Sensibilidad y Sensacion
Sensibilidad y Sensacion
Sensibilidad y Sensacion
ROYAL ACADEMY OF ARTS (London). Sensation: Young British Artists from the Saatchi Collection. Cur.: Norman
Rosenthal. 1997. Exhibition: September 17th-December 28th; Hamburger Bahnhoff (Berlin), September 30th, 1998January 17th, 1999; Brooklyn Museum of Art (New York), October 2nd, 1999-January 9th, 2000.
2
Por ejemplo, poco despus, para fines de 1998, Chris Ofili, con entonces 30 aos de edad, fue el primer pintor en
doce aos que se hizo acreedor de las 20,000 del prestigioso Turner Prize para artistas britnicos contemporneos.
Ray Hutchins, un artista de Staffordshire de 66 aos, emplaz una gran cantidad de estircol en la escalinata de la
Tate Gallery de Londres junto a un cartel que deca "Modern Art is a Load of Bullshit" (El arte moderno es un
cargamento de mentiras [estircol de toro], en seal de protesta por el premio otorgado a Ofili.
3
MOLYNEUX, John. State of the Art: a review of the Sensation exhibition at the Royal Academy of Arts, SeptemberDecember 1997. International Socialism. Quarterly Journal of the Socialist Workers Party (Britain). Issue 79, July
1998.
http://www.wsws.org/articles/1999/dec1999/sens-d29_prn.shtml
http://pubs.socialistreviewindex.org.uk/isj79/molyneux.htm
4
COCKCROFT, E. Abstract Expressionism, Weapon of the Cold War, en FRASCINA, F. (ed). Pollock and After.
London: 1985 (citado por Molyneux).
El film documental Collectors (Julian Hobbs, 2000) hace foco sobre este tema, especficamente a travs de dos
personajes: uno de ellos, Rick Staton, es un empresario de pompas fnebres de Baton Rouge, Louisiana, autor de
conjunto de pinturas sobre asesinos seriales y coleccionista de memorabilia y obras de arte provenientes tales
personajes; el otro, su amigo Tobias Allen, tambin coleccionista, famoso por crear un juego de mesa sobre asesinatos
seriales prohibido en Canad. Staton y Allen han curado juntos varias muestras en galeras de arte con trabajos
realizados por asesinos seriales. El film los sigue en su viaje a Houston, Texas, para la inauguracin de una muestra de
Elmer Wayne Henley, quien a principios de la dcada de 1970 fue arrestado por infanticidio serial. Tambin registra
una entrevista con Henley, el recorrido de los coleccionistas a las locaciones de los hechos, su visita a la madre del
asesino, las acciones de protesta ante la muestra y a los compradores de tales trabajos artsticos. De igual manera, el
documental trata de otro coleccionista, Joe Coleman, considerado el primer artista retratista de asesinos socipatas.
Collectors fue el primer film producido por la compana de Julian Hobbs, AbjectFilms.
www.abjectfilms.com/collectors.htlm
6
ROYAL ACADEMY OF ARTS (London). Op. cit., p. 198.
7
Mother and Child no presente en Sensation- es una de las obras de Hirst que ms ha impactado al pblico; consiste
en una vaca y un ternero seccionados longitudinalmente; cada mitad est suspendida en su propio tanque de vidrio,
los que se ubican uno junto a otro sin el espacio suficiente para transitar entre ambos, impidiendo observar en detalle
el interior de los animales. Cada par de tanques las dos mitades de la vaca y las dos mitades del ternero- estn
ubicados de manera que los animales quedan enfrentados, como si uno estuviese contemplando al otro. Esta obra le
vali el premio Turner, un ao despus de que la exhibicin de su Pareja Muerta Follando Dos Veces (un toro y una
vaca tambin suspendidos en un tanque de formaldehdo) fuese prohibida en New York.
8
ELIOT, T.S. Selected Prose. London: Harmondsworth, 1965, p. 102.
- el ttulo de la obra trabaja en tensin con la pieza misma y con el tab sobre la muerte en
nuestra cultura
Los ttulos juegan usualmente un importante rol en el trabajo de Hirst.
A Thousand Years (Un Millar de Aos) es un trabajo que incoprora una cabeza de vaca criadero
de gusanos-, moscas y un insectocutor. Es la obra ms transgresora si se tiene en cuenta que
presenta la muerte misma a la vista del espectador, as como otros elementos innovadores, en este
caso el olor o, mejor dicho, el hedor9.
Away from the Flock (Fuera -o Lejos- del Rebao) es una pieza compuesta por un cordero blanco
con cabeza y patas negras suspendido en un tanque de vidrio y acero blanco; en interaccin con el
ttulo, evoca separacin, aislamiento, soledad y abandono en relacin a la infancia.
Isolated Elements Swimming in the Same Direction for the Purpose of Understanding
(Elementos Aislados Nadando en la Misma Direccin con el Propsito de Comprender ) consisten en
un gran gabinete de seis estantes, cada uno de los cuales contiene entre cinco y siete cajas de
plexigls con un pez suspendido, todos diversos e igualmente orientados, como nadando en fila.
Molyneux los lee como individuos parte de un colectivo conformista, mas aislados y hermticamente
separados una serie en el sentido sartreano, una profundamente falsa visin de la vida desde la
perspectiva de Lukcs, pero exitosa y poderosa expresin visual de una experiencia cotidiana de la
sociedad alienada.
La evaluacin final de Molyneux ve los trabajos de Hirst como la confluencia de un numero de corrientes
artisticas: la que lo filia a Francis Bacon en los temas de carne enmarcada y enjaulada lo lleva hasta un
eco de la gran res abierta de Rembrandt; el uso de materiales ready made lo filia a la corriente que ha
realizado arte a partir de jugadas aparentemente antiartisticas, mezclando grandes dosis de lo ldico con
una gran seriedad; el uso de vidrio tambin lo acerca a la gran obra de Marcel Duchamp tanto como a las
vitrinias de Jospeh Beuys, en tanto formalmente expanden los trabajos de Sol LeWitt, y su despliegue de
lo bajo enlaza con Andy Warhol.
Jake y Dinos Chapman (Cheltenham, 1966/London, 1962) aparecen representados por dos trabajos:
Great Deeds against the Dead (Grandes Hazaas contra el Muerto), una reconstruccin en fibra de
vidrio a tamao natural de un grabado de Goya de la serie de los Desastres de la Guerra: aquel que
muestra brutales escenas de empalamiento tomadas de la revuelta de los campesinos espaoles
contra la ocupacin de la armada napolenica. Pilas de cuerpos muertos, gente sufriendo el garrote,
mutilada y hecha pedazos. La obra de los Chapman nos presenta dos figuras atadas a un rbol,
castradas, decapitadas y sin brazos, los que cuelgan de una rama, en tanto sus cabezas han sido
empaladas.
Londres fue tambin asiento de otra muestra que levant el escndalo: Body Worlds (Mundos Corporales). Montada
en 2002 y, para entonces ya vista por ms de ocho millones y medio de personas en Japon, Mannheim, Viena, Basilea,
Colonia, Oberhausen, Berlin y Bruselas, la exposicin estaba conformada por cuerpos humanos o partes de ellos
sometidos a plastinacin, una tcnica que sustituye sus fluidos por una sustancia plstica a los fines de su
conservacin y solidificacin. Esta tcnica fue creada por un anatomista de la Universidad de Heidelberg, Gunther von
Hagens, en 1977 con el fin de facilitar los estudios anatmicos como puede verse en el thriller alemn Anatomie
(Stefan Ruzowitzky, 2000), ambientado en ese centro de estudios y cuya trama gira alrededor de una prctica
antihipocrtica. En 1990 von Hagens logra realizar la plastinacin de un cuerpo completo, y es l mismo quien propone
la exhibicin de sus resultados desde una perspectiva artstica. La muestra, que suscit ms de un atentado en su
asiento londinense, ha sido comparada por sus detractores con las ferias de curiosidades que hicieran famoso a John
Merrick, el Hombre Elefante; quienes la apoyan recuerdan la belleza de los dibujos anatmicos de Leonardo.
Actualmente (2005-2006) la muestra tiene asiento en Toronto y Filadelfia y pasar luego a Denver (Chicago) y St. Paul
(Minessotta). La exposicin ya lleva dos ediciones distintas y ha sido vista a la fecha por ms de 17 millones de
personas. www.bodyworlds.co.uk. Vase ms abajo un artculo de Radar.
relacionados con el punk intentaron jugar con la svstica para shockear valores, intento al que el
socialismo se opuso firmemente. Si es la irona lo que sostiene el trabajo de los Chapman, esta obra
parece haber sido capturada por aquello que intenta ironizar. Por su lado, el catlogo desconoce la
lectura de la obra como pedoflica (ni siquiera la discute) y habla de ella en trminos de agenericidad, manifestaciones autorreproducidas de excesiva energa libidinal liberada de soslayo 10.
El hecho de que esta obra fue emplazada en una sala habilitada solamenta para mayores de 18 aos
en una exposicin con presentaciones como, por slo tomar una, la otra obra de los mismos autores,
nicamente puede leerse como un reconocimiento tcito de las relaciones de esta pieza con la
pedofilia o de su percepcin como tal por parte del espectador 11. Molyneux recuerda los argumentos
que se han esgrimido a la hora de defender la Lolita de Nabokov: ofrecer importantes insights sobre
la naturaleza de la conducta, o que la pedofilia es tan slo un elemento entre otros de una obra de
todas maneras valiosa, o que, a pesar de su relacin con la pedofilia, la obra posee valiosas
caracteristicas en lo referente a su factura.
Chris Ofili (Manchester, 1968) es el autor de otra de las obras que levantaron la intolerancia del pblico,
esta vez en el Brooklyn Museum of Art12: La Santa Virgen Mara como una Madonna africana, realizada
con excrementos de elefante y ornamentada perifricamente con vulvas -recortadas de fotografas de
revistas pornogrficas- a la manera de ngeles. Los argumentos de Rudolph Giuliani, alcalde de New
York, para lograr el levantamiento de la muestra -ya inaugurada en el Brooklyn Museum of Art pero que
no haba visto- se basaron especialmente en el ataque a esta obra 13.
Ron Mueck (Melbourne, 1958)
Dead Dad (Pap Muerto) es una escultura de fibra de vidrio a escala natural del cuerpo yacente y
desnudo de un hombre de edad.
Mat Collishaw (Nottingham, 1966)
Bullet Hole (Agujero de Bala) es un enorme close-up de una cabeza herida montada sobre quince cajas
de luz.
Marc Quinn (London, 1964)
Self (Yo) es un colado de plexigls de la cabeza del artista relleno con su propia sangre.
Jenny Saville (Cambridge, 1970)
Los trabajos de la artista son grandes desnudos a la manera de Lucien Freud, algunos enfocados en el
tema de la obesidad femenina como un posible.
Sarah Lucas (London, 1962)
Au Naturel reune una serie de objetos de claro simbolismo sexual: pepinos, naranjas, melones, un cubo,
dispuestos sobre un colchn.
Two Fried Eggs and Kebab14 acude al sexismo, la jerga callejera y Magritte.
Sod You Gits realizado con enormes ampliaciones de fotocopias del Sunday Sport que exponen -y
copian- la estrategia de asalto de la cultura alienada del tabloide.
Tracey Emin (London, 1963)
Everyone I Have Ever Slept With, 1963-95 (Cada Uno de Aquellos con los que Dorm, 1963-1995), es
una carpa de camping con nombres bordados en su interior, entre los que se cuentan los de sus amantes,
el de su su hermano y el del hijo que la artista perdiera durante un embarazo.
Mona Hatoum (Beirut, 1952) exilada palestina, es considerada otra figura clave de la coleccin.
Deep Throat (Garganta Profunda) es su nico trabajo en la muestra: un film que muestra su garganta
en medio de un plato en un lugar ubicado sobre una mesa. Dos aos antes de Sensation, en 1995,
10
Ib., p. 194.
11
La publicidad britnica de la muestra anunciaba explcitamente Habr expuestas obras de arte en la muestra
Sensation que mucha gente hallar desagradables. Quedar al criterio de los padres traer a sus hijos a la muestra.
Una sala no estar abierta a menores de 18 anios.
12
Scott LoBaido, un artista de Staten Island, fue arrestado por expresar su propia creatividad arrojando estircol de
caballo en el museo al trabajo de Ofili, al que llam paliza Catlica. A posteriori de este acontecimiento, el museo
emplaz la obra tras un cristal como medida de seguridad. El 20 de octubre un juez desestim la condena de LoBaido.
El 16 de diciembre Dennis Heiner, de 72 aos, es arrestado por perjuicio criminal luego de untar pintura blanca sobre
la obra de Ofili alentado por su esposa y por encontrar a la obra insultante para con los cristianos.
13
Vase infra.
14
Especialidad culinaria de origen rabe, muy conocida mundialmente como una de las ofertas de comida rpida en
el mundo globalizado. Un enrome nmero de delgadas fetas de carne se cocinan ensartadas unas sobre otras en un
alto pincho erguido que gira sobre s mismo. A medida que la superficie de este cilindro de carne se va asando, de
recortan tiritas de carne; combinadas con otros ingredientes como verduras, se colocan en un pan hueco que funciona
como recipiente de la mezcla.
Hatoum estuvo representada en la muestra del Turner Prize por dos trabajos: Light Sentence y Corps
Etranger.
Richard Billingham (Birmingham, 1970)
Serie de fotografas que representan miembros de su familia, principalmente sus padres, con
aparentemente alarmante candor en su vida cotidiana de alcoholismo, miseria, suciedad y cenas con TV.
Rachel Whiteread (London, 1963) es conocida por sus vaciados en yeso u otros materiales del interior o
de los fondos de las cosas, su espacio negativo. En la actualidad, uno de sus trabajos ms reconocidos es
el Monumento Conmemorativo del Holocausto en la Judenplatz de Viena, al que se ha llamado The
Nameless Library (La Biblioteca Annima): un enorme colado en concreto del interior de una biblioteca,
lugar de silenciosa dignidad, pleno de estudio y reflexin, de preservacin de los valores de la civilizacin
en timepos de barbarie y de registro de la historia. Recientemente erigido, para la poca de la muestra
Sensation slo exista como proyecto cuya concrecin enfrentaba enormes dificultades. Whiteread estuvo
representada en esta exposicin por cinco obras en las que, como es habitual en su trabajo, a travs de
sus vaciados, hace visible lo invisible el espacio- de cosas domsticas, familiares que, as, se se vuelven
simultneamente poco familiares. Molyneux filia estos trabajos con aquellos en los que Christo,
empaquetgando grandes y conocidas construcciones con el fin de borrar en ellas lo decorativo y
ornamental, ha expresado su deseo de poner en evidencia la estructura subyacente de la arquitectura; la
diferencia entre ambos radica en que el trabajo de Whiteread evidencia lo estructural en reversa;
Untitled (One Hundred Spaces) (Sin Ttulo [Cien Espacios]) consiste en el visualmente atractivo
conjunto de cien vaciados de resina de colores varios de los espacios existentes entre sillas y
banquetas.
Untitled (Bath) (Sin ttulo [Baera]) realizada en yeso blanco con una tapa de vidrio, condensa una
serie de asociaciones: el esmalte del fro cuarto de bao que alguna vez marc la distancia entre la
pequenia burguesa inglesa en su contraste con el latn de la clase obrera; tambin el bao como sitio
de muerte, donde el yeso blanco, en su recuerdo de lo ptreo y lo marmreo, acerca la pieza al
sarcfago.
Untitled (Orange Bath) (Sin ttulo [Baera Naranaja]) realizada en goma y poliestireno y portadora
de un enorme atractivo tctil, evoca una gran goma de borrar partida en dos, rayada con las uas o
con los bordes gastados por el uso.
Untitled (Square Sink) (Sin ttulo [Fregadero Cuadrado])
Ghost (Fantasma) es el vaciado del interior de una habitacin victoriana; posee una extraordinaria
presencia y un gran misterio, pues no hay una relacin fcil entre el objeto vaciado y el vaciado
mismo. Molyneux relata el efecto que este trabajo le produjo, obligndolo a comprimirse contra las
paredes de la galera (o las paredes de la habitacin ya no presente), como una especie de
claustrofobia en reversa. Sealando cmo el ttulo resume la presencia de una ausencia, la
materializacin de la memoria, destaca el hecho de que el trabajo de Whiteread permita hablar de
fantasmalidad ante los mil pies cbicos aproximados de un cubo blanco aparentemente slido pues,
adems, parece hecho de concreto. Este trabajo tiene su antecedente en un trabajo previo de la
artista denominado House15.
Los otros artistas que participaron de Sensation son Darren Almond, Glenn Brown, Simon Callery, Adam
Chodzko, Mat Collishaw, Keith Coventry, Peter Davies, Cerith Wyn Evans, Paul Finnegan, Mark Francis,
Alex Hartley, Gary Hume, Michael Landy, Abigail Lane, Langlands & Bell, Martin Maloney, Jason Martin,
Alain Miller, Jonathan Parsons, Richard Patterson, Simon Patterson, Hadrian Pigott, Marc Quinn, Fiona
Rae, James Rielly, Yinka Shonibare, Jane Simpson, Sam Taylor-Wood, Gavin Turk, Mark Wallinger y Gillian
Wearing16.
