El Cuerpo Aludido
El Cuerpo Aludido
El Cuerpo Aludido
Evaluacin de dispositivos
de interpretacin de la exposicin El cuerpo aludido
(Museo Nacional de Arte, 1999)
13
addenda
13
ORIGINAL
Los derechos de la presente edicin son propiedad del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura
y/o las autoras, 2006. La produccin editorial se realiz en el Centro Nacional de Investigacin,
Documentacin e Informacin de Artes Plsticas. Centro Nacional de las Artes, Torre de Investigacin piso 9, Av. Ro Churubusco 79, Col. Country Club, Coyoacn, Mxico D.F. 04220. Tels.: 12 53 94
00 ext. 1121, 1122 y 1127.
Introduccin
1. La museografa
10
2. Leer o no leer
15
3. En busca de la comunicacin
21
Comentarios finales
31
Bibliografa
34
ntroduccin
Ana Rosas Mantecn es profesora e investigadora del Departamento de Antropologa de la Universidad Autnoma Metropolitana, Iztapalapa. Graciela Schmilchuk es investigadora en el Centro
Nacional de Investigacin, Documentacin e Informacin de Artes Plsticas del Instituto Nacional
de Bellas Artes.
La tnica quiso ser ldica, con la presencia ubicua del humor y apertura a las
emociones intensas y las ideas confrontadoras. Esto no era casual. Por una
parte tena que ver con el tema de la exposicin, pero por la otra con una
decisin de poner de manifiesto y contradecir de manera abierta la vocacin
tradicionalmente impositiva de la institucin. La seleccin de temas, de sistemas de informacin y el diseo museogrfico suelen nacer maniatados por una
historia velada a la conciencia, historia de poder de clase, de poder del Estado,
de poder de las disciplinas que conforman los contenidos como la historia del
arte o la antropologa sobre la comunicacin y la educacin. En este sentido,
la asignacin de personal, de espacios y de presupuestos son marcas reveladoras, as como lo es el hecho de que se contraten curadores de exposicin o
investigadores, mass no curadores en comunicacin o educacin, salvo, por
supuesto, en esta ocasin. La historia velada que mencionbamos es la que a
menudo se manifiesta en el reiterado intento de domesticar a los visitantes y
de considerar que el pblico ideal, el interlocutor esperado, es justamente el
que se somete a las reglas explcitas e implcitas.
Recursos interpretativos propuestos por Graciela Schmilchuk para
la exposicin El cuerpo aludido
Escritos
Cdulas murales o exentas que anuncian los recursos a disposicin del visitante en
los lugares oportunos.
ertico.
Para el subtema El cuerpo y sus semejantes, detalles de retratos presentes en la
exhibicin, esta vez subexpuestos sobre espejos, en la sala final de la exposicin,
con el propsito de condensar y materializar el concepto: verse en el arte y ser
visto por l.
Proyeccin de diapositivas sobre mamparas de gente de distintas edades. Espejo
frente a la mampara para que la gente se vea.*
Cuatro trajes de poca colgados en el vaco, para que los visitantes se coloquen
detrs, sean vistos por los otros y vean a los dems.*
Para El cuerpo perfecto se propone una proyeccin de desnudos de distintas
pocas, con diapositivas de obras expuestas y no expuestas, a fin de mostrar
distintos cnones estticos para cuerpos masculinos y femeninos (proyectar al
interior de un marco vaco). Se busca subrayar la relatividad temporal, social y
espacial de dichos cnones as como su influencia en la formacin del gusto en
relacin con los cuerpos reales.*
Mesa-cuerpo dividida a lo ancho en dos y a lo largo en siete partes. Cada una de
las secciones tendr una tapa y luz interior. Catorce sillas, de modo que igual
nmero de personas puedan consultarla simultneamente. El contenido ser audio
(testimonios) y textos sobre cada ncleo temtico, sobre esa parte del cuerpo
ante la que el visitante se encuentra, informacin histrica y esttica, poemas.*
Espacios
Sala de descanso e informacin, con bancas, cdulas porttiles histricas, temticas y con testimonios de artistas, una lnea del tiempo, testimonios annimos en
audio.
Espacio de dilogo, lectura de catlogo y bibliografa complementaria a la salida
del ltimo mdulo (mesas de caf).
Propuestas para difusin
Cuentacuentos (cuentacuerpos) animador de la exposicin durante los fines de
semana.
Conferencias sobre comportamientos del cuerpo en pblico y en privado, en distintos momentos de la historia.
Preparacin del personal en contacto con visitantes
Minitaller de trabajo corporal con custodios, servicios educativos y los empleados
que lo desee, y pltica acerca del cuerpo socializado o domesticado.
