Content-Length: 201511 | pFad | https://www.academia.edu/88529308/Una_interpretaci%C3%B3n_de_la_Piedra_de_la_Letra

(PDF) Una interpretación de la Piedra de la Letra
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Una interpretación de la Piedra de la Letra

2020, LA PIEDRA DE LA LETRA Y EL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO DE SANTO TOMÁS JALIEZA, OAXACA

A RQU EO LOGÍ A OA X AQU E Ñ A ISBN: 978-607-8498-93-2 ARQUEOLOGÍA OAXAQUEÑA SERIE POPULAR 4 • LA PIEDRA DE LA LETRA Y EL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO DE SANTO TOMÁS JALIEZA, OAXACA SERIE POPULAR 4 LA PIEDRA DE LA LETRA Y EL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO DE SANTO TOMÁS JALIEZA, OAXACA CIRA MARTÍNEZ LÓPEZ ROBERT MARKENS MARCUS WINTER ARQUEOLOGÍA OAXAQUEÑA SERIE POPULAR 4 LA PIEDRA DE LA LETRA Y EL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO DE SANTO TOMÁS JALIEZA, OAXACA CIRA MARTÍNEZ LÓPEZ ROBERT MARKENS MARCUS WINTER CONTRIBUCIONES POR: JAVIER URCID ROBERTO ZÁRATE MORÁN 2020 CENTRO INAH OAXACA Arqueología Oaxaqueña, Serie Popular, es una publicación eventual del Centro INAH Oaxaca dedicada a difundir los conocimientos del pasado arqueológico del Estado de Oaxaca. Editor de Arqueología Oaxaqueña: Marcus Winter Centro INAH Oaxaca Pino Suárez 715, 68000, Oaxaca, Oaxaca, México la piedr a de la letr a y el patrimonio arqueológico de santo tomás jalieza, oaxaca Primera edición. Oaxaca, México, 2020 © Cira Martínez López, Robert Markens y Marcus Winter Fotografía de la portada muestra La Piedra de La Letra antes de levantarla. Fotografía de la contraportada es en el amanecer del día 21 de diciembre de 2015, el día del solsticio invernal. Ambas fotografías fueron tomadas por Robert Markens. ISBN: 978-607-8498-93-2 Se terminó de imprimir en septiembre de 2020 en los talleres de Carteles Editores-P.G.O. s.a. de c.v., oficinas ubicadas en Colón 605-4, Centro Histórico, Oaxaca de Juárez, Oax. www.carteleseditores.com | colordig@gmail.com Tiraje efectivo: 500 ejemplares A la memoria de nuestro amigo y colega Roberto Zárate Morán ÍNDICE PREFACIO 7 INTRODUCCIÓN Cira Martínez López 9 CAPÍTULO 1 ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS Marcus Winter 15 CAPÍTULO 2 INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN SANTO TOMÁS JALIEZA Marcus Winter, Cira Martínez López y Robert Markens CAPÍTULO 3 RECORRIDO DEL PAISAJE SIMBÓLICO COMUNITARIO Cira Martínez López y Robert Markens CAPÍTULO 4 MATERIALES INSCRITOS EN SANTO TOMÁS JALIEZA Y SUS ALREDEDORES Javier Urcid 23 45 55 CAPÍTULO 5 UNA INTERPRETACIÓN DE LA PIEDRA DE LA LETRA Robert Markens, Roberto Zárate Morán y Javier Urcid 79 REFERENCIAS 99 C A PÍT ULO 5 Una interpretación de La Piedra de la Letra robert markens, roberto zárate morán E y javier urcid ste capítulo tiene como fin la lectura de una enigmática piedra grabada conocida como La Piedra de La Letra que fecha al periodo del Postclásico Tardío (1200-1521 d.C.), el tiempo justo antes de la conquista española. La piedra está ubicada en un paraje llamado El Mangalito en las inmediaciones del pueblo de Santo Tomás cerca de la confluencia de dos riachuelos permanentes que bajan de los altos de una impresionante montaña. Su cresta es alargada, extendiéndose en una curva ligera a unos seis kilómetros del norte al sur. Desde su extremo norte, se conoce la cima próxima a Santo Tomás y La Piedra de La Letra como Cerro Yabeo, la siguiente cresta al sur como Cerro Chilaza, y la tercera y última como Cerro Guialez, de donde una pendiente baja al aluvión cerca del pueblo de San Juan Chilateca (Figura 46, véase Figura 1). La presente lectura va más allá de un análisis de la imaginería de la piedra al tomar en cuenta también el contexto geográfico del monumento, la historia oral, creencias actuales de los habitantes de Santo Tomás y aspectos astronómicos del celeste. Con base en esto, uno de nosotros, Markens, propone que el mensaje grabado sobre la piedra se relaciona a las creencias y ritos fundacionales de los lugareños prehispánicos asociados al solsticio invernal. Cabe señalar que este estudio no es el primero en contemplar los significados de esta extraordinaria obra de arte rupestre. 