Construyendo La Paz Con Adolescentes
Construyendo La Paz Con Adolescentes
Construyendo La Paz Con Adolescentes
Septiembre, 2006
Introduccin
Construccin de la paz
Por qu con adolescentes?
Recomendaciones pedaggicas y didcticas
Cinco pasos en el proceso de educacin para la paz
Conclusiones
Referencias Bibliogrficas
Introduccin
Durante el siglo pasado el mundo vivi cambios inmensos. Las personas, las
ideologas, los conflictos, la distribucin de la riqueza, el medio ambiente, casi todo
carga en s un sentimiento de desesperanza, confusin, agresin, incluso de odio, que no
exista en ese nivel anteriormente. En los inicios del siglo XXI al mundo le hace falta un
sentido bsico de seguridad. En lugar de ello, el miedo, la intolerancia y la
discriminacin han provocado el desaliento de las personas en su trato unos con otros,
en un nivel personal, local, nacional e internacional. Existen muchas situaciones
problemticas que se han convertido en amenazas mayores a la humanidad: guerras y
conflictos internacionales, el desarrollo continuo de armas de destruccin masiva, el
terrorismo, el racismo y los conflictos tnicos, las violaciones a los derechos humanos,
las migraciones masivas, el trfico de drogas, el deterioro ambiental y el abuso a los
tratados internacionales.
En ese sentido, los conceptos de paz aparentemente no prevalecen en la cultura
contempornea. Las imgenes de destruccin y muerte predominan, y son demasiadas
las fuentes de violencia. Las personas enfrentan crmenes callejeros, violencia
intrafamiliar, agresiones en las escuelas, odios raciales, violencia en los medios y
contaminacin de diversos tipos. Esta situacin produce sentimientos de incertidumbre,
angustia y miedo, que en consecuencia modifican la conducta de la gente. Las
sociedades tratan de alcanzar esa sensacin de seguridad a travs de medios reactivos y
muchas veces violentos, invirtiendo ms tiempo en defenderse a si mismos, a los que
aman, a sus posesiones, ideales y creencias, que a vivir una vida de plenitud y felicidad.
La violencia, incluso la guerra, nos ha sido ofrecida como una manera rpida y eficiente
de lidiar con las diferencias que nos amenazan y de conseguir la anhelada seguridad.
Sin embargo, es posible tambin observar signos esperanzadores en la
capacidad de la sociedad civil de organizarse para cuestionar no slo la violencia y la
guerra sino incluso para defender el medio ambiente y la vida. En el ltimo perodo de
los aos 30, Jos Ortega y Gasset (1995) desafiaba al pacifismo, dudando que la guerra
fuera algo completamente evitable. l expresaba que normalmente vemos en la guerra
daos, crmenes y vicios. No obstante, es necesario entender a la guerra como un gran
esfuerzo del ser humano para resolver ciertos conflictos. Desde su perspectiva, la guerra
no es un instinto natural sino una creacin humana, y como en cualquier institucin
histrica, hay un tiempo para su invencin y un tiempo para su superacin. El error del
pacifismo desde este punto de vista es no entender que ms que evitar la guerra es
educacin para la paz pero entre sus objetivos comunes podemos encontrar (Harris y
Morrison, 2003):
Proveer una visin dinmica de la paz para contrarrestar las imgenes de
violencia que predominan en la cultura.
Ayudar a que las personas enfrenten sus miedos.
Informar sobre las maneras en que los seres humanos pueden lograr la
seguridad, ofreciendo alternativas a la violencia.
Estudiar las causas principales de la violencia y la guerra.
Desarrollar entendimiento intercultural.
Proveer una orientacin a futuro.
Ensear la paz como un proceso.
Promover un concepto de paz acompaado de justicia social.
Estimular el respeto por la vida.
Instruir en el manejo no-violento de conflictos.
