador exterminante por los muy pesados bombarderos de este pas En febrero de 1942 la designacin del Mariscal Arthur Harris aceler el proceso, aplicado en marzo sobre Lubeck, en mayo sobre Colonia, y luego sobre Hamburgo con la llamada operacin Gomorra entre el 24 de julio y el 3 de agosto de 1943. En cuatro incursiones la RAF lanz 8.621 toneladas de bombas (4.309 incendiarias) y la USAF 771 toneladas. La RAF oper el 23 con 746 bombarderos, el 27 con 787 bombarderos y el 30 con 777 ; el 25 la USAF con 109 B-17. En total 2.596 aviones arrojaron 9.400 toneladas de bombas, con 250.000 edificios destruidos y por lo menos unos 50.000 muertos en una tormenta de fuego con temperaturas de 800 grados y vientos de 240 KPH y casi 2.500 hectreas arrasadas. En Dresden del 13 de febrero al 17 de abril de 1945: operaron en total 2.418 bombarderos 772 de la RAF y 1646 de USAF y arrojaron 7.028 toneladas de bombas (de las cuales 1.824 toneladas fueron incendiarias con 650.000 bombas) siendo arrasados 34 Kilmetros cuadrados con 28.049 edificios destruidos (con 220.000 viviendas) sobre un total de 35.470. El nmero de vctimas probablemente nunca se conozca y oscila entre un mnimo de 25.000 identificados -segn el actual gobierno alemn- y tal vez cientos de miles debido a que muchos fueron calcinados casi sin dejar rastros, y la inexistencia de datos fidedignos de cerca de medio milln de refugiados en la ciudad adems de sus 650.000 habitantes. El prisionero norteamericano Kurt Vonnegut ( autor de Matadero Cinco) testigo presencial de los ataques, ha compartido el clculo de 135.000 muertos realizado en 1945 por Hans Voigt de la oficina de poblacin, aunque en aos sucesivos han sido hallados restos de miles de cuerpos entre las ruinas. La campaa de ataques areos del general Curtiss Le May sobre Japn alcanz su cspide con los bombardeos sobre Tokio entre el 25 de febrero y el 9 de marzo de 1945 donde en total 508 aviones B-29 lanzaron 2.118 toneladas de bombas (300.000 incendiarias) destruyendo en conjunto 295.000 edificios y arrasando 4.460 Hectreas, causando 97.000 muertos segn los Bomberos, aunque otros clculos estiman que llegaron hasta 120.000. Y despus llegaron Hiroshima y Nagasaki con cerca de un cuarto de milln de muertos en total Cabe mencionar por su parte que el 29 de abril de 1989 se acord el hermanamiento de la villa de Gernika con la pequea ciudad de Pforzheim que haba sido arrasada el 24 de febrero de 1945 por un furioso bombardeo de 1.551 toneladas de bombas -100 veces ms que sobre Gernika- que caus 20.277 muertos en su poblacin de 65.000 habitantes, un tercio del total, y casi todos madres, nios y ancianos. En cuanto a la Guerra Civil Espaola, Gernika no fue el primer bombardeo de una ciudad, pudiendo citarse que el mismo da del alzamiento -18 de julio de 1936- los aviones gubernistas bombardearon el barrio moro y la mezquita de Tetun provocando un tumulto entre la poblacin, entre otros episodios el 22 de julio los sublevados bombardearon Otxandiano en Vizcaya causando unos 60 muertos, y el 3 de agosto en la madrugada, un Fokker F VII republicano arroj tres bombas sobre Zaragoza, de las cuales dos cayeron en la Baslica del Pilar y una en la plaza contigua, pero ninguna explot. El 27 de agosto comenzaron los ataques areos de aviones sublevados sobre Madrid que recrudecieron a fines de octubre provocando un gran nmero de vctimas, y el 27 de diciembre atacaron Santander causando unos 70 muertos, motivando como represalia de los gubernistas el asesinato de ms de 150 detenidos polticos. El 4 de enero de 1937 luego de una incursin sobre Bilbao, un piloto alemn derribado fue linchado y una turba organizada por sindicalistas rojos asesin a 224 presos polticos, sacerdotes y religiosos. Antes de Guernika, el ataque de aviones italianos sobre Durango el 31 de marzo de 1937 caus 172 vctimas entre las cuales 11 monjas muertas en el convento de Santa Susana y el prroco de la iglesia de Santa Mara, y despus los bombardeos italianos de Barcelona -marzo de 1938- motivaron una protesta del Vaticano por sus cientos de vctimas. En el ltimo ataque murieron unas 800 personas - muchas ms que en Guernica-
por el impacto de una bomba en un camin cargado de trilita en la Gran Va. Por su parte los aviones republicanos realizaron bombardeos sobre Cabra, Oviedo, Zaragoza, Huesca, vila, Logroo, el Castillo de Gardeny de Lrida, Mequinenza, Gandesa, Crdoba, Belchite, Ibiza, Sevilla, Valladolid , Melilla y otras. Se recuerdan particularmente los sucesivos bombardeos sobre Oviedo desde el 13 de agosto de 1936 hasta fines de marzo de 1937: 130 ataques en total unas 10.000 bombas de aviacin (el da 10 de setienbre de l936 causaron 120 muertos) y especialmente el bombardeo sobre la ciudad de Cabra (Crdoba) muy distante del frente, realizado el 7 de noviembre de 1938 -aniversario de la revolucin sovitica- causando 108 muertos. Como acotacin final : las bombas arrojadas sobre Hamburgo en julio de 1943 fueron 600 veces ms y las vctimas 400 veces ms que sobre Gernika; sobre Dresden en febrero de 1945 las bombas fueron ms de 450 veces ms y las vctimas como mnimo mil veces ms que en Gernika. El Gran Incendio Hemos examinado atentamente la situacin geogrfica estratgica de la villa, sus fbricas de armas y bombas, la construccin de refugios antiareos, la situacin militar y el eje defensivo GernikaAmorebieta-Berneo, la ocupacin militar de la villa y los batallones acantonados, el entorno blico y los desplazamientos de tropas en la zona. Conocemos tambin las caractersticas de las incursiones areas sobre Gernika, su objetivo especfico, las rdenes cursadas por los Comandos militares, los aparatos participantes, los explosivos utilizados, etc. todo ello ciertamente muy distinto a la tan perdurable leyenda. Pero la enorme magnitud de la destruccin de la villa, y las vctimas inocentes que fallecieron, no concuerdan con las caractersticas del ataque, siendo necesario indagar ms sobre sus circunstancias . Como se ha dicho, los daos iniciales se circunscribieron a varios edificios importantes ya mencionados y unas 50 casas, expandindose enormemente en las horas siguientes por la furia del fuego. Consta en el informe de la Comisin Investigadora Espaola la declaracin de algunos testigos aproximadamente concordantes segn los cuales alrededor de cincuenta casas estaban en llamas (un empleado municipal), o que la cuarta parte de la villa estaba en llamas (el secretario de un magistrado), o que menos de la cuarta parte de los edificios que se quemaron estaban en llamas (un sacerdote). La cuarta parte de los 326 edificios de la villa seran 82, y de los 211 edificios destruidos o con daos graves, seran 53. Parte de la responsabilidad por la extensin de los incendios ha sido imputada por algunos a la omisa accin de los bomberos de Bilbao -que fueron llamados imperiosamente debido al fuego descontroladoque a pesar de estar a unos 30 kilmetros de distancia llegaron tardamente -segn algunos despus de las nueve y segn otros a las once de la noche- varias horas despus de finalizada la incursin y abandonaron su labor a las tres de la maana, combatiendo el fuego entre cuatro y seis horas, permitiendo que la devastacin se extendiera cinco o seis veces ms de la producida inicialmente. Tan inexplicable resulta su demora en llegar como su actitud de abandonar la lucha contra el fuego, a pesar que el Arquitecto Municipal Castor Uriarte Aguirreamalloa -jefe de Bomberos de la villa- describe en su libro muchos pormenores de los esfuerzos por combatir las llamas, y justifica la decisin de haber abandonado la tarea de dominar el incendio porque ya no haba esperanzas de evitar la destruccin de la villa. Csar Vidal sostiene que contrariamente a las crticas contra los responsables en extinguir el fuego, stos no fueron culpables