TRAVASSOS - Proyección Continental Del Brasil
TRAVASSOS - Proyección Continental Del Brasil
TRAVASSOS - Proyección Continental Del Brasil
Mxico 1978
Proyeccin
Continental
del Brasil
Indice
Introduccin
Prefacio
PRIMERA PARTE
Captulo I
Dos antagonismos en presencia
Captulo II
Poltica de comunicaciones de las naciones del Plata
Captulo III
Capacidad de reaccin de la Amazonia
SEGUNDA PARTE
Captulo IV
Casos de inestabilidad geogrfica
Captulo V
Santa Cruz de la Sierra
Captulo VI
Influencia norteamericana
TERCERA PARTE
Captulo VII
Sntesis geogrfica del Brasil
Captulo VIII
Aspectos decisivos del Brasil de la cuenca del Plata y del Brasil amaznico
Captulo IX
Expresin continental del Brasil
APNDICE
La situacin relativa como expresin geogrfica de Mato Grosso
Mato Grosso y la poltica continental del Brasil
Hacia el Oeste!
Bibliografa
INTRODUCCIN
principalmente por el hecho de que cada una de sus cuencas se encuentra bajo la
bandera de ms de un Estado: la del Orinoco, repartida entre Venezuela y
Colombia; la del Amazonas, con su prodigiosa red de afluentes, entre Brasil,
Colombia, Ecuador, Per y Bolivia; la del Uruguay, entre Brasil, Argentina y
Uruguay; la del Paraguay, entre Brasil, Bolivia, Paraguay y Argentina; la del
Paran, entre Brasil, Paraguay y Argentina.
Sera largo para esta introduccin citar aqu, aunque sumariamente, los
innumerables ejemplos que la historia humana nos ofrece para confirmar la
tendencia de los Estados a extender sus dominios hasta donde el trfico sea
capaz de llevarlos, siempre en provecho de sus propios intereses.
Las luchas por el dominio del Mediterrneo, las guerras de la Edad Media, las
campaas de Carlomagno para llevar su soberana de Atenas a la India, la
ocupacin de la pennsula itlica y de Sicilia, como consecuencia de la aparicin
de Roma y sus campaas por la conquista de la pennsula balcnica y, en
general, toda la historia de las invasiones de los tiempos antiguos proporcionara
ejemplos de los ms convincentes. Lo mismo sucedera en los tiempos modernos,
bajo la frmula de una unidad nacional, de que son pruebas la creacin del
Imperio Alemn, la unidad de Italia, la aspiracin a una Gran Grecia, a una Gran
Bulgaria y a una Gran Serbia.
La Guerra Mundial es la consecuencia de estos esfuerzos por extender el dominio
en nombre de la unidad nacional, traducida por la coercin poltica de bloques
tnicos, del mismo modo que el tratado de Versalles y la reaccin igual y contraria
a esa accin. La post-guerra se caracteriza por la recuperacin del terreno
perdido.
En el continente sudamericano las actividades polticas accionadas por este ltimo
postulado constituyen pruebas de claridad meridiana.
El envo de expediciones y los esfuerzos en llevar sus lmites meridionales hasta
las mrgenes del Plata, en lo que respecta a Brasil, son ejemplos por dems
significativos.
Contemporneamente, la magnfica expansin del Estado argentino, que cada vez
ms consolida la irradiacin incomparable de su influencia, a la sombra de una
misma lengua, de una misma religin y de la continuidad territorial que inspiraron
los antiguos virreinatos, es ms que un ejemplo, pues es una verdadera leccin.
PREFACIO
Le y rele detenidamente Aspectos geogrficos sudamericanos. Con la mayor
insistencia recomiendo su estudio a nuestros hombres de gobierno. En ese libro
se tratan los ms graves problemas de la existencia y el desarrollo de las
naciones del continente, los asuntos mismos de la verdadera poltica, con
mayscula.
Evidentemente, es prematuro trazar rumbos definitivos. El trabajo no trata de
hacerlo. Slo investiga los factores; procura individualizarlos en vista de lo que
nos ensea la antropo-geografa. Recordando que el porvenir econmico, poltico
y social de las agrupaciones humanas est como sealado por el relieve que los
acontecimientos geognicos y los factores fisiogrficos determinaron en la
superficie de los pases que habitan, procur Mario Travassos aplicar a nuestro
continente las lecciones de Ratzel, de Brunhes, sus discpulos y mulos. Enunciar
la meta es expresar la complejidad y el arduo esfuerzo que exige la solucin del
enigma. Por ms difcil que sea, es preciso hallar la solucin, para bien del
progreso y de la paz de esta fraccin del mundo, y, entretanto, para tarea, tan
vasta apenas algunos trazos estn esbozados. Ni siquiera est grabado el
alfabeto que deber ser empleado.
A pesar de ello, conviene leer este primer ensayo. Es una tentativa para, poner
mtodo en el caos de nuestras iniciativas, tan desordenadas, procurando analizar
los problemas a resolver, definindolos, viendo las reacciones recprocas, las
posibilidades presumibles, los factores que pueden surgir, los cuadrantes en que
pueden aparecer y los puntos del horizonte en que son de esperar.
No es de desaliento la impresin. Es ms de calma serena, sin deseos dbiles y
malsanos de ansias por ilusiones optimistas, quand mme.
Una primera leccin se recoge de ese anlisis; se otea el campo de accin.
Si este siglo debe ser el siglo del Pacfico y el de la Amrica del Sur, es
imprescindible sondear y definir las caractersticas de los trminos en presencia.
En cuanto a la Amrica del Sur, son dignos de mencin los dos ocanos que la
limitan, la permeabilidad antropo-geogrfica del continente en s, las semejanzas y
las oposiciones de sus zonas diversas, los imperialismos varios que la acercan,
los otros que le son intrnsecos, los remedios, los errores a evitar y las formas
propias de su desarrollo.
Es interesantsimo y acertado el cuadro que se traz de los antagonismos
ocenicos y, correlativamente, el de los antagonismos de las dos vertientes que
definen la espina dorsal de los Andes. No menos interesante es la descripcin de
los aspectos opuestos de la cuenca del Plata y la del Amazonas. Muestra cmo el
conjunto atlntico tiende y tender naturalmente a sobrepasar, social y
econmicamente, el borde del Pacfico y, a ese respecto, es digno de la mayor
ponderacin lo que expresa sobre el influjo de los "nudos" y de los pasos de la
Cordillera.
Pone en evidencia, cules son las lneas de menor resistencia o las posibles
tentativas imperialistas, constituidas por el Mediterrneo, que es el mar de los
Caribes, y el golfo de Mxico, condensador de expansiones, por el predominio
martimo de las tierras que los cercan. Vuelve luminosamente clavo el papel de
pacificador, con poder de coordinar y de suavizar conflictos, que puede
corresponder al Brasil.
No deja de examinar, aunque sea superficialmente, el "punctum dolens" del
continente Bolivia, oprimida por su situacin angustiosa de pas aislado,
solicitado por tendencias externas antagnicas. Esboza cmo el canal de Panam
puede constituir en el noroeste de Amrica del Sur una zona delicada de cismas
polticos. No deja de hacer ver cmo el Uruguay sufre presiones anlogas, entre
las afinidades raciales con el Brasil y las solicitaciones polticas de la Argentina.
En todos esos casos se tiene la intencin de resolver todo en la paz y en el
progreso.
Y una segunda leccin est en los remedios que prev: la unin para conocernos
mejor.
Unin para la cual no debe haber exclusivismo de mtodos, so pena de que los
gastos a enfrentar no sean compatibles con nuestros recursos, por lo menos en
un futuro prximo. Las realizaciones deben ser rpidas, y, por lo tanto, no ser
posible recurrir como medicina nica a la construccin de ferrocarriles, a causa de
la lentitud de ella.
Es, pues, a los rieles, al barco, al avin y al hidroavin que se recurrir para'
intensificar y apresurar esa poltica de aproximacin continental. Bien se ve la
importancia y la gravedad de los asuntos que contempla el presente estudio.
