La Divina Pastora 1 PDF
La Divina Pastora 1 PDF
La Divina Pastora 1 PDF
f* g ^ i f o r ,
LA DIVINA PASTORA,
SEA
JE SU CRIS
TO,
OFICIOS
en utilidad de las ovejas por quienes el buen Pastor dio su sangre y su v i d a : honor y gloria de la
buena PASTORA su divina M a d r e , con cuyo g l o rioso ttulo es reconocida como PROTECTORA de las
Misiones Capuchinas en los dominios catlicos
de Espaa,
POR
EL
R. P. Fu. FERMN
Misionero
apostlico
vincia
la
Cmara
de
de
Encarnacin
del Sermo.
la Sacra
del Orden
Sr.
Asamblea
la Procuracin
de
las
Infante
Castillas
de S. Juan,
, en la
Sebastian
de su Orden
de Espaa
ALCARAZ,
Capuchinos
dos
D.
del Orden
general
DE
de
, por
Pro-
, Telogo
, juez
y Secretario
las
de
sinodal
de
Provincias
Indias.
DEDICATORIA.
SOBERANA E M P E R A T R I Z DE CIELOS
Y TIERRA: HIJA PREDILECTA DEL PADRE : MADRE
PURSIMA DEL VERBO : ESPOSA AMADA DEL ESPRITU SANTO: TEMPLO VIVO Y ANIMADO EN QUIEN
LA DIVINIDAD RECIBE GLORIA, OBSEQUIOS , CULTOS Y HOMENAGES DE TODAS LAS CRIATURAS ; Y
DE DONDE HUYE CONFUNDIDO EL DRAGN INFERNAL HASTA PRECIPITARSE EN EL ABISMO: OBJETO
EL MAS CARIOSO DE LAS COMPLACENCIAS DE
DIOS : ARCA VERDADERA DEL TESTAMENTO : RECLINATORIO SAGRADO EN QUE DESCANSA LA SABIDURA ETERNA: MUGER FUERTE QUIEN CORRESPONDEN EN TODA SU VERDAD Y EXTENSIN
LOS ELOGIOS QUE PRODIG EL SABIO : EMBELESO
DE TODA LA CORTE CELESTIAL : MILAGRO NUNCA
VISTO, OBRADO POR EL ESFUERZO DE LA OMNIPOTENCIA : COMPENDIO ADMIRABLE DE LAS MARAVILLAS DE LA DIESTRA DEL SEOR: ZAGALA GRACIOSA Y COMPAERA INSEPARABLE DEL BUEN
PASTOR JESUCRISTO , QUE ATRADO DESDE EL SENO DEL PADRE POR EL OLOR SUAVSIMO DE VUESTRAS VIRTUDES , Y ABRASADO EN EL AMOR DE
IOS HOMBRES , NOS VISITO Y REDIMI, DANDO SU
VIDA Y SU SANGRE POR EL BIEN DE SUS OVEJAS,
T
6
tambin pruebas'repetidas
para conocer que
vuestra caridad, hermanada admirablemente
con vuestra eminente dignidad, os hace accesible a nuestros ruegos, y recibir benigna los
obsequios, aunque pequeos, que os ofrecen
los hijos desgraciados, de Adn yo rio me atrevera de modo alguno a acercarme vuestro
Real trono, llevando en mi mano esta pequea
obra, para suplicaros que la recibieseis con
agrado y complacencia. Ella es un corto, escaso improporcionado testimonio de mi'gratitud y reconocimiento los favores, que como
Madre piadosa y tierna me habis dispensado,
y de que veo marcado todo el curso de mi
vida. Asi es que cuando yo me acerco, y cuando
Vos os dignis concederme acogida vuestras
virginales plantas, y cuando postrado y reconcentrado en mi propia pequenez os mito
sentada en el trono pastoral, acariciando y recibiendo los' halagos y carios de las ovejitas
que componen vuestro rebao, ya no recelo,
no me detengo, ni dudo correr hasta ponerme
en la clase de una de ellas, aunque sea la mas
roosa y miserable, y ofreceros el corto fruto
de mi ardiente devocin en este librito intitulado : E l Rebano del buen Pastor Jesucristo,g u i a d o , custodiado, y apacentado por V o s
su Divina Madre.'
1
8
querido mas humillar el estilo y los pensamientos para hacerlos comprensibles todos,
que no hacer alarde de la sublimidad en stos, y elegancia en aqul. Estos han sido, y
son mis designios y deseos. La sinceridad in-,
gema con que los es preso, y la claridad con
que Vos misma estis leyenda m corazn, me
dan una segura confianza de que hallar acogida en mi pretensin; esperando solo por recompensa que me anumereis, y permanezca yo
fiel, y obediente en vuestro rebao y aprisco
pastoral, como oveja la mas indigente y ne~.
essitada, de vttestra solicitud y amparo*
SEORA:
0-c.
el mas
K^ewwws) De (SUlcaftax,.
PRLOGO A L LECTOR.
IO
PRLOGO
portento admirable de la diestra del Altsim o , que en su formacin agot todos los recursos de la Omnipotencia D i v i n a , y recibi
tal esplendor y elevada grandeza, que des*
pues de Dios no se encuentra otra semejante
( i ) ; por lo tanto, solo Dios es suficiente para
conocer y esplicar sus perfecciones ( 2 ) , que
el Anglico Doctor llama cuasi infinitas (3).
Esta contrariedad de afectos la manifest el
melifluo S. Bernardo ( 4 ) , cuando fluctuando su encumbrado espritu entre los contrarios afectos de terror y de dulzura, no acerraba elegir un medio propio y adecuado
para hablar de las glorias de Mara. Segn
esta v e r d a d , de que estoy bien persuadido, ya
no es estrao el que yo tema el aventurar mi
p l u m a , cuando la corto para ocuparla en el
asunto que yo me propongo esplanar: el quedar confundido en mi propia ignorancia eclipsando con ella este Astro refulgente que recibe inmediatamente la influencia del Sol d i vino de justicia, cuando intento difundir sus
hermosas luces: y verme por ltimo deslum- .
brado cuando me paro mirar de hito en hito
esta escelsa y singular criatura, cuyo culto
(1). S, Anselm. de Concept. Virg.
(a)
S. Ber-
AL LECTOR.
TI
y adoracin deseo estender y perpetuar e n tre todos los habitantes del universo, y a c a so , deber tambin recelar el que yo profane con mi tosca produccin este Tabernculo
augusto de la eterna increada Sabidura. Sin
embargo, desconfiando siempre de m mismo,
olvidado de mi pequenez, y estribando solo
en el auxilio del misericordioso Padre de las
luces, que escudriando los corazones de los
hombres, sabe muy bien que solo intento y
busco su mayor honra y gloria, y; la de su
Santsima Madre j me atrevo tomar la plu-'
ma para renovar los hombres la memoria
de sus misericordias sin fin, depositadas en
M a r a , del modo posible, y significadas de;
un modo grandioso, en el hecho de nombrarla
Pastora de nuestras almas, decretando que
fuese Madre del buen Pastor Jesucristo.
S , lector m i , esta voz de Madrey
Pastora de los-hombres, desaparecen todosIos motivos que pudieran sorprender infundir espanto en nuestros nimos, y solo se nospresentan los q^epuedeny deben llenar de con-"
tent^ alegra,- confianza, ternura',,y a m o r f i - '
lial nuestras,almas. Si S . B e r n a r d o , cuya
lengua parece fu formada principalmente
para elogiar M a r a , se llenaba no. obstante
de. terror y espanto, al. hacer el panegrico
I1
PRLOGO.
d e esta Seora, era porque si alababa su virg i n i d a d , si predicaba su humildad, si m a g nificaba su misericordia, encontraba en las
otras criaturas estas virtudes con que se asemejaban esta Seora: as e r a , que buscando su elevado espritu una cosa que disipase su temor por ser nica y privativa alabanza de M a r a , la encontr al considerarla M a dre Virgen del Cordero de D i o s , que deba
borrar la iniquidad del mundo ( i ) . Partiendo como de este centro en sus alabanzas, y a
se alentaba su espritu, y se fortaleca al considerar que sus virtudes esceden cuasi infinitamente todas las de los hombres y Angeles, y
porque hallando gracia en el Seor ( 2 ) , se
fabric en ella el remedio universal de todo
el mundo perdido (3). Por esta razn no t e mo y o el emprender en este pequeo libro,
la- esplicacion de cuanto en s encierra el t tulo y oficio de Pastora de nuestras almas,
y Madre del buen Pastor Jesucristo, cual lo
es efectivamente Mara Santsima. Este asun^
to nada tiene de terrible ni espantoso: todo
es amable, todo d u l c e , s u a v e , gustoso^ halag e o , compasivo, misericordioso, y: capaz
(1)
(3)
AL LECTOR.
IJ
PRLOGO'
AI. LECTOR.
I J
I6
PRLOGO
AL LECTOR.
17
(i)
L u c . cap. i .
2O
TITULO Y OFICIO
DE PASTORA.
21
Pastor mi Esposo para tener parte en los oficios de este nuevo destino; dando entend e r s ! los hombres, que pesar del grado
sublime de m a g e s t a d q u e se v elevada por
el Dios Omnipotente, que obr en ella cosas
g r a n d e s , no quiere despojarse de su humildad , de su b e n i g n i d a d , de su amabilidad,
y de su maternal solicitud para hacer f e l i ces los hombres, con el objeto sin duda de
ganarles el corazn, infundirles toda confianza, para de este modo traer acia s las
ovejas perdidas, conservar las que son fieles , y hacer de todas ellas un solo rebano
congregado en su solo r e d i l , y ponerlas
cubierto de los lobos infernales que las acechan dia y noche para d e v o r a r l a s , inutilizar en ellas el fruto de la sangr de su
H i j o , derramada por conducirlas los pastos de vida eterna; as podemos decir de esta
Seora lo que S. Pedro Crislogo dice de su
Santsimo H i j o : Mara eligi el oficio de
amantsima Pastora para reunir los pueblos
y las gentes, que como ovejas errantes andaban vagas y dispersas ( i ) . L o s gentiles,
elegidos ciertamente por Dios para entrar
su celestial rebao, dispersos por la i d o l a (i)
23
TTULO Y 'OFICIO
'1)
'3)
C a p . 3. v. 6.
Joann. a i . v.
(a)
DE PASTORA.
?3
pamente se dara esta comisin l a que signific con mas propiedad que nadie la p e r sona de su Hijo Santsimo, y supli cumplidamente su falta en la tierra, despus de su
Ascensin los c i e l o s , apacentando, forta-r
leciendo, animando, y confortando todos
los primeros feles, y entre ellos los mismos
A p s t o l e s , para completar y perfeccionar el
establecimiento de la ley de g r a c i a , y esttender el Evangelio por toda l a redondez de
j a tierra?
Si discurrimos por todos los periodos de
l a vida de esta Santsima V i r g e n , y si exa-r
minamos los oficios que ejercit en la tierra,
y aun al presente e j e r c e , sublimada como,
est en los c i e l o s , hallaremos cuan propia-;
mente le damos,el ttulo de Pastora de las
almas. Adornada con variedad de virtudesj
se aventaj en ellas todas las dems esposas del C o r d e r o , que siguiendo en pos de l ,
atradas por el suave olor de sus virtudes^
fueron como maestras y pastoras de las de?
mas vrgenes: cuales fueron las C l a r a s , las
Teresas y G e r t r u d i s , que con sus hijas se
ofrecen al Cordero inmaculado; pero g u i a das y conducidas por M a r a . Aclamada por
R e y n a de todo lo c r i a d o , le es ya propio
e l ' t i t u l de Pastora dada por Isaas los
24
TTULO Y'OP&IO
'
. (1)
(3)
' (5)
.'
' i
BE PASTORA. '
2Y
20
TTULO Y OFICIO
(a)
Taul.^cap. 44.
,-
BE- PASTORA; -
'27
. .
_
( 1 ) Oficio d e la Pastora.
1
11
- -
.
(2) Petrus a R i -
^cap.
. , .
. . .
28
TTULO Y OFCIO
DE PASTORA.
29
ao
TTULO Y"OFICIO
' DE PASTORA.
gl
3X
?
TTULO Y
OFICIO
33
DE PASTORA.
34
TTULO Y OFICIO
tura celestial terrena, d e b a , como ejrcito bien ordenado, infundir terror y espanto al comn enemigo. Pasados algunos aos,
se coloc tambin la Imagen de la Divina
Pastora en el convento de P P . Capuchinos
de Sta. Madrona en la ciudad de Barcelona;
y entonces, y a nadie pudo contener el a f e c to y devocin de aquellas gentes, hasta que
lograron se instituyese en l a dicha Iglesia
una hermandad en el ao de 1 7 6 3 con aprobacin del l i m o . Diocesano, la cual hermandad se traslad despus por motivos justos
l a Iglesia de P P . Carmelitas de dicha ciudad.
L o s bienes que las Amricas han conseguido desde que l a D i v i n a Pastora pas los
mares, y se present en aquellas vastas y distantes regiones conducida por los Misioneros Capuchinos, es asunto l solo de una historia voluminosa. Aquellas desgraciadas gentes vivan de asiento en las tinieblas y sombras de la muerte, en nmero incalculable,
esclavizadas por el Dragn,infernal, que seorendose por aquellos inmensos pases, contaba tantas vctimas cuantos eran los que
nacan desgraciados, y moran infelices, sin
la verdadera luz que ilustrase sus a l m a s ; mas
llegando el tiempo feliz para ellos en, que
las Misiones Capuchinas de las provincias de
DE PASTORA.
3J
36
rrTULO Y
OFICIO
Pero no han sido menos rpidos los progresos que la devocin la Madre del buen
Pastor ha hecho en esta mi santa provincia
de la Encarnacin de las dos Castillas, ni
menos afectuoso y reverente el c u l t o , que en
toda ella se le tributa; especialmente desde
que un hijo s u y o , cuyo gobierno general de
toda la Congregacin Capuchina la colm
de gloria y honor, que eternizar su nomb r e : E l E x m o . y R m o . P. F r . Nicols de
Bustillo: siendo Definidor general en R o m a ,
consigui de la Santa Sede el oficio, y misa
de la Divina Pastora, en el Domingo segundo despus de Resureccion.
A poco de estenderse en los reynos de
Andaluca la devocin, y culto de la Divina
P a s t o r a , fu reconocida por Protectora d e
las Misiones en esta santa Provincia. Bajo sus,
auspicios se instituy el colegio de Misioneros en la ciudad de T o r o el ao de 1 7 6 5 ,
haciendo centro de la devocion.de los fieles,
l a hermossima Imagen que con este traje, y
t t u l o , se coloc en una de las capillas de
l a Iglesia de dicho convento. Desde l s a len anualmente aquellos fervorosos Operarios
del E v a n g e l i o , predicando penitencia para
la-remisin d l o s pecados, por las dos C a s tillas, el reyno de G a l i c i a , A s t u r i a s , y en
' SE
PASTORA.
37
j8
TTULO Y OFICIO
DE PASTORA.
39
40
TTULO Y OFICIO
DE PASTORA.
41
42
TTULO Y OFICIO
DE
PASTORA.
43
Concluyamos con d e c i r , como cosa ya indubitable, que tanto en las Amricas como
en la Pennsula, se ha estendid hasta los l timos trminos la devocin y culto de la M a dre del buen Pastor Jesucristo; y de aqu es,
que es conocido y respetado y este sagrado
t t u l o , en cuya alabanza se componen himnos,
se hacen N o v e n a s , y los Oradores sagrados
apuran todos los recursos de la invencin,
y la elocuencia, para elogiar de todos modos
la Madre de Dios con el ttulo y a d v o c a cin de Pastora; en trminos que los Varones
44
47
D A PRIMERO.
Ego sumPastor
bonus* J O N . C O . F a c i a -
GEN.C.2.
v. 18.
compaera semejante l.
46
DIA PRIMERO.
47
DA PRIMERO.
(2)
Gen.
48
DA PRIMERO.
DA PRIMERO.
49
(0
Gen. i .
5O
DI A PRIMERO.
DI PRIMERO.
j-
DA PRIMERO.
amor, que te oblig que nos amases h a s ta entregarlo al sacrificio por darnos la v i d a , quedando t sin E s p o s o , s i n P a d r e , sin
tu Seor, y sin el Hijo quien distes forma
humana, para que apareciendo con ella entre
sus ovejas, se nombrase nuestro Pastor. A h !
quines somos los hombres oh admirable
Pastora! para que con ellos hagas tales exce-
sos de amor? E l hombre siempre inconstante,
siempre ingrato, y siempre i n f i e l , j p u d o
acaso merecer tanta dignacin? A h ! el nombre de Pastora me descubre lo carioso y
tierno que es tu corazn, y no acierto cmo
agradecerte justamente, el que hayas tomado tu cuidado elevarme sobre mi propia
miseria, cooperando con tu H i j o , para que
de hijo de Adn me vea adoptado por hijo
de Dios.
N o , no tememos ya la astucia del D r a gon infernal, cuando todos los hombres pertenecemos al rebao de quien Jesucristo es
buen Pastor, y,Mara su Madre buena Pastora. E l hijo lo sujeta en la c r u z , y la Madre
quebranta su cabeza con sus p i e s , y ambos
velan por nuestra salud. E n el buen Pastor
tenemos un abogado para con el P a d r e , y
y en la Pastora una medianera para con este mediador. Con el poder de este Divino
DA PRIMERO.
53
Pastor, y la mediacin de esta Divina Pastora, pereci el tigre sangriento con sus h i j o s , porque les falt la presa con que se
mantenan; ni tampoco nos asusta el rugido
del Len infernal, ni tememos sus dientes y deshechos ( i ) . A s es ya c l e b r e , y
adorable por todo el universo, el nombre de
esta dulce Pastora. O h nombre suave mis
labios, y tierno para mi corazn! Vuestro
Hijo os lo dio, para qu en l tuvisemos
nosotros una prenda segura de la p a z , y la
s a l u d , que nos trajo al mundo. T o d o el U niverso confiado vuestra proteccin, ofrece de continuo nuestra vista prodigios d e
vuestro p o d e r , y de vuestra bondad.
O R A C I N . O h Dios altsimo, Criador
de los cielos y la t i e r r a ! qu formando al
hombre vuestra imagen y semejanza; no
solo psistes das las cosas bajo de su domin i o ; sino que adbrnastes tambin su alma con
todas las gracias que le eran necesarias para
serviros, a m a r o s , y ser eternamente f e l i z ;
pero viciada poco su naturaleza, por el pencado que fu inducido A d n , por la compaera misma que le distes para la multiplicacin del gnero humano, se desordenaron to-
(0
Job. c. 4. v. ro. 1 1 .
54
DA PRIMERO.
das sus pasiones, viniendo ser para V o s objeto de ira, y de venganza. Compadeceos, Seor , de m , descendiente como soy de un Padre as criminal, y completad en m los,designios que formastes al elegir V o s otra E v a
inocente, p u r a , y santa, con cuya c o m p a a remediases el estrago lastimoso que el
Dragn infernal hizo en este gran rebao
del linage humano. O h Pastora amable! a l canzadnos aquella gracia , que V o s sabis
nos es tan necesaria, para vencer la ley del
p e c a d o , que contradice al E s p r i t u , y que
cautivndonos para obedecer la sensualid a d , nos arrastra acia el pecado y la perdicin. Sujetad al Dragn infernal con el
poder que se os d i o , para cooperar con
vuestro Divino Hijo nuestra redencin,
fin de que renovada en nosotros la naturaleza corrompida, seamos dignos de acom^paaros en los tabernculos celestiales del
Pastor supremo Jesucristo. Amen.
Se reza un Padre nuestro,. cinco
Marasy
un Gloria Patri.
Ave
DA SEGUNDO.
Mulier, ecce filius iuus.
JOAN. C. 1 9 . V . 2 6 .
Muger v ah tu Hijo.
j6
DA SEGUNDO.
Corn. in Joan. 1. D .
(a)
A c t . cap. g.
DA SEGUNDO.
57
ps, y calmes todas las tempestades de tentaciones con que se ha de ver combatida en l
sucesin de los siglos ( i ) . Aqu se verific y
la profeca de Jeremas: esta hermosa, y
delicada doncella, acudirn y desde hoy los
pastores con sus rebaos, y al rededor de
ella fijarn suS cabanas, y ella los apacentar con su propia mano ( 2 ) : y habitando
en lugar segur, dirn as los pastores cmo
las ovejas: E l Altsimo por s mismo ha f u n dado este tabernculo de proteccin, l solo
puede contar el nmero de los que habitan
en l , llenos de gozo y de contento (3): como
corderills tiernos, saltaremos de contento,
y nos regocijaremos en t , o h , Divina P a s tora! conservando la mmriadel amor que
nos- profesas , superior las Melicias del
vino (4).
:
Corn. in Joan. 1. D .
s - 86. v.
7.
58
DA SEGUNDO.
DA SEGUNDO.
^9
daban sealadas todas las llagas que lo tenan desfigurado: all fuistes clavada con,
duros clavos, coronada de crueles espinas:
tu amoroso pecho atravesado con la penetrante lanza, y acibarados tus dulces labios
con hil y vinagre: fuistes por fin sacrificada
por tus ovejas como buena Pastora, en semer
janza de tu Santsimo Hijo. Siendo superabundante la redencin de este hombre Dios, completastes por tu parte, lo que segn sus decretos faltaba su Pasin ( i ) ; y as, muriendo
con l como buena Pastora, principiastes el
oficio que te dej encomendado el Pastor que
mora ( 2 ) . Ah! qu har yo para nunca salirme de ste tu rebao: ser siempre tu oveja
fiel, y que t siempre seas mi Pastora?:::
Considera lo segundo, con la debida detencin, el tiempo en que todos los hombres
fuimos encomendados al cuidado y solicitud
pastoral de Mara en la persona del Discpulo S. Juan, y advertirs, que cuando los
verdugos tenian y este inocente cordero
fijo con duros clavos en la cruz, cuando dividan entre s sus vestidos, y echaban suertes para decidir la pertenencia de la tnica
inconstil , en quien estaba significada la
( 1 ) D.Paul.adCol.c.i.v.ap. (a) S.Bonav.amor.c;4.
6
DA SEGUNDO.
Iglesia Catlica ( i ) , entonces cabalmente
quis este supremo Pastor dar conocer, que
hasta el ltimo instante de su vida quera trabajar sin descanso, porque se conservase ileso
sin detrimento el redil de su Iglesia Santa,
dejando delegada especialmente para esto
su Santsima Madre, y encargndola que ensease, y adoctrinase, los que quedbamos
nombrados hijos suyos, en los dogmas y verdades pertenecientes la redencin, justificacin, y salvacin de todos nosotros. De
forma, que para consagrar el ttulo y oficio
de Pastora, para darle todo el poder y autoridad que le es debida, para ejercitarlo en
utilidad nuestra, terror, y espanto del abism o , y para que nosotros formsemos una
cabal idea de su grandeza, importancia,
se erijieron dos Altares por singular disposicin del Eterno Padre, el uno incruento en
el corazn de Mara, y el otro de sangre en
el rbol de la cruz con que su Hijo lavaba
los pecados del mundo; en ste sacrificaba
Jesucristo su cuerpo, cumpliendo con el oficio de Pastor de n modo nunca visto, cul
era dar la Vida, por librar de la-muerte
sus ovejas; y en aqul sacrificaba Mara s
(3)
Petr. Alex.
DA SEGUNDO.
6i
inocente alma, reservndose la vida para apacentar las ovejas desconsoladas, y reunir las
que se habian dispersado en aquellos dias
de tribulacin. Sacrificados as Hijo y Madre,
y levantadas las manos acia el cielo*, celebr Mara con su Hijo este sacrificio vespertino, y consumaron entre ambos el Misterio
de la Redencin (i). As se instituy el nuevo empleo de Pastora, que se le dio, esta
Esposa del Espritu Santo, en amparo y
defensa de la grey del buen Pastor, Estos
principios tuvo el redil evanglico | en x[ue
dijo Dios por Jeremas, que reunira las ovejas que habian quedado dispersas de su rebao, de todas las tierras adonde las hubiere
arrojado la tribulacin, para que crezcan, y
se multipliquen colocadas y en sus propias
tierras (a). Esta es la Pastora que dijo el
Seor creara para apacentar sus ovejas con
pastos saludables, con cuya proteccin no
tendrn y miedo, ni pavor alguno, y ninguna de ellas faltar en el redil (3).
AFECTOS. Llena de confianza y fortaleza, alma mia, y levantndote de tu pusilanimidad y flaqueza, deja caer y de tu
r
(a)
Jerem.
62
DA SEGUNDO.
cuello las pesadas cadenas con qu el prncipe infernal te tenia presa, y cautiva. Levanta tus ojos cansados y de llorar tu triste
situacin, y mira al Redentor Divino que obrada y tu redencin, y prximo ausentarse
d este mundo, deja en l su amada Madre
nombrada por t Pastora, para qu te ampare y te defienda; por consiguiente, tienes
y la Madre de Dios por Madre, curatriz,
y refugio tuyo: y ten por cierto, que desde
que oye este encargo escrito con la sangre
de su Hijo, cumplir sobre abundantemente
con l, por ser como lo es la ltima manda
que la deja en su testamento. No temas y
tu perdicin ni tu muerte, porque ella te
curar la roa de tus pasiones que te traen
flaco y desmedrado, fortalecer la debilidad
con que tantas veces te has rendido sus estmulos, y alejar de t el lobo infernal que
procurar inflamarlas con su lito pestilente.
Confia en tu Pastora , porque sostenindote
ella no te perders.