Nuestra propuesta de educacin para la paz trata de entenderla como un proceso de
concientizacin. En ese sentido, Paulo Freire (1971) expresaba que la deshumanizacin
no es nuestro destino, es el resultado de un orden injusto que devala a las personas y
permite la violencia hacia ellos. Esta realidad social es resultado de acciones especficas
que no pueden ser transformadas slo por buena suerte o por deseos bien intencionados.
La transformacin de esas realidades es nuestra responsabilidad. Las circunstancias
siempre cambian precisamente debido a la accin de los individuos. Desde esta
perspectiva, la praxis es una forma de liberar a las personas de la fuerza de la opresin y
la violencia. La autntica praxis es reflexin humana y accin sobre el mundo para
transformarlo.
La reflexin ayuda a que las personas entiendan su realidad. Con este conocimiento
son capaces de insertarse de manera crtica en la situacin en que su accin debe tener
un efecto, y de esa manera su accin es ms consciente. Esta prctica es verdadera
praxis si el conocimiento que resulta de las acciones implementadas se convierte en
objeto de una nueva reflexin crtica. Si la accin no es evaluada se convierte en mero
activismo. La educacin para la paz procura ser tanto reflexin como accin en un
dilogo e interaccin constantes para realmente producir nuevas situaciones de noviolencia y paz. Este proceso de concientizacin s vital porque la gente empieza a
percibirse con la libertad de darle forma a su mundo, de convertirse en agentes de
humanizacin y transformacin (Freire, 1971; Moore, 1998).
De acuerdo con Swee-hin Toh (2002), casi todos los programas de educacin
para la paz debe contar con los siguientes rasgos:
Holismo: Comprensin de la paz como un fenmeno multidimensional que
requiere de una aproximacin compleja para alcanzarla.
Educacin en valores: Reconocimiento del espectro de valores que guan el
proyecto de construccin de la paz.
Dilogo: Posibilidad de examinar las propias ideas y de descubrir y enriquecerse
con las de otros.
Potenciacin crtica: Estrategia para promover la transformacin a travs de la
accin.
preparar el terreno cuidadosamente para que pueda ser asimilada. El problema con la
educacin para la paz ha sido que normalmente deja las estructuras cognitivas y la
experiencia previa sin tocar, lo que lleva a que la educacin para la paz no sea
construccin de la paz (Boulding, 1987).
El reto de la educacin para la paz es lidiar con estructuras cognitivas
organizadas para apoyar tipos de pensamiento como el ganar-perder o actitudes de
separatividad y aislamiento hacia otros, en el que quedan reducidos a adversarios o
enemigos. Estas actitudes son reforzadas por una experiencia social cotidiana de
competencia y lucha por ganar en toda situacin. El cambiar a un pensamiento ganarganar, el pasar de un deseo de dominar a un deseo de cooperacin, requiere ms que
impartir informacin sobre nuevas perspectivas. Lo que se necesita es construir nuevos
mapas mentales sobre la realidad; as como experimentar esa realidad en formas
diferentes (Boulding, 1987). En ese sentido, la educacin deber ser una experiencia de
potenciacin. La pedagoga para la paz necesita enfocarse en el desarrollo de una
inteligencia e imaginacin que motive tanto la concientizacin en los estudiantes, de
manera que puedan concentrarse no slo en sus propias necesidades sino tambin en ser
individuos compasivos y reflexivos, capaces de contribuir a la mejora del mundo
(Shapiro, 2004).
En la educacin para la paz se considera que ms importantes que los contenidos
son los mtodos para el desarrollo de las habilidades y los elementos filosficos
necesarios para construir la paz (Miedema, 1999). Esto es especialmente importante en
el trabajo con adolescentes por lo que debe procurarse construir ambientes de
aprendizaje que permitan relaciones democrticas; que promuevan la igualdad, el
respeto mutuo, la participacin y la cooperacin; que motiven al joven a ser creador
activo del conocimiento y del cambio (Harris y Morrison, 2003).