1.
La museografa
ara evaluar las estrategias de motivacin, informacin y comunicacin complementarias comenzamos por el anlisis del diseo museogrfico como contexto y su relacin con los recursos estudiados. De las cdulas de muro y
porttiles nos interes observar su ubicacin, adems de la iluminacin, el
formato, la extensin y el contenido. En general, estaban bien ubicadas, aunque hubo casos en los que su equivocada disposicin casi completamente
integradas a muros laterales, en la misma direccin de aquellos hizo que
pasaran desapercibidas para los visitantes. Un obstculo fue la estrechez del
espacio en las salas, que haca que la lectura se viera interrumpida por el
paso de visitantes, lo cual se agudizaba cuando las cdulas estaban en pasillos
o con obras en el muro de enfrente.
En gran medida, las cdulas porttiles fueron desaprovechadas. Sus contenedores eran transparentes y se encontraban muy por debajo del foco de visin
de los visitantes y en el cono de sombra, por lo que pasaban inadvertidos.
Aparte de una cdula junto a la taquilla, no haba ninguna indicacin visible
cerca de las salas sobre ese recurso, su utilidad y posibilidades de transportarlas dentro de cada sala. No ocurri lo mismo con las que se encontraban en
la salita de descanso e informacin, donde eran visibles y fueron ampliamente
utilizadas por las personas que entraron y se sentaron a leer.
Comentaron los entrevistados:
Me gustaron mucho, sobre todo las que hablan de los autores y los motivos de sus
obras. Deberan ubicarlas cerca de las obras.
Lstima que las vi hasta la salita del final. Invitan ms la curiosidad que quedarte
parado leyendo frente a un muro.
Me hubiera encantando llevarlas durante la exposicin, pero no saba que se poda.
10
En general, el diseo de las cdulas de muro fue bien visto, aunque con algunas excepciones: en la cdula de presentacin de la exposicin dominaba el
blanco, con letras muy delgadas y eso no ayud a llamar la atencin de los
visitantes. En otros casos la letra era muy pequea y tenue, por lo que los
lectores interesados deban acercarse demasiado para poder leer con claridad. En otro ms, la cdula apareca sobre intenso fondo dorado, con letra
pequea y delgada. Nadie se acerc a verla.
Las cdulas de los muros estn muy claritas y no tienen buena luz.
En general no le las cdulas de muro, como que no invitaban mucho, las letras del
principio eran muy chiquitas, si bien eran de extensin adecuada.
Aunque se vean cortitas, con letra grande, no me sent atrada a quedarme parada leyendo.
Otro aspecto que gener problemas fue la ausencia del ttulo de la exposicin
en las cdulas que se encontraban en el exterior de las salas, por lo que el
visitante deba inferir a cul exposicin remitan. Esto se aun a la confusin
que gener la falta de sealizacin de la puerta de entrada, de salida, de la
sala de descanso o de las cdulas porttiles.
El diseo de las cdulas porttiles fue muy apreciado por los visitantes que las
conocieron, sobre todo por la combinacin de texto e imagen.
No me interes la vida de los artistas que muestran algunas porttiles. Sin embargo, me gustaron mucho grficamente. Se antoja volrselas!.
11
Sobre las cdulas tcnicas, fue reiterada la queja sobre el tamao, ubicacin y
diseo.
Me parecieron muy chiquitas, se leen con dificultad por el tamao de la letra y por
la falta de luz.
Son muy pequeas las cdulas de obra, adems de que estn en posicin muy
incmoda para leerlas.
Me gust la extensin de las cdulas de muro, siempre me da flojera leerlas cuando son muy extensas y ahora me parecieron interesantes y adecuadas.
12
En lo relativo a la claridad de contenidos, hubo diferentes reacciones: mientras unos consideraron que las cdulas eran desiguales y se desalentaron ante
la necesidad de leerlas repetidamente, otros ms bien las calificaron de complejas y asumieron el reto de esforzarse para comprenderlas.
Cdulas de muro:
Algunas estaban bien, iban directo al grano, pero otras eran muy rolleras. Las leas
varias veces y como que lo que queran decir no quedaba claro.
Los textos eran no tan largos, aunque algunos tuve que leerlos tres o cuatro veces
y no les entend bien.
Tuve que leerlas varias veces para comprenderlas cabalmente, pero eso no me
molest. No es que no fueran claras, sino ms bien complejas.
Me parecieron muy elevadas.
Las cdulas estaban muy profundas, yo creo que los de secundaria y los de ms
abajo no entienden. Yo no entend algunas, yo creo que los que estudian literatura
o filosofa s le entienden. Necesitas estar muy baado en eso para comprenderlo
bien.