de lentitud sino que comenzaron a actuar inmediatamente. Cita las memorias de Castor Uriarte quien se encontraba casualmente en la villa y durante el ataque se ocult en el refugio antiareo construido en el stano de la casa Loizaga, al salir del cual vio que su coche estaba en llamas al recibir el impacto de una bomba incendiaria. En el centro se encontr con el Alcalde Jos de Labaura quien orden a Uriarte que fuera hasta Mugica -debido a las lneas cadas- para telefonear a Bilbao solicitando la presencia de los bomberos, que llegaron una hora despus. Mientras tanto Castor Uriarte prepar tres bombas de incendio y sus mangueras, pero al intentar conectarlas a los hidrantes comprob que las bocas haban sido destruidas debiendo extender las lneas hasta el paseo de San Juan Ibarra para obtener agua del ro Oca comenzando a extinguir el fuego que haba comenzado en las casas de la calle del Puerto. Explic que en una casa de cuatro pisos donde tenan el fuego controlado estall una bomba y destruy el edificio, situacin que se repetira en varias ocasiones, acotando que esto sera utilizado por la propaganda enemiga alegando que los milicianos republicanos haban hecho estallar la villa. El hecho que las casas fueran colapsando una tras otra y el temor de quedar aislados entre los escombros indujo a Uriarte a ordenar la retirada hacia la zona alta, donde al comienzo de la ruta hacia Lumo haba un tanque de hierro que reciba lneas provenientes de los manantiales de aquella zona y de all distribua el agua a los diversos ramales de la villa. Trasladaron las bombas por la va frrea en direccin a Pedernales,
cruzaron la ruta de Bermeo y por la calle San Juan llegaron al costado de la iglesia de Santa Mara, desde donde combatieron las llamas que afectaban ese templo y los techos de las Escuelas Nacionales. Debido a la situacin donde muchos habitantes circulaban en busca de personas y pertenencias, Uriarte -con el consentimiento del Alcalde- prohibi la circulacin en las calles cntricas, mientras las llamas afectaban su chalet y el de sus suegros alejados del alcance de las mangueras sin poder salvarlos. Agrega que para peor, las rfagas de brisa estimulaban el desarrollo de las llamas, por lo que a las tres de la maana debi admitir que todo esfuerzo era intil ordenando a los bomberos que regresaran a Bilbao, y poco despus tambin l lo hizo en un camin con unos trabajadores que haban venido a buscarlo. Resulta incomprensible que el Arquitecto Uriarte ordenara suspender la lucha contra el fuego luego de haberlo hecho con tanto esfuerzo, as como que los bomberos y hasta l mismo abandonaran la villa dejndola a merced de las llamas cuando poco antes haban preservado los lugares histricos. Tal conducta es muy extraa, aunque Vicente Taln supone que pudieron haberse retirado cumpliendo una orden de evacuacin dictada por temor a ser atacados en la noche por fuerzas sublevadas que podran estar aproximndose -lo cual no ocurri- y que se aplic posteriormente el da martes 27 para la poblacin en general. Se advierte al respecto que esa noche se encontraban en la villa un gran nmero de autoridades bilbanas perfectamente identificadas por Salas Larrazbal, que permanecieron all luego de retirarse los bomberos, lo que acrecienta el misterio sobre el motivo para abandonar la villa. La actuacin del Arquitecto Castor Uriarte tambin ha sido duramente criticada por haber adoptado decisiones profundamente equivocadas para combatir las llamas, entre las cuales se menciona su negativa a circunscribir el incendio mediante la produccin de contrafuegos, oponindose asimismo a realizar demoliciones controladas en el sector antiguo de la villa creando espacios vacos para detener el avance de la combustin -haciendo explotar los edificios perifricos al ncleo del siniestro para evitar la propagacin de las llamas- como le fuera expresamente pedido por algunos pobladores. Otros indicios apuntaron a la existencia de un plan dinamitero, debido a que varias horas despus de haber terminado el ataque areo se siguieron escuchando explosiones que continuaron durante toda la noche, lo que pretendi ser explicado por Castor Uriarte como bombas sin explotar que detonaron posteriormente. Eso podra suceder en algn caso aislado -como una bomba de 250 Kg. sin estallar encontrada hace algunos aos en una excavacin realizada en la villa para un nuevo edificio- pero es bastante improbable que fuese un hecho generalizado. Las mismas continuaron escuchndose en los das subsiguientes, incluso despus de la ocupacin por los sublevados, atribuyndose a la existencia de cargas ocultas de dinamita -segn denunciaron los mismos- habindose encontrado en la parte alta de algunos edificios extraas bvedas probablemente previstas para alojar explosivos. Ocurri adems otro hecho muy extrao ya que a lo largo de las horas se fueron iniciando nuevos incendios en lugares originalmente no alcanzados por las llamas ardiendo edificios que no haban sido afectados -circunstancia que fuera advertida incluso por Steer- haciendo presumir la existencia de un propsito incendiario premeditado. Algunos testigos declararon haber visto que se esparcan lquidos inflamables entre los edificios, suponiendo los sublevados que los republicanos haban incendiado la villa en forma adrede antes de retirarse, tal como lo haban hecho poco tiempo antes al abandonar Irn y Eibar. Tal comportamiento fue controvertido posteriormente, alegndose que pudieron originarse en el accionamiento tardo de bombas incendiarias debido a la cada de mampostera, lo cual es errneo ya que la misma no es combustible. Tal explicacin fue sostenida por el cnsul britnico en Bilbao Ralph Stevenson que en su informe al Embajador Sir Henry Chilton afirm que el 27 de abril muchas casas estaban an quemndose e incendios frescos estaban estallando aqu y all, como resultado de bombas incendiarias que debido a alguna falla no haban explotado al impactar el da anterior y lo estaban haciendo en el momento de su visita bajo las vigas y mampostera que caan. Esta curiosa interpretacin se apoya tambin en un informe publicado por el diario Der Spigel en 2003 presumiblemente redactado por el ingeniero Joachim von Richthofen -quien no era familiar del aviador- fechado el 28 de mayo de 1937 sobre Efectos de las bombas en las ciudades espaolas (frente de Vizcaya) en el cual se analizan los bombardeos sobre ciudades con entre 3.000 y 20.000 habitantes donde se afirma que en Guernica se emplearon principalmente bombas incendiarias que provocaron incendios extendidos a causa de la destruccin de las canalizaciones de agua, hasta causar la destruccin del 75% de la ciudad , habiendo arrojado 31.000 kg de bombas desde entre 600 y 800 metros de altitud. Dicho informe contiene graves errores de informacin -las bombas incendiarias fueron menos del 20% del total, siendo la cuarta parte de las arrojadas por los Ju-52, el tonelaje total no super las 15 toneladas, y la altitud operativa fue muy superior- y nada expresa sobre el puente del ro Oca, ni el humo de las primeras explosiones que habra dificultado la visibilidad de las ltimas formaciones atacantes. Pero adems sostiene que la tcnica de
