Mujeres de cine: La mirada de 10 directoras españolas
5/5
()
Información de este libro electrónico
Enrique Chuvieco ha reunido la mirada sincera de diez directoras de cine españolas, sus criterios en el rodaje y su estilo propio al dirigir actores.
Relacionado con Mujeres de cine
Títulos en esta serie (19)
Aprender a ver cine Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Cómo se hace un cortometraje Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El cine y su música Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl arte de la adaptación: Cómo convertir hechos y ficciones en películas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLo que el viento no se llevó Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMarlon Brando tenía un bulldog: Cómo crear un personaje Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La guerra del streaming: El ascenso de Netflix Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Madrid en el cine de Pedro Almodóvar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl documental de arte en España Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMujeres de cine: La mirada de 10 directoras españolas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5George A. Romero: Cuando no quede sitio en el Infierno Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVampiros y zombies postmodernos: La revolución de los hijos de la muerte Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl secreto del mejor cine: El subtexto en el guion y en la novela Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Blade Runner: Lo que Deckard no sabía Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Batman, el héroe: La trilogía de Christopher Nolan Calificación: 5 de 5 estrellas5/5'La delgada línea roja' de Terence Malick Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Siempre nos quedará Beirut: Cine de autor y guerra(s) en el Líbano, 1970-2006 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa fuerza del cine Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl estándar de Hollywood: La guía completa y autorizada de formato y estilo de guion Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Libros electrónicos relacionados
Mujeres, cámara, acción: Empoderamiento y feminismo en el cine argentino Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los films de Almodóvar: Un entramado de evocaciones, autobiografía y emociones Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEscondidas en el cine: Censura y personajes sáficos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesContra la cinefilia: Historia de un romance exagerado Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El cine fantástico de Spielberg: Padres ausentes, niños perdidos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl cine tiende sus redes. Relación de la pantalla grande con otras artes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesImágenes escritas: Obras maestras del cine Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Que todo en la vida es cine Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El viaje de la heroína: 10 iconos femeninos épicos del cine y la televisión Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Del libro a la pantalla: Relaciones del cine y la literatura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl ABC de los monstruos en el cine Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJodorowsky: el cine como viaje Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl cine actual, confines temáticos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl cine, decima musa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5GuíaBurros: ¿Sabes de cine?: Las películas imprescindibles del cine clásico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl arte en persona Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCómo se hacen las series de televisión en España: Conversaciones sobre guion con sus creadores Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl nuevo cine latinoamericano de los años sesenta: Entre el mito político y la modernidad fílmica Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mirar una película: Cuatro ensayos sobre el cine italiano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDirectoras de cine colombianas: cinco miradas sobre migración y desplazamiento Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDiferente. Cine y diversidad sexual Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAcción Indie: Grabando un Largometraje Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El lápiz y la cámara Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl efecto Tarantino: Su cine y la cultura pop Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Páginas de cine: Volumen 1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLuz sobre oscuridad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLaberintos narrativos: Estudio sobre el espacio cinematográfico Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El productor accidental Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Imaginarios y figuras en el cine de la postransición Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¿Ficción o realidad?: La puesta en escena cinematográfica a fines del siglo XX como problemática de la identidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Artes escénicas para usted