Las cdulas estn bien redactadas y s se entienden. Yo las entend!.
13
Cdulas porttiles:
Me gustaron para ver las fotos pero no le ninguna.
Sus textos no son de mucho inters, me gustara ms que me ayudaran a hacer
una visita autnoma; me molestan las visitas guiadas y me estn diciendo cmo
interpretar cada obra.
Lo que ms me llam la atencin fueron las fotografas o dibujos que se incluyen.
14
2.
Leer o no leer
A la deficiente localizacin de las cdulas porttiles que se ubicaban en sala aunada tambin a la
ausencia de sealizacin sobre sus posibles usos puede tambin atribursele el hecho de que slo
12.4% de los visitantes que pas frente a ellas las utilizara. Sin embargo, esta cifra se elev en la
sala de Descanso e informacin, donde estaban mejor ubicadas y haba ms copias de cdulas
disponibles.
15
Refirindose a una estudiante que copiaba las cdulas al pie de la letra, otro
asever:
est dependiendo demasiado del texto en lugar de permitir que las obras le hablen
a ella. A los museos yo no voy a leer textos, para eso ira a las bibliotecas.
Por otra parte, leer o no las cdulas de muro, porttiles o de obra, no puede
ser analizado exclusivamente como una reaccin frente a las cdulas, sino
que forma parte de la reaccin del visitante a los diversos discursos que emite
el museo en su conjunto. El museo impone: los visitantes identifican comnmente en la oferta de informacin una obligatoriedad de lectura o la emisin
de la interpretacin legtima de las obras que se exponen; los custodios
vigilan, regaan y obligan a seguir una ruta definida y no siempre convincente
para aquellos; las visitas guiadas suelen restringir las opciones de recorrido
por las salas. Resulta sintomtico el relato de un visitante que no se atrevi
a usar las cdulas porttiles: pens que eran para las visitas guiadas y como
ya lo haban regaado por no seguir bien el recorrido no se anim a tomarlas.
16
El lector
Se relaciona con toda la oferta de informacin con una buena disposicin,
considerando de antemano que las cdulas son tiles para un disfrute ms
pleno de su visita. Es el lector ya ganado, el que puede criticar o no las cdulas, pero de todas maneras se preocupa por leerlas y por encontrar en ellas
una cierta gua, el sentido del conjunto de la propuesta curatorial y
museogrfica. Es un grupo que no activa sus conflictos con las instituciones ni
con la autoridad ante lo que el museo ofrece, y se ha apropiado de su imagen
como espacio de instruccin y elevacin cultural.
Las cdulas me dieron muchsimo. Conforme las iba leyendo, mi expectativa sobre
la exposicin fue creciendo, as que me desilusion la seleccin de obras. No me
importa si no entiendo a la primera, las leo varias veces.
Suelo leer los textos y las fichas de las obras, porque es una forma de conocer
ms.
Siempre leo las cdulas, me gusta que me orienten en lo que voy a observar.
Leo las cdulas, porque me gustan los lugares donde pueda instruirme.
El lector selectivo
Frente al marco de obediencia/desobediencia con que identifica al museo,
este tipo de visitante busca reaccionar con independencia y relacionarse
con las obras sin tomar las cdulas como gua para recorrer la exposicin.
Suele evitar las visitas guiadas, prefiere leer muy selectivamente, informarse y elaborar sus propias opiniones a su ritmo. Su imaginario sobre las
cdulas las concibe como potencialmente tiles pero no indispensables. Ve
primero las obras y luego, si le despiertan curiosidad, revisa la informacin
ofrecida.
Slo leo los poemas y el ttulo general de cada sala. En general as voy a los
museos.
Leo la propuesta introductoria y los pies de cada obra. Si ya que realic el recorrido
siento inters y curiosidad busco folletos o cdulas porttiles.
Si las cdulas contienen historias o la opinin de alguien en particular, no me
parecen relevantes. Si son explicativas puede ser ms fcil que capten mi atencin.
17
El no lector activo
Su posicin es, en general, que la informacin se opone al placer de la visita,
y considera que la primera restringe la libertad de observacin y de interpretacin. Sin embargo, suele estar abierto a recibir informacin una vez que
concluy su recorrido, tal vez en forma verbal, folletos o en mesas con libros
referidos a la exposicin.