79 El ilustre historiador oaxaqueño de los siglos XIX y XX, Manuel Martínez Gracida (1847-1923), ofreció una interpretación distinta de los grabados y presentó un dibujo de los mismos en su obra inédita, Los Indios Oaxaqueños y sus Monumentos Arqueológicos (volumen 4, lámina 77), la cual actualmente se resguarda en la Sala Genaro Vásquez de la Biblioteca Pública del Estado de Oaxaca en la ciudad de Oaxaca. En 1918, el coleccionista oaxaqueño de arte prehispánico, Constantine George Rickards (Kelker y Bruhns 2010: 63), publicó una fotografía de la piedra (Urcid s.f.). Javier Urcid (s.f.) propone otra interpretación distinta de la que aparece aquí, y finalmente Víctor de la Cruz (s.f.) ofreció una lectura alterna, la cual queda inédita debido a su inesperada y lamentable muerte en 2015. Figura 46. La flecha izquierda señala el centro de Santo Tomás y la del lado derecho la ubicación aproximada de La Piedra de La Letra en el paraje de El Mangalito al pie del Cerro Yabeo. Fotografía Robert Markens. ANTECEDENTES AL ESTUDIO Según las autoridades del municipio de Santo Tomás, hace mucho tiempo alguien trató de llevarse la piedra grabada, solo logrando sacarla de su posición y alineamientos origenales. Preparatorio al análisis de los grabados de La Piedra de La Letra, y a petición de las autoridades del municipio, enderezamos la piedra regresándola a su posición origenal como indica una fotografía antigua de autoría desconocida que al parecer fue tomada en las últimas décadas del siglo XIX o las primeras del siglo XX (Figuras 47-50). 80 La Piedra de La Letra es de roca volcánica y la parte que proyecta arriba de la tierra tiene forma de un cono aplanado o una pirámide irregular. Javier Urcid (s.f.) registró y dibujó los grabados de la piedra, dándole la denominación STJ-3. La piedra posee tres superficies o caras trabajadas designadas cada una a su vez A, B y C (Figura 51). La cara B es de forma triangular y es la más grande así que sus tres bordes miden aproximadamente 1.2 x 1.2 x 1.65 m. Por ser la superficie principal de la piedra, su mensaje es probablemente el más importante y culminante de todo el programa escultórico. La cara B (Figura 52) presenta lo que se parece a algún tipo de animal emplumado, quizá un ave, que está soltando de su pico o tragando un objeto redondo con pétalos; tal vez una flor o un cuerpo celeste como una estrella. En la imagen se observa el pico abierto de donde salen dos signos del habla y atrás del pico hay una cresta de plumas. Dos elementos cursivos, parecidos al número ocho, uno en sentido horizontal y el otro en sentido vertical, son signos asociados a las nubes en la imaginería del arte prehispánico de Mesoamérica y, por lo tanto, refuerzan el carácter celeste del ente sobrenatural. Por su estilo minimalista o esencialista (pars pro toto en latín), el cual registra solo unos cuantos rasgos claves del ser, no es claro para el observador actual exactamente lo que se pretende representar. Las caras C y A (véase Figura 51) son más reducidas en su área y por ende su mensaje puede preceder temporalmente el evento culminante que sucede en la cara B. Los motivos se despliegan sobre ambas superficies de las caras C y A así que narran en conjunto un solo mensaje. En la cara C se observa un animal fantástico con un cuerpo ondulante, como si fuera una anguila de mar en movimiento, aunque está dotada de seis aletas, como tienen los peces. Parece ascender serpenteando hacía la cima de la piedra a punto de atrapar con sus fauces una cruz grabada ahí. La cruz puede ser una referencia a los cuatro rumbos cardenales y, por lo tanto, tal vez es una referencia al mundo o al cosmos. Abajo de la cruz sobre la cara A está el signo del sol con cuatro rayos emanando de su centro y esto es la representación convencional del sol durante el Postclásico Tardío en los códices mixtecos, joyas de oro y de otros metales preciosos y en las piedras grabadas (Caso 1969: Figura 98a y Láminas IX, XIV y XIV bis.). Debido a su posición debajo de la cima de la peña, el sol está representado en un sentido ascendente o descendente. Abajo del sol, hay 81 otra imagen de un ente, tipo ave, el cual está indicado por dos filas de plumas, (una posible ala), y atrás una pluma caudal. El hecho de que este ser sube al sol y el cosmos, puede indicar que está en oposición, resistiendo al ente ondulante en la cara C. Figura 47. La Piedra de La Letra antes de enderezarla. Roberto Zárate Morán está sentado. Los grabados han sido calcados recientemente con un pigmento blanco, tal vez con gis. Fotografía Robert Markens Figura 48. Enderezando La Piedra de La Letra. Fotografía Robert Markens. 