Guía Práctica de Ejercicios de Técnica para Guitarra Calificación: 4 de 5 estrellas4/550 Clásicos que Debes Leer Antes de Morir: Tu Pasaporte a los Tesoros de la Literatura Universal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones50 Cuentos Navideños Clásicos Que Deberías Leer (Golden Deer Classics) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Edipo rey. Antígona. Electra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El guión. Story Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Storytelling: Cómo contar tu historia para que el mundo quiera escucharla Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El método Smart Brevity: El poder de comunicar más con menos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las 50 leyes del poder en El Padrino Calificación: 4 de 5 estrellas4/550 Clásicos que debes leer antes de morir Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBiblioteca Studio Ghibli: El viaje de Chihiro Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cada Cosa en Su Lugar Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Control De La Ira Para Padres: Cómo Empatizar, Resolver las Rabietas con Calma y Lograr un Hogar Pacífico a Través del Control Eficaz de la Ira Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJulio César Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTeoría de la Música: Niveles 1 - 3 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El miedo escénico: Orígenes, causas y recursos para afrontarlo con éxito Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Gran Cuaderno de Podcasting: Cómo crear, difundir y monetizar tu podcast Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Noche de Reyes Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El arte de actuar Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Kit del escritor: 50 herramientas imprescindibles Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Un actor se prepara Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Aprendizaje de Idiomas es Fácil Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La asamblea de las mujeres Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El diálogo: El arte de hablar en la página, la escena y la pantalla Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La liberación de la voz natural: El método Linklater Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los 1001 mejores chistes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¿Quieres escribir un cuento? Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Ánimas de día claro y otras obras de teatro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLibro De Aceites Esenciales Para Principiantes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Comentarios para Mujeres de cine
1 clasificación0 comentarios
Vista previa del libro
Mujeres de cine - Enrique Chuvieco Salinero
Índice
Portadilla
Índice
Mujeres directoras de cine
Nota del editor
Icíar Bollaín
Judit Colell
María Ripoll
Ana Rodríguez Rosell
Paula Ortiz
Amanda Castro
Alexia Muiños
Adriana Hoyos
Áurea Martínez
Andrea Jaurrieta
Créditos
Mujeres directoras de cine
William Blake dejó escrito que la mujer es obra directa de Dios. Hago mía esta apreciación. Vivimos un periodo de transición humana, donde el varón ha tenido que deponer las armas viriles por miedo a los misiles, la fuerza muscular por las máquinas y, por último, después de dos guerras mundiales, deponer también la patética autoafirmación de ser eje del universo y admitir sin nebulosas ni enigmas que la mujer fue, es y será un ser superior por decreto de la naturaleza.
En mi ancianidad, no puedo sino apreciar que el hombre se difumina década a década en su travesía del desierto, en busca de su nuevo lugar en el mundo.
Al tiempo que la mujer, siempre en el claroscuro del poder, ha decidido emerger con radiante esplendor y manifestar su eterna pujanza, haciéndose merecidamente con los mandos del devenir histórico. Alguien dijo que el hombre desea ser mujer; esperemos que solo sea un porcentaje asumible. El maestro Luis García Berlanga, en un rasgo de humor, decía de sí mismo que le gustaría haber sido lesbiana, tan alta era su fascinación por el enigma llamado mujer. Disculpen los lectores este preámbulo del prólogo, pero no he podido evitar este golpe de sangre en alabanza de la mujer, «vademécum» del misterio humano.
Pasemos al exhaustivo cuestionario que Enrique Chuvieco ha presentado a diez directoras españolas. Leyendo sus respuestas, podemos intuir que nos encontramos ante una generación de directoras con un futuro esperanzador. Apreciamos que todas ellas tienen un perfil similar de capacitación. Valoramos primero su vocación, honda y sincera, luego, su deseo de que sus películas sirvan para hacer posible un mundo más social humano y habitable.
Todas las directoras muestran una visión poliédrica de la creatividad. Pienso que el director masculino generalmente no alcanza los matices sutiles de los que una mujer cineasta es capaz. Ellas realizan un viaje iniciático de gran valor anímico —maternidad, lactancia, entrega a la prole, protección asumida de los mayores— lo que las facilita su integración en el absoluto humano. Nada le es ajeno a la mirada femenina: sentimiento y dolor, alegría y tristeza, surgen espontáneamente en la directora de cine. Una anécdota puede servir de ejemplo, de la sensibilidad tan sentida, que la mujer suele aportar a sus creaciones. Ana Mariscal, directora de Segundo López, un aventurero urbano, rodada en 1953, y que es para mí una de las películas más significativas del cine español, me contó, con la emoción que conlleva el recuerdo, que la dijeron —cuando era una niña de once años con calcetines— que llevara un encargo a la casa de García Lorca en la Calle Alcalá. Le abrió la puerta el mismísimo Federico, que vestía bata y zapatillas. Lorca y Ana Mariscal charlaron, se sintieron amigos y acabaron jugando al escondite. Ana, preciosa con sus ojos azules y pelo rubio, se escondió debajo de una cama. Lorca la descubrió, se introdujo bajo la cama y la besó. Ana Mariscal me narró el suceso con profunda emotividad, a pesar de haber pasado cinco décadas. Dudo de que un varón tuviera sensibilidad suficiente para recordar los detalles y la emoción del momento.