Con polticas adecuadas en el diseo de la informacin que proporciona el
museo sera posible que los no lectores activos se conviertan en lectores selectivos, ya que pertenecen a la categora de visitantes que han perdido el
temor a la ignorancia que muchos museos suscitan. De hecho, la negativa a
leer las cdulas puede derivar, para ciertos grupos, en lo contrario, esto es, la
certeza y el valor estratgico del capital cultural incorporado. Pierre Bourdieu
ha mostrado cmo la ideologa del gusto natural naturaliza las diferencias
sociales, convirtiendo en diferencias de naturaleza unas diferencias en los
modos de adquisicin de la cultura y reconociendo como la nica legtima
aquella relacin con la cultura que muestra la menor cantidad posible de huellas visibles de su gnesis que, al no tener nada de aprendido, manifiesta por
3
soltura y naturalidad que la verdadera cultura es natural.
No soy muy aficionado a la lectura. En general no leo las cdulas pues me gusta
observar las obras sin saber quien las pint o realiz, y darme mi propia idea de lo
que significa la exposicin. Lo nico que leo es la fecha en que se realiz la obra
para ubicarla en el tiempo.
No me gusta que me predispongan sobre qu ver de cada obra y (las cdulas) no
dan margen para que uno observe ms libremente .
A m no me gusta leer porque son opiniones muy personales y a veces estn
equivocadas.
Generalmente se imponen opiniones muy tendenciosas y las cdulas no dan margen para que uno observe ms libremente.
Las cdulas son interesantes para la gente que necesita informacin del tema o de
las obras..., para los que no conocen.
Generalmente no leo las cdulas, me gusta ms deleitarme con las obras.
18
Antes me acercaba al arte y me daba miedo no saber lo que quera decir el autor y
como que prefera no acercarme. Ahora me gusta realizar mi propia interpretacin, al
arte siempre hay que interpretarlo y disfrutarlo, y luego ver la cdula y comparar.
El no lector en conflicto
Frente al peso enorme de la institucin museo, hay visitantes que reaccionan
con temor a la evidencia y la confrontacin. Las cdulas no hacen sino acentuar su sentimiento de ignorancia o incapacidad. El imaginario de estos visitantes percibe las cdulas como incomprensibles, en cierta medida
inalcanzables, de manera que ni siquiera intentan relacionarse con ellas. Se
trata de una categora de visitantes que acudi en primer lugar atrada por el
tema de la exposicin. Se siente insegura de su bagaje cultural, lo que provoca una activacin de los conflictos con la autoridad institucional. Ante al marco
de obediencia/desobediencia, opta por esta segunda, pero de manera defensiva, culpando de la no lectura al exceso de visitantes o a la mala redaccin de
la primera cdula. Estos visitantes se sentiran ms a gusto con una poltica
del museo que hiciera especial hincapi en reducir el problema bajando tal vez
el nivel de dificultad de la informacin (adecuar el nivel de emisin de las
cdulas de muro) y generar atmsferas amigables (a travs del personal, la
museografa e inclusive las campaas publicitarias de las exposiciones).
Me acerco a leer slo cuando no hay mucha gente.
Me dio angustia no comprender bien las cdulas de los muros, as que le slo las
primeras.
Nos da miedo llegar con gente que conoce y uno desconoce... nunca leo las cdulas, me gusta ir a ver el arte.
Vi la primera, pero como no le entend nada, ya no segu intentando.
No acostumbro leer las cdulas, con excepcin de la primera. Slo que la cdula
introductoria sea muy buena leo el resto, pero eso no sucede casi nunca.
Los textos suelen ser complicados.
En general las cdulas son largusimas, se les entiende slo a veces y uno se cansa
a la mitad.
No me gusta leer las cdulas: traen informacin de ms, noms te sirve el cincuenta por ciento. Sirven ms los folletos que compras, porque traen informacin
breve y concreta... traen menos.
19
El no lector
Se trata de visitantes que asisten al museo cuando el tema de una exposicin
les despierta curiosidad. Se relacionan de manera individual con ciertas obras
que llaman su atencin. No se preocupan por obtener ninguna informacin al
respecto y no consideran que estn incurriendo en alguna falta por ello. No
constituyen lectores potenciales, ya que carecen por completo del hbito de la
lectura.
No las le completas, qu fiaca!.
No suelo leer los textos, me gusta slo ir a ver.
No me gusta leer las cdulas. Cuando se ven textos largos, ps da flojera leer.
No me interesaron ni las cdulas ni la poesa, sino principalmente las pinturas
religiosas.
20
3.
En busca de la comunicacin
21
mientos escasos en materia de historia del arte fueran una desventaja grave
para disfrutar la exposicin (me preguntaba qu tanto habr, qu tanto explicarn, asever una estudiante de enfermera). Esto les permiti llegar al MUNAL.