bombardeo consisti en lanzar primero bombas incendiarias y posteriormente las explosivas para asegurar la destruccin, lo cual es un grosero disparate ya que al operar de este modo los escombros sepultaran las llamas contribuyendo a su extincin. Circunstancias adicionales como la permanencia de grandes muros no derrumbados que se mantenan aislados sugeran la existencia de fuego destructor y no bombas demoledoras, habindose detectado en muchas partes la presencia de holln grasiento que no pudo haberse producido por bombas incendiarias. Todo resulta muy confuso y algunos investigadores aventuraron la explicacin de causas paralelas en el origen en la destruccin de la villa debido parcialmente al bombardeo y acrecentado por el incendio deliberado, o incluso la indolencia en combatir los incendios -tal como ha sido declarado por algunos testigos- obteniendo el mismo resultado por omisin. Desproporcionada Destruccin Lo que no ha logrado aclararse totalmente an -a pesar de las investigaciones realizadas- es como se produjo la gran devastacin final y que fue lo que la caus. Segn la versin tradicional todo fue consecuencia de las bombas arrojadas, y los historiadores simplemente se limitan a denunciar la existencia del bombardeo y a enumerar los aviones que intervinieron, las bombas lanzadas sobre la villa y sus alrededores y describir la enorme destruccin causada. Pero la entidad de la enorme devastacin resulta totalmente incompatible con las caractersticas de la incursin area. La informacin disponible sobre los bombardeos realizados por la Royal Air Force es muy ilustrativa sobre la destruccin de ciudades mediante bombas explosivas e incendiarias, ya que segn un estudio realizado por la British Home Office, slo el 20% de las bombas incendiarias que penetraban en un edificio producan un fuego continuo, y de los cientos de incursiones realizadas por la aviacin inglesa slo unas pocas causaron verdaderas tormentas de fuego. El caso del bombardeo de Hamburgo fue detenidamente estudiado en un informe originalmente clasificado como Restringido, y publicado en 1962 (British National Archives: document HO229/3) que resulta muy aclaratorio a los efectos comparativos. Segn el mismo en la noche del 27/28 de julio de 1943 se arrojaron 190 toneladas de bombas sobre una milla cuadrada de Hamburgo que contena 6.000 edificios muchos de los cuales eran de origen medieval de varios pisos. El efecto de estas bombas se describe en el siguiente detalle, que -segn consta en el informe- se encuentra basado en pruebas slidas y experiencia operativa de las armas referidas. I) 102 toneladas de bombas altamente explosivas lanzadas causaron 100 incendios. II) 88 toneladas de bombas incendiarias, de las cuales : 48 toneladas de bombas de magnesio de 4 libras con 27.000 bombas, de las que 8.000 impactaron sobre edificios causando 1.600 incendios; y 40 toneladas de bombas de gel de 30 libras con 3.000 bombas, de las que 900 impactaron sobre edificios, causando 800 incendios. En total se produjeron 2.500 incendios una milla cuadrada con 6.000 edificios de madera y provocaron una tormenta de fuego. Paralelamente en un informe del U.S. Strategic Bombing Survey sobre Los efectos de las bombas atmicas sobre Hiroshima y Nagasaki se comparan los mismos con todos los ataques incendiarios efectuados sobre Japn, resultando que 93 ataques con un promedio de 1.129 toneladas de bombas incendiarias y TNT fracasaron en causar una tormenta de fuego, y slo causaron la muerte de un promedio de 1.850 personas en cada uno. El ataque areo lanzado sobre Toko el 9/10 de marzo de 1945 fue excepcional matando a 83.000 personas, por efecto de una Tormenta de Fuego provocada por 1.667 toneladas de bombas incendiarias y de TNT, segn dicho informe. Comparando el bombardeo de Hamburgo con el de Gernika sorprende la alta proporcin de bombas incendiarias lanzadas sobre Hamburgo -46,32% del total- mientras en Gernika fue del 18% ; el menor nivel de destruccin -42%, siendo en Gernika el 74,4%- ; y que las bombas incendiarias fueran la causa casi exclusiva de la devastacin por el fuego alcanzando al 96%, con slo un 4% por las explosivas. Examinemos los datos ms detenidamente. *Con respecto a la relacin entre las bombas arrojadas y la superficie impactada, sobre Hamburgo se lanzaron 190 toneladas de bombas sobre una milla cuadrada, equivalente a 2.59 kilmetros cuadrados o sea 259 hectreas, debiendo acotar que las referencias a toneladas no se refieren a mtricas, ya que los britnicos utilizan como medida la llamada long ton equivalente a 2.240 libras, o sea 1.016 kilos (los norteamericanos usan la short ton de 907 kilos) por lo cual las 190 tons equivalen a 193 toneladas mtricas. Las bombas incendiarias fueron 89.400 kilos (88 tons) lanzadas sobre 259 hectreas lo que resulta en 34,5 gramos por metro cuadrado, y considerando la totalidad de bombas arrojadas -193 toneladas (190 tons)- resultan unos 74,5 gramos por metro cuadrado. La RAF provoc 2.400 incendios
sobre 6.000 edificios (un 40% del total) con sus bombas incendiarias sobre 259 hectreas causando 26,85 incendios por tonelada acorde a la proporcin de 34,5 gramos por metro cuadrado, y 100 incendios adicionales por efecto de las bombas explosivas (2.500 sobre 6.000 un 42% del total) produciendo 12,95 incendios por tonelada, contabilizando el total de las bombas arrojadas a razn de 74,5 gramos por metro cuadrado. Es interesante advertir que segn el mencionado informe, slo menos del 30% de las bombas incendiarias arrojadas sobre la ciudad de Hamburgo impactaron sobre edificios (8.000 de las 27.000 de magnesio y 900 de las 3.000 de gel). Estimando slo los impactos sobre los edificios, los 89.400 kilos de incendiarias se reducen a 26.800, que suponen menos de 10,35 gramos por metro cuadrado, y sumando 103.600 kilos de bombas explosivas totalizan 130.400 kilos, representando 50,35 gramos por metro cuadrado. Segn se ha dicho, la superficie ocupada por edificios en Gernika era de algo menos de 12 hectreas construidas sobre una superficie territorial de aproximadamente 20 hectreas y en la zona de Rentera dos hectreas sobre una superficie territorial de unas 5 hectreas en total. Las bombas lanzadas durante el bombardeo fueron probablemente 2.700 kilos de incendiarias (2.500 segn Gordon Thomas, 3.000 segn Steer) y una carga total inferior a 15 toneladas. Como se ha sealado, del relevamiento realizado resulta que sobre la villa impactaron slo el 41% de las bombas lanzadas, cayendo el 59% del total sobre Rentera situada del otro lado del ro causando menores daos. Dicho porcentaje equivale a unos 1.107 kilos de bombas incendiarias y 5.043 kilos de bombas explosivas , totalizando 6.150 kilos. Ello resulta en 5,5 gramos por metro cuadrado de bombas incendiarias, y 30,7 gramos por metro cuadrado computando la carga total de bombas lanzadas. Reduciendo al 30% las impactantes sobre los edificios, las incendiarias suman 332 kilos con 1,7 gramos por metro cuadrado, y sobre el total mximo de explosivas e incendiarias (5.043+ 332) 5.375 kilos de bombas, totalizan 26,87 gramos por metro cuadrado. *Con respecto a la relacin entre las bombas arrojadas y los edificios destruidos, considerado nicamente el tonelaje de incendiarias lanzadas: 89.400 kilos sobre 6000 edificios de Hamburgo en 259 hectreas son 14,9 kilos sobre cada uno en la proporcin de la RAF, y reducidos al 30% que efectivamente impactaron, son 26.800 kilos, equivalentes a 4,47 kilos de bombas por edificio sobre 23,17 edificios por hectrea. Comparativamente sobre Gernika (sobre 2.700 kilos lanzados cayeron el 41% sobre la villa e impactaron el 30% equivalentes a 332 kilos) cayeron 1 kilo 018 de bombas incendiarias por edificio, pero sobre una densidad edilicia equivalente al 70,35 % de Hamburgo, lo cual equivale a 716 gramos de bombas por edificio sobre 16,3 edificios por hectrea. Con tal diferencia de kilos de bombas por edificio (el 16% de Hamburgo) la tasa de destruccin de las incendiarias del 40% que se produjo en Hamburgo sera para Guernika sera de un 6,40 % que en los 326 de la villa equivale a 21 destruidos. Contabilizando todas las bombas que impactaron en Hamburgo -130.400 kilos- (103.600 kilos explosivas ms 26.800 incendiarias) sobre 6.000 edificios relevados en 259 hectreas , equivalen a 21,73 kilos sobre cada edificio, con un porcentaje de destruccin del 42%. Aplicando el mismo criterio en Gernika, las bombas impactadas debieron ser