Outsider PDF
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Giovanna Volpe
NIA: 100937
Tutora: Estela Ocampo
2012- 2013
Facultad de Humanidades, Universidad Pompeu Fabra.
1
NDICE
PRESENTACIN .............................................................................................................4
INTRODUCCIN
Qu es el Arte Outsider? ..................................................................................................6
CONCLUSIN
BIBLIOGRAFA...50
SELECCIN DE OBRAS
2
PRESENTACIN
Para este trabajo se ha querido mirar afuera de los lmites del arte tal y como se concibe
en occidente. Dicho de otra forma, con mirar ms all no se hace referencia al arte de
otras culturas, pues, de hecho, no nos movemos de la nuestra. Lo que se pretende a
continuacin, es la contemplacin en la produccin artstica que se crea al margen de
los dominios del arte oficial. Con esto puede parecer que nos inclinemos hacia las
manifestaciones antisistemas que surgen en ambientes no institucionales como las
paredes de las calles de las ciudades o en espacios de Internet. Por el contrario, se quiere
tener en cuenta a aquellos individuos que, no perteneciendo al mundo del arte, pero
impulsados por las mismas fuerzas expresivas que siente un artista profesional,
generan imgenes plsticas de gran mpetu y valor esttico, tales como los nios, los
pacientes y discapacitados mentales a causa de psicopatologas o trastornos, o
visionarios y mdiums espirituales. En definitiva, se prestar atencin a individuos
social y culturalmente marginados.
3
Para el desarrollo de nuestra idea, se ha estructurado el contenido del trabajo en
dos partes. En primer lugar es indispensable introducirnos en los aspectos tericos y
estticos ms importantes que conforman el Arte Outsider como tal. Con esto, nos
adentraremos en la idea en cuestin de este trabajo, y se realizar un viaje en el tiempo
para trasladarnos al comienzo del siglo XX, momento en el que se inicia ese proceso de
estetizacin. Se empezar hablando sobre las influencias que movimientos artsticos
como el Expresionismo, Surrealismo o el Dadasmo recibieron de la produccin creativa
de nios o psicticos, con el fin de justificar sus propias propuestas creativas. Se
concluir la primera parte, con la demostracin de la definitiva introduccin de estas
creaciones en el sistema del arte oficial a travs de su asimilacin y museificacin, fruto
de una valoracin especial del significado de esas producciones; cosa que nos servir
para la ltima parte del trabajo.
La segunda parte del trabajo se centrar en la formacin del Arte Outsider como
tal. Comenzaremos, pues, con la labor del artista Jean Dubuffet de configurar tales
manifestaciones en una corriente artstica alternativa a la ordinaria: el Art Brut.
Finalmente se ejemplificar todo lo desarrollado, a travs de la diferenciacin de la obra
de artistas outsiders con el arte insider, teniendo en cuenta los procesos creativos,
las formas estticas o los materiales empleados en cada caso. Pero con tal de aproximar
esta idea a la esfera temporal actual, creemos que sera conveniente resaltar la obra de
algunos artistas outsiders contemporneos participantes del Creative Growth Art Centre
de Oackland en California.
4
INTRODUCCIN
Qu es el Arte Outsider?
El trmino Arte Outsider (Outsider Art) fue empleado por el crtico de arte Roger
Cardinal en 1972, como traduccin en lengua inglesa del trmino Art Brut que el
pintor francs Jean Dubuffet haba creado hacia mediados de la dcada de 1940. Sin
embargo, si hacemos el esfuerzo de traducir ambos trminos a la lengua espaola,
notamos una alteracin de sentido que puede generar un conflicto. El trmino ingls se
traducira en nuestra lengua como Arte marginal, en el sentido de arte al margen,
mientras que el vocablo francs como Arte Bruto, como un arte en bruto. A simple
vista, parece que el trmino de Cardinal responda a una interpretacin sociolgica y que
el del pintor, refiera a una esencia ontolgica de esta manifestacin artstica. Lo que
ocurre, como veremos, es que el primero abarca un amplio abanico de creaciones
marginales, a diferencia del segundo que comprende un determinado tipo de produccin
marginal. De igual modo, nos daremos cuenta de que la definicin de este arte es muy
ambigua.
5
otredad dentro de la historia del arte, en el sentido de que los artistas se consideraron
ellos mismos, de algn modo, marginales con respecto a la tradicin dominante.
Hacia las primeras dcadas del siglo pasado, artistas como Picasso, Paul Klee o
Andr Breton valoraron su obra artstica al mismo nivel que la de los grupos para ellos
considerados como otros: los primitivos, los nios, los naifs o los dementes. A mitad
de siglo, el artista francs Jean Dubuffet acumul una vasta coleccin de arte de otros,
especialmente de perturbados mentales y de creadores autodidactas, a la que bautiz con
el nombre de Art Brut. Finalmente en los setenta Roger Cardinal introduce este arte en
el mundo anglosajn, traduciendo el trmino francs como Outsider Art, estableciendo
definitivamente su estructura terica y esttica.
6
considerado como un manantial expresivo de los principios creativos todava
incontaminados por la formacin o educacin artstica. As, siguiendo las teoras
creativas expresionistas que valoraban la espontaneidad e inmediatez como medio de
comunicacin artstica, destacaron dos psiquiatras que consideraron por primera vez las
obras de sus pacientes en un sentido artstico: el alemn Hans Prinzhorn y el suizo
Walter Morgenthaler. Ms adelante veremos cmo sus obras tericas influyeron
directamente en la recepcin del arte de los enfermos mentales por parte de los
surrealistas y, en seguida, en el proceso de concepcin del Art Brut de Jean Dubuffet.
7
como arte. Vemos, pues, cmo es un concepto un tanto complejo. Tratar de definirlo
implica tener en cuenta factores ms all de los puramente artsticos.
This art has been created by ordinary individuals who are not part of the art
world and who, initially at least, often have no conception of themselves as
artists or of their creations as art. This last aspect is one of the most radical (in
the truest sense of the word) aspects of the potent, evocative, provocative,
intensely, personal, unselfconscious, expressive, enigmatic, obsessive, vital,
disquieting, brutal, subtle, exotic, close-to-the-ground challenging art labelled as
outsider2.
With the outsider, we are dealing with a sensitized artistic type whose feelings,
thoughts, work and life are shattered by contact with the reality of the dominant
majority; yet is able to escape from the ruling customs and the dominant view of
the world in so far as he takes a stand on the issue of his otherness; setting
himself up in contradistinction to other people, to that which is normal and
orderly, and foregrounding his status as pariah. He avoids being classified as a
curious comic entertainer, as a fool or a doll, by cultivating a wilful isolation, a
separateness, or an unconscious going-to-ground3.
1
Roger Cardinal, Toward an Outsider Aesthetic. The Artist Outsider. Creativity and the Boundaries of
Culture, D. Hall, Michael y W. Metcalf, Eugene Jr., Washington and London, Smithsonian Institution
Press, 1994, pp. 21-39.
2
Ibidem, pp. 28. Cita extraa de: Roger Manley, Signs and Wonders: Outsider Art inside North Carolina,
Raleigh, North Carolina Museum of Art, 1989, ix.
3
Idem. Cita extrada de: Paolo Bianchi, Bild und Seele: Kunstforum, nm 101, Junio 1989, pp. 71-72.
