Este documento resume la relación entre Salvador Allende y Roberto Bolaño, y cómo sus memorias se entrelazan. Discuten los 40 años desde el golpe de estado en Chile en 1973 que derrocó a Allende, y los 10 años desde la muerte de Bolaño en 2003. Bolaño ayudó a iluminar las consecuencias de la caída de Allende a través de una novela. La memoria de ambos sigue siendo importante tanto en Chile como a nivel internacional.
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Este documento resume la relación entre Salvador Allende y Roberto Bolaño, y cómo sus memorias se entrelazan. Discuten los 40 años desde el golpe de estado en Chile en 1973 que derrocó a Allende, y los 10 años desde la muerte de Bolaño en 2003. Bolaño ayudó a iluminar las consecuencias de la caída de Allende a través de una novela. La memoria de ambos sigue siendo importante tanto en Chile como a nivel internacional.
Este documento resume la relación entre Salvador Allende y Roberto Bolaño, y cómo sus memorias se entrelazan. Discuten los 40 años desde el golpe de estado en Chile en 1973 que derrocó a Allende, y los 10 años desde la muerte de Bolaño en 2003. Bolaño ayudó a iluminar las consecuencias de la caída de Allende a través de una novela. La memoria de ambos sigue siendo importante tanto en Chile como a nivel internacional.
Este documento resume la relación entre Salvador Allende y Roberto Bolaño, y cómo sus memorias se entrelazan. Discuten los 40 años desde el golpe de estado en Chile en 1973 que derrocó a Allende, y los 10 años desde la muerte de Bolaño en 2003. Bolaño ayudó a iluminar las consecuencias de la caída de Allende a través de una novela. La memoria de ambos sigue siendo importante tanto en Chile como a nivel internacional.
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MARIO BOERO VARGAS
SALVADOR ALLENDE Y ROBERTO BOLAO
UN ENCUENTRO BIFRONTE ENTRE HISTORIA Y LITERATURA Pero si la memoria nos muestra el pasado cmo nos muestra qu es el pasado? ( 1 ) 0 No es lo mismo el olvido en el sentido de desconocimiento del pasado, que el olvido en el sentido de no dar importancia al pasado. En el primer caso el olvido es ignorancia y, en el segundo, injusticia ( 2 ) 0 Las principales contribuciones de este artculo consisten en sealar el contenido de la amalgama que se produce a raz de dos efemrides chilenas (pero con consecuencias extracontinentales) cuyas conmemoraciones se realizan exactamente este ao 2013. Una de estas efemrides contiene caractersticas histrico-polticas pues se refiere a los cuarenta aos de la cada se Salvador Allende por el golpe de Estado de Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973, y la otra guarda relacin con un asunto literario-cultural ya que trata de recuperar la memoria en torno a los diez aos trascurridos del fallecimiento del notable escritor Roberto Bolao el 15 de julio de 2003 en la ciudad de Barcelona. Se trata, pues, de evocar de forma unitaria y en sntesis en 2013 una semblanza solapada en otra. Con todo, cuando arriba hemos hablado de "amalgama" lo hacemos en un sentido muy preciso y singular: es posible poner de relieve el episodio del fin de Allende y del derrocamiento de la Unidad Popular y de sus consecuencias en el pas, precisamente gracias al propio Bolao. Pues l nos proporciona, debido a un sacerdote catlico de una de sus inquietantes novelas, el carcter de la crisis que este evento supone para Chile, con lo cual de este modo en el retrato de unas fechas con otras 1 WITTGENSTEIN, Ludwing. ZETTEL. (Traduccin Octavio Castro y Ulises Moulines). Ed. Universidad Nacional Autnoma de Mxico. UNAM. 1985, p. 119 (N 663) 2 REYES MATE, M. Medianoche en la Historia. Comentario a las tesis de W. Benjamn Sobre el concepto de Historia. Ed. Trotta. Madrid. 