Quiero señalar que, posiblemente, el gran cine siempre adquiere sentido cuando el actor hace creíble la película, y matizo aún más, en relación a la mujer. Considero a las grandes actrices, auténticas cineastas. Desde los comienzos, la génesis de la película nacía por y para la actriz, fuera Francesca Bertini o Mary Pickford. Lo mismo podemos decir del varón actor como Douglas Fairbanks. Si nos centramos en las actrices del sonoro, Greta Garbo es la película, su aura lo llenaba todo. Jean Harlow y Betty Davis conforman la creatividad y la razón de la película con su sola presencia, como tantas otras estrellas.
Resumiendo y centrándonos en España, Miguel Picazo tuvo el acierto de construir La tía Tula por y para Aurora Bautista, referente catalizador de toda la estructura dramática de la película. No volvió a brillar Picazo tanto como cuando confió plenamente en Aurora Bautista. Icíar Bollaín creó con Laia Marull el prodigio de emotividad que encierra Te doy mis ojos. En La reina Isabel en persona, confié en Isabel Ordaz la base y el pináculo de toda la película: no necesitaba más. Las sublimes Anna Magnani e Ingrid Bergman realizaron con su sola interpretación del texto de Jean Cocteau, dos películas que son referentes del cine de autor: La voz humana.
Las mujeres, desde el comienzo del cine, son creadoras incuestionables de películas que no olvidamos; el hecho de que estén al mismo tiempo detrás de la cámara es una circunstancia más que no invalida su aportación centenaria al cine.
He tenido claro siempre que los intérpretes son los que definen el resultado final de todo proyecto dramático. Pongo el ejemplo de Hamlet, la madre nutricia de todo proyecto narrativo. Pues bien, si Hamlet no es interpretado por actores capacitados, deviene en una patética pieza de arqueología. Recordemos el fracaso del Hamlet del gran Franco Zefirelli, cuando Mel Gibson naufragó interpretando al «Príncipe de la duda», como fracasaron otros muchos en el intento. Aún contando con todo los medios posibles y los mejores técnicos, nadie puede asegurar el resultado artístico de una película.
Termino haciendo un comentario sobre el aprendizaje en las escuelas de cine, pues todas o casi todas las directoras que aparecen han estudiado en ellas, especialmente en Estados Unidos. Grandes directores pasaron por escuelas de cine, por ejemplo, en España, la creadora Josefina Molina. Reconociendo lo útil que son para el primer encuentro con el mistérico mundo de la imagen, tengo la inquietud de que las escuelas ofrecen un mimetismo en la creatividad que puede clonar el viaje personal de cada alumno.
Charles Chaplin reconoce en sus memorias que el hizo todas sus películas conociendo tan solo una ley cinematográfica: «Cuando el personaje salga de cámara por la derecha en el plano, debe volver al plano por la izquierda». Supongo que el resto lo pone el talento.
En mi insistencia por focalizar la causa primigenia de la génesis de una película, me remito al divino Federico Fellini: «Hacía tiempo que quería hacer una película para Giulietta Masina; me parece una actriz singularmente dotada para expresar con espontaneidad los estupores, los sustos, las frenéticas alegrías y los cómicos berrinches de un payaso. Así, pues, se me presentó Gelsomina en el vestido de un payaso». Fellini tenía 34 años cuando rodó La strada, solo necesitó una furgoneta con un equipo reducido, y talento.
Un saludo final a Helena Cortesina (1904-1984), valenciana y bailarina clásica, que en 1921 dirige la película Flor de España o La leyenda de un torero, convirtiéndose en la primera mujer en dirigir cine en nuestro país y en conocer el fracaso, pues la película tardó dos años en estrenarse con escasa acogida en taquilla. Estamos en el mismo punto que en 1921: la ilusión realiza la película y la realidad hace que esta duerma el sueño eterno del artista en las filmotecas.
RAFAEL GORDON
Mayo de 2014
Nota del editor
Como afirma una de las participantes de este libro, no somos nada sin deseos. En el caso de este, partió de ese movimiento afectivo hacia algo que desconocía, aunque estaba latente, y que apareció como un imprevisto con el que me sacudió la realidad. Concretamente, me sucedió poco después de sacar un libro de la biblioteca municipal de mi barrio que reunía entrevistas con distintos directores (hombres)