Sobre La Paz
Sobre La Paz
Sobre La Paz
Aunque se ha repetido hasta la saciedad, es necesario remarcar que la paz es algo más que la
ausencia de guerra, de la misma forma que es también evidente que en una guerra no puede
haber nunca paz. El enfoque de paz que pretendemos abordar en este libro no es tampoco el de
un concepto vacío, blando, angélico o etéreo, sino todo lo contrario. La paz que queremos
señalar es una referencia muy ambiciosa que está en el horizonte de la humanidad, a la que
queremos dirigirnos y que supone una transformación absoluta de cuanto hacemos en el
mundo. No tiene nada que ver con el mantenimiento del statu quo, tan lleno de injusticias y
desigualdades, o la docilidad y resignación de quienes sufren las consecuencias de ello, y sí en
cambio con el desenmascaramiento de los mecanismos de dominación, con la rebelión de
quienes se les ha usurpado el derecho a tomar decisiones, a la recuperación de la dignidad, y
con los procesos de cambio y transformación, a nivel personal, social y estructural, que están
implícitos en el traspaso de una cultura de violencia a una cultura de paz. Johan Galtung3 , que
sin duda es una de las personas que ha dedicado más años e ingenio para el estudio de la paz,
nos ha mostrado en innumerables publicaciones que el enfoque de contraposición a la paz no
ha de buscarse en la guerra, sino en la violencia, de manera que cualquier definición de lo que
entendemos por paz signifique o implique una ausencia o una disminución de todo tipo de
violencia, ya sea directa (física o verbal), estructural o cultural, o vaya dirigida contra el cuerpo,
la mente o el espíritu de cualquier ser humano o contra la naturaleza. La paz, por tanto, sería la
suma de la paz directa, la paz estructural y la paz cultural. Para Galtung y otros investigadores,
la paz es también la condición, el contexto, para que los conflictos puedan ser transformados
creativamente y de forma no violenta, de tal manera que creamos paz en la medida que somos
capaces de transformar los conflictos en cooperación, de forma positiva y creadora,
reconociendo a los oponentes y utilizando el método del diálogo. Si la ausencia de guerra
podemos denominarla como paz negativa, la ausencia de violencia equivaldría a paz positiva, en
el sentido de justicia social, armonía, satisfacción de las necesidades básicas (supervivencia,
bienestar, identidad y libertad), autonomía, diálogo, solidaridad, integración y equidad.
Construir la paz, por tanto, significa evitar o reducir todas las expresiones de la violencia,
empresa de tamaña magnitud que nos indica a las claras que la paz no es algo alcanzable de la
noche a la mañana, sino un proceso, un camino, una referencia. La imposibilidad de alcanzar
una paz plena, no obstante, no ha de significar desánimo ni ha de frustar a quienes plantan cara
a estas muestras de violencia destructiva, porque de lo que se trata es de conseguir que las
actuaciones humanas vayan orientadas en esa dirección, no en la contraria, donde predomina
la injusticia, el desencuentro, la miseria, la explotación, la incomunicación, la sumisión y la
desigualdad. La perspectiva de la paz es la de avanzar en la mejora de la condición humana, y
todo cuanto se haga en este sentido, desde cualquier esfera de la actividad human y desde
cualquier rincón del planeta, será una aportación efectiva. El desafío que se nos plantea, dadas
las condiciones actuales del mundo, es cómo multiplicar esos esfuerzos y cómo enlazarlos para
que su efecto sea mayor. Y este no es un reto exclusivo de quienes se dedican a la investigación
sobre la paz y los conflictos, sino para todos los seres humanos que de una forma u otra sienten
la necesidad de que se produzca un cambio de rumbo en la forma de gestionar los asuntos que
afectan a la humanidad. En su afán didáctico, muchos estudios elaborados desde los centros de
investigación para la paz suelen referirse a la paz como la conjunción e interacción de varias "D":