La repercusin de Sensation
En 1998, Sensation tambin fue una exitosa exhibicin en la Kunsthalle de Berln, lo que llev a
extender la duracin de la muestra: el cierre, inicialmente planeado para el 28 de diciembre, aconteci
finalmente el 17 de enero de 1999. La repeticin del suceso la volv una muestra sumamente apetecible
para ser presentada en otros mbitos. As, Sensation tendra una tercera locacin el Brooklyn Museum
of Art de New York- y una emisin quizs ms controvertida an que la inicial.
Siendo ya de dominio pblico la llegada de Sensation al otro lado del Atlntico y esperando su
apertura para principios de octubre, el 16 de septiembre de 1999 en New York, William Donahue,
presidente de la Liga Catlica por los Derechos Civiles y Religiosos declar no conocer otra empresa,
15
House estuvo emplazado en el Grove Road de Bow -un rea tradicionalmente asociada a la clase trabajadora-, en
un espacio diferenciado en tanto haba sido relevado por una excavadora. House, erigida como obra temporaria, fue
demolida en 1994 por desicin de las autoridades locales, accin que estuvo rodeada por un nmero de controversias.
16
Sobre estos artistas, puede verse COLLINGS, Matthew. Blimey! From Bohemian to Britpop: The London Artworld
from Francis Bacon to Damien Hirst, libro que se ha comentado como irnico y una suerte de hagiografa
postmoderna.
profesin o industria que permita perpetrar tantos fraudes en su seno como la comunidad artstica. La
Liga Catlica llam a los neoyorquinos a un boicot contra el Brooklyn Museum y envi cartas al Consejo
de la Ciudad de New York pidiendo que excluyese al museo de su parte de los fondos pblicos. El 23 del
mismo mes, el Alcalde de New York Rudolph Giuliani realiz su primera declaracin en oposicin a la
muestra, declarndola insultante para los Catlicos, observando que no hay nada en la Primer
Enmienda que sostenga proyectos horribles y disgustantes y que si uno va a utilizar los dlares de
los contribuyentes, debe ser sensible a los sentimientos del pblico.
Norman Siegel, en representacin de la Unin Neoyorquina de Libertades Civiles, declar
inmediatamente que una vez que el gobierno, utilizando fondos pblicos, obliga a los artistas a suprimir
visiones no populares, estamos desbarrancando la Primer Enmienda por un peligroso camino. El cardenal
catlico John OConnor hizo sus declaraciones en contra de la muestra desde el plpito de la Catedral de
San Patricio en el sermn del 26 de septiembre. Al da siguiente, Hillary Clinton, como candidata para
Senadora por New York contra el Alcalde Giuliani, declar compartir el sentimiento que saba que muchos
neoyorquinos tenan respecto a que partes de la exhibicin era profundamente ofensiva, por lo cual no
iria a verla, pero asimismo critic a Giuliani diciendo que no era apropiado penalizar y castigar a una
institucin como el Brooklyn Museum of Art. El 28 de septiembre, el abogado del museo, Floyd Abrams,
inici acciones preliminares de intimacin contra la ciudad. El Grupo de Instituciones Culturales, una
asociacin de treinta y cuatro museos, teatros, jardines botnicos, parque zoolgicos y sociedades
histricas, apoy al Brooklyn Museum of Art.
El 29 de septiembre, el senador Robert C. Smith propuso que, de acuerdo con el Proyecto de Ley
S. 1650 del Senado sobre fondos federales, un Acta del Departamento de Trabajo, Salud y Servicios
Humanos y Educacin y Agencias de Apropiacin Relacionadas, se cancelasen los fondos reservados para
el Brooklyn Museum of Art a menos que la muestra fuese inmediatamente cancelada por contener
imgenes obscenas y pornogrficas, una imagen de la Virgen Mara desacralizada por heces animales y
otros ejemplos de intolerancia religiosa. El 30 de septiembre Giuliani acus a Saatchi y al sponsor de la
muestra, la casa de remates Christies, de estar realmente comprometidos en una conspiracin para
producir un impacto que les permitiese vender obras a mayores valores 17. El Pueblo por el Tratamiento
tico de los Animales (PETA) y la Liga Brooklyniana para la Defensa del Animal, lanzaron una declaracin
llamando a la protesta en las puertas del museo el da 2 de octubre (da de la inauguracin de Sensation)
con el fin de promover el vegetarianismo a causa de obras como This Little Piggy Went to Market, This
Little Piggy Stayed Home y Un Millar de Aos de Damien Hirst. Segn la presidenta del PETA, Ingrid
Newkirk, esto no tiene nada que ver con la libertad de habla o de expresin; tiene que ver con
la tica. El trabajo de Hirst es producto del sufrimiento animal y no tiene lugar alguno
contribuir con la muetre de cualquier ser sintiente por razones frvolas, incluso si se las llama
arte.
El 1 de octubre, en la vspera de la inauguracin de Sensation, la Ciudad de New York retuvo la
asignacin mensual de U$S 497.554.- para el Brooklyn Museum of Art, situacin que fue agregada por la
institucin a su alegato por perjuicios que, hasta unos das antes, slo involucraba a Giuliani. El Centro
Estadounidense PEN de escritores puso una solicitada en el New York Times en defensa de la libertad
artstica en New York18.
El 2 de octubre, en la inauguracin de la muestra, la Liga Catlica reparti bolsitas para vmito
en el ingreso del museo, en tanto entonaba himnos y rezaba rosarios. Al da siguiente, el vocero de
prensa de la Casa Blanca, Joe Lockhart, declaraba que el Presidente Bill Clinton respaldaba la posicin de
su esposa ante la exposicin, en tanto el candidato presidencial republicano George W. Bush, en su visita
a New York, respald la posicin de Giuliani declarando que pensaba que no se deben utilizar fondos
pblicos para denigrar la religin.
Entretanto, la Cmara de Representantes otorga a la Ciudad de New York la no obligatoriedad en
la entrega de fondos al Brooklyn Museum of Art. El 5 de octubre el museo declara a la prensa que el
Alcalde conoca la naturaleza de la muestra desde haca dos meses y no haba realizado objecin alguna.
El 8 de octubre el director del Museo, Arnold Lehman habla en la corte federal. Finalmente, el 1 de
noviembre la Jueza Nina Gershon ordena a la ciudad no slo reponer los fondos que fueron negados al
17
Jenny L. Blyth, curadora de la Saatchi Gallery de Londres haba declarado por escrito al cierre de la muestra en
Londres que no hay planes ni nunca los ha habido de vender obra alguna de la muestra Sensation, ni ahora ni en el
futuro, a travs de Christies o por cualquier otro medio. Pero jams mencion las intenciones de comercializar otras
obras realizadas por los artistas de la muestra. En lo contante y sonante puede apuntarse que en diciembre de 1998
Saatchi vendi ciento veintiocho obras de su coleccin, includas algunas realizadas por artistas que fueron mostrados
en Sensation una de ellas, v.g., The Lovers, de Damien Hirst-, por un monto total de 1.626.560.(aproximadamente. $2.638.824.-). Otra declaracin posterior de Blyth informaba que "el Sr. Saatchi vende arte con el
fin de comprar ms arte, o financiar su museo, o como en el caso de la venta de Christies el ao pasado, para crear
becas en cinco escuelas de arte londinenses y para ofrecer pedidos de obra a artistas recomendados por esas escuelas
de arte [...] Es esperable que algunos de aquellos a quienes se comisiona obra sean exitosos, ingresen a la coleccin y
sean expuestos".
18
Entre los firmantes se encuentra la galerista Mary Boone, quien pocos das antes, el da 29 de septiembre, haba
sido arrestada por distribucin ilegal de municiones" a causa de la muestra del artista Tom Sachs en la Fifth Avenue
Gallery; otro de los firmantes fue el artista Andres Serrano, quien haba sido objeto de similares problemticas por su
fotografa de Cristo en Pis.
Brooklyn Museum of Art sino tambin no repetir semejante conducta, sentenciando que la Ciudad ha
admitido ahora lo obvio; ha reconocido que su propsito est directamente relacionado no slo con el
contenido de la muestra sino con los particulares puntos de vista expresados 19.
En un interesante artculo del New York Times, David Barstow investiga un nmero de
entretelones que permitieron la llegada de Sensation al Brooklyn Museum of Art20. La disputa pblica que
encendi esta exposicin en su tercera sede hech luz sobre los ocultos conflictos que suelen enfrentar
los ejecutivos de museos ante los problemas que tienen para financiar grandes exposiciones cuyos
montos superan los fondos pblicos con los que cuentan y para lo cual acuden a donaciones de
corporaciones, fundaciones y fortunas privadas. Los expertos en tica museal opinan que el problema de
base radica en que lo que entra en juego es nada menos que la integridad y la independencia de estas
instituciones, las cuales reciben un sostn pblico a los fines de realizar exposiciones sobre las bases del
mrito cultural de las misma. Marie C. Malaro, una abogada que en 1998 se retir siendo directora del
Graduate Program in Museum Studies de la George Washington University de Washington, D.C., subray
la diferencia entre las actuales prcticas de sponsoreo y la tradicional idea de filantropa corporativa
entendida como un presente para con la comunidad. Muchas instituciones, por ejemplo el Broooklyn
Museum of Art, poseen reglas que se oponen a la exhibicin de piezas disponibles a la venta. Al mismo
tiempo, la lnea entre el sponsoreo artstico y los provechos corporativos se vuelve borrosa cuando, como
se sealara a manera de ejemplo, un museo como el Metropolitan Museum of Art de New York monta una
enorme exposicin especial de orfebrera de Cartier realizada entre 1900 y 1930 y esa muestra es
sponsoreada por la misma firma. Pero Sensation parece haber borrado totalmente esa lnea, pues hasta
su inauguracin nadie ha podido citar exposicin alguna que previamente haya estado tan abiertamente
ligada a los intereses financieros de los principales sostenedores de la muestra.
Arnold Lehman, el director del Brooklyn Museum of Arte y conocido como adepto a incrementar
los ingresos del museo a travs de agresivas tcticas de mercado, declar que era ingenuo pensar que
bancos, compaas de seguros u otros sponsoreasen muestras de arte sin pensamiento alguno en los
beneficios comerciales, sean estos propsitos publicitarios, promocionales o cualesquiera otros que
respalden sus negocios, cosa que no es para nada vergonzante.
Una carta de Lehman atestigua que, planeando ya llevar Sensation a su Museo, un representante
del museo pidi a Saatchi que garantizase el costo total de la muestra, a lo que ste, quien amas parte
sustancial de su fortuna comprando y vendiendo arte contemporneo, se neg, acordando cubrir el
seguro de la exposicin.
En abril, das antes de que el museo revelara el proyecto de montar Sensation, Bill Zysblat, el
representate del cantante David Bowie, sin revelar la identidad de su representado, se contact con
Lehman para informarle que un cliente suyo estaba interesado en respaldar la muestra. Bowie, amigo
personal de Saatchi y de algunos artistas de la muestra, tambin posee obra de stos, includa una
temprana pintura de Damien Hirst. Lehman, quien esperaba obtener del cliente de Zusblat
aproximadamente U$S 100.000.-, al conocer la identidad del interesado y recurriendo a su conocida
poltica agresiva, propuso a Bowie (quien habra aportado una donacin personal de U$S 75.000.-) ser la
voice-over del audio-tour de la muestra, lo que Bowie acept sin percibir cobro alguno de honorarios.
Poco despus, Ultrastar Internet Services, la compaa privada con fines de lucro creada por Bowie y
Zysblat poco antes para comercializar productos artsticos, indumentaria y membrecas del club de fans
del cantante, recibi el derecho de mostrar la exposicin Sensation en la pgina personal del artista:
www.davidbowie.com. Publicitada como la muestra ms importante desde el Armory Show de principios
de siglo, el costo tcnico que el montaje virtual de Sensation les report (U$S 75.000.-), les permiti
casi cuatriplicar el trfico mercantil en el web site del artista: los dos millones de visitantes mensuales de
la pgina ascendieron en las primeras tres semanas de la apertura virtual de Sensation el 2 de octubre,
esto es, en paralelo con la apertura real en el museo- a siete millones y medio.
Lehman y su equipo de asistentes habran solicitado donaciones de al menos U$S 10.000.- a los
marchands representantes de artistas cuyas obras componan la muestra. Larry Gagosian, un conocido y
prominente comerciante de arte contemporneo de New York, amigo de Saatchi y representante de
varios artistas includos en la exposicin, declar haber abonado U$S 10.000.- por cubiertos para una
comida destinada a recaudar fondos para poder montar Sensation. En otra carta a un asociado, Lehman
argumenta que las contribuciones solicitadas a los comerciantes eran en sus propios buenos intereses.
En la misma tesitura, a cambio de un monto de esponsoreo de U$S 50.000.-, se ofreci a Christies
sponsor de la muestra en Londres en tanto casa que comercializa las obras de la coleccin de Saatchi-,
acceso especial al museo includo el uso indiscriminado de sus instalaciones libre de los usuales U$S
5.000.- abonados en concepto de locacin-, lo que favoreca a Christies y su remate de arte
contemporneo de noviembre, donde se ofrecan a la venta obras de varios artistas presentes en
Sensation. Lehman tambin se habra asegurado, adems de los fondos pblicos, una finaciacin de U$S
160.000.- por parte de Saatchi para una muestra que estim tendra un costo aproximado de U$S
2.000.000.-.
19
Una controversia tan grande tanto o mayor que la inicialmente surgida en Londres dos aos
atrs- tambin tuvo esta vez su lado negativo. Estando an abierta la muestra en New York, Brian
Kennedy, director de la National Gallery de Australia anunci el 27 de noviembre, tras discutirlo con el
Ministro Federal para las Artes Richard Alston, el diputado Peter McGauran y otros miembros del gobierno
Howard, que la muestra, programada all para junio del 2000, no sera montada. Esto fue visto como un
acto de autocensura basado en la decisin, en tanto intitucin pblicamente sostenida, de no montar una
muestra que ha sido centro del furor en New York acerca de temas que han oscurecido la discusin de
los mritos artsticos de la obra de arte. Las excusas ulteriores se basaron en un contrato no finalizado,
la capacidad insuficiente de la galera para albergar la muestra, la tica comercial de albergar una
coleccin de arte formada y promovida por el millonario publicista y comerciante en arte Charles Saatchi
y, por lo tanto, tan ligada a los avatares mercantiles, etc. En su lugar se montara A Impressionist
Legacy, una muestra sostenida por el gigante transnacional de la alimentacin, The Sara Lee Co.,
propietaria de cada una de las piezas de la exhibicin.
La decisin de la National Gallery de Australia levant controversias. Entre aquellos que la
apoyaron estuvo Giles Auty, crtico de arte en jefe de la Murdochs Australian quien, en un artculo
titulado Bravo Brian Kennedy por echar al retrete el arte malo, sostuvo que la censura era necesaria y
normal, argumentado que si los aborgenes reciben tratamientos especiales bajo la ley australiana,
aquellos que se oponan a la desicin de la NGA estaban discriminando a los cristianos, quienes no
deberan ser una excepcin en cuanto a su proteccin; dado que en Australia hay muchos ms
practicantes cristianos que aborgenes, preguntaba Por qu la sensibilidad de una considerable
proporcin de nuestra sociedad no cuenta para nada?. As se liaba abiertamente la censura a la
proteccin y la consideracin para anular el derecho a formarse una opinin propia de los valores de la
muestra y las obras que la constituyen. No obstante, The Museum of Contemporary Art de Sidney, una
importantsima intitucin, no realiz declaracin alguna sobre el asunto, as como tampoco las figuras
lderes de la escena artstica contempornea de Australia organizaron protesta alguna a los fines de
encender la alarma por este ataque a los derechos democrticos. Esta cancelacin se encadena con otros
ataques a la libertad artstica en el pas: en octubre de 1997 la National Gallery de Victoria cerr la
exposicin de Andrs Serrano en que podia verse su fotografa de Cristo en Pis, luego de ser sujeto de
ataques verbales y fsicos por parte de grupos defensores de los derechso cristianos; en 1998 se
censuraron el film Sal de Pasolini y el documental Sick: the Life and Death of Bob Flanagan
Supermasochist (Enfermo: la Vida y la Muerte de Bob Flanagan Supermasoquista-); en 1999, la liberal
MP Trish Draper, respaldada por otros varios MPs gubernamentales, intent censurar en los cines
australianos el film Lolita21.
Continuando tcitamente con el escandaloso suceso de Sensation y con la esperanza de shockear
nuevamente a sus visitantes con una muestra que, para algunos podra ser perturbadora y
atemorizante, la Real Academia de Londres mont entre el 23 de septiembre y el 15 de diciembre de
2000 Apocalypse. Beauty and Horror in Contemporary Art (Apocalipsis. Belleza y Horror en el Arte
Contemporneo). La exposicin se propona demostrar las posibilidades que abraza el arte en el mundo
en que vivimos ofreciendo un conjunto de temas inspirado por la llegada del siglo XXI: la riqueza, la
belleza, el horror, la complejidad y la diversidad del mundo contemporneo; en fin, una historia de
extremos, una interpretacin secular y contemporanea del relato biblico de San Juan que contiene
elementos que van de los horrores del genocido a la belleza de la utopa. Present instalaciones, pinturas,
esculturas, videos y obras multimediticas con tecnologa de punta, la mayor parte de ellos trabajos
inditos. Por primera vez en la historia de la Academia, cada artista tendra su propia galera.