8
De ambas perspectivas se observa, pues, un mismo dato, que es el que se viene diciendo
desde el principio de nuestro estudio. Lo que se conoce como Arte Outsider es el
producto de ciertos individuos que por diversas razones, culturales o clnicas, no forman
parte del dominio artstico; pues ni siquiera ellos mismos se conciben como artistas ni
entienden sus obras como arte. El outsider es un otro cuya esencia de paria rechaza
deliberadamente la denominacin cultural de artista. Su arte slo adquiere valor como
tal cuando se expone a la mirada integrada, la cual es capaz de transformar esos objetos
en algo esttico, en algo completamente distinto a lo que son en realidad. Podramos
decir que la concepcin de estas manifestaciones como algo artstico se origina cuando
dos mundos distintos, ste y el otro, se encuentran en un contexto determinado.
Dicho de otra forma, el Arte Outsider existe cuando el mundo interior del otro,
materializado en sus creaciones, se expone a la luz de la mirada externa de aquellos
integrados en la sociedad, dotndoles de un valor nuevo. Y es que cuando por
casualidad esto ocurre y nos topamos con una obra de esta naturaleza, somos nosotros
los de dentro quienes nos hallamos fuera de ella y, extraamente seducidos,
intentamos penetrarla para comprenderla.
Con respecto a esto, Roger Cardinal propone tener en cuenta no slo las
propiedades internas de los objetos creados por este tipo de personas, sino tambin sus
posturas creativas. Este autor cree que es fundamental hacer un nfasis en el proceso,
adems de en el producto. Lo que ocurre es que pocos artistas outsiders manifiestan
cmo llevan a cabo sus obras y lo que experimentan durante la creacin; y este es el
motivo por el cual nos encontramos nosotros mismos extrayendo, o aadiendo,
informacin complementaria de fuentes anecdticas, con tal de tener un repertorio de
datos relativos a los comportamientos sociales o la condicin psicolgica de los autores
marginales. Cardinal acepta estas consideraciones extra estticas como reveladoras para
nuestro entendimiento del proceso artstico, pues se hallan estrechamente vinculadas a
la definicin del Arte Outsider; tanto es as que cobran casi mayor importancia que las
caractersticas estticas a la hora de valorar y acreditar estas obras dentro del mercado
artstico actual. Pero ante la evidencia biogrfica de este tipo de obras, Roger Cardinal
antepone al debate sobre qu es el Arte Outsider el proceso creativo, hasta el punto de
diferenciarlo de la vida del autor.
9
desprogramada y sin ningn carcter artstico intencionado. Tal impulso equivale a la
necesidad de articular una idea, un sentimiento o un cuerpo de experiencias que le
suponen una gran presin al artista. Es comn, por tanto, que una condicin que
caracteriza a este tipo de autores sea la condicin degenerativa que se va adquiriendo
con la vejez o el sufrimiento de un trauma personal como fuerzas catalizadoras de sus
obras. Las obras outsiders pueden considerarse como un sntoma de que sus creadores
experimentan una posesin de un impulso expresivo, el cual es exteriorizado de manera
descontrolada y libre de cualquier contextualizacin artstico-histrica convencional, es
decir, sin nutrirse de ninguna tendencia artstica particular. El tpico outsider es alguien
que rechaza deliberadamente o instintivamente el realismo, la mimesis, generando
imgenes juzgadas como deformadas, imgenes simples claramente alejadas de las
tcnicas acadmicas naturalistas de la proporcin, perspectiva o simetra, o ajenas a
cualquier referencia a estructuras culturales. Pero realmente estas obras estn tan
desconectadas de la cultura dominante? Aunque Jean Dubuffet afirme rotundamente que
la esttica tosca y pura de estas obras se deba a su inmunidad contra la cultura, lo cierto
es que, y de acuerdo con el crtico britnico, estas obras tambin pueden estar
compuestas por elementos concebidos por contacto cultural; y lo demuestra usando el
mismo ejemplo de artista outsider que usaba Dubuffet: Adolf Wlfli. Pero de esta
dinmica hablaremos en otro momento.
Tal vez esta cualidad del Arte Outsider como un arte blindado ante las
influencias artsticas profesionales establecidas, se note ms en las obras ejecutadas por
pacientes autistas. De estas s se desprende un posible distanciamiento con un dilogo
entre este arte y la cultura integrada, lo cual genera esa atraccin que Cardinal atribuye
al aire autista, en lugar de a una evidencia autista literal. A pesar de la manera
exclusiva e ntima en que son creadas, estas obras documentan tambin un elemento de
auto exposicin. Ninguna obra es privada del todo, ya que ocupa un lugar en la
realidad del mundo y, por consiguiente, se halla disponible al escrutinio pblico. Esto
que l llama aire autista es lo que se podra considerar como el estilo del Arte
Outsider, pues se trata de a distinctive intensity, and that it is this intensity a quality
10
manifest within the artwork itself, at the level of style- which catches our attention,
inspires our fascination, and quickens our sense of an Outsider aesthetic4.
Las obras outsider mantienen una estrechsima relacin con sus artfices, ya que
constituyen un sntoma de su estado mental. Debemos verlas como la externalizacin de
su psicologa interna, totalmente oculta a la nuestra. Intentar penetrar en estas
expresiones exige tener que adoptar ciertas precauciones para no violarlas.
De acuerdo con lo que nos sugiere Roger Cardinal, slo cuando observamos de
cerca estas obras somos capaces de distinguir la vulnerabilidad que trasciende de su
discurso privado e individual. Es ahora cuando podemos terminar diciendo que esa
otredad que anuncibamos al principio, se convierte en algo familiar. Curiosamente
ante una obra marginal, uno puede experimentar la emocin de sentir a sensation of
convulsive recognition, as though one had seen these images before5. Y cuando esto
ocurre, nosotros igualmente vulnerables, nos hacemos eco de la vulnerabilidad del que
4
Roger Cardinal, Toward an Outsider Aesthetic. The Artist Outsider. Creativity and the Boundaries of
Culture, D. Hall Michael y W. Metcalf, Eugene Jr., Washington and London, Smithsonian Institution
Press, 1994, p. 33.
5
Segn cita Roger Cardinal: Jane Livingston, What it is, in Black Folk Art in America, 1930-1980,
Jackson, University Press of Mississippi, 1982, p. 23.
11
consideramos como otro y descubrimos en esta reciprocidad, la igualdad de la
condicin humana, adems de sentir la confirmacin de una experiencia esttica
llamativa. El Arte Outsider, pues, no dista mucho del arte integrado y sus caractersticas
nos permiten atribuirle tambin la categora esttica de la belleza. En definitiva, y
citando a Roger Cardinal, estamos de acuerdo en que:
6
Roger Cardinal, Toward an Outsider Aesthetic en The Artist Outsider. Creativity and the Boundaries
of Culture, D. Hall Michael y W. Metcalf, Eugene Jr., Washington and London, Smithsonian Institution
Press, 1994, p.39.
12
PARTE I
Los trminos de conducta infantil y de locura no son ofensivos Todo esto debe
tomarse con seriedad, con mayor seriedad que el conjunto de las pinacotecas, si
se trata en nuestros das de lograr una reforma.
13
inmediata sin obstculos. Por tanto, no es de extraar que en los aires refrescantes que
soplaban desde la Vanguardia se encontrase una revalorizacin artstica de este tipo de
creaciones. Pero qu se entenda por primitivo y por qu esta relacin con otras
expresiones artsticas, como la infantil?
Para entenderlo mejor podemos traer dos citas que Estela Ocampo hace en su
libro El fetiche en el museo sobre el uso del concepto primitivo en el arte, primero del
historiador de arte Gombrich y la segunda de Henry Moore. Segn Gombrich el
calificativo de primitivo:
14
de luces y sombras, el escorzo, la perspectiva y varias tcnicas graficas- que nos
permiten fechar las obras individuales con bastante grado de confianza8
8
Estela Ocampo, El fetiche en el museo, Alianza Editorial, Madrid, 2011, p.38. Gombrich, Ernst, op. Cit.,
p. 58.