en total 5.375 kilos (5.043 kilos de explosivas ms 332 de incendiarias) sobre los 326 edificios relevados construidos sobre una superficie de 20 hectreas, que seran equivalentes a 16,49 kilos sobre cada uno. Esta cifra ajustada a la menor concentracin edilicia de Gernika motivando la dispersin del efecto destructivo sobre espacios libres -el 70,35 % de Hamburgo- equivale a 11,60 kilos sobre cada edificio o sea el 53,38% de Hamburgo es decir que supone un porcentaje de destruccin del 22,42 % correspondiente a 73 edificios. *Analizando los incendios por tonelada, vemos que el bombardeo britnico en la proporcin de 50,35 gramos de bombas en total por metro cuadrado caus 19,17 incendios por tonelada en Hamburgo con una destruccin del 42% de los edificios mediante una tormenta de fuego. Recordemos que en Gernika con muchos menos explosivos (el 53,37% de Hamburgo ) resultaron daados 271 edificios, con la disparatada proporcin de 50,44 incendios por tonelada. Acorde a la proporcin de 26,87 gramos de bombas impactadas por metro cuadrado sobre Gernika -el 53,37% de Hamburgo- la destruccin de la villa equivaldra comparativamente a 10,23 incendios por tonelada, y con 5.375 kilos de bombas podran haber causado en total 55 incendios, con un porcentaje de destruccin del 15,11 %. Sin embargo la diferencia es realmente incluso mayor debido a la menor concentracin edilicia de Gernika. Al comparar ambos bombardeos considerando el tonelaje de bombas que impactaron sobre los edificios, la menor densidad constructiva de Gernika provoca que los impactos de las bombas sean ms dispersos a pesar de lo cual tuvo mayor tasa de destruccin que Hamburgo que sufri una tormenta de fuego. En Hamburgo haba 6.000 edificios sobre 259 hectreas o sea 23,17 edificios por hectrea, mientras que en Gernika-Lumo se relevaron 326 edificios sobre 20 hectreas o sea 16,3 edificios por hectrea, siendo la concentracin edilicia de Gernika equivalente al 70,35% de Hamburgo.
Paralelamente, examinando la relacin entre el tonelaje total de las bombas arrojadas y los incendios producidos, vemos que sobre Hamburgo los 130.400 kilos totales de bombas impactadas sumando explosivas e incendiarias lanzadas por la RAF produjeron 2.500 incendios (con 42% de destruccin), que equivalen a 52,16 kilos por incendio. Curiosamente sin embargo al calcular la relacin del tonelaje de bombas por incendio en Gernika, los 5.375 kilos de bombas impactadas produjeron 271 incendios (con 74,4% de destruccin) equivalentes a 19,83 kilos por incendio, cifra que ajustada acorde a la concentracin edilicia (70,35% de Hamburgo) 13,95 kilos por incendio. Resulta por lo tanto que en Hamburgo 52,16 kilos de bombas por incendio provocaron una tormenta de fuego y causaron una destruccin del 42% de la ciudad, pero en Gernika 13,95 kilos de bombas por incendio (un 26,74% de Hamburgo) causaron una destruccin del 74,4% de la villa. Comparativamente el porcentaje de destruccin en Gernika debera haber sido del 11,23% equivalente a menos de 37 edificios. *Finalmente comparando la proporcin de bombas incendiarias lanzadas en uno y otro caso, como ha sido expuesto en el ataque areo sobre Hamburgo las mismas fueron del 46,32 % del total (globalmente 89.400 kilos sobre 193.000) mientras que en Gernika fueron del 18 % (globalmente 2.700 kilos sobre 15.000). Y segn el informe britnico en Hamburgo las bombas incendiarias provocaron una Tormenta de Fuego causando 2400 incendios sobre 6.000 edificios (el 40%) y las explosivas slo 100 adicionales (el 1,7%). Adems en Hamburgo las bombas incendiarias (46,32%) provocaron el 96% de la destruccin y las explosivas (53,68%) slo el 4% . En Gernika las bombas incendiarias (18%) representaron menos del 39% de las arrojadas sobre Hamburgo, siendo las explosivas el 82%, y obviamente no provocaron una tormenta de fuego sobre una superficie mucho menos densamente edificada -el 70,35% de Hamburgopor lo cual la tasa de destruccin del 40% de las incendiarias en Hamburgo debera ser del 28,14% para Gernika, y acorde a la proporcin del 39% supondra una tasa de destruccin por las incendiarias de un 11% equivalente a 36 edificios. En suma, sobre Hamburgo las bombas incendiarias sumaron 10,35 gramos por metro cuadrado, y sobre Gernika slo 1,7 gramos por metro cuadrado; y la totalidad de las bombas lanzadas sobre Hamburgo representaron 50,35 gramos por metro cuadrado, y slo 27 gramos por metro cuadrado sobre Gernika. Resulta sorprendente constatar cmo, siendo el rea bombardeada de Hamburgo ms concentrada resultando superior la efectividad del bombardeo, misteriosamente en Gernika con una proporcin de bombas menor, la destruccin sufrida fue mucho mayor alcanzando el 74,4% de los edificios relevados, mientras en Hamburgo -habiendo sufrido una tormenta de fuego- fue del 42% del total. Sea cual fuere el mtodo comparativo utilizado, los resultados demuestran la enorme desproporcin. Es absurdo imaginar que con slo quince toneladas de bombas lanzadas, de las cuales un 41 por ciento impactaron sobre la villa y sus carreteras, con menos de 5 toneladas y media de bombas que en total efectivamente impactaron sobre la villa, pudieron haber destruido 271 edificios. Tampoco resulta verosmil como pudo producirse un devastador incendio con tan escasos medios incendiarios. Del conjunto de 2.700 kilos de bombas incendiarias lanzadas impactaron probablemente un 30%, y de ellas slo un 41% sobre Gernika, y acorde al citado estudio de la British Home Office, slo el 20% de las bombas incendiarias que penetraban en un edificio producan un fuego continuo. Si la zona atacada alcanzaba a unas 20 hectreas con espacios abiertos, parece disparatado que apenas 27 gramos por metro cuadrado de la totalidad de las bombas que impactaron (incluyendo las carcasas) pudieran destruir ms de dos tercios de los edificios, con daos totales a casi tres cuartos del total, arrasando 90.000 metros cuadrados. Y es engaoso suponer que una bomba incendiaria de un kilogramo -que descontando el peso de la carcasa tena un contenido menor a medio kilo de productos gneos- pudiera haber quemado 270 metros cuadrados de territorio, con edificios de tres, cuatro o cinco pisos, triplicando por lo menos la superficie construida en varias plantas. O que 720 gramos de bombas incendiarias por edificio -con slo 360 gramos de material inflamable- pudieran quemar una construccin de varios pisos Sin ninguna duda, obviamente el bombardeo no produjo la gran devastacin de la villa. Fantasa y Realidad La extrema politizacin de ambos bandos ha dificultado el conocimiento de la verdad, pero la cuidadosa investigacin de los hechos nos permite comprender con bastante claridad lo que ocurri esa trgica tarde de abril en la zona de guerra, y percibir como la versin que muchos escritores todava relatan constituye una perdurable leyenda que muy poco tiene de cierto y mucho de fantasa. Se ha dicho que la incursin sobre Gernika fue el primer bombardeo en alfombra de la historia, aunque en realidad dicha tctica fue aplicada por Adolf Galland -a quien se atribuye- recin en la campaa de
