tu breto y tus ojos grises El monologuista Enrique Symns, Skay y el Indio en La Esquina del Sol, 1985.

del goce
Ocho aos despus de su nacimiento, los Redondos lograron editar su primer LP. Fundacional y rupturista, Gulp! condens el espritu dionisaco y peculiarmente poltico del proyecto Patricio Rey, cuyo mito segua creciendo en los pubs de Buenos Aires

el manifiesto
por fernando garcia
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gulp!

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no lo soe, no. o tal vez si; cuando el espectro de aquella primera vez busca apoyarse en una mnima arquitectura (un plano, una planta), todos los lmites, todos los sealamientos adquieren el as llamado espesor Lynch: Mulholland Drive, el camino de los sueos. Pero repito, no lo so. Entonces concedmosle el beneficio de la realidad a un lugar de San Telmo conocido hacia 1984 como El Depsito, que no era tanto un lugar, sino aquello que todava se llamaba genricamente un pub. Un pub en la vida adolescente alfonsinaca tena poco que ver con las invocaciones del Nuevo Bajo para atraer la bendicin de un Saint Patrick que se impuso como el carnavalito ms bobo del verano porteo (ese oxmoron). Un pub de la pri-

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yo, carlos El Indio Solari en el teatro Bambalinas, 1984.