Hijos todos de esta Madre, corred, y
apresuraos entrar en el rebao de esta
Soberana Pastora: ella aguarda en l con
una compasiva inquietud cuantas ovejas
se han estraviado, y con una eficacia maternal las llama, y las busca para poner-
DI A SEGUND.
63
las en seguridad. Ah, cunto es el gozo d
esta Pastora, cuando obedientes sus ovejas
su voz, se apartan de sus estraviads caminos! Su corazn se llena de gozo al recibirlas, y con los Angeles del cielo celebra
su hallazgo. Rebao escogido del Seor, advertid cuan amable es el tabernculo que Jesucristo os seala, para que habitis en l con
toda seguridad: de dia y de noche estis en l
seguros por la Vigilancia, y solicitud de tan
buena Pastora. Ah dulce Pastora! Jams
nos apartaremos de tu abrigo delicioso! Jams abandonaremos este lugar seguro de
nuestra esperanza! T eres la defensa en
nuestros combates, el consuelo en nuestras
penas, la corona en nuestras victorias, y
el camino de nuestra verdadera felicidad;
cubiertos y con tu manto maternal, nada
tenemos que temer.
ORACIN. Yo os doy gracias oh Dios
mi! porque distes tal virtud y poder esta
Santsima Pastora, para infundir en los corazones de los primeros pastores de la Iglesia la
fortaleza y generosidad necesaria para principiar la predicacin del Evangelio, y alimentar con el pasto de tu divina palabra la
grey que la dejabas confiada. Lleno asimismo
de confianza, me acerco tambin vuestro
6>4
DIA SEGUNDO.
trno, oh piadosa Cooredentora de los hombres ! suplicndoos me concedis la gracia de
comunicarme la constancia, y fortaleza, que
roe es necesaria para permanecerfielcon Vos
al pie de la cruz, en donde se os confiri el
ttulo de Pastora de mi alma, rubricado con
las gotas ltimas de la sangre de vuestro Dir
vino Hijo, y signado por un testigo tan acre-r
ditado como S. Juan, en cuya persona fui
yo nombrado oveja vuestra; fin de que no
separndome yo jams de vuestro rebao,
.por mas que quieran estraviarme los escndalos del mundo, me haga digno de entrar
en el redil eterno de la gloria. .Amen.
v
DA TERCERO.
Deinde dicit Discpulo,
Ecce Matet
tud.
JOAN, C. 1 9 . V. 2 7 .
Despus dice al Discpulo, v ah tu
Madre.
E n este da se nos recuerda que Jesucristo, estando para espirar en el suplicio
ignominioso de la cruz, nos dio el testimonio mas convincente de su infinita caridad,
sealando su misma Madre, por Madre
tambin de todos los hombres, y Pastora de
nuestras almas, sobre lo cual,
Considera primero, que aunque Jesucristo, como oveja obediente y pacfica, se
dej despojar de su propia piel, dilacerada
en todo el discurso de su pasin la violencia de los azotes, clavos,espinas, y lanza, para cubrir de este modo nuestra miserable desnudez; aunque se dej sacrificar,
cual inocente y humilde cordero, para absolver al mundo de su iniquidad; y aunque
entreg su alma, por sus ovejas, cual amo-
66
DA TERCERO.
rossimo Pastor, para llenar as cumplidamente los oficios de este ttulo ( i ) , aun con
todo esto, no se d por satisfecho el amor
que abrasaba su encendido corazn por nuestro bien, y por nuestra seguridad, y as determina llevar hasta su colmo los excesos de
este amor, y aun darnos de l una prueba
y seal tan convincente, y tan propia, solo de su caridad infinita, que ninguno de
los hombres podra ocurrrsele, y aun menos se hubiera atrevido pedir, y fu sealarnos por nuestra Madre, es decir , por
Protectora, amparo, refugio, y consuelo de
los Hijos desgraciados de Adn su propia
Madre, privndose s mismo del consuelo
de nombrarla con este amoroso ttulo, como para darla entender, que solos los
hombres deba ya reputar por Hijos suyos.
La grandeza del amor de Jess en este hecho caritativo y generoso, debes deducirla
oh alma ma! de la excelencia, y precio incalculable del favor que nos dispensa, cuando el Divino Pastor nos da y la franqueza
de ir descansar al abrigo del manto maternal de esta Divina Pastora, que es el conducto de todas sus gracias, la dispensadora
(i)
DA TERCERO.
67
de todas sus misericordias, y la depositara
de todos los tesoros del cielo. Pondera bien
alma mia! cuan liberal y generoso sea este amor de Jess, que nos eleva una dignidad envidiada aun i:de los mismos Angeles , puesto que ninguno de ellos ha dicho an esta Seora, como dice al hombre: T eres mi Hijo, yo te he engendrado
espiritualmente con mis dolores sufridos al
pie de la cruz; y esta relacin maternal es
para m tanto mas apreciable, cuanto est
sellada con las ltimas gotas de; la sangre
de mi Hijo Jess. As es que podemos contar de seguro con todas las gracias capaces
de esclarecer, iluminar nuestro espritu,
para poder conocer todos los misterios adorables y sublimes de nuestra sacrosanta religin, y ser asistidos con los favores que
una Madre, la mas cariosa, es capaz de
dispensar sus amados hijos Esta dicha es
la mas grande que nosotros pudiramos desear, pues amando Jess su Madre la
par de su corazn, cuando nos la deja
nombrada por Madre nuestra, nos cede-todo lo que mas l amaba; y siendo-la palabra de Jess tan eficaz, que hace y realiza cuanto dice , nos hace verdaderamente sus hermanos , dndonos sobre nuestra
68
DA TERCERO.
comn Madre todos los derechos y acciones
que un hijo tiene sobre sus padres, por cuya razn entramos y la parte de la herencia de sus bienes, que es el fruto de la
sangre de su Divino Hijo, y del reyno de
los cielos franqueado por ella.
AFECTOS. Cuan magnfico eres, y
cuan generoso, oh Jess adorable de mi alma! cuando por un esceso de tu amor los
hombres, nos das por Madre, Protectora, y
Pastora nuestra, tu misma predilecta inmaculada Madre, y en ella todos cuantos tesoros encierran los cielos y la tierra, prximo como estabas la muerte; y pocos momentos antes de entregar tu espritu en manos
del Eterno Padre, no moria en tu alma la vigilancia de verdadero Pastor, ni el cuidado
solcito de tu grey: hasta el ltimo estremo
de tu vida se ocupaba en l tu diligente
amor(i). Ah! Yo me lleno de confusin al
considerar un tal esceso de bondad. Cmo
es posible que yo te contemple cuidadoso de
mi bien hasta el ltimo aliento de tu vida,
y yo sea tan poco solcito de corresponder
tanta bondad! Pero y Jess mi! caigo en
la cuenta, y advierto mi grosera ingratitud;
(i)
S. Agust. Serm. de S.
Cip.
DA TERCERO.
69
y para remediarla, no solo te consagro desde
hoy mi corazn, sino que procurar ganar y
conquistar para t todos los corazones de los
hombres, fin de que todos juntos hagamos
un solo rebao, custodiado por esta solcita
Pastora.
Mil acciones de gracias os sean dadas
mi adorable Salvador! por tu inefable bondad, manifestada no solo todos los hombres en general, sinofijadasobre m tan particularmente, que de no haber otra criatura
quien proteger, me la hubieras sealado
por Madre con igual amor, y misericordia,
dndomela como prenda segura de mi predestinacin. Ah! que no pudiera yo disponer de todas las Gerarquas Anglicas, y
de las lenguas de todos los Santos, para bendeciros dignamente sin cesar! Con justicia,
y con razn , merecis todos los afectos y
ternuras de mi alma: yo os los consagro sin
reserva alguna; pues aunque como oveja
errante me extravi, y delinqu, abusando
infielmente de vuestro amor, y aun de este singular beneficio que me dispensasteis en
la cruz, aun no me he olvidado de tus
mandamientos; y esperando que me buscareis solcito entre mis estravos, propongo ser y fiel oveja de Mara por un amor
70
DA TERCERO.
ardiente, y por una fidelidad inviolable
su voz ( i ) .
Considera lo segundo, que este nombramiento de Pastora de los hombres, hecho por
su Divino Hijo con caridad tan excesiva, es
un don y presente tanto mas estimable y
precioso, cuanto es mas elevada la dignidad de esta Santsima Criatura, y humilde
y despreciable nuestra baja y vil condicin:
de forma, que aunque el favor que se nos
hace fuese en s de poca recomendacin,
segn suena el nombre de Pastora, sin embargo, la grandeza de esta Seora, y nuestra pequenez, nos lo hacen estimar como
una prueba evidente del amor de Jesucristo. Quin mas grande, despus de este Redentor , que la Hija predilecta del Eterno
Padre, la Madre inmaculada del Verbo$
y la Esposa pursima del Espritu Santo,
quien se le dio todo el poder en los
cielos y en la tierra, para que reinase como Seora sobre todo lo que no es Dios?
Aquella quien sirven los Angeles, cuya hermosura admiran la luna y el sol,
cubierta y coronada con las estrellas del
firmamento, y cuyo solo nombre se espan(i)
DA TERCERO.
71
tan y tiemblan las potestades del abismo?
Por esto es tanto mas admirable el amor del
buen Pastor Jesucristo, cuanto hace descender esta escelsa y celestial Reyna la clase de Pastora de unas viles criaturas, que en
semejanza y nombre de ovejas las deja confiadas su maternal cuidado, alejndola, y
privndola al parecer de su cuasi infinita
dignidad. Ahora puedes esclamar, alma mia,
con Job, y decir : Quin es el hombre, Seor , quien tan noblemente habis elevado ( 1 ) ? jPor qu abrs con tanta bondad
vuestro amoroso corazn un tan vil gusano de la tierra? El hombre todo terreno no
busca sino pastos corruptibles; y Vos le
dais una Pastora que lo aliment con pan del
cielo. El hombre pecador ser siempre una
oveja llena de roa y de miseria; y Vos l
dais una Pastora pursima con virtud para
comunicarle su pureza. El hombre cual oveja indcil, y rebelde, se extrava por sendas peligrosas; y Vos le dais una Pastora,
cuya mansa, y dulce voz, lo har retroceder
del precipicio adonde lo llevan sus pasiones. El hombre, oveja dbil inconstante;
y Vos le dais una Pastora, que lo robus(1)
Job. c. 7. v. 17.
72
DA TERCERO.
tezca, y lo fortifique. Ab, cuan fuerte eseste amor que obliga Jesucristo dar
una criatura miserable y vil, como es el hombre, lo que mas amaba en el mundo, qu
es su propia Madre ! Y penetrada t, alma
mia, de esta verdad, advierte qu impresin debe hacer en t para comenzar desde
hoy una vida mas desprendida de todas
las criaturas, y mas arreglada en tu amor
ellas.
AFECTOS. J Oh, mi Dios! sois admirable en vuestra conducta con los hombres.
I Quin podr penetrar el exceso donde
llega vuestra incomprensible bondad? Un
Dios grande, tan santo, tan perfecto, y tan
elevado sobre m, se digna fijar su atencin para hacerme, no un favor comn y
ordinario, que siempre sera grande por venirme de su divina mano; sino tan gran->
de y elevado como lo es su propia Madre,
quien deja encargada la custodia y de-fensa de mi alma. Qu podr yo hacer
oh Dios mi! para agradecer dignamen-.
te tanto bien? Ojal que todo el poder de
mi alma, y todas las partes de mi cuerpo,
se convirtiesen en lenguas para daros gracias y bendeciros! David, sin haber recibido tanto , no sabia cmo agradecer vues-
DTA TERCERO.
73
tros Favores ( i ) . Yo pienso agradecerlos en
el modo posible mi pobreza, profesando una devocin tierna y fervorosa esta
Madre Pastora que me dais, y un reconocimiento eterno Vos que me la sealis.
Oh, Dios mi! siempre ser vuestro siervo ( 2 ) , y obediente y fiel oveja de vuestra
Madre, y mi Pastora.
Yo no debo recibir en vano este beneficio
estraordinario que Jesucristo me dispensa.
Mi corazn debe inflamarse al considerar
que abre sus labios moribundos para decirme, que su propia Madre es la Pastora de
mi alma. Este misterio inefable del amor
de mi Dios ; me descubre un tesoro abundante de riquezas, y una fuente perenne de
misericordias; y al mismo tiempo me hace
conocer la dignacin benfica de Hijo, y
Madre Santsimos: porque si un Prncipe se
dedicase criar, alimentar, y sostener
un vil insecto de la tierra, protejer 3
un facineroso condenado muerte en una
crcel, todo el mundo se admirara de una
dignacin tan heroica: Mara siendo mi
Pastora ^ o obstante su escelsa dignidad,
toma su cuidado el tenerme al abrigo de
(1)
Ps. n g . v. 3.
(a)
Ps. 118. v. i a g .
74
TERCERO.
su maternal proteccin para alimentarme, y
robustecerme; y estando yo condenado
muerte, me libra de ella, sacndome luz
desde el abismo de perdicin en que me
hallaba. Oh bondad escesiva de mi compasiva Pastora ! entremos , alma mia, en
los mismos sentimientos que dulcificaran las
penas de aquel miserable, pues stos deben
de ser los tuyos en este dia, en que la Reyna de los cielos te se d por Madre y Pastora.
ORACIN. Adorable Salvador mi,
que por una caridad incomprensible, y un
amor infinito, quisistes cautivar mi corazn por la multitud de vuesrtos beneficios,
mas bien que por el rigor de vuestros castigos, yo os alabo, y os bendigo, porque
me hicistes nacer en el gremio del cristianismo, donde como en redil seguro viva cierto de mi bien, y apacentado con saludables
pastos proporcionados por la solicitud, y
vigilancia de vuestra Madre, y mi Santsima Pastora. Hacedme la gracia de que yo
viya siempre agradecido tanto bien, no
decayendo jams de la dignidad de Hijo
de tal Madre, que Vos me habis elevado:
que nunca olvide vuestros beneficios, y s
les tribute el homenage constante de mi reconocimiento: que los medite contnuamenD I A
DA TERCERO.
75
te, y as me haga digno de vuestro amor:
recibid los deseos de esta miserable oveja
vuestra, para que limpio, y purificado de
mis culpas, os ame y bendiga en el tiempo,
y por toda la eternidad. Amen.
Se reza un Padre nuestro,
Maras, y un Gloria
Patri.
cinco.
Ave
DA CUARTO.
Egredere,
et bi post vestigio.
et,pasee
gregum
tabemacu-
76
DA CUARTO.
poso, que es el Espritu Santo, ocupado
nuestro entender, en facilitar medios al hombre para mejorar la suerte triste en que lo
dej la caida de su primer Padre, dndole
una proteccin fuerte, que lo defienda de
tantos males como son los que por todas partes
le rodean. este fin escoje una criatura tan
predilecta y escelsa, como lo es Mara Santsima, la cual la dice, hablando con ella en
los Cantares: Sal, Esposa mia, v siguiendo
las huellas de los ganados, y guia tus cabritos pacer junto las cabanas de los Pastores: que escomo si dijera: Sal, y desciende
del solio de tu grandeza y magestad, y no
te desdees de ir tras del rebao de mis fieles ovejas, cuidando de guiarlas, y conducirlas los pastos de vida eterna; y aun procura tambin protejer los cabritos descarriados de las sendas rectas de mis mandamientos, y llamndolos con tu dulce voz para que
no sean presa del Lobo infernal, condcelos
los pies de mis Pastores, que son los Sacerdotes (1), para que autorizados, como lo
estn por m, los fortifiquen con los pastos de
los Santos Sacramentos. V aqu, alma mia,
nombrada y por tu Pastora la criatura
(1)
S. Arobros. lib. 3. in c. 3. L u c .
DA CUARTO.
77
mas perfecta que sali de las manos del Criador, y admira la singular y estraordinaria
dignacin de esta Seora, que no tiene menos, ni juzga ser incompatible con su dignidad , el ocuparse en un ministerio tan humilde, como fatigoso y molesto, por serla as
ordenado por su amado Esposo, quien desea complacer en un todo sin mirar su propia
conveniencia, ni recelar el que pueda por
esto decaer de su engrandecimiento. Desde
entonces, se nos d y conocer esta Seora con la sencilla investidura de Pastora; y
contemplando esta humillacin admirable,
advierte cuan contraria es la conducta de
Mara Santsima, la que observan los mundanos: stos, estudiando de continuo en su
propia elevacin y engrandecimiento, ansian,
fatigosos y turbados por brillar en el mundo
con ttulos de honra, de ostentacin, y de
aplauso, y subir los puestos y dignidades
de mayor distincin; mientras que la humildsima Mara se emplea gustosamente en
la ocupacin mas humilde que hay entre los
hombres, y se honra con el ttulo que ellos
reputan por mas despreciable. As la que es
Reyna de los cielos y la tierra, y maestra
de toda virtud, nos d una leccin la mas
-importante, y mas apropsito, para arreglar
78
DA CUARTO.
los sentimientos de nuestro altivo corazn.
AFECTOS. Ah! Yo me lleno de confusin cuando considero, y conozco, que Mara Santsima estando adornada de tantas gracias, privilegios, y dones celestiales: hallndose en una elevacin tan eminente , que
nada, fuera de Dios, puede comparase con
su alteza y dignidad: vindose tambin coronada por la Santsima Trinidad como Reyna y Soberana de todo lo criado, sometida
sin embargo, y obediente las rdenes de
su Esposo, toma el carg y oficio de Pastora, con tanta resignacin, como si fuera la
ltima de Jas criaturas. Eres ciertamente
grande y admirable oh Dios mi! en todas
tus obras; y si yo fuera capaz de penetrar
fondo esta verdad, tendra lo bastante para
conocer la vanidad de las grandezas humanas, y recibir con nimo quieto y resignado
las humillaciones, y abatimientos que ordenas para mi bien. Quin podra creer que
llegase tu dignacin al trmino de anonadar, en cierto modo, tu Madre escelsa con
el oficio de Pastora de los hombres, para elevar stos tan eminente digidad, que subiese hasta el punto mas sublime? Qu gozo
para una alma fiel, que sabe penetrarse de
la grandeza de este misterio!
DA CUARTO.
79
Nada mas has podido desear oh alma
mia! para quedar convencida, y satisfecha de
la bondad y clemencia de tu Dios, y de la
humildad y dignacin de la Esposa del Espritu Santo: por esta razn, el conocimiento
que hoy se te d de los designios de Dios
en sealar por Pastora tuya esta Seora, y
la perfecta sumisin con que ella acepta este
encargo, te acusan y reprenden de continuo,
cuando vs tu corazn dominado por el
deseo de las glorias mundanas. La Madre
de Dios toma su cuidado el asistirte, y protejerte, como si de nada mas tuviera que cuidar desde el cielo donde vive, y reyna con
su Divino Hijo; y t te ciega, y te alucina la posesin de un honor terreno y pasajero, sin acabar de conocer, que la verdadera gloria, tu honor, y tu honra, consiste
en saberte anonadar en la presencia de tu
Dios, siendo como eres la mas vil de todas
las criaturas. Conoce tu verdadero inters,
no sea que la bondad misma de esta Seora,
sea la que algn dia condene tu poco esmero en imitarla.
Considera lo segundo la humildad de
esta Santsima Reyna de los cielos y la tierra,
cuando quiere ser conocida con el traje y ocupacin de Pastora, cuyo destino es reputado
8o
DA CUARTO.
entre los soberbios mundanos por lo mas necio, estlido, y digno de desprecio. Ella lo
acepta gustosa, por ser as la voluntad de su
casto Esposo, y por aficionar nuestras almas
con su ejemplo esta virtud santa de Ja humildad, que es el fundamento de todas las
otras, y desterrar enteramente de las ovejas,
que componen su rebao, el orgullo, la presuncin, y la soberbia, origen y principio
de nuestra perdicin, y raiz fecunda de todos
nuestros males. Piensa con detencin esta
verdad; y sabiendo que solo en el pobrecito y
humilde descansa el espritu del Seor (i),
y que Dios resiste los soberbios ( 2 ) , conocers que ste, y otros testimonios semejantes de humildad, fueron la causa de que esta humildsima Pastora fuese elevada la
mayor dignidad de que es capaz una criatura; al paso que por la soberbia fueron
precipitados desde el cielo, lo profundo
del abismo, la tercera parte de los Espritus Anglicos, despojados nuestros primeros
Padres de la inocencia en que habian sido
criados, y lleno todo el mundo, desde entonces hasta hoy, de males sin nmero que
hacen gemir sus desgraciados descendien*
(1).
I s a i . c . 66. v. 1.
(a)
Jacob, c. 4;v.o*.
DA CUARTO.
8r
tes. Para destruir, pues, sta Soberana Reyna un monstruo tan cruel como es la soberbia, acepta el oficio de Pastora nuestra,
y para cumplir con l se despoja de todo el
aparato, magestad, y grandeza que le pertenece, como Rey na de todo lo criado, y
se nos presenta con la humilde simplicidad
de Pastora: con un semblante dulce, inocente, y carioso, y con los atavos que son
propios del oficio, y ocupacin de una candida y sencilla Joven, que pasando su vida
en lo humilde de los valles y los prados,
pastorea y conduce su rebao los pastos
saludables con que pueda sostener su vida. Mira, alma mia, con qu defensivo tan
sencillo cubre su hermoso rostro de los ardores del sol: qu pieles tan inocentes abrigan su amoroso pecho contra los rigores del
fri: qu calzado tan pobre defiende sus hermosas plantas, de las espinas que sembr en
la tierra el pecado de Adn: con qu cayado tan rstico se sostiene, para aliviar las
fatigas que le ocasiona el seguir sus ovejas: especialmente cuando descarriadas corre en pos d ellas para reducirlas su aprisco, y librarlas de los lobos infernales,
de los precipicios donde se dirijan: y
finalmente, con qu humildad escoje las ca6
$2
DA CUARTO.
baas de los pastores para el descanso de su
delicado y hermoso cuerpo.
AFECTOS. Yo os doy gracias, Madre
mia y Pastora Santsima, porque me dais
en este dia una tan bella instruccin, sobre
una virtud que yo por mi soberbia no he
comprendido hasta el presente. Vos sin dejar de ser grande y escelsa, os humillis
hasta poneros en laclase de los Pastores;y
yo siendo un miserable, vil, y despreciado
insecto de la tierra, cargado no solo de defectos naturales que deberan abatirme hasta el polvo, sino tambin de maldades sin
nmero, y ofensas contra mi Dios, que me
han reducido laclase ignominiosa de esclavo del demonio, me afano por mi pro-:
pia elevacin. Ah! es insoportable este tu
orgullo, alma mia! Acaba ya de conocer
que si la Madre de Dios se despoja esteriormente de todo el aparato propio de su
escelsa dignidad , es para ensearte eficazmente el modo de abatirte; y as procura
lavar diariamente con tus lgrimas los disgustos que has causado esta Madre Pastora con tu orgullo y tu soberbia, y estampar en tu corazn una leccin tan importante , y oportuna, para que seas digna
morada del Divino Espritu.
DA CUARTO".
8*3
Hijos d los hombres, hasta cundo seris vosotros de un corazn pesado, y detenido, para seguir los ejemplos de humildad que os d esta Rey na Pastora! Amando de continuo la vanidad, os' apresuris
por Ja consecucin de un bien que s escapa
de vuestras manos: corris tras d un fantasma de gloria mundana, de cuya ilusin
quedis cada paso convencidos; y vais
buscar la paz, y el sosiego del corazn, entre el tumulto de las pasiones, cuya pesadez os oprime. Seris siempre ciegos para
no descubrir el fundamento verdadero y slido de vuestro engrandecimiento? Esta Pastora Divina os lo muestra-con su ejemplo.
Siendo escelsa, y grande sobre toda pura
criatura, porque antes s humill mas qu
ninguna, os ensea y dice i Que en la humildad reside el principio del contento, del
reposo, de la gloria, y slida felicidad: y
al mismo tiempo vuestra propia esperienCia os ensea, que la soberbia y l orgullo
os esclaviza en trminos d gemir tristes,
inquietos, y llenos de confusin bajo de un
yugo afrentoso para el espritu, y grave
para el corazn. No os engais vosotros
mismos, y corred el velo engaoso que os
ciega.
84
J>*A
COARTO.
ORACIN. Yo conozco,,'Pastora amable, la gran necesidad que tengo de cambiar los sentimientos elevados y orgullosos
de mi corazn, y confieso lo obligado que
estoy trabajar de continuo .para adquirir la
la virtud de la humildad; pues que sta fu
la que ms resplandeci en vuestra bendita
alma, y por cuya recompensa sois llamada
Bienaventurada por todas las generaciones,
y los pueblos todos del Universo: por lo
mismo, postrado humildemente ante vuestro trono de Magestad, os pido infundis
en mi alma esta grande virtud,y aun tambin que la posea con tal perfeccin, que
no sienta placer, ni contento alguno, sino en
los desprecios y humillaciones, para que
abatido as mi corazn altivo, os imite en
la humildad, y me vea exaltado con Vos en
el reyno de los cielos, en donde reynais con
vuestro Divino Hijo por los siglos de los
siglos. Amen.
Se reza un Padre nuestro,
Maras, y un Gloria
Patri.
cinco
Ave
8*
DA QUINTO.
Erat
autm leganti
aspecfu nimis,
cui
copiosam,
(1)
Sap. c. 8. v. 1.
86
DA QUINTO.
nos descubriesen admirablemente sus perfecciones infinitas, puso el Seor un singular
estudi ( nuestro modo de entender) para
delinear, y ejecutar cuanto dice relacin con
nuestra Divina Pastora, y Madre suya, para que as entendisemos que esta Seora era
la primognita .ante toda otra criatura, y
producida de la boca del Dios Altsimo (i).