Asturias en setiembre de 1937, habiendo llegado a Espaa el 7 de mayo (once das despus de Gernika) y entrado en accin en julio de ese ao con un He-51 capaz de lanzar bombas de un kilo. A su llegada escuch las versiones sobre el bombardeo, y segn ha expresado en la Legin Cndor nadie quera hablar del tema apesumbrados por haber causado un dao que no quisieron provocar, actitud que no concuerda por cierto con la que tendran sangrientos genocidas que haban arrasado una pacfica villa. Los dirigentes vizcanos y la prensa antifranquista de todo el mundo no slo denunciaron la criminalidad del bombardeo acusando a los sublevados de una atrocidad despiadada para aniquilar la poblacin, sino que tambin destacaron la injuria a las tradiciones y particularmente el propsito de destruir la villa ms representativa de la historia vasca donde desde haca siglos los Reyes de Castilla juraban solemnemente mantener los fueros ante una antigua encina, y como se ha dicho el Lehendakari del Gobierno Euskadi establecido por el Estatuto Autonmico de 1936 Jos Aguirre jur simblicamente all el 7 de octubre. Los denunciantes aplican un razonamiento muy sencillo para explicar la destruccin, limitndose simplemente a relacionar la existencia del ataque areo con bombas explosivas e incendiarias en la tarde del lunes 26, con la villa arrasada el da siguiente, completando el cuadro con una estimacin de las vctimas en miles y la carga de bombas arrojadas en cincuenta toneladas, para alcanzar cierta concordancia. Sin embargo tanto las bombas como las vctimas fueron muy inferiores a las denunciadas y concomitantemente la devastacin muy superior al poder de los artefactos destructivos, resultando inexplicable la desproporcin entre la incursin, la villa arrasada y el total de muertos, por lo cual la perdurable versin del genocidio vasco resulta insostenible, aunque muchos polemistas y algunos historiadores persistan en repetir las inveteradas incoherencias que an perduran. La existencia de un plan criminal para arrasar una villa carente de inters militar, es mero producto de la propaganda del momento, estando plenamente demostrada la ubicacin estratgica de la zona como crucial nudo de comunicaciones acorde a las circunstancias y el desarrollo de las operaciones blicas. An sin considerar la existencia de industrias de guerra existentes en la villa -las fbricas de armas y de bombas- Gernika era no slo punto de convergencia de carreteras sino tambin sector de desplazamiento de importantes fuerzas militares, algunas de las cuales se encontraban acantonadas en improvisados cuarteles instalados en edificios religiosos -tres batallones con 2.000 hombres- mientras otras iban llegando sucesivamente acorde a las tcticas impartidas. Dos de ellos se haban asentado en la villa desde bastante tiempo atrs. El Batalln N 18 Loyola tuvo su origen en milicias vascas acuarteladas en Loyola en setiembre de 1936, y luego de participar en diversas acciones militares en enero de 1937 se instal en Gernika donde el 7 de febrero se efectu el acto de bendicin de su bandera, interviniendo posteriormente en diversos combates y retornando siempre a Gernika al ser relevado. El Batalln N 53 Saseta era un batalln de ametralladoras con 48 mquinas cuyo mantenimiento realizaban los armeros de Eibar y estuvo integrado inicialmente con efectivos de Guipuzcoa incorporndose ms tarde reclutas vizcanos. En enero de 1937 se instal en el colegio de los Agustinos en Gernika habiendo participado en abril en los combates por el control del macizo Inchorta siendo capturado su comandante el da 25 de abril. As, junto con la evacuacin de la poblacin civil que haba sido prevista para ese da -posteriormente suspendida- la villa haba sido preparada como crucial foco de resistencia ante la retirada estratgica a la lnea demarcada por el eje cuya posicin principal est marcada por Guernica-Amorebieta-Bermeo segn la ya mencionada orden del Cuerpo de Ejrcito de Euskadi del 25 de abril. En esos trminos -como se ha dicho- varios batallones de las s Brigadas 1 y 2 en retirada cruzaron el ro Oca a media tarde antes del bombardeo, completando la llegada el grueso de las mencionadas Brigadas 1, 2 y 4 durante la noche del 26 al 27 de abril al amparo de la oscuridad y en medio de los incendios. En tal contexto la villa constitua un notorio objetivo militar y el bombardeo se enmarc en las operaciones previstas sobre las carreteras cercanas a Marquina-Guernica- Guerriciaz, seguidas de un ataque que segn Richthofen deba realizarse sobre las carreteras y el puente (incluido el suburbio) al este de Guernica. All debemos cerrar el trfico, si finalmente queremos una decisin contra el personal y el material del enemigo. Vigon est de acuerdo en desplazar sus tropas para bloquear todas las carreteras al sur de Guernica. Si esto tiene xito habremos atrapado al enemigo alrededor de Marquina. Y acorde a las rdenes italianas Bombardear la carretera y el puente al Este de Guernica de manera que se obstaculice la retirada del enemigo agregando especficamente que El pueblo, por evidentes razones polticas, no debe ser bombardeado. En su incursin, los aviones no slo apreciaron claramente desde el aire el gran desplazamiento de tropas en las carreteras -lo cual los habitantes de la villa desconocan en ese momento- sino adems la presencia dentro del casco urbano de camiones y tropas pertenecientes a dichos batallones, y naturalmente los atacaron con bombas incendiarias as como los vehculos oficiales estacionados en la zona de la calle San Juan y el Paseo de los Tilos. El citado episodio del capelln
Victoriano Gondra Muruaga (luego Aita Patxi) y los camiones del batalln quemados lo demuestran con claridad. Los lugareos vieron llegar a los aviones y bombardear la villa posiblemente sin saber que los batallones estaban llegando -algunos ya lo haban hecho- y supusieron que se trataba de un ataque criminal injustificado contra la villa, y esa versin fue estimulada por las autoridades, los corresponsales de prensa extranjeros y posteriormente muchos historiadores. Se arrojaron probablemente unas 15 toneladas de bombas entre explosivas e incendiarias no 45 o 50 como se ha denunciado- causando unos 50 incendios iniciales, expandindose misteriosamente la destruccin y resultando finalmente afectados 271 edificios. El relevamiento de los impactos causados por las bombas constituye prueba terminante que el objetivo del ataque fueron las carreteras al Este de Gernika, ya que de los 39 identificados en total, nicamente 16 se encontraron en la villa -el 41%- de los cuales slo 5 cayeron sobre el casco histrico destruido, y otros 8 dentro del ncleo urbano ; mientras que los 23 restantes -el 59%- fueron localizados del otro lado del ro Oca sobre las carreteras y Rentera. Las vctimas fueron algo ms de 120 incluyendo militares -no 1.654 o 2.500 o 3.000 como se ha denunciado- debidas primordialmente al derrumbe de un cobertizo de tablas cubiertas con bolsas de arena en la calle Santa Mara que no debi ser utilizado causando 45 muertos, una bomba que qued enganchada cayendo sobre parte del Asilo Calzada ocasionando 33 vctimas, y ms de 15 civiles muertos mientras huan junto a los militares por la calzada que conduce a Lumo, refugiados debajo del puente sobre una alcantarilla. Tampoco fueron ametrallados los habitantes en la villa -lo cual resultaba imposible por la estrechez de las calles- efectundose los ataques de los cazas sobre las fuerzas militares que se desplazaban por las carreteras, donde se mezclaron civiles en fuga. Seguramente en esa tarde se vivieron momentos de gran confusin, no slo por los lugareos sino tambin por los productores de las cercanas que haban concurrido al Mercado Agrcola suspendido, que no podan regresar porque las carreteras estaban atestadas de vehculos militares y gudaris que llegaban a Gernika en su ruta de evacuacin, y probablemente vagaron por las calles con sus carretas y muchos se guarecieron en los refugios. En medio de esa situacin -agravada despus del anochecer entre las llamas de los incendios- los batallones que llegaban fueron completando su retirada militar, entremezclndose con los lugareos que salan de los refugios y quienes regresaban a la villa desde los campos donde se haban guarecido mientras se organizaba la evacuacin de la villa prevista para ese lunes y suspendida a ltimo momento. La misma continu en los das siguientes -martes 27 y mircoles 28- efectundose en las instalaciones ferroviarias que no haban sido alcanzadas por el bombardeo, y segn