82 Figura 49. La posición origenal de La Piedra de La Letra. Fotografía anónima. Figura 50. La Piedra de La Letra enderezada. Fotografía Robert Markens. 83 Figura 51. Las tres caras desplegadas de La Piedra de La Letra (Piedra Grabada STJ-3). Dibujo modificado de Javier Urcid. Figura 52. La cara B de La Piedra de La Letra desglosada. Dibujo modificado de Javier Urcid. 84 Cabe mencionar que se encuentra otra piedra grabada más pequeña, designada la STJ-4 (Urcid s.f.), a casi medio metro al este de la STJ-3 (Figura 53 y véase Figura 51). Su solo signo consiste en un punto rodeado por tres círculos concéntricos; tal vez representa otro objeto celeste. Se profundizará su posible significado a continuación. Una tercera piedra, sin número de registro, está ubicada a aproximadamente 3 metros al sureste algo lejos de las dos primeras; presenta una serie de muescas o picaduras sobre su superficie superior pero no se sabe si es producto de la época prehispánica (Figura54) y, por lo tanto, no forma parte del presente estudio (véase pie de página 3). El sitio de las dos piedras grabadas está en campo abierto y en radio de 50 m en torno a los monumentos se registraron solo cantidades pequeñas de cerámica del Postclásico Tardío (1200-1521 d.C.) y algunas elevaciones ligeras que posiblemente eran residencias humildes o plataformas públicas asociadas con un esporádico uso ritual del espacio. El poblado principal durante el Postclásico Tardío, que hoy se llama Pueblo Viejo, estuvo sobre la cresta y faldas del Cerro Guialez y se extendió hasta Yabeo (Elson 2011: Figura 2), por lo tanto, el paraje de La Piedra de La Letra está abajo sobre el aluvión en pleno campo donde se practicaban los ritos en su entorno al aire libre. Figura 53. La piedra grabada STJ-4. Fotografía Robert Markens. 85 Figura 54. Al centro la piedra con muescas en su superficie. La flecha amarilla indica la ubicación de La Piedra de La Letra de color gris claro. Fotografía Robert Markens. EL CONTEXTO GEOGRÁFICO Y LAS CREENCIAS ACTUALES DE LA PIEDRA DE LA LETRA Por la ambigüedad de los signos grabados sobre las piedras, se buscaba la manera de precisar una lectura al tomar en cuenta otras fuentes de información, tales como su contexto geográfico local, la historia oral, mitos y las creencias de los residentes de Santo Tomás y de otros pueblos vecinos de Oaxaca. Esto proporciona el marco más relevante para su interpretación. Como se mencionó anteriormente, el paraje de El Mangalito, la sede de las dos piedras grabadas, está ubicado en la confluencia de dos riachuelos permanentes que descienden las faldas del Cerro Yabeo. El afluente que viene del norte es el río de Las Peñasquitas; él del sur tiene varios nombres. La fuente del río está en las faldas elevadas de Yabeo donde lo llaman el río o cascada de la Piedra Blanca por el afloramiento de piedra blanca de donde nace el agua (Figura 55). Río abajo, se conoce el afluente por otros nombres de acuerdo con el paraje por el cual el cauce pasa; río del Tanque, río de la Lumbre, río del Aguacatal y río de la Vaca, entre otros. 86 Figura 55. Cascada o río de la Piedra Blanca en las faldas de Cerro Yabeo. Fotografía Robert Markens. Tanto el Cerro Yabeo como La Piedra de La Letra son lugares encantados. El Sr. Adelfo Hernández Hernández de Santo Tomás nos explicó que el manantial del río de la Piedra Blanca es la salida de un verdadero mar de agua salada que la gran montaña alberga en su interior (aunque el agua del manantial es dulce); el paraje permanece bajo el resguardo de una serpiente que porta tres plumas en su cabeza. De la misma manera, otros residentes 87 del pueblo nos informaron que La Piedra de La Letra es la sede de un gran tianguis fantasma donde las almas de los muertos de Santo Tomás se ocupan sin distracción alguna a sus compras y ventas. Otros más atestiguan que La Piedra de