Por este motivo, y para que nuestra dbil
penetracin no se oprimiese con el resplandor del honor sublime que decret elevarla
en el tiempo determinado por sus decretos
justos, y sabios, no solo hacindola Madre
suya propia, sino sealndola tambin por
Pastora nuestra, y de toda la Iglesia, nos
la dej mucho antes significada con varias
figuras, y espresada en las personas y ac
ciones de varias heronas de la antigua ley,
las cuales, desde la ocupacin de,Pastoras
fueron sublimadas un grado escelso de
honor. Entre stas, la valerosa, y esforzada
Judit, fu la que singularmente represent
.Mara Santsima. De esta herona dice -la
Sagrada Escritura, que su .esposo, la habia
dejado muchas vacadas, y rebaos de ovejas,
en cuyo gobierno entenda retirada y obs(i)
Eccles. c. 14. v. $.
DA QUINT.
87
curecida en lo mas retirado de su casa ( 1 ) ;
pero el Seor, que la tenia hecha figura, y
sombra de esta nuestra Divina Pastora, la
sac de aquel retiro, para cuidar de otros
rebaos mucho mas crecidos, los cuales se
vean sin Pastores que acertasen gobernarlos , y estaban prximos ser devorados
por un lobo carnicero que habia decretado
su estermini ( 2 ) . Ozas , y todos los ancianos del pueblo de Dios, oyeron y obedecieron el consejo de Judit, y triunfando
as de sus enemigos, el sumo sacerdote Joaqun, con todos ellos, pasaron de Jerusaln
Betulia para honrar esta su libertadora (3). Pondera que esta Divina Pastora se
Vio mucho mas honrada por la diestra del
Altsimo que la confort, y la dio un corazn
generoso para salvar de su ruina ( 4 ) , no
un solo pueblo, sino todo el linage humano; pues deslumhrado el infernal Holofernes con el esplendor que la dio el Omnipotente
al salir del retiro de la nada
en su concepcin pursima, cort la cabeza
de aqul monstruo que se seoreaba sobre
todo el Universo, y hecha despus Cooredentora de los hombres, se la dio la pose(1)
(3)
Ib.
88DA QUINTO.
sion de todas las ovejas de este inmenso rebao, adquirido con la sangre de su Hijo
Dios: se rompi el yugo de nuestro cautiverio, y los despojos de este triunfo se le
dieron como pertenencia propia ( i ) ; y as
los redimidos honran justamente su memoria, y celebran su nombre con cnticos
instrumentos por todas las edades ( 2 ) .
AFECTOS. Eres bendita oh esforzada Pastora! en todos los tabernculos de
Jacob, y por lo mismo la voz sola de,
tu nombre, resonarn por todas partes los
honores tributados al Dios de Israel (3). E l
Seor te escogi toda hermosa, y sin mancha, y derram sobre t sus bendiciones,
comunicndote un poder tan soberano sobre
los enemigos de tu escogida grey, que con
tu mismo brazo has cortado los brios,
inutilizado sus fuerzas preparadas para perdernos. Bendita eres del Seor, Criador del
cielo y de la tierra, que dirigi tu mano
para cortar la cabeza del Lobo infernal que
intentaba devorarnos. Desde entonces se ha
hecho tan clebre tu nombre, y tan digno
de honor, que no cesarn de publicar tus
alabanzas cuantos conserven en los siglos
1)
(3)
Judit. c. 1 5 . v. 14.
Ib. c. 13. v. 3 1 .
(2)
Ib,
DA QUINTO.
89
venideros la memoria de los prodigios, que
el Seor ha hecho por tu medio. Siendo
Pastora de tu pueblo, no solo no has temido esponerte los mayores trabajos por
conservarnos, sino que eres el medio seguro ante Dios para impedir nuestra ruina.
T eres la gloria de Jerusalen, t la alegra de Israel, y t la honra de nuestra
nacin ( 1 ) .
Adonai, oh Dios grande! cuando el monstruo del abismo jur destruir tu pueblo,
y disputarte la soberana que sobre l ejerces, sentasts tus reales en medio de l para librarnos de sus manos: humillstes su
soberbia, y con el brazo de una humilde Pastora, cuyo poder lo has sujetado,
le cortastes la cabeza. No, no ha sido necesario juntar grandes ejrcitos, para echar
de medio de tus ovejas este Dragn, prncipe de los demonios, sino que la Hija de
Joaqun, y Ana, lo ha denrivado en tierral
Despojndose del traje de Reyna, y vistin-*
dose con los atavos de hermosa Pastora^
ungido su rostro con el leo de tu misericordia , y recogidos sus hermosos cabellos
con el sombrero que cubre su cabeza, se
(1)
E x j u d i t , c. 13. et i g .
9o
DA QUINTO.
presenta delante de nuestro enemigo, y el
Dragn se estremece su vista: todos sus infernales ministros dan ahullidos en los campamentos del abismo, al notar el poder irresistible de este brazo que los oprime. Tanto
es el honor que el Omnipotente, y sus criaturas , dispensan esta Divina Pastora (i)!!!
Considera adems, que aun desde el principio del mundo quiso Dios que el nombre,
y oficio de Pastor, fuese un smbolo de honor especial cual convenia, para que sin degradacin alguna pudiese aplicarse en la plenitud de los tiempos al Verbo Divino encarnado, y su Santsima Madre. As fu: no solo fueron ennoblecidas con el oficio, y ocupacin de Pastoras, varias de aquellas Mugeres que mas espresamente significaron en el
antiguo testamento esta Divina Pastora;
sino que los antiguos Padres, y Patriarcas,
que representaban la persona y oficios del
Redentor Jesucristo, ocuparon sus primeros
aos en el oficio y destino de pastores. Tales
fueron el inocente Abel, figura la mas espresa de Jesucristo; Abrahan, Isaac, y Jacob: Moyss, guardando y apacentando sus
ovejas, aprendi gobernar el pueblo de
(i)
E x Jud.
c.
16,
DA QUINTO.
91
Dios, y se hizo su digno legislador: David
fu sacado de entre los rebaos que custodiaba,para ser elevado al trono de Israel. Los
Patriarcas que deban de ser cabezas de las
doce tribus, de donde saldran miles de escogidos signados con el nombre del Padre celestial , y del Cordero de Dios(1), cuyo intento dice S. Agustin: que los primeros justos,
fueron instituidos pastores de ganados, antes
que reyes de los pueblos ( 2 ) .
Considera adems, que despus de la
Encarnacin del Hijo de Dios, se acrecent
mucho mas el honor del oficio pastoral. Los
pastores fueron los primeros que, al nacer
el Pastor de los pastores, acudieron tribu-:
tar su adoracin aquel nio, que bajo el
smbolo de Pastor, queria significar todos los
oficios de Redentor del gnero; humano. .Estableciendo, su Iglesia, quiso que el.gefe de
ella, y todos sus ministros de primero .y segundo orden, se nombrasen pastores. De aqu
conocers cuan honorfico es para esta Seorra el nombre, y oficio de Pastora, por el cual
rene en su persona toda la santidad y sabidura de los antiguos Padres y Patriarcas,
que muchos siglos antes de nacer esta Seo" (1)
Apoc. c . 7 .
(a)
X . ' i p . de Civit.
9
DI QUINTO.
ra delinearon y sus escelencias y prerogativascon los rasgos mas espresivos, y se ocuparon en pedirla al cielo con el incensario,
ios sacrificios, y holocaustos. La fortaleza,
heroicidad, y hermosura de las mugeres mas
esclarecidas de aquel tiempo: el zelo de los
Apstoles, la ciencia de los Doctores, la vigilancia de los Pastores dados por Dios su
Iglesia para regirla, y gobernarla; por cuya
razn todos cuantos han apacentado con
acierto el rebao de Jesucristo, han "tenido
precisin de acudir la proteccin de esta
Santsima Pastora, porque como dice un sabio ( i ) , as como en comparacin de Dios
nadie es bueno, as en comparacin de su Madre nadie hay mas perfecto, por heroicas que
sean sus virtudes. Siendo Mara Madre de
Dios,, debe obtener una dignidad cuasi infinita ( 2 ) , y solo Dios puede darla el honor
que se la debe (3).
AFECTOS. Yo me regocijo oh Santsima Pastora! al veros sublimada un tal
honor, que mi lengua no puede esplicar. Est
nombre de Pastora es celebrado, invocado
con alegra y confianza en todo el Universo:
1
( 1 ) Sofron.Serm. g. (a)
art. . (3) And. C r e t .
S . T h o m . p. 1. q. a<S.
DA QUINTO.
93
es dulce y suave nuestros labios: amable
y carioso para el corazn; y as os grangeais con l las alabanzas de todos. Ttulo
lleno de consuelo para nuestras almas, sobre
los otros con que invocamos vuestra proteccin. Vuestro Hijo os lo dio pendiente de la
cruz, y vuestro amor los hombres os oblig
aceptarlo. l es para Vos nombre de honor y magnificencia, y para m un tesoro de
bondades y riquezas, que me descubre todo
vuestro amor , y me pinta elegantemente
vuestras perfecciones. Ah, nombre sagrado
de Pastora ! depsito del amor divino! trono de gracia y de salud, y prenda cierta de
la paz dada al Universo! Los hombres todos
te honran justamente, por los prodigios de
poder y de bondad que en l se encierran.
Oh, escelsa Pastora ! por mas que este
honroso ttulo os eleve sobre Ja pequenez de
tus ovejas, reducidas una situacin bien
triste en este valle de lgrimas, Vos no os
desdeis de descender de vuestro magestuoso trono, bajar hasta nosotros, y poneros al
frente de vuestros rebaos, para observar mas
de cerca nuestras desgracias, y darnos pronto consuelo en ellas; porque sabis bien, qu
no es honra del Pastor el que sus ovejas sufran dao alguno, sin acudir pronto su re-
94
DA
QUINTO
DA QUINTO,
97
sas para hacerme hijo digno del Escelso, y
merecer honraros, alabaros, y bendeciros
eternamente en la gloria. Amen.
Se reza un Padre nuestro,
Martas y un Gloria
Patri.
cinco
Ave
DA SESTO.
Dominus nonien tuum itdmagnificavit,
ut
virtutis
Domini
in ceternum. JUDIT, C. 1 3 . v. 2 5 .
Hoy ha hecho el Seor tan clebre tu
nombre, que no cesarn jams de p
blicar tus alabanzas, cuantos conserven en los siglos venideros la memoria de sus prodigios.
E n este dia se nos manifiesta cuan glorioso
es para Mara Santsima el ttulo, y oficio
de Pastora, sobre lo que,
Considera primero, que proporcin que
esta Seora se humill y anonad ante la Ma-
96
DA QUINTO.
gestad del Dios escelso, nombrndose sierva,
y esclava suya, cual lo demuestra en el sencillo y rstico aparato de Pastora, el Omnipotente la elev tal grado de gloria, escogindola entre todo el linaje de Adn para
compaera en su redencin, por lo cual justamente es aclamada Bienaventurada por todas las generaciones. Obr en ella, y por
ella, cosas tan grandes y admirables, que
aun las inteligencias Anglicas quedaron attinas, y pasmadas, al ver que se agotaban
los recursos de la Omnipotencia cuando se
formaba esta singular criatura; pues en efecto, no tuvo Dios mas que darla, siendo como
era esta Seora una pura criatura. Porque su
Hijo se humill hasta la muerte, y muerte
de cruz afrentosa, se le dio un nombre sobre
todo nombre, cuyo acento todas las criaturas celestiales, terrenas infernales doblan
su rodilla, y toda lengua lo confiesa por verdadero Dios, colocado la diestra del Padre ( 1 ) . Tal fu la gloriosa recompensa de
aquel buen Pastor, que bajo de este ttulo
compendi y epilog por s mismo toda la
gloria del nombre dado por el Padre, diciendo sus Apstoles: Yo soy el buen Pastor,
(1)
DA SESTO.
97
y como tal me sacrifico por mis ovejas. Mara en el ttulo, y oficio de Pastora, recibi
igual recompensa de gloria y de alabanza*
Mara es el nombre de esta buena Pastora;
y el ttulo de Pastora es el que mejor, y mas
admirablemente, cifra y compendia todas las
glorias, y alabanzas de tan sagrado, tan escelso, y tan celestial nombre. Por el ttulo
de Pastora se nos significa la comunicacin
de su virginal bondad, que difundida sobre
todos los mortales, los consuela, y los conforta en sus aflicciones: por l se constituye
guia de los hombres, ministra de nuestra conversin Dios, y coadjutora de la redencin
del mundo; de suerte, que el que invoca este
nombre dulcsimo, hace que se estremezca el
infierno, llena de alegra los Coros Anglicos, y d mayor gloria Mara que con ninguno otro ttulo, porque en el de Madre del
buen Pastor, Pastora de nuestras almas, se
renen como en su centro toda la gloria, y toda la virtud y eficacia de cuantos ttulos gloriosos se dan esta Seora. Por esto dice S.Anselmo, que tenemos mas pronta la salud invocando el nombre de la Madre que el del Hijo;
no porque aqul sea de mayor gloria, sino
porque el Hijo invocado por su propio nombre suele no ornos inmediatamente; pero
98
DA SESTO.
pronunciado el nombre de su Madre, aunque el que llama sea indigno de ser oido, los
mritos de la Madre escitan la misericordia
de Dios para que nos oiga (i). Es tanta la
gloria de este nombre de Pastora, que con
l se le dio Mara Santsima toda la gracia para desear, buscar, y conseguir la salud
de toda la grey de Jesucristo.
AFECTOS. Ya puedes, alma mia, esclamar justamente con el Profeta: Ah! cuan
grandes, ostentosas, y magnficas, son todas
vuestras obras, oh Dios Omnipotente! cuan
santos y profundos vuestros pensamientos!
No, no hay capacidad en mi espritu para
comprender las cosas admirables que habis
obrado por mi bien; y as al contemplarlas,
tengo que cerrar mis ojos, confesando que
sois sobre los pensamientos de los hombres. La
humillacin, y la exaltacin de vuestro Hijo
Santsimo, siendo Redentor y Pastor de mi
alma, la humillacin y la exaltacin de vuestra Hija predilecta Mara, hacindola Pastora
mia, y Madre del buen Pastor, todo es para
m.admirable incomprensible; pero s que
todo es hecho por hacerme feliz: s, por esta
dignacin os alabo, y os bendigo: os alabo
(i)
DA SESTO.
99
mil veces mas,, porque de todo esto resulta la
gloria de esta mi amada Madre Pastora. Y
s que si me he de salvar ha de ser por su mediacin , porque Vos la habis dado con el oficio de Pastora el encargo de conducirme
vuestra gloria, y dispensarme por su mano
las gracias de que necesito para conseguir
este bien. Yo os agradezco esta gloria que dais
mi Madre Pastora, y os adoro con todo el
rendimiento de mi alma, y de mi cuerpo.
Oh, Seora mia,y apacible Pastora!
Vos sola sois, despus de vuestro Hijo, el consuelo que Dios ha dejado mi alma en este
mundo: Vos sois la guia segura, y cierta, que
me conduce en mi peregrinacin: Vos la fortaleza que robustece mis dbiles fuerzas: Vos
la riqueza que remedia todas mis miserias:
Vos la mano caritativa que rompe las crueles cadenas con que me aprisionaba el Len
rugiente: Vos sois el alivio de mis dolores,
la esperanza de mi salud, mi Reyna, mi refugio, mi consuelo, mi vida, y el medio de
toda mi felicidad ( i ) ; y todo lo rene y compendia el ttulo, y oficio de Pastora de mi
alma. Ah, qu gozo y qu consolacin para
mi espritu j cuando reflexiono y medito esta
(i)
100
DA SESTO.
gloria que os ensalz el Omnipotente!
Considera lo segundo, que el Omnipotente, y buen Pastor Jesucristo, entre todas
las empresas que proyect, y realiz fuera
de s, ninguna otra tom con mayor empeo , y estudio, que procurar la gloria de
su bendita Madre. Teniendo presente que
sta su querida, y predilecta, procur siempre copiar en su alma todas sus virtudes, y
sabiendo cuan solcita y cuidadosa viva
para no incurrir en fealdad alguna, que
pudiese empaar el lustre y dignidad de
madre de Dios, no es fcil comprender cuan
ardiente era el zlo que ardia en su corazn por la gloria de ste su verdadero templo: por lo tanto ech, digmoslo as, todo el resto de su omnipotencia para elevarla un grado de gloria tal, que todas las
criaturas juntas no pudiesen igualarla: lo
cual se verific dndola el destino de Pastora, pues por este medio parti el Pastor
Divino, con su Madre Pastora, la gloria
que le perteneca como Salvador del gnero humano, y aun la hizo una misma, identificndola en la persona de su Madre ( r ) .
Encargndola el cuidado , y asistencia de
(i)
Arn. C a r i , de Lad.
Firg,
DA SESTO.
IOI
su mstico rebano, puso y en su man todo
el valor de su redencin para que lo dispensase su voluntad ( i ) , y de este tesoro
inmenso sacase lo necesario para alimentarnos, y robustecernos, hasta llegar los montes santos del Seor. Siendo Pastora, es el
propiciatorio en que reside la misericordia,
y desde el cual habla el Seor los hombres, les concede el perdn, los dones, y
las gracias, y el mundo todo tiene, y obtendr todo el bien que necesita ( 2 ) : por
manera que las msticas ovejas de este rebao, pueden decir, que con esta Pastora
les han venido todos los bienes (3). Pondera , por consiguiente, cuan glorioso es esta Pastora el ver que las Ovejas redimidas
por su Divino Hijo, han conseguido y unas
entrar por su medio en el redil eterno de
la gloria, y que puestas y en seguridad, le
alaban y bendicen por todas las eternidades: y que otras van llegando diariamente
aquella feliz mansin de bienaventuranza,
guiadas y conducidas por su maternal solicitud; y que aun las que quedan en este
mundo, tienen de continuo elevados sus ojos
sus piadosas manos , porque saben que
( 1 ) S. Efren. Serm. de Nat.
(3) Sap. c. 7. v. x 1.
102
DA SESTO.
de ellas les han de venir todos los auxilios
de que necesitan (i) para no ser vctimas
de los Lobos infernales. En esta Pastora
se obr la salud del mundo, y por esto
dice S. Pedro Damiano: Forma Dios el consejo para la reparacin del hombre, inmediatamente decreta obrarlo por Mara,
destinndola para Madre del Verbo ( 2 ) . Todo esto es sumamente glorioso esta Pastora, porque todo Pastor se glora de la .utilidad , y el bien de su grey ( 3 ) .
AFECTOS. Al paso que sta mi Santsima Pastora es colmada de gloria con este oficio honorfico, de que se glori su Hijo Santsimo, con preferencia otro cualquier glorioso dictado, yo me considero tambin lleno de honor y de gloria por verme
elevado una dignidad que no podia yo esperar , cual es el pertenecer al rebao de
esta gloriosa Pastora. Si esta Seora dice
de s: Yo soy la buena Pastora; yo puedo
decir tambin: soy la oveja de esta buena
Pastora. Ah! Siendo yo una criatura despreciable, marcada con sello de maldicin eterna, que me hace objeto de venganza, ante los ojos de Dios, cmo podra y
.'. ()-
S. Bonav. in Spec.
Serm.de Anunc.
(3)
(2)
S. Petr. Dara. in
DA SESTO.
103
esperar que la Madre Santsima de un hombre Dios fijase su gloria en cuidar solcita
de remediar mi desgracia? pero siendo esto
as, me lleno de confianza: no temo perder el cielo, ni recelo el caer en el infierno , porque una Madre tan piadosa sabe
mi fragilidad, y tiene en sus manos las gracias necesarias para hacerme fuerte y constante en el servicio de su Hijo. Aunque Dios
me tuviese reprobado, yo s que no se puede negar quien le ama, y de corazn le
busca por el conducto de su Madre ( 1 ) .
Siendo Vos, Reyna mia, Madre del buen
Pastor Jesucristo, os habis hecho familiar
con l; por mejor decir, os habis unido
tan ntimamente con l, que la carne de ste vuestro Hijo es tomada de vuestra propia sustancia. El permanece en Vos, y Vos
habitis con l: lo cubrs de vuestra propia
carne, y l os viste con la gloria de su divinidad: y ambos destrozis al monstruo
sangriento del abismo, y aniquilis todos
nuestros enemigos. Digna sois por lo tanto
de que no cesen los hombres de alabaros y
bendeciros. S, sois bendita sobre todas las
mugeres de la tierra, y bendito el Seor,
f
(1)
S. Bonav. p.
%,de4mor.
i c-4
DA SESTO.
Criador de ella, porque dirige vuestra mano
para humillar nuestros enemigos; y ben^
dita en todos los tabernculos de Jacob, pues
en todas las Naciones que oyeren mentar
vuestro nombre, ser glorificado por esto
el POS de Israel (i).
ORACIN.
Dios Omnipotente, que
procuris con tanto esmero la gloria de esta Pastora Santsima, ocupndoos desde la
eternidad en delinear una criatura tan escelsa, y en trazar los rasgos de gloria que
querais elevarla, concededme que yo me
conserve en el honor y gloria que me cabe,
por ser Hijo de una Madre tan escelsa: y
para esto, dispensadme las gracias de que
necesito para conformar mi vida con la suya, evitando todo cuanto pueda desagradaros, y aplicndome al ejercicio de todas las
virtudes propias de una oveja de Mara; y
que no buscando yo otra gloria, ni grandeza,
que la que me resulta de pertenecer la grey
de esta Pastora, me vea elevado la gloria
donde vives yreynas por eternidades. Amen.
Se reza un Padre nuestro,
Maras, y un Gloria
Patri.
(i)
Judit,c. 13.V.23.24.31.
cinco
Ave
DA SPTIMO.
I
CANT. c. i . v .
Jerusqcellaria
3.4.
IO
DA SPTIMO.
As cabalmente lo dice de s misma esta Santsima Pastora en los Cantares. Soy morena , es verdad, pero soy bien parecida, y
hermosa como las tiendas del Cedar, y como los pabellones de Salomn: no reparis,
pues, en que soy morena, porque esto dimana de que los ardores del sol cogidos al
guardar mis ganados en el campo, han obscurecido mi color (i). Considera que es tan
hermosa esta Pastora Di vina, que en medio de
su color moreno, rene en todo su virginal
cuerpo toda la hermosura de que es capaz
la naturaleza; y as para esplicarla, y analizarla, seran necesarios nuevos vocablos,
y un lenguaje todo divino. Esta hermosura
consiste en la admirable armona de su complexin: en la disposicin, y conveniencia
sin igual, de sus virginales miembros: en
la celestial consonancia de su modestia, de
su honestidad, de su mansedumbre, y de todo
el cmulo de virtudes que adornan su bendita alma, las cuales, siempre redundan
maravillosamente en el cuerpo; y consiste
por ltimo en que el fuego del amor divino que abrasaba su espritu, y el candor de
su mente ilustrada por el Espritu Santo, re.
Cant. i..v.{..
DA SPTIMO.
IO7
lucen en su semblante, de forma que mostrndose ste Angelical, se difunde en todo
el cuerpo una hermosura toda celestial y
divina. Desde la planta del pie, dice San
Dionisio, hasta lo sumo de su cabeza, nada
hubo en esta Virgen indecente, indecoroso,
reprensible, ni en su cuerpo, ni en su alma ( l ) ; antes bien, toda ella fu formada
por el cincel Divino con sabidura infinitaj
dejando su cuerpo exento de toda superfluidad, libre de toda imperfeccin, y col^-mado de toda hermosura. La caridad inform su corazn: la prudencia tom asiento
en su cabeza: el pudor cubre su frente: la
afabilidad se destila por sus labios: la honestidad resplandece en sus mejillas: la pureza se descubre en sus inocentes manos: y
toda la hermosura de los cielos abunda, y
se manifiesta en la gentileza, y garbo, con
que se v sentada en un peasco la sombra de un frondoso rbol, acariciando sus
corderos, mientras que descansa de las fatigas de su empleo pastoril. Ah, bendita
seas, hermosa, inocente, y Divina Pastora!
AFECTOS. A la presencia de mi her-^
mossima Pastora, son cosa vil todas las her1
(r)
S.Dionis.lib. i.de
Laud.firg.art.35.
io8
DA SPTIMO.
mosuras de la tierra que tantas veces han
cautivado mi corazn. Ella es mas apacible
que el sol, mas refulgente que las estrellas,
mas dulce que la miel, mas suave que el blsamo, mas rubia que las rosas, mas candida
que los lirios, hermosa sobre toda hermosura , y graciosa sobre toda honestidad. As
como el cuerpo de Jesucristo, formado por
virtud Divina, fu el mas perfecto y hermoso sobre los hijos de los hombres ( i ) , as
tambin el cuerpo de esta admirable Pastora,
formado inmediatamente para la Encarnacin del Verbo Eterno, fu, el mas perfecto
que pudo fabricar la naturaleza. Ah, qu
bondad! Qu amor tan industrioso el de mi
Dios, cuando me d una Pastora, cuya hermosura sea capaz de cautivar los afectos de
mi corazn, para desviarlos de los afectos
terrenos que tantas veces me han hecho delincuente! por que cmo es posible que haya
quien pare su atencin en las hermosuras de
la tierra, teniendo su vista una Pastora
tan divinamente graciosa?
; Cuan agraciada, y hermosa eres! oh
Pastora Santsima! como la azucena entre las
espinas, as te distingues entre las hijas de
(i)
PS.44.V.3.
