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,, EL E F ~ C T O RASHOMON'.
ANALISIS FILOSOFICO PARA EL CENTENARIO
DE AKIRA KUROSAWA ON<,;:AL MAYOS Universitat de Barcelona RESUMEN Antroplogos y epistemlogos llaman "efecto Rashomon" a la subjetividad detecta- ble en la percepcin y la memoria, cuando testimonios de un mismo acontecimiento pue- den ofrecer relatos o descripciones de ste substancialmente distintos pero, sin embargo, igualmente plausibles. Analizaremos las consecuencias filosficas del "efecto Rashomon" en la pelcula de Kurosawa que le da nombre y que interpretaremos. Trminos clave: subjetividad, emic, inconmensurabilidad, cinismo, verdad. ABSTRACT 'Rashomon effect', as referred either by anthropologists and epistemologists, is sub- jectivity linked to memory and perception; equal plausibilty to substantially diverse recount or recollection on the same event. We will go through, analyse and render the philosophical outcome of 'the Rashomon effect', named after the same name's Kurosawa's movie. Key-words: Subjectivity, emic, incommensurability, cynicism, truth. l. Aproximacin antropolgica y epistemolgica al "efecto" "Dos grupos cuyos miembros tienen sensaciones sistem- ticamente distintas al captar un mismo estmulo, en cierto sentido viven en mundos diferentes." Thomas S. Kuhn 1 J. Kuhn, Thomas S., La estructura de las revoluciones cientificas, Mxico: FCE, 1977, p. 295. Comnwm :23: :209-233 (:WIO) Dcpartamcnt de Filosofm TcorClica i Pracuca. Facultat Je Filosofa Uni\Crsital de Barcel(ma. JSSN: ()()10-8'.!35 210 Gonral Mayos Segn el antroplogo norteamericano Karl G. Heider 2 el llamado "efec- to Rashomon" se refiere a la subjetividad detectable en la percepcin y la memoria, cuando testimonios de un mismo acontecimiento pueden ofrecer relatos o descripciones de ste substancialmente distintos pero, sin embargo, igualmente plausibles. El "efecto rashomon" (bajo esa denominacin o no) ha sido muy ana- lizado en contextos epistemolgicos, siendo quizs el t'._jemplo ms conocido y estudiado la famosa tesis del terico e historiador de la ciencia Thomas S. Kuhn sobre la inconmensurabilidad de los paradigmas cientficos. Al menos en los momentos revolucionarios, cuando subsisten paradigmas dife- rentes, fcilmente pueden ofrecer explicaciones alternativas, coherentes y sostenibles dentro de cada uno de ellos, pero totalmente incompatibles entre si. Simplificando y en concreto, dice Kuhn en la Postdata de 1969 de la estructura de las revoluciones cientficas": dos personas pueden encontrar "la respuesta a un mismo estmulo mediante descripciones y generalizaciones i ncom pati bles". Evitando remontarnos a teoras de la sofstica griega o a los tropos del escepticismo clsico y moderno, apuntaremos algunas influencias contempo- rneas clave para la tematizacin del "efecto" psicolgico y epistemolgico que consideramos. Es el caso de la conocida tesis de Benjamn Lee Worf4 y Edward Sapir 5 sobre la determinacin de las lenguas en la percepcin del mundo, o la reflexin de Wittgenstein que vincula los lmites de "mi" lenguqje con los lmites de "mi" mundo o de W. O. Quine 6 sobre la indeterminacin de la traduccin entre lenguajes distintos y la inescrutabilidad de la referencia. Sin duda influido por esta tradicin, en especial Quine, Kuhn (1977: 270) afirma: "los hombres que sostienen puntos de vista inconmensurables, deben ser considerados como miembros de comunidades lingsticas diferentes y sus problemas de comunicacin deben ser analizados como problemas de tra- duccin." En esta lnea hay que destacar tambin los trabajos del psiclogo y 2. Heider, Karl G., .. The Rashomon Effect: When Etnographers Disagree", American Anthropologist, March 1988. Vol. 90. n 1. pp. 73-81. Especializado en antropologa visual, Heider public en 1976 el libro Ethnographic Film, Austin: University ofTexas Press. Vase tambin Alberto Cardn "El efecto Rashomon en etnologa". Tientos etnolgicos. Gijn: Jcar, 1988, p. 3-8 y Manuel Delgado en el programa de mano de la Filmoteca Nacional de Catalunya, 1-15 setembre 2002, para el ciclo cinematogrfico que celebraba el IX Congrs d' Antropologia en Barcelona. 3. Kuhn 1977: 306. 4. Vase la recopilacin de los escritos de Benjamn Lee Worf Lenguaje, pensamiento y realidad, Barcelona: Barral, 1971. 5. Vase por ejemplo el clsico Edward Sapir El lenguaje. Introduccin al estudio del habla, Mxico: FCE, 1966. 6. Vase sus obras "Two dogmas of Empiricism" ( 1951) y Word and Object ( 1960). El 'efecto Rashomon '.Anlisis filosfico para el centenario de Akira Kurosawa 211 epistemlogo norteamericano Jerome Bruner, en especial destacamos su libro Actual Minds, Possible Worlds de 1985. El "efecto rashomon" se ha mostrado tambin muy relevante y por tanto h_a sido objeto de larga polmica en los estudios antropolgicos y etnogr- ficos. Se presenta -como veremos- tanto donde se dan distintas versiones "emic" 7 de un fenmeno o evento, como -an ms fcilmente- en el habitual gran contraste entre las versiones "emic" y las "etic". Son versiones "emic" aquellas que usan los conceptos propios -aunque sean inconscientes y/o inconsistentes- del agente o cultura analizada; en cambio son versiones "etic" las que usan los conceptos -a veces pretendidamente "objetivos" -de la cul- tura y "cientificidad" del antroplogo analista 8 . 2. Por qu la pelcula Rashomon de Kurosawa? Los psiclogos, epistemlogos y filsofos contemporneos que utilizan la denominacin "efecto Rashomon", lo hacen en reconocimiento a la pelcula Rashomon de Akira Kurosawa de 1950 (que gan el Len de oro y el Premio de la Crtica en Venecia y el Osear a la mejor pelcula extranjera 9 ). Ello es debido a la mencionada inconmensurabilidad, subjetividad e indecidibilidad entre las cuatro versiones que se presentan de unos mismos hechos crimina- les, cuya exacta y concreta verdad resulta imposible de determinar unvoca, indudable y apodcticamente. 7. En la segunda parte del XX se ha generalitzado la distincin entre el anlisis "emic" y "etic" (trmino que, en este uso, no tiene nada que ver con la moral o con cuestiones ticas). Esa distincin fue introducida por el lingista Kenneth Pike basndose en la distincin entre los trminos ingleses phonemics (fonologa) y phonetics (fontica). La lingstica contempornea ha establecido rigurosamente la distincin entre las distinciones sonoras fonmicas, que son las consideradas significativas en un sistema lingstico dado, frente a las distinciones meramente fonticas, que son todas las determinables sean o no lingsticamente significatives en un sistema. 8. La distincin entre "emic" i "etic" se ha difundido sobre todo en antropologa y etnologa, pero es muy til tambin en los anlisis histrico-culturales. Refirindose a las distinciones "emic" como el "punto de vista del nativo". Malinovski considera que pueden y tienen que ser investigadas objetiva y rigurosamente, aunque apunten a comportamientos y creencias poco o nada cientficos. Los antroplogos Malinowski, Lvi-Strauss, Goodenaugh o Geertz han defendido sobre todo la relevancia en antropologa de la perspectiva "emic", mientras que Marvin Harris (a pesar de reconocer y destacar algunas contradicciones muy significativas entre lo "emic" y lo "etic") ha defendido y considerado inevitable el enfoque "etic". Vase "Conocimiento cultural e histrico" de G. Mayos en Teora del Conocimiento, F. Nez (coord.), Barcelona: UOC, 2007, pp. 1-64. Hay edicin castellana y catalana. 9. Al parecer, este nuevo tipo de osear fue creado precisamente en 1951 con ocasin de Rashomon (pues los norteamericanos que ocupaban Japn tenan pronto y directo conocimiento de la pelcula y sus muchas virtudes). 212 Gonral Mayos Tanto por ser anterior en su concepcin como por la brillantez de la pel- cula y el impacto ms masivo que el cine permite hoy en da por encima de la literatura, Rashomon mereci el honor de nombrar ese "efecto". Aunque sin duda podra haberlo merecido tambin el escritor britnico Lawrence Durrell, que escribi entre 1957 y 1%0 un ciclo de novelas llamado El cuarteto de Alejandra. Curiosamente tambin son cuatro versiones distintas de unos mismos hechos y cada una de las cuatro novelas tiene por ttulo el nombre de uno de los personajes implicados, aqul que all da su versin -particular e inconmensurable con la de los otros- de los acontecimientos protagonizados conjuntamente. Los cuatro libros de El cuarteto de Alejandra se llaman pues: Justina, Balthazar, Mountolive y Clea. Pero como hemos dicho, el honor se lo gan la pelcula dirigida por Akira Kurosawa con guin de l mismo y de Shinobu Hashimoto, a partir de dos cuentos de Ryunosuke Akutagawa (1892-1827) titulados "Rashomon" y "En el bosque". Con ella adems, Kurosawa se consagr internacionalmente y populariz por primera vez fuera de su pas al ya por entonces muy potente y creativo cine japons. Analicemos como se presenta y formula en la pel- cula Rashomon el famoso efecto de relatos inconmensurables, y extraigamos algunas consecuencias filosficas. 