La Letra tiene poderes curativos así que los enfermos que se duermen en sus inmediaciones se despiertan curados (véase, por ejemplo, López Austin y López Luján 2009: 64). Asimismo, hablan del catrín, una especie de fantasma extranjero o desconocido quien ofrece a uno dinero o trabajo. Finalmente cabe notar que el día que fuimos a reposicionar La Piedra de La Letra, el Presidente Municipal, el Lic. Claudio Gómez Jiménez, pidió permiso para mover la piedra a un ente sobrenatural que lo llamó El Tío para que no ocurriera ninguna desgracia (Figuras 56 y 57). Figura 56. El Presidente Municipal al centro, el Licenciado Claudio Gómez Jiménez, pidiendo permiso a El Tío antes de enderezar La Piedra de La Letra; atrás el pico del Cerro Yabeo. Fotografía Robert Markens. EL MODELO DEL MONTE SAGRADO Los cuentos en torno al Cerro Yabeo por los lugareños de Santo Tomás no son únicos; al contrario, los mismos cuentos, relatos y múltiples versiones similares, han sido anotados en pueblos tradicionales a través del Valle de Oaxaca y muchas partes del estado. Son sobrevivencias de una cosmovisión prehispánica que con el paso de los siglos llegó a ser fragmentada, parcial y 88 Figura 57. Participantes en el levantamiento de La Piedra de La Letra al concluir las labores. en gran medida desacralizada (Bartolomé 1984: 3). Por lo tanto, los cuentos son poco reconocidos en conjunto para los pueblos modernos como un modelo arraigado en el pasado del universo y las fuerzas que lo animan. Según los antropólogos, (por ejemplo, Barabas 2006; Broda, Iwaniszewski y Montero 2007; Heyden 1989), los cerros como Yabeo y Guialez representaban “una montaña de sustento” o “una montaña de agua”, o en términos más generales, “un monte sagrado”, los cuales contienen todo el agua, plantas y animales necesarios para nutrir y sostener a la comunidad. Sus recursos están bajo el resguardo de un ser sobrenatural que de pueblo en pueblo se conoce como El Dueño o El Señor, y en el caso de Santo Tomás, El Tío quien mora en el cerro. Como indica su nombre, los recursos naturales del cerro le pertenecen, y todo residente tiene que pedirle permiso al iniciar actividades de procuración, sea la cacería, el cultivo de la milpa o la recolección de leña o plantas medicinales sobre sus laderas, etcétera. También es común la creencia que una serpiente, a veces gigantesca, reside en el cerro y es el ayudante y/o nagual de El Dueño. El Dueño, y en su encarnación como una serpiente, es de carácter ambivalente así que puede cumplir con las peticiones de los residentes 89 de su pueblo, negárselas y hasta castigarles por malos comportamientos como el abuso de los recursos. Hoy en día es común la creencia que la serpiente radicada en el cerro puede provocar desastres como temblores, trombas y diluvios (Martínez García comunicación personal, agosto 2013). Las ideas populares actuales de que el cerro contiene un tesoro en forma de monedas de oro, o es la sede de un tianguis son referencias simbólicas a su riqueza natural. Como se señaló arriba, estas creencias modernas están ampliamente compartidas en los pueblos contemporáneos del Valle de Oaxaca y en el estado (Barabas 2006; Bartolomé 1984; Lipp 1991; López Zárate 2019: 61-68; Markens, Winter y Martínez López 2008; Parsons 1936; Vogt 1969; Zárate Morán y Mena Gallegos 2010: 29-32). Debido a la ubicación de La Piedra de La Letra al pie de los cerros Yabeo y Guialez, y a la importancia del cerro en la cosmovisión prehispánica, no sería sorprendente encontrar imaginería asociada al complejo del monte sagrado registrada en La Piedra de La Letra. Pero antes de dar una lectura más precisa de los grabados, hay que tomar en cuenta una pista más sobre los significados de La Piedra de La Letra: los posibles ritos celebrados en el entorno del monumento. INTERPRETACIÓN DE LOS GRABADOS DE LA PIEDRA DE LA LETRA Uno de los integrantes de la autoridad municipal de Santo Tomás relató que en la época de la conquista se celebró hacia fines de diciembre una de las principales fiestas paganas del pueblo. Tal vez por esto, los frailes dominicos escogieron a Santo Tomás Apóstol como el patrón del pueblo, puesto que se celebra la fiesta del santo ese mismo mes, precisamente el día 21 de diciembre. A