Paulo Freire (1971) introduce un mtodo educativo descrito como
concientizacin. A travs de este modelo las personas nombran las situaciones de
opresin y reforman las realidades sociales, indagan en la estructura social y muestran
los caminos para mejorar. Es una educacin que nos gua hacia una realidad social ms
justa, un mundo mejor. El enfoque est en la transformacin. La metodologa comienza
en observar las estructuras sociales opresivas que destruyen la vida, movindose poco a
poco a la transformacin de esas estructuras para crear, apoyar y preservar la vida. Este
mtodo est basado en una valoracin profunda de la libertad y en la conviccin de que
las realidades sociales pueden cambiar. De esta manera, la educacin es una prctica de
libertad. La pedagoga de Paulo Freire (1971) no est slo preocupada en absorber
conocimientos sino tambin, y de manera ms importante, en identificar situaciones
sociales injustas y responder a ellas a travs de acciones liberadoras.
El mtodo de Paulo Freire est compuesto de los siguientes pasos: (Moore,
1998; Freire, 1971)
Nombrar el mundo
Descubrir los significados en esas palabras
Definir los problemas en las estructuras sociales
Formular estrategias de accin y actuar
Estos pasos pueden ser tiles para estructurar un proceso de educacin para la
paz desarrollado para promover un proceso real de concientizacin para la paz. Los
investigadores y educadores en cuestiones de paz han creado tcnicas y prcticas que
pueden ser enseadas y usadas en cada paso del proceso para ayudar a la gente a darse
cuenta y comprometerse con la construccin de la paz en su vida personal y
comunitaria. A continuacin presentar consideraciones pedaggicas que pueden ayudar
a construir un proceso de paz incluso en el saln de clase para despus explicar el
proceso de educacin para la paz desde la perspectiva de Paulo Freire, con los objetivos
de cada etapa as como las habilidades a desarrollar y las tcnicas que podran
emplearse para involucrar a los adolescentes en una verdadera praxis. Dentro de los
pasos aad la visin de futuro como un paso distinto. Considero que est implcito en la
metodologa de Freire pero es importante enfatizarlo.
Para realmente educar par la paz es necesario desarrollar una pedagoga para la
paz. Esta pedagoga debe buscar incluir las siguientes caractersticas: (Harris y
Morrison, 2003)
positiva del mismo. Despus deben explicar ese futuro a travs de una historia
imaginada sobre esa sociedad. Es una tcnica demandante pues implica generar
una fantasa, realizar un anlisis que sea realista y adems suspender la
desesperanza y el pesimismo. No obstante, el propsito de la esperanza no es
cumplido si el proceso no nos mueve a la accin (Gonzlez, 1998).
5. Accin
Este paso final implica planear estrategias de accin y ejecutarlas,
motivando a los adolescentes a verse a s mismos como actores cuyo desempeo
influenciar la condicin futura del mundo (Moore, 1998). Para esto es necesario
proveerlos de experiencias diversas en situaciones reales, en las que puedan
utilizar sus recursos. La educacin para la paz implica generar suficientes redes
sociales para que el joven pueda involucrarse con otros jvenes y adultos que
estn interesados en cuestiones de paz, medio ambiente, justicia social y
derechos humanos en un nivel local (Boulding, 1987). Esta accin debe ir
siempre acompaada de un proceso de reflexin, un anlisis crtico de la propia
accin que abra nuevas alternativas de accin. La reflexin puede revelar que
una forma particular de accin es imposible o inapropiada en ese momento. Esto
es parte de la accin y es algo que el adolescente probablemente experimente,
por lo que el educador para la paz debe ayudarlos a ser conscientes de la
importancia de reconocer sus lmites (Freire, 1971). En esta etapa de la
educacin para la paz, el entrenar a los adolescentes en cuestiones como
cooperacin y sinergia, el desarrollar habilidades de liderazgo, el promover
procesos de potenciacin personal, son oportunidades para que las acciones
puedan ser ms efectivas, a travs de un mejor manejo personal de las
situaciones.