Es imposible resumir aqu todos los puntos tocados y las ideas sugeridas. El
capitn Mario Travassos, conocido oficial del Ejrcito, tiene de quin heredar su
capacidad, el patriotismo y la competencia del tronco ancestral del que procede.
Era necesario recordarlo aqu para agradecerle el honor que me concedi al pedir
mi opinin sobre su libro.
Lanlo los estudiosos y los que tienen responsabilidad de gobierno. Como yo, al
finalizar, lo reelern. En l todos los hombres de buena fe hallarn algo que
aprender.
PRIMERA PARTE
CAPITULO I
Dos Antagonismos en Presencia
Atlntico versus Pacfico. - Plata versus Amazonas.
Cuando se consideran, en conjunto, los fenmenos econmicos y polticos que se
realizan en pleno continente sudamericano y en sus inmediaciones, debe
admitirse la presencia de dos antagonismos fundamentales en su extenso y
variado territorio, como los factores esenciales de las modalidades en que se
manifiestan aquellos mismos fenmenos.
Esos antagonismos, si de cierto modo separan, como todos los antagonismos,
pueden significar, conjugados, las verdaderas fuerzas creadoras de cuanto pasa
en los dominios polticos de la actividad sudamericana. Esta comprobacin no
hace sino confirmar una de las ms decisivas conclusiones de la ciencia
geogrfica moderna, segn la cual los antagonismos se revelan como fuerzas
armonizadoras por excelencia si se contemplan los aspectos antropo-geogrficos
que encierran.
Y esto se torna tanto ms real, cuanto ms se desarrollan, por una parte, las vas
de comunicacin y los medios de transporte, y, por otra, la riqueza a circular.
Slo las reacciones recprocas de esos factores, acondicionados a los
antagonismos geogrficos de nuestro continente, pueden determinar un criterio
seguro para orientar los espritus al juzgar la importancia de los acontecimientos
actuales o al estimar las posibilidades de sus desarrollos ulteriores.
Esos antagonismos se manifiestan interesando amplitudes distintas:
Uno, abarcando todo el continente, tanto en sus causas como en sus efectos, se
traduce por la oposicin de las dos vertientes continentales, la del Atlntico y la del
Pacfico.
Otro, interesando directamente la vertiente atlntica, es la oposicin de los dos
grandes cauces situados en ella, el del Amazonas y el del Plata, y puede ser
fcilmente comprobado a simple vista sobre una carta geogrfica de la Amrica
del Sur.
fundirse en la barrera orogrfica que, a su vez, reparte aguas entre esas cuencas
y las de San Francisco y Paranahyba, comprobaremos una nueva oposicin.
Al Norte, el Amazonas; al Sur, el Plata.
Sus ms lejanos afluentes se oponen sistemticamente. El mayor caudal del uno
corre en direccin general del Norte; las aguas del otro, al Sur. En corto trecho
concuerda el curso inferior de sus caudales en la direccin general, al Este. Aun
as lo hacen despus de recorrer regiones de diferente clima y produccin: el
Amazonas, recibiendo en su largo curso afluentes repartidos al norte y al sur del
Ecuador; el Plata, en su menor desarrollo, encauzando toda una extensa cuenca
homogeneizada por el trpico meridional; mientras el Amazonas desemboca en el
ocano en la extremidad nordeste del litoral de la gran vertiente, a la altura del
Ecuador y frente a la ruta de circulacin martima ms importante del Atlntico Sur,
el Plata lo hace mucho ms al sur del Capricornio, frente a rutas secundarias de
circulacin martima.
Como se puede deducir desde ya, adems de las complicaciones peculiares a las
circunstancias que lo definen, ese antagonismo agrava el creado por la divisoria
andina; por eso es que las reacciones de la vertiente atlntica sobre la del Pacfico
se van a producir a travs de dos cuencas tambin antagnicas. Es por esas
cuencas que la vertiente del Pacfico procura neutralizar sus insuficiencias, o sean
las insuficiencias de su litoral (ausencia de "ecumeno") y del ocano que lo baa
(circulacin regional).
Mediante esas dos formidables vlvulas de seguridad, en contacto directo con la
civilizacin europea, es que la vertiente pacfica escapa a influencias extraas que
sus valles longitudinales Pueden atraer y canalizar.
De estas causas surgen los otros dos aspectos capitales, que se pueden traducir
en la rivalidad de trfico de las dos grandes cuencas, verdaderos compartimientos
de la vertiente atlntica, hasta ms all de las cumbres andinas.
Es lo que nos va a demostrar al efectuar una ojeada sobre la poltica de
comunicaciones en la cuenca del Plata y sobre las posibilidades de trfico del
Amazonas.
CAPITULO II
Poltica de Comunicaciones
Proyeccin internacional de la red ferroviaria argentina. - Repercusin
directa sobre la vertiente del Pacfico e indirecta sobre la cuenca amaznica.
La red de comunicaciones de las naciones del Plata es una de las ms expresivas
demostraciones de cunto vale el hombre como factor geogrfico de primera
calidad. Al mismo tiempo, prueba de un modo perfecto, la elasticidad de la
geografa poltica como cpula de la antropo-geografa, la gama de sus
variaciones, desde la ms racional de las hiptesis hasta el ms absurdo de los
hechos.
Aspectos como el de esa red de comunicaciones no dejan dudas de que la
geografa poltica no es, en verdad, sino otra geografa cualquiera animada por el
hombre. Qudase convenido una vez ms de que, sin el hombre como factor
geogrfico, toda la geografa se convierte en un cuerpo sin alma.
Es que el sentido poltico, en toda la amplitud de sus acepciones, es el alma de las
realidades geogrficas, para las cuales la actuacin del hombre es todo.
En el caso particular de la red de comunicaciones, esa actuacin se muestra por
dems interesante, puesto que las vas se van a concentrar en el propio corazn
de uno de los pases de la cuenca del Plata, en Buenos Aires, la distribuidora en la
orilla misma de dicho ro, al margen del Atlntico. Y cunto est realizado, honra
sobremanera a la Nacin Argentina, por la grandeza y el alcance de la obra
efectuada, no obstante la magnitud de la contribucin extranjera.
En efecto, el cuadro poltico argentino es, en nuestro continente, un ejemplo
notable de lo que mejor se admite, desde el punto de vista doctrinario, sobre el
asunto.
No le falta ni extensin ni equilibrio. Traduce exactamente la accin coordinadora
sobre los factores geogrficos y humanos acondicionados por la Nacin Argentina.
Define con precisin las tendencias, las necesidades y posibilidades del pueblo
argentino, en s y en relacin con los dems.
De cualquiera de sus modalidades polticas se pueden deducir, fcil y
espontneamente, las directivas de su poltica nacional. En conjunto, sus
actividades constituyen un verdadero sistema de fuerzas, segn las aspiraciones
CAPITULO III
Capacidad de Reaccin de la Amazonia
El altiplano boliviano y las comunicaciones de Amazonia. - Los pasos
andinos.
Como acabamos de ver, entre los aspectos ms importantes del esfuerzo
ferroviario de las naciones del Plata es notable el volumen econmico y poltico de
la unin Buenos Aires - La Paz. En primer lugar, dicha unin, aunque
indirectamente, multiplica los contactos de la vertiente atlntica con el Pacfico. Lo
que el transandino, por el paso de Uspallata, hace con Valparaso, la unin
Buenos Aires - La Paz, si consideramos que ella se prolonga hasta Cuzco, opera
en relacin a los puertos chilenos de Antofagasta, Mejillones y Arica y al puerto
peruano de Mollendo. En seguida est el papel que sus rieles representan, frente
a las cabeceras de los valles de la cuenca del Madera, como barrera econmica,
verdadera caja recolectara, en el altiplano, en favor del Plata, como ya se ha
mencionado.
Considerando la repulsin geogrfica entre las cuencas del Plata y del Amazonas,
se puede apreciar lo que significa la poltica de comunicaciones del Plata como
neutralizacin de la mala posicin relativa del Plata, y como provecho a sacar de
las incipiencias del Amazonas.
El altiplano boliviano y la Amazonia.