9
Ibdem, p.40. Primitive Art, The Listener, 24 de abril de 1941, p. 598.
15
deben seguir un proceso de desarrollo para alejarse de la rudeza y alcanzar las formas
del verdadero arte, el clsico-renacentista10.
16
enfermos mentales. Tales creaciones marginales representaron para el grupo
expresionista una fuente de gran inspiracin, de igual manera que remarcaba su falta de
precedentes artsticos o referencias culturales.
Para Kandinsky en el nio existe de manera innata una fuerza inconsciente que
se manifiesta y pone su obra en el mismo nivel que la obra de un adulto, mientras que
un artista formado acadmicamente produce un dibujo correcto, muerto12. Esto es,
toma como ejemplo la naturaleza indomada del nio para lograr una expresin artstica
sincera. Lo que un artista debera hacer, pues, es desaprender, es decir, olvidarse de
los cnones de la creacin artstica establecidos.
Esto mismo defiende su compaero y amigo Paul Klee, quien ante las numerosas
crticas que reprochaban un carcter infantil y deformado a las obras de Der Blaue
Reiter, escribe en una carta enviada a sus compaeros en Mnich:
Quiero tranquilizar a la gente que no pudo partir de la base ofrecida por algn
predilecto de los museos, aun si fuese el mismo Greco. Pues hay todava
principios originales en el arte, tal como se encuentran en las colecciones
11
Franz Marc, Wassily Kandinsky, El Jinete Azul (Der blaue reiter), edicin a cargo de Klaus Lankheit;
prlogo de Josep Casals; trduccin de Ricardo Burgaleta, Barcelona, Paids, 1989, p. 159.
12
Ibidem.
17
etnogrficas o en casa, en el cuarto de los nios. No te ras, lector! Tambin los
nios pueden hacerlo y hay en el mundo una sabidura por la que pueden
hacerlo! Cuanto ms inermes son, tanto mayores e instructivos ejemplos nos
ofrecen, y tambin hay que preservarlos a ellos desde edad muy temprana a toda
corrupcin. Fenmenos paralelos los constituyen las obras de los enfermos
mentales, y as los trminos de conducta infantil y de locura no son ofensivos
cuando califican lo que se intenta expresar aqu. Todo esto debe tomarse con
seriedad, con mayor seriedad que el conjunto de las pinacotecas, si se trata en
nuestros das de lograr una reforma. Si como yo creo, todas las corrientes de la
tradicin realmente se filtran en la arena, y si los liberales seores que siguen
impertrritos ese camino muestran semblantes slo aparentemente sanos y
frescos pero que son a la luz de la historia la quintaesencia del cansancio,
entonces habr llegado el gran momento, y saludo a quienes colaboran en la
incipiente reforma13.
Esta postura hacia el arte infantil y el de los enfermos mentales revela un aspecto en
cuanto al principio del origen de las obras artsticas en tradiciones pasadas; del mismo
modo que Winkelmann en el siglo XVIII propuso una bsqueda en el pasado para
aspirar a la obra de arte perfecta, a travs de la Grecia clsica, y como los Romnticos
se remontaron a la autenticidad de la Edad Media, con su defensa del arte infantil y
demente Klee no slo encuentra el primer principio del arte, sino tambin la
referencia histrica para los artistas de la nueva generacin. A diferencia de los
cnones referenciales y rectores reproducidos durante la Ilustracin y el Romanticismo,
en el siglo XX los modelos artsticos deban buscarse en el presente y no en poca
lejana. La admiracin de la produccin artstica de la Vanguardia hacia los nios, los
nativos africanos u ocenicos y los perturbados mentales se debe a que para entonces ya
se haban reinventado todos los captulos de la historia del arte, desde Egipto, al
Barroco o el Rococ, por medio de un intento de hallar nuevos vocabularios artsticos.
Esa es la quintaesencia del cansancio que denuncia Klee en sus palabras.
13
Paul Klee Diarios 1898-1918, edicin y prlogo de Flix Klee; versin espaola de Jas Reuter, Madrid,
Alianza, 1989, p.207.
18
En contra de todo lo establecido, este pintor adopta una posicin antihistrica,
aunque eurocntrica, a travs de la que explora un vocabulario que trasciende cualquier
temporalidad: el del mundo incivilizado de los artefactos etnogrficos, de los nios y
de los enfermos mentales, pues los modelos de stos carecen de historia y son inmunes
a los procesos de evolucin. Y es que, como ya se ha mencionado, teoras como las que
G.H. Luquet present en LArt Primitif, relacionaban el arte de los nios con el
primitivo en el sentido de primer arte, en referencia a un desarrollo hacia un arte
tcnicamente correcto y mejorado. De este modo se debe entender entonces la posicin
del autor, el cual, influenciado por las ideologas de la poca, coloc en un abstracto
tiempo detenido las formas artsticas del hombre prehistrico, primitivo y de los nios,
caracterizadas todas por el realismo intelectual14.
La conclusin a la que llega Paul Klee es que para renovar el arte es necesario
recuperar los estados primitivos, los primeros principios puros e inmutables de la
humanidad, que han sido olvidados por los procesos de civilizacin, de la maduracin
temporal del individuo desde la infancia a la edad adulta, o por la domesticacin de
los impulsos inconscientes de la vida natural del ser humano. Para conseguirlo, es
necesario lo mismo que sostena Kandinsky: un proceso de olvido y rechazo de las
normas instauradas, a favor de un rescate de lo primordial de la civilizacin, para as
representar de acuerdo al realismo intelectual infantil y no al realismo visual del
hombre adulto civilizado.
Franz Marc, el cofundador de Der Blaue Reiter, escribe una carta a August
Macke en la que se lee: me parece evidente que donde tenemos que buscar el
renacimiento de nuestra conciencia artstica, es en este fro amanecer de la inteligencia
artstica y no en culturas con miles de aos de historia, como la japonesa o la italiana
Hay que ser valientes y volver la espalda a casi todo lo que hasta ahora hemos tenido,
como buenos centroeuropeos, por precioso e indispensable15. En definitiva, para los
nuevos artistas haba que volver a empezar, partir de otras estticas, no mimticas,
buscar en lo que se haba olvidado, en los comienzos inexplorados y elementales del
arte, en su origen intrnseco humano.
14
Estela Ocampo, El fetiche en el museo, Alianza Editorial, Madrid, 2011, p. 76.
15
Reinhold Heller, Los antiguos del expresionismo en el catlogo Visiones paralelas: Artistas
modernos y arte marginal, Maurice Tuchman y Carol S. Eliel, Museo Nacional Centro de Arte Reina
Sofa, Madrid, 1993, p. 80. Carta a August Macke, 14 de enero de 1912, en Briefwechsel August Macke,
Franz Marc, Colonia, Dumont, 1964, pgs. 39-40.
19
Tanto inters por el arte infantil motiv a los artistas a coleccionar piezas
realizadas por nios. El propio Klee admiraba los dibujos de su hijo Flix de cuatro
aos, y en 1911 incorpor a su gran inventario exacto de todas mis producciones desde
la niez16, dieciocho dibujos suyos hechos entre los tres y diez aos. Klee vea en sus
dibujos de nio el origen de su trabajo artstico adulto. Sin embargo, la mayor coleccin
expresionista de arte infantil tal vez sea la de Gabrielle Mnter, pintora y segunda mujer
de Kandinsky, de la cual el pintor extrajo varios dibujos y los present junto con obras
contemporneas en el almanaque del Der Balue Reiter de 1912.