2006. p. 120. - 1 - (1973-2003-2013) se produce en nuestro material un espacio particular para formular un discurso unitivo a propsito del recuerdo de ambos personajes, es decir, Bolao y Allende. Pero, como sugerimos, no es un asunto arbitrario o ambiguo complementar ambas semblanzas histricas pues en realidad en Nocturno de Chile (que es el libro de Bolao que examinamos) permanece en embriones fuentes que facilitan recordar lo ms trgico y grave ocasionados por la dictadura de las FF.AA. en Chile a partir de 1973 con el fin del presidente socialista. De este modo, es posible considerar lgico y pertinente la introduccin de criterios comunes y combinables cuando aqu hablamos de dichas conmemoraciones pues en ellas hacemos presente un asunto transversal contenido de factores relativos a Salvador Allende, a la dictadura chilena y a la narrativa de Roberto Bolao. Cuando atrs hemos mencionado las consecuencias extracontinentales de estas dos referencias chilenas lo hemos hecho pensando: a) en el efecto poltico que tuvo la cada de Allende en las formulaciones tericas del eurocomunismo pronunciadas por E. Berlinguer y S. Carrillo en Europa en 1977, relativas a la necesidad de ensanchar o acumular fuerzas ms all del marxismo para el cambio real de una sociedad; y b) en relacin a Bolao, es pertinente sealar que el extraordinario reconocimiento de su gnero, estilo y novelstica excede los espacios locales de Amrica Latina al considerarse que su autntico lanzamiento cultural a la sociedad se produce desde Espaa gracias a la destacada editorial Anagrama. Es un fenmeno muy diferente al boom narrativo sudamericano de los 60-70, causado por la literatura de Garca Mrquez, Vargas Llosa, Cortzar o Donoso. 1 Con el fin de la democracia y el ocaso de la va chilena al socialismo promovida por Salvador Allende se cerraba un episodio muy importante en la historia poltica contempornea. Por primera vez en el mundo un laboratorio ideolgico y determinadas acciones polticas consideraban posible la llegada del marxismo al poder y al gobierno de una nacin por medio de los votos, y no por las armas de una dictadura, y ello fue logrado por el programa de la Unidad Popular en las elecciones de 1970 con el apoyo de vastos sectores populares del pas austral. A partir del suicidio de Allende, cuya muerte fue discutida durante aos, pues nunca resultaba convincente la declaracin oficial de los militares, el crecimiento de la figura simblica de este lder ha traspasado fronteras nacionales. Sin embargo, la - 2 - controversia tica entre asesinato o suicidio se comenta de diversas formas en el exilio chileno. Fidel Castro en un discurso en La Habana en 1973 comenta que el presidente muri combatiendo, pero los mdicos personales del presidente como P. Guijn y O. Soto hablan de que el propio Salvador Allende puso fin a su vida en La Moneda con un disparo bajo su rostro. Sin embargo, su suicidio fue definitivamente confirmado slo en 2011 cuando fue exhumado el cadver del cementerio de Via del Mar, aunque mucho antes de ello su figura queda consolidada como la de un mrtir laico en foros progresistas del Tercer Mundo. En los antecedentes nacionales de la historia de Chile hay otro gobernante del pas de fines del XIX que tambin se mat, como fue el caso de J. M. Balmaceda. Sus ltimas palabras en el Palacio presidencial de La Moneda, mientras las bombas y un incendio en ese lugar queman la Constitucin y la bandera de Chile, la defensa que hace de la propia democracia en su discurso final, la crueldad que se impone en el pas a partir de Pinochet anticipada en ese propio discurso, otorgan a su figura un carisma singular dentro del concierto poltico latinoamericano. Y la perduracin de esta sensibilidad popular consiste en que cada 11 de septiembre se reivindican en Chile sus ideales, cuando en manifestaciones pblicas se protesta por ese aciago da producido por el golpe de las FF.AA. Los ros de tinta que se han empleado en Europa y fuera de ella en escribir apologas, comentarios, anlisis e informes sobre Salvador Allende y su ideario, incluso para detestarlo, implican que su persona an hoy no se ha rutinizado