3. Vivir en el "efecto" o reflexionar sus consecuencias Tras su complejidad de tres escenarios, dos tripletas de personajes, cua- tro versiones de unos mismos hechos y cuatro partes a distinguir en su desa- rrolfo, la pelcula Rashomon 10 de Kurosawa est toda ella estructurada por una significativa dualidad. La ha formulado profunda y bellamente Hegel en el Prefacio a su Filosofa del derecho aunque, mucho antes, ya haba definido los dos grandes recorridos que dan sentido a su Fenomenologa del espritu. En una parte de la dualidad, nos encontramos con las acuciantes expe- riencias personales, vitales, subjetivas e incluso violentas de unos aconteci- mientos (en Rashomon: el crimen y la violacin cometidos en el bosque). Intercalados como sucesivas declaraciones ante la justicia, esos hechos son narradas en primera persona y desde su punto de vista por los tres implicados (bandolero, dama y samurai) y -ms tarde- por un oculto observador. Como esos relatos se muestran totalmente incompatibles e inconmensurables entre 10. Destacamos los artculos recogidos con muy buen criterio por Richie, Donald (ed.) en el libro Rashomon, New Brunswick, Rutgers University Press, 1987, Davidson, James F. ''Memory of Defeat in Japan: A Reappraisal of Rashomon" pp. 159-166; Kauffman, Stanley "The lmpact of Rashomon", pp. 173-177; McDonald, Keiko ''The Dialectic of Light and Darkness in Kurosawa's Rashomon", pp. 183-192; Richie, Donald ''Rashomon", pp. 1-21; Sato, Tadao, "Rashomon", pp. 167-172; y Tyler, Parker, ''Rashomon as Modern Art", pp. 149-158. El 'efecto Rashomon'. Anlisis.filosfico para el centenario de Akira Kurosawa 213 s, desorientan y amenazarn la posibilidad de la verdad como tal. Los hechos reales tienen que ser nicos y los mismos, pero los relatos son incompatibles y parecen imposibilitar que emerja una verdad nica e incuestionable. sta es la cuestin de la segunda parte de la dualidad que marca las disputas de tres personajes ms en el templo-puerta y bajo la espesa lluvia. Aqu surge otro tipo de conflicto -ahora filosfico y en apariencia exclusivamente teo- rtico- que ser objeto de riguroso escrutinio reflexivo, pero tambin de angustioso debate. Un cnico recin llegado, pese a su explcito desprecio para con la ver- dad y su bsqueda, impulsa ese debate entre dos testigos del interrogatorio de la justicia. La voluntad de verdad y la confianza en humanidad de ambos se ha visto amenazada por los relatos incompatibles entre s e inconmensurables con una nica versin que se pudiera considerar "la verdadera". Curiosamente el cnico resulta clave para que avancemos y la pelcula llegue a un desenlace mnimamente esperanzador, auque por momentos amenace con devorar- lo todo en el peor de los nihilismos. Ahora bien cmo superar el "efecto Rashomon" de los relatos incompatibles y recuperar unas mnimas bases para reestablecer las condiciones de verdad, fiabilidad y legitimidad de una verdad objetiva que valga para todo el mundo? Es posible determinar la superior fiabilidad de un testimonio por encima de aquellos otros que ofrecen relatos absolutamente incompatibles e inconmensurables entre s? Cmo debera ser ese testimonio y en qu basara su legitimidad superior? Ese es el tema de la pelcula que nos ocupa y tambin un objetivo mayor que, como hemos visto, afecta a la epistemologa, la antropologa y la filosofa. Analicemos las causas del "efecto Rashomon" y como ste afecta a los testimonios enfrentados. Hegel argumenta que hay un tipo de testimonio que, marcado totalmente por su punto de vista personal, es incapaz de trascender su rol inmediato y vital, y por tanto no puede alcanzar la perspectiva objetiva (Hegel usa el trmino "absoluta" pues dar origen al "saber absoluto" de la Fenomenologa) 11 Es incapaz, pues, de superar su "yo" y su determinacin particular -aunque tenga origen social- que lo asla del todo; no pudiendo adoptar la perspectiva del "nosotros". sta -dice Hegel- no es tan slo colec- tiva sino que, especialmente, incluye la perspectiva epistmica desde el todo, desde la totalidad que deviene dialcticamente, y por lo tanto se reviste de la absolutez que debe caracterizar a la verdad. 11. Ramon Valls Plana contrapuso brillantemente ambas perspectivas, que Hegel en la Fenomenologia del Espritu vincula dialcticamente, en Del yo al nosotros (Lectura de la Fenomenologa del Espritu de Hegel), Barcelona, Estela, 1971. 214 Gon<;al Mayos El "efecto Rashomon" slo se puede soslayar en la medida que, sin inva- lidar las perspectivas vitales personales de los agentes implicados 12 (pues no olvidemos que ste es el nico posible punto de partida), se consigue una pers- pectiva global que, integre y justifique aquellas perspectivas vitales, a la vez que ofrezca otra de mayor garanta y legitimidad. Sin duda estamos ante una vieja y constante aspiracin filosfica, al menos desde que Pitgoras argumentara que, aquellos que van a las olimpadas a contemplarlas teorticamente, adquieren de ellas un conocimiento superior a aquellos otros que van a ellas movidos por un inters ms inmediato y personal, ya sea para competir y ganar fama, ya sea a negociar o aprovecharlas para vender. Para Pitgoras la distanciada contemplacin teortica era la autntica actitud filosfica y la nica garanta de acceder a la verdad completa y rigurosa del hecho olmpico, mientras que todas las dems quedan prisioneras de la muy concreta opcin e inters de los participantes. stos tendrn sin duda su personal e incuestionable vivencia, que debe ser tenida en cuenta, pero tan slo el distanciado contemplador filosfico (coinciden Pitgoras, Hegel y Kurosawa) podr acceder a un conocimiento ver- dadero o mximamente certero de la completa realidad sucedida. Ahora bien, ello obliga a que el debate o reflexin propiamente filos- ficos slo pueda producirse "post festum" y "post factum", pues como dice bellamente Hegel: "la lechuza de Minerva" (el smbolo de la filosofa) "tan slo inicia su vuelo con la irrupcin del anochecer" 13 . Es decir -argumenta Hegel-, "la filosofa llega siempre tarde. En cuanto pensamiento del mundo, slo aparece en el tiempo despus que la realidad ha culminado su proceso de formacin y ha sido completada. Lo que ensea el concepto, lo muestra la historia con igual necesidad: slo en la madurez de la realidad aparece lo ideal frente a lo real, y erige a aquel mismo mundo, aprehendido en su sustancia, en la forma de un reino intelectual. Cuando la filosofa pinta gris sobre gris, entonces una forma de la vida ya ha envejecido, i con gris sobre gris no puede ser rejuvenecida, sino slo conocida." 14 12. Aunque se trata de un criterio tremendamente exigente. no podemos sino estar de acuerdo con el principio director formulado por Quentin Skinner: "De ningn agente puede decirse finalmente que haya dicho o hecho algo de lo que nunca se lo pueda inducir a aceptar que es una descripcin correcta de lo que ha dicho o ha hecho." Citado por R. Rorty en Rorty, R. Schneewind, J.B. y Skinner, Q. (comp.), La filosofa en la historia. Ensayos de historiografa de la filoS<!fa, Barcelona, Paids, 1990: 70. 13. Hegel, G. W. F., Grundlinien der Philosophie des Rechts oder Naturrecht und Staatswissenschaft im Grundrisse, Helmut Reichelt (ed.), Frankfurt/M, Ullstein Buch, 1972, p. 14. La traduccin es de G.M. 14. lbidem. El 'efecto Rashomon'. Anlisis filosfico para el centenario de Akira Kurosawa 215 Pareciera que Kurosawa o su coguionista tuvieran noticia de este texto y de la idea de Hegel 15 , pues ciertamente la pelcula Rashomon se estructura en una estricta dualidad, tanto de contenido como de presentacin visual, que recuer- da estrictamente la que acabamos de citar en Hegel. Veamos como estructura visual y temticamente la pelcula Rashomon, esa dualidad mencionada. 