De todos modos, hay que decir que no fueron los artistas los descubridores del
arte de los nios. En Alemania desde 1890 se publicaban estudios sobre anlisis
psicolgicos y pedaggicos de los dibujos infantiles, con el propsito de reformar los
programas escolares. Adems en 1898 se conoci la exposicin de arte infantil Das
Kind als Kntstler de Hamburgo, la cual gener un gran inters y foment la creacin
de nuevas exposiciones entrado el siglo XX17Aun as, lo que nos interesa a nosotros es
dar cuenta de que los artistas y tericos expresionistas se fijaron y emplearon el arte
infantil como justificacin espiritual de su arte y de su imaginera subjetiva. El arte de
los nios fue considerado como una comprensin y presentacin conceptual de la
realidad directa y natural, pues no est contaminado por la imitacin. As, el arte infantil
pasa a ocupar la categora de modelo artstico, digno de admiracin y emulacin por
parte de artistas adultos y formados acadmicamente.
16
Reinhold Heller, Los antiguos del expresionismo. Visiones paralelas: Artistas modernos y arte
marginal, Maurice Tuchman y Carol S. Eliel, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofa, Madrid, 1993,
p. 80. Carta a August Macke, 14 de enero de 1912, en Briefwechsel August Macke, Franz Marc, Colonia,
Dumont, 1964, p, 80.
17
Ibdem, p. 82.
20
Dado que el arte de los enfermos mentales, tal y como se ha explicado en el
apartado anterior, presenta una clara distorsin subjetiva de la realidad, por la cual es
excluido de la apariencia artstica normal, los movimientos expresionista, dadasta y
surrealista con la bandera de la irracionalidad izada motivaron a los mdicos a valorar
de otra forma la actividad creativa que mostraban los pacientes mentales. Por tanto,
para el desarrollo de nuestra idea es imprescindible hablar de la importancia que
signific el trabajo intelectual de dos psiquiatras, en relacin a la introduccin de la
esttica marginal de los enfermos mentales en el arte occidental. Fueron las obras del
psiquiatra alemn Hans Prinzhorn y del suizo Walter Morgenthaler las que marcaron un
cambio de actitud hacia estas producciones, de hecho se las considera el germen terico
del Arte Outsider.
21
la consciencia18, as como tambin detect diferencias esenciales, que determinan, a su
vez, la caracterstica propia del Arte Outsider. La diferencia fundamental que haba
entre ambas producciones creativas era el acto de eleccin con respecto a la alienacin.
Como hemos visto, los artistas de la vanguardia se alienan, se marginan de forma
consciente y racional, puesto que as lo han elegido, mientras que la condicin marginal
del paciente mental es como una carga horripilante e ineludible contra la cual a
menudo se enfrenta durante un tiempo hasta que se somete y lentamente empieza a
sentirse cmodo en su mundo autista, que es enriquecido por sus errores e ilusiones19.
El inters del movimiento surrealista por la locura se basa en aspectos diferentes de los
que interesaban a los expresionistas. No vean en el arte de los enfermos mentales una
expresin espiritual subjetiva universal del arte, sino un proceso creativo ejercido en un
estado mental libre. Por ejemplo, Andr Breton consideraba que las operaciones
psicticas, juntamente con otros mecanismos como el trance hipntico, el sueo o el
automatismo psquico, permitan entrar en los procesos primarios localizados en el
inconsciente; lugar inaccesible dado los procesos de aculturacin. Vemos que en cierto
modo el surrealismo es heredero de la postura anticultural de sus colegas expresionistas.
Salvo que los surrealistas ondearon la bandera de la demencia para subvertir y hacer
reaccionar a su civilizacin contempornea, y no para evadirse de ella. Se trataba, por
tanto, de una actitud rebelde y provocadora.
18
Colin Rhodes, Outsider Art: alternativas espontneas, traduccin Ferran Meler-Orti, Barcelona,
Destino, 2002, p. 82.
19
Ibdem.
22
Las obras marginales de enfermos mentales, de visionarios compulsivos
(obsesivos) o de mediums, tales como las de Adolf Wlfli, Hlne Smith (Catherine-
Elise Muller) o Agustin Lesage, nutrieron las ideas de espontaneidad y creatividad
incesante de los surrealistas, que con esto vieron validado su modelo del sujeto
creador: el yo individual motor y gua de sus propios impulsos artsticos. As pues, se
rigieron por el postulado de que la verdadera calidad esttica y la autenticidad expresiva
de las obras psicticas brotaban de esos procesos primarios, subliminales y frtiles en
el inconsciente de la psique, que se escapan de los cnones artsticos establecidos y
sobre todo del control racional. No se basa, como ya hemos dicho, en una experiencia
creativo-expresiva, sino en una exploracin de determinados estados mentales capaces
de liberar un proceso creativo mental genuino. De aqu su atraccin por la
psicopatologa como un estado mental puro, en el que la realidad del mundo civilizado
es la verdaderamente irracional.
20
ngel Gonzlez Garca, Francisco Calvo Serraller, Simn Marchn Fiz, Escritos de Vanguardia 1900-
1945, Madrid, Istmo, 1999, p. 394. Andr Breton, Manifiestos del Surrealismo, Madrid, 1969.
21
Roger Cardinal, El surrealismo y el paradigma del sujeto creador. Visiones paralelas: Artistas
modernos y arte marginal, Maurice Tuchman y Carol S. Eliel, Madrid, Museo Nacional Centro de Arte
Reina Sofa, 1993, p. 95. Segn se cita en Marguerite Bonnet, Andr Breton: Naisance de laventure
surrealista, Pars, Corti, 1975, pg. 110.
23
someras22. As pues es competencia del artista, y de cualquiera, someter al dominio de
la razn nuestros sueos. Influenciado por Freud, Breton cree que el sueo no es
discontinuo de la vigilia y que son tan reales como las acciones realizadas durante el
da:
22
ngel Gonzlez Garca, Francisco Calvo Serraller, Simn Marchn Fiz, Escritos de Vanguardia 1900-
1945, Madrid, Istmo, 1999, p. 394. Andr Breton, Manifiestos del Surrealismo, Madrid, 1969.
23
Ibdem, p. 395.
24
Eckhard Neumann, Mitos de artista, Madrid, Editorial Tecnos, 1992, p.181
25
bidem, p.183.
24
Lo que el psicoanlisis haba hecho hasta el momento, era tratar dos hechos
fundamentales de manifestacin del inconsciente: los sueos y la neurosis. Los
psicoanalistas partieron de la afirmacin de que el arte ocupa un lugar intermedio entre
el sueo y la neurosis y que hay en l, como hemos dicho, un conflicto. Aunque en el
arte el inconsciente se manifiesta de manera algo distinto, la neurosis y el arte parecen
poseer elementos comunes. As como para los pacientes sus sntomas son desviaciones
de sus deseos, la obra de arte es para el artista una forma de satisfacer los deseos
insatisfechos que en la vida real no llega a realizar. As pues, el arte se revela como una
especie de teraputica, como un medio de resolver el conflicto con el inconsciente sin
caer en la neurosis. Las obras sern, pues, material para interpretar la personalidad de
los artistas. De todos modos, la psicologa del arte en Freud y la admiracin de los
surrealistas, se centran en el anlisis del proceso creativo y no en la observacin de la
patologa del artista. A pesar de poder parecer patolgica, la creatividad artstica de un
individuo no es igual que la enfermedad mental, y esto lo pasaron por alto los
surrealistas.