Conclusiones
La construccin de la paz es una misin clave par ala humanidad. Al iniciar esta
investigacin tena en la mente la siguiente pregunta: Puede construirse la paz desde la
adolescencia? Mi respuesta es afirmativa. No es slo posible sino deseable construir la
paz con adolescentes. Es cierto que en los modelos utilizados en la construccin de la
paz deben considerarse elementos como las estructuras polticas, econmicas y de
seguridad; procesos de comunicacin, consulta y negociacin; clima integrativo y
liderazgo, entre otros. Sin embargo, alrededor de estos elementos se encuentran sistemas
mayores de apoyo, esenciales en todos los pasos del proceso de construccin de la paz.
Uno de esos sistemas es la educacin y el educar para la paz es un reto para todos los
sistemas educativos. No puede ser considerada ya como un lujo superfluo o una moda
transitoria; la educacin para la paz es esencial para construir sociedades basadas en la
justicia y la solidaridad. A travs de la historia, en todo el mundo, la educacin ha
procurado ayudar a los estudiantes a desarrollar su inteligencia y a convertirse en
buenos seres humanos. Si analizamos la situacin actual del mundo, es posible descubrir
en la educacin una estrategia que puede contribuir en la eliminacin de estructuras de
violencia y en el logro de la paz. Educar para la paz implica educar desde una visin
liberadora y transformadora de la realidad. Es una educacin activa y participativa que
trata de promover un pensamiento dinmico, creativo y crtico.
La propuesta tambin tiene sus limitaciones. En primer lugar, parece ser una
receta, y es importante enfatizar que es slo un camino con mucho espacio para la
creatividad para enfrentar situaciones ms concretas. Otra limitacin puede ser que en
cada etapa del proceso slo considero una dimensin o habilidad cuando pueden existir
situaciones concretas que requieran de otras habilidades para construir la paz.
Asimismo, en el trabajo utilizo el concepto de adolescencia como si slo existiera una
forma de ser adolescente. Es cierto que hablo de esta etapa de vida como un fenmeno
universal pero los jvenes viven esta etapa de manera distinta dependiendo del contexto
en que se ubiquen. No es lo mismo pensar en un adolescente urbano en un pas
industrializado, que en un adolescente rural en un pas en vas de desarrollo. Incluso hay
tericos que dividen a la adolescencia en etapas. De esta manera, la propuesta requiere
de adaptaciones al contexto concreto de la poblacin con la que va a trabajarse.
Finalmente, es importante sealar que utilizo la teora de Paulo Freire como una
interpretacin y una aplicacin concreta de sus postulados. No soy un experto en su
metodologa por lo que pudiera existir la posibilidad de encontrar contradicciones con
algunos de sus supuestos aunque trat de evitarlo en lo posible.
Paulo Freire (en Moore, 1998) aprendi que cuando una persona realiza un
cambio radical de perspectiva en un rea de su vida, la persona est ms lista para
cambiar otras perspectivas y conductas. La educacin para la paz no es slo cambiara la
forma en que las personas ven el mundo, es tambin un intento de cambiar estilos de
vida. Es imposible cambiar la realidad si no nos cambiamos a nosotros mismos primero.
En ese sentido, la construccin de la paz debe ser ms que un anhelo. Las personas que
quieren la paz, en cierto momento, debern participar para que esos cambios sucedan.
La educacin para la paz debe empezar en nuestras propias vidas, aqu y ahora. Si
queremos construir la paz, debemos imprimir en nuestra vida el espritu de paz y
reconciliacin que buscamos para el mundo.
El cambiar los problemas de nuestra sociedad requerir un enorme esfuerzo pero
es posible. Este proceso lleva en s la posibilidad del caos pero tambin el potencial para
una creatividad inmensa. Paul Van Tongeren (19991) nos recuerda que todava hay
esperanza de lograr un mundo ms pacfico. Esta esperanza tiene su raz en el espritu
de la gente que, a pesar de dcadas de obstculos y violencia, sigue dando pasos hacia
una coexistencia pacfica con sus adversarios. La esperanza est fundamentada en el
hecho de que la segunda mitad del siglo XX, a pesar de estar repleta de conflictos
violentos, estimul el ms prolfico desarrollo de actividades de transformacin noviolenta de conflictos en la historia de la humanidad. Los esfuerzos actuales para
construir la paz son como gotas de agua, que combinadas con otras miles, forman una
magnfica y poderosa cascada. Desde esta perspectiva, la gente ordinaria puede hacer
una diferencia. A travs de aproximaciones creativas, la perseverancia y la compasin,
muchos seres humanos en le mundo han tenido xito en transformar situaciones
aparentemente sin esperanza. La humanidad es ms capaz de lograr ms de lo que
muchas personas estn inclinadas a pensar.