4. Bosque de vida y conflicto. Puerta de verdad y reflexin Gran parte de la genialidad del guin de Shinobu Hashimoto y Kurosawa estriba en unir las dos narraciones de Akutagawa bajo la dbil unin de dos personajes: el monje y el leador. Significativamente el primero siempre se mueve tangencialmente a los hechos, mientras que el segundo los presencia en secreto, aunque no quiera tiene que intervenir y -precisamente por ello- al final recuperar la legitimidad de su testimonio que casi haba perdido. Ahora bien, nosotros queremos destacar sobre todo la genial estructura- cin de la pelcula 16 y como responde a la dicotoma que hemos mostrado en Hegel. Es totalmente decisivo el profundo y constante contraste entre sus dos grandes escenarios y problemticas que, adems, estn vinculadas como las dos caras de una misma moneda: el bosque y el templo-puerta. Por una parte, el bosque donde se producir la vivencia personal, subjetiva, contrastada, conflictiva, incluso violenta y cruel, y que acabar bajo el aplastante dominio del "efecto Rashomon". Por otra parte, el templo-puerta japons donde se producir la distanciada, pero tambin angustiada, reflexin teortica para determinar -objetiva o intersubjetivamente- la verdad de lo sucedido en el bosque; e incluso para legitimar, hacer posible o, al menos, abrir una esperan- zada puerta a un futuro no vaco de verdad. Kurosawa resaltar conscientemente y con gran ingenio el contraste entre el fro y lluvioso escenario de un viejo y semidestruido templo-puerta, y el clido y extraamente luminoso bosque. As, Kurosawa mand mezclar tinta con el agua para acentuar la visibilidad de la lluvia torrencial y omni- presente que cae sobre el templo donde se han refugiado los que reflexionan 15. No nos consta explcitamente, pero tampoco podemos descartar que Akira Kurosawa tuviera algn conocimiento de estos aspectos de Hegel, pues tuvo una excelente formacin (su padre era maestro) y tena muy buen conocimiento de la cultura occidental. Estudi literatura rusa y occidental que puede constatarse sin ninguna duda en sus obras inspiradas en Shakes- peare (Trono de sangre adapta Macbeth, Ran se basa en El rei Lear y Los malvados duermen bien s'inspira en Hamlet), Tolstoi, Dostoievski (El idiota), Gorki (Bajos fondos) o Georges Simenon (el comisario Sato de Perro salvaje se basa en Maigret). Vase Kurosawa, Akira (trad. Michel Chion), Comme une autobiographie en Cahiers du cinma, 1997. 16. Nos referiremos siempre y citaremos los dilogos por la versin en DVD de Ras- homon de Akira Kurosawa en DeAPlaneta y Orient Express, Depsito Legal: B-17.756-2004, duracin aprox. 90', blanco y negro. 216 Gon<;al Mayos sobre el "efecto Rashomon" y las narraciones incompatibles. En cambio, en las escenas del bosque y puesto que faltaba luz dada la sensibilidad de las pelculas de la poca, Kurosawa film las escenas iluminadas por grandes espejos, pero haciendo pasar sus reflejos por entre el follaje. As, adems de conseguir una luz clida y veraniega, le da una gran verosimilitud, contraste y evita el efecto artificial de una luz directa y plana. Adems Kurosawa aumenta el contraste al inicio de la pelcula, pues el vivaz e incluso alegre "galope" del leador (aunque progresivamente inquie- tante a medida que encuentra unos rastros dispersos) bajo la msica del bolero de Ravel resalta la tradicional simbologa misteriosa y mgica del bosque, y adems enlaza con el erotismo buclico con que el bandido yacente y medio dormido descubre la dama del samurai a caballo, cubierta de un etreo velo blanco que el viento levanta levemente para despertar su deseo. Por unos instantes parece que nos encontremos ante el inicio de una idealizada fbula fantstica, pues en ese momento todava no se ha manifestado la magnitud de violencia y apasionamiento del drama vivido en el luminoso bosque. Ello con- trasta an ms con el sorprendente, angustioso y en ese momento inexplicable silencio (que luego veremos que oculta grandes dudas, dilemas y secretos) del leador y el monje en el templo bajo la lluvia. Los sencillos pero muy ingeniosos y potentes efectos especiales no pasaron desapercibidos en su poca, as como el gran y significativo contraste que con ellos consigui Kurosawa. Incluso facilitaron una interpretacin de la pelcula que resaltaba el contexto social postblico en el Japn derrotado y todava ocupado por los Estados Unidos 17 . As se interpret bastante genera- lizadamente que la clida, luminosa pero violenta parte en el bosque simboli- zaba el Japn tradicional y milenario, mientras que el semidestruido y lluvioso templo simbolizaba el Japn contemporneo y postnuclear. La lluvia negra (pues como hemos dicho, Kurosawa mand mezclar el agua con tinta) fue asi- milada a las cenizas de las bombas atmicas sobre Hirosima y Nagasaki 18
Desde esa perspectiva, la pelcula adquira el sentido de una contundente crtica a la historia vivida por el Japn, ya sea por su cruel destino frente a la avanzada tecnologa occidental, ya sea por su peligrosa evolucin interna pues, el conflicto en el bosque mostrara que no haba estado fiel a sus propios valores. En cualquier caso, de alguna manera, Rashomon sera interpretado principalmente desde el desastre de la guerra mundial, la derrota y la bomba 17. Es el caso, por ejemplo, del artculo ya citado de Davidson. James F., Memory of Defeat in Japan: A Reappraisal of Rashomon", cuya interpretacin ha sido muy influyente al ser una recepcin muy temprana de la pelcula, pues fue publicado en 1954. 18. Es, por ejemplo, la interpretacin que se da en el reportaje japons y canadiense de 1995 Hiroshima, dirigido por Koreyoshi Kurahara y Roger Spottiswoode, con guin de John Hopkins y Toshiro lshido, 186 min. El 'efecto Rashomon'. Anlisis filosfico para el centenario de Akira Kurosawa 217 atmica, a las aludira la destruccin del templo, de la misma manera que la negra y persistente lluvia aludira a la cada de las cenizas radiactivas. No descartamos esta interpretacin, pero preferimos otra ms amplia que, da cuenta de muchos elementos de la pelcula que la anterior interpre- tacin neglige y le da mayor contenido filosfico. Adems evita caer en los habituales tpicos occidentales o norteamericanos que tienden a interpretar las aportaciones ajenas en funcin de occidente o de unas pocas claves hist- ricas siempre las mismas 19 . Por otra parte y en sus artculos ya citados, tanto Tadao Sato como Kei ko McDonald analizan pormenorizadamente los aspectos formales y simblicos del contraste buscado por Kurosawa, especialmente entre luz y oscuridad. Coincidimos en su importancia, pero discrepamos de la tesis principal tanto de uno como de otro. Tadao Sato apunta que la luz -en el bosque- significa en contra de lo habitual el mal y el pecado. Tiene razn en que el deseo del bandido es despertado por el insinuante contraluz con que ve por primera vez a la dama y afirma que sta se le entrega finalmente cuando es iluminada por el sol. Por su parte McDonald le argumenta que propiamente se le entrega justo cuando el sol se desvanece. Por tanto MacDonald considera que, cohe- rentemente con la tradicin ilustrada, la luz simboliza en Rashomon ms bien bondad y razn, mientras que la oscuridad simboliza mal y instintividad. Ahora bien, nosotros interpretaremos el consciente y forzado contraste que comentamos, desde la dualidad que hemos mostrado en Hegel entre vida y reflexin, experiencia personal y especulacin epistemolgica, implicacin apasionada y crtica filosfica, entre los contrastados colores de la vivencia inmediata y los grises tonos del distanciado debate conceptual, entre el calor del conflicto vital y la frialdad del conflicto teortico ... Los contrastes for- males, luz-penumbra, calor-frialdad, da-noche, verano-lluvia ... que oponen el bosque con el templo-puerta, remiten a dos tipos (muy vinculados pero distinguibles) de conflicto y de realidad. En el templo-puerta se discute sobre la verdad o legitimidad de los relatos y los fenmenos que presuntamente acontecieron en el bosque, ciertamente con un apasionamiento y una violencia que ya no se pueden evitar o, ni tan siquiera, suavizar. 5. Prlogo y eplogo en la puerta-templo' Notemos que el prlogo o presentacin de la pelcula se sita en el fro y decrpito templo-puerta japons, donde se congregan bajo una fuerte llu- 19. Por esta tendencia Rashomon es interpretada desde la perspectiva de la 2 Guerra mundial, la ocupacin norteamericana y sus secuelas, de manera similar a que la mayor parte de las pelculas espaolas se interpretan en relacin con la Guerra civil y sus secuelas. 