DA SPTIMO.
109
Adn ( 1 ) . Tus mejillas son encarnadas como
la grana, y graciosas como de trtola: tu
cuello como si estuviera adornado de collares de perlas ( 2 ) : como de paloma son vivos
y brillantes tus ojos: tus cabellos dorados, y
finos como el pelo de las cabras, que vienen
del monte de Galaad (3): tus dientes blancos y unidos como hatos de ovejas acabadas
de lavar: tus labios como escarlata: tu hablar dulce y sonoro: tu cuello recto, y ayroso, como la torre de David ceida de baluartes: toda eres hermosa, y en t no hay
defecto alguno (4). Ah! manifistame halageo ese tu hermoso rostro: suene en mis
odos tu dulce voz, porque es tanta la virtud
de tu presencia, que infundes en los que te
miran la gracia de pureza, y de virginidad:
es tanta la dulzura de tu voz, que das con
ella vida los muertos, y salud los pecadores. S, Pastora Santsima, mi alma le
es bastante para su bien el que resuene en
ella tu voz.
Considera lo segundo, que siendo tanta,
y tan admirable la hermosura de esta nuestra
Madre Pastora, y no es estrao que mirndola el casto Esposo sentada la sombra que
C a n t . c . a. v. a.
(a)
Ib. cap. i . v . 9 .
Ib. c. 4 . 7 . 1 . 3 . 3 . 4 .
(4)
Ib. 7.
110
DA SPTIMO.
tanto habia deseado de aquel rbol,cuyo fruto era dulce su paladar ( i ) , quedase cautivado de su garbo, y herido como con una flecha de su casto y divino amor: y que una
sola mirada de esta Virgen Pastora , quedase
preso con las trenzas que cuelgan de su cuello ( 2 ) , y por esto entrase la Santsima Trinidad, como en una especie de consejo, para
elevar hasta su. mismo gabinete habitacin
esta singular criatura, como escribindola
en el nmero de esta individua familia. La
Santsima Trinidad, dice S. Bernardo, santific Mara, la prepar, y adorn para
casa: suya (3). La Sabidura eterna edific
para s misma.esta casa ( 4 ) , porque en cualquier casa, dice S. Ambrosio, es notable la
falta de la muger (5:). Admrate pues, oh
alma mia! de la elevacin de esta pursima
criatura, que sublimada hasta ser de la fa-milia de la Santsima Trinidad, es como ejem*
piar del gobierno de esta celestial casa. En
ella resplandecen las tres Divinas Personas;
y en su pureza, como en un espejo cristalino, pueden verse el Padre, el Hijo, y el Espritu Santo (6). Es tanta su grandeza, que
( 1 ) Cant.c.6.v.2.3. (4) Ib.c.4.v.9. (3) S. Bernard.de S e r m . M .
(4) Prov. c. p. (g) S. Amb.
in Hexam. (t) Rev. S. B r i g . c. 42.
DA
SPTIMO.
I l l
i)
i)
Rev. S. B r i g . c. 44.
S. Aug. deslsump. t o m . i o .
112
DA SPTIMO.
dre, recibamos alegres sus mandatos, y los
ejecutemos prontamente, y as se verifica,
que Mara es nuestra diligente Pastora qu
nos apacienta cort cario, y nosotros sus fieles ovejas que la seguimos obedientes.
AFECTOS. ; Bendita seas para siempre,
oh Santsima Trinidad! Dios Padre, que esforzando tu omnipotencia, acumulastes tantos dones celestiales en esta hermossima Pastora. Dios Hijo, que formastes en ella para
t mismo la Madre mas pura, mas santa, y
mas graciosa que pudo haber en lo humano.
Dios Espritu Santo, que su hermosura
corporal la distes un realce todo divino, infundiendo en su bendita alma las gracias suficientes para que fuese tu digno asiento, y
tabernculo. Alabado seis, bendito, y mil
veces glorificado Dios mi! porque de mi
propia naturaleza, siendo apestada, vil, y
corruptible, formastes para Vos una Madre
digna de vuestra Soberana Magestad; y para
m una Pastora, quien por tanta hermosura de alma, y cuerpo, me es de suma honra
y gloria el servir. Ella rob vuestro corazn,
y por esto la devastes hasta introducirla bajo
del solio mismo de vuestra gloria. Ah,qu
podr yo temer, si mi Madre Pastora es la
que dispensa las riquezas del Omnipotente!
BIA SPTIMO.
H3
j Bendita seas, Pastora Divina! bendita y
alabada sobre los Patriarcas, quienes aventajas en la f: sobre los Profetas, quienes
escedes en sabidura: sobre los Apstoles,
quienes superas en zelo: sobre los Mrtires,
Confesores, y Vrgenes, porque todos juntos
no pueden igualarte en paciencia, en humildad , ni en pureza: bendita sobre todas las
criaturas, quienes aventajas en hermosura
.de alma, y cuerpo, por cuya razn mereces
.que todas te sirvan, y te obsequien. Salid,
pues, todas las ovejas y corderitos que formis el rebao de esta singular Pastora, y ved
Ja corona de honor, y de hermosura, con que
el Rey eterno de Ja gloria adorn su propia Madre en el dia en que qued colmado
de jbilo su corazn, cuando se vio colocada etf el gabinete del Dios Altsimo ( 1 ) .
. ORACIN. , Dios escelso, grande, y omnipotente en todas tus obras, que para adornar y hermosear esta Seora, que destinabas para Madre del Verbo, y Pastora de
nuestras almas, quisistes reunir todas las gracias y hermosura distribuidas en todas tus
criaturas, presentando as al mundo este milagro de toda gracia y virtud, propio de tu
(1)
C a n t . c . 3. v. 1 1 .
114
>IA SPTIMO.
mano Omnipotente, infundid en mi corazn
un casto y santo amor esta hermosa Pastora, el cual cautive todos mis afectos, y los
purifique de todo amor profano, para que y
mi voluntad no se aficione las hermosuras
caducas y perecederas de la tierra, que tantas veces me han arrastrado por el cieno de
mis torpes deseos; antes bien, las repute desde hoy por tierra, y polvo, como en efecto
lo son: y pues tan singular hermosura cautiv tu corazn con tanta fuerza, que elevastes esta Pastora que formase una misma familia con tu adorable Trinidad, haced
que la hermosura de mi alma me haga digno
de habitar con los espritus puros, y refulgentes, en la celestial patria donde no entrar
nada manchado, y en donde vives y rey as
por los siglos de los siglos; Amen.
Se reza un Padre nuestro,
Maras, y un Gloria
Patfi.
cinco
Ave
DIA*OCTAVO.
Et
habebis
el non
oves.,
latrabit
vel unus canis contra te: hcec tnihi dicta sunt propter
quoniam est
JUDIT,
Providentidm
Mis
Deus,
missa
Dei:et
sum.
c. i r.v. 1$. 1 6 . 1 7 .
Todo este pueblo lo tendrs como ovejas que carecen de Pastor, y no ha:
II 6
DA OCTAVO.
gracias d que necesita para desempear los
cargos que pone su adado, se cumpli
aqulla de un modo mas perfecto y especial en Mara Santsima, cuando se la dio
el de Pastora de los hombres, revistindola
de mas autoridad que la que tuvo Judit para salvar los de su nacin; y as, aunque sta se nos manifieste en el cayado
bculo pastoral , que como legtima y poderosa Pastora tiene en su mano, le fueron
tambin entregados otros cinco bculos (i),
que denotan todo el lleno de potestad con
que la adorn el supremo Pastor Jesucristo, para dar este sublime oficio toda la
importancia que era debida y necesaria para su exacto desempeo. El primero es de
poder que ejerce sobre los soberbios, que
olvidados del principio humilde de su ser,
se elevan sobre s mismos, reputando como
cosa degradante la humildad propia de una
oveja: con ste bculo los castiga hasta sujetarlos y humillarlos, y tal vez confundirlos en su misma nada, porque, imitacin de su divino Hijo, resiste los soberbios, y alcanza gracia los humildes. El
segundo es de disciplina, con que corrije y
(i)
Pet.Blesens. S. 4G.-p.928.
DA OCTAVO.
I 17
arregla los inquietos y bulliciosos, que
poco acostumbrados sujetar sus pasiones,
turban la paz y la quietud de la mstica grey
de Jesucristo. El tercero es de doctrina, porque hecha asiento de la sabidura increada,
se la infundi cuanta era necesaria para a-,
doctrinar, y ensear la grey inmensa que se"
confi su solicitud y cuidado. El cuarto
es de misericordia, con que compadecida de
la condicin desgraciada que fueron reducidas sus ovejas por el estravo de su primer
padre, halaga, acaricia, y procura dulcificar
los males que las afligen. Y el quinto denot3,
que es destinada custodiar, y guardar toda
su grey, ponindola cubierto de toda adversidad y contratiempo. As se verifica, que
en manos de esta Pastora estn todas las riquezas, la gloria, la opulencia, y la justicia:
y que fin de enriquecer los que la aman,
y llenarlos de sus tesoros, camina por las
sendas de la rectitud ( i ) . Pondera que siendo
esto as, es esta Pastora como el centro en
que se reuni, y se herman la misericordia
y la verdad, la paz y la justicia, de cuyas
virtudes fu adornada para regir y gobernar
a los hombres: por cuya razn, dice S. Ger(i)
Prov.c.8.v. i S . a o . a i .
8
DA OCTAVO.
man, qu sus palabras ti enen cierta ai tori :
dad, aun con el mi smo Jesucri sto qui en
habla como Madre.
AFECTOS. Esta amante Pastora me ha
recibido en su rebao, dnde hay una fe
licidad semejante la mi a! Ah! cuan gran
de es el torrente de dulzura que yo advi erto
en mi alma, al ver la conducta que conmi
go observa esta Santsi ma Pastora! Oh, la
mas amable, la mas tierna, y compasi va de
las Pastoras! qu sera de m si con admi
rable cari dad no te hubi eras encargado de
mi custodi a? Yo, cual oveja i nfi el, abus
de tu ternura, y tu paci enci a, cuasi desde
el momento mi smo en que us de mi li ber
tad. Oveja fugi ti va, perd bi en pronto de
mi vi sta el redi l en que me custodi abas:
march de preci pi ci o en preci pi ci o, hasta
familiarizarme con los Lobos sangrientos: me
vi oveja flaca, dbi l, y enferma, y solo me
restaba un momento de vida cuando t, Pas^
tora mi a, levantastes tu cayado, devastes
tu voz, y mezclando la dulzura con el rigor,
me hi ci stes volver al gremi o de tu grey.
Ah! No vuelva yo serte infiel, oh ama
da Pastora de mi alma!
Vos, cual poderosa Pastora armada
tu cayado, eres la defensora i nvenci ble;de
DA OCTAVO.
119
tu rebao, pues al tiempo mismo que con
l conduces tus ovejas los pastos pinges y saludables, las defiendes de los acometimientos de las bestias feroces ( 1 ) : l
me representa una potestad temible para m;
pero juntamente es un objeto bien consolante de mi alma, porque ese bculo es la vara de que os servs para humillarme, para
castigarme, y apartarme de mis extravos.
Yo me sujeto su autoridad con tanto mas
gozo, cuanto son grandes los bienes queme
proporciona, obligndome que vuelva
buscar tu proteccin. Yo beso rendidamente este bculo, porque es el aijon que emplea
tu amor para acelerar mis pasos acia mi
eterna felicidad, y para obligarme ser fiel
y obediente tu voz; por esto, aunque alguna vez me aflijas, y castigues con l, yo
esclamar resignado y obediente, diciendo:
Tu vara y tu bculo con que me has corregido, y custodiado, han sido todo mi consuelo ( 2 ) .
Considera lo segundo, que debiendo por
ley de naturaleza participar la Madre de las
prerogativas de los hijos, debi esta Madre Pastora participar de la potestad que el
(1)
(a)
S.Laurent. Jas.de
Ps. 42. v. 4.
Cont.muttdi,
c.
15V
20
DA OCTAVO.
Hijo tiene sobre el rebao, que adquiri por
derecho legtimo de conquista. Supuesta su
maternidad Divina, debi y convenirla la
autoridad, y el dominio , que la declarasen Seora de todos los hombres, y nosotros sus siervos y esclavos. Esta potestad no
consisti solo en ser libre de la esclavitud
del pecado, en estar eximida de todo humano imperio; sino porque era tanta su dignidad, que por ella se la debia la potestad
sobre todo cuanto tiene el cielo y la tierra:
por cuya razn, dice S. Juan Damasceno:
Mara fu hecha Seora de todas las cosas
criadas, cuando fu hecha Madre del Criador de todas ellas ( i ) . Porque Jess es Rey
y Seor, dice S. Atanasio, la Madre que lo
engendr debe ser Reyna y Seora ( 2 ) . Se
me ha dado por participacin, puede decir
nuestra Pastora, toda la potestad en los
cielos, y en la tierra ( 3 ) .
Advierte, alma mia, cuan poderosa es
esta Pastora quien el buen Pastor confia
tu custodia, y tu defensa: cuan rica, y abundante, esta Madre hecha por Dios el conducto de sus misericordias. Es, pues, in-
lu.e,.de Fid.ortoi.
Matth.c.48.
(?)
Serisi.inEvag.B.F.
DA OCTAVO.
i 21
Cant. i . v. I Q .
122
bia
octavo.
PTA OCTAVO*
123
grey de una Pastora tan escelsa^ y poderosa , llenmosnos de sumo contento y r e gocijo, al conocer que no hemos sido l i b r a dos de las garras de los Lobos infernales
con o r o , p l a t a , otra preciosidad de la tier r a , sino con la sangre del Cordero inmac u l a d o , formada este fin en su pursimo
vientre. Q u i n , pues, ser de una cerviz
tan d u r a , que desconociendo la potestad de
esta Pastora, resista el someterse su d i reccin y gobierno, diciendo: N o servir: no
prestar obsequio esta depositara de l a
Omnipotencia Divina?. A h ! lejos de nosotros tal ingratitud y presuncin; y antes
por el c o n t r a r i o , digmosla con sumisin
de hijos, levantaros, S e o r a , no nos d e s amparis como.Pastor que deja su grey en
mano de los Lobos hambrientos y m a l i g nos (1).
ORACIN.
O h , Santsima Pastora, en
cuyo bculo pastoral est significada la suprema potestad que en t deposit el Omnipotente para regir y gobernar el rebao inmenso que tu Divino H i j o , y nuestro buen
Pastor, adquiri y redimi con su preciosa
sangre: y o entre todas tus ovejas, la mas
(1)
4.Esd.c. g. v. 18.
114
J>u
OCTAVO.
Ave
DA NONO.
In omni trra steti, et in omni populo ^
et in omni gente primatum habui. ECCLET
SIAST. C. 2 4 . V. 9. I O .
1 2 6'
D A NONO.
(i)
Eccles.'a4.v. r i .
( a ) - S. 1. de Dorm. Mar.
127
DA NONO.
Ps. ao.
(a)
Apoc. 1a,
128
DA NONO.
P s
-44-
129
DA NONO.
Lib. 3. in Cant.
I 3o
DA NONO.
S.Bonav.in S p e c . c . i . 8.
(2)
Prov.c. 8.i.
t'sk
J)IA NONO,
(1)
E c c l e s . c 24. v . 7 .
(3)
(2)
L u c e . 2, v. 51.
13
WA NONO.
AFECTOS.
Por t , oh bendita M a r a !
se repara la inocencia, y es vencido el d e monio, porque de t est escrito que seras
la que pisases su cabeza. Eres terrible t o dos los Espritus infernales, como un e s cuadrn bien ordenado, y puesto en accin
de guerra. Sabiendo ellos que t eres la M a dre del R e d e n t o r , que destruy su imperio,
te miran con mas respeto, y t e m o r , que
un ejrcito preparado siempre para reprimir
su soberbia ( i ) . L o s mares, la tierra, la I g l e sia misma, los A n g e l e s , y los Santos, reconocen tu imperio; y aun el Unignito del
Padre se somete > la autoridad de M a d r e
con que le intimas tus preceptos. O h esfera infinita del imperio de tan augusta P a s tora! E n cuantos sitios es reconocida la sangre del Cordero inmaculado, all es t a m bin respetado el imperio de Mara. Cuantas
criaturas adoran al Cordero de D i o s , otras
tantas se sujetan tambin al imperio de l a
Pastora que lo engendr, lo c r i , y lo sustent durante su vida mortal. F e l i c e s , pues,
y dichosas las ovejas que componen tan distinguido rebao! Venid t o d a s : rodead e l
trono de vuestra Emperatriz Pastora: fijad
(i)
c. 4.
DA NONO.
i 33
en ella vuestros ojos: recorred con santa c u riosidad, y detencin, los trminos sin lmites de su imperio: y en una estension tan incalculable, buscad indagad el sitio que
vosotras ocupis en este mapa inmenso. N o
os acobardis si notis que solo tenis en l
un punto imperceptible, porque vuestra E m peratriz Pastora escelsa, y sublimada sobre
los cielos, pone sus ojos en las criaturas humildes, toma su cargo el defenderlas, y
no desecha las obras de las manos de su H i j o : Obedeced su imperio, y sujetaros l
con sincera h u m i l d a d , teniendo por dicha,
como lo e s , el que se digne admitir entre sus
sirvientes una criatura v i l , y pecadora,
y merezca ser contada en el nmero de su
familia. A s , perteneciendo su mstico r e b a o , seris participantes de su clemencia
y liberalidad.
ORACIN.
O h Pastora escelsa! aunque es verdad que ejerces sobre tu rebao
e l imperio que te dio el Omnipotente, d e s de el trono de inmensa gloria en que vives,
y reynas con tu H i j o , nosotros, sin embarg o , rodeamos aqu en la tierra tu trono past o r a l , en que te nos presentas amable y comp a s i v a , con la segura confianza de que no
tienes menos el considerar nuestras mise-
134
NONO*
D I A DIEZ,
Eece Agnus
De:
peccata
I36
EIA DIEZ.
to de su sabidura increada. E l Padre E t e r no mirndola como H i j a , el Hijo reconocindola por verdadera M a d r e , y el E s p ritu Santo amndola como su dilecta y escogida esposa, se vio destinada por toda la
Santsima Trinidad para realizar el designio mas sublime, y e s c e l s o , que se form
en aquel Divino consistorio de engendrar,
dar l u z , c r i a r , y alimentar aquel C o r dero D i v i n o , que en la plenitud de los tiempos habia de ser sacrificado, para purificar
al mundo de la mancha que afeaba la hermosura con que sali de las manos del Criad o r , y rasgar el funesto decreto de maldicin con que todos los hombres nacen marcados. V a q u , alma mia, cuan escelso y
sublime es el oficio de Pastora, que Mara
Santsima recibi por comisin especial de
toda la Santsima T r i n i d a d ; pues que en su
rebao se cuenta y su segunda Persona, d a da conocer al mundo por el Divino P r e cusor,con el smbolo de Cordero de D i o s : en
cuya compaa pastorean todas las ovejas
que componen el rebao de esta Divina Pastora. A s f u , que considerndose esta S e ora honrada con este empleo, procur l l e nar sus deberes con todo esmero y diligencia. E n consecuencia de esta v e r d a d , no so-
DA DIEZ.
137
13 8"
DA DIEZ.
Apoe. c. 14. v . t.
(a)
I s a i . c . 16. v. 1.
DA DIEZ;
139
140
DA DIEZ.
DA
141
DIEZ.
suya propia, se descuid, descans, ni perdon diligencia alguna para cumplir e x a c tamente, y hasta su c o l m o , los oficios que
le impona este alto destino.
AFECTOS.
A h , qu bella y hermosa
eres, oh Pastora carsima ( 1 ) ! Cuan e m i nentes tus virtudes! cuan admirable tu santidad ! y cuan hermosos los primeros pasos
de tu inocente v i d a ! Oh Hija del Prncipe!
( 2 ) cmo p o d r i a y o , Madre m i a , felicitarte por tantas gracias como el cielo te dispens desde el primer instante de tu pursimo ser natural? Y o bien quisiera reunir
todas las criaturas del cielo y de la tierra;
y llamndolas la atencin para que admira- ,
sen la grandeza del destino de Pastora del
Cordero de D i o s , obligarlas formar c n ticos de alabanza en tu obsequio, porque
amndote el Pastor Divino mas que los
tabernculos de Jacob ( 3 ) , te eligi para
tomar de tu sustancia la forma de C o r d e r o , con que se manifest al mundo. Y o por
mi parte te doy gracias por el singular y
eficaz ejemplo que me habis d a d o , para ensearme el modo y manera de disponer mi
cuerpo, y a l m a , para recibir en ella l o s d o (1)
(3)
(a)
Cant. c. 7, v. 1.
i4
DA DIEZ.
nes y la gracias del cielos alab y bendigo la pureza inmaculada con que conservastes intacto tu castsimo c o r a z n , para que
fuese digno de que en l se obrase el ma^
yor de los milagros que habia de remediar
al mundo perdido por la culpa.
M i corazn se llena de alegra cuando
considero los inefables privilegios con que
para este fin te adorn el Omnipotente; pero al mismo tiempo, me lleno de confusin
cuando veo la fealdad de mi concepcin en
el pecado: la ninguna correspondiencia; y
aun el mal uso que y o he hecho de Jos favores y gracias de mi D i o s , que sacndome misericordiosamente de las garras del
L o b o infernal, de quien fui presa desgraciada en aquel fatal instante, me dej marcado con el sello de su inocente rebao; del
c u a l , y o posteriormente me estravi por mis
culpas repetidas diariamente::sobre t o d o , me
confundo al ver las impurezas de mi corazn
manchado con los groseros placeres de la car*
ne$ que os obligaron justamente borrarme
del nmero de las ovejas, que componen el re*
bao de que es Cordero tu Santsimo Hijo;
pero y desde hoy quiero comenzar vivir
con aquella misma dependencia que Una oveja tiene de su Pastor. Y o quiero que mi cuer-
DA DIEZ.
145
,144
DA ONCE.
Dilectus
citur
esto
qui pascaprece
yo
soy
t o d a d e m i a m a d o , e l c u a l se a p a c i e n ta
e n t r e lir.ios::: a s e m j a t e ,
amado
m i , l a c a b r a , y al c e r v a t i l l o .
E n este da se nos manifiesta que Mara Santsima, despus de haber dado forma corporal al Cordero de Dios que deba redimir a l
m u n d o , fu como Pastora suya para criarlo
y alimentarlo, sobre lo c u a l ,
Considera lo primero, que entre la m u l titud de maravillas que se obraron en el portal de B e l n , nacido que fu el Hijo de D i o s ,
Una de e l l a s , y que era de un singular honor
y gloria para Mara Santsima, fu constituirla y nombrarla Pastora de aquel Cordero
inocentsimo, que vestido con las. pieles de
la humana naturaleza, venia ser sacrificado
por l a salud de los hombres; pues como este
DA
145
ONCE.
Cap..;40. v. 11.
10
146
DA ONCE.
el sol sale por entre una nube resplandecient e , dejando ilesa su pureza virginal. Entonces esta tierna M a d r e , viendo en un establo
esta prenda de su amor, lo toma en sus
brazos, y le dice con mas ternura que la E s posa de los Cantares: M i amado es todo para
m , y yo soy toda para mi a m a d o l o a p a centar como Pastora entre las azucenas y
lirios de mi casto amor, y le dar por m o rada mi propio pecho. A d v i e r t e , alma mia,
como inflamada esta Pastora en el amor de
este su Divino C o r d e r o , y enternecidos sus
ojos, al ver y con ellos al que amaba su c o razn , lo abraza estrechndolo entre sus hermosos brazos: lo acaricia con la mayor t e r nura : le ofrece el alimento de que la p r o v e y el Espritu Santo, para sustentar aquel
mismo que con su poderosa palabra sostiene
todo lo criado: no lo deja de sus brazos, ni
lo pierde de vista, acaricindolo de continuo
en su seno. A h , qu consuelo para esta S e ora recibir un oficio de tanta dignidad jqu
contento para su alma orse llamar Madre mia
por aquel nio recien nacido! Entonces, h a cindose toda de su a m a d o , le rindi un profundo homenage, ofreciendo en su obsequio
sus cuidados, su obediencia, y aun su propia
v i d a : y cooperando con los designios de su
DA ONCE.
147
148
DA ONCE.
DA ONCE.
149
lado de sus madres, permaneci este Corder o Divino rendido y obediente su amada
M a d r e . Como el cordero y el pastor deben
guardar entre s una unin la mas ntima ( 1 ) ,
este Cordero Divino no se separ un momento del lado de su Pastora, siguindola t o das partes sin equivocarla con otra criatura
a l g u n a : semejanza de aquellas ovejas que
por la v o z , por el vestido, y por la vigilan?
cia pastoral conocen su Pastor, sin engaarse, ni equivocarse, aunque oigan la v o z
de otros pastores que las llamen ( 2 ) : as fu^
que desde su mas tierna e d a d , hasta llegar
la de varn perfecto, fu gobernado y d i r i gido por sta su solcita Pastora. V aqu,
alma m i a , cambiado enteramente lo que dice
S. Juan en alabanza de las Vrgenes ( g ) : Q u e
siguen al cordero cualquier parte donde
v ; pues el Cordero Jess es el que sigue,
oye, y obedece su Madre Pastora ( 4 ) ; y
aunque la edad de doce aos se separ por
tres das del redil de su santa casa, dejando
esta sensible Pastora sumergida en el dolor
mas profundo, por juzgarlo perdido devo>
r a d o por sus enemigos ( f ) , luego al punto
( 1 ) S. Aug. t . 4 6 . in Joan.
(2) Corr. Lap. itt
Joan.c, 10.