Este tipo de lenguaje era el que buscaba llevar a cabo el arte surrealista. No
obstante, sin descender de forma definitiva a un estado de locura literal. Tal como
declaraba Breton en el Manifiesto surrealista (1924), las tcnicas automticas y
espontneas eran realizadas siempre de manera consciente:
25
debe entenderse con toda claridad que no hablamos de una mera reagrupacin
de palabras o de una redistribucin caprichosa de imgenes visuales, sino de la
recreacin de un estado que slo puede compararse en buena lid con la locura26.
26
Colin Rhodes, Outsider Art: alternativas espontneas, traduccin Ferran Meler-Orti, Barcelona,
Destino, 2002, p. 84.
27
Roger Cardinal, El surrealismo y el paradigma del sujeto creador. Visiones paralelas: Artistas
modernos y arte marginal, Maurice Tuchman y Carol S. Eliel, Madrid, Museo Nacional Centro de Arte
Reina Sofa, 1993, p. 97. Breton, Oeuvres compltes, vol. 1, pg. 313.
26
Bellmer, quienes empezaron a afirmarse como creadores surrealistas en otras lneas
interpretativas. Pero antes de que esto ocurriera los surrealistas como Max Ernst
llevaban a cabo obras de arte de acuerdo con el surrealismo ms temprano.
Adems, se cree que fue Ernst quien en 1922 introdujo el libro de Prinzhorn en el
crculo surrealista de Pars al regalrselo a Paul luard. En este caso los surrealistas de
Pars conocan el arte psictico por obras de estudios franceses y por el momento su
modelo creativo se basaba en el arte realizado por un mdium. La introduccin del libro
del psiquiatra alemn estimul al surrealismo a indagar ms de cerca la relacin entre
los estados de desequilibrio mental y la intensidad esttica de esas obras. Asimismo,
entre 1928 y 1929 hubo en la capital francesa muestras y exposiciones comerciales de
arte psictico, en una de las cuales Breton adquiri un ensamblaje hecho con una caja
por un esquizofrnico annimo. De ella el poeta destac su poesa enigmtica
proveniente de su pulcritud obsesiva y de la absurda inutilidad de su contenido: una
media tijera, unos imperdibles, rollos de cuerdas, hebillas y plumillas, etctera, la cual
daba una sensacin de un collage recargado pero armonioso.
Por su parte, Max Ernst explot en su madurez creativa todo tipo de tcnicas
experimentales como el collage, el frottage o la calcomana, anlogas al proceder de
distorsin de la percepcin visual ordinaria que los enfermos mentales llevaban a cabo,
tanto que caa en la cita explcita de las obras marginales. En el otro extremo hallamos a
los surrealistas como Salvador Dal, que en lugar de imitar las tcnicas compulsivas y
de hacer arte a base de impulsos inconscientes, ejercan un control deliberado. De modo
que el elemento psictico se halla en el impacto de la imagen total, vista como el
28
Ibdem, p. 104. Max Ernst, critures, Pars, Allimard, 1970, pg.20.
27
equivalente de un sueo o de la alucinacin de un enfermo. Como dice Roger Cardinal
acerca de esto:
Conocidsima es la expresin del pintor en la que asegura que la nica diferencia que
existe entre l y un loco, es que, l, Dal, no estaba loco.
29
Roger Cardinal, El surrealismo y el paradigma del sujeto creador. Visiones paralelas: Artistas
modernos y arte marginal, Maurice Tuchman y Carol S. Eliel, Madrid, Museo Nacional Centro de Arte
Reina Sofa, 1993, pp. 108-109.
28
La coleccin de Hans Prinzhorn foment el inters pblico a medida que los artistas
hacan voz de ello a travs de su posicionamiento artstico. Sin embargo, entre los aos
veinte y treinta del siglo pasado, el enfoque esttico de las expresiones sintomticas de
los individuos perturbados mentalmente, se vio subvertido cuando en 1937, en pleno
rgimen nazi, se organiz en la Haus der Kunst de Mnich la exposicin Entartete
Kunst (Arte degenerado), la cual fue viajando por varias ciudades de Alemania y
Austria. El objetivo de esta exposicin fue la de ridiculizar al arte moderno de la
poca equiparndolo al mismo nivel degenerado de las obras de los internos en
centros psiquitricos. A medida que la poltica reaccionaria nazi se inclinaba hacia una
esttica conservadora, se realizaron todos los esfuerzos necesarios para imponer una
visin del arte que se aliara al nacionalsocialismo. De esta manera, la coleccin de
Prinzhorn se explot con el fin de desacreditar los afanes de los artistas innovadores
alemanes. De todos modos fue de las primeras exposiciones pblicas en dar a conocer
estas obras, las cuales, no olvidemos, solan estar reservadas de la mirada de curiosos en
el interior de los manicomios.
29
esta exposicin, Waldemar George neg que los artistas modernos sirvieran de modelo
a los enfermos mentales, pues valoraba ambas producciones como algo esencialmente
diferenciado. La exposicin de este ao fue un xito y no pas desapercibida para el
pblico general e intelectual.
30
Sarah Wilson, Del manicomio al museo: El arte marginal en Pars y Nueva Cork, 1938- 1968.
Visiones paralelas: Artistas modernos y arte marginal, Maurice Tuchman y Carol S. Eliel, Madrid,
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofa, 1993, pp. 124-125.
31
Ibidem, p. 131, cita extrada de Jean Dubuffet, Lart brut prfre aux arts culturels, cat de exp. Pars,
Galerie Ren Drouin, 1949, sin paginar, trad. Inglesa de Allen S. Weiss y Paul Foss en Art Brut:
Madness and Marginalia, nmero especial de Art & Text, Nm 27, diciembre de 1987- febrero 1988,
pgs. 31-33.
30
prxima exposicin que Jean Dubuffet organiza es en el Muse des Arts Decoratifs de
Pars en 1967 y, como veremos, unos aos despus crea un propio museo para su
coleccin de Art Brut. Esto signific la definitiva asimilacin cultural de esta clase de
arte.
31
PARTE II
32
Colin Rhodes, Outsider Art: alternativas espontneas, traduccin Ferran Meler-Orti, Barcelona,
Destino, 2002, p. 14.
32
Su trayectoria artstica se remonta al ao 1916 cuando a los quince aos entra en
la Escuela de Bellas Artes de Le Havre. Luego, dos aos ms tarde entra en la
Academia Julian de Pars, pero no es hasta los cuarenta y un aos que realiza su primera
exposicin. A pesar de este temprano inicio en el arte, su carrera estuvo muy
interrumpida. En varias ocasiones tuvo que dejar la pintura para dedicarse a los
negocios familiares de vinos, por lo que en su camino artstico se destacan dos
momentos. El primero, de 1918 hasta 1924, cuando estaba en la Academia Julian junto
con Raoul Dufy, Suzanne Valadon, Fernand Leger, Andr Massn y Juan Gris, en la
que su obra estuvo marcada por inevitables influencias surrealistas y cubistas. En 1924
rompe con su labor artstica para marchar a Argentina con el fin de encontrar un oficio.