218 Gon(:al Mayos via y terriblemente afectados: un monje y un leador. ste se exclama: "no lo entiendo", "no entiendo absolutamente nada". El monje, obstinadamente cabizbajo, afirma que han presenciado algo muy sorprendente y "horroroso" pues, "despus de haberlo visto, no creo que pueda confiar en nadie ms". Ello despierta el inters de un recin llegado que busca refugiarse de la lluvia y que, significativamente, hace lea con el viejo templo para secarse al fuego. Se sorprende de esas angustiadas exclamaciones y, con desparpajo y mientras se seca al fuego, inquiere por ellas, propiciando que le expliquen las versiones del bandolero, la dama y el samurai sobre lo sucedido en el bosque. Como vemos, el debate en el templo (como la lechuza de Minerva) tan slo puede formularse postfactum, tan slo levanta su vuelo postfestum, cuan- do los acontecimientos en el bosque han culminado y periclitado, pero-y esto es muy significativo- cuando todava no han desvelado su secreto, cuando todava no han sido conocidos, conceptualizados rigurosamente, ni elevados a idea -dira Hegel-. Como la reflexin respecto a la vida, el conflicto teortico en el templo se refiere metalingsticamente y filosficamente al conflicto vivido en el bosque. Usando expresiones de Hegel, cuando el debate teortico y filosfico "pinta gris sobre gris, entonces una forma de la vida ya ha envejecido, y con gris sobre gris no puede ser rejuvenecida (ni enmendada), sino slo conoci- da."2 Es decir tan slo se puede intentar superar las consecuencias psicolgi- cas y epistemolgicas del "efecto Rashomon", y determinar la verdad. En el templo-puerta el recin llegado mostrar progresivamente sus actitudes muy cnicas, escpticas e, incluso, nihilistas, que contrastan con la sincera angustia del leador y el monje. sta nace claramente del "efecto Rashomon", de la imposibilidad de desentraar el misterio de unos relatos incompatibles entre s a pesar de remitir a unos mismos hechos, y de la imposibilidad para entresacar de ellos una verdad nica, unvoca y objetiva. Adems, distintos indicios nos van mostrando que el leador tambin intenta comprender por qu tanto el bandido como el samurai y su esposa mienten o dan una versin que no encaja con lo que l secretamente ha presenciado. La cuestin es pues determinar la verdad y por qu mienten. Aunque pueda sorprender, la angustia que atenaza al leador y al monje no procede directamente de las violencias cometidas en el bosque pues comparten con el cnico un profundo pesimismo y conformismo sobre la inevitable maldad humana. Al menos hasta el momento final, en el templo-puerta, ms que de la cuestin tica o pragmtica de evitar crmenes como los del bosque, se trata de una cuestin puramente teortica: determinar la verdad de lo que pas y, 20. Op. Cit. El 'efecto Rashomon '. Anlisis filosfico para el centenario de Akira Kurosawa 2] 9 en cierta medida, legitimar una va para salvar la verdad frente al "efecto Rashomon". Ello coincide con la mirada prcticamente de taxidermista que preside toda la pelcula. Kurosawa se muestra framente analtico y evita hasta el final tomar partido por ninguno de los personajes: el bandolero es claramen- te desmitificado y ridiculizado; el samurai an es tratado ms crticamente; algo ms amable se muestra con la doblemente violentada mujer (primero por el bandolero y luego por su propio marido), pero su transformacin final, que muestra una fuerza que aparentaba no tener, no oculta que pide la muerte de su marido. Y por supuesto, como exclama el leador -que lo ha contem- plado todo- "todos mienten", "todos son unos egostas". Aparentemente esa distanciada y desencantada mirada de taxidermis- ta de Kurosawa se suaviza cuando se posa sobre los tres personajes en el templo. Pero eso es muy relativo pues, a pesar que su inteligencia es clave para llegar al desenlace, el cnico recin llegado es finalmente desacredita- do pues se le hace robar la ropa y nicas pertenencias de un recin nacido abandonado! Ciertamente y en todo momento, el monje es presentado como muy consciente y preocupado, pero su angustia parece provenir tan slo de la necesidad de salvar su fe en la verdad, en la humanidad y, en cierta medida, en algn tipo de teodicea u orden sagrado/divino en el mundo. Sin duda sorprende la rapidez y cierta irreflexin que le lleva a entregar el nio abandonado al leador. Por mucho que el monje pueda estar contento porqu ste finalmente ha salvado su voluntad de verdad-fe, permitindole encontrar un relato que puede considerar verdico y ms legtimo que los del bandido, el samurai y su esposa; no puede olvidar que el leador haba presenciado, sin intervenir, la violacin de la dama y el asesinato del samurai; que luego haba robado una valiosa daga y que, ms tarde, haba mentido sobre todo ello a la justi- cia. Pues bien, a pesar de ello y con una peligrosa tendencia a la pasividad (por ejemplo es incapaz de reaccionar cuando el cnico expolia de sus per- tenencias al nio y siempre se muestra pusilnime frente a los argumentos del cnico), el monje entrega el nio al leador despus de una brevsima vacilacin. Podemos anticipar que, sin duda, para Kurosawa (como para el monje) el leador representa la nica esperanza de superar el "efecto Rashomon", abrir una cierta esperanza de verdad y -probablemente tambin- de una accin finalmente tica y vital (aspecto ste del que parece adolecer el monje). Por ello, el leador se erige de alguna manera en el portavoz del pro- pio Kurosawa en la pelcula. Pero, tendr que superar su propio infierno, el "efecto Rashomon" y expiar sus errores (ha mentido a la justicia, ha robado la valiosa daga del lugar del crimen y -sobre todo- no ha intervenido en ningn momento para ayudar las vctimas). 220 Gonral Mayos 6. Cuartel e interrogatorio, aparece el "efecto" Adems de los dos grandes escenarios del bosque y del templo-puerta, hay un tercer escenario que a veces pasa desapercibido: el patio del cuartel de polica donde se toma declaracin sobre el crimen. Es en una especie de metaescenario donde se evidencian o narran los relatos de los tres grandes protagonistas del conflicto en el bosque, y as se prepara el debate posterior en el templo-puerta. Tenemos que destacar, pues, el papel intermedio y de enlace que juega el patio del cuartel entre los otros dos escenarios y planteamientos: por una parte, lo vivido violentamente en el bosque (que ahora se manifiesta bajo el "efecto Rashomon" como una diversidad de relatos inconmensurables e incompatibles entre si) y, por otra, lo reflexionado dramticamente en el templo-puerta. Coincidiendo con la tesis kantiana, en Rashomon la realidad noumnica o la cosa-en-si queda velada, y tan slo disponemos de la versin fenomnica tal como es percibida y vivida por los distintos testimonios. Notemos que el precioso y largo plano, bajo una alegre y trepidante msica in crecendo muy parecida al famoso bolero de Ravel, donde el leador se interna en el bosque y va descubriendo los primeros indicios del drama del que ya tenemos noticia (el sombrero con velo de la dama, una zapatilla, unas cuerdas rotas, un amu- leto ... ), termina bruscamente cuando el leador queda sorpresivamente admi- rado ... Pero tan slo vemos en un muy corto plano unos brazos agarrotados y mudos, que tan slo revelarn su historia, con las cuatro narraciones incom- patibles mencionadas. Adems se trata de una "licencia potica" de Kurosawa o una mentira del leador, pues luego sabremos que lleg secretamente a la escena del crimen antes de que el samurai muriera. Pues bien, las versiones formuladas bajo el interrogatorio de la justicia (siempre implcito y nunca explcito, pues slo lo intuimos por lo que dicen los interrogados) concluyen con la ms contundente manifestacin del "efecto Rashomon": unos relatos, unas certezas e, incluso, unas "verdades" incom- patibles e inconmensurables entre si. Para simplificar: tanto el bandido, la mujer y el samurai se autoinculpan de la muerte de ste (el ltimo por el sui- cidio ritual "Harakiri" como corresponde al cdigo de honor de los samurais "Bushido"). Adems queda disputada la respuesta "real" de la dama, ante los avances pasionales del bandido, y su posterior actitud para con su marido. Kurosawa enfatiza el "efecto Rashomon" presentando sucesivamente esas tres versiones con una elegante pero muy inquietante progresin respecto el dramatismo, la crueldad y la violencia. El efecto resultante es impactante, pues a la contrastada vivencia de la violencia fsica del bandido, se suma la terrible violencia psicolgica (que se muestra tan mortal como la anterior) entre marido y mujer, entre el samurai y su esposa. El 'efecto Rashomon '. Anlisis filosfico para el centenario de Akira Kurosawa 221 Por tanto, el cuartel de polica es el mbito del fenmeno, an ms: donde se confrontan las distintas vivencias y los relatos incompatibles entre si; pues lo realmente sucedido en el bosque se oculta inefable -como el no- meno o la realidad en si-. El cuartel es pues el mbito donde se manifiesta con toda su contundencia el "efecto Rashomon". Ello tiene una importante lectura filosfica, pues parece indicar (o resulta de las opciones adoptadas por Kurosawa y colaboradores) la limitacin intrnseca que amenaza toda simple investigacin, fra, distante, un tanto coactiva sobre los testimonios, que se limita a querer determinar un culpable (que no es lo mismo que la "verdad") de lo acontecido en el bosque ... Aunque intenta obviar el "efecto Rashomon", sometiendo a los testimo- nios a un fro, distante e incluso coactivo interrogatorio, buscando desencar- nar su subjetividad y vivencias para establecer los hechos framente objetivos, no consigue sino caer bajo el "efecto" de unas vivencias i perspectivas incon- mensurables entre si. Creemos que es por