La presencia de estos pblicos incipientes plantea retos enormes al museo, en
trminos del desarrollo de estrategias de inclusin que les permitan sentir la
experiencia de visita como acogedora y, sobre todo, no intimidatoria; estrategias que acten como estmulos y no como barreras; que les permitan superar
5
el miedo a no ser parte de los pblicos implcitos. En este sentido, el
cuestionamiento del marco de obediencia/desobediencia que envuelve la experiencia de visita al museo presupone el considerar legtimas las distintas
relaciones de los visitantes con la oferta y reconocer que la no utilizacin de
los recursos se relaciona en unas ocasiones con deficiencias en la oferta misma, algunas con el capital cultural con el que cuentan los asistentes y en otras
con el rechazo a lo que se vive como abuso de autoridad y la consiguiente
bsqueda de mayor libertad en la relacin con el arte.
5
6
Petit, p. 107.
Vase Rosas Mantecn.
22
23
de poner los letreros ms grandes y visibles en los diversos espacios: entrada, salida, sala de descanso, etctera. Al respecto, es imprescindible
ubicar adecuadamente los anuncios que invitan a leer las cdulas porttiles, para evidenciar la relacin entre elementos museogrficos fuera de
salas y la exposicin correspondiente (como en el caso de los muecos a la
entrada del museo). Asimismo, incluir en diversas partes de la ruta planos
de la exposicin as como indicaciones sobre la sala en que se encuentra el
visitante y las rutas que se pueden seguir durante la visita. Cabe destacar
que no slo es importante la sealizacin: se tratara que desde la
museografa se diseen recorridos ms claros y divisiones adecuadas entre
mdulos temticos.
El recurso de la metfora
Como ya mencionamos, es innegable el poder de convocatoria que tuvo el
tema del cuerpo. Sin embargo, para la experiencia de la exposicin misma, los
dispositivos de interpretacin generaron la primera imagen o impresin que
atrajo a los visitantes, no slo para quienes usaron intensamente los recursos
sino a aquellos a quienes sencillamente tranquiliz saber que all estaban. La
recepcin positiva por parte de la mayora de los visitantes tanto de los
muecos, con sus textos, como de la seleccin de poesa que encabezaba las
cdulas, permite concluir que el recurso al humor, al juego y a la metfora
resulta ser un impulso motivacional fuerte, y lo que nos interesa an ms, un
generador de aperturas de la mirada y la disposicin a sentir y pensar. La
exposicin alent un involuntario y bienvenido despertar a la poesa para nios y adolescentes.
Fue abrir una ventana al cuerpo.
Entr porque me llamaron la atencin los muecos, por lo que decan, por el sentido que tomaba la frase, el que el texto est ubicado en diferentes partes del
cuerpo. Me gusta ese humor porque no cae en lo vulgar, es humor sencillo, es
chistoso, es una motivacin para entrar a la exposicin.
En los muecos resulta muy creativo lo de las ventanitas que puedes abrir, con
frases que uno no haba imaginado que estaran ah.
Me agrad que usaran el humor porque venir a un museo no debe ser tedioso (es
decir, lo es).
Muy chistosos, si hay humor es ms divertido, es ms ameno pasar por todo esto,
ni te cansas....
Excelente... como que le quitan lo estirado al arte, lo pedante, es ms accesible as
y al mismo tiempo no le quitan contenido.
Utilizar recursos metafricos y ldicos como presentacin de una exposicin temporal fue muy adecuado, pero tambin puede serlo respecto del
museo en general. En tal caso, habrn de ser cambiados regularmente para
que no pierdan su efecto. Cabe reiterar que la ubicacin y la escala de estos
dispositivos son fundamentales, as como la manera de dejar en claro la
relacin entre el recurso y la exposicin. La produccin de este tipo de
dispositivos no puede menos que ser cuidadosa, los objetos debern ser
extremadamente resistentes y recibir mantenimiento constante. Adems,
es indispensable presupuestar y producir ms de un ejemplar cuando se
prev atender a visitantes numerosos. El uso de la polisemia en los dispositivos de interpretacin ha demostrado su poder, pero no basta aadir un
mueco, alguna msica o una instalacin divertida a una exposicin sino
que se requiere un conjunto pensado y articulado de elementos. El contenido importa mucho a los visitantes, contenido que sorprenda y haga reflexionar.
Por ltimo, los efectos del recurso metafrico son tan notorios que merecen ser
discutidos desde el principio de cada proyecto curatorial y museogrfico, en equipo, sin soslayar la posibilidad de contratar diseadores o artistas plsticos,
curadores en msica o poesa para concebirlos, cuando el museo considere pertinente profundizar el trabajo de motivacin, informacin y comunicacin, o cuando una exposicin plantea dificultades especiales en esos aspectos.