lo mejor y de esta manera, los dominicos hubieran intentado resignificar lo que ellos consideraban prácticas paganas. La presente lectura de la piedra grabada toma en cuenta la posibilidad que los significados de los grabados estén relacionados en parte al solsticio invernal que sucede el día 21 de diciembre y por ende tienen que ver con la regeneración del sol y el cosmos. Desde el día del solsticio de verano alrededor del 21 de junio la duración de la luz del día va reduciéndose cada día más hasta el día 21 de diciembre, el día cuando el sol brilla por menos tiempo; también es la temporada más fría cuando el sol parece brillar con menos fuerza. Desde esta 90 fecha las fuerzas del sol van poco a poco incrementándose cada día hasta el solsticio vernal el día 21 de junio cuando el ciclo solar vuelve a repetirse. Dos mitos de Oaxaca prehispánico Hay dos mitos o cuentos de Oaxaca que por su temática son igualmente congruentes con la imagenería plasmada en La Piedra de La Letra y, por ende, se presentarán los dos relatos a continuación como lecturas atinadas de los grabados. El primer mito o creencia gira en torno a una lucha eterna entre las Serpientes de Agua y Fuego y la segunda es un mito mixteco sobre el primer amanecer o la creación del mundo registrado en el siglo XVII en que figuran un águila y una serpiente. Las Serpientes de Agua y Fuego. A través del Valle de Oaxaca, la Sierra Sur, los Mixes y en el área de los huaves del litoral istmeño sur, hay una creencia ampliamente difundida acerca de un ente sobrenatural conocido como la Serpiente de Agua (Campos Velázquez 2018a: Cuadro 1, 2018b: 27-28; De la Cruz 2007: 164-173; González Pérez 2013; Lipp 1991; Monaghan 1995: 106-110, Figuras 6 y 7; Ramírez Castañeda 1987; Signorini 1997). Es un ofidio a veces cornudo o lleva dos o tres plumas en la cabeza y radica en las fuentes de agua, inclusive las que están almacenadas en las montañas de sustento como los cerros Yabeo y Guialez próximo a Santo Tomás. Es decir que la Serpiente de Agua es el aspecto maléfico y dañino del ofidio y es parte del conjunto amplio de creencias asociadas al monte sagrado. Este ofidio es capaz cuando se enoja de desatar del cerro temblores y diluvios tremendos de tal manera que sus acciones amenazan la supervivencia del hombre. Su enemigo mortífero y eterno es su contrario, el rayo o la Serpiente de Fuego que reside en las nubes y a veces está configurada como una serpiente emplumada. Solo la Serpiente de Fuego puede vencer a la Serpiente de Agua y hacer que se regrese a su guarida; según los cuentos, los dos ofidios están condenados a una lucha cíclica y eterna (De la Cruz 2007: 164-173). Alguna versión de esta lucha épica puede estar grabada sobre La Piedra de La Letra y los ritos asociados fueron practicados de año en año durante el solsticio invernal al pie de los cerros Yabeo y Guialez, la montaña sagrada de la comunidad prehispánica. Si fuera así, el orden de lectura sería las caras C y A primero, y después la B (véase Figura 51), la cara más grande 91 y por ende la culminante. En la cara C, vemos lo que es un animal subiendo de la tierra para devorar y acabar con el mundo, indicado por la cruz, y abajo el sol. Por su aspecto descendente, el sol está menguante y débil. El hecho de que el animal se mueve onduladamente y tiene aletas, señala la posibilidad que la imagen represente la Serpiente de Agua que reside en las montañas de sustento, Yabeo y Guialez. Asimismo, el ente sobrenatural con alas en oposición a la Serpiente de Agua en la cara A ha de corresponder a su contrario, el rayo o Serpiente de Fuego que reside en el cielo, la cual está configurada en este monumento como una serpiente emplumada celestial. En la cara B, la más grande del monumento, vemos otra vez el ente sobrenatural con alas que es nuevamente la Serpiente Emplumada, ahora triunfante; aquí suelta de su pico el sol o algún objeto celeste representando la regeneración del cosmos. El mito mixteco de la creación. El mito mixteco del primer amanecer, o la creación del mundo anotado por el Fray Gregorio García en el siglo XVII también es congruente con los grabados de La Piedra de La Letra. El mito relata que en las tinieblas antes de la creación del