ello que Kurosawa filma siempre el patio del cuartel y el interrogatorio con el mismo enfoque subjetivo maravillosamente minima- lista y geomtrico: un muro al sol, el testimonio interrogado en primer plano, los otros en un segundo plano esperando sentados en la grava, las armoniosas sombras de todos ellos ... Significativamente la autoridad que juzga nunca es vista, puesto que siempre se nos ofrece una visin subjetiva desde ella. Adems nunca se la oye hablar, pues slo podemos intuir su interrogacin por lo que dicen los interrogados. Se trata pues una bsqueda totalmente "objetivista" de la verdad, podra- mos decir que completamente "empirista" o "positivista": determinar los hechos tal y como se produjeron. Para ello -se presupone-, basta con que se interroguen fra y coactivamente los testimonios y se confronten entre si y con la realidad sus declaraciones. Se presupone la irrelevancia o trascendencia (como quiera verse) del juez, es decir el sujeto que inquiere, juzga y dictamina la verdad de los hechos en si mismos. Coherentemente y como hemos dicho, Kurosawa mantiene siempre la imagen subjetiva y soslaya incluso la voz que interroga. Ahora bien, esta aproximacin a la verdad resulta insuficiente y as lo deja claro Kurosawa mostrando la angustia que atenaza al monje y al leador (que ciertamente no ha revelado su secreto) despus del interrogatorio. En ese momento, el "efecto Rashomon" lo seorea todo. 7. Nudo en el bosque, triunfa el efecto Rashomon Como vemos, la segunda y larga parte de la pelcula presenta el conflic- tivo nudo de la trama que conlleva el "efecto Rashomon" y pone en cuestin la posibilidad misma de la verdad. Convocados por haber estado en el bosque 222 Gonrat Mayos cuando se cometi el crimen, el monje y el leador presencian los alegatos que proponen tres versiones distintas e incompatibles de aqul. En adelante, la pelcula avanza intercalando las distintas versiones, con los comentarios de los tres refugiados en el templo y, por tanto, los dos grandes escenarios: una arboleda en un da radiante de verano y el inhspito templo bajo la lluvia. Interrogado, el bandolero confiesa desafiador que -movido ms por deseo ante la dama que por codicia 21 - hbilmente enga al samurai y le maniat, consiguiendo seducir ante l a la dama. Luego, el bandolero afirma que quiso retirarse sin matar el samurai, pero la mujer exigi: "uno de los dos tiene que morir, me da igual", pues "slo podr vivir con el que de los dos sobreviva''. Despus de una lucha, en que el bandido destaca su superioridad guerrera sobre el samurai, le mata. Como la mujer haba desaparecido, el ladrn huye con la espada, las flechas y el caballo del samurai, aunque se olvida una valiosa daga. Aparentemente esta versin explica lo que sucedi y cierra la cuestin, pues el cnico recin llegado comenta la fama que tena de mujeriego ese ladrn. Pero, para su sorpresa, bajo la lluvia el monje y el leador continan desesperados y desorientados: "Todos mienten!" se exclama el leador. El cnico se limita a comentar que "los hombres siempre decimos mentiras. Tenemos tantas cosas ocultas que no somos sinceros ni con nosotros mismos" y, displicentemente, propone continuar con la narracin afirmando cnica- mente que "me da igual que sean mentiras o no, mientras sean interesantes''. A partir del interrogatorio de la esposa del samurai, otra versin se abre paso: despus de haberla violado, el bandido mira burlonamente al samurai y huye. La mujer se abraza entonces a su marido, pero queda sorprendida por la mirada "sin pena ni rabia, fra, no deca nada, me miraba como si yo no estu- viese". Ante la impasibilidad de su marido, la mujer proclama que no es justo que la mire de esta forma y le pide que la mate. Toma la daga para liberar a su marido, pero a medida que se le acerca, repite "ya basta" ante la mirada acusadora y el profundo desprecio de ste. Poco a poco la daga ms que para cortar las cuerdas adopta la posicin de un arma. Finalmente la mujer se des- maya pero implcitamente se acusa de haber matado ella misma a su marido. El cnico reconoce que son versiones totalmente diferentes y manifiesta desconfianza en lo que cuentan las mujeres, pues "se engaan a si mismas''. Pero, para su sorpresa, hay todava una tercera versin; pues, a travs de una medium, ha testificado el propio samurai muerto. "El muerto tambin ha mentido!" exclama el leador, mientras que el monje considera que "es lgico que un muerto diga la verdad''. "Por qu?" pregunta el cnico y el monje con- testa: "no puedo creer que los hombres sean tan pecadores" como para mentir 21. Claramente el bandido se esfuerza por dar una imagen mitificada de s mismo. El 'efecto Rashomon '. Anlisis filosfico para el centenario de Akira Kurosawa 223 despus de muertos. "ste es tu problema" le contesta el cnico y proclama que "todos creemos ser sinceros", "nos olvidamos de lo que no nos conviene" y nos "creemos nuestras propias mentiras". En su versin de ultratumba, el samurai destaca que, despus de haber violado a su mujer, el bandido intenta convencerla para que vaya con l. Ahora que "has perdido tu blancura", tu marido ya no te respetar -le dice-. Finalmente el samurai afirma que mirndolo con un "embeleso" que antes no haba visto nunca en ella, su mujer le responde "llvame, llvame donde tu quieras". Pero cuando iban a partir, fuft su propia mujer la que insiste al bandolero: "mtale por favor, no puedo ir contigo mientras l est vivo". Ante estas palabras, el bandido la pisotea y le dice al samurai si quiere que la mate, por ello el samurai piensa en "perdonarle por lo menos a l". Horrorizada por la reaccin del ladrn, la mujer consigue huir y ste libera el samurai, llevndose las armas. En su versin i sin pretender en nin- gn momento perseguir el bandido o vengarse, el samurai ve la daga cada de su mujer y se suicida. Curiosamente cuando ya est agonizando, en la paz y oscuridad anterior al estertor, siente que alguien se le acerca y le saca lentamente la daga22. 8. Primer desenlace: disolucin del efecto Rashomon en el bosque? As llegamos a la tercera parte de la pelcula que corresponde al primer y aparente desenlace, que no obstante se muestra limitado y exige un segundo desenlace posterior y ms complejo. Ello se debe a que el primero presenta adecuadamente una conclusin por lo que respecta a los hechos que se produ- jeron en el "bosque"; pero todava no para los que se producen en el templo, pues continua el "efecto Rashomon" poniendo en duda la fiabilidad de un testimonio desprestigiado como por entonces lo estaba el leador. "Todo es mentira, no tena ninguna daga en el pecho, lo mataron con la espada" no puede menos que exclamar el leador. El cnico se da cuenta que ste sabe ms de lo que dice y consigue que d su versin. Seguro que es "la ms interesante", afirma sardnicamente, mientras el monje proclama que no 22. As desaparece uno de los posibles elementos discriminatorios entre las distintas ver- siones ya que, as, incluso en la versin del suicidio el samurai muerto aparece sin el arma asesina. Por otra parte Kurosawa consigue que en cada una de las versiones, en un momento u otro reaparezca la cuestin de la valiosa daga desaparecida. sta tiene un alto valor simblico y -sin duda- la tcita confesin de haberla robado da verosimilitud a que el leador haya sido testimonio de todo lo sucedido en el bosque. Tambin es significativo y altamente simblico que, mientras en las versiones del bandido y del leador, el samurai muere por la espada del bandolero, tanto en la versin del samurai como de su esposa, el primero muera por la daga de la segunda. Es una seal inequvoca que, para ellos, la imposible reconciliacin del vnculo marital pasa a ser de alguna manera ms importante que las acciones del bandolero. 