(3)
A p o c e . 1 4 . v . 4 . (4)
S.Bern.
in Hom. S. Mis. ,
(j)
Luce;a.v.44.
i fo
DA ONCE.
Evang.
(a)
Ib.
DA ONCE.
I$ I
I $1
DA ONCE.
I 3*3
DA ONCE.
Divino Cordero: volved sobre nosotros vuestros ojos de misericordia, para que fieles
la v o z , y llamamientos del Pastor D i v i n ,
lleguemos apacentarnos en compaa suya
en los pastos eternos de la gloria. Amen. Se rezan un Padre nuestro ,' cinto Ave
Maras ^ y un Gloria
Patri.
!
>IA
DOCE
' f'
ty
1^4
DA DOCE.
DA DOCE7
I f J"
tidos, y g a l a s , que de las riquezas del cielo le son fabricadas para ostentacin de su
grandeza, y se viste, no de pedreras y j o yas que pudiesen deslumhrar los ojos d b i les de sus ovejas, como lo hizo la Pastora
Judit con Holofernes ( i ) , sino de un traje
tan sencillo, que no pudisemos temer el acercarnos e l l a ; pues as como el adorno de
Reyna es un signo de magestad, as el t r a je de Pastora lo es de: a m o r , y - t a n t o , que
con l es su amor nuestros ojos s u a v e ; h e r moso, yiatractivo. Pondera, alma mia,.que
es propio de los pastores vestirse de~ pieles
para conformarse mejor x o n lo esterior de
sus ovejas; y ser de ste modo mas bien-amad o s , que temidos d& llasr ;por esto*'el D i o s
que en el antiguo testamentse llama Dios de
los ejrcitos, impona tanto.respeto al pueblo de Israel, que decan-todos n v o z
M o y s s : Haced de modo que no sea Dios
el que nos hable, pues de: otro modo acaso
todos moriremos ( 2 ) ; por lo que dice Isaas^
que la justicia es e l ceidor de su cintura ( 3 ) ^ pero despus que apareci en el mundo con la forma de s i e r v o , se gloriaba en
1)
3)
J u d . c . 4 . v. i g . "
I s a i . c . i . v . 5.
(a)
Exod. c. ao.y. i.
DU DOCE.
DA DOCE
I 57
Ij8
DA DOCE;
Ezeq. c . 3 4 . v. 3. 8.
DA
DOCE.
I 59
i6o
DA DOCE.
. DA DOCE.
16
Cris. Hom. p.
II
ia
DA
DOCE,
Matth.
163
DA DOCE;
terreno, y no aspirando sino los v e r d a d e ros bienes de la g l o r i a , me sea abierta la entrada este redil celestial, en donde goce de
vuestro amor por los siglos.sin fin. Amen.
Se reza un "Padre nuestro, cinco Ave
Maras, y un Gloria Patr
DI TRECE.
Sicut visitt
Pastor
. quando fuerit
sic vis itabo
suum, in die
in medio ovium
suarum:
de omnibus locis:::
iginis.EzzQ.
gregem
in die nubis et
ca-
c. 34. V. 12.
164
DA TRECE.
Demost.
DA
TRECE.
165
que sobrepujan las que (hasta tener por Pastora M a r a ) haba dispensado Dios los
hombres ( i ) . Pondera, alma mia, que esta
Pastora debe de ser amada por su liberalidad , mas que temida por su dignidad R e a l ;
porque semejante D i o s , mas que ninguna
otra c r i a t u r a , distribuye generosamente
toda su grey todo gnero de felicidad. L a
promesa hecha por Dios al legislador de los
Hebreos cuando le dijo: Y o te mostrar todo
bien ( 2 ) , parece tuvo su complemento cuando nos confi la custodia de esta Divina
Pastora, pues por su medio se nos comunican
tan copiosas y abundantes gracias, que p o demos justamente d e c i r : que con ella nos ha
venido todo b i e n , y que por su mano hemos
recibido innumerables riquezas de honestidad (3). Estando ciertos del poder de sus
ruegos para con D i o s , "lo estamos tambin de
que nada se le niega de cuanto pide en b e neficio de su rebao: siendo cierta su liberal i d a d , lo es tambin que sus ovejas pueden
prometerse todo lo que el Omnipotente les
puede conceder: siendo cierta su ternura past o r a l , lo es tambin que sus ovejas pueden
1)
(3)
(i)
I6
DA TRECE.
DA TRECE.
167
esta suerte f e l i z , c o r r e d , daros prisa p o neros bajo la proteccin de esta buena P a s tora: estando en su r e d i l , abrid los senos de
vuestro corazn, dilatad los trminos de vuestros deseos, pedidla cuanto necesitis, no solo
con entera confianza, sino ciertos y seguros
de no hallar repulsa en su piadoso corazn:
confrmese vuestra esperanza con el seguro
conocimiento de q u e , ni la ambicin insaciable de los mundanos, ni la avaricia abrasadora del opulento, ni la concupiscencia mas
ardorosa, ni los deseos, y pasiones todas de
los hombres, pueden apetecer ni aun imagi-
nar tantos beneficios, tanta f e l i c i d a d , ni t a n ta dicha como la que esta Pastora proporciona sus fieles ovejas. Tantos son los bienes
que conseguimos en su rebao! Mientras que
permanezcamos en l , no nos deben causar
temor ni la multitud, ni la fuerza de nuestros
enemigos: aunque todo el infierno se rebele
contra nosotros, y los males de la vida se
renan para afligirnos, no se turbar nuestra
esperanza, sabiendo que esta Pastora nos protege en su rebao, y no se aparta de nosotros para consolarnos, y sostenernos en l a
pelea. Lobos infernales, huid la vista de
una Pastora que tiene en su mano la omnipotencia divina para defender sus ovejas!
168
DA
TRECE.
S.Pet.Cris.S.40.
DA TRECE.
169
tsimo, si necesario e s , para que mejor alcancen con su mediacin los favores de aquel
D i o s , que todo lo concede cuando su Madre
es la qu pide. A este intento, dice de s misma esta Seora: Y o ando en los caminos de
l a justicia para enriquecer los que me a man ( 1 ) . Por manera q u e , al parecer, solo
por nuestro provecho y utilidad, ha depositado el Omnipotente en nuestra Pastora todas
sus riquezas, fin de que en su rebao hallen
entero y universal socorro Jos miserables h i jos de A d n ( 2 ) . Todos los bienes que c o n seguimos, quiso el Seor que se nos c o n c e diesen por Mara en clase de Pastora : ella
busca la oveja perdida, y en sus propios brazos trae su rebao la que se estravi: ella
cura y fortifica la enferma y achacosa, y
guarda cuidadosamente la fuerte y robusta : por su medio visita el Supremo Pastor
sus ovejas, las rene, y las conduce a t i e r r a
p r o p i a , para que pasten y se alimenten de
las yerbas verdes y frondosas de su gracia.
A s se r e a l i z , por medio de nuestra Pastora M a r a , lo que el Seor prometi su rebao por boca de Jeremas. Y o reunir, dice,
mis ovejas, trayndolas de las tierras d o n ( 1 ) Prov.c.8.v.ao.
(2)
AbaAd.c.2^.sup.Eccl.
i7
nu
TRECE.
(1)
Jer.c.33.v.3.4.
( a ) S.Efren.rfe
Laud.Virg.
DA
TRECE.
171
72
JHA TRECE.
v i o que puedo haceros, es el dudar de vuestra voluntad pronta para socorrernos en nuestras necesidades; y a s , lejos de incurrir y o
en este crimen, os confieso por mi Madre
y A b o g a d a , y que por esta razn no sois
capaz de olvidaros, ni un instante, de las necesidades de vuestro rebao en' la presente
vida. Cabalmente soy la oveja mas necesitada de vuestra proteccin y amparo, y en
quien por lo mismo puede resplandecer mas
el poder que se os dio para regir vuestra
g r e y . Concededme, que caminando por Jas
sendas de la ley santa de mi D i o s , evita
los escollos del mundo, y llegue sin tropiezo la mansin feliz de la gloria. Amen.
Se reza un Padre nuestro,
Maras, y un Gloria
Patri.
cinco
Ave
*73
DA CATORCE.
Oves, et caprce steriles
rietes
gregis
non fuerunt,
et gelu,
a-
noctu-
figiebatque
GEN.C.31.V.38.
40.41.
174
TRECE.
DA TRECE.
"7*
Ezeq.c.34.v.ig.i<5.
Ps. n o . v . 4 .
(a) Jerem.c.3i.v.33.
176
DA TRECE.
Mich.c. g. v. g . 6 .
177
DA CATORCE.
me habis llamado para perdonarme, y p o nerme en seguridad de mis enemigos. C mo podr yo en adelante ser insensible
tanto amor? Cmo podr agradecerlo d e bidamente?
Con este fin me entrego enteramente
V o s , mi dulce Pastora, sin reserva alguna:
os ser siempre fiel, socorrido, como espero,
de la gracia de mi D i o s : me sujetar g u s toso vuestro gobierno pastoral, aunque sea
necesario para esto apurar el cliz de amargura que pueda ofrecerme el vencimiento
de mis pasiones, y los combates de mis enemigos. Por no separarme de vuestro rebao
sufrir todos los males de la v i d a , y aun
los desafio como incapaces de privarme de
este bien. Sabiendo y la solicitud con que
veais por mi f e l i c i d a d , recobro fuerza intrepidez contra los que intenten estorbrmela.
L a invocacin sola del nombre de Pastora,,
pondr en vergonzosa fuga al L o b o sangrient o ; y si vuelve acometerme, y o encontrar en vuestra bondad pastoral los socorros
necesarios para mi seguridad. Sois mi esperanza , mi amparo, y mi consuelo. A h , dnde hallare yo un apoyo mas fuerte de miesperanza!!!
Considera lo segundo, que sabiendo es2
178
DA TRECE.
001.327.
(4)
(3)
(2)
S. Athan.
S. Bern. de ver.
Past.
DA TRECE,
179
i8
DA CATORCE.
DA CATORCE.
ISI
comprensible! Para mostrarme yo agradecido e l l a , os har continuo sacrificio de alabanzas: celebrar con cnticos eternos la solicitud maternal con que custodias v u e s tro rebao: y publicar, la faz del mundo
entero, el nombre de Pastora que con tanta
v i v e z a , y energa, nos descubre los rasgos de
vuestra ternura y vuestro amor.
P e r o , qu compasin escitan en mi a l ma tantos desgraciados mundanos, que a l u cinados y ciegos con los encantos del siglo,
huyen del rebao de esta Pastora para e n tretenerse en sus locos debanos, en que v i e nen quedar esclavos de sus propias pasiones! Ah insensatos! Por una diversin transitoria, como lo es la que disfrutis en el
b a y l e , el teatro, las concurrencias p r o f a n a s , para lo que tenis que soportar mil m o lestias, y aun acaso la prdida de vuestra
s a l u d , renunciis de la p a z , la a l e g r a , y
el contento, que con su pastoral solicitud
difunde esta Pastora en el corazn de sus
fieles ovejas? Preguntad las almas fieles,
y ellas os dirn cuan gustoso y dulce es e l
vivir bajo la proteccin maternal de esta
Divina Pastora, y convencidos de esta v e r d a d , corred todos entrar en su rebao: y
para que os sea til su solicitud por v u e s -
iS'-
DA TRECE.
tro bien, mirad con el inters debido v u e s tra eterna s a l u d : arreglad vuestras a c c i o nes del modo que Dios os manda: y por el
ejercicio de todas las v i r t u d e s , corresponded la solicitud con que esta Divina P a s tora vela de continuo por vuestro bien.
ORACIN.
Dios omnipotente! que
manifestis vuestra bondad n darnos una
Pastora tan solcita y vigilante por nuestra
f e l i c i d a d , con cuya amabilidad se dulcifica
la pena que puede causarnos el vencimiento
de nuestras pasiones, tan necesario para noestraviarnos del gremio de vuestra g r e y : V o s ,
que tan misericordiosamente derramis las
consolaciones del divino Espritu sobre las
almas que os son fieles, infundid en nuestros
corazones la luz de vuestra divina gracia:
abrasadlos con los ardores del amor santo:
animadnos, y fortalecednos todos, para
que superando los obstculos que el enemig o pone nuestra perseverancia en la v i r t u d , consigamos veros y alabaros en c o m paa de nuestra Madre Pastora en la g l o ria. Amen.
Se reza un Padre nuestro,
Martas y un Gloria
Patri,
cinco
Ave
D A QUINCE.
Volite timere
ruc. c. 1 2 .
v. 3 2 .
No tenis vosotros por qu temer, pequeo rebao mi.
JEstas mismas palabras repite la Divina Pastora.,, en este dia, todas las ovejas que componen su mstico rebao, para consolarlas en
todas sus aflicciones de alma y cuerpo, sobre lo cual;
Considera lo primero, el modo afable y
carioso con que el Divino Redentor Jesucristo quiso consolar sus discpulos, cuando los vio atribulados por las persecuciones,
tentaciones, y trabajos, de que se vean cercados por todas partes. No queris temer,,les
dice, vosotros que componis mi corto reba o ; pues aunque os veis afligidos de mil
modos, y privados de todo lo que recrala
sensualidad de los mundanos, mi Padre celestial tiene decretado el que seis felices en
su reyno eterno. Con las mismas palabras de
consuelo dulcifica la Divina Pastora las a-
,I4
QUINCE.
facciones y trabajos de sus ovejas en este valie miserable de lgrimas, por cuya razn la
llama la Iglesia consoladora de los afligidos.
S, alma mia, aunque las ovejas de esta Pastora tengan toda la seguridad, y proteccin,
viviendo bajo de su custodia sin saltar de su
redil; no pueden sin embargo esceptuarse de
las penurias y trabajos, que como resultado
fatal del pecado de A d n , afligen en este
mundo todos sus descendientes; antes bien,
asegura el Seor, que la tribulacin prueba
los justos, as como los vasos de un alfarero son probados en el fuego ( i ) . As como
un navio est espuesto en alta mar las furiosas olas de las tempestades, que combatindolo por todas partes lo hacen zozobrar,
y l mismo se v varias veces punto de ser
sumergido en las aguas amargas del mar, as
los justos en la peligrosa navegacin de este
mundo, antes de arribar al puerto feliz de
su salvacin, son afligidos de mil modos y
maneras, espuestos continuos peligros, y
precisados frecuentemente gustar de las
aguas amargas de la tribulacin. Por esto dice S. Pablo, que hay peligros en todas partes,
mientras que peregrinamos en el mundo; pe(i)
Eccles. c. 17.
DA QUINCE.
185"
S. G r e g . Mag. in 1.1. R e g .
I 86
UIA QUINCE.
DA QUINCE.
'87
188
DA QUINCE.
E^ist. i .
DA QUINCE.
189
tor es gozo para el Lobo ( 1 ) , y que la ausencia del pastor d ocasin estas fieras
para que acometan la grey ( 2 ) : y por lo tanto, vela, y est siempre al lado de sus ovejas,
las cuales con su presencia se fortifican para
pelear. Y cuando y sus fuerzas se fatigan,
corren esta torre y fortaleza de David,
puesta, por Dios en medio del rebao de su
Iglesia, como lugar de asilo, para que sus
hijos puedan acojerse, huyendo de la persecucin de tantos enemigos; y armados d nuevo con los mil escudos que en ella estn depositados, vuelvan desde all sus armas contra ellos, y entonces es segura la victoria,
pues esta Seora funda su gloria en que los
que se refugian ella, se hagan temibles
las potestades del abismo.
A F E C T O S . Es preciso confesar, alma
mia, que no has entendido hasta ahora las
ventajas de la vida espiritual, y que solo te
has hecho sensible las impresiones de los
sentidos, como si no fueras de orden mas noble que tu cuerpo. Te figurabas que todo estaba para t perdido, cuando Dios quiso hacer una ligera prueba de tu fidelidad, esponindote la tentacin: desengate de ste
(1)
S. E f r . de Tim. Dei.
(a)
190
DA QUINCE.
tu error, sabiendo que cuanto mas fuertemente eres as probada, entonces vela sobre t
con mas solicitud tu diligente Pastora: y que
tu desconfianza en medio dla tentacin, solo
puede dimanar de tu poca f, y de no tener
una cabal idea de la bondad de tu Pastora,
que tanto mas multiplica sus socorros, cuanto es mayor el conflicto en que te hallas. Si
t amases, cual eres amada, te alegraras
cuando la tentacin te proporciona el dar
seales de tu fidelidad tu Dios; y no te
iras buscar los consuelos en tus penas, sino
en el Dios de toda consolacin, y en su
Madre Santsima, que en clase de Pastora es
el consuelo de todo atribulado.
Convencido de esta verdad, oh mi piadosa Pastora! aunque alguna vez os vea como
indiferente insensible al ver mi tribulacin,
sabr que esto lo hacis por el placer que
sents, al ver que mi mrito se aumenta
proporcin de lo reido del combate, y lo
constante de mi fidelidad; y as, mi confianza estar siempre en Vos: clamar, y mis
clamores os harn una santa violencia para
que estis mi lado como Pastora solcita,
hasta que el Dragn huya de m avergonzado y vencido. Asegurado, y cierto, de que jams me desamparis entre las tentaciones mas
DA
QUINCE.
I9I
violentas, yo prefiero y este estado de tribulacin, todos los que, por la quietud y
el sosiego, pudieran lisonjear mi alma. Mi
cobarda me hace las veces creer que estoy
.perdido, y me aflige el temor de que Lucifer me arranque de vuestro rebao por mi
consentimiento en la tentacin; pero sabiendo que V o s , Pastora mia, estis peleando
conmigo, se reanima mi corazn tan fuertemente , que no me afligen y los combates, y
llego desafiar todos los enemigos de mi
salvacin.
O R A C I N . O h , Santsima Pastora, esperanza firme de cuantos atribulados gimen
n el valle de este mundo, lamentndose de
las tribulaciones que de mil modos afligen
sus nimos, no retardis vuestros socorros,
y libradnos de todos los peligros que continuamente estamos espuestos. Si hasta hoy
ha sido desgraciado el xito de nuestros combates, por haber en ellos buscado el auxilio
de las criaturas, de quienes esperbamos el
consuelo, y la paz; hoy mismo proponemos
todos eficazmente el recurrir V o s , por una
oracin ferviente y continua, que obligue
vuestro nimo pastoral socorrer nuestras
necesidades, confiando enteramente en vuestra bondad inefable: con cuya confianza nos
192
DA
QUINCE.
Maras, y un Gloria
nuestro,
Patri.
cinco
Ave
DA DIEZ Y SEIS.
Ego paicam
fiadum
oves meas:::
Et
erat alligabo,
mum ferat
quod con-
et'quod.
consolidabo.
infir-
EZEQ. C.
34.
v. 1 5 . 1 6 .
Yo apacentar mis ovejas, vendar las
heridas de aqlias_que han padecido alguna fractura, y dar vigor
las enfermas.
D e este modo manifiesta Mara Santsima
su solicitud pastoral con sus ovejas enfermas,! sobre lo cual,
Considera lo primero, que el nombre y
oficio de Pastor lleva consigo la obligacin
de trabajar continuamente, y sin'dar treguas para el descanso, fin de asistir sus
ovejas en cuanto necesiten ( 1 ) . Y por esto,
nuestra Divina Pastora, tan digna de este
nombre, no se contenta solo con apacentar
su rebao, proporcionndole pastos saluda(1)
194
DA DIEZ Y SEIS.
bles en los frondosos valles del campo mstico de la Iglesia, en donde conserve sanas
y robustas sus ovejas ( i ) ; sino que no
perdona adems fatiga ni trabajo por curar
las enfermas, vendar las heridas de aquellas quienes mordi el Lobo sangriento,
padecen alguna fractura, y dar vigor
las dbiles, convalecientes, de sus anteriores dolencias. Advierte, que efectivamente contraen las ovejas de Mara enfermedades corporales, que las afligen en esta vida, y hacen conocer cuan miserable es la
condicin del cuerpo humano. Para convencerse de esta verdad, no hay mas que entrar en un hospital, y luego al instante se
presenta reunida una multitud de desgraciados, que gimen atormentados con mil gneros de dolencias. No hay miembro en nuestro cuerpo que no sea susceptible de achaques, de que no pueden esceptuar ni la edad,
ni el nacimiento, ni otra cualidad por recomendable que sea: ellos estn espuestas
las ovejas de Mara; y aunque haya algunas
que gocen de una perfecta robustez corporal, suele no suceder as con el espritu, que
igualmente est espuesto enfermedades tan(i)
D U DIEZ Y SEIS.
195
196
DA DIEZ Y SEIS.
DA DIEZ Y SEIS-.
I 97
198
DA DIEZ Y SEIS.
Phil. Jud. de
Agrie,
t. 1.
DA DIEZ Y SEIS.
199
aoo
DA DIEZ Y SEIS.
de sus ovejas tal confianza, qu las obliga acogerse esta medicina universal de
sus males, y buscar en ella toda consolacin,
seguras de dar su Pastora el mayor placer
que tiene, que es hacer bien sus ovejas,
y sanar todos sus males: siendo como es tan
fcil esta Seora el curarlos, que si nosotros queremos sanar, no tiene mas que, imitacin de su Hijo, estender sobre nosotros
su mano benfica.
A F E C T O S . Cuanto mas pienso en la flaqueza de la condicin humana, se aviva mas
mi f , y crece mi esperanza. Esceptuando un
pequeo nmero de almas privilegiadas de
un modo milagroso, todos los dems, aun
los mas Santos, esperimentan las debilidades de la naturaleza corrompida, y sienten
el estmulo de las pasiones, en cuyo torrente naufragaron algunos, y otros estuvieron
las veces punto de fenecer. Ah, qu llagas tan profundas ha hecho el Lobo infernal en muchas almas con este aguijn mortfero! V o s , Dios mi, nos llamis la atencin continuamente para que conozcamos este abismo, sobre cuyo borde andamos en
este miserable mundo, y aun nos proponis
frecuentemente ejemplos de las debilidades
de vuestros mismos amigos, para que no con-
DI A DEZ Y SEIS.
.2 O I
fiemos de nuestra aparente robustez, y para que veamos en las heridas de estos justos
el esceso de la malicia^del pecado; y en su
curacin, y santificacin, los prodigios de
vuestra misericordia, y lo eficaz de vuestra
gracia.
Pero, oh caridad sin trmino tambin
Ja de nuestra Pastora! cuanto mas espest
est su grey con esta habitual enfermedad,
ella , redoblando sus cuidados , la custodia
con mas solicitud, manifestando as la bondad de una buena Pastora ( i ) . Qu sera
de tantas almas, que al fin os glorificarn
eternamente en la gloria, si cuando ellas gr
mian con las enfermedades deJ pecado, no
hubierais Vos. acudido su socorro? Compar
decida de sus males, inquieta por los progresos que, como cncer pestfero, hacia en
vuestro rebao, os apresurabais deramar
sobre sus heridas el blsamo Divino de la
sangre de vuestro Hijo, y al instante se les
comunic un espritu de vida; y llenas des- .
de entonces de fuerza, y de vigor, no solo
recobraron la salud, sino que se robustecieron para no recaer. Este es, oh Santsima
Pastora, el fruto de vuestra caridad con vues(i)
20
DA DIEZ Y SEIS.
cinco
Ave
DA DIEZ Y SIETE,
Investiga
Mam,
et manifestabitur
et continens factus
in novissimis
ea,
mm.
ne derelinquas
enim invenies
et convertetur
tib
v
pibi-y
eami
rquiem i
in
ECCLES. C. 6. V . . 2 8 . . 2 9 .
oblectatio;
en consuelo y dulzura.
L a solicitud pastoral de Mara con sus ovejas, se manifiesta de un modo particular cuartdo stas se hallan prximas su muerte, sobre lo cual,
Considera lo primero, que alcanzando
las ovejas que componen el mstico rebao
de Mara la sentencia universal de muerte,
pronunciada por el Criador Omnipotente sobre todos los descendientes de Adn, esta Seora, cual vigilante Pastora, aumenta y e s -
204
SIETE.
DA DIEZ Y SIETE.
10$
te sus ovejas cual caritativa Pastora, mitigando los dolores de su enfermedad, dulcificando sus angustias, y embotando la espada de la muerte que tanto atormenta los
mundanos. Ni se contenta solo con librar
sus ovejas de todos los males que pueden afligirlas en aquel temible lance, sino que las
colma de bienes, y las llena de consuelo y
alegra. Como en aquella hora se agolpa sobre nuestra alma todo lo mas triste para nuestra frgil mortalidad, esta misericordiosa
Pastora asiste sus ovejas en este tiempo de
tribulacin, y las recrea, como la lluvia refrigera y vivifica la tierra en una gran sequedad ( i ) ; y as sucede, que lo mas espantoso para el hombre, que es el morir, viene
ser para las ovejas de Mara un dulce sueo , necesario para pasar la inmortal corona del cielo, donde se hallen seguras de toda
afliccin, y dolor, en el seno de tanamantsima Madre: llena para esto su voluntad
de ardentsimos afectos de amor divino, enciende en sus almas el deseo de ver al Rey
sumo de la gloria, en el lleno de su magnificencia y magestad, y su Reyna sentada
su diestra, quien alabar eternamente,
(i)
20
DA DIEZ Y S I E T E .
DA DIEZ Y SIETE.
107
M a r e e , a. v. 17.
Job.c.7.v.i.