un diario de la poca 1.800 refugiados fueron trasladados por va frrea hacia Amorebieta, producindose un trasiego por tren entre los evacuados que partan y los refuerzos militares que llegaban desde Bilbao como el citado por Martnez Esparza. Sin embargo la leyenda se nutre de muchas falsedades contenidas en la denuncia periodstica de Steer, tales como el mercado lleno a media tarde cuando realmente finalizaba al medioda, el tamao de los impactos de las bombas (25 pies o sea 7,5 metros de profundidad), explosin de bombas de 1.000 libras (454 kilos) siendo las mayores de 250 kilos y la gran mayora de 50 kilos, la destruccin del Convento de Santa Clara y el Hospital de Josefinas con 43 gudaris muertos al instante -ninguno de ellos sufrieron dao- los caseros de los alrededores ardiendo como velas en la noche -tambin incierto- los cazas ametrallando la villa luego del bombardeo, el incendio continuando en la tarde siguiente, etc. La escasa objetividad de algunas fuentes no se debe slo a razones ideolgicas de los escritores o an personales -como en el caso de Alberto de Onainda por el fusilamiento de su hermano- sino tambin a otras menos confesables. Sabemos que George Steer era agente del Servicio de Informacin del Ejrcito Britnico (espionaje militar) encubierto como corresponsal de prensa, habiendo estado antes en Etiopa en 1935, dirigiendo en 1940 la Unidad de Propaganda Etope del Ejrcito Ingls, y en 1941 la Unidad de Propaganda de Campo del mismo en Bengala India. Por su parte Herbert Southworth fue contratado durante la Guerra Civil por la Oficina de Informacin del gobierno, y despus de finalizado el conflicto sigui trabajando para el jefe del Gobierno en el Exilio Juan Negrn, siendo reclutado despus de Pearl Harbour por los militares norteamericanos para la Oficina para la Informacin de Guerra y posteriormente enviado a Argelia para trabajar en la Oficina de Guerra Sicolgica. La sistemtica distorsin de los hechos y la persistencia de la leyenda, ponen de manifiesto que existen intereses en perpetuar la nebulosa que rodea el triste episodio. La enorme devastacin sufrida por Gernika fue totalmente desproporcionada considerando las caractersticas y objetivo del bombardeo, resultando simplistas e incongruentes las pretendidas explicaciones. Ante tales circunstancias seguramente hay algo ms que indagar para desentraar el misterio de tanta devastacin
En bsqueda del Secreto Sin dudas Gernika oculta un gran secreto, puesto que la mayor parte de cuanto se ha dicho sobre la famosa incursin area es incierto, sobre el motivo del ataque, el objetivo militar, la situacin del frente, las fuerzas combatientes, los aviones participantes, las bombas utilizadas, las zonas de impacto, la devastacin causada, el nmero de vctimas, etc. Sabemos que la destruccin inicial no fue de gran magnitud, pero durante la noche y la maana siguiente misteriosamente los edificios destruidos se multiplicaron seis veces ms alcanzando finalmente a cerca de tres cuartas parte del total. Aunque los habitantes en su mayor parte haban abandonado la villa y se haban refugiado en los alrededores, no se comprende la pasividad de los miles de combatientes acantonados en la villa que nada hicieron para combatir el fuego junto a los bomberos. Sabemos que esa noche se encontraban en Gernika numerosas autoridades de Bilbao, quienes ante la situacin y las dificultades para combatir las llamas que se propagaban debieron lgicamente haber pedido refuerzos a la capital, pero misteriosamente no lo hicieron, y aceptaron adems el retiro de los bomberos. No se explica que pas durante toda esa noche y la maana siguiente, y tampoco que pas el da martes 27 luego de extinguido el fuego, y el da mircoles 28, hasta la llegada de los sublevados en la maana del jueves 29. Como se ha dicho el Arquitecto Municipal Castor Uriarte Aguirreamalloa fue acusado no haber combatido adecuadamente el fuego ni realizado maniobras para circunscribir el ncleo del incendio, habiendo abandonado la lucha contra el fuego a las 3 de la maana debido a un cambio en la direccin del viento que afirm soplaba en fuertes rfagas, ordenando a los bomberos regresar a Bilbao hacindolo l mismo poco despus. Resulta sumamente difcil imaginar que los bomberos abandonen un incendio sin vigilar su evolucin, mxime en este caso cuando su retirada poda condenar la villa a un estrago total, arrasando las llamas el histrico rbol y otras reliquias tan celosamente defendidas horas antes. Segn Uriarte el combate contra el fuego se inici al advertir que haban comenzado a arder varias casas de la calle del Puerto -que encuentra en el extremo noreste de la villa junto al puente y el ro Oca- y segn observamos en el plano con el relevamiento de los daos, all en un tringulo formado por esta calle, la San Juan y el ro, efectivamente se produjo una gran destruccin. Las llamas se habran iniciado pues en las proximidades del puente extendindose hacia el Oeste posiblemente por efecto del viento, habindose pretendido explicar la magnitud del incendio afirmando que las rfagas de viento y la estrechez de las calles produjeron un efecto de chimenea a lo largo del cual el fuego se propag sin control provocando la devastacin masiva. En Gernika tanto los vientos provenientes del Noreste como del Sur -hacia donde habra virado- no suelen ser de gran intensidad, alcanzando en primavera velocidades entre 15 y 30 KPH aunque ocasionalmente pueden tomar mayor fuerza, tratndose ms bien de brisas con algunas rachas. El incendio con estas caractersticas no arras la totalidad de los edificios sino que afect slo su frente, habindose expandido el fuego bsicamente a lo largo de las calles, advirtindose las fachadas de las casas quemadas sin haberse esparcido las llamas en su interior ni dentro de las manzanas construidas donde hay pocos rastros de holln. Posiblemente un efecto de chimenea podra explicar este fenmeno de expansin de las llamas a lo largo de las calles con el viento soplando desde el Este, pero dicha patrn de destruccin lineal resulta incomprensible si posteriormente cambi la direccin del mismo y los bomberos se retiraron debido a la incontrolada propagacin del fuego, extendindose frenticamente en hacia otros sectores. Esta interpretacin tal vez podra ser admisible para un incendio localizado que se expande progresivamente, pero no resulta coherente con un ataque areo con bombas incendiarias que impactan en forma generalizada sobre toda la superficie de la villa creando un fuego masivo que afecta integralmente a los edificios, y no produce una pauta de destruccin lineal. En Gernika no se produjo ciertamente una tormenta de fuego caracterizada por un viento huracanado de 200 KPH generado por la combustin masiva con temperaturas superiores a 1.000 grados, sino a lo sumo una brisa moderada. Es sumamente extrao adems que -segn se aprecia en las fotografas- en la mayor parte de la villa el fuego arras los edificios sin afectar la vegetacin, observndose que los rboles permanecieron generalmente intactos, y salvo en los casos que fueron podados al final del invierno, sus copas se preservaron completas con hojas sin chamuscarse. Esto no se produjo en el antiguo casco medieval de calles estrechas carente de rboles, pero s claramente en las diversas plazas y las calles arboladas, as como en los jardines de las residencias ms alejadas del centro histrico. Steer ensay la explicacin que las bombas incendiarias no deflagran sobre la vegetacin y slo dejan una aureola gris a su alrededor cuando caen sobre el suelo. Pero luego de haberse iniciado un incendio que alcanz dimensiones incontrolables como el que se desarroll en Gernika segn indican las fotos, la temperatura del fuego que arda en los edificios ciertamente debi haber consumido o por lo menos daado seriamente los rboles.