224 Gonral Mayos quiere vivir ms y que est "harto de or historias terribles". El desarrapado responde que "el mundo est lleno de historias terribles" y cuenta que, ante la puerta donde se han refugiado, viva un demonio que huy porque tena miedo a los hombres. Entonces, el leador narra que escuch como el bandido le peda perdn a la mujer y se ofreca a casarse con ella, a entregarle la fortuna que tena escondida o, incluso, a trabajar honradamente. sta, al tiempo que corta las cuerdas del samurai, la contesta: "no puedo decidirlo, qu puede decidir una mujer!" En un primer momento el ladrn proclama: pues "lo decidiremos nosotros". Ahora bien y sorprendentemente, el samurai ya libre se niega a "jugarse la vida" por "una mujer como sta" y le espeta: "has mostrado tu vergenza por qu no te matas?" Cuando la doblemente ultrajada mujer vuelve los ojos hacia el ladrn, ste tambin parece haber perdido el inters por ella. Entonces el samurai insiste cruelmente diciendo a su mujer: "ya no te quiere ninguno de los dos". Tratndola de "mujer idiota", el ladrn y el samurai parecen haber llegado a la conclusin de que "no vale la pena pelear por una mujer como sta". Un nuevo y sorprendente giro se produce en este momento: esa dbil dama que en las anteriores versiones siempre se haba mostrado tan dulce y pura como falta de carcter y de autonoma, se transforma radicalmente. Doblemente ultrajada, explota con gran vehemencia y con rotundas palabras avergenza al marido incapaz de defenderla y al bandolero que le haba pro- metido tantas cosas. Afirma que haba pensado huir con el ladrn "harta de la vida tan aburrida con su marido", pues la "quera cambiar", pero que ahora ve que ste es exactamente igual que su marido. Acusa a ambos de perder el control por las mujeres y, finalmente, les apostrofa que a stas "hay que ganrselas aunque sea peleando". Sorprendentemente su exhortacin surte rpido efecto 23 y se inicia una lucha ciertamente mucho menos valiente y arrojada de lo que se deca en otras versiones. Consideramos que Kurosawa lleva a cabo una sutil burla del cdigo de honor y valenta "Bujido" de los samurais y del cine "jidaigeki" que tanto le haba influido. En una memorable antiescena de cobarda y malas artes, pero con mucho ritmo y realismo, finalmente el bandolero mata al samurai previa- mente desarmado. Entonces cuando todava no est recuperado del combate, el bandido intenta acercarse a la dama, la cual se resiste y consigue huir. 23. Dejamos el anlisis pormenorizado de las reacciones del samurai, su esposa y el ban- dido para otro artculo. Ello nos llevara a un detallado anlisis "emic" de los valores del Japn medieval como un ejemplo de lo que los antroplogos llaman una "sociedad de la vergenza". Vase Benedict, Ruth, El Crisantemo y la e ~ p a d a Patrones de la cultura japonesa, Madrid, alianza, 2003. El 'efecto Rashomon'. Anlisis filosfico para el centenario de Akira Kurosawa 225 La consciente oposicin de las dos grandes escenas de lucha de Rashomon con la representacin (normalmente muy ritualizada) del duelo a espada "jidaigeki", ha provocado una significativa interpretacin en Martn Heidegger 24 En un figurado dilogo filosfico, Heidegger (pg. 95) pone en boca de su interlocutor japons la denuncia de que Rashomon es "excesi- vamente realista" y un "ejemplo de la europeizacin que lo consume todo", una muestra de "cmo la europeizacin del hombre y de la tierra roe en sus races todo lo esencial." Heidegger opone el tipo de representacin tan bella como tcnicamente realista de Rashomon con el "gesto incomprensible para un europeo" (p. 98) y el "recogimiento inhabitual" (p. 97) que requiere el vaco del escenario del teatro japons No. An ms, Heidegger (p. 96) afirma que "el mundo del extremo-oriente y el producto tcnicamente esttico de la industria cinematogrfica son mutuamente incompatibles". Heidegger considera que Rashomon es una representacin a la manera occidental o norteamericana, es decir a la manera "realista" y tecnificada profundamente inscrita (aunque no lo parezca a los legos) en el discurso "de la metafsica" y donde "el mundo japons, en general, vena captado en lo objetual de la fotografa y que est mundo estaba dispuesto propiamente para posar ante ella" (p. 96). Muchos intrpretes han visto en estas afirmaciones la confirmacin de una extensa percepcin entre el pblico nipn de que el cine de Kurosawa (a pesar de ser muy japons) es tremendamente occidental. Ahora bien, hay que decirles que Heidegger apunta (p. 97) mucho ms all y profundamente, pues esa "europeizacin" creciente e imparable est implcita -dice- en toda "pelcula como objetualizacin flmica". 9. Segundo desenlace, el "efecto" en el templo-puerta "La verdad es la verdad, la diga Agamenn o su porquero'', dicen que dijo Agamenn. "No es verdad", dicen que dijo su porquero. Aunque pueda parecerlo, esa versin mucho menos heroica y con importantes elementos de miseria humana, no es la conclusin definitiva o el desenlace ltimo de la pelcula. Y ello nos obligar a preguntarnos qu aporta la cuarta y ltima parte? Cual es el sentido de esa especie de eplogo con que culmina la pelcula? Como hemos dicho, la versin desmitificadora del presunto espectador neutral (el leador) no elimina totalmente el "efecto Rashomon". Y el cnico es el encargado de as atestiguarlo y obligar a que contine la trama y el deba- 24. Heidegger, Martin, "De un dilogo del habla" en De camino al habla, Barcelona: Serbal, 1990, p. 95ss. 226 o n ~ a l Mayos te. Por una parte el cnico celebra est ltima versin afirmando que segu- ramente es la ms creble, pero tampoco da mucho valor a las protestas de veracidad del leador. ste no se conforma con que se le reconozca una mayor plausibilidad, sino que proclama: "es la verdad, lo vi con mis propios ojos". Pero el cnico insiste en sentenciar que "ningn mentiroso dice que lo es", mostrando que el cido del "efecto Rashomon" contina todava plenamente vigente y el testimonio del leador permanece tambin bajo su "efecto". Tambin el monje confirma la vigencia en ese momento del "efecto Rashomon", pues se lamenta de que "si no puedes creer en las personas, el mundo es un infierno". Recordemos que la figura del monje es muy ambigua pues parece importarle mucho ms la voluntad de fe o creencia ms que la presencial del mal y la crueldad en el mundo, o incluso que la certeza o ver- dad. Aparece ms dolido y afectado porque ya no puede subjetivamente creer, que no porque el mundo sea tan malvado y cruel. Acoge con resignada fatali- dad los crmenes narrados y la maldad dominante, pero muestra una enorme angustia y desespero cuando ve cuestionada por el "efecto Rashomon" su voluntad de fe (fe en la humanidad -dice-, fe en una verdad). Slo entonces se hunde el monje en la desesperacin y proclama una y otra vez que la vida sin esa fe es el infierno, el nihilismo ms absoluto. Todava bajo el tota dominio del "efecto Rashomon" el cnico le argu- menta al monje "aunque te desgaites no cambiar nada"; proponindole "escoge la versin que te parezca ms creble y qudate con ella"; y conclu- yendo: pues "en esto tienes razn: el mundo es un infierno". Insistiendo en su radical escepticismo nihilista y como el leador contina quejndose de que "no entiende nada", el cnico le dice: "yo no me preocupara", pues "esto quiere decir que los hombres hacemos cosas muy misteriosas". Con el dominio del "efecto Rashomon", la posicin del cnico (casi diramos el postmoderno avant la lettre) parece imponerse totalmente, de tal manera que el pblico aventura un desenlace totalmente lgubre, en que el "efecto Rashomon" no podra ser superado de ninguna manera. Recordemos que incluso la versin de un testimonio neutral respecto a los acontecimientos narrados no parece poder imponerse plenamente; sobre todo porque su relato y su propio valor como testimonio no consiguen distinguir-se de los anteriores y cae bajo el "efecto Rashomon". La nula fiabilidad de una humanidad egos- ta y egocntrica, as como su propio comportamiento hasta ahora, tienden a invalidar al leador como portador de la verdad y degradar su testimonio a otra versin ms bajo el "efecto". Coincidiendo con cierta deriva del postmodernismo, slo el cnico y su actitud nihilista saldran triunfantes por encima del creyente o -en otro senti- do- el racionalista dogmtico (el monje) y del observador sensible o -en otro sentido- el empirista ingenuo. En trminos nietzscheanos, el monje experi- mentara en s mismo la muerte de Dios (la muerte para l de su Dios: su fe o El 'efecto Rashomon '. Anlisis filosfico para el centenario de Akira Kurosawa 227 creencia). Mientras que el leador caera bajo todos los tropos escpticos, las dudas, las desconfianzas y las sospechas cnicas. Habamos visto que el aparente primer final (la narracin "neutral" del leador) no acaba con el disolvente "efecto Rashomon". El motivo es muy claro y el cnico lo enuncia con contundencia: todo el mundo miente, incluso sin saberlo, ... o al menos cabe esa posibilidad. A nadie se le escapa la similitud de esa frmula nihilista con el momento culminante de la duda hiperblica y radical de Descartes, cuando se plantea la posibilidad que un genio maligno (o un Dios engaador, dir en otro momento,) usen todo su poder para que nos equivoquemos continuamente o nos hallan hecho de tal manera que no podamos sino engaarnos en todo momento. Es ms, en este momento la duda est presidida por una variante de la reflexin cartesiana: no podemos fiarnos nunca (cuando se trata de fundamentar la verdad o legitimar apodcticamente su posibilidad) de quien nos ha engaado alguna vez. Pues no olvidemos que el leador tan slo ha revelado su versin de los hechos, despus de haber mentido a la justicia y a todo el mundo hasta el momento, autoculpndose implcitamente de haber