En 1925 vuelve a Le Havre para dedicarse al negocio del vino hasta que en 1933 intenta
recuperar su camino en el arte. As pues, el segundo momento, el definitivo, es en 1942
cuando su decisin de dedicarse al arte es irrevocable, dejando clara cul sera su
postura artstica:
Haba perdido todo inters por el arte que se exhiba en las galeras y en los
museos, y ya no me apeteca lo ms mnimo introducirme en ese mundo. Me
gustaban las pinturas que hacen los nios, y no aspiraba a nada ms que hacer
algo equivalente ya para mi exclusivo placer33
33
Valerie Da Costa, Fabrice Hergott, Jean Dubuffet. Obras, escrtos, entrevistas, Barcelona, Polgrafa,
2006, p. 11.
33
se parece a una lengua muerta sin ninguna relacin con el habla de la calle y
resulta cada vez ms extraa a nuestra verdadera vida. () Aspiro a un arte
directamente arraigado en nuestra vida de cada da34.
Tal vez Jean Dubuffet deba esta perspectiva a su inicial formacin surrealista. Su
concepcin tambin tiene ese inters por los fenmenos que se hallan fuera de los
prejuicios y expectativas construidas por la civilizacin. Tambin comulga con la idea
de que el arte y el Art Brut nacen de la misma experiencia creativa, salvo que las
pretensiones son diferentes. Asimismo, como los surrealistas, Dubuffet adquiere una
actitud contestataria, resaltando la importancia de la redaccin de manifiestos,
manifiestos que desprenden un significativo tono antiburgus. En estos escritos hace un
llamamiento al pblico de arte para que deje de consumir los productos
convencionalmente aceptados y aceptables de la cultura. Para l su aceptabilidad carece
de virtud pues los considera faltos de vida. En su opinin el arte producido por y para el
34
Ibdem.
35
Idem, p. 60.
34
gusto de la corriente dominante ofrece obras vacas, por lo que nos invita a buscar el
arte de verdad en lugares impensados.
Por este trmino entendemos las obras producidas por personas que no han sido
daadas por la cultura artstica, en las cuales el mimetismo desempea un papel
escaso o nulo Estos artistas derivan todo, temas, eleccin de los materiales,
medios de transposicin, ritmos, estilos de escritura, etc., de sus propias
profundidades y de las convenciones propias del arte clsico o de la moda. En
estos artistas asistimos a una operacin artstica por completo pura, sin refinar,
en bruto y totalmente reinventada en cada una de sus fases a travs de los nicos
medios que son los impulsos propios de los artistas. Es, por tanto, un arte que
manifiesta una inventiva sin parangn36.
36
Colin Rhodes, Outsider Art: alternativas espontneas, traduccin Ferran Meler-Orti, Barcelona,
Destino, 2002, p. 24.
35
Segn su visin personal del mundo, la esttica equivale a una relativa ceguera frente a
la realidad. En cambio, su obra y las del Art Brut representan un espejo de la realidad,
pues permiten ver a la gente lo sublime en lo feo. La labor del pintor debe ser la de
desnudar a la pintura de los velos de la esttica convencional, ser honesto y revelar el
peor aspecto de ella, el real, el ms puro. As pues, como los surrealistas, Jean Dubuffet
crea que la conciencia interviene en nuestra percepcin, erigiendo una barrera represiva
entre la realidad y nuestra experiencia. Para liberarnos, debemos dejar actuar nuestro
inconsciente, accediendo a un estado similar o que simula la locura, pero en su caso, el
anlisis surrealista es sustituido por la sntesis formal. Esta libertad la encuentra en el
Art Brut.
37
Ibdem, p. 46.
38
dem.
36
exposiciones, hasta que en 1976 la coleccin se transform en el museo del Art Brut de
Lausana, viendo finalmente la luz pblica.
De todo esto se desprende una incongruencia que tiene mucho que ver con la
propia esencia del Arte Outsider. Esto es, la paradoja de ser marginal para integrarse al
sistema artstico bajo la esttica outsider. Siguiendo su creencia de preservar la
integridad de estas obras, Dubuffet hace de la categora Art Brut un sistema paralelo al
establecido culturalmente. As, el pintor se establece como el rbitro y controla, segn
su criterio, qu obras merecen la catalogacin de Art Brut y cules no; dependiendo
siempre de esta condicin de extremo aislamiento cultural de los artfices. Pero, tal y
como avanzamos al principio de este estudio cuando definamos el concepto de Arte
Outsider, aunque Jean Dubuffet afirmara que el Art Brut es inmune a la cultura, a las
obras hechas por artistas marginales que mantuvieron contacto con el mundo del arte
institucional les otorg la categora de invencin nueva. Esta categora se ajustaba a
los artistas que, segn l, ocupaban un espacio creativo intermedio entre el arte
profesional y el Art Brut.
39
Entrecomillado segn Roger Cardinal, Toward an Outsider Aesthetic en The Artist Outsider.
Creativity and the Boundaries of Culture, D. Hall Michael y W. Metcalf, Eugene Jr. Washington and
London, Smithsonian Institution Press, 1994, p. 31.
37
even a cursory scanning of the peasant arts of late nineteenth centry
Switzerland will prompt persuasive analogies in respect to stylized figures and
geometries (including the chains of repeated motifs, and the device of multiple
framing) At least one of Wlflis drawings echoes the typical format of a target
painted for a rural shooting contest, and the designs he did upon the Waldau
asylum ceiling, and the screen and wardrobes he decorated, transmit an overall
folkloric effect entirely redolent of cultural imprinting. Finally it is
indisputable that Wlflis texts, for all their delirious content, are rooted in the
syntax and vocabulary of the Bernese dialect, and that his hand writing
corresponds to the typical script of his area40.
40
Ibdem. p. 31-32.
38
2.2- La diferencia del Arte Outsider
La diferencia que existe entre la produccin de los artistas outsiders con las obras
generadas dentro del sistema del arte se fundamenta en la cultura. La cuestin de la
cultura es el elemento que permite una consideracin en la que se ponen en evidencia
los mecanismos de influencia ejercidos en ambos sistemas artsticos. A su vez, desvela
los puntos de inflexin entre el procedimiento y el resultado de los artistas outsiders y la
obra de los artistas insiders. Lo que queremos decir con esto es que aunque en el Arte
Outsider se observan similitudes formales y estticas con respecto al arte integrado y
viceversa, los mecanismos de relacin con la cultura no son iguales en ambos casos.
Sera muy interesante analizar lo que ocurre a partir de la segunda mitad del
siglo XX y estudiar si las nuevas tendencias se inspiran o no en lo marginal, tal y como
ocurri con las primeras vanguardias. Solamente nos aproximaremos a las
correspondencias y divergencias que hay en un sistema y otro como fruto de su
interaccin con la cultura. Y es que no se pueden entender estos mecanismos de
apropiacin e influencias a los que nos referimos sin tener en cuenta la posicin cultural
y social de los creadores en cada caso.
41
Colin Rhodes, Outsider Art: alternativas espontneas, traduccin Ferran Meler-Orti, Barcelona,
Destino, 2002, p. 129.
39
as como tambin de la multiplicacin de los accesos al conocimiento. Con la posguerra
se generaliza la alfabetizacin y el dominio visual de la publicidad por parte de los
medios de comunicacin de masas va ganando terreno. Los outsiders del siglo XX no se
libran de este fenmeno y la cultura dominante pasa a jugar un papel relevante en la
realidad existencial de estos individuos; no olvidemos que a pesar de su aislamiento son
miembros de la sociedad. As pues, las ilustraciones y los anuncios publicitarios de la
prensa del mundo cultural exterior que pudiesen estar presentes en el interior de los
centros psiquitricos, sirven como material expresivo para el artista marginal. El artista
marginal une de esta forma su vida privada con la vida en pblico, con la vida en
general42, pero a favor de sus construcciones mentales. Es decir, el creador de Arte
Outsider toma prestados elementos de la realidad exterior para introducirlos en la suya
propia interior, rehabilitndolos de acuerdo a su experiencia psicosomtica.
