Crucigrama de Navidad
Crucigrama de Navidad
Crucigrama de Navidad
HORIZONTALES: 2- Sentimiento que debe prevalecer en la Navidad. 3- Adorno tradicional que se arma en cada casa para las Fiestas. 5- Bebida "del diablo" que se toma en los pases centroamericanos para estas celebraciones. 7- Qu se celebra en Navidad? 9- Los tres personajes que llegaron a ver a Jess, guiados por la estrella. 10- Refugio en el que naci.
VERTICALES: 1- Gente que cuidaba el ganado y fueron a saludar al Nio que naci en Beln. 4- Un tipo de golosinas de las varias que se consumen en las Fiestas. 6- Unas de las frutas secas que se consumen en las Fiestas. 8- Atributos de los Reyes. 10- Lo esencial que debe primar en el mundo y que se desea en las Fiestas.
Qu es la Navidad?
La Navidad es Gozo, no ests triste! La Navidad es Paz, si tienes enemigos, reconcliate! La Navidad es Encuentro, busca a tus amigos! La Navidad es Don, hay pobres, aydalos! La Navidad es Humildad, si hay soberbia, sepltala! La Navidad es Justicia, si tienes compromisos, cmplelos! La Navidad es Perdn arrepintete! La Navidad es Luz, si ests en tinieblas, enciende tu lmpara! La Navidad es Verdad, si hay errores, reflexiona! La Navidad es Amor, si tienes odio, olvdalo! Y si para vivir en Armona tenemos que esperar la Navidad... estaremos desperdiciando el diario Vivir!
Despirtate, hombre: por ti, Dios se ha hecho hombre (S. Agustn, Serm., 185). Despierta, hombre del tercer milenio! En Navidad, el Omnipotente se hace nio y pide ayuda y proteccin; su modo de ser Dios pone en crisis nuestro modo de ser hombres; su llamar a nuestras puertas nos interpela, interpela nuestra libertad y nos pide que revisemos nuestra relacin con la vida y nuestro modo de concebirla. A menudo, se presenta la edad moderna como inicio del sueo de la razn, como si la humanidad hubiera salido finalmente a la luz, superando un periodo oscuro. Pero, sin Cristo, la luz de la razn no basta para iluminar al hombre y al mundo. Por eso la palabra evanglica del da de Navidad era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre (Jn 1,9) resuena ms que nunca como anuncio de salvacin para todos. Realmente, el misterio del hombre slo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado (Const. Gaudium et spes, 22). La Iglesia no se cansa de repetir este mensaje de esperanza reiterado por el Concilio Vaticano II, concluido precisamente hace cuarenta aos. Hombre moderno, adulto y, sin embargo, a veces dbil en el pensamiento y en la voluntad, djate llevar de la mano por el Nio de Beln, no temas, fate de l! La fuerza vivificante de su luz te alienta a comprometerte en la construccin de un nuevo orden mundial fundado sobre relaciones ticas y econmicas justas. Su amor gua a los pueblos y esclarece su conciencia comn de ser "familia" llamada a construir vnculos de confianza y de ayuda mutua. Una humanidad unida podr afrontar los numerosos y preocupantes problemas del momento actual: desde la acechanza terrorista a las condiciones de pobreza humillante en la que viven millones de seres humanos, desde la proliferacin de las armas a las pandemias y al deterioro ambiental que amenaza el futuro del planeta. Que Dios que se ha hecho hombre por amor al hombre aliente a todos los que trabajan por la paz y el desarrollo integral en frica, oponindose a las luchas fratricidas, para que se consoliden los procesos polticos todava frgiles y se salvaguarden los ms elementales derechos de los que estn sumidos en trgicas situaciones, como en Darfur y en otras regiones de frica central. Que lleve a los pueblos latinoamericanos a vivir en paz y concordia. Que anime a los hombres de buena voluntad en Tierra Santa, en Irak, en Lbano, donde, aunque no falten signos esperanzadores, stos han de ser confirmados por comportamientos inspirados en la lealtad y la sabidura; que favorezca los procesos de dilogo en la Pennsula coreana y en otras partes de los Pases asiticos, a fin de que se superen las divergencias peligrosas y, con espritu amistoso, se alcancen los logros de paz que tanto esperan sus pobladores. En Navidad nuestro espritu se abre a la esperanza contemplando la gloria divina escondida en la pobreza de un Nio envuelto en paales y acostado en un pesebre: es el Creador del universo reducido a la impotencia de un recin nacido. Aceptar esta paradoja, la paradoja de la Navidad, es descubrir la Verdad que nos hace libres y el amor que transforma la existencia. En la noche de Beln, el Redentor se hace uno de nosotros, para ser compaero nuestro en los caminos insidiosos de la historia. Tomemos la mano que l nos tiende: es una mano que nada nos quiere quitar, sino slo dar. Entremos con los pastores en la choza de Beln, bajo la mirada amorosa de Mara, testigo silencioso del prodigioso nacimiento. Que Ella nos ayude a vivir una buena Navidad; que nos ensee a guardar en el corazn el misterio de Dios, que se ha hecho hombre por nosotros; que nos gue para dar al mundo testimonio de su verdad, de su amor y de su paz.