Ritmos y necesidades de la visita
La incorporacin en la museografa de un espacio de pausa indica que no
todos disfrutan una exposicin sin interrupciones y brinda a los visitantes la
25
Aun los asistentes que habitualmente no leen cdulas y cuya atencin se centra exclusivamente en las obras, apreciaron la salita como el espacio idneo
para recapitular, leer lo que les interesaba, escuchar los testimonios y descansar. Tanto lectores como no-lectores, es decir usuarios o no usuarios de los
elementos de interpretacin, coincidieron en destacar la originalidad e importancia de la nueva oferta del MUNAL (lo ms importante de esta exposicin es
este espacio, toda la informacin y el sonido, asever un estudiante de medicina) y, adems, en solicitar mayor espacio fsico para ella, por una parte, y
mejor publicidad por la otra.
La confluencia de recursos en la sala se percibi como momento de sntesis,
repaso y cierre de la exposicin. Los recursos que ms llamaron all fueron una
8
caja para espiar que atrajo mucha atencin, aunque la seleccin de imgenes no despert mayor inters y los testimonios grabados. La inclusin de
recursos sonoros se consider muy atractiva.
Me gust escuchar las grabaciones, inclusive acercarme a poner el odo... le da un
aire de misterio... no saba que se poda hacer todo eso.
Los testimonios grabados, con reproduccin ambiental no siempre fueron fcilmente audibles, por lo que en ocasiones convendr considerar
el uso de audfonos individuales. Por el mismo motivo, se podrn multiplicar los espacios donde escuchar diferentes sonidos y testimonios. Es
importante prever los espacios suficientes para la demanda de los numerosos visitantes de fines de semana, muy necesitados de informacin
y espacios amigables.
8
Este dispositivo fue concebido en relacin con el mdulo de Arte ertico, pero a ltimo momento
no cupo en el lugar conceptualmente adecuado por dificultades de planeacin en el diseo
museogrfico. Dificultades de este tipo son las que indican la conveniencia de trabajar en equipo
desde el principio del proceso.
26
Espacios de participacin
Otro elemento clave en el diseo de polticas de inclusin por parte del museo
es el enriquecimiento de una gama de posibilidades para alentar la participacin activa de los visitantes. Esto se ha logrado a travs de diferentes recursos, como mesas de libros al final de la exposicin donde los visitantes se
pueden sentar tranquilamente a leer, as como algn medio para expresar
emociones e ideas respecto de la exposicin y del museo al final de la visita.
La inclusin en la exposicin de mesas y sillas de cafetera con libros para nios y
adultos acerca de los temas tratados por la exposicin fue considerado como un
indiscutible acierto por todo mundo. Adems de la consulta de los libros, su efecto
ms importante fue propiciar la sociabilidad. Valdra la pena entonces prever el
mejor espacio posible para un lugar de tertulia, consulta y sedimentacin de la
visita y aumentar todo lo posible el nmero de mesas y sillas.
En cuanto al distribuidor con tarjetas en las que se invitaba a escribir diferentes impresiones, sin haber sido objeto especfico de esta evaluacin,
pudimos observar el gusto con el que distinto tipo de visitantes escriban,
obviamente motivados por las intensas emociones vividas en la exposicin.
Fue un excelente estmulo el hecho de haber impreso en las tarjetas pequeas frases incompletas que actuaron como detonadoras de expresin sin
por ello incurrir en actitudes autoritarias o escolares. Podran inclusive aadirse cuatro o cinco grabadoras que registraran testimonios de los visitantes. Se trata de ofrecer tiempo y espacio para la elaboracin de la visita y
de la experiencia esttica e intelectual que tiende a dispersarse rpidamente al cambiar de actividad en cuanto se deja atrs el museo.
27
En mi cuerpo, siento...
Mi cuerpo es...
Mi cuerpo necesita...
Con mi cuerpo quisiera...
Hubo obras en las que encontr...
La exposicin me hizo pensar que...
Fecha
Por otra parte, para que los esfuerzos del personal del MUNAL logren mejor las
metas que se proponen en trminos de comunicacin y educacin, resulta
necesaria la coordinacin precisa del equipo del museo y de las empresas y
especialistas subcontratados alrededor de objetivos especficos compartidos.