42
Ibdem, p. 132.
40
adquiridas tanto en obras marginales como en obras comunes de arte. Estas son las
prcticas contemporneas de la apropiacin de imgenes y objetos de la cultura popular
o de masas que hemos mencionado ya. As pues, el uso de este tipo de imgenes,
objetos o materiales se realiza a favor de un replanteamiento o restitucin que altera sus
significados. Se trata entonces de una postura intelectual y de aqu que, estos
procedimientos sirvan en la poca moderna para construir discursos crticos, o, si
tendemos hacia la posmodernidad, pueden utilizarse tambin como citas o parodias que
cuestionen la cultura de la que proceden. Estos productos no sirven a los artistas
outsiders como contenedores de irona, es decir, como material intelectual que transmita
algo cuestionable a la sociedad. Todo lo contrario, el tipo de objetos visuales outsiders
no tiene nada que ver con el humor irnico inherente al Pop Art, ni tampoco con la
crtica materialista del Arte Povera o con la idea mental del Arte Conceptual o Minimal.
Para los outsiders el uso de objetos de su propia cultura fundamenta la realidad de los
mundos ingenuos que ellos mismos recrean en su interior.
41
en juego. Prueba de esto es el propio sistema de Arte Outsider, una invencin que ha
valorado la obra de individuos discriminados como una forma de arte. Por tanto el
hacedor de arte outsider es transformado por los otros miembros de la sociedad en
artista, aunque reconocido de manera distinta a cmo se reconoce a un artista
convencional. Por otra parte, la autoconcepcin como marginal que a veces adopta un
artista comn puede deberse a su modo de ver la vida. En cuanto a un artista outsider, su
postura de marginal no es escogida ni entendida autoconscientemente, puesto que no
domina sus problemas o discapacidades. Slo a travs de una mirada esttica, a estos
individuos se les rehabilita socialmente reconocindoles un talento especial fruto de
sus capacidades creativas.
43
Lola Barrera e Iaki Peafiel, Qu tienes debajo del sombrero?, Barcelona, Cameo Media, 2007.
44
Ahora un museo de Art Brut: www.gugging.org
42
As pues, el Creative Growth surge tambin de la respuesta positiva generada
por el Arte Outsider en la esfera artstica y cultural en las ltimas dcadas del siglo
pasado. Nace en el ao 1974 por iniciativa de Elias Katz, psiclogo, y Florence Ludins-
Katz, educadora, con el fin de beneficiar a personas adultas discapacitadas con la
oportunidad de hacer arte. As podemos leerlo en su pgina web oficial:
Creative Growth has played a significant role in increasing public interest in the
artistic capabilities and achievements of people with disabilities. Artwork
created within our studio is exhibited directly in the Creative Growth gallery as
well as in outside galleries, museums, and private collections throughout the
world. Our primary focus is to encourage and support artists with disabilities in
the development and exhibition of their artwork45.
Durante los dos primero aos Judy no haca nada de inters artstico. Lo nico
que haca era llenar una pgina con garabatos, darle la vuelta y volver a realizar el
mismo procedimiento. Luego perda el inters y tiraba la hoja para volver a empezar
con otra. Pero un da la artista Sylvia Saventy trajo materiales textiles y Judy consigui
su primer objeto terminado: un trozo de madera envuelto con hilo.
43
y los envolva compulsivamente cada da, desde que llegaba hasta que se iba y no
paraba hasta que consideraba que haba terminado. Una vez terminaba una pieza, la
entregaba y se desentenda de ella e iniciaba una nueva, volviendo a realizar los mismos
procedimientos. Como manifiesta el director del centro la obra de Judy suscita muchas
preguntas. Est haciendo objetos? Est creando arte? Est comunicndose o est
desenmaraando todas las ideas que ha tenido durante los aos y no ha podido
contar?46.
Por tanto, la forma de la obra de Judy Scott respondera a ese tipo de obras
outsiders de aire autista que defina Roger Cardinal. En ella la nica referencia al
mundo exterior son los materiales que utiliza. Los objetos que envuelve son de todo
tipo, desde piezas de diversos materiales a toda clase de restos cotidianos; se han
encontrado, por ejemplo, desde revistas a pantallas de televisores o ruedas de bicicletas.
Como Judith Scott, otro participante del Creative Growth autista de nacimiento es Dan
Millar (1961). En su obra la idea de repeticin es muy importante, adems es muy
46
Lola Barrera e Iaki Peafiel, Qu tienes debajo del sombrero?, Barcelona, Cameo Media, 2007.
47
www.creativegrowth.org
44
compulsiva y misteriosa. Por qu repite una idea con ms urgencia cuando dibuja?,
se pregunta Stephen Walrod, psiclogo y coleccionista, quien cree que las acciones
repetidas o persistentes (como chuparse el dedo, o mamar) las hacemos desde que
nacemos, por lo que cree que Dan hace esto pero plsticamente. Como artista, las
repeticiones de Dan Miller no son garabatos aleatorios, sino que tienen cohesin y
coherencia esttica. Se observa una paradoja entre lo infantil, por la cualidad repetitiva
placentera y visceral, y la enorme fuerza de comunicacin. En su ficha se destaca:
his artwork reflects his perceptions. Letters and words are repeatedly
overdrawn, often creating ink layered masses, hovering on the page and built up
to the point of obliteration or destruction of the ground. Each work contains the
written recording of the artists obsession with objects like light bulbs, electrical
sockets, food and the names of cities and people48.
Terri Bowden (1962) es afroamericana, pero sus mejores amigos son albinos. Lo
que llama la atencin de su obra es la paleta de colores plidos que utiliza, as como las
cosas y personajes que representa fruto, tal vez, de su percepcin sobre sus compaeros
albinos:
Whether its reimagining Led Zeppelins Robert Plant, pop music icon Michael
Jackson, or a nondescript winking punk rocker, Terris ability to capture the
nuances of human expression exceeds far beyond the photos she uses as
reference. Her fixation on albinism extends to ceramics as well, with her
48
Ibdem.
45
pigmentless fruit, Hersheys kisses, cookies, rabbits and ducks, all executed in
the same whitish pink palette that appears in her drawings49.
William draws paints and re-builds his native San Francisco in search of the
elusive normal life, one of Baptist-sermon ideals and gleaming, safe,
artistically franchised, city centers. San Francisco re-emerges as Praise Frisco,
a place where Scotts public longing for wholesome, peaceful interactions take
place within idealized neighborhood landmarks50
49
dem.
50
dem.
51
dem.
46
Y por ultimo hemos seleccionado a la artista Aurie Ramrez (1962) por su obra de
ensueo surrealista:
47
artstico. Tanto es as que la situacin actual del arte marginal permite la exposicin de
piezas outisders al lado de obras insiders. Gracias a la labor de instituciones como el
Creative Growth o La Collection de lArt Brut, el pblico puede recibir en el espacio de
una exposicin, ambos tipos artsticos sin distincin alguna. Pero aunque lo parezca, no
creemos que se trate de una conquista por parte de lo marginal, sino ms bien de una
apoderacin de ste por parte del arte integrado. Por s mismo aquello que hemos
catalogado como Arte Outsider nunca se hubiera constituido como tal. Y es que el arte
Arte Outsider ocupa, por tanto, un lugar paradjico en la realidad del mundo del arte.