desarrollo, derechos humanos, democracia y desarme. Como iremos viendo, la ausencia de
cualquiera de estas "D" es un factor de violencia, sea a nivel personal, social o internacional, por
lo que la paz bien puede entenderse como el 3 GALTUNG, Johan, Peace by Peaceful Means, Sage,
1996, 281 p. La bibliografía de Galtung es extensísima, por lo que me limito a señalar uno de sus
últimos libros, en el que sintetiza ideas desarrolladas a lo largo de toda su vida. proceso de
fortalecimiento de cada uno de estos factores, a los que probablemente habría que añadir un
conjunto de términos igualmente esenciales, como seguridad, identidad o dignidad. Nuestro
trabajo empieza, por tanto, en la detección de aquellos fenómenos, dinámicas,
comportamientos y estructuras que niegan derechos y limitan los potencialidades de
crecimiento de las personas y de las sociedades, como el patriarcado, el militarismo, el
autoritarismo, la explotación económica y tantísimos otros factores. Este enfoque amplio de la
paz, con lo que ello ha comportado en cuanto al desarrollo de propuestas teóricas y prácticas
surgidas de diferentes disciplinas, ha sido el resultado de la suma de aportaciones realizadas a
lo largo de los últimos cincuenta años en esta ciencia social aplicada que denominamos
"investigación para la paz", que está orientada por valores, y que de acuerdo con Groff y
Smoker4 ha evolucionado de la siguiente forma: Evolución del concepto de paz 1 - Paz como
ausencia de guerra. Es un concepto centrado en los conflictos violentos entre Estados. 2 - Paz
como equilibrio de fuerzas en el sistema internacional. En 1941, Quincy Wright sugirió que la
paz era un equilibrio dinámico de factores políticos, sociales, culturales y tecnológicos, y que la
guerra ocurría cuando se rompía dicho equilibrio. Este modelo asume que cualquier cambio
significativo en uno de los factores requiere los cambios correspondientes en el resto de factores
para restaurar el equilibrio. 3 - Paz como paz negativa (no guerra) y paz positiva (no violencia
estructural). Estos conceptos fueron introducidos en 1969 por Johan Galtung, quién también
desarrolló el concepto de violencia estructural, definiéndolo en términos del número de
muertes evitables causadas por estructuras sociales y económicas. 4 - Paz feminista: niveles
macro y micro de la paz. En los 70 y 80 se extendió a nivel individual tanto la paz positiva como
negativa. La nueva definición de paz incluía no sólo la abolición de la violencia organizada a nivel
macro, como la guerra, sino también a nivel micro, como las violaciones en las guerras o en casa.
Además, el concepto de violencia estructural fue expandido de forma similar para incluir las
estructuras a nivel personal, micro y macro que dañan o discriminan contra los individuos o los
grupos5 . La guerra, como forma de solucionar los conflictos, es mostrada como una manera
masculina de afrontar los conflictos6 . 5 - Paz holística - Gaia: la paz con el medio. En los 90 se
expandió aun más los niveles de aplicación, del familiar al individual al global. La teoría de la paz-
Gaia concede un alto valor a las relaciones de los seres humanos con el sistema bio-ambiental.7
6 - Paz holística interna y externa. Incluye los aspectos espirituales 4 GROFF, Linda; SMOKER,
Paul, "Creating global/local cultures of peace", en From a culture of violence to a culture of
peace, UNESCO, 1996, pp. 103-128 5 BROCK-UTNE, Brigitte, Feminist Perspectives on Peace and
Peace Education, Pergamon Press, Oxford, 1989 6 REARDON, Betty, Militarization, Security and
Peace Education, United Ministries in Education, USA, 1982 7 Paul Smoker, D. Dreher y J. Macer
son algunas de las personas que han divulgado este planteamiento Siguiendo de nuevo a
Galtung, éste divide en tres ramas las formas de abordar el tema de la paz, según pongan el
acento en el pasado, el presente o el futuro, y según combinen los hechos, las teorías y los
valores8 : • Estudios empíricos sobre la paz, basados en el empirismo y centrados en el pasado.