Analicemos ahora las comunicaciones del altiplano boliviano, s como las
posibilidades de reaccin de las comunicaciones de la cuenca amaznica sobre la
poltica ferroviaria del Plata.
Nos parece ser ste un asunto por dems palpitante, dada la-creciente
importancia econmica del altiplano boliviano y la repercusin continental de la
poltica de comunicaciones del Plata.
La llave del problema se halla en el llamado tringulo econmico Cochabamba Santa Cruz de la Sierra - Sucre, verdadero smbolo de la riqueza boliviana.
Ese tringulo tiene la particularidad, debido a su posicin, de ofrecer la base
(Cochabamba - Santa Cruz), a las posibilidades de navegacin que el Madera, a
su vez, ofrece a la vertiente nordeste y este del altiplano.
Por otro lado, esa base est representada en el terreno por la excelente carretera
que une Santa Cruz de la Sierra con Cochabamba, lo que aumenta en mucho el
valor de su posicin.
Pero es preciso no olvidar que si Santa Cruz tiene enlace por la cuenca del ro
Grande, el ms importante afluente del Mamor, Cochabamba es solicitada
directamente por la red ferroviaria del Plata y no deja de sufrir la influencia
martima de Arica, como consecuencia del propio sistema ferroviario de la regin.
Se torna as ms que evidente la importancia actual de Cochabamba como
principal vrtice del citado tringulo econmico del altiplano boliviano, esto es,
como centro de atraccin de todo el potencial de la regin interesada por ese
mismo tringulo. En su favor cuenta no slo con su posicin central sino, y sobre
todo, con las comunicaciones que concentra.
La inversin de esos valores, entretanto, es de muy posible realizacin si tenemos
en cuenta la importancia econmica de la vertiente oriental del altiplano y la
capacidad de atraccin del Madeira - Mamor.
En cuanto a la importancia econmica de esta vertiente, Santa Cruz la representa
bien por ser el principal centro productor de toda la inmensa zona de que venimos
tratando. Praderas y rebaos sin fin, caucho y trigo, son caractersticas suficientes
para la calificacin econmica de esa zona.
La capacidad de atraccin del Madeira, ya francamente manifestada por la
construccin del camino La Paz - Yungas, segn nos consta, en vas de
conclusin, espera slo la unin ferroviaria Santa Cruz - Cuatro Hoyos (200 km, de
los cuales 100- km ya abiertos en carretera), o mejor, Santa Cruz - Guajar Mirim,
para que se haga sin interrupcin el trnsito ferroviario de Santa Cruz hasta Puerto
Viejo, donde los rieles entregan a las vas fluviales la carga que ellos transportan.
De lo expuesto resulta que slo se trata de desplazar el centro de atraccin de la
regin de Cochabamba a Santa Cruz, inclusive, porque la atraccin ejercida por
Cochabamba es, por as decir, artificial, producto de las facilidades de
comunicaciones de que disfruta; en cambio, Santa Cruz representa realmente el
verdadero centro de gravedad de la economa del altiplano.
El camino La Paz - Yungas es un precioso esfuerzo, aunque todava secundario,
que los bolivianos realizan para escapar a la red ferroviaria del Plata, llevando por
el Beni, y hacia las aguas del Amazonas, la mayor y mejor parte de la riqueza de
la vertiente nordeste del altiplano. Queda an por realizar el esfuerzo principal: el
de completar la posibilidad que ofrece el Madeira-Mamor haciendo aproximar, en
cualquier forma, las puntas de sus rieles a la regin de Santa Cruz de la Sierra,
aun duplicando la va fluvial.
Esas son las grandes lneas del problema. En presencia de ellas se tiene que
reconocer la facilidad de navegacin del Amazonas en esa regin, en contraste
SEGUNDA PARTE
CAPITULO IV
Casos de Inestabilidad Geogrfica
En torno de los territorios boliviano y colombiano. - Caso uruguayo.
Nada ofrece mayores motivos generadores de inquietud polnica que la
inestabilidad geogrfica, esto es, la oscilacin de ciertos territorios entre
determinadas caractersticas que los circundan.
Territorios as oscilantes son verdaderos focos de perturbaciones polticas, causas
de disensiones o, por lo menos, de preocupaciones serias, a fin de evitar posibles
conflictos internacionales.
En nuestro continente hay algunos casos de inestabilidad geogrfica dignos de
tenerse en cuenta. Uno de ellos, el de Bolivia, es muy conocido. Otro, que se
desarrolla en el extremo noroeste del continente, recin comienza a interesar.
Adems, est el caso uruguayo, comprobado plenamente por la historia.
Territorios boliviano y colombiano.
El caso de Bolivia surgi como consecuencia de la Guerra del Pacifico. Despus
de todas las discusiones en torno a su triste situacin de pas mediterrneo,
quedaron en evidencia las verdaderas causas de su inestabilidad. De un lado su
vinculacin geolgica a la estructura andina y, del otro, su oscilacin delante de las
cuencas que desgastan sus flancos: la Amaznica y la del Plata.
En efecto, la situacin de Bolivia es hoy de las ms delicadas.
Ligada geolgicamente a la Cordillera de los Andes, sufre directamente los efectos
de las discordancias entre Chile y Per. Influida por las cuencas Amaznica y la
del Plata oscila, inestable, entre la Argentina y el Brasil. Como la verdadera
amputada de la Guerra del Pacfico y ante la indiferencia brasilea, tuvo que
someterse, sin derecho a elegir, a la influencia argentina.
De los mltiples aspectos de Bolivia mediterrnea, esta ltima es de los ms
importantes.
Todo est reunido en un espacio tan pequeo que se torna casi inconsistente
desde el punto de vista poltico, en el que, adems, esa regin en nada se parece
al conjunto de la masa continental.
La inestabilidad geogrfica del territorio boliviano no ofrece consecuencias sino
continentales; en cambio, la del extremo noroeste del continente sobrepasa sin
duda aquellos lmites.
La vinculacin andina del territorio de Bolivia, frente al desentendimiento entre
Per y Chile, produce inconvenientes solamente para Bolivia, convertida
prcticamente en mediterrnea. Hacia el lado de la Cordillera existe slo un punto
de friccin de poca importancia para los dems: un puerto para Bolivia.
La oscilacin entre las fuerzas poltico-econmicas, que las cuencas del Plata y
del Amazonas representan, puede producir un verdadero motivo de aprensiones
internacionales ms serias. Esas cuencas significan intereses de toda suerte,
ligados a las dos ms importantes naciones del continente que, si todo las une, no
por eso estn del todo libres de posibles estremecimientos provenientes del
altiplano central del continente.
Y all no est todo el peligro, pues si esas naciones se estremecieran, ello tendra
inmediata repercusin sobre las dems. De all el carcter continental que podr
resultar de la inestabilidad geogrfica de Bolivia.
La inestabilidad geogrfica del extremo noroeste del continente, en cambio,
precisamente porque se halla en una de las extremidades de la masa continental,
se presenta como una presa fcil a influencias extra-continentales.
Y todo esto es ms real, cuanto que la extremidad de que se trata es contigua a
uno de los focos ms intensos de influencias extraas de los que existen en el
continente sudamericano.
El canal de Panam verdadera encrucijada internacional y el mar de las
Antillas incubadora de la influencia yanqui resumen bien el carcter de las
presiones que se ejercen en esa extremidad del continente sudamericano. Las
lneas naturales de penetracin, constituidas por los valles del Magdalena y del
Orinoco, dicen el resto.
El caso uruguayo.
Es de los casos de inestabilidad ms interesantes de la geografa sudamericana.
Es una consecuencia de la situacin en que el rgimen orogrfico y el geolgico
dejan al territorio uruguayo con respecto a los territorios brasileo y argentino que
lo encuadran.
CAPITULO V
Santa Cruz de la Sierra
El tringulo simblico del altiplano boliviano. - Santa Cruz solicitada hacia
todos los rumbos del cuadrante.
Las circunstancias geogrficas del altiplano boliviano expresan bien toda la
inquietud poltica que gira alrededor del territorio de Bolivia.