48
CONCLUSIN
Hay algo que no se ha dicho pero que podemos prever. A lo largo de nuestro recorrido
nos hemos topado con aspectos que desvelan una condicin paradjica de este tipo de
arte. Literalmente sabemos que Arte Outsider significa arte al margen, es decir, un
arte que no est dentro de la corriente del arte institucionalizado. Pero resulta que el
trmino no slo define un arte separado de otras formas de arte, sino tambin de la
cultura. Sin embargo, su existencia como tal se debe al reconocimiento que esta cultura
de la que se distingue le da. Por lo tanto, no es un trmino que nazca desde su propia
posicin perifrica. Su aparicin se debe a un encuentro fortuito entre ambas posiciones
culturales, ms an, es el resultado de un acto de asimilacin, en el sentido de otorgarle
una propiedad determinada a algo desconocido para introducirla en los parmetros
culturales usuales, o sea, para comprenderlo. En efecto, lo que definimos como arte
marginal no es en esencia arte, pero s expresin.
Como hemos visto, fue gracias a la atencin puesta por los psiquiatras en las
creaciones de sus pacientes que el mundo del arte, desde los artistas, mir hacia estas
manifestaciones. Los artistas vieron en ellos objetos estticos y, sobre todo, una fuente
de inspiracin. A travs de su inters, la forma de este tipo de piezas se fue registrando
en la esfera cultural. Poco a poco la cultura dominante fue dando cualidad de arte a lo
que haba surgido y conocido como expresiones psicopatolgicas. Esto cambia cuando
en un determinado momento un artista rechaza la mirada clnica hacia estas obras
marginales para atribuirles un nuevo significado como nicamente artsticas. As, es
Jean Dubuffet quien crea una nueva categora de arte: el Art Brut, que tal y como hemos
visto, termin por representar la rama ms conservadora del arte marginal. Y esto, tal
vez, se deba al propio funcionamiento del sistema establecido como Arte Outsider.
Con lo dicho en este trabajo nos damos cuenta de que el artista outsider es
diferente del pblico que recibe su obra. Nos hemos referido a individuos que por sus
particulares disfunciones sufren algn tipo de segregacin social que les sita al margen
de la cultura. A pesar de ello, algunos artistas y sectores del pblico masivo de la
49
sociedad occidental moderna, en contra de la dimensin relativista y autorreferencial
que ha adquirido el Arte en las ltimas dcadas, se han acercado curiosos a formas
artsticas alternativas libres de vanidad y presunciones intelectuales que lo nico que
favorecen es al distanciamiento del arte con el pblico. Para ello dirigen su atencin a
toda manifestacin annima, anonimato entendido como requisito de que los
productores residan fuera o en los lmites de las convenciones tradicionales del prestigio
o celebridad. Una vez son halladas unas piezas de estas caractersticas, su valoracin
genera, por tanto, un problema que afecta a la posicin de marginal que ocupa con
respecto a lo integrado. En otras palabras, cuando una obra de Arte Outsider se hace
visible a los ojos de un pblico entendido surgen sus contradicciones, las cuales
creemos inevitables. Desarrollemos, pues, las paradojas que supone hablar de este arte.
En primer lugar, para ser un artista outsider hay que estar fuera de las estructuras
de la cultura, ser invisible a sta, no basta con ser diferente. Slo de esta manera se
conserva la pureza de esta clase de arte. Si nos basramos en las nociones ms
ortodoxas del Arte Outsider, nos aferraramos a la idea de que el artista, con tal de
conservar la pureza de su obra, no puede corromperse por las costumbres de la cultura
dominante. De hecho se le considera incorruptible porque es incapaz de integrarse, dado
que sufre algn tipo de discapacidad fsica o psquica. Imposible, entonces, que puedan
creerse artistas o que entiendan sus obras como arte. De todas formas, por sus obras y
sus procesos creativos los miembros normales de la sociedad pueden considerar a
estos anormales como artistas y entender sus creaciones como arte. Hacer esto
comporta irnicamente posicionarse a favor de las instituciones dominantes y en contra
de la emancipacin social del artfice de la obra outsider. Por lo que es necesaria una
actitud responsable frente a este tipo de manifestaciones artsticas. As es como parece
actuar el Creative Growth Art Centre, que desde una postura artstica intenta ayudar a la
mejora de las condiciones sociales de sus participantes, dndoles y fomentndoles, en
vez de quitrsela, una autonoma como artistas.
50
dentro del sistema. Su aceptacin en el mundo del arte muchas veces comporta la
elisin de la obra con su creador, lo cual plantea interrogantes acerca de su forma
cuando se la puede comparar con el arte contemporneo. De esto era de lo que quera
proteger al arte marginal Jean Dubuffet.
Pero tal vez la paradoja ms significativa sea la que tiene que ver con su
exposicin, o dicho de otra forma, se entiende mejor la paradoja del Arte Outsider
cuando ste se topa con la mirada integrada. Todo lo que hemos descrito en estas
pginas no es ms que ese encuentro entre lo marginal y lo integrado. Lo que hemos
visto explica cmo el Arte Outsider se convierte en Arte gracias a unos procesos que
han permitido nombrarlo. Sin las propuestas de la Vanguardia o las reivindicaciones de
Jean Dubuffet, no existira una etiqueta para este tipo de expresiones. De todos modos,
desde una mirada extrnseca, las cualidades originales e innatas de estas manifestaciones
no se cambian tras nombrarlas como arte. Como hemos visto, estas producciones estn
en estrecha relacin con la condicin y vida de su productor, el cual sufre algn
trastorno psquico, fsico, o simplemente no lleva una vida de artista.
No en vano algunos artistas de diversos estilos, tales como los que hemos
repasado aqu, vieron en estas obras, en esencia no artsticas, un ingrediente comn a la
creatividad artstica. Ya sabemos que la concepcin de Jean Dubuffet surgi del inters
del surrealismo por los fenmenos inconscientes, as como tambin de su inters por el
lugar comn de la experiencia creativa tanto en ambos tipos de artistas. Lo nico que
encuentra diferente es la intencin. Las obras de Art Brut, como las marginales en
general, nacen de circunstancias sin pretensiones, no encuentran una funcin ms all de
la que ejercen en la vida de su autor. Por tanto quien se enfrenta a ellas desde el exterior,
o sea, desde el centro de la cultura, por mucho que se esmere nunca podr ejercer el
mismo control que ejercieron sus creadores sobre ellas, aunque es cierto que puede
descubrir muchas cosas de su vida interior.
51
determinada por transformaciones socio-culturales dentro de la historia53. Esta ltima es
la que mejor se ajusta a nuestra tesis, pues consideramos que ha sido gracias a varias
reglas en juego que determinaron la existencia de un tipo de manifestacin creativa
como arte. Ejemplo que puede servir para cualquier objeto artstico de la cultura
integrada.
Por otro lado tambin extraemos otra cuestin que tiene que ver mucho con la
postura y reivindicacin de Jean Dubuffet. Puede existir el arte en donde no se lo
nombra? Por qu slo consideramos arte a aquello que podemos nombrar como tal? Y
de nuestro acercamiento a las obras del Creative Growth Art Centre, se nos ocurren
otras preguntas como En qu se diferencia el impulso creativo del artista outsider del
impulso del artista insider? No son ambas expresiones necesarias del mundo interior
del individuo?
53
Allen S. Weiss, Nostalgia del absoluto: obsesin y art brut. Visiones paralelas: Aristas modernos y
arte marginal, Maurice Tuchman y Carol S. Eliel, Madrid, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofa,
1993, p. 281.
52
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65
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67