Este documento discute la ceguera voluntaria y cómo las personas no ven lo que no quieren ver si pone en cuestión sus principios. José Saramago escribió una novela, Ensayo sobre la ceguera, que era una metáfora sobre este tema. Aunque la novela no fue muy profunda, explicó claramente este concepto. Sin embargo, muchos lectores usaron la novela para ver menos en lugar de ver más. El autor también experimentó esto cuando criticó a Fidel Castro y perdió su colaboración con un periódico. El documento concluye discuti
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Este documento discute la ceguera voluntaria y cómo las personas no ven lo que no quieren ver si pone en cuestión sus principios. José Saramago escribió una novela, Ensayo sobre la ceguera, que era una metáfora sobre este tema. Aunque la novela no fue muy profunda, explicó claramente este concepto. Sin embargo, muchos lectores usaron la novela para ver menos en lugar de ver más. El autor también experimentó esto cuando criticó a Fidel Castro y perdió su colaboración con un periódico. El documento concluye discuti
Descripción original:
Artículo de Daniel Tubau para "La línea de sombra".
www.danieltubau.com
danieltubau@gmail.com
Este documento discute la ceguera voluntaria y cómo las personas no ven lo que no quieren ver si pone en cuestión sus principios. José Saramago escribió una novela, Ensayo sobre la ceguera, que era una metáfora sobre este tema. Aunque la novela no fue muy profunda, explicó claramente este concepto. Sin embargo, muchos lectores usaron la novela para ver menos en lugar de ver más. El autor también experimentó esto cuando criticó a Fidel Castro y perdió su colaboración con un periódico. El documento concluye discuti
Este documento discute la ceguera voluntaria y cómo las personas no ven lo que no quieren ver si pone en cuestión sus principios. José Saramago escribió una novela, Ensayo sobre la ceguera, que era una metáfora sobre este tema. Aunque la novela no fue muy profunda, explicó claramente este concepto. Sin embargo, muchos lectores usaron la novela para ver menos en lugar de ver más. El autor también experimentó esto cuando criticó a Fidel Castro y perdió su colaboración con un periódico. El documento concluye discuti
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La lnea de sombra
La ceguera voluntaria
Jos Saramago escribi un libro entero sobre la ceguera. Era una
metfora acerca de cmo no vemos lo que no queremos ver, de cmo somos inmunes a todo aquello que pone en cuestin nuestros principios. Algo parecido al punto ciego del que habl en otra lnea de sombra (El punto ciego). Aunque la novela de Saramago quiz no iba mucho ms all de lo obvio, la metfora a la que me he referido estaba explicada con mucha claridad. Sin embargo, al observar los comentarios que se han hecho y algunas recensiones crticas, sospecho que la mayora de los lectores ha usado la novela para lo contrario de lo que Saramago pretenda: no para ver ms, sino para ver menos. Sospecho, en definitiva, que muchos han ledo Ensayo sobre la ceguera y han exclamado: Qu ciega es la gente!, y no: Qu ciego soy! Saramago, conocido por su defensa del atesmo y por su cercana al comunismo (l mismo se consideraba comunista libertario), tuvo la valenta en un momento de su vida de mirar y ver, de no ser ciego y aplicarse su propia leccin, cuando se atrevi a criticar a Fidel Castro en un artculo que se hizo clebre: Hasta aqu hemos llegado (El Pas, abril de 2003), donde deca a propsito de la pena de muerte aplicada a tres secuestradores: Ahora llegan los fusilamientos. Secuestrar un barco o un avin es crimen severamente punible en cualquier pas del mundo, pero no se condena a muerte a los secuestradores, sobre todo teniendo en cuenta que no hubo vctimas. Cuba no ha ganado ninguna heroica batalla fusilando a esos tres 1
hombres, pero s ha perdido mi confianza, ha daado mis