La comprensin del proceso del incendio resulta bastante confusa: El viento inicialmente soplaba del Este-Noreste y ello pudo haber favorecido el avance de las llamas hacia la parte alta de la villa situada al Oeste -donde los bomberos preservaron la Iglesia de Santa Mara y otros sitios histricos- mientras la furia de las llamas avanzaba a lo largo de la calle San Juan y otras paralelas como Adolfo Urioste, ardiendo las fachadas como se observan en las fotos con puertas y ventanas quemadas. Resulta sorprendente que un cambio en la direccin del viento soplando desde el Sur pudiera haber causado un efecto tan distinto en el sector del casco antiguo de la villa que result totalmente demolido. All se observan numerosas paredes derrumbadas, siendo inexplicable en tales trminos la destruccin masiva del interior de las manzanas, donde segn se aprecia en las fotografas existen escombros por doquier permaneciendo en pie algunos muros portantes, sin restos carbonizados ni holln a la vista. Hay numerosas incoherencias y paradojas incomprensibles, pudiendo constatarse que las caractersticas de la destruccin -que se aprecian examinando atentamente las fotos- son variadas segn la zona. Analizando las imgenes de la Estacin ferroviaria ubicada en el lmite Este de la villa, se advierte que el edificio se mantuvo en pie quemndose slo los techos y permaneciendo todas sus paredes intactas. Tambin se observa ese tipo de destruccin en los restos calcinados del Frontn de Pelota ubicando dentro de la villa tambin en su zona Este, permaneciendo las vigas metlicas que sustentaban el techo. Pero en las tres hectreas de la zona antigua -el viejo casco medieval ubicado hacia la parte Norte de la villa- se produjo una verdadera demolicin con profusin de escombros por doquier y restos de paredes derrumbadas con relativamente pocos rastros de fuego y slo algunos muros ennegrecidos por el holln. Resulta peculiar comparar el nivel de destruccin masivo de esta zona destruida, con otros sectores donde hay claros rastros de incendio pero no de demoliciones. Resulta difcil determinar si este tipo de estragos fue causado por la accin del fuego, o los derrumbes son resultantes de la detonacin de explosivos, ante lo cual se plantea la duda sobre su origen, debido a que de acuerdo con el prolijo relevamiento de los impactos de las bombas realizada por la Comisin Investigadora -el Informe Herrn- en ese sector existen slo cinco embudos de los 13 relevados en el ncleo urbano, alcanzando a 16 en la totalidad de la villa, y aunque la mayor parte de las bombas lanzadas fueron livianas, la pauta de su distribucin debe haber sido probablemente similar. Por su parte la referencia realizada por el Arquitecto Castor Uriarte a explosiones tardas de bombas a las que imputa parte de los edificios demolidos no parece verosmil, considerando adems que la cantidad de bombas fallidas que explotan con retraso suele ser pequea. Tal vez esta confusin motiv las versiones contradictorias difundidas por los sublevados que inicialmente denunciaron a incendiarios y luego a dinamiteros. Segn ha sido sealado, en la tarde del 26 de abril ingresaron a la villa inicialmente varios Batallones pertenecientes a las Brigadas 1, 2 y 4, y luego durante la noche el grueso de dichas fuerzas que se desplegaron en la villa y sus alrededores. Entre los 12 batallones que se replegaron sobre Gernika arribaron dos de Asturias y dos de Santander, que como se indic anteriormente estos ltimos haban llegado para reforzar las defensas gubernamentales, rechazando el avance de la 1 Brigada Navarra que incursionaba directamente sobre Durango. Tambin se encontraban en Gernika por lo menos el batalln comunista N 4 Rosa Luxemburgo as como el anarquista N 12 Sacco y Vanzetti que participaron luego en los duros combates de la contraofensiva gubernista del 30 de abril sufriendo muchas bajas, operacin en la cual segn refieren, lograron detener el avance de los sublevados. Se ha atribuido a stos combatientes la responsabilidad en la devastacin de la villa, particularmente centrada en la antigua zona cntrica donde se encontraban las viviendas de las familias Carlistas considerado el sector de los ricos de la villa. La imputacin de autora a dinamiteros de Asturias y Santander ha sido duramente cuestionada , pero cabe tener presente que -segn los sublevadosse encontraron pequeas bvedas (hornillos) en algunos edificios sugiriendo la colocacin de explosivos para su demolicin, y que a lo largo de algunas calles se vieron boquetes alineados regularmente, que por su precisin difcilmente pueden atribuirse a una secuencia de bombardeo areo, mxime cuando generalmente coincidan con la ubicacin de las alcantarillas. Segn relata Jaime del Burgo, el testimonio de integrantes de la Compaa de Zapadores de Pamplona que despus de la ocupacin realiz tareas de demolicin y retiro de escombros en la villa devastada, destacaba insistentemente la existencia entre las ruinas de huellas de cargas de dinamita. Existe an otra incgnita referida a un posible estallido de explosivos existentes en el acuartelamiento del Batalln Gernikako Arbora realizado en el Instituto de Segunda Enseanza prximo al puente de Rentera y la Estacin de Ferrocarril, ambos objetivos del ataque areo. A ello se agrega la interrogante sobre las bombas de todo tipo que eran fabricadas en los llamados Talleres de Guernica-que como se ha dicho entre otras produca diariamente 300 bombas de aviacin- suponiendo que ante la ocupacin militar y el inminente ingreso de los batallones, los explosivos acumulados debieron haberse almacenado en
forma fraccionada en alguna parte de la villa, para evitar su estallido en caso de ser alcanzados durante un ataque enemigo. Suponer su deflagracin en el casco antiguo no resulta descabellado. Southworth ha dicho que aunque se trataba de objetivos militares las Fbricas y los Conventos convertidos en Cuarteles no fueron atacados careciendo de sentido hacerlo si se pensaba ocupar pronto la zona, lo cual es parcialmente incierto porque el de las Mercedarias donde estaba el Batalln Loiola fue bombardeado, y el Instituto de Segunda Enseanza donde estaba el Batalln Gernikako Arbora tambin. Afirma que no es verosmil acusar a los gubernistas de incendiarios ya que en tal caso debera suponerse que dichas instalaciones deberan haber sido los primeros objetivos de la destruccin antes de retirarse como ocurri en Eibar donde se destruyeron instalaciones militares. Pero ni el bombardeo ni los dinamiteros destruyeron las Fbricas. Tal razonamiento es slo parcialmente atendible, ya que los escombros resultantes del bombardeo e incendio constituan una eficaz defensa donde podan parapetarse los efectivos gubernistas -los ejemplos de Stalingrado y Monte Cassino en la Segunda Guerra Mundial son ilustrativos- constituyendo su prioridad tctica y convirtiendo la destruccin de las fbricas en un objetivo posterior y eventualmente secundario, ya que por ejemplo parte de la Fbrica Astra haba sido desmontada trasladndose al manicomio de Zalusto, por lo cual su voladura pudo haberse postergado hasta completar su desmantelamiento, resultando frustrada debido al rpido avance de los sublevados que incluso sorprendieron y capturaron a la totalidad del Estado Mayor del Comando de la 1 Divisin. La importancia tctica de la villa en ruinas queda de manifiesto adems por el fuerte contraataque con fuego de artillera realizado el 30 de abril para recuperar su ocupacin como bastin de resistencia. En cuanto a la prctica incendiaria cabe acotar que no era nueva en esos tiempos, habiendo alcanzado notoriedad luego del episodio conocido como La Quema de Conventos, como parte de la violencia antirreligiosa contra edificios e instituciones catlicas ocurrida entre el 10 y el 13 de mayo de 1931, pocas semanas despus de haberse proclamado