..() ' L o e . c. i g . v . 4,
28
DA DIEZ y SIETE.
tante lucha, de cuya victoria resulta el galardn, corona de justicia, que Dios reserva para los que son fieles hasta el fin; en la
hora de la muerte se refuerza el enemigo de
nuestra salvacin, para acometernos con mayor empeo en unos momentos tan crticos,
que hacen temblar aun los mas esforzados
y valientes, y en el que se v decidir la
suerte eterna de nuestra alma contra quien
pelea un enemigo diestro en pelear, y que se
hizo audaz por las victorias que consigui en
nuestra cabal salud. Este conflicto es tan espantoso, que lo temen aun los mas santos, reputados por columnas firmes de la Iglesia;
porque sin embargo de serlo, desconfian de
su propia virtud para salir victoriosos, mayormente considerando que muchos Hroes,
acostumbrados vencer al Len rugiente,
vieron en aquel fatal momento deshojarse entre sus moribundas manos, los laureles con
que tantas veces en su vida se haban coronado. Con estas reflexiones, los sentidos se
turban, el espritu se comprime, y un sudor
niortl que se difunde por todos los miembros, dan conocer hasta los mismos circunstantes, la reida batalla que el paciente est sufriendo consigo mismo, y con el
enemigo d su salvacin. En circunstancias
DA DIEZ Y SIETE.
209
aio
DA DIEZ Y SIETE.
DA DIEZ Y SIETE.
211
2 I\
DA DIEZ Y SIETE.
cinco
Ave
D I A D I E Z Y OCHO.
Vos autem greges
Domi-
et hircorum.
EZEQ. C. 34.
v. 1 7 .
Vosotros,rebaos mios, esto es lo que
os dice el Seor: H aqu que yo hago distincin entre ganado y ganado,
entre carneros y machos de cabro.
Se manifiesta solcita la Divina Pastora en
favor de sus ovejas, abogando por ellas en
el tribunal del justo Juez, cuando son presentadas l despus de su muerte, sobre
lo cual,
Considera lo primero, que debe llegar
irremisiblemente el tiempo en que el Supremo Pastor Jesucristo ha de juzgar todas nuestras acciones: y nosotros, presentndonos en
su tribunal rectsimo, hemos de darle cuenta
de todas ellas, sin reservarle an el mas escondido secreto de nuestro corazn. Entonces
214
OCHO.
Cap. 34.v.
ai.
DA DIEZ V OCHO.
2 I $
te feliz, 6 eternamente desgraciada de nuestra alma: y todo cuanto concurre en l , capaz de angustiar y atormentar los que deben de ser juzgados. Considera, en tan apretado lance, la suerte tan feliz que logran
aquellas almas, que cual ovejas fieles, tienen por su abogada y protectora la madre
misma del Juez que las v juzgar, y sentenciar , cuya solicitud pastoral con ellas
se acrecienta, medida del peligro y riesgo en que se hallan. As es, que aquella
grey que tantas veces en vida, y en salud,
implor sus socorros y auxilios, elevando
sus voces su Divina Pastora, ver que esta Seora, compadecida de su situacin, tomar su cargo su defensa, respondiendo
todas las acusaciones del astuto Lucifer;
y confundiendo su envidia y su soberbia, ella
aplacar la ira del justo Juez, interponiendo entre sus ovejas y la justicia sus merecimientos, y aun la sangre misma que esta Seora Je dio para ser sacrificado por ellas: y
en fin, como Pastora solcita, no perdonar
diligencia, ni fatiga, para que se cierren las
cavernas eternales del abismo, y por su propia mano nos conduzca los montes eternos, pinges y amenos de la gloria.
AFECTOS.
2 I6
DA DIEZ Y OCHO.
DA DIEZ Y OCHO.
217
vuestra adorable justicia; pero V o s , oh Divina Pastora! quien tantos desvelos y solicitudes acarrea mi felicidad, dirigid con
vuestra maternal y piadosa mano el azote
que me ha de castigar. Con tal que yo me
vea perdonado, y libre de una eterna condenacin, me doy por contento, por mas que
venga sobre mi alma la tribulacin y el castigo; mas para castigar una oveja tantas
veces ingrata infiel vuestra solicitud, consultad con los sentimientos compasivos de
vuestro corazn, mejor que al riguroso decreto de la justicia, para que una oveja vuestra no llegue ser objeto de la eterna indignacin del justo Juez. Escoged los castigos mas apropsito, para hacerme volver
al redil mstico de donde me estravi, y corroborad mi espritu para que jams vuelva
separarme de l. Ah! qu desgracia la
mia,si al haberme de presentar al justo Juez,
me hallo ignominiosamente esclavizado de
mis pasiones! Libradme de este peso insoportable que me abruma de dia y de noche:
sed Madre de misericordia en tiempo, para que os glorifique en la eternidad.
Considera lo segundo, el juicio espantoso de aquellos, que miserablemente engaados, hacen consistir toda su felicidad en
2l8
los pasatiempos y deleites de la presente v i da, significados por el Profeta con la espresion de carneros, y machos de cabro. E s tos , obedeciendo sus sentidos, y deseos desordenados , nada mas esperan despus de
concluir entre vicios su criminal existencia;
al paso que las ovejas fieles de Mara, adoctrinadas con los documentos de la revelacin , saben que desde el punto ltimo de su
vida ha de principiar una eternidad, en la
que no hay que esperar, sino castigo de los
reprobos, premio de los justos. Aquellos
insensatos reputaron por fatuidad, y deshonra, la docilidad de las ovejas de Mara ( i ) :
entregados los placeres presentes, ninguna pena tomaron por lo venidero; y as, entre el despecho y la rabia de su propia desesperacin , confesarn haber errado la senda de la verdad, mientras que las ovejas de
Mara,.marchando por e l l a , entrarn en el
aprisco eterno de la gloria. Advierte, alma
mia, la demencia y locura de estos desgraciados carneros, descuidados tan ciegamente de aquel fatal momento en que deben
oir la sentencia de su desgracia eterna, sin
que por otra parte tengan merecido el pa(i)
Sap.c. g.v.4.
DA DIEZ Y OCHO.
219
trocinio de esta poderosa Pastora, que tanto podria favorecerlos; y esto te har conocer , cuan feliz es la suerte de aquellas a l mas , que contadas en el rebao de Mara,
tienen merecida su proteccin. Esta Seora,
cual solcita Pastora, no se apartar de su
lado para sostenerlas en este apurado conflicto, prodigando en su favor todas las gracias , auxilios y socorros apropsito, para
hacer cierta su perseverancia final, y premiarla con la corona de justicia. Esta Seora toma por su cuenta la causa de su juicio, y como sus splicas no pueden ser desatendidas, como, su testimonio no es sospechoso para el Juez, como su autoridad no
tiene lmites, y su caridad solcita no tiene
trmino, nada tienen que temer sus ovejas
al ser juzgadas, si por ellas responde su Pastora. Saben que las splicas de la Madre son
mandatos para el Hijo, que sus palabras son
el mayor empeo para el Juez, y que su v o luntad, una vez l manifestada, decide
irrevocablemente el decreto de su eterna salvacin. Aunque una oveja dbilmente estraviada, hubiese principiado escribir por s
misma la sentencia de su condenacin, esta
Pastora, condolida de su ruina, tiene arbitrios para disipar sus pensamientos pecami-
220
DA DIEZ Y OCHO.
Isai/c.^ivv.p.
DA DIEZ Y OCHO.
221
121
Di A DIEZ Y OCkO.
cinco
Ave
Et congregabuntur ante eum omnes gentes, et separabit eos ab invicem, sicut pastor segregat oves, ab hoedis.
MATTH. c. 25. v. 3 2 .
224
NUEVE.
hace el Seor especial mencin de este rebao, diciendo: Que los separar los unos de
los otros, como el Pastor separa las ovejas de
los cabritos, y que las ovejas sern puestas
la mano derecha, y los cabritos la izquierda. Pondera primeramente, cuan espantoso
ser este dia para todo el gnero humano por
todas las circunstancias que en l han de concurrir, segn el testimonio del mismo Jesucristo. Al sonido horrendo de una trompeta,
que penetrar desde lo sumo de los cielos,
hasta lo profundo de los abismos, principiarn marchar las almas de justos y pecadores, para ir reunirse con sus cuerpos, que
vivificados con aquel mismo eco omnipotente,
saldrn igualmente de los sepulcros, en que
yacan reducidos cenizas. Ert' seguida se
abrirn los cielos, de donde saldr el Juez
omnipotente, no ya con los smbolos de amor
y misericordia, como buen Pastor; sino revestido del poder de su infinita, magestad,
acompaado de todos los escuadrones anglicos, y respirando furor contra los perversos,
que despreciaron su misericordia, y malograron los frutos de su redencin. Pondera lo
segundo, que este dia ser mucho mas espantoso y temible para los que pertenecieron al
rebao de esta Divina Pastora; pues vern
DA DIEZ Y NUEVE.
22$
22
DA DIEZ Y N U E V E .
DA DIEZ Y NUEVE;
227
Abad G u i l l . de Judie.
128
L u c . c. 23. v. 30.
DA DIEZ Y NUEVE.
229
dirigindose todas aquella verdadera tierra de promisin, donde sin dolor, sin llanto, ni tristeza, se ocuparn eternamente en
cantar hymnos y alabanzas al Cordero inmaculado, con cuya sangre fueron redimidos,
y la Divina Pastora que lo engendr, y
cri, para que les franquease con su redencin las puertas eternales de la gloria; pero los reprobados cabritos quedarn en la
tierra, aguardando que ella se abra hasta su
mismo centro, para que encerrados en aquellos lbregos, y pestilentes calabozos, sean
atormentados sin intermisin por los siglos
sin fin ( 1 ) . No apartes, alma mia, tu consideracin de esta escena trgica que t misma has de presenciar; y.si tu liviandad, tu
ambicin, tu codicia, tu sensualidad, te hacen indigno de quedar entre las ovejas de
Mara, y te cabe la. suerte infeliz de quedar
entr los cabritos reprobos, advierte la angustia y la desesperacin en que te vers
sumergida, viendo que las ovejas fieles, de
quienes alguna vez fuistes compaera, siguen
su Pastora alegres, y contentas, para,ir
recibir por premio de su penitencia y sus
trabajos, el galardn infinito de una glo(1)
Apoc. a o . v . 10.
2gO
DA DIEZ Y NUEVE.
DA DIEZ Y NUEVE.:
23 I
en donde aprendo vivir muy distintamente , que viven la mayor parte de los hombres. Aborrezco desde ahora todos los pecados , que pudieran hacerme reo de condenacin eterna: me duelo de haber perdido tanto tiempo, que pudiera haber em->pleado en llorar mis culpas, y haber con
mis lgrimas aplacado la ira del justo Juez,
y evitado el rigor de su justicia.
Salvadme, Jess mi, pues aunque pecar
dor, soy obra de vuestras manos, y el precio de vuestra sangre. Por qu se ha de
irritar.tu furor contra tus ovejas ( 1 ) ? qu
gloria puede resultarte de verlas perdidas
para siempre? Cuantos sean precipitados en
el abismo, no te conocern sino para maldecirte y blasfemar tu redencin: sus lenguas abrasadas no sabrn sino arrojar blas-femias contra tu justicia; y ni esta clementsima Pastora, tu M a d r e , se ver libre
de sus execraciones horrorosas. En aquel lugar de tormentos, se olvidarn las mararvillas de tu bondad, obradas en favor de
tus criaturas: all no se agradecer la pro-:
teccion amorosa, ni la solicitud pastoral de
esta Madre con.sus ovejas: all no se ha(3)
Palm. 73. v. 1.
232
DA DIEZ Y NUEVE.
Matth. c. 8. v. ia.
DA DIEZ Y NUEVE.
233
cinco
Ave
DA VEINTE.
Et pascam pecus occisionis:::
res
gregis!:
virgas,
teram
et assumpsi
mam
mihi
vocbi decorem,
funiculum
ZACAR.C. 1.1
\0h paupe-
, et
pavi
et
duas
al-
gregem^
.v.7.
2 34
VEINTE.
(1)
Eccles. c. 44. v. 8.
(2)
S . B e r n ; S. 3.
DA VEINTE.
23?
236
DA VEINTE.
S.
Avg.deJSp.i.
DIA VEINTE.
237
2^8
DA VEINTE;
embargo, alabo y bendigo vuestra gran misericordia, porque me disteis una Pastora,
cuya tierna compasin con su grey, tranquiliza sta mi turbada agitacin, y me hace esperar, que si caigo en aquel lugar de vuestra justicia, all encontrar su proteccin.
Considera lo segundo, que esta Divina
Pastora, para apacentar sta su grey de espiacion en el purgatorio, dice que tom en
su mano dos bculos, el uno de hermosura,
y el otro manera de cuerda, lazo, con
cuyos dos smbolos figuras, quiere que entendamos el modo con que apacienta aquellas sus ovejas. Ante todas cosas, procura
esta Seora que ninguna de ellas llegue ser
pbulo de las llamas voraces del purgatorio,
haciendo que en este mundo convalezcan per*
fectamente de las heridas que recibieron en
las peleas, que sostuvieron con el Len sangriento, pesar de que saliesen al fin victoriosas. As usa misericordiosamente del cordel lazo con que detiene sus ovejas, para
que se libren de aquellas formidables llamas,
alcanzndoles de su Hijo tal cmulo de gracias, y favores, que se mantengan en una
perfeccin heryca, purguen sus faltas por
Ja tolerancia en los trabajos de esta vida; y
aun por esto se deben llamar felices aquellas
239
DIA VEINTE.
(a)
Dionis.
240
DA V E I N T E .
cerno, custodi, gobern, y am como ovejas ella encomendadas por su Hijo, sin que
al mismo tiempo indulte muchas con regia
liberalidad, y consuele todas con su belleza , y hermosura? Como el solio de esta Reyna es la magnanimidad, y el cetro es la misericordia , sus obras son compadecerse, y perdonar; y en tal caso, cmo entrar en aquel
lugar de penas su bculo de hermosura, sin
que vaya derramando gracias, favores, clemencia, y compasin hacia unos hijos tanto
mas dignos de ella, cuanto se vn mas afligidos imposibilitados de procurarse por s mismos alivio alguno?
A F E C T O S . Si yo llego verme oh amada Pastora! entre las llamas del purgatorio, en medio del horror, y la tristeza, que
ha de causarme aquella crcel espantosa, me
consolar con la esperanza de veros en la gloria, y de que mientras yo satisfago la divina justicia, me visitaris, y me recrearis con
vuestra amorosa y pastoral presencia. Entonces, vuestro corazn compasivo, se enternecer al verme triste y cautivo entre llamas:
mis lamentos mezclados con mis lgrimas, y
mis clamores unidos al deseo de ver mi
Dios, penetrarn vuestros oidos maternales,
y no podris menos de interceder con la jus-
241
DA V E I N T E .
ticia d vuestro Divino Hijo para que se alivien mis penas. N o , no es posible que vuestro corazn, siempre atento aliviar mis penas y aflicciones, y prdigo siempre y generoso en socorrer mis necesidades, escuche
con indiferencia mis lamentos en el estado
deplorable de angustia, y de dolor, que
me ver reducido en el purgatorio. Vos seris entonces mi esperanza, y mi refugio:
Vos clamar, para que se rompan los lazos
que me cautivan,, y consiga mi libertad ( 1 ) .
Mas al presente, para que yo pueda satisfacer, como deseo, la divina justicia, y
purificar todas mis imperfecciones en trminos, que saliendo de esta vida, no encuentre impedimento para entrar en el reyno de
los escogidos, sed V o s , Pastora mia, propicia mis splicas, y oidlas con nimo propio
de compasiva Pastora. Ojal que todas mis
obras, palabras, y pensamientos, sean dignos
de la santidad de un cristiano; y por consiguiente con derecho tus promesas, y la
clemencia que me ofrece vuestra solicitud
pastoral. Yo para purificar mi alma os espongo, con simplicidad de corazn, la miseria en que fui concebido: os manifiesto las
(1)
Ps.
133.
v. 7.
16
24
VEINTE.
llagas profundas que abri en ella el pecad o , cuyas cicatrices aun no estn enteramente borradas. Ved V o s , Madre mia, y considerad los males que me afligen, y ellos mismos interesarn vuestro poder para su socorr o ; y en esto tendris mas gloria, que la que
yo os dar, confesando tu patrocinio desde
las llamas del purgatorio.
ORACIN. Oh clementsima Pastora!
cuyo hermoso resplandor no solo brilla en el
cielo como en su trono, sino que penetra tambin hasta el abismo ( i ) , iluminando aquella
espantosa crcel del purgatorio, y consolando aquellas almas que amis, y reconocis
ovejas de vuestro rebao: escitad en favor de
ellas vuestra clemencia, y compasin, pues
al fin son ovejas vuestras, amadas y queridas del Pastor Divino que os las confi. Y
si yo por el reato de mis culpas, me he de
ver algn dia en el purgatorio, rio os olvidis de mis penas, y antes bien aliviadlas
con solicitud de Pastora: mas para que yo
evite, y me libre de estos tormentos,encended en mi corazn un fervoroso amor Vos,
y vuestro dulce Hijo Jess, y siendo yo as
perfecta y fiel oveja vuestra en vida, pase
(i)
S. Bernard. Hora. 3.
DA
VEINTE.
243
DA VEINTE Y UNO.
Sict
Pastor
brachio
gregem
suum pscet:
suo <congregabit
foetas
agnos,
ipse
et
in
in
portabit.
11.
244
1 ) 1 A
VEINTE Y UNO.
DA VEINTE Y UNO.
b+f
i. ad Ep.
Cre.
246
DA VEINTE Y UNO.
dar la necesaria templanza para que usesde ellos, sin que tu corazn llegue aprisionarse: en cualquier estado de tu vida, el
uso de una perfecta y santa libertad: entre el tumulto de las pasiones, una paz inalterable: en las vicisitudes humanas, una alegra permanente: y el resultado de todo, ser tu felicidad temporal y eterna.
A F E C T O S . La Madre del buen Pastor
Jesucristo me ha recibido misericordiosa-*
mente en su rebao. A h , qu felicidad la
mia! Es cierto que no hay dicha alguna temporal que pueda compararse con ella. Qu:
consuelo disfruta mi alma con la proteccin,
y seguridad, que me ofrece tan caritativa
Pastora! en qu abismo de males me vera
yo precipitado, no ser por s inestimable
bondad! Oveja fugitiva, y estra viada por los
derrumbaderos del mundo, perdera bien
pronto de vista aquel redil seguro, en que
esta Divina Pastora protege su fiel rebao
contra los asaltos de las fieras hambrientas,
insaciables, que todas horas intentan devorarlo. Yo no tendra otros pastos de que'
nutrirme, sino las yerbas venenosas que produce el mundo, y vendra familiarizarme
con las bestias feroces, que tanto abundan
en l. Lnguida, flaca, endeble, y enferma,
1
DA V E I N T E Y UNO.
247
no tendra fuerzas bastantes para defenderme, cuando llegase descubrir los perver-r
sos intentos, que contra m abrigan en su
maligno corazn: y rodando de precipicio
en precipicio, vendra parar en el eterno
abismo.
Pero, oh feliz momento! instante d i choso, en que me resolv entrar en vuestro redil santo, oh Divina Pastora! y mayor ser mi dicha si, como os prometo, persevero fiel, sin estraviarme de los lmites
que tenis marcados vuestras ovejas. Esta
sujecin es dulce para m, y tranquiliza en
un todo la turbacin de mis pasiones, que
han sido siempre el principio y origen de
las amarguras de mi alma, cuando he querido complacerlas, y las armas de que se
han valido mis enemigos para rendirme su
cruel imperio. Protejido y , y amparado de
vuestro poderoso brazo, nada tendr que temer, aunque me rodeen las sombras de la
muerte, y me vea por todas partes acometido por las flechas del tentador mi enemigo. No me dejar seducir de los encantos
seductores, en que perecen tantas vctimas
que andan fuera de vuestro rebano. Yo desafiar todos los peligros, y aun me burlar del Lobo infernal, viendo con ojos tran-
248
DA VEINTE Y UNO.
(2) Ib.v.a8.
(3) Ib.v.3o;
DA VEINTE Y UNO.
249
2fO
DA VEINTE v UNO.
DA VEINTE Y UNO.
1l
2jT2
DA VEINTE Y UNO.
proteccin; y con tu voz dulce, y sonora^
fijas la natural inconstancia que tantas veces me ha hecho saltar los lmites de tu redil santo. Con tu asistencia, y tu cuidado,
dulcificas la amargura que esperimenta mi.
alma, poco acostumbrada sacrificar su mal
entendida libertad: t velas cual diligente
Pastora, para que yo sea verdaderamente feliz: vivo bajo la salva-guardia de tu solicitud, y nada me faltar en adelante, si yo no
me aparto de tu dulce compaa. En ella encuentro alimentos con que recobro las fuerzas diariamente menoscabadas por mi propia y miserable condicin. Su gusto delicioso cautiva todos mis apetitos, sacia todos
mis deseos, me fortalece al mismo tiempo
que me recrea; y si las veces me dejas sen-,
tir hambre, y deseo de estos pastos saludables, no es mas que por escitar mi confianza, probar mi fidelidad, y hacrmelos tanto mas gustosos, cuanto son mas deseados.
Ah,son innumerables los bienes que yo consigo en el redil de esta Divina Pastora!
ORACIN. Santsima Pastora, desde
hoy me entrego sin reserva por vuestra fiel
oveja, y me pongo en vuestras manos, para
que dispongis de m en un todo,segn vuestra voluntad: aceptad esta ofrenda, que yo
DA VEINTE y UNO.
os hago ij con toda la sinceridad de mi corazn. En m tenis la mejor proporcin para ejercitar vuestra caridad de Pastora, pues
que apenas hallareis otra oveja mas necesitada de vuestro amparo, y proteccin. Yo
bien s, que por haber huido tantas veces
de vuestro redil, y haber abusado de vuestros favores, tengo merecido vuestro enojo
y vuestro castigo; pero como fuera de Vos
Madre mia! me veo miserable, vuelvo
buscaros, proponiendo que y jams os ser infiel: alcanzadme el don de la perseverancia en este mi propsito, para que siendo as digno de vuestra proteccin, lo sea
tambin de veros y alabaros en la Gloria.
Amen.
Se reza un Padre nuestro,
Martas, y m Gloria
Patri,
cinco
Ave
3J4
DA VEINTE Y DOS.
Dispersa? sunt oves mea, et factte surit
in devorationem omnium bestiarum agrt.
EZEQ. C. 34. V . $ .
Mis ovejas se han dispersado, y as v i nieron ser presa de todas las fieras
del campo.
Se nos hace conocer, en este da, que las
ovejas estravadas del redil de la Divina Pastora, estn espuestas infinitos males, sobr lo cual,
Considera lo primero, la desgracia de
una alma, que despus de haber sido rescatada del poder infernal por el Pastor Divino, costa de su sangre, y confiada la solicitud y proteccin de Mara Santsima, aqulla en clase de oveja, y sta de Pastora
diligente, huye del redil mstico, y anda descarriada por las sendas tortuosas de sus v i cios. Abusando desgraciadamente de su l i bertad, salta, y se escapa del recinto en que
es custodiado el rebao de Mara: y defen-
DA VEINTE Y DOS.
255
1$(>
DA VEINTE Y DOS.
Joan. c. 10. v. i a .
DA VEINTE Y'DOS;
2$7
Pastora, que Dios Jes prepar para su custodia, y su defensa, por seguir Lucifer,
que cual Lobo cruel las devora, y despedaza? Pero no te admires, alma mia, porque
ste era el estado que estabas t tambin
reducida, cuando no seguas sino el impulso de tus pasiones. As lo conozco y confie-r
so, oh mi dulce Pastora! y por esto se cubre mi rostro de rubor, y me confundo, cuando pienso en los estravos de mi pasada vida.
Ah! cuntas veces loco, y temerario, hu
del gremio de tu rebao mstico, y fui tras
del placer, la adulacin, la lisonja, mi propio inters, y la vanidad del mundo, pasando as la mayor y mejor parte de mi vida!
As lo confieso en tu presencia, Madre mia!
y mi corazn se aflige, y se angustia, por
el dolor que me causa el recordar la situacin triste en que me v i , por dejarme arrastrar de unos vicios que tanto te desagradan,
y haber vivido con el desorden en que viven los que no se cuentan en tu escogido y
fiel rebao.
Es por lo tanto necesario, alma mia, comenzar velar seriamente sobre todas tus
acciones, para evitar el que seas algn da
vctima desgraciada del Lobo infernal, que
es el fin funesto de los que se hallan fuera
7
2j8
DA VEINTE Y DOS.
S. Athan. col. i .
sjo,
DA VEINTE Y DOS.
a6o
DA VEINTE Y DOS.
rabie, sin divisar en ella el sello que distingue las ovejas de Mara, todas de comn
acuerdo se arman contra ella, para vengar
la injuria hecha una cariosa Pastora, que
tantos testimonios de amor le tenia prodigados. Los Santos Angeles, que antes estaban
prontos para su defensa, son y entonces ministros de la justicia divina, que vibrando
la espada del zelo por el honor de esta Pastora, castigan su rebelde apostasa. Pondera
que en situacin tan triste, queda esta oveja
discrecin del Lobo infernal, el cual seorendose sobre ella, la transporta desde
el rebao de Mara, los desiertos oscuros
y tenebrosos del pecado, en donde no lograr el consuelo de ver el cielo sereno, y despejado, para ser iluminada con su luz; antes
bien, palpando siempre las denssimas tinieblas de la ignorancia , y del vicio, se profundizar cada vez mas en el limo de su miseria, bebiendo como agua la iniquidad; y
poniendo el sello todas sus desgracias, vendr tal vez incurrir en la desesperacin,
desconfiando de su remedio, pues por mas
que haga, por mas que llore, y se aflija,
fuera del rebao de Mara, no hallar una
senda por donde pueda escapar, y librarse
de ser pasto de las eras infernales, hasta
DA VEINTE Y DOS.
a6r
22
DA VEINTE Y DOS.