Nuevamente con la anuencia del avasallante director de la institucin, Norman Rosenthal, podan verse
entre otras obras, Flex -un video de Chris Cunningham de sexo y violencia estilizados pero explcitos,
con banda sonora de Richard James, los Aphex Twin-, una figura del Papa fulminado por un meteorito que
haba atravesado techo y piso de la galera (Mauricio Cattelan) y un apilamiento de basura22.
Si para Rosenthal el shock no es gratuito. El shock es siempre serio, Peter Blake, el artista pop
miembro de la Real Academia, se mostr ms preocupado y menos seguro, temeroso porque el recurso
al Apocalipsis pareca ser deplegado para la controversia. De hecho, el pblico prefiri adjetivar a las
obras diciendo que ellas era controvertidas, y no shockeantes. Apocalypse se plante comprometer a los
visitantes con un flujo emocional basado en temas como la violencia, la creencia religiosa, la sexualidad
y el genocidio. El video de Cunningham se expona en un perodo en que los censores flmicos britnicos
se haban llamado a sosiego respecto a los items del sexo y la violencia, alineados con el gusto del
pblico; una obra como la de Cattelan se enfrentaba en Apocalypse con un pblico esencialmente
protestante y, por lo tanto, alejado empticamente de la figura del Papa...
Apocalypse, como se deduce de lo dicho hasta aqu, ya no solamente mostr YBAs, pues la edad
de algunos expositores superaba los cincuenta aos, no eran exclusivamente britnicos haba otra cinco
21
NICHOLS, Jason, PHILLIPS, Richard. National Gallery of Australia Cancels Sensation Exhibition. December 29th,
1999.
22
http://www.absolutearts.com/artsnews/2000/09/28/27501.html
Ademas de los artistas mencionados, formaron parte de la muestra Angus Fairhurst, Mike Kelley, Tim Noble & Sue
Webster, Richard Prince, Wolfgang Tillmans and Luc Tuymans.
24
DILLEY, Ryan. Art's Shock Treatment. BBC on Line (London). Wednesday, September 20th, 2000.
http://news.bbc.co.uk/1/low/uk/932150.stm
25
La pieza es de autora de Marcus Harvey
una obra de arte, ni situarla dentro de una jerarqua, posibilidad que se fue eclipsando a partir de la
revolucin cubista y desapareci del todo con la no figuracin. En la actualidad todo puede ser arte y
nada lo es, segn el soberano capricho de los espectadores, elevados, en razn del naufragio de todos los
patrones estticos, al nivel de rbitros y jueces que antao detentaban slo ciertos crticos.
El nico criterio ms o menos generalizado para las obras de arte en la actualidad no tiene nada
de artstico; es el impuesto por un mercado intervenido y manipulado por mafias de galeristas y
marchands y que de ninguna manera revela gustos y sensibilidades estticas, slo operaciones
publicitarias, de relaciones pblicas y en muchos casos simples atracos.
Hace ms o menos un mes visit, por cuarta vez en mi vida (pero sta ser la ltima), la Bienal
de Venecia. Estuve all un par de horas, creo, y al salir advert que a ni uno solo de todos los cuadros,
esculturas y objetos que haba visto, en la veintena de pabellones que recorr, le hubiera abierto las
puertas de mi casa, aunque me lo suplicaran de rodillas. El espectculo era tan aburrido, farsesco y
desolador como la exposicin de la Royal Academy, pero multiplicado por cien y con decenas de pases
representados en la pattica mojiganga, donde, bajo la coartada de la modernidad, el experimento, la
bsqueda de "nuevos medios de expresin", en verdad se documentaba la terrible orfandad de ideas, de
cultura artstica, de destreza artesanal, de autenticidad e integridad que caracteriza a buena parte del
quehacer plstico en nuestros das.
Desde luego, hay excepciones. Pero, no es nada fcil dectectarlas, porque, a diferencia de lo que
ocurre con la literatura, campo en el que todava no se han desmoronado del todo los cdigos estticos
que permiten identificar la originalidad, la novedad, el talento, la desenvoltura formal o la ramplonera y
el fraude y donde existen an -por cunto tiempo ms?- casas editoriales que mantienen unos criterios
coherentes y de alto nivel, en el caso de la pintura es el sistema el que est podrido hasta los tutanos, y
muchas veces los artistas ms dotados y autnticos no encuentran el camino del pblico por ser
insobornables o simplemente ineptos para lidiar en la jungla deshonesta donde se deciden los xitos y
fracasos artsticos.
A pocas cuadras de la Royal Academy, en Trafalgar Square, en el pabelln moderno de la National
Gallery, hay una pequea exposicin que debera ser obligatoria para todos los jvenes de nuestros das
que aspiran a pintar, esculpir, componer, escribir o filmar. Se llama Seurat y los baistas y est dedicada
al cuadro Los baistas de Asnires, uno de los dos ms famosos que aquel artista pint (el otro es Un
domingo en La Grande Jatte), entre 1883 y 1884.
Aunque dedic unos dos aos de su vida a aquella extraordinaria tela, en los que, como se
advierte en la muestra, hizo innumerables bocetos y estudios del conjunto y los detalles del cuadro, en
verdad la exposicin prueba que toda la vida de Seurat fue una lenta, terca, insomne, fantica
preparacin para llegar a alcanzar aquella perfeccin formal que plasm en esas dos obras maestras.
En Los baistas de Asnires esa perfeccin nos maravilla -y, en cierto modo, abruma- en la
quietud de las figuras que se asolean, baan en el ro, o contemplan el paisaje, bajo aquella luz cenital
que parece estar disolviendo en brillos de espejismo el remoto puente, la locomotora que lo cruza y las
chimeneas de Passy. Esa serenidad, ese equilibrio, esa armona secreta entre el hombre y el agua, la
nube y el velero, los atuendos y los remos, son, s, la manifestacin de un dominio absoluto del
instrumento, del trazo de la lnea y la administracin de los colores, conquistado a travs del esfuerzo;
pero, todo ello denota tambin una concepcin altsima, nobilsima, del arte de pintar, como fuente
autosuficiente de placer y como realizacin del espritu, que encuentra en su propio hacer la mejor
recompensa, una vocacin que en su ejercicio se justifica y ensalza. Cuando termin este cuadro, Seurat
tena apenas 24 aos, es decir, la edad promedio de esos jvenes estridentes de la muestra Sensacin de
la Royal Academy; slo vivi seis ms. Su obra, brevsima, es uno de los faros artsticos del siglo XIX.
La admiracin que ella nos despierta no deriva slo de la pericia tcnica, la minuciosa artesana,
que en ella se refleja. Anterior a todo eso y como sostenindolo y potencindolo, hay una actitud, una
tica, una manera de asumir la vocacin en funcin de un ideal, sin las cuales es imposible que un
creador llegue a romper los lmites de una tradicin y los extienda, como hizo Seurat. Esa manera de
`elegirse artista' parece haberse perdido para siempre entre los jvenes impacientes y cnicos de hoy que
aspiran a tocar la gloria a como d lugar, aunque sea empinndose en una montaa de mierda
paquidrmica26.
Acerca del cuestionamiento del material usado por Ofili, puede verse tambin RAMREZ, Juan Antonio.
"Sensation. Arte Moderno y Excrementos Paquidrmicos. Lpiz. Revista Internacional de Arte (Madrid). N 137,
noviembre de 1997, p. 10-11.
Esta esttica de la agresin se ve eficazmente respaldada por muchos de los textos que el
cantante masculla con su enlatada voz. En el lp Mummy and Daddy encontramos unas letras que
indignaran a ms de una mujer: "You're nothing, cunt's nothing, nothing, zero, just remind yourself (...)
you're a disgrace, you're a total disgrace...". Adems de estas profundas y elaboradas letanas, la banda
presenta a veces sus discos con una imaginera que se mueve entre lo inquietante y lo ambiguo; en este
sentido los perversos dibujos de Trevor Brown ayudan a poner el punto ptimo de calculada "maldad".
La utilizacin masiva del ruido y la bsqueda de su violenta inmediatez no hace ms que encubrir
un pobre discurso repetido a estas alturas hasta la saciedad. Si bien en sus primeros discos y conciertos
Whitehouse an podan convencer o incluso asustar a alguien, hoy da reivindicados como banda de culto
y con apariciones en intelectualizados eventos, se han acabado convirtiendo en una patolgica caricatura.
En este sentido el "mensaje" de Whitehouse no se podra presentar formalmente de otra manera; en los
tiempos que corren la estridencia y el ruido anulan convenientemente cualquier intento de una seria
reflexin crtica. Sin duda es aqu donde Whitehouse se muestran realmente eficaces.
Terapias contra la esquizofrenia
Debi cambiar considerablemente la vida de alguien como David Nebreda cuando a los diecisiete
aos de edad le diagnosticaron una esquizofrenia paranoide. De hecho, la existencia de este atormentado
personaje ha estado marcada profundamente por un agudo desequilibrio mental que intentar exorcizar
de alguna manera a travs de su arte.
Nebreda realiza cuando puede fotografas; se autorretrata de forma peculiar reflejando un
universo mental al que le viene bien adjetivos como sanguinario, atroz o brutal. Adems de "documentar"
de forma casi insoportable el extremo deterioro fsico de su organismo, este artista no duda en especular
con el dolor y la herida que el mismo se provoca en el maltrecho cuerpo. Junto al protagonismo de este
cuerpo enfermo, lacerado o violentado, todo un mundo de elementos y smbolos conviven en su obra.
As, sangre, excrementos, fuego, o ceniza aparecen a veces junto a velas, espejos, o lechos en unos
espacios de una angustiosa y terminal atmsfera.
No vale la pena que nos extendamos demasiado en las caractersticas formales de las fotografas
de Nebreda. No obstante, hay que remarcar que las obras de este outsider presentan una calidad
sorprendente; esta cuestin posiblemente haya que vincularla a la formacin acadmica que recibir en
la facultad de Bellas Artes de Madrid. Es quizs por ello que la historia del arte aparece muchas veces
como referente -buscado o no- en la obra de Nebreda; un ojo entrenado podr encontrar citas ms o
menos evidentes a la pintura gtica, al renacimiento o al barroco hispnico.
La obra de este enfermo mental es poco conocida en Espaa, sin embargo en Francia han tardado
poco en echarle el ojo; en 1998 se expondr por primera vez en el pas vecino las fotografas de Nebreda
provocando sensacin en los "entendidos" ambientes parisinos. Adems de distintas exposiciones y
conferencias sobre su obra, se ha llegado incluso a publicar un libro con la prctica totalidad de su trabajo
fotogrfico. El aval definitivo vendr de la mano del propio Baudrillard, el cual llegar a escribir sobre
Nebreda en uno de sus ltimos libros.
El universo de David Nebreda se aleja de un exhibicionismo violento fcil o gratuito; esta
impregnado como pocos de un profundo malestar existencial y psquico que sobrepasa cualquier lectura
superficial. Su fotografa tiene poco que ver con exabruptos postizos que tanto abundan en algunas
propuestas contemporneas. Sera una lstima que el "reconocimiento oficial" de su trabajo acabara
neutralizando la enorme intensidad de su obra. Aunque quizs esto ocurrira si nos movisemos dentro de
los parmetros normales; y hay que recordar a favor de Nebreda que su obra es producto de su
inseparable anormalidad mental. Es por eso por lo que su fotografa resulta tan sincera.
Vietas snuff27
La crtica del cmic underground dedica elogios de forma unnime a Miguel ngel Martn. Este
enfant terrible de las vietas lleva a sus espaldas ms de veinte aos de trabajo en el campo de la
ilustracin independiente; ttulos como Psycho Pathia Sexualis, Snuff 2000, o Brian The Brain se han
acabado convirtiendo en aclamadas obras de culto.
El mundo de Martn est impregnado de referencias literarias, cinematogrficas o incluso
musicales. En sus cmics se puede encontrar la huella ms o menos evidente de escritores como
Burroughs, Ballard, Lovecraft o Sade entre otros tantos. Tambin el cine de Cronenberg y la msica de
Whitehouse o Esplendor Geomtrico se reflejan a menudo en el peculiar universo Martn. Este universo
nos presenta a unos seres muchas veces sofisticados, que se mueven en espacios modernos y de fra
arquitectura, casi siempre en contextos de deliberada neutralidad anglosajona. Muy a menudo una
mirada documental o de estudiada asepsia impregna unas historias donde cualquier dramatismo o pathos
ha sido eliminado por completo.
27
Films como Hardcore (Paul Schrader, 1979), Videodrome (David Cronenberg, 1983), Testigo Mudo (Mute Witness,
Anthony Waller, 1994), Tesis (Alejandro Amenbar, 1996) y 8 mm (Joel Schumacher, 1999), dieron a conocimiento de
un pblico masivo la existencia de un gnero pesado de la cinematografa ms bien un subgnero del pornogrficodenominado snuff, en el que alguno de los protagonistas resulta ser verdaderamente vctima de asesinato. En ingls,
to snuff it tiene nuestro sentido coloquial de estirar la pata. Para muchos, la existencia de snuff films es tan slo una
leyenda urbana y, ms que un gnero cinematogrfico, habra que considerarlo un tpico acerca del cual se escribe.
Cuando asoma el humor en las historietas de Martn, se trata de un humor cargado de cinismo,
ambiguo, muchas veces sexista o incluso de abierta misoginia. Su lenguaje se mueve en un terreno de
una cierta correccin literaria, alejado de excesos coloquiales o de cualquier pretensin potica. Se ha
dicho que el cmic de Martn engulle con tranquilidad desde actitudes postmodernas o surrealistas, hasta
todo el universo propio de la contracultura. Posiblemente habra que mirar con gran angular el discurso
de Martn para detectar la huella de alguien como Breton; en cambio menos esfuerzo tendramos que
hacer para toparnos con otra retrica ms prxima a una "segura" y superficial inmediatez.
En la portada de Psycho Pathia Sexualis encontramos chillonas advertencias como "Extreme!, El
Komik mas violento y repugnante jams dibujado! Incluye dos historietas inditas nunca publicadas por
su brutalidad!!". Tampoco tiene desperdicio lo que vemos en la cubierta de Snuff 2000: 25% Psycho
Sex, 75% Ultraviolencia", o en Keibol Black: "Historias de violencia psicolgica para jvenes europeos".
Estas vistosas advertencias atraen a un pblico afn al universo gore28 y derivados; de hecho por mucho
que pretenda un sector de la crtica, el discurso de Martn est anclado en esa particular cultura del
exceso ms epidrmico. Pederastia, mujeres torturadas ante un objetivo, asesinos en serie que
sodomizan a nios, o actos de coprofaga en trajes de vinilo forman parte recurrente del mundo de
Martn. Este mundo tratado continuamente con la misma frmula de calculada frialdad o de impostada
perversin sofisticada, acaba por "quemar" cualquier intento de querer reflejar un sistema social en crisis.
En todo caso Miguel ngel Martn tambin se dedica a hacer otro tipo de cmic no tan
explcitamente violento. El mejor autor aflora precisamente en estos trabajos, unos trabajos por lo menos
ms alejados de esa estudiada y previsible maldad.
Distanciamiento y shock
Posiblemente el campo del celuloide es terreno abonado hoy da para todo tipo de excesos y
orgas violentas. El cine ofrece en bandeja la violencia en sus ms diversas formas al gran pblico; dentro
de las infinitas variables de esta violencia cinematogrfica se encuentran casos tan incmodos como el de
Michael Haneke.
Haneke es un cineasta de escasa proyeccin en las salas comerciales de nuestro pas; su
filmografa se reduce a unos pocos ttulos entre los que destacan Cdigo Desconocido, Funny Games o La
Pianista. Quizs sean estas dos ltimas pelculas las que mayor impacto han generado entre el pblico y
la crtica; este impacto se debe entre otras cosas al especial tratamiento que Haneke proporciona a la
violencia en sus films. El lenguaje de este cineasta resulta realmente efectivo a la hora de incomodar al
espectador poco preparado; parece ser que en Madrid se tuvieron que asistir a ms de 20 personas por
ansiedad durante la proyeccin de La Pianista. Este dato que podra proporcionar una buena publicidad a
las pelculas de Haneke, no compromete -por ahora- el trabajo del director con ese fenmeno tan
rentable hoy da de la comercialidad del escndalo.
En los films de Haneke se puede encontrar una influencia velada o explcita de directores como
Fassbinder, Bergman o el Kubrick de La Naranja Mecnica. Sin embargo el discurso formal del director
austriaco se mueve en un terreno realmente particular en el actual panorama cinematogrfico. Las
historias que nos muestra Haneke presentan unos argumentos de evidente sencillez; en Funny Games
dos tipos se dedican a torturar a felices y acomodadas familias, en La Pianista el protagonismo recae en
una patolgica relacin con tintes sado masoquistas. Estas crudas historias se nos presentan con una
mirada que evita cualquier juicio moral, una mirada totalmente externa y deliberadamente distanciada.
La frmula de Haneke se basa precisamente en esta visin quirrgica y casi entomolgica de una
violencia extraa o lmite.
Con un lenguaje cinematogrfico donde se potencian los planos fijos y sostenidos o el
alargamiento de escenas hasta lo imposible, el director supera el "aburrimiento" con la inclusin de
escenas de una angustia y violencia casi insoportable. Curiosamente la violencia que nos puede mostrar
el cine de Haneke, se hace unas veces fuera de campo o elpticamente, y otras a una distancia donde se
presenta sin ningn detalle -o simplemente se intuye- lo que esta pasando. El destinatario final de esta
violencia resulta ser nicamente el sufrido espectador. Haneke parece poner a prueba la resistencia del
pblico con una calculada violencia; un pblico que se transforma en incmodo voyeaur de un mundo
turbador.
