ProyectoStanford Jul2014
ProyectoStanford Jul2014
ProyectoStanford Jul2014
El Experimento Stanford
por Marcelo Dos Santos (especial para Axxn)
www.mcds.com.ar
La prisin a que se los destinaba era muy extraa: por empezar, estaba
situada en los stanos del Departamento de Piscologa de la Universidad de
Stanford.
Pgina 1 de 25
Tanto ella como los guardias, los prisioneros y las autoridades penitenciarias
no eran lo que parecan ser. Todos formaban parte de un extrao estudio
cientfico que, andando el tiempo, llegara a ser conocido como "El
Experimento de la Prisin de Stanford".
El financiamiento del experimento corri por cuenta de la Armada de los
Estados Unidos, que estaba sufriendo graves motines, revueltas y peleas de
prisioneros en sus propias prisiones militares, tanto de la Marina en s como
del Cuerpo de Marines (Infantera de Marina).
El objeto del estudio era averiguar cules eran las relaciones exactas entre
guardias y prisioneros, y cmo se establecan las redes jerrquicas en un
entorno de privacin de la libertad. Adems, los investigadores deseaban
probar su hiptesis de que, en una prisin real, los guardias y los
prisioneros se autoseleccionaban en una espiral descendente que conduca a
empeorar las condiciones institucionales.
Explicaremos esto: la autoseleccin es un fenmeno social que dificulta y
complica las cosas, especialmente en ciencias como la demografa, la
economa, la sociologa, la psicologa y el marketing. Si una provincia tiene
mejores subsidios a la pobreza que otra, los pobres de esta ltima tendern
a emigrar a la que ofrece mejores beneficios. Por ello, la provincia ms
generosa se ver sobrecargada por un incesante flujo de indigentes que
antes vivan en la provincia vecina, y tarde o temprano se ver obligada a
bajar los subsidios. Comenzar entonces una carrera para peor, en que
ambas provincias competirn para empeorar el tratamiento que dan a sus
pobres para que estos no se vean tentados a mudarse.
Pongamos otro ejemplo: en una universidad se tomar un examen, y los
estudiantes tienen la posibilidad de optar entre tomar un curso previo o no
hacerlo. Realizada la prueba, se observa que los que tomaron el curso
presentan resultados notablemente superiores a los que no lo hicieron. Por
supuesto que el xito de los primeros se atribuye a las bondades del curso y
sus profesores. Sin embargo, se puede demostrar que los estudiantes ms
inteligentes, trabajadores y estudiosos tienden a aceptar seguir el curso
previo mucho ms que los estpidos, haraganes y poco inclinados al
estudio. Atribuir el xito al curso es una opcin simplista, que sencillamente
est ignorando la autoseleccin de los estudiantes ms inteligentes por
tomar el curso de apoyo. Hay una diferencia constitucional que la
evaluacin no est tomando en cuenta: el curso no los ayud en la medida
que se creera. Simplemente unos eran mejores que otros. Circunstancias
como esta hacen que, por ejemplo, el marketing de consumo arroje muchas
veces resultados errneos.
De tal modo, en Stanford se intent demostrar que la mala conducta de los
presos era consecuencia del maltrato de los guardianes, que, por lo tanto,
se volvan peores an con los rebeldes, que a su vez se hacan
recalcitrantes, degenerando en una espiral de violencia mutua que, segn
los cientficos, era la causa original de los problemas en las prisiones
navales y, por extensin, en todas las instituciones penitenciarias.
Pgina 2 de 25
Philip Zimbardo
Los participantes en el experimento fueron reclutados mediante un aviso
publicado en el diario Stanford Daily. El aviso deca sencillamente: "Se
buscan estudiantes universitarios de sexo masculino para participar de un
estudio psicolgico sobre la vida en prisin. Pago: 15 dlares al da por 1 o
2 semanas".
Respondieron al aviso 75 hombres jvenes. Zimbardo y su equipo los
entrevistaron a todos individualmente y les realizaron exmenes mdicos y
test psicolgicos, descartando en una primera fase a los que presentaban
enfermedades, problemas psicolgicos o antecedentes de abuso de drogas.
Los 24 que demostraron ser los ms estables en todos los sentidos fueron
retenidos para participar en el estudio. "En cada sentido que fuimos capaces
de medir, reaccionaron en forma normal", explica el psiclogo.
La muestra estaba compuesta, entonces por jvenes sanos y normales,
estudiantes universitarios inteligentes, blancos, de clase media,
norteamericanos y canadienses, todos residentes de los alrededores de Palo
Alto. No haba entre ellos diferencias significativas en ningn sentido, al
menos hasta el inicio del experimento.
Pgina 3 de 25
Pgina 5 de 25
Pgina 6 de 25
Pgina 7 de 25
saliendo del pasillo y pasando por un saln. Eran conducidos all con los
ojos vendados, para que no conocieran el camino para salir del stano.
Las celdas en s fueron construidas en pequeos laboratorios, a los que se
reemplazaron las puertas por barras de acero. Cada una de ellas tena una
placa con su nmero.
Prisionero en su celda
En un extremo de la construccin se practic un pequeo orificio por donde
los psiclogos podan filmar a los prisioneros. En el otro lado se dispuso un
pequesimo cubculo que, como en las prisiones reales, se llamara "El
Agujero": la infame y temida celda de confinamiento solitario o celda de
castigo. Meda solamente 61 x 61 centmetros y era apenas alta como para
que el reo pudiese ponerse de pie. La confeccionaron con un viejo armario.