Como algunos autores lo han hecho notar, las solicitudes que cercan el territorio
boliviano son de tal carcter que llegan a crear para Bolivia una inestabilidad
poltica verdaderamente amenazadora para la paz sudamericana.
En efecto, vinculada al territorio del Pacfico por la naturaleza andina de la parte
occidental de su territorio, es, en su parte central y oriental, violentamente
disociada por la repulsin de las cuencas del Plaza y del Amazonas.
Es evidente el apremio poltico que caracteriza la vida de la nacin boliviana,
obligada a dirigir su vista hacia el Occidente, como la amputada de la Guerra del
Pacfico, mientras otros disputan los valores econmicos de su soberbio territorio
perfectamente determinado por el tringulo Sucre - Cochabamba - Santa Cruz de
la Sierra.
En la fiel expresin de esa miniatura, debe hacerse resaltar a Santa Cruz de la
Sierra, por ser precisamente la regin en que tienden a manifestarse todas las
fuerzas disociadoras de Bolivia mediterrnea; en dicha regin esas fuerzas
encuentran su verdadero punto de aplicacin.
Por estas razones, convergen desde todos los puntos del cuadrante las ms
imperiosas influencias sobre Santa Cruz de la Sierra, siguiendo las direcciones de
Cochabamba, de Orn por Yacuiba, de Puerto Surez y, finalmente, desde
Guayar Mirim.
La direccin de Cochabamba es, en el momento actual, de las ms
amenazadoras. Atrae directamente hacia el Oeste (Arica), e indirectamente, hacia
el Sur (Buenos Aires). Tiene en su contra, en cambio, las fuertes pendientes de la
carretera que sube a partir de Santa Cruz para alcanzar las vas ferroviarias.
Adems de eso, el Beni, disponiendo del ramal La Paz - Yungas, puede dirigir
hacia el Norte una gran parte de la capacidad disociadora, partiendo de la regin
de Cochabamba.
La direccin de Oran es todava lejana como fuerza disociadora. La punta de rieles
apenas transpone el Bermejo, y cuando haya alcanzado Yacuiba, tendr que
recorrer an cerca de 600 km para alcanzar Santa Cruz. No debemos olvidamos,
empero, de que por esa direccin, corriendo rectamente hacia el Sur, conduce por
el camino ms corto a Buenos Aires, al colector natural de la cuenca del Plata. Esa
circunstancia puede, de un momento para otro, tornar esa direccin disociadora en
una de las ms peligrosas.
La direccin de Puerto Surez, en cuanto a la atraccin que ejerce sobre Santa
Cruz, puede considerarse como conjugada con la va fluvial del Paraguay. Eso
quiere decir que, a pesar de dirigirse hacia el Este, puede la direccin de Puerto
Surez ser coordinada, en sus efectos econmicos y polticos, con la direccin del
Sur, jalonada por Yacuiba - Oran. La llamada Convencin Carrillo - Gutirrez es la
mejor prueba de ello.
Entretanto, dos acciones neutralizantes deben ser contempladas: las malas
condiciones de navegabilidad del Paraguay aguas arriba de Asuncin y el papel
funcional de Mato Grosso, del Ferrocarril Noroeste, si es convenientemente
conjugado con el puerto de Santos.
Por ltimo, la direccin determinada por Guayar Mirim, punta de rieles del
Madeira - Mamor, traduce la capacidad como va de transporte del Amazonas,
sobre todo despus de construido el ramal Santa Cruz - Cuatro Hoyos.
Santa Cruz, solicitada hacia todos los rumbos del cuadrante.
Como se ve, Santa Cruz de la Sierra es una notable encrucijada econmica en el
centro del continente. Dbese convenir, empero, que los intereses econmicos
que all convergen no tienen el mismo valor. De igual modo debe reconocerse que
el valor de cada uno de ellos es ms o menos aleatorio, segn el progreso o
retroceso de los dems.
CAPITULO VI
Influencia Norteamericana
El mediterrneo americano. - Rumbos a la influencia yanqui.
La influencia mundial de los Estados Unidos de Norteamrica es hoy una realidad
que no se discute. Crece con la importancia cada vez ms acentuada de sus
relaciones financieras y econmicas con los dems pases. Es una servidumbre
contra la cual intilmente se debaten los que contra ella se sublevan.
Las causas de esa influencia son mltiples y complejas. Escalnanse desde los
ms simples y prosaicos motivos de orden econmico hasta las razones polticas
de suprema trascendencia. Lejos est de nosotros el pretender enumerarlas.
Bien al contrario de esa influencia as generalizada es la que el potencial yanqui
ejerce sobre los pases americanos.
Para esa otra influencia, tal vez secundaria, debido al valor de las actividades en
juego. A la mayor proximidad y a la poca capacidad de la totalidad de los influidos,
hay razones puramente geogrficas que por s solas son capaces de explicar
ciertas maniobras diplomticas (econmicas) o ciertos golpes de fuerza (militares).
Esa clase de predominio en determinadas circunstancias geogrficas, si se puede
decir as, sirve tanto para atenuar las culpas de la influencia yanqui sobre la propia
Amrica, como de aviso previo para los pases americanos que todava no han
sido alcanzados directamente por ella.
El mediterrneo americano.
Al mar de las Antillas le cabe ese papel de alta significacin poltica, sea para
justificar las faltas internacionales norteamericanas, sea para servir de toque de
atencin al continente del Sur.
Las bases en que asienta ese papel funcional del mar de las Antillas son fciles de
establecer.
Antes que nada es su carcter mediterrneo.
Fisiogrficamente, las cuencas del Orinoco y del Magdalena engloban las lneas
de penetracin, por excelencia, para cualquiera de las influencias econmicas
provenientes del mediterrneo americano. No slo abren las puertas a los largos
valles longitudinales de los Andes, los que, por contacto directo, comunican con el
valle del Amazonas e, indirectamente; con los "nudos" y pasos (pasos andinos),
sino que comunican tambin con ese valle y con la cuenca del Plata.
Como es natural, la regin de las Guayanas es para despreciar. A pesar de su
forma de verdadero trampoln para saltar al Amazonas, no rene las ventajas de
aquellos otros dos ejes de penetracin y envuelve cuestiones relacionadas con la
poltica europea. Adems, el valle amaznico ya est franqueado al capital
norteamericano.
Los imperativos industriales van a servir para limitar la extensin de sus
pretensiones, y, por eso, nada autoriza a admitir una penetracin en toda la
profundidad, aunque fuera facilitada por las posibilidades fisiogrfcas ya referidas.
Dada la importancia avasalladoramente creciente del avin y del automvil, sin
duda alguna corresponden al caucho y al petrleo, las preferencias que deban
limitar el primer paso de las influencias poltico-econmicas yanquis en territorio
sudamericano.
A esos imperativos corresponde el control ejercido por los americanos sobre el
petrleo de Venezuela, de Colombia y del Per, y la actuacin de Ford en el
Amazonas.
Si tuviramos en cuenta las medidas de seguridad adoptadas por el Ecuador y por
Bolivia por medio de una legislacin destinada a mantener, en cualquier caso, la
nacionalizacin de su petrleo, se puede fcilmente comprobar por dnde andan
ya las influencias yanquis en territorio sudamericano.
De un modo general se puede decir que los valles del Orinoco y del Magdalena ya
fueron remontados y el paralelo de Manaos marca aproximadamente el lmite del
avance realizado.
Aunque no sea fcil pronosticar, todo hace suponer que los mayores progresos de
la infiltracin de los intereses norteamericanos en nuestro continente se harn por
las vas andinas y a lo largo de la costa del Pacfico. Corrobora nuestro pronstico,
adems de las facilidades fisiogrficas, el fraccionamiento poltico del territorio.
Adems de eso, es el medio ms seguro y el camino ms directo para ir de las
Antillas al altiplano boliviano, verdadero centro geogrfico del continente del Sur. Y
esa tarea no es de las ms difciles; por eso es que puede llevarse a cabo a la
sombra del litigio del Pacfico, cuya solucin, a pesar de todo, est, lejos de
satisfacer los puntos de vista verdaderamente esenciales para el equilibrio poltico
de la Amrica del Sur.