Michael Haneke parece basar su estrategia en combatir la violencia espectacular y como
mercanca de consumo con otro tipo de violencia. Da la sensacin que su mirada revela lo aberrante de
esa violencia-espectculo que consumimos a diario y en cualquier formato. Mediante el distanciamiento y
el shock Haneke nos muestra hasta donde puede llegar la violencia retndonos a soportarla
tranquilamente sentados desde nuestra butaca. Posiblemente este cine es el que actualmente se muestra
ms "comprometido" con la gratuidad violenta; en todo caso bueno sera matizar que este cine sera el de
Haneke, los que han aparecido despus intentando imitar burdamente su discurso estaran en el otro
lado.
Generacin-X y psycho killers postmodernos
28
Alude a todo aquello relacionado con lo sangriento. En ingls gore es sangre coagulada, cuchillada.
Bret Easton Ellis vende casi tantos libros como Patricia Highsmith. Adems de sus abundantes
ventas el fenmeno Ellis supera lo estrictamente literarario; odiado y amado a partes iguales, este joven
norteamericano ha llegado a ser calificado como portavoz de una generacin.
Nacido en 1964, Ellis se educar en el seno de una familia con pocas dificultades econmicas.
Aficionado al rock y sus derivados tocar el teclado en un mediocre grupo que se disolver sin pena ni
gloria. Si sus devaneos musicales acabaron en fracaso, pronto dar el salto a la fama en el campo
literario; siendo todava un joven veinteaero publicar su primera novela; Menos que Cero. La obra se
convertir en un xito rotundo; en Estados Unidos fue comparada por la crtica como El Guardin del
Centeno de los aos 80" y rpidamente se convertir en un best-seller.
En esta primera novela el joven Ellis refleja los excesos de un puado de jvenes pudientes;
fiestas interminables, sexo en todas sus variantes, droga abundante, y como no, violencia gratuita. Se
dice que Menos que Cero es un retrato generacional, es la radiografa de una descarriada Generacin-X
que no tiene valor alguno y que no cree en nada ni en nadie. Ellis ya muestra en esta obra el estilo
literario que posteriormente lo definir; narracin en presente y primera persona, tono desapasionado y
frialdad descriptiva casi clnica, citas constantes al universo pop, y una importante cantidad de sexo y
violencia irracional.
Despus de publicar Las Leyes de la Atraccin -que no obtendr el xito de la anterior novelaEllis se trasladar a Nueva York donde se dejar ver por los ambientes ms cool y sofisticados de la
ciudad. Unas veces con modelos, otras con ricachones de dudosa herencia, Ellis se enganchar a la vida
ociosa de la "alta sociedad" y al consumo desaforado de todo tipo de substancias. En este contexto y
despus de una profunda depresin nerviosa se publicar American Psycho. Sin duda American Psycho es
la obra ms exitosa de Ellis y de paso la que ms problemas en principio le causar al autor. La novela
narra las andanzas de un joven y adinerado yuppie que es triunfador de da y asesino en serie de noche.
La simplicidad argumental se suple con detalladsimas descripciones de firmas caras de ropa, de
electrodomsticos, y por supuesto, de brutales asesinatos. Sin cambiar el tono narrativo el protagonista
describe sus temas preferidos de Genesis y a continuacin la violenta ejecucin de una vctima ante un
objetivo. En el libro no falta desde un captulo dedicado a Huey Lewis and the News, hasta otro donde el
protagonista introduce una rata viva en la vagina de una mujer.
Las reacciones de grupos feministas o de sectores conservadores no se harn esperar; las
represalias y presiones llevarn a Simon & Schuster -editora de Ellis- a negarse a publicar la novela. A
pesar de todo, Random House en un alarde de oportunismo se lanzar a la "aventurera" publicacin de
American Psycho. Hay que destacar que el papel que jugar Ellis en el marketing de su obra ser
determinante; con declaraciones como que la novela era lo ms autobiogrfico que haba escrito, o la
publicacin adelantada en prensa de los fragmentos ms violentos, la astuta mercadotecnia de la
provocacin causar el efecto esperado. American Psycho volver a estar en boca de todos reportando
pingues beneficios a su autor; adems la oportunista industria del cine norteamericano comprar a golpe
de taln los derechos de la novela para llevar a cabo su versin cinematogrfica.
La literatura de Ellis asimila los excesos de autores como Cline, Burroughs, Ellroy o Ballard. Con
una prosa bastante ms tosca que sus ilustres "precedentes", se dice que su transgresora obra supone
una despiadada crtica a la superficial sociedad norteamericana. El propio Ellis dice sobre su obra; "La
nica responsabilidad de un escritor es consigo mismo, no con la sociedad, y el hecho de implicar que
haya que hacer una novela responsablemente social me parece un concepto fascistoide". Con
declaraciones de principios as, a lo mejor Ellis ms que atacar al american lifestyle, lo nico que hace es
exorcizar sus excesos de rico yonqui o rendir cuentas con el estilo de vida en el que tan a gusto se
encontraba. Adems de engordar el bolsillo a Ellis, su literatura ha generado todo un universo de
mediocres escritores que como l juegan a ser malvados.
La violencia tecnolgica
Desde hace bastante tiempo en la escena se presenta abiertamente la violencia. Como los
tiempos cambian, tambin cambian las formas de mostrar esta violencia; por eso D. A. Therrien y su
equipo de torturados colaboradores nos ofrece todo un Apocalipsis de barbarie tecno violenta propio de
un futuro nada esperanzador. Los espectculos multimedia de Therrien estn ms o menos en
consonancia con infinidad de propuestas escnicas que atraen vidamente a un pblico que quiere estar a
la ltima o simplemente darse un saludable bao de modernidad. En este sentido los espectculos de
Therrien podran tener un paralelismo ms o menos conceptual con determinadas obras de Liz Young o
los multinacionales montajes de La Fura dels Baus y sus aguerridos chicos.
Con una siniestra esttica industrial, algunas obras de Therrien presentan estructuras carcelarias
donde los sufridos actores se someten a la implacable y frrea disciplina tecnolgica. Las referencias a los
campos de concentracin o a la pasin cristiana, enfatizan un ritual que ante todo pretende cuestionar el
perverso poder de la tecnologa sobre el individuo moderno. Como el propio Therrien explica al respecto
de Mecanismo Ritual; "...est la persona que golpea el cuerpo humano y la persona que es golpeada. La
persona dominante... muestra que normalmente hay una fuerza dominante tras una gran parte de los
dogmas que controlan la mquina. Sea esa persona un papa o un dictador, sigue habiendo una persona
que controla el programa, y los dems solo pueden obedecerla. Por eso la idea de un hombre enjaulado.
Es algo ms que un cuerpo enjaulado: con gran frecuencia, lo que nos encontramos es un intelecto
enjaulado, un intelecto prisionero dentro de la mquina".
Asimilando el horror
"Acaso tendra uno que confesar alguna vez que le complace la destruccin y las cosas se van al
garete. 1945, por ejemplo, constituy una vivencia importantsima para m. Aquella hermosa sensacin
de 'swinging country' despus de una niez y una adolescencia muy restrictivas. Todo se va al garete,
nada funciona ya. Fue el tiempo ms hermoso". Los poticos excesos del dramaturgo Heiner Mller
reflejan sin tapujo alguno la eterna fascinacin del hombre por la destruccin y la violencia. El artista
siempre ha recreado el horror, pero da la sensacin que el horror y lo abyecto se ha convertido en uno de
esos lugares comunes por los que el artista contemporneo transita con soltura. En el apartado anterior
se han citado brevemente algunos ejemplos de artistas que basan su discurso en la violencia; se poda
seguir enumerando una interminable lista que probablemente no nos llevara a ningn sitio. Lo que si nos
podra llevar a lo ms parecido a una conclusin, sera precisamente la idea que desde aqu mantenemos;
la idea del vnculo y la familiaridad que la creacin contempornea ha establecido con la violencia y el
horror.
Adorno apelaba a la autonoma del arte, una autonoma que solo se podra lograr si este mismo
arte no se sometiera de ninguna forma al sistema. As, su propuesta fue radical; para evitar su
integracin y manipulacin, el arte no tendr que ser ni til socialmente, ni fcilmente consumible. En
esta propuesta evidentemente tendr cabida un arte difcil y alejado de cualquier sensacin agradable;
para Adorno cuando el arte se muestra como algo opuesto a la sociedad y como algo difcilmente
digerible por sta, es cuando ms acta como un fenmeno social. Sus palabras resultan toda una
declaracin de principios para cualquiera que milite en el inconformismo esttico: La felicidad en las obras
de arte es una fuga precipitada, pero no tiene nada de aquello de lo que el arte se escapa; es siempre
accidental, es menos esencial para el arte que la misma felicidad de su conocimiento: hay que demoler el
concepto del goce artstico como constitutivo del arte". Y ms adelante contina: "El imperio hitleriano, y
toda la ideologa burguesa en general, nos ha dado la prueba de ello: cuanto ms torturas se
administraban en los stanos, ms cuidado se tena de que el tejado estuviera apoyado en columnas
clsicas".
La verdad es que no sabramos que pensara Adorno ante el panorama general. En la actualidad
las instituciones oficiales y el poder econmico se estn encargando de hacer suyo cualquier discurso
artstico que transite por el terreno de lo "anormal" y de lo "difcilmente digerible". La paradoja de todo
esto es que precisamente lo "difcilmente digerible" se ha acabado convirtiendo en una propuesta
descaradamente prxima al conformismo ms burgus. Los tentculos del poder se han encargado de
absorber y asimilar tranquilamente cualquier discurso que enarbole la bandera de incmodo, difcil o
molesto. Es por eso que el artista contemporneo tendr mucho ganado si se adhiere desde el principio a
esta seguridad institucional.
Desde aqu no descubrimos nada nuevo con esta afirmacin; de hecho son muchos los autores
que han analizado esta inquietante cuestin. El horror y la violencia han sido por fin institucionalizados en
nuestra poca; su esttica forma parte del discurso polticamente correcto que el artista puede adoptar
sin comprometerse en exceso. Paul Virilio dice al respecto de esta asimilacin: "...cmo no adivinar que
debajo de la mscara del modernismo, se disimula el academicismo ms clsico: el de la repeticin de los
estndares de opinin, la duplicacin de los 'malos sentimientos', que reproducen de manera idntica la
de los 'buenos sentimientos' del arte oficial de antao?". Virilio, exponindose a ser tachado de
reaccionario, tambin denuncia abiertamente la falacia de las actitudes "terroristas" que muchos artistas
de vanguardia esgrimen: "Como muchos agitadores polticos, propagandistas o demagogos, los artistas
de vanguardia haban comprendido desde haca mucho lo que el terrorismo pronto iba a vulgarizar: nada
es ms fcil para hacerse un lugar en la 'historia revolucionaria' que provocar un tumulto, un atentado al
pudor, bajo pretextos artsticos". De hecho el pensador francs se aventura a ira ms all y se plantea
que si en el museo de Auschwitz podemos tener la perversa sensacin de estar dentro de un museo de
arte contemporneo, no ser que finalmente ha triunfado la despiadada esttica del enemigo?
Desde este humildsimo trabajo no vamos a intentar responder a la interesante cuestin que
plantea Virilio, pero si constataremos que el conformismo de la abyeccin se ha ido generalizando a lo
largo de todo el siglo XX. Hoy da la inmediatez del horror y la violencia tienen asegurada su importante
cuota de reconocimiento social; adems, esta efectista y efectiva embriaguez del shock violento parece
aflorar en los ms diversos mbitos. As, arte, literatura, publicidad o medios de comunicacin se afilian
desde distintas estrategias y desde distintas posturas a la desmesura de lo despiadado. Finalmente, el
espectculo de la crueldad se desliza sutilmente por la vida del hombre contemporneo. Aunque intentar
analizar eso, sera ya otra historia...
Un intento de conclusin
"...Hay que admitir que la confusin contempornea de las imgenes no es ajena a la obsesin
por la violencia que reflejan tanto las imgenes como los argumentos...". Quizs estas palabras de Olivier
Mongin respecto al cine actual se puedan extrapolar a un terreno artstico ms genrico. El asunto desde
luego es complicado, ya se ha visto anteriormente que la presencia de la violencia ha sido algo constante
a lo largo de la historia; sin embargo da la sensacin que desde hace un tiempo la representacin de lo
violento ha adquirido otro carcter.
Debido a la moderna sobresaturacin de la iconosfera, la violencia encuentra un terreno propicio
en sta para campar a sus anchas de las ms diversas formas. A mayor saturacin visual, mayor
saturacin violenta. Sin embargo esta insultante obviedad no debe impedir que miremos ms all del
dato objetivo; detrs de la proliferacin de la imagen violenta se encuentra una transfiguracin en el
modo de mostrarla. Si antes exista una coartada convincente, ahora da la sensacin que sta ha
desaparecido; cuando la violencia se muestra torrencialmente, de forma abstracta y fra nos encontramos
ante otro tipo de violencia que parece recrearse en ella misma.
El propio Mongin constata esta "mutacin" en el mbito cinematogrfico: "[la violencia actual] es
una violencia annima e indiferenciada donde el atacante y la vctima, el agresor y el agredido, son cada
vez menos visibles, en el sentido de que ya no combaten directamente, de que falta la mediacin del
campo de batalla. Esta violencia que puede crecer en intensidad no consigue detenerse y esto es as por
una buena razn: no habiendo verdaderamente comenzado, no puede encontrar un fin. La violencia en
'estado natural' no conoce ni principio ni fin". En efecto, en esta "nueva" imagen violenta no encontramos
un campo de batalla establecido; la violencia se muestra de forma repentina, explota ante nosotros como
algo natural, sin coartada y sin darnos explicacin alguna.
Pero esta naturalidad puede ser peligrosa para el espectador; el constante flujo de violencia sin
"campo de batalla" puede dejarlo al final definitivamente instalado en ella. Como se ha visto este estado
natural afecta a muchos discursos artsticos; la imagen despiadada y la deliberada agresin al espectador
se han instalado en la oficialidad con imprevisibles resultados. Sera bastante arduo plantear soluciones
en este terreno; hace falta una nueva tica en el arte?. Virilio, no duda en reclamar la presencia de esta
tica con todas sus consecuencias. Desde aqu no nos atrevemos a tanto, aunque a lo mejor una nueva
tica sacude al actual mundo artstico del estasis que lo paraliza.
La tendencia a acabar con el creador sobrevuela desde hace tiempo la industria del disco y del
libro porque los creativos, los ejecutivos y los analistas de mercados pululan por todas partes con su
poder. La media del presupuesto para una pelcula en Hollywood ascenda a 5.000 millones de pesetas en
2000. Es decir: demasiado dinero para dejarlo en manos de personas sin formacin mercantil. En
general, dentro o fuera de Estados Unidos, cuanto ms dinero hay en juego ms entran en la partida los
empresarios y mucho menos los msicos, los escritores o los guionistas. Grupos de ejecutivos en las
editoriales, en las productoras de televisin, en las compaas cinematogrficas asisten hoy a cursos
sobre estructura narrativa, sobre ritmos de accin o sobre tcnicas para satisfacer el gusto de su pblico
y, a partir de lo aprendido, reorientar e introducir variaciones en las obras que se les proponen. Los
guionistas, los escritores, los compositores, se resisten al principio pero prcticamente todos acaban
plegndose despus ante la complejidad de la estructura y el sabor de las recompensas.
Las casas de diseo, los sellos discogrficos, los grandes conglomerados multimedia, cultivan
patrullas de "rastreadores de estilo", cool hunters, que informan, desde los patios de los institutos, los
centros comerciales, las discotecas o los barrios populares, sobre aquello que podra interesar a la
poblacin. Pocas cosas se hacen ya sin preguntar antes. Se pregunta desde las empresas antes de lanzar
sus nuevos artculos o se pregunta desde los partidos antes de exponer sus programas electorales. Pero,
adems, pocas novedades surgen como consecuencia de una idea individual. Telefilmes de xito,
pelculas, canciones, edificios, carecen como suele ocurrir en el mundo de la publicidad, de un autor
imbuido de genialidad y trabajando a solas. Hace casi un siglo, con las vanguardias, la creacin se opona
a la convencin, al orden e incluso, aunque parezca mentira, al pblico. Las vanguardias no se proponan
hacer negocio ni conseguir clientela sino enconar: inflamar una llama, irritar el nimo. La actividad
artstica se ha apoyado a lo largo de su historia moderna en dos pilares maestros: la ambicin de obtener
nuevos conocimientos y el afn de comunicar. Las vanguardias se concentraban en abrir nuevos mundos,
penetrar en territorios desconocidos hasta entonces y se autoconvencan de haberlos hallado cuando
provocaban estupefaccin. La mayor preocupacin de las vanguardias no era la comunicacin. No
anhelaban ser comprendidas sino ms bien legitimaban su vanguardismo por la incomprensin. Sus
militantes vean ms all, como corresponda a la misin divina del artista y los de aqu quedaban
patidifusos, despatarrados ante la vehemencia de su luz. Ahora, sin embargo, la pretensin del
conocimiento ha desfallecido notablemente, pocos creen que quede nada importante por conocer y el
esfuerzo deja de merecer la pena. Incluso las gentes de la ciencia opinan que ha concluido la fase
atractiva del descubrimiento y lo que resta sern derivaciones de las verdades obtenidas. Con ese nimo
los artistas, los escritores, los directores de cine raramente se empean en la labor de conocimientos
nuevos, ms bien se felicitan cuando comunican bien. Ser un incomprendido no aumenta la talla de los
autores contemporneos sino ms bien acaba con su reputacin. Antes ser artista se asociaba
estrechamente a ser raro pero hoy ser raro remite a la frustracin, los complejos y diversas
enfermedades contributivas a la improductividad. Lo raro slo vende a condicin de convertirse de verdad
en noticia o, lo que es lo mismo, en hacerse el centro de una fuerte comunicacin. Hoy, desde el msico
al escritor, desde el pintor al arquitecto concentra su mxima ambicin en lograr una comunicacin
amplia y eficaz hasta el punto de cuando un autor hace algo que "pega" se ver tentado (u obligado) a
repetirlo hasta la nusea. Daniel Buren lleva 30 aos pintando rayas y Feito cuatro dcadas plasmando
crculos Un Richard Meir es igual en el Museo de Arte Contemporneo de Barcelona que en el Centro
Cultural Getty, un Calatrava es tan igual en Valencia como en Milwaukee. Un Frank Gehry se repite en
Bilbao, en Seattle (Experience Music Project), en el museo de Minneapolis, en el Disney Hall de Los
ngeles y en el proyecto que preparaba para el Guggenheim de Nueva York. Lo aceptado, lo compartido,
lo celebrado comunitariamente remite a la idea del triunfo democrtico y el autor desea ante todo ser
demcrata antes que elitista y miembro de un sector que se escinde de la poblacin.