ni se ha transformado en trivial para un amplio espacio del imaginario socio-poltico chileno. Asimismo, los diversos estudios y bibliografas internacionales relativas a la va chilena al socialismo o la revolucin con empanadas y vino tinto, proporcionan valiosas fuentes de anlisis respecto a ese pasado proyecto: se subraya la dificultad por parte de la Unidad Popular de establecer y crear una verdadera alianza poltica con las capas profesionales del pas para un proyecto nacional comn, as como la calculada ambigedad de la Democracia Cristiana de Eduardo Frei por mantener un dilogo correcto con La Moneda en vistas a evitar el golpe de Estado. Tambin se revela de dichos estudios el insistente discurso ideolgico y praxis de la extrema izquierda en Chile en sealar que sin la va armada es imposible modificar es statu quo injusto de una sociedad dependiente latinoamericana (lo cual intentaba afectar la legalidad del socialismo democrtico de Allende y el vocabulario, en apariencia, revolucionario de los activistas o dirigentes del gobierno). Adems, en diversos dossier sobre la va se - 3 - examina el acoso y la agresin del mandatario norteamericano R. Nixon y de la asesora de la Casa Blanca a cargo de H. Kissinger contra el proyecto socialista de Allende gracias a la CIA y a las transnacionales Anaconda e ITT. Pero dentro de los mil das de gobierno de izquierda se hizo oficial gracias a Allende la nacionalizacin del cobre, previamente en manos de consorcios econmicos de EE.UU. 2 En trminos de poltica domstica, la desestabilizacin econmico-social del pas corre a cargo, casi desde el da que Allende gana su mandato el 4 de septiembre de 1970, del peridico El Mercurio cuyos editoriales tienen concordancia con lo que se dicta en EE.UU. Por esta prensa, se consideraba completamente inconveniente que ese democrtico proyecto social fuera ejemplo real de cambio en el contexto chileno y, a posteriori, en Latinoamrica, pues el contenido trasformador de ese paradigma socio- poltico tocaba y daba alcance a intereses privilegiados de una muy pequea, aunque poderosa, minora nacional. Pero lo interesante para esta derecha periodstica de Santiago, mientras prepara a sus Chicago boys en EE.UU. y en la Universidad Catlica de Chile, es perturbar e incidir durante la Unidad Popular en los criterios no- deliberantes de las FF.AA. cuya constitucionalidad es dirigida, al comienzo de la va chilena, por el Comandante en Jefe del Ejrcito R. Schneider (asesinado por la ultraderecha en octubre de 1970 con el fin de impedir que Allende asuma el mando de su gobierno) y, al final, por el general C. Prats (asesinado por la DINA, la polica poltica de Pinochet, en su exilio en Buenos Aires en 1974). Hasta que deja el Ministerio del Interior y de Defensa del gobierno de la Unidad Popular, Prats no puede comprender segn sus Memorias que todo su departamento est rodeado de sediciosos, como lo demuestran las ambigedades informativas del general Augusto Lutz Urza jefe de Inteligencia del Ejrcito implicado en el caso "Charles Horman" y denunciado en el film Missing de Costa-Gavras (1982). Entre los extremos de este arco histrico lleno de vicisitudes castrenses, Allende se ve en la necesidad de detener varias intentonas golpistas en las cuales no existen sntomas de malestar o amenazas de Augusto Pinochet, apenas reveladas pocos das antes del golpe de Estado. - 4 - 3 Hagamos notar que la paulatina simpata e implicacin de vastos sectores sociales por el proyecto del lder de izquierda (lleg a la presidencia con el 36% de los votos, y en las ltimas elecciones, seis meses antes del golpe, la izquierda ya suma el 44% de los votos) alcanza tambin a ncleos de la institucin catlica chilena. Pues el Cardenal Silva Henrquez no ve del todo mal en 1971 al gobierno popular, asistiendo con Allende al Estadio Nacional de Santiago para conmemorar la fiesta del Trabajo del 1 de Mayo, aunque s se horroriza del movimiento "Cristianos por el Socialismo", fundado en 1972, y condenado un mes despus del inicio de Pinochet con el documento de los obispos Fe cristiana y actuacin poltica. Con esta declaracin el Episcopado manifiesta de forma implcita ante la Junta Militar que no se iba a oponer a la persecucin de esos creyentes, cuya base est en el mundo pobre y oprimido chileno. 