TERCERA PARTE
CAPITULO VII
Sntesis Geogrfica del Brasil
"Regiones naturales" brasileas. - Papel funcional de las "regiones
naturales" brasileas.
Despus de haber analizado la masa continental sudamericana, se piensa en el
papel que le tocara en ese conjunto al territorio brasileo, que contiene ms de
dos tercios de las costas del Atlntico y de las tierras de la vertiente atlntica, y
cuyo dinamismo hidrogrfico se manifiesta decisivo mediante sus dos grandes
cuencas: la del Plata y la del Amazonas.
Para apreciarlo, antes que nada, se debe pasar revista a nuestro propio territorio,
estudiando su propia manera de ser, para luego deducir sus posibilidades
funcionales en relacin con el resto del continente.
No pocas veces se han trabado serias discusiones en torno de la cuestin de
nuestra unidad geogrfica, unidad que unos juzgan de inatacable exactitud y otros
la encaran como absolutamente discutible.
Las opiniones varan desde la idea de considerar el territorio brasileo como la
yuxtaposicin de innumerables mesopotamias, surcado por grandes ros, como si
fuera un extrao archipilago continental, hasta la exageracin de pretender
encerrar todo en el macizo central de nuestro sistema orogrfico.
En el primer caso se olvida el papel vinculador de las vas fluviales; en el segundo,
se desprecia la caracterstica centrfuga del macizo brasileo, como centro de
dispersin de las aguas, y la posicin excntrica del valle amaznico, que,
evidentemente, lo aleja de las posibles influencias unificadoras de aquel macizo.
Segn nuestra manera de ver, no se precisa llegar a ninguno de esos extremos.
Segn el criterio de la ciencia geogrfica moderna, la unidad de un territorio no se
debe restringir al punto de vista estricto de la geografa fsica. Muy raros son los
pases que disponen de una unidad territorial indiscutible desde el punto de vista
fisiogrfico. Lo que se hace necesario es ver hasta dnde el territorio en cuestin
permite a la geografa poltica abarcarlo en una verdadera nacin.
serios para dar realidad prctica a las tendencias geogrficas que hemos fijado.
El da en que esas tendencias pudieran ser suficientemente atendidas, todos los
fantasmas desaparecern y nuestra unidad geogrfica no se discutir ms, al
menos con los excesos que todava sellan tales controversias. En la verdadera
acepcin del trmino, no nos falta unidad geogrfica; slo debemos traducir
polticamente los factores que la manifiestan a travs del Brasil longitudinal.
CAPITULO VIII
Aspectos decisivos del Brasil de la
Cuenca del Plata y del Brasil
Amaznico
Acciones neutralizantes del Brasil de la cuenca del Plata sobre la fuerza
concntrica de dicha cuenca. - Potencial centrpeto del Amazonas en lo que
se refiere a la inestabilidad boliviana y colombiana.
Nadie puede negar a las cuencas hidrogrficas el papel que les incumbe en la
caracterizacin y en la delimitacin de ciertas regiones, pues la cuenca
hidrogrfica, con la red de sus afluentes, forma fisiogrfica y econmicamente la
regin que surca.
Hay regiones que no pasan ms all de la cuenca del caudal que les corroe el
modelado. Los aspectos geogrficos que la rodean no crean ningn otro arbitrio
para el intercambio de los productos. Nada neutraliza las acciones concntricas
engendradas por la red hidrogrfica y por la propia cuenca. Una suerte de
fatalismo arrastra todas las cosas.
Sin embargo, las excepciones a ese caso general son cada vez ms numerosas.
Debe contarse, la mayora de las veces, con determinadas circunstancias
adyacentes y que pueden intervenir como verdaderos factores geogrficos,
modificadores del dinamismo centrpeto de las cuencas hidrogrficas.
Y esos factores son mucho ms frecuentes y completos de lo que se pueda
pensar a simple vista si se considera, adems de otros aspectos, la influencia
creciente que los medios de comunicacin asumen en los vastos dominios de la
geografa poltica.
El Brasil de la cuenca del Plata y el Amaznico nos ofrecen dos casos
caractersticamente diferentes y manifestados en tal posicin geogrfica que
constituyen, con el litoral atlntico que nos toca, la expresin misma de la
influencia continental del Brasil.
Acciones neutralizantes sobre la cuenca del Plata.
El Brasil de la cuenca del Plata nos ofrece un ejemplo notable de las acciones
neutralizantes sobre el poder concntrico de las cuencas hidrogrficas.
Como se sabe, la cuenca del Plata comprende el curso superior de tres de sus
principales afluentes en tierras brasileas: el Uruguay, el Paran y el Paraguay,
que penetran profundamente en nuestro territorio, y tres de los principales
afluentes orientales del Paran lo surcan extensamente, desde los contrafuertes
occidentales de la sierra del Mar.
Es conocido igualmente el esfuerzo formidable de la poltica de comunicaciones
de las naciones del Plata propiamente dicho. Por un lado, la explotacin
sistemtica de las vas fluviales, bien atendidas en sus medios de transporte, en el
dragado y en el rgimen portuario; del otro, las comunicaciones ferroviarias
duplicando y uniendo las comunicaciones fluviales. El estudio, aunque superficial,
de una carta argentina, desde que se determina la cuestin del entrelazamiento de
las comunicaciones fluviales y ferroviarias, convence fcilmente de cuan reforzado
se halla el poder concntrico de la cuenca del Plata.
Ese esfuerzo responde, por s mismo, a las tendencias centrifugas que amenazan
la cuenca del Plata.
Primeramente aparece la mala posicin de la desembocadura del Plata que, por
simple cuestin de latitud, se torna secundaria, especialmente con respecto a los
puertos de Santos y San Francisco. Despus, el dominio de la bandera argentina
en aguas de dicha cuenca, pues los pases mediterrneos (Paraguay y Bolivia)
desearan disponer de nuevos caminos para el Atlntico.
Finalmente, las comunicaciones ferroviarias brasileas, cuya importancia es cada
vez mayor, a pesar de las vacilaciones de nuestra poltica de vialidad e
innumerables causas disociadoras.
Principalmente esta ltima razn constituye el aspecto decisivo del problema.
Aunque muy dbil, la lnea de San Pablo - Ro Grande representa bien, si
tomamos en cuenta otros factores, el papel de espina dorsal del Brasil de la
cuenca del Plata. Su existencia, duplicando la va martima y las uniones
ferroviarias con el litoral (San Pablo - Santos, Punta Grossa - Paranagu, Puerto
de la Unin - San Francisco, Santa Mara - Porto Alegre, San Gabriel - Ro
Grande), por lo menos impide que el Plata ejerza su influencia libremente en
territorio brasileo. El ferrocarril Noroeste completa el cuadro, llevando a las
proximidades de Corumb los rieles brasileos, a la margen misma del ro
Paraguay, del cual hace mucho dejamos de ser tributarios, y con el cual ya
comenzamos a competir, si no econmicamente, por lo menos polticamente.
Y la obra est apenas esbozada.
Se tendr todava que consolidar la lnea San Pablo - Ro Grande, aumentndole
el rendimiento, y unir el ocano al Paran, prolongando las lneas de Punta
Grossa al puerto de Guaira y del puerto de la Unin a Foz del Iguaz; finalmente,
consolidar el ferrocarril Noroeste en toda la extensin del trmino, ponindolo a la
CAPITULO IX
Expresin Continental del Brasil
La variedad de los transportes y nuestro tipo continental. - Los imperativos
fisiogrficos y la red area sudamericana. - Fuerza coordinadora del Brasil
longitudinal.
El hecho decisivo, cuando se contempla el conjunto del territorio brasileo,
engarzado en la masa continental sudamericana, reside en las notables
posibilidades de vialidad ya en franca manifestacin prctica, que se traducen, sea
en la neutralizacin del poder concntrico de la cuenca del Plata, sea mediante la
fuerza de atraccin del Amazonas, sea en la capacidad coordinadora del litoral
atlntico en relacin con esas dos altas manifestaciones de potencial econmico y
poltico que el Brasil tiene en sus manos.