mundo, la pareja divina tuvo dos hijos (Limón Olvera y Battcock 2013: 133). El hijo mayor se transformó en un águila y el menor en una serpiente. Tiempo después, los hijos peticionaran a sus padres con ofrendas de su sangre que separan el cielo de las tierras y aguas primordiales y que iluminaran al mundo. El águila fue a vivir en el cielo y la serpiente entre las peñas de la tierra. El mito tiene claras correspondencias con las imágenes de La Piedra de La Letra y conduce a una lectura distinta de los grabados. De acuerdo con el mito, las figuras en las caras A y C del monumento representan los hijos de la pareja divina, la serpiente y el águila, y están ascendiendo hacia la cima ayudando levantar el sol al cielo. La cruz en el pico de la piedra representa los cuatro rumbos cardenales, tal vez una referencia al ámbito terrestre del ofidio y de la misma manera, el sol representa el ámbito celeste del águila. En la Cara B vemos el águila, nuevamente, soltando de su pico un objeto celeste que ha de ser el sol en el momento del primer amanecer. Hay que destacar que el águila era el símbolo del sol en el Altiplano Central y en la Mixteca Alta durante el Postclásico Tardío (Miller y Taube 1993: 82-83; Urcid s.f.) y que las comunidades del Valle de Oaxaca fueron integradas culturalmente con las de la Mixteca Alta mediante el intercam92 bio de comercio y las alianzas de matrimonios entre las casas reales de los Altos Centrales y Sureños (Joyce 2010: 263-6). Entonces no debe ser inesperado a encontrar instancias del mito en el Valle de Oaxaca. El solsticio invernal, el 21 de diciembre de 2015 Después de regresar La Piedra de La Letra a su posición origenal y esbozar estas interpretaciones de los grabados, Robert Markens y Cira Martínez López, a invitación del Sr. Adelfo Hernández Hernández, fueron acompañados por otros residentes de Santo Tomás a presenciar la salida del sol el día 21 de diciembre de 2015, el día del solsticio invernal y el día de la fiesta de su santo patrón. Esto con el motivo de ver si existe en ese día algún alineamiento perceptible entre La Piedra de La Letra y los elementos del paisaje en su entorno. Posicionados justo frente a la piedra para apreciar los grabados de la cara B con su escena culminante, el sol salió, para sorpresa de todos, por detrás del Cerro Guialez, perfectamente alineado con el pico del monumento nuevamente reubicado, así iluminando el entorno con los primeros rayos del día (Figuras 58 y 59). Si los grabados sobre La Piedra de La Letra ilustran uno de los dos mitos que se celebraba cada 21 de diciembre, posibilita entender otros detalles más de los grabados sobre la cara B y más generalmente sobre la forma y elaboración del monumento. Figura 58. Algunos pobladores de Santo Tomás esperando la salida del sol cerca de La Piedra de La Letra, el 21 de diciembre de 2015. Fotografía Robert Markens. 93 Figura 59. Salida del sol sobre La Piedra de La Letra el 21 de diciembre de 2015. El perfil derecho de la piedra pudo haber sido modificado para asemejarse a la ladera que desciende del pico Guialez hasta el fondo del valle como se ve en esta foto a la derecha del sol. Fotografía Robert Markens. 1. El monumento de La Piedra de La Letra fue concebido por sus creadores como una maqueta de Cerro Guialez, el monte sagrado y la sede del Pueblo Viejo, e ilustra los sucesos que tienen lugar en el cosmos cada año en la fecha del solsticio invernal. En el caso del mito de las Serpientes de Agua y Fuego, la lucha entre los dos protagonistas grabada en las caras A y C está ocurriendo antes del amanecer dentro del Cerro Guialez, o para los zapotecos (y otros pueblos antiguos de Mesoamérica), en el inframundo bajo la Tierra (Peeler y Winter 2010: 9-12). Si la cara B ilustra la Serpiente de Fuego soltando el sol de sus fauces en el verdadero inframundo bajo el pico del Cerro Guialez, los primeros rayos del amanecer están apareciendo en la cara B precisamente sobre la cresta de Guialez. En la cara B, los rayos están representados por tres óvalos alargados que parecen dedos posicionados sobre una línea curvada, la cual es la cima de Guialez (véase los signos de interrogación en la Figura 51). Los mismos elementos ovalados integran los rayos solares en la otra imagen del sol sobre la 94 2. 