Desde mi perspectiva, la educacin para la paz es una decisin personal. En una
ocasin escuch que la esclavitud que ahora consideramos inaceptable, era normal en su
momento. La cuestin es lo que la gente dir de nosotros dentro de cien aos. Cada uno
de nosotros debe responder a esta pregunta desde su propia experiencia, con sus
compromisos y acciones cotidianas. La violencia y la injusticia son realidades en las que
fuerzas potenciales son usadas en contra de la gente. La educacin para la paz es el
Harris, I., Morrison, M. (2003). Peace Education. North Carolina: Mc Farland &
Company
Heights, R.; Perry, C. y McIntire, W. (1995). Modes of moral judgment among early
adolescents. Adolescence. 30 (119), 707712
Kraybill, R., Evans, R., Frazer Evans, A. (2001). Peace Skills Manual for Community
Mediators. San Francisco: Jossey-Bass
Mayor, F. (1999). Towards a New Culture of Peace and Non-Violence. In People
Building Peace 35 Inspiring Stories from Around the World. Amsterdam: European
Centre for Conflict Prevention
McKinney, J., Fitzgerald, H. & Strommen, E. (1995). Psicologa del Desarrollo
Edad Adolescente. Mxico: Manual Moderno
Miedema, M. (1999). Educating Critical Citizens. In People Building Peace 35
Inspiring Stories from Around the World. Amsterdam: European Centre for Conflict
Prevention
Moore, M. (1998). Teaching from the Heart Theology and Educational Method.
Pennsylvania: Trinity Press International
Muss, R. (1997). Teoras de la adolescencia. Mxico: Paids Studio
Offer, D., Ostrov, E., Howard, K. (1989). Adolescence: What is normal? American
Journal of Diseases of Children. 143, 731-736
Ortega y Gasset, J. (1995). La Rebelin de las Masas. Espaa: Revista de Occidente en
Alianza Editorial
Papalia, D., Olds, S. (1997). Desarrollo humano. Mxico: McGraw-Hill Interamericana
Reychler, L. (2003). Peace Research and Conflict Management Lectures.
Reychler, L. (2001). Conceptual Framework. In L. Reychler & T. Paffenholz (Ed).,
Peace Building A Field Guide. London: Lynne Rienner Publishers
Reychler, L. (1999). Democratic Peace-Building and Conflict Prevention. Belgium:
Leuven University Press
Shaffer, D. (2000). Social and Personality Development. USA: Wadsworth/Thomson
Learning
Shapiro, S. (2004). Basic Models and Their Manifestations in Peace Education
Programs Towards a Critical Pedagogy of Peace Education. University of Haifa Faculty of Education. Retrieved May 24, 2004, from
http://construct.haifa.ac.il/~cerpe/abs/shapiro.html
Toh, S. (2002). Peace Building and Peace Education: Local Experiences, Global
Reflections. Prospects, 32 (1), 87-93
Van Tongeren, P. (19991). Inspiring Stories of Peace-building. In People Building Peace
35 Inspiring Stories from Around the World. Amsterdam: European Centre for
Conflict Prevention
Verstraeten, J. (1998). From Business Ethics to the Vocation of Business Leaders to
Humanize the World of Business. Business Ethics, A European Journal, 7 (2), 111-124
Wagner, W. (1996). Optimal development in adolescence: What is it and how can it be
encouraged? Counseling Psychologist. 24 (3), 360-371