Hay excepciones, claro est, pero puesto que los diferentes estilos pueden convivir en la misma
poca, desde el minimalismo de Flavin, a la arquitectura tecnolgica de Rogers, desde la esttica Kinari
de Tadao Ando a las sillas Mendini, lo que importa, en caso de ser "distinto", es que aquello se convierta
en suceso meditico. Es decir, que se incorpore por el camino sensacionalista, al mundo de los media y
sus titulares sensacionales. Las vanguardias, cuando provocaban, reciban marginacin. Ahora, cuando se
provoca, se alcanza la primera pgina durante horas.
Sensation fue precisamente el ttulo de la exposicin ms sonada de la ltima dcada y que, en
otro tiempo, habran interpretado las vanguardias. Los 42 pintores britnicos (Damien Hirst, Jake & Dinos
Chapman, Chris Ofili, Marc Quinn, Gilliam Wearing o Tracey Emin, entre otros) que participaron bajo la
etiqueta de Young British Artist (YBA) coparon el inters de los media brindando un show en 1997 que se
repiti ms tarde, en 1999, en el Brooklyn Museum de Nueva York donde el alcalde Rudolph Giuliani
prohibi la entrada a los menores de 17 aos no acompaados de personas mayores. La obra ms
fotografiada fue una de Chris Ofili que representaba a una Virgen Mara pintada con excrementos de
elefante y rodeada por una constelacin de pequeas vulvas a modo de ngeles. A su lado, Mat Collishaw
ofreca el destrozo de un crneo sangrante entre un lecho de greas con el ttulo de Agujero de bala en
una cabeza, y Ron Mueck representaba al padre del artista, desnudo, amarillo y abatido sobre una
alfombra: Pap muerto. Otras aportaciones destacadas fueron la cabeza de un buey profusamente
agusanada y el secretante interior intestinal de un cerdo. Como consecuencia de todo ello y la difusin en
los medios de comunicacin, a la muestra acudieron ms personas que nunca antes, en los 175 aos de
existencia del centro neoyorkino. Ms an: antes de Sensation el arte britnico era considerado retrasado
y provinciano, pero en 2001 Gran Bretaa fue la nacin invitada de Arco y reconocida internacionalmente
como el nuevo centro artstico del planeta. Norman Rosenthal, comisario de Sensation dijo: "Para
nosotros era increble. Desde el Renacimiento, los artistas se han visto atrados como imanes hacia
algunos centros: Florencia, Roma, Pars, Nueva York. Pero, de pronto, pareca haberle llegado el turno a
Londres..." (El Cultural 14-2-2001) Por qu? Porque haba logrado convertirse en producto de
comunicacin. El escritor, el novelista, el pintor, el poeta se presentaban antes como almas heroicas en
contra de la detestable realidad, pero ahora su mayor lamento es no ser incluidos en los telediarios. El
afn de aparecer en los telediarios por parte de algunos autores ha vuelto a despertar la cuestin de la
censura en la Francia de 2002 y a propsito de libros como Plataforma de Michel Houellebecq que
denigraban la religin musulmana, de Rose bonbon de Nicolas Jones Gorlin que haca apologa de la
pedofilia o Il entrerait dans la lgende de Louis Skorecki, retrato legitimador de un asesino en serie.
Todava hay, en efecto, escritores severos que siguen insistiendo en alguna tarea mesinica pero pronto
el enfant terrible sale en televisin y, si prende, dispondr pronto de ingresos millonarios y contar con
vallas en las que anuncian su novela, su pelcula al estilo de Irreversible (una violacin en directo de 15
minutos) o de El crimen del padre Amaro, sobre las inmoralidades del clero catlico. Lo importante no es
la creacin sino la generacin del suceso, el acto terrorista en cualquier especialidad.
El cine, los libros, las monogrficas de Cezanne, las exposiciones de Cartier, las cenas en el
Metropolitan con Gianni Versacce, las ropas orientalistas de Terry Mugler, las carteras de Botega Venetta,
el tratamiento facial de Elizabeth Arden, la Tate Modern de Herzog y Meuron, las joyas de Creperio Due,
los zapatos de Brooks Brothers, los diseos electrnicos de Bob Brunner, las peras de Peter Sellars, el
paleto de jicama con mostaza de ruibarbo, las lmparas de Guzzini, Van Gogh, Madonna, Enron, todos se
une en la cinta continua de una sociedad hambrienta de impactos.
Arte de verdad? Francamente, la pura idea de arte hace tiempo que fue despedido de la escena,
no importa si muchos crticos de arte defendiendo su empleo y su estatus- acten como si todava
existiera. Una vez que, desde Duchamp, Dada, Beuys o Andy Warhol, el arte puede ser cualquier cosa
qu importa lo que sea? Si la columna no llega al techo qu importancia tiene su altura? El arte, dijo
Gombrich, es "aquello que hacen los artistas". Pero quines son hoy los artistas? Desde el siglo XVII en
que el gusto adquiri libertad subjetiva, fuera de los cnones dictados por las academias, los crticos han
premiado, ante todo, la originalidad. Lo importante radicaba en que el artista, elevado a la categora de
creador, "inventara" o descubriera algo nuevo. O, mejor dicho, que lo creara. Lo nuevo fue sinnimo de
mejor y, a la manera de los sucesivos cientficos, cada forma indita era, de por s celebrada y superior.
Ahora, sin embargo, en la posmodernidad, ha cambiado el valor que se otorgaba a lo nuevo por el hecho
de ser nuevo. Ms bien, lo nuevo angustia. Ms novedad hasta. Quien pretenda ser original debe
avergonzarse de su pretensin porque no hay nada ms resolutivo para parecer cursi que tratar de ir a la
ltima. El ltimo grito de antes, equivalente a un anticipo del porvenir, es ahora, paradjicamente, el eco
de lo ya visto. El vintage.
En cuanto al culto prestado antes al original del artista cmo no reconocer su actual insolvencia?
Cmo adorar todava el aura del original cuando ni el original puede ser ya original? La fotografa y el
cine fueron los primeros en producir un original inseparable de su copia, pero ahora cualquier imagen
puede seguir el mismo camino. El net-art es su expresin ms rotunda. En el net-art -dice Jose Luis Brea
en Last (no) exit: net- es insensato preguntarse si lo que vemos es la obra o su reproduccin: la obra
"est" exactamente en el lugar de su distribucin, en nuestra pantalla de ordenador y en el cach de su
memoria en el momento mismo en que la vemos. El net-art es literalmente "utpico" (lo que "no
acontece en lugar alguno") y, al mismo tiempo, lo que se da en una multiplicidad de espacios. Con ello
pierde definitivamente el aura siempre ligada a la percepcin de una distancia- y, por primera vez,
puede darse el caso de una obra donde no slo no se distingue la diferencia entre la "reproduccin" y el
"original" sino que la propia obra se da, precisa y exclusivamente, en su difusin." Es decir: se produce
gracias a su reproduccin. Posee identificacin mediante su multiplicacin. En consecuencia, en un
prximo futuro, el arte no se expondr. Se producir y se distribuir, segn dice el manifiesto
anticopyright de La Societ Anonyme en http://aleph-arts.org/lsa/. Una galera de arte? Se ha visto
algo ms representativo de una poca desaparecida? En la galera de arte se ofrece una distraccin
elevada sin pagar un precio por la entrada, se exponen los cuadros de un solo autor y, por lo general,
muy parecidos entre s. Nada que corresponda con el surtido amplio de los buenos comercios. Y se
comercia con las telas abiertas a todo el pblico cuando sus precios slo suelen ser accesibles para una
minora ms reducida que la de un selectsimo club. La galera es una retrica del arte que ha
desaparecido o se encuentra en proceso de extincin. El arte que slo llega a unas cuantas casas para
ensearse como un bien de ostentacin. Tambin de gusto? Cmo puede el gusto por delante de lo que
ostenta un precio tan obsceno que rebasa cualquier otra consideracin? Que el cuadro valga mucho es,
sin embargo, es la ltima coartada del arte anticuado. Porque si no fuera anticuado, o como anticuado,
cmo explicar que se pagara tanto? El precio que se entrega por un cuadro nico, una obra nica est
formado por un porcentaje que se corresponde con el mrito del artista y por otro incomparablemente
mayor que se entrega por su unicidad, por su carcter de bien escaso, tan escaso como un vestigio
(efectivamente) de una cultura derruida. Junto a ella, en situacin de crecimiento constante se encuentra
el net-art.
Actualmente existe una divisin entre quienes quieren ver en el net-art la oportunidad para una
utopa social (la comunicacin libre, desjerarquizada, autnoma) y quienes lo aceptan como un
es un productor ms. Deja de ser el orate de tiempos pasados para convertirse en un saludable
profesional al lado de fotgrafos, diseadores de webs, arquitectos, directores de cine, modistos y
cirujanos. Lo que no significa otra cosa, en fin, viendo como evolucionan las cosas, que cumplir el digno y
noble anhelo de las vanguardia: llevar el arte a la vida. Fundir el mundo con el arte. Baudelaire llamaba
al arte los domingos de la vida. El resultado hoy es que siempre es domingo, 24 horas sobre 24, siete
das a la semana, toda la existencia, en fin. A despecho de los tradicionalistas, puede pedirse un
desenlace mejor?
GIUDICI, Alberto. Arte: una Esttica que Ocupa el Centro de la Escena Mundial. Polmicas, Audacia y
Riesgo en el Arte Britnico de Hoy. Clarn (Buenos Aires). 3 de marzo de 2001.
http://www.clarin.com/diario/2001/03/03/s-05401.htm
Bajo el mecenazgo del magnate Charles Saatchi surgi una exitossima camada de artistas Adems, la
Tate Modern es la galera de arte contemporneo ms grande del mundo y tambin la ms provocativa
La "yBA" podra ser la sigla de un equipo de basquet y "Sensation" el nombre de un pub de
moda. Nada de eso: son los paradigmas del nuevo arte britnico, hoy en el centro del escenario
internacional. Young British Artists (yBA) se llam en los ''90 a la camada ms exitosa de artistas ingleses
y "Sensation" fue la muestra de 42 "yBA", organizada en 1997, cuando literalmente tomaron por asalto la
vetusta Royal Academy de Londres, provocando uno de los mayores escndalos de la Inglaterra
finisecular.
El cerebro de esta gigantesca operacin que sac al arte ingls de su cascarn provinciano fue, y
es, el magnate Charles Saatchi. Hijo de un empresario textil iraqu, de origen judo, que emigr al Reino
Unido durante la ltima Guerra Mundial, Saatchi haba fundado a mediados de los 70 una agencia de
publicidad con su hermano Maurice: Saatchi & Saatchi, que se hizo famosa en Gran Bretaa. En tanto,
invirti fortunas en arte contemporneo y form una coleccin de casi 2.000 obras.
Su apuesta ms audaz fue con los ms jvenes y desconocidos: Damien Hirst, nacido en 1965;
Chris Ofili, en 1968; Sarah Lucas y los hermanos Dinos & Jake Chapman, en 1962-64. A comienzos de los
noventa, Saatchi comenz a mostrarlos en su magnfica galera en St. John''s Wood, bajo el nombre de
Young British Artists (yBA), junto a Marc Quinn, Gilliam Wearing, Gavin Turk, Rachel Whiteread, Sam
Taylor-Wood, Tracey Emin, Mark Wallinger, Fiona Rae, Gary Hume y Richard Patterson. Pronto, la "yBA" se
volvi el sello de una generacin.
Las novedades del arte britnico fueron tema destacado de la vigsima edicin de ARCO, la feria
de galeras madrileas que se realiz el mes pasado. "Esta generacin seala Ignacio Vidal-Folch
brot como comentario esttico, y no poltico, a la implacable poltica econmica y visin del mundo de
Margaret Thatcher, buscando en la cultura basura, en ejercicios autobiogrficos tan narcisistas como
destemplados, y en una esttica sucia, provocadora, descarnada, una alternativa al arte internacional, a
juicio de ellos burgus y complaciente, y a la sociedad tecnolgica global."
El cono sagrado de los "yBA" es Demian Hirst. Por encargo de Saatchi, Hirst realiz La
imposibilidad fsica de la idea de muerte en la mente de alguien vivo: un tiburn conservado en un
tanque de formol. Otra obra emblemtica es La historia del dolor, donde una pelota blanca flota sobre
varias hojas afiladas, suspendida por una corriente de aire que la hace ir y venir. Con ello, ha dicho la
crtica, busca expresar la fragilidad de la existencia y la influencia corruptora del mundo, donde la nica
va de escape es el aislamiento.
Estos rasgos posmodernos y neoconceptuales remiten en Hirst a una tradicin muy inglesa: su
sentido de la muerte y del humor, sus sentimientos ambivalentes ante el drama fsico y la morbidez
corporal en descomposicin. Por eso, encurtir animales es una de sus propuestas.
Hirst ha sido el pivote que lanz a la fama a sus colegas generacionales, sobre todo cuando
desembarcaron en Nueva York, hace dos aos, para presentar una provocativa seleccin de "Sensation".
En principio, los agentes de salubridad de la ciudad impidieron la entrada de su Dos fornicando, dos
viendo, una vaca y un toro en estado de putrefaccin que copulaban mediante un sistema hidrulico.
El escndalo mayor lo provoc una obra de Chris Ofili, artista que mezcla la presencia cultural
negra y el humor. Su trabajo era una virgen negra, rodeada de recortes de revistas pornogrficas, en
forma de ngeles, con senos modelados en estircol de elefante. Enterado por la prensa, el alcalde de
Nueva York, Rudolph Giuliani, mont en clera y amenaz con suspender el subsidio del gobierno local al
Museo de Arte de Brooklyn donde se deba realizar "Sensation". Hace unas semanas, Giuliani volvi a
enfurecerse con el museo de Brooklyn, cuando la fotgrafa jamaiquina Renee Cox present una
provocativa ltima Cena, donde una mujer negra, desnuda, aparece en lugar de Cristo. Evidentemente,
el temible alcalde neoyorquino no se lleva bien con las vanguardias. No es para menos: en "Sensation", la
femme fatal del grupo, Tracy Emin, haba presentado una tienda de campaa en la que bord los
nombres de todas las personas con las que se haba acostado...
Estos artistas no ahorran las emociones fuertes ni el exhibicionismo y suelen ser clientes de la
prensa sensacionalista. Las colas multitudinarias frente a la Tate Modern para ver sus obras se parecen a
las que se forman para ver un concierto de rock. En todo caso, artistas y pblico participan de una misma
cultura postmoderna. Lo curioso es que la Tate Modern tambin participa de ese paradigma.
ECHEVERRA, Ana Mara. Fin del Arte Conceptual? Ahora Celebran el Triunfo de la Pintura". Clarn
(Buenos Aires). 31 de enero de 2005. Cultura.http://www.clarin.com/diario/2005/01/31/sociedad/s03501.htm
La Galera Saatchi, clave en el arte contemporneo, ahora expone la obra de seis pintores.
En lo 90, Charles Saatchi present como arte cosas como un tiburn en formol. Ahora acaba de
abrir una muestra clsica y proclama "el triunfo de la pintura".
Tras exhibir el tiburn disecado de Damien Hirst o la tienda con los nombres de todos sus
amantes de la "nia terrible" del arte britnico, Tracey Emin, la galera Saatchi abandon ahora el arte
conceptual para celebrar el "triunfo de la pintura", en una exhibicin que abri sus puertas el mircoles
en Londres.
Hace ocho aos, el genial publicista Charles Saatchi, que es uno de los principales protagonistas
del arte contemporneo, dio a conocer al mundo el movimiento llamado Britart, con su exposicin
Sensation, donde la pieza que ms atencin acapar fue un tiburn flotando en formol de Hirst.
Saatchi acostumbr a su pblico a las cabezas de vaca putrefactas metidas en cubos de cristal, a
las camas deshechas con sbanas sucias y restos de botellas de vodka, condones y colillas, al retrato de
una asesina hecho con huellas dactilares de nios, o a la madonna negra confeccionada con excremento
de elefante, por dar unos pocos ejemplos.