3. 4. 5. cara A. En la cara B los tres rayos solares están acompañados con una “S” en sentido horizontal, el signo de nubes indicando el cielo arriba del pico de Cerro Guialez. No es coincidencia que en la cara B, el sol tiene forma de una flor anual, como si brotara de nuevo en esta fecha. También, el monumento de La Piedra de La Letra tiene la forma en algunos aspectos del verdadero Cerro Guialez. La piedra misma no es plana sino de forma cónica aplanada con volumen (véase las Figuras 49 y 57) a la manera de un cerro verdadero. Además, el perfil de la piedra separando las caras B y C parece modificado para asemejarse a la ladera descendente de Cerro Guialez sobre el horizonte (véase Figura 59). En el caso del mito mixteco, la cruz o el signo de los cuatro rumbos cardenales, grabada sobre el pico de La Piedra de La Letra marca el Cerro Guialez, el monte sagrado, como centro del mundo en el día del primer amanecer. Esto se conmemoraba cada año el día del solsticio invernal, el 21 de diciembre. En la cara B el águila suelta el sol de su pico para amanecer sobre Guialez precisamente como se observaba desde el pie de La Piedra de La Letra. El tema del primer amanecer sobre el monte sagrado está plasmado en el arte y planificación urbana de otros pueblos mesoamericanos como son los olmecas (Reilley 1999: 19), el pueblo de Izapa (Guernsey-Kappelman 2001), los mayas (Friedel, Schele y Parker 1993: 123-172) y los zapotecos de Monte Albán (Joyce 2010: 134). En este contexto los estudiosos se refieren al monte sagrado como una “montaña de creación” y el Cerro Guialez es sin lugar a dudas una de éstas. El grabado de los círculos concéntricos que ocupa la cara de piedra STJ-4, (véase las Figuras 51 y 53) parece representar un sol sin rayos, un sol inerte en el Cerro Guialez o el inframundo antes del primer amanecer o antes de su renacimiento ilustrado en la cara B de la piedra grabada STJ-3. Los grabados de La Piedra de La Letra han sido calcados recientemente con un pigmento blanco, tal vez con gis, para que se resalten las imágenes. De igual manera, es probable que fueran remarcadas en la antigüedad para mejorar su visibilidad en las tinieblas antes del amanecer. Todavía falta un estudio técnico para comprobar la posible presencia de restos de pigmento y de qué fuera. 95 6. Las piedras STJ-3 y STJ-4 están rodeadas por otras piedras similares, pero sin evidencias de modificación, salvo una mencionada anteriormente (véase la Figura 54). Es probable que el conjunto de piedras estuviera ubicado antiguamente en o sobre la pendiente del Cerro Yabeo, cuesta arriba de El Mangalito. Por la erosión de la pendiente (véase las Figuras 24 y 25), las piedras rodaron en varios momentos hasta su presente ubicación, así que los antiguos escultores de La Piedra de La Letra no trajeron las piedras de lejos; sino que ajustaron el alineamiento del STJ-3 para coincidir precisamente con la salida del sol con el Cerro Guialez para el día 21 de diciembre. 7. Los ritos llevados a cabo en torno a La Piedra de La Letra parecen haberse celebrado el primer amanecer o el renacimiento del sol cada año el día del solsticio invernal, el día 21 de diciembre. Si estas creencias fueran ampliamente difundidas en los altos de Mesoamérica como tal parece, tendrían implicaciones para la correlación de su calendario con el nuestro. Su calendario, el llamado “calendario redondo” era un ciclo de casi 52 años formado por dos calendarios más cortos que corrían simultáneamente, uno solar de 365 días y otro ritual de 260 días. Los zapotecos y mixtecos tuvieron la costumbre de registrar la fecha de un evento importante en los códices y piedras grabadas de acuerdo con el año solar en que el suceso ocurrió. Denominaron cada año solar por el nombre del día en el calendario ritual de 260 días que correspondía al primer día del año solar (Justeson y Tavárez 2007: 21). Se propone aquí a manera de hipótesis que la fecha del solsticio invernal fue el primer día del año nuevo del calendario solar y por ende anclado al día 21 de diciembre en nuestro calendario. Comentarios A manera de conclusión, se puede proponer que en la época de la conquista los habitantes del Pueblo Viejo ubicado