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mera mitad de los 80 tena todo lo que no tena que ver con lo que esa dcada iba a terminar imponiendo. Sus ladrillos a la vista, sus mesas y sillas, su bonhoma de fiebre (amortiguada por el Amoxidal del ser nacional) de sbado por la noche en Buenos Aires. Su calidez de pulver peruano. En esa escenografa, nada poda prevenir a la pandilla de suteres escote en V de su futuro inmediato. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota empezaba entonces a ser el murmullo obligado de los aprendices del Parque Rivadavia. El demo con Superlgico y Mariposa Pontiac ya rotaba en la audicin radial de Lalo Mir (escucharlo no era ver Bada, ojo) y estaba esa nota como ajena en Pelo (que se sepa sin desmentidas ni comunicados ni audios ulteriores) con una frase que extraaba y atraa como un imn paradojalmente esponjoso: Nos siguen desde obreros portuarios hasta punks fans de The Clash. Qu quera decir eso en el mundo de la Gente del futuro? De los Che pibe, ven y vota? De las Maribel? Del Miedo nio? Cmo tratara la cabeza de llenar con imgenes el contenido de esa frase? Montara un teatro de tteres al estilo Judy & Punch con desbordes neorrealistas? No haba, no; no haba mecanismo mental capaz de ordenar ese puzzle: obrero portuario (habamos visto un obrero portuario?) junto a punk (habamos visto un punk?) fan de The Clash, los dos apuntando la vista a un escenario. Aunque la sensualidad, como gata, de Superlgico algo debi informar, alertar, sobre el erostantico supercabarete al que nos dirigamos por nefilos, por impacientes aclitos del murmullo, por presumidos connaiseurs de la papusa. Pero qu poda haber por detrs de esa voz rarsima que pareca que rasguaba no ya las piedras de un romntico cementerio, sino los mismsimos parlantes del grabador made in Japan, cuya estructura de leds titilaba conforme los agudos trepaban en la noche de 9pm y el cantante pareca dispuesto a agujerear el artefacto mismo. Un grupo de rock? Ah bueno, pero ya sabamos que eso no poda ser peligroso. Tenamos encima nuestros Porchettos, nuestros Abuelos de la Nada en el Italpark, hasta nuestro inicitico, ritual, Spinetta Jade. Qu poda querer estar diciendo ese verso el rostro se comienza a afiebrar, que venamos rumiando por radio, que no fuera: Es solo un recital en un pub. Poda ser, por ejemplo, la contrasea elegida para entrar de los pelos, como en el fatdico palco de Ezeiza, al deslumbrante universo de la Gran Orquesta Hippie Dad? Poda... Era. En tanto que a mitad de cuadra, por Cochabamba, camino a Defensa, la pandilla de los suteres escote en v asomaba trmula al precipicio, un organismo Pinocho en la boca de la ballena. El cartel ese, por dios. Donde debi decir Parrillada completa o Pizza de cancha deca en tiza de colores: esta noche patricio rey sortea una mujer. (Nota al pie: las V del escote en el pulver no eran por Juan Domingo, sino una marca hormonal: Virgos). cerca de los veinte aos de oktubre (1986) escrib algo as como que del primer al segundo disco los Redondos haban de rock & roll new wave Los Redonditos de Ricota (gulp! en este cmic podra ser el ruido del estmago satisfecho del avatar en camiseta, su... provechito). Como todo manifiesto de ruptura, Gulp! enfocaba un enemigo esttico, biopoltico a la larga (la biopoltica es el campo de accin ideolgico de los Redondos) y, lo ms importante, intra-rocker. No focalizaban en el pblico (la rubia, tarada, concheta, aburrida de Sumo) ni en los 70 (el basta de hospicios, betos y csmicos de Los Violadores) ni en la competencia directa (las bandas chantas araan la nada de Virus), sino directamente en La gran bestia pop, un sistema: el establishment del antiestablishment. En esta apropiacin del leitmotiv de Lawrence de Arabia viajaba el momento definitivo del disco/manifiesto. El cuerpo era invitado a una especie de baile perezoso (cierta resaca de casorio all) mientras reciba rdenes precisas del astronauta italiano (bueno, ese era el personaje que representaba el Indio Solari cuando la Orquesta Hippie-Dad hizo pie en el Teatro del Plata de Buenos Aires, 1980). Voy a bailar el rock del rico Luna Park/ y atomizar la butaca y brillar/ como mi hroe la gran Bestia Pop Gulp!, entonces, result la palabra escrita, un acto de fe que se arrogaba el protagonismo de una bacanal-variet que vena a despertar los sentidos de un cuerpo paralizado pero que, aun en su pathos hedonista, operaba con la distancia crtica de la contracultura original. Las canciones de Gulp! estaban atravesadas por una tensin lmite: el mismo cuerpo embriagado para sentir el deleite estaba escaldado, herido, vendado. En ese cuerpo argentino placer y dolor hacan un juego de espejos. O mejor: teatralizaban el sndrome de Estocolmo. Te quiero mucho Te asfixio mucho Era un paso ms all del tolerable Te amo, te odio, dame ms. Quin alguna vez no am; quin alguna vez no odi. Pero asfixiar? Te voy a atornillar Te voy a herir un poquito ms Era el pas de la picana elctrica ste, no? en la puerta de el deposito, conforme el pago de la entrada (me habra correspetable? Yo qu saba! Qu era respetable en ese pub? Qu haba que hacer para serlo? Creo que nos hablaba a los ojos, directamente. Nos pona a prueba. Cmo habamos llegado a El Depsito? Quines ramos? Pueden acaso beberse el vino por ustedes envasado? La verdad, creo que no... seor Patricio (es usted Patricio Rey, verdad?) Cmo que empezamos a tomarle el peso al asunto este de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, al murmullo ms murmurado en los ltimos domingos del Parque Rivadavia. Arriba las manos decan a coro los msicos, las maquilladoras, el monologuista, la mujer sorteada, el cantante oficinista psicpata que esto no es un recital de rock, es una... experiencia... Otra cosa. Estbamos siendo asaltados por una fuerza clandestina que se abra paso entre los adoquines de Saint Elmo como un tsunami delicado, gozoso, empeluchado. Haba algo que nos mova el piso esa noche y era nada menos que el rock & roll que, en manos de esta hermandad redentora y misteriosa, pareca haber vuelto a su jolgorio dionisaco. El rock & roll en manos de este cantante que ahora empinaba un crescendo diablico repitiendo, como un martillo, la palabra Criminal. Y del guitarrista con lentes de avispa que flameaba la Fender como una bandera y tena ese touch como de fotografa ertica de los 70 (cognac, alfombras, la chica) y algo que nos lata como el Sultans of Swing, lo poqusimo que la radio haba filtrado de la new wave (fuera de El tren fantasma). Y de los saxos sexos nexus que graznaban en contrapunto enfatizando el festn: el buffete Gonzo & Crook. Y del circo, todo alrededor. tado el ticket la mismsima Poli nueve milmetros?), se reciba un nmero impreso en papel de turno de farmacia o de choripaneada de kermese. El nmero, tu suerte en la muchedumbre que se agolpaba en la puerta de El Depsito, debera coincidir con el que el monologuista iba a extraer de la tanga de la mujer de la pizarra de la entrada (esta noche patricio rey sortea una mujer). Eso sucedera en la mitad de un show que para esos cuarenta, cincuenta minutos, ya haba dinamitado absolutamente todos los diques de nuestra previsin sobre el espectculo conocido como recital de rock. Cmo poda ser que el cantante ese que rasguaba los woofers del radio-grabador Nippon fuera... en fin... una especie de oficinista o de Luis Brandoni en Esperando la carroza... Cmo era que el cantante de un grupo de rock & roll poda subir a un escenario sin presumir de Peter Frampton; de camisa y corbata y (por favor, no) pantalones pinzados! Cmo es que poda ser ms Angelo Paolo que Little Stone?! Cmo?! En algn lugar de El Depsito descansaban las maquilladoras que, sin pedir nada a cambio, podan convertir tu cara en un paraso technicolor de Monterey Pop. Recuerdo ahora mismo una sonrisa ensimismada de persianas bajas con una liblula en la mejilla. Fa! Haba que mirarse a los ojos de nuevo para creerlo. El oficinista, el modelo de Angelo Paolo (el rockero?) empuaba el micrfono para increparnos. Son por acaso ustedes hoy un pblico la mujer sorteada no me toco. era una vulva interestelar, segn describi el monologuista, ese linyera tan Aqualung que, s, era Enrique Syms. Era una bomba. Bellsima. Una vez sorteada sigui el premio consuelo. Un chongo. Como de propaganda de Charles Atlas. El nmero le toc a un tipo que estaba a mi lado. Recuerdo que el vino blanco que tomaba en una copa, medio que se le qued a la altura de la nuez. Se puso plido. Y las chicas maquilladas festejaban. En risas pillas, manzanas firmes Los Redondos eran todava inditos Pero ya ese mundito autnomo, ya ese otro mundito autnomo. Ese reinito. Escribo, recin despierto.

historico Ricardo Mono Cohen, Rocambole, con los vinilos serigrafiados del debut.

gulp! enfocaba un enemigo estetico, biopolitico, intra-rockero: la gran bestia pop, el establishment dentro del antiestablishment.

experimentado el salto en alto que marca a las bandas eternas. Bajo esa perspectiva subrayaba la voluntad modernista de Oktubre para reducir a su antecesor a un entraable juguete de pub rock. Hoy, no estoy tan seguro de que las cosas fueran as. Mantengo a Oktubre como el mejor de los discos Redondos, pero no quiero ver a Gulp! ya ms como el eslabn primero de la evolucin discogrfica del grupo sino como su, conforme al concepto de las vanguardias del siglo XX, manifiesto. Una Cooperativa del Goce que promova un evento que haba atravesado la clandestinidad atando cabos: del existencialismo y el hippismo a la Nueva Izquierda; del happening al cooperativismo y, aun, el chamanismo anrquico. Lo haca a travs de ese avatar llamado Patricio Rey, maese ventrlocuo del grupo

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