Con el estudio de ciertos aspectos agrupados en este ltimo captulo se
completar el cuadro de la proyeccin continental del Brasil.
Los transportes y nuestro tipo continental.
Quien observe las grandes lneas, las lneas capitales, o sea las que sealan las
divisorias de aguas y los valles principales de las cuencas hidrogrficas de nuestra
masa continental, llega fcilmente a la conclusin de la importancia que asume la
yuxtaposicin juiciosa de varios medios de transporte en las relaciones polticas y
econmicas entre los Estados sudamericanos, as como entre las subdivisiones de
cualquiera de esos pases. Nuestra hidrografa es de las ms caprichosas que se
pueden imaginar. Del mismo modo, nuestra orografa presenta aspectos que
varan desde el tipo martimo del macizo brasileo y sus ramificaciones, hasta las
formaciones andinas, donde existen picos cubiertos de nieve.
Y todo esto sucede a travs de extensiones enormes, desarrollndose
preferentemente en el sentido de los meridianos, donde los fenmenos orogrficos
se intercalan con los fenmenos hidrogrficos, muchas veces bajo las formas ms
bizarras.
Por lo dems, la multiplicidad de los transportes es lo que se observa cuando una
regin cualquiera de nuestro continente entra en franco progreso.
El sistema de vialidad argentino nos da un ejemplo perfecto si consideramos la
conjuncin de sus comunicaciones fluviales y frreas. Adems, debemos recordar
vertiente del Pacfico. Esas lneas longitudinales son las que orientan los vuelos
del Servicio Areo del Ejrcito de Chile, de la Seadt de Colombia, de la Fawcet
Aviation Company del Per, del Servicio Areo de la Marina Peruana y de una
parte de la Compaa Lloyd Areo Boliviano.
Al litoral atlntico le incumbe el mismo papel. As lo confirman prcticamente las
lneas Nueva York - Ro de Janeiro - Buenos Aires (Nyrba), Natal - Porto Alegre
(Cndor) y Natal - Buenos Aires (Lactecoere).
En cuanto al trnsito en la faja central del continente, est francamente sealado
por las lneas fluviales de las dos cuencas atlnticas.
En la cuenca del Plata tenemos la red de Buenos Aires - Asuncin y Buenos Aires
- Santiago de Chile (Lactecoere) y en la cuenca amaznica algunas lneas del
Lloyd Areo Boliviano y la reciente lnea mixta Lima - Iquitos, aprovechando el
nudo de Pasco para transportar la cumbre de los Andes y, va Ucayali, llegar al
Amazonas como un primer transbordo de la vertiente del Pacfico sobre la del
Atlntico en la regin amaznica.
Y como ms interesante que todo, hay que mencionar la lnea Nueva York Buenos Aires, la que fue ruidosamente inaugurada por un magnfico vuelo de
Lindbergh de Miami a La Habana.
Esa lnea sigue al principio las vas areas de la vertiente del Pacfico recorridas
por las dems y despus da vuelta por el paso de Santa Rosa (altiplano boliviano)
hacia la cuenca del Plata, siguiendo el Pilcomayo rumbo a Buenos Aires.
Confirma, as, ambas servidumbres fisiogrficas mencionadas.
Para concluir con esos puntos de vista, notemos cunto nos incumbe en la
explotacin de las posibles lneas de la red area sudamericana, aun dejando de
lado la explotada argumentacin de que el Brasil es la cuna de la navegacin
area.
Bajo nuestra bandera estn los aspectos geogrficos ms decisivos de la masa
continental sudamericana. Poseemos la mayor parte de la cuenca amaznica y,
con ella, el control de todas sus posibilidades como va de comunicacin, inclusive
de los transportes que llegan de la otra vertiente continental. Podemos tener, as,
en la parte sur de nuestro litoral y mediante posibles lneas de penetracin hacia el
Oeste, una marcada influencia neutralizadora de las actividades polticoeconmicas de la cuenca del Plata. Y, en virtud de nuestro extenso litoral,
podemos aunar todas las manifestaciones de aquel control y de esta influencia,
prestndoles la necesaria cohesin.
Dadas nuestras grandes dificultades para el trnsito terrestre (gran nmero de
obras de arte, distancias considerables, saneamiento, etctera), qu papel podr
desempear la aviacin para dar un sentido prctico a los aspectos geogrficos
decisivos del continente y que estn en nuestras manos? Hasta dnde
llevaremos este sentido prctico si con los medios areos completamos lo que ya
tenemos realizado en otros dominios de los transportes.
Fuerza coordinadora del Brasil longitudinal.
Examinadas, y consecuentemente admitidas, ciertas manifestaciones geogrficas
de la masa continental sudamericana, as como del territorio brasileo,
manifestaciones que venimos poniendo de relieve, resalta de modo indiscutible la
importancia de nuestras comunicaciones longitudinales, sea desde el punto de
vista de la unidad brasilea, sea como consecuencia de la proyeccin
coordinadora del Brasil desde el punto de vista continental.
En una breve recapitulacin podemos resumir esas manifestaciones en pocas
palabras.
"En primer lugar, las grandes lneas de la masa continental las cumbres de los
Andes dividindola en dos vertientes, de las cuales la del Este accionada por los
dos compartimientos de dos inmensas -cuencas: la del Amazonas y la del Plata.
Luego, el hecho de que esas dos cuencas se unan, en forma de un pivote, en las
formaciones de la Cordillera el altiplano boliviano, a partir del cual los
caudales de aquellas cuencas se colocan en evidente antagonismo.
Despus, la permeabilidad de las cumbres andinas, representada por los pasos y
"nudos" como lneas de menor resistencia que pueden ser transpuestas por la
riqueza que, de la vertiente occidental, es atrada como consecuencia del
dinamismo de la vertiente atlntica.
Finalmente, el predominio de la cuenca Amaznica sobre la del Plata, impuesto
por la fuerza centrpeta del Amazonas en relacin al inmenso anfiteatro
amaznico, y por las energas neutralizantes producidas por el litoral atlntico, y
que gravitan sobre la cuenca del Plata a causa de la mala situacin de su
desembocadura.
Por otro lado, esas manifestaciones geogrficas presiden una serie de fenmenos
que se pueden considerar como capitales.
La inestabilidad geogrfica de ciertos territorios, siendo uno de ellos el boliviano,
sujeto a las condiciones mineras de los Andes y carcomido por la economa
amaznica y la del Plata; el colombiano, oscilante entre las influencias directas de
dos ocanos e inmediatas de la expansin yanqui, desencadenada a travs de la
incubadora del mar de las Antillas; el uruguayo, ms o menos indeciso todava
entre la identidad econmica con el territorio brasileo y las solicitudes polticomilitares del Plata.
La variedad de los transportes es otro orden de esos fenmenos revelados por las
circunstancias que caracterizan el problema vial y que, para ser vencidos, exigen
el arbitrio de la conjuncin de todos los medios.
Por fin, cierto fatalismo en el establecimiento de las redes de circulacin,
principalmente en cuanto a las areas, provenientes, sobre todo, de imperativos
fisiogrficos bien marcados.
En el conjunto de esos fenmenos incumbe al territorio brasileo la mayor
participacin a causa de la regin amaznica y de Mato Grosso que prolongan sus
extremidades norte y sur, en convergencia sobre el propio centro de la masa
continental.
La zona amaznica, por las naturales posibilidades de transporte del Amazonas,
vale por lo que ste representa.
La zona de Mato Grosso, por su posicin, prolongando territorios del litoral,
permite, por vas terrestres establecidas en concordancia, un gran poder de
transporte de las regiones mediterrneas hacia el mar.
Actuando como un poderoso imn, nuestro litoral se arquea, segn los segmentos
jalonados respectivamente por los puertos de San Francisco - Santos, Ro de
Janeiro - San Salvador, Natal - Belem, ofreciendo as tres superficies de contacto
a las rutas de circulacin martima del Atlntico sur.