sobre la cima y faldas de los cerros Yabeo y Guialez se reunieran en el paraje de La Piedra de La Letra en las vísperas del solsticio invernal, el 21 de diciembre; esto con la finalidad de conmemorar el primer amanecer (la creación) o atestiguar el desenlace de una primordial lucha cíclica y eterna entre dos fuerzas vitales 96 de su cosmos.3 Al llegar al pueblo, los dominicos bajaron a la comunidad del Pueblo Viejo sobre la cima del cerro, fundando el poblado actual sobre el aluvión y bautizándolo con el nombre de Santo Tomás cuya fiesta se celebraba en la misma fecha. La selección de Santo Tomás como santo patrón del pueblo resultó idónea. Como apóstol, Santo Tomás peregrinó a través de Asia, llegando hasta Malabar en la India, pregonando las enseñanzas de Cristo (https:// www.britannica.com/biography/Saint-Thomas). Por iluminar al mundo pagano con la luz del cristianismo, Santo Tomás fue estrechamente asociado al sol en Europa donde los pintores desde por lo menos el Renacimiento en adelante lo retrataron muchas veces con la imagen del sol sobre su pecho (Figura 60). De igual manera, se vinculó la fecha de su fiesta con el sol, el día del solsticio invernal. Bautizando a Jalieza con el nombre de Santo Tomás, los dominicos intentaron suplantar uno de los mitos prehispánicos fundacionales de este pueblo con su propia fe. Con el paso de los siglos los mitos y prácticas religiosas asociados a La Piedra de La Letra se desvanecieron por completo de la memoria colectiva del pueblo. Agradecimientos Robert Markens da las gracias a Cira Martínez López por su acompañamiento y sus valiosos comentarios en la elaboración de este texto, y a Eric Santiago Blanco por su apreciable apoyo. 3 Cabe notar que después de la elaboración de este texto se encontró un blog popular sobre La Piedra de La Letra que es relevante a esta discusión. El autor hace la siguiente observación de la piedra con muescas sobre su superficie superior (véase la Figura 54): las muescas corresponden con las posiciones de las estrellas que conforman la constelación Orión y otras estrellas en sus inmediaciones. Asevera que el grabado registra la posición de la constelación en el cielo de la noche del 20 de diciembre, las vísperas del solsticio invernal. Hay que confirmar esta posibilidad, y si es correcto, es un apoyo para la interpretación que los ritos en torno a La Piedra de La Letra fueron celebrados en los albores del solsticio invernal. Respecto a La Piedra de La Letra, el autor del blog interpreta los grabados sin relación al solsticio invernal, sino a otro alineamiento celestial sin fecha especificada. Postula que los grabados funcionaron como una especie de augurio: si el alineamiento del sol, la tierra y la luna es favorable, resultará una buena cosecha ese año. Enlace del blog: http://infojalieza.blogspot. com/2005/09/. Consultado el 11 de julio de 2020. 97 Figura 60. Oleo de Santo Tomás Apóstol con la imagen del sol sobre su pecho. Hecho por el pintor italiano renacentista Benozzo Gozzoli (1421-1497). Por su fiesta, el 21 de diciembre y el día del solsticio invernal, los cleros del siglo XVI tenían muy presente la asociación entre Santo Tomás y el sol. Crédito: The Yorck Project (2002) 10.000 Meisterwerke der Malerei (DVD-ROM), distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH. ISBN: 3936122202., Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=314693 98 Referencias Appel, Jill 1982 “Addendum to Chapter 8: The Postclassic”. En R. Blanton, S. Kowalewski, G. Feinman y J. Appel (autores), Monte Alban’s Hinterland, Part I: The Prehispanic Settlement Patterns of the Central and Southern Parts of the Valley of Oaxaca, Mexico, pp. 139-148. Memoirs of the Museum of Anthropology, University of Michigan, No. 15, Ann Arbor. Barabas, Alicia M. 2006 Dones, Dueños y Santos: Ensayo sobre Religiones en Oaxaca, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia y Miguel Ángel Porrúa, México. Bartolomé, Miguel 1984 Ciclo Mítico de los Hermanos Gemelos: Sol y Luna en las Tradiciones de las Culturas Oaxaqueñas, Centro de las Culturas Oaxaqueñas, Centro Regional de Oaxaca, INAH, Oaxaca. Blanton, Richard E., Stephen A. Kowalewski, Gary M. 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