DA V E I N T E V DOS.
263
cinco
Ave
264
DA VEINTE Y TRES.
Et cum proprias
vadit.
.oves emiserit
ante
eas
JOAN.c 1 o. v. 4 .
DA VEINTE Y TRES.
ay
(2) G r e g .
- '
2 66
DA VEINTE Y TRES.
muchas de las Hijas de Sion s hagan admirar por las riquezas de virtudes, que reunieron en sus almas, todas sobrepuj nuestra Pastora, como que era la que debia ir
delante dndolas lecciones de caridad ardiente y fervorosa para con D i o s , en que
vivi tan encendida como lo est el hierro
dentro del fuego ( i ) ^ como que la caridad
misma que es D i o s , tom asiento en su
corazn ( 2 ) : de una f tan v i v a , que desat con e l l a , lo que Eva at con su incredulidad ( 3 ) : de una esperanza tan animosa, que el Espritu Santo la llama Madre de la esperanza santa ( 4 ) : de pobreza,
naciendo, y viviendo entre la escasez y la penuria, no obstante de ser la Reyna de cielos y tierra : de humildad , aun cuando se
vio proclamada por Madre del escelso y omnipotente Dios: y de pureza, con que rob
los carios del Divino Espritu, por cuya
razn no se desde la segunda Persona de
la Santsima Trinidad, de descender al seno
pursimo de su virginal vientre desde el solio magestuoso de su gloria.
AFECTOS.
(1)
S. Ildeph. Orat. 1.
(2)
Cant. 3 . 9 . (3) S.Iren. de S.Virg.
c. 34. v. 34.
Cor. A l a p . in
(4) E c c l .
DA VEINTE Y TRES.
267
2 68
DA VEINTE Y TRES.
Exod.c.sg.v.40.
DA VEINTE Y TRES.
269
S. Bernard. S. 1 . in Dam.post.
Pent.
27O
DA V E I N T E y TRES.
los caminos speros, y fragosos, por donde su Hijo la condujo hasta subir al Calvario, en donde complet en su corazn lo que
faltaba su redencin ( i ) ; y por ltimo su
resignacin, su tolerancia, y su humildad.
Para facilitarnos tanto bien, se anonad s
misma tomando la forma de sierva, y ovejuela, resignada en un todo la voluntad
del Omnipotente. Pondera, que en esta virtud tan propia de la docilidad que deben tener las ovejas de Mara, fu delante de ellas
dndolas ejemplo para que la imiten. No solo se resign en la voluntad Divina, cuando se nombr esclava al ser elevada la
dignidad de Madre de Dios, sino que tambin se manifest dcil, y sometida los
designios del Altsimo en todas las adversidades, angustias, y dolores, que en todo
el discurso de su preciosa vida le ocasion
el: ttulo de Cooredentora de los hombres;
Tan sometida estuvo siempre la voluntad
Divina, que no tuvo otro deseo que complacerla, as en lo que esta Seora era honorfico, como en lo que los ojos del mundo degradaba su dignidad , tanto en lo satisfactorio, como en lo que era motivo de
(1)
Apost. Ep.
ad Colos. i : 24.
271
DA VEINTE Y TRES.
pena su corazn. Siempre, y en toda circunstancia, estuvo pronta esta Seora para
obedecer los mandatos del Seor, sin que la
estimulase para esto su propia utilidad, sino el gusto de ofrecerle un grato obsequio
de s misma. Grandes, como eran las gracias, dones, y prerogativas con que la adorn el cielo, todo lo reconoca derivado de
aquel ocano de hermosura, y bondad del
Omnipotente, en cuya comparacin se reput siempre cual vil esclava, insecto despreciable de la tierra. Con estas lecciones
v esta Pastora delante de sus ovejas, porque sabia que para serlo dignamente, debe
el Pastor apacentar su rebao con buenos y
saludables ejemplos suyos, no genos, porque stos no engordan su grey ( 1 ) .
A F E C T O S . Esta consideracin , alma
mia, es un poderoso motivo de confusin
para t ; pues debes conocer, que lejos de
marchar dcil, y obediente, por el camino
por donde te conduce esta Santsima Pastora
con su mismo ejemplo, t te empeas en andar por los caminos perdidos, y estraviados del mundo, aborreciendo toda subordinacin , y suspirando por una perniciosa y
(1)
Pent.
273
DA VEINTE Y TRES".
DA VEINTE Y TRES*
273
174
DA VEINTE Y TRESW
nes virtudes, todos me conozcan por verdadera oveja tuya, y en la hora de mi muerte, reconocido igualmente por el Pastor Divino con estas divisas, me coloque entre sus
familiares y domsticos en la gloria. Amen.
Se reza un Padre nuestro,
Maras, y un Glora
Patri.
cinco
Ave
D A V E I N T E Y CUATRO.
Oves mece vocem tneam audiunt, et ego
cognosco eas,
c. 1 0 . v. 2 7 .
Mis ovejas oyen mi v o z , y yo las conozco, y ellas me siguenE n este dia se nos manifiesta, que la D i vina Pastora llama con su propia voz sus
ovejas, y cuando stas la oyen, son reconocidas como propias de su rebao, y ellas entonces siguen su Pastora, sobre lo cual,
Considera lo primero, que el cuidadoso
y solcito Pastor, apacentando su ganado
con amorosa solicitud, dirige de cuando en
cuando su Voz sus ovejas con ciertos sign o s , ' y modos tan varios, que adiestradas
ellas , y acostumbradas sus ecos , entienden Fcilmente lo que el Pastor quiere signir
ficarlas: y ellas obedecen con tal prontitud
que las veces dejan los pastos en que estn,
. recreando su paladar, satisfaciendo la
necesidad y el hambre que las aflige. A esta
276
DA VEINTE Y CUATRO.
manera las ovejas efe Mara oyen y obedecen la voz de su escelentsima Pastora, y
entienden cuanto ella quiere significarlas,
seguras de que es tal su bondad, que jams
les llama la atencin con su amorosa voz,
sino para que atiendan, y procuren su mayor bien; y por esto, se glora esta Seora,
diciendo: Mis ovejas oyen mi voz, y ellas
me siguen, y obedecen. Pondera, que siendo
tres las condiciones que pueden observarse
en las ovejas de Mara, como prudente y sabia Pastora, son tambin tres los tonos de voz
de que usa para regir y custodiar su rebao.
Hay ovejas delicadas y enfermas, porque
no convalecieron perfectamente de los males
que padecieron, y por la dificultad de desarraigar los malos hbitos contraidos en sus
anteriores estravos, y porque la fuerza
de las pasiones pesa tanto sobre ellas, que
solo fuerza de una violencia continua, en
que las veces flaquea su fragilidad, pueden
superar la guerra cruel y reida que estn
sosteniendo de dia, y de noche, con la ley
repugnante que milita en sus miembros. A estas ovejas las llama esta Divina Pastora con
una voz blanda, y suave, que introduce hasta lo interior de sus almas la dulzura, y suavidad, que destilan sus virginales labios,
v
DA VEINTE Y CUATRO.
277
dndolas con ella el confortante mas poderoso para recobrar las fuerzas perdidas, y
robustecerse en el camino de la virtud. Hay
otras que se vn punto menos que espirar , porque las dificultades que encuentran en el camino de la virtud, y la esperiencia de su propia fragilidad, junto con
los ardides del Demonio que se une ellas,
las tiene al borde de la desesperacin, pa^
recindolas no ser posible el sostenerse. A
stas las conforta su Divina Pastora, llamndolas con una voz dulce, y compasiva, que
las infunde una plena y segura confianza en
los auxilios de la gracia, con que pueden superar toda dificultad. Las hay sordas los
llamamientos de Dios, y que resisten tenaces
sus inspiraciones santas: stas las llama
con voz alta, fuerte, imperiosa, infundindolas temor y asombro, para que si no el
amor, lo menos el temor de la ira de Dios,
y sus castigos, convierta sus corazones, y
las haga dciles humildes, y obedientes, como lo es una oveja fiel, porque el buen Pastor debe obligar con el terror del castigo
sus ovejas cuando resisten su v o z ( i ) .
A F E C T O S . V o s , oh dulce Pastora! no
(1)
S, Aug.
Ep.
o. ad Bonif.
278
MA VEINTE Y CUATRO.
DI A VEINTE Y CUATRO.
279
a8o
DA VEINTE v CUATRO;
Cant. c. 3. v. 14.
DA V E I N T E y CUATRO.
28 I
a 8a
DA VEINTE Y CUATRO.
de penetrar este misterio, se asombra y queda atnito. Segn esto, podemos conocer y
confesar, que no hay, ni debe haber en las
ovejas de Mara, otra solicitud mas digna de
su atencin, que el oir la voz de su Pastora,
guardarla, y conservarla en su corazn, para
que, fructificando en l , copien en s mismas
las virtudes de la Pastora que las guia.
A F E C T O S . Parece increble, oh Pastora Santsima! que Vos tengis la bondad
de dirigir vuestra voz afectuosa, y tierna,
m que soy la misma nada: que derramis en
mi alma una consolacin tan dulce, con los
acentos formados en vuestros hermosos labios, y que sin embargo oiga yo esta voz con
tanta.indiferencia, y acaso con menor aprend o , que si un hombre cualquiera me hablase
de novedades impertinentes. Ah! Yo bien
conozco cuan criminal soy por esta ingratitud, y cuan justo es vuestro enojo contra m
por no haber estimado, cual deba, el imperio de vuestra soberana y pastoral voz. Y o ,
desgraciado infeliz, despreci mas de una
vez lo que Vos me decais, y en la lectura de los libros espirituales, y por boca
de los Predicadores, que cooperan la instruccin del rebao de vuestro Hijo Santsimo: leyendo sin atencin, oyendo distrai:
283
284
DA VEINTE Y CUATRO.
cinco
Ave
28;
DA VEINTE Y CINCO.
Alienum non sequuntur, sed fugiunt b
eoi quict non noverunt vocem alienoruni.
JOAN.C.
io.v.;.
286
DA VEINTE y CINCO,
DA VEINTE v CINCO.
287
288
DA VEINTE Y CINCO.
A F E C T O S . Error lamentable! si la
humildad es la mejor disposicin para que la
voz de mi madre Pastora fructifique en mi
alma, de dnde viene que yo ame tan poco una virtud que me es tan necesaria ? Ah!
Esto se origina de que yo no conozco su mrito, y solo me afano por sus contrarios,
cuales son la vanidad, la soberbia, el honor, y estimacin de los hombres: hasta hoy
no he sabido sufrir una palabra, que daase mi amor propio: el menor desprecio
de los hombres, me ha llenado de tristeza
y de dolor: yo me confundo al verme tan
imperfecto y miserable, y no es estrao que
estando yo tan mal dispuesto, haya fructificado tan poco en mi espritu la voz de es*
ta Santsima Pastora. Gracias os doy, oh
Madre mia! porque en tiempo oportuno me
hacis conocer ste mi error. Yo me aplicar al estudio de la humildad, pues qu
ella me dispone eficazmente para recibir las
impresiones de vuestra voz. Es cierto que
esta virtud es difcil y repugnante la naturaleza viciada, sin embargo, no desconfio
de conseguirla con vuestra proteccin. S,
humildsima Pastora, comunicadme esta virtud , que os ensalz la mayor grandeza y
dignidad.
1A VEINTE Y CINCO.
2 89
No me causa admiracin, si inspirndome con eficacia la voz de esta Divina Pastora tantos buenos pensamientos, tantas buenas resoluciones, y tantos vivos deseos de
practicar la virtud, no pudo reducirme su
eficacia la ejecucin de ellos tan prontamente como era justo, puesto que no me
val del otro medio que tengo para conser-,
yar su eco en mi corazn, que es la paciencia ( 1 ) . El verme tan poco cuidadoso de esta
virtud, es mi mayor confusin entre los desarreglos de mi vida. Todas mis resoluciones se desvanecen sin efecto, si para esto
tengo que sufrir la mas pequea molestia.
Tan poca es mi tolerancia, que si las cosas
no salen medida de mi gusto, me lamento , me inquieto , murmuro, y alborotadas
mis pasiones, no me dejan con su bullicio
oir la voz de mi Pastora. Tal ha sido hasta hoy mi conducta! y cuando no hubiese
yo cometido otra falta, tendra bastante que
llorar toda mi vida. Yo os pido perdn, oh
Dios mi! y V o s , Pastora, os suplico que
no cesis de llamarme hasta vencer mi obstinacin.
Considera lo segundo, la obligacin
(1) Luc. c. 8. v. 1$.
390
DA VEINTE Y. CINCO'.
de quitar de tu corazn todos los obstculos que pueden ensordecer tus oidos la voz
de tu solcita Pastora, cuando cuidadosa de
tu bien, te llama para que atiendas 'los
llamamientos inspiraciones de la gracia.
Uno de estos perniciosos obstculos, es la
demasiada solicitud-por la fama, la salud,
el honor,-y dems que el mundo aprecia,
cuyos cuidados ocupan tanto el alma, que
la roban toda la atencin, y no la dejan oir
la voz de la Pastora. Esta verdad est fundada en la misma esperiencia,que es la prueba mas convincente. Cuando los oidos estn
enteramente aplicados estas cosas temporales, no es y posible percibir-las espirituales, y aun llegars al estremo de despreciar la voz, que te llamar la atencin acia
ellas: te ser sumamente sensible el obedecer al Evangelio, que te manda buscar pri
meramente l ryno de los cielos, y no tomar cuidado por las cosas necesarias < la
vida, dejando la'Providencia la provisin
de ellas ( 1 ) . Considera que el deseo desarreglado dlas riquezas, es otro grande obstculo para percibir el eco de la voz de esta Divina Pastora. Jesucristo' lo* tiene dicho,
J
(1)
Match, c. 6. v. 1 3 .
DA VEINTE Y CINCO.
291
(1)
Matth. c. 10. v. . 4 . .
391
ma los entretenimientos gustosos de la vida espiritual, cierra sus oidos los clamores de tan piadosa Madre, y se estrava
saciar su gusto con amistades humanas, con
juegos y diversiones peligrosas, de donde
con dificultad sale sin ser rea de multitud
de pecados mortales que comete, y hace cometer otros: quedando poco poco tan
esclavizado el corazn, que y le parece no
poder vivir sin aquellos pasatiempos y placeres, que antes, cuando obedecia la voz
de su Pastora, no tenan lugar en su voluntad.
A F E C T O S . Desde hoy queda y estampada en mi alma esta importante verdad
del Evangelio: Deque me sirve poseer todo el mundo, si pierdo mi alma? Esta reflexin ser un correctivo poderoso para reformar los deseos desarreglados de las cosas
del mundo, que hasta hoy han agitado mi
corazn, y lo han hecho sordo la voz de
mi Santsima Pastora. Confieso esta verdad
con confusin ma: es cierto que he pasado
la mejor parte de mi vida sordo sus dulces ecos, y ocupado en cuidados suprfluos,
de que no he sacado otra utilidad, que la
inquietud, la amargura, y el descontento,
cada vez mayor de mi corazn. Lloro, pues,
DA VEINTE Y CINCO.
293
mi ceguedad, cuando desengaado considero en la que he vivido ambicionando, y procurando los bienes pasageros que V o s , Pastora mia, condenis, y el desvelo con que
me he proporcionado las comodidades, y
cuanto ha podido lisonjear la carne; y
me entrego enteramente la direccin de
tan caritativa Pastora, cuya dulce voz me
dice, que no ponga mi atencin en las cosas de la tierra, ni me deje cautivar de los
deleites pasageros, cuya duracin es solo
momentnea.
Bendgante los cielos y la tierra, oh
Santsima Pastora! y queden atnitos y suspensos al oir la dulzura de tu voz: voz cariosa , y afable, con que conduces tus ovejas los pastos de vida eterna. Los Angeles
la escuchan con admiracin y placer. Los
espritus infernales la tiemblan, y al orla
huyen precipitados hasta esconderse en lo
mas profundo del abismo. Tus ovejas se fortalecen , y se animan con sus dulces acentos, renuncian de s mismas y de todos los
placeres de la vida, y caminan gustosas por
las amarguras del Calvario, cifrando su gloria en quedar crucificadas con su dulce Jess. Tanta es la virtud y eficacia de tu poderosa voz! A h , cuan feliz hubiera yo si-
294
1>
IA
VEINTE Y CINCO.
d o , si siempre hubiese andado por las sendas que ella me marcaba!'As prometo hacerlo desde hoy y pues s que de lo contrario^, las gracias que mi Pastora me ha dispensado Con su voz, sern algn dia un cargo'terrible contra m por haberlas hecho
intiles para* la salud de mi alma. Quiero,
pues, con tiempo remediar stos males, y
reparar mis prdidas, por la mortificacin
continua de mis sentidos, y por la exacta
y fiel obediencia la voz de tan amable
Pastora.
O R A C I N . Mi amada Madre Pastora,
que con tanta fidelidad guardasteis en vuestro corazn el eco de la voz del Divino E s poso, por cuya fiel correspondencia Fuisteis
elevada sobre todas las criaturas, dadme
una parte de estas- santas disposiciones, y
grabad profundamente en mi alma vuestra
voz, para que produzca en ella los frutos
, preciosos que Vos intentis. Bien sabis que
no hay* cosa mas frgil que mi corazn; y
aunque al presente no quiero y ocuparme
de las cosas de la tierra, y renuncio de riquezas y placeres, veo sin embargo, que
mil veces he propuesto esto mismo,-y an
no Jo he cumplido con toda perfeccin.
Macedme la gracia de que hoy comience
29 J
DA VEINTE Y CINCO.
realizarlo tan constantemente, que perseverando fiel en esta resolucin hasta la muerte, salga de esta vida, siempre obedeciendo vuestra v o z , y que sta me guie la
mansin.eterna de la gloria. Amen.
Se reza un Padre nuestro',
Maras y un Glora Patri.
.,
cinco
Ave
D A V E I N T E Y SEIS.
296
DA VEINTE Y SEIS.
son tambin las que deben copiar en sus a l mas las que deben componer el rebao mstico de nuestra Pastora; y aun por esto quiso esta Seora, que se distingan con el nombre de ovejas aquellas almas j que ella tiene
bajo de su. especial proteccin y amparo. Son
muchas y varias'estas propiedades: lo primero las ovejas, sobre los otros animales familiarizados con el hombre, apetecen la soledad , los montes, y desiertos, y aborrecen
el ruido'de las ciudades; y segn esto dice
el buen Pastor por Oseas: Yo te reconoc por
hijo cuando estabas en el desierto, y en la
tierra estril de los gozos mundanos. Y aade S. Agustn (.1.): Los que habitan las tierras desiertas, gozan de los coloquios divinos, y unen sus mentes su Dios. Los esperimentados en el oficio pastoral, tienen
adems observado, que las ovejas apetecen
para su alimento las yerbas amargas, y pastan gustosamente en los campos en que prevalece el salitre. Por esta semejanza, una a l ma se hace mas digna de ser reputada por
oveja de Mara, cuanto mas ama la afliccin
corporal, y la mortificacin de los sentidos,
y halla sus delicias en las amarguras de la
(1)
Serm. de
Morib.
DA VEINTE v SEIS.
297
298
DA VEINTE Y SEIS.
DA VEINTE Y SEIS.
299
en clase-de ovejas logris y esta dicha, acercaros, y jams os separis de este santuario
de felicidad: l se form para vuestra defensa : en l hallareis el necesario preservativo contra los contagios del siglo. Nos acobarda-, sin embargo, el temor de que v i viendo en una tierra cubierta de los Vapores malignos del pecado, abusemos de tus
dones-, y degeneremos de la santidad-de ovejas tuyas.
Pero t, oh poderosa Pastora! eres la
defensora invencible de tu grey, y con tu
proteccin no se perder ninguna de las ovejas que te encomend tu Hijo. Agradeced,
ovejas todas de Mara, vuestra Pastora esta
caridad con que vela por vuestro bien. Ella
os escogi entre millares de criaturas para
hacer de vosotras una gente santa ^documentada por s misma con lecciones de vida eterna. Su ternura, su compasin, su misericordia , os recrea cuando sois fieles ovejas suyas: os reprende, y os corrije, cuando degeneris de tales: os castiga, cuando ingratas os separis de su compaa para rendiros al vicio: y usa de todos los medios que
le sugiere su amor, para cautivaros bajo su
dulce y amable imperio. Seris tan ingratas,
que os desnudis de las cualidades de ovejas
3oo
DA VEINTE Y SEIS.
( a ) Tract. $.tnJon*
DA VEINTE Y SEIS.
301
Luc. c, 3. v.
11.
302
DA VEINTE Y SEIS.
i.adCor.c.o.v,32.
()
_.adCor.c.3.v.a.
DA VEINTE Y SEIS;
303
304
DA VEINTE Y SEIS.
- DA VEINTE Y SEIS;
"305
DA VEINTE Y
Ego vitam
SIETE.
mam
et non rapiet
mea.
eos
joAN.c.io.v.28.
:3o6
DA VEINTE Y SIETE.
DA VEINTE Y SIETE,
307
3-8
DA VEINTE Y SIETE.
table de sus mritos: que por respeto de Madre, nada se le niega de cuanto pide; y que
por su Esposo, se la manda echar raices entre sus escogidos ( i ) : por cuya razn, dice
S. Anselmo ( 2 ) , que as como es imposible
que se salven aquellos de quienes aparta Mara sus ojos, as no pueden menos de ser
glorificados aquellos de quienes no aparta
su vista. Y en quin mejor pone sus ojos
esta Seora , que sobre sus ovejas, sobre
quienes vela de continuo cual solcita Pastora?
AFECTOS. Ovejas de Mara! al considerar la dicha que os cabe desde que el
Dios misericordioso os eligi para componer la familia, formar la corte, y prestar
un debido y razonable obsequio la Rey na
de los cielos, y la tierra, Madre del Verbo
Eterno, vuestras almas deben inundarse de
un gozo y alegra, que os enagene de todas
las glorias del mundo. Sois ovejas de Mara, la que haciendo de vosotras esta honrosa eleccin, inclin la voluntad Divina que escribiese entre los predestinados
todos los que hbian de ser sus domsticos. Vosotras sois, en clase de ovejas, las
(1) Eccles. c.a4; v.xj.-(a) A p . Apton. p.4. tit.i.
DA VEINTE Y SIETES
309
mas humildes y pequeas entre sus familiares; pero gozaros, de que.entre las ovejas
de esta Seora, los ltimos son los primeros, y los primeros son los ltimos. Glorense aquellos que constituyen su gloria en
la privanza y eleccin de los grandes y poderosos monarcas de la tierra, vuestra gloria
consiste en ocupar el lugar ltimo entre los
habitantes de la casa de Mara, para servirla tanto mas fiel, y santamente, cuanto es
mayor la condicin humilde en que os hallis.
No se aminore vuestra confianza, creyendo que por: esto no os sea lcito aspirar
la dignidad escelsa de hijas de Mara; antes
bien,,,la clase humilde de ovejas debis mirarla como un escaln para subir ella , as
como vuestra Pastora, el reconocerse y
llamarse sierva del Seor, la hizo mas digna
de ser Hija del Padre Eterno, Madre del
Verbo increado, y Esposa del Espritu Santo; porque mir Dios (dice esta Seora) la
humildad de su sierva, obr en m cosas
grandes el Omnipotente, y me aclaman feliz
todas las generaciones. Siendo ovejas de la
Madre del buen Pastor, estad seguras de
vuestra eterna dicha, porque ni el honor del
Hijo, ni la naturaleza de la Madre, pue-
3 IO
den permitir que sus ovejas sean entregadas al Lobo infernal. Tiene esta Seora
sobre su familia un derecho especial dado
ella por su Hijo, y en su virtud erije un
tribunal de misericordia para juzgarla; y as,
si el rigor de la justicia Divina, que ha de
juzgar la santidad misma, cerrase la puerta del cielo, tenemos abierta esta ventana;
por donde se nos franquear la entrada
Jos que pertenecemos su rebao.
Considera lo segundo, que los Pastores
tienen siempre cuidado de imprimir un- sello sobre todas sus ovejas para'conocer las
que son suyas, impedir el que, equivocndose con las agenas, pueda alguno alegar derecho para apropirselas. Mara, como sapientsima, y diligente Pastora:, hace
lo mismo con las ovejas de su rebao, para que nadie pueda quitrselas de su mano.
Este sello lo vio el Profeta del Apocalipsis
y as dijo: Vi al Cordero sobre el monte Sion,
y con l ciento y cuarenta y cuatro mil personas que tenan escrito en sus frentes su
nombre, y el de su Padre, los cuales cantaban un Cantar nuevo delante de su trono,
cuyo cntico nadie lo puede cantar sino los
que siguen al Cordero, y que son escogidos
de entre los hombres, como primicias de
DA VEINTE Y SIETE.
511
O ' A p o c e . 14. v. 1 . 3 . 4 .
3) A g e . c . a.v. 24.
(2) I d . c . 7 . v .
16.17.
313
DA VEINTE Y SIETE.
Dan. c. 6. v. 16.17.
(2)
v. 18.
(3)
S. C y p . de tab. Firg.
td Tim. c. a. v. 19.
E p . 1. Joan.c. i .
(4)
E p . a."
DA VEINTE Y SIETE.
313
314
MA VEINTE Y SIETE.
DA VEINTE Y SIETE.