Al respecto, fue sintomtico y todo un desafo el atractivo, en unos casos, y
el rechazo, en otros, que despertaron en ciertos sectores los anuncios sobre la
exposicin que, a la manera de los cortos cinematogrficos, explotaban el
morbo para convocarlos al MUNAL. La publicidad audiovisual prometi algo ms
audaz y fcil que lo que se expona. En cierta medida, las falsas expectativas
disminuyeron en algunos casos el inters de la visita y podemos afirmar que
hubo gente que no hubiese asistido sin las ilusiones creadas. En cambio, la
exposicin tranquiliz a quienes haban rechazado la imagen publicitaria. Los
medios electrnicos son fundamentales en la relacin entre museo y pblicos
no especializados en arte. Tienen poder de convocatoria en amplios sectores
de pblicos potenciales diversificados por sus mltiples intereses y en aque-
28
llos que, ante un tema afn, se atrevern a asistir por primera vez a ese museo. Defraudar a estos visitantes, ya sea por la baja calidad de la muestra o
por la inadecuacin de la publicidad implica el derroche de cuantiosos esfuerzos realizados por profesionales y artistas, as como por quienes financian los
gastos del museo.
Adems, es recomendable incluir en la mayor parte de los anuncios publicitarios
ese plus que los visitantes encontrarn en materia de recursos interpretativos y
de eventos de animacin. Es fecundo, asimismo, anunciar por televisin, radio y
prensa las exposiciones, incluyendo la ubicacin del museo y alguna referencia
clara sobre su localizacin. Por otra parte, el pblico potencial que pasa frente al
museo no es indiferente a los anuncios colocados en la fachada, de modo que
merecen una atencin especial en su concepto y diseo.
29
Otra polarizacin, por lo dems obvia, fue de corte moral: hubo quienes festejaron la libertad que les aportaba la muestra, y quienes fantasearon desbordes
amorales, diferencia por cierto inevitable y que no sometemos a discusin. Aadimos un comentario: muchos entrevistados observaron con curiosidad e inters
las visitas guiadas a grupos infantiles proyectando en ellas algn sentir profundo.
Todos se mostraron sorprendidos por la inteligencia y delicadeza con que los
guas encaraban el tema y las obras (es decir, los adultos manifestaban as el
deseo de ser tratado ellos mismos con inteligencia y delicadeza ante un tema que
en buena medida los perturbaba).
30
omentarios finales
Qu factores potencian la utilizacin plena de los recursos de una exposicin? La evaluacin de los recursos interpretativos utilizados en El cuerpo
aludido no permite afirmar que la poesa o la msica sean dispositivos igualmente vlidos para cualquier tema o gnero de exposicin. Ni siquiera que lo
sean las bien recibidas estrategias para la participacin activa de los visitantes. Lo que s es posible recomendar es la utilizacin de informacin breve,
clara, oportuna, visible y motivadora, y de recursos polismicos, ricos en metforas, los ms adecuados a cada tema y gnero de exposicin. El curador,
servicios educativos y quizs un asesor en comunicacin y recursos
interpretativos podrn en conjunto tomar las decisiones necesarias.
Si no queremos que los pblicos sean un mero pretexto para que los museos
mantengan sus puertas abiertas, sino los destinatarios de ese conjunto de
acciones que la exposicin representa, es fundamental lograr una mejor articulacin entre el proceso de investigacin curatorial y de recursos de interpretacin y comunicacin. Ello requiere modificar la metodologa de trabajo, intensificar las tareas en equipo y calendarizarlas. Aceptar los resultados de la
Aunque encontramos que los pblicos pueden verse inhibidos por los mensajes contradictorios que emite un museo (dependiendo de la articulacin o desarticulacin de los diversos discursos: custodios autoritarios, cdulas librescas,
recursos audiovisuales deficientes, sealizacin pobre, imposicin de rutas,
etctera), es claro que los recursos que una exposicin ofrece no explican
todos los comportamientos y las dificultades de los visitantes. Para comprender las diversas relaciones de los pblicos con la oferta museogrfica tampoco
es suficiente analizar el capital econmico y el cultural con que cuentan: se
requiere contemplar tambin otro tipo de condicionamientos, como el marco
de obediencia/desobediencia que los museos evocan, la forma contradictoria
en que se viven las experiencias de informarse y disfrutar, y las representaciones de la institucin Museo. De este modo, si el objetivo es el diseo de polticas inclusivas, el conocimiento de los pblicos y de sus diversas maneras de
percibir, evaluar y relacionarse con la oferta museogrfica es relevante.
31
evaluacin significa tambin incluir en la planeacin y el presupuesto los conceptos y partidas necesarias en el momento oportuno. Aunque en Mxico se
improvise bien, los resultados de una buena planeacin podran ser no solamente mejores sino de largo plazo. En este sentido, sera recomendable que
quien idea los recursos interpretativos participara desde el comienzo en los
seminarios o reuniones de investigacin con los que el curador busca conocimiento y estructura para la exposicin.