No le fue mal: el tiburn de Hirst, que ha adquirido un estatuto casi mtico en el mundo del arte
britnico, fue comprado el ao pasado por un rico coleccionista para el renovado Museo de Arte Moderno
de Nueva York (MOMA), por 7 millones de libras (13 millones de dlares), ms de 140 veces lo que haba
pagado Saatchi.
Pero pese a los millones de libras ganadas con el arte conceptual que se apoya en el video, la
fotografa y las instalaciones, por estos tiempos Saatchi parece estar anunciando con su nueva muestra
cuyo ttulo proclama "El Triunfo de la pintura" el declive ya ineluctable de ese tipo de arte.
La exposicin festeja el vigsimo aniversario de la galera creada por Saatchi, nacido en Irak en
1943 y que ha acumulado en Londres, donde vive desde nio, una de las ms importantes colecciones de
arte contemporneo del mundo.
Dedicada a seis creadores europeos, la primera parte de la exhibicin de la galera Saatchi,
situada en un edificio neoclsico, a orillas del ro Tmesis, frente al Parlamento britnico, incluye
solamente a los artistas ya consagrados.
Figuran en esta nueva exhibicin el canadiense Peter Doig, que firma leos teidos de realismo
mgico, la sudafricana Marlene Dumas, radicada en Holanda, cuyas imgenes marcadas por un cierto
erotismo insinan explotacin sexual, y el belga Luc Tuymans, que evoca en sus obras algo as como una
culpabilidad social y colectiva.
Tambin estn presentes los alemanes Joerg Immendorff y Martin Kippenberger, quien muri
prematuramente en 1997, as como el austraco Hermann Nitsch, apodado el "Papa del Accionismo
viens".
Cinco de los seis artistas son figurativos y el nico polmico entre ellos es Nitsch, nacido en Viena
en 1938, que pinta a veces con sangre.
Algunos crticos de arte en Gran Bretaa consideran que la exhibicin es, sobre todo, "una nueva
operacin publicitaria" de Charles Saatchi, ya que la pintura nunca ha dejado de estar presente en el
arte.
Los crticos afines, que no son pocos y empujaron decisivamente el Britart, proclaman como un
eco que "la nueva generacin de jvenes artistas britnicos ha decidido expresarse a travs del lienzo y
la brocha".
Pero para la experta de arte Meredith Etherington Smith, la muestra actual refleja "un nuevo
captulo en el arte contemporneo".
"Saatchi es un coleccionista lleno de pasin y goza descubriendo lo nuevo en el arte. Ahora,
varios aos despus de descubrir a los jvenes artistas britnicos, est envindonos a todos el mensaje
de que los creadores quieren volver a la pintura", dijo la experta.
"Pero el mensaje de esta exhibicin no dice que se est volviendo atrs, de regreso a la pintura,
sino que se est avanzando, hacia la pintura", concluy.
GAINZA, Mara. Los 12 Escndalos de la Plstica. Capitulo 7. La Hoguera de las Vanidades. Pgina 12
(Buenos Aires). 12 de septiembre de 2004. Radar.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-1667-2004-09-12.html
A principios de los 90, una generacin de artistas ingleses financiados por un publicista millonario
y vanidoso hicieron de la irreverencia y el nihilismo su grito de guerra y tomaron por asalto el mundito
del arte. Pero hace poco, el galpn que guardaba parte de sus obras ardi hasta las cenizas. Y sorpresa:
el pblico ingls sali a las calles a festejar. Mientras los jvenes de ayer, que tanto celebraban el
presente, hoy lloran esta inmensa prdida de la posteridad.
La temporada de ftbol haba terminado cuando un espeso nubarrn negro cubri el paisaje de
Leyton, al este de Londres. Un galpn de Momart que almacenaba gran parte de la coleccin de Charles
Saatchi esa incubadora de estrellas que en los 90 encandil al mundo con el BritArt arda en llamas.
Dos horas despus, obras emblemticas del arte contemporneo ingls como la carpa del amor de Tracey
Emin, los puntitos neurticos de Damien Hirst o el Capitn Shit rodeado de bosta de elefante de Chris
Ofili haban quedado reducidas a una pila de cenizas del tamao de un puo. Entonces el pueblo ingls
sali a las calles. A festejar.
Dos meses despus los diarios londinenses continan registrando lo ocurrido sin llegar a ponerse
de acuerdo. Por qu tanto desprecio hacia un grupo de artistas que acapar la escena britnica en los
90? Llamemos a las cosas por su nombre, increp hace unos das un ingls a cmara, esto no ha sido
un cataclismo cultural. Puede que tuviera razn: el incendio de la Biblioteca de Alejandra que destruy
90 tragedias de Esquilo y 30 comedias de Aristfanes, el fuego que devor el mural de Enrique VIII y su
familia por Holbein en el Whitehall Palace, las llamas que se llevaron una batalla de Tiziano en el Palacio
del Doge de Venecia, el rumor de que el magnate japons Saito crem el retrato del Dr. Gachet de Van
Gogh y Au Moulin de la Galette de Renoir, sos son y sern digamos imprevistos que quedarn
registrados en los anales de las catstrofes culturales. Pero no es seguro que el fuego que arras con
gran parte de las obras del BritArt figure en los charts futuros. Y sin embargo el aire londinense ha
quedado enrarecido: que las obras de artistas agrupados alrededor de un publicista vanidoso que pag
por ellas precios exorbitantes y caprichosos hayan terminado hechas cenizas es darle a Saatchi de su
propia medicina. Pero que el pblico haya salido a vitorear mostrando una hilacha iconoclasta sin
precedentes es una muestra contundente de que la gente entendi el incendio como una depuracin. De
que algo ola mal en Inglaterra y no era justamente el plstico chamuscado de oh, paradojas del
destino los soldaditos del Infierno una de las ltimas obras de los hermanos Chapman donde el mundo
se volva una caldera que tambin ardi por los aires.
Veamos un poco. Uno de los bomberos presentes en la escena dio el parte con solemnidad: Una
serie de elementos de tipo industrial han sido destruidos. Y eso fue lo ms sobrio que se escuch.
Sebastian Horsley, un artista conocido (solamente) por crucificarse en las Filipinas, decret que el
incendio haba sido radical y entendi lo ocurrido como la mejor obra de arte que se haba visto en
aos. De no existir el e-mail, las cartas de lectores hubieran literalmente inundado las redacciones de los
diarios: un lector de The Sunday Mirror propuso presentar al Turner Prize 2005 el video de la brigada de
bomberos apagando el incendio; otro, hacer de las cenizas una escultura en Hyde Park; un tal David
Hobbs propuso en The Telegraph proyectar la imagen de un Charles Saatchi llorisqueando sobre la
fachada de un edificio de South Bank; un Mike Milford, en The Guardian, dijo: No hay nada como una
hoguera para deshacerse de la porquera. Algunos ofrecieron tejer en crochet una nueva carpa para
Emin. Qu quemazn, pensaron otros: tanto alboroto por los huevos fritos de Sarah Lucas que de ltima
ya estaban cocidos. Otros sugirieron que si algo haba sobrevivido poda ser reutilizado en el asado del
domingo. Porque al final, lo que los furibundos ingleses le reclaman al arte contemporneo es algo que
ste ya no les puede dar, ni por asomo.
Pero estos sentimientos de nihilismo fueron, en primera instancia, promovidos por los mismos
artistas que ahora vieron sus obras desaparecer. Despus de todo, su esttica se haba regocijado
justamente en eso: el arte britnico de los 90 insisti en el presente: el futuro?, qu es eso? Pero diez
aos ms tarde los jvenes desfachatados e insolentes se haban convertido en artistas hechos y
derechos que, sentados cual duquesen sus dominios sobre los mullidos sillones de una fiesta de Charles
Saatchi, se intercambiaban las nuevas tendencias artsticas como quien se pasa la receta de un
bizcochuelo. Y ahora, de grandes, la irona pareci haberlos abandonado: Tracey Emin se larg a llorar
diciendo que esto era una tragedia para la cultura britnica. Un mes despus recapitul y envi un
mensaje de texto al mundo: Nadie muri y las ideas continan. El incendio ocurri mientras en Irak la
gente era bombardeada, por lo que me es muy difcil decir que estoy deprimida. Y aun as la carpa era
una obra seminal. Me llev seis meses coser todos los nombres por dentro. No podra volver a hacerlo de
la misma forma en que no podra volver el tiempo atrs. El mismo Saatchi dijo: Me siento enfermo. Y
habr que creerle.
Muchas de las obras del BritArt se centraban en la idea de lo descartable, burlndose de la
posibilidad de trascendencia que an se les adjudica a las artes visuales: las vacas cortadas de Hirst
deban ser recauchutadas cada unos aos; los huevos fritos con kebab de Sarah Lucas, cada un mes;
Anya Gallaccio, ganadora del Turner Prize el ao pasado, present una obra donde las flores se
marchitaban a medida que pasaba la muestra. A los hermanos Chapman, quizs de los pocos
ideolgicamente consistentes con su obra, el incendio pareci no haberlos molestado. Jake se pregunt
por qu le haba llevado al Todopoderoso tanto tiempo desatar una venganza divina sobre aquellos que se
burlaban de l y Dinos dijo por favor, es slo arte.
Al pblico, nada que los artistas salieran a decir le bast, porque al final del da su encono estaba
dirigido hacia el mismo Saatchi: no le perdonan la megalomana y no le perdonan que guarde sus tesoros
bajo siete llaves. l dice que adora sus objetos, pero lo cierto es que no puede convivir con ellos. Slo
reconoce el arte con su billetera, dijo Damien Hirst cuando, inslitamente, volvi a comprarle parte de
sus obras al coleccionista. Y alguien que paga los precios delirantes que en su momento pag Saatchi por
las sbanas sucias de Emin slo puede ser visto como un buscador de fama.
Hace unos das, el artista Michael Landy sali a hablar: Un producto es una ideologa
materializada, dijo y record cuando, un tiempo atrs, anunci pblicamente la destruccin de todas,
absolutamente todas, sus pertenencias. El item A4 en su inventario era, en ese entonces, un pauelo
bordado por Emin llamado Be Faithful to Your Dreams; el item A90 era Clown, una pintura sobre madera
de Gary Hume (quien se enfureci con su amigo al ver su obra hecha aicos). Ms tarde, Hume volvi a
pensarlo y dijo que la de Landy era una obra que lo haba conmovido hasta las lgrimas porque haba
entendido la depuracin como una forma de hacer lugar a cosas nuevas. Como si viviramos cercados
por imgenes que no podemos sacarnos de encima, propuso Landy. Una pila que crece da a da. Y si
seguimos acumulando obras de arte, nuestros galpones, y nuestros cerebros, pronto estallaran.
Lo que no quiere decir que el incendio haya sido algo para celebrar. Como sentenci un editorial
de The Guardian: Cuando las obras de arte son expulsadas a la vida, algo de nosotros se va con ellas.
Una enorme cantidad de energa cultural se invirti alrededor del BritArt: hubo debates, crticas, peleas.
Despus, los caricaturistas se mofaron de ellas, los publicistas las plagiaron, los editoriales las
defendieron y, oportunamente, denostaron y Rudolph Giuliani se puso todo loco cuando Sensation, la
muestra que introdujo al grupo en sociedad, abri en el Museo de Arte de Brooklyn. Un da, sin darnos
cuenta, descolgamos del corcho frente a nuestros escritorios la lmina del perodo azul de Picasso y en su
lugar pusimos una del tiburn levitando en formol de Damien Hirst. El tiempo dir si eran obras que vean
un poco ms all de sus ombligos. Slo el tiempo. Y finalmente, como decret uno vecino de Leyton: La
respuesta al fuego fue muy inglesa. Si hubiera ocurrido en Francia, yahabran decretado un da nacional
de luto y los intelectuales del pas andaran por el tercer tomo de sus tratados sobre la muerte de la
muerte del arte.
FRESN, Rodrigo. Visitas Guiadas. El Coleccionista de Slogans. Pgina 12 (Buenos Aires). 25 de enero
de 2004. Radar. http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-1195-2004-01-29.html
Apremiado por la merma de pblico, Charles Saatchi mud la Saatchi Gallery a los majestuosos
ex cuarteles del London Council, frente al Parlamento, con su ya clsico tesoro de atrocidades adentro: el
tiburn flotante de Damien Hirst, el cadver empequeecido del padre de Ron Mueck, el busto de sangre
congelada de Marc Quinn, la sala inundada de 2500 galones de petrleo firmada por Richard Wilson.
Mientras predice el fin del galerismo cool y aboga por museos sin barreras que separen a las obras del
pblico, el megapublicista ingls inventor del Brit Art tiene ahora 24 resplandecientes salas para
desplegar sus veleidades de renacentista posmoderno.
Esos ros pasendose como si nada -como si nadaran por el centro de grandes ciudades sirven
para varias cosas. Tal vez la ms til de todas sea implantar consciente o inconscientemente en las
cabezas de los trazadores de planos la idea de opuestos que armonicen y se equilibren. Algo as como si
ponemos esto aqu, entonces pongamos esto all.
En ese sentido, el Tmesis es un ro especialmente servicial: entre las mltiples divisiones
posibles se me ocurre ahora, mientras abordo el barquito pintado a lunares por el artista del escndalo
Damien Hirst que te lleva de la Tate Gallery a la Tate Modern, la que propone es sta: en una orilla, la
calma casi sonmbula de los clsicos consagrados (lo que no impide que la Tate original muestre una vez
al ao el tumor de los polmicos seleccionados por el Turner Prize: este ao, el ganador fue el travesti
Grayson Perry, con sus jarrones pintados con imgenes de pedofilia e incesto); en la otra, la neurosis de
los modernos. Y entre unos y otros, una escala tcnica e inevitable para visitar a los ms peligrosos de
todos. S: entre Tate y Tate saludan desde un muelle los psicpatas de mxima peligrosidad que andan
sueltos y felices por los pasillos de la Saatchi Gallery de Charles Saatchi.
La galera es un stand
Y as fue: sal de la Tate de ver la exposicin Turner and Venice, la fructfera relacin de un ingls
luminoso con esa sombra ciudad a la que Dickens defini como un extrao sueo flotando sobre el
agua. Y de camino a los Picassos & Co. de la Tate Modern (la hermana menor, impetuosa, exitossima,
siempre llena hasta los bordes) me arriesgo a hacer un alto en el majestuoso edificio que alguna vez
alberg a los pomposos cuarteles generales del London Council, frente al Parlamento, junto a esa
inmensa rueda de la fortuna milenarista. Hasta aqu mud Charles Saatchi su exhibicin de atrocidades el
pasado octubre, luego de comprobar cmo descenda el flujo de concurrentes a la direccin de Boundary
Road (abierta en 1985, en lo que haba sido una fbrica de pintura, y luego, en el 2001, mudada a Old
Street) a partir de mayo del 2000, cuando la Tate Modern (con cuyo curator, Nick Serota, Saatchi se ha
enfrentado pblicamente en ms de una ocasin) se llev a los adictos a las emociones fuertes a lo que
alguna vez fue la slida arquitectura de la usina Bankside.
Fueron muchos los que aseguraron que la maniobra no tendra xito, y que la histrica
ominosidad del nuevo domicilio acabara ahogando a la histrica transgresin de Saatchi. Por supuesto,
se equivocaron. Porque la estrategia de Saatchi fue, precisamente, anular toda majestuosidad
edwardiana de mole histrico/turstica y emplazar en sus tripas las entraas de un caballo troyano su
nueva galera, como si fuera un departamento regio, very british, de veinticuatro habitaciones: techos
altos, piso de parquet y paredes revestidas con madera de roble donde las obras y las vidas en aparente
desorden, como si uno las descubriera movindose entre un cuarto y otro se presentan no como objetos
a ser contemplados por el pblico sino como objetos que contemplan al pblico y preguntan: Y vos qu
mirs?
De ah el efecto todava ms irritante, ms raro, ms original. Y, s: los que pensaban que esta
vez Saatchi perdera la batalla se olvidaron de lo ms importante: adems de coleccionar arte moderno y
de ser considerado el hombre que invent el Brit Art, as como el actual copresidente de los tories,
Saatchi fue, es y morir siendo uno de los publicistas ms astutos e implacables de la historia del Imperio
Britnico. De todos los imperios.
La vida es una campaa
Estn los que acusan a Charles Saatchi (nacido en Irak en 1943) de haber descubierto a
Damien Hirst. Otros, mscontundentes, lo sealan junto a su hermano Maurice con quien abri agencia
en 1970 como el culpable directo de haber llevado a Margaret Thatcher a esa poderosa casita en
Downing Street gracias al aviso aquel que mostraba una cola de desempleados con el astuto slogan de
Labour Isnt Working (El laborismo no est funcionando, o: El laborismo no est trabajando). Y cuenta
la leyenda que los Saatchi, a la hora de lanzarse al ruedo de la publicidad, pararon a doce desconocidos
de aspecto respetable en la calle para que posaran en la foto junto a ellos como ejecutivos y as
convencer a hipotticos clientes desconfiados por la juventud de los hermanos. La cosa sali bien: hacia
1986, la Saatchi and Saatchi Agency era la ms grande del mundo. Lo que no impidi que un coup
interno pusiera a los hermanos en la calle y que ellos, claro, contraatacaran fundando M&C Saatchi y se
llevaran varias de las mejores cuentas de su vieja agencia. Y la vida contina.