31
Ave
D A V E I N T E Y OCHO.
In pascuis uberrimis pascam eas,et
montibus excelsis Israel
in
erunt pascua
viren-
DA VEINTE Y OCHO.
317
Tb, c. i a . v. 19.
(a)
Serm. 76. sup. Cant.
2l8
DA VEINTE Y OCHO.
R k . lib.p.
DA VEINTE v OCHO.
319
320
DA VEINTE Y OCHO.
DA VEINTE y OCHO;
321
.2'
32
ella misma lo ofreci- por vctima de spiacion, y lo acompa en su sacrificio, padeciendo igual muerte en su espritu; no puede dudarse de que esta Pastora* es el Arca
sacrosanta en que est encerrado este pan de
los Angeles, y que cuando se abre para distribuirlo sus hijos,es con intervencin suya,
como dispensadora que es de los dones del
Altsimo. Pondera aun mas: que ningn otro
pastor, fuera de su Divino Hijo, llev el
amor sus ovejas hasta el estremo de alimentarlas con su propia carne, y sangre, como lo hace nuestra caritativa Pastora, siendo (como lo es) la carne de Jesucristo parte
del cuerpo virginal de Mara. De la carne
de esta Seora, dice S. Agustn, recibi carne el Verbo Eterno, y por esto cuando ste
se nos d comer para nuestra salud, nos
d Mara su propia carne (i). Es una misma carne la que naci de la Virgen Mara,
y la que se nos d consagrada con la apariencia de pan ( 2 ) ; y siendo el Hijo parte
del Padre, y de la Madre (3), es consiguiente que los que reciben el cuerpo, y la sangre
del Hijo - reciben tambin una gran porcin
y
(1) InPs.p8.
E t h i c . c. 4.
(2) Ttoos.deEuc.c.i.
(3) P h i l ,
DA
VEINTE
CHO;
323
Tom. 1. Serm,61.
324
DA VEINTE Y OCHO.
Mar.
DA VEINTE Y OCHOI
325
Cant. g. v. 1.
326
DA VEINTE Y OCHO.
cinco
Ave
!
DA VEINTE Y NUEVE.
Et
alias
oves habeo,
hoc ovili,
t illas
JOAN c. 1 o. v. 1 6 .
DA VEINTE Y NUEVE.
327
A p . 1. ad T i m .
c. 3. v. 4,
J2 8
tsimo-Hijo, para que participasen dePfruto de su redencin, que son todos los qu
se originan de Adn sin distincin de clases , reynos, ni naciones. Pondera , cuan
justa y propiamente llama suyas, nuestra
Santsima Pastora, estas ovejas; pues habiendo su Divino Hijo aceptado su misin
divina, y nacido de lo alto, para visitar y
hacer la redencin de su pueblo: habindolo rescatado de la esclavitud del Demonio,
con un, precio tan grande y estimable ( i ) ,
como era el sacrificio de su santsima hu
manidad formada en el vientre pursimo de
nuestra Madre Pastora, y sindole dadas
por herencia legtima todas las gentes, y los
trminos todos de la-tierra (a); entr tanv*
.bien nuestra Pastora la participacin de
esta herencia de ste su Hijo legtimo, nd
solo por el ttulo de Madre suya, sino tambin por haberle ayudado en su redencin^
y prestado su consentimiento la embajada
del ngel Gabriel. El cual, dice Santo Toms (3), aguard la resolucin de Maras
que representaba la naturaleza humana; pa-*
ra que con atencin ella, se realizase el
J
"
()
"Ap7 i . ad Cor. c. 6.
(3)
(a)
Ps. i. v.
DA VEINTE V NUEVE.
329
(g)
Innoc, 3. S. 2. de
Assump.
33
MA VEINTE Y NUEVE.
mo ser capaz nuestra fragilidad de tributarte las alabanzas, de que eres digna, por
haber encontrado en t el gnero humano
la entrada los apriscos del Pastor Supremo? Las gentes que dorman en las tinieblas,
y. sombras de la muerte, vindote resignada en la voluntad del Altsimo, vn abrirse
para ellas las puertas del cielo cerradas desde el primer pecado. Todo el mundo cautivo esperaba este dia de salvacin, en que
siendo t guarda de nuestra f, se borrasen
Jas culpas del primer Padre (i). Con razn
fijan en t sus ojos todas las criaturas, porque en t, y por t, cri de nuevo el Omnipotente cuanto habia formado en la tierra ( 2 ) .
Pueblos, y Naciones del Universo, y
podis enjugar vuestras lgrimas, y aclamaros felices y dichosos, sabiendo que sta Pastora os cuenta en el nmero de las ovejas
redimidas por su Hijo. Levantad vuestras
cabezas oprimidas con el yugo del Demonio,
y fortificad vuestros corazones tmidos, porque el cielo os d en ella una cooperadora
d vuestra redencin, que es la paz, el gozo, y la salud delmundo, la mediadora gloriossima, y la conciliadora del cielo con la
(1) S.Bern.Serm.7.
( ) Id.Serni.a.joJ Pentec.
DA VEINTE Y NUEVE.
33 I
tierra ( i ) . Celebrad con alegra la grandeza de esta Hija de Sion, que despoj al Infierno de sus vctimas, y herman la justicia con la misericordia. Vuestros cnticos
resonarn en el piadoso corazn de esta Madre, y mirando los hombres como ovejas suyas, podrn todos seguramente invocar su proteccin. Ella endulzar vuestras
penas, y las miserias de vuestro destierro.
Asegurados de su amor, tened por cierto
que y no habr quien os eche de su rebao, si vosotros no queris huir de l; porque esta piadosa Seora jams abandona
los que recibi por hijos.
Considera lo segundo, la misericordia
amplsima de esta Divina Partora con las
ovejas que no estn en su aprisco, las cuales dice, que hallndose en situacin tan triste, le pertenece ella el traerlas l para
formar un solo rebao, dirigido por un solo Pastor. En consecuencia de esta solicitud
pastoral, no perdona diligencia, uo rehusa
trabajo , ni escasea medios y arbitrios para
traer s estas ovejas estraviadas. Ella
las v puestas en manos de pastores mercenarios, que engandolas con falsos dogmas,
(1)
33
DA VEINTE Y NUEV2.
(1)
(3)
A p . ad Hebr. c. 1. v.
(2)
n.
Joan. c o . v. 10.
DA VEINTE Y NUEVE.
333
(1) Cantic. c . 7 . v. i i .
(3) Isai. c. 1 1 . v. 6,
(a)
Jerem. c . 3 3 . v, 13..
-
334/
VEINTE
NUEVE.
33
solo las ovejasfielesque moran en el aprisco de la Iglesia catlica, sino tambin todos cuantos descienden de Adn; pues no
hay nacin tan brbara, ni pueblo tan feroz, quien no ames con amor de Madre,
y le proporciones las gracias suficientes pa-r
ra conseguir su salvacin, si ellos quisieran
aprovecharlas. Ah! vuestra bondad es grande, vuestro amor incomprensible, y vuestra
misericordia nadie escepta. Pobres Idrlatras! Desgraciados infielesI que vivs ig-r
norando an cul sea vuestro verdadero Dios,
es digno de compasin vuestro estado: ve-'
nid esta vuestra Pastora, y ella os har
conocer la verdad, os sacar del estado infeliz en que os hallis, y os santificar rodndoos con la sangre del Cordero que os
redimi. Preciso es que no tengis corazn
de carne, ni sentimientos de recta razn, si
os resists los llamamientos de esta Pasto*
ra, que trabaja tan solcita por traeros sa
rebao, cuando vosotros solo habis pensado
hasta ahora en ofender su Hijo, y despreciar su redencin; mas entretanto que nosotros, oh Madre tierna! lloramos esta obstinada ceguedad en que hoy viven tantos
hombres, os amaremos , y os bendeciremos como nuestra Pastora, puesto que Vos
336
DA VEINTE V NUEVE.
cinco
Ave
337
DA TREINTA.
Peni de Livano
termon,
de
de cubilibus
vrtice
Leo-
338
DA TREINTA.
"sion de su Divino Hijo los cielos, se manifestaron stas mas claramente en el dia
solemne de su coronacin, en que el verdadero Salomn la hizo subir su trono, y
la present todo su rebao, para que por
l fuese reconocida por verdadera Reyna y
Seora. La sabia ordenacin de su Santsimo Hijo, tuvo muchos y graves motivos para
que esta Divina Pastora tuviese como suspensa esta coronacin, y conversase por algn tiempo con la grey de la primitiva Iglesia antes de ser asunta su trono real;pero
llegado que fu el tiempo prefijado desde la
eternidad, quiso el Omnipotente manifestar,
que Mara, no solo era elegida por Pastora;
sino tambin coronada por Emperatriz universal de cuanto cri su poder, para que de
este modo, las ovejas redimidas con la sangre del Pastor Divino, conociesen la razn
que hay para que ellas se rindan gustosas
su imperio; pues el honor que recibe la
Pastora en su coronacin, y las gloriosas
insignias de su imperio, ceden en gloria y
honor de las ovejas que estn sujetas l.
Pondera, que no hay pensamiento qu pueda
dignamente comprender cunta fu la honra
que el Pastor Divino dispens su Madre
y Esposa la Pastora, en este dia de su co1
DA TREINTA.
339
c ) Serna, de 4ssump.
9 . 4 . Cantic. (3) Ibid.
(2)
(4)
34
DA TREINTA.
DA TREINTA.
341
no, coronar sus dones coronando mis mritos, y me ocupar en darla honor y gloria eterna, sin temor del Lonrugiente. Siendo justo que el cuerpo d pecado descienda
la noche pasagera del sepulcro, para reducirse al polvo de que fu formado, llegar tambin dia en que se reanimen mis cenizas esparcidas por la tierra, para ser participante en cuerpo, y alma, de la gloria
que me reserva mi Santsima Pastora.
En el momento en que realizada est
mi esperanza, entre yo glorioso y triunfante en la celestial Jerusaln, ver postrados
y rendidos todos los enemigos que han intentado mi perdicin, y me hallar seguro
en una felicidad eterna. Entonces ser cuando, yo conozca claramente la infinita bondad de mi Dios, en darnos por Pastora cuidadosa de nuestras almas, la misma que
escogi para Madre suya. Ah, cundo ver yo este dia feliz! Mi alma suspira por
entrar en el gozo de mi Dios, en la casa
misma que l ha destinado para su gloria,
mansin santa, y habitacin de los escogidos, cuya luz es el mismo Dios, y cuya felicidad es su Divinidad misma! Qu gozo
tan inefable, Ver en mi Pastora glorificada,
el prodigio de la omnipotencia, y del amor
34*
DA TREINTA.
de Dios para con el gnero humano! Si esta esperanza te sostiene, oh alma mia! por
qu te desconsuelan y afligen los males presentes, cuyo sufrimiento ha de facilitarte la
consecucin de tanto bien?
Considera lo segundo, que para formar
una cabal y entera idea de la magnificencia, y decoro, con que nuestra Pastora fu
recibida en el solio de gloria, que corresponda su mrito, ni hay entre los hombres
agudeza bastante de ingenio, ni inteligencia
en los Angeles. Este Tabernculo en que descans la sabidura eterna, fabricado por lo
mismo con mayor esmero que los cielos, debi ser colocado con todo el honor, la gloria, y la magestad que convenia la dignidad de su mismo Divino Hijo; y segn
esto, la infinita y generosa liberalidad del
Omnipotente, que miraba en Mara la condicin de Madre, y la dignidad de Cooredentora, no omiti recurso alguno de su
infinito poder, para recompensar dignamente una y otra. La visti de inmortalidad,
la exalt sobre los Angeles, la comunic los
privilegios de su omnipotencia, y la dio las
insignias de su magestad real. Pondera, que
para hacer mas glorioso este triunfo de nes-,
tra Pastora, quiso este Seor que se ejecutase
DA TREINTA.
343
despus del suyo, yendo delante los cielos para preparar el trono de su Madre, y
para que vindola toda la corte celestial subir rodeada de los Angeles, y esperada las
puertas del cielo por la Santsima Trinidad,
tuviese mayores motivos para admirarse de
este triunfo. Si esta Reyna hubiera subido en
compaa de su Hijo, la corte del cielo hubiera estado indecisa con diversos afectos de
jbilo, y de admiracin, dudando si se convertirla honrar al triunfador, mas bien
la Madre, quien el mismo Hijo honraba
con tanta preferencia. Advierte, alma mia,
como el Padre, el Hijo, y el Espritu Santo, dispusieron todas las cosas, nuestro
modo de entender, para celebrar la entrada
de nuestra Pastora en los cielos. Los Ange-,
les se distribuyeron por orden, llevando en.
sus manos las insignias de gozo, alegra, y
victoria: el pasmo, y el asombro, no les de-,
j comprender cabalmente los preparativos
de gloria y de magnificencia, que notaban en
aquellos palacios eternos, y en sus moradores; y quedaron atnitos cuando vieron una
pura criatura pasar por medio de todos ellos,
sostenida por el brazo de su amado, hasta
llegar el trono donde ningn nacido de
Adn podr llegar jams. Toda aquella ce;
344
DA TREINTA.
lestial corte., suspensa con tal maravilla, olvid sus cnticos de gloria, y nada sabian
y, sino preguntarse mutuamente: Quin es
sta, que sube tanto honor, recostada sobre su amado ( 1 ) ? Nosotros conocemos la
inmensidad del Padre, la divinidad del Hijo,
y la santidad del Espritu, que de ambos procede; pero quin es sta, que se apoya en
el Hijo de Dios, y sube hasta colocarse junto l, como si fuera su semejante? Esta es
Mara, la Pastora de los hombres, que con
el Pastor Divino cooper la redencin de
todos ellos; por esto se la d el ornamento del sumo imperio, entrando en los palacios eternos reynar, sobre lo que cri la
virtud de Dios: por esto se la d asiento
en el trono real, y colocada sobre los coros
de los Angeles, es reputada tanto mas escelsa,
cuanto es mas digno que todos el nombre
que adquiri de Madre de Dios: por esto
fu puesta en su cabeza la diadema de inmortalidad, la que en dicho de S. Bernardo, nadie puede poner precio: y por esto
se la visti el manto real, con que asistir
eternamente la diestra de su Hijo, adornada con variedad de hermosuras.
AFECTOS. Corred pueblos de la tier(i)
C a n t i c . c. $. v. 5.
DA TREINTA.
345
ra: venid, y contemplad la Madre del verdadero Salomn sublimada hasta el trono augusto de su Divino Hijo, desde donde da*reternamente a l a Trinidad Santsima mas
gloria, y honor,que todo lo restante de aqulla celestial corte. Desde la altura de su trono, se hace tambin para vosotros vuestra
mediadora, vuestra abogada, y vuestra madre. Oh prodigio inefable! todo el fruto de
la redencin infinita de un Hombre Dios, est y en su mano para distribuirlo su re^
bao. Desde el trono de tanta gloria, no 0I7
vidar que somos su pueblo, y su herencia,
y desde all distribuir los pastos saludables
para sustentar nuestras almas Ovejas queridas, embriagadas con el torrente de dulzura, que abundantemente sale de su celest
tial trono, sabed, que vosotras hacis las
delicias de su amante corazn! Si sois fieles
escuchar, y practicar cuanto ella os ordena, esperad seguramente reynar en su compaa, y participar de su felicidad eterna;
El nombre de Pastora os asegura esta verdad , l est lleno de ternura para los corazones rectos,dciles sus mandatos, imitadores de sus virtudes. Ella en fin si subi
los cielos, es para que desciendan la tierra los rayos de su misericordia , nos abra-
34
DA TREINTA;
sen en el amor de nuestro Dios, y nos hagamos dignos de la recompensa eterna que
all nos reserva.
Entretanto yo me alimentar de dia, y
de noche, con el pan de mis lgrimas, y
con el vino de la compuncin, al verme aun
en un mundo tan miserable, como engaoso, rodeado de una multitud de impos, de
libertinos, incrdulos, siempre dispuestos
insultar mi f, y burlarse de mi esperanza. Ellos se acercan m con escarnio,
y se rien de mi indiferencia por los bienes,
y los placeres de la presente vida, en que
ellos fundan su nica felicidad. Ellos se me
burlan cuando me vn insensible, por los
males que ellos temen, por los bienes que
apetecen. Yo no puedo hablar para convencerlos, de que la verdadera felicidad deben
esperarla fuera de este mundo en. la patria
de los escogidos, sin hacerme objeto de su
burla y su irona. Ah, Seor! si ellos conociesen el bien por que yo suspiro, ellos
se avergonzaran de su ceguedad, y mas religiosos que los importunos consoladores de
Job, no se burlarian de la esperanza que me
sostiene, de que volviendo tomar mi propia carne, ver con mis ojos mi Redentor,
que vive y reyna en los cielos; pero ciegos
DA TREINTA.
347
como son, me preguntan al modo que aquellos: Dnde est ese tu Dios en quien esperas? Dnde su justicia, y sus promesas?
Dnde su amor, su bondad, y las consolar
ciones que aguardas? l te entrega una vida triste y miserable, mientras que nosotros
gustamos la dulzura de una vida tranquila;
pero vos, Seor, que sois omnipotente en los
cielos, y en la tierra, animad mi confianza,
y volviendo vuestros ojos, sobre estos soberbios, confundidlos con las cosas mismas en
que cifran su bienaventuranza.
ORACIN.
Oh, Santsima Pastora!
gozo y contento- de todos los Bienaventurados, y aun de la Trinidad Santsima, que
os elev lo mas escelso para haceros parte de su gloria: subiendo Vos hasta su mismo trono, nos estis manifestando el lugar
que tenis preparado las ovejas, que os
siguen fieles en este mundo: haced que no
nos estravemos del camino que debe conducirnos al real Palacio en que reynais, en
donde tomando posesin del asiento, qu
se nos seale segn nuestros mritos, vivamos eterna y felizmente en vuestra amable compaa. Amen.
Se reza un Padre nuestro', cinco
Maras,y
un Gloria
Patri.
Ave
DI T R E I N T A Y UNO.
349
3 jT.O
PA TREINTA Y UNO.
al rea por la espalda y los costados; asimismo que de sus columnas pendiesen finas
y preciosas colgaduras, y del techo colgase
por medio de sortijas, el velo formado de
telas estimables. Todo muy conforme los
Tabernculos y Altares que, llegado el tiempo de la ley de gracia, deban erigirse para
colocar esta Arca Santa en toda su propiedad, y en clase de Pastora cubierta de pieles , y telas ricas, recibir nuestros cultos y
adoraciones, y ser como el punto de reunin
adonde acudan sus ovejas honrarla, presentarla sus splicas, hacerla ver sus necesidades, defenderse de los enemigos, que cual
Lobos carniceros las rodean dia y noche,
mitigar la ira de Dios justamente irritada
por sus ingratitudes, y atraer sobre s mismas las bendiciones del cielo. Con este fin,
y semejanza de lo mandado por Dios
su Pueblo, se erijen para resguardo de esta
verdadera Arca de la alianza, los tabernculos, y retablos hermoseados con arte y
con estudio, y se cubre con las colgaduras
y el velo que cuelgan del techo de su habitacin santa: en donde igualmente se esmera la piedad, para que todo sea con el
decoro debido tan gran Pastora.
. AFECTOS. Fieles ovejas de Mara, y.
podis enfervorizar vuestras almas, para tributar vuestra Pastora el culto que la es
debido. En el cielo en cuerpo y alma, y en
la tierra significada en su peregrina imagen
de Pastora, es despus de su Divino Hijo
el objeto de vuestro amor, y el trmino de
vuestros homenages. Ella est en medio de
vosotras para ser _ Vuestro refugio, vuestra
fortaleza, y vuestro consuelo. Consagradla
vuestros cnticos: dirigidla vuestros cordiales afectos : dedicaros sin reserva su obsequio: amadla, si fuera posible, cuanto ella
os ama: y anunciad todo el Universo este
tesoro de gracia y de bendiciones. Ovejas
descarriadas! no temis acercaros al trono
de esta amable Pastora: venid su templo,
santificado con su maternal presencia: ella
es la que mas se, compadece de vuestra triste situacin: por vosotras, y por vuestra salud decret el Seor enviarla en clase de
Pastora: venid ante su Imagen: sus ojos vn
vuestras necesidades, sus oidos oyen vuestras
splicas, y su corazn se llena de contento al
veros retroceder de los caminos de perdicin:
ella os reconciliar con su Hijo, abriendo
por medio de sus Ministros los tesoros de su
sangre, con la cual, rociadas vuestras almas,
sern limpias de las horruras del pecado.
$fi
DA TREINTA Y UNO.
DA TREINTA Y UNO.
Zf$
3 4
TREINTA Y UNO.
roso ttulo: y despus, por especial decreto, orden el culto que se la deba con el
oficio y misa de Madre del buen Pastor, con
que se la honra en todo el orden de Capuchinos, como especial protectora de sus Misiones. Y con esto, las ovejas del rebao
de Jesucristo tienen un signo esterior como punto de reunin para ellas, adonde deben acudir para rendir sus cultos y homenages religiosos, implorar la divina misericordia por la mediacin de tan caritativa
Pastora. Pondera alma ma! que aunque
Dios exige toda nuestra adoracin en espritu, y en verdad, por su ser infinito, por
su magestad, y su gloria sin trmino; y aunque sea lcito, honesto, y religioso, el invocar los santos y amigos de Dios, y venerarlos ellos y sus imgenes con un culto respectivo, hay entre stos dos gneros
de culto, uno que especialmente debemos
tributar la Divina Pastora, Madre del
buen Pastor, por reconocer en ella una comunicacin especial de las perfecciones divinas, que escede la de los Santos, y se
queda un punto inferior lo infinito. Y para
que en esto, alma mia, no padezcas equivocacin, advierte que si invocamos los Santos que reinan con Jesucristo en el cielo, por
DA TREINTA Y UNO.
medio de sus Imgenes que nos los representan en la tierra, es en razn de intercesores, por cuyo medio esperamos conseguir
de Dios la gracia, y aun los bienes de o r den inferior: y si adoramos la Divinidad,
aniquilndonos en su presencia hasta el abismo de nuestra nada, por reconocer la suprema infinita magestad, soberana, imperio en los cielos y en la tierra; en nuestra
Pastora hay una especial dignidad, que reside en su maternidad divina, la cual exige
uno como honor medio entre Dios y los
Santos, y con la que resplandece en trminos, que despus de Dios no se halla otra semejante. Es tanta su perfeccin, que solo
Dios puede conocerla ( i ) . No pudo Dios,
dice Santo Toms, formar una Madre mas
digna que Mara; y as es, que aquellas almas que en clase y semejanza de ovejas del
buen Pastor, adoran y reverencian su Madre, y sus Imgenes, cumplen con un deber
impuesto por ste su Divino Hijo, zeloso
siempre del honor de su Madre.
AFECTOS. Yo no cesar y un instante de tributar el debido culto mi Madre
Pastora: le ofrecer todos mis homenages,
(i)
S. Bernard. Serra, i. a. 3. c. 1.
3? 6
DA TREINTA Y UNO.
no solamente en el retiro de mi oracin, sino en todo tiempo y lugar. Fundar mi gloria en declararme adorador de tan santa Madre, hasta que todo el mundo sea testigo de
mi zelo, y mi fervor, para estender su culto,
y aumentar el nmero de las ovejas que la
obsequien y la sirvan: y. reunido yo con estas almas santas, que la reconocen por su
Pastora, la tributaremos todo honor, gloria,
y bendicin: celebraremos sus beneficios, y
cantaremos sus alabanzas. S, Divina Pastora , en el templo mismo en que os adoramos, contemplaremos la altura que os ensalz el Omnipotente. Nuestro corazn se llenar de alegra en el lugar mismo en que
establecis el imperio de vuestra proteccin
en vuestra Imagen de Pastora. All miraremos una Madre, ocupada de continuo en
aliviar nuestros males. Cuanto mas pobres
seamos los que nos postramos ante vuestro
trono, tanto seremos mas enriquecidos de
vuestras gracias: cuanto mas despreciados,
seremos mas amados de Vos : cuanto mas
perseguidos, seremos mas protegidos, y tanto mas os comunicaris vuestros siervos,
cuanto nosotros seamos mas fieles en honraros.
La impiedad se armar contra el fiel re-
3J7
Ps.
13. v. 1.
3? 8
DA TREINTA y UNO.
tas que ellas sean, seguidlas desde lejos: llamadlas ; y acaso ellas oyendo vuestra voz,
cediendo sus propios remordimientos,
convencidos de su error, os darn el consuelo de que las veis volver Vos pesarosas de sus yerros, y resueltas serviros y
honraros.
ORACIN. Vos sois Pastora Divina,
por cuyo medio, como por un aqeducto celestial , vienen nosotros todos los dones temporales y espirituales: por lo tanto, yo la
menor, y mas favorecida de vuestras ovejas,
me postro ante vuestro trono de magestad, y
en unin de los espritus anglicos que lo cercan, adoro, y reverencio vuestra admirable
escelencia, y dignidad, elevada sobre todo lo
que no es Dios: os doy gracias por la proteccin queme dispensis, y todo me consagro
por vuestro siervo. Fijando mis ojos en ese
Tabernculo en que os ostentis Pastora vigilante de la grey de vuestro Hijo, deposito en Vos mi confianza, y espero de vuestras hermosas manos cuanto me sea necesario para vivir en el mundo fiel los preceptos de Dios,y alcanzar la vida eterna. Amen.
Se reza un Padre nuestro,
Maras, y un Gloria
Patri.
FIN.
cinco
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INDICE
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Pginas.
JL/iscursopreliminar
de la Obra.-.
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