El segmento San Francisco - Santos obra contra la fuerza concntrica de la
cuenca del Plata, mientras que en el segmento Natal - Belem, Natal constituye el
campo de aterrizaje espontneo para los vuelos transatlnticos, y Belem es el
desaguadero de todo el potencial centrpeto del Amazonas.
El segmento Ro de Janeiro - San Salvador seala, en la costa, la regin del litoral
que traduce la faja longitudinal de unin de las dos grandes zonas de penetracin.
An ms.
A pesar de toda la proyeccin coordinadora de esos segmentos del litoral, en
relacin a las manifestaciones geogrficas en que se asientan los referidos
fenmenos capitales de la geografa sudamericana, deben considerarse las lneas
terrestres que los refuerzan en muchos trechos, rectificando su arqueamiento o
sealando el lmite oeste de la faja longitudinal de unin o ligando las posibilidades
unificadoras de esa faja a la pluralidad de nuestros puertos.
Esas lneas estn, de un modo general, definidas por los valles del Paranahyba y
del Tocantins, y por los valles del alto y medio San Francisco y del Paranahyba.
Sobre la primera se halla Catalao, que se impone como base area de primer
orden, de donde se pasa con facilidad a cualquiera de los tres principales valles ya
referidos, muy especialmente en el rumbo de Belem (Tocantins).
Sobre la segunda tenemos Pirapora unida a Ro de Janeiro, y Joazeiro a San
Salvador. De esos dos puntos jalones resalta la importancia de Joazeiro, que
corresponde sensiblemente al centro de dispersin orogrfica que se dirige hacia
el Este y hacia el Norte, limitadas sus ramificaciones por el litoral que se extiende
desde San Salvador hasta San Luiz de Maranhao.
Por un lado, excluido el puerto de Recife, de influencia limitada al litoral, solamente
el puerto de San Salvador presenta francas posibilidades de trnsito; en el resto
de ese trecho de costa, los puertos o no existen, o existen en estado incipiente,
debido a mltiples causas. Por otro lado, debe contarse con que Joazeiro est
cerca del punto terminal de navegacin del Paranahyba, en cuya margen, a su
vez, llegan a Flores f Maranhao) los rieles de la lnea frrea San Luiz - Terezina.
Si consideramos todava que Joazeiro est a las orillas del San Francisco, capaz
de reunir en Pirapora gran parte de la produccin del norte de Minas Geres; que
est en contacto con la red caminera del Nordeste, por intermedio del camino
Petrolina -Leopoldina - Lavras (Pernambuco - Cear), el que jalonar la
prolongacin del ferrocarril de Cear y, por ltimo, que Joazeiro est unido por
excelente va frrea con el puerto de San Salvador, tendremos bien caracterizada
la importancia de Joazeiro en el sistema de nuestras comunicaciones
longitudinales.
Es, pues, evidente, la capacidad de atraccin y coordinacin del litoral atlntico
bajo nuestra bandera, en relacin a la de penetracin de las extremidades norte y
sur de nuestro territorio y en forma terminante por la faja longitudinal que
terminamos de definir.
Esa suerte de barra imantada se muestra as capaz de actuar sobre los dos
compartimientos de la vertiente atlntica, por medio de sus dos espigones de
penetracin, inclusive llevando su influencia a un mismo tiempo econmica y
poltica hacia ms all de los pasos andinos, hasta la vertiente occidental del
continente.
Dos palabras finales.
Consideradas las circunstancias secundaras de la vertiente del Pacfico y la
permeabilidad de los Andes, es en la vertiente atlntica donde culminan los
aspectos decisivos de la fase poltica sudamericana.
El escenario y los actores asumen all el mximo de exuberancia en sus
recprocas relaciones; mayor extensin y diversidad de territorio; ms amplio y
ms vivo contacto de los dos grupos tnicos; mayores las influencias exteriores de
allende el mar.
Es as que, de todo lo que hemos visto, resulta, en ltimo anlisis, la oposicin de
las dos grandes cuencas, o sea la de los intereses de todas clases que ellas
representan.
Cuanto ms necesaria es la obtencin de equilibrio estable de parte de las fuerzas
polticas que se van adaptando al territorio, ms se revelan los efectos
disociadores causados por ese antagonismo geogrfico.
Dichos efectos se van mostrando cada vez ms exigentes en la proporcin que
intervienen los ms diversos aspectos econmicos, cuanto ms entran en juego
nuevas vas de comunicacin y medios de transporte, y a medida que la riqueza
se revela y necesita circular.
Despus de cuatro siglos de actividad del hombre en esas regiones, todo hace
creer que recin se inici la formidable partida poltico-econmica Amazonas
versus Plata, en ellas englobadas todas las cuestiones directa o indirectamente
ligadas a las respectivas cuencas.
Actualmente, a los principios del segundo siglo de vida autnoma, empiezan las
naciones sudamericanas quizs aceleradas por los complejos acontecimientos
del primer cuarto de siglo en que vivimos a tomar conciencia de los graves
problemas que les incumbe resolver.
Hasta ahora slo se colocaron las fichas en el tablero.
En la cuenca del Plata: caractersticas concntricas, suficiente homogeneidad y
densidad de poblacin, facilidades topogrficas, condiciones meteorolgicas
favorables. Los peones se hallan en ventajosa situacin inicial. Dominio absoluto
de la navegacin fluvial por la bandera argentina. Ferrocarriles en combinacin
con las vas navegables procuran compensar la mala situacin relativa a la
desembocadura del Plata. Ambos medios de comunicacin drenan hacia Buenos
Aires, como distribuidora, la economa de los Estados mediterrneos, y llevan la
influencia del Plata hasta los valles longitudinales de los Andes.
En la cuenca amaznica sucede todo lo contrario. Floresta tropical inmensa,
excntrica con respecto a las zonas de irradiacin de la poltica brasilea, debido a
lo precario de las comunicaciones longitudinales. La tierra, aun divorciada de los
hombres, pequeos todava para abarcar su grandiosidad. A no ser la navegacin
fluvial que sigue los rumbos excntricos de Amazonia, slo existe el Madeira Mamor, perdido en las profundidades del "Infierno Verde", como nico pen
sabiamente colocado por mano de maestro.
Todava hay que contar, en favor de los designios de la cuenca amaznica, con el
sistema ferroviario que entronca en San Pablo, hacia Santos. Gracias a l, el
ferrocarril Noroeste podr responder a las necesidades de los Estados
mediterrneos. Representar la neutralizacin de las acciones convergentes de
las comunicaciones del Plata. Servir como una excelente proteccin polticoeconmica al desarrollo de las comunicaciones amaznicas.
Cules son las dems acciones neutralizantes que se sucedern a cada jugada
de la partida, en favor de la cuenca amaznica, notoriamente en retardo con
respecto a su antagonista? De qu modo actuarn ciertos factores nuevos, como
los surgidos de la aviacin comercial, el transbordo de la riqueza andina, la
inmigracin japonesa, las iniciativas y el capital yanqui? Qu reacciones polticas
surgirn de las tentativas de intervencin de esos nuevos factores? Qu papel
corresponder a los Estados mediterrneos en presencia de actividades polticas
tan divergentes?".
De la serie de esos interrogantes surge un nmero infinito de otros. Todos ellos
superpuestos dan al contorno del continente sudamericano, por la repeticin
vertiginosa de las imgenes que provocan, la forma inquietante del propio signo
interrogativo...
APNDICE
La Situacin Relativa como Expresin
Geogrfica de Mato Grosso
Cualquiera que estudie los aspectos esenciales de la geografa sudamericana
llegar a la conclusin de que una gran parte de ellos culminan en el altiplano
boliviano, que se puede considerar coma el centro geogrfico de nuestra masa
continental, si admitimos esos trminos en su ms simple acepcin.
Por su parte norte pasan los caminos naturales que unen, guiados por las lneas
sinuosas de los altos valles andinos, todos los Estados hispanoamericanos, a
ambos lados de la Cordillera, caminos que el altiplano boliviano puede cerrar si de
las Antillas llegaran influencias extraas de carcter econmico o poltico, como
suele suceder con las de origen norteamericano en el caso del petrleo.