Para entonces, Saatchi, que haba adquirido su primera pieza a los 16 aos pens que poda
permitrmelo y sentido cmo su vida cambiaba a los 19, al ver un Jackson Pollock en el Museo de Arte
Moderno de Nueva York, ya tena una considerable fama como coleccionista de arte moderno. Pero no
era suficiente: no era buena publicidad. Saatchi quera inventar su propio Renacimiento, y as se distrajo
de su divorcio casndose con toda una nueva camada de plsticos ingleses y abriendo galera propia. Una
de las primeras cosas que compr por 150 mil libras fue una cabeza de vaca pudrindose adentro de un
cubo de cristal by Damien Hirst y una cama deshecha by Tracey Emin. Despus sigui comprando hasta
alcanzar las 4 mil piezas, y en 1997 la exhibicin de sus tesoros Sensation, en la Royal Academy, ms
tarde exportada al Brooklyn Museum of Art y actualizada en el 2000 con el anagramtico ttulo de Ant
Noises atrajo a 300 mil curiosos y a decenas de crticos que lo acusaron de payaso perverso y de ser
una psima influencia para los artistas jvenes.
A Saatchi, por supuesto, no le import, y sigue sin importarle. Saatchi se define como un
comprador compulsivo, un devorador de lo efmeramente novedoso; alguien que, cuando se cansa de
los juguetes flamantes, regala buena parte de mi coleccin a fundaciones y museos con poco poder
adquisitivo. As de simple: contra lo que se piensa, soy la persona menos complicada que existe. Toda mi
rareza pasa por adquirir a precios elevados obras de arte que dentro de diez aos, en un 90 por ciento,
probablemente no valgan nada. Podra dedicarme a comprar Matisses o Van Goghs, pero eso no es lo
mo, aunque sea muy conservador para otras cosas. Mi pasatiempo favorito es jugar al Scrabble con mis
amigos. En realidad me muestro poco para que la gente no sepa lo normal y corriente que soy. Yo soy tan
poca cosa. Lo ms emocionante que me ha ocurrido fue un da que corri el rumor de que me haban
asesinado a balazos en Miami. Al final se supo que el muerto era Versace. Como dijo Frank Stella
refirindose al minimalismo: Lo que ves es lo que ves. As soy yo.
El artista en un producto
Adems de la retrospectiva temporal de Jake y Dinos Chapman (esos ttems africanos apareados
con iconografa McDonalds, esos miles de soldaditos de coleccin participando en abigarrados
holocaustos dignos del Bosco, esos maniques de nios con narices de pene aparendose y fundindose
entre ellos), lo que se ve al entrar a la nueva Saatchi Gallery son los Saatchis Greatest Hits. Faltan unos
cuantos Damien Hirst (el automvil Mini a lunares, la vaca en secciones): el artista recuper buena parte
de su obra comprndosela al galerista luego de una pelea irreversible: Hirst se consider perjudicado por
la disposicin de sus obras en la nueva galera, donde aparecan rodeadas de colegas de nivel inferior, y
juzg que su trabajo deba mostrarse en solitario y en ambientes inmensos. Saatchi le contest que no
molestara. Un marchand de Bond Street defini la situacin con las palabras justas:Hirst crey que
haba hecho a Saatchi y Saatchi crey que haba hecho a Hirst: ah est todo lo que hace falta para que
haya una pelea fatal entre amantes.
En cualquier caso, en la Rotunda Room central, todava est el colosal modelo anatmico Hymn y
el clsico tiburn en su estanque (se lo ve menos fresco y ms fsil que hace algunos aos), con el lrico
ttulo La imposibilidad fsica de la muerte en la mente de alguien vivo: esas maneras alternativas de
contemplar a la misma muerte de siempre. Y junto a ellos hay otros inevitables: las figuras hiperrealistas
de Duane Hanson (que, ubicadas junto a las puertas, confunden al visitante); el pequeo padre desnudo
y muerto y el gigantesco rostro paternal (que nos obligan a situarnos alternativamente como
sobrevivientes y como bebs) de Ron Mueck; la cama cada vez ms sucia de Tracey Enim (s: el arte de
los jvenes brits tiende a envejecer de ms de una manera); los desnudos como montaas de Jenny
Saville; la deconstruccin de Dal (otro tipo astuto que, nada es casual, por estos das expone desde el
ms all en una galera pegada a la de Saatchi); y, en una cmara refrigerada, un busto color marrn
rojizo de Marc Quinn: nos acercamos y leemos que se titula Self, y se nos informa que la cabeza en
cuestin est elaborada con cinco litros de sangre la cantidad que contiene el cuerpo de un hombre
extrada a lo largo de cinco meses y posteriormente congelada por el artista para su exhibicin y, ay, las
ganas de tirar del enchufe para ver qu pasa y me pregunto si Quinn no querr exactamente eso.
Y es entonces, claro, cuando surgen las preguntas incmodas, los interrogantes modernos: qu
es todo esto? Arte imperecedero o fenmeno efmero? Es Art con maysculas o, apenas, slogart: una
astuta mezcla de arte con slogan que define y a la vez retrata los tiempos que vivimos y que como toda
frase ingeniosa, como todo aviso con ganas de Clio est casi condenado a ser superado por la prxima
campaa para el prximo producto? El mismo Saatchi ha reconocido que es posible que lo que le gusta
no sea un buen negocio; pero lo que le interesa a Saatchi tal vez sea el impacto del momento y su poder
residual en la mente del espectador. Asco, indignacin, morbo, fascinacin perversa son los reflejos
automticos inevitables que acuden para definir la esttica de las sensaciones que suele provocar en las
masas aquello que a Saatchi le encanta pero que a la hora de juzgar a los premios Turner de los ltimos
aos l mismo no vacila en condenar como basura reprocesada.
Lo que provoca la Saatchi Gallery en un espritu ms o menos curtido en estas lides es
paradjicamente un incremento de inters en Saatchi. S: Saatchi como la obra maestra e invisible
presente en todas y cada una de estas estancias donde las obras por conocidas, por gastadas, como
esos excelentes chistes que se contaron demasiadas veces ya no son lo ms importante. Lo que importa
es, s, por fin, la galera: el modo en que devora a sus contenidos como la ballena al sincero Jons o al
mentiroso Pinocho. Es entonces cuando uno comprende a la perfeccin el enojo de Damien Hirst.
La obra es el cliente
Y se comprende todava ms al examinar la revista/folleto/manifiesto una edicin especial,
ciento por ciento Saatchi, de la revista/gua Time Out que funciona como catlogo y se entrega gratis al
visitante luego de que ha pagado cara 8,50 libras la entrada. All, en un texto firmado en septiembre
del 2003, Charles Saatchi predice el fin de la galera cool, aboga por una evolucin del museo hacia
espacios sin barreras que separen a la obra del visitante y recrimina a los nuevos muselogos su
comportamiento obvio a la hora de gastar millones en construir palacios austeros y modernistas y
siempre parecidos unos a otros, en lugar de emplear ese dinero para adquirir obra novedosa. En eso
est Saatchi, en eso estamos nosotros en poner en prctica una teora que, despus de todo, no es tan
novedosa cuando nos paseamos por los cuartos y los pasillos de la Saatchi Gallery.
Y casi al final Saatchi no ha podido impedirlo, la sensacin es la misma que nos regala y se
cobra todo museo normal: cierto cansancio ante la abundancia, y el convencimiento de que, a la hora de
las revoluciones, todo museo y galera todo Damien Hirst o todo Joseph Mallord William Turner
deberan tener entrada gratis para que uno pudiera ir a visitar sus dos o tres obras favoritas y entrar y
salir rpido, como se entra y se sale del mejor de los sueos.
Entonces, en los bordes del fastidio, cansado de or las explicaciones ruborizadas de padres a
hijos que les hacen preguntas incmodas sobre lo que aqu se expone, en una de las ltimas habitaciones
de la Saatchi Gallery se encuentra una autntica e indiscutible y atemporal obra de arte moderno: una
instalacin que se titula 20:50, que lleva la firma de Richard Wilson, que antes de llegar hasta aqu
estuvo en la muy alt Matts Gallery, en una muestra en Edimburgo, y entre 1991 y el 2001 en la primera
Saatchi Gallery de Boundary Road. A 20:50 se la huele antes de verla, y hay que verla para entenderla,
pero har lo posible por explicarla.
20:50 son 2.500 galones de petrleo usado que llenan hasta la mitad uno de los recintos de la
Saatchi Gallery. El petrleo quieto funciona como un espejo negro que refleja la luz que entra por las
ventanas, los techos de la habitacin y si uno se atreve a ir hasta el centro por una pasarela-y que se
adentra en el estanque oscuro como un tajo seco, seguro pero, de algn modo, peligroso a uno mismo.
La sensacin es, seguro, la misma que experimenta el astronauta Dave Bowman al final de 2001: Odisea
del Espacio: la familiaridad extraterreste de no saber dnde estamos, por ms que recordemos
claramente todos y cada uno de los movimientos que nos llevaron hasta all.
Despus, claro, lo ms fcil de todo: es tanto ms sencillo salir de un museo o una galera que
entrar. Despus, s, volvemos a subir al barquito que nos lleva a la Tate Modern, que ya no es tan modern
como classic. Porque ah adentro espera Andy Warhol, el inventor de todo esto. Warhol, el que pintaba
cuadros de metal con el pincel corrosivo de su sexo en mano lanzando el chorro de su propia orina y
despus, casi enseguida, les peda a sus colaboradores de The Factory que se pusieran a mear ellos.
Porque Warhol descubri que la firma es el artista, y no quien realiza la obra de arte. Y ahora Saatchi un
buen alumno que, como todo buen alumno, quiere superar a su maestro vende la idea de que la firma
es el galerista.
Pasen y vean y, si se animan, toquen.
Una obra presentada por Nicola Constantino en el Malba y posteriormente en la Galera Ruth
Benzacar pareca premeditada e irremediablemente destinada al escndalo: Savon de corps, un
centenar de jabones confeccionados con grasa de la propia artista, obtenida por lipoaspiracin,
delicadamente aromatizados y con un sensual diseo que remita a la silueta de su cuerpo. La
presentacin de Savon de corps, con todos los ingredientes (pardicos) del lanzamiento de un nuevo
producto de belleza iba acompaado de un vdeo clip donde Nicola apareca al borde de una piscina
apenas cubierta por una fina tela que transparentaba el cuerpo desnudo de la artista, lo que pareca
acentuar el tono zumbn hacia las campaas publicitarias que, mediante alguna rutilante estrella
promocionando el producto, estimulan el imaginario ertico del consumidor. Hasta ah, todo bien. O al
menos, inocuo. En rigor, el jabn en cuestin contena un mnimo porcentaje de tejido adiposo de la
humana anatoma de Constantino: poco, pero lo suficiente para que el ominoso recuerdo del nazismo y la
macabra elaboracin de jabones con grasa de millones de judos masacrados en los campos de
concentracin desatara la polmica. En qu medida la artista rosarina era consciente de ello buscando
deliberadamente instalarse en el ojo de la tormenta? Crtica al consumismo o puro narcisismo,
violentando un lmite que traspasa el del arte para rozar el de la tica? Dos violentos artculos de Jos
Emilio Buruca, licenciado en Historia de las Artes, y de Tom Lupo, psiclogo, escritor y periodista,
publicados en Pgina 12, cuestionaron duramente la validez moral del jabonoso trabajo precisamente por
su proximidad con uno de los ms lgubres smbolos del genocidio nazi. Una iracunda rplica de
Constantino gir, bsicamente, sobre tres ejes. Uno, absolutamente vlido, es que el arte no tiene otros
lmites que los de su propia inmanencia. Una cita de Laszlo Moholy-Nagy, apuntaba en esa direccin: Los
artistas siempre estn empujando un lmite, un borde, y abren zonas nuevas de pensamiento, de sentido,
de nocin, de reflexin, de visin. Esa tensin, el empuje del lmite, es parte del movimiento del arte. Sin
embargo, el escndalo, aun siendo un instrumento de accin simblica por excelencia, no es el nico
camino de correr el lmite. Con este ambiguo sustento, Constantino defendi su perseverancia en
abordar temas delicados para hablar de violencia con violencia. Era, seal citando al psicoanalista
Carlos Juri, una esttica de lo ominoso. El cuerpo animal, los calcos de piel humana y, ahora, mi propio
cuerpo, constituyen la arena para el debate, aadi. Al negar toda posible asociacin con el Holocausto,
Constantino relacion su obra y el empleo de grasa lipoaspirada al filme estadounidense El club de la
pelea (1999) donde, en una crtica cida de la sociedad de consumo, los protagonistas roban grasa de
una clnica de ciruga esttica con el fin de hacer jabones y vendrselos a los ricos para que se laven la
cara con su propio culo. El tercer argumento, penetr en terreno pantanoso: admiti haber condicionado
la concrecin del proyecto a una consulta previa con autoridades religiosas e institucionales judas. Todos
comprendieron perfectamente el sentido de la obra y consideraron beneficioso el debate que podra
suscitar, inform. Qu debate? Que el soporte de una obra puede ser el mismo que alimenta el
recuerdo del horror? Despus de negar toda segunda intencin (el Holocausto) Constantino pareci
encerrarse en su propia trampa. Porque el debate, inevitablemente, iba a girar en torno de ese punto.
En el nterin, Ramona 2002, un grupo yahoo que se arm espontneamente hace dos aos para
intercambiar puntos de vista polmicos por correo electrnico, arda en un ping pong de opiniones de
gente relacionada con el mundo del arte, con gruesa municin sobre la frgil argumentacin de
Constantino. (Para visitar el sitio web del grupo: http://ar.groups.yahoo.com/group/Ramona2002/
El pintor Andrs Waissman record que la reciclada industria de la muerte hitleriana inclua uas,
piel, hueso, carne, pelo, zapatos, pantalones, escombros humanos. Qu haramos con uas humanas,
por ejemplo, producir calcio para mezclar en las comidas y vender el polvo en las farmacias, en bolsitas
cool, con una leyenda que diga: colquelo en el caldo, revuelva y alargue la vida? En cuanto a la
buscada absolucin en el seno de la comunidad juda, quien fuera director de la revista El Porteo,
Gabriel Levinas, en carta a La Nacin, seal haber hablado con uno de los consultados quien le asegur
que no estaba debidamente comprobada la elaboracin de jabn con el cuerpo de las vctimas; el otro
-aada Levinas- era un rabino perteneciente a un apocalptico grupo que sostiene que los seis millones
de judos muertos haban pagado con sus vidas por algo que, segn Dios, merecan. La luz verde era
ms que dudosa y erraba en el blanco. En cuanto a si se fabric o no jabn (otra versin seala que los
propios judos lo hacan para poder asearse), lo que importa es aquello que se instala en el imaginario
colectivo, como imagen del horror. O de la amenaza. En el reciente juicio oral por el secuestro de Ariel
Strajman -al que le cortaron un dedo como prueba de vida- ste relataba: Si bien slo uno de los
secuestradores me cort el dedo, todos colaboraron. Mientras me lo cortaban, me decan judo de mierda,
no grites, con vos vamos a hacer jabn. A otro, que no fuera judo, le hubieran advertido: No grites,
que te hacemos boleta. Hacer jabn forma parte de la macabra iconografa del Holocausto. En su airada
rplica, Constantino hablaba de la tendencia habitual de buscar, malvolamente, segundas intenciones.
En realidad, se trata de las intenciones en la realizacin de una obra. En el caso del Club de la Pelea,
protagonizada por Brad Pitt, el mensaje era tan explcito, como bien lo rese ella misma, que nadie vio
otra cosa que lo que estaba viendo. No haba conflicto entre la esttica y la tica del filme, aun cuando el
soporte argumental del filme fuera grasa humana vuelta jabn. En el citado y ajetreado debate meditico
Ramona 2002, escriba la artista Xil Buffone: De un problema esttico rpidamente se accede al
filosfico-tico: all donde para lo esttico todo vale, para lo tico no; porque se puede estetizar el horror,
pero si colabora con la sutil conciencia de lo humano. Es lo que pareca marcar la diferencia entre las dos
obras.
El arte en s no tiene lmites ajenos a s mismo. Los marcos los aporta la tica.
ARTEAGA, Alicia de. Freud, Christo y Damien Hirst en la Cima; Balance de la Temporada Portea; Proa
Recibe la Coleccin Museo Tamayo. La Nacin.
http://www.lanacion.com.ar/herramientas/SoloTexto/Nota.asp?nota_id=717775
Los inversores han vuelto al ruedo de las subastas empujados por los tibios retoques a la tasa de
inters y la imparable alza del precio barril. Globalizado antes de que esta palabra fuera moneda
corriente, el mercado de arte es sensible a lo que ocurre en las economas planetarias. Un rcord logrado
en Londres es noticia en Nueva York y tiene eco en Buenos Aires. No slo circulan por el mundo los
catlogos y "previews" de Sothebys y Christies: circula la informacin. Los compradores siguen la pista
y la excepcin se vuelve tendencia. Por ejemplo, comprar arte contemporneo est de moda.