4 Formulamos estos antecedentes de caractersticas eclesisticas en este bsico relato angular sobre Chile y Allende con el fin de introducirnos en Roberto Bolao en el recuerdo a una dcada de su ausencia ya que su novela Nocturno de Chile ( 3 ) toca de forma muy pertinente y creativa qu ocurre en Santiago con la conciencia de un clrigo del Opus Dei, detractor de la democracia e implicado en asesorar con su pensamiento ideolgico a los triunfantes golpistas chilenos. Se trata de Sebastin Urrutia Lacroix (que en realidad en Chile hoy es Jos Miguel Ibez Langlois, profesor, poeta y crtico literario de El Mercurio) y que en el libro Nocturno de Chile, antes de septiembre de 1973, en una poderosa alegora bolaesca, tal cura contacta en Santiago con los seores Odeim (=miedo) y Oido (=odio) con el fin de buscar informacin en Europa cmo conservar en buen estado las iglesias y diversas casas de Dios. Se descubre que es gracias a la eliminacin de palomas por parte de halcones, metfora de la destruccin en Amrica Latina de la teologa de la liberacin por Roma. As mismo, a partir de Pinochet, es contratado por la Junta Militar para dar lecciones de marxismo a los gestores del golpe (con el fin de combatir y conocer mejor a la izquierda perseguida y al enemigo interno), concluyendo por asistir a tertulias literarias en una casa de la DINA, mientras algunos intelectuales desconocen que en tal vivienda se tortura a detenidos polticos. En realidad 3 BOLAO, Roberto. Nocturno de Chile. Ed. Anagrama. Barcelona. 2000. - 5 - toda la novela es una admirable alegora topocronolgica redactada por Bolao que termina por encerrar y denunciar pasados eventos dictatoriales chilenos cmplices del Opus. Nocturno de Chile complementa episodios histrico-temporales realmente existentes durante la dictadura con notables imgenes literarias que parecen trascender en un sentido universal aquellos especficos contextos de horror y maldad chilenas. Pero nos muestra estas perspectivas pretritas desde una existencia clerical que simboliza el mal en relacin con los afanes de cambio fomentados por el suicidado Allende, y en esta medida tambin es indiferencia ante el sufrimiento humano por parte de especficas tendencias eclesisticas del cristianismo actual. En realidad la figura de Urrutia Lacroix corresponde a toda una teologa poltica que estaba en ciernes en el Episcopado chileno antes del golpe. Como expresa el profesor M. Reyes Mate: parte de la Jerarqua Catlica chilena estuvo con los golpistas y vi en Pinochet al hombre providencial que poda poner fin a los desmanes de la Teologa de la Liberacin, de Cristianos por el Socialismo y, en una palabra, de todo ese movimiento popular cristiano empeado en la opcin por los pobres. ( 4 ) La casustica personal de Bolao respecto a la Unidad Popular y la dictadura es breve: poco antes del golpe, con 20 aos viaja desde Mxico, donde residi con su familia desde 1968, a Chile pero con las FF.AA. en las calles es detenido por pocos das en un cuartel del Sur del pas, aunque liberado gracias a la casualidad que vive con un uniformado. Sale del pas con el fin de alejarse de toda barbarie castrense, dirigindose a Mxico de nuevo y posteriormente a Espaa, en 1977. Sin embargo, con Nocturno de Chile (al igual que en Estrella distante) queda un extenso y magnfico retrato literario, tico y moral de la corrupcin, la persecucin y la sangre ocasionada por la Junta Militar con la muerte de Allende en 1973. Pero lo singular del asunto es que en Nocturno de Chile reitera con recursos literarios creyentes o religiosos el paradigma de toda esa injusticia. Un ejemplo de un plano de los muchos que nos narra Bolao a propsito de ello puede ser la imagen del Chile estrangulado cuando se cuenta en la novela que durante la dictadura el sacerdote del Opus Urrutia Lacroix tiene un sueo que proporciona de fondo una imagen bblico-literaria especialmente llamativa dentro del contexto profano 4 REYES MATE, M. Presentacin, en: Boero, Mario. Recuerdos pendientes. Ed. Arcos. Madrid. 