Para ser consecuentes con los resultados del estudio y llegar a disear recursos interpretativos y de comunicacin cada vez mejores, menos amenazadores e impositivos, es indispensable el conocimiento de los distintos tipos de
pblico que usan habitualmente el museo y de los pblicos potenciales. En los
resultados de nuestra investigacin aparece tambin una conclusin en forma
de paradoja: hay dispositivos de informacin, como las cdulas, que se perciben obligatorios por el solo hecho de estar ah y esto choca contra la rebelin
de un tipo de visitantes expresada en forma de desobediencia (no lectura).
Adems hay preconceptos acerca de las intenciones autoritarias de la institucin museo que se manifestaran en el contenido de las cdulas, los recorridos
lineales o las actitudes de los custodios y guas. Nuestra recomendacin es,
entonces, que el museo haga su oferta en relacin con la especificidad de sus
diversos grupos de usuarios y que eche mano de complementos polismicos,
portadores de metforas en el caso que estudiamos fueron la poesa, la msica y la voz humana ya que bien seleccionados son muy motivadores y pueden percibirse como no impositivos.
El caso de la exposicin El cuerpo aludido permite sostener la tesis de que un
museo puede dedicar sus exposiciones temporales a sectores de pblicos con
perfil e intereses diversos, pero no podr sostenerse y crecer si deja de lado al
pblico especializado. El desarrollo de la historia del arte, la esttica, la historia o las ciencias se entretejen con la calidad y actualidad del discurso curatorial
en tanto el nivel de comprensin e inters de los pblicos ante estos discursos
se relaciona con la calidad y cantidad de recursos interpretativos y
museogrficos.
Si el MUNAL o cualquier otro museo introduce nuevos tipos de recursos
interpretativos, convendr que acompae tal novedad con una campaa de
informacin a corto y mediano plazos. Los pblicos querrn comprobar si se
trata de una oferta aislada o de un cambio de poltica del museo y una mejora
sostenida. La oferta regular de nuevos recursos podra modificar, poco a poco,
los preconceptos e imaginarios que permean los comportamientos y las resistencias.
32
En otras palabras, no hemos simplemente comprobado si los visitantes usaban o no los recursos, si lean o no lean textos, sino que nos preguntamos de
dnde viene el leer o no leer. Cuanto ms preciso y delimitado sea el objeto de
evaluacin, mayores son las posibilidades de llegar a buen fin, ya que se pueden aplicar mltiples tcnicas, cruzar los resultados y validarlos mejor. No
obstante, no nos cansaremos de insistir sobre el hecho de que los resultados
con los que se puede llegar a producir algn cambio no son los porcentajes de
aceptacin o rechazo, uso o no uso de recursos sino el porqu de tales comportamientos. En este sentido, cada evaluacin particular podr arrojar mayor
luz sobre diversos elementos contextuales y causas de comportamientos. A la
larga, la acumulacin de estos conocimientos podra generalizarse y redundar
en beneficio de muchos museos y, sobre todo, de sus pblicos.
Tcnicas de investigacin puestas en prctica
Observacin de pblicos (ciclos de visita) y de cada recurso museogrfico por
evaluar.
Anlisis del diseo museogrfico en general y de su relacin con los recursos por
evaluar.
Entrevistas a visitantes (110, seleccionados de acuerdo con una matriz que contempl dos variables (observadas): pertenencia generacional (jvenes/adultos) y
lectura/no lectura de las cdulas.
Entrevistas a personal del
MUNAL:
MUNAL,
libro de comentarios,
Bibliografa
HEINICH, Nathalie, Lart contemporain expos aux rejets, Nmes, Ed. Jacqueline
Chambon, 1998.
34
ISER, Wolfgang, El acto de la lectura. Consideraciones previas sobre una teora del efecto esttico en Dietrich Rall (comp.), En busca del texto, Mxico,
UNAM.
KOTLER, Neil & Philip Kotler, Museum Strategy and Marketing, San Francisco,
Jossey Bass Pub., 1998.
PETERSON, Richard A. et al., Age and Arts Participation with a focus on the Baby
EXPONER COMUNICANDO. EVALUACIN DE DISPOSITIVOS DE INTERPRETACIN DE LA EXPOSICIN EL CUERPO ALUDIDO
PICCINI, Mabel, Ana Rosas Mantecn y Graciela Schmilchuk (coords.), Recepcin artstica y consumo cultural, Mxico, Juan Pablos/Cenidiap/ConacultaINBA, 2000.
35
36