Dos semanas atrs, una pintura de Damien Hirst se remat en Sothebys de Londres en 957.000
dlares, ms del doble del estimado se pag por su Naphthalenedisulfonic, un cuadro de 2 x 5 metros,
pintado en 1998, que reproduce una serie de puntos multicolores sobre un fondo blanco. "El arte es como
la medicina, no entiendo entonces por qu tanta gente cree en la medicina pero no cree en el el arte",
dijo Hirst en un reportaje, luego del fenomenal escndalo y xito (en ese secuencia) de la muestra
Sensation, en el Museo de Brooklyn, cuando Rudolph Giuliani era alcalde de Nueva York. Hirst pas de ser
lenfant terrible del arte britnico a objeto de deseo del establishment, luego de la operacin marketinera
del publicista y coleccionista Charles Saatchi. Sus obras y las de sus colegas de los noventa se cotizan por
las nubes y tienen peso "museolgico", como lo prob la escultura de Rachel Whiteread incluida por Mara
Corral en la ltima Bienal de Venecia.
En la subasta londinense, Lucien Freud volvi a ser noticia cuando uno de sus autorretratos se
vendi en 6,7 millones de dlares, muy por encima de la estimacin ms alta. Lucien pint el cuadro en
el 1943, cuando tena 21 aos y no haba encontrado todava esa manera tan personal de pintar la
naturaleza humana, que lo convertira en el mayor pintor realista de fin de siglo y en una institucin en
Gran Bretaa. Freud tiene carta blanca: pint a la reina Isabel II en pequeo formato y a Kate Moss le
dedic un cuadro inmenso que reproduce su belleza anorxica.
En 1954, Lucien Freud ocup el pabelln britnico en Venecia. En estos das, una retrospectiva de
su obra se exhibe en el Museo Correr de la Plaza de San Marcos, saludada por multitudes que pagan 12
euros para mirar los desnudos mejor pintados de los tiempos modernos. Nieto del padre del psicoanlisis,
Lucien es hijo de Ernst y padre de Bella, una de las ms talentosas creadoras de la moda britnica. El
arco eclctico que supone una subasta de arte contemporneo consagr esa misma noche a David
Hockney y a Christo. El gran instalador urbano bati un nuevo rcord con su obra Le Pont Neuf Wrapped
(Proyecto para Pars), tcnica mixta de 1984, subastada en 381.000 dlares. [...]
BROOKS, Richard. Arte o produccin en serie?. Trad.: Zoraida J. Valcrcel. La Nacin (Buenos Aires).
23 de abril de 2006. Arte, 6 seccin, p. 6.
http://www.lanacion.com.ar/799527
Damien Hirst fue elegido por Art Review como la persona ms influyente del mundo del arte. La historia
de un nio pobre que se hizo rico con tiburones
LONDRES.- Damien Hirst ganar 24 millones de libras esterlinas produciendo versiones de las obras que,
all por los 90, lo consagraron como lder del movimiento Jvenes Artistas Britnicos . Entre los trabajos
aparentemente derivativos figuran un tiburn en formol, vendido por 2,28 millones de libras, y una
composicin similar con tres ovejas, cotizada en 5,7 millones.
Hasta l admite que est arriesgando su creatividad. "Siento que con estas obras ya no voy a
ninguna parte. Se ven bien y siempre podr venderlas, pero no estoy avanzando", afirma.
Ahora, a los 40 aos, expone en Mxico 28 de sus obras ms recientes. "Si las presentara en
Inglaterra, diran que son demasiado obvias, pero estamos lejos de casa", agrega con irona.
Su primer tiburn "encurtido" data de 1991. Lo expuso en la muestra Sensacin, montada por la
Royal Academy en 1997. Lo vendi a Charles Saatchi por 50.000 libras, lo rescat y, el ao pasado, lo
vendi al financista norteamericano Steven Cohen por 7 millones de esterlinas.
Reincidi y compr otro tiburn en Australia, aunque de apenas 1,50 metros de largo contra los
4,20 metros del original. Lo titul La ira de Dios y ya lo vendi por 2,28 millones al Museo de Arte Leeum
Samsung, de Sel. El museo tambin adquiri, por 1,7 millones, la obra La verdad ineludible. Es una
paloma blanca planeando en una especie de acuario y representa la ascensin de Cristo. La muestra,
titulada La muerte de Dios, refleja la nueva fe del ex muchacho malo del arte britnico.
Corea del Sur se est convirtiendo en un mercado lucrativo para el artista. Kim Chang-il, dueo
de un shopping, le compr varias obras, entre ellas Himno, una enorme escultura de bronce.
Su obra ms costosa, entre las expuestas en Mxico, es En el nombre del Padre. Son tres ovejas
desolladas, crucificadas y abiertas por la mitad, con el cuello quebrado y la cabeza colgando sobre el
pecho. Dos compradores se pelearon por ella a un costo de 5,7 millones de libras. Hirst vendi otras tres
trabajos al productor cinematogrfico mexicano Jorge Vergara por la suma de 2 millones de libras. No
quedan dudas que se ha convertido en una mquina de hacer dinero.
Frank Dunphy, manager de Hirst, espera vender obras en Mxico por un total de 24 millones.
Hirst, padre de tres nios, declar recientemente una fortuna de 100 millones de libras. Compr
una casa en Mxico, sobre la costa del Pacfico, para pasar los veranos. En 2005, la revista Art Review lo
declar la persona ms influyente en el mundo del arte, por encima de sus dos dealers: Jay Jopling, de la
galera londinense White Cube, y Larry Gagosian, que se ocupa de sus ventas en Estados Unidos. En
declaraciones a The Art Newspaper, Hirst reconoce que necesita revaluar su evolucin como artista. "El
arte debe ir tras la vida y no tras el dinero; si uno empieza a buscar el dinero por medio del
arte, todo es una porquera. He estado ms cerca de eso que otros artistas. A veces,
demasiado cerca y me sent mal. Lo atribuyo a que fui un nio pobre. No tenamos plata ni
para comprar comida y recuerdo a mi madre angustiada por eso. Hasta nos cortaron la
electricidad. Pero ya est, Creo que dejar de producir el tipo de obras que estoy haciendo
ahora."
MALLO, Ernesto. Rarezas. Cadveres exquisitos. Pgina 12 (Buenos Aires). 14 de Abril de 2002.
Radar
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-155-2002-04-14.html
Lo que empez como una exhibicin de bajo perfil en el mundo acadmico de la medicina rebals todas
las expectativas y se ha convertido en el suceso mayor de la agenda de exposiciones artsticas de
Europa. Sin embargo, el profesor Gunther von Hagens dice que sus cadveres plastinados no son obras
de arte sino de iluminacin, que todos los cuerpos son de donantes voluntarios y que slo le importa el
xito de su muestra en la medida en que sirva para difundir las bondades del mtodo de taxidermia que
supo inventar.
Las religiones nos prometen la vida eterna despus de la muerte: en el cielo o en el infierno pero
inmortalidad al fin. El pensamiento consuela a muchos ante la nica certeza que tenemos todos los
humanos: que algn da moriremos. Eso en cuanto al alma, porque hasta el ms creyente sabe que
cuando muera, su carne se corromper hasta la desaparicin. Pero ahora eso puede evitarse. Cmo?
Donando nuestro futuro cadver a Gunther von Hagens. El susodicho es un profesor de anatoma de la
Universidad de Heidelberg que viene perfeccionando desde hace veinte aos una tcnica inventada por l
mismo llamada plastinacin: mediante una serie de operaciones de laboratorio, que incluyen el
reemplazo de grasa y fluidos corporales por resinas y polmeros, el cientfico logra que los cadveres
conserven para siempre el aspecto, la textura y la consistencia que ostentaban cuando andaban vivitos y
coleando, y logra que se queden sentados, parados, acostados o en cualquier otra pose vvida sin
necesidad de sostn artificial alguno. Ms y mejores cadveres para todos.
Desde 1996, Von Hagens viene exhibiendo sus trabajos con un xito sin precedentes. Hasta hoy,
ms de ocho millones de personas han pagado un promedio de quince dlares por cabeza para ver a los
embalsamados en las muestras que organiz en Japn, Blgica, Austria y distintas ciudades de Alemania.
En ellas, el visitante pudo contemplar ms de veinte especmenes, perfectamente conservados y
despojados de su piel, en actitudes cotidianas, como el jugador de ajedrez, el jinete (que incluye al
caballo debidamente plastinado), el nadador y el lanzador, entre otros. Cada uno de ellos permite al
observador ver el funcionamiento de msculos, huesos y vsceras en relacin con las diferentes
actividades. Tambin se exhiben rganos diseccionados, sanos y enfermos para que el respetable pueda
apreciar, por ejemplo, la diferencia pulmonar entre fumar y no fumar; cuerpos seccionados en dos, tres o
ms partes con el sistema circulatorio pelado y muchas variantes ms. Los especmenes ms
impresionantes son las dos mujeres embarazadas, convenientemente abiertas para mostrar en sus
vientres a los nonatos.
La obra de von Hagens, que semeja un matrimonio de ultratumba entre el arte y la anatoma, se
presenta desde el pasado 24 de marzo en Londres. Una multitud hace cola diariamente a las puertas de
la renombrada galera de arte Atlantis, para acceder a la muestra que ha recibido el nombre de Body
Worlds, un ttulo con ms marketing que el usado hasta ahora: Krperen Welten (tajadas corporales).
Estos shows, supuestamente de inters slo para anatomistas, patlogos y mdicos, han demostrado
ejercer un inesperado atractivo para el pblico general que, de a miles, se aviene a contemplar las
embalsamadas instalaciones que no pocos crticos califican de arte. Por cierto, en el mundo del arte hay
antecedentes notables de cuerpos despanzurrados: La leccin de anatoma de Rembrandt (1632), el
cuadro homnimo de Thomas Keyser (1619), los Estudios Anatmicos de Leonardo Da Vinci (circa 1510),
el Thorax de Herbert Boeckl (1931) o las calaveras de la Revolucin Mexicana de Guadalupe Jos Posada,
para no mencionar al anatomista francs Honor Fragonard (1732-1799), que por ser primo hermano del
pintor romntico Jean-Honor Fragonard se lo conoce como el otro Fragonard. Este precursor, a falta de
materiales plsticos, rellenaba sus cadveres con ceras pigmentadas. Su caballo, hombre y fetos
embalsamados que componen el Jinete del Apocalipsis de 1771 (evocacin de un clebre grabado de
Durero) es, sin duda, primo hermano del Jinete de von Hagens. Pero el profesor alemn asegura que su
caso es distinto: si bien en la elegante disposicin de sus especmenes y en el armado de sus
exposiciones hay una bsqueda esttica evidente, l dice que no es un artista sino tan slo un humilde
plastinador.
Currculum mortae
Gunther von Hagens comenz sus estudios de medicina en 1965, en la Universidad de Jena
(entonces Alemania Oriental), interrumpidos cuando lo arrestaron por distribuir panfletos en contra de la
invasin a Checoslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia. En 1970 el gobierno de Alemania Federal
compr su libertad dentro de un lote de prisioneros polticos y pudo continuar sus estudios que finaliz
en 1973 en la Universidad de Lbeck. En 1974, con su ttulo bajo el brazo, se mud a Heidelberg donde
complet su doctorado en el Departamento de Anestesia y Medicina de Urgencia, trabajando luego en los
Institutos de Anatoma y Patologa. En 1977, en Heidelberg, invent la tcnica bsica de la plastinacin y
en 1980 fund Biodur, una exitosa empresa dedicada al comercio de polmeros y equipamientos
desarrollados. Finalmente, en 1993, fund el Instituto de Plastinacin de Heidelberg. Desde 1996 es
profesor visitante de la Escuela de Medicina de Dalian (China) y Director del Centro de Plastinacin de la
Academia Estatal de Bishkek/Kirgizstan (Rusia), donde fue galardonado con el ttulo de Profesor
Honorario. Y hasta tiene su biografa: la editorial Bastei Lbbe public hace poco la investigacin
realizada por Nina Kleinschmidt y Henri Wagner con el ttulo Inmortal al fin? (Endlich unsterblich?).
Pero no todas son flores en el artstico cementerio. Von Hagens no ha salido indemne de crticas,
especialmente por parte de las iglesias que lo inculpan de apropiarse de cadveres argumentando que,
por derecho divino, stos pertenecen a Dios. Parte de la irritacin la gener la salvedad realizada por Von
Hagens, cuando dijo que sus trabajos no calificaban como obras de arte sino como de iluminacin. El
cientfico no duda en declararse agnstico, como tantos que no temen a la muerte por estar
familiarizados con ella. Pero sabe cuidarse muy bien de la ira eclesistica: se muestra respetuoso e
insiste en que muchos de sus donantes eran personas muy religiosas, afirmacin que las referidas no
estn en condiciones de discutir.
Mientras tanto, el feminismo extremo lo ha sealado como sexista argumentando que en su
muestra slo hay dos cuerpos femeninos que tienen la particularidad de estar embarazados. De modo
que el cuerpo de la mujer en general no est representado ms que por su cualidad de reproductora,
mientras que los masculinos son mostrados en distintas actividades sin necesidad de preez. Tambin lo
han acusado de ser un mercader que lucra con los cadveres. Y, en verdad, llama la atencin el elevado
costo de las entradas como as tambin el desarrolladsimo merchandising organizado alrededor de las
piezas: pins, remeras, bolgrafos, relojes, rplicas, videos y DVDs, posters, mouse-pads, juegos,
catlogos, postales, libros y mochilas se ofrecen a las ansias del consumidor. Las plastinaciones de Von
Hagens, por otra parte, estn protegidas con patentes internacionales en los cinco continentes.
El precio de la inmortalidad
En referencia a los costos de la plastinacin, Hagens explica que el proceso es muy trabajoso
(alrededor de 15.000 horas/hombre por cadver) y muy costoso (entre 60 y 70 mil dlares por ejemplar)
y que las recaudaciones se utilizan para financiar el desarrollo de su tcnica en todo el mundo.
Impermeable a las crticas, von Hagens, que gasta un chambergo compadrito a la Joseph Beuys, se
encoge de hombros y disfruta del xito (la suya es la que ha despertado mayor inters entre todas las
que se realizan en el continente europeo actualmente) y contina planeando exhibiciones con el objetivo
de promover el conocimiento del cuerpo humano y su funcionamiento, para entenderlo y cuidarlo mejor.
La actividad de von Hagens no est regulada por ninguna ley, dado que la plastinacin es una tcnica
muy moderna. En las cuestiones ticas, se ampara en que todos los cuerpos exhibidos provienen de
donantes voluntarios: personas que murieron hace unos pocos aos, y puntualiza que todos ellos lo
conocieron e hicieron el obligado tour por su laboratorio, antes de firmar el formulario de donacin.
Aunque no puede decir lo mismo de aquellos que guarda en el Instituto de Plastinacin en Heidelberg: en
1999 una revista alemana investig la procedencia de los cuerpos y encontr que 56 de ellos pertenecan
a campesinos y enfermos mentales de Novosibirsk (Siberia). Hagens tiene un contrato con la universidad
de dicha ciudad, la cual goza de autorizacin para hacerse de los cadveres no reclamados. Un caso en
particular horroriz a muchos: uno de los cuerpos tena caracteres cirlicos tatuados en el brazo, hecho
que sugera poda tratarse de un antiguo interno de algn campo de prisioneros. Hagens argument que
se trataba de un ciudadano alemn y amigo personal. Pero muchos de sus compatriotas no aceptaron su
aclaracin y, cuando inaugur su muestra en Kln, fue saludado por un gento que portaba una pancarta
donde se lea: Mengele 2000!
Ahora que la muestra lleg a Londres, muchos britnicos han recordado a Anthony Noel Kelly, un
ex carnicero y matarife devenido artista que hace unos aos fue condenado a nueve meses de prisin por
haber robado cadveres del Real Colegio de Cirujanos que, pintados en plata, exhibi en 1997 en la Feria
de Arte Contemporneo de Londres. La semana pasada, un visitante a la muestra atac a martillazos una
de las criaturas de von Hagens. Al respecto, el cientfico alemn coment que tal acto era comparable a la
profanacin de cementerios y sepulcros, una tradicin de la cual es heredero: los primeros anatomistas
de Alejandra, en el siglo III (DC) hacan disecciones de los muertos y tambin de los vivos. Sus colegas
britnicos de los siglos XVIII y XIX contrataban pandillas para robar cadveres y tambin compraban
gente asesinada especialmente para la ocasin. Como bien saba el Doctor Frankenstein, para el progreso
de esta ciencia es esencial contar con cadveres frescos, ya que la descomposicin es un impedimento
considerable. A travs de los tiempos, los clebres funebreros soviticos y los taxidermistas victorianos
han tratado de encontrar el elixir vitae que conserve la carne intacta e incorruptible despus de la
muerte. Se sabe que las momias egipcias se deshacen al contacto con el aire y, en unos pocos lustros, las
propiedades corrosivas del formol hacen polvo lo que se pretenda conservar. La plastinacin ha sido
saludada por muchos estudiosos como la solucin al problema: von Hagens ha triunfado donde la ciencia
antigua y las artes modernas han fracasado. Aunque se jacta del privilegio de no tener todas las
respuestas, en sus frecuentes encuentros con los medios y en sus conferencias, von Hagens tiene
respuestas polticamente correctas para cada cuestionamiento que se le hace a su tcnica. Incluso
cuando se le pregunta si prev que su propio cuerpo sea exhibido despus de su muerte, contesta sin
sonrer: Por cierto que s, pero antes planeo continuar plastinando unos treinta aos ms.
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ROMERO, Alicia, GIMNEZ, Marcelo (sel., trad., notas). Sensibilidad y Sensacin, en ROMERO, Alicia (dir.).
De Artes y Pasiones. Buenos Aires: 2006. www.deartesypasiones.com.ar