esperanzas, ha defraudado mis ilusiones. Hasta aqu he llegado. No es frecuente que alguien sea capaz de enfrentarse a los suyos y demuestra verdadero valor hacerlo, mucho ms que el enfrentarse a los enemigos, lo que resulta casi siempre sencillo y gratificante, excepto si uno es soldado en una guerra. Yo pas por la experiencia de Saramago cuando escrib un artculo similar, Fidel Castro y los nostlgicos (El Independiente, septiembre de 1991). A partir de la publicacin de ese artculo, se acab de manera misteriosa mi colaboracin con el peridico. Nadie me hizo ningn reproche, pero ya no me solicitaron ms artculos, algo que hasta entonces haban hecho de manera regular. Supongo que muchos lectores que hasta entonces me haban ledo con placer porque me consideraban uno de los suyos, a partir de ese momento aprovecharon para ajustarse un poco mejor la venda que les permita seguir siendo ciegos, algo que supongo le sucedi tambin a Saramago con su propios seguidores. Si s que algn amigo comn confes a mi madre su sorpresa porque yo me hubiera vuelto de derechas. Me gustara creer, sin embargo, que mi artculo pudo ayudar a algunos lectores a que miraran con un poco ms de atencin. Al fin y al cabo, cuando fui articulista de El Independiente, siempre intent no limitarme a expresar mis opiniones ni a escribir buscando el aplauso fcil de la claque, sino convencer a los no convencidos. Quiz algn lector me concedi el beneficio de la duda y descubri que el artculo era coherente con lo que yo haba defendido en colaboraciones anteriores, o con lo que siempre, con mayor o menor acierto, he querido denunciar: el abuso, la injusticia, la pena de muerte o la violacin de los derechos humanos. Tambin me gusta fabular con la idea de que alguno de esos lectores que empezaron a mirar 2
con ms atencin tras leerme, acabaron por curarse de la ceguera cuando
descubrieron que tambin Saramago se atreva a mirar hacia all y contar lo que haba visto. Ahora bien, no es mi intencin caer en el narcisismo del profeta incomprendido ni referirme aqu a la dictadura cubana o a cualquier otro ejemplo concreto, as que espero que el lector mire al lugar al que sealo y no al dedo que seala. Y ese lugar es la ceguera voluntaria, que nos impide ver lo que tenemos delante. Si hablo a menudo de ciegos que pertenecen al espectro izquierdista es porque convivo y he convivido ms con ellos que con quienes pertenecen al espectro derechista, pero ciegos hay en todos lados. Arthur Koestler, que luch en la guerra civil espaola en el bando republicano e incluso estuvo en la crcel a la espera de ser fusilado, conoci tambin la Unin Sovitica de Stalin y acab alejndose de los comunistas y contando su experiencia en un libro legendario, El cero y el infinito (Darkness at noon). En l explicaba que durante su etapa comunista el adoctrinamiento no difera en nada del de sectas y organizaciones religiosas como los jesuitas: aunque a la mayora de los fieles se les recomendaba no leer ciertos libros, a los que se consideraba especialmente inteligentes s que se les permita. Incluso les hacan conocer en detalle los argumentos de los enemigos, para que estuviesen preparados y los rechazaran en cualquier circunstancia, incluso aunque fueran verdaderos. Precisamente, el libro de Koestler fue rechazado, del modo que l mismo denunciaba, por muchos antiguos camaradas comunistas, como Dalton Trumbo, que presuma de haber impedido que se hiciera una adaptacin en Hollywood. Aunque esos lectores selectos tenan acceso a la verdad, e incluso saber que aquello era verdad, sin embargo se mantenan firmes en su defensa ciega del estalinismo. Es un comportamiento que recuerda no 3
slo el de organizaciones religiosas como los jesuitas, el Opus Dei, la
cienciologa o el islamismo fundamentalista, sino tambin el de personajes como Madame Blavatsky, una de las principales creadoras de la Teosofa, de la que hablar en prximas lneas de sombra.