2008. p.3. - 6 - (o secular) del relato, pues se combina la presencia de un halcn que viene de Roma a Chile con el suicidio del apstol Judas. Se relata en Nocturno de Chile una regresin mental del P. Urrutia mientras contempla un pas devastado material y moralmente por la dictadura. Pensando entre reposo y sueo acerca de las imposturas y engaos cultivados dentro de relaciones humanas, polticas, culturales o literarias al calor del gobierno de los militares, este miembro del Opus Dei declara que se le hace ntido en un momento del sueo la presencia de un rbol seco donde descansa un viejo halcn, amigo de un fraile espaol. Estos dos elementos visuales del sueo, el forestal y el pjaro, se complementan y se transfieren en la novela de Bolao en una imagen onrica inicialmente remota relativa a la leyenda del rbol de Judas (Cf. Evangelio de San Mateo, 27,5), pero que penetra en la vigilia consciente y real de Urrutia Lacroix pues con ella se manifiesta en qu se ha transformado Chile a partir del golpe: Aquella maana, tras despertarme, de vez en cuando me descubra canturreando: el rbol de Judas, el rbol de Judas, durante las clases, mientras paseaba por el jardn, al hacer un algo en la lectura diaria para prepararme una taza de t. El rbol de Judas, el rbol de Judas. Una tarde, mientras iba canturreando, tuve un atisbo de comprensin: Chile entero se haba convertido en el rbol de Judas, un rbol sin hojas, aparentemente muerto, pero bien enraizado todava en la tierra negra, nuestra frtil tierra negra en donde los gusanos miden cuarenta centmetros. ( 5 ) En ms de un aspecto tiene sentido y coherencia esta notable irrealidad cultivada por Bolao pues poniendo de relieve al halcn y a Judas se consolida con una potente metfora el mundo macabro del rgimen castrense. Esa tarde, donde una epifana revela el mal, se expresa en toda su densidad el poder de los militares. Al despertar de ese modo, Ibez Langlois Lacroix se est haciendo eco en trminos eclesisticos de palabras formuladas por un bendito halcn polaco, quizs colega en la actividad docente en Chile del P. Sebastin, relativas a la persecucin que ocurre en el catolicismo nacional despus del golpe. El telogo Miguel Poradowski declara en Chile: 5 BOLAO, Roberto. Ob. cit. p. 138. - 7 - El pronunciamiento de las FF.AA. por el cual se puso fin a la subversin no basta; es necesario que la misma Iglesia se limpie de la lepra marxista que la mancilla. No se pude tolerar ms que los curas en los templos prediquen el odio y los sacerdotes, profesores de Universidades Catlicas, en vez de ensear el mensaje de Cristo, sigan envenenando a la juventud con las consignas marxistas. La operacin limpieza tiene que ser total Por mucha compasin que se tenga a estos sacerdotes marxistas, hay que tratarlos como traidores a la Iglesia, a Cristo, a Dios, a la Patria. Son unos Judas. Si Judas no se hubiese ahorcado, seguramente San Pedro lo habra expulsado de la Iglesia. ( 6 ) Con la instalacin del ave rapaz en el rbol que representa a Chile se nos est diciendo que el triunfo de la crueldad y la vigilancia es total una vez desaparecidas las palomas (que ya no son slo los religiosos rebeldes que ensucian el quehacer de la jerarqua y la ortodoxia) lo cual supone que es el propio pas el que sufre un ahorcamiento por las delaciones, persecuciones y muertes cuya connotacin simblica es el apstol traidor. La imagen del rbol como geografa tampoco es engaosa en este sentido: cuando miramos en vertical el extenso mapa de Chile, desde Atacama a la Patagonia, podemos contemplar que es un fino lamo algo torcido donde es posible figurarse cmo cuelga un ahorcado. Perspectivas 6 PORADOWSKI, Miguel. El marxismo invade la Iglesia. Ed. Universidad Catlica de Valparaso. Chile. 