Nos informan sobre modelos y condiciones de paz y de violencia en el pasado, porque sólo del
pasado podemos tener datos. • Estudios críticos sobre la paz, basados en el criticismo y
centrados en el presente. Pueden evaluar datos e informaciones sobre el presente a la luz de los
valores de paz y violencia. • Estudios constructivistas sobre la paz, centrados en el futuro.
Combinan las teorías acerca de cómo nos conducimos y los valores de acuerdo con los cuales
deberíamos conducirnos. Para Galtung, este triángulo se refleja además en otro, que denomina
de diagnóstico-pronóstico y terapia (o tratamiento), haciendo un paralelismo de la paz con la
salud, y del que se deriva lo siguiente9 : • El diagnóstico es un análisis basado en los datos, parte
de los cuales se conocen como "síntomas" y otros como "anámnesis", es decir, información
contextualizada del paciente sobre su propio proceso de salud-enfermedad. • El pronóstico está
basado en teorías predictivas del curso probable de una enfermedad en un contexto dado.
Prognosis es algo más que la mera predicción; es una predicción acerca de una dimensión
valorativa situada entre la paz y la violencia. • El tratamiento es la intervención basada en valores
y teoría, obtenida a partir de la generalización de otros casos y guiada por los valores de salud
negativa (desaparición de síntomas) y salud positiva (resistencia a la enfermedad). La terapia es
una intervención deliberada que pretende desviar hacia arriba el curso de la prognosis, esto es,
encaminarlo hacia el terreno de la paz. La diversidad existente en el mundo, sea en culturas,
religiones o facilidades/dificultades de supervivencia, nos invita a no cerrarnos en una
concepción estrecha o única de paz, de la misma forma que nos obliga a ensanchar nuestra
visión sobre las causas de la violencia y los conflictos. Los conceptos, como instrumentos de
trabajo, son útiles sólo en la medida en que reflejan la realidad de lo que queremos explicar. Si
tanto la paz como los conflictos son procesos globales, y muy dinámicos y cambiantes, en los
que intervienen factores de todo tipo, hemos de convenir que todo cuanto concluyamos será
provisional, ha de estar sujeto a la crítica, y ha de pasar por el tamiz de las interpretaciones que
puedan hacerse desde otras parcelas del saber. Lo contrario, nos recuerda Galtung, hacer "la"
teoría que olvida otras verdades, es una invitación abierta a la violencia cultural. Hablar de paz,
finalmente, tiene que ser compatible con hablar de la realidad de hoy, sea para señalar donde
está ausente y porqué razones, como para analizar las maneras que permiten transformar esta
realidad a través de la concienciación. Si reflexionamos sobre la paz, lo repetimos una vez más,
no es para instalarnos en el lamento de su escasa presencia, sino para rebelarnos respecto a lo
inadmisible, para conocer lo mejor posible los motivos de lo que acontece en el mundo presente,
y ofrecer alternativas que permitan construir nuestras propias visiones de futuro. No obstante,
para no errar el tiro o alejarse de la realidad, esta ambición de propósitos no debe olvidar nunca
la extrema dificultad que tenemos en el actual momento, no sólo para evitar conflictos
sangrientos, sino para frenarlos o reconducirlos con prontitud. Podemos y debemos hablar de
paz, ahora y siempre, pero por prudencia es bueno hacerlo con la imagen 8 GALTUNG, Johan,
"Los fundamentos de los estudios sobre la paz", en Presupuestos teóricos y éticos sobre la paz,
Universidad de Granada, 1993, pp. 16-18 9 Ibid, pp. 38-39 interpeladora de las mujeres argelinas
degolladas, las afganas secuestradas, los niños perdidos en Ruanda, los campesinos
aterrorizados de Colombia, los indígenas refugiados de Centro-América, las familias bosnias
diezmadas, los niños de la calle brasileños y tantos otros ejemplos de indignidad que pisotean
el derecho a la paz en tantos puntos del planeta.
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