presenciado los hechos criminales sin haber ayudado a las vctimas y, ms tarde, tendr que confesar haber robado una valiosa daga del escenario de los hechos. Sin ninguna duda su testimonio est profundamente desvalorizado. Cmo se puede creer a quien ha actuado as? La verdad no puede depender de alguien as, por muy humano que todo ello sea! sta es la cuestin clave que obligar al giro que representa la ltima parte de la pelcula, con la sorprendente aparicin de un recin nacido aban- donado y las muy significativas reacciones que provocar en los tres interlo- cutores. Sin duda somos muchos que hemos pensado, llegados a este punto, que precisamente por no haber intervenido en los hechos delictivos sucedidos en el bosque, pero habindolos observado, el leador es el prototipo del tradi- cionalmente deseado "testigo neutral y no implicado en los hechos" que es el ms fiable para establecer la verdad. Ahora bien, no haber actuado en ayuda de las victimas y haber permanecido observando sin ser visto, tambin es una actuacin y no de las ms loables. Adems es muy discutible que esa cobarde y pasiva observacin, haya salvaguardado efectivamente su neutralidad y no implicacin con los hechos. Pues si hubiera sido as, no hubiera tenido nece- sidad de mentir a la justicia y todo el mundo, hasta que la mala conciencia le lleva a confesar ante la aguda perspicacia del cnico. Por tanto, tenemos que concluir que el testimonio del leador (aunque coincidamos con el cnico que seguramente es el ms verosmil) ha quedado contaminado por el "efecto Rashomon" e, incluso, devaluado ticamente. Por tanto difcilmente puede ser recuperado o valioso como fuente decisiva de verdad. Ciertamente no es suficiente con haber presenciado los hechos, par 228 Gonf;al Mayos ser un buen testimonio de la verdad, Pitgoras sin ninguna duda concluira que el leador, que se ha lucrado robando la valiosa daga, ha actuado como aquellos que van a las olimpadas a hacer negocios y no como un desinteresa- do contemplador. Fcilmente se puede pensar que su principal preocupacin cuando observaba los hechos, era no ser descubierto o, incluso, mirar que beneficio podra obtener finalmente de todo ello. Ciertamente todo buen testimonio tiene que ser totalmente fiable en su voluntad de verdad (ser sincero y no querer mentir). Su valor como testigo depende de su credibilidad. Por eso, Kurosawa introduce el sorprendente episodio del recin nacido abandonado en el templo-puerta. Representa una segunda oportunidad, para que el leador reconquiste su credibilidad perdida bajo el "efecto Rashomon" y su actuacin personal anterior. Al respecto, parece claro que Kurosawa y su coguionista han dispuesto astutamente el recin nacido abandonado como una piedra de toque de la categora o calaa moral de los implicados en el debate sobre la verdad en el templo-puerta. Ciertamente cuesta imaginar una manera ms clara y de inter- pretacin ms unvoca de mostrar la calaa que quieren adjudicar al cnico, que ste lo primero que haga sea abalanzarse sobre el nio abandonado para despojarle de sus nicas pertenencias: su ropa y un amuleto (que el leador pone como muestra que importaba a sus padres, a pesar de tener que aban- donarlo). Finalmente, el cnico culmina su robo, despus de haber obligado a confesar al leador que l tambin era un ladrn pues haba robado la valiosa daga, y huye con su miserable botn bajo una cruel risa sarcstica. En cambio, el leador mostrar su vala moral adoptando el nio aban- donado y despojado. Con una sorprendente rapidez, quizs adems peligrosa- mente confiada, atender el monje el deseo de adopcin por parte del leador. Qu significa ste ltimo acto, dentro de la pelcula? Sin duda, es la muestra de que con su enfrentamiento con el expoliador del recin nacido, al que luego adopta, el leador adems de mostrar su vala moral, de alguna mane- ra, ha recuperado a los ojos del monje (y de los guionistas) su credibilidad que le convierten en el revelador de la verdad y el triunfador sobre el "efecto Rashomon". Aunque son muchos los ejemplos filosficos o cotidianos en sentido contrario (que Kant teoriz separando estrictamente el uso teortico y cognoscitivo de la razn del uso prctico o tico), Kurosawa parece decirnos que no puede haber verdad sin tica y que la bsqueda teortica de la verdad debe ir complementada con la accin buena. Por eso Kurosawa nos dice que, del enfrentamiento final entre el leador y el cnico, el primero triunfa sobre el segundo no slo ticamente y por su bondad, sino que de alguna manera ese triunfo legitima su credibilidad como testimonio y afianza el triunfo de la verdad por encima del cido disolvente del efecto Rashomon", del nihilismo, cinismo y escepticismo absolutos. Por El 'efecto Rashomon '.Anlisis filosfico para el centenario de Akira Kurosawa 229 eso, slo en ese momento, amaina la negra lluvia y sale un sol dbil, tmido, incipiente pero esperanzador 25
10. Giro a la tica Para abrir una esperanzada brecha a la verdad (y tambin como vere- mos al bien), Kurosawa introduce en ese momento un elemento sorprendente y totalmente nuevo. Justo cuando el cnico parece haber enunciado la nica verdad posible (no hay posibilidad alguna de determinar apodcticamente ninguna verdad que supere el "efecto Rashomon") .. ., se oye el llanto de un recin nacido. O bien ste haba sido abandonado antes y ahora se ha despertado, o bien alguien ha aprovechado la lluvia para abandonarlo en el templo-puerta. Como hemos dicho, mostrando su talante moral, el cnico desarrapado despoja el nio de las pocas ropas y del amuleto que lleva. Indignado, el leador le afea su "egosta" 26 actitud, pero ste se revuelve: "qu te importa lo que haga?", "no llegar a ninguna parte ponindome en su lugar", "por qu no puedo ser egosta? Hoy en da nadie se preocupa por los dems", "es difcil sobrevivir si no eres un egosta". 25. En su artculo ya citado, McDonald afirma que Kurosawa quera acabar Rashomon con la llegada de una nueva nube de tempestad para avisar que podra haber pronto otra lluvia (con todo lo que hemos visto que simboliza). Ahora bien, como que no pudo filmarla por la meteorologa, rod la escena final como nos ha llegado y fomentando una interpretacin final ms optimista de lo que pretenda. Hemos mencionado el profundo pesimismo y crtica de Kurosawa sobre prcticamente todos sus personajes y evidentemente no tenemos ninguna informacin privilegiada sobre sus intenciones para otra filmacin de la escena final. Pero consideramos que Kurosawa ha mostrado de sobras su talento e ingenio como para encontrar otra solucin a la nube que no quera llegar, si efecti- vamente lo hubiera deseado, especialmente para una escena tan importante como la final. Por tanto tendemos a interpretar (y creemos que no se puede hacer otra cosa) Rashomon tal y como nos ha \\egado 'f sin pretender enmendarla o modificarla, especialmente si es a partir de dbiles consideraciones o informaciones no plenamente confirmadas. Adems, dada la profundidad del "efecto Rashomon" y la descalificacin que haba sufrido el leador, nos parece demoledor y absolutamente nihilista un final (como el que prev Mac- Donald) en que ste se lleva al recin nacido (bajo la mirada complaciente del monje, que ciertamente ha confiado mucho en l) mientras se congregan en el cielo negros y amenazadores nubarrones. Si se hubiera filmado as, el mensaje resultante sera que, al menos en potencia, el leador era an ms amenazador para el recin nacido (pero tambin para la verdad y el bien) que el cnico que le ha robado de sus nicas pertenencias. Consideramos que ello est muy lejos de la intencin de Kurosawa y, por supuesto, de la pelcula tal como nos ha llegado. 26. Obviamos por falta es espacio el anlisis a fondo de ste trmino, su significado en japons y el sentido que le hace jugar Kurosawa en la pelcula, as como distinguirlo de trminos ms puramente ticos como "malo" o "malvado" (que en cierto sentido y para un occidental pareceran ms adecuados al contexto). 