1974, p. 76-78. - 8 - Salvador Allende fallece en 1973 y Roberto Bolao en 2003. En esas tres dcadas despus del golpe la existencia humana y creativa de Bolao se explaya en caminos, temas y vicisitudes diversas, pero su percepcin y los recuerdos chilenos de la dictadura estn latentes y son recuperados en el 2000, que es cuando se edita Nocturno de Chile. A partir de aqu se manifiesta de modo extraordinario en la sociedad un complemento entre historia y literatura a raz de la debacle de Allende (y a la memoria del escritor) cuyas aparentes ausencias son transformadas en algo vivo cuando el pasado de ambas figuras es condensado hoy en la denuncia poltica y narrativa de una injusticia en Chile que nunca debi ocurrir. Pero ese complemento lo hemos querido subrayar gracias a un hilo conductor histrico-literario que establece lneas de conexin entre antecedentes teolgico-polticos que nos proporciona Urrutia Lacroix con la cada de Allende y la implcita interrupcin de un sueo social. La novela de Bolao se introduce y describe de tal modo las premisas, consecuencias y laberintos de una conciencia entregada del todo al poder militar, que con su relato termina por enfocar un aspecto fundamental de la historia de Chile, cual es el peso de las decisiones y el lugar ideolgico de la cpula del clero nacional en relacin con los vencedores. A partir de aqu el episodio histrico de la va chilena al socialismo (concluida hace 40 aos) y la recuperacin de ese pasado en la escritura de nuestro autor (fallecido hace 10 aos) otorga actualidad y reviste con nuevas luces la admirable unidad que a veces se produce entre Historia y Literatura. 0 BIBLIOGRAFA - 9 - AA.VV. Roberto Bolao. La experiencia del abismo. (Edicin de F. Moreno). Ed. Lastarria. Chile. 2011 ALLENDE, Salvador. Cinco discursos fundamentales. Ed. An creemos en los sueos. Chile. 2008 AMOROS, Mario. Compaero Presidente. Salvador Allende, una vida por la democracia y el socialismo. Ed. Universidad de Valencia. 2008 BENITEZ, Hermes. Las muertes de Salvador Allende: una investigacin crtica de las principales versiones de sus ltimos momentos. Ed. RIL. Chile. 2006 BISAMA, lvaro. Todos somos monstruos, en: AA.VV. Territorios en fuga. Estudios crticos sobre la obra R. Bolao. Editorial Frasis. Chile. 2003, pp. 79-94 CANDIA, Alexis. Todos los males, el mal. La esttica de la aniquilacin en la narrativa de Roberto Bolao, en: Revista Chilena de Literatura 79 (2010) pp. 43-70. DOMINGUEZ, C. Nocturno de Chile de Roberto Bolao, en: Letras Libres. Mayo (2001) PP. 35-38 GARCES, Gonzalo. Nocturno de Chile, el sueo de la historia, en : Quimera 241 (2004) pp. 15-17 GARCES, Joan. Allende et lexperience chilenne. Fondation Nationel des Sciences Politiques. 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Sudamericana. Chile. 2003 VERDUGO, Patricia. Allende: cmo la Casa Blanca provoc su cada. Ed. Catalonia. Chile. 2003 VIDAL, Hernn. Las capellanas castrenses durante la dictadura. Hurgando en la tica militar chilena. Editorial Mosquito. Santiago. 2005 0 Mario Boero Vargas es profesor y ensayista. En el ao 2009 ha concluido en Madrid una triloga sobre el filsofo Ludwig Wittgenstein: Biografa y mstica de un pensador (Ed. Skolar), La novia de Wittgenstein (Ed. Visin-Net) y El cuerpo, la religin y la poltica en L. Wittgenstein (Ed. Estudios). En el cultivo de la teologa latinoamericana Mario Boero ha publicado El ltimo escrito de Joan Alsina. Un testimonio cristiano de liberacin (Editorial Nuestra Amrica, Chile, 1998) y Recuerdos pendientes. Teologa, sociedad y fe en la memoria cristiana de Chile (Editorial Arcos, Madrid, 2008). Direccin postal del autor: Apartado de Correos 2137. Madrid 28080 Direccin electrnica: mareubovar@yahoo.es - 11 -