la Segunda Repblica, que tuvo como resultado la destruccin por el fuego de unos cien edificios religiosos y la muerte de varias personas, imputndose la misma a militantes anarquistas y comunistas. Posteriormente en la llamada Revolucin de Asturias de 1934 fueron incendiados 58 edificios religiosos y asesinados 34 religiosos, extendindose los crmenes a Catalua con otros tres asesinatos. Al estallar la Guerra Civil la violencia no se dirigi contra los edificios sino contra los sacerdotes -que slo pudo controlarse en 1938- siendo asesinados ms de 6.800 sacerdotes y religiosos y unos 3.000 seglares de Accin Catlica. Al final del conflicto resultaron destruidas unas 20.000 iglesias incluyendo varias Catedrales incluyendo su patrimonio artstico y sus archivos, en parte debido a los combates y operaciones de guerra, pero siendo mayoritariamente obra de milicianos revolucionarios. Tampoco debemos olvidar que la destruccin mediante incendios provocados por los gubernistas en retirada se haba producido con anterioridad y se repiti posteriormente no slo en la regin sino en otros sectores. Pero especficamente en el Norte, cabe recordar que Irn -en Guipzcoa- fue incendiada por anarquistas de la CNT al retirarse, y -como se ha dicho- precisamente en la maana del mismo da en que fue atacada Gernika, el lunes 26 Eibar fue incendiada en ms de tres cuartas partes, lo cual hizo suponer de inmediato en un origen similar en la villa. Pero adems debe recordarse que parte de Lequeito fue incendiada el da siguiente -martes 27- cuando los gubernistas se retiraron destruyndose entre otros el palacio de Zubieta -previamente saqueado- y la iglesia de N. Sra. de Mercedes ; y lo mismo ocurri con posterioridad el da 18 de mayo en Amorebieta donde fue incendiado un cuartel con la retirada y el convento de Larrea, volviendo a reiterarse consecutivamente la misma tctica devastadora el 21 de mayo en Mungua donde -como se ha dicho- haba estado ubicado el comando de la Divisin de Defensa del sector de Gernika, siendo incendiada en la retirada por grupos incontrolados anarquistas que la destruyeron en ms del 40%, siendo arrasada entre otros edificios la histrica iglesia de S. Pedro. Y an meses despus el 2 de setiembre, se aplic la misma tctica cuando milicianos anarquistas al retirarse incendiaron el casco antiguo de la villa de Potes en Cantabria. Advirtase claramente la secuencia de los hechos: antes de Gernika fueron Irn y Eibar, posteriormente Lequeito, Amorebieta y Mungua; y an despus Potes. Particularmente curiosas son las fechas: el lunes 26 de abril de maana Eibar, el mismo da de tarde Gernika y al da siguiente martes 27 Lequeito, mientras se extingua el fuego en Gernika. Tres das seguidos con tres incendiosUna veintena de das ms tarde la misma tctica se repeta en Amorebieta y luego en Mungua, y an en Potes. La reiterada produccin de incendios durante la retirada parece sugestiva, a lo cual se agrega la existencia de un plan incendiario en Bilbao, revelado por el Comandante de Divisin Vctor de Frutos en su libro Los que no perdieron la guerra donde relata que al producirse su cada, la Compaa responsable de la proteccin de las fuerzas en retirada abandonara las posiciones al amanecer con la misin de incendiar la ciudad vieja retrasando el paso a las fuerzas enemigas y a sus tanques, lo cual finalmente no se concret tal vez debido al rpido avance de los
sublevados, aunque el cronista confiesa que desisti de su propsito por razones humanitarias al sufrir su conciencia un arrepentimiento personal impresionado ante la vista de mujeres y nios indefensos Con tales referentes, la aplicacin de una tctica incendiaria anarquista similar en la villa no parece ser imaginaria, independientemente de la presencia de posibles dinamiteros de Asturias y Santander. Addenda:El Cuadro de Picasso El incidente fue utilizado acorde a los planes del gobierno de la poca, que contrat especialmente a Pablo Ruiz Picasso para que pintara su famoso cuadro con el fin de ser utilizado con fines de propaganda. Cabe acotar que Picasso haba sido designado Director del Museo del Prado el 19 de setiembre de 1936 pero nunca asumi el cargo, continuando al frente Francisco Javier Snchez Cantn, suponindose que en aquellos tiempos el ambiente francs era ms propicio para su creatividad. En enero de 1937 Max Aub Mohrenwitz -agregado cultural de la embajada espaola en Pars- le propuso realizar una pared o panel para ilustrar el Pabelln Espaol de la Exposicin Universal a celebrarse ese ao en Pars, estando prevista su inauguracin para el 23 de mayo para conmemorar el centsimo aniversario del clebre Arco el Triunfo. El 1 de mayo el Embajador de Madrid en Francia, Luis Araquistin Quevedo -quien desde julio de 1936 haba sido encargado por su gobierno de la compra de armas para la guerra- lo contrat para pintar un cuadro alusivo al bombardeo de Gernika para exhibirse en la citada Exposicin cuyo inicio se retras debido a una huelga ocurrida en Francia que retras la finalizacin de los Pabellones en construccin. El precio fijado fue de 150.000 Francos Franceses Oro -unas 300.000 Pesetas de esa pocaequivalentes actualmente a Un Milln y medio de Euros o algo ms de Dos Millones de Dlares, financiados por Josip Stalin a travs del Comintern, siendo su valor ms del 10% del costo total del Pabelln Espaol. El pago se realiz el 28 de mayo -aunque el recibo fue firmado el da 31- habindose localizado el documento entre los archivos personales del antiguo Embajador por su hijo Ramn, imputndose el gasto a la categora de Publicidad. El mismo da 28 Pablo Ruiz Picasso realiz una declaracin pblica contraria a los rebeldes fascistas de Franco anunciando estar trabajando en un mural sobre Guernica, la cual fue realizada por exigencia del Embajador para combatir el rumor que circulaba en algunos crculos intelectuales y de prensa que reputaban a Picasso como partidario de los sublevados. Dadas las caractersticas de la obra resulta muy difcil imaginar que Picasso comenzara su pintura a principios de mayo cuando la Expo comenzaba el da 23, dado que en menos de un mes no podra pintar un panel de 7,77 mts por 3,5 mts y un peso de 300 Kgs. El propio pintor declar que la obra le insumi sesenta das habindose realizado la entrega formalmente a fines de junio -quedando instalada en el Pabelln el 11 de julio- habiendo sido completado en el panel de detalles por su amante de ese momento la fotgrafa y pintora yugoeslava Dora Maar. An as seguramente el cuadro fue iniciado mucho antes y Picasso no realiz su cuadro impactado por las vctimas del bombardeo, sino que basndose en apuntes realizados en 1935 cuando trabajaba en la serie Minotauromaquia los ampli plagiando una obra de Manuel Navarro del siglo anterior denominada Feria de Cuernicabra. Segn refiere Vittorio Messori el cuadro se basa en un proyecto del pintor malagueo que se llamara Lamento en muerte del torero Joselito como homenaje al torero Jos Gmez Ortega quien muri en 1920 durante una corrida tras ser embestido por un toro de nombre Bailaor". As, el Minotauro del cuadro representara al toro que mat a Joselito , y el caballo sera del picador, tambin muerto en la arena por el toro, y luego de varias modificaciones el cuadro fue rebautizado como Guernica en alusin al bombardeo. En vez de representar aviones y bombas pint un toro, un caballo y una mujer iluminados por una lmpara y aprovech la oportunidad para cumplir con el contrato del gobierno, pasando su memorable obra a la posteridad. Es necesario que esta informacin se conozca para que las nuevas generaciones no sigan repitiendo las falsedades que persisten impregnadas desde hace dcadas por intereses partidistas que ofenden la verdad. En honor a mi origen Euskadi -que me enorgullece- no puedo seguir callando.
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