230 Gmu;al Mayos Pero, despus de una breve vacilacin, el leador insiste: "Maldita sea! Todo el mundo slo piensa en s mismo" como el samurai, la mujer y el ladrn "e incluso tu mismo". El cnico responde: "cmo te atreves a juzgar a los dems?" y, astutamente, le recuerda que llevndose la daga y mintiendo en la investigacin se haba mostrado como un ladrn y un egosta. Pues quien si no se ha llevado la valiosa daga? Proclama. Aturdido ante esta certera acusa- cin y consciente de haber mentido a la justicia, el leador se queda quieto y el cnico aprovecha para llevar-se las ropas del nio abandonado, quedando ste en manos del monje. De nuevo -y an ms que antes- parece triunfar el cnico, que huye bajo la negra lluvia rindose burlona y cruelmente. Adems su hbil denuncia del robo de la daga por parte del leador parece haber destruido toda confianza en la bondad de ste, as como el "efecto Rashomon" lo haba hecho respecto a la fiabilidad en general de todo testimonio humano de la verdad. Pues, otra vez solos el leador con el monje que lleva el nio, el primero hace gesto de coger a ste, provocando la reaccin airada del monje que le espeta si quiere ahora robar al recin nacido la nica camisa que le ha quedado. Ciertamente el cido de la duda, la desconfianza y el "efecto Rashomon" parece haberse apoderado totalmente del mundo, de la verdad o, al menos, de los congrega- dos bajo la puerta-templo. Pero entonces y como arrepentido de no haber intervenido en los cr- menes del bosque, de haber robado la daga y de haber mentido a la justicia, el leador rechaza que tuviera la intencin de robar al recin nacido, sino que ms bien piensa en adoptarlo, pues tiene seis hijos y donde comen seis pueden comer siete. El monje parece surgir del embrujo del "efecto Rashomon" pues, por una parte, se ha hecho conciente de que, slo gracias al leador, tiene una versin verdica que satisfaga su voluntad de fe-verdad y supere el "efecto Rashomon" (la incompatibilidad, falta de criterio y, por tanto, degradacin conjunta de todas las versiones). El monje entiende que slo el leador y su acto altruista de adoptar el nio le permiten evitar la muerte de Dios o, al menos, la muerte de su voluntad de fe y su conviccin de verdad. Por eso afirma ahora: "Puedo seguir creyendo en los hombres". Notemos que (de la manera como dispone la trama Kurosawa) la actitud moral manifestada por el leador, primero defendiendo el nio abandonado del expolio del cnico ladrn y luego queriendo adoptarlo, refuerza su credibi- lidad como testimonio. Slo el leador parece reunir la aspiracin a la verdad con la aspiracin al bien; verum y bonum. Adems slo l -a diferencia del benevolente pero muy pasivo monje- parece ser capaz de una accin vlida y tica (una primera resistencia, ciertamente fallida, y la posterior adopcin), frente al canallesco expolio del recin nacido por parte del cnico. El lector que pueda sorprenderse de esta deriva de la interpretacin y de la trama, debe recordar que ha sido el leador quien, sutilmente pero con insistencia, haba El 'efecto Rashomon'. Anlisis filosfico para el centenario de Akira Kurosawa 231 introducido la cuestin tica que los otros interlocutores obvian. Recordemos que el leador una a la acusacin "todos mienten'', la ms puramente tica (si bien en una versin propia de una cultura de la vergen- za27): "todos son unos egostas". Pues los tres personajes del bosque -al igual que el cnico ladrn- coinciden en vulnerar el comportamiento y cdigo de honor que les corresponde. Recordemos: un samurai derrotado y cobarde que quiere enterrar su vergenza deshacindose de su mujer; sta que a su manera tambin intenta hacer lo mismo; y un asesino ladrn que vende una imagen heroica de s, totalmente falsa. Kurosawa ha conseguido, mediante una muy breve escena, que brillara difanamente la calaa moral del cnico ladrn del recin nacido, frente al leador atribulado y ciertamente no perfecto, pero que une voluntad de vera- cidad, voluntad de bien y voluntad de enmienda. Tambin muy rpidamente y aunque pueda sorprender al espectador, en un instante todo ello se hace consciente para el monje y le permite salir del "efecto Rashomon" y -segn dice- recuperar la confianza en la humanidad e -implcitamente- en su dios- fe. Como prueba de ello y de su recuperada confianza en la humanidad, encar- nada ahora en el leador y hecha posible nicamente por l, el monje tomar ciertamente una decisin (que a muchos puede parecer arriesgada, pero que Kurosawa destaca claramente): entrega el recin nacido al leador, agrade- cindole haberle arrancado de la desesperacin y del "efecto Rashomon". "Perdona estoy avergonzado de haber dudado de ti" -dice el monje-. En los ltimos planos, el leador se va con el nio diciendo "Soy yo quien debe avergonzarse ... no entiendo que siente mi corazn". Ciertamente ha cometido muchos errores y-como no pretende ser un gran filsofo- tampoco comprende demasiado bien cmo ha superado el "efecto Rashomon", cmo ha recuperado -a la vez y conjuntamente- su credibilidad como testimonio de la verdad y su dignidad como agente moral (verum y bonum). Por ello, ante el reiterado agradecimiento del monje simplemente dice: "no he hecho nada" (que podemos interpretar como: no he hecho nada que, alguien "como debe'', no hiciera). Y se aleja con el recin nacido que acaba de adoptar, con la lluvia ya amainada y saliendo un tmido sol. Mientras, el monje permanece en el templo-puerta, en cuyo dintel -contra la luz del fondo- se perfila su quieta figura. Liberado del "efecto Rashomon" y dispuesto a reconstruir el templo semiderruido de la fe en la verdad? 27. Vase el libro citado de Ruth Beredict. Y para un contexto ms cercano griego occi- dental, vase "De una cultura de vergenza a una cultura de culpabilidad" en Dodds, E. R., Los griegos y lo irracional, Madrid, Alianza, 1980, pp. 39-71. 232 Gon(at Mayos 11. El monje en el dintel Ciertamente entregar el recin nacido al leador puede parecer una deci- sin muy arriesgada y el rpido desenlace final puede sorprender dentro del conjunto de la pelcula, pero claramente significa y simboliza para Kurosawa el fracaso ltimo del "efecto Rashomon" y la reunin decisiva de lo teortico y lo tico (de verum y bonum) frente al cnico, que si bien aparece muy lci- do e inteligente en sus argumentaciones, por otra parte, se muestra como un canalla inmoral al expoliar el recin nacido. Aunque ciertamente es una superacin meramente potica y terica, pues no se recuperar la ropa robada, ni se cambiaran los acontecimientos sucedidos, se abre paso una renovada esperanza, a la vez cognoscitiva y tica, en la reflexin veritativa y la accin correcta. Creemos que as lo ejemplifica la escena final, en que ciertamente la lluvia amaina y se insina el tmido brillo del sol. Aunque el monje se queda solitario en el dintel del derruido templo de Rashomon y Kurosawa renuncia a dar alguna pista sobre su comportamiento o destino posterior. No se nos escapa que el mundo, como el templo-puerta de la verdad, contina amena- zado por la ruina y la violencia (en la pelcula se ha dicho ms de una vez que guerra, miseria y hambre seorean por todas partes), tan slo el "efecto Rashomon" parece haber sucumbido ... :remporalmente? 28 Nos parece muy significativo y simblicamente relevante que el cnico huya, todava bajo una espesa lluvia, por el lado opuesto de la puerta-templo japonesa por el que saldr el leador, cuando ya ha amainado y con el nio que ha adoptado; mientras -y esto tambin es significativo- que el monje queda slo (con la pasividad que le ha caracterizado en toda la pelcula) justo en el dintel de la puerta-templo semidestruida, en un bello contraluz que cons- tituye el ltimo fotograma del templo-puerta. Podemos imaginar -pero Kurosawa lo deja totalmente abierto- que el monje -recuperada su fe- se quedar y restaurar ese templo-puerta, que de alguna manera simboliza el templo-puerta de la verdad teortica (de los tonos grises que presiden el vuelo de la lechuza de Minerva), como el bosque sim- boliza el mbito de la existencia, las pasiones, los conflictos vitales, el caos social... con toda su crueldad pero tambin su abigarrado colorido. Ambos son reales -nos recuerda Hegel- pero no de la misma manera y la prioridad existencial del segundo es tan clara como la prioridad conceptual y epistemo- lgica del primero. 28. Pues cabe pensar que no siempre habr ese testimonio neutral y moralmente fiable que representa el leador, o tal vez no siempre habr una confianza tan arriesgada como para poner la nueva vida (el recin nacido) en manos de alguien -como dira Nietzsche- tan humano, tan demasiado humano. El 'efecto Rashomon'. Anlisis filosfico para el centenario de Akira Kurosawa 233 Pero a pesar del radical contraste entre los dos grandes escenarios y de lo que se manifiesta en ellos, Kurosawa quiere recordarnos que en ltima ins- tancia remiten a una misma problemtica humana. Pues -como tambin deca Hegel- lo que se vive (y todo lo vivido es verdad para aquel que as lo vive, con lo cual el "efecto Rashomon" es aqu inevitable), ser luego reflexionado, analizado, discutido y dictaminado en su verdad o falsedad intersubjetiva, buscando superar el "efecto Rashomon". Por tanto, finalmente y con gran astucia, Kurosawa ha querido unir verum y bonum, verdad y bien, en una gran y bella obra de arte. Slo en la escena final vuelven a unir-se, como bellamente se unieron los dos cuentos originales, las cuatro versiones incompatibles de unos mismos hechos y los tres escenarios complementarios .. ., en una misma, armnica y bella pelcula: Rashomon.