Pgina 9 de 25
El lugar era tan pequeo que la universidad no pudo utilizar a los doce
guardias y a los doce prisioneros: seran slo nueve de cada grupo. Los
guardias trabajaran de a tres en tres turnos de ocho horas, mientras que
los presos viviran de a tres en tres celdas. Estas tenan el espacio
estrictamente necesario para albergar los tres colchones, y apenas nada
ms. Los tres guardias y los tres prisioneros sobrantes fueron enviados a
sus casas para ser llamados si era necesario.
As las cosas, el experimento comenz.
Pgina 10 de 25
Pgina 11 de 25
Pgina 12 de 25
problemas, como personas que queran ejercer violencia sobre ellos, que en
verdad deseaban hacerles dao. En respuesta a ello, los guardias
comenzaron a profundizar en sus grados de control, vigilancia y agresin
contra los prisioneros".
Prisioneros encapuchados
Durante el siguiente recuento de prisioneros, 8612 ya deca a sus
compaeros: "No vas a salir de aqu. No hay forma de renunciar". Poco
despus, recrudecieron los ataques de furia, los gritos, los llantos, las
maldiciones, los ataques de locura. "Nos cost bastante darnos cuenta de
que en verdad estaba sufriendo y que debamos liberarlo".
Prisionero 8612
Al da siguiente corresponda visita. La distorsin de todas las percepciones
por parte de guardias y prisioneros se haba extendido ya sin medida a las
autoridades del experimento. Temerosos de que viendo el estado
lamentable en que se encontraba la crcel los padres retiraran a sus hijos
del programa (muchos era an menores de edad), Zimbardo y los suyos
decidieron apelar al recurso extremo: el engao y la mentira. Escuchemos
sus propias palabras: "Manipulamos tanto a la situacin como a los
visitantes, haciendo que el entorno penitenciario pareciese plcido y
tranquilo. Baanos, afeitamos y peinamos a los prisioneros, los obligamos a
limpiar sus celdas, les dimos una excelente comida, pusimos msica por los
altoparlantes e incluso trajimos a una bella ex bastonera de la universidad,
Susie Phillips, para que hiciera de recepcionista en el mostrador de
recepcin. Cuando lleg la docena de visitas, de buen humor ante lo que
pareca ser una experiencia nueva y divertida, los quebramos a ellos
tambin mediante tcnicas de control de situacin. Los obligamos a
registrarse, los hicimos esperar media hora, slo les dejamos ver a un
prisionero a cada uno y limitamos la visita a unos estrictos diez minutos,
todo bajo la mirada vigilante de un guardia. Pero antes de poder ver a su
preso, debieron discutir el caso penal de sus hijos con el Alcaide. Por
supuesto que los padres se quejaron de este procedimiento pero,
sorprendentemente, se avinieron a cumplir con l. As que ellos tambin se
Pgina 15 de 25
Pgina 17 de 25
El comit ofreci a los presos la libertad bajo palabra a cambio del dinero
que ganaban por participar en el experimento, y, como es fcil imaginar,
casi todos aceptaron. Terminadas las audiencias, fueron devueltos a sus
celdas mientras el comit deliberaba. Lo terrorfico del caso es que
esperaban el dictamen del comit para salir de all, cuando en realidad
podan haber renunciado a seguir participando del experimento. Segn
Zimbardo, el motivo de esto es que estaban ya tan identificados con su
papel que ya no perciban su confinamiento como un experimento
cientfico al que pudieran renunciar. En sus mentes, era prisioneros
reales, y slo el sistema carcelario era capaz de dejarlos salir de all a
travs de un Comit de Libertad Condicional.
Pgina 21 de 25
Pgina 22 de 25
Ese ltimo da, una mdica de Stanford recin recibida llamada Christina
Maslach, ingres a la prisin para entrevistar a los guardias y a los
prisioneros. Lo primero que vio al llegar fue una fila de internos,
semidesnudos y encapuchados, con los tobillos encadenados unos a otros,
caminando lentamente cada cual con la mano en el hombro del que lo
preceda. Pregunt al guardia qu era eso y el hombre le respondi: "As es
como conducimos a los prisioneros al sanitario".
Maslach puso el grito en el cielo; desesperada por las inhumanas
condiciones del estudio, grit a Zimbardo: "Es terrible lo que les est
haciendo a estos chicos!". De inmediato el investigador cancel, al sexto
da, el Experimento Stanford, que se supona deba durar 14. La prisin fue
desmantelada y los convictos liberados el 20 de agosto de 1971.
Como dato importante, cabe aclarar que 50 personas visitaron la prisin,
incluidos ex convictos, ex guardias penitenciarios, oficiales navales,
parientes de los prisioneros, mdicos, sacerdotes y abogados. De ellos, la
nica que se quej u objet los procedimientos de Zimbardo fue
Christina Maslach.
El ltimo da, Zimbardo organiz tres reuniones: una con los guardias, otra
con los prisioneros y la tercera entre guardias, prisioneros y equipo
cientfico. Lo hizo, segn dice, "para sacar nuestros sentimientos de adentro
y para hacernos un tiempo de reeducacin moral".
Pgina 25 de 25