De otro modo, produciendo efectos de la ms terrible erosin econmica, las
cuencas del Plata y del Amazonas se disputan el altiplano boliviano, lucha sta
que ciertos caprichos geogrficos favorecen unas veces a una de esas cuencas, y
otras veces a la otra.
No se debe negar que el equilibrio poltico sudamericano se definir, en un futuro
bien prximo, segn las oscilaciones del ya famoso tringulo Cochabamba
(influencias andinas) - Sucre (influencias del Plata) - Santa Cruz (influencias
amaznicas).
Es de hacer notar, adems, que esa gran reparticin de las influencias que
disocian el significado poltico-econmico del pas boliviano sufre modalidades,
permite variantes que se orientan hacia la base Sucre - Cochabamba,
modalidades o variantes que Santa Cruz todava no puede neutralizar; por eso es
que homogenizan dos grandes fuerzas la atraccin de Buenos Aires y la del
canal de Panam frente a las cuales la capacidad de transporte del Amazonas,
simbolizada por ahora en la precaria va Madeira - Mamor, poco representa.
Profundizando ms la cuestin, se siente, a pesar de todo, que le tocar a Santa
Cruz las probabilidades para que el valor econmico y poltico del altiplano
boliviano se polarice en Santa Cruz, invirtindose los papeles de Sucre, y
Proyeccin continental del Brasil y proyeccin continental de Mato Grosso son casi
la expresin de una misma serie de hechos geogrficos. Por lo menos, es en la
situacin geogrfica donde convergen esos hechos con toda su inmensa
repercusin en el escenario sudamericano.
Y ese inters de carcter nacional que Mato Grosso asume por su situacin
geogrfica es asunto que, si considerado, no debe tener solucin de continuidad;
ms an, debe ser intensificado de manera a no dar tiempo a neutralizaciones
originadas por intereses representativos de los antagonismos en presencia.
Es tal la importancia de Mato Grosso, por su situacin geogrfica, que bien puede
definir la poltica continental del Brasil.
El relieve que Mato Grosso comienza a tener en las reflexiones de nuestra poltica,
tanto interna como externa, es de los mejores sntomas del nuevo sentido con que
vamos atendiendo viejos imperativos de orden geogrfico.
Sin espritu geogrfico no es posible la apreciacin prudente de los problemas de
gobierno, por lo menos en la actualidad. La ciencia geogrfica se desenvuelve de
tal modo, que se adapta a todas las mltiples formas de las actividades humanas.
As como siempre se dijo que la qumica est presente en todas las
manifestaciones de la vida, se puede decir ahora que la ciencia geogrfica se halla
en el fondo y en la esencia de todos los problemas polticos y sociales.
Las denominaciones dadas a los desdoblamientos de la ciencia (geografa fsica,
humana, econmica, militar, poltica, etc.), indican la notable capacidad de
adaptacin de la ms general de las ciencias a la complejidad de la vida moderna.
Lo que sucede con Mato Grosso, como decamos, es la mejor prueba de que
comeramos a encarar los problemas nacionales geogrficamente, lo que equivale
a decir que comenzamos a prestar un criterio cientfico a nuestras decisiones de
gobierno.
Hasta
ahora
slo
veamos
los
aspectos
negativos
del espacio
geogrfico delimitado por los lmites territoriales de Mato Grosso (bajo ndice
demogrfico y disociacin entre la parte norte y la parte sur). Del mismo modo,
slo veamos los aspectos negativos de su situacin geogrfica, resumidos todos
en el alejamiento con relacin a los centros propulsores del pas.
De estas apreciaciones unilaterales result Mato Grosso entregada a su propia
suerte y, consecuentemente, sus inmensas dificultades de gobierno, en lucha
contra la extensin y la situacin de aquel modo encaradas.
Hacia el Oeste!
Pocas son las frmulas que en estos ltimos tiempos han tenido la repercusin
que el ttulo de estas lneas, empleado en el discurso del presidente en la noche
de San Silvestre. Hay en ella todo el imperativo de una voz de mando y responde
a necesidades poltico - econmicos - sociales improrrogables. Comporta,
adems, temas de los ms variados, que su sinttica expresin, como frmula, no
deja apreciar a simple vista.
Si bien puede llegar a ser la reproduccin de las "entradas" y de las "banderas", la
marcha hacia el Oeste no tendr hoy la misma espontaneidad de aquellos
movimientos que la atraccin del litoral acab por detener. Ahora, un movimiento
de ese orden tendr todo el sentido de una contraofensiva de larga envergadura
en el terreno poltico, econmico y social. Debe ser planeada, adems, en forma
integral y organizada metdicamente, pero planeada y organizada sin que se abra
lucha con el mar, cuya capacidad de atraccin es incansable.
Todas las acciones poltico-econmicas se relacionan directa o indirectamente con
el mar. Las migraciones no son ms que una especie de mareas humanas. Unas
veces es del litoral que ellas parten, otras es al litoral que vuelven. O las
migraciones remontan las cuencas que desaguan en el mar, en busca de las
divisorias de agua, o transponiendo las lneas orogrficas de menor resistencia de
las divisiones, bajan por los valles en busca del mar. El caso brasileo es uno de
los ejemplos ms sugestivos de esa verdad.
El descubrimiento y la colonizacin se realizaron exactamente en el marco de
esos principios generales. No fue luchando contra el mar, sino aliados al mismo,
que los descubridores llegaron a nuestras tierras y los colonizadores definieron tan
ampliamente nuestros lmites.
Es preciso, desde ya, que no se confunda la concisin de la frmula con la
simplicidad de una partida para el sertao.
Hacia el Oeste! no es precisamente volver las espaldas al mar y mucho menos
empearse en una lucha contra l; por ms paradjico que parezca, es estrechar
la alianza con el mar, ampliando tierras dentro de la vinculacin del litoral.
La faja del litoral que articula nuestro hinterland con el mar deber ser encarada
con toda serenidad para la eleccin acertada de los puntos de partida del
movimiento poltico-econmico-social hacia el Occidente, tanto ms cuanto que es
el Atlntico que baa nuestras costas, ocano que encarna la ms viva atraccin
martima despus del descubrimiento del Nuevo Mundo.
Tres de los pases andinos tienen cifradas sus mejores esperanzas en el
Amazonas, impelidos por la pobreza de articulacin de sus costas estrechas, con
el Pacfico, cansados por el cabotaje entre el canal de Panam y el estrecho de
Magallanes, atrados por las bocas del ro-mar en contacto majestuoso con el
Atlntico. Dos de los pases mediterrneos de nuestro continente esperan, hace
mucho tiempo, que el Atlntico le extienda los brazos por intermedio de nuestras
comunicaciones terrestres. Por otro lado, son innumerables las posibilidades de
exportacin en los confines de nuestro territorio a la espera de la inteligencia y del
brazo del hombre para que tengan valor y encuentren en el mar los rumbos de los
centros consumidores.
Haca el Oeste! tiene toda la concisin de las verdaderas frmulas polticas.
Quiere decir, ante todo, comprensin y definicin del carcter geogrfico del
continente y del Brasil. En seguida, comunicaciones, colonizacin, actividad
industrial. A su vez, en esos desdoblamientos se encuentran otros aspectos,
ligados a la eleccin de los medios de transporte, a las cuestiones de saneamiento
y educacin, a la nocin de orden, de urgencia de los asuntos.
Hacia el Oeste!, como frmula poltica de alto vuelo, debe ser encarada como el
resultado de un sistema de fuerzas, como la direccin general de innumerables
actividades que vislumbren simultneamente la solucin de los ms graves
problemas nacionales y la consecucin del papel funcional que la extensin y la
situacin geogrfica del Brasil le otorgan en el continente y ms all del mar.
BIBLIOGRAFA
RATZEL: El mar como fuente de la grandeza de las naciones.
CAMILLE VALLAUX: Gographie sociale.
LUCIEN FEBVRE: La trree et la volution humaine.
LA BLANCHE: L'Amrique.
FALEX: Amrique